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COLUMNA PMO: la reforma congelada Por el Dr. Néstor Vázquez - Profesor Titular - Departamento de Salud Pública Facultad de Medicina – Universidad de Buenos Aires

C OL UMNA

PMO: la reforma congelada

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Por el Dr. Néstor Vázquez (*)

En diciembre de 1993 se integró una comisión de expertos en Obras Sociales para buscar herramientas de adaptación al decreto 576/93 de reforma del Sistema, como parte de esa comisión, propuse la incorporación del PMO, que había gestado y luego de su aprobación se presentó ante el Ministerio de Salud de la Nación, quien después de un tiempo de análisis lo aprobó y puso en plena vigencia, para el Sistema regulado por las leyes 23.660 y 23.661. Esto era importante para darle certeza a los beneficiarios del sistema de Obras Sociales, y así supieran cuáles eran sus derechos de cobertura, además, con esta herramienta comenzar la integración del Sistema de Salud, con una base prestacional cierta y equitativa. Luego se irían incorporando otras normas, que permitirían en el tiempo compatibilizar los diversos sistemas y las distintas modalidades de financiación, ya sea en el ámbito nacional, como así también en las provincias y municipios, para terminar con las asimetrías y propender a la equidad en la República, a través de un plan estratégico a 10 años.

Pero una herramienta que, es útil en un momento, no es un plan estratégico y la introducción de variables inesperadas, pueden transformarla en inútil. Lo cierto es que al reformarse la Constitución Nacional y, al incorporar en ella los pactos internacionales, el PMO perdió razón de ser y, además la permanente incorporación de prácticas de atención, por leyes y otras normas llevan a no entender cuál es la real base prestacional del Sistema de Salud Argentino.

Siguiendo a nuestra Carta Magna, todos los habitantes de nuestra República tienen derecho a recibir la práctica asistencial que deseen, aunque no esté normada en el PMO, esto quedó demostrado en los miles de fallos judiciales que así lo certifican y al no avanzar en un plan integrador el sistema es anárquico e injusto. Es realmente imposible presupuestar la inversión anual de cualquier agente de atención médica ante la incertidumbre de que terminará financiando a lo largo del año, además de la falta de certeza de los costos prestacionales, que siempre superan a la inflación.

Es muy importante también, recordar, a modo de ejemplo, que los salarios perdieron con la inflación general entre el 25% y el 37% de capacidad de pago y si tenemos en cuenta que la mitad del - “gasto sanitario”- es contributivo por salarios, el financiamiento de la salud es insostenible.

En el escenario actual, nos encontramos con, asimetrías regionales insalvables, financiadores en crisis, prestadores en virtual quiebra, médicos mal pagos, beneficiarios insatisfechos e incertidumbre de futuro.

Ante la falta de expectativa de la esperada “Reforma del Sistema de Salud” de la Argentina y su integración equitativa, solo la presencia del ministro de Salud actual nos brinda una esperanza de futuro bienestar, pero sabemos que no será inmediato porque el panorama es desolador y los cambios requieren tiempo, legislación e inversión.

En los últimos 25 años fueron las Obras Sociales las que marcaron el rumbo del progresismo en la cobertura sanitaria y son los sindicatos, los grandes protagonistas de ello y requieren de imaginación en sus dirigentes para alcanzar los objetivos en esta difícil coyuntura.

En esta emergencia pueden utilizarse instrumentos eficaces y eficientes, que rápidamente se puedan ponerse en práctica, sin vulnerar derechos como ser:

1) Presupuestos valorizando la Medicina basada en evidencia, reconducir la inversión según riesgo socio-sanitario y ambiental. 2) Profesionalizar la administración de los servicios de atención médica, para evitar costos improductivos. 3) Apostar a la capacitación permanente con el apoyo del Ministerio de Salud. 4) Reflotar la prescripción por nombre genérico de los medicamentos. 5) Creer en la integración regional de los recursos prestacionales para reducir valores individuales, y así evitar sobrecostos por número de población beneficiaria. 6) Apoyar y colaborar con los Organismos de Regulación y Control. 7) Mutuales, que, ayudarían a paliar momentáneamente la difícil situación financiera, contribuyendo sectorialmente y reduciendo porcentualmente los costos (aprovechando la situación fiscal de las mismas) pudiendo aplicar esas mermas en otras inversiones y comprometiendo a los afiliados en el cuidado de la salud y el futuro.

Por cierto, hay más herramientas para esta coyuntura, los anteriores son sólo ejemplos, que tenemos disponibles sin costos adicionales.

Finalmente tener presente que actualmente es ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, quien ya enfrentó en 2002 un panorama similar y pudo llevar adelante el Sistema, acompañemos, para que establezca bases firmes en la construcción del futuro. ❑

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