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RODARTE, MIGUEL VILLALOBOS, EL DELGADO BUIL, TERENCE KOH, JOOST VANDEBRUG, DIRK MERTEN, RUSSIAN RED, QUENTIN DE BRIEY, DRIU & TIAGO, PETAR PETROV, RICHARD JENSEN, MICHAL MARTYCHOWIEC, CLAYTON PATTERSON, TIM ZARAGOZA, FRÉDERIC BASTIN, MARTIN LAMOTHE, STEFAN HEINRICHS
#12 / SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2008 / ESP 4,5€ EU 9€ GB 6£ US 15$ #13 / NOVIEMBRE-DICIEMBRE (ENERO) 2008-09 / ESP 4,5€ EU 9€ GB 6£ US 15$
www.dior.com Dior OnLine 91 375 45 45
JUDE LAW
LE NOUVEAU PARFUM MASCULIN
Pantal贸n Zucca, cazadora John Galliano, camisa Bernhard Willhelm y zapatos John Galliano.
Chaqueta Thom Browne, jersey Jean Paul Gaultier y bufanda Lanvin.
Jersey llevado en el hombro Tom Scott, jerseys con bolas verdes Romain Kremer, guantes Lanvin, bufanda alrededor de la cabeza Lanvin, bufanda alrededor de la cintura Maison Martin Margiela, camisa alrededor de la cintura Maison Martin Margiela, underwear American Apparel.
Pantal贸n Bruno Pieters, leggings Graham Tabor, chaqueta Yohji Yamamoto, camisa Thom Browne, tank top metido en el pantal贸n Graham Tabor, sombrero Gaultier Puissance Deux.
Americana y maxi kilt rojo de Yohji Yamamoto, chaleco oversize de Plein Sud y camiseta Dsquared2.
Total look de Kenzo.
Calentadores enrollados en el brazo de Bernhard Willhelm, chaleco Dries Van Noten y shorts Zucca.
Pantal贸n Romain Kremer, jersey con capucha Jean Paul Gaultier y chaqueta Y3.
Chaqueta Tom Browne, camisa de organza larga Graham Tabor sobre camisa de seda Lanvin, pantal贸n, bufanda y guantes Lanvin, collar llevado en el bolsillo de Miguel Villalobos.
Chaqueta de Comme des Garçons sobre chaqueta de Yohji Yamamoto, jersey Zucca y pantalón Y3.
Fotografía: Miguel Villalobos Estilismo: Graham Tabor Maquillaje: Fumiaki Nakagagua para NARS Peluquería: Chinatsu Nobe para REDKEN Asistente de estilismo y fotografía: Hyunjin Kim Set design: Graham Tabor y Miguel Villalobos
TEXTO: ÁNGELA ESTEBAN LIBRERO / RETRATO: AUTUMN DE WILDE
/ FOTOS: CHADWICK TYLER
RODARTE Sinceridad por partida doble
Desde hace un par de años, vengo siguiendo a Laura y Kate Mulleavy, dos hermanas de California que llevan tiempo siendo más que protagonistas en la Fashion Week de Nueva York. Por fin tengo la oportunidad de ver que hay detrás del buen gusto de Rodarte. Había leído que Anna Wintour las puso a dieta y que les fue bien, pero después de conocer a la mitad de este tándem he comprendido porqué estas chicas aportan algo más que estética al mundo de la moda. Me recibe Laura, que lleva unos vaqueros anchos y unas New Balance y parece haberse despertado hace pocos minutos en el loft que han alquilado para la Fashion Week. Nos sentamos en el sofá desde el que se entrevén algunos rascacielos entre los jarrones de rosas de colores que hay en la ventana. Qué coincidencia, el otro día en una cena conocí al fotógrafo Nicolás Henderson y de casualidad empezamos a hablar de vosotras. Sí, Nic es muy amigo nuestro, hace unas fotografías increíbles de nuestros desfiles en backstage.
¿Por qué se ha vuelto tan pronto Kate a LA? Estuvo aquí unos días después del desfile pero se volvió el sábado, yo me he quedado porque tenía algunas reuniones. Quedo con compradores y ella se vuelve. Suena el teléfono, es Kate, sonríe. Laura le interrumpe porque quiere seguir con la entrevista. Cuelga y le entra otra llamada: ¡Sí, genial! Gracias Juliana (la relaciones públicas). Cuelga. Quería confirmar que estábamos haciendo la entrevista, me dice.
Estoy tan relajada hoy… –dice Laura suspirando y abriendo el número de septiembre de METAL que le he traído.
¿Qué tal es vivir en la soleada California? Me da la sensación de que gran parte de la inspiración de vuestras colecciones viene del entorno en el que vivís… Sí, creo que todo lo que nos gusta está influenciado porque vivimos allí. Pienso mucho en ello últimamente, crecimos a las afueras de Santa Cruz, rodeadas de inmensos campos, plantaciones de manzanos y ranchos de caballos y a cinco minutos teníamos nuestra playa favorita que es Capitola Beach, una playa con unas casas de color blanco, rosa y amarillo rodeada de esos inmensos árboles. Estábamos siempre en el bosque, en los Red Woods, o en la playa en Carmel… Así que teníamos de todo. Kate y yo jugábamos siempre fuera fantaseando sobre cosas raras porque el paisaje era muy mágico.
¿Dónde está Kate hoy? Está en Los Angeles. Normalmente, ella se vuelve. ¡Estos zapatos son una locura! Dios mío… –dice señalando una de las fotos, mientras ojea la revista. Hablamos de Party Monster, la editorial de Christophe Kutner que está inspirada en las fiestas del Club Sandwich, en París.
Ahora que vivís en Los Ángeles, ¿qué es lo que más te gusta de la ciudad, y lo que menos? Lo que más me gusta es que estoy cerca de mi familia y de mis amigos. Aunque es una ciudad muy estructurada y burocratizada en torno a Hollywood, tiene una comunidad de artistas increíble, gente que no están relacionados con ese
(Suena el teléfono, es Kate, hablan unos segundos.) Sí, es muy bueno, seguro que tiene unas fotos muy buenas del desfile del otro día, tiene muy buen gusto y una perspectiva estupenda. (Laura sigue manipulando su blackberry.) Qué raro, me está intentando llamar, y ahora cuando la llamo de vuelta, no coge el teléfono. Perdón…
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mundo, y hacen cosas súper creativas. LA es algo más que Sunset Boulevard o Beverly Hills, es una ciudad con historia. Además hay muchas cosas raras que han salido de aquí como, por ejemplo, cuando hicimos los zapatos para nuestra colección, descubrimos este sitio que se llama Apex Electronics. Es como un vertedero en el que hay cosas muy valiosas, pero que en realidad son las sobras de la industria aeronáutica que empezó en los años 60, como ordenadores y cables apilados. Es espectacular. Lo que no me gusta de LA es el tráfico, que es horrible, también odio el calor, aunque NYC es mucho peor. Pero es que Kate y yo estamos súper fuera de onda. Justo ahora, acabamos de hacer un photo shoot para la revista W en Miami, y llegamos a Miami y Kate iba de negro y llevaba un sweater de mohair de manga larga, yo también de negro y las dos llevamos pantalones negros. ¿Qué nos pasa?, ¡vamos a Miami y vamos con ropa de invierno! Es muy gracioso… ¿Pensabais que en Miami iba a hacer frío? No, simplemente, que no soy nada práctica cuando viajo, no pienso dónde voy, ni el tiempo que va a hacer allí. Probablemente si me fuese a Hawaii, me llevaría un jersey de manga larga. Por eso es gracioso. ¿Cómo era la vida en casa de los Mulleavy? Era muy divertido. Recuerdo algunas anécdotas. Mi abuelo era un general en el ejército y nos llevaba a hacer marchas por el bosque desde las cinco de la mañana. Luego hubo un tiempo en que Kate y yo pensábamos que había un Leprecon en el ático. Nos encantaba imaginarnos cosas. También pasábamos mucho tiempo en invernaderos con mi padre cuando vivíamos en Santa Cruz, ¿Has visto la película The lost boys? Sí… Bueno, pues ese era el tipo de gente que se veía en Santa Cruz. Era un sitio increíble porque la ciudad es pequeña y hay skaters, hippies, punks, yuppie hippies… No creo que seamos conscientes de hasta qué punto nos ha inspirado la ciudad. ¿Siempre os habéis llevado tan bien? Sí, al ser yo más pequeña, Kate se pensaba que yo era un juguete (risas). Siempre nos hemos llevado bien y
eso se ha visto reflejado en el trabajo. Sí que discutimos por cosas estúpidas, pero nunca estamos en desacuerdo con lo que tiene que ver con nuestras creaciones y eso es realmente bueno. Tenemos los mismos pensamientos, así que podrías hablar con Kate ahora y te estaría diciendo exactamente lo mismo que te estoy contando yo. ¿Cómo fueron vuestros años universitarios en Berkeley? Súper divertidos. Ella empezó un año antes haciendo literatura inglesa y se acabó licenciando en Historia del Arte. Yo en cambio comencé con Biología y luego me especialicé en Literatura Inglesa. Las clases eran increíbles. Hay dos cosas que me encantaban de la universidad, una era trabajar en la biblioteca y la otra era arreglarme para ir a clase. Me divertía relacionarme con la gente y los profesores eran muy interesantes. Mi materia preferida era James Joyce. ¿Vivíais en una residencia o en un apartamento? Viví en una residencia seis meses, pero lo odiaba. Kate me dijo que me mudara con ella a su apartamento, ya que su compañera de piso se marchó porque no se llevaban bien, y acepté.
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¿Formasteis parte de una hermandad? ¡Oh! No, no. No soy ese tipo de persona. No me gustaba hacer vida en común a diario con treinta personas en una misma planta en la residencia. No tienes intimidad ninguna y no soy para nada una persona que le guste estar expuesta al público.
¿A qué os dedicáis cuando no estáis trabajando? Pasamos tiempo en casa de nuestra amiga y fotógrafa Autumn de Wilde que tiene una hija increíble que se llama Arrow. También nos encanta ir a cenar con amigos a restaurantes.
ella películas antiguas. Nos encanta el vestuario de esas películas y Kate siempre hacía unos bocetos súper elaborados, mi madre alucinaba porque eran increíbles. Además, mi abuela era cantante de ópera y tenía unos trajes súper bonitos e increíbles. No sé, siempre nos interesó la moda en general, pero fue en sexto curso, cuando Kate se obsesionó con Kate Moss, que nos empezó a interesar en serio. Teníamos todas las paredes repletas de editoriales de moda que recortábamos de las revistas. La moda nunca fue parte de nuestro lifestyle, nunca fui a Neiman Marcus a comprarme ropa pero estábamos obsesionadas con la idea de lo que es estéticamente bello y con crear cosas bonitas. A veces no necesitas que alguien te inicie en algo, simplemente lo haces porque te gusta. Nunca consideré el ir a una escuela de moda, teníamos otros intereses y creíamos importante formarnos en otras cosas, y de repente en la universidad surgió la idea de trabajar como diseñadoras.
¿Cuándo empezasteis a interesaros por la moda? Nos involucramos desde muy pequeñas. Mi madre siempre nos quiso inculcar el arte, nos enseñó a coser, y cuando volvíamos del colegio veíamos con
¿Fue ahí cuando empezasteis Rodarte? Bueno, no exactamente. Al terminar la carrera volvimos a casa y ahorramos durante dos años. Pero no sabíamos por donde empezar.
¿Cómo llevas vivir y trabajar con la misma persona? Para mí es muy normal, no conozco otra cosa. Estamos siempre juntas, tenemos nuestra rutina, nos levantamos, sacamos al perro, vamos a por café y luego vamos a trabajar. Estamos siempre trabajando en el estudio así que no hay muchos momentos en los que nos relajemos en casa.
¿Cómo financiasteis la primera colección? Fue una colección pequeña. Compramos las telas con el dinero que ahorramos y construimos diez vestidos preciosos. En ese momento, pensamos que era la cosa más bonita del mundo porque es lo primero que haces. Y de repente pensamos, y ¿ahora qué? (risas). Entonces contactamos con Cameron Silver de Decades en LA, le llevamos la colección y nos dijo que teníamos que ir a NYC. Nunca habíamos estado allí. El viaje fue un poco accidentado pero al final llegamos a la ciudad y fue justo como lo había imaginado. Al día siguiente de llegar, tuvimos una entrevista en Women’s Wear Daily y tres días después estábamos en la portada, que justo coincidió con la Fashion Week. Y así empezó, vendimos a cuatro tiendas y conocimos a Anna Wintour un mes después. ¿Cómo fue conocer a Anna Wintour? Fue genial. No fue muy expresiva al principio pero supongo que le gustamos. Ella nos dio el mejor consejo que nos han dado hasta ahora, siempre nos da buenos consejos. Pues, tengo entendido que es muy dura… Creo que lo es, pero es que hay que serlo. En esta industria no hay tiempo para miramientos y hay que ser sincero. Nos dijo que nuestro trabajo era muy personal y que teníamos que seguir por ese camino. Anna es muy genuina y siempre apoya a los jóvenes talentos. ¿Qué representa para ti la moda americana? Son muchas cosas. Crecí admirando la idea de la moda de Nueva York más que la que se hacía en París. La americana es un gran peso en la historia de la moda, desde los diseñadores de vestuario de las películas de Hollywood como Adrian, hasta la casa de alta costura de Charles James o la pionera del ready-to-wear americano Claire McCardell. Un buen ejemplo de todo esto es Adrian, que hacía vestuario para cine pero que en realidad creó tendencia mas allá de las películas. Cuando pienso en la moda americana, me vienen a la cabeza los trajes y vestidos de todos esos filmes antiguos de Hollywood. Mucha gente limita la moda americana al sportswear pero en realidad va mucho mas allá. ¿Por qué crees que la gente dice que vuestra moda es diferente al estilo americano? No lo sé, pero no creo que hagamos cosas diferentes aunque sí que las construimos de manera diferente, con otro sistema. No fuimos a la escuela a estudiar moda, ni hicimos prácticas con ningún diseñador, siempre hemos seguido nuestras propias reglas y hemos intentado hacer cosas de veinte maneras distintas y el producto final se ve afectado por esto. Siendo autodidactas, ¿cuál es vuestro proceso de creación? Empezamos por hablar un largo rato sobre qué es lo que nos interesa. Para esta colección nos inspiramos en el género Opera Espacial, ya sabes, como 2001: Odisea en el espacio o Starwars, en Nancy Holt y en cómo vemos los cambios y avances a lo largo de la historia, como
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por ejemplo cuando el hombre pisó la Luna. Nuestra colección es futurista, no sobre las cosas que pasarán sino sobre las que hemos dejado atrás y que han ocurrido en el pasado después de un cambio importante para la sociedad en general. También hemos investigado sobre la idea de las radiografías y el esqueleto. Todo esto forma parte de una larga conversación que tuvimos Kate y yo. En cuanto a la construcción de las prendas, no sé, simplemente nos gusta crear aquello que es posible, nos gusta crear cosas que parezcan irregulares. ¿Quién es quién en Rodarte? Las dos dibujamos, nos sentamos las dos juntas, es lo único que hacemos, aunque luego Kate hace el boceto final porque los míos parecen dibujitos infantiles, son muy graciosos (risas). ¿Cómo es vuestro estudio? Es un desastre, intenté ordenarlo antes de venir a NYC pero no lo conseguí. Acumulamos muchas cosas, tenemos miles de libros apilados, también hay un león gigante y muchos juguetes japoneses como ese que ves ahí (dice señalando a la ventana al muñeco de peluche). ¿Qué papel juegan las emociones en vuestro trabajo? Mucho, todo es emocional, todo viene dado por cómo te sientes en ese momento. Las personas reaccionan de manera emocional ante lo que haces y en concreto las que compran nuestra ropa reaccionan así porque encuentran una conexión con ella. Creo que la moda es tan increíble porque tiene el poder de transformar y de crear una identidad en función de lo que esa persona lleve puesto. No se puede minimizar lo que esto significa para nuestra cultura porque todo lo que entendemos de nuestra historia está basado en la moda. ¿Sueles vestirte con tus propios diseños? Sí, me he hecho cosas para mí otras veces, pero no me gusta mucho. Casi siempre estoy trabajando, así que suelo vestir como voy hoy. Me gustan las rayas, las formas limpias y simples y la ropa funcional. Me encanta llevar pantalones, no se por qué y me gustan los colores femeninos. Pero en cuanto a cómo me visto, no lo pienso mucho, invierto tanto tiempo en lo que estoy creando que no presto atención a lo que llevo. He dejado de pensar en eso, ahora dedico mi imaginación a mis proyectos. Hasta ahora, ¿cual ha sido vuestra colección más ambiciosa? Cada temporada es más desafiante porque tenemos más oportunidades para crear, pero a la vez es mas difícil, porque contamos con más facilidades y nos gusta trabajar con esa parte de dificultad. Nos da la sensación de que estamos creciendo y conseguimos una visión mas profunda sobre lo que es Rodarte. Estoy muy orgullosa de lo que representan nuestras prendas. Acabáis de hacer una mini colección para GAP, ¿habrá una segunda? De momento no, esta fue la primera vez que hicimos algo así.
