PRIMER CAMPEÓN TAPATÍO. 65 aniversario /// MARIO MÉNDEZ. Entrevista Exclusiva CANTERA FIEL. Especial de la tribuna /// NIÑOS HÉROES. La hazaña resucita CIEN AÑOS, CIEN OBRAS. Exposición por el Centenario rojinegro.
CARTA EDITORIAL Es nuestro primer número y no queremos caer en sentimentalismos, pero tampoco podemos escaparles del todo. Nos llena de orgullo ver que la idea que al principio nos parecía lejana se ha materializado en esto que hoy llega a sus manos. Esta revista está pensada para todos, nace con el propósito de llegar a toda la gente de la ciudad tomando como estandarte al equipo de nuestros amores: el club Atlas. Creemos que Atlas más que un equipo de futbol, es una parte esencial de la vida cotidiana tapatía y queremos que a través de los colores rojo y negro, la gente que lea esta revista se acerque a todo lo que la ciudad de Guadalajara tiene para ofrecerles. Guadalajara es una ciudad diferente y Revista Paradero está hecha para mostrársela a las personas de una manera diferente. En este proyecto adoptamos y adaptamos el lema del club Atlas, no sólo somos futbol; somos cultura, sociedad y deporte. Para esta edición queremos agradecer especialmente a Mario Méndez por confiar en nosotros y habernos permitido entrar a su hogar. También gracias a todos los patrocinadores y colaboradores por ser parte y confiar en un proyecto joven, sabemos que nos falta mucho pero cada paso que damos lo hacemos pensando en volvernos mejores. De corazón gracias y ¡Mil veces arriba el Atlas!.
CRÉDITOS Consejo Directivo. Edén Dávalos Espinoza Ivone González Silva Ramón Silva Martínez Jefe editorial. Ramón Silva Martinez Diseño y arte. Ivone González Silva Edén Dávalos Espinoza Fotografía. Ricardo Pérez Villaseñor Christian Daniel Hernández Gilberto Arias Carvajal Comercialización. César Rigoberto Fregoso Cesar_fregoso@icloud.com Colaboradores. César Octavio Huerta Gabriel Mariscal Ortiz Miguel Bio Miranda Agradecimientos. Mario Méndez Olague Javier López Chico César Israel García Castillón Contacto: revistaparadero@gmail.com Impresión Polytipo. Donato Guerra 515A Col. Centro c.p 44100 Guadalajara, Jal. Fernando Bravo Ventas2@polytipo.com.mx 3314618606
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OPINION
NIÑOS HÉROES
DE CHAPULTEPEC LA HAZAÑA RESUCITA EN ROJO Y NEGRO
Autor: César Rigoberto Fregoso
El 13 de mayo de 1846 los Estados Unidos de América declararon la guerra a México con la intención de apoderarse de territorios del norte del país, después de meses de batalla al amanecer del día 13 de septiembre el ejército invasor se encontraba a punto de tomar la capital, las fuerzas federales mexicanas estaban diezmadas y a punto de ser derrotadas. Es en este momento donde
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se forja la hazaña de la heroica defensa del Castillo de Chapultepec. Solamente unos cuantos soldados y cadetes permanecían en el edificio, la historia guarda memoria, muy en especial, de seis de ellos a quienes recordamos como los Niños Héroes: Juan Escutia, Vicente Suárez, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Agustín Melgar y el
teniente Juan de la Barrera, que ofrendarían su vida en el asalto estadounidense al Castillo de Chapultepec. Una historia que guarda indudablemente un entorno trágico y dramático, pero que a su vez nos enseña a reconocer la valentía, el orgullo y la fidelidad por una bandera, nos recuerda que no hay que dar ninguna batalla por perdida y que hay que tener coraje en los momentos más obscuros con la esperanza de lograr la victoria. Como aficionados del Atlas sabemos del tema, el aficionado rojinegro mantiene una estrecha relación con los valores de esta historia y no es casualidad que nuestro punto de reunión para celebrar victorias y derrotas (como en la final del ’99) sea esta emblemática glorieta de nuestra ciudad. En aquel ya lejano año de 1999, en una de las finales más dramáticas que se recuerden en la historia del fútbol mexicano, Atlas enfrentó a Toluca por el título de Liga, la escuadra rojinegra se había ganado un mote más, Los Niños Héroes, canteranos con un promedio de edad de entre 17 y 21 años que desplegaban un futbol que jamás se ha vuelto a ver en la liga mexicana. Y aunque compartimos el mismo final trágico que los Niños Héroes originales, ese día, ese domingo 6 de junio quedará en la memoria de los atlistas con orgullo y dignidad, como en la de los mexicanos de aquella mañana del 13 de septiembre de 1847. Hablar de Atlas, es remontarse a una historia trágica, de sufrimiento constante y dramatismo, Atlas se sufre y se goza, da alegrías y da penas, aun así, solamente los que llevamos el rojo y el negro en el corazón podemos comprender y poseemos los mismos valores que llevaron a aquellos seis cadetes a honrar su bandera hasta el último aliento. A Atlas se le defiende y esta esencia depende de nosotros que se mantenga viva. Estamos en una época de cambio, muchas cosas pueden cambiar en Atlas y esperemos que para bien, pero la raíz y la tradición esa la mantenemos nosotros.
