Año 5
N° 7
Manuel Alemian
Monza En medio del tránsito el ómnibus fluía, como una burbuja, sosegado, sin movicom, sin demasiados traumas. Entonces disparó, corrió subiendo las escaleras y huyó por la baranda.
Canning La hora es veintidós treinta, la tele está apagándose. Los habitantes somos tres; nadie está pensando que nos falta un perro. Alguien que ladre, que arranque la oreja de mono carnosa y siempre verde, de un elegante verde.
Espera Soy un amor, esperarla tantas horas. Soy un dulce, esperarla tantas horas. Soy un encanto, esperarla tantas horas. Soy tímido y no saludo a una señora que conozco. Soy un actor, me siento excitado. Soy un corredor que se pierde en la calle. Soy un terrorista asustado. Soy un poco poco.
Soga Atada a la misma la lancha. Subida a la misma Ana. Sobrina de Doña Juana. Adicta a la damajuana. Capitana de la jarana.
Abajo Una lámpara ilumina un túnel donde no hay costados, ni cosas, solamente esencia. Un lugar más grande que el espacio pero vacío y húmedo en los techos. Un sótano reforzado con cemento y vigas y llaves. Una posibilidad cierta se cierne sobre nosotros.
Arriba Una lluvia fría moja el pavimento negro y adentro del bar miran el repiqueteo de las gotas en los faroles. Un narigón se escarba esmeradamente y después amasa el moco y apunta a la zanja. Un colectivo dobla apurado pero no adelanta nada el noticiero.
Limón gastador Un limón rueda en la vereda. Aviso. Me agradece el verdulero. Pero el limón rueda, en la vereda, y se pierde: desasosiego y el limón se aleja. Lo miramos caer, perderse en la alcantarilla. El limón ya no regresa, se masturba.
Garrafa popular Teníamos una garrafa blanca. Perdía la válvula roja. Teníamos lámparas importantes pero las robaron los pibes. Teníamos un horno a leña y lo rompimos una noche, en pedo.
S/T Un techo de tejas. Abajo un chinchón, lluvia, Pura alegría, tranqui, no problem.
S/T Una picada completa, una cerveza helada, la mirada perdida en la nada, el silencio.
S/T El ciruelo viejo mitad seco mitad en flor.
Manuel Alemian nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1971. Coeditó la revista Mientras se corta el césped (1992/93). Participó del Almanaque Flora de Selva Negra (1998) y de la antología poética Hotel Quequén (2006). Publicó Oreja Tomada (1993), Toba (1994), El Ducaner Ultante, (1999), 23 Cuentitos (2005), 23 Cuadritos, de historietas (2006), Zapping (2008), Bolso de mano (2009) y Pato cabrío (2009). Integró durante más de diez años el dúo musical “Los dogos argentinos a la caza del cerdo mayor”. Actualmente codirige la editorial Spiral Jetty (www.spiraljettyed.blogspot.com).
Alina Muszak
Marino Ondular El tiempo en las partidas es inexacto se siente haber dejado la tierra partida para sumergirse en un océano curvo si el corazón acelera el pulso la boca aumenta de trazo y nuestra anatomía se parte en millones de esferas de aire rodando a extinguirse casi al borde del nado el chasquido espera a la bestia y la convierte en mariposa.
Aguamarina todo se disuelve los puertos los barcos los brazos propulsan donde ir donde irse en la corriente pasajera del labio esfumándose en los pies de la mar. Aguamarina todo se disuelve los puertos los barcos los brazos propulsan donde ir donde irse en la corriente pasajera del labio esfumándose en los pies de la mar.
Hoy el agua llena de reflejo agitada como una nave espuma oleantes oleadas el agua del corazón es marea brillante que bracea el cuerpo como una isla o una nube blanca.
el río embellece un arcoiris de témpera se mezcla con los dedos como mar varias vueltas me das un beso tarde un día nublado de sol te vas a la tierra del valle lejos pero cuánto faltará si te detuvieses en alguna esquina la ciudad sigue y yo impronta igual esperando puliendo la sal.
de noche en oleada desnuda los pescadores hacen una ronda olvidan la tierra partida que impulsa el agua es el ritual navío La Pleamar.
Del Sueño Ondular sueño dragones el invierno es un bosque vientre donde nace el árbol pulpa lisonjera del beso será el final el loco silencio del color calavera junto a la boca te beso rodeada de troncos en el cuerpo no salgo entro remo entro con un vestido blanco devoro al tigre cuando miro me quito la espina y te quito la muerte.
