2 minute read
Presentes en Roland Garros
Gabriela Eguía y Eduardo Casabó fueron los sorteados para viajar a Paris y presenciar el Grand Slam de polvo de ladrillo, Roland Garros, tras el campeonato disputado por primera vez en casa, Recontres Paris.
Los ganadores del sorteo recibieron pasajes, estadías y entradas para el espectáculo de tenis, pero lamentablemente Eduardo no pudo asistir por temas de salud.
A su regreso, conversamos con Gabriela sobre la experiencia.
¿Qué sentiste al ganar el sorteo?
Sentí muchísima emoción. Me sorprendió. Yo siempre espero a mi familia a almorzar los domingos y ese día dejé todo previsto y me fui al Club. Luego de que se sortearan dos nombres de personas que no estaban, escuché el mío y sentí muchísima alegría. Amigos de toda la vida del tenis se acercaron a abrazarme y felicitarme y la gente del Club se mostró también muy contenta. Fue pura felicidad.
¿Cómo fue presenciar el Grand Slam de París?
Fue una experiencia hermosa. En la cancha principal se ve bárbaro. Yo ya había ido pero me encontré con todo remodelado y bien organizado. A la cancha principal Philippe-Chatrier se le hicieron dos o tres pisos más; ahora tiene techo. Quedó preciosa. Comparado a otros estadios, no es tan alto ni tan grande. Otros estadios te dan vértigo, son enormes y tienen muchos anillos para arriba. Éste es muy accesible y hace que los jugadores se vean muchísimo mejor. Si tuviese que recomendar un torneo para ver, sin dudas sería el Roland Garros. El control de acceso y la vigilancia, están muy bien gestionados. Y las dos estatuas que te reciben –la de Rafael Nadal y Ronald Garros- le dan un marco, una prestancia al ingreso, que lo hacen maravilloso.
¿Qué fue lo que más te sorprendió del torneo?
La organización es espectacular. Todo muy higiénico, súper limpio. Las colas bien hechas, las esperas se respetan, la amabilidad del personal, todo es muy profesional, como debe ser el tenis. También me sorprendió una frase que está en la cancha principal, que es de Roland Garros, quien no era tenista, que en resumen dice que la victoria es de los tenaces, de los consecuentes.
¿Qué partidos presenciaste y qué podrías destacar de los mismos?
Vi tres partidos. No hay dudas que el tenis masculino es de más vértigo, los hombres desarrollan más variantes en su juego. El tenis femenino me sorprendió por lo rápido que juegan las mujeres, son unas atletas. Tuve el placer de ver a la número uno, a la polaca Iga Swiatek jugar contra la china Zheng Qinwen, y vi porqué es la uno: es pura aceleración, las deja paradas a las otras, se tiene una fe bárbara.
Los varones, como dije, físicamente hacen un despliegue más importante y eso hace que sea un poco más dinámico. Pude ver en acción al griego Tsitsipas contra Holger Rune que es toda una sorpresa. El jovencito le ganó con ganas, viene en un ascenso imparable y tiene un empuje brutal.