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ATLAS EL PRIMER CAMPEÓN DE JALISCO Autor: César Octavio Huerta
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HISTORIA Eran los inicios del futbol mexicano. Guadalajara, ciudad futbolera por excelencia, estaba catalogada como la metrópoli con más equipos en la liga profesional y mayor producción de jugadores; pero hacía falta lo más importante: un título para demostrar la pasión por el balompié. Atlas había hecho una buena temporada y desplegando un vistoso fútbol, se ganó el favoritismo del público, pues era uno de los cuadros con mayor constancia en la región, tanto así, que fueron nombrados por propios y extraños como “La academia”. Años atrás se habían coronado en varios torneos como Campeón de Campeones, además de tener un exitoso papel en diversos encuentros contra cuadros provenientes del extranjero. 1950 había sido un buen año para los rojinegros, aunque por un partido de liga no consiguieron el ansiado título, Atlas logró vencer en un juego histórico al invencible River Plate por tres tantos a dos. Tal fue la gallardía del cuadro atlista, que el presidente de la Argentina, Juan Domingo Perón, le envió al club Atlas una réplica del sable del libertador San Martín. El fútbol de ese entonces era otro. La camiseta y el orgullo valían mucho más que las monedas conseguidas por dedicarse a este deporte profesional. Atlas tenía uno de los mejores equipos de la liga local, siempre destacando su estilo de juego: tocar y saber pensar con el balón.
Domingo 22 de Abril de 1951, Parque Oblatos Ese día las puertas del Parque Oblatos se abrieron desde las 9 de la mañana. Antes del clásico tapatío entre Atlas y el Guadalajara programado a las 12 horas, hubo un juego especial donde jóvenes canteranos de Atlas empataron a dos con los chicos del Cuauhtémoc. Los boletos numerados costaron 5 pesos, en la sombra 3 pesos y a pleno sol un peso con cincuenta centavos.
En un periódico local, se pronosticaba una pugna tradicional, donde poco importaba el campeonato, pues lo que estaba en juego era el orgullo. Decían que sería un partido cerrado, disputado, con velocidad de parte de Chivas, con buen toque y técnica para dominar al adversario por parte de Atlas. Desde la XEHL se narraría el encuentro, una exclusiva deportiva se lee en el comercial de una conocida marca de productos para afeitar.