La Intemperie el cobre del centauro tiene un olor ácido. el espejo del océano es un oleaje. al ser tocado por el cobre adolescente se ondula escapando del reflejo líquido. quienes descubren la ciencia de lo cierto dicen que el centauro es una sirena. quienes lo aceptan, se exponen a tomar el pulso exacto del tiempo en la intemperie. pero el centauro es un pulpo viejo de aguas abiertas. una máscara con garras. ojos oscuros saturados con deseo. su magia es infinita. si el futuro es incierto la sirena será su alma. un paño tieso cubriendo al niño pequeño en semejante mansedumbre.
Entresueño en la siembra sobre el pastizal mojado tu mano gira y me besa lobo sembrando el terciopelo estoy roja la luna es un bosque de sombra dulce que brilla y duerme lengua que me abraza con sexo de vos de vos acostado sobre mí en mis senos de vulva latente coro de luz tu forma ronca queriendo enmudecer
¨Cuando amanece el sueño, logra un castillo¨
Alina Muszak
Nací un 14 de julio de 1977. Un invierno. Adoro nadar. Soy diseñadora gráfica. Escribo poemas. Publicaciones: Pronostico ¨pajarosló editora¨. Salí publicada en Plebella Numero 17 como ¨Aires contemporáneos¨. Y en periódico ¨Atico¨, Bahía Blanca. Taller: actualmente estoy haciendo el taller de poesía con Romina Freschi. Blog: Esanada.blogspot.com
Mercedes Copello La verdad de la milanesa Abrí la puerta del baño como todas las mañanas y me encontré en la pared un cartel con la cara de la Rana René y escrito por debajo de la imagen la palabra: “BUSCADO”. Me quede mirando (miro), el sapo de hierro que siempre estuvo sobre la mesa ya no estaba más. Tomé el recogedor y la escoba, barrí el baño, la suciedad de un sábado agitado y me dirigí a la cocina. Trabajo en un restaurante. Todos los días sucede lo mismo: llego, saludo a las que están, me cambio de ropa, limpio la sala, limpio los baños, vuelvo a la cocina, espero instrucciones, hago lo que me dicen, algunas cosas se repiten como llenar las aceiteras, traer leche, limpiar los trastos sucios que las cocineras dejan mientras cocinan; atender al del pan, poner el pan a calentar y preparar todo para la hora en que los comensales entran al restaurante: la 1 en punto del mediodía. Ese día, el de la desaparición del sapo de hierro y la mesa era un día como todos, Neus hablaba de sus enfrentamientos con su marido y la dura educación de sus hijos mientras que Julia me pedía que lavara las verduras y que repusiera lo que faltaba en los cajones. Aproveche un silencio que se hizo sabiendo que podía durar muy poco. Mientras Miriam hablaba por tel con su hija, Julia zarandeaba una cazuela llena de cebollas doradas, Neus atendía al de las cervezas en el comedor y Elenita cantaba una de Rafaela Carrá mientras le daba al cuello de un pollo ya desplumado con su cuchilla, solté sin dirigirme a nadie concreto con vos firme y fuerte como para que me escucharan: -Che que pasó con el sapo del baño!!! Y que hace la foto de la Rana René pegada justamente donde antes estaba la mesa y el sapo-. Antes de que me hablaran de lo que había pasado con el sapo comenzaron a reír y a poner caras de no entender. Yo menos. No sabía de que se reían y que era esas caras de desentendimiento, hablamos el mismo idioma pero muchas veces no nos entendemos y menos en una cocina donde cada elemento tiene su nombre, por ejemplo, no le podes decir cacharro a la ollita donde calentas leche, no le podes decir morrón rojo al morrón rojo es pimiento rojo, el robot es la procesadora, en fin todo tiene su nombre y su uso específico para que todo funcione a un buen ritmo. Neus que tiene por orejas un radar escuchó desde la otra punta del comedor mi pregunta y entró a la cocina riéndose y preguntándome quien era la Rana René; mi gesto se adelantó a mis palabras, puse cara de sos o te haces. Me molestó que se rieran y me preguntaran por algo que es conocido en todos los países de habla hispana, que es fácil de deducir; si es que vengo del baño y la única imagen que hay en el baño es la de la Rana René entonces ¿de quién estoy hablando? No del colchón de doble espuma con control remoto que venden en el Corte Inglés sino de la famosa Rana René que está pegada en el baño no se por qué. Todo esto no se lo dije, solamente le dije: -la Rana René es la rana de la imagen que está pegada en el baño, ¿Qué pasó con el sapo y la mesa?- Y Neus me contesta con ese volumen elevado característico de la mujer española: “pero esa no es la Rana René!!!!!!! es la Rana Gustavo!!!!!”. Y ahí se pudrió todo, ya estaba cansada de que me tomaran el pelo, de que me marcaran el “yo” el “cuchillo” la “olla” la “lluvia” el “llavero” el “ya está” con burla con ese acento italiano que le ponen cuando te imitan, “che boludo!!!”, está bien que tenemos mucho de los italianos los argentinos pero de ahí a tener el mismo acento hay una distancia me parece, y dije: -ese no es Gustavo es la Rana René, siempre se llamó así-. No acreditaba que le dijeran Gustavo a la Rana René, no me entraba en la cabeza
semejante cambio de identidad. Sin poder agarrarme de nada, jugando en baldío de otro barrio, todos se reían sin dejarme opción a la defensa. Pero yo tenía razón. Desde pequeña que miro Plaza Sésamo y me acuerdo muy bien de los personajes. Es más! en mi época de estudiante universitaria cuidaba a unos niños ingleses que veían dibujos animados todo el día doblados al inglés y muchas veces hemos visto juntos Plaza Sésamo y la Rana René era la Rana René no Gustavo. A quien se le ocurrió cambiarle el nombre a la pobre rana que no hace ningún mal a nadie que divierte a los más chicos y de golpe y porrazo llega a España con toda su alegría animada y tóma! le cambian el nombre porque si, porque no entienden que Rene es un nombre de hombre también, porque es lo primero que me dijeron en el trabajo que René es un nombre de mujer ammmmmm nada que ver yo conozco a un René y es bien macho, el famoso mago René Lavan que conocí personalmente en la calle un día caminando por la misma vereda, le falta un brazo pero vos vieras como mezcla el mazo de cartas que habilidad. Eso es de estar todo el día con las cartas en la mano, dale que te dale. Pero no les dije nada. No conocen a René Lavan y no quería explicar nada en fin eso es lo que pasa que a nadie le interesa nada de nada le cambian el nombre a un personaje conocido mundialmente y nadie se queja es una crueldad, Gustavo, solo a los españoles se les ocurre ese tipo de nombres comunes que se encuentran a la vuelta de tu casa que cualquier carpintero lo lleva. Cuando era pequeña me quería cambiar el nombre lo pensaba pero sabía que era algo intocable, el nombre es algo que llevas desde que naces y antes cuando estás en la panza de tu madre y ya se sabe de tu existencia, la familia piensa a diario en el nombre que llevarás toda tu vida, por ejemplo, mi madre me contó que me iban a poner Carla, Carla! les dije con admiración, no admirada de contenta sino admirada de sorprendida, es un nombre que no me gusta nada, no me gusta cómo suena Carla marcando la r Carrrla ¿Qué haces Carrla? Carrla Copello la CC de la escuela. De pequeña jugaba a tener otro nombre con mis amigas del barrio jugábamos a la secretaria que consistía en la típica burocracia de todos los días pero interpretado por niñas de 7 años yo siempre me quería llamar Manuela o Guadalupe y ahora que lo pienso son nombres que tampoco me gustan. Llenábamos papeles que mi papá nos daba de su trabajo burocrático en tribunales. Mi papá Jorge Santos Copello todos los días se dedicaba a eso en su trabajo: rellenar papeles y papeles. El gran aguantadero de celulosa. Me acuerdo perfectamente de mi papá sentado a la mesa del living escuchando música clásica con su enorme carpeta repleta de papeles escritos a máquina, con sellos violetas que decían no se qué cosa pero daban prestancia a cada papel que firmaba. Si reciclaran todos los archivos de tribunales se ahorraría muchísimo se harían cuadernos rayados para las escuelas más carenciadas y hojas A4 para las fotocopiadoras de las universidades, sería un golazo. Yo ya me acostumbre a mi nombre pero me gusta que me llamen por apodos o mi nombre dicho de otra manera, por ejemplo mechi mechita merce mecha Merceditas mer, mi mamá me dice morcilla, siempre pone apodos que no se de donde los saca, Paula me dice Poro, mi papá flaqui, eso me quedo de otra época. Vivo con una amiga con la cual nos llamamos con el mismo nombre: Marta, esto se debe a que Marta suena a algo feo a señora ama de casa que se queja que chusmea que limpia todos los días su casa y es un personaje con el que nos reímos mucho la ama de casa y la r suena como Carrrla Marrta las dos r están en el medio del
