Revista Travesaño - Edición 1 by Revista Travesaño

horóscopo hacer visible lo invisible

pag 3’ 4’ 8’ 12’ 14’

un amigo imaginario llamado cantoná

un gol infantil El mago kiko

54’ 55’

el abuelo

una tragedia que debió ser alegría

46’ 49’

consejos para mujeres de futboleros

portada

42’ 45’

instrucciones para recibir el fin del mundo

rungrado may day, un estadio donde cualquier cosa puede pasar

36’ 38’

her para futboleros

anarquía

29’ 35’

forever and ever, robert pirés

bienvenido al infierno, señor moyes

20’ 25’

vuelta olímpica a la niñez

editorial

la altanería verde

60’ 64’

el hincha

Estadio Cuauhtémoc, Puebla, México

Editorial

Soñar con una nueva forma de ver el fútbol y encontrar la forma de hacerlo realidad es algo que me ha carcomido la cabeza durante los últimos cinco años. Fue así como escribí una novela durante todo el 2012 dedicada a este deporte que me mueve el corazón. Hoy, con mayor madurez, muchos cuentos sobre el deporte rey, algunas columnas en blogs de amigos y muchas ganas, me dispongo a crear la primera revista colaborativa de fútbol. Si, yo sé que todos saldrán a decir que todas las revistas son colaborativas, pero esta es la primera revista que se hace sin dinero y en compañía de gente con la que, en muchos casos, ni me he visto. En Enero de 2014 el bichito me picó. Quería hacer algo literario sobre fútbol, pero solo no podía lograr nada. Así que por medio de mi cuenta de Twitter personal empecé a soltar ideas y con ellas empezó a llegar un mar de respuestas. Algunas muy disparatadas y otras muy serias, todas con cabida aquí, porque el fútbol te permite todo. Sobre todo si estás fuera de la cancha. El fútbol mueve corazones y hace perder la cabeza; tiene millones de amantes y otros tantos detractores, pero sobre todo está lleno de expertos, expertos que gritan en las salas de redacción, en los restaurantes, en todos lados. Travesaño es una salida a eso, es dejarle la experticia a otros y dedicarnos a cosas más fundamentales. Algo distinto. De expertos hay muchas revistas, de apasionados no. Somos apasionados por el fútbol y lo vivimos a diario, sin importarnos si un equipo jugó con cuatro en el fondo o si la zona seis quedó desprotegida por un jugador. Es así como planteamos una salida al fútbol, para aprender a disfrutar cosas más específicas como el partido del barrio, el jugador que nunca triunfó y hasta el cuento que algún loco en calzoncillos se inventó. Tampoco dejaremos de lado a estrellas y equipos grandes. Porque el fútbol, aparte de algo pasional, es algo que vive de estrellas. Algunas más grandes que otras, unos más talentosos, otros más problemáticos. Esta revista no es más que el resultado de un montón de manos aportando un ingrediente para este plato. Un plato cargado de pasión, amor y odio, de fútbol visto con otros ojos y de pelotas, que como lo dice nuestro nombre, pegaron en el Travesaño. Lo único que usted tiene asegurado es disfrutar esta revista, saborearse con cada letra y guardarla en su corazón. JuanSe Molina

H óSCOPO ó HORóSCOPO O Por: Camilo Madrigal / @Camilomondri

Aries Ariess

Invoque al arcángel Miguel Calero, él lo llenará de intuición y confianza para que su equipo clasifique y pueda lograr la tan esperada copa o el resultado que tanto necesita. Miguel Calero (14 de Abril)

Claudio Taffarel (8 de Mayo)

auro TTauro uroo uo

Claudio le da vía libre en las tandas de penales, confié en él y en sus cobradores. Evite que la ansiedad y la impaciencia le hagan perder las uñas. ¡Seremos campeones!

géminis géminiss

Su planeta del fútbol le da serenidad y tranquilidad cuando está más alterado. Evite roces y discusiones que lo alejen de poder pelear el título; sus amigos serán muy importantes en este camino. Buen tiempo para ver fútbol.

Julio Falcioni (20 de Julio)

Oliver Kahn (15 de Junio)

á r Cáncer Cáncer

Julio le propone concentrarse más, no abusar de la suerte de los penales y poner más garra y corazón. Hoy la pecosa lo vuelve un poco tenso e impaciente. Invite a sus amigos a ver más futbol y por qué no a jugar un picadito en la cancha del barrio.

LEO ¡El número uno le propone vencer miedos e inseguridades que pueden quitarle valor para marcar el gol! Evite chocar muy fuerte, una lesión lo podrá sacar de las canchas y dejar por fuera de la colección.

René Higuita (28 de Agosto)

José Luis Chilavert (27 de Julio)

vIRGO

¿Un escorpión en Wembley lo pone impaciente? Le propongo concentrarse más y no bajar la guardia ni las esperanzas. Aproveche su tiempo para practicar tiros libres o atajar penales.

Jorge Campos (15 de Octubre)

Su planeta comandado por “el inmortal” sugiere vestirse de colores para llamar la atención de su selección. Le propone ser más realista, prestar atención al árbitro y evitar malos entendidos con jugadas dentro o fuera del área que desaten amores y odios.

ESCORPIÓN

Jens Lehmann (10 de Noviembre)

Lehmann le propone evadir la ira y la impaciencia: una roja no es conveniente para el equipo y más aún cuando pelea el descenso. Evite que el trabajo se retrase y pídale a la FIFA jugar en la tarde, ya que la luna lo vuelve ansioso y errar goles está muy mal.

Sagitario

Gianluca le sugiere cabecear más. Active su don de gente y sea más versátil a la hora de marcar. Evite fallar cuando más clara está y así campeones, al finalizar la temporada, serán. Gianluca Pagliuca (18 de Diciembre)

capricornio Bruno Fernandes (23 de Diciembre)

Acuario

Bruno le sugiere ver más allá de un simple gol en contra, escuchar la voz interior y la recomendación del profe para remontar el resultado adverso. Tiempo para trabajar más en el juego aéreo y evitar el pelotazo.

Óscar Pérez (1 de Febrero)

Su planeta “conejo” lo vuelve creativo e innovador para dar un pase en profundidad o simplemente una bicicleta con gol. Realice bien los cambios en su vida, no vaya a ser que en uno de esos pierda el partido.

piscis

Su planeta regente del gol le sugiere cuidar un poco más el arco y evitar tiros de larga distancia. No permita que los delanteros le arrebaten la tranquilidad cuando erran un gol, la luna lo quiere ayudar y ellos no lo creen.

Tony Meola (21 de Febrero)

Hast a que no se resuelva

el Campeonato

enno seesthabla acasamรกs deAmor

Bienvenido al infierno,

Se単or Moyes

Por: Juan David Londoño / @juandl84 Fue el primer nombre que el mundo fútbol tendría en cuenta seriamente para asumir la dirección técnica del Manchester United y reemplazar a un tal Alex Ferguson. Fue el último nombre que para un aficionado al equipo rojo, como yo, le encantaría ver en dicho lugar. Mis razones tenía. Antes de él se habló de José Mourinho, Pep Guardiola y Jürgen Klopp. Inclusive de novatos en eso de dirigir técnicamente a un equipo como Ole Gunnar Solskjaer, Gary Neville y hasta el propio Ryan Giggs. Era inevitable ilusionarse con alguno de los primeros tres nombres y era aceptable alguno de los restantes, más allá del alto riesgo que implicaban. “Ferguson se reunió con Guardiola en Nueva York para pedirle que asumiera al Manchester United” leí alguna vez en Internet. No podría ser más grande la emoción, tanto así que recuerdo haber compartido charlas con amigos simpatizantes sobre como jugaría el equipo con Guardiola al mando, por ejemplo. ¿Usaría la misma táctica? ¿Cómo formaría a la titular?

¿Sería Rooney un nuevo falso 9 o se mantendría como el delantero de área? Pero todo quedaría ahí. Fue difícil ver a Ferguson marcharse del equipo que forjó, con mucho trabajo y fe ciega en un proyecto, como mejor del mundo en su momento y como el mejor de Inglaterra en ese momento porque justamente se despidió levantando el trofeo de la Premier League. Sir Alex es Manchester United y Manchester United es Sir Alex, uno no puede existir sin el otro. Entonces ¿cómo asumir semejante pérdida tan repentina? Confiando en que su reemplazo sería Mou, Pep o Klopp. Otra fue la historia. El mundo fútbol tenía una fuerte razón para pensar en el entonces director técnico del Everton como el encargado de iniciar la nueva etapa de los Reds Devils: Moyes tenía el respaldo y recomendación de Ferguson. La directiva acató la recomendación del veterano escocés y llamaron a su joven compatriota. La historia estaba en marcha.

Investigué entonces la trayectoria de David Moyes, ávido de conocer que tenía de especial para que el Sir lo recomendara por encima de tan relevantes nombres y encontré varias gratas sorpresas. Descubrió a Rooney, mantuvo jóvenes en el primer equipo y encontraba nuevas joyas cada tanto, para un club del nivel del Everton hizo buenas campañas que le alcanzaron para disputar torneos europeos. No tenía los mismos logros de Mourinho y Guardiola pero supo llevar a Everton durante poco más de una década. Siete meses después, el United está lejos del protagonismo en la máxima división inglesa y aún más lejos de la figuración europea para la próxima temporada. La Community Shield ante Wigan en Agosto pasado sabe a poco y nada para una afición acostumbrada a ganar mucho más temporada tras temporada. También hay que decir que si bien ha sido costumbre ver pocos fichajes, Fellaini y Mata quedan cortos para un plantel urgido de renovación y mayor inversión. Preocupa, además, que el equipo perdió mística y encanto más allá del buen juego; hoy es difícil ver al Manchester reponerse de derrotas, remontar partidos o ganar uno con total autoridad inclusive con rivales inferiores. El United de hoy jamás hubiera ganado la Champions League del 99.

