Colibrí María Tereza Garzón Escucha: se que estás aterrada en este momento, pero también sé que sientes alivio. Sube el puño y golpea, por ti, por nosotras.
Lx Cancerberx del sur o cancerberus sureñus es una canina errante que pertenece a las subfamilias sororas feministas que devienen manada, habita las latitudes tropicales en donde el norte es el sur. Este espécimen también conocido como “bestia salvaje” o “amazona” se alimenta de la rabia que le produce habitar un mundo al revés. Sin embargo, este factor ha ceñido su carácter aumentando su fortaleza, razón por la cual la herstory la ha catalogado como una subjetividad empoderada. En el devenir de Vozal a esta especie se le emparentaba con la perra callejera, pero recientes mutaciones la han transformado en una bestia de tres cabezas, aumentando sus aptitudes para poder hacer frente a los disimiles desafíos de su existencia en el entorno, que han dividido su isionomía de esta manera:
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¿Devenir qué? Bellota Ternera (Publicado el noviembre 17, 2012 por Desacato Feminista en red)
Mi abuelo materno me dio status ontológico hace tiempo y yo no me había dado cuenta. Desde hace unos años, viene diciendo, cuando se tiene que referir a mi: que “vaca chiquita siempre será ternera.” Por lo general había relacionado esa frase con dos cosas. Una, mi estatura, bajita para la estirpe de la línea materna, lo cual la verdad, no me ha trasnochado mucho. Dos, mi edad. Esa, tengo que decirlo, me ha regocijado permanentemente pues puedo pasar fácilmente como alguien mucho menor de lo que soy. Sin embargo, también he tenido que experimentar el hecho de ser ternera y no ser valorada como vaca. Es decir, en estado de llegar a ser, no completamente terminada, jerárquicamente percibida – desde luego ubicada más debajo de la cúspide donde las vacas sagradas se ubican -. Hace diez años que empecé mi militancia feminista, y nombrarme como joven me sirvió para entender que también debía pelear contra el adultocentrismo. La cosa es que a medida que fui creciendo, deviniendo feminista y parte del movimiento de mujeres, la condición de joven se pasaba y el argumento parecía agotarse, al menos para mi interiormente, porque yo seguía pareciendo ternera. En estos días me puse a asociar las dos cosas: verme ternera y no serlo. Para los primeros años de mi militancia feminista aprendí que había quienes te valoraban como “vaca” luego de que desplegabas por una buena porción de tiempo tus capacidades político bovinas (tanto analíticas como de acción). En cierta medida, tenias que mostrar que eras una vaca como ellas para que pudieses tener status ontológico, es decir, para poder ser feminista. Aprendí a mugir alto. Eso, debo decirlo, me sirvió en mi militancia en organizaciones mixtas y en mi paso por la academia. Mugir alto (además de hacerlo con contundencia y coherentemente), es útil para ser reconocida por momentos como par de los toros y como una ternera-vaca por mis compañeras terneras y vacas. No obstante estos “reconocimientos”, no falta el toro, la ternera y la vaca que desea patearte/invisibilizarte cuando se sienten amenazados. 6
Ante esta situación, es mejor negarse a tratar de ser vaca y/o toro para ser escuchada. Por eso optar por los silencios cuando los oídos de vacas y toros no escuchan, puede ser sabio. En estos días que me he puesto a observar a terneras, vacas, toros, a vacas sagradas, y a mi misma, he comprendido el valor de ciertos silencios. Y me pregunto: ¿por qué no pueden hacer el esfuerzo vacas y toros por escuchar y por darse cuenta de los silenciamientos que producen? Se siente más cómodo ser como se es, como se quiere ser, que a este punto no es ni ser ternera, ni vaca, ni toro, ni ninguna especie de vaca sagrada. Yo me reivindicó ternera, pero quiero devenir otra cosa en la vida cotidiana, en la política, en la academia. A lo mejor una monstruosidad, un híbrido, fuera de los estereotipos. Un animal que se reinventa a diario sin forzarse, sin dejarse forzar por los esquemas, por el poder, por las construcciones coloniales, patriarcales, capitalistas, hetero y no heteronormativas. Un ser que no se deja tragar por la lógica del poder que hace repetir los silenciamientos y las imposiciones que no te gustan. Una mujer que se cuestiona cuando se ha convertido en vaca y toro hegemónico. Como ternera en estado liminal, reivindico devenir lo que se me de la gana, sin las imposiciones de los poderes que oprimen, sin las imposiciones de la izquierda, de las feministas hegemónicas y no hegemónicas, de mi familia y de esta sociedad conservadora. A lo mejor devengo …