¿Veremos una colección de Rodarte para H&M? No lo sé, nunca lo he pensado. Creo que estaría genial porque en general mis amigos no pueden comprar nuestra ropa y sería estupendo poder hacer algo para una gran empresa, y vender a gente que de otra manera no podría comprar nuestras prendas. ¿Cuál ha sido la experiencia más significativa para vosotras desde que lanzasteis Rodarte? Ha habido dos momentos, el primero fue cuando conocimos a Karl Lagerfeld en la presentación de nuestra instalación en Colette en París y vino a hablar con nosotras un rato. Bueno, no, el primero fue cuando conocimos a Anna Wintour, ¡Esas cosas nunca pasan! Porque a partir de ahí cambiaron muchas cosas para nosotras. Conocer a David Bowie en la gala del MET este año también fue muy guay. Y ayer, Rachel Weisz salió en la portada del Vogue americano del mes de octubre con uno de nuestros diseños, creo que este ha sido el momento más emocionante. ¡Ah! Y tener uno de nuestros vestidos expuesto en el MET. ¿Os habéis sentido alguna vez agobiadas por todo el repentino éxito de Rodarte? ¿Os lo esperabais? Mmm… No, creo que todo ha sido todo bastante equilibrado estos tres últimos años. Venimos a NYC cada temporada a presentar la colección pero luego volvemos a LA donde tenemos nuestra vida y nuestra familia que nos da la oportunidad de verlo todo con cierta distancia. En la comunidad de artistas de LA, nadie se sorprende por lo que nos ha pasado aparte de nuestros padres. Nunca me he agobiado. Te emocionas por las cosas buenas que te pasan, pero vuelves al trabajo enseguida. ¿Cómo te ves dentro de diez años? No lo tengo muy claro pero lo que sí sé es que queremos seguir creciendo y continuar con nuestro proyecto. Sé que no haremos segundas líneas y que hagamos lo que hagamos, tiene que ser especial. — Estilismo: Ángela Esteban Librero Maquillaje: Chiho Omae con productos MAC Cosmetics Peluquería: Shinichi Arima con productos REDKEN Asistente de fotografía y retoque digital: Shane Lyons Asistente de estilismo: Dora Sasvari y Beatriz Ramos León Modelo: Vanessa Michels @ One Agradecimientos a Beatriz Ramos León y Leire Leguina Casas Toda la ropa de la colección de Rodarte Primavera/Verano 2009 —
TEXTO: ÁLEX BRAHIM / RETRATO: HEINZ PETER KNES
TERENCE KOH LAZY VODKA BUNNY BOY
Con su plácida sonrisa de buen chico y los miles de rumores de aires perversos que circulan a su alrededor, Terence Koh (a día de hoy Beijing, 1980) se ha coronado a velocidad crucero como uno de los grandes referentes del arte actual. Capaz de pasar horas tomando rayas y buen vodka sin agitarse una micra, combinados ocasionalmente con alguna calada de porro o alguna esnifada de poppers, Koh revela una serena levedad de estirpe superior, esa suerte de aura de illuminati que destilan sus delicadas instalaciones. Seguramente sea esa mezcla de fulgor etéreo y vigor mundano, parte del secreto, jamás del todo revelado, que ha hecho de este chico de figura esbelta, una particular especie de negocio redondo del arte. Con una devoción presencial y una a veces invisible pero rotunda entrega, Koh trasciende el marketing agresivo y salvajemente numérico de un Hirst, incorporando a su estructura de proyección de éxito garantizado el contagioso soplo de vida que infunda su creación. Terence recubre todo, por allí por donde pasa, con el aire de magia y misterio dualista que caracteriza su trabajo. Dulce y escabrosa, descaradamente provocadora y elegantemente poética, su actividad imparable es, como pocas, el fiel reflejo de los tiempos que corren para el ser humano, a caballo entre el pro-
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pio desarrollo interior y la circunscripción a la realidad. Es la capacidad de digerir esa tensión en un sincretismo armónico, la que ha hecho de su obra un personal paradigma, motivo de especulaciones sociales, artísticas y económicas y fuente de inspiración para seguidores, coleccionistas, curadores y autores de todo el planeta. Mucho en no tanto tiempo ha pasado desde que un tipo llamado asianpunkboy se diera a conocer en revistas destacadas de todo el mundo y a través de un modelo de merchandising inusitado para el arte, en el que vía Internet podían adquirirse desde ediciones limitadas de libros de autor manufacturados hasta calcetines usados o calzoncillos con excremento y semen del artista. Este despliegue de presunta egolatría habría de coronarse en un delicatessen para coleccionistas, del que Javier Peres a través de su galería Peres
Projects decidiera hacerse no sólo eco, sino motor de propulsión. Así surgió una relación personal, amorosa, profesional, espiritual y comercial que fundamenta –y como tal lo transpira– el modelo de trabajo de Terence, que comenzara con la exposición instalación The whole family, en la sede de la galería en Los Angeles, y que tiene en Love for eternity, la actual muestra de Koh en el MUSAC de León, su más reciente highlight. La exposición, primera retrospectiva del artista en su trayectoria y primera presencia plausible de su trabajo en España, repasa sintomáticamente el universo Koh, haciendo además un recorrido pseudo-cronológico y simbólico que incluye una reproducción de aquella primera instalación, la recuperación de varias obras y nuevas piezas creadas ex profeso, inspiradas en el momentum actual de su carrera e inyectadas, desde una mirada site-specific, por inputs de antropología cultural hispanista. Bajo el cuidadoso comisariado de Agustín Pérez Rubio, conservador jefe del MUSAC, seis estancias plantean un vaivén emocional, subjetivo y cargado del secretismo que caracteriza su trabajo, a la vez que recuperan toda suerte de referencias sacras y profanas en torno a la construcción de identidades, las creencias religiosas y espirituales y la incidencia de los medios masivos o las subculturas más concretas. El conjunto, influenciado además
My Path to Heaven, You blind Bastard God, 2008 (detalle)
por corrientes artísticas de lo más variado de la instalación, el performance o arte acción, lo escultórico, lo pictórico y lo conceptual, se plantea como una experiencia sensorial integral, donde el espacio, los objetos y su disposición, los colores, los tonos y la luminosidad, entran en diálogo con el espacio-tiempo. Entre líneas, trazos de la historia y las culturas y alusiones a momentos específicos de la vida humana como la adolescencia, la madurez o la muerte, abren un espacio para la reflexión en torno al carácter cíclico de la vida, del fin como eterno retorno al principio, desde la subjetiva y universalísima condición del amor como un abarcativo engranaje. Días de montaje con un diligente, reducido y cercano, cuasi-familiar equipo de asistentes personales; noches de serena euforia y estupefacientes controlados como conectoras entre las jornadas, y los conejos de peluche y los diamantes de cristal en la suite, como siempre allí donde Terence vaya. Imprescindible la compañía de sus padres, con su look de orientales modernos y excéntricos que forman parte del tinglado; la de Javier, madre, hija, manager y hermana, y la de Garrick, el dulce, polite e imperecedero soulmate que ejerce de polo a tierra en ese diáfano desparrame del que Koh ha hecho su personal impronta.
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Así, Love for eternity representa un acertado itinerario que transita del vampirismo plagiario de asianpunkboy al sampleo referencial de Terence Koh, en una epítome que redunda metáfora vivencial, partiendo de la experiencia ritualizada que guía el quehacer de Koh, hasta materializarse en dimensión transitable e inundada de diálogos y reflejos abiertos. Religión, magia, colapso orienteoccidente, funerales, fiestas, resplandores, alegrías y fracasos, sensualidad y seducción, fragilidad y entereza, componen una particular y abierta sensibilidad donde lo orgánico, lo antropológico, lo queer, el paso del tiempo, el gozo mundano y la elevación espiritual se dan ferviente y sosegada cita. Un blanco muy blanco, nuclear y enceguecedor, da la bienvenida en The whole family, don-
de estanterías guardan recuerdos infantiles y adolescentes, como un E.T., y de las paredes cuelgan condecoraciones de conejitos, o una tira de imágenes de un bello adolescente cabeza abajo, la misma foto agujereada siempre en un lugar distinto. Traspasada la cortina 28 columnas (inspiradas en las 28 bombas que cayeran en Guernica) cuadradas de espejo negro y acompañadas de dos estroboscopios, plantean un pequeño laberinto sala de espejos; al compás de los estrobos se atraviesa el espacio, en el que dos de las columnas guardan un secreto: Pinochos quemados y escondidos previamente por el artista. Salidos de la oscuridad una enorme sala dorada acoge su famosa instalación de 222 neones amarillos suspendidos en vertical, a cuyos lados reposan en la pared tamañas pinturas negras realizadas con todo tipo de flujos del artista; al fondo GOD, escultura que reproduce a escala natural la última cena y en la que los apóstoles son esqueletos, mientras el cuerpo en molde del mismo Koh, desdoblado y desproveído de sus genitales, es servido como banquete. Rematan la pared del fondo dos pequeñísimos cuadros monocromos hechos de pan de oro. A la derecha de la sala, en el jardín al aire libre, una lápida de azúcar glace recoge las presuntas fechas de vida de Terence Koh (1980-2008).
GOD 2007
“Tener una retrospectiva tan joven es fortalecedor; me gusta tener una retrospectiva, eso quiere decir que ya lo he hecho todo, así que ahora puedo hacerlo todo.”
Atravesado el momento dorado de amor, muerte, fluidos corporales y guiños religiosos, un nuevo blanco, esta vez azulado, acoge una gran vitrina de cristal con aristas blancas. Los cubículos, algunos rotos otros intactos, albergan ocasionalmente cuernos de toro y banderillas pintados en blanco. Al fondo, a través de la vitrina, dos enormes esferas blancas con neones blancos incrustados y programados, danzan estáticas. Finalmente, tras pasar agachados bajo una puertecilla, un gran salón recoge una pieza que, pese a su carácter objetual, es en realidad más cercana al gesto: una vela en forma de omega con doble mecha, a la altura del corazón de Koh, que se enciende sólo los domingos a las 20:30h, cerrando la ecuación y simbolizando el fin de la jornada. Aquella tarde de inauguración la implacable convocatoria hacía la expectativa infinita. Terence Koh aterrizaba por primera vez a presentar su obra en España, preparando una primera retrospectiva para una carrera tan veloz y trascendente como la del mismo Musac. Servida la cuota de metalenguaje y la dosis apropiada de prensa y boca a boca, se daba pistoletazo de salida a las muestras individuales de Koh, Paul Pfeiffer y Salvador Cidrás, acompañadas de la exhibición de subproductos artísticos expandidos de Retorno a hansala, nueva película de la directora Chus Gutiérrez. Mein Tod Mein Tod y The end of my life as a rabbit in love, doble performace de Koh, abría paso a la visita, marcando un camino al límite entre el show-off (“No entiendo lo que dice el santo hindú”, replicó alguno) y la creación de sentido desde la experiencia cognitiva colectiva. Cuestión de percepción, supongo. La hilera de adolescentes con vestimenta angelical que le acompañaba probó azúcar glace de su lápida, para luego reencontrarle y participar en un ritual de sonidos guturales –esa suerte de lenguaje fo-
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nético propio de Terence– y juegos con palos blancos que golpeaban el suelo, hasta finalmente desaparecer. Un abandonado Koh pasaba al último recinto, donde encendería la negra vela con forma de omega, para luego esfumarse también –siendo literalmente evacuado… entre la multitud. Florecimiento, descomposición, desvanecer y el retorno al ciclo inicial, ya en la fiesta. Noche de cuántica, numerología, holística, todo es uno, las partes como fractal del todo, MDMAmanta, lucideces que traspasan la barrera de la clarividencia, pequeños big-bangs conceptuales y emotivos, love is in the air, all is full of love, dios es amor, todas esas cosas y mucho Love for Eternity… KEEP THE SECRET, UNA CASI ENTREVISTA Describe la situación en la que estás respondiendo a este cuestionario. Esta es la quinta vez que tecleo esta respuesta, primero lo intenté en Nueva York, luego de nuevo en Tokio, Berlín, otra vez Berlín… Ahora estoy en Londres, en casa de un amigo bajo un vestido de esvástica de Leigh Bowery, sentado en un sillón y vistiendo mink. Acabo de hacer una lectura en la Serpentine Gallery, totalmente vestido de geisha.
¿Qué tal la experiencia en León? La exposición en León fue realmente amorosa, como el adorable aire español y el completo amor por todo y por la exhibición de Agustín y todo el museo. Fue una experiencia perfecta. ¿Qué impresión te merece tener una retrospectiva siendo tan joven? Tener una retrospectiva tan joven es fortalecedor; me gusta tener una retrospectiva, eso quiere decir que ya lo he hecho todo, así que ahora puedo hacerlo todo. ¿Qué tal ha sido crear una epítome de tu corpus de trabajo? ¿Cómo ha ido con Agustín Pérez Rubio? La instalación de mi trabajo fue muy intelectual, consideré cada obra como una persona y ha sido como poner a toda esta gente a tener una buena charla, juntos. Agustín es el comisario de más profundo corazón del mundo. ¿Cuál es en general tu opinión de trabajar con comisarios? Trabajar con comisarios depende de los comisarios, son diferentes, como todo en la vida. El mundo se ha convertido en un barco de comisarios, son como los árboles.
Untitled 1, (A pair of binoculars, a flashlight and ET toy), 2003
¿Cómo afecta la religión tu trabajo ? Creo en mi Dios y él me dice todo lo que hago en mi trabajo. Las ideas sobre mi obra no las obtengo de mí mismo, mi Dios me indica exactamente lo que debo hacer. Define tu relación con Javier Peres. Mi relación con Javier Peres es Amor. ¿Desarrollarías, en este punto, un proyecto en una galería no principal o un centro de arte no relevante? Estoy abierto a todo. Soy el conejito que estará en donde quieras que esté. La muerte es un tema común en tu obra, ¿Cuál es tu intención o fijación? ¿Cómo te sientes personalmente respecto a la muerte? Tengo miedo a la muerte, no quiero morir.
¿Crees que el colapso oriente-occidente es como una cicatriz? La idea de oriente y occidente es un mito. Todo es un universo. ¿Te gustan las cicatrices? No, utilizo humectante, muy bueno y muy caro. Hay algo también sexual en tu trabajo, a veces explícito a veces sutil. ¿Por qué ese énfasis? Yo no soy sexual. Yo no soy explícito. No hay ninguna clase de énfasis, si todo el mundo ve eso no es mi culpa.
La adolescencia también está allí, ¿Por qué siempre los chicos jóvenes? Como me gustan los hombres de verdad hago a los chicos por contraste. Me hace ying yang. Todos mis chicos tienen ojos bonitos.
En una línea describe tu yo sexual. Desesperanzado.
La espiritualidad es un sentimiento permanente en lo que haces. ¿Cómo describirías tu estatus espiritual o tus creencias? Soy religioso, no espiritual. Sin embargo no puedo decirte mi religión. Pienso mucho en mi estatus espiritual y me percibo siempre en una nube muy blanca.
Si alguien se acercase y te dijera que no entiende tu trabajo, ¿Qué le dirías? Eso jamás ocurriría.
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Y el amor, ¿Qué es para ti? LOVE FOR ETERNITY.
Pareces un tipo bastante calmado. ¿Cuándo te estresas? Con el miedo, tengo miedo. La vida es muy temeraria.
¿Te importa la política? Sí, muchísimo. Haré un show en mi galería ASS (Asian Song Society, Nueva York) sobre las elecciones americanas. Ahora vienen las preguntas más personales… Querido Alex, no puedo responder más preguntas, llego hasta aquí, soy muy egoísta. Te respondo la pregunta que me envió Bruce LaBruce contigo, sólo para ti. Bruce LaBruce: What’s the point of art? Fall in love. No pasa nada Lazy Vodka Bunny Boy, tienes un aura enorme y una ejemplar facultad para compartir un buen silencio, ha sido grato disfrutarlo, till soon. Con las ideas claras y los ases bajo el abrigo de piel o la sudadera de firma, Koh deja caer la arena de entre sus manos, sumándose irremediablemente a lo eterno en ecos pronunciados desde su interior, empujando la existencia hasta evidenciar la nada, en una suerte de reflejo fragmentado del todo universal, esa totalidad que ha sido asignada históricamente a la figura de dios y que, presuntamente, en todo y a todos habita. No, Terence Koh no es Dios, ni mucho menos, pero sí mantiene una gran amistad de francos diálogos con ese dios suyo cuya identidad no quiere revelar. — Love for eternity puede verse en el MUSAC hasta el 11 de enero de 2009 Retrato de Terence Koh y fotos de su obra cortesía de Peres Projects, Berlín Los Angeles Agradecimientos al MUSAC —
TEXTO: CAROL MARIN / RETRATO: CESAR G. SEGARRA / FOTOS: JOSEP USANO
El Delgado Buil Tándem en equilibrio
2005 pero... ¿Qué pasos disteis hasta llegar allí? ¿Cómo nació El Delgado Buil? Puede decirse que El Delgado Buil empezó mientras estábamos haciendo nuestros proyectos finales de carrera. Íbamos pegaditas a todos lados, a las tutorías, a comprar telas, una acompañaba a la otra y luego, la otra a la una. Cada una trabajaba y desarrollaba su propia tesina pero ambos proyectos tenían cosas de Macarena y de Anna.
