Revista Syntagma - Octubre 2015

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NĂšMERO 1 - AGOSTO/SEPTIEMBRE DE 2015

Syntagma Una segunda lectura del primer plano.

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Syntagma

Número 1 @syntagma_es

Entrevista a Nega, de “Los Chikos del Maíz”

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Entrevista a José Manuel López

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Entender el momento populista

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Entrevista a Juan José Tamayo

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Entrevista a Eduardo Garzón

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Estudiantes: análisis de un conflicto político general

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Cinco años sin Saramago

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Análisis sociológico: “Nell” (1994)

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Repensar el deporte

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Entrevista a Jacobo Rivero

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Entrevista a Víctor Lenore

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Elecciones en Canadá: un resumen

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Una política feminista para el trabajo sexual

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La centralidad del tablero

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“Todos esos que vanaglorian el trabajo no han cogido una llave inglesa en su vidaâ€? Nega, de Los Chikos del MaĂ­z

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Hoy en día hablamos de unos Chikos del Maíz conocidos en toda España. Es difícil hablar con algún militante de la izquierda que no conozca a Los Chikos y eso convierte de alguna forma al Nega en un personaje público. ¿De qué manera ha cambiado tu vida Los Chikos del Maíz? De una manera determinante y completa. Al grupo le debo casi todo, gracias al grupo he recorrido el Estado español entero, he viajado a Londres, a Venezuela, a Colombia, he conocido un montón de gente, de luchas, de conflictos… Todas esas experiencias dejan un poso y te van formando y definiendo como la persona que ahora eres. Gracias al grupo he podido estudiar una carrera y sobre todo le debo el poder ser independiente económicamente y no un asalariado que depende de un tirano cabrón que te chupa la sangre y la plusvalía y no te paga las horas extras. No me he

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hecho rico (con un mensaje más light hubiéramos ganado mucho más dinero, te lo aseguro), pero dispongo del bien más preciado: el tiempo, para formarte, para hacer música, para ver series o para leer a Thomas Mann o cómics de Frank Miller, para, en definitiva, poder ejercer el derecho a la pereza que reivindicaba Lafarge. Todos esos que vanaglorian el trabajo no han cogido una llave inglesa en su vida. Sabemos que el grupo no siempre ha tenido el reconocimiento que tiene hoy. Aunque por separado tanto tú como Toni veníais ya caminando desde hace tiempo, Los Chikos del Maíz comienza a dar pasos en 2004, una época en la que el rap político en España no estaba precisamente en su mejor momento. Hace ya diez años desde que en 2005 sacasteis Miedo y asco en Valencia... ¿Fueron difíciles los inicios para ▶


Los Chikos del Maíz? Difíciles y sobre todo precarios. Si la precariedad es algo horrible en cualquier ámbito laboral, en el mundo del espectáculo y la farándula se multiplica exponencialmente. Desde peña que te llama para que toques gratis porque «así te promocionas» hasta gente que con la sala llena hasta la bandera te da 200 euros y te dice que no los malgastes. Nos lo hemos peleado mucho, salas sin monitores, okupas que no reunían unas condiciones mínimas higiénicas y sanitarias, pequeños empresarios que te quieren chupar la sangre, pensiones sin agua caliente, hasta hemos dormido en cajeros o con una esterilla en pleno centro de Barcelona. Pero créeme, es lo habitual para cualquier grupo que empieza de cero y desde abajo. Y lo haces porque amas la música y subir a un escenario, pero luego llega un punto en el que dices hasta aquí hemos llegado. Y te profesionalizas o lo dejas. Nosotros optamos por lo segundo. Y que te den listillo, con 36 tacos no voy a dormir en un sofá ruinoso después de hacer 500 km en coche porque tú opines que no es lícito vivir dignamente de la música y dormir en un hotel es de ser un vendido.

Claro que hay un cambio, sólo los religiosos no cambian nunca su visión del mundo. Nosotros lanzamos nuestras primeras maquetas y el primer disco en la era Zapatero, una época muy jodida en lo que a movilización social y tensión en la calle se refiere. Por aquella época era muy fácil lanzar proclamas en favor de la lucha armada o de la violencia en las calles, nadie te hacía caso, era como predicar en el desierto. Luego llegó el 15M y lo cambió todo. Llegó la política de verdad y los que bajamos a las plazas nos dimos cuenta que la labor pedagógica debía ser enorme, que acercarse a la gente al grito de ‘hacen falta cócteles molotov’ era perder seguro. Y bueno, a los marxistas nos gusta eso del análisis concreto de la situación concreta y había que hablar, debatir y relacionarse con gente «normal», que no había leído a Lenin, eso era lo jodido. Hacer política no es recitar textos de Lenin en una letra o en Twitter, hacer política es sentarte con un tipo que ve el hormiguero y es fan de Cristiano Ronaldo y no sabe nada de revoluciones proletarias: sólo quiere que no lo echen de su casa. Si la sociedad cambia tienes dos opciones, seguir en tu urna de cristal y conocimiento erudito o bajar al barro a hacer política de verdad. NosoEntre Pasión de Talibanes, Riot tros hemos optado por lo sePropaganda y La Estanquera gundo y pese a ser un grupo “Siempre tuvimos de Saigón hay diferencias nomuy marcado políticamente tables no solo en las letras, como meta […] siempre tuvimos como meta el sino en el formato y las bases. trascender más allá de las exMuestran parte de una cons- trascender más allá trema izquierda y los conventante evolución musical, y sucidos, algo creo, que hemos pongo que también política y conseguido. Sacar una cami de personal, de lo que es LCDM… una evolución Alfon Libertad en un local para 50 personas perque realmente se vuelve evidente su uno se retenecientes a colectivos de izquierda transformonta a los primeros discos, Miedo y asco en madora está bien; sacar una cami de Alfon liberValencia y A D10s le pido. Hay opiniones muy tad en un macrofestival delante de 40.000 perdiferentes con respecto a esto, pero te quiero sonas donde hay gente de todo tipo está bien y preguntar: ¿Cuál es tu disco favorito de Los además es mucho más producente desde un Chikos? punto de vista táctico. Le tengo mucho cariño a Miedo y Asco en Valen“Si eres malo eres malo por más que grites viva cia, dicho con toda la modestia del mundo, creo el GRAPO” levantó a alguno de su silla en Twitque nadie había escrito unas letras políticas tan ter. Por si fuera poco,“Revisionismo o barbarie” potentes y tan salvajes, al menos en el rap. Fue es uno de los temas más polémicos, no solo de algo nuevo y diferente, por eso funcionó. DejanLa estanquera de Saigón, sino de los 11 años de do a un lado lo sentimental y centrándonos en lo vida de Los Chikos del Maíz. Y no puedo evitar puramente profesional, creo que La Estanquera preguntarte por el final del track... Sabemos de Saigón es nuestro trabajo más completo y más que hubo polémica y que además tuviste una y mejor elaborado. respuesta en forma de rap por esto (hablo de De “Pasión de Talibanes” a temas como “Revi“Tú al gulag, yo al parlamento”). ¿Cuál es la sionismo o barbarie” han pasado cerca de cuaopinión del Nega con respecto a esto? tro años pero se puede intuir un cambio polítiNo tiene mucho secreto, se pasan la vida rajando co significativo. Intuyo que habrás tenido hade nosotros por redes sociales y cuando tuvimos ters por esto pero yo quiero preguntarte: ¿ha la oportunidad se la devolvimos con un par de habido realmente un cambio político en Nega rimas, forma parte del juego del rap. Por otra en estos años? Y de ser así... ¿por qué? ¿cuáles parte también nos gusta denunciar eso, genial si han sido las causas? tienes unas letras súper revolucionarias, bien por ti, nos encontraremos en alguna mani o ▶

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en un desahucio, pero cúrratelo. Si quieres que el mensaje llegue tienes que currártelo, no saques cualquier mierda. El otro día uno de estos, el Pipe Díaz ese, se marcó un comunicado acusándonos de estar financiados por el fascismo (como suena) por trolear a Eduardo Inda con la foto. Pues bien, luego lo buscas en youtube y es que el pavo es arrítmico, no puedes hacer rap si eres arrítmico, prueba con otra cosa no sé. Está bien que rajes de grupos más consagrados (yo lo hice muchas veces) pero luego tienes que ser solvente y tener habilidades y saber defenderte con un micro. Si te sacas un comunicado rajando de Los Chikos del Maíz, no puede ser que luego la gente te busque en youtube y le dé la risa, lo primero que van a pensar ante un producto tan mediocre es que te mueres de envidia. Cogen una base de internet de un productor americano, graban voz encima y suben un clip cutre. Las cosas no funcionan así. Nos hemos tirado años pirateando programas, comprando instrumentos, sintes, MPC, tarjetas de sonido, ordenadores, traduciendo manuales del maldito inglés, viendo guías en youtube sobre programas de edición... Para que lleguen estos, bajen una base en el más cutre mp3 y hale, tema nuevo y clip nuevo. Así les va.. En realidad forma parte de los tiempos que nos toca vivir y el desarrollo tecnológico. Nosotros tardamos siete años en subir un videoclip a Youtube, no íbamos a subir cualquier cosa, eso se queda ahí para siempre. Primero nos matamos a dar conciertos y a comer carretera, después sacamos un disco y sólo después y en última instancia, subimos un clip. Hoy en día el proceso es a la inversa, suben el clip a Youtube sin tener ningún tipo de experiencia y esperan que gracias a ello luego les llamen para tocar. Pero no les llaman, entonces surgen los raperos virtuales: grupos que sólo existen en youtube y las redes sociales pero nadie los ha visto jamás en un festival o en una sala. Y vale tanto como para algunos súper revolucionarios como para esos nuevo raperos que van de malotes con el rollito trap/gangsta/traficante. La postmodernidad es implacable. Has comentado alguna vez que todo el rap es político, pero que no todos los raperos saben que hacen política. ¿Se cumple en el rap español aquella vieja premisa de Žižek de que “el fin de toda ideología es no parecer ideología”? Completamente, además no sabes lo que cuesta explicarle a un tipo con gorra de béisbol y un polo Lacoste que aunque no hable de política, está optando por una opción política. A veces me sorprende, gente que es muy brillante escribiendo y luego son incapaces de abstraerse mínimamente para percibir esa premisa que comentas. Lo que más me jode es que se enorgullezcan y se vanaglorien de su ignorancia, me saca de quicio.

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Vale tronco, naciste en un barrio jodido y te pusiste a trabajar con 16 años pero no vengas y me llames universitario como si fuera un insulto porque igual me he criado en un barrio peor que el tuyo. Lo que pasa es que yo salía de la obra y me iba a la academia a preparar la selectividad en lugar de bajarme al parque a fumar petas. 9,8 saqué. Entré en Comunicación Audiovisual, en la pública de Valencia que tiene una nota de corte de 9,5. La primera persona en mi familia que entraba en la universidad, eso es orgullo de barrio no vender petas en un parque o llevar un polo Lacoste o Ralph Lauren. Y no me vengas con el rollito de la street es dura porque duro es levantarse cada mañana a las siete para subirse a un andamio o para soldar colgado a 30 metros en una grúa del puerto. ¿Sabes qué ocurre? Que rascas un poquito y luego resulta que muchos revolucionarios han estudiado en el liceo francés o italiano y son hijos de caciques y muchos gangstas del gueto viven con sus papis en Blasco Ibañez o el Barrio de Salamanca. No suele fallar: cuando más histriónicamente se defiende una posición, más hace aguas cuando investigas un poquito. Matar al padre lo llamaba Freud. “Pusimos el rap político de moda”, dices en “Bobby Fischer contra Spassky”... Te comento esto porque observamos no solo como cada día hay más raperos políticos sino porque, y considero esto más significativo, vemos mensaje político en raperos que no son políticos. Creo que el ejemplo más representativo de esto es Charly Efe. ¿Hasta qué punto se ha politizado el rap en España y, sobretodo, crees que LCDM ha sido clave en este proceso? Bueno, Charly Efe pese a ser un crápula y un gualtrapas hedonista, siempre ha sabido ubicarse políticamente, sabe quiénes son los buenos y quiénes los malos. Pero quizá sí tienes razón en lo que dices. No tiene secreto, la sociedad se politiza y con ella sus músicos o artistas. A veces se quiere otorgar a los intelectuales un papel de vanguardia que en la mayoría de la ocasiones no existe: la cultura es un reflejo de la sociedad. Respecto a nuestra influencia en el hip hop político sería absurdo negar que hemos tenido un papel protagonista, pero todos esos grupos que salen ahora y utilizan la política como lo hicimos nosotros, lo hacen para insultarnos y llamarnos revis. Ya sabes, Freud de nuevo y matar al padre… [risas]. Pese a que podamos hablar de una cierta politización en el rap quedan aún algunos temas casi tabúes como el machismo. Con una mayoría de raperos hombres y una industria musical en las que la mayoría mujeres tienen las puertas cerradas, el rap español no sólo invisibiliza la temática de género en sus letras sino las propias mujeres de un espacio de empoderamiento ▶


tan crucial como podría ser la propia música. Recientemente, han nacido proyectos como “Femcees” desde La Tuerka, que buscaban abrir una brecha en este panorama tan triste, pero la resistencia a un cambio así sigue siendo enorme. ¿Qué se debería hacer en el rap español para avanzar en este sentido? El panorama es desolador pero creo que el principal problema en ese sentido es que a las mujeres siempre se les dijo que para rapear tenían que darle una especie de ‘toque femenino’, no sé si me explico, como si rapear a cuchillo y a lo bestia fuera un campo reservado para hombres. Es como cuando comentas esto (por qué no salen raperas buenas) y salta un colega y te dice, «mira la Mala, es buena, pero porque rapea como un tío». Ahí está el problema, que cuando ven a una tía que rapea de lujo es porque rapea como un tío y no, rapear no tiene género, no hay una forma de rapear masculina y otra femenina, se rapea bien o se rapea de pena. Está extendida la idea de que una tía que rapea tiene que meter tonitos, entonaciones, estrofas cantaditas (lo que se espera de su sexo) y poner voz ‘femenina’. Supongo que muchas, presionadas por un entorno salvajemente patriarcal, terminan haciendo esas historias que al final son cualquier cosas menos rap. Luego por supuesto influye que el hip hop no ha sido un nido de emancipación femenina precisamente… Pese a ello, creo que se ha avanzado bastante, no te imaginas el panorama en los noventa cuando yo empecé… Una de tus críticas más feroces al rap español es ese dibujo tan americanizado y tan lejano a la realidad que hacen los MCs españoles que, como tú has dicho recientemente acaba dibujando “un universo paralelo en el que Villaverde, el Carmelo o Patraix se han convertido en Brooklyn, Queens o Compton.” ¿Le hace falta al rap español una dosis de realidad? Yo a veces alucino con los retratos que hacen de sus barrios, graffitis estupendos, Nas sonando en las ventanas y negros con ropa de camuflaje vendiendo droga en las esquinas. El problema es que creo que muchos raperos en este país han visto demasiado vídeoclips norteamericanos. Yo no sé, he vivido en barrios realmente jodidos y por las ventanas sonaba Estopa, Camela, Camaron y la canción del verano si es verano. Lo más parecido a un graffiti era una pintada en plan «la Jessy es una guarra». Y por supuesto los camellos no hacían rap, tocaban la guitarra y se arrancaban por bulerías. Supongo que cada cual vive una realidad, pero me da la sensación de que algunos la distorsionan cuando graban un clip o sacan una canción. Si la realidad fuera como algunos la pintan, en este país habría radios que dedican su programación entera al hip hop (como ocurre con la electrónica) y para comprar

una MPC customizada no tendrías que pedirla a EE.UU. Y no ocurre. Fuisteis criticados por algunos sectores de la izquierda cuando fichasteis por BOA Música, y aunque demostrasteis que es posible conservar tu esencia y tus letras estando dentro, parece que esas críticas aún no se han disipado por completo. De hecho, hay quien piensa que vuestro ejemplo es casi una excepción, que por otro lado, conforma la norma. ¿Cómo valoras la relación artista-empresa en el rap español? Nunca entendí esas críticas, BOA es un sello independiente en el que trabajan cinco personas, no una multinacional como Sony o Universal. Lo único que hacen es editarte y distribuirte el disco, nada más. Tú produces la música, los clips, tú te pagas el estudio, tú te pagas la masterización, etc. La realidad es que tú controlas en todo momento tu producto y tu trabajo. El problema es que la gente ve muchas pelis y se cree que cuando te ficha BOA subes a la última planta de un rascacielos lujoso y en un despacho un señor con gomina y corbata te da un sobre con 50.000 pavos y abre una botella de champán. Y nada más lejos de la realidad, es todo bastante normal y de andar por casa. La verdad es que BOA no ha puesto un euro para ninguno de nuestros álbumes, todo el dinero invertido ha salido de nuestros bolsillos. Luego cobran su % por editarte y distribuirte de las unidades que se vendan. Me ha llegado a preguntar gente si BOA se lleva porcentaje de cada concierto que damos. La ignorancia es muy atrevida. En el fondo me hace mucha gracia porque en realidad ganaríamos más dinero si lo auto-editáramos nosotros ya que, cuando fabricas y vendes tú solo todo tu trabajo, ganas mucho más porque todo es para ti y no hay % que repartir. De hecho ganamos bastante más dinero con Riot Propaganda porque lo editamos y distribuimos nosotros: el 100% de cada CD vendido era para nosotros. La relación artistaempresa no se distingue mucho de la que cualquier otro sujeto mantiene con la empresa en una sociedad capitalista, es una mierda, pero cuando te haces un nombre estás en mejores condiciones de negociar cualquier tipo de historia, sea con salas o festivales. Aunque por la frenética agenda que has tenido este verano con los conciertos de vuestro último disco lo pudiera parecer, el activismo del Nega no acaba al bajar del escenario. Desde que nació Podemos te hemos podido ver vinculado al proyecto. Antes de las Europeas, participaste en el acto fundacional del círculo de tu ciudad, Valencia, dando una charla junto a Iglesias, e incluso hiciste un pequeño acto con el círculo de españoles en Londres. Desde entonces, han cambiado mucho las cosas en este país. ¿Qué ha significado Podemos para ti y que crees que ▶

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ha significado para este país? Y estuve el primer día en el acto en el teatro de Lavapiés, se puede decir que estoy vinculado desde el día uno. La verdad es que discrepo bastante de las últimas decisiones que se han tomado, ya sea cuando discursivamente se renuncia a algunas medidas programáticas (renta básica, nacionalización de sectores estratégicos, etc) o sea por el apoyo incondicional que se ha dado a Tsipras como ahora nuevo gestor de más recortes y austeridad (si vieras las encendidas conversaciones de whatssap que tengo con Pablo alucinarías), pese a ello y pese a muchas más otras cosas que creo que no se han hecho bien, sigo pensando que ahora mismo Podemos es la herramienta más válida contra el bipartidismo.