Dicen muchos que la etapa de Ferguson empezó igual allá en 1986, tardó cuatro años en ganar un título y seis en hacer lo propio con la Liga, que se debe esperar ahora. Comparto ese pensamiento en parte pero creo también que el Manchester del sigo XXI no es el mismo del siglo XX, ya no está para darse el lujo de esperar el mismo tiempo de espera y ver los frutos. No sé cuánto más vaya a estar Moyes, no sé cuanto más lo soporte el club y la gente. Hace 28 años nadie quería estar en los zapatos de Ferguson, hace ocho meses todos querían ser Ferguson. ¿Logrará Moyes que alguien quiera estar en su lugar en el futuro cuándo hoy nadie lo quiere? Mientras eso pasa seguiré pendiente del Manchester United y mucho más pendiente del F.C. United of Manchester, pero esa es otra historia para una próxima edición.

Fotos tomadas de: www.bleacherreport.net www.ibnlive.in.com

HACER VISIBLE

LO INVISIBLE Por: Karem Ariza/ @Gales_Lupus

El fútbol y sus protagonistas siempre tienen un lado social. Afuera de las canchas los exponentes del deporte más lindo del mundo, como dice Luis Ómar Tapia, un reconocido narrador chileno, aprovechan para devolver ese reconocimiento que se han ganado a punta de pundonor, coraje, ganas, goles y títulos. Muchos tienen fundaciones, otros deciden apoyarlas, pero a través de ellas, los futbolistas muestran ese lado humano que pocos quieren dejar ver y se involucran con problemáticas como el hambre, la pobreza, la falta de educación o la temporada navideña, para hacer más felices a sus semejantes. Por mencionar algunos casos Zidane y Ronaldo apoyaron y lo siguen haciendo, contra la desnutrición infantil y el flagelo de la drogadicción. Messi y Mascherano se unieron al día mundial del Lupus en Argentina, ‘El Pibe’ Valderrama participó en la campaña contra el cáncer de mama. Hay casos como los de Falcao, James Rodríguez, Camilo Zuñiga, Juan Guillermo Cuadrado e Iván Ramiro Córdoba, quienes tienen sus propias

fundaciones todas apoyando causas diferentes, pero con el mismo fin: darle una mano a quien más lo necesita. Yendo a un caso más puntual, el año pasado (2013), se realizó a nivel mundial la campaña #LHandSign por el día Mundial del Lupus, que tiene como objetivo que el Lupus Eritematoso Sistémico deje de ser una enfermedad desconocida y haya una mejora en los servicios de salud ofrecidos a los pacientes, aumentar la investigación sobre las causas y una cura para el Lupus y mejorar el diagnóstico y el tratamiento. Con este motivo, el Grupo Gales de la ciudad de Medellín, convocó a los equipos antioqueños para participar de la actividad, a la que se vincularon el Deportivo Independiente Medellín y el Envigado FC, además desde Cúcuta, gracias al colegaje que existe en el fútbol, se unieron Jairo Patiño, Mateo Figoli, Luis Estacio, Henry Hernández y Edwin Del Castillo. Los deportistas ayudaron a ser la voz de estos pacientes para que más personas conozcan de esta enfermedad y sepan que no están solos.

Otros jugadores como Alexander Mejía (Nacional y Selección Colombia) y Oscar Murillo (Nacional), donaron sus camisetas, las cuales próximamente serán subastadas para recoger fondos que permitirán a este grupo continuar realizando sus actividades; y también Víctor Aristizabal y Sebastián Pérez (Nacional), han ayudado con la difusión de actividades que realiza Gales, en sus redes sociales. Este tipo de acciones por parte de los futbolistas les dan voz y visibilidad a quienes lo necesitan, les permiten a los espectadores ver el lado humano de los deportistas y retribuirle en cierto modo a su afición y pueblo un poco del afecto y cariño que reciben. ¿Cuál es la percepción de la gente frente a la participación de deportistas en jornadas benéficas?

“Los jugadores de fútbol participan de este tipo de campañas, por su misma condición de figuras públicas , ya que ellos tienen la posibilidad de llegar a muchas personas, pues el deporte como tal es considerado como un vehículo de comunicación, que facilita la movilización social, creando conciencia a través de determinados mensajes. Por lo tanto se puede decir que los jugadores de fútbol ejercen una gran influencia, sobre las personas que creen y confían en ellos, permitiéndoles ser un modelo o embajador de nuevas esperanzas”: María Fernanda Medina, psicóloga. “Estas personas pueden llevar el mensaje a muchos otros de una forma más globalizada, de todo lo que es el Lupus y que quienes lo padecemos no estamos solos, lo cual una persona ajena a los medios, el espectáculo o la fama no podrían hacerlo.”

“Además le dan un reconocimiento al lupus desde el punto de vista de alguien que no lo padece y ayuda en la causa haciendo uso de su imagen sea (actor, presentador, modelo) o su talento como (deportista, músico, artista)”: Alba Rocío Sánchez, paciente de Lupus Eritematoso Sistémico y miembro del Grupo Gales. “Los jugadores se unen a estas campañas porque con el pasar del tiempo y a medida que avanza su carrera se encariñan con la gente, generando más admiración entre quienes se encuentran en situación de discapacidad, por lo que poder ayudarle a esta gente y retribuirle el cariño que le brindan a uno como jugador, permite que te sientas bien con ellos y contigo mismo”: Juan Sebastián Villota, futbolista del Deportivo Pasto. “El fútbol es elemento generador de convivencia, paz y muchas oportunidades. Apoyar esto, es devolver un poco de cariño a los que nos siguen. Para nosotros como institución, aquella labor social realizada se ve recompensada con una sonrisa, con la satisfacción de devolver el cariño del hincha y de quienes se identifican con nosotros. Por ser un club de fútbol no estamos exentos de tener dificultades y eso lo tenemos claro, somos conscientes que no todos tenemos las mismas posibilidades. Para un jugador sucede lo mismo. Ellos tuvieron una oportunidad de vida a través del fútbol y ellos lo valoran mucho. Ayudar es una forma de agradecer”. Dicen las directivas del Envigado Fútbol Club. Para mayor Información: Correo: gale.medellin@gmail.com Facebook: www.facebook.com/gales.medellin Twitter e Instagram: @gales_lupus

Jairo Patiño

Neider Morantes

Óscar Murillo

Alexander Mejía

Jhon Viáfara

Milton Rodríguez

Juan Sebastián Molina / @juansems El treinta de Enero de dos mil catorce pasará a la historia por una simple razón: fue el día de la anarquía, el día en el que el mundo entero presenció en vivo y en directo cómo un equipo de fútbol decidió pararse frente a su rival y no atacarlo; decidió salir a la cancha en la Copa del Rey y darle, directamente y con transmisión internacional de televisión, una bofetada en la cara al Rey. A las nueve y media de la noche, tres y media de la tarde en algunos países de latinoamérica, sonó el pitazo inicial del partido que enfrentaba al Real Racing Club de Santander y a la Real Sociedad. ¿El resultado? Un contundente tres a cero. El partido duró un minuto treinta segundos, el Racing Club, que ese día oficiaba como local en su tradicional estadio “El Sardinero”, se levantó y decidió reunirse en el centro del campo, alzar su voz de protesta y sentar un precedente. Contra el fútbol moderno Entre los ultras, barras y fanáticos del fútbol, se puede escuchar muchas veces y leer en sus consignas una frase: “against modern football”. Una frase que es el reflejo de lo que es hoy el fútbol. Algo más allá de una pasión, algo más allá de un compromiso social, algo más allá que popular: un negocio. Un negocio de unos pocos que tratan de conquistar a grandes masas y hacerlas comprar boletos carísimos, les prohíbe la diversión dentro de los estadios y finalmente hasta les niega ciertos privilegios que ofrece el hecho de reunirse en un estadio y hacer una fiesta en las tribunas.

El Sardinero era eso, un reflejo del fútbol moderno, donde los dirigentes del Racing Club de Santander hacían lo que querían con el club y terminaron convirtiendo a un equipo, que alguna vez hizo parte de la primera división, en un animador de la tercera categoría del fútbol español. Amaño de partidos, incumplimientos en los sueldos, alejamiento de la sociedad, tanto de la afición como de las empresas que lo apoyaban; todo eso y mucho más desembocaron en una millonaria deuda que empujó al equipo cántabro a descender dos escalones de la gloria y verse jugando en la tercera división cuando cumplía cien años de fundación. Un reflejo de lo que el fútbol moderno y manejar un club para enriquecimiento personal pueden lograr cuando la ambición pasa por encima de la pasión. Fuera Chorizos En el 2011, cuando la crisis económica en España estaba empezando a permear algunos clubes, apareció en el horizonte del Real Racing Club de Santander un salvador, algo más parecido a un superhéroe, un empresario indio llamado Ahsan Ali Syed, que compró el 99% de las acciones del club y que se abrazó y celebró a rabiar en el palco con cada gol del equipo. Parecía ser que Alí Syed iba a hacer del Racing un equipo gigante en España, era un multimillonario que muchos esperaron que los convirtiera en un equipo top, así como estaba pasando con otros equipos en Europa que también habían sido adquiridos en esos días por empresarios de Oriente.

Pero no fue así. A los cuatro meses de haber firmado como máximo accionista del club, Ali Syed desapareció y no volvió a pisar El Sardinero, ni a Santander volvió. Dejó el equipo en manos de un presidente que llevó al equipo hasta el fondo de la tabla de primera división, luego de segunda y obligó, por sus malos manejos, a unir a la Peña Racinguista bajo una misma consigna “Fuera Chorizos”.

