5 minute read
CREACIÓN LITERARIA
Creación
literaria
Advertisement
POESÍA
POLIALGMOR
POR: BOTLOVE
No hablemos de creadores que su razonamiento se vuelve frustrante
hablemos de nosotrxs en el único mundo que nos queda para sobrevivir
Un mundo que ha permitido crear una red algorítmica que simula lo que somos
Hablemos de nosotrx
seguramente nos tomamos de la mano cuando comprendimos lo miserable de nuestros significados.
Medio asperger nos veíamos frente al otrx
a los otrxs
y crecíamos desde nuestro anonimato
Hablemos de nosotrxs
En Línea nuestros vínculos simulaban la poliédrica verdad
O quizás construíamos una para nuestra pronta destrucción
una muerte olvidada sin fosa común
que un sistema construye y liquida a su antojo
Hablemos de nosotrxs
con las máscaras monógamas jugábamos en la adicción a las respuestas inmediatas
Nos queda poco tiempo
al rato crecerán otros nosotrxs
en la matrix del desconcierto
GUERRITA
POR: BOTLOVE
La lucha de los cuerpos concretos tiene una fuga en el ano. Una risa poco
entretenida y oculta evidentemente. De ahí no sale más que la creencia de que
hay un cuerpo. Entonces vuelven cíclicamente a la pelea. Hay cuerpos que son
edificios fantasmales y atávicos que construyen su red de cuerpos pequeños
sin ano. Estos últimos luchan, se ponen tatuajes en el pecho o chapas de
identificación que valen solo para una pregunta o un balazo de otro cuerpo,
de esos, de los comunes que tienen ano. El combate no va a terminar, dice la
mayoría. O terminará en la imaginación y en el olvido colectivo del cuerpo. Lo
más probable es que este cuerpo concreto haya creído que ha peleado por las
heridas. Un estreñimiento más insoportable que su bipolaridad.
NARRATIVA
FRANCISCO SAGASTI DECIDE TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO
POR: JORGE URETA URETA
La pandemia en Perú ha exhibido los rasgos más extraños de la conducta humana.
Las redes sociales, como es evidente, no son ajenas a ello, haciéndose un peligro
para la información de la comunidad doméstica. Las teorías conspirativas, en sus
videos, infografías exageradas, funcionan solo para desmoralizar a la población a
vacunarse.
El presidente de la República, Francisco Sagasti, anunció el pasado enero (hace ya cuatro meses) que tomaría cartas en el asunto sobre esto, arrestando a cada uno
de los comentaristas en Twitter —de las llamadas fake news— y vacunándolos él
mismo. Uno de los comandantes de la DIVINDAT de Lima Oeste, en una llamada
anónima, dio las siguientes declaraciones:
—La mayoría tienen entre dieciocho y treinta y cinco años, mayormente fujimoristas;
lo que hacemos es comparar la dirección del mensaje de internet con la compañía
de teléfonos; seguimos al muchacho o muchacha unas dos o tres semanas y luego
los llevamos al Edificio Pizarro que está junto al Palacio del Gobierno, en donde los recibe el señor Sagasti, preparado para la inyección; y, claro, por decreto del Minsa,
todos estamos ahí con mascarilla y protector facial.
El comandante, que evitó dar su nombre, añadió:
—Usualmente estos chicos comparten videos o noticias de extranjeros, sin darse
cuenta del daño que causan. Yo no estoy de acuerdo con el señor presidente, pero tampoco con las feit nus (sic). Eso sí, solo nos enfocamos en quienes tienen más
seguidores. El último vacunado fue un ciberdeportista famoso de DotA. Lo tuvimos
que agarrar entre cuatro cuando vio la aguja. El Mandatario Francisco Sagasti, en declaraciones generales en el Jirón Ancash, en
la puerta de la Casa de la Literatura, reportó:
—Es más un símbolo. Es obvio que no vamos a vacunar a todos los desconfiados.
Los que no quieren vacunarse pueden contagiar al resto —El Presidente, entonces,
sacudió dos dedos en el aire y abrazó con la otra mano algo invisible—; vamos a
inmunizarlos a todos como sea.
Al acabar su declaración, el Presidente Sagasti guardó silencio, asintiendo con la
cabeza con el ceño fruncido. Al cabo de cinco minutos de este mismo gesto, fue
abordado por un reportero de otra casa televisiva. —Señor Presidente, hay quienes están preocupados por su salud mental. Dudan de su tino para tomar decisiones. ¿Qué tiene que responder a ello?
El colega periodista hizo también referencia al hombre, o funcionario, que recorre
la Vía Expresa desde el Centro Cívico hasta Barranco, sin ropa desde la cintura
para arriba y haciendo ruidos de motores con la boca. Testigos han notado que lleva un cartel en la espalda con la palabra Ícaro. La policía o los ciudadanos están
impedidos de intervenirlo debido a que la realización de esto es una ordenanza del
Gobierno Central.
—Ese proyecto comenzó con un objetivo recreacional. Estábamos planificando un eventual ferrocarril aéreo —contestó Sagasti—, cuando nos dimos cuenta de los
ruidos que hacía este trabajador mientras usaba el topómetro, nos gustó tanto
a los ingenieros y a mí que lo contraté para que lo haga de oficio. Lo del cartel se me ocurrió después. Son meses estresantes; no creí que la población lo tomaría
como alguna debilidad. La teoría fue esta: si estamos en la era de los memes, este
podría ser un gol del Ejecutivo. Poner a todos de buen humor con el hombrecito
nocturno. Ahora debemos cancelar esta dinámica por los partidos opositores, que lo tomaron bastante mal; don Ícaro (como lo llamamos), que es en realidad un
albañil de Chincha muy honesto, tiene su contrato hasta fines de mes.
—A mí me pagan por venir a las diez de la noche, darle dos recorridos al zanjón
por el carril del Metropolitano y me voy a casa —comentó a este programa el mencionado Ícaro, por la altura de la Estación Javier Prado, sudado y con la frente
ennegrecida—. Calato o con ropa, es de los mejores trabajos que tuve.
NOTICIAS (FÁBULA)
POR: ROSALY BENITES S.
Abro mi Facebook por la noche que me encuentro más tranquila. Reviso los comentarios y publicaciones de mis amigas. Luego observo una noticia que me alerta. ¿Cómo es que esto no ha llegado a los ojos de los demás? La leo, la comparto. Lo último se me hace un poco difícil, pero ya he cogido táctica. Mi buena acción del día ha terminado. Ya son las 9 y 30 de la noche y es momento de acostar a Claudia, mi nieta. Me quedo pensando. Llega mi hija y le digo Mira ya encontraron la cura para el Covid19, Pamelita, y le muestro mi celular. Ella se ríe sin que yo le haya dicho un chiste. Sin embargo, Pamela lee la noticia y dice “Ay mami, ojalá que sea cierto” y la comparte.
El desfase generacional puede ser motivo para que se anide una Fake News. ¿Será cierto? ¿Los millenials ya están realmente preparados o se toman un café con aquellas noticias? Por lo pronto nos queda reírnos.