Si hubiera que destacar tres cualidades que definan el espíritu de las diseñadoras Anna Figuera Delgado y Macarena Ramos Buil, ésas serían sin duda la profesionalidad, la frescura y la intuición. No serían, en cualquier caso, las únicas destacables, quedarían por mencionar muchas más. El conjunto de todas ellas las ha convertido en merecidas ganadoras del premio L’Oreal al mejor diseñador novel de Cibeles en dos ocasiones consecutivas. La suya es una trayectoria relativamente corta, pero en sentido ascendente; la perfecta combinación de pasos bien dados, ilusión y talento a borbotones. Audaces pero disciplinadas, innovadoras y elegantes, han logrado el elogio de la crítica y la devoción de un público fiel que alaba y secunda sus diseños. Con varias colecciones presentadas a sus espaldas y el mismo espíritu de trabajo, nos demuestran cómo la complementación puede conducir al equilibrio. ¿De verdad vuestra relación, tanto la personal como la profesional, empezó cruzando miradas en un tren de cercanías? Tiene algo de romanticismo cinematográfico. Si lo cuentas así sí que parece una historia de película, pero la realidad es bastante menos sofisticada. Simplemente estudiábamos juntas en una escuela de Sabadell, lo que significa que para ir a clase nos veíamos obligadas a coger el mismo tren cada día. Eso hizo que empezáramos a hablar de las clases, deberes, apuntes... Aunque en realidad fue hacia final de carrera cuando se afianzó nuestra amistad y comenzamos a trabajar juntas. Durante 3º y 4º fuimos casi inseparables. ¿Qué influencias descubristeis entonces que compartíais? ¿Cuáles eran vuestros referentes en común? Estábamos como locas con la nueva visión del hombre que ofrecía Hedi Slimane. Él y Raf Simons han sido dos de nuestras grandes referencias. Siempre hemos parecido muy distintas, pero en el fondo somos muy parecidas. Afortuna-
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damente, las dos compartíamos (y compartimos) gustos muy parecidos en cuanto a música, moda, cine, arte... eso nos facilita mucho el trabajo. ¿Os complementáis bien? ¿ Cuál es vuestro método a la hora de trabajar? Normalmente, elegimos un tema y a partir de ahí hacemos un brainstorming de color, tejidos, imágenes, volúmenes y todo lo redireccionamos hacia donde creemos que la colección debe dirigirse. Trabajamos a dúo, cuando una tiene una idea la otra la mejora. No tomamos decisiones importantes por separado, para cada una de nosotras el criterio de la otra es muy importante. Vuestra trayectoria, corta pero fructífera, ha sido una progresión de pequeños pasos en la que parece ser la dirección correcta. Entiendo que todo comenzó con Circuit aquel febrero de
No todos los nuevos diseñadores consiguen hacerse un hueco en el complicado entramado de la moda. En vuestra opinión, ¿qué le falla al sistema? ¿Qué hemos de pedirle a la savia nueva y de qué responsabilidades hemos de eximirles para que funcione? En primer lugar existe una tremenda desconexión entre moda e industria. Las marcas de ropa deben crear servicios y el mercado, desde las empresas de materias primas hasta la distribución y el consumidor, deben confiar en las nuevas marcas. A la savia nueva le aconsejaríamos que aplicase su creatividad a un buen proyecto empresarial, de nada sirve hacer una buena colección si no hay un buen proyecto detrás. Por otro lado, lo que ahoga a las marcas jóvenes no son las responsabilidades sino la dureza del mercado. Llegáis a Cibeles, y en vuestro debut, os lleváis el Premio L’Oréal al mejor diseñador novel. ¿Cómo se encaja esto en la primera incursión en un medio oficial? ¿Y volver a repetirlo al año siguiente? Han sido reconocimientos importantes no sólo para nosotras sino también para nuestro equipo. Fueron momentos muy importantes dentro de nuestra biografía. Los premios ayudan a ponerle ilusión al proyecto, te ayudan a creer en tu empresa. El reconocimiento de la crítica no es siempre garantía de éxito, hay que combinarlo con unas ventas solventes que aseguren la continuidad de la empresa. ¿Cómo se conjuga, hoy en día, la comercialidad con el diseño? La creatividad siempre va un poco por delante del apartado co-
“Intentamos tener un ojo siempre puesto en lo que está pasando para que nuestras colecciones sean contemporáneas y estén al nivel de las marcas que admiramos.”
América de la que nosotras hemos hablado en nuestras colecciones se crea gracias a imágenes de Conney Island, Grand Canyon, el Black Jack, un imitador de Elvis en Las Vegas... Y suena desde Sinatra, Blondie, o la Velvet Underground, a los New York Dolls, Bob Dylan, Kiss o Neil Young. Nos encantan películas como El Padrino, Polyester, Bufalo 66... o la genialidad del norteamericano Daniel Johnston. Podríamos citar cien mil referentes norteamericanos, estos son sólo unos pocos. En marzo del pasado año abristeis vuestra tienda-taller en Barcelona. ¿Sentíais la necesidad de afincaros? La apertura de la tienda taller en marzo del 2007 fue una solución a la distribución a la vez que un proyecto de definirnos como marca. En nuestro espacio vendemos nuestra colección completa, no una pequeña selección como cuando te compran otras tiendas. La comunicamos y la colocamos como nos gusta, sin filtros. Por nuestro espacio pasan no sólo consumidores, sino también amigos con sus respectivos proyectos, alumnos, y un montón de ilusiones. Es un sitio efervescente, que invita a tomarse una cerveza con amigos en cuanto caen las ocho y media de la tarde. Pasamos muchas horas allí, es nuestra casa, un sitio donde nos sentimos realmente cómodas.
mercial, no se trata de coolhunting, al contrario, tiene que ver con una intuición que, si es buena, acabará siendo comercial. El término medio es subjetivo, en nuestro caso no hemos sentido un conflicto entre lo comercial y lo creativo. ¿Creéis que las colaboraciones comerciales, como la que lleváis dos años desarrollando con Sony PSP pueden ser una solución al problema? Para nosotras y para cualquier empresa las colaboraciones comerciales son una salida y un apoyo para seguir haciendo colecciones. Se trata de un intercambio, el diseñador aporta frescura, creatividad y diseño, situando así a la empresa en un nuevo contexto. A su vez ésta le proporciona profesionalidad, reconocimiento y dinero. Hablemos ahora de Porcelana, la colección Primavera/Verano 09 recientemente presentada en Cibeles. Aprecio una mayor atención en los materiales, ¿es así? ¿Les habéis dedicado una especial atención? Nuestra próxima colección está inspirada en las figuritas, el colorido, los detalles, propios de la porcelana. Partimos de una idea algo kitsch para acabar encontrando una solución muy moderna, elegante y fresca. Para nosotras el tema de las calidades siempre ha sido fundamental. La diferencia con las colecciones anteriores es que en Porcelana hemos incorporado la alta tecnología al punto. Siempre habéis sido abanderadas del concepto unisex, sin embargo, en Porcelana podemos
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apreciar una feminización de vuestra moda. ¿Exigencias del mercado, cambio de ideas o evolución? Nosotras funcionamos mucho por la intuición. Las dos creíamos que era un buen momento para dirigirnos hacia una silueta más femenina. Tenemos muchas clientas mujeres y siempre les ha encantado el concepto unisex, pero no están cerradas a probar nuevos volúmenes.
¿Cómo se comercializa una marca como El Delgado Buil? Se trata de un proceso largo, hay que hacer un producto real, y conseguir que los compradores confíen en la marca. Para ello necesitan ver cierta continuidad, es decir, varias colecciones coherentes que sean producibles. Luego hay que ir a las ferias especializadas donde encaje tu producto, o contar con un agente de ventas que funcione con el perfil de la marca.
La idea de presentar vuestra colección con los Easy Snap tocando en directo fue rompedora. ¿Cómo se lo tomó el público de Cibeles? Nuestro público no es el mismo que el que asiste a otros desfiles de Cibeles. Es mucho más joven. En su mayoría son clientes o gente a la que le gusta nuestro trabajo. Por lo tanto la idea de que Easy Snap colaborara con nosotras este año les encantó. La verdad es que lo hicieron de maravilla.
¿Cómo ha ido vuestra incursión en el mercado parisino a través de Rendez-Vous? ¿De dónde surgió esta iniciativa? Es la tercera temporada que estamos en Rendez-Vous y se han afianzado puntos de venta en Japón, Corea, Escandinavia y Australia. Nosotras empezamos a asistir RendezVous en cuanto sentimos la necesidad de salir fuera. La internacionalización es imprescindible cuando hablas de un producto minoritario, para ampliar mercado es necesario llegar a los lugares donde tu producto se entienda.
¿Cuál creéis que es vuestro valor añadido? La juventud, el gusto por las cosas bien hechas, la seriedad... Intentamos tener un ojo siempre puesto en lo que está pasando para que nuestras colecciones sean contemporáneas y estén al nivel de las marcas que admiramos.
¿Qué planes de futuro tenéis en cartera? Ampliar la red de ventas, hacer incursiones creativas en otros ámbitos y seguir disfrutando de nuestro trabajo como hasta ahora.
Se os ha preguntado muchas veces sobre la influencia de la cultura norteamericana (White Trash, John Waters, Oklahoma...) en vuestras colecciones y siempre contestáis que la América de la que vosotras habláis está creada a base de películas, música y fotografías. Describidme esa América onírica que tanto os inspira. La
— Estilismo: Jaume Vidiella Asistente de estilismo: Fernando Suárez Modelo: Jules @ La Agencia Toda la ropa de El Delgado Buil Otoño/Invierno 2008-09 —
TEXTO: ALEJANDRO NIETO / FOTO: JEREMY WILLIAMS
CLAYTON PATTERSON HOMBRE MIRANDO AL NORESTE
Pocos conocen el Lower East Side de Nueva York tan cerca como el fotógrafo Clayton Patterson. Durante los últimos 30 años, su lente ha captado la drástica transformación de la zona, que dejó de ser epicentro de la comunidad artística neoyorquina para convertirse en un lugar estéril, dominado por el alto costo de finca raíz. La labor de Patterson, que incluye haber filmado los disturbios de 1988 en el Tompkins Square Park, se ha puesto en perspectiva en el documental Captured, que recién se estrenó en la ciudad, y que plantea la pregunta de si este cambio significa evolución o involución. Desde su casa, en el corazón del Lower East Side, Clayton nos cuenta aventuras junto a su cámara y nos da un recorrido por la historia del Lower East Side. En el primer piso de su casa, una construcción de dos niveles ubicada en la calle Essex, en Nueva York, Clayton Patterson está organizando una parte de las 750.000 fotografías de su colección. Cada una tiene una historia diferente, pero a la mayoría las une el hecho de que recuerdan, y casi anhelan, otra época del Lower East Side. Eran otros los días en que se respiraba un ambiente de libre expresión, de creación artística, de comunidad. De esa época, probablemente lo único que queda son las fotografías del archivo de Clayton. Claro, no todas las historias de
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esas fotografías tienen un final feliz, pero la otra parte del relato, el de la decadencia y el malestar que también se respiraba en la zona, también es parte de la fórmula que hizo al Lower East Side tan especial. La nostalgia le ha podido a Clayton y ha tenido que salir a la calle a tomar un poco de aire. Lo que no ha recordado es que afuera está la evidencia de que todo en el vecindario se ha puesto patas arriba: la renta de un estudio pasó de costar 35 dólares a 3500; el CBGB pasó de ser el lugar más representativo del punk a una tienda donde se lo comercializa; otros lugares nocturnos legendarios como Max's Kansas City o Studio 54 dieron paso a innumerables bares sin identidad. Ni hablar de la gente. Todo esto junto hace ver a Clayton como una especie de extraterrestre en su propio planeta, tal como sucediera en Hombre mirando al sudeste de Eliseo Subiela. “Todo es culpa del precio de la renta”, repite Clayton a manera de mantra mientras camina cabizbajo de vuelta a casa. Este postulado a primera vista pareciera simple y hasta aventurado, pero detrás de él está una de las mayores evidencias del cambio de la zona: el Lower East Side de las fotografías de Clayton, si bien decadente, dio paso a algo con mayores excesos: el capitalismo. Bajo sus reglas, la droga que antes se compraba en público ahora se compra a escondidas, y la prohibición de visitar los parques en la noche se
transformó en el permiso a la inmobiliarias para cobrar millones de dólares por un apartamento, o miles por una renta. Clayton está de regreso en casa. Perdido en sus fotos y en la eterna tarea de digitalizar 20 mil cintas de grabación, confiesa que aún tiene la esperanza de que el Lower East Side pueda aportar algo a la creatividad y al desarrollo del arte. También sueña con que alguna vez la renta pare de subir y comience a bajar, para que los artistas se muden de regreso y tengan que preocuparse por crear, y no por pagar miles de dólares para tener un lugar donde vivir. Por lo menos soñar no cuesta nada, ahora que ahora todo cuesta en el Lower East Side. Lo más sobresaliente de tus fotografías, y de lo que hace Captured, poniendo todo ese material en perspectiva, es evidenciar el gran cambio demográfico y arquitectónico del Lower East Side… El cambio es tan dramático como decir antes o después de la guerra. Esta zona pasó de ser un gueto de drogadictos a un barrio de ricos. Las rentas y el precio de la finca raíz no han parado de subir desde comienzos de los ochenta. Una vez esos precios subieron, no volvieron a bajar, y otras cosas también comenzaron a subir. El concepto de comunidad en el Lower East Side se ha perdido por completo. La mayoría de personas que ves en la zona son visitantes, muy
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pocos viven acá. Casi todos los que posaron para esas fotografías tampoco están. De la población original del Lower East Side, probablemente el 90% ya no existe. Los únicos que aún se ven por acá son las viejitas chinas que recolectan botellas de vidrio. Eso junto a los cambios arquitectónicos son dos de las mayores evidencias de la transformación de la zona. Ahí es donde las fotografías juegan un papel preponderante, porque tienen la posibilidad de mostrar una evidencia de lo que ya no está. El Lower East Side también era el lugar donde se centralizaba el mercado de la droga en Nueva York. ¿Qué pasó con las drogas? Antes era muy común ver a la gente comprando droga y drogándose en la calle, en plena luz del día. Se podía ir a “hacer mercado” con los puertorriqueños en la calle o con los dominicanos en las partes traseras de las bodegas. Recuerdo un par de lugares muy particulares que tenían como fachada tiendas de dulces, pero que en realidad eran utilizados para expender droga. Luego, la distribución se hizo más “a domicilio”, poniendo un mensaje a un beeper o cosas por el estilo. La mayoría de esos métodos ya no existen, pero eso no quiere decir que las drogas se hayan ido de la zona. Hoy en día, ese mercado sigue funcionando con tantas o más drogas que antes, lo que ha cambiado es la manera en que son distribuidas. Ahora el negocio ha pasado a manos de blancos que la distribuyen en bares y clubes. ¿Qué tanto influyeron los disturbios del Tompkins Square Park en el cambio? Nueva York a finales de los ochenta era como una zona de guerra. Había muchos excesos, y enfermedades como el SIDA se estaban propagando. Sumado a eso, la ciudad atravesaba por una gran emergencia económica. Muchos edificios se convirtieron en condominios y muchas personas fueron desalojadas de sus casas. El Tompkins Square Park se llenó progresivamente de centenares de personas que no tenían donde vivir. Era evidente que la ciudad estaba en total decadencia. Los disturbios de 1988 no solo fueron un momento crucial en la historia del Lower East Side, también de Nueva York y de los Estados Unidos, porque la manera en que fueron realizadas las acciones de desalojo demostraron que la policía estaba fuera de control, y que nadie la controlaba. También demostraron que había muchos policías abusando de su poder, haciendo sus propias reglas. Tus vídeos de ese incidente, y el hecho de preferir ir a la cárcel antes de entregarlos, fueron esenciales para evidenciar los abusos de la policía y el descontrol de la ciudad, y le dieron gran relevancia a tu papel como documentalista… Es que estos disturbios fueron trascendentales en la historia del Nueva York del siglo veinte, y el material grabado evidenció que había muchas cosas que cambiar. Pero fíjate que la importancia de ese material también radica en que la gente se diera cuenta que documentar ese tipo de cosas, denunciarlas, es algo que cualquiera puede hacer. El método era sencillo, se basaba en usar una