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Miles asisten al Parque Oblatos. Porras de uno y otro bando. Las taquillas están rebosantes de dinero, la entrada, superior a los cuarenta mil pesos. Atlas comandado desde la dirección técnica por Eduardo “Che” Valdatti, salta a la cancha con el cuadro titular conformado por Raúl Córdova en la portería, Aldrete, Zetter y Órnelas en la defensa; Guillermo del Valle, Novello; Velázquez, Novo en la media cancha, “Dumbo” López, Mercado y Cubero en la delantera. Las crónicas deportivas dicen que en el primer tiempo el joven portero Jaime “Tubo” Gómez, intervino de manera importante en la salvación del rebaño. Los rojinegros tuvieron su mejor momento en un disparo de Novo, pues estuvieron a punto de abrir el marcador a los 29 minutos con un tiro al ángulo izquierdo de la portería de Gómez, quien se estiró de manera espectacular. El cuadro rojiblanco contestó inmediatamente con un tiro de Balcázar al estrellar el esférico en el travesaño. Casi al final, cerca del área el ”Dumbo” López filtró un pase largo para Edwin Cubero, que sin marca alguna, tiró muy en lo alto, fallando el disparo, enviándolo hacía las tribunas. Durante todo el primer tiempo, Atlas jugó al borde del área contraria, pero un férreo juego defensivo del Guadalajara, desactivó el peligro de las jugadas del cuadro rojinegro. En la segunda mitad, cambió el panorama del encuentro. Apenas transcurría el minuto 10 y los rojinegros tenían la oportunidad por medio de una pena máxima de abrir el marcador. En una jugada polémica, el defensa del Guadalajara, Raffles Orozco, quiso despejar un balón dentro del área chica con la cabeza, pero no calculó bien la jugada y la pelota terminó resbalándose por su hombro. Tomó el balón con la mano. El árbitro Cuate Salceda marcó el penal y desde ahí, inició la polémica. Los jugadores de Chivas protestaron frente al silbante, los
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aficionados arrojaron objetos a la cancha, pero la decisión estaba tomada. Edwin Cubero tomó el esférico, se dirigió al manchón de penalti, colocó el balón, midió distancia y lanzó un disparo certero en el ángulo izquierdo de la portería defendida por el portero Javier Gómez, quien engañado, se lanzó del lado opuesto. ¡Goooool de Atlas! El cuadro rojinegro sabía que la victoria los convertiría en campeones, así que decidieron cambiar su estrategia para defender el resultado. Fue en ese momento que la figura de Raúl Córdova cobró importancia, pues de manera valerosa, evitó por todos los medios posibles de un arquero, el paso de la pelota por la línea de gol, resistiendo uno a uno los embates rojiblancos que replegaron al cuadro atlista, obligándolo a defender su portería y salir de vez en cuando al ataque, su mejor valía. Así, un clásico contra el Guadalajara fue el marco perfecto para que Atlas se coronara campeón de liga profesional. En la temporada 1950-51, Atlas obtuvo el título con un historial de 15 victorias, 6 derrotas y 4 empates. Hizo 30 puntos, con 44 goles a favor y 23 en contra. Sus mejores anotadores fueron: Adalberto “Dumbo” López con 14, Edwin Cubero con 11, Juan José Novo con 7 y José “Chivo” Mercado con 6.
Las reacciones por el título “El Atlas es el campeón y nadie que sepa “catar” bien lo que vale y lo que no vale, en el fútbol que popularizaron los ingleses, y que parecen estar olvidando, podrá discutir lo justificado de ese triunfo”, dijo Ricardo del Río, articulista en 1951 de El Informador. “Lo más difícil del fútbol, para un árbitro, es el castigo de una falta con tiro penal. Y es lo más difícil porque, el solo hecho de ver la falta, así sea todo lo clara que ustedes quieran, no deja satisfechos ni a una parte del público, ni al club castigado. El club que sufre el castigo es, en primer lugar, el que más fuertemente arguye que no hubo tal falta. Y así sea todo lo clara que puede ser, el que la cometió se defiende como gato bocarriba diciendo que no lo fue, que el árbitro no vio bien, que la metida de mano no fue intencional, etc. En el caso de la penal de Raffles hay dos bandos que con igual calor sostienen lo que dicen: los partidarios del Atlas, dicen que la penal fue clarísima; que Raffles metió la mano a la bola, en el área penal. Y, los partidarios del Guadalajara, dicen que tocó la bola, ciertamente, pero que no fue con la mano; que fue con el hombro, con el brazo etc. Con todo, menos con la mano. Los aficionados que hayan visto fútbol en los últimos diez años, veinte, treinta o más, podrán recordar que nunca una penal fue admitida por club alguno, como realmente cometida, y justamente castigada. En cada caso hubo protestas del castigado, gritos, empujones y hasta golpes; todo, pero jamás la aceptación de la falta y el castigo. Además, no todo el mundo puede ver lo que el árbitro ve, ni viceversa. Hay faltas que vio todo el mundo presente en el campo, menos el árbitro; y hay faltas que sólo vio el árbitro, y nadie más, o cuando menos así lo parece” Don Detalles, artículo editorial de El Informador en 1951.
