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CÓMO REALIZAR TUS SUEÑOS

¿Qué te inspira o qué anhelas llevar a cabo? Tal vez parezca pequeño e insignificante o, por el contrario, consideras que está tan fuera de tu alcance que te sientes desanimado. Veamos cómo puedes sacar adelante tus proyectos y resistir la oposición que puedas encontrar en el camino.

Antes de iniciar debes saber que ningún sueño se realiza sin apoyo, por eso el primer paso es reclutar a otros para que te ayuden a alcanzarlo. Como un edificio necesita cimientos, los proyectos que tienes entre manos también requieren de otros que te respalden. El éxito nunca es el show de un hombre. Cualquier cosa importante que emprendas, exige la ayuda de otros. Se requiere de un equipo para cumplir un sueño. Dios nos creó para necesitarnos y para trabajar unidos, por eso cada persona tiene sus propios talentos y fortalezas. No podemos hacerlo solos, no tenemos el tiempo para cumplir con todas las tareas que se requieren.

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Nehemías 2:7-9. “Si su Majestad está de acuerdo, le pido el favor de que envíe cartas para que me dejen pasar libremente hasta llegar a Judá. Y otra carta para Asaf, administrador de los bosques del rey, para que me dé madera… Y el Rey me lo concedió todo porque yo contaba con la bondadosa ayuda de mi Dios… El rey había enviado conmigo una escolta de caballería al mando de jefes del ejército”. Cuando oras y pides ayuda a Dios, Él proveerá hasta cosas que no consideraste ni imaginaste que ibas a necesitar.

Ningún sueño se realiza sin oposición

En el momento en que decides perseguir tu sueño, siempre aparecerá alguien para desanimarte. Los “matasueños” están en todos lados.

Nehemías 2:10. “Cuando Sambalat el de Horón, y Tobías el funcionario amonita se enteraron de todo esto, se disgustaron mucho de que yo hubiera llegado para ayudar a los israelitas”. Siempre habrá personas que no deseen cambios, que no deseen que triunfes. Durante el gran imperio babilónico, Israel fue conquistado por Babilonia, lo que hoy es Irak. La mayoría de judíos fueron deportados y llevados como esclavos a Babilonia, donde vivieron en el exilio por 70 años. Luego el imperio persa invadió al babilónico y, bajo su liderazgo, a los judíos se les permitió regresar a sus hogares. Allí descubrieron que el muro protector y las puertas de la ciudad estaban destruidos, dejándolos indefensos. Nehemías había sido ascendido a la corte y tuvo el sueño de reconstruir su pueblo. Así que ora, se prepara, planea y le pide al rey que le dé permiso para ir a casa y reconstruir el muro de Jerusalén. El rey lo deja ir, porque Dios ya había trabajado en él. Nehemías regresa a Israel y su primera gran tarea es convencer a los vencidos y desanimados ciudadanos de Israel para que lo ayuden con este sueño. El relato de cómo él triunfó al conseguir que otros se unieran está en Nehemías 2:8-20, y es una de las grandes historias de éxito en la Biblia. Logró en 52 días lo que nadie había podido hacer en 90 años.

Estos son los pasos que necesitas dar para alcanzar tu sueño:

1. Esperar el momento apropiado: Eclesiastés 8:6. “Hay un mo- mento y una manera apropiados para hacer todo lo que hay que hacer”. Nehemías 2:11. “Al llegar a Jerusalén, dejé pasar tres días”. Tenía un gran desafío, pero al llegar, supo esperar. Mientras esperas el momento preciso para anunciar tu sueño, haz las mismas cosas que Nehemías hizo. Energiza tu vida, ponte en forma. Puedes observar, obtener datos y causar curiosidad.

2. Asegurarte de haber hecho bien la tarea: Proverbios 18:13. “Es muy tonto y vergonzoso responder antes de escuchar los hechos”. Debes tener los datos y las cifras antes de entrar en acción. Nehemías guió a un pelotón de inspección en la noche. No confió en datos de segunda mano, él hizo su propia investigación. Nehemías 2:12-13. “Me levanté de noche, acompañado de algunos hombres, pero sin decir a nadie lo que Dios me había inspirado a hacer por Jerusalén. No llevaba yo más cabalgadura que la que montaba. Salí por la puerta del Valle cuando ya había oscurecido y pasé por el pozo del Chacal hacia la puerta del Estiércol para inspeccionar las murallas caídas y las puertas quemadas. Luego fui a la puerta de la Fuente y al estanque del rey, pero mi burro no pudo pasar por los escombros. A pesar de que aún estaba oscuro, subí por el valle de Cedrón, e inspeccioné la muralla, antes de regresar y entrar nuevamente por la puerta del Valle”. Él estaba analizando la situación, el diagnóstico era más grave de lo que pensaba, pero Dios le había dado un sueño y no se rendiría.

3. Proteger el sueño de una muerte prematura: Los sueños cuando surgen son frágiles, no te apresures a hablar de ellos. Eclesiastés 3:7 “Hay un tiempo para guardar silencio y otro para hablar”. Él guarda silencio porque no quiere que el sueño muera antes de haber empezado. Después de que Nehemías había dado estos pasos de preparación, estaba listo para realizar su sueño.