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Fémna metamorphè
Erika Jaramillo
«La ideología de la belleza es el último baluarte de las viejas ideologías femeninas, y tiene el poder de controlar a mujeres que, de otra manera, se hubieran hecho incontrolables» Naomi Wolf Adentrase en el reino animal es adentrarse en un apartado de nuestra propia condición. Hace siglos, otros de nuestra especie eran conscientes ya de dicha condición, la de animal, reconociendo además su relación con la naturaleza. El totemismo como concepto antropológico designa dicha relación, y por medio de la adoración a otros animales o seres pone de manifiesto el reconocimiento de un ligamen con estos, al considerar una correlación de semejanza o parecido con ellos. El término 'totemismo' proviene de la palabra ototeman que en lenguaje algonkina significa «él es de mi parentela», tal vez, ese parentesco, como vínculo existente, sea la causa inicial de las posibles explicaciones del origen de estas prácticas. Una de ellas plantea que surgen de la búsqueda de formas para proteger a ciertos animales o plantas de su extinción. Otra plantea que son consecuencia de las experiencias vividas en ciertos rituales, incluidos aquellos donde se ingieren enteógenos, que entre otras cosas pueden llevar a experimentar un devenir animal o planta, o el recuerdo o visiones de los mismos, en su forma ancestral, como transmisores de un mensaje. El tótem se erige así como elemento de protección con una doble finalidad, por una parte, la no desaparición de ciertos seres, y por otra, la perpetuación del conocimiento. El ser humano como organismo, forma parte del reino Animalia del dominio Eukaryota, uno de los cuatro reinos existentes dentro de la clasificación de los seres vivos. Una de las características de estos organismos es establecer un plan corporal fijo, aunque algunas de sus especies pueden sufrir en algún momento metamorfosis (meta-morphè), una alteración de la forma.
Fail hair transplant (Trasplante de vello facial), Ana Mendieta, 1972
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«Ningún destino biológico, psíquico, económico, define la imagen que reviste en la sociedad la hembra humana; la civilización ha elaborado ese producto intermedio entre el macho y el castrado que se suele calificar de femenino». Simone de Beauvoir Algunas prácticas performativas subvierten lo establecido cuando a través de ciertas acciones propician que el cuerpo experimente una especie de encarnación, tal como sucede en los ritos del totemismo o en las metamorfosis. De alguna manera, ese subvertir es un abandono de la condición de animal domado, para volver al estado original de animal salvaje o para devenir animal fabuloso. Y tal como en los bestiarios, en estas formas de performatividad hay una misma finalidad, la de transmitir una lección moral, aunque los preceptos sobre el bien y el mal hayan cambiado con el paso de los siglos. En algunas prácticas teatrales, el ser actuante representa a otros. En las prácticas performativas a diferencia de estas, el ser se presenta unívoco, el ser performativo, al igual que el resto de animales, no da lugar a ambigüedad o equívoco, pues en él no hay artificio, al manifestarse siempre de una misma forma, aunque en las dos prácticas se puedan utilizar disfraces o formas de mimesis. Así, el gesto performativo puede ser subversivo cuando trastoca o invierte el orden de valores o principios y desmonta jerarquías. La acción es entonces una revuelta y los cuerpos insurgentes.
Suzy Lake as Gary William Smith, Suzy Lake, 1973-1975
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Las Guerrilla Girls, desde la década de los años 80, asumen una metamorfosis. Al utilizar mascaras de gorila como una forma de anonimato y protección, a su vez insignia de las técnicas de guerrilla que utilizan para denunciar la falta de presencia de mujeres en el mundo del arte.
