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“No siempre puedes obtener lo que quieres” “You Can’t Always Get What You Want” Rolling Stones
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Por el Lic. Patricio Pasman (*)
onvivimos con un debate acerca de quienes son los responsables de la “televisión basura”. Existen muchos programas de “chimentos”, de concursos de baile donde lo que genera rating no es el arte sino las peleas entre los concursantes, programas de panelistas que se pelean sin escucharse, noticieros amarillentos, movileros que entrevistan a una madre a pocas horas que le matan su hijo y le preguntan: ¿cómo se siente?, etc. Los responsables de producir esos programas, cuando se les critica lo que hacen, argumentan que eso es “lo que la gente consume”, “lo que la gente quiere”. En una serie que vi hace poco, el dueño de un medio decía, “Yo público las noticias, pero no las consumo”. Toda una definición. Programas de buen contenido cultural o noticieros con buenas noticias, no los ve casi nadie. La paradoja es que los consumidores a su vez se quejan de la mala calidad de la televisión. Parte de la contradicción humana. Sociólogos y psicólogos seguramente podrán explicar y argumentar mejor al respecto, mientras tanto seguiremos en nuestros asados y mesas de café debatiendo si fue primero el huevo o la gallina. ¿Qué tiene que ver esto con la salud?, se estarán preguntando. Viene como alusión para analizar si estamos dando a la gente lo que quiere o lo que necesita. Veamos algunos números de estos meses de pandemia que nos pueden hacer pensar. En abril y mayo de 2020 bajaron entre un 70 y un 80% aproximadamente comparado con el año anterior las prestaciones ambulatorias y hubo un 50% menos de internaciones. Estos son los números publicados por ADECRA+CEDIM:
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Prestigiosos economistas se sorprendían con el cuadro y se preguntaban en sus cuentas de Twitter: Eduardo Levy Yeyati decía: “Por mi parte, me preguntaba: ¿qué fue de los que antes usaban el sistema de salud? ¿eran hipocondríacos o estamos acumulando contingencias?”. (1) Martín Tetaz a su vez comentaba: “Esto es impresionante. Me interesa escuchar gente del gremio. ¿Quiénes son los sospechosos? ¿La gente se estresa menos porque esta encerrada? ¿Había sobrediagnóstico? ¿Se intervenía innecesariamente? ¿La gente consultaba en exceso o ahora se mueren más?”. (2) Dentro del gremio, el Dr. Gabriel Lebersztein, gerente médico de OSECAC comentaba días atrás en un seminario: “Hay menos apendicitis e infartos en la guardia y no entendemos por qué”. Es claro que el gran temor a los contagios fue la causante por la cual la gente no concurrió a los establecimientos médicos, pero llaman poderosamente la atención los números de las caídas, especialmente en infartos y accidentes cerebro vasculares. Con el tiempo podremos establecer si esta increíble caída va a tener consecuencias muy graves para la población o serán leves. Es necesario tiempo y buenas estadísticas, algo que no tenemos en la Argentina. Sin embargo, en el mundo desarrollado ha ocurrido algo similar. Ya veremos. Vimos un ejemplo similar con las endoscopías digestivas cuando lamentablemente falleció la conocida periodista Débora Pérez Volpin. Fue notoria la reducción de este estudio, sin consecuencias visibles para las poblaciones atendidas por lo que conozco. “No siempre puedes obtener lo que quieres, pero si lo intentas quizás podrás obtener lo que necesitas”, dice la legendaria canción de los Rolling Stones. Por algunos estudios aún muy preliminares, pareciera que las consecuencias de la considerable menor atención médica brindada estos meses no sería muy grave, entonces la pregunta a hacerse es: ¿a los asociados de las entidades de Medicina Prepaga, le estamos dando lo que necesitan o lo que quieren? El financiamiento de la salud tiene características únicas, donde la ley de oferta y demanda no funciona como en otros bienes y servicios. Ningún otro servicio se vende de esta manera a los consumidores. Un periodista de negocios amigo, Claudio Destéfano, cuando escucha una definición de este tipo, suele repreguntar de este modo: “explícamelo como si fuera para mi mamá”. Lo intentaré.