Unidad Popular y que forma crees que debería tener? ¿Cuál es tu opinión respecto a iniciativas como Ahora en Común? ¿Es como dice Vestrynge “un intento de salvar a IU como IU lo fue para el PCE”? La Unidad Popular es movilizar al tipo que te decía antes que ve todas las noches El Hormiguero y es fan de Cristiano Ronaldo, no es como piensan algunos, una suma de partidos a la izquierda del PSOE. Ahora en Común estaría bien si no hubiera surgido Podemos, es la misma metodología (manifiesto fundacional incluido) pero justo un año después, no tiene sentido. Sería tirar por la borda todo lo que ha supuesto Podemos, sería empezar de cero a dos meses de las elecciones generales, un sinsentido completo. ◼

De cara a las elecciones generales el tema más polémico y probablemente más complejo que se está planteando es precisamente el de la Unidad Popular. Podemos siempre ha planteado la necesidad de que esta unidad nazca desde abajo, desde la sociedad civil más allá de siglas y pactos de despacho. ¿Qué significa para ti la

Esta entrevista ha sido realizada por Eduardo García, Iago Moreno y Miguel Ortuño.

No puedes hacer rap si eres arrítmico, prueba con otra cosa, no sé…

Ahora en Común estaría bien si no hubiera surgido Podemos […] pero justo un año después, no tiene sentido. 9


“Tenemos que luchar por un sistema más participativo, más democrático, menos desigual y con menos corrupción” José Manuel López

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Iago Moreno @iagomorenopress Las elecciones municipales y autonómicas del 24-M, junto a las elecciones andaluzas, fueron para Podemos quizás para podemos los mayores desafíos electorales a los que se ha enfrentado en este ciclo electoral corto en el que estamos inmersos. En ellas el cambio se enfrentó a un escenario adverso en las que todas las quinielas apuntaban que podemos tenia todas las de poder, pero sin embargo Podemos entendió que había que salir al terreno de juego con esa idea ganadora de devolver las instituciones a la ciudadanía y precipitar un cambio dentro en este país. Retrospectivamente, como ves los resultados obtenidos y en qué medida crees que se acercan a los esperados internamente? ¿Hasta qué punto crees que la desventaja de podemos, como candidatura de unidad popular emergente y de reciente creación, y las pesadas maquinarias electorales de los grandes partidos, ha frenado el avance del cambio? Bueno, hay que tener en cuenta que desde las elecciones europeas hasta las elecciones autonómicas ha pasado solo un año. Un año que ha hecho que, por ejemplo, en la comunidad de Madrid, uno de cada cinco votantes ha votado a Podemos. Es un proceso de cambio muy fuerte. Como estos tiempos van muy rápido, parece que no hemos sacado lo que esperábamos, pero si uno lo mira con perspectiva en un año hemos sacado un 20% de los votos; es un proceso de cambio que va a ir a más. Mucha gente se ha sumado al cambio, mucha gente cree que las cosas tienen que funcionar de otra manera, pero se han sumado al cambio social pero no al cambio político. Había un grupo de personas que decían “bueno, no vamos a votar a Podemos todavía porque no sabemos”. Ahora que ven, por ejemplo, que se ganan ayuntamientos, o que en la asamblea se hacen las cosas bien, probablemente esa gente se sume al cambio político en las generales. Cuando uno piensa en el ayuntamiento de Madrid por ejemplo, había personas que pensaban que si ganaba Manuela, sería una hecatombe. Pero desde el primer mes se ha visto que no es así; que los semáforos se encienden y que el agua sale. Ahora lo que tenemos que mostrar es que lo que nosotros proponemos es mejor. En el ayuntamiento y en la comunidad. A nosotros nos ha ido bien. De hecho, llevamos cinco semanas en la comunidad y todo lo que sacamos vamos ganándolo. Ayer ganamos no una proposición de ley, sino dos concretamente. Hasta ahora parecía que eso no era

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nada, pero si en un mes el Partido Popular no ha hecho nada y nosotros proponemos una ley, y con la mayoría de ayer la aprobamos. Entonces empezamos a gobernar aunque no estemos en el gobierno. Empiezan a cambiar las instituciones solamente por el hecho de estar ahí situados. Entonces, para nosotros es importante porque nuestra lógica los dos últimos años, ha sido una lógica destituyente, es decir “el país está mal, esto no nos gusta, hay que cambiarlo”, pero nosotros somos un partido de gobierno, no un partido bisagra. Para el tiempo que llevamos estamos en la mejor de las situaciones posibles. Una de las particularidades de José Manuel López como candidato es este tono calmado, de respuestas caviladas, nunca fuera de tono. Una forma de hacer política que no encaja con la que parece volverse imperante durante los últimos meses, más cercana al márketing. Es algo que no estamos muy acostumbrados a ver. Quizás si, por otros candidatos del cambio, pero no es lo que se suele encontrar en la batalla política de los últimos meses. Esta forma de ser y de hacer la hemos visto también en otros liderazgos de esta misma comunidad como el de Manuela Carmena en la ciudad de Madrid. No obstante, los resultados de Ahora Madrid en el municipio de Madrid, en comparación a los de Podemos para la comunidad, llevan una significativa distancia. Se ha hablado de una incapacidad de Podemos para hacer conocer a las caras más visibles de Podemos en Madrid, ya no sólo a ti sino a otros como Ramón Espinar y otras figuras de podemos que quizás podrían haber servido para atraer a más potenciales apoyos. También se ha hablado de las dificultades que tenía el escenario de la comunidad de Madrid por ser menos polarizante, por no contar por ese elemento polarizador andante que es Esperanza Aguirre. Por tener un Partido Popular diferente, como es el de Cristina Cifuentes, contra el que es mas difícil batallar. Por tener un PSOE con un candidato como Gabilondo tan querido por parte de la sociedad civil, y muchas otras particularidades más como la dificultad de llevar el cambio a las zonas rurales. Me gustaría saber tu análisis respecto a esta cuestión. Nosotros, también en términos de comunicación política, estamos en una fase diferente. Si hace un año salías a la calle como Podemos y tenías a todos los medios a tu alrededor ahora seguramente no es exactamente así, sino probablemente al contrario. El espacio en los medios no es el mis- ▶


mo. Ese es un tema. El otro tema, que es la diferencia entre el ayuntamiento y la comunidad, ha sido Esperanza Aguirre. La marca Podemos, nuestros resultados como Podemos, son mejores en todos los municipios de menos en Madrid. Porque Esperanza Aguirre en algún momento intenta rivalizar no con Manuela, sino con Pablo Iglesias. Pablo no entra en campaña y ella polariza con Manuela. Manuela recibe su voto, y el voto del “no a Esperanza”. Se ha producido algo que en el resto del estado no se ha producido. En Catalunya no sabemos porque no ha habido elecciones, en Galicia tampoco y en Andalucía tan sólo nos podemos hacernos una ideas por las autonómicas de febrero. Entonces tenemos por un lado la cuestión de los medios que tradicionalmente nos podrían haber apoyado, que no sólo no nos han apoyado, sino que nos han ignorado. Y por otro lado tenemos la diferencia de que Esperanza Aguirre, si decide enfrentarse a Manuela. Lo que hay que trabajar ahora es que esa votación que fue contra Esperanza Aguirre, se traduzca en una votación para podemos en las generales.

estas candidaturas de unidad popular, de izquierdas, lo que realmente se está planteando es un escenario en el que nosotros no estamos. Si tu te metes en el escenario de la izquierda… volvemos a lo de siempre, que hay una derecha, un centro y una izquierda. Eso ya sabemos lo que es, y el cambio no pasa por ahí; pasa por un cambio de arriba y abajo, que es lo que estamos gestionando nosotros. Entonces, intentarnos llevar a esta confluencia es no entender lo que está demandando la ciudadanía. Ya no es un tema de si queremos estar o no, si no de que estamos jugando a otro juego. Los espacios de confluencia están bien, pero nosotros somos un espacio de confluencia. Ahora Madrid es un espacio de confluencia, casi todo el mundo en Ahora Madrid está cercano a Podemos, pero no se ubica como un espacio de izquierdas sino como un espacio municipalista. Yo creo que eso es lo que tenemos que entender. Ahora Madrid es un espacio municipalista. Si uno habla con Manuela Carmena, Manuela Carmena lo que quiere es que si nos hemos presentado para gestionar bien este ayuntamiento… gestionemos este ayuntamiento, que es la política del futuro. Yo creo que ese es el cambio.

El sistema está tan decadente que nosotros lo que planteamos es: reorganicemos el

Precisamente a partir de las experiencias en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Zaragoza, una de las tesis que ha parecido extenderse es la de la necesidad de articular la Unidad Popular de cara a las generales desde las dinámicas establecidas por las candidaturas de unidad popular y ciudadana para las municipales. Un modelo como, por ejemplo, el de Ahora Madrid, Las Mareas o Barcelona en común. Los que la apoyaban prefirieron ignorar que las candidaturas de unidad popular en el grueso del país han tenido unos resultados, de media, menores que los de Podemos. ¿Como miembro de Podemos en la Comunidad de Madrid y una de las figuras más importantes del cambio en las autonómicas pasadas, como ves esta nueva iniciativa de Ahora en Común, que pretende utilizar estos casos excepcionales de las grandes ciudades para extenderlos como norma en todo el país? Podemos tiene muy poca vida. Podemos es un espacio muy abierto. Muy abierto y muy plural. Por eso cuando decimos que es la herramienta para el cambio, la confluencia y la unidad popular, yo lo creo profundamente. Por eso, todo el mundo que entra en Podemos tiene capacidad para gestionar el espacio desde dentro. De hecho podemos cambia a medida que se va sumando gente, lo cual es muy positivo. Entonces… pues vemos el espacio de confluencia. ¿Qué ocurre con estas candidaturas? Cuando se plantearon

Toda esta insistencia tiene varios problemas, el primero es que no tiene respaldo electoral, no hay datos que digan que eso es mejor, y el otro es que lleva un tablero que no es el tablero real del cambio en la sociedad española. Hay dos polos sobre la política, uno que tiene que ver con el sistema y otro con la ideología. El problema que tenemos en la sociedad española es que el sistema está tan decadente que nosotros lo que planteamos es: reorganicemos el sistema. La ideología ahora pesa menos porque lo que nos importa es la participación, la desigualdad, el cambio de modelo productivo… Cuando seamos capaces de reorganizar el sistema, de transformarlo en un sistema mejor, seguramente las ideologías vuelvan a tener peso, Podemos tendrá que repensarse. Pero Podemos ahora no se marca sobre la ideología, sino sobre el cambio de modelo. Entonces nosotros tenemos que cambiar el modelo, tenemos ocho o seis años para cambiar el modelo; luego seguramente las ideologías volverán, pero ahora mismo reubicarnos en el espacio ideológico no nos sirve porque tenemos que luchar por un sistema más participativo, más democrático, menos desigual y con menos corrupción, donde los que han vivido en la casta ya no son, y la ciudadanía puede empoderarse de su entorno. Ese es el cambio, es el cambio de sistema. Lo otro ya funcionará, pero ahora. ▶

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Precisamente en torno a esta lógica de “mejorar un sistema en plena decadencia” giraban algunos de los puntos más atractivos del programa de Podemos en la comunidad de Madrid, como por ejemplo “El Banco de Agua”. Viendo que aunque Podemos esté siendo capaz de gobernar desde la oposición a través de estas “nuevas mayorías” que se están dando en la Asamblea de Madrid… ¿Todos estos proyectos frustrados que tenían un potencial para cambiar la Comunidad de Madrid podrán verse realizados en un futuro? Sí, el ciclo político está siendo corto pero tiene recorrido, de hecho en los próximos cuatro años igual asistimos a procesos electorales más cortos del proceso normal. Entonces, nosotros tenemos que impulsar eso porque el cambio de modelo productivo, que es una de las claves, y la reducción de la desigualdad, se tiene que producir no porque nosotros pensemos que sea mejor sino porque socialmente no va a poder ser de otra manera. Entonces, todos estos proyectos lo que vamos a hacer es intentar es trabajarlos desde la oposición y sino presionar para que se produzcan procesos adelantados. Depende de como vayan las elecciones generales, seguramente haya un reajuste de fuerzas en algunas comunidades autónomas, porque lo que hay es un tablero muy inestable. Ayer tuvimos una experiencia de cuatro proposiciones de ley, y el PP perdió las cuatro, con sus mayorías por aquí o por allí, pero pierde las cuatro. Entonces ideas como la del banco del agua son proyectos que en los próximos meses vamos a llevar a la asamblea, y vamos a ver si los ganamos o no, pero si los ganamos hay que implementarlos. Entonces hay una for-

ma de gobernar que ahora es desde la oposición y que igual en no mucho tiempo puede ser desde el gobierno. En lo que se refiere al escenario de las generales, ¿crees que este desgaste del Partido Popular como partido ganador pero sin iniciativa en los parlamentos va a costar en términos electorales al PP? Sí, les va a costar en términos electorales y sobretodo les va a tocar el tema de la corrupción. La corrupción que hasta hace poco no tenía consecuencias electorales ya los tiene. Hoy han levantado secretos de la púnica y aparece que uno de los consejeros nombrados por Cristina Cifuentes, que era la que nos está contando que hay un “nuevo Partido Popular”, está imputado. Porque el problema del Partido Popular, es un problema de corrupción política, estructural. Eso va a ir surgiendo quieran o no. No es que alguien haya metido la mano es que todos en su sistema han metido la mano. Entonces va a tener que sacar a su numero tres y su número once. Van a entrar en una espiral de inestabilidad institucional y entonces por ejemplo, Ciudadanos, va a tener que plantearse si apoyar a un partido corrupto o no, y Ciudadanos tiene ahora mismo a una persona que podría estar imputada. Entonces, todo esto va a hacer cambiar las cuestiones. Entonces el proceso de cambio es una cuestión de empuje, y la percepción de empuje, esa mayoría social que se va a convertir en mayoría política porque va a percibir que lo que se plantea no son locuras sino que al revés, que son cosas bastante sensatas, y la corrupción, puede ayudar a que Podemos concurra a las elecciones generales con posibilidades de estar en el gobierno.

“Pero Podemos ahora no se marca sobre la ideología, sino sobre el cambio de modelo. Entonces nosotros tenemos que cambiar el modelo.” 13


Entender el momento populista

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“El momento populista no es fruto de la espontaneidad, ni mucho menos de una mera habilidad táctica e intelectual de tal o cual fuerza política. Detrás de su ser, se encuentran una multiplicidad de fenómenos y procesos sin los cuales esta ventana de oportunidad jamás hubiera existido” Iago Moreno @iagomorenopress El desmoronamiento de los grandes partidos del orden, el cuestionamiento cada vez más extendido de las instituciones y consensos heredados sobre los que se sustenta el régimen del 78, y la emergencias de tan fuertes y diversas expresiones de voluntad de cambio político nacidas desde el estallido del 15M, evidencian la emergencia de un momento de efervescencia política y social. Un momento de contradicciones y oportunidades, que brinda la posibilidad de abrir una cadena de

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transformaciones que permitan recuperar y radicalizar la democracia transformando los consensos y los equilibrios reinantes. Capear las dificultades que se presentan para ello es una tarea difícil que requiere una constante tarea intelectual, de análisis y debate, que construya sobre el momento una estrategia política ganadora y dar respuestas tácticas que la encaucen cuando sea necesario. Esa tarea, tan esencial y urgente como compleja, debería tener como primer objetivo ▶


el entender la naturaleza de esta ventana de cambio, algo que por lo general, quienes se presentan con voluntad transformadora, no han sabido leer y explicar. El momento populista no es fruto de la espontaneidad, ni mucho menos de una mera habilidad táctica e intelectual de tal o cual fuerza política. Detrás de su ser, se encuentran una multiplicidad de fenómenos y procesos sin los cuales esta ventana de oportunidad jamás hubiera existido. Al contrario de lo plateado por gran parte de la izquierda, estas condiciones objetivas y subjetivas no tienen tanto que ver con la combinación de, por un lado, la progresiva acumulación de fuerzas de los NMS y los sectores cada vez más residuales de la izquierda, y por otro lado, el desgaste progresivo de las fuerzas tradicionales. Ese análisis, más propio de la alquimia que de la política, que traviste como guerra de posiciones una ilusión inocente e ingenua, ignora por completo la falta de liderazgo de la izquierda “realmente existente” en la constitución de este momento populista (esta crisis orgánica, de régimen). La crisis de régimen no es tanto el producto de una acumulación de fuerzas de los sectores ya militantes, sino la consecuencia del desarrollo de una serie de procesos endógenos y exógenos a la evolución, expansión y radicalización del sistema neoliberal en Europa. Unos procesos que han dado lugar a las condiciones materiales idóneas para la praxis populista, y ante los cuales estos sectores no han sido incapaz de responder. Destaca en España el caso del 15M y las mareas ciudadanas, claves en el desarrollo más embrionario del momento populista que vivimos, donde la izquierda se vio desbordada y subordinada al propio desarrollo de las cosas, incapaz de ejercer como un catalizador del descontento de la gente.

disputa hegemónica entendida en términos “errejonianos”, es decir, rechazando una exterioridad total o una impugnación pura, que acepte el orden reinante y busque, en el seno de su crisis, rearticularlo y darle un sentido de contestación. Entre estos procesos se encontraría en primer lugar el progresivo empobrecimiento de los estratos sociales más dependientes de lo que fue el estado de bienestar, y por ende, los más afectados por su desmantelamiento. También lo haría la quiebra de la escasa “movilidad social” que el capitalismo de posguerra ofrecía a aquellos sectores de las clases populares que, gracias a la profundización del estado de bienestar, pudieron acceder a una mejor educación y sanidad. En lo que se refiere a la cuestión de la “legitimidad representativa” de las élites políticas destacaría la visibilización del entramado que une lo corporativo y lo político, y su potencial para cuestionar el modelo de democracia representativa sedimentado por el neoliberalismo, desprendido de su carácter agonista y convertido en un comité que administra los problemas comunes de las élites. La transformación de la socialdemocracia de posguerra en el social-liberalismo de Tony Blair y Anthony Giddens no sólo significó la pérdida de hegemonía socialdemócrata, sino el hundimiento de la única alternativa con capacidad de gobierno a las políticas neoliberales, el fin de una verdadera disputa política y no meramente de gestión. Esta crisis de representatividad también se ha alimentado de la consolidación de unas dinámicas de centro-periferia en las que los países del sur de europa (PIIGS) han adoptado un papel casi neocolonial respecto a una Mittleeuropa cada vez más poderosa por su liderazgo económico dentro de la UE y su demostrado compromiso con los intereses de Washington (inclusive cuando estos contradigan los de Berlín).