Guerrilla Girls
Birgit Jürgenssen, en su obra Nest (Nido), 1979, encarna posiblemente un árbol, haciendo una parodia de la maternidad, entendida como único destino. Hablando, al igual que en otras de sus obras, de la emancipación de la mujer y de forma crítica, sobre el papel tradicionalmente doméstico impuesto a las mujeres. Birgit Jürgenssen, Nest, 1979
Pauline Boudry y Renate Lorenz, en su obra Charming for the Revolution (Encanto de la Revolución), 2009, nos presentan un devenir pájaro, tal vez como una analogía del portador de un mensaje, que comunica, entre otras cosas, uno de los lemas feministas, «salarios para el trabajo doméstico», recreando la figura del ama de casa dentro de la sociedad capitalista. Pauline Boudry / Renate Lorenz, Charming for the Revolution, 2009
Francesca Woodman se mimetiza en sus fotografías, sin que estas sean simulacros, sino al contrario, autorretratos de gran verosimilitud, que en conjunto son una exploración de la identidad. Naturalezas muertas de aire victoriano, puede que como remembranzas de algo ancestral. 10
rancesca Woodman
Su imagen muchas veces reflejada en espejos, nos muestra un yo que es otro, al igual que lo hace Joan Jonas en 1969, Gina Pane, en 1980, con su obra Mirror (Espejo), o como lo hace la palabra ototeman al indicarnos que ese otro «es de mi parentela». Disuelta, enmascarada o fundida en sus imágenes, Francesca Woodman se protege, tal vez de su propia desaparición. Sus desnudos, la mayoría de las veces parciales, se convierten en un gesto radical. Formas fugaces de aparición y desaparición, como fugaz fue su vida tras su temprana muerte, cuando a los veintidós años saltó al vacío en el Lower East Side neoyorquino. Incrustada en la realidad se hace tótem. Y su obra y trágico final, nos revelan nuestra condición efímera. Aunque seria maravilloso que como en la fábula del gato, esa que dejará fuese una sola de sus vidas. Plantas carnívoras, erizos de mar, peces voladores, como símbolos de perduración, gracias a su transformismo, se hermanan con esfinges, harpías, hidras, lamias, quimeras o sirenas, y también con mujeres barbudas, gorilas, árbol, pájaro, disecadas, gatas o miméticas, al ser la transformación en todos el mecanismo de no desaparición, otra forma de perpetuación. Tal como menciona Cirlot en su Diccionario de Símbolos, -según Jung-, «el animal representa la psique no humana, lo infrahumano instintivo, así como el lado psíquico inconsciente». Que sean entonces ciertas manifestaciones de nuestro yo animal, herramientas de salvación y lucha.
Joan Jonas, 1969
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Mirror, Gina Pane, 1980
Feminismos líquidos….. Cantos y afecciones de una sirena en el asfalto. Lia García (La Novia Sirena) México D.F.
SIRENA
Sin embargo, nada es como el misterio de una sirena: frágil, por su dependencia del agua, pero plena de un enigma único por ser capaz de vivir en la inmensidad del agua, atravesarla, con su genitalidad no visible […] Elia Espinosa, 2015.
Género: Antropozoo, le dicen “la mujer pez”, “La ambigua”, “La traicionera” “La de voz engañoza” ten cuidado, no la escuches, te puede seducir…. Nombre científico: Gynaves Cantatrix, pero le gritaron “Masculino” la llamaron “Gerardo”, una equivocación…. La sirena: …D E S O B E D E C I Ó…
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¿Alguna vez se han puesto pensar en el concepto de libertad más allá de los discursos filosóficos o
jurídicos que implica esta palabra? Para la cultura de las chinas el elemento AGUA es la fuente de toda emoción; está desde el comienzo de las ideas creadoras, gracias a ella las ideas fluyen y trazan rumbos infinitos. Y que decir de las moléculas del AGUA: la composición del elemento H2o llevan consigo el poder de la adaptación a cualquier forma sólida que las contenga, ellas se aglomeran formando un contorno dependiendo la forma y tamaño que van a tomar, después se esparcen siendo libres aunque el espacio sea diminuto. EL AGUA, aunque se convierta en hielo por largas temporadas, regresa a su forma habitual de libertad y nunca pierde su transparencia…. incolora, salada o dulce, cristalina o turbia, así es el AGUA, el elemento que posibilita una CUERPA, lo que posibilita las lágrimas y los fluidos, lo que posibilita ser transfronterizas cuando cruzamos los océanos, lo que nos hace encontrarnos y lo que nos lleva en contracorriente ¿Cuáles son las formas en las que hemos fluido las identidades? ¿cómo construimos nuestros espacios de acción feminista, que formas tienen?¿a través de que acciones hemos combatido la dureza del asfalto? Una CUERPA colectiva, la que somos nosotras, vamos caminamos en sentido contrario a los discursos hegemónicos, aquellos que hieren, enojan y encierran los afectos. Somos fuente creadora de ideas que fluyen y se convierten en armas punzocortantes para el discurso generador de violencias, sinónimo de asfalto: Duro, gris, cortante y estático: como sus moléculas que se encuentran congeladas después de ser objeto de una mezcla que con el tiempo se endurece y permanece así por la eternidad, hasta devenir piedra con la deconstrucción o ser para la construcción, pero sin perder esa firmeza. El cariño, la ternura, y las afectividades corporales, significan un arma contestataria al sistema, la colectividad genera movimiento, y para una sirena en constante desobediencia, una CUERPA colectiva puede significar su hábitat natural, la inmensidad del mar, eso que posibilita su movimiento en la ciudad, lo que le permite recuperar la voz, esa voz robada, perdida, que se convierte en un grito rebosante y rebotante en las paredes, un grito que hace eco y que se absorbe por la piel, como el AGUA, el grito de JUSTICIA Y VERDAD que hemos buscado hasta en los espacios más recónditos del universo y que hemos encontrado cada vez que tomamos un espacio y fluimos libres de ser, de amar y de pensar….SOMOS UNA CUERPA Y ESTAMOS AQUÍ.
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GATAS
Hay algo que admiro mucho de las gatas: su capacidad para caer siempre de pié. Es ésta la habilidad necesaria para activar la curiosidad permanente. Saber caer de pié es no tener miedo, no tener que aceptar la comodidad de los lugares comunes. Hemos hablado mucho sobre perras en las búsquedas de nuevos placeres agenciados en una ética feminista, pero no nos hemos detenido a estudiar juiciosamente a las gatas. Éstas, más allá de la sensualidad y la búsqueda constante de un roce de la piel con miras a afirmar la vida a través del juego y del placer, cuentan con una tecnología poderosa de autocuidado. Sin ésta compleja tecnología, las gatas propensas a la experimentación de la vida, correrían el riesgo de morir en cada intento, de salir lesionadas y maltrechas como consecuencia de su necesidad de aventurarse más allá de los muros del hogar. Cuando vemos que ya no hay vuelta atrás, que la casita de la heterofelicidad ha sido definitivamente deconstruida a punta de lecturas, de experimentos, de ensayo y error, nos vemos expuestas a una situación trágica sino desarrollamos mecanismos felinos de autocuidado. Para continuar por la ruta de la invención de nuevas formas de relacionarnos afectivamente con lxs otrxs, es necesario mutar el cuerpo. Añadir ciertas vértebras en la columna, crear estrategias de comunicación entre la cabeza y las patas para extender las extremidades de modo que hagan resistencia al aire y frenen caída. La apropiación de éstos mecanismos felinos será, de ahora en adelante, parte fundamental de una estética feminista. Mónica Eraso J.
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Gorohiena inkĂłmoda Animal errante, de rara estirpe y de sĂşbita fuerza que sobrevive a pesar de las contradicciones en un mundo inhĂłspito.