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CULTURA
CIEN AÑOS CIEN OBRAS ATLAS ES MUCHO MÁS QUE FUTBOL Dentro de los festejos por el Centenario del Club Atlas se presentó el jueves 17 de marzo la exposición “Cien obras, un Centenario”, misma que se podrá observar en las salas del Instituto Cultural Cabañas hasta el 19 de julio.
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La exposición, que fue curada por el maestro Víctor Guzmán, es una muestra de cien obras de setenta y siete artistas que dan testimonio de la pictórica de Jalisco durante este periodo ofreciendo un recorrido cronológico del siglo 20 hasta la actualidad.
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Con el fin de mostrar un amplio panorama de la pintura por medio de artistas que influyeron, desarrollaron y hasta fundaron escuelas o grupos en la técnica en la ciudad, el club encargó a Marcela Orozco, coordinadora general de la exposición, montar una muestra que incluyera la riqueza de la plástica jalisciense. La curaduría de Víctor Guzmán conformó la exposición que incluye obras hechas especialmente para la exhibición y otras tomadas de colecciones privadas del mismo Instituto Cultural Cabañas y del Instituto Nacional de Bellas Artes. La muestra tiene obras de reconocidos artistas como Raúl Anguiano, Javier Campos Cabello, Toni Guerra, Lucía Maya, Eduardo Mejorada, José Luis Malo, Enrique Hernández, Dan Montellano, Javier Arévalo, Gerardo Murillo, Guadalupe Sierra, Adolfo Webber y más.
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El presidente del Club, Eugenio Ruíz Orozco, comentó “El lema de nuestro club es: familia, cultura y deporte y todo este tipo de expresión implica recoger el talento, enorme talento que hay en nuestra ciudad en el caso de la pintura. Atlas es mucho más que fútbol”. En Revista Paradero creemos que Club Atlas hace honor a su lema en variadas formas; es por una parte una institución que no se conforma con el futbol, sino que promueve el deporte en sí; así mismo refuerza el tejido social mediante la convivencia en sus clubes y mediante acciones como esta exposición brinda un espacio para que todo aquel que comparta estos colores se acerque al arte. Aquí les traemos una muestra de lo que se vivió ese día en la inauguración de este gran evento.
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ENTREVISTA
MARIO MENDEZ NIÑO HÉROE DEL 99
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Pensar en el futbol como era veinte años atrás, permite darnos cuenta que es un deporte con una rápida evolución. Las tácticas, la vestimenta, los estadios, la gente y lo más importante: el deportista en sí mismo ha cambiado. Los salarios han aumentado a tal nivel que el futbolista rara vez llega a encariñarse con una camiseta, el ritmo actual del balompié hace que el jugador opte por asegurar su futuro y pase de un club a otro sin echar raíz. Por eso encontrar jugadores que lleguen a enamorarse de ciertos colores es muy raro, pero esto no aplica para Atlas. Algo tiene el rojo y negro, algo tiene este club que marca a los jugadores que defienden su escudo de por vida. Mario Méndez representa uno de estos, hoy en día, muy particulares casos. Mario Méndez nació en Guadalajara y se crió en Atlas, el haber llegado a la cantera rojinegra con apenas 6 años hizo que desde pequeño se haya impregnado de todo lo que estos colores significan. Con dos etapas como rojinegro y 231 juegos portando la bicolor, es uno de los canteranos más queridos por los aficionados a la Academia quienes recuerdan su paso por el club de manera muy especial. Supo ganarse el cariño de La Fiel al ser parte del equipo subcampeón del ´99 y diez años después por volver al equipo donde nació, cuando Atlas atravesaba una de las peores crisis económicas. Revista Paradero tuvo la oportunidad de entrevistarlo para conocer más sobre él. Nos abrió las puertas de su hogar y platicamos sobre su paso por Atlas, su trayectoria y lo cuestionamos sobre el futuro del equipo de sus amores. Acá lo que nos contó.
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Mario, ¿cómo entra el futbol en tu vida? Desde que tengo uso de razón el futbol ha estado presente, mi familia siempre fue futbolera. Mi tío Juan Manuel Olague jugó en Atlas y después se hizo entrenador, cuando yo tenía seis años entró a trabajar en las fuerzas básicas de Atlas y yo entré con él. Eras apenas un niño cuando ingresaste al atlas, ¿qué recuerdas de ese tiempo?