El neoliberalismo […] tiene ese carácter, en términos

La actual crisis de régimen, encuadrada en el conjunto de crisis al que el neoliberalismo se enfrenta a escala mundial, tiene más que ver con el producto de una revolución pasiva de los sectores dominantes. Y lo es porque el neoliberalismo en su propia esencia, tiene ese carácter, en términos gramscianos, de revolución pasiva. Un levantamiento de las élites contra el consenso de posguerra en Europa; o en el caso español, los avances en materia de derechos civiles y sociales que trajo la llegada el régimen del 78. Su propio desarrollo ha desencadenado una serie de procesos transformadores que han asentado las bases de las condiciones materiales que hoy leemos como potencialmente útiles para una estrategia de ofensiva y disputa contrahegemónica. Una

El empobrecimiento y la pérdida de unas sólidas expectativas de futuro basadas en el ascenso social, han creado un descontento generalizado en torno al sistema que vivimos. Un descontento social que junto a la crisis de representatividad y legitimidad de las élites gobernantes se ha convertido en impugnación de signo político. En su suma, estos factores nos dan evidencias suficientes como para afirmar que la crisis social, política y cultural del neoliberalismo ha precipitado una ruputra del escenario postpolítico construido durante el neoliberalismo, en el que la democracia “realmente existente” no va más allá de una mera disputa electoral de la gestión de un ▶

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orden institucional ya sedimentado. Una crisis que permite rescatar, frente a la lógica de gestión en la cual la política se convierte en una mera disputa por el color de las instituciones, una lógica agonista del conflicto. Las elites dominantes se encuentran ante el hundimiento progresivo de su hegemonía política, social y cultural. Pierden, es decir, su capacidad de encarnar como sujeto particular un interés universal discursivamente construido, de crear consenso y otorgar significado, de seducir a los descontentos y neutralizar los partisanos, y de controlar el terreno de disputa y lo disputado. El cuestionamiento reiterado del modelo de país ideado por la transición, la significativa perdida de votos de los partidos tradicionales y la emergencia de nuevos partidos con porcentajes de voto considerables, la intensidad y diversidad en la que se expresa la indignación ciudadana a través de los diferentes movimientos sociales que han surgió a través de la crisis, y la posición defensiva en lo discursivo que muchas veces los partidos del orden han tenido que tomar, son ejemplos ilustrativos de ello. Estos ejemplos no habrían sido realidad de no ser por las tres grandes grietas abiertas en el consenso fundamental del régimen del 78. Tres grandes grietas que tienen 3 nombres claros: soberanía, democracia y corrupción. Estos tres

elementos, resultado de lo anteriormente expuestos, abren la posibilidad de hacer un butrón en su poder, de agrandar la brecha de esta crisis orgánica explotando hábilmente el potencial que presentan para subvertir los consensos sobre los que se sustenta este régimen. Disputar desde estos ejes ganadores el darle sentido a la crisis, colocarlos en la centralidad del debate político y social, y dotarlos de un relato coherente y claro de cara a las masas, que señale a nuestros adversarios como culpables directos de ellos, son tareas que nos acercan a ello. En la política, los equilibrios, las correlaciones de fuerzas, son contingentes pero no inmutables, y de la misma manera que el colapso del consenso socialdemócrata permitió el asalto neoliberal, el colapso del neoliberalismo hoy abre una brecha para el cambio. La primavera política abierta por los movimientos occupy, las primaveras árabes y las experiencias populistas sureuropeas, está descongelando el orden tradicional de las cosas abre una ventana de posibilidad para la reconquista y la radicalización de la democracia, de desmantelamiento de los consensos existentes y articulación de relatos y empresas nuevas. Por ello, hoy más que nunca, es necesario profundizar en las causas que se esconden tras su naturaleza para hacer que la brecha abierta, pequeña pero con tendencia clara, se ensanche para dejar paso a un tiempo nuevo.

Es necesario profundizar en las causas que se esconden tras su naturaleza para hacer que la brecha abierta, pequeña pero con tendencia clara, se ensanche para dejar paso a un tiempo nuevo. 17


“Fe y lucha política no son incompatibles, están directamente relacionadas” Juan José Tamayo

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David Jiménez @DavidJimenezU Charlamos con Juan José Tamayo, director de la cátedra de Teología y Ciencias de las religiones de la Universidad Carlos III de Madrid, sobre teología de la liberación, encontronazos con la Iglesia Católica y otros temas de actualidad antes de una charla sobre las figuras de Óscar Romero e Ignacio Ellacuría que tuvo lugar en Salamanca. Gracias por acceder a esta entrevista, señor Tamayo. Para empezar, descubramos qué es la teología de la liberación, ¿cómo se la puede definir brevemente? Pues la teología de la liberación es una de las tendencias más creativas e innovadoras, que se pone en marcha en América Latina después del Concilio Vaticano II, y lo que busca es dar razón de la fe como experiencia religiosa de liberación, dar razón o hablar de Dios como Dios liberador y de Jesús de Nazaret como el Cristo libre y liberador de hace 20 siglos y cuya liberación se sigue realizando en nuestros días. Mientras, presenta a la Iglesia como comunidad de hermanos y hermanas.

con todas sus contradicciones. Es una interpretación que busca poner todo el potencial del cristianismo (doctrina, ritos, organización de la iglesia) al servicio de la liberación de los excluidos y de los marginados. Tras esos dos momentos, vendría la praxis. Es decir, todo este planteamiento de análisis e interpretación de la realidad desde el horizonte del cristianismo liberador tiene como objetivo desembocar en una praxis, en un compromiso ético que lleva a los cristianos y cristianas a un compromiso que implica colaborar y hacerse presente en los diferentes movimientos que trabajan por la justicia y por una sociedad más igualitaria. ¿Cómo encaja la virtud cristiana en las luchas políticas? ¿Son compatibles? No solamente es compatible, sino que hay una relación directa entre ambos. La fe, al menos la fe cristiana tal y como la interpretamos desde la praxis, no se queda en una simple teoría del conocimiento teológico, no es una adhesión a unas verdades que te impone el magisterio eclesiástico o las autoridades; la fe se traduce en una práctica que realizan las cristianas y cristianos no en el interior de la Iglesia (que quizás también deberían) sino, sobre todo, visibiliza esa fe comprometida y liberadora a través de su participación en los movimientos sociales y de liberación. Por eso, la fe lleva directamente a ese compromiso. De lo contrario se queda en una actitud escéptica, una creencia mítica o en un simple planteamiento de adhesión doctrinal.

Este papa es cómplice y solidario con la Teología de la Liberación.

Desde el punto de vista teológico y ético, el centro y el horizonte es la opción por los pobres. Una opción que es una verdad teológica, ya que tiene su base en el Dios de los profetas de Israel, el Dios del Éxodo, el Dios de la esperanza, el Dios liberador... Al mismo tiempo es una verdad cristológica, ya que la base de la opción por los pobres está en la experiencia de Jesús de Nazaret, que asumió como opción fundamental el estar con los marginados y excluidos para contribuir a su liberación. Esta teología de la liberación tiene dos momentos. El primero es el del análisis de la realidad, el conocimiento del contexto en que se va a producir la elaboración teológica y ese compromiso liberador. Para dicho análisis, esta teología incorpora una mediación: la mediación de las ciencias sociales. Esa mediación tiene que tener un enfoque abiertamente crítico: las ciencias sociales como teoría crítica de la sociedad que desenmascara los mecanismos de opresión que funcionan, bien manifiesta o bien ocultamente, en la realidad.

El segundo momento sería el momento de la reflexión: una reflexión que suponga estar en la realidad, ubicarse en ella y asumir la realidad

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Con la proclamación del Papa Francisco, ¿cambia en algo la teología de la liberación? ¿Ve usted un cambio real en la Iglesia Católica y una voluntad de acercamiento a los pobres en detrimento de las doctrinas capitalistas? Yo creo que la elección del Papa no ha cambiado la teología de la liberación. Quien ha cambiado es el Vaticano, adoptando una actitud bien diferente hacia esta teología. Con los papas anteriores, la actitud era de sospecha, de condena, desafección hacia los cultivadores de esta teología, porque consideraban que se habían desviado del camino evangélico, pastoral y espiritual y se habían metido en "camisa de once varas", es decir, en política. ▶


Estos papas hicieron una caricatura de la teología de la liberación, acusándola de marxista, de racionalista, de interpretación política, de vaciar toda dimensión trascendente del cristianismo y de reducirlo a un proyecto temporal y político. Por eso precisamente entendieron que había que condenar esa teología. No obstante, Francisco está adoptando una actitud diferente: lo primero, no condenar la teología de la liberación; segundo, recibir en el Vaticano como símbolo de acercamiento al Padre de la teología de la liberación (Gustavo Gutiérrez); y tercero y más importante, ha incorporado las categorías, el lenguaje y los planteamientos liberadores de la teología de la liberación a su doctrina, de forma que, tanto sus homilías como sus documentos o declaraciones públicas, están marcadas por la idea de que el objetivo fundamental de la fe cristiana es contribuir a la liberación de aquellos sectores en los que el neoliberalismo ha hecho mella. Yo creo que hay que remarcar que los papas anteriores fueron adversarios de la teología de la liberación, pero este Papa es cómplice y solidario con la teología de la liberación. Hace unos meses, la religión católica volvía a estar en boca de todo el mundo por enunciados desafortunados en el currículo de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), tales como que se debía "reconocer y aceptar la necesidad de un Salvador para ser feliz“. Para un teólogo como usted, ¿qué opinión le merece? Esa frase demuestra un desconocimiento de la historia de la humanidad y una concepción demasiado confesional y poco antropológica de la felicidad. La felicidad es una experiencia y una vivencia a la que tiende el ser humano: su destino lógico. Cuando vive, nace y se desarrolla, lo hace para ser feliz. Por tanto, la felicidad está en manos del ser humano.

No le dio razones, le dijo que era una prohibición taxativa. ¿Qué razones veo yo detrás de la prohibición? Pues para empezar, yo creo que es una cruzada contra mi persona. Abiertamente, porque ya era la tercera vez que me lo prohibían. En segundo lugar, que al Cardenal de Barcelona no le gusta que se hable de los mártires, porque el caso del que yo hablaba, el de Ignacio Ellacuría, era el de un mártir que había dado su vida por la fe que le llevó a luchar por la justicia social. Y claro, al Cardenal de Barcelona, al ser príncipe de la Iglesia, seguro que le gustan otros santos más de boato, incienso, sacristía y tradición aristocrática. Más allá de eso, parece que también se dejó decir que yo era muy crítico con la jerarquía eclesiástica y claro... Muchas gracias, señor Tamayo, por dedicarnos estos minutos tan instructivos. Gracias a vosotros. ◼

La felicidad es una experiencia y una vivencia a la que tiende el ser humano: su destino lógico […] La felicidad está en manos del ser humano.

Luego, que otras experiencias como la fe religiosa o la creencia en Dios puedan ayudar a llegar a esa felicidad es cierto... Pero también pueden obstaculizarla. Con la historia en la mano, la imagen terrorífica que se ha presentado de Dios como un vengador, castigador, un Dios que envía al infierno, yo creo que ha hecho más infelices a los seres humanos que felices. Por último, ¿podría explicarnos lo sucedido en Barcelona en enero cuando se prohibió una conferencia suya? Pues verá usted. Había sido invitado por la Parroquia de Sant Medir para dar una charla sobre el mensaje de Ignacio Ellacuría (¡fíjese usted qué título más neutro!). El Arzobispo de Barcelona le comunicó al párroco de la iglesia de Sant Medir que yo no podía dar esa conferencia. ¿Por qué?

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“El trabajo garantizado es una medida modesta que permite erosionar las bases del sistema capitalistaâ€? Eduardo GarzĂłn

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Fede Ortega @loremipsum Eduardo Garzón Espinosa (Logroño, 1988) vivió en Marchena (Sevilla) durante sus primeros años de vida y actualmente reside en Madrid. Es licenciado en Economía y Administración y Dirección de empresas y posee el doctorado en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. Con tremenda paciencia y con la cercanía que le caracteriza intenta explicarme en qué consiste el trabajo garantizado y los beneficios que esta medida supone.

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¿De qué manera despertó tu interés la economía crítica? Fue a través de mi hermano precisamente puesto que yo me había metido en el mundo de la arquitectura, de hecho hice allí mi primer año de carrera pero contemplaba al mismo tiempo que mi hermano era capaz de entender lo que ocurría en el mundo ya que tenía una formación no solo de economía sino que él mismo era autodidacta y aprendía por otra parte política, y cuando ocu- ▶


rría algo en el mundo como por ejemplo la guerra de Irak y yo no era capaz de entender bien por qué ocurría, pues tenía la suerte de que mi hermano me lo explicaba en términos de lucha de clases. Cuando decidí quitarme de la carrera entonces dije bueno, me salgo de aquí y me meto en economía para comprender las bases que luego te permiten entender un poco más allá. Tus estudios sobre trabajo garantizado parecen abrirse paso y ser cada vez más escuchados entre ciertos colectivos, ¿podrías explicar brevemente en qué consiste la medida? Es una medida de política económica que viene siendo teorizada desde hace tiempo y por lo tanto está muy bien estudiada de qué forma puede ser realizable, sus consecuencias… Consiste básica y llanamente en que el sector público tiene la obligación de garantizar un puesto de trabajo a toda aquella persona que desee y pueda trabajar. Esto consiste en llegar a largo plazo al pleno empleo, y entendiendo que el sector privado no lo va a poder hacer nunca porque no le sale rentable contratar a todo el mundo, el sector público sí puede hacerlo, puede quitarse este límite de la rentabilidad. Por lo tanto para llegar al pleno empleo es necesario que el sector público intervenga.

A ver, hay muchas asociaciones y organizaciones que me llaman para explicar el trabajo garantizado pero eso no se puede considerar un trabajo porque lo único que hacen es financiarme el desplazamiento y alojamiento si lo hay, con lo cuál yo no gano nada en absoluto explicando el trabajo garantizado y lo hago no porque quiera hacer negocio sino porque creo que es una buena medida para hacer que la economía sea más justa y al mismo tiempo sacar de la pobreza a muchísima gente a la vez que garantizas la satisfacción de muchas necesidades económicas, sociales y ecológicas que no están cubiertas hoy en día. ¿Piensas que en esta época convulsa de crisis IU se está transformando en una fuerza reformista en lugar de rupturista? A mí no me da la sensación de que IU haya cambiado de discurso. Es difícil tratar de discernir entre lo que es rupturista y lo que es reformista, es decir, hoy en día si queremos ser rupturistas necesariamente hay que ser reformista, y al revés. ¿Cuándo podemos considerar que salimos de una lógica de sistema económico capitalista? ¿Cuándo hay tanto número de empresas públicas? ¿Cuándo hay pocos ricos capitalistas? ¿Cuándo? Es decir, no hay un límite definido y por lo tanto si uno quiere avanzar hacia el socialismo por ejemplo, lo puede hacer de la noche a la mañana, lo cual sería un error debido a que la gente no está concienciada, la gente valora el sistema en el que vive e incluso lo malinterpreta, cree que el capitalismo es lo bueno y el comunismo es lo malo… Entonces si uno quisiera basar su discurso en que queremos acabar con el sistema y poner de nuevo uno, no nos va a seguir nadie y la gente no lo va a entender. Incluso en el caso en el que lo lográramos hacer, la gente no lo respetaría y no nos apoyaría y por lo tanto hay que concienciar primero de que este sistema nos perjudica a todos, la inmensa mayoría de la población. Por lo tanto entender que una forma mucho más inteligente desde mi punto de vista de cambiar el sistema o de acabar con él es haciéndolo progresivamente, por ejemplo, el trabajo garantizado es una medida modesta pero que te permite que al mismo tiempo que se integra de una forma adecuada en el sistema económico capitalista, va a ir erosionando sus bases. ¿Por qué? Porque te permite fortalecer lo público que es lo que más daño hace a los capitalistas y por lo tanto ir haciendo ver a la gente que lo público es importante y que al fin de al cabo lo acaben valorando e incluso acaben defendiéndolo independientemente de que se consideren de izquier- ▶

“Para llegar al pleno empleo, es necesario […] el

¿Cómo se traduce esto en cifras macroeconómicas? Depende de cómo uno articule el diseño concreto de la medida. Desde nuestro punto de vista la idea no es hoy día en una situación de emergencia tal en la que vivimos emplear a todos parados de golpe, eso no tiene ningún sentido. Lo que nosotros queremos es ir haciéndolo paulatinamente para que sirva la propuesta al mismo tiempo para incentivar la actividad económica, es decir, para impulsarla y reactivar la economía de forma que paralelamente a la creación de puestos de trabajo garantizado se irían creando a la vez puestos en el sector privado. Nuestra propuesta es que en el primer año se creen 1.000.000 de puestos de trabajo e ir viendo con el paso del tiempo en qué cosas te estás equivocando y en qué cosas has acertado. La idea es que el trabajo garantizado sea una medida complementaria a muchas que hay que realizar si queremos de verdad llegar a un pleno empleo en una sociedad justa y respetuosa con el medio ambiente. ¿Estudiar acerca del trabajo garantizado te garantiza el trabajo? Es decir, ¿hay partidos o asociaciones que te financien porque se interesan por la propuesta?