Los siguientes 6 pasos son los mismos que debes dar para reclutar apoyo para la misión que Dios te dé en la vida:

1. Habla de “nosotros” no de “mí”, crea comunidad: No digas este es mi sueño, esto es lo que voy a hacer… Aunque Nehemías es forastero, no habla de “mí” sino de “nosotros”. Nehemías 2:17. “Entonces les dije: –Ustedes conocen bien el problema que tenemos… ¡vamos, anímense! ¡reconstruyamos!”. No juega el papel de experto dando órdenes, sino que les dice: Soy uno de ustedes, es nuestro problema y juntos podemos triunfar. Debes identificarte con los sueños de las otras personas, invitándolos a lograr lo que siempre han creído.

2. Describir una imagen de lo que hay que cambiar: Debes verlo en tu mente para lograrlo, así funciona. Si eres un arquitecto, debes dibujarlo para que suceda. Nehemías 2:17. “Entonces les dije: –Ustedes ven la mala situación en la que estamos, que Jerusalén está desolada y sus puertas quemadas a fuego”. Si quieres conseguir apoyo, tendrás que crear algo de descontento con la situación actual, y luego describir cómo podría ser mejor. Que enfrenten los hechos y luego les refieres un mejor futuro. Si quieres cambios en cualquier ámbito, debes esbozar una imagen de cómo ello podría ser mejor.

3. Apelar al corazón de la gente: La mayoría de las decisiones que tomamos se basan en nuestros sentimientos y emociones. Nehemías 2:17. “¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y pongamos fin a esta desgracia!”. La motivación es poner fin a la humillación, a la desgracia. La gente siente entonces que Nehemías no lo hace por una agenda personal, sino porque él se preocupa por el bienestar de todos. La motivación de Nehemías era más profunda: Le interesaba la gloria de Dios. Los judíos eran llamados “el pueblo de Dios” y, sin embargo, el mundo se burlaba de ellos: “Su Dios no es muy poderoso, porque viven en una ciudad en ruinas”. Usa una motivación interna y externa: Te sentirás bien contigo y Dios será glorificado.

4. Comparte tu historia para inspirar: Nehemías 2:18. “Les conté también cómo mi buen Dios había estado conmigo y me había ayudado, y lo que el rey me había dicho”. Da testimonio de lo que significa para él y para edificar la fe en los otros. Tenía todas las señales para confirmar que su sueño venía de Dios. Fue un milagro que el rey de Persia permitiera reconstruir la muralla que había dicho que nunca se levantaría de nuevo, además, inspirado por Dios le dio protección con los oficiales de su ejército, y provisión de madera para realizar el trabajo. Nehemías 2:18. “Todos exclamaron: –¡Sí, comencemos a reconstruir las murallas! Y se dispusieron a poner manos a la obra”. La visión se está transfiriendo a cada uno de ellos: Haremos esto juntos.

5. Pedir ayuda con confianza: Nehemías 2:17. “Vengan, reedifiquemos la muralla”. La Biblia dice: “No tienen porque no piden”. Debes pedir ayuda a Dios y también a los otros. Tu trabajo es pedir. No hagas juicios a priori imaginando que responderán que no. Cuando dices “lo haré yo mismo”, revelas tu propia inseguridad y limitas lo que Dios quiere hacer en tu vida, porque le quitas a los demás la bendición que esta acción involucra.

6. Ignora a los negativos y espera la ayuda de Dios: Nehemías 2:19-20. “Sin embargo, cuando Sanbalat, Tobías y Gesem el árabe se enteraron de nuestro plan, se burlaron con desprecio. –¿Qué están haciendo? –preguntaron–. ¿Se rebelan contra el rey? Yo contesté: –El Dios del cielo nos ayudará a tener éxito. Nosotros, sus siervos, comenzaremos a reconstruir esta muralla; pero ustedes no tienen ninguna parte ni derecho legal o reclamo histórico en Jerusalén”. Entre más avanzas, más oposición encuentras. Él no les puso atención a las críticas. Nehemías confió en el Dios del cielo. Piensa siempre: Grandes personas están listas para ayudarme en el momento y la manera correctas, gente que ni conozco aún. Nunca me rendiré por no tener la ayuda, confiaré en que Dios proveerá la ayuda que necesito, porque el Salmo 37:5 dice: “Encomienda al Señor tu camino, confía en Él y Él actuará”. Dios tiene recursos para ayudarte que ni has considerado. Hay miles de personas con todo tipo de talentos, habilidades, inquietudes y contactos que Dios puede traer a tu vida para cumplir su plan y sueño. Así que abre los ojos y mira los rostros de la gente que te rodea. Abre tus oídos para oír lo que dicen. Hoy, mañana o la otra semana, conocerás a alguien que es la persona adecuada que necesitas. Esta persona vendrá en el momento indicado y te dará las cosas que necesitas y te maravillarás de saber que Dios lo orquestó. He visto esto cumplirse miles de veces en mi vida. El mismo Dios que usó a Nehemías, que nunca había construido nada en su vida, puede usarte para cumplir el sueño que Él tiene para ti.

Oremos: Padre, observamos en nuestro mundo actual muchas cosas que deben cambiar, muchas personas viven su vida en escombros y se desaminan, son apáticas, necesitan a alguien que les ayude a ver tu sueño para cada uno de ellos. Te pido que nos ayudes a ver un destello de lo que tú quieres hacer en y a través de nuestras vidas. Ayúdanos a ser como Nehemías para dar estos pasos de fe, para hacer una diferencia en el mundo. Jesucristo, ven a mi vida ahora, quiero conocer tu propósito y tu plan para mi vida. Gracias por amarme, quiero seguirte, quiero aprender más de ti. Necesito que seas mi director, mi Señor y mi salvador. Y quiero que mi vida cuente para ti, quiero ser la persona que diseñaste. Jesucristo, con humildad te pido que me salves, en tu nombre oro, amén.

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