“Fuera Chorizos” se convirtió en el grito de dimisión que toda una ciudad pedía para que el Racing volviera a ser el equipo que siempre fue. ¿Y qué querían? Que la dirigencia en pleno renunciara y dejara el club en manos de quienes lo quieren ver en lo más alto, el lugar al que pertenece.

En el 2012 aparecieron los primeros trapos con esta consigna. Un grito que fue tomando más y más fuerza con el correr de los partidos, de las derrotas, de los fracasos y sobre todo, de las desilusiones. La afición protestaba ante la dirigencia, pero nunca dejó de apoyar a Racing, porque “el racinguismo no tiene dueño” y los sentimientos, el amor al fútbol, son herencias y no mercados. Por eso, El Sardinero se sumía, pese a tener el acompañamiento de la afición, entre gritos de protesta ante la dirigencia y apoyo a los jugadores. Porque algo había claro: la crisis de Racing no era culpa de quienes defendían los colores sino de quienes manejaban al club y lo alejaron de todos los que lo querían, desde jugadores, pasando por hinchas y llegando a la ciudad, que dejó de verlo como un socio estratégico y empezó a alejarse de él.

Anarquía

El 2013 vio cómo Racing fue avanzando ronda a ronda en esta copa y lo llevó a jugar una instancia de cuartos de final, pese a que a sus jugadores no se les pagaban los sueldos, pese a que algunos de los que se jugaban el alma en cada partido vivían en condiciones no muy favorables. Pero hay gotas que rebosan vasos y seis meses sin sueldo son una razón suficiente para que el equipo en pleno: jugadores y cuerpo técnico, se unan al grito que desde el 2012 venían levantando los aficionados exigiendo la dimisión: Fuera chorizos.

España sigue teniendo la figura del Rey, pese a que muchas esferas de la sociedad están en contra del sostenimiento de esa figura monárquica. Y por esa figura, que por herencia tiene un poder, se juega anualmente la Copa del Rey que enfrenta a 84 equipos de primera, segunda y tercera división. El 2013 vio cómo Racing fue avanzando ronda a ronda en esta copa y lo llevó a jugar una instancia de cuartos de final, pese a que a sus jugadores no se les pagaban los sueldos, pese a que algunos de los que se jugaban el alma en cada partido vivían en condiciones no muy favorables. Pero hay gotas que rebosan vasos y seis meses sin sueldo son una razón suficiente para que el equipo en pleno: jugadores y cuerpo técnico, se unan al grito que desde el 2012 venían levantando los aficionados exigiendo la dimisión: Fuera chorizos. Fue con amenazas previas, donde los jugadores y los técnicos advertían que si no les pagaban antes del partido contra la Real Sociedad no jugarían, que el equipo le contó al mundo su protesta.

Una protesta sin violencia, que consistió en un abrazo que unió a jugadores y aficionados, a socios, a apasionados, a enamorados del fútbol en todo el mundo El resultado de todo esto de quedarse parados, de hacerse respetar frente a un equipo que no quiso aprovecharse de la vulnerabilidad de su rival, que dio su apoyo a la protesta sin atacarlo y echando el balón a un costado, fue uno solo: la dimisión. Luego de abofetear al Rey, al imperio del fútbol y dejar en vilo al deporte, para demostrar que, más que un negocio de marcas, es un trabajo de unos que en muchos casos han visto vulnerados sus derechos, el Real Racing Club de Santander logró hacer dimitir a la junta directiva del club, cambiar de dueño y sobre todo, ser el primer equipo anarquista dentro del campo, que hizo lo que le dio la gana para lograr un objetivo y terminar en un aplauso conjunto entre jugadores, aficionados y personas que lo veían por televisión. Fotos tomadas de: www.falso9blog.com www.abc.es www.palabradefutbol.com www.catalunyapress.cat

Dormi r yo cuando el Cuadro va al

descenso. no duermo hast a el F inal del

Campeonato

Un amigo imaginario

llamado

Cantonรก

Por: Santiago Ortega / @Postmodernizado

En 1967, a cuatro mechudos de Liverpool se les ocurrió la idea de incluir unos compases de La Marsellesa al principio de una canción sobre el amor. ¿El himno de Francia - el rival histórico del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte – iba a empezar la obra máxima del más importante grupo Inglés de todos los tiempos? Era la forma perfecta de decir que hay cosas que están por encima de la nacionalidad, de la rivalidad, de las afrentas históricas, de la cultura y del orgullo. Era algo que nos recordaba lo obvio, que all you need is love (Lo que necesitas es amor), especialmente cuando ese amor está mezclado con fútbol. Treinta años después, el amor entre Francia e Inglaterra tuvo otro episodio. Esta vez fue en Manchester, a escasos cuarenta minutos de Liverpool. Marsella también estuvo presente, pero esta vez mandó a uno de sus hijos: Eric Cantoná, King Eric, el mítico siete del Manchester United. Para muchos de nosotros en este lado del Atlántico (especialmente para mí, que usaba el fútbol europeo como somnífero) Cantoná era un perfecto desconocido. El único recuerdo que tengo de él en mi adolescencia es un comercial de Nike, donde los mejores jugadores del mundo debían jugar contra las fuerzas del infierno en el coliseo romano. Después de las típicas jugadas y gambetas que siempre salen en esos comerciales, a Cantoná le llegó el balón, justo afuera del área. Era el clímax, el demonio que jugaba de arquero abría sus alas que tapaban toda la portería. Para mí, Cantoná era el tipo que se subía el cuello de la camisa, y disparaba un taponazo que atravesaba al demonio por el estómago. Claro, no sin antes despedirse de él con un seco “Au revoir”. Eso es todo lo que hubiera quedado en mi cabeza sobre Cantoná. Me vi completo el mundial del 98, sin saber que Francia levantó la copa sin convocar a una (tal vez la mayor) de sus superestrellas. Pero una figura como Cantoná, como Maradona, no se podía quedar solamente en ser una memoria del fútbol. Necesitaba por lo menos una película, y esta es Buscando a Eric.

Buscando a Eric es la historia de Eric, un cartero de Manchester que está en el bajo fondo más hondo de su vida y decide salir a manejar. El problema es que se pone a dar vueltas en una glorieta en contravía... y sobrevive. Para Eric no es fácil: sus hijastros adolescentes van por mal camino, no es capaz de hacer su trabajo, no va a fútbol hace más de 10 años y tiene que enfrentarse con su pasado doloroso: encontrarse todos los días con la madre de su hija, su amor de juventud, a quien perdió hace muchos años. En ese momento Eric necesita un guía. Alguien que lo haga llenar de valor y confianza para tratar de organizar su vida. Alguien que lo haga enfrentar con sus decisiones, en medio de frases extrañas en francés. Eric necesitaba a su ídolo, y este se le aparece como un amigo imaginario.

¿Por qué Cantoná y no cualquier otro goleador del Manchester United? Si la película se hiciera hoy, se podría escoger entre Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney o Van Persie, pero igual hubieran elegido a Cantoná. La razón es que Cantoná representa algo más de lo que representa un jugador normal. Contar la historia de Cantoná es contar la historia de la patada. Todas las historias de amor tienen un momento crítico, y la de esta fue el 25 de enero de 1995. Machester United vs Crystal Palace. Cantoná es expulsado por una falta sobre un defensa y sale del campo. En ese momento, un fanático del Crystal baja corriendo la tribuna y cuando Cantoná pasa le grita algo:

“Andate a joder en Francia, Francés de puta mierda” (Traducción libre de: “Fuck off to France, you French motherfucker)

Es una afrenta al corazón. Es un insulto contra algo sagrado. Es algo que hace que Cantoná pierda los estribos y le plante una patada al fanático del Crystal. El golpe es en el abdomen, como el del demonio que extendió las alas.

Pero, como una buena historia de amor, tiene que haber forma de arreglar las cosas. Catoná volvió a las canchas y jugó como nunca. Les dio dos títulos de liga y dos años de fútbol y gloria a los hinchas del United que nunca lo dejaron de querer.

El resultado fueron 8 meses fuera de las canchas y consecuentemente perder su lugar en la selección Francesa. Como era de esperarse, las ruedas de prensa iban a buscar explicaciones. Pero Cantoná no iba a hablarle a los medios cayendo en los lugares comunes. él iba a decir algo que solamente él podía decir.

En una escena de la película, Eric el cartero le dice que a Cantoná que a veces se le olvida que, a pesar de su fama y sus goles, que sigue siendo un hombre normal. Cantoná le responde en un inglés muy acentuado “I am not a man, I am Cantoná”.

“Cuando las gaviotas siguen al barco pesquero, es porque saben que van a tirar sardinas al mar. Muchas gracias”. Eso fue suficiente para darle a Cantoná su aura místico-filosófica y para confundir a los hinchas por años. Si yo pudiera escoger un amigo imaginario futbolista, escogería alguno que me dijera cosas como esas. Futbolistas con ese atrevimiento hay pocos. Como todos les envidiamos eso en cierto nivel, los convertimos en algo más que simples deportistas.

Ambos tratan de estar serios un momento pero luego se echan a reír. Pero Cantoná tiene razón; aparte de ser un hombre, él era un episodio más de una historia de amor entre dos naciones. Era la letra de una canción que miles de ingleses cantaban, con la melodía del himno de Francia, desde una tribuna.

“Oh Ah! Cantoná! Oh Ah! Cantoná!”

El Hincha

esel Alma de los

Colores 24

RUNGRADO MAYDAY un estadio donde cualquier cosa puede pasar.