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das o de derechas. Cambiando al plano personal, ¿en qué invierte Eduardo Garzón su tiempo libre? Plano personal era también la primera pregunta [risas]. Pues en la música, el cine, el deporte, salir con los amigos… Si te digo la verdad también lo dedico a seguir aprendiendo sobre economía, leyendo, yendo a conferencias… También practico baile, swing. ¿Algún instrumento…? Con el tema de instrumentos musicales he sido siempre muy negado, lo único que he aprendido a lo largo de mi vida es a tocar la flauta y porque nos obligaban en el instituto [risas]. Desde la derecha fuiste bien criticado a raíz del tweet sobre el accidente de Germanwings… Bueno, la verdad es que fue un tweet muy desafortunado por el momento, por la forma y porque era muy fácil de malinterpretar y de ridiculizar. Pero fue al fin de al cabo la reflexión final que extraje de una reflexión más extensa que hice en un post de Facebook, en el cuál explicaba que efectivamente hay muchísimas denuncias y estudios que revelan que las compañías de bajo coste ahorran en medidas de seguridad para hacer más rentabilidad y a mi me pareció que era un buen momento, considerando que respetaba a las víctimas y que el tweet no tenía nada que ver con eso, denunciar que las compañías aéreas realizan ese tipo de prácticas. Pero efectivamente tuvo mucha difusión por el momento y también por ese interés que hay en hacer daño a mi hermano que es al fin de al cabo un candidato y un perfil político importante en IU. ¿Qué mensaje dejas a modo de conclusión a los lectores desde tu perspectiva como economista? En primer lugar, que siempre se pongan las gafas de ver y no las gafas de sol que son las que normalmente tiene la inmensa mayoría de la gente por culpa del sistema a través de los poros de los medios de comunicación, fundamentalmente para que interpreten la realidad de otra forma y no de aquella que es la que nos cuentan, como que vivimos en un mundo perfecto sin desigualdades y aquellas que existen son culpa únicamente de las personas que las sufren. Tenemos que pasar a una forma de

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concebir la sociedad que sea justa para todo el mundo, solidaria, altruista y fraternal. ◼

“Tenemos que pasar a una forma de concebir la sociedad que sea justa para todo el mundo”.


Estudiantes: Escriba para invisi贸n de untexto conflicto troducir pol铆tico general 26


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Belén Martínez @Belenchans Potencialidad del sujeto estudiantil. Las personas aspirantes a construir un mundo nuevo viven en un constante análisis crítico y cuestionamiento del orden vigente. Estudiar las características de opresión específicas que tiene cada clase subalterna o colectivo oprimido es fundamental para sacar conclusiones sobre la posible potencialidad de cada colectivo en las luchas contra el sistema. Dentro de estos diferentes colectivos, encontramos a uno que siempre ha generado y genera mucha controversia a su alrededor; el estudiantado. ¿Son las y los estudiantes un grupo al margen de la clase obrera y/o la clase capitalista dada su situación particular? Las estudiantes se encuentran en una situación temporal que las conforman como un grupo compacto con un gran potencial de lucha: una gran parte de ellas ya no están integradas dentro de la institución de familiar nuclear (pilar fundamental del sistema) pero todavía no forman parte del engranaje del sistema capitalista. Además tienen una serie de facilidades como el hecho de que comparten (cada vez menos) un espacio común -universidad -que permite y facilita la auto-organización del colectivo. Ha habido autores a lo largo de la historia que por las condiciones específicas del mismo colectivo lo han caracterizado como el sujeto principal capaz de ser vanguardia proletaria revolucionaria como pasó en los años 20 del siglo XX. Si a esto le sumamos el periodo que vivimos que ha propiciado que en los últimos sesenta años la universidad haya sufrido una transformación mayor que en los ocho siglos precedentes, entendemos que por esta contextualización hoy es más que nunca necesario estudiar y analizar al colectivo estudiantil. Siguiendo en el contexto sobre la situación política actual, hay que decir que la situación del movimiento estudiantil no es la misma que en el siglo pasado por una serie de razones: si analizamos, por ejemplo, Mayo del 68, tenemos que a pesar de que las revueltas fueron emprendidas y abanderadas por estudiantes que clamaban contra la sociedad de consumo, se trataba de un contexto de acumulación capitalista en armonía con los “Treinta gloriosos” (desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 hasta la crisis del petróleo de 1973); sociedad con casi pleno empleo, sin grandes interrogantes sobre su futuro y en sintonía con un sistema de cierta redistribución parcial. En la actualidad vivimos un periodo de crisis del capital y consiguiente ofensiva neoliberal en la que el sistema para seguir obtenien-

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do beneficios debe recurrir al austericidio y a recortes estructurales en nuestros servicios públicos. Movimiento estudiantil desde el 15M a la actualidad. Cómo se articula y entorno a qué nos movilizamos hoy (LOMCE, 3+2..) No podemos hablar de movimiento estudiantil sin hablar antes del tejido que generó la lucha contra Bolonia; En el curso 2008-2009 emergió con fuerza el movimiento estudiantil articulado alrededor de una crítica al proceso de Bolonia. El objetivo de la aplicación del sistema de créditos de Bolonia, el llamado European Credit Transfer System vino acompañado de una adaptación de los planes de estudio a las exigencias de empresas y un mercado de trabajo cada vez más dual, donde la temporalidad -de los contratos- y la precariedad -de los trabajos- se convirtieron en norma. Así mismo, la delgada línea entre el tiempo de estudio y el tiempo de trabajo necesario para sostener el ‘derecho al estudio’, se difuminaba fracturando las barreras y asimilando las técnicas de explotación del trabajo intelectual. El conflicto comenzó a tener presencia y voz en los mass-media y cierta hegemonía en las facultades tras el ciclo de movilización que se dio a lo largo de todo el Estado. En los siguientes años se fue diluyendo el movimiento y aunque muchas han intentado resucitar la movilización de Bolonia lo cierto es que en el ideario colectivo de las estudiantes fue una batalla perdida volviéndose a la normalidad neoliberal y tras la aplicación de la reforma, a la aun mayor dificultad para seguir tejiendo el movimiento estudiantil. Tras esa derrota, aunque pudo afianzarse cierta organización por la experiencia de las luchas contra Bolonia, muchas estudiantes se apartaron de las movilizaciones desesperanzadas al no ver resultados a sus peticiones. En este eje cronológico llegamos a 2011 y al nuevo ciclo de movilización que abrió el 15M; las plazas se llenaron de personas de todas las edades y sus gritos de “No nos representan” quedaron impregnados en cada rincón. Es cierto que el 15M tuvo un perfil muy heterogéneo, pero también lo es que los liderazgos y la participación que se generaron en aquellas concentraciones estuvieron muy ligados al activismo social, y sin duda, las jóvenes jugamos un papel fundamental. Estudiantes de todo el Estado se agolparon en las plazas introduciendo consignas estudiantiles y evidenciando cómo el bipartidismo no legislaba a favor de la educación pública: se recuperó el tema de Bolonia, el desempleo, la ▶


precariedad… en definitiva, se fue formando una nueva generación de activistas estudiantiles preparados para entrar en primera línea de asalto. Si algo se le critica sin embargo al 15M, es el poco afianzamiento que tuvo en las bases universitarias. A pesar de la alta participación estudiantil en las protestas, las facultades no contaban con grupos de base fuertes ni debates profundos sobre lo que estaba ocurriendo en el Estado español. El 15M no murió, y si lo hizo dejó zombie en muchos movimientos: las recién nacidas mareas por los servicios públicos (verde, blanca) o contra la violencia machista (violeta), las plataformas ciudadanas (PAH), etc. Esto ha supuesto en mayor o menor medida un cambio en los frentes de intervención estudiantiles. En los meses de auge de la llamada Marea Verde entorno al 2011-2012 muchas estudiantes fueron sujetos activos de la movilización contra los recortes en la educación pública junto con el personal docente, o también observamos participación aunque en menor cantidad de estudiantes mujeres en las mareas violetas feministas contra la violencia machista en las aulas o contra la reforma de la Ley del Aborto por lo que podría suponer esta en sus futuros académicos: abandono de las clases, etc. Desde el 2013 los factores por los que se ha reactivado el movimiento estudiantil no han sido exógenos a la Universidad, es decir, no han sido conflictos ajenos a los centros de estudio. Esto se dio en el pasado con ejemplos claros como la oposición a la Guerra de Irak por parte de las estudiantes en muchas partes del mundo. Los factores que han articulado las demandas estudiantiles en el último periodo han sido endógenos a los centros educativos, es decir, han sido de carácter defensivo frente a reformas estructurales y planes concretos que afectaban directamente a la comunidad educativa, destacando principalmente la LOMCE y el 3+2. En primer lugar, la llamada Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Esta polémica ley que generó una oposición convulsa por parte del estudiantado, personal docente y gobiernos autonómicos, pudo abrir otro ciclo de movilización en el campo estudiantil y también fue a su vez un vector politizador para las jóvenes. Destacamos jornadas de huelga en oposición a la Ley como la secundada a principios de febrero de 2013 con un alto seguimiento y la peculiaridad del surgimiento de movimiento estudiantil no universitario en las luchas como sujetos activos. La LOMCE ha reabierto el debate en el seno del movimiento estudiantil sobre la necesidad de una implantación férrea en los

institutos; en este caso las estudiantes de secundaria son las más afectadas por la Ley pero además somos conscientes de que a pesar de ser todo un reto por la nula trayectoria existente, es fundamental formar a cuadros políticos en temática estudiantil desde edades tempranas. Por otro lado, el segundo tema que por excelencia ha articulado al movimiento estudiantil del Estado Español en el último período es el famoso 3+2. Tras un Consejo de Ministros aprobado el 30 de Enero se decidió aprobar el decreto que sentenciaba que los grados se reducirían a tres años y los másteres se ampliarían a dos. Las críticas a la reforma, denominada ya imposición antidemocrática por el nulo debate con la comunidad educativa y la sociedad en general, se centraban en la devaluación de la calidad por la pérdida de contenidos académicos básicos y en el carácter privatizador/elitista implícito de la misma, al ser los másteres mucho más caros (hasta un 67%) que los grados. Lo que pretende el 3+2 es impulsar dos modelos de universidad distintos; por un lado una escuela de élites para aquellos estudiantes pudientes que se costearán los años de máster encaminados a una pronta puesta en el mercado laboral y, en contraposición, la fábrica de precarios; estudiantes de clases populares en formación que estudian concienciados de un futuro precarizado. La respuesta estudiantil contra el 3+2 se dio en dos vías concretas: en primer lugar tenemos jornadas de movilización y huelgas como las del 26 y 27 de febrero con un seguimiento alto por parte de todo el estudiantado y movilizaciones en capitales principales o también el 24 de Marzo con una nueva jornada y bastante debate en el movimiento estudiantil sobre la utilidad práctica de otra nueva “ofensiva”. El resultado fue bueno en los lugares donde hubo suficiente preparación, pero en otros fue desastroso por el poco margen de tiempo existente. La otra vía fue el llamado referéndum: entre el 10 y 12 de marzo, estudiantes de las seis universidades públicas madrileñas organizaron un referéndum para consultar a) el apoyo o rechazo a la reforma del 3+2, b) la necesidad o no de validar estas reformas a través de referéndum a la comunidad universitaria c) la necesidad de una reforma que garantice el derecho al estudio. Con el éxito de 31.986 votos, el referéndum se saldó con un 97,48% de estudiantes contra el decreto 3+2, 98,10% a favor de la consulta en estos casos y 96,40% a favor de una reforma que garantice el derecho al estudio.

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reactiva; no se refieren a lo interno u externo de la universidad, sino a la repercusión de conflictos derivados de violencia que repercuten en el movimiento estudiantil. El ejemplo más claro en el último período ha sido la desaparición a manos del estado mexicano de las 43 estudiantes de Ayotzinapa. Tuvieron cierta repercusión en el movimiento estudiantil español y se dieron considerables comunicados en solidaridad con el estudiantado mexicano e incluso algunas concentraciones responsabilizando al Estado de Mexico. Para finalizar este punto es necesario hablar, como no, de PODEMOS. El movimiento estudiantil en el último año ha sido, en cierta parte, un reflejo del ciclo político que hemos vivido. En ese sentido, mientras lo comentado anteriormente (LOMCE principalmente) se encuadraba en un periodo con aún cierto espíritu quincemayista en relación a la movilización social, tras el surgimiento de este nuevo actor político el eje político central se encuentra en la cuestión electoral. Esto ha producido un reflujo del movimiento estudiantil (y de todos los movimientos en general) ante esa ilusión institucional generada por Podemos y el nuevo “ciclo del cambio”. En ese sentido, aunque cuestiones como el 3+2 que se esperaban como elementos aglutinadores del movimiento, entendemos que en la práctica no ha sido así. Muchas jóvenes estudiantes participan de forma activa en Podemos y hemos visto la creación de círculos de temática exclusiva educativa siendo el ejemplo más claros los círculos universitarios, pero en la práctica esto tampoco ha servido para reforzar el movimiento estudiantil al ser círculos inestables e incapaces de entrar en dinámica. Invertir la tendencia hacia una lógica activa de cuestionamiento de la transformación de las

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universidades (privatización, universidad-empresa…) Hay que ser conscientes de que existe la necesidad de hacer puente y unir protestas concretas estudiantiles hacia un planteamiento estructural de desmantelamiento de nuestras universidades públicas en una lógica neoliberal austericida. La sociedad tiende a relacionar el austericidio con recortes concretos en periodos de tiempo determinados cuando este es, sin embargo, una lógica estructural que acaba desmantelando los servicios públicos en su conjunto. Por ello se deben analizar y diseñar estrategias capaces de crear organizaciones estudiantiles permanentes que no se queden en la lógica defensiva ante factores concretos sino que cuestionen la mercantilización, la meritocracia y los mecanismos de disciplinamiento de la universidad como reflejo de los mecanismos de disciplinamiento del trabajo en la fase de capitalismo actual, cuestionando por ende también al sistema capitalista. Las revolucionarias entienden la función de la institución universitaria como aquella que reproduce hegemonía, capital cultural y capacitación profesional para la clase dominante. Por ello, no deben permitir que el centro de la discusión estudiantil esté en reformas concretas. Se debe cuestionar la dinámica y la función de nuestros institutos y universidades en su conjunto. Frente a la crisis sistémica y la precariedad que asola nuestro país, las estudiantes son principales perjudicadas y tienen mucho que decir: queremos que los centros educativos sean, al fin y al cabo, un lugar donde poder ser felices. Porque nuestras vidas valen más que sus privilegios. ◼


Cinco a単os sin Saramago 30


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Clara Giménez @ClaraGL El 18 de junio se cumplieron cincos años del fallecimiento del escritor y periodista José Saramago (1922-2010) en su residencia de Lanzarote. Merecedor del Premio Nobel en 1998, la Academia Sueca destacó su capacidad para "volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía". Saramago no pretendía ser escritor. Nacido en Azinhaga (Portugal) en una familia campesina con pocos recursos económicos, entró en una escuela industrial a los doce años. Fue allí, en las asignaturas humanísticas obligatorias y en los libros de texto gratuitos, donde se cruzó con la literatura. Sin embargo, pese a que escribió dos obras en su juventud -Tierra de pecado y Claraboya, la última publicada a título póstumo-, fueron necesarios veinte años para que, ya en la madurez, hiciera gala de su talento creador. "Sencillamente, no tenía algo que decir y cuando no se tiene algo que decir es mejor callar" afirmó al ser preguntado por sus veinte años de silencio. Dos décadas en las que trabajó como administrativo, empleado de seguros y de una editorial; se casó y divorció de su primera esposa, ingresó en en el Partido Comunista -clandestino durante la dictadura de Salazar-, y ejerció como periodista. Pese a dedicarse en exclusiva a la literatura desde 1976, su consagración llegó en 1980 con Levantado del suelo, sobre las condiciones de vida de los trabajadores en Alentejo. Los críticos afirman que en esta obra encontró su verdadero estilo, marcado por la preocupación social y la exigencia estética. Memorial del convento (1982) y El año de la muerte de Ricardo Reis (1984) le otorgaron el reconocimiento internacional. Menos conocida es su obra poética; entre 1966 y 1975 publicó tres poemarios que finalmente quedaron recogidos bajo el título Poesía completa (2005). No dejó de escribir hasta el último aliento, exponiendo su conciencia crítica en obras como El evangelio según Jesucristo (1991) -no publicada en su país natal-, Ensayo sobre la ceguera (1995), o Ensayo sobre la lucidez (2004). Y es que nadie podría imaginar la figura de Saramago sin su compromiso social y político. El hecho de crecer en una familia de campesinos y conocer las dificultades para acceder a la educación hicieron de él un hombre comprometido por un mundo más justo. Siempre se declaró comunista y cercano al PCP. Nunca bajó la voz, ni siquiera cuando abandonó Portugal y se instaló en Lanzarote debido al revuelto causado por El evangelio según Jesucristo. La Iglesia lo tildó de

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blasfemo, y el Gobierno luso vetó su participación en el Premio Literario Europeo. Esto no amedrentó al escritor, que siguió hasta el final con su espíritu combativo, como demuestran numerosos post de su blog personal. Incluso en su brindis tras recibir el Nobel propuso la creación de una Declaración Universal de los Deberes Humanos: "no parece que los Gobiernos hayan hecho por los derechos humanos todo aquello a lo que, moralmente, cuando no por fuerza de ley, están obligados. Las injusticias se multiplican en el mundo, las desigualdades se agravan, la ignorancia crece, la miseria se extiende". Podemos afirmar, cinco años después, que Saramago no se ha ido. Es imposible olvidar a un escritor tan crítico con la sociedad y, según aquellos que lo conocían, tan humilde y cercano. Su legado sigue vivo gracias a la Fundación José Saramago, presidida por Pilar del Río, su mujer. La publicación de textos inéditos es solo uno de los pocos gestos realizados en esta fecha para conmemorar a un escritor que seguirá viviendo mucho tiempo en el imaginario colectivo. ◼


“Pensaba que el mundo que me habían mostrado era muy bonito y a la vez desconcertante, pero que no necesito aprender esas cosas porque me dan miedo, de la única forma que soy feliz es en mi hogar, el único que he conocido, el monte”.