Entonces el que haya debutado en Atlas y más aún debutar con los mismos compañeros que venía jugando desde los quince años me hizo sentir que pertenecía a una de las mejores escuelas de futbol, que respetaba procesos. Saca cuentas, si salí a los veinticuatro años del Atlas quiere decir que fueron dieciocho años de mi vida. Me quedé con la espina de coronarme, nos quedamos a un paso, pero definitivamente Atlas marcó mi futuro. ¿Cómo fue tu primer clásico?
Fuimos a hacer prueba un primo y yo de mi edad, en ese entonces el club de Chapalita todavía tenía canchas de tierra, alrededor solamente había unos departamentos. Entré y de ahí en adelante toda mi vida estuve en fuerzas básicas de Atlas hasta mi debut con Lavolpe. Recuerdo que duré 6 meses entrenando con el primer equipo antes de debutar, a Lavolpe le gustaba convocar gente de segunda división para suplir a los lesionados y nos llamaron a mí, Zavala y “el Pollo” Salazar. En el primer equipo estaba todavía Darío Franco, “la Pájara” Chávez, Pavel Pardo, Daniel Guzmán, cuando termina el torneo muchos de ellos salen y yo continué. Lavolpe tenía sus dudas porque yo era muy delgado, pero venden a Pavel y Efraín Flores me dice que seré parte del primer equipo. Al principio a ninguno de los tres nos tomaba en cuenta, nomás veíamos trabajar, pero faltando una semana para iniciar el torneo de repente me dio una oportunidad y le gusté. Me puso con los titulares después de ese entrenamiento y firmé mi contrato un día antes de iniciar el torneo de 1998. Ese sábado entré de cambio por Lavallén y el resto es historia. ¿Qué fue Atlas en tu vida? Atlas es fundamental, siempre lo ha sido. Desde niño tuve el sueño de jugar en primera división y que se haya cumplido con Atlas es mejor. Desde los seis años que entré, ya era rojinegro y siempre fui al estadio a apoyarlos, íbamos a la porra familiar a ver los partidos yo y mi primo.
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Fue mágico, siempre lo vi desde la tribuna, y creía saber cómo se iba a sentir jugarlo, pero para nada, estar adentro es muy diferente. Ver el Jalisco lleno para verte a ti es algo increíble. Ese clásico lo perdimos 4-2 pero metí gol y fue el primero de mi carrera, ya sabrás. Perdimos, pero el entorno siempre se me quedó grabado. ¿Alguna anécdota especial de la liguilla del 99? Cuando le ganamos a Cruz Azul en las semifinales, íbamos al hotel de concentración y en el trayecto recuerdo que tomamos Av. La Paz y antes de llegar a Chapultepec el camión ya no podía avanzar, era un mar de gente, todo estaba lleno hasta la glorieta de Niños Héroes. Nos bajamos del camión y nos subimos al toldo para compartir con la afición. Otro fue después de perder la final en Toluca, al llegar al aeropuerto tuvieron que meter el camión a la pista porque había un mar afuera y no podíamos pasar. Me demostró que la afición de atlas es especial y me quedo con la espina de haber estado tan cerca y no haberlo podido lograr. Después viene tu llamado a la selección con Lapuente. Si, mi primera vez fue en el 2000, en la era Lapuente tenía una de las mejores selecciones que yo recuerde, estaban Luis Hernández, Cuauhtémoc Blanco, Pavel Pardo, Jorge Campos.