Juan Camilo Álvarez / @Juanchoserran8

Puede uno creer, o eso pensé yo, que el estadio más grande del mundo era el poderoso Maracaná, aquel que vio la gesta más grande que pudieron hacerle a un gigante como Brasil: ganarle su mundial en aquellos años 50, ante más de 200.000 personas, esas mismas que ya tenían por descontado que su selección iba a ganar esa copa del mundo, pero bueno, las ironías existen, y el estadio más grande del mundo queda en uno de los países que no tiene liga profesional y cuyos seleccionados pertenecen a la rama militar, si bien compiten en las eliminatorias para la clasificación al mundial, (estuvieron en el mundial Sudáfrica 2010). Se trata nada más y nada menos que de Corea del Norte.

El estadio tiene 8 pisos y cuenta con 60 metros de alto más para una terraza. Además en su interior se puede encontrar un pabellón de 60 metros de largo, suficiente para cubrir la sección de los soportes.

El estadio se llama el Rungrado May Day, y su nombre procede de una combinación de nombres entre el islote Rungra en el río Taedong, a las afueras de la capital Pyongyang, y el Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo (may day en inglés), que tiene especial repercusión en los países socialistas, como es el caso de Corea del Norte.

El estadio tiene varios pasillos de entrenamiento, una piscina interior, un palo ultrasónico, un sauna, las camas, que son imprescindibles para el entrenamiento y la convivencia de los jugadores. También tiene comedores, un cuarto de medios que trasmite radio y televisión, sobre todo en los homenajes y eventos que se hacen allí. Además tiene cabinas de teléfono. Tiene una pista interior que está recubierta de goma cientos de metros largos y está en el sexto piso.

Este singular estadio fue construido en 1989, y aunque es un escenario para el fútbol, posee una pista de atletismo, ocupando un espacio total de 207.000 metros cuadrados y con asientos para 150.000 personas.

La singularidad de su construcción se puede ver en las 16 azoteas de arco que se unen entre ellas como pétalos de una flor. Estas características proporcionan una condición ideal para juegos internacionales. El campo de fútbol está cubierto de grama natural, y la pista de 400 metros y otros espacios para los acontecimientos del terreno son recubiertos de material sintético.

Pese a ser concebido para eventos puramente deportivos, el Partido Comunista Norcoreano, liderado por el dictador Kim Jong-Il, utiliza este

espectacular estadio para sus particulares exhibiciones, como el festival Arirang y sus desfiles militares, incluso cuentan, que ha sido testigo de ejecuciones a criminales y disidentes en su forma de pensar. Es considerado el líder más misterioso del mundo al tener a su país prácticamente aislado del mundo. Kim Jong-II decide qué se hace o se deja de hacer en el Rungrado May Day. Aunque no se han desvelado cifras oficiales sobre la construcción de este estadio, presuntamente el gobierno utilizó a miles de trabajadores en condiciones infrahumanas para que levantaran el Rungrado May Day. En muy pocas ocasiones se ha llenado este estadio que fue construído principalmente para demostrar al mundo que no son un país sin poder adquisitivo y que son capaces de hacer cualquier cosa para que la percepción del país sea distinta, aunque con sus políticas demuestren lo contrario.

.el.Eques no se elda tqueodo Ve, sin esperar

Nada. . . . E so es el Hincha

Foto: www.flickr.com/photos/angeleslucas Por: Alejandro González / @Fatboyalive

“De ahí en más no pude controlarme. Miré por anteúltima vez a la platea e hice un gesto de adiós con la mano. Después me erguí en puntas de pie. Hice bocina con ambas manos. Respiré hondo. Entrecerré los ojos. Y cacareé con todas las fuerzas de mi alma renacida un: ¡¡¡¡¡GATORRA VENDIDO HIJO DE MIL PUTA!!!!! que se escuchó hasta en la Base Marambio”. Los Traidores (fragmento), Esperándolo a Tito y Otros cuentos, Eduardo Sacheri. Para la mayoría de nosotros -por no decir todosel deporte rey comenzó a marcar gran parte de nuestras vidas desde los primeros años de existencia, llegando a extremos de volver común la sutil expresión criolla: “Será futbolista”, cuando por alguna razón el nene asustado en la panza, se mueve para hacerle gambeta a su ansioso y obsesivo papá futbolero, que no ve la hora de llevarlo en hombros para comenzar un viaje hacia su propia niñez.

Y es que mientras veíamos estadios a reventar, llenos de bebidas, papelillo de colores, voces de coros alentando a los jugadores en forma de murmullos y gritos por todos los rincones de la pista olímpica, hasta algunos menos afortunados -aunque igual de fanáticos y enfermos por la pelota- televidentes o radioescuchas, de esos que llevan su café en leche esperando el comienzo de cada partido, solo una expresión se nos cruzaba por la cabeza como un conjuro y no la podíamos sacar de ahí sin importar la edad: salir campeón.

Hablo de salir ganador, como posibilidad, porque hay casos donde la pelota no entra, o donde entró cuando no debía hacerlo y en nuestras testas antes de dormir giran y giran imágenes como las siguientes:

“Donde hubiera entrado cómo hubiera sido la fiesta, maldita sea, maldito árbitro vendido”. “Donde atajara ese cobro habríamos tenido 10 minutos más para meter el gol que nos faltaba y mandarlo a penales, maldito Nunes hijo de puta”. “Qué tal que ese pedazo de hijo de puta se tiró y el cegatón maricón ese cobró penal, malparidos todos”. Ahora, si vos salís ganador, luego del encuentro querés pagarle a tu esposa una cena en el mejor restaurante, llevártelos a todos los de tu casa de fiesta y que tomen sin que se preocupen por la cuenta, madrugás sin problema a donde te toque sea lunes y esté lloviendo, te despertás con esa sonrisa en la cara esperando que llegue la primera hora de trabajo o de clase para darle la vuelta olímpica a tus compañeros alrededor de sus escritorios, o pasar con el rosario sacando los espíritus perdedores, como sucedía en mi oficina cada lunes, hasta que después de un agarrón de palabras, gritos y una que otra bronca, todo volvía a la espera inicial: el próximo encuentro.

Fuimos una generación que crecimos viendo a los Escobar, Higuita, Usuriaga, Francescoli, Amato, Crespo, Nunes, Raí, Gareca, De Ávila, Asprilla, Rincón, Valderrama, Aguirre, Falcioni, Funes, Córdoba, Lunari cada semana romperse las melenas en el césped de todos los estadios del continente, con sus grandes cuerpos voluptuosos que hacían las veces de guerreros mitológicos de nuestros sueños epopéyicos: héroes buscando la libertad de nuestros pueblos apáticos y paupérrimos del yugo hegemónico de la monotonía y la pobreza, mientras en nuestras gélidas casas o el frío invierno y lluvia en las canchas, poco a poco con el pasar de los minutos y de los partidos, comenzábamos a entrar en calor, a gritar, a latir y en ocasiones a parar el corazón para que aguantara un poco más en los momentos decisivos, hasta llevarnos a la gloria y por un momento dejar de sentirnos miserables, volver a ser niños para crecer y sentirnos dueños de nuestro mundo, del vecino y de cuanto idiota se nos cruzara para gritarle “campeones” en esas caras largas y amargas en algunos casos y sacarlos de ese trance decadente de esclavo.

El argentino Eduardo Alfredo Sacheri nos lleva de paseo -de toque toque- por este viaje mágico, hermoso y añorado de vivir sus épicos cuentos de niñez, cuentos de juventud, cartas, historias de títulos y de uno que otro vendido del fútbol, sus sensaciones de ver la vida y el fútbol con ojos de niño, como en el caso del cuento “Independiente, Mi viejo y Yo”, quien enmarca la hermosa y siempre aguerrida Copa Libertadores de América conseguida por Independiente de Avellaneda en el año 1984, mientras todos atónitos pegados a la radio o al tv (los más adinerados) no lo podían creer: una copa más para el rey del continente (ya eran 7). Todo esto llevado en un contexto emotivo, lleno de significados y de amor por los jugadores y los colores, de discusiones, de fantasmas, de ídolos que no volverán y otros que se fueron y vivirán eternamente. Más allá de cualquier afición por el rojo de sus amores, es una declaración de amor al fútbol, donde se mezclan los verdaderos símbolos de este deporte: la fuerza para afrontar los compromisos,

los nervios de acero, la esperanza, la incertidumbre de la espera, entre todos esos factores que llevan impresa la mística de los grandes y el anhelo de millones de hinchas de sacar esa furia que el balón hace brotar, como si el arco fuera nuestro corazón y se sacude fuertemente hasta hacernos gritar de felicidad o llorar desconsolados de la emoción o la tristeza incontenible por semanas enteras. “Esperándolo a Tito”, también es una invitación a conocer esa esencia del fútbol que todos sentimos y vivimos alguna vez durante nuestros comienzos: ser niños, pegarle a la pelota y llevar cosida en nuestra camiseta esa marca, ese gran número que representa nuestros más grandes sueños: ese 10 o ese 9, o ese 2, ese 1, que nunca se borrarán de nuestras vidas y siempre nos harán emocionar, por más que pasen los años y cambien los tiempos. Esa esperanza que no morirá con la adversidad ni con los días difíciles y que nos acompañará hasta el día de nuestra muerte.

Los invito a leer “Esperándolo a Tito y Otros cuentos” de Eduardo Sacheri, para que se den un paseo por esas emociones alegres y tristes que nos ha dejado el fútbol y que hace que cada segundo vivamos y volvamos a ser titanes, sin dejar de soñar como niños, untando de lágrimas esa gran copa de campeones que todos en algún momento volveremos a levantar y nos llevará a ser nuevamente niños.

