José Natividad Méndez Patiño (Para quienes enfrentan la batalla de las denuncias falsas) Tu cuello… Cárnica-efímera vasija de una historia y la historia dentro de aquella historia o masa creciente disuelta en lo que no existe pero que una vez que te hubo nombrado como sembrador de la penumbra y la depravación es el bucle en que se encierran esos ojos extirpados por la ira. Tu historia, algo que al narrador de lo infinito no le dieron oportunidad de concluir. Resbala de la mejilla y navega la soga tu última lágrima y el testimonio vagabundo de tu labio que quiso aferrarse a la inocencia y le fue devuelta la ignominia que todo lo ensombrece y devora o habrá de tatuar desasosiego en los espíritus de quienes permanecen.
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Aquí la presunción de lo que es y su trayecto hacia los hechos; es un fantasma yendo entre humos de antorchas avivadas, ahí está, no se ve, no quieren verlo, yo no lo sé, no sé nada pero tengo de cierto el peso de asumir la partícula de la responsiva esa tan fácil de prostituir por unas reacciones y un puñado de billetes. Yo minúsculamente vengo a ofrendarte un puñado de esta rabia que vomita letras: