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Corazón poético - El Corazón que ríe. - Happy New Year - El hombre que mira más allá de sus narices
CORAZÓN POÉTICO
EL CORAZÓN QUE RÍE
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Charles Bukowski
Escritor y poeta, considerado como símbolo del “realismo sucio” y la literatura independiente. Tu vida es tu vida, no dejes que sea golpeada contra la húmeda sumisión. Mantente alerta, hay salidas. Hay una luz en algún lugar, puede que no sea mucha luz, pero vence a la oscuridad, mantente alerta. Los dioses te ofrecerán oportunidades, conócelas y tómalas. No puedes vencer a la muerte, pero puedes vencer a la muerte en la vida, a veces y mientras más a menudo aprendas a hacerlo, más luz habrá. Tu vida es tu vida, conócela mientras la tengas, tú eres maravilloso y los dioses esperan para deleitarse en ti.
Tu vida es tu vida, no dejes que sea golpeada contra la húmeda sumisión. Mantente alerta, hay salidas. Hay una luz en algún lugar, puede que no sea mucha luz, pero vence a la oscuridad, mantente alerta. Los dioses te ofrecerán oportunidades, conócelas y tómalas. No puedes vencer a la muerte, pero puedes vencer a la muerte en la vida, a veces y mientras más a menudo aprendas a hacerlo, más luz habrá. Tu vida es tu vida, conócela mientras la tengas, tú eres maravilloso y los dioses esperan para deleitarse en ti.
CORAZÓN POÉTICO
HAPPY NEW YEAR
Julio Cortázar
Fue un escritor, profesor y traductor argentino. Es considerado uno de los autores más innovadores de su tiempo y maestro del cuento, la prosa poética y la narración breve general. Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme, así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme, así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres.
CORAZÓN POÉTICO HOMBRE QUE MIRA
MÁS ALLÁ DE SUS NARICES
Mario Benedetti
Fue un escritor, poeta, dramaturgo y periodista uruguayo, integrante de la Generación del 45. Su prolífica producción literaria incluyó más de ochenta libros, algunos traducidos a más de veinte idiomas. Hoy me despierto tosco y solitario, no tengo a nadie para dar mis quejas, nadie a quien echar mis culpas de quietud. Sé que hoy me van a cerrar todas las puertas y que no llegará cierta carta que espero, que habrán malas noticias en los diarios, que la que quiero no pensará en mí y lo que es mucho peor, que pensarán en mí los coroneles, que el mundo será un oscuro paquete de angustias que muchos otros aquí o en cualquier parte se sentirán también toscos y solos, que el cielo se derrumbará como un techo podrido y hasta mi sombra se burlará de mis confianzas.
Menos mal que me conozco, menos mal que mañana o a más tardar pasado, sé que despertaré alegre y solidario con mi culpita bien lavada y planchada y no solo se me abrirán las puertas, sino también las ventanas y las vidas y la carta que espero, llegará y la leeré seis o siete veces y las malas noticias de los diarios, no alcanzarán a cubrir las buenas nuevas y la que quiero, pensará en mi hasta conmoverse y lo que es muchísimo mejor, los coroneles me echarán al olvido y no solo yo, muchos otros también se sentirán solidarios y alegres y a nadie le importará que el cielo se derrumbe y más de uno dirá que ya era hora y mi sombra empezará a mirarme con respeto Será buena, tan buena la jornada que desde ya, mi soledad se espanta.
Hoy me despierto tosco y solitario, no tengo a nadie para dar mis quejas, nadie a quien echar mis culpas de quietud. Sé que hoy me van a cerrar todas las puertas y que no llegará cierta carta que espero, que habrán malas noticias en los diarios, que la que quiero no pensará en mí y lo que es mucho peor, que pensarán en mí los coroneles, que el mundo será un oscuro paquete de angustias que muchos otros aquí o en cualquier parte se sentirán también toscos y solos, que el cielo se derrumbará como un techo podrido y hasta mi sombra se burlará de mis confianzas.
Menos mal que me conozco, menos mal que mañana o a más tardar pasado, sé que despertaré alegre y solidario con mi culpita bien lavada y planchada y no solo se me abrirán las puertas, sino también las ventanas y las vidas y la carta que espero, llegará y la leeré seis o siete veces y las malas noticias de los diarios, no alcanzarán a cubrir las buenas nuevas y la que quiero, pensará en mi hasta conmoverse y lo que es muchísimo mejor, los coroneles me echarán al olvido y no solo yo, muchos otros también se sentirán solidarios y alegres y a nadie le importará que el cielo se derrumbe y más de uno dirá que ya era hora y mi sombra empezará a mirarme con respeto Será buena, tan buena la jornada que desde ya, mi soledad se espanta.