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El arte de ser puntual

NEGOCIOS

“Me quedé atorado en el tráfico”. “En 5 minutos llego”. “Ya voy llegando”. “Solo paso a comprar un café y estoy ahí”. “Me tocó un accidente en el camino”. “Vamos a esperar a que lleguen todos”.

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El Arte de ser puntual

Por Paola Quintal, directora creativa de Amaranto Comunicación Creativa

Estos son simplemente algunos ejemplos, de los muchos, que se utilizan para justificar la impuntualidad en una empresa.

Por estas mismas razones, llevo ya muchos años cuestionándome el motivo por la cual a las personas les parece imposible el hecho de poder llegar a tiempo a sus reuniones de trabajo o a realizar una entrega en los tiempos establecidos. Llegando a dos conclusiones, la primera es que esto sucede por la falta de organización y la segunda por la falta de interés.

Para nuestra fortuna, todos gozamos de las mismas horas del día a través de las cuales podemos fijarnos metas en tiempos reales. Pero, ¿qué sucede cuando la organización no es la correcta? Los planes se aplazan, todo se recorre y tarde o temprano comienza el incumplimiento y, por ende, la impuntualidad.

Ejemplo. En una oficina el jefe convoca a una junta con el equipo de redacción y diseño. Éste, quien desea platicar seriamente con todos, llega 15 minutos tarde.

¿Qué sucede? El llegar tarde demuestra no solo una falta de organización por parte del jefe, sino una falta de compromiso con la importancia del tema a tratar. La realidad es que ser jefe, no justifica el no poder cumplir con los horarios pactados. A decir verdad, como jefes es de suma importancia dar ejemplo y predicar lo que deseamos tener en nuestras empresas. Como emprendedor, debes saber que si

6 la impuntualidad suele pasar de

forma recurrente entre tus equipos, éstos comenzarán a desmotivarse al pensar que no es relevante su trabajo, las juntas y, por ende, la empresa.

¿Qué hacer? Aunque en la actualidad existe una mayor demanda de trabajo, actividades o juntas; para lo cual te recomiendo leer mi artículo “Juntitis”, la peor enfermedad para tu empresa, es importante fijar una agenda de trabajo estricta. Cumplir en tiempos, más cuando se trata de dar la cara ante los clientes, genera algo que no muchas empresas pueden ofrecer: confianza. Interés

El compromiso que un colaborador tiene con la empresa o con un proyecto en específico también se ve reflejado a través de la impuntualidad. Es importante tomar en cuenta que no todas las personas poseen el mismo sentido de responsabilidad y que esto en muchas ocasiones hace que no se dimensione la importancia de un puesto y de las actividades que este trae consigo. Por ende, el nivel de compromiso es mínimo y la puntualidad, también.

Ejemplo. En una empresa el encargado de darle seguimiento a las cuentas ya no da abasto con la carga de trabajo. Al estar con dicha sobrecarga, llega un momento en el que pierde completamente el interés por desempeñar su trabajo correctamente. Desafortunadamente para la empresa, esto comienza a verse reflejado en el estatus de proyectos, el cual comienza a presentar constantes retrasos.

¿Qué sucede? Como jefe, es importante tomar en cuenta a todas y cada una de las áreas del negocio.

Si bien hay ocasiones en que todos tendrán una carga de trabajo elevada, es importante delegar actividades que sean apropiadas para cada uno de los colaboradores acorde a su rol inicial. Tener interés motiva a que las tareas se realicen no solo con mayor eficiencia, sino de la mejor manera posible.

Ahora bien, aún cuando la organización y el interés no son las únicas razones para definir si una persona es puntual o no, analicemos una variante que muchas veces no tomamos en cuenta por ser “ajena” a la vida empresarial. Vida personal

Aunque no lo creas, mucho de lo que somos fuera del trabajo lo reflejamos en nuestra empresa debido a que los hábitos ya forman parte de nuestra personalidad. Responde las siguientes preguntas. ¿Llego a tiempo cuando tengo un compromiso con mis amistades? ¿Llego a tiempo a la celebración de mis papás? ¿Llego a tiempo a recoger a mis hijos del colegio? ¿Cumplo con todo lo que quería en un día? ¿Siempre estoy corriendo y aún sigo nunca hago nada a tiempo?

Si eres una persona puntual, habrás contestado a todas las preguntas con un “sí”. De lo contrario, te habrás dado cuenta que la impuntualidad ya es parte de tu personalidad y de tu día a día. Ojo, muchas personas justifican su falta de puntualidad con un: “es que así soy yo”. Cuando la realidad es que depende de la organización, el interés y la situación. ¿Por qué digo esto? Porque aunque este tipo de personas en la mayoría de los casos no llega a tiempo, cuando se trata por ejemplo

de un viaje de vacaciones, éstas nunca pierden el avión. Conveniente, ¿no?

Ahora bien, si estas cansado de quedar mal con todo el mundo, te comparto a continuación una lista de consejos para que puedas modificar gradualmente este hábito.

1 - Anticípate. Si tienes que llegar a un cita, sal con tiempo previendo un accidente, una desviación, la lluvia e incluso el tener que cargar gasolina.

2 - Prepárate. Ya sean documentos para una junta, la ropa para la reunión del día siguiente o las llaves del carro, prepáralos con antelación.

3 - Hazlo ahora. Si lo puedes hacer en este momento no dejes un pendiente para después, esto te evitará retrasos innecesarios.

4 - Prográmate. Utiliza una agenda o el calendario de tu computadora como recordatorio constante de tus compromisos, juntas y entregas.

5 - Informa. Cuando llegues a una junta, de antemano, menciona el tiempo que tienes disponible para revisar lo que haya que revisar, esto evitará utilizar el tiempo disponible en temas irrelevantes y lograrás que también se respete el tiempo de los demás.

Cambiar tu actitud con respecto a la impuntualidad te brindará enormes beneficios y le otorgará grandes recompensas a tu negocio.

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