Fotos tomadas de: www.rumbosdigital.com www.taringa.net www.flickr.com www.retrofootball.com

RING! Señora ¿Está Tomás?

RING! RING!

¿Quién es?

RING!

¡Sí está, pero no puede salir!

¡Porque está castigado!

¿Y por qué no puede salir?

Ahhhh...

15 minutos más tarde.... ¿Quién es?

RING! RING!

RING!

Señora, ¿Y el balón de Tomás también está castigado?

Ust e des est รก n hundiendo al

ClYoubvengoy

a Salvarlo. 34

Cuando empecé a soñar con Travesaño me junté con amigos, invité a desconocidos a hacerla y con un amigo quedé con el compromiso de tomar la foto para la portada. Sigue siendo una deuda. Porque la portada, me la encontré en Flickr, buscando imágenes referentes y que pudiera usar en ella. La foto de la portada, tiene una estética que para mí es Travesaño: un reflejo de la pasión de un pueblo, que puede estar corroída pero que ahí sigue presente. Fue por ese motivo que le escribí a José Luís Canales el dueño de la foto y le pedí poder usarla en esta revista, un diálogo pintoresco que a él lo sorprendió, que a mi me divirtió. Les comparto el texto que intercambiamos.

Hola. Ja ja. Ni me acordaba de la foto en cuestión. Tiene ya como seis años. Soy veterinario y trabajo todos los días por el campo. Suelo aprovechar para hacer fotos de lo que me encuentro por los pueblos, como pasatiempo. Alguna vez suena la flauta y me sale algo curioso.

La foto en cuestión no es ni mas ni menos que una pequeña pradera llana en un pueblo de alta montaña donde lo habitual es que esté pastando ganado. Se ve que a alguien hace años se le ocurrió aprovechar este pequeño espacio más o menos amplio, llano y cercano a las casas para plantar un par de porterías y usarlo para jugar al fútbol. Viendo el estado de abandono y sabiendo que en este pequeño pueblo remoto no hay ya mucha juventud está claro que es un recuerdo del pasado. Añadir que hice la foto en una mañana helada de invierno por lo que igual contribuyó a aumentar la sensación de abandono. La pena es que cuando colgué la foto no me manejaba con la imagen digital, usaba un monitor pésimo y la dejé demasiado oscura, creo. Sobre la pregunta de si se puede usar la respuesta es que si, en los términos de la licencia CC que vienen a ser esos de no darle un uso puramente comercial y citar al autor. Si te sirve para el propósito que mencionas por mi no hay problema. Me alegro que te guste y que me hayas comunicado la intención de usarla. Suerte en el empeño. Saludos.

Forever and ever

Robert Pirès Por: Gabriel Jiménez / @Pierdotiempo

Fácil, vamos a Wikipedia, tecleamos Pirès, vemos fotos, videos, recordamos, encontramos datos poco conocidos del francés, como que también es español y Caballero de la Legión de Honor francesa (hasta en condecoraciones es elegante) pero no vemos momentos fulgurantes y constantes en los medios o distinciones avasallantes de un estado atlético privilegiado. Pirès era el jugador que veía cuando el fútbol internacional se hizo de fácil acceso por canales como Fox Sports, donde comentaristas y narradores argentinos acercaban ése mundo desconocido a pasos agigantados, lo hizo en el mejor momento del Arsenal, en el de los tres mosqueteros, donde el “Bambino” Pons cantaba, con particular habilidad, los goles de la Premier League a ritmo de Rock and roll y otras canciones populares. Robert, “D’Artagnan”, junto a Bergkamp, Wiltord, Vieira, Henry, Ljunberg, A. Cole, Gilberto Silva y Kanú le mostraban a Europa (y sobre todo a Inglaterra) que era posible triunfar en una liga de juego vertiginoso y voraz haciendo pausas, eliminando la verticalidad frenética y dando un trato diferente al juego, sin obviar la preparación física había toque, pausa, elegancia, lujos, reinicios de jugadas, expectativa por el adorno, el embellecimiento de lo naturalmente bello. Y por eso veía al Arsenal, por eso Pirès inicia estas entregas, el reto era poder emular lo que hacía Pirés, parar un balón que venía a cincuenta kilómetros por hora desde el otro lado de la cancha como si fuese un pedazo de algodón, enloquecer a los rivales como si de de cachorros detrás del balón se tratara , tan simple, tan sencillo, tan imponente. El propósito de esta sección es reconocer, de alguna manera, a esos jugadores que poseían un talento inconmensurable, pero que ya fuera por sus compañeros, sus equipos o sus lesiones no

podían dar ése salto mediático, ése reconocimiento absoluto, ese paso a la inmortalidad. Y precisamente todas esas cosas le ocurrieron al buen Pirés, estaba rodeado por esa plantilla mágica del Arsenal en donde Henry era la figura sobresaliente, luego fue al Villareal en donde pasó más tiempo recuperándose de sus lesiones que jugando (y cuando lo hacía no tenía quien continuara con las cosas buenas que ejecutaba). Aquel jugador que la Juventus y el Real Madrid se pelearan vio como su talento quedó limitado a lo que sus piernas podían soportar. “Bobby” ayudó a hacer aún mejor a la Premier, le hizo percatarse de lo bueno de la diferencia, lo bueno del cambio, él y “Jay Jay”Okocha le dieron paso a jugadores que hoy disfrutamos, talentosos pero con el rigor físico del fútbol inglés, Mata, Hazard, Óscar, Januzaj, Coutinho, Suso, Nasri, David Silva, Rosický, Nani, Taarabt… Aunque no tuvo el reconocimiento de otros “Le Bob” puede preciarse de ser campeón del mundo, de la Copa Confederaciones, de la Eurocopa, de la Copa de la Liga, de la FA Cup y de la Premier en menos de veinte años y de mantener su talento y filosofía con su actual trabajo en el Arsenal. Tener la capacidad física de correr durante noventa minutos es importante, pero lo es más saber resolver un partido en una jugada, un toque, un gol. Por eso, y como cantaba el Bambino Pons: Forever, and ever, Robert Pirès.

Por: David Casta単eda / @DCastaa

sin Club el

HINCHA? Una Bolsa ,

her PARA FUTBOLEROS

Spike Jonze tomó una decisión muy grande en el 2013: escribir una película que enamorara al mundo y lo desenamorara de sus dependencias. Fue así como nació Her, una película que cuenta la historia de un mundo que ocurre por allá en el futuro, donde el contacto entre personas está muy lejano y la relación entre balones y seres humanos está cada vez más profunda, casi idiotizada. Her narra la historia de Theodore, un jugador de fútbol que durante su preparación para el Mundial de 2050, vio el comercial que promocionaba el balón con el que se iba a jugar este campeonato y decidió adquirirlo. Este balón viene con la promesa de ser la primera pelota inteligente, capaz de adaptarse a cada uno de los jugadores que interactúen con él, con la capacidad de sentir y compenetrarse con quien lo domina, asegurando que serán uno solo; mejor dicho, el sueño de todo futbolista. La primera vez que Theodore entra en contacto con el balón, empiezan a sentir la magia que hay entre los dos. Theodore tiene una gran capacidad para dominar la pelota con los pies y ésta se adapta y disfruta de cada uno de los toques que el futbolista le da. Lo que no supone Theodore es que mientras él está pasando cada vez más tiempo con su pelota, el resto del mundo a su alrededor también ha podido comprarla y han convertido el fútbol y el mundo, en un lugar cargado de individualidades que a la hora de compenetrarse y hacer cosas en conjunto, casi que no pueden congeniar, todo porque cada uno tiene su pelota propia. Theodore, que además de futbolista está próximo a divorciarse no sabe cómo explicarle a su exmujer, que ahora está feliz porque se está enamorando de su balón, ya que este lo entiende y se acomoda a sus sensaciones. Porque sí, este balón es tan inteligente que lo entiende cuando le habla y hasta le responde.

Va pasando el tiempo y cada vez Theodore se va compenetrando con su balón. Incluso hay momentos en la vida en los que quiere interactuar con él y éste no responde. Allí, en ese punto, entra en crisis y sale corriendo por toda la ciudad para ver cómo hacer reaccionar a ese, su actual amor. El problema es que Theodore no es el único enamorado, el mundo entero se ha enamorado de su pelota y su pelota, tan inteligente, se ha enamorado del mundo; llegando a un fanatismo increíble que los lleva a todos a estar más pendientes de su balón que de lo que está alrededor, llevando al planeta entero a casi que rendirle culto a estos esféricos amigos nuevos. Esta película de Ciencia ficción y ganadora del Óscar 2014 a mejor guión original, es una cinta que usted, señor fanático del fútbol, no puede dejar de ver, mucho menos si quiere pasar un buen rato con la mujer que le quita el sueño y con la que quiere compartir más tiempo en la cancha.