nombre Carrla Marrta, el caso es que nos llamamos Marta y muchas personas piensaban que nos llamabamos así realmente Marta casi siempre lo terminamos explicando y muchas otras no. Mi amiga me ha dicho que está tratando de no decirme Marta y no le sale quiere decir Mer y le sale Marta ¿Qué curioso no? A mi me molesta algunas veces es un nombre que no me gusta y de repente respondes a el como si fuera tuyo por eso pienso en la Rana Rene y tantos otros personajes de re nombre que han perdido su identidad sin desearlo sin tener opción a la queja. ¿Qué pensara el manipulador de la Rana René? ¿Será español y no le importará que su rana se llame Gustavo en España? o ¿Es solo cuestión de dinero?, es todo un misterio. No se si podre acostumbrarme a Gustavo. Es bueno estar pasando por esta situación de grande cuando uno ya paso la etapa de tomar la leche viendo a Heman o los Thundercats. Mirá si te encontrás de pequeño mirando la televisión en la casa de tus padres en Madrid y aparece la Rana René diciendo: -Hola amigos como estais!!!!!! y los niños diciendo: -Bien Rana Gustavo!!!!! gritando su nombre a garganta pelada, te morís, lloras, le lloras a tus padres pensando que están involucrados en algo de todo esto que tienen la culpa de este error horroroso y tus padres sin poder resolver el tema en cuestión poniendo cara de comprensión y tratando de suavizar la situación con palabras tontas. Ni bien llegamos a Barcelona con Naty, nos pusimos a trabajar de camarera para eventos especiales en hoteles lujosos, fue un trabajo que nos consiguió la prima de Naty. Ella hace mucho vive en Barcelona y hace mucho que trabaja en los hoteles. Cada vez que entrabamos a un hotel a trabajar teníamos que decir que veníamos de Rango, chan!!!!! Ustedes se preguntaran que es venir de Rango, nosotras también nos lo preguntábamos, pero como teníamos mucha necesidad de trabajar, ya que no es fácil el trabajo para los ilegales (que palabra “ilegal”, creo que es la primera vez en mi vida que me distinguen por “ilegal” con tanta determinación), en fin como no queríamos llamar la atención de ninguna manera cumplíamos al pie de la letra lo que nos decían, si había que decir que veníamos de Rango para entrar a trabajar se decía y listo. La persona que se encargaba de conseguirnos los bolos era un Peruano que hace mucho tiempo que vive en España. Nunca supimos como hacía para conseguir los bolos para tanta gente y sin papeles, porque la mayoría que trabajábamos para él éramos ilegales pero ahí estaba llamándonos: “hola guapísima” te decía “hoy a las 17hs en hotel tal” ¿Tienes todo para venir? Ok guapísima nos vemos.” Tener todo era estar de pantalón negro, camisa negra, destapador, delantal negro y la chapita donde ponía tu nombre y tu apellido. Cuando decías que venias de Rango te anotaban en una planilla y te daban un papel que tenias que devolver a la salida. La camisa, el delantal y la chapita nos la daba el peruano. Toda esta situación causaba un poco de cagazo, nadie tenía que saber que no estábamos contratadas, todo era muy raro. Era una hazaña. Cuando terminábamos el trabajo nos reuníamos en un lugar alejado del hotel y el peruano nos pagaba a cada uno y nos pedía, si lo necesitaba, el delantal y la chapita con nuestros nombres impresos. Siempre cumplíamos con lo que nos decía sin decir ni mu. A veces trabajábamos juntas con Naty y otras trabajábamos en diferentes hoteles u horarios. Un día que me tocaba trabajar, el peruano me dice: “¿Y tu chapita?”, “no la tengo te la di el otro día”, respondí. Como no se podía entrar sin la chapita con tu nombre y tu apellido, me dio la chapita con el nombre de Cristina Sotto. Me dijo que me la pusiera en la camisa