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cámara de enfoque simple, tipo point and shoot, y un revelado de una hora; igual con los videos, todos estaban hechos con cámaras de formato casero. Claro, para acceder a ese tipo de material había que ser alguien “socialmente activo”, estar en un lugar determinado en el momento indicado, pero no era nada más que eso. ¿Y en el caso de fotografiar a los jóvenes de la calle y a otros grupos? Imagino que eso no era algo que pudiera hacer cualquier persona. En ese caso fue indispensable hacerme amigo de la gente de la calle, y bueno, recordemos que esta zona antes era un gueto, todo el mundo en la calle era peligroso, y más los jóvenes que los adultos. Si juntabas a cinco o seis jovencitos de 12 ó 13 años de la zona, podían derribar a un elefante. Una de mis estrategias fue comenzar a fotografiar a esos muchachitos en la puerta de mi casa y crear una especie de “salón de la fama” con sus fotografías. Tenías la ventaja de documentar lo que estaba pasando desde el interior. Eso te otorgaba una perspectiva diferente. Yo lo llamo ser un “outsider with an insider’s point of view”. Pero además de eso había otra ventaja más fuerte: el hecho de que trataba de capturar un ángulo diferente de esas personas. La mayoría de ellos podían lucir muy malos, pero yo sabía que en el fondo no lo eran. Me puse a pensar que gracias a esa perspectiva podía obtener algo mejor de ellos, una cara amable. Eso iba a permitir que la gente también los viera desde otro punto de vista. Así, podía estar fotografiando al tipo más peligroso de toda la ciudad, pero lo veía de la misma manera en que lo podía ver un miembro de su familia, su novia, su madre… Eso me permitía penetrar sus mecanismos de defensa, y compartir un momento único con él. Después, cuando esas personas me veían en la calle, me saludaban de una manera muy diferente. Tomarle una foto a alguien que ha llevado una vida tan difícil como la de ellos resultaba muy placentero y valioso para ambos. Las colección de fotografías que he recopilado a lo largo de todos estos años es una de las pocas que tiene a mucha gente de la calle desde una perspectiva diferente, tratando de revelar lo mejor de ellos. Además de las fotografías y los videos, también te has hecho reconocido por las gorras… ¿de dónde surgió esa idea? Lo que hicimos (mi esposa y yo) fue que tomamos un elemento muy tradicional, muy propio de la cultura americana y lo introducimos en el mundo de la moda. Esas gorras estuvieron muy en boga durante una época, porque eran hechas a mano, con diseños muy particulares que tomaban mucha dedicación. Eso nos dio la entrada a venderlas en tiendas exclusivas. Luego se hicieron famosas, porque gente como Mick Jagger comenzó a usarlas. Pero mira, la idea con las gorras realmente está basada en que queríamos encontrar la manera de sobrevivir como artistas, haciendo lo que nos gusta, y no tener un trabajo de 9 a 5. La manera en que yo veo el arte es que debería ser una especie de paquete de cómo vives, piensas y manejas tu vida. Nuestra idea era
vivir como artistas las 24 horas del día, y desarrollar las gorras también se trató de demostrar que cualquier persona lo podía hacer y que puede existir la posibilidad de que todo gire en torno al arte. No pienses en que la única manera en que puedes ser un escritor es que alguien te pague por escribir. Un artista no se puede convertir en una especie de mono al que alguien le da dinero para hacer una pintura. El arte te puede llevar ahí, y eso es muy peligroso. Pero bueno, esa idea de dedicarse por completo al arte probablemente era más viable en el Lower East Side de tu generación, con rentas de 35 dólares. Pero para los artistas jóvenes esa parece una gran utopía. Tu generación afronta el hecho de que todo deben hacerlo mucho más rápido. Pensemos por ejemplo en Lou Reed. Él no nació siendo “Lou Reed”, antes de eso tuvo que andar por ahí, descubrir, experimentar. Él no se convirtió en “Lou Reed” de la noche a la mañana. Piensa ahora en estos chicos que hicieron Captured o incluso en tú mismo: ustedes son jóvenes, aún están en sus 20, serán la siguiente generación de artistas proveniente de Nueva York; pero dadas las circunstancias económicas y toda la competencia que existe, tienen que moverse mucho más rápido, casi que no tienen oportunidad de cometer errores, una posibilidad a la que sí tuvo acceso la generación de Lou Reed. Otra de las limitaciones es la siguiente: ¿qué pasa con los chicos de Captured? Ellos han logrado desarrollar un muy buen documental, y lo han enviado a la mayoría de festivales de cine en los Estados Unidos, pero hasta ahora no los han aceptado en ninguno, todo porque mi generación está protegiendo su propio establecimiento y ve a estos muchachos como una amenaza en lugar de verlos como una motivación. ¿Qué está haciendo la generación de De Niro por los más jóvenes? Nada, y peor aún, lo que hacen es que no los dejan desarrollarse. Su película es muy buena, pero al fin y al cabo es su primera película y ahora dime, ¿cómo van a hacer películas mejores si no se les da la oportunidad de que se superen y las confronten con una audiencia? ¿Qué crees que sea lo más valioso que Captured tiene que decir? Estos chicos han sido los únicos cineastas que han sido capaces de poner en perspectiva toda la problemática y el cambio del Lower East Side. Su trabajo merece gran respeto, y no lo digo porque yo sea una parte central de la película. Al final la película no se trata de mí, yo sólo soy un vehículo para presentar al barrio, a la gente. Imagínate qué hubiese sido de este proyecto de los muchachos si lo hubieran respaldado Scorsese o alguno de esos. Es que mira, ellos no han podido ni encontrar distribución para la película. Y no me digas que el dinero no existe, lo que pasa es que a los viejos no les da la gana de apoyar a los más jóvenes. Se gastan mil dólares en una botella de vino, pero no le colaboran a un cineasta joven para que desarrolle su arte. ¿Qué son mil dólares para ellos? Nada. Eso hasta lo podrían deducir de sus impuestos, pero no lo hacen. Mi generación se tiene que dar cuenta de que es necesario invertir en su generación. Esta generación de ustedes de
verdad me parece muy importante, porque son más decididos que los mayores de 35, y además creen en la necesidad de ser independientes para hacer algo relevante, y tienen un gran respeto por la individualidad y por la cultura del do it yourself. Mientras tanto, mira lo que está haciendo mi generación… construir edificios de apartamentos que cuestan tres millones de dólares. ¿Tú crees que hacer ese tipo de cosas es la mejor manera de apoyarlos? Es obvio que a ellos sólo les interesa enriquecerse, nada más. ¿Crees que el Lower East Side aún pueda rescatar algo de ese epicentro artístico y creativo que solía ser? Bueno, primero tendría que cambiar el hecho de estar haciendo semejante negocio con la renta, con la finca raíz, porque gran parte de las oportunidades creativas se originan con la posibilidad de que la gente pueda pagar la renta fácilmente. Hay cierto tipo de procesos creativos que probablemente vayan a sobrevivir en Nueva York, por ejemplo la moda, pero los que no van a sobrevivir son aquellos en los que los artistas necesitan dedicarse a un trabajo introspectivo, que se tiene que desarrollar de manera individual, ese “Lou Reed process” tan necesario en artistas como escritores o pintores. Para ser un artista de ese tipo necesitas desarrollar tus ideas, tener la posibilidad de discutirlas con otras personas sin tener que pagar cifras millonarias por un café. Los tiempos de ocio son muy importantes para el desarrollo del arte, porque es ahí donde se desarrollan las ideas. Desafortunadamente, ese
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ambiente no es el de Nueva York y mucho menos el del Lower East Side de este momento. ¿Crees que todos los artistas que surgieron del Nueva York de los ochenta y los noventa andaban con cien dólares en el bolsillo? Antes podías salir a comer, a tomar unos tragos con… seis dólares, y te alcanzaba para el resto de la noche. Todos los artistas comenzaron así, y vivieron así por mucho tiempo. Piensa por ejemplo en el desayuno de esa época… ¡99 centavos! Y era un desayuno grandioso: pancakes, jugo, café, huevos… luego te podías quedar ahí el resto de la mañana para discutir con otras personas. Esa era una economía en la que todos tenían cabida, pero dime ¿cómo lo haces hoy en día con un desayuno que cuesta doce dólares, los tragos en un bar sesenta y se siguen sumando otro tipo de cosas? Fácil necesitas cien dólares en un día. Ahora, multiplica eso por treinta, súmale otros tres mil dólares de renta y ya llevamos seis mil dólares al mes, ¿cómo se va a crear y a desarrollar un artista con esos precios? No se puede. ¿Te sientes identificado con el trabajo de algunos artistas contemporáneos? Definitivamente me identifico con los más jóvenes. Al parecer mi obra ha saltado un par de generaciones. A la gente mayor de 35 parece no interesarle, pero lo más jóvenes, lo que están en los 20 se sienten muy identificados con ella. Algunos de los artistas que más me interesan de esta generación son Nico Dios, Dash Snow, Free Simon, Kunle Martin, Agathe Snow, Joey Semz, Ann Apparu, y cineastas como
Ben Solomon, Dan Levin y Jenner Furst. Pienso que estos tres en particular tienen una idea muy clara de la transformación del LES y de cómo el fenómeno del “gentrification” lo ha transformado en un lugar irreconocible. Desafortunadamente, el costo de vida ha hecho imposible que artistas emergentes puedan vivir aquí, y si lo hacen, tienen que afrontar el estrés de pagar la renta, así que terminan trabajando en cualquier cosa, en lugar de dedicarse a su arte. Clayton, ¿por qué sigues viviendo en el Lower East Side? Es evidente que para ti esta zona ya no tiene el mismo significado del pasado. Bueno, tengo un archivo gigante que he alimentado por muchos años y que no he organizado, así que necesito mucho tiempo para dedicarme a él. Antes estaba más pendiente de estar buscando la siguiente movida; ahora he decidido parar un poco y comenzar a organizar todo lo que he recopilado, hacer libros y otro tipo de cosas. Ahora por ejemplo estoy concentrado en un libro que describe la historia de los judíos en el Lower East Side, y ya comencé a desarrollar otro que habla de Tatuajes y Body Art. Además, también está el seguimiento de mis otros libros, Resistance: A radical political history of the Lower East Side y Captured. Sin embargo, seguiré tomando fotografías, eso es inevitable.
TEXTO: ALBERTO FERNÁNDEZ OTTO / FOTO: PACO Y MANOLO
RUSSIAN RED EL BUEN COLOR Todos los colores deberían ir acompañados de un gentilicio. Pero sin tener en cuanta el carácter, la naturaleza o la tradición de los colores. Sería solamente cuestión de musicalidad y empaque. Hasta ahora no lo había pensado, pero los colores con nombres de patria tienen más presencia y suenan mucho más convincentes, más presentables. Verde esloveno, amarillo birmano, rosa danés, azul elíseo, marrón croata. No me extraña que Lourdes Hernández escogiera el rojo ruso no sólo para colorearse los labios sino para presentarse en sociedad como cantante. Russian Red es el nombre de su proyecto musical y el ejemplo de mi teoría improvisada. Bajo este nombre de pintalabios, que podría ser el nombre del avión de una estrella o el de un poemario prohibido, Lourdes está dejando rastro en cada ciudad por la que pasa con su banda y le ha salido una flor (y alguna ampolla) en cada blog de novedades que se aprecie. Lourdes me había citado una tarde en una terracita madrileña que es como un injerto de Ibiza en mitad de Malasaña. El problema es que ese día llovía y hacía más frio que calor. En seguida comprendimos que no había para qué forzar en pleno otoño un rollito estival imposible sentados dentro del local, mientras veíamos por las ventanas a los gatos huir del diluvio a casa de alguna vieja probotellón. Era mejor dar la vuelta al plan y encerrarnos, una calle más abajo, en uno de los cafés míticos de la zona, para pasar la tarde como si nos conociéramos hace mucho tiempo y nos pudiéramos permitir el privilegio de aburrirnos juntos. El Manuela es un fake de café tertuliano de principios de siglo transformado en salón de juegos contemporáneos. Tabú, Monopoli, Scrabble, La Ruleta de la Fortuna, El Juego del Euromillón… Nos quedamos con el Trivial, por la cosa de los colores y empezamos a jugar. Lourdes escoge el azul albanés y yo el verde tanzano. Ella dice que no es supersticiosa para los colores y casi para nada y tira los dados con genio. Nos olvidamos de lo que ha salido y seguimos hablando. La veo encantada con la idea de jugar mientras la entrevistan, como una niña prodigio en un momento de (falso) descanso. ¿Y tiene algo de divertido quedar con desconocidos para que te interroguen? Justo me lo preguntaba hoy mi compañera de piso. “Estas todo el día de fotos, de entrevistas. ¿Todavía tienen preguntas que hacerte? Si ya lo has dicho todo”. Es cierto, pero no me importa, me gusta. Ten en cuenta que he dejado la universidad un poco
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aparcada para esto. Mis deberes de la semana son estas cosas; hacer de vez en cuando alguna entrevista, ensayos, ir a la radio. Pero en total no son demasiadas. No me puedo quejar. Además en las entrevistas aprendo mucho de mí misma porque es el único momento de reflexión que tengo sobre lo que hago. Una especie de terapia psicoanalítica. Sí, algo así. En las entrevistas es donde he descubierto cosas en las que no había reparado acerca de mis letras. Algunos críticos y periodistas han analizado mucho más a fondo lo que digo en ellas que yo, a veces tengo que decirles, “guau, eso no lo había pensado, ahora todo tiene más sentido, gracias”. Me imagino que como terapia gratuita está guay, pero una vez que lees las entrevistas, ¿qué tal te caes? No leo las entrevistas (risas). De hecho lo curioso es que cuando sales por primera vez en la radio o en la tele te quieres ver o escuchar, te hace mucha ilusión. Pero a mí partir de la primera se me quitaron las ganas de volverme a oír. Dije, “nunca más, no me soporto”. La única manera que tengo de verme es en la grabación de algún concierto o algún momento en que esté tocando. Oye, ¿qué numero habías sacado? El cuatro. (Cuenta: uno, dos, tres, cuatro) El verde, que es ciencias naturales o algo de eso. ¿Te gustan las ciencias? Es que las preguntas verdes suelen ser más fáciles. Pues a ver. ¿Por qué nombre se conoce el síndrome de inmunodeficiencia adquirida? ¿Ves? SIDA. Son súper fáciles las verdes. (Vuelve a tirar) Dos, el rosa, estas son de arte y cine, uf. ¿Qué actriz francesa fue la musa de Buñuel en Belle de jour? Ni idea. Qué mal. Catherine Deneuve. Me toca. (Tiro) Tres, quesito naranja. ¿Cuál fue el primer trabajo de Severiano Ballesteros en un campo de golf? Yo qué sé. ¿Jardinero? Habría estado bien, pero no. Cady, así escrito a la inglesa. Qué bien pronuncias. Es de las cosas que más llaman la atención del disco. Lo bien que suena tu inglés para ser madrileña. Bueno la verdad es que cuando se canta se esconden mucho más los fallos a la hora de pronunciar, como si la música los tapara.
La técnica de Laura Paussini. (Se ríe, casi cantando) Exacto. Pero aparte me encanta el inglés como idioma, me recreo pronunciándolo. Para mí es uno de los disfrutes de cantar y cada vez en los conciertos estoy más pendiente de cómo pronuncio las palabras y de cómo lo puedo hacer sonar más ingles todavía. Sin embargo en el disco me doy cuenta de que algunas veces mi inglés no suena como debería. Yo estudio traducción e interpretación, así que es pura deformación profesional. ¿Y por qué en inglés? Si tiene alguna explicación… No, no tiene una explicación. Simplemente es que la primera canción que vino, vino en inglés. Al principio era una forma de resguardarme y no mostrar del todo, en mi idioma, los sentimientos de los que hablaba en las canciones a los catorce o quince años. Pensaba, “si es en inglés, mejor, porque así no se enteran de todo”. Después esa vergüenza se me pasó pero ya era inevitable quedarme con el inglés para componer. Antes de seguir con la entrevista aclárame de una vez qué es Russian Red, porque he leído de todo: grupo, trío, dúo y hasta grupo unipersonal. Es un proyecto personal en el que dependiendo del tipo de concierto y de evento me hago acompañar de diferentes músicos. Al principio ni si quiera yo sabía de qué músicos me quería rodear ni qué sonido tenía. El disco se había producido de una forma y yo tenía yo que sacar los conciertos adelante de otra. Así que tuve que ingeniármelas para encontrar a gente con la que tocar y que se sintieran a gusto dentro del proyecto. Al principio con un guitarrista, luego con un trío, luego con una banda, pero finalmente me he quedado con el tándem que formo con Charlie y Manu, que ya tuvieron un grupo juntos cuando eran adolescentes. Entienden muy bien mi música, tanto que la potencian y la mejoran. Uno toca el teclado y otro la guitarra eléctrica. Ahora mismo estamos muy contentos con cómo nos trabajamos el directo. Entonces Russian Red es tu pseudónimo, o mejor dicho, el de tu proyecto. ¿Lourdes Hernández sonaba demasiado a cantautora? A mí me encanta. (Se ríe educadamente) No sé, no tengo unos apellidos muy originales, soy Lourdes Hernández González García. Me gustaba la idea de un pseudónimo. ¿Sabes que te lo descubrió una amiga mía? ¡Pilar! Qué fuerte. Es verdad. Estábamos ma-
quillándonos en una fiesta y le pregunté por el color de labios que llevaba, que era un rojo precioso. Pilar tiene un estilazo y me impresionó. Me dijo que era Russian Red de MAC y comentamos que el nombre era súper chulo. Y al cabo del tiempo pensé que podría usarlo. Pilar es muy bautista, sí. ¿Sigues usando el mismo color? Es lo único que uso desde hace tres años. No me pinto mucho más. Podrías ir cambiándote de nombre a medida que vayan sacando colores con nombres tan currados. Es que ponen unos nombres preciosos a los pintalabios. Tienen otro que me encanta que es Ruby Woo. ¡Qué bueno! Póntelo de segundo o tercer alias. Sí, sí, suena de maravilla. (Coge le dado y lo tira por propia iniciativa) Tres: ¿Historia o Ciencias? Ciencias. ¿Qué parte del aparato digestivo tiene pelos por dentro? Madre mía. ¿El intestino? Sí. Tira. Uno. Dados. (Vuelve a tirar) Tres: un, dos, tres. Dados otra vez. Quesito naranja. ¿Quién era el entrenador del F.C. Barcelona cuando ganó su Primera Copa de Europa? Ni idea… ¿Cruyff? ¡Ole! Premio de pura potra… Ya sabes que hay quién dice por ahí que has tenido mucha suerte para sacar el disco, como que te ven demasiado mona para hacer buena música. ¿Cómo te sientan las críticas? Con las buenas, obviamente, te sientes halagado y hasta agradecido por que alguien te muestre lo que le ha gustado. Con las malas críticas hay que resignarse. Yo no espero que mi música le guste a todo el mundo, de hecho es algo que tiene que pasar y me parece normal. Igual que el hecho de que la gente diga respecto a mí que se le está dando demasiado bombo a algo que no es para tanto. Lo entiendo. Ahora bien, hay un límite que no se puede exceder. Hay una manía generalizada de optar por faltarle el respeto a alguien cuando no te cuadra su manera de ser o su rollo con tu propio rollo. Yo creo que eso sólo pasa aquí. La forma que tienen de criticar es una pérdida de energía que me alucina.
