UNA NUEVA MANERA DE VIAJAR

¿Cómo nace TRAVIAT?

Luis Javier: Traviat nace de nuestra pasión por ser anfitriones, en perfecta armonía con mi pasión por el arte, la cultura, el diseño, las nuevas tendencias y viajar. Sumado a la pasión de Santiago por la historia, el turismo y la sostenibilidad, con su experiencia en desarrollo y gestión de destinos, y el mío en las industrias culturales y la gestión de proyectos. Nace de la idea de querer que otros tengan la oportunidad de conocer, y vivir un nuevo destino, como nos gusta conocerlo y vivirlo a nosotros.

Luis Javier y Santiago

Si pudieran escoger un solo lugar en el mundo, cuál sería y porqué.

Luis Javier: Escogería sin duda, Italia. Tengo una conexión mágica con este país. Y la vida me regaló unos amigos que puedo llamar mi familia italiana. Amo su comida, su cultura, el idioma, el arte, la arquitectura y paisajes. No puedo explicarlo en palabras, cada vez que estoy allí, me siento en casa. Las primeras veces que estuve, en mi ser sentía que ya había estado allí, que pertenecía a ese lugar. Quizás venga de alguna otra vida. Caminar sin rumbo y perderse por las calles. Es la única manera de descubrir.

Santiago: Pregunta difícil, pero apostaría por el Mediterráneo. Sus orillas y sus azules intensos. La esencia de tantas civilizaciones y sus historias. Sus pueblos, sus héroes y dioses. Sus tradiciones y deliciosa gastronomía. Sus playas tan distintas a las nuestras y sin embargo igual de hermosas. El encerrar hoy día lo moderno y lo clásico, a veces, de forma tan caótica. Amo Barcelona, el sol del sur de Francia, a Italia completita, los pueblos a orillas del mar, los atardeceres de Tánger y lo que aún me falta por descubrir. Egipto, las islas del Egeo, los Balcanes y lo que en la antigüedad para muchos fue el fin del mundo, el sur de Portugal. En fin, el Mediterráneo me parece majestuoso. mucho mejor en todo lo que tiene que ver con la creación, gestión, organización y dirección. Lo disfruto muchísimo, y estoy en mi salsa. El diseño de experiencias en Traviat se nutre de mi pasión por el teatro, por la búsqueda de la perfección; el ambiente idóneo para generar emociones y sensaciones profundas y significativas. Igual, disfruto, y se me da muy bien, sentarme a la mesa de negociación con proveedores, aliados, en entrevistas o en la búsqueda de convenios y desarrollo de experiencias.

¿Qué desean que las personas se lleven de la experiencia TRAVIAT?

Que sientan que vivieron las mejores vacaciones de sus vidas, que unos amigos que les conocen y entienden los llevaron a los mejores lugares, y ayudaron a tener una conexión auténtica y enriquecedora con el destino y su gente, y en consecuencia una re-conexión con sigo mismos. Que regresen a casa felices e inspirados.

Luis Javier, ¿cuánto tiempo llevas fuera de Puerto Rico? ¿Consideras regresar?

En esta ocasión llevo un año y dos meses. Ya había vivido fuera de la isla, en España. Pero había regresado, y llevaba 12 años radicado en P.R. Ahora mismo no considero regresar a vivir. Pues el proyecto y mis necesidades me requieren estar fuera, y me llevan en otra dirección. Pero por supuesto me mantengo yendo y viniendo, y quiero poder pasar temporadas.

¿Qué aconsejarías a personas que están formándose fuera de Puerto Rico?

Que suelten los miedos y despidan sus prejuicios. Que se sientan orgullosos de quienes son y de dónde vienen. Que tengan el mismo interés y pasión por conocer sus raíces, como por conocer las raíces del lugar donde están. Que no se frenen y sean activos en integrarse en la cultura y disfruten del cambio y de esa nueva riqueza que la vida les está presentando. Si aún no tienen amigos, sentarse en un café o en un bar y observar la gente, sus interacciones y el cotidiano, hablar con el barman o el mesero. Caminar sin rumbo y perderse por las calles. Es la única manera de descubrir. En fin, curiosidad y empatía.

Nunca he amado y valorado tanto a mi patria como cuando he estado fuera. Ha sido un valioso aprendizaje. Es una experiencia que todo el mundo debería tener la oportunidad de vivir. Viajar es una forma única y maravillosa de conocer, de educarse y de crecer. Sé que soy bendecido, y por tanto estoy muy agradecido, de que la vida en mayor o menor grado me lo ha permitido.

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