FICHA TÉCNICA Título: Her Título original: Her Dirección: Spike Jonze País: Estados Unidos Año: 2013 Fecha de estreno: 21/02/2014 Duración: 120 min Género: Drama, Romance, Ciencia ficción Reparto: Olivia Wilde, Amy Adams, Rooney Mara, Joaquín Phoenix, Scarlett Johansson, Chris Pratt, Portia Doubleday, Sam Jaeger, Spike Jonze, Bill Hader Web: www.herthemovie.com

UN GOL INFANTIL Por: Sebastián Areiza / @Areizacorrea

Minuto 32, segundo tiempo. Deportivo Independiente Medellín visitaba a Deportes Tolima en el antiguo y vetusto estadio ibaguereño. Era la segunda fecha del torneo inicial de 1985 en Colombia, llamado esa vez “Copa de la Paz”. Eso justamente, paz, fue lo que se perturbó en ese instante. La defensa visitante reventó una pelota de riesgo, con vehemencia, hasta el área contraria. Allí Libardo, que esa vez fue centro-delantero y no puntero derecho, notó que Hernán Torres no llegaba a la pelota. También notó que, si se le movía, el arquero se caía al piso paralizado del susto. Así fue: Libardo engañó con su cuerpo y Torres se desplomó. Luego llegaría un back central -un tal Echeverri- que quiso desbaratar la jugada. Paradójicamente, de los nueve mil espectadores, fue el que tomó la mejor foto del gol: Libardo le enterró el pie a la pelota y esta hizo una curva perfecta por encima del zaguero que terminó siendo la victoria roja. El árbitro pasados unos segundos lo expulsó a Libardo por lo que los cronistas de la época calificaron como una celebración infantil... …¡qué importaba! Si yo hubiera hecho semejante gol también me hacía expulsar.

Instrucciones para

recibir el fin del

mundo

Por: Andrés Viveros / @Andresviveros07

Lo que va a leer a continuación es dedicado para usted, amigo futbolero. Si es una persona a la que no le gusta el fútbol la que cayó en este escrito, tiene dos opciones: no le haga caso, busque otro método y muera a su gusto. O léalo por curiosidad, porque: seguro algún conocido suyo es amante del deporte rey y le puede transmitir la información, o simplemente odia a los que disfrutamos de, como usted lo llama, “opio del pueblo” y querrá saber si tendremos el fin que usted desearía. Volvamos al tema, seguramente el día que llegue el fin del mundo usted se va a despertar muy alegre, así como lo hace todos los días que sabe que va a ver jugar a su equipo. Los tres días anteriores usted se habrá informado de todo lo correspondiente a la nómina de su equipo y la de su próximo rival, es fijo que tuvo discusiones acerca de cómo plantear el partido, cómo jugarle al rival -lo que conocemos como “jugar al técnico”- en fin, estará preparado para éste día.

Báñese, es muy importante que lo haga, esa mañana será muy tranquila, usted tendrá una sonrisa que no se la va a quitar nada ni nadie, póngase la camiseta favorita que tenga del equipo de sus amores, almuerce bien, despídase en su casa (usted no sabe que no va a volver) y salga para la cancha. Si está en otra ciudad, gaste sus ahorros, péguese el viaje a la ciudad, recuerde lo que un día, seguro, dijo: “todo por mi equipo”, esta es la oportunidad para demostrarse a usted mismo que eso que dijo era verdad. Va a llegar al sector del estadio y verá a mucha gente como usted, feliz, con buenos ánimos, del mismo color de usted, todo será una fiesta. Al entrar al estadio su corazón empezará a latir más rápido, se va a sentar en el lugar que acostumbra y el resto es cuestión de esperar a que empiece el partido. Saldrá su equipo a la cancha, su corazón vuelve a latir desenfrenadamente, el recibimiento por parte de la hinchada será espectacular, usted sentirá la emoción de los jugadores, todo será tan maravilloso que el otro equipo quedará anonadado, desde ahí empezará perdiendo el partido. El árbitro pitará el inicio del partido, disfrútelo, goce cada filigrana, cada finta, regocíjese con cada atajada de su portero, aplauda cada triangulación de sus jugadores, analice la táctica que muestra su equipo al defender los ataques rivales, admire la velocidad de los contragolpes que hace, festeje la magia que derrocha el jugador más técnico que tiene en sus filas; insulte al jugador que menos le gusta del contrario. Desahóguese, está en todo su

derecho, libere toda que tiene, es bueno

la para

adrenalina su salud.

Correrá el minuto 80, el partido estará 0-0, el cielo hará un sonido ensordecedor, la gente que está en la parte alta del estadio se asomará y mirará como la gente afuera corre desesperada. El fin del mundo será una realidad, el suelo empezará a abrirse, seguirá la lluvia de meteoritos, todo parecido a un capítulo de Los Simpsons que usted miró alguna vez. Pero todos estos eventos, curiosamente, no golpearán el estadio, la naturaleza sabe que el partido aún no acaba. Y usted, al igual que todos los asistentes, va a esperar que el juez pite el final porque a su mente vendrá cierta parte del cántico que reza: “…y si muero hoy el cielo puede esperar…” El gol llegará en algún momento, usted está feliz pues su equipo está dejando la vida en la cancha por conseguirlo sin importar lo que esté pasando afuera. Si a usted le gusta el buen fútbol (esto es casi obvio) tanto como a mí, el gol va a llegar después de una secuencia de pases, 2 o 3 paredes, un caño, seguido de un pase preciso entre líneas a su delantero estrella, aquel al que usted tiene como ídolo, al que ha defendido en varias charlas de fútbol, el que usted lo tiene como un fijo en la selección de su país, éste hombre, que le tiene la garganta gastada de tantos goles que le ha hecho gritar, va a meter el balón… El estadio va a explotar en un solo grito de gol, su corazón se va a querer salir, usted no creerá tanta felicidad y las lágrimas de alegría bajarán por su rostro; el partido no dará para más y usted sabrá que podrá morir tranquilo, pues su equipo, el que usted amó toda la vida, le dio la última alegría de su existencia.

Si Ust e des l o s Di r i g ent e s no ven nada. Nosot r os los Hinchas lo

vemos Todo.

EL MAGO KIKO

Por: Juan Ramírez / @Egolaxista_ El fútbol es un deporte de poca estrategia. Esta afirmación que seguramente herirá a muchos aficionados no es tan lejana a la realidad. Si lo comparamos con deportes de menor velocidad en su desarrollo, como “football” o “baseball”, el fútbol parece que deja mucho más en manos del desempeño individual y la oportunidad del jugador que en el curso de jugadas preparadas e intencionales. Incluso podría decir que si bien existe una preparación previa para cada partido y un posicionamiento en la cancha, el caos y la improvisación están a la orden del día en cada juego, lo cual lo hace realmente hermoso para mí. Sin embargo hay técnicos de fútbol que han llevado la estrategia a un plano supraliminal que los acerca más a ser considerados generales en la guerra que simples entrenadores deportivos. El nombre de Sepp Herberger es un referente obligado en el fútbol mundial, no sólo por haber sido entrenador de la Mannschaft durante 28 años, sino también por haber conseguido el título de la Copa del Mundo de 1954, lo que posteriormente fue denominado “el milagro de Berna”. “El Mago” Herberger fue un tipo brillante, alumno ejemplar que abandonó sus estudios tras la temprana muerte de su padre. Se dedicó al fútbol para huir de la albañilería. Vivió como pocos las dos guerras mundiales que su país protagonizó, siempre alejado del frente de batalla hizo del fútbol una forma de vida en medio del conflicto. En 1933 ingresa junto a Otto Nerz (en ese momento técnico de la selección alemana) al Partido Nacionalsocialista, más por una cuestión de supervivencia que por una afinidad política. Luego de la debacle germana en los Olímpicos de Berlín 36, Nerz fue retirado y El Mago ocupó su lugar. Para el mundial de Francia 38, Herberger soportó las presiones de la SS y la manipulación política y propaganda que se hacía con la selección. Fue la peor presentación de Alemania en la historia de los mundiales. Para 1950 la FIFA excluyó a la selección germana del mundial de Brasil, por lo que la revancha de Herberger tuvo que esperar hasta Suiza 54.

En ese entonces había surgido en el mundo futbolístico un fenómeno impresionante conocido como Hungría, conducida por el Pelé-MaradonaBaggio de la época en que no existían ni Pelé ni Maradona ni Baggio, el gran Ferenc Puskas. Dirigida por Gustáv Sebes, la selección magyar contaba con jugadores de gran categoría como el cabezón Sándor Kocsis, Zoltán Czibor y Józef “Cucu”Bozsik. Hungría era una máquina de hacer goles que además desarrollaba un fútbol vistoso de múltiples toques con gran salida por los laterales y un poder ofensivo inmenso en el juego aéreo. No en vano fueron campeones olímpicos en Helsinki 52. Alemania debutó con victoria 4-1 ante Turquía y Hungría demolió 9-0 a Corea del Norte. El enfrentamiento entre teutones y magyares definiría quién pasaría a segunda ronda y quién disputaría el desempate ante el ganador de Corea y Turquía.

Ese 20 de junio de 1954 el mundo del fútbol predecía una victoria de Hungría sobre Alemania, pero El Mago Herberger vio mucho más allá de eso e ideó una estratagema que nadie en su momento comprendió. El entrenador alemán le dijo a sus dirigidos que la superioridad de Hungría era evidente y que la lógica situaba a Alemania en el desempate, pero que había visto en un sueño que se cruzaría nuevamente contra los húngaros en una instancia definitiva del mundial. Minutos antes del inicio del partido cambió radicalmente la nómina de jugadores, dejando por fuera a grandes figuras del equipo como Metzner, Walter y Biesinger. Sólo Rahn, gran goleador, fue titular. La victoria de Hungría ante el equipo “muleto” de Alemania fue contundente. Un póquer de goles de Kocsis y otros tantos de Toth, Puskas y Hidegkuti (2) sentenciaron el 8-3 final del partido. Hungría se ratificaba como favorita y Alemania iba al desempate nuevamente contra Turquía.

Pocos entendieron el movimiento de El Mago y fue duramente criticado, incluso por sus jugadores. Sólo el experimentado y gran jerarca Fritz Walter salió en defensa del técnico, tal vez agradeciendo el padrinazgo que Herberger tuvo sobre él siempre. El mundial de Suiza transcurrió y el vaticinio de Sepp se cumplió. A la final en Berna llegaba la aplanadora húngara que venía de eliminar a Uruguay en una batalla infernal con alargue incluido, y la selección alemana que (ahora sí jugando con su equipo real) había dado cuenta fácilmente de Austria.