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Esos son los que tienen mala hostia. Pero los que la tienen buena llaman a tu música una cosa tan chunga como “folk de caramelo”. Será mejor que ajustes tú el término. ¿Qué tocas? Bueno eso es simplemente una forma de ponerle algo gráfico a la simple etiqueta de folk, más que querer dar una etiqueta real. Supongo que el hecho de que sea una voz femenina y una guitarra y cante en ingles, y por otro lado la forma en que está hecha la producción del disco hace que suene a folk. Pero también es pop. Y además todo ello hecho en Madrid. Así que se puede conectar con el folk-pop que se hace en EEUU pero mi música también tiene que ver con lo que yo he escuchado aquí. Yo también he escuchado el Fary, no solamente
Nancy Sinatra. Eso seguro que me ha influenciado de alguna manera. ¿Qué es lo que te hace ponerte a escribir? Hay épocas más productivas que otras. Normalmente hay algo que te sucede que hace que te pongas a componer y no puedes parar de hacer canciones. Necesito contar muchas cosas, o estoy más perceptiva, más sensible a todo y necesito escribir. Luego, una vez que termino una canción me siento como realizada. Estoy tan emocionada después, que no puedo parar de tocarla, y me voy a la cama pensando en la canción. Es el gran descubrimiento esos días y piensas que esa es tu favorita. Tu favorita siempre es la última, porque es la que te
deja mejor sabor de boca y con la que crees que te has ido superando. Pero en realidad sólo es la novedad. (Le llaman por teléfono. Responde pero cuelga enseguida) ¿Seguimos con la partida? Venga, me toca a mí. (Soplo el puño y tiro) Dos. Casilla verde. ¿Cuál es el primer lecho del ser humano? El útero. No, era algo más físico. La cuna. Me he pasado de metafórico. Tira tú. Cuatro: rosa. ¿Qué era Jumanji en la película del mismo título? Ay, no sé si era un dinosaurio... no estoy segura… pero era un animal, ¿no? No. Era un juego del que salían animales. Ah, es verdad. La protagonizaba Robbin Williams. La vi hace mogollón de tiempo en el cine. Precisamente, otro de los proyectos donde ha aparecido tu nombre este año de repente es una película, El rey de la montaña, de Gonzalo López Gallego. ¿Cómo fue? ¿Os conocíais? No. La historia fue que ya hace más de un año él descubrió mi música por un colega y escuchó la canción que puso finalmente en los créditos de la peli porque le pareció que encajaba perfectamente con su historia. Y me parece alucinante cómo cuadra con la película cuando yo la escribí hace muchísimo tiempo pensando en una cosa totalmente diferente. Es una sensación muy guay comprobar cómo la peli cambia la canción y le da un sentido que tú no habías buscado… Tira los dados que te toca. Voy. (Tiro) Dos. O verde o rosa. Rosa. ¿En qué país vivía la familia de Ana Frank? Alemania. ¡No! Holanda. ¿Ah sí? Qué mal he quedado. Yo juraría que Ana Frank era alemana. La verdad es que nunca me leí el diario, de pequeño me parecía muy fea… Yo cometí la equivocación de ver el musical hace poco. Explícame dónde está la gracia de los musicales. No lo sé… Me parecen un exceso (risas). Una historia con música todo el rato y actores diciéndose las cosas cantando… no sé. No me fascinan. Pero de pequeña fui a ver El fantasma de la ópera y me encantó la escenografía, la música, la intensidad del espectáculo. Pero lo de Ana Frank era distinto, un rollo que no molaba nada.
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Un poco siniestro, sí. Te toca tirar. Tres. Naranja. Estas pillándote todas las de deporte, ¿eh? ¿Te gusta? No lo practico mucho, la verdad. Pero me he apuntado ahora a clases de funky. Lo hice hace mucho tiempo y ahora quería apuntarme a algo para hacer alguna actividad física. No tiene nada que ver con la música que escucho, pero para bailar me parece increíble. Pero en el escenario pasas de bailar. La verdad es que prefiero centrarme en cantar, porque odio cuando a un cantante le tiembla la voz por moverse demasiado. Últimamente estoy muy dedicada a que los directos suenen bien vocalmente. Me gusta recrearme en ello. ¿Tienes nociones técnicas de canto? Mi uso de la voz ha sido una cosa progresiva. Al principio no la explotaba tanto y poco a poco fui buscándome mis propias técnicas para proyectarla más. Estuve algunos meses en clases de canto pero tenía un profesor que a mí me daba la sensación de que me estaba timando. Porque me decía que sacara la voz del estómago, las típicas técnicas de canto, pero cuando lo hacía me daba la sensación de que sacaba una voz como muy de ópera, demasiado lírica, que no me gustaba. Y dejé las clases. Con el tiempo empecé a usar esas técnicas instintivamente. Entonces no hubo timo. Tira el dado que te toca. (Sale cinco, casilla amarilla, pero no hacemos caso). ¿Estás pensando algo ya para un próximo proyecto? Ya tengo canciones de sobra. A lo largo de este tiempo, entre los conciertos y la promoción del disco he seguido escribiendo lo suficiente para un disco nuevo. He estado mirando producciones que me gustaran de otros grupos de fuera para ver si se podía hacer. ¿Algo que objetar a la producción del primer disco? La verdad es que yo no me siento especialmente identificada con el primer disco, aunque me gusta y considero que he tenido suerte para poder sacar mis canciones. Pero no siento que ese disco sea yo. Estoy yo en las letras, pero en el resto no. Yo era una solista sin banda, así que todo el disco es un trabajo de producción ajeno a mí. Al principio temía que la gente notara demasiado cambio entre los directos y lo que había oído en el disco, porque no es lo mismo. No significa que no me guste, estoy encantada con el resultado final, en el que han intervenido un montón de músicos muy diferentes, pero para los conciertos hemos tenido que crear un sonido propio y distinto al que ellos hicieron.
Se trata de ser consecuente con tu proyecto inicial y con la gente que vaya a escucharte a un concierto. Claro. Al principio el proyecto para Russian Red era simplemente el de una voz, una guitarra y algún arreglo puntual. Así que tampoco pensaba que eso pudiera trascender demasiado. Sin embargo como está planteado el disco me permitió tocar fuera de Madrid e incluso independizarme, así que siento que he tenido mucha suerte. Pero sí, tienes un compromiso con el público. Yo no puedo dejar de sorprenderme de que vaya a San Sebastián, donde estuvimos el otro día, por ponerte un ejemplo cercano, y que haya gente que se sabe tus canciones y verdaderamente les emociones. ¡No te he hecho la pregunta sobre Historia! A ver, a por el quesito amarillo. ¿Cuál es la ciudad española que vio contraer matrimonio a Carlos I e Isabel de Portugal? ¿Sevilla? ¡Sí! Premio y vas ganando. Pero esto es interminable. Pero todo por pura chiripa, ¿eh? Vuelve a tirar. El verde. ¿Qué sigue a la boca y al buche en el aparato digestivo de los insectos? Qué obsesión con el aparato digestivo. Ni idea. La molleja. Te toca a ti. Tira. Tres. Amarillo. ¿Cuál fue el primer parque de atracciones creado por Walt Disney? Disney World. No. Disneylandia ¿Pero no es lo mismo? ¡No! Bua, me rindo. Jugar al Trivial en público nos está dejando fatal. No acertamos ni una decentemente. Ya ves. Y las pistas que nos damos, que no pondrás en la entrevista. Ni de coña. En la próxima entrevista mejor jugamos al cinquillo. ¿Te parece? Hecho. — Estilismo: Carlos Trujillo Lourdes lleva top y shorts de Bambi by Laura —
TEXT: PHILIPPE
POURHASHEMI / PORTRAIT: JORK WEISMANN / PHOTOS: FRÉDERIC BASTIN
PETAR PETROV ONE AS A WHOLE I meet Petar Petrov on a warm June morning in a Paris café next to the rue Etienne Marcel. He is tall, slim and his looks are striking, perhaps coming across as one of the best models for his own clothes. His voice is soft and calm, but I clearly sense his confidence and determination, despite being in his early thirties. Petar is Bulgarian, was born in Ukraine and moved to Vienna in 1999. He eventually set up his own label –Petar Petrov One of Some– and started showing his mens collections in Paris while he was still a student. Petar’s style is sharp, functional, but has a celebral quality to it which makes it appealing. His pieces are deceptively simple and explore some of the paradoxes and complexities shaping young men of his generation. Nothing is exactly as it seems and his collections epitomise that. During our discussion, he stresses that his collections are “made for now” and I cannot help but think that this sense of immediacy and directness is what makes his clothes so sexy. This becomes even more obvious as I sit watching his Spring/ Summer 09 show unfold before my eyes. I am –as always– struck by the models, their realness, their beauty, their quirks and idiosyncracies. Petar declares “wanting to be informed, but never too close to something.” This desire for distanciation probably explains why he seems comfortable working in Vienna and only coming to Paris when he has to. I know that Petar is not keen on referencing, but his raw, honest take on clothes seems to have developed some of Helmut Lang’s previous preoccupations and built on them, creating a sleek, urban armour echoing some of the Austrian’s views on contemporary style. Petar’s clothes aim at perfection, simplicity and a desire for wholeness. Several times during the interview, he uses the word “complete” and I realise that creating a world of his own and aiming at some sort of totality is more important to him than suffering the whims of fashion. This approach makes his clothes seductive, but also leaves plenty of room for interpretation. Striking that kind of open balance is rare within the fashion world and I am curious to see how his creative process will develop. After a taste of compulsory black coffee and cloudy milk, we start talking. How did you end up in Vienna? What was the motivation behind studying there? When you come from Eastern Europe, it is one of the cities that feel quite close. I also knew some people there and had the possibility to go at that time.
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I moved there about ten years ago. I enrolled at the University of Applied Arts and knew very little about fashion. Given my cultural background and the fact that resources such as the Internet were still limited at that time, I did not really have access to it. But did you go there in order to study fashion? I did, but it was not really my decision in a way. It is not like I had always wanted to be a designer, I think I mainly followed other people’s advice and decided to give it a try. I had been told about how difficult it was to get in, but I worked on my portfolio for the whole Summer and decided to learn German. Then I presented it and they took me. Great. And how did you start designing then? Well, I had contact with this showroom that I had worked with since the beginning. They had just started selling men’s clothes and were looking for new collections. Wendy & Jim were also looking for a designer and I started while I was still at school. In fact, the first three collections I showed in Paris were my school ones. Were these under your own name already? Yes, they were. It kind of happened even though I was still studying and I remember my parents telling me that I should finish school first. So, I kind of put that on hold, trying to figure out what to do, but it was quite confusing at first and went on for about two years. I was just worried that I did not have enough of the knowledge the school could give me, even if you did not really learn about the business aspect there. In the end, I think it worked out fine. It is probably the case with a lot of schools where you still have to find out and learn about the industry afterwards. Yes, I think a lot of students feel like they have to push their creativity to extremes, but you are not prepared for the reality of the fashion world. I mean, the schools are about experimentation and exploring different aspects of design, but then you have to learn about the business on top of that. Students are working on the surface of things. You know, people have to
want it, they have to buy it and should also be able to wash it. (mutual laughter). Is that something that matters to you when you design? Do you think about it a lot? Of course, the practical aspect is very important for me. Fashion only exists when it is worn. There are always pieces that are fragile, for instance, but you cannot make a complete collection out of them. You have to take the commercial aspect into account, look at what fabrics do and how they can be used, how you have to work out the prices and so on. All these things are connected for me and the work we do in the studio reflects that. Fabrics are key for us and we work a lot with different treatments and textures, trying to find out what happens to materials after several operations. It is a lot of logistics in the end, if you want to make it work. You have developed your own style and sensibily over the years and it is something that seems to be quite close to who you are as a person. How would you define it? I think that things happen quite randomly in a way and once something
comes up, I try not to block it and let it grow. Within the creative process, I am very open and like to let things flow freely, I do not start with concepts or preconceived ideas about what the collection should look like. Would you define this as a completely spontaneous process then? Well, not really. There are things that I like and others that I am clearly not interested in. Such as? Well, I do not really like overlayered styles, for instance. I do not like naive or childish things either. That does not mean that things cannot change, but I do like some kind of straightness and details need to have a real function. They should be understandable and not too abstract.
and unique. This is what is really important to me, to develop my own style and make sure that there is a link from one season to the next. One thing that strikes me about your shows is how much the personality of each model comes out. Is this important for you that the clothes never overpower the men? Yes, definitely. During the casting and fittings, we always try to make sure that the boys do not look overdressed in the clothes. They have to work for them. I cannot decide about somebody unless I see the clothes on him, so we have a lot of try outs before picking the right guy.
And how do feel about trends in general? Well, I know they are there and do not ignore them, even though I do not want to follow them. The thing is, there are so many trends now that, in five years time, everything will be included and valid. It does not feel like they are that relevant now. You can wear slim, baggy, you can do 50s, 60s, 70s, you will find it everywhere if you look for it.
Do you actually talk to them and find out what they like? Well, you see that when they put things on, you understand instantly whether or not they like it. For instance, it is clear that a certain type of guy is never going to wear shorts, so I am not going to make him wear them. It is important for me that they feel comfortable with what they have on. That personality aspect is really strong for me. You can start out with a piece you do not really like, but when you find the right person for it, it looks fantastic. Everything is a question of appearance and balance.
Your clothes are fairly free from references though. I guess they are. I do not name my collections and do not work with speficic themes, even though the evolution of each collection is singular
There is a strong sensuality coming out of your clothes and shows. Does sexiness play an important part in your work? It does. And sometimes it has nothing to do with the amout of flesh
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that is being shown. A guy could be completely covered-up and still be sexy. I guess sensuality is more about the way a person behaves, how they move, everything really. That makes working with models difficult sometimes, because they go from one show to another and you do not always get that feeling coming out of them. Do you sometimes try to work with the same guys? Yes, we do. There was one black guy who did six shows for us, one after the other. There is one guy at the moment who has already made three shows, but it is always difficult to keep working with the same as they might not be free one season or the style changes and they do not fit the clothes the way they should. Recently, I have wanted to move on from a very slim silhouette and include a bit more volume, while keeping everything quite compact. A lot of your clothes are very light, too and seem almost immaterial. Is that an aspect that you also explore? I guess there is always a search and fascination for clothes that can be light and airy. I also like going against fabrics in a way, knowing what they are normally used for and try to do something completely different out of them. For me, satisfaction often comes from designing a very simple piece, but in the material that I find perfect for it. Lightness appeals to me, because you can use new kinds of high-tech materials which make it possible.
on these aspects and find more solutions. It is quite tough negotiating and dealing with shows in Paris. Do you think your team is more motivated in a way? I think they are. I had bad experiences with companies here before and these people are very enthusiastic and look at things from a fresher perspective. I like the idea of taking them with me into a different context and seeing what happens. I do enjoy that process. When was your first show here? It was Spring/Summer 2004. We have shown here for almost five years, but it feels like time has passed so quickly. We need to continue developing the men’s line and make it really complete.
There is also an element of surprise in your clothes, particularly with fabrics. Sometimes you cannot tell if something is made out of nylon or silk, leather or man-made. Does that ambiguity appeal to you, too? Yes, it does. When you deal with high-tech fabrics, a lot of people thing about the 90s, shiny materials or threads mixed with metal, but there are so many possibilities now to make things out of these fabrics that can be used every day. That research part of my work is fun. We source suppliers from different parts of Europe and have been working with some companies from the very beginning, even if finding what we are looking can sometimes be hard. The thing is that a lot of textile companies follow the big trends from design houses and it makes it trickier finding things that are original. If these big houses decide to do animal print, then you will find it at every corner! (mutual laughter).
