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Duelo en honda
Luis fayad Escritor colombiano residente en Berlín Entre su extensa obra se encuentran Los parientes de Ester, El regreso de los ecos, Los sonidos del fuego
De los cinco hombres que ocupaban una mesa de un pequeño café de Honda, con vista al río Magdalena, uno tenía un ojo amoratado. Tío Jorge nos advirtió a mi hermano y a mí que no lo miráramos de frente. —Ese es Eusebio —nos dijo y le dio un sorbo a su pocillo de café con intención de ocultarles a los de la mesa de al lado que nuestra charla se refería a ellos.
El tal Eusebio era el menos acuerpado de los cinco y cuando pude verlo mejor me dio la impresión, que después supe que era falsa, de un hombre cohibido ante los otros cuatro. Por temor a que se dieran cuenta que los oteábamos de soslayo, mi hermano y yo fijamos la vista en tío Jorge como si siguiéramos con él una charla, pero el simulacro resultó evidente. Más verdadera y hasta ingenua debió parecer mi mirada a través de la ventana, por donde contemplé el río rodando en sus orillas de tierra negra teñida de amarillo. En esos años todavía no era notoria la afluencia de turistas y la pintura de la fachada de las casas no pretendía ser una exhibición lustrosa para los visitantes de la ciudad. El empedrado de las calles, a pesar de la incomodidad para el paso de los carros, era un atractivo de los tiempos coloniales, y no recuerdo que el desnivel en el pavimento de las aceras hiciera pensar en un descuido de las autoridades. Como parte de lo que era mi paisaje en las visitas a tío Jorge un grupo de niños, hijos de pescadores, jugaba a las gambetas, y gozques inofensivos husmeaban en las canecas.
Pasar dos o tres semanas de vacaciones en esa ciudad hundida en las hondonadas de la montaña era meterse día y noche de cualquier época del año en un aire de brasas. Los ventiladores daban vueltas con pocas pausas en las viviendas
Entrevia
Esthercita Beberse la vida
forero a cantaros
FABIO BETANCUR ÁLVAREZ Sociólogo, ensayista, poeta e investigador El pasado diciembre se conmemoró el centenario del natalicio de la Novia de Barranquilla. Esthercita Forero Celis (Barranquilla, 10 de diciembre de 1919 – Barranquilla, 3 de junio de 2011), compositora e intérprete, legó a la música latinoamericana aires, letras y melodías inolvidables. La Revista Universidad de Antioquia se suma a este homenaje y publica un fragmento de la entrevista que le hizo el profesor Fabio Betancur Álvarez el 26 de mayo de 1989.
En los CDs todavía se conserva la voz de Esthercita. Decidida, orgullosa de una vida de éxitos. El diálogo es ameno, familiar. Intercambiamos opiniones y recuerdos sobre músicos extraordinarios que participaron en su formación musical. Ella me explica su historia, agradecida de la vida, con gran sencillez y carácter, resaltando el papel de padrinazgo que tuvo el compositor de “Lamento borincano”, el maestro puertorriqueño Rafael Hernández. Sus giras, sus comienzos musicales son asombrosos; también sus grandes aportes al Carnaval de Barranquilla y a la música del Caribe.