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La quijada

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¡Con razón!

¡Con razón!

Seguramente uno de los aspectos más importantes para tener en cuenta para un buen swing son los parámetros que se necesitan para permitir unos buenos movimientos del cuerpo. Aparte de la tensión excesiva, enemigo natural, el golfista debe ser consiente que su cuerpo adquiere una postura original para ejecutar su swing, la cual, a través de los años y de la práctica se convierte en su sello personal.

Por lo tanto, visto desde un punto de viste ergonómico, lo que debemos procurar es que nuestras partes se acomoden con armonía para facilitar el éxito del propósito.

Todo debe concatenar, la cabeza, los hombros, la cadera, las manos, las piernas y conseguir por fin un movimiento que, repito, garantice la máxima eficacia personal en el golpe final.

Butch Harmon, el otrora coatch de Tiger Woods insistía mucho en el control de una de las partes de la cabeza que, repetía él, debería colaborar para conseguir un mejor ángulo de ataque en el momento de la ejecución:

La barbilla o la quijada.

Pensándolo bien, observando repetidamente los jugadores acomodarse para su tiro de salida en el tee, la cabeza suele estar demasiado inclinada hacia el pecho restándole ángulo dominante a la vista. La tendencia general es la de acercarse demasiado a la bola, tal vez para asegurar la mirada, quitándole ángulo dominante a los ojos.

Si este es su caso, considérelo. Si debe alejarse uno o dos milímetros de la bola, de pronto hasta mejor le vá.

En la práctica: aleje la quijada del pecho en el momento de la ejecución. Sus ojos controlarán mejor el área a atacar.

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