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I guess these are the problems you come across being independent, too. Yes. It is hard finding something new and special when you are not working with high production volumes, but you find a way somehow. How does living in Vienna affect your work? Well, I have my team over there and we come to Paris twice a year for the shows. It does make things difficult at times, but I also think that my designs would be different if I lived in Paris. Being immersed in the fashion world constantly would change my taste and perceptions. I think you have to work it out with what you have got. We are based in Vienna, but can accomodate things to be able to show and sell here. We are learning by doing and always try to make new contacts. Our casting director is in Paris, for instance. Our communications system is running well, too and from season to season, we try to improve
You also did some women’s pieces. How did that come about? Well, we started slowly with it and we do not have a show for it at the moment, it is more confidential and an “insider” kind of thing. I think it is still too early to communicate on the women’s, as I am still experimenting with it and would like to make it more focused. Did it come from people asking you to design women’s clothes? Yes, it did. I also knew that so many girls were wearing the men’s pieces, so it developed naturally. The womenswear market being more competitive than the men’s, I felt like it was okay taking my time with it and being able to refine our vision for it. I am a bit of a slow burner, you see. I like to take my time with things, but always have the desire that they will last. — Stylist: Ruben Debuck @ C’est Chic Grooming: Sabine Peeters @ C’est Chic Models: Seppe @ La Agencia y Lenaart @ Success Paris —
TEXTO: YOLANDA MUELAS / FOTOS: HUGO DE LA ROSA
ELENA MARTÍN FRENTE A LA DESIDIA, CORAZÓN Este es mi reino, dice Elena con los brazos abiertos y una enorme sonrisa justo cuando estoy a punto de desaparecer por la puerta de su casa escaleras abajo después de dos horas de charla que se han pasado volando entre risas. Y nadie diría al pisar la oscura portería que su reino es un piso adorable y sin mácula, de orden casi marcial. “No me mires así”, dice ella a modo de saludo, “esta casa respira perfección y me gusta, vengo de mi mundo caótico y aquí me siento relajada. Pero esto es cosa de mi chico. Por eso creo que me casé con él”. Risas. Y sentencia: “Yo soy un desastre”. Respiro tranquila. No por nada. Me siento a gusto en espacios acogedores, por supuesto, pero me incomoda ese tipo de personas que te fulminan con la mirada solo porque pusiste el cenicero donde no debías, o dejaste el vaso en la mesa sin darte cuenta de que ahí, ¿no lo estás viendo?, justo ahí, tienes un maldito posavasos para no hacer esto tan terrible que estás haciendo. Así que si ser un desastre significa que puedo dejar la chaqueta y el bolso ahí mismo sin preocuparme demasiado, entonces vamos bien. Buena anfitriona, Elena enseguida deja claro a qué tipo de desastres se refiere, a esos que hacen que te olvides de ti misma (“si fuera por mí aquí no tendría ni muebles y dormiría en un colchón”) porque te pasas todo el tiempo obsesionado con algo, el monotema que decía un amigo. El monotema de Elena, como de tantos otros, es su trabajo. Elena es diseñadora de moda. Ella es quien firma las colecciones de Martin Lamothe, una de las marcas españolas más internacionales que en tan solo dos años y cuatro colecciones ha conseguido la complicidad tanto de profesionales de la moda como de ese público menos conservador que siempre está abierto a nuevos nombres si su trabajo resulta interesante. Y el de Elena desde luego lo es. Curtida en Saint Martins, donde llegó a cursar un master con apenas 20 años después de haber estudiado en Barcelona en la Escuela de Artes y Técnicas de la Moda, ha trabajado además con diseñadores como Alexander McQueen (“solo estuve una temporada de prácticas con él”), Robert Cary Williams o Rafael López. Cuando era chiquita quería ser como Galliano o Balenciaga. Luego en Saint Martins aprendió que sería más interesante ser alguien como Katharine Hamnett a quien admira profundamente. Y ahora ya, asentada en Barcelona de nuevo, su ciudad natal, Elena Martín tiene claro que lo único que le interesa es ser Martin Lamothe. Una firma que tiene en los estampados su punto fuerte, pero que para nada descuida el patronaje en sus prendas, es
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más, es algo que en el futuro piensa potenciar. Unas prendas que se presentan a veces con formas rígidas y fuertemente arquitectónicas, como en la colección de este invierno Sandokan 2, otras más lánguidas y femeninas como en Sandokan 1, y otras que trabajan la sastrería como en Home sweet home, la colección del próximo verano inspirada en el fotógrafo Martin Parr que se pudo ver en el pasado 080 Barcelona. Sea como sea, Elena es una mujer de ideas claras que se muestra en constante evolución, pero que ha sabido crear un estilo propio en el que el diálogo entre lo comercial y lo creativo se lleva afortunadamente sin muchos sobresaltos. Así que querías ser Galliano… Bueno, quería ser el próximo Galliano. O Balenciaga. Eso aún lo quería con 20 años cuando llegué a Londres. Pero luego al entrar en Saint Martins me di cuenta de que todo el mundo quería lo mismo. Había tantos Galliano allí que dejó de interesarme. Saint Martins me cambió todos mis esquemas. Pasé de querer ser Galliano a querer ser Katharine Hamnett y, claro, eso es muy diferente. Ya no quería hacer divas. Quería hacer algo más cercano, más real. Dejó de interesarme tanto disfraz. No te va el circo. Al principio sí. Llegas allí siendo tan joven que todo te deslumbra, todo ese espectáculo grandilocuente que es la moda, pero luego se me pasó. Acabé Saint Martins harta de tanta competitividad. Pensé, voy a hacer algo que me divierta porque luego eso es lo que me espera. Así que me metí mucho en la escena musical y de teatro, hacía ropa para espectáculos, performances, me junté con un grupo de gente muy interesante y eso fue lo que hice durante un tiempo. ¿Qué paso luego? Pasó que a los cuatro o cinco años empecé a cansarme. Decidí que estaría bien empezar a trabajar en una gran casa, y luego decidí que si lo conseguía, eso me ayudaría muchísimo para crear mi propia marca. Por aquel entonces recuerdo que solo leía sobre diseñadoras como Sonia Rykiel, Maria Cornejo, Ann Demeulemeester y por supuesto Hamnett. Necesitaba saber cómo lo habían hecho, cómo lo habían conseguido. Y fueron ellas quienes me enseñaron que no era necesario tener una gran estructura para crear tu propia firma, ahí tienes a Demeulemeester que es una empresa casi familiar. Esas lecturas me ayudaron mucho. Además yo estaba entrenada para hacer de todo, hacía patrones, cortaba, cosía, hacía estampados, eso es lo que había aprendido en Londres. Parece que la moda es algo muy ordenado pero no lo es tanto. Claro, no es lo
mismo si te vas a trabajar a Yves Saint Laurent, pero vete con un diseñador tipo… Hussein Chalayan por ejemplo, estoy segura de que él está en todo, de que es un poco así. Durante este tiempo aprendí también que tuvieron que pasar 10 años para que Ann Demeulemeester fuese conocida. Y con casi todos lo mismo. Así que aprendí a tener paciencia. Me dije, vamos a empezar despacito y veamos qué pasa. Así que lo de trabajar para una gran casa se acabó… Sí, totalmente. Ahora eso ya lo he descartado, de lo contrario no me habría vuelto a Barcelona. Volver aquí significa un paso atrás en la lucha por llegar a esas casas. Ahora lo que me interesa es Martin Lamothe. ¿Y después de cuatro colecciones en qué punto se encuentra Martin Lamothe? Ahora es cuando por fin tengo un equipo de gente en el que confío plenamente y con el que puedo desarrollar no solo las colecciones sino otros proyectos. Desde luego mi idea no es quedarme en Barcelona. Me gustaría desfilar en Londres o París, pero París resulta carísimo y lo que tampoco quiero es llevarme luego un batacazo. Londres está más a mi alcance, allí sigo teniendo a mi gente, a mis amigos. ¿Cómo se lleva compaginar las ideas con el presupuesto final que tienes para cada colección? Seguro que es una negociación difícil que puede llegar a ser frustrante… Es algo de lo que no soy muy consciente porque no me organizo mucho. Si lo hiciera nunca empezaría. Yo voy haciendo y llego hasta donde llego. En la colección del próximo verano quería hacer unos vestidos muy monos utilizando porcelana, pero al final no pudo ser. Claro, luego miras la colección y siempre te das cuenta de lo que falta. Y sí, eso es un poco frustrante. Decir, qué pena no haber llegado, porque en ese caso era el concepto de la colección llevado al vestido. Pero si no se puede no se puede. Ya se podrá más adelante. No has podido hacer esos vestidos y al haber tanta sastrería Home sweet home ha quedado una colección con un aire bastante masculino… Sí, es cierto. Cuando pensaba en la colección imaginaba a los abuelos en la playa sentados en un banco. Esa era la imagen. Es por eso que esta colección respira trajes, camisas abiertas, camisetas imperio debajo. Y luego para el desfile encontramos esos zapatos. Es como si viera ahora a mi tatarabuelo, a Papá Juan, sentado con el Ducados, el sombrero y el reloj de cuerda. Esa es la estampa. Esa es la colección. Y esos son los zapatos.
Aún así, la capa, una de tus señas de identidad, también ha estado presente. Claro, pero es que debo hacerla. Esta vez era en versión camisa con la capa detrás. Ocurre que las capas siempre salen en prensa y tengo clientes que siempre las compran. Esta prenda me paga la colección y prescindir de ella pone en peligro la supervivencia de la marca. La de esta colección la desfiló Irina Lazareanu y luego la hemos visto por ahí vestida con ella. Irina fue súper maja. Seguimos en contacto desde entonces. Se enamoró de ella y la quiso comprar, así que le dije, bueno, si te la vas a poner te la regalo, y ella ahí sacando los billetes. Lo pude hacer porque tenía tela para coser otra, sino nada. Y ella: “¿De verdad? Claro que me la pongo”. Luego me llamó desde Nueva York cuando durante la semana de la moda se fue a la fiesta de Purple con la capa: “¿Me has visto? ¿Me has visto? Marc Jacobs quería que me pusiera un vestido suyo ¡¡¡pero yo preferí llevar el tuyo!!” Me gusta su actitud en plan las chicas somos guerreras. Entre lo que dice de verdad y lo que dice de mentira y que está volada es muy simpática. Te dice cosas como que en moda las mujeres tenemos que apoyarnos porque es un mundo dominado por los gays y cosas así. Me cayó muy bien. Y eso que cuando la vi entrar por el backstage me quedé muerta. Acababa de venir de México y venía hecha una zíngara, toda morena. La gente no la reconocía. Le dije, pero Irina, aquí hemos pagado por la Irina británica de piel blanca, no por la mexicana, ¿qué hiciste? Y se moría de la risa. Tuvieron que ponerle un montón de maquillaje clarito para que volviera a lucir pálida. ¿Cómo acabas tomando un nombre que parece de chico? Seguro que la gente se confunde. A veces, pero no es malo. Me da cierto relax. Por ejemplo, en París, cuando vienen los compradores a Rendez-Vous se piensan que soy de ventas de Martin Lamothe, y eso te da confianza porque va muy bien para esos momentos en que no necesitan saber que eres tan pequeño. Porque Martin Lamothe es una firma, no un desgraciado haciendo ropa. Que al final sí lo soy, pero te puedes esconder un poco. En cuanto al nombre, a mí siempre me han llamado por mi apellido. Y lo de Lamothe es por el saxofonista Ferdinand Lamothe. Empezó un poco como una gracia y al final se quedó. Siempre me ha gustado como suena ese nombre, Martin Lamothe, que además es el nombre de un cómico francés de la época de Louis de Funes. Yo pensaba que nadie se iba a acordar de él, y vaya si se acuerdan, los franceses se extrañan un montón, ¿tú cómo conoces a Martin Lamothe? Hasta me
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han preguntado si somos familia. Más fuerte aún, me contactó alguien de la familia que estaba haciendo el árbol genealógico. Imagínate lo bizarro del asunto, y yo ahí en plan, no, si yo solo soy una diseñadora de Barcelona que se llama así. ¿Diseñadora? Sí. ¿Con a? Sí. Vale. Muy marciano todo. Marcianadas aparte, ¿cuántas veces has llorado por culpa de tu trabajo? Uf, muchas. Si te contara. Con la colección de verano sin ir más lejos. Hice algo que nunca hago: me fui a Los Angeles de vacaciones y dejé todo listo para coser. Cuando volví a mediados de agosto y vi la colección no lloré más porque no pude. Con la de dinero que me había gastado en los tejidos y no había ni una sola prenda que me gustase. Ni una. Y todo por no haber estado encima. Hay muchas cosas que se deciden en la confección. Cuando una prenda tiene mil parches es tan fácil que se vea fea, hortera o ñoña. Lo que salió era tan lejano a mí que tuve que empezar de cero. La sastrería era un horror. Me había arriesgado demasiado con los colores y los tejidos y todo quedó tan carca, tan de abuelo… A la costurera le encantaba, claro. Y yo venga llorar cada vez que me decía que ella lo veía bien. Me pasé todo el mes de agosto en el taller de costura cortando patrones otra vez porque habían cosas que no funcionaban y observando como cosían.
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No solo eres muy visceral sino que además te gusta participar en todo el proceso de elaboración de la prenda, por lo que veo. Es que si yo no me enguarro es como si la colección no fuese mía. No me gusta que la hagan otros. Ya sé que hay quien dibuja y luego da los dibujos para que saquen los patrones, yo no puedo. Tengo que hacerlo todo yo. Si se lo doy a un patronista ya no es lo mismo. Porque soy yo quien tiene esa prenda en la cabeza. Cuando lo he hecho no ha salido lo que yo quería, ves la prenda colgada y no te identificas con ella. Y eso es lo peor. En su día estuviste trabajando para Miró Jeans. ¿Por qué no compaginas ahora tu firma con el trabajo para otra marca? Porque aquí no hay forma. Cuando tienes tu propio proyecto necesitas cierta libertad para preparar las colecciones, para presentarlas, y las marcas no están dispuestas a dártela. Te conviertes en un mero funcionario. Soy muy responsable y tengo una capacidad de trabajo brutal, pero esto aquí no sirve. No sirve que puedas entregar la colección a tiempo organizándote a tu manera. Aquí quieren que fiches a las ocho de la mañana y con eso no puedo. Recuerdo que en las entrevistas de trabajo siempre decía más o menos lo mismo, hombre, como puedes comprender cuando lo aprenda todo me marcho. Pero hasta ese momento no os preocupéis que os lo doy todo. Estrujadme todo lo que queráis. Pero aquí nadie lo entiende. ¿Vas a venir y te vas a
marchar en dos años? Nada de eso. Aquí es rollo funcionario. Si te quedas toda la vida mejor. Y si son las seis de la tarde y toca irse, poco importa que mañana tengas una entrega y se quede medio colgada. En Londres eso es impensable. Y aquí es el pan de cada día. Y aunque cobres un buen salario, no vale la pena. Esa desidia se te acaba pegando. Y para eso prefiero trabajar de traductora. Prefiero pagarme las facturas con algo que no me toque el corazón. La desidia, en algo que no me toque el corazón. Y si puedo evitar esa palabra en mi vida mejor. Aunque tenga que trabajar 24 horas al día. Yo feliz. — Estilismo: Carlos Trujillo Asistente de estilismo: Jorge Bolado Moo Maquillaje y peluquería: Tatiana Rodríguez Modelos: Kristel Valkenhoef @ La Agencia y Alexander Yurin @View —
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ÍNDICE CONTENIDOS
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28
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RODARTE Ángela Esteban Librero
TERENCE KOH Álex Brahim
EL DELGADO BUIL Carol Marín
CLAYTON PATTERSON Alejandro Nieto
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40
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RUSSIAN RED Alberto Fernández Otto
PETAR PETROV Philippe Pourhashemi
MARTIN LAMOTHE Yolanda Muelas
REVISTA METAL #13 www.revistametal.com www.myspace.com/metalmagazine
Directora Yolanda Muelas yolanda@revistametal.com
Editor de moda en París Julian Monge julian@revistametal.com
Edita Jazzmetal, S.L. metal@revistametal.com
Director creativo Julian Monge julian@revistametal.com
Editora de moda y coordinadora de contenidos en Nueva York Ángela Esteban Librero angela@revistametal.com Editora de moda asociada Romina Herrera Malatesta romina@revistametal.com Asistente de moda Dora Sasvari
BARCELONA Aribau, 168 1º 1ª. 08036 Barcelona +34932955840
Redacción Poncho Paradela poncho@revistametal.com Natalia Schwarzenberg natalia@revistametal.com Yanira Gil yanira@revistametal.com Editor de moda Alberto Murtra alberto@revistametal.com Editor de moda junior Carlos Trujillo carlitos@revistametal.com Marketing, relaciones públicas y eventos Victoria Gómez victoria@revistametal.com Realización y Dirección de arte Albert Folch Studio www.albertfolch.com Diseño gráfico Omar Sosa omar@albertfolch.com
Suscripción 5 números al año España 30€, Europa 55€, Estados Unidos 100$ resto del mundo 70€
50 — staff
Editora de moda en Londres Raquel García raquelg@revistametal.com Editora de moda y coordinadora de contenidos en Los Ángeles y México DF Chiara Arroyo Cella chiara@revistametal.com Colaboradores Alberto Fernández-Otto, Alejandro Nieto, Álex Brahim, Álex Ceball, Amanda de Simone, Amanda Parmer, Amets Iriondo, Ana López, Ana Luisa Isola, Ana Murillas, Aya Kominami, Cara O’Dowd, Carol Marín, Carolina, Charlotte Ballesteros, Charly Welch, Cedric, Chinatsu Nobe, Christophe Kutner, Dafne, Daniel González, Daniel Jackson, Daniel Sannwald, De María, Dieter Deswarte, Francesca Rinciari, Frank Delmarcelle, Gina Crozier, Gudrun Willcocks, Hadas Cnaani, Helen Eleftheriou, Hiroshi Matsushita, Jésica, Johnny Misheff, José Antonio López, Julie Baudrier, Laurent Dombrowicz, MB García, Maja Flink, María Martínez, Marie Aude, Marie Taillefer, Mariko Ouchi, Matthieu Pabiot, Mattias Karlsson, Max Abadian, Mónica Bustos, Netalya, Núria Rius, Paco y Manolo, Paco Garrigues, Pancho Saula, Paula Yacomuzzi, Philippe Pourhashemi, Rad Hourani, Ramona, Eschbach, Richard Jensen, Santi Rodríguez, Siwha Lee, Stephen Rose, Topolino, Txema Yeste, Víctor Álvarez, Vincent de Moro, Virgili Jubero, Xavi Gordo, Yuka Washizu.
PARÍS 11, rue de Liege. 75009 París +33950029893 NUEVA YORK 112 North 6th street 2R. Brooklyn NY 11211, USA +19082492352 Depósito legal B-29469-06 ISSN 1887-3448 Publicidad publicidad@revistametal.com Impresión Gramagraf www.gramagraf.com Distribución Comercial Atheneum 93 654 40 61 www.atheneum.com Distribución en París: OFR Publications Europa: Tiendas de American Apparel Distribución en Estados Unidos: Lords News International METAL no se hace responsable de los artículos y opiniones de sus colaboradores. El copyright de las imágenes y textos que aparecen en la revista pertenecen a sus autores. No se permite la reproducción mediante cualquier medio sin permiso expreso de los mismos.
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COMME DES GARÇONS PARA H&M Rojo en la agenda Texto: Ona Poveda Fotos: Arnaud de Harven
Jueves 13 de noviembre. Ese es el día. Bueno, menos en Tokio donde lanzan la colección algo antes. No está claro que se líe la del año pasado como ocurrió con Roberto Cavalli, pero más vale no arriesgarse a llegar a media mañana y encontrarte con media tienda arrasada. Al fin y al cabo los seguidores de Rei Kawakubo están que no se lo creen desde que a principios del pasado mes de abril la firma sueca diese la noticia. Comme des Garçons crea una colección para H&M y nosotros nos alegramos. ¿Qué habrá hecho una mente privilegiada como la de Kawakubo ante semejante reto? ¿Será posible que la magia de su trabajo llegue a una colección asequible al más común de los mortales? Juzguen ustedes a tenor de sus propias palabras: “Tuve el presentimiento de que sería muy emocionante colaborar con H&M para vender las prendas de Comme des Garçons en lugares donde nunca se han vendido y llegar a gente que quizás aún no las entienda. Casar el ingenio comercial de H&M con Comme des Garçons se me presentó como un desafío fascinante”. El desafío se traduce en una colección de mujer y otra de hombre que incluye además una línea de accesorios y una fragancia unisex. Sastrería impecable, patrones deconstruidos marca de la casa y topos a tutiplén. Mucho negro y apenas unas pinceladas de rosa, rojo, azul, gris y blanco. Para ellas, blusas, faldas, chaquetas y el trench que toda mujer debe tener en su armario. Para ellos, de nuevo la gabardina como pieza estrella, pantalones en lana hervida, un chaquetón marinero y las ineludibles camisetas de topos. ¿Guiño a los seguidores de H&M más exigentes o pura operación de marketing? Poco importa y lo mismo da. Lo mires por donde lo mires la jugada es perfecta. Y aunque algunos diseñadores no aceptan a entrar en el juego, ahí tenemos a Miuccia Prada sin ir más lejos, que ya dijo en su día que si lo suyo es el lujo no entiende por qué debería llevar la esencia de su firma a una cadena de ropa barata, otros hacen la guerra por su cuenta. Y si no que se lo digan a Marc Jacobs, que con sus chucherías de todo a cien trae a sus fans de cabeza. Los chavales que se rascan los bolsillos hoy para comprar sus objetos souvenir y sus prendas de bajo coste pueden ser los clientes adinerados de mañana. Y aunque no lo sean. Lo importante es estar en todos los frentes, se ponga el señor Arnault como se ponga. ¿Ser el director creativo de una marca de lujo como Vuitton y vender espejitos y pulseras de plástico? Y por qué no. Puedes permitirte eso y más cuando todas se mueren por lucir un vestido tuyo y eres la personificación misma de
lo cool. La verdad es que tengo curiosidad por saber qué haría Marc Jacobs para H&M llegado el caso. No creo que eso suceda, pero nunca se sabe. Habrá que esperar hasta el año que viene para descubrir quién es el responsable de la nueva colaboración. Ann Demeulemeester estaría estupendo. Y Alexander McQueen ni os digo. Total por pedir que no quede. — Estilismo y produccion: Gladys Asistente de fotografía: Stanislaw Jagiello Maquillaje: Alex Vaverde para MAC Cosmetics Modelo: Marie-Alix Verhoeven @ Vision Model Management Toda la ropa de la colección de Comme des Garçons para H&M Todos los sombreros son The Grass Hopper —
ADIDAS ORIGINALS BY ORIGINALS TALKING WITH JEREMY SCOTT Text: Damien Delille
Sportwear brand Adidas does not stop asking big names for collaborations. Originals by Originals, starting on next February 2009, aims to create a mini collection of apparel and footwear products, with three different designers: Alyasha, Kazuki and Jeremy Scott. The great enfant terrible of the fashion world presented his new fashion show in Paris and answered our questions on how urban style met fashion craziness. We can’t help but wondering what will be the next move?
