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Día de los Muertos en México

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Este humilde reportaje no pretende ser una guía de nada. El que quiera aprender sobre México, que lea; ¡el que quiere vivirlo, que lo visite!

Digo esto pues, a mi criterio, si existe un lugar indescriptible tiene que ser México y su entorno.

La mezcla de colores, aromas y sabores hacen de este viaje una experiencia incomparable. Su cultura absolutamente única en el mundo y la calidez de cada personaje que se cruza en el camino son un deleite para los ojos, la barriga y honestamente para el alma.

El rito que se rinde a los ancestros difuntos es algo difícil de contar en palabras y solo las imágenes pueden hacer cierto honor a lo vivido.

La ciudad de México es una metrópoli en todos los sentidos. Si bien el tráfico vehicular puede ser muy pesado, el viaje en metro es la cosa más sencilla y recomendable para un viajero. Su costo de 5 pesos y la rapidez y eficacia con la que funciona hacen de ésta la mejor alternativa para aprovechar de mejor manera todo lo que esta gran ciudad tiene para ofrecer.

El Día de los Muertos es una tradición ancestral pagana que se juntó con la nueva cultura hispánica que básicamente rinde homenaje a los seres queridos que partieron con anterioridad y el objetivo principal es recordar y compartir lo que alguna vez les gustó haciendo homenaje a su paso por la vida. El pan de muertos, la comida y bebida que agradaban al difunto se ofrendan en altares que junto a las imágenes de estos personajes están por doquier. Se utilizan papel recortado, frutas, calaveras de azúcar y la flor de cempasúchil, característica de esta tradición que da un colorido único a toda la ciudad.

Plazas y calles de todo México están repletas de gente quienes se vuelcan a disfrutar del colorido y de la gastronomía que ronda cada esquina. Es impresionante la cantidad de alternativas culinarias de todo tipo que se ofrecen paso a paso. El cambio frente al dólar es muy conveniente (aproximadamente 20 pesos por 1 dólar americano) y comer y comprar es sumamente barato para nuestra encarecida economía.

Igualmente infaltable en esta visita son la Basílica de la Virgen de Guadalupe que genera un tráfico inmensurable de devotos de “la Morenita”, la Catedral antigua junto a la Basílica y el ballet folclórico que se presenta en el Teatro de Bellas Artes, en donde uno puede apreciar y deleitarse con los más pintorescas escenas de música y baile de todo el país.

Los mercados son una mezcla de colores y sabores que no debe quedar atrás en todo itinerario turístico. Aquí encontraremos no solo el sabor de la comida sino la calidez de quienes con orgullo sirven sus platillos, pero la experiencia se convierte en única cuando de la mano de amigos y guías experimentados, pude deleitarme de los bocadillos más exóticos. Junto a Gerardo Perez, Gerente de ALTANUEVA (empresa operadora de turismo) y César Galván, experimentado guía gastronómico de primer nivel, probamos escamoles (huevos de hormiga), chapulines (saltamontes), larvas de mariposa y sellamos la experiencia comiendo una cucaracha y un alacrán. “Si a Roma fueres haz lo que vieres dice el dicho”; entonces, “si México visitas, cómete lo que se te cruce”. No preguntes, solo abre la mente y la boca. No te arrepentirás y aunque toma un costal de agallas y unos cuantos mezcales el hacerlo, probamos literalmente todo lo que se nos cruzó por delante.

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