y que entrara con ese nombre. ¡Qué miedo! Ya era vertiginoso entrar asique imagínense con otro nombre y apellido. Tenía miedo que me reconocieran, que no era Cristina Sotto sino Mercedes Copello. Me tenía que hacer a la idea que era Cristina y no Mercedes. Me repetía para mis adentros, Cristina Sotto, Cristina Sotto, Cristina Sotto. Me tenía que creer ese nombre que llevaría por unas horas. Entré al hotel dije mi nuevo nombre antes de que se me olvidara con vos de: vengo a trabajar y me llamo así. La adrenalina me subía por las venas y hacía que traspirara más de lo común. Tenía que poner cara de Cristina Sotto para que se la creyeran. No hubo problemas, me anotaron y pase rápidamente al 2do piso donde se encontraban los otros compañeros de trabajo; la mayoría eran personas que trabajaban contratadas en el hotel, los que veníamos solo algunos días éramos extras, refuerzo para algún evento grande como casamiento, presentación de alguna revista, etc. Estábamos esperando que el metre nos diera las indicaciones de lo que teníamos que hacer. Éramos un grupo grande como de 15 personas de diferentes nacionalidades, brasileros, argentinos, mexicanos, españoles, catalanes, checos, italianos….yo estaba en silencio, no conocía a nadie asique estaba apoyada contra la pared para descansar el cuerpo a la espera de las ordenes. En eso se acerca una chica, un poco más alta que yo, con ojos grandes celestes, rubia y me dice: ¿De qué venís? No sabía que decir tenía en mente Cristina Sotto para que no se me olvidara y la pregunta no sabía a qué se refería. Como vio mi cara de susto me dijo: “trabajas fija o eres extra”, “soy extra”, le dije inmediatamente que entendí de que venía la conversación, “¿Venís de Rango?” Como Rango era una palabra que no sabía lo que significaba pero que se decía mucho en el hotel le dije que sí, ella me dijo que también venía de Rango, “aaaaah” dije con una sonrisa amistosa, “¿Cómo te llamas?” me preguntó y ahí fue que me salió naturalmente: -Mercedes ¿Vos?, ella miraba mi chapita y me miraba volvía a mirar la chapita y me volvía a mirar muy sorprendida y confundida, ahí me di cuenta que no le había dicho Cristina como ella esperaba que le dijera, le dije mi nombre verdadero el de toda la vida, Mercedes, cuando me di cuenta ya era tarde, ya le había dicho otro nombre y no le podía decir: “me confundí” porque ni siquiera se acercaba Mercedes a Cristina, en nada se parecen o decirle “eje no mentira es un chiste!” ¿Chiste de qué? de nada si no causa gracia. Entre una risita falsa le trate de explicar rápidamente que ese nombre que llevaba en mi camisa era para trabajar pero que en realidad no era mi nombre. Ella no entendió nada. No quería dar muchos detalles porque no sabía quién era ella y no quería tener problemas en el trabajo. Enseguida vino el metre y empezó a dar órdenes y no pudimos seguir hablando. Ese mismo día nos toco trabajar juntas. Me llamaba Cristina y yo trataba de estar atenta para no desorientarla. Luego apareció una chica una hora más tarde que yo. Estábamos preparando las mesas para la cena de un casamiento, en la misma mesa donde yo estaba poniendo el tenedor, tenedor para pescado, cuchara, izquierda; el cuchillo, cuchillo para pescado, derecha; cuchara de postre, tenedor de postre, arriba del plato, se pone la chica hacer lo mismo, giro mi cabeza para pedirle que me alcance unas servilletas que decoraban el plato y lo primero que visualizo es la chapita con su nombre y apellido, quería llamarla por su nombre para no decirle: ¿Che me alcanzas tal y tal cosa? Focalizo en la chapita y leo: Natalia Camio. Primero me quedé muda y después me reí para mis adentros, Natalia Camio se llama mi amiga que ese día no trabajaba conmigo. Estaba su nombre presente pero ella