How did this partnership come out? A couple of years back, we did a project called Adicolor, with tracksuit and shoes, using Keith Haring prints. Then little by little, they asked me to extend the collaboration, which I was very excited about, because I love the brand. That is how I got the opportunity to play with the icons of sportwear. Adidas has been very supportive, even the crazy pieces, that became people’s favourite. What are your favourite models you made for this collection? There is a couple of jackets from the super star track jacket, one with ruffles, and one more feminine with scrutches. I
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wanted to develop an idea of the evening wear with fancy ideas and put them with the sportwear elegant. For instance, the basketball jersey with the fringe on it looks more like a French flapper dress. The basketball shoes in gold and white with wings, I really wanted them to float around, like flying with them! In this Summer season runway, these basket shoes appear as a real mix and juxtaposition with different icons: the contrast is like the 1980 revolution with the 1790 revolution: something that is completely far apart. This partnership with Adidas looks very obvious and your past collaborations prove it. Why didn’t this collection happen before? That is a question for them. I’ve been waiting and waiting. You say in America: “Always the bride made never the bridesmaid”. It just takes time for things to happen at the right moment for everyone. You know how many people copy Adidas stripes. I get to legally do it, unlike lots of designer... Please, there is only one Adidas and I can work it. Is this collection another way to touch more people? Definitely, it’s more affordable than all my clothes. I believe that clothes should be bought by people who love them,
like cool kids that do not have crazy bank accounts. I want real people wearing my clothes. Adidas allows me to reach a wider distribution, with the capability of the production and a great quality. It is really a dream come true. It’s also for speaking to another segment. There is sneaker head boys, that only know me through Adidas. They freak out when they see me but they don’t know about the fashion world, it’s very excited about this crossover. I definitely want to get new people. I will always be very populist, like Andy Warhol and Pop Art, in order to involve everybody in that fashion world. Everyone has this possibility. Like Stella McCartney did for Adidas this season, can you imagine creating swimming clothes? I definitely want to do swimming wear, to do things that are far more challenging. Let’s hit the Olympic in the next four years and see if we can get some people dressed!
SIX SCENS SEIS IDEAS, SEIS PERFUMES Texto: Beatriz Ramos
El nombre es de lo más sugerente, pero no tanto como la propia naturaleza de la que parte el proyecto. Y es que Six Scents es igual a Alexander Herchcovich, Bernhard Willhelm, Cosmic Wonder Light Source, Gareth Pugh, Preen y Jeremy Scott unidos para crear. Pero esta vez no se trata de colecciones para vestir tu cuerpo, sino fragancias que generan un concepto ligado a sus diseños que va directo a la nariz y a la cabeza. ¿Cómo transmitir la línea experimental de Jeremy Scott a través de un perfume? ¿A qué huelen las estructuras geométricas de Alexander Herchcovich y las lúgubres creaciones de Gareth Pugh? ¿Tienen un aroma específico las atrevidas composiciones de Cosmic Wonder Light Source? ¿Qué tipo de olor desprenden los coloridos estampados de Berharnd Willhelm o el particular british style de Preen? La respuesta a todas estas preguntas está en Six Scents. Y es que no se trata de una línea de perfumes cualquiera, sino de un proyecto que va más allá. Six Scents sienta sus bases creativas en la colaboración de artistas
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procedentes de diferentes disciplinas y el resultado que obtiene no decepciona: fragancias que reflejan a la perfección la visión de la moda de seis jóvenes diseñadores y que consiguen evocar un concepto de perfumes más actual. Joven, unisex, una línea de edición limitada apoyada por la distinguida casa de perfumes Symrise y con un porcentaje de recaudación destinado a fines benéficos, con la participación de Designers Against AIDS. Si además añadimos que la venta será exclusiva en las tiendas Seven New York, hay que reconocer que tiene una pinta irresistible. Pero una combinación de olores con gancho no aparece por casualidad. Diagonal es el acierto olfativo de Gareth Pugh, y nos explica el juego con los sentidos que se vivió en el proceso de su creación. “Emeline Cooperman, mi perfumera en el proyecto, vino con aromas inspirados por mi trabajo, y mantuvimos montones de conversaciones sobre qué queríamos conseguir exactamente”, explica él. Y es que no es fácil llegar al aroma deseado partiendo de una idea o una palabra, pero ese es precisamente el trabajo de un buen perfumero.
En el caso de Illicit Sex, de Jeremy Scott, esta canalización se llevó a cabo a la perfección: “Son ellos quienes crean esos perfumes para evocar los pensamientos y sentimientos del diseñador, y siento que han hecho un gran trabajo traduciendo mi visión en una fragancia”. Y lo cierto es que estas referencias estéticas propias de cada diseñador también pueden apreciarse antes de presionar el vaporizador. El diseño de los frascos, enumerados del uno al seis, presenta un estilo de lo más representativo y fiel al sello de cada uno, sin perder, eso sí, un denominador común que unifica visiblemente las seis creaciones dentro de un mismo concepto. De ahí que el color, en blanco y negro, la silueta y el tamaño del frasco sea el mismo para todos los perfumes y se reserven los detalles de distinción a la etiqueta y al packaging exterior.
HABLAN LOS PERFUMISTAS Alexandre Herchcovitch Urban Tropicalia “Este perfume se inspira en la libertad creativa del diseñador. Puede ponerse en cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier ocasión”, Joachim Correll
Bernhard Willhelm Wicken 3000 “Una esencia ligera, fresca y limpia que plasme una fusión de los elementos. La idea era crear un perfume cercano a los elementos del agua y el aire, pero con un acercamiento futurista. Expresar la vuelta a la naturaleza con una fragancia pura y esencial”, Lucas Sieuzac
Cosmic Wonder Light Source The Spirit of Wood “La inspiración para esta fragancia viene de la colección de moda de Cosmic Wonder Light Source orientada a la naturaleza. La idea era crear una fragancia ruda y natural utilizando un montón de aceites esenciales con notas de madera, vetiver e hinoki”, Philippe Paparella
Gareth Pugh Diagonal “Contraste, ambigüedad, dualidad. Gareth Pugh dice sobre su estilo que ‘es una lucha entre la luz y la oscuridad’, eso es lo que intento transmitir con este perfume”, Emilie Coppermann
Jeremy Scott Illicit Sex “Illicit Sex es un ensayo del amor: el encuentro entre la fragilidad y la fortaleza”, Philippe Roques.
Preen Teen Spirit “La idea que teníamos con Preen fue capturar un jardín de verano ingles después de la lluvia, ligero, natural, floral, fresco, pero no dulce”, Mark Buxton
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NEDKO SOLAKOV 99 FEARS
BRUCE LABRUCE BLOWBACK
Texto: Rosa Para
Texto: Leire Gaona
He aquí un catálogo de miedos. Nedko Solakov, unos de los artistas búlgaros más reconocidos cuya obra ha pasado por diferentes bienales (Venecia, Sydney, Estambul…) recoge en este bello libro editado por Phaidon, los 99 dibujos sobre papel que ya se pudieron ver en formato exposición el pasado verano en Documenta 12 bajo el título de Fears. Tierno, irónico, macabro o juguetón, todos estos adjetivos pueden aplicarse a un Solakov que lo mismo se recrea en sus temores más íntimos que deja volar su imaginación hasta otros mundos, muchos de los cuales sin duda también están en este. Más allá de un divertimiento plagado de claroscuros, 99 fears es un compendio de los miedos, temores y ansiedades que acechan a nuestra sociedad moderna y acelerada. El temor a la muerte, a la enfermedad, a la tentación, al destino… El miedo a sentir miedo que desaparece si cierras los ojos pero que echas de menos porque la vida está para vivirla y no para no sentir, quizá uno de sus dibujos más sencillos y más hondos a la vez: Unos ojos cerrados y una leyenda que dice: “All of her fears suddenly went away. ‘From now on, I’ll stay with my eyes closed’, she said to herself and almost inmediately got the desire to open them”. Como aquí, cada dibujo aparece con un texto escrito a mano que es una pequeña reflexión del autor. A veces, expresa uno de sus miedos más temidos, como en ese dibujo con la palabra AIDS, en el que Solakov escribe: “One of my biggest fears (sometimes the biggest). And I am not really screwing around”. Otras son el reflejo de la angustia existencial a la que esta vida nos aboca muchas veces sin remedio, ahí está ese tipo decidiéndose a saltar por un desfiladero para acabar de una vez por todas y la leyenda que pone un punto de humor a la tragedia: “A desperate man wants to commit suicide by jumping from a cliff. Here comes the unexpected obstacle, there is not water down there, only stones, very hard and ominiously looking stones”. Curiosa paradoja que posiblemente nos salve aquello que nos mataría con toda seguridad cuando lo que buscas es la muerte y no la vida. O quizá es solo que andas buscando la vida en la certeza de que no quieres la muerte. De cualquier forma, los dibujos de Solakov, a veces más delicados otras gruesos bloques de tinta que apenas esbozan una figura, te hacen reflexionar y te ponen un sonrisa en los labios. Y bien podrían ser un buen conjuro para alejar esos miedos que a veces nos complican la vida sin razón. 99 Fears, Phaidon 2008. 24,95€
Figura imprescindible de la contracultura contemporánea y uno de los autores más influyentes del arte iconoclasta, Bruce LaBruce tiene infinidad de seguidores en todo el mundo y Barcelona no es excepción. Excepcional si es, sin embargo, que una muestra suya visite la ciudad. Blowback, en el joven y prometedor espacio Antigua Casa Haiku, reúne más de una veintena de sus fotografías, incluyendo varias de sus imágenes más emblemáticas y algunas bastante inéditas. Agrupadas en dos segmentos, uno lineal refleja los trabajos de orden político, racial y religioso, mientras otro de estructura aleatoria constituye un microcosmos de representaciones homoeróticas, en su mayoría disidentes al estereotipo mainstream gay. Como siempre, una carga sexual explícita, todo tipo de simbolismos irreverentes, guiños a la imaginería de la moda y alta belicosidad, se dan cita en una extravagante saturación cromática. La muestra se complementa con una instalación resultado de una performance participativa hecha durante la inauguración. Allí, tres zombies terroristas con armas, vísceras, mucha sangre y la bandera catalana de fondo, recibieron a un público desnudo o en ropa interior que desfiló, durante dos horas, pasando por turnos para hacerse dos polaroids. Una fue regalo para el fotografiado, la otra permanece en el espacio junto con la puesta en escena, los artilugios y las manchas, haciendo del rastro de la acción un espacio congelado en el tiempo que ilustra su propia historia. Además, la noche de la inauguración Bruce dejó ver en el Club Tropicana de Silvia Prada por qué es uno de los Dj’s favoritos de varias de las mejores fiestas privadas del mundo. LaBruce se encuentra actualmente girando por el globo su más reciente film, Otto; or, up with dead people, la preciosa historia de un melancólico zombie gay. Metáfora del desadaptado sociosexual al que el autor suele hacer referencia en sus películas, fotografías y escritos, la historia es a la vez un canto a la noción de realidad individual. Como siempre, una cuidada fotografía y una impecable dirección artística, un profesional ejercicio de narrativa cinematográfica y una gran capacidad para entretener y transmitir mensajes en simultánea. Otto, tras ser estrenado en Sundance, ha pasado por la Berlinale, el Istanbul Independent Filmfestival o Palais de Tokyo París; entre sus más recientes presentaciones figuran el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges o MOMA New York. Bruce LaBruce – Blowback Hasta el 28 de noviembre en Antigual Casa Haiku. Milà i Fontanals, 14. Barcelona. www.antiguacasahaiku.org
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CUT COPY Algunos apuntes sobre su nuevo álbum Texto: Ricardo Uhagón Vivas
Estuvieron de gira por Estados Unidos en verano junto a los Black Kids para presentar In ghost colours, su nuevo trabajo. Tras su concierto en Nueva York nos citamos con ellos al día siguiente en Joe The Art of Coffe, unos de los mejores sitios para tomar café en la zona de Union Square. Al habla Tim Hoey (guitarra) y Mitchell Scott (batería) que junto a Dan Whitford, cantante y frontman, forman una de las bandas más exitosas de Australia. Vuestro Tour con The Black Kids esta siendo todo un éxito, habéis colgado el cartel de agotado en casi todas las salas. ¿Qué tal esta siendo esta experiencia para vosotros? Mitchell: Está siendo un tour genial y estoy alucinando con lo bien que ha ido todo hasta ahora. La gente esta dándolo todo cada noche, entregadísima así que no nos podemos quejar. ¿Qué tal es estar de gira con The Black Kids? Tim: Los Black Kids son geniales. Son gente muy agradable. Compartimos autobús con ellos en la gira y son muchas horas en la carretera así que les hemos terminado por conocer “íntimamente”, en realidad mucho mas “íntimamente” de lo que nos gustaría (risas). No, en serio, son unos chicos y chicas de muy buen rollo y nos encantan como banda. ¿Como disfrutáis más tocando como banda o haciendo sesiones de DJ? Tim: Sin duda creo que preferimos tocar con la banda porque es algo con lo que hemos crecido y hemos admirado desde niños. Creo que tocar con una banda es algo más comprometido, te permite un nivel mayor de expresión. Aunque en realidad nos encantan ambos mundos e intentamos cambiar de uno a otro todo lo posible como otras bandas que nos gustan y a las que seguimos bastante como Soulwax o los míticos Avalanches.
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Tim, ayer pudimos comprobar lo mucho que disfrutas distorsionando y golpeando tu guitarra… Tim: La verdad es que sí, supongo que es porque aprendí a tocar escuchando a bandas como Sonic Youth o Pavement. Para mí ellos eran las mayores estrellas de rock, mucho más grandes que David Bowie o cualquier otro artista. Encontraron una manera de tocar sus instrumentos muy especial y auténtica. He cogido bastantes detalles e ideas de este tipo de bandas, el hecho de golpear la guitarra más que tocarla... (risas). Mitchell: Además si no tienes ni idea de tocar la guitarra por lo menos golpeándola y generando ruido nadie puede juzgarte, no está bien ni mal, es ruido y punto (risas). ¿Qué diferencias tiene vuestro nuevo álbum In ghost colours frente a vuestro anterior trabajo Bright neon lights? Tim: Ahora que somos una banda completa es otra cosa completamente diferente, queríamos que fuera una álbum completo en sí mismo en vez de una colección de sencillos de música electrónica. Queríamos hacer un álbum conceptual incorporando un diseño y una estética específica a todo el disco. ¿Sabes cuando vas a tu tienda de discos y encuentras ese disco que te cautiva desde el momento en que ves su portada, te lo llevas a casa y disfrutas al completo cada una de las canciones que vas escuchando mientras ojeas el libreto?, eso es lo que buscábamos. Creo que vosotros estáis también detrás de los diseños del álbum y el concepto de los videoclips… Tim: Sí, Dan tiene una empresa de diseñadores y él se encarga de todo el arte de la banda. Él es el hombre del ratón. Y el video de Lights & music esta realizado por el colectivo australiano KROZM con los que tenemos bastante relación.
¿Qué tal fue la experiencia de grabar el disco en los estudios DFA aquí en Nueva York? Tim: Increíble, imagínate estar aquí en Nueva York grabando un disco. Trabajando en uno de los mejores estudios con todo el material y equipo que tienen y encima acompañados por Tim Goldsworthy. Su presencia en el estudio es fundamental, en ningún momento nos impuso nada y no estaba obsesionado con hacer un disco DFA, probamos muchas cosas diferentes y nos dio libertad para interpretarlas a nuestra manera, nos ayudo mucho a encontrar el equilibrio entre las guitarras y los sintetizadores. Melbourne se ha convertido en una ciudad referente para la escena musical en Australia y en el mundo con bandas como The Avalanches, el sello Modular y ahora con la nueva generación de bandas electrónicas con The Presets, Midnight Juggernauts y vosotros. ¿Os sentís parte de un movimiento o una escena? Tim: Sí, creo que sí… Aunque no creo que sea solo de música electrónica, sino de música en general. Todas las bandas que mencionas escriben buena música dance pero también tienen unas melodías muy naturales que se ajustan a otro estilos y le dan más riqueza a su música. Mitchell: Nosotros no somos de Melbourne, Dan sí. Nosotros dos somos de un pequeño pueblo al norte de la ciudad y llegamos para estudiar en la escuela de arte hace seis años. Cuando llegamos a la ciudad era muy diferente a como es ahora. Melbourne ha sido siempre la ciudad bohemia y artística por excelencia en Australia, donde la escena musical y artística ha sido más activa. Sin embargo hace unos años estaba muy segmentada y si eras un indie rocker jamás te ibas a mezclar o visitar los garitos de un club kid. Eran dos mundos completamente diferentes. En los últimos años esto ha cambiado y ahora la escena es mucho mas rica e interesante.