Era difícil entrar como gente nueva. Después de eso es hasta con Lavolpe que yo regreso, creo yo, cuando me encontraba más maduro. Es cuando más conforme quedé con mi actuación. Jugaste un mundial, la pregunta obligada. ¿Qué se siente? Desde el mundial del 86 vi todos los partidos de Brasil en el Jalisco y siempre es el sueño de todo niño, al final lo logré y es inolvidable, son los frutos de toda tu vida. Llegar a primera división fue el primer objetivo, pero mantenerse y lograr un llamado a un mundial representando a tu país es otra cosa. El equipo que participó en Alemania 2006 fue una selección diferente desde la gira previa, nos concentraron dos meses antes y tuvimos juegos de preparación contra Francia, Holanda; eso no te toca vivirlo todos los días. Además, en ese momento Rafa Márquez estaba en su mejor nivel, él era el único jugador mexicano en Europa y se le notaba el oficio, venía de ser campeón de Europa y siempre te facilitaba el trabajo por su nivel futbolístico. Cosas como esa me hicieron vivirlo de una manera especial. Después te vas a Argentina, ¿qué tal te fue por allá? Tuve la suerte de llegar a un club muy organizado. Llegué a un club familiar con una hinchada tranquila que siempre me respeto porque reconocían mi esfuerzo. Estuve un año en Vélez y aunque tuve la oportunidad de renovar, ya tenía veintiocho años, en realidad lo que buscaba era amarrar un contrato para asegurar mi retiro. Con el tiempo que pasé allá me saqué la espina de jugar fuera. Vélez jugó Libertadores y me tocó otra experiencia, en cualquier estadio de allá se siente una pasión diferente. Todo el estadio apretaba y yo no estaba acostumbrado a eso. El estilo de juego también es diferente, se deja seguir más el partido, no se corta tanto y eso hace más rápido el juego. ¿Cúal sería la diferencia entre los jugadores mexicanos y el extranjero? Creo que la diferencia principal es que el jugador foráneo es más atrevido, no se piensa tanto a la
hora de driblar, de tirar, creo que acá también hay calidad, pero también mucho miedo; quizás nos falte mejorar en eso y creernos capaces. Porque capacidad la hay, pero en la mentalidad es lo que no terminamos de crecer. ¿Cómo ves al Atlas en esta época de cambio? La gente nueva llegó con muchas ganas de trascender, pero siento que no han atinado en el tema de refuerzos para darle el título a la Fiel. Les ha faltado llenarse de gente que sepa lo que es Atlas, esperemos que ahora con el regreso de De la Torre y el Profe Morales entiendan que tienen que llenarse de gente que comparta la filosofía, que entienda que se debe de respetar un estilo de juego. Tienen el poder económico y las ganas, pero les falta que les expliquen lo que es Atlas. Atlas fue la cantera del país, últimamente se ha quedado rezagada ¿por qué? Los resultados no mienten, ustedes que tienen tiempo con Atlas no me dejaran mentir cuantos jugadores salían año con años, los torneos de inferiores siempre tenían a las fuerzas básicas rojinegras como protagonistas, hoy esto ya no es así, Pachuca y otras escuelas han despegado y Atlas se ha quedado atrás. Creo que el problema viene desde antes, la AC venía arrastrando problemas desde antes, ya no había dinero para fuerzas básicas, y se fue gente que trabajaba bien el tema. Creo que ahora con la nueva empresa se heredó el problema y es obvio que falta una restructuración. Mientras no se reorganicen las fuerzas básicas, no va a haber nutrientes para el primer equipo. ¿Qué viene para ti en el futuro próximo? En este momento estoy disfrutando a mi familia y mis amigos, actualmente estoy en receso, hace dos años y medio dejé de jugar y aunque me han invitado a trabajar en algunas fuerzas básicas ando priorizando la familia. Me avente quince años de arriba para abajo en concentraciones, viajes y demás. Pero en este momento ya estoy listo para lo que venga.
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LA CANTERA DE LA TRIBUNA
Quisimos conmemorar la simplicidad que caracteriza a los niños, entendiendo que ellos son nuestro presente y nuestro futuro, queremos que crezcan y mantengan la esencia de los colores rojo y negro. En ustedes está el futuro de la tradición rojinegra y este es nuestro homenaje a todos los pequeños que han aprendido a amar estos colores. En esta edición de Revista Paradero, colaboradores y patrocinadores rendimos homenaje a todos los pequeños que han aprendido a amar estos colores.
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KINESIOTAPING: VENDAJE NEUROMUSCULAR
Autor: L.F.T. Miguel Bio Miranda Creada por el Japonés Dr. Kenzo Kase en el año de 1979 para deportistas de elite internacional, y hoy en día visto en muchos otros deportes de cualquier nivel, es también utilizado en rehabilitación de centros hospitalarios, clínicas de rehabilitación deportiva o no deportiva, dada a su alta eficacia en la aplicación de la misma. Pero… ¿qué es el kinesiotaping? Se trata de una venda elástica en su sentido longitudinal y adhesiva, que no posee ningún tipo de medicamento en ella, es 100% de algodón y es hipoalergénica. Se puede tensar hasta en un 140% igualando la elasticidad de la piel, se puede mojar y aun así no despegarse, cuenta con una durabilidad de 3 a 5 días dependiendo de la buena técnica de colocación y calidad de la venda.