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Análisis sociológico:

“Nell”

(1994)

Miguel A. Ortuño @Miguel_Ortuno_ La película irrumpe con fuerza en una casa de madera en medio del campo, en la cual habitaba un huraño. Entre una serie de diálogos monótonos golpea la escena una especie de hombre-animal despavorido impulsado por el miedo. Este se muestra asustado por la presencia de extraños en el hogar. El protagonista encarnado por Liam Neeson se encuentra con una carta que da entrada al contexto del film… Tras la muerte de su madre, cuya única relación con el mundo se basa en su hermana gemela que fallece a los 6 años de edad y su madre una mujer con problemas para hablar y gran temor a los hombres, porque fue violada en plena calle. Dos científicos la descubren y empiezan a estudiarla, intentando descifrar su extraño lenguaje. Nell (Jodie Foster) es una joven que vive sola y aislada en una cabaña, en medio de un bosque. Los extraños producen un efecto negativo sobre Nell debido a la marginación social que ha sufrido durante todo este tiempo llevándola a ser asustadiza con cualquier persona que la rodee, esta tiene un modo de interactuar con la naturaleza y su entorno con gran sencillez. Entre los hábitos de Nell durante el film podemos observar la cantidad de horas que pasa durmiendo sin ningún tipo de acritud. A la par que se va desarrollando la película podemos apreciar una especie de trauma infantil arraigado en Nell con su hermana gemela, esta interactúa con un espejo donde se puede observar la división de su yo objetivo y su yo subjetivo. La cinta se desarrolla lenta pero sin prisas en la que podemos contemplar la primera interpretación de Nell con Liam Neeson a través de una canción, a partir de este momento se irá fraguando una relación de ternura entre ambos protagonistas. Aún con esto la investigación del lenguaje que usa Nell va avanzando hasta topar con que no es una lengua totalmente distinta la que usa el ser,

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sino una serie de deformaciones que ha sufrido ésta. Nell tiene un carácter fóbico y debido a esto no sale de la cabaña durante el día. Podemos observar como los investigadores aprecian una posible violación en Nell o una advertencia de su madre. Nell, a lo largo del film repite analogías de su cerebro del pasado donde su hermana gemela estaba viva, curiosamente Nell tiene una interacción positiva con los niños y no le producen ningún tipo de miedo; hablando de niños podemos destacar que los impulsos de Nell son semejantes a estos puesto que a su parecer todo es novedoso y le llama la atención sea lo que sea. La cultura es algo que incide directamente sobre nuestro ser y Nell. al estar al margen de ésta no se adentra en su ser como un agente socializador. Lo que sí se puede observar es la incisión del factor biológico y el entorno físico rodeado de la naturaleza algo que le hace extraño la civilización y sus grandes edificios. Partimos que la personalidad es fruto de la socialización, en el cual influye; herencia genética, entorno físico y cultura. De los cuales el último es un entorno fallido para Nell. Autores como Watson y Skinner exponen que la personalidad del individuo es fruto de los condicionamientos que la sociedad nos impone, siendo producto de nuestro ambiente que nos forma y socializa. Y este factor es importante pero bajo mi parecer no es determinante y hay otra serie de factores internos que pueden modificar las conductas. Podríamos señalar como agentes socializadores de Nell, a su madre y su hermana que fallece a la trágica edad de 6 años, dando una no socialización en grupo. Además de esto Nell presenta claros síntomas de fobias a la hora de interactuar con hombres a raíz de la violación de su madre y la estancia en casa durante todo el día.


rrecto lenguaje puesto que quien la educó padecía un trastorno en el habla (afasia). Un problema que se debe señalar es el de su hermana gemela fallecida, ella es como una eterna niña, ya que perdió a su madre y a su hermana siendo pequeña quedando completamente sola, quedando envuelta en un eterno retorno. Podemos observar detención del desarrollo social, elaboración de un lenguaje inventado, alteración en el desarrollo de la capacidad de abstracción (predecir acontecimientos en función a un aprendizaje previo de circunstancia similar; Vigotsky considera el aprendizaje como uno de los mecanismos fundamentales del desarrollo 'línea natural del desarrollo') y afectividad condicionada y restringida al núcleo básico familiar (de ahí su incapacidad de mostrar sentimientos hacia otros). Nell muy seguido va a verse al espejo ya que se siente grata por él, aunque también se podría pensar que ella realiza esta acción para superar la muerte de su hermana gemela y pensando que ésta está encerrada en el espejo

Piaget divide el desarrollo cognitivo en cuatro etapas: En la primera etapa (0-2 años), Nell no se pudo desarrollar bien ya que su primera Gestalt (que había sido la madre) la había abandonado. En la segunda etapa (2-6 años), Nell empezó a desarrollar toda su habla, pero no pudo desarrollar bien ésta, en cuanto a la sociedad, ya que su “madre” tenía afasia y no podía hablar bien. En la tercera etapa (6 o 7-11 años), Nell desarrolla todo lo que aprendió, pero como todo lo aprendido fue “erróneo”, desarrolla a los “malos hábitos”. En la cuarta etapa (12 en sucesivo, años), Nell, al ser ayudada por psicólogos, empieza a desarrollarse bien, ya que es insertada en la “gran” sociedad y empieza a socializarse correctamente. Concluyendo, un individuo de forma aislada no puede desarrollar su ser social, lo que implica una baja posibilidad de adaptación a la sociedad, y para adaptarse hay que tener una buena adaptación social, la posibilidad de que Nell habite en sociedades urbanas es casi nula pero

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Nell muestra que con una buena ayuda y buen empeño, cualquier persona se puede adaptar.

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Cuando la selección española conquistó en 2010 el trono del fútbol mundial se produjo en España una marea de patriotismo y de orgullo nacional. Y es que, al fin y al cabo, nuestro país se había colocado en la cima del deporte más seguido del planeta.

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REPENSAR EL DEPORTE Eduardo García @edutijoux Cuando uno habla de “cultura” de masas piensa en el cine estadounidense, pero si fija su mirada en España, piensa en el fútbol. El deporte en España supone un símbolo nacional, más aún cuando el siglo XXI ha llevado a la cima a deportistas españoles en fútbol, baloncesto, tenis, Formula 1, etc. De Fernando Martín a los hermanos Gasol, Ricky Rubio o Rudy Fernández. De Fernando Hierro o Raúl al gol de Iniesta. De Marc Gené a Fernando Alonso. El análisis clásico de la izquierda es trazar un hilo comunicante entre la concepción de Marx en torno a la religión ('opio del pueblo') y el deporte en España. Es habitual en los círculos de la militancia de izquierda la comparación deporteeducación: “Ganamos el mundial, pero no tenemos ninguna universidad referente en el mundo”. También es habitual trazar un paralelismo expresado en la frase: “te roban pero te da igual porque hemos ganado el mundial”. Es innegable que España es hoy una referencia deportiva a nivel mundial y que quedaron atrás el “España nunca pasa de cuartos” o ver a la selección de baloncesto pedir autógrafos a los jugadores estadounidenses. Hoy les miran cara a cara, algo que ha estado a la altura de pocas selecciones en la historia del 'deporte de los gigantes'. Tampoco se miente si se habla de España como uno de los países con menor nivel en lo que a universidades se refiere. No obstante, hay ciertas conexiones que la izquierda debería repensar en relación al deporte. Cuando Marx dijo que la religión era el opio del pueblo dejó en el aire una interpretación muy peligrosa: aquello que entretiene o aleja a la gente de la política debe ser sustancial-

mente un arma del poder y, por lo tanto, los revolucionarios tienen que rechazarlo por suponer un ‘elemento de dominación ideológica’ del capitalismo sobre la clase obrera. Pero eso que comúnmente ha venido a denominar como ‘opio’ o ‘circo’ (el 'pan y circo' romano), no es esencialmente negativo. El deporte tiene una cara social: la gente haciendo deporte en las calles, el deporte base, etc. El deporte constituye una forma de relación humana, tanto si se practica como si se ve (desde luego la afición de un equipo constituye una voluntad colectiva en torno a una serie de significantes: escudo, ciudad, etc). La experiencia chilena en la que los centros deportivos servían como lugar de reunión de las masas populares durante la dictadura y el deporte se entendía como una forma de relación individuosociedad que chocaba con los valores anti-democráticos del régimen es un ejemplo de esto que planteo. Cuando el Corinthians brasileño habló en las canchas de política y se convirtió en un fenómeno popular en todo Brasil fue capaz de llevar a las portadas de los principales periódicos del país la palabra 'democracia'. No hay que irse a ejemplos progresistas como el de la Democracia Corinthiana para entender que el deporte es un espacio que construye ideología. Incluso cuando el fútbol no responde a un elemento de producción de discurso revolucionario sino a un simple espacio donde se forja un sentimiento nacional se ve cómo es capaz de aglutinar a una mayoría en torno a un símbolo como la bandera rojigualda. Cuando la selección española conquistó en 2010 el trono del fútbol mundial se produjo en España una marea de patriotismo y de orgullo

El deporte es un espacio que construye

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Cuando el Corinthians brasileño habló en los terrenos de juego de ‘democracia’ y se convirtió en un fenómeno popular en todo Brasil, no estaba buscando ser ‘el opio del pueblo’ sino convertir uno de los aspectos más importantes de la vida en Brasil (el fútbol) en un elemento capaz de construir una reivindicación más allá de las canchas. y preguntándose a sí misma por qué nadie le hacía caso. Y mientras tanto, la derecha aprovechó para lucir la bandera rojigualda y el pueblo entendió una vez más que la izquierda no era patriota. Y volvió a hacer cátedra: “Nosotros somos los patriotas. Lo dijo José Díaz.” Y permitió que la derecha se apropiase de algo tan importante como las victorias deportivas de la patria. Desde luego, es aún más significativo el caso del mundial de 2014 donde la izquierda retozó en su propia ‘verdad’ cuando España no pasó de la primera fase. Y mientras millones de españoles volvían a ver los fantasmas del “España nunca pasa de cuartos”, la izquierda le recordaba que el fútbol es el opio del pueblo. Y, como ha venido siendo habitual, nadie le escuchó. Es importante entender que cultura y deporte no tienen necesariamente que chocar. Como ejemplo, la Unión Soviética fue referente en el ámbito de la cultura, pero también en el ámbito del deporte. Y el grueso de la población podía acceder a los dos. No encontramos una relación de antagonismo lógica entre deporte y cultura. Algunas sociedades están vinculadas estrechamente con la religión (p. ej: América Latina) y la nuestra lo está con el deporte. Lo que cabe hacer por parte de una fuerza que intente construir una identidad nacional-popular en torno a sí no es tanto intentar sustituir esta realidad por otra en la que el deporte pase a un segundo plano sino dar un giro a la relación deporte-sociedad. Es decir, tomar el deporte y dotarlo de

un nuevo significado tal y como lo hicieron las fuerzas populistas en América Latina con la religión (desde luego el deporte puede ser un elemento crucial en la lógica populista de Laclau). Es decir, sustituir el relato clásico de la izquierda del triunfo de los millonarios por el del triunfo de toda la gente implicada con el deporte en nuestro país. Las victorias deportivas podrían leerse como un reflejo del trabajo de cientos de miles de personas en España comprometidas con el deporte base y la formación de los deportistas. En términos concretos, hablar del triunfo de la patria/gente. No es casualidad que el mundo del deporte esté “derechizado”. Si la izquierda no está con el deporte, lo va a estar la derecha sacando al balcón la rojigualda cuando nuestros equipos ganen (o pierdan, reivindicando la cultura de la derrota) o la extrema derecha copando las gradas de nuestro país. Como ejemplo, que el ayuntamiento de Zaragoza (Zaragoza en Común) haya sacado adelante la propuesta de cambiar el nombre del pabellón del CAI Zaragoza, antaño llamado Pabellón Príncipe Felipe, por Pabellón José Luís Abós (icono deportivo de la capital aragonesa) le ha hecho ganarse el respeto de un importante sector del deporte aragonés y su afición. Y es que, ha sido capaz de hacerse ver como el defensor político del deporte de Aragón frente a unos PP, PSOE y Ciudadanos que no han querido ceder al cambio. Más aún en una región donde lo propio tiene un valor sentimental tan importante

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reivindicar el deporte de alto nivel, a menudo homófobo, machista y racista que siempre ha criticado la izquierda sino de entender que el deporte no es sustancialmente así. De hecho, se trata de comprender que el deporte puede suponer un importante agregador local y nacional. ◼

Como ejemplo, la Unión Soviética fue referente en el ámbito de la cultura, pero también en el ámbito del deporte. Y el grueso de la población podía acceder a los dos.

Citas del deporte ¿Qué sabemos de fútbol? La Liga de Campeones. Las hinchadas que silban. La violencia. El negocio. Ustedes tienen razón. Eso también es el fútbol. Pero yo les voy a hablar de otra cosa. Voy a hablarle de los verdaderos valores. Se puede usar el fútbol para educar a

las personas compartiendo ideas progresistas mientras se persigue la pelota o promoviendo la democracia mientras se hacen goles. ¡Un buen manifiesto político! —Eric Cantona, exfutbolista francés.

Hay una realidad muy diferente detrás del deporte de primer nivel. 39


“El deporte de élite […] es propiedad de multinacionales, banqueros, empresarios…” Jacobo Rivero

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Eduardo García Jacobo Rivero es un periodista y escritor vinculado con el deporte, en especial con el baloncesto. Se declara seguidor de la NBA, en especial de los New York Knicks y fue entrenador en la cantera del Estudiantes. Ha escrito libros tanto de política como de deporte y, a veces, “de las dos cosas a la vez”, como él dice, incluyendo “Podemos: objetivo asaltar los cielos” hasta “El ritmo de la cancha” o la biografía del propio Fernando Romay. Ha trabajado, asimismo, en otros medios. La final de la Copa del Rey (Athletic 1 – 3 FC Barcelona) no se recordó tanto por el resultado sino por la monumental pitada al himno de los seguidores de ambos equipos. Si bien es cierto que las demandas del pueblo catalán y vasco no están siendo escuchadas tanto como la democracia puede ofrecer, ¿puede el deporte, por su repercusión mediática, servir como hilo comuni-

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cante entre la política y las demandas de las capas populares? Puede ser, y obviamente es una gozada si por ejemplo en una dictadura la grada aprovecha el anonimato de la masa y provoca una reacción contra el palco de autoridades. En cualquier caso, el asunto da para un debate muy largo, porque no podemos ser selectivos en función de nuestra afinidad política. Creo que lo más importante es que si el deporte es democrático desde la base lo será también al nivel de la élite. Y entonces veremos que lo que no tenía sentido era el palco de autoridades y la segregación de los aficionados entre los que pagan la entrada para ver a su equipo y los que están por encima del resto. Y esta “segregación” curiosamente es igual en una dictadura o en una democracia. Las “capas populares” es un concepto que puede tener muchos significados, ▶


y ahí habría también una discusión, pero lo que sí es seguro es que los aficionados vamos a ver un partido tratando de que no haya imposiciones externas a lo que es juego. Las pitadas, dentro y fuera de una cancha, expresan sentidos de ánimo colectivo, y es bueno que los aludidos lo escuchen y analicen por qué se producen. El mundo del deporte ha sido en alguna ocasión el lugar sobre el cual analistas políticos de todo el mundo han fijado sus miradas. Con la 'Democracia Corinthiana' en Brasil quedó claro que el innegable poder social del fútbol podía traducirse en una reivindicación política. Aquel equipo con Sócrates como ídolo de masas fue capaz de llevar la palabra 'Democracia' a las portadas de todos los periódicos en el país carioca. Quizá hoy en día los mayores exponentes de este fenómeno son los grupos antifascistas como los Bukaneros, que a menudo llevan a las gradas demandas populares. ¿De qué manera crees que se puede convertir hoy el fútbol en un espacio con discurso político? El fútbol es ya un espacio con un discurso político. El problema es que su discurso tiene que ver con valores tremendamente reaccionarios que no generan empatía con las sociedades y sus problemas cotidianos. Es cierto que hay casos en los que las hinchadas si muestran cierta sensibilidad con sus entornos, pero en mi opinión lo que hay que poner en valor son los clubes como lugares de agregación de dinámicas sociales vinculadas de alguna manera a sus entornos. Es decir, los clubes como instituciones de participación, que acompañen los nuevos relatos que se están construyendo desde abajo, desde la ciudadanía. Un ejemplo sería la relación que se puede generar con las categorías de formación y los procesos colectivos por ejemplo en un barrio o un pueblo. El deporte en general y el fútbol en particular tienen que romper la actual dinámica destinada únicamente al consumo, cuando no a otras derivas como la especulación o la corrupción que alimentan muchos de sus dirigentes. Están operando muchos cambios en muchos clubes y equipos y tenemos que felicitarnos porque esto sea así, clubes en lo donde la gente acude con sensación de pertenencia y aporte a la comunidad.

No hay techo, se debería poder hablar de política con la misma libertad que puede hacerlo cualquier ciudadano. Se ha generado una lógica por la que se pretende que el deportista sea mudo, en esa lógica el atleta parece que solo sirve para que algunos políticos se hagan la foto cuando consigue una victoria. Esto es tremendamente perjudicial, porque cuando un deportista se expresa libremente parece que estuviera rompiendo un pacto que en realidad lo que oculta es la negación de la libertad de expresión y del ciudadano como actor social, con sus propias opiniones. El caso de Pau Gasol fue un ejemplo precisamente de lo molesto que puede resultar que un atleta se exprese en una dirección distinta a la acordada por entidades como las federaciones o el mainstream. Lo sorprendente además es que sus declaraciones solo eran una señal de simpatía, sin mayor peso que señalar lo que según las encuestas apuntaban millones de ciudadanos: que el 15M era un movimiento muy bien valorado por la sociedad y que había que escucharlo. Uno de los pívots más experimentados de la Liga Endesa es Sitapha Savané (GB Gran Canaria), que con 36 años sigue demostrando un potencial físico impresionante. Sitapha dijo en una entrevista en Enero de este año, cuando todavía militaba en las filas del FIATC Joventut ,que él "era de izquierdas” y que “antes sería ministro que entrenador" y la reacción de la prensa fue inmediata. Pareciera que quisieran vincular sus declaraciones a una enajenación momentánea. Incluso le vincularon con Podemos, dándole un toque despectivo a la relación entre el deportista y la política. Es decir, le restaron credibilidad. ¿Hasta qué punto está extendido el tópico del "deportista ignorante"? Estamos en lo mismo. El deporte y sus valores hegemónicos a nivel mediático tratan de estereotipar cualquier discurso disonante. Y en ese proceso de denigrar al deportista hay elementos que tienen que ver con el racismo, el sexismo o la intolerancia. No tengo ninguna duda que un deportista que va a actos del Partido Popular no recibe el mismo tratamiento que Savané cuando habla de Cataluña o de Podemos.

“Se debería poder hablar de política con la misma libertad que

Cuando personajes del mundo del deporte se posicionan públicamente, como hizo Pau Gasol con el 15M, a menudo se les intenta desvincular inmediatamente con su reivindicación. ¿Dónde crees que está el techo para un deportista a la hora de hablar de política?

