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EN EL FONDO
PORTADA de México
Tierra Caliente”
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En El Fondo
Francisco Legaspi
Ya es muy común para mí entrevistar a todo migrante que se acerque a pedirme dinero en el tráfico. Preguntarle su nombre, de dónde viene y a dónde va. A veces me cuentan mucho, a veces poco, depende de la bondad de la hora pico y el tiempo que nos dé. Todos se emocionan al contarme sus historias, cada quién la que quiere. Uno de ellos me contó de cómo salvó a alguien de suicidarse poco antes de encontrármelo. Estaba muy contento, me dijo entusiasmado que fue lo mejor que le ha pasado. Quizás por eso tuvo
que migrar desde El Aguaje, en Michoacán, no para salvar su vida, sino la de otro.
La verdad, no había escuchado de ese lugar. Ahora que he investigado sobre él, me robo esta frase para describirlo: “se trata de un arenal ardiente sobre el que cae una lluvia de fuego.” Eso dijo Dante sobre el sexto círculo del infierno y se puede aplicar a esta maldita localidad en Tierra Caliente; que hace tres años todavía tenía cinco mil habitantes, pero la violencia en la zona desplazó a casi todos y hoy quedan 54 personas viviendo ahí.
Michoacán se ha vuelto, en los últimos 20 años, un caldo de maldad y sufrimiento. No por nada las autodefensas se volvieron tan importantes hace poco más de diez años. Su calvario era un ejemplo de un futuro, no tan lejano, para los demás. Fracasó la insurrección, pero no el modelo que se contaminó con el narco y la convivencia de gobiernos que apoyan grupos a conveniencia. Ya sean autodefensas, o los narcos que se dicen así, o los autodefensas que se dicen cárteles unidos, o lo que se hayan vuelto… siguen enfrascados en una guerra que ahora podemos sintonizar desde las redes sociales. Algunos de los enfrentamientos más salvajes, han tenido cobertura con videos, fotos y audios que dan testimonio de que esta “divina comedia” es muy oscura.
Cada vez es más común encontrar contenido mostrando combates donde se ven caravanas paramilitares con las iniciales “CJNG”. En otros videos podemos ver a los mismos vehículos quemados, con gente escupiéndole a los cadáveres de sus choferes que portan las mismas iniciales en su uniforme. Debo admitir que algunos de los más perturbadores, no involucran violencia, sino niños de entre 12 y 15 años. Están siendo adiestrados para matar y lo presumen en selfies cargando sus rifles, disparando al aire o apuntándolos a través de la cámara. Estos esbirros, víctimas innegables de las circunstancias crecerán para empeorarlas en esta tierra calcinada por las balas que llueven y cercenaron a sus familias. El término Tierra Caliente se ha vuelto sinónimo de narcotráfico. Cuando se creó, a finales de 1800, era usado para referirse a ese pedazo de paraíso. Su geografía era idónea para la vida entre la naturaleza más abundante, donde colindan Colima, Jalisco, Morelos, Estado de México y Guerrero. Las zonas más conflictivas del país; llenas de actos propios de la Divina Comedia. Cuentan que los que decidieron quedarse en El Aguaje a vivir fueron obligados a formar parte del conflicto o ver
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cómo se fusilaba a sus familias antes de ser asesinados. La historia de Apatzingán, Tinguindin, La Aguililla, Tancítaro, Los Reyes, Pátzcuaro, La Huacana, Morelia; la historia de México. La que hemos oído desde antes de que los autodefensas lo denunciaran.
En su matutina, AMLO declara que esas zonas están irremediablemente controladas por el crimen. Coludidas hasta la médula con las autoridades y que no se puede enviar a la Guardia Nacional. ¿Para qué se creó entonces? ¿A quién están ayudando si no es a la gente que los necesita? Yo los veo resguardando a políticos y empresarios en marisquerías rodeadas de 20 camionetas, armados hasta los dientes; se ven listos para combatir a alguien de su tamaño. Pero no, ahora son escoltas públicos, se han vuelto lo que iban a reemplazar. No hay pacto social. Hemos entregado el derecho a la violencia y nos ha costado la vida. Porque, como Sayak Valencia advertía, “solo quien se pueda pagar de escoltas no va a tener que cargar un rifle en el futuro.” Desde todo sector de la sociedad, hay mucho desdén, muchas ignominias contra los migrantes pero negligen las condiciones que se dan dentro de nuestra propia tierra, a unas horas de distancia. Donde llueve fuego se abandonó la esperanza de México.
En sus desparpajos auto-panegíricos el presidente evita su responsabilidad. Que el nuevo cártel que dominará, el arenal ardiente conocido como México, ya se está formando entre los niños sicarios de alguna montaña; entre los restos de esa tierra calcinada. El siguiente Mencho está vivo, aprendiendo todo lo que puede, desconociendo el valor de la vida, arrebatado de sus padres por la violencia, grabándose mientras asesina ignorante de las fuerzas que lo obligan a ser partícipe o exiliado del conflicto. Las mismas que le negaron el privilegio de elegir su destino.
Yo no entendía con quién hablaba cuando me contaba de su milagroso rescate, de su milagrosa salvación. No sabía de sus circunstancias, pero ahora, me gustaría volver a encontrar a ese migrante. Invitarle una comida para que me cuente más de su vida. Saber quién lo guía mientras cruza el infierno.