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Sus efectos fisiológicos… -Circulatorio: la venda al ser colocada forma pliegues en la piel y por debajo de la misma aumenta el espacio subcutáneo donde se encuentran los capilares arteriovenosos, linfáticos, receptores sensitivos que a su vez, liberan presión de los mecanorreceptores y capilares perilinfáticos, reestableciendo la circulación sanguínea y la evacuación linfática (inflamación). Analgésico: al haber un aumento de circulación y eliminación de desechos tisulares en la zona a tratar con la venda, se separa la epidermis de la fascia superficial y por ende liberan presión en los mecanorreceptores y nociceptores hipersensibles, dando como resultado una analgesia al dolor.
Neuromecánico: al tener una retracción de la piel que provoca una estimulación a nivel fascial en un efecto mecánico sobre el tono muscular en el cual se aplica el vendaje, ya sea aumentándolo o disminuyéndolo y que a su vez, mejora la alineación articular facilitando el patrón normal de movimiento dando un eje más funcional a la estructura a tratar. Como dato… Algunos fisioterapeutas de varias partes del mundo, dicen que éste tipo de vendas no son más que estética en el deportista y esto mismo les conlleva a creer psicológicamente que al hacer uso de ellas les beneficie en la mejora de alguna lesión, controversias entre unos y otros, lo cierto es que existen y hay investigaciones que avalan el uso de las mismas y su fisiología en el cuerpo humano, que por otra parte también se ha estado implementando en el uso de la rehabilitación veterinaria.
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EL MONUMENTAL DE LA COLONIA INDEPENDENCIA Autor: Gabriel Mariscal Ortiz El norte de la ciudad en la joven colonia independencia, sería el terreno elegido por el ayuntamiento de la ciudad de Guadalajara como el apropiado para la construcción de una obra de magnificas dimensiones. La idea de un estadio de fútbol más grande, nace principalmente de la necesidad inmediata de darle solución a todos los problemas que ocurrían dentro y fuera del
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viejo Parque Oblatos, así como lo conflictivo que se había vuelto el conseguir boletos para los clásicos de los equipos más importantes de la región; Atlas en contra de la Chivas. Esta rivalidad se volvía cada vez más intensa para la mitad del siglo XX, años después de que los rojinegros vencieran al equipo de las chivas para ganar su primer campeonato. Es así como Alberto Alvo, dirigente del Club
Atlas, en 1954 ideó la construcción de un estadio de mayor capacidad. En un principio se buscó que la obra fuera financiada por el mismo club lo cual no tuvo buena respuesta, pero la semilla estaba plantada. Dos años después, en 1956, junto con el Lic. Javier Herrera Díaz, del Club Oro, acordaron formar Clubes Unidos de Jalisco para lograr que el proyecto se consumara. La primer asamblea estuvo conformada con la representación por parte de Atlas del señor Luis Morales y Moisés Estrada; por Guadalajara Evaristo Cárdenas, y por el Oro Rosendo Martínez Sandoval y el Lic. Javier Herrera Díaz. En aquel entonces el presidente municipal era Juan Gil Preciado, a quien llegó el proyecto solicitando el apoyo del ayuntamiento, posteriormente el entonces gobernador, Agustín Yáñez pasaría el caso a la cámara de diputados, quien después de mucho discutirlo aprobó su construcción, de inmediato iniciaron las obras, y se puso a la venta las localidades de los palcos, posteriormente la zona llamada plateas, ambos eran vendidos a perpetuidad vitalicia, sin hacerse esperar gente de la clase alta de la ciudad adquirió arraigando más el sentido de pertenencia a sus colores. Las obras fueron concluidas el 24 de enero de 1959, siendo bendecido por el arzobispo católico de Guadalajara, el Cardenal José Garibi Rivera. Sin embargo, el partido inaugural tuvo lugar hasta el 31 de enero de 1960 siendo invitado el San Lorenzo de Almagro para enfrentar a los Rojinegros del Atlas. El primer jugador en pisar la cancha fue Alfredo “el Pistache” Torres, y el primer gol fue de Norberto Boggio, jugador del ciclón. De ahí en adelante el Estadio Jalisco se convirtió en referente nacional y tuvo la oportunidad de ser dos veces mundialista, en la actualidad le urge una renovación pero se mantiene como uno de los históricos de México.
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