El caso Jason Collins hizo explotar el mundo del deporte. Que un homosexual salga del armario siendo jugador de la NBA no es algo que pase todos los días. También cuando Neuer declaró en favor de las personas homosexuales generó millones de comentarios en las redes sociales. Desde luego este tipo de declaraciones sirven para poner sobre la mesa determina- ▶

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das cuestiones y para abrir el debate sobre asuntos que pueden crear disputa. ¿Crees casos como estos han podido servir de desencadenante de todos los Estados que han legalizado el matrimonio homosexual en EE.UU.? Como en cualquier sociedad las personas van por delante de los gobiernos. Cuando una mujer se plantó contra el patriarcado fue mucho antes de que se permitiera a las mujeres votar. Si en ese terreno queda mucho camino por andar no digamos en el de la libertad sexual. De todas formas fue curioso con el tema de Jason Collins como muchos deportistas apoyaron la decisión de su compañero, también muchos medios estadounidenses. Me temo que aquí queda camino por recorrer. Pero evidentemente para que haya cambios en las sociedades primero tiene que haber gente que se atreva a salir y romper todo tipo de armarios, sin importarles lo que digan las redes, los periodistas deportivos o las gradas. El 16 de marzo de 2013, Giorgos Katidis celebraba alzando el brazo derecho el gol en el minuto 83 que ponía 2-1 al AEK de Atenas frente al Veira FC. La comunidad futbolística en Europa rechazó este acontecimiento, lo que parece reflejar una cierta conciencia democrática. No obstante, ¿piensas que es precisamente consecuencia de una cierta conciencia política en el deporte o, por el contrario, de un rechazo inmediato a cualquier manifestación ideológica en él? Creo que tiene que ver con un consenso sobre algunos elementos que obligatoriamente se han añadido como elementos que parecen positivos a la sociedad: como el rechazo al racismo o al fascismo. Pero la sensación por ejemplo con las campañas de la UEFA contra el racismo es que más allá del eslogan la voluntad de no dar margen a esas actitudes dentro y fuera de la cancha tienen poco fondo. Se hacen campañas contra el racismo poniendo vallas publicitarias, pero no se hacen campañas ni investigaciones contra la explotación de jugadores de formación que traen de África en condiciones tremendamente precarias y que muchas veces luego son abandonados por los clubes a la mejor de sus suertes. En el deporte, como en otras circunstancias de la vida, hay mucha falsedad e hipocresía detrás de las apariencias. Aún así lo que mucha gente entendió perfectamente es que Katidis era imbécil. Babunski decía en la Universidad de Verano de Podemos que el deportista era el espejo de mucha gente. Cuando habla en estos términos del fútbol en España, podemos extrapolarlo a deportes como el baloncesto en Estados Unidos. Precisamente por la relevancia de los deportistas de primer nivel a la hora de crear opinión, la prensa interviene inmediatamente con casos

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como el de Pau Gasol. Pero descubrimos en Julio de 2014 que los organismos deportivos pueden ser los que intervengan. Cuando Dwight Howard twitteó “#FreePalestine” y lo borró unos minutos después, parecía que el mundo del baloncesto se había paralizado. Poco después se supo que el pívot de los Rockets había recibido presiones desde el mismo minuto de la publicación por parte de la NBA para retirarlo. Que uno de los mejores pívots del planeta criticara la actuación militar de Israel no sentó bien a la liga. ¿Crees que esto dejó en evidencia a los grandes magnates del baloncesto norteamericano? Lo que dejó en evidencia es que el deporte de élite no pertenece a los deportistas, ni a los clubes, ni a los aficionados. Es propiedad de multinacionales, banqueros, empresarios... que lo utilizan para generar beneficios económicos. En esa fotografía no hay espacio que distorsione el mercado, si un jugador dice algo que pueda alterar la máquina de vender camisetas y repartir sonrisas enlatadas pues se le pide que cierre la boca o se le borra su opinión. En repetidas ocasiones la izquierda española ha tirado a la basura los logros de los deportistas nacionales por ser 'el opio del pueblo'. Con este suelo tan favorable, la derecha lleva décadas apropiándose del deporte como arma política. Cuando la selección española de fútbol ganó el mundial o con los triunfos de Nadal, Alonso, el baloncesto femenino, el balonmano o la selección de baloncesto masculino, la izquierda actuó haciendo su habitual cátedra, recordando a todo el mundo lo engañados que estaban por el 'circo'. ¿Crees que quizá ha llegado el momento de que la izquierda dispute el deporte como instrumento político? Más que nada creo que la izquierda debería revisar la idea de que "el circo" es algo negativo, es absurdo. Cuando se pone como algo negativo un espectáculo destinado a entretener y mostrar habilidades es que algo falla entre los acusadores. Hay sectores de la izquierda, porque no sería justo generalizar, que tienen que abandonar las posiciones de condena de todo aquello que no dominen, rechazar el deporte, que es una actividad que practican millones de personas al día, es un error mayúsculo. Una consideración que efectivamente aprovechan esos que llamas "enemigos" con las peores intenciones y notable éxito. Pero creo que esa fotografía esta cambiando, y que cada vez hay más gente que rechaza esa visión del deporte como algo despreciable. La realidad, una vez más, lleva a cambiar la reflexión histórica del deporte que tenía una parte de la izquierda. Celebro que así sea. ◼


“Bajo su apariencia de rebeldía, la cultura hipster es un reflejo del capitalismo contemporáneo” Víctor Lenore

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Miguel Ortuño @Miguel_Ortuno_ En “Indies, Hipsters y Gafapastas”, se ponen de manifiesto ejemplos como el de la Reina Letizia escapando de la Zarzuela para asistir a conciertos de grupos indies como Eels, Los Planetas y Supersubmarina; el magnate Rupert Murdoch invirtiendo cincuenta millones en Vice, considerado un grupo de referencia para los hipsters de todo el globo; y figuras del nuevo laborismo como la de Tony Blair codeándose con iconos del britpop. ¿Hasta qué punto la cultura se ha visto contaminada por las élites? ¿Podríamos decir que la subcultura ‘hipster’ es el fetiche por antonomasia de la clase dominante? En los años noventa la clase alta ya está cansada de sus relaciones sociales formalistas, envaradas y ostentosas. Les seduce ciertos ingredientes de la esfera bohemia y contracultural. Si lo pensamos bien, ¿qué cosa puede resultar más gratificante que ser un bohemio con dinero? Los cachorros de las élites quieren la seguridad económica de sus padres y la vida de experiencias extremas de la generación beat, los punks, los ravers y las estrellas de rock. Además se pueden identificar con esa cultura de "yo no no respeto las normas y hago lo que quiero". De hecho, el sector financiero se ha comportado de manera bastante punk y nihilista desde los años de Reagan y Thatcher, sin pensar en otra cosa que su propio placer y beneficio. El problema es que lo pagamos todos los demás. También es importante señalar que el sector de la publicidad aprendió muy pronto a aprovechar las ansias de liberación de la contracultura, despojándolas de cualquier sustancia política. Es algo que se explica muy bien en el libro "La conquista de lo cool" del periodista Thomas Frank. Lo que une la mentalidad de la clase dominante con los hipsters es el rechazo a lo que ellos consideran "masa" (para entendernos: la gente normal y corriente). Por eso suelo decir que la cultura hípster es el elitismo al alcance de todos. El neoliberalismo es un monstruo que ha ido devorando a su paso elementos esenciales del estado de derecho. La sanidad, la educación, la soberanía nacional, la democracia... la ola del neoliberalismo ha hecho tambalear todo lo que ha encontrado a su paso. ¿En qué medida han afectado estas políticas de recorte al mundo de la música? ¿Está la música en un momento combativo?

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La música occidental está en una fase bastante bastante adocenada. Es la retromanía de la que habla el crítico Simon Reynolds. La industria no tiene nada que decir sobre lo que ocurre ahora y nos vende un nuevo revival cada tres meses. También me suena blanda la parte más comercial de la música latina. Me hizo mucha gracia un tuit del sociólogo César Rendueles que decía que "Ella se vuelve loca" de Juan Magán es el nuevo "Grândola, Vila Morena". Parece que hayamos cambiado las aspiraciones igualitarias por aprovechar a tope los fines de semana gracias a las pastillas y la música a todo volumen. Yo no tengo nada contra la diversión, al contrario, creo que esta forma de ocio intensivo es una respuesta lógica y razonable a la forma tan brutal en la que nos explotan en las oficinas. El problema es que un proyecto emancipador tiene que abarcar también lo que ocurre de lunes a jueves. Me gusta mucho una frase de Walter Benjamin que dice que "hay que ganar las fuerzas de la ebriedad para la revolución". Eso es algo que ocurrió en cierta fase de la explosión de las raves, por ejemplo los movimientos de protesta contra la Criminal Justice Bill en Inglaterra. La negativa de los tories a permitir estas fiestas electrónicas que duraban varios días politizaron a parte de una generación. Si te fijas en los años ochenta, verás que hubo en el estado español una escena muy politizada y muy exitosa que fue el rock radikal vasco (Kortatu, La Polla Records, Eskorbuto…). Eso no hay que interpretarlo como un una victoria política, sino como un síntoma de que la izquierda y los movimientos emancipadores eran tan débiles que sus reivindicaciones y propuestas solo circulaban por los centros sociales ocupados y los ambientes punk. El escenario ideal sería que tuvieramos presidentes como Ada Colau, Pablo Iglesias, Yanis Varoufakis, Jeremy Corbyn, Diego Cañamero y Bernie Sanders y que los músicos pudieran dedicarse a cantar sobre los campos de margaritas. La cultura hípster, en cambio, es pasarse las vida cantando sobre lo hipersensible que eres mientras aplican sus políticas Tony Blair, Felipe González, el BBVA, David Cameron y Bankia. Justamente lo contrario de lo deseable. ¿Puede la dominación cultural ‘hipster’ acabar sustituyendo a otras manifestaciones culturales locales y/o populares, o es tan solo la materialización del modelo cultural de las élites? ▶


Ninguna estética ocupa nunca el cien por cien del del espectro cultural. Dicho esto, la sensibilidad hípster ha triunfado bastante. Es la penúltima fase del arrase de la cultura popular en favor de unos productos comerciales rebosantes de valores clasistas, individualistas y consumistas. Bajo su apariencia de rebeldía, la cultura hípster es un reflejo del capitalismo contemporáneo. Surge sobre todo de hijos de las élites y ha conseguido que mucha gente de clase obrera o trabajadora acabe asumiendo sus valores. Lo sé porque fui uno de ellos durante muchos años.

pulares, como el desuso de géneros musicales como el reggaetón. Autores como Calle 13 o Tego Calderón han probado este estilo con buenos resultados. ¿Deberían los movimientos transformadores disputar también estos estilos musicales? No creo que la música haya sido nunca un campo de batalla político sustancial. Quiero decir que no sirve mucho para liberarnos. Sí que es eficaz para lo contrario: fomentar el individualismo. Se me ocurre el ejemplo de todos esos chicos de los guetos de EEUU que crecen admirando a una legión de raperos cuya único discurso es presumir de sus coches, sus chicas y sus arIndependencia, creatividad, innovación... ¿Son mas. La situación es que las élites tienen casi toacaso el intento de una máscara de simpatía dos los medios de producción y comunicación y que entraña el espíritu del individualismo? hacen circular, de manera constante y machacoTotalmente. Una pregunta que me surge es ¿porna, los mensajes que más les convienen (no haque tiene que ser la "independencia" mejor que blo de una conspiración, sino de un filtrado nala "colaboración"? De esto se ha dado cuenta hastural de lo que les interesa). Frente a eso, el menta el propio capitalismo, que te ofrece proyectos saje de cuatro cantautores rojos es algo muy décolaborativos donde lo único en que no se colabil. Mi conclusión es que esto no se cambia conbora es en la recogida de beneficios. Pienso en venciendo a más músicos de que hagan cancioFacebook, Youtube o Google, por ejemplo. Resnes sociales o de que monten conciertos baratos pecto a la "creatividad", diría que es una palabra y horizontales. Se cambia tocoja: ¿Creatividad para qué? Un mando el poder y dando la ejecutivo de Wall Street puede Lo que une la vuelta a cómo funciona la raser muy creativo a la hora de dio, la televisión, la universidad diseñar productos financieros mentalidad de la clase y el sistema en general. El libro de alto riesgo y alto beneficio. dominante con los de Owen Jones me parece vaEso nos ha llevado al crack de lioso porque nos muestra muy hipsters es el rechazo a 2008. También se puede ser bien el clasismo que todos llecreativo a la hora de diseñar y lo que ellos consideran vamos dentro. También explica mantener un proyecto social "masa". el grado de descaro al que han como la Plataforma de Afectallegado quienes manejan los dos por la Hipoteca. Lo que nemedios. Descaro y eficacia porcesitamos ahora es una creatividad emancipadoque programas como "Gran Hermano", "Callejera y no una creatividad depredadora. Respecto a ros", "Princesas de Barrio", "Gandía Shore" y la innovación, hemos tenido mucha en los últi"Hermano Mayor" tienen mucha influencia. mos años, pero no tenemos un nivel de vida meCuento en el panfleto que el rapero El Langui se jor que en los años sesenta. Es mejor conservar quejaba de que ese tipo de espacios han cambiaaquellas cosas que nos hacen felices (la segurido mucho el horizonte vital de muchos jóvenes dad social, educación pública gratuita) y dejar la de barrios humildes como Pan Bendito en Mainnovación para las cosas con las que no estemos drid. Él tiene allí una asociación cultural y sabe satisfechos (por ejemplo, librarnos de las cadecuál es el impacto. nas del trabajo asalariado con mecanismos como la renta básica universal). Autores como Owen Jones en su famoso “Chavs: La demonización de la clase obrera”, nos muestran que palabras como ‘choni’ o ‘cani’ son partes fundamentales de un modelo clasista que se va perpetuando. En Gran Bretaña la clase trabajadora se ha convertido en objeto de miedo y escarnio; en España el estereotipo nini es utilizado socialmente como pantalla para evitar comprometerse de verdad con los problemas económicos y sociales y así justificar la creciente desigualdad. La izquierda tradicional ha errado en temáticas afines a las clases lo-

Desde los inicios de Podemos, la necesidad de una banda sonora para el cambio se ha mostrado como una tarea compleja. ¿Por qué está costando tanto dar musicalmente una respuesta al momento político convulso en el que vivimos? Cuesta porque tenemos el individualismo y el clasismo metido en los huesos. Para mí el problema no es tanto encontrar una banda sonora del cambio, sino cómo detener la fábrica de himnos prosistema que vomita cada día la industria musical, los medios de comunicación y la industria de la publicidad (que, por cierto, a andan cada vez más integradas y ya están cerca

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En numerosas ocasiones, Podemos ha recurrido a viejas canciones de la izquierda como “L’Estaca” de Lluis Llach, “El Pueblo Unido Jamás Será Vencido” de Quilapayún o “A Galopar” de Paco Ibáñez. Este intento de rescatar antiguas expresiones musicales ha sido profundamente criticado en diversas ocasiones ¿Estamos ante la necesidad de encontrar la ban- da sonora del cambio ante el agotamiento de los clásicos? El primer error que cometemos (yo el primero) a la hora de hablar de música y política es centramos demasiado en las letras. Hay otros factores cruciales, casi todos relacionados con el dinero y el acceso cultural. El mayor avance demócratico de la música popular en el siglo XX fue la cultura del soundsystem, que nace en Jamaica en los los años cincuenta. Me refiero a esas pilas de altavoces que se sacan a la calle y con las que disfruta la gente que no tienen dinero para acceder a una discoteca o para comprar discos. De ahí han sali-

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do las mayores innovaciones musicales: dub, dancehall, hip hop, techno, house, drum & bass, gripe etcétera Son la base de un reclamación del espacio público, la diversión para todos y el acceso cultural. Respecto a los músicos que citas, que Podemos recurra a ellos tiene que ver con que la inmensa mayoría de la música popular entre 1975 y el 15-M de 2011 ha sido terriblemente individualista, anglófila, narcisista, ensimismada, clasista y aburrida. Para encontrar algún himno colectivo han tenido que irse muy atrás, a las luchas contra los dictadores como Franco o Pinochet, que unieron a los estudiantes y las clases populares. Que esos himnos sigan teniendo sentido para Podemos significa que no han sido satisfechas las demandas de igualdad de aquellos años. ◼


Elecciones en Canadรก: un resumen 48


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Fernando Ramírez @frdeluis Este año tan agitado en materia política en España nos deja asimismo la puerta abierta a cambios mayores fuera de nuestro país. En concreto, Canadá renueva el 19 de octubre, tras cuatro años, su Parlamento, con 30 escaños más que en la convocatoria anterior y con un pronóstico que podría cambiar, de un modo radical, la historia política de la Confederación: por primera vez, el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NDP) podría ganar las elecciones y formar un gobierno en mayoría o en minoría. Esto acabaría con el bipartidismo característico de Canadá (liberal-conservador) y mostraría que, en efecto, hay vida más allá del éste. La situación más similar a la descrita se dio en 1993, cuando el partido más grande de la oposición, el Partido Conservador Progresista, sufrió una derrota de proporciones bíblicas tras no conseguir integrar a Quebec de modo efectivo, a pesar de diversas iniciativas que incluyeron mesas de negociación y referendos, y tomar decisiones económicas impopulares (déficit elevado e impuestos sobre el valor añadido), conduciendo a la fragmentación de la derecha en un ala con influencia americana y en contra de los privilegios para los francófonos (Partido Reformista) y otra más tradicional (los citados conservadores progresistas) y a la formación del soberanista Bloc Québécois (ahora en riesgo frente al NPD). Durante este período los liberales ganaron la mayoría de elecciones; en 2004 la derecha se volvió a unir, culminando un proceso de evolución que

comenzó con la transformación del Partido Reformista en la Alianza Canadiense en 2000 y la caída de los conservadores progresistas, y en 2006 el actual primer ministro Stephen Harper consiguió formar un primer gobierno conservador en minoría. En la última convocatoria de 2011, los conservadores consiguieron una mayoría absoluta y hubo un cambio importante: el NPD, ganador proyectado de estos comicios, se convirtió en la oposición oficial frente al Partido Liberal, que obtuvo su peor resultado electoral en décadas. La “marea naranja” tuvo su origen en Quebec y condujo a una moderación del mensaje del partido socialdemócrata, que pasó de ser un jugador de poca relevancia en el sistema político a tener opciones de ganar unas elecciones. Frente a esto, el Partido Liberal inició un proceso de urgente renovación para alejarse del fantasma de los fracasos de 2008 y 2011 y eligió como líder a Justin Trudeau, hijo del primer ministro Pierre Trudeau, un héroe nacional considerado por muchos como padre del Canadá moderno y defensor del federalismo canadiense frente a las demandas soberanistas de la provincia francófona. Por tanto, con los datos que tenemos, es muy probable que Canadá vea un cambio sin precedentes. ¿Será este 2015 la secuela de 2011 para el NDP? ¿Conseguirá Harper la confianza de los canadienses? ¿Trudeau será decisivo? Muchas son las preguntas; y en octubre, las responderemos.