El gran truco de El Mago estaba servido, sólo faltaba materializarlo.

Cuando los húngaros saltaron a la cancha quedaron estupefactos al no reconocer a más de la mitad de los jugadores que habían enfrentado 15 días antes. Herberger había logrado lo impensable, hacer que su rival lo menospreciara al ponerle jugadores de inferior calidad para luego atacarlo con una nómina poderosa y aplicada en la gran final.

Herberger (tal vez con Gerd Müller, Uwe Seeler y Franz Beckenbauer) es la razón por la cual siempre quiero que Alemania gane cada torneo de fútbol que disputa. Un genio de la estrategia en un juego que poco provecho toma de ella. Pero la vida se encarga de balancear las cargas y por eso me convirtió en hincha del Deportivo Pereira.

El ardid parecía haber sido un fiasco cuando Hungría en menos de 10 minutos ya ganaba 2-0. Sin embargo la casta de Rahn y Walter y la oportunidad de Morlok, sumados a la torrencial lluvia que enlodó el campo de juego y la mala puntería de los húngaros, vieron cómo la estrategia del gran Sepp Herberger le daba a Alemania su primer título mundial al doblegar a la maravillosa sinfonía húngara por 3-2.

Hace unos días el sufrido matecaña disputaba un partido amistoso frente al Deportes Tolima. Jesús “El Kiko” Barrios, el mismo que dicta su nómina diciendo “Levítico 4 va por la punta derecha, Deuteronomio 8 como volante de creación y Corintios 2 de back centro”, planteaba un partido para probar a los refuerzos que llegaron al equipo para enfrentar el torneo de la B. Era la oportunidad de darle minutos de competencia a los desconocidos jugadores matecañas frente a un equipo como el Tolima, tal vez el más regular de los últimos años en Colombia. Sin embargo el Kiko tuvo su propio momento de Mago Herberger cuando se enteró que en la tribuna del estadio se encontraba Miguel Augusto Prince, técnico del Deportes Quindío (primer rival que tendrá el Pereira en el torneo). El Kiko decidió cambiar por completo la nómina del equipo y le dio paso a algunos jugadores (todavía más desconocidos, increíblemente ninguno de ellos era yo) más suplentes que Pedro Franco en Turquía, con la excusa de evitar que Prince pudiera desenmarañar la verdadera capacidad que el Pereira aspira a mostrar en el torneo.

Pereira fue goleado 4-0 por un Tolima al que pareció no importarle si al frente tenía al verdadero Deportivo Pereira, al Perdeira o al Deportivo Tapitas. Hasta el momento el truco Herbergeriano del Kiko Barrios parece marchar bien, ya que su equipo perdió estrepitosamente, lástima que no haya tenido en cuenta que el Tolima juega en otra categoría diferente y no habrá posibilidad de revancha, como sí la tuvo Alemania. Pero todo no paró ahí, para el inicio de la temporada 2014, donde el Deportivo Pereira se enfrentó en la primera fecha al Deportes Quindío, la estrategia de Kiko no dio sus frutos: su equipo, que esta vez si jugó con los “titulares”, cayó 3-0 en su casa.

Fotos tomadas de: www.bundesligaclassic.tumblr.com www.fifa.com www.hall-of-fame-sport.de www.torneopostobon.com.co www.deporterisaraldense.com

Por: Erika Yulieth Vargas / @Erika_Yulieth y Jenny Prieto / @JennyPrietoR

Por: Sebastián Areiza / @areizacorrea Fotos: Pipe Sánchez / @PippeSanchez

Este texto está inspirado en “Delicias de la derrota”, publicado por la revista Cromos en su edición del 28 de julio de 1997. Escrito por el hincha poderoso más destacable desde Pablo Escobar, más o menos: Héctor Abad Faciolince. Los párrafos siguientes son una suerte de irrespeto a su grandiosa obra. Pero claro, necesitábamos ver la otra orilla del río. Perdóname porque no sé lo que hago, Héctor. “Yo los veo y pobrecitos”, me dice un amigo refiriéndose a los hinchas del Medellín. Yo de ellos no debería hablar en términos de grueso calibre puesto que muchos de mis amigos y toda mi familia, a excepción de mi adorada abuela materna y alguna tía farandulera, son rojos hasta la médula. Mi viejo me llevó por primera vez a un estadio de fútbol a ver al DIM… el problema es que el DIM jugaba contra Nacional. Y el blanco y verde de la bandera antioqueña se me quedó para siempre y sin condiciones clavado en el alma. Esa decisión, esa pueril decisión de una tarde de 1999 que terminó reafirmándose en una noche del 2004, me marcó la vida. Me dio lo más grande. Me dio el único (y permítaseme el uso de un término contable en esa narración) activo fijo con el que contaría durante toda mi existencia. Ha sido la mejor decisión de mi vida, si hubiera escogido así todos los asuntos particulares de mi vida sería el mismísimo putas. Todo porque es la única manera que tengo de ejercer una relación de poder sobre los demás: Nacional me da la santísima licencia de ser agrandado y petulante. Esto no es secreto para absolutamente nadie: Más cansón que un hincha de Nacional, dos hinchas de Nacional. Somos insoportables y lo bonito del caso es que tenemos todos los argumentos para serlo. Somos arrogantes y nos odian por eso, más que por esos escaparates atiborrados de brillosos trofeos. Estamos tan mal acostumbrados que cuando sufrimos una derrota, no falta el que cree que el fútbol se lo inventó Don Niembro y dice que en las malas mucho más. No, viejo, pará: Ya pasamos por esas. Justamente por eso Nacional es un emblema de la cultura paisa.

La cultura paisa de la que hablaba es, poniéndolo en el contexto de estas páginas, muy bilardista: Hay que ganar como sea, porque del segundo no se acuerda nadie. Ese pensamiento hizo que de este caserío encerrado entre montañas saliera todo tipo de atrocidades hacia el mundo entero,

pero también nos dio la suficiente fuerza testicular para levantar imperios desde el pantano: Don Pepe Sierra, otro icono paisa, era un arriero que empezó vendiendo panela en San Pedro y terminó inyectándole plata a las pobrísimas arcas del país a inicios del siglo XX, mientras veía que sus extensiones de tierra llegaban hasta el límite donde los ojos dolían. Algo así, con el perdón de don Pepe (ahora mismo está complicado preguntarle de qué cuadro es hincha), es la historia de Nacional: En una canchita improvisada de Buenos Aires, conocida irónicamente como la Manga de don Pepe nació, entre jóvenes entusiastas y sin un carajo qué hacer, la idea de unirse y formar un club. Luego esos jóvenes entusiastas se unieron con otros obreros entusiastas que trabajaban en una fábrica de telas. Fue cuestión de años para que ese sancocho de estudiantes y obreros llamado Unión Indulana se convirtiera en Atlético Municipal y, en una seña más de ambición expansionista, en Atlético Nacional. Claro, nada que ver con la rancia burguesía que fundó al rival de plaza. Aquel elenco de dandis antioqueños, financiados por militares y empresarios, que incluso osó ponerle un nombre en inglés a un equipo tan paisa como los frijoles, la arepa o los cosquilleros en el Parque Berrío: Medellín Football Club. Esos mismos que hasta mediados de los setentas nos llevaban una ventaja abismal en los clásicos y nos pegaban unos bailes de leyenda. La leyenda de la Danza del Sol. Esos que ahora pasaron de victimarios a víctimas y ven pasar hordas de jugadores atolondrados y carentes de técnica año tras año. Esos que están con el rojo, pierda o empate. Sí, amigo imberbe, Nacional no siempre fue ese equipo ganador de todo, que salía a pasearse de tierrero en tierrero en la pintoresca liga local. Nacional estuvo diecinueve años sin salir campeón. Durante casi dos décadas, y por más que suene a anécdota del Mesozoico, Medellín tenía más títulos que Nacional. Durante los sesentas Nacional era cliente fiel de los últimos lugares de la tabla. En los cincuentas los jugadores de Nacional sostenían el equipo con una natillera. En esa primera época de fútbol profesional, el dinero que le entraba a Millonarios en un solo partido era lo que le entraba a Nacional en un año o más. Nacional era el arriero falto de estudios pero vivo de espíritu que de tanto darle a la pelotica, progresó.

¡Y qué progreso! A tal punto que los fracasos más sonados de Nacional para otros equipos serían, cuando menos, deseables. Te hablo de ese equipo de 1955 que iba de lleno por su segunda estrella –a la postre el bicampeonato- y que se la dejó arrebatar por el DIM. O de ese que, igual que Millonarios, se comió ocho goles; en un torneo al cual sólo se podía acceder siendo campeón continental. Te hablo de ese equipo del 2004 que perdió una liga en penales de la forma más ridícula después de levantar un 3-0 en contra. Te hablo de ese equipo de 1995 que Grêmio humilló ida y vuelta, ese equipo que casi vuelve a levantar la Libertadores. Te hablo de esa selección de 1990, cuando Higuita le regaló un gol a un viejito camerunés por ponerse con sus locuras, donde ocho de los once titulares eran de Nacional. Ya quisiera que yo, relativamente joven aún, tuviera una vida así. Un desenlace tan feliz como el de Nacional. Yo estudio, trabajo, monto en bus y me pongo ropa del Hueco, todo al tiempo. Mi única felicidad garantizada cada fin de semana es ver a Nacional. Mi único motivo de orgullo es ser de Nacional. El único motivo que justifique lo pedante que soy es, justamente, ser de Nacional. No puedo hablar mal de los hinchas rojos porque mi papá es del rojo y gracias a él, irónicamente, soy hincha de Nacional. Y ya quisiera estar yo a los 67 años así de bien: altivo y orgulloso de ser así, de haber pasado por las verdaderas malas y haber hecho las cosas suficientemente bien para ser altanero. Verde y altanero.