NOVEDADES DISCOGRÁFICAS TV ON THE RADIO. GANG GANG DANCE. COLD WAR KIDS. MEGAPUSS. MARGOT AND THE NUCLEAR SO AND SO’S Texto: Poncho Paradela
TV On The Radio
Hacer un disco más accesible es, en muchos casos, una renuncia al estilo propio, en otros, rendirse a la industria, pero para TV On The Radio es el paso que necesitaban para conquistar el mundo. Y es que sí, el nuevo disco de los neoyorkinos es de más fácil escucha que su más que celebrado segundo trabajo, Return to cookie mountain. Pero al contrario de lo que se puede llegar a pensar esto es solamente el resultado del crecimiento de David Sitek como productor, que esta vez ha dotado a la banda de un sonido más claro y pulido. Algo que realmente no esperábamos después de que hiciera sonar la voz de Scarlett Johansson como si se hubiera tomado un frasco de jarabe para la tos (palabras de Sitek), y de que los Foals regrabaran su Antidote por encontrar que el sonido que le había dado David a su disco era demasiado espacial. Dear science (4AD) nos hace olvidar la densidad de su predecesor nada más empezar con Halfway home, brillante tema que abre la nueva obra del quinteto y que junto al primer sencillo Golden age nos muestra que estamos ante un disco complejo aunque no lo parezca a simple vista. Un disco que crece a cada nueva escucha revelándonos sus múltiples caras y en donde las voces de Tunde Adebimpe y Kyp Malone alcanzan una nueva dimensión. Y sin alejarnos de la gran manzana nos topamos con el nuevo álbum de los tam-
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bién experimentales Gang Gang Dance que vuelven con Saint dymphna (Warp). Con su tercer disco, God’s money, consiguieron llamar la atención de critica y público, hasta se les llegó a comparar con Animal Collective. El nuevo trabajo del cuarteto que lleva el nombre de la patrona de los enfermos mentales es, como no podía ser de otra forma, una colección de temas histéricos y juguetones que parecen a ratos estar avanzando aleatoriamente o más bien sin una dirección determinada, sobre todo tras Vacuum, cuarta canción del disco. Pero también hay canciones más “convencionales” como First communion o Blue nile que nos pueden llegar a recordar a Glass Candy y su Beat Box. Otros que están de vuelta son los Cold War Kids. La banda de California, que debutó en 2006 con Robbers and Cowards tras publicar unos cuantos EPs de altura como Up in rangs, se estrenaban en largo con temas tan impactantes como Hang me up to dry o We use to vacation. Ahora regresan y lo hacen con Loyalty to loyalty (V2) un álbum que sigue la linea de su predecesor pero que se escucha más rotundo y redondo, sin los altibajos de antaño. La voz de Nahan Willett sigue sonando angustiosa, rabiosa y adictiva, el contrapunto perfecto a ese sonido crudo que exuda blues a raudales. Lo último que supimos de Devendra Banhart es que que andaba viajando por caminos antes transitados por Caetano Veloso con su discutido Smokey rolls thunder canyon, en el que cantaba sobre banderas y nos sorprendía con la abrumadora Seahorse, uno de los mejores temas que nos ha regalado el de Houston. Tema que a la postre nos
sirve de nexo con su nuevo proyecto, Megapuss, en el que Banhart y Greg Rogove, percusionista de Priestbird, recorren las raíces norteamericanas con Surfing (Vapor Records): lo mismo echan mano del surf, el jazz, la psicodelia o el blues que se dan un paseo por la época precolombina con Duck people duck man o To love within. Fuera de lo musical también podemos ver al dúo desnudo en el arte del disco, y como dirían los de Pitchfork, tampoco son tan mega. Los que sí son grandes, o más bien largos, son Margo and the Nuclear So and So’s, largos en nombre y grandes en formación. Ocho son los integrantes de este combo de Indiana, aunque la batuta la lleva Richard Edwards. Su sonido puede llegar a recordar The Shins, The Decemberists y hasta a Conor Oberst: pop preciosista, nostálgico y ensoñador. Ahora llegan con su segundo trabajo, un tanto peculiar para qué negarlo. Porque no tenemos aquí un disco ¡sino dos! ambos editados por la misma discográfica, Epic. En Animal aparecen los temas seleccionados por el sello mientras que Not Animal! recoge los temas seleccionados por el propio grupo, y fuera disputas. El primero aparece en formato vinilo y mp3 para descarga online y el segundo solo en CD, y en ambos podemos escuchar temas tan entrañables como Hello vagina o German motor car, aunque por aquí nos quedamos con la selección del sello, ya nos quemaremos el CD.
TELÉFONOS DE MODA
Acne Jeans +33144786700
Diesel +34933435577
House of Holland +12122740400
Louis Vuitton +34914364084
Santa Eulalia +34934127878
Adidas +34933208163
Dsquared2 913100625
Hussein Chalayan +33142613436
Lydia Delgado 915215028
Shadow & Dust +81334982973
Alexander McQueen +33149962070
Dior Homme +331407354444
Iglaine Paris +33142361991
Maison Martin Margiela +33140150644
Sharon Wauchob +33142776734
American Apparel +33142600372
Dries Van Noten +33142744407
Issey Miyake +12122261334
AND_i +12122740400
Emma Cook +44207242583
Jean Charles Castelbajac +33155341028
Ann Demeulemeester +3232160133
Emporio Armani +12122093522
Armand Basi +34934846401 Bernhard Willhelm +33149237979 Boris Bidjan +33149237979
Gareth Pugh +442077292770 Giorgio Armani +12122093522 Gori de Palma 933239560
Jean Paul Gaultier +331722758396 Jil Sander +33142613436 José Castro +34930300654 Juanjo Oliva 915215028
Burberry Prorsum +34915313162
Gothic Renaissance +12127809558
Calvin Klein +34915940233
Gucci +33144941470
Chanel +33142862800
Gustavo Adolfo Tarí 636359530
Kristian Aadnevik +442078233797
H&M +34932608660
Ksubi +442072519003
Haider Ackermann +33142039100
Kiliwatch +33142211737
Halloween Adventure NY +12126734546
Lanvin +33144713173
Chantal Thomas +33150702727 Chloé +33144943300 Christian Dior +34917810810 Christian Louboutin +33145081958 Costume National +33140150436
Hermès +34917451903
Junko Shimada +33144644949 Kenzo Minami +12122740400
Laura B 932683071 Le Swing +34933019370
Manish Arora +33149237979 Manuel Albarrán +34627031278 Marc Jacobs +12122193072 Miu Miu +33153239940 Mooby 933239560
Sisley +33155359706 The Sock Man +12125290300 Thom Browne +12126331197 Undercover +33142039100 Valentino Roma 913100625
Paul Smith +33153631319
Veronique Branquino +33149237979
Paule Ka +33140291599
Wolford +34915775663
París Vintage +34934142394
Vivienne Westwood +33149270509
Plein Sud 913100626
Y3 +34933208163
Prada +33153239940
Yohji Yamamoto +33142789411
Purdey +442074991801
Yves Sant Laurent +33142657459
Raf Simons +33149237979 Reminiscence +12122432292 Romain Kremer +33140264781
ÍNDICE MODA
66
76
84
94
RICHARD JENSEN
FRÉDERIC BASTIN
DIRK MERTEN
DRIU & TIAGO
108 116 124 132 MICHAL MARTYCHOWIEC
140 TIM ZARAGOZA
JOOST VANDEBRUG
QUENTIN DE BRIEY
STEFAN HEINRICHS
silhouettes IN BLACK AND GOLD RICHARD JENSEN
Estilismo: Ángela Esteban Librero Maquillaje: Sergio Corvacho para MAC Cosmetics Peluquería: Sergio Corvacho Asistente de estilismo: Beatriz Ramos León Modelos: Laine @ Uno Models y Seppe @ La Agencia Agradecimientos a EGM Toda las prendas de Diesel Black Gold Puntos de venta: Barcelona: Passeig de Gràcia, 19 Centro Comercial Illa Diagonal, Avenida Diagonal, 569 Madrid: Serrano, 14 Bilbao: Gran Vía, 45
my kingdom fréderic bastin
Estilismo: Ruben Debuck @ C’est Chic Maquillaje y peluquería: Florence para Chanel y Kerastase Asistente de estilismo: Glenn De Block @ C’est Chic Modelos: Maja @ New Models, Seppe @ La Agencia, Nanou @ Dominique Models, Hugo @ IMM
Maja lleva chaqueta oversized y shorts de Swash.
Nanou con top y chaqueta Glenn Martens, pantal贸n de Bruno Pieters y peluca de Narelle Dore.
Seppe lleva camisa blanca, chaleco gris y pantal贸n rojo de Julia Kim, impermeble amarillo transparente de Angelo van Mol.
Hugo lleva camisa amarilla de COS y chaqueta de Ek Thongprasert.
Nanou lleva vestido azul de Demna Gvasalia y Maja lleva vestido de COS.
Hugo lleva jersey y pantal贸n de Postweiler Hauber, sombrero del estilista.
PERMANENT VACATION DIRK MERTEN Estilismo: Dennis Blys Maquillaje y peluquería: Hauke Krause @ Ballsaal Asistentes de fotografía: Patrick Hansich y Roman Kutzowitz Modelo: David Brunier @ Cento Scouting Agradecimientos a Delight Rent Berlin
Pantalón Vivienne Westwood, cuello de Wunderkind y bufanda de punto Seiko Taki.
Pantal贸n Dior Homme, chaleco de piel Acne, jesey de lana de RAF by Raf Simons, zapatos Jil Sander y cuello Wunderkind.
Traje Jil Sander, camisa Dior Homme y cuello de Wunderkind.
Casquete Miu Miu, top de cuero Maison Martin Margiela, camisa American Apparel, cuello Wunderkind y pantal贸n de Prada.
Capa y chaqueta de Yohji Yamamoto, camisa Wood Wood, corbata Dior Homme, calcetines vintage y pantal贸n y zapatos de Acne.
Cazadora Vivienne Westwood, pantal贸n Dior Homme, cuello Wunderkind y cintur贸n Tiger of Sweden.
Chaqueta y falda pantal贸n Comme des Gar莽ons, camisa Dior Homme, pantal贸n largo y calcetines vintage, polainas John Galliano y botas G-Star.
Traje, zapatos y pajarita Lanvin, camisa Diesel.
LOS SALTIMBANQUIS DRIU & TIAGO Director creativo: Julian Monge @ The Fashion Vision Estilismo: Siwha Lee Peluquería: Vincen de Morro @ Aurelian Agencie Paris Maquillaje: Béa Barbat @ Lebigne One para MAC Cosmetics Casting: The Fashion Vision Producción: The Fashion Vision Retoque digital: Docs ad Hoc Paris Modelos: Irina @ Viva Models, Claude y Clement @ Marilyn Gauthier Homme Agradecimientos a Pin-Up Studios Paris
Irina lleva mantón negro de Chanel, shorts negros Gardem, zapatos Louis Vuitton, medias Chanel y pañuelos vintage anudados a la cabeza a modo de sombrero con pajaritas de Alexis Mabille.Claude lleva chaqueta Yohji Yamamoto, camiseta azul Ann Demeulemeester, camisa Paul & Joe, chaleco y pantalón corto de Iglaine Paris, medias Tsumori Chisato, calcetines Fun & Basic, zapatos Ann Demeulemeester y cuello, anillo y reloj de Dary’s Paris.
Bolsa en la cabeza a modo de sombrero del estilista.
Combinaci贸n negra Yrusha, corset Peggyl para Philea Paris, guantes y pantal贸n de Philea Paris, zapatos Louis Vuitton y tela militar de Doursoux Paris.
Chaqueta Sisley.
Vestido de rayas Lanvin, falda Vivienne Westwood, combinaci贸n Miu Miu, chaqueta y cintur贸n Michel Klein y zapatos Louis Vuitton.
Chaqueta y falda de Yohji Yamamoto, sombrero vintage, collar y broche de Dary’s Paris, pantalón de topos Tsumori Chisato, botas vintage de Doursoux y cesta de Mucha Paris.
Irina lleva vestido Vivienne Westwood sobre vestido Issey Miyake, collar de Jean Paul Gaultier y zapatos Ann Demeulemeester. Clement lleva chistera de Mucha Paris, camisa, chaqueta, pantalón y foulard de Ann Demeulemeester y anillo de Dary’s Paris.
Claude lleva camiseta Vivienne Westwood, chaleco vintage de Kiliwatch, sombrero vintage y foulard de Iglaine Paris y pantal贸n de Jean Paul Gaultier vintage.
Combinaci贸n Miu Miu, chaqueta Michel Klein, brazalete vintage de Philea Paris y zapatos vintage de Doursoux Paris.
Top azul de Ann Demeulemeester, top blanco de Gardem, falda blanca de muselina de Mucha Paris, pantal贸n blanco Undercover y collar Jean Paul Gaultier,
Mant贸n negro Chanel y pajaritas de Alexis Mabille.
the wonderland has changed, alice Michal Martychowiec Estilismo: Andrej Skok PeluquerĂa: Antonio de Luca Maquillaje: Daniel Kolaric Asistente de fotografĂa: Mark-Taylor Hutchinson Asistentes de estilismo: Matt Carroll y Duane Nasis Modelos: Jandra @ FM Models, Elvira @ Models 1
Mono de Diesel, camiseta llevada como bufanda American Apparel, capa con tachuelas de Belle Sauvage, pulsera de Olga Kosica y botas Temperley London.
Capa Pringle of Scotland y sudadera American Apparel.
Top y falda de Junya Watanabe y pulseras de madera de Anthony Rosel.
Vestido Marios Schwab, abrigo Temperley London y botas Y3.
Kimono Kenzo sobre vestido de cuero de Top Shop y zapatos Luella.
Chaqueta Manish Arora y pantal贸n Temperley London.
Chaqueta Y3, vestido Bernard Chandran, top de Ashish y pantal贸n de cuero de Top Shop.
DARK APPEARANCES IN A BRIGHT OUTLINE JOOST VANDEBRUG Estilismo: Majid Karrouch Maquillaje y peluquería: Mascha Meyer @ House of Orange Asistente de fotografía: Roy Asistente de estilismo: Charlotte Modelos: Constantin Felix @ Nine Daughters and a Stereo y Mascha
Chaqueta Raf Simons y pantalón Yohji Yamamoto.
Camisa de cuello alto Yohji Yamamoto.
Abrigo Yohji Yamamoto.
Abrigo de Alexander McQueen, impermeable de Diesel, camisa Calvin Klein Collections, pantal贸n Neil Barrett, zapatos G-Star.
Chaqueta Ann Demeulemeester, camisa Emanuel Ungaro, pantal贸n Dior Homme y zapatos Roberto Cavalli.
Top y chaqueta Prada, pantal贸n Dsquared.
Abrigo Calvin Klein Collections sobre abrigo de Emanuel Ungaro, camisa Ann Demeulemeester, pantalón Alessandro Dell’Aqua y zapatos Y3.
Top de Raf Simons, camisa Sisley, pantal贸n Lanvin y zapatos Alexander McQueen.
ISOLATION Quentin de BRIEY Estilismo: Mónica Zafra @ Kaastel+Agent Maquillaje y peluquería: Karim Belghira @ Kaastel+Agent Asistente de fotografía: Baptiste Vuerich Asistente de estilismo: Susana Zafra Modelo: Emma Xie @ Elite Agradecimientos a Top Studios
Chaqueta de piel y vestido de María Cornejo, gorro y pantalón leotardo Bless y leggings de José Castro.
Chaqueta de piel y vestido de Lurdes Bergada.
Abrigo Yohji Yaamoto, pantal贸n Sisley y zapatos Bless.
Doble capucha de Boris Bidjan Saberi, camiseta Boessert & Schoern para Doshaburi y pantal贸n Yohji Yamamoto.
Gabardina negra Boris Bidjan Saberi, collar Mar铆a Cornejo, jersey de Pelican Avenue y pantal贸n negro de piel de Boris Bidjan Saberi.
Collar a Chaqueta pantalón cobre de
modo de corona de María Cornejo, de lana José Castro, Jersey Y3, Diesel Black Gold y pulseras de Manuel Albarrán.
Vestido de Armand Basi.
one may smile and be a villain STEFAN HEINRICHS Estilismo: Ingo Nahrwold @ Bigoudi Grooming: Christian Fritzenwanker @ Perfectprops Berlín para MAC Cosmetics Retoque digital: Marcus Paarman Asistente de fotografía: Marie Kühnast Asistentes de estilismo: Sabrina Transiskus y Patrick Rinkel Modelos: Julian Henning @ Viva Moritz Meyer @ Place
Julian lleva camisa Dior Homme, chaqueta Yohji Yamamoto, iniciales Miu Miu.
Moritz lleva cazadora Michalski y chaleco Bruno Pieters.
Julian con un total look de Raf Simons.
Moritz lleva cazadora Sisley, chaleco ACNE y camisa Nike Pro.
Moritz lleva un abrigo de Dries Van Noten, pantal贸n de American Apparel y camisa de Dior Homme.
Moritz con abrigo Maison Martin Margiela, camiseta e iniciales de Miu Miu.
Julian con cazadora y chaleco Y3, camisa Petar Petrov y leggings de Nike Pro.
ANIME TIM ZARAGOZA Estilismo: テ]gela Esteban Librero Maquillaje: Ralph Siciliano @ LBB Artist Management Peluquerテュa: Dennis Gots @ Community NYC Set design: Isaiah Weiss Captura digital y retoque: Versatile Studios New York Asistentes de fotografテュa: Phillip Leff y Andreas Sandberg Toda la ropa de Y3 www.y-3.com