Protagonistas: los tres grandes partidos Stephen Harper se vuelve a presentar con una economía en recesión y con varios escándalos de corrupción que se suman al equivalente de la Ley Mordaza (Ley C-51) y a varias decisiones controvertidas en materia militar (lucha contra ISIS), social (violencia de género contra mujeres nativas) y ecológica (oleoductos que pasan por zonas protegidas de gran valor). En su favor, su política fiscal que promete nuevas bajadas de impuestos.

Justin Trudeau es el candidato liberal, y seguramente quedará en tercer lugar. Promete una política económica más progresiva que apoye a la clase media, un especial énfasis en ayudas fiscales para familias, veteranos y en una renovación verde del tejido económico. En su contra está el voto a favor de la Ley Mordaza y otras medidas controvertidas, y su inexperiencia; al contrario que su padre, un importante abogado, Trudeau tiene formación en Artes Escénicas.

Tom Mulcair es la esperanza de estas elecciones. El candidato neodemócrata, heredero del difunto y popular Jack Layton, si bien no tiene una imagen personal definida frente a la de partido, sí es capaz de atraer a los votantes con propuestas como un salario mínimo federal de quince dólares, guarderías, mejores pensiones y un plan más adecuado para financiar la sanidad. En su contra, un tibio apoyo a la concepción de que Quebec puede ser independiente con un 50+1% de los votos (política del NPD, que tiene en Quebec su banco de votantes que le pueden dar la mayoría), lo que ha creado roces con Justin Trudeau, defensor de la herencia de su padre y proponente de la Ley de Claridad, y contradicciones en materia medioambiental según la zona del país, junto a desinformación sobre las posturas del partido.

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Una polĂ­tica feminista para el trabajo sexual 50


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Josué González Pérez @unvirusqueer El trabajo sexual se articula como un medio de supervivencia para muchas mujeres, la mayoría procedentes de los dos tercios del mundo-utilizando un término de Mohanty-, pese a su desarrollo en condiciones realmente denigrantes. Igualmente sabemos que no se trata de un trabajo cualquiera, sino que se trata una actividad estigmatizada debido a la configuración hegemónica y normativa de la sexualidad femenina, esto es, del deber ser de las mujeres como mujeres. Entre otras cosas, tal injuria prepara al sujeto en cuestión para la deshumanización, ergo para la violencia de género. En adelante, abordaremos la forma en que la construcción estigmatizante de las trabajadoras del sexo como “víctimas”, “mujeres caídas”, o “delicuentes”, supone un obstáculo en la lucha contra la violencia sexista. Según Raquel Osborne (2009), la violencia contra las mujeres es un fenómeno de carácter estructural que supone una praxis de control y de intimidación al manifestar que todas, en algún momento, pueden ser víctimas de la misma. En efecto, se trata de una de las expresiones de la dominación masculina, politizadas gracias a la construcción de marcos cognitivos que han contribuido a su desnaturalización y a su denuncia pública. Las mujeres, como también los hombres y sujetos varios, se encuentran insertadas en un entramado de relaciones de poder que llamaremos heteropatriarcado y donde no ocupan meras posiciones de víctimas, pues su participación activa en este meollo, paradójicamente, es la condición de posibilidad de su liberación (Jónasdóttir,1993:307). Entonces, hablamos de sujetos activos que son capaces de intervenir en la realidad con intereses propios, que mantienen un margen de maniobra, en circunstancias no elegidas, en forma de “agencia”. Una de las formas de violencia “simbólica” que recae sobre las trabajadoras del sexo es el “estigma”, la injuria, que Goffman (2006) define como un atributo profundamente desacreditador que prepara a la persona que lo posee para la exclusión y la deshumanización. Ese estigma puede ser asumido a través de la incorporación de discursos externos en la propia identidad, que deshumanizan al sujeto, lo desvalorizan, y lo preparan para ser objeto de agresiones y exclusiones múltiples (Véase Bourdieu, 2007:86). En el caso de las trabajadoras sexuales, esto implica que ellas posean un dañado autoconcepto de sí mismas y que se no atrevan a autofirmarse desde la actividad que realizan (Garaizabal, 2007: González Pérez, 2013).

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Llegadas hasta aquí, nos preguntamos ¿de dónde proviene este estigma? ¿Por qué las trabajadoras del sexo son estigmatizadas por realizar un intercambio económico que, por otra parte, realiza la mayoría de la población proletaria para sobrevivir? Hemos hablado del ejercicio del poder patriarcal a través de la violencia, pero no es su única praxis pues también el poder tiene un rostro no coercitivo. Como efecto de poder, la sexualidad es una construcción política que, en el caso de las mujeres, se encuentra conducida hacia la heterosexualidad marital y la pasividad como norma. Toda aquella que transgreda esas reglas, tendrá un castigo: el de ser una “puta”. Las “putas” serán todas aquellas mujeres transgresoras que manifiesten cierta autonomía frente a los hombres y frente a los roles tradicionales impuestos, como por ejemplo las lesbianas o las madres solteras, pero también las feministas (Nestle, 1987: González Pérez, 2013: 46). Por lo dicho, el estigma que recae sobre las prostitutas es una forma de control de la sexualidad que afecta a todas las mujeres como mujeres, dividiéndolas en dignas/indignas, buenas/malas, putas/santas con el patriarcado como único agraciado de semejante articulación (Osborne, 2009:47, Juliano, 2004:112). Ahondando en lo anterior, el estigma conlleva una deshumanización que prepara al sujeto para ser merecedor de violencia (Rubin, 1989:165 Goffman, 2006:13). En este sentido, con las lecturas de Butler (2009), afirmamos que las prostitutas constituyen ese colectivo marcado por la “precariedad política” al ser una de las poblaciones privadas de cualquier tipo de seguridad jurídica y de protección gubernamental frente a la violencia. Por supuesto, las normas de género cumplen aquí un papel crucial, pues las trabajadoras rompen el deber ser de las mujeres. Valga el ejemplo que nos presenta Fundación Triángulo con su estudio en el contexto madrileño, donde más de un 90% de las trabajadoras transexuales del sexo afirman haber sufrido algún tipo de discriminación, incluso dentro del propio colectivo LGTB, o de agresiones, siendo más de la mitad las que han sufrido agresiones físicas (Rojas, D. Zaro, I. & Navazo, T. 2009:57). Si nos centramos en las políticas públicas dominantes, hegemónicas, no sólo ahondan en la estigmatización de las mujeres, sino también en su construcción como objetos de represión y de exclusión. En un plano estatal, las prostitutas no son consideradas sujetos de derecho pero, sin embargo, son “objeto” de represión a través de la aplicación de las leyes de extranjería en el caso ▶


de que no dispongan de los llamados “papeles”. Esto último es disfrazado por un conjunto de discursos que definen a las mujeres, sobre todo a las migrantes, como “alteridad” o como “víctimas sin proyectos migratorios” que deben ser “salvadas”. La supuesta “salvación” es, mayoritariamente, una expulsión por la puerta trasera, un “smoke screen”, de aquellas que no tienen papeles. Resulta cuanto menos preocupante, ya que la desprotección legal que sufren las migrantes más pobres acentúa su vulnerabilidad frente a múltiples violencias que sólo pueden desafiar si desechamos las políticas paternalistas y redentoras. Igualmente, en las leyes estatales contra la violencia de género, las agresiones contra las trabajadoras sexuales no se tipifican como tal, lo que nos lleva a pensar que los poderes públicos priman la protección de un modelo de “buena” mujer frente al de las malas mujeres, el de las prostitutas, que no merecen ninguna garantía ex lege contra las agresiones machistas. En un plano más local, asistimos a una proliferación de ordenanzas municipales como dispositivos de control y represión hacia las mujeres en el espacio público. En el caso de Madrid, las políticas abolicionistas ejecutadas por el consistorio de Ana Botella, bajo la excusa de la lucha “contra la explotación sexual”, no han hecho sino empeorar la situación de las mujeres que trabajan en las calles. Este tipo de políticas públicas – también las dominantes en ciudades como Barcelona- entienden a la prostituta como un sujeto a “reinsertar”, “controlar”, “redimir” que necesita ser conducida por el “buen camino”, ya que no se soporta ni su independencia relativa ni su ocupación en un espacio público que sigue siendo masculino y heterosexual. Para ello, se emprenden una serie de medidas burocráticas y asistenciales que sustituyen cualquier apuesta centrada en el “derecho a tener derechos”. Por si fuera poco, en la práctica, estas órdenes pueden dar pie a toda una serie de atropellos, como las agresiones sexuales hacia las mujeres por parte de la policía (Corbalán, 2012:298; González Pérez, 2013:250). En cualquier caso, estas actuaciones han sido denunciadas por colectivos como Hetaira en Madrid o Licit y Genera Derechos en Barcelona, a través de acciones políticas donde las trabajadoras sexuales han logrado el protagonismo que las administraciones les niegan. Qué duda cabe de que la sublevación de sus voces en el espacio público tiene un valor incuestionable para las feministas que siempre hemos defendido que la toma de la palabra supone un acto político crucial. Todas estas políticas, sin diferencias sustanciales, tienen en común la insistencia en negar a las trabajadoras la condición de sujetos con agencia propia, como mujeres capaces de afrontar múltiples dificultades y de intervenir en la realidad

con intereses propios. Como contrapartida y por muy inesperable que sea, las trabajadoras del sexo se han organizado y reclaman una serie de derechos a partir del respeto a su dignidad como personas que realizan una labor, enmarcada en la división sexual del trabajo sustancial al capitalismo. Desde los años setenta, con las manifestaciones y encierros de trabajadoras sexuales francesas y con los congresos de Putas celebrados en EEUU y en otros países de Europa, ellas han demostrado su capacidad para tomar conciencia de su posición en el mundo y emprender acciones políticas con incidencia en lo cotidiano, aumentando su autonomía en un difícil escenario socioeconómico. En otras palabras, ha sido y es posible su empoderamiento desde la lucha feminista, dejando en evidencia aquellas voces que asumen que ellas “no tienen poder para desestabilizar nada” (Gimeno, 2012: 205). Podemos reconocer, sin ningún inconveniente, que su organización y empoderamiento no es una tarea sencilla, pues el estigma es un obstáculo para esta misión. Ahora bien, esto no es motivo para la derrota, máxime cuando somos un movimiento que ha tenido que hacer frente a los mecanismos que estigmatizan nuestros cuerpos y sexualidades. De hecho, hemos sido capaces de subvertir los efectos performativos de la injuria, pues el lenguaje siempre puede ser utilizado de una forma dispareja a sus propósitos originales (Butler, 2004:35), y así lo hemos hecho en el caso de categorías denostadas como “bollera” o “marica”, o en el caso de las trabajadoras sexuales a través de la reapropiación del término “puta” como una forma de subvertir el mecanismo de control que recae sobre la sexualidad y la libertad de todas las mujeres (Véase Precarias a la Deriva, 2004:175). Y esto nos conduce a reconocer que somos un movimiento transformador y como tal, nuestra política siempre comporta un proyecto de subversión de los valores dominantes que ahora nos constriñen.

El feminismo siempre ha defendido que la toma de la palabra supone un acto político crucial. 52


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En definitiva, por todo lo esgrimido, no podemos ser complacientes con aquellas políticas que presumen a las trabajadoras del sexo como un “nosujeto”, como un objeto que no puede tomar las riendas de su vida. Si desechamos esta recomendación, estaríamos haciendo un flaco favor a la lucha contra la violencia hacia las trabajadoras del sexo, que solo puede ser afrontada desde una política de empoderamiento, porque sólo a través de la auto-organización de los grupos oprimidos se puede abrir camino hacia escenarios

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democráticos más habitables para todas. Por último, no podemos obviar las alianzas históricas, aquellas entre personas trans y trabajadoras del sexo o aquellas entre lesbianas y prostitutas que nos recuerdan lealtades que aún deben formar parte de nuestras agendas. No hacerlo sería un ejercicio de irresponsabilidad intolerable en las filas de un movimiento que apuesta por una libertad y la igualdad que aún continua ausente en la vida de muchas de nosotras. ◼


La centralidad del tablero

Escriba para introducir texto 54


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Álvaro Callejón @aceeme7 J.R. La fase histórica, como diría Gramsci, el análisis de fase, nos enseña que se está viviendo una lucha a muerte en este país. Una lucha entre restauración y ruptura, ésta es la fase de este país. Estamos viviendo un proceso histórico de restauración o de ruptura, esto es, una transición. Y ya sabemos cómo terminó la anterior. Los de abajo empiezan a tener fuerza, y ésta fuerza cambia a los de arriba. Gramsci, que era un tipo que le daba muchas vueltas a la cabeza, decía: cada proceso de revolución lleva la restauración dentro, cada proceso de revolución lleva la reforma dentro, cada proceso de cambio social lleva la regresión en su seno. ¿Qué es lo que estamos viviendo ahora? El momento histórico actual es: hemos tenido la fuerza suficiente para echar a un rey, pero esto significa que ellos se han puesto en pie y van a ir a una restauración para consolidar políticamente la correlación de fuerzas que ya existe en la sociedad. Hemos visto la reforma laboral, y vemos como los jóvenes vivimos una nueva servidumbre. Esto significa que está cambiando la correlación de fuerzas, a favor de los empresarios. Se liquidan los sindicatos, el contrato indefinido, se permiten formas de contratación y despido a la carta de los deseos empresariales. Lo que están intentando ahora es subvertir la constitución del 78, sin cambiarla, para ir hacia un nuevo proceso constituyente desde arriba, la constitución de los poderosos. Es una guerra entre dos propuestas, una será la reforma constitucional y otra el proceso constituyente. Al final parece que lo que nos proponen son medidas de reforma, cambiar las caras, para que todo siga igual. Son siempre las características de los procesos de transición, los de abajo tienen fuerza para mover a los de arriba, pero los de arriba tienen el poder y la fuerza para convertir tu propuesta en una antipropuesta, que es lo que Gramsci llamaba Il Transformismo, la capacidad del régimen de cooptarte y abducirte para recoger tu fuerza y cambiar tu propuesta de origen. Esto es lo que hace C’s. Ciudadanos no es la marca blanca del PP, entre otras cosas porque el PP es un partido orgánico, pero no el partido del régimen, que es el PSOE. C’s es la propuesta del régimen para intentar que la guerra la gane la reforma, esto es, vivir otra restauración borbónica. A.C. La centralidad del tablero político no sólo no la ocupa Ciudadanos sino que jamás la ocupó Podemos. Hablar de izquierda y derecha suena arcaico, pero también lo es suponer entonces que hay un centro.

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Jordi Romano @JordiRomanoiCas A propósito, a mí Ciudadanos me parece más liberal que el PP. No olvidéis que ahora a los del PP les ha dado por auto llamarse ‘socialdemócratas’ (no es coña, hay hemeroteca reciente). Y sobre lo que comentas, Jordi, si bien es muy interesante no hay que olvidar en ningún momento el papel de los medios de comunicación. Y en éste caso con Ciudadanos se ha hecho algo muy curioso: aparece Podemos, y los medios aúpan a Ciudadanos hasta tal punto que casi lo extienden de Cataluña a toda España (de partido nuevo no tiene nada, en realidad). Está en los medios constantemente y sí, obviamente se presenta como la alternativa de la derecha. Pero es que ahora mismo está en el ostracismo, aún más que Podemos. No hay tertulianos de Ciudadanos en la tele, apenas salen noticias… Todo esto me hace preguntarme qué es lo que ha pasado en realidad con esto. Porque Podemos ha hecho méritos para caer, pero Ciudadanos sí que ha sido constante y presentaron un programa económico hace ya. No queda claro si Ciudadanos ha sido vilmente utilizado por los medios (que a su vez son utilizados, claro) y ya no interesan, si su papel volverá a ser el de ”llave” en las generales… Todo bastante raro con este partido, en el plano socialpolítico, al menos. J.R. No hay que entender la centralidad del tablero como el punto intermedio entre la izquierda y la derecha, entenderlo de esta manera es caer en el juego de etiquetas que no es útil, es útil en sí mismo y solo sirve para justificarse, pero como todas las utilidades dependen, a su vez, de la utilidad a la que las sometas. Esto es, si se cae en el error de análisis según el cual hay unas posiciones existentes determinadas por el eje izquierda-derecha y los partidos lo que deben hacer es apoderarse de una parte del espectro, lo único que se consigue es que el poder siga en las mismas manos, ya que los papeles están bien repartidos. La centralidad del tablero se debe entender como la construcción discursiva de un terreno en el cuál un actor es capaz de generar entorno a sí un consenso en el que incluye a grupos y actores muy diferentes, de forma subordinada. Determinar cuál sea la centralidad del tablero es ser capaz de reunir e interpelar no sólo a una gran mayoría de la sociedad política sino que también fijar las condiciones sobre las cuáles quienes quieran desafiarlo, deben hacerlo. Es la capacidad de determinar y de construir las disputas en el terreno y en los términos más adecuados para ti y menos para el adversario. Un ejemplo de esto


centralidad del tablero es el independetismo. Ya no importa si eres de derechas o de izquierdas, el eje ha cambiado y se ha articulado de tal manera que ahora es o Independentismo o franquismo. Conquistar la centralidad del tablero es decir cosas que la gente piensa, ser capaz de conquistar el sentido común. Cuando decir cosas de sentido común, esto es, decir que soy una mujer no soy una sierva, no tengo porqué sufrir, esta estafa no la he provocado yo y no la tengo porqué pagar yo, no tengo porqué vivir con miedo, con mi dinero no se tiene que rescatar a la gentuza que después nos dice que hagamos sacrificios, etc. Cuando en un país decir cosas de sentido común, que ya están en la cabeza de la mayor parte de la gente, tengan la etiqueta que tengan y sean del partido que sean, cuando decir esas cosas es decir cosas del cambio, es que este país necesita pasar página y abrir una nueva etapa. Y esto lo ha hecho Podemos, y ha conseguido que los demás partidos digan lo mismo o cosas parecidas, que hay que luchar contra la corrupción, que hay que regenerar la democracia, que hay que modernizar, etc. El partido que empieza este proceso es el que ocupa la centralidad del tablero. C’s repite lo que dice Podemos unas horas más tarde. Y eso que dices de que no hay tertulianos de Ciudadanos en la tele no lo se, no miro mucho la tele, pero seguramente hay más de C’s que del PCPE. La teoría política es interesante para analizar lo que sucede desde un plano más abstracto pero con aplicación real, mas no puede ajustarse como un guante a lo que ocurre en la realidad. Es irrelevante cómo deba ser entendido, según tú o según Gramsci. La centralidad del tablero en la sociedad es el grueso entiende que el centro es un partido que no está ni a la izquierda ni a la derecha, a ésto es lo que quiero ir yo. El debate debería girar más en torno a lo que una sociedad española demanda, con sus virtudes y sus defectos, que respecto a un eje ideal que a todos nos suena muy bien pero obvia factores exógenos al partido o a la batalla estrictísimamente política. Es por ello lo que te hablaba de los medios de comunicación. Aunque Podemos intente cambiar los ejes y ya no sea izquierda-derecha, sino abajo-arriba (a fin de cuentas esto no desdibuja en demasía la situación, no me parece un mensaje que cale) si el inmenso poder de los medios de comunicación dictaminan que estás a la izquierda, o a la izquierda de la izquierda, hay que buscar cómo jugar con eso. Con Ciudadanos pareció calar algo más el mensaje de que son de centro por dos motivos muy sencillos. El primero, por hablar de unas políticas liberales (típicamente de derechas) así como de unas medidas que ayudarían a los más desfavorecidos (típicamente de izquierdas). Insisto en que estos tópicos que aca-