no, su cuerpo y espíritu andaban trabajando por otro hotel, llamándose vaya uno a saber cómo. Esto me dio a pensar que la chapita que cada uno llevaba por nombre era muy probable que no lo fuera, si yo me llamaba Cristina y la chica que tenía a mi lado se llamaba Natalia, daban los cálculos que nadie se llamaba como su chapita. Pero esta verdad se mantenía oculta, nadie decía nada. Le dije: “¿Che Natalia me alcanzas las servilletas?” quería probar si respondía como yo a otro nombre que no era el suyo de manera suelta y alcanzarme las servilletas sin pensar en su nombre. Quería ver si podía fácilmente darse la vuelta. Aunque en estos lugares no hay mucho tiempo para la diversión ni para el descanso para mi era el momento oportuno para divertirme un poco de toda esa farsa. Creo que no respondió al nombre sino al pedido, como estábamos trabajando en la misma mesa solas respondió por cercanía más que por identidad. Luego nos separaron y ya no la volví a ver nunca más. Cuando nos encontramos con mi compañera de trabajo, la chica que primero me habló, para jugar pin pon le conté toda la verdad más tranquila, que era ilegal, que trabajábamos en negro y que nos habían dado un nombre para trabajar porque no podíamos entrar sin nuestra chapita identificadora y como yo no tenía esa chapita ahí estaba con el nombre de otra que nunca conocí, una tal Cristina Sotto. Como ya entramos en confianza le pregunte que era Rango, yo pensaba que era una posición jerárquica, que era la persona encargada de varias mesas, pero no, no era así, entre carcajadas me explicó que Rango era una agencia de trabajo y ahí entendí. Nos reímos de todas las confusiones y de lo loco que era todo. Se dificulta vivir en otro país aunque se hable el mismo idioma se dificulta. Se habla de otras complicaciones de otros temores de otros deseos por ejemplo dicen que hay crisis y vos los vez todos los días en el bar tomando miles de cañas con sus bocadillos o yendo a los restaurantes a comer paella o gastándose más de 1000 euros en un traje típico de flamenca o comprándose el último modelo de sofá que hace juego con un set de vajilla que estaba de rebaja en el Factory que también se lo compraron. Y dicen que hay crisis, CRISIS. Ya se olvidaron de las guerras y de las malarias que pasaron, los jóvenes españoles no tienen ninguna idea de lo que sufrieron sus antepasados que no tenían para comer, no lo saben ni tienen ganas de saberlo; mientras te dicen que la cosa esta mala van por la quinta cerveza con sus ropas de marca, con sus gafas a la onda, te lo dicen riéndose sin ningún gesto de desesperación pa´ que! te dicen. Pregúntale a un argentino de la crisis pregúntale a un boliviano de la crisis a un senegalés. Y con esa misma apatía de lo que es una crisis le cambian el nombre a la Rana René sin problemas, sin pensar en nada o pensando en ellos mismos en su ombligo en su reloj en su coche en su hipoteca. Pensaba en toda esa gente que se ha cambiado de nombre porque así lo quiso: Prince se saco directamente el nombre y ahora se llama como un signo. Sandro se llama Roberto Sánchez Rodrigo se llamaba Juan Bueno Adalberto Javier Ramones: Adal Ramones Alejandra Sánchez Barredo: Alessandra Rosaldo William Bradley Pitt: Brad Pitt
David Robert Joseph Beckham: David Beckham Jaime Federico Said Camil de Saldaña Da Gama: Jaime Camil Gustavo Cárdenas Avila: Juan Alejandro Escajadillo: Aleks Syntek. Juan Esteban Aristizábal: Juanes. Alejandro Sánchez Pizarro: Alejandro Sanz. Enrique Martín Morales: Ricky Martin Elmer Figueroa Arce: Chayanne. Luis Alberto López Ayala: Valentino Lanus. Eugenio González: Eugenio Derbez. Paul David Hewson: Bono .Enrique Ortiz de Landazuri: Bunbury. Marshall Mathers: Eminem. Reginald Kenneth Dwight: Elton John. Frederik o Faroohk Bulsara: Freddy Mercury. Georgios Kyriacos Panayiotou: George Michael. Richard Melville Hall: Moby. Gordon Summer: Sting. Anna Mae Bullock: Tina Turner. Demi Moore: Demetria Gene Guynes. Dido: Florian Cloud de Bounevialle Armstrong. Madonna: Madonna Louise Ciccone. Marilyn Manson: Brian Warner. Marilyn Monroe: Norma Baker. Meg Ryan: Margaret Hyra. Mel Gibson: Columcille Gibson. Pink: Alecia Moore. Tom Cruise: Thomas Cruise Mapother IV. Vin Diesel: Mark Vincent. Whoopi Goldberg: Caryn Johnson Woody Allen: Allen Konigsberg. Esto no es porque lo sepa sino porque lo baje de internet. Me imaginaba a Sandro de América jugando de pequeño en su casa, corriendo alrededor de la