John Guayllas
me pongo coqueta con la soga. Incluso cuando la noche simplemente es noche, y el día es un día aburrido.
Refugio de fuego Caigo lentamente en la trampa que hay en sus ojos. Y mi aire poco a poco se extingue con todo el mar de melancolía. Caigo lentamente en la trama de su sonrisa. Y poco a poco mis pulmones tiemblan, con esperanza de respirar su piel. Caigo lentamente por debajo de su ombligo. Y mis huesos se vuelven vulnerables, débiles y transparentes. Quién diría que caer en el regazo de su sangre haría que el silencio de la soledad se hiciese llama. Corrientes Incluso cuando la noche no tiene nada que ofrecer y mi pluma se recuesta cansada. Incluso cuando los cigarros y el ron no quieren sangrar en mi garganta. Incluso cuando 36
Incluso así; sin dientes para morder un poco de vida. Pienso en lo que dejamos y en lo que seremos. Despedida Tengo en las manos tus poemas. Unos poemas tristes llenos de tachones y faltas de ortografía. Hoy no escribiré esos trozos de nostalgia a reglón seguido porque mis manos están cansadas de sostener tu pasado. Solamente me sentaré en un sofá viejo a esperar como tus caricias se despiden por esa puerta. En esta noche tengo en mis manos tu pasado, y lo releo tanto que empieza a doler poco. Nunca fue el tiempo ni el destino Tengo ganas de ti. Ganas de una vida más plena y agradable.