bo de soltar se ajustan a la mayoría, nosotros haríamos un análisis más profundo, claro está. El segundo motivo es que Ciudadanos ha sido mimado por todos los medios por ser un “cambio” de no 180º, sino a lo sumo de 90º (no diría que de 360º). Y no, lógicamente del PCPE no hay mucha representación mediática. Ésta llega como muy lejos hasta IU. Pero exceptuando laSexta, representación política en la caja tonta tienen básicamente PP y PSOE, y esto, como todos suponemos, no es casual. Sobre lo que comentas del sentido común… Yo seré muy pesimista pero, ¿podemos afirmar que este país ha demostrado tenerlo? Parecerá una frivolidad llamar idiota a un país entero, pero parece que estamos todos de acuerdo en estos mensajes que tiran Podemos y C’s, y el PSOE de manera algo más tímida, de acabar con la corrupción, regeneración democrática, etc. Y luego te vienen las autonómicas con el PP siendo fuerza más votada y liderando la intención de voto tiempo después. La cosa es acojonante y no dibuja un panorama esperanzador. A mí por lo menos no me hace tener mucha fe no ya en Podemos, sino en la política española en general. Habrá que intentarlo por todos los medios pero Podemos está en caída libre y Ciudadanos va a tener una presencia testimonial. J.R. Es un placer poder discutir estas cosas. Conseguir cambiar la visión de la sociedad sobre qué sea la centralidad del tablero es un proceso muy difícil, de construcción lenta y resistente, porqué se está luchando contra el sentido común de época, lo que Gramsci llamaría la filosofía de los no filósofos, esto es, un conjunto de conocimiento arraigado y naturalizado con una serie de discursos históricos que la gran mayoría de gente los entiende como indudables, la batalla se da para intentar desnaturalizar estos sentidos. Son un conjunto de verdades que es muy difícil que la gente ponga en duda. El sentido común es muy fuerte y defiende muy bien el orden existente, es la sensación que tiene que transmitir un modelo para parecer natural e infinito. Por ejemplo la idea de izquierda-derecha, esto no es una realidad objetiva, es resultado de una construcción discursiva cristalizada en sentido común, de tal manera que la gente entiende que debe posicionarse y definirse con estas etiquetas. O por ejemplo decir que los extremos se tocan, o decir que no pagar las deudas es de locos, y un largo etcétera. Para cambiar ésta percepción de la sociedad se requiere mucho tiempo y mucha estrategia discursiva que combata lo qué sea el sentido común, es una batalla cultural. El actor hegemónico construye el marco y terreno de disputa y para ganarlo tendrás que aceptar parte de su discurso. Por esto la lucha hegemónica está en constante tensión y movimiento, el régimen ▶

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tiene que aceptar algunas de las demandas de los de abajo, por esto ahora los partidos empiezan a decir que hay que luchar contra la corrupción, etc. Tienen que dejar pasar la parte de la reivindicación particular de algunos de los subalternos para integrarlos al orden, siempre de manera subalterna. Si el régimen satisface algunas de las demandas particulares de los sectores subalternos podrá desarticular el posible bloque contrahegemónico. Si se cooptan e integran parte de las demandas, se puede derrotar el intento de cambiarlo todo, se coopta para disolver el sentido de ruptura. Los grupos subalternos tienen dos reivindicaciones, la primera es la particular, esto es, por ejemplo, no quiero que cierren hospitales, o no quiero que suban la edad de jubilarse, o no quiero que se hagan corridas de toros, o no quiero que suba el precio de los alquileres. Estas demandas no tienen que ver entre ellas, no existe una relación necesaria que las agrupe, pero la construcción populista lo que hace es unir éstas demandas con una cosa que sí tienen en común: insatisfacción con el régimen. Así pues se crea un colectivo nuevo con una voluntad transformadora. Pero desde el régimen lo que intentará hacer es desarticular la cadena de equivalencias, solucionando algunas de las demandas, por ejemplo potenciando C’s que van a luchar contra la corrupción. Así pues parte de los que estaban contra el régimen pasan a estar integrados, de manera subalterna, y se desarticula el bloque histórico emancipador. Por esto la lucha hegemónica se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación – apertura. A.C. Esto del sentido común son los dogmas de toda la vida del señor y es muy, muy, muy difícil cambiarlo. Para el caso que nos ocupa, me parece más bien imposible. Una cosa es reunir una mayoría hegemónica, que reúna personas de diversos sectores y que no necesariamente compartan todas las ideas, ni siquiera ideología, en pos de un bien común, y otra es que efectivamente estas personas consigan desprenderse de estos dogmas, es decir, cambiar su sentido común. Los filósofos decimos siempre con un poco de ironía que el sentido común, en realidad, es el menos común de los sentidos. Antes de hacer una enumeración de los factores que a mi juicio imposibilitan quiero rescatar una idea de mi anterior intervención, que pone de manifiesto por qué el sentido común en España es el menos común de los sentidos: PP, líder en intención de voto y fuerza política más votada en las pasadas autonómicas. Esto a mí, en su momento, me quebró las esperanzas del cambio en gran medida (no completamente) para este país, por mucho que mediante pactos pudieran salir de ayuntamientos de ciudades importantes.

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1. Las prioridades son las que son. Algunas son de carácter urgente, otras no. Lo que urge es llegar al poder. Para ello nos tenemos que servir casi de cuantas triquiñuelas sean posibles, siempre y cuando sea de manera democrática, legal, transparente, etc. No quiero decir que a la ciudadanía se le engañe, pero el discurso pedagógico no funciona, ni funcionará, básicamente porque no hay tiempo. No puedes pretender cambiar la mentalidad de una población en precampaña, en campaña, en legislatura, ni en dos legislaturas. Antes que convencerlos, mediante teorías personales, de que la izquierda y la derecha es un debate antiguo (que yo en parte estoy de acuerdo con ello, ojo), casi que es mejor convencerlos de que, para que nos entendamos, “la izquierda es mejor que la derecha”, de que “la izquierda actual es derecha”, y por supuesto de que sus propuestas, como dices, no son cosas de locos sino que tienen su sentido. Por tanto, yo no soy optimista en modo alguno en que podamos nosotros, o desde Podemos, hacer pensar a la gente que hay ideas arcaicas. Es más, esto podría, en muchos casos, directamente ofender al ciudadano al pensar éste que tú te encuentras intelectualmente por encima, aunque efectivamente lo estés. Esto nos llevaría a re-pensar la estrategia y hacerlo todo mucho más lento, poco a poco, pero tienes el tiempo en contra y si te eliminan del escenario político porque has estado pensando en cómo enseñar a la población, ya sí que no tendrás margen de maniobra. Por ejemplificarlo con la realidad: si ahora mismo se dedicaran los de IU a hacer exactamente lo mismo que lo de Podemos, paso por paso, no tendrían éxito alguno porque ya han perdido el crédito que pudieran tener. 2. En mi opinión, éste punto es el importante, “la madre del cordero”, y del que no hay escapatoria. Permitirme insistir en los medios de comunicación. Salvo que clonemos a Iglesias, Errejón y cuantos más nos gusten, éstos no van a conseguir llegar a todos los rincones (y si quieres construir una mayoría hegemónica, no te queda otra) salvo que uses los medios de comunicación en tu favor. Y si los tienes en tu contra, estás jodido. Y Podemos los tiene en contra. Y tenerlos en contra no pasa sólo porque te relacionen con Venezuela, con que te busquen “becas black” al número dos, con que asusten con Grecia, y demás. Pasa por el ostracismo al que ahora mismo está sometido Podemos. Los medios de comunicación saben tanto como el lector culto que la masa se indigna mucho, pero en general, es influida por lo que les llega en prensa. Por lo tanto, basta con difamar y minimizar las buenas noticias de Podemos, si las hubiera, para quitarle votos de manera masiva. Estoy usando el vocabulario más sencillo que puedo para que el mensaje sea claro: la sociedad española no es una sociedad crítica, apenas ▶


se cuestiona lo que le entra por el ojo o el oído. No tengamos la osadía de pensar que todos son como nosotros, que nos ponemos por la tarde o por la noche a leer un rato, que sabemos quiénes están detrás de los periódicos, o que los jóvenes cuando se reúnen de botellón discuten sobre la hegemonía de Gramsci. Éste es es un reto que ojalá Podemos consiga superar, pero es David contra Goliat. En mi opinión ésta es la batalla madre, y no la de PP VS. Podemos. La relevancia de los medios de comunicación es incuestionable, y no he visto, mal que me pese, un partido que cause mayor rechazo que Podemos al hablar con amigos y personas de otras edades. Éstos han conseguido que Podemos sea como los personajes polémicos o como algunas obras de arte moderno, que los adoras o los odias, aun sin llegar a comprenderlos. La mayoría no trata de penetrar en lo que significa Podemos. O no los entienden, o les vuelven la cara, en gran medida también por lo que explicaré en el punto tercero. Por lo tanto, en mi opinión la teoría política sobre la hegemonía es sumamente interesante pero no podemos perder de vista, en modo alguno, el rol que juegan los medios de comunicación, que manipulan mentes a diestro y siniestro cada mañana en el periódico, cada tarde en el informativo y cada noche en la tertulia de turno. En mi humilde opinión, aquí es donde Podemos tiene la guerra perdida. Ojalá me equivoque. 3. No quisiera terminar sin mencionar, aunque va en relación con lo anterior, lo que significa que Podemos sea un partido político. Es verdad que consiguieron sacar a muchos de la abstención, pero PP y PSOE se lo han montado tan bien haciéndolo tan mal que parece mentira que al final vayan a jugar la carta a su favor. Pero sí, la cuestión es la siguiente: ¿qué percepción tiene de la política el ciudadano medio? Pues una nefasta, básicamente. ¿Cuánta gente me he encontrado, que en un alarde de brillante argumentación me han afirmado, rotundamente, que Podemos ahora no roba pero que en cuanto llegue al poder lo harán? Ya puedes hablarles que son gente normal, como tu padre o el mío, o como tú y como yo, que se dedican a hacer política, o que hasta tal punto no quieren robar que hasta se rebajan el sueldo casi hasta donde pueden. Les da igual. Ellos tienen una bola de cristal y además, de tan poco que han leído, tienen la verdad: saben que llegarán al poder y robarán, pero además están seguros de que pierden deliberadamente dinero pero sólo a modo de fachada. Por eso estoy de acuerdo con Iglesias cuando éste dice que la política persigue fines hermosos pero en sí es horrible. Y es que es así. Tienes que lidiar con multitud de elementos desquiciantes, y a mi juicio uno de ellos es la sociedad en sí, a la que tienes que convencer pero te vuelven la cara no por tu culpa, sino porque los de antes lo hicieron rema-

tadamente mal. Es como el animal enjaulado en la perrera, que tras ser abandonado ya repudia hasta aquellos que quieran adoptarle para hacer de su vida algo decente. El perro te muerde, porque ha perdido la esperanza después de muchos años de maltrato, y creen que llegas para seguir apalizándole, aunque tus intenciones sean las mejores. Eso sí, el símil falla porque en mi opinión el que quisiera rescatar al perro en realidad es otro perro disfrazado de humano, pero el perro sólo verá la apariencia, que para el caso, es la etiqueta de “político”. J.R. Desde mi punto de vista, esto es, desde una suerte de enfoque posgramsciano que lee a Gramsci más allá de los límites del marxismo, entiendo la política como la articulación y construcción de sentido, una lucha por determinar el sentido y la creación de identidades colectivas nuevas. El elemento fundamental de este enfoque es la hegemonía, entendida como transformación cultural de la sociedad, batallar por asaltar el sentido común. Esto desde una visión antiesencialista, entendiendo que la disputa se da en un espacio discursivo. Claro que el sentido común es muy difícil de cambiar, por esto las sociedades tienden a ser conservadoras, el miedo opera como elemento fundamental, y hace muy difícil la ruptura. Hay que reconstruir un sujeto pueblo, que no existe, hay que reconstruir del conjunto de gente asustada, descontenta y frustrada, hay que federar esos dolores y quejas para ponerlas en positivo en una voluntad, nos diría Gramsci, nacional-popular. Una voluntad que reconstruye una historia en común y sobretodo postula un futuro compartido. Esto para encarnar un proyecto de país que identifique las necesidades de la mayoría social empobrecida con el conjunto, universalizar las razones del sector particular. Hay que luchar para intentar democratizar cada vez más espacios de la vida en común, esto no se hace en un día, esto será una pugna constante y muy larga. La disputa cultural requiere que tengas siempre un pie en el sentido común de época, y otro pie en sus posibilidades de transformación y avance democrático. Es una tensión permanente. Si tienes los dos pies en el sentido común de época (C’s) estarás muy bien visto pero no transformas nada, eres como ellos. Si tienes los dos pies en el otro lado, es posible que cuestiones mucho el orden existente, pero es muy posible que no te haga caso nadie y seas residual (PCPE). La cuestión estará en saberse mover entre los dos sitios. Desde ésta visión la política no es un choque frontal entre bandos. Por esto yo no estoy de acuerdo en que lo más importante sea conquistar el poder, esta lectura leninista de la hegemonía según la cuál tienes que hacer triquiñuelas para ganar. Yo no creo que esta sea la herramienta eficaz para transformar la sociedad. Podemos ▶

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es el futuro, los otros representan los zarpazos de un pasado que se niega a morir y que ha sido lo peor de España en los últimos años, se negarán a morir y serán cada vez más agresivos. Necesitamos tener la perseverancia, para remontar las adversidades, y la paciencia. Hay que saber ser perseverante, cuando haya que ser perseverante, y paciente, cuando haya que serlo. Es la idea de bailar con el tiempo que Álvaro García Linera aprendió en la cárcel. Y sobre lo que dices de los medios de comunicación es cierto. Gramsci nos obligó a diferenciar entre los estados occidentales y lo estados orientales, no en una suerte de separación geográfica, sino una clasificación entre distintos modelos de estado. Los estados orientales sólo son el palacio de invierno, con poca estructura y mecanismos de poder, sólo con elementos coercitivos. Por esto en Rússia, estado oriental, la hegemonía leninista de alianza entre diversos grupos y triquiñuelas para ganar sirvieron, porque en las sociedades orientales hay poca sociedad civil y poca relación y mediación entre los que mandan y los mandados. Pero en occidente Gramsci nos dice que ésto no es suficiente, porque no es sólo un castillo, hay muchas trincheras, fortificaciones, alambradas, etc. (Escuela, educación, medios de comunicación, sentido común, etc.) Toda una superestructura que crea un marco de relación de consenso, no de dominio coercitivo. Por esto en los estados occidentales la táctica leninista no funciona, y hay que desarrollar la estrategia hegemónica y de guerra de posiciones, para ir avanzando y conquistando poco a poco los pocos espacios que te permitan. Las alianzas políticas y las triquiñuelas electorales son insuficientes, hay que intentar luchar por abrir una fase cultural nueva, donde el sector contrahegemonico pueda presentarse como universal y representante de la nueva voluntad general. Los medios de comunicación actúan como trincheras del poder, y luchan por conseguir mantener el orden existente. La batalla será muy larga y necesitaremos siempre el empuje de la gente y las ganas de luchar por el cambio cultural. Podríamos hablar de la fórmula de cuño de renovación de élites y el papel fundamental que ocupan los que Gramsci llamó intelectuales orgánicos en esta guerra, pero sería muy extenso. Claro que siempre hay un momento de disputa del poder en un sentido más leninista, lo que Gramsci llamaría guerra de maniobras o movimientos. Álvaro García Linera nos dice que la fórmula real práctica de la hegemonía, que aprendió en Bolivia, es: Primero Gramsci, después Lenin y después Gramsci, esto es: Articulación y transformación cultural, derrotar al adver-

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sario y luego articulación y transformación del adversario una vez derrotado. Lo de la imagen que tiene la gente de los políticos es cierto, no sólo de los políticos sino de la política en general. Es una construcción discursiva liberal que tiene como objetivo dificultar las opciones de cambio. Lograr que la gente diga que la política no va con ellos, que todos son iguales y yo paso de votar, que vive y deja vivir, que yo hago mi vida y me da igual lo otro… es lograr despolitizar a mucha gente. Y despolitizar es un proyecto siempre conservador, porqué politizar significa pensar desde el conflicto, y de esto Chantal Mouffe me ha enseñado mucho. El proyecto liberal quiere que la política sea concebida como simple actividad de gestión y administración de las instituciones, y que ya se ha superado los antagonismos y las diferencias, que lo importante es que cada uno viva su vida, etc… Esta construcción ya forma parte del sentido común, y es el logro del individualismo. Si se despolitiza la sociedad no habrá conflicto, esto es, no habrá posibilidad de cambio ni ruptura, es muy difícil cambiar esta percepción, será un trabajo complicado en el que lo normal es que venza Goliat. Y no te creas lo que dicen de que Podemos cae en picado en las encuestas ni nada de esto. No son explicaciones de cosas existentes, son construcciones que crean sentido. Buscan que la gente se desmotive, que pase del proyecto y que se resigne en sus casas. ◼

La centralidad del tablero se debe entender como la construcción discursiva de un terreno en el cual un actor es capaz de generar entorno a sí un consenso en el que incluye a grupos y actores muy diferentes.


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