Para quĂŠ tsirabaj a uno no es para irdomiael ngo Romperse los Pulmones Hipornchando un Ideal

Si Hast a me Hiciste

Hi n cha deesa Murga aNomíSabíquea lerao queun

Orsai 60

El Abuelo

Por: Juan Sebastián Molina / @Juansems

n los años cincuenta Granada era, al igual que hoy, un país del tercer mundo. Por eso mientras en otros lugares del planeta se potenciaba la aviación como opción de transporte, aquí los trenes eran la mejor manera para cruzar el país de un lado a otro. Jesús había nacido a mediados de los años treinta, había quedado huérfano a principios de los cuarenta y había conseguido su primer trabajo cuando esa fatídica década estaba por terminar. En ese mismo año, cuando empezó a trabajar como recolector de sembrados, fue fundado el Primavera Fútbol Club, un equipo de fútbol nacido de las entrañas de la empresa textil de Primavera. Un equipo arraigado en el catolicismo y el cuál nacía como contra al club de los ricos de la ciudad: el Olímpico de Primavera. El Primavera con el correr del tiempo fue adquiriendo los colores de las montañas de su pueblo y lentamente se fue metiendo en el corazón de los habitantes de este, el estado más pujante de todo Granada. Jesús, cansado de trabajar en el campo, se fue a la ciudad, tal vez a pasar un día, tal vez a conocer algunos edificios y hasta a compartir en el mismo parque donde se reunía todo Primavera después de salir de misa y antes de irse para el estadio municipal a cerrar el domingo viendo fútbol, ese deporte que poco a poco se estaba tomando el corazón de todo un país. Esa tarde la vida de Jesús cambió para siempre. Mientras caminaba por las afueras del edificio del Ferrocarril de Primavera probó a hacer una fila frente a un cartel que decía “Vacantes”. Allí lo único que le preguntaron era si sabía firmar, él, que apenas había hecho hasta segundo de primaria, contestó afirmativamente y después de eso firmó un contrato, recibió un pago anticipado y se fue a ver al Primavera al estadio municipal. Fue amor a primera vista. Tal vez por los colores verde y blanco, tal vez por el origen obrero del club, tal vez por su forma de tocar la pelota que era lo más parecido a la poesía. Algo le tocó el corazón y sobre todo, la retina. El Primavera Fútbol Club se convirtió en su único y más profundo amor.

Empezó a trabajar al día siguiente. En el lugar donde firmó el contrato le entregaron un uniforme gris que rezaba, con las letras del mismo tono de verde que el del uniforme del equipo que lo había enamorado, Ferrocarril de Primavera, le entregaron una lonchera en ese mismo tono de verde y unas cadenas con las que haría su trabajo. Sería frenero, tendría que jalar el tren en sentido contrario al de la locomotora para así asegurarse de que parara en las estaciones. Desde ese día vivió de recorrer Granada en el tren, pero no pudo volver a ver al Primavera en el estadio municipal. De todas formas el amor por los colores obliga a que de una u otra forma te inventes la forma de ir a visitarlo. Y por ese mismo amor se encontró en varias ciudades de Granada tratando de encontrar boletas en los estadios, para ver jugar al Primavera. La primera vez que lo hizo ocurrió en Cafetales, donde vio como el Primavera le ganaba con un contundente dos a cero a los Cafeteros, equipo de esta ciudad. Después se encontró en el Valle de la Caña viendo como empataban el Primavera y el Club Azucar de Fútbol. Fue así como se inventó la forma de estar junto al equipo que amaba en cada ocasión que se le presentara. El periódico era la mejor forma de estar informado sobre el desempeño de su club y el tren la mejor manera de llegar a cada una de las citas que el Primavera le ponía en las distintas ciudades que visitaba. Hasta ese veintisiete de Noviembre del cincuenta y seis, año en el que el Primavera se coronó por primera vez campeón del torneo Nacional. Había visto seis o siete partidos del equipo verde, uno en condición de local y el resto en las diferentes ciudades en las que, por las casualidades de la vida, lo agarraban el trabajo y la pasión. Incluso, por su pasión y su acompañamiento, había sido reseñado en varios periódicos locales donde se enorgullecían de él, ya que estaba siempre que su equipo iba de visitante. El Primavera hizo lo suyo, ganó y lideró el torneo de principio a fin. Llevaba nueve años de fundado

y era la primera vez que hacía una temporada con tanto éxito y se le presentaba la oportunidad de salir campeón, logro que podría darse en su visita al Ciclón de Bahía. Hasta allí llegó Jesús, luego de dos días de viaje, con los hombros molidos por el peso del tren, con el corazón palpitando por la final, con el desespero de no encontrar una boleta para ese partido tan trascendental. El estadio lo esperaba, se erigía con su grandeza frente a sus ojos. No habían boletas, todas estaban en manos de revendedores o de miembros del club. Las revendidas eran veneno. Él se las ingenió. Como también aprovechaba cada viaje a Bahía para comprar whisky más barato que de costumbre, cambió una botella de las que llevaba para vender a Primavera por una boleta de oriental. Al fin, luego de casi un mes sin encontrarse en el camino con su amor, iba a volver a verlo. El partido empezó, el cesped se veía quemado, parecía arena. Jesús estaba parado delante de

todos en la tribuna oriental. Mientras el estadio se vestía de azul y rojo, él era la mancha gris, esa que todos sabían de dónde venía, sobre todo por la insignia que lo unía al Ferrocarril de Primavera. Gritaba, se comía las uñas, se limpiaba el sudor. Llegó el primer gol del equipo verde de su ciudad. Lo celebró a rabiar mientras disfrutaba del silencio de todo un estadio tras él. Algunos bromeaban con él, otros lo respetaban, era el único hincha del Primavera en todo el lugar. El Primavera siguió dominando sobre el terreno de juego, seguidillas de varios toques y una sonrisa en el rostro de Jesús, sonrisa que es el reflejo del buen fútbol. Segundo gol y pitazo para ir al descanso. Silencio total en las gradas, descanso para el incansable frenero que estaba allí solitario, porque sus compañeros de trabajo, casi todos, tenían sus mujeres en esa ciudad costera o simplemente les parecía ridículo que él sufriera por ver a veintidós detrás de un balón. Con el inicio del segundo tiempo siguió el dominio del equipo de Primavera y con él llegó un gol más

del equipo verde. Jesús gritó, celebró, brincaba, iban a ser campeones por primera vez y él iba a ser el único hincha que lo iba a presenciar. Los minutos iban pasando, el equipo seguía dominando, Jesús empezó a gritar “ole” con cada toque y fue contagiando a una tribuna que se vio dominada y admiró el juego de su rival, pese a estar mordiéndose las entrañas por saberse inferior. Cuando llegó el pitido final, el estadio se vació en pocos minutos. La premiación, aunque breve, iba a ser histórica. Solo quedaron en la cancha los jugadores, el cuerpo técnico y Jesús con su traje del Ferrocarril, separado de la cancha por una malla. El equipo, obreros también como Jesús, al verlo solitario, fueron hasta su lugar, lo saludaron, le dieron las gracias y lo invitaron a que compartiera con ellos en el hotel donde celebrarían. Al otro día, con la alegría en la cara y la copa entre las manos, tanto el frenero, como el equipo, abordaron el tren que los llevaría victoriosos por primera vez, con destino a Primavera.

Dormi r yo cuando el Cuadro va al

descenso. no duermo hast a el F inal del

Campeonato

Si Ust e des l o s Di r i g ent e s no ven nada. Nosot r os los Hinchas lo

vemos Todo.

.el.Eques no se elda tqueodo Ve, sin esperar

Nada. . el . .Eso es Hincha

sin Club el

HINCHA? Una Bolsa

Por: Daniel Castrillón / @Kissthepitbull En la década de los 50 en Argentina se estaba empezando a vivir una fiebre que luego detonaría en el fenómeno que son hoy las barras bravas. Eran grupos que se reunían a alentar equipos, a apoyarlos hasta el cansancio y acompañarlos a donde fueran. Estaban naciendo barras de todos los clubes del país y empezaron a aparecer términos que luego se usarían y se popularizarían en el resto del mundo. Enrique Santos Discépolo, un famoso cantante de tango y actor argentino de origen italiano, fue el encargado de llevar estos términos a la pantalla gigante con una película llamada “El Hincha”, considerada la primera película que habla de la pasión del fútbol en Argentina y que ofrece a grandes rasgos una burla a todo eso que se estaba viviendo en la época en torno al fútbol y todo el folklore que se vivía en esos días y perdura hasta nuestros días. Esta película, a blanco y negro, que se puede encontrar en youtube, no solo quiso burlarse de los hinchas del fútbol, sino que también dejó para la posteridad algunas frases que caracterizan lo que sienten muchos de los hinchas. Nosotros quisimos retratarlas en algunas páginas que usted acaba de disfrutar y lo invitamos a que se vea esta película y se divierta así como lo hicimos nosotros.

enno seesthabla acasamás

Para qué uno sitirrabaj no elesapara domi n go a Romperse los Pulmones

Ust e des est á n hundiendo al

El Hincha

Hast a que no se resuelva

el Campeonato de Amor

ClYoubvengoy

Hipornchando un Ideal esel Alma de los

a Salvarlo. Colores

@jUANSEMS

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