mesa de la cocina y su madre diciéndole: Roberto no me hinches las pelotas por favor! Y Sandro sin saber que de grande no responderá a Roberto. Y cuando decide, ya de grande, llamarse Sandro la madre le sigue diciendo Roberto y el diciéndole con vos temblorosa típica de Sandro: -mamá no soy más Roberrrto, Sandro Sandro de América mamá!!! Y a la madre le cuesta como a cualquiera. De repente le venís diciendo Roberto y de golpe y porrazo tácate! se llama Sandro por decisión propia. Yo tengo 4 hermanos y mi mamá cuando quiere llamar a alguien dice todos los nombres y ya mareada y enojada con ella misma dice el nombre que quiere decir: así –María Sofía Tomás JUAN!!! Juan Santos podes venir querido!! Mi hermano Juan es el único que tiene 2 nombres, esto se debe a que mi papá quería mantener la tradición del nombre: mi abuelo se llamaba Santos, mi papá se llama Santos y ya que venía un varoncito había que ponerle Santos, pero a mi mamá no le gustaba, quería ponerle Juan a cecas y así fue que ante la indecisión le quedó Juan Santos. Nadie le llama Juan Santos ni Santos, le llamamos Juan, solo mi mamá cuando se enoja le dice Juan Santos, pero eso era de pequeño de grande es solo Juan. Es muy común tener dos nombres, no se para que queremos 2 nombres si al final de todo te llaman por un solo nombre o por un apodo que no
tiene nada que ver con tu nombre. Mis padres se llaman entre ellos ballena y balleno, apodos que no se acercan a sus nombres en absoluto: María Cristina y Santos Jorge. Para mi es algo natural porque lo vengo escuchando desde hace mucho pero para el que recién los conoce les parece gracioso, y si, lo es. Pero ellos no son famosos no son como la Rana René, a nadie le interesa que mis padres se llamen como mamíferos marinos, es un código que tienen entre ellos de cariño de amor de juego matrimonial pero la Rana René no tiene nada de cariñoso que se llame Gustavo en España no le cambiaron el nombre por amor o por apodo, se lo cambiaron porque si y eso es lo que m ás duele, no saber el porqué del cambio. Y como no te lo explican uno saca sus propias conclusiones. Y ahora que lo pienso si te lo explicaran tampoco lo entendería porque nunca lograré llamar a la Rana René Gustavo.
Mercedes Copello comenzó su formación como actriz en la ciudad de Mar del Plata Provincia de Buenos Aires (Argentina). En el año 1998 realizó diversos talleres de teatro y formó parte del grupo teatral “Vulcanché” donde comenzó sus primeras interpretaciones como actriz. Se graduó en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Facultad de Arte, (Argentina) como Profesora de Teatro. Estudió distintas técnicas de actuación (Javier Daulte, Mario Pirómano, Yacine Pret, etc.). Amplió sus estudios cursando talleres y seminarios de expresión corporal, contac improvisation, danza contemporánea, clown, acrobacia en tela, danza creativa, análisis del movimiento, educación de la voz. Como actriz ha participado en diversas obras, las más recientes son: Quisiera ser Maradona (adaptación de textos de Alejandro Urdapilleta y Rodrigo García), El Viajecito (creación colectiva, danza-teatro), El poni el paseo la plenitud (adaptación de textos de Rodrigo García). Ganó el premio mejor actriz con la pieza teatral El poni el paseo la plenitud en el Festival Regional de Teatro de Tandil (2004), Argentina. En Argentina desarrolló diferentes actividades como profesora de teatro tanto en la Facultad de Arte de Tandil, Provincia de Buenos Aires; como en centros públicos y privados. Actualmente vive en Barcelona (España) donde sigue formándose espectáculos relacionados con las artes escénicas.
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Indice Manuel Alemian Monza Canning Soga Topadora Defecto Moteada de rosa Abajo Arriba Lim贸n gastador Garrafa popular S/T S/T S/T
Alina Muszak
Marino Ondular Aguamarina Hoy el agua La Pleamar Del sue帽o ondular La intemperie Entresue帽o
Gabriela Acosta
Tapa e ilustraciones. Series: Objetos y La banda
Mercedes Copello
La verdad de la milanesa (mon贸logo)
tandilgabriela@hotmail.com
Tandil , Setiembre 2010
preferirianohacerlommv@yahoo.com.ar