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Andrea Barrangan
Hibridbitch Cati Polanco
Nació de semen artificial lésbico implantado en un útero lozano de una bella tecno-mujer obligada a parir. Se desprendió antes de tiempo gracias a un aborto felizmente planificado, enterrado vivo como embrión bajo un árbol de Canelo, fue encontrado por neo alquimistas que le ensamblaron piezas de polímeros trabajado en impresoras 3d. El embrión desarrollado en un laboratorio expuesto a experimentos de goce y agonía , desarrolló capacidades posthumanas, liberado de la culpa de ser una sola criatura , pulula indistintamente por ambientes bióticos y abióticos , industriales y naturales. Muta con sustancias químicas desprendiendo gases tóxicos en entornos donde la hipocresía y estatismo de seres biológicos con nociones masoquistas del tiempo y el espacio son encadenados a símbolos fútiles. No posee sistema endocrino , mas bien , no posee ningún sistema interno al que no se le pueda implantar micro controladores que subviertan sus limitaciones sensoriales. Una bomba de tiempo biológica se desarrolla en su útero , cada mes se gesta un arma nuclear , cada mes se auto implanta en su cuerpo hemafrodita switch un virus parasito que carcome las membranas que sujetan el fruto de su vientre, cada mes aborta la posibilidad de destrucción. Sin relaciones de amistad ni familiares en su porvenir heteróclito, solo disfruta de la diversión de fracasar, divirtiéndose con las vicisitudes humanas. 17
JAGUAR Devenir Jaguar, Es decir comunicar el aquí con otro mundo que está ahí. Inmanente pero invisible. Nada de trascendencia sino destrucción del yo. Devenir cuerpo, es decir perder su piel: los átomos están siempre en movimiento y no pertenecen a nadie. No hay sino un magma de materia-información; éste se condensa a veces pero qué pretencioso mirar esta condenación en el espejo y decir : he ahí yo. Helena Sanchez Velandia 18
LA LLORONA
NUNCA QUISE TENER HIJOS Aunque de chiquita me pintaron que era el único camino Dijeron que estaba loca Que por fea estaría sola Vida triste, me anunciaron... ¿Quién será usted sin sus hijos? Mala mujer Endemoniada Fuera del orden Desnaturalizada ME RESISTO A SU VERDAD Ahogué la culpa Vago por el mundo Vivo y gozo mi cuerpo Indomable mi sexualidad Mi inspiración es su terror Mis deseos, mi destino Y no es que lloré de amargura Si me ve llorando: ¡es de felicidad! C.U.C.A.S. & Bastardilla Colectiva Urgente Callejera Anárquica Sin vergüenza https://cucas.noblogs.org/ Youtube “Decido ser sola” https://www.youtube.com/watch?v=C_SxKCfYx70 19
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MM.MM – memoria monstrua, memoria marica Sería la memoria un privilegio heterosexual? Miren alrededor. Cuadros de iconos, homenajes, propagandas, libros escolares, arquitecturas, museos, ¿dónde están los archivos travestis?, ¿los papeles monstruosos, las entrevistas de las causadoras de los desórdenes urbanos, las fundadoras de la duda en el seno heteronormal, las madres del asco profundo a la cisexualidad? Me dicen “aayy, pero antes no existía eso”. “Eso es cosa que nos empuja la modernidad del siglo XXI para destruir las sonrisas colgadas de la familia tradicional”, “es cosa que nos empuja el capitalismo para retrasar la revolución socialista”, “es cosa que nos empuja el imperialismo occidental en África”, “es una enfermedad pasada de indígenas y africanos a nosotros, los dioses blancos cristianos”. Cuando nadie quiere darse cuenta que sí, siempre hubieron sexualidades disidentes, que son subjetividades que no pertenecen a ninguna geopolítica particular. Sí, la memoria parece ser un privilegio heterosexual. Cuando no aparece, cuando nunca está. Pero siempre está. En general está en los gritos de los sensacionalistas recortes periodísticos. Show Drag único en la capital. 5 travestis detenidas el último jueves. Presentación de muñecas hardcore, solo hoy en Night Club. Carnaval de muñecas en Recife. “Encontrado cuerpo de travesti asesinada” (es el grito que más aparece) Eso dicen todos los micro-museos que llevan adentro las que nunca pudieron contar con un espacio físico, muchas veces ni para vivir, mucho menos para recordar. ¿Quién quiso y pudo registrar la existencia de tantas travestis asesinadas por el mundo? ¿Quién registró las vidas que no llegan a los 40 años, expulsadas de la escuela, del trabajo, de la familia, de la universidad, de cualquier institución que produce memoria oficial colectiva? Allá nomasito están. En las cajitas de recuerdos de las amigas que se pudieron guardar. Investigando dentro de todo el vacío de los archivos de la hetero-historia, llena de si misma, páginas y páginas da LA NADA, aveces surge un grito enorme que llena todo el oído. Cuando tengo suerte tropiezo en pequeños gritos y algunas vidas en el archivo me hacen caer llevando mi cara al piso. Son memorias monstruas que no aceptan nacionalismos, límites temporales e identidades neoliberales. Sin darme cuenta tropiezo en ellas, tropiezo con el análisis de la pornotopía colonial y la producción de cuerpos heterosexuados por la colonialidad; tropiezo con el grito de Amelio Robles, asignado por la memoria biopolítica neoliberal del presente como “hombre trans”, recordado por la Revolución Mexicana y apagado por la memoria del eminismo cisexual; tropiezo con el grito de los “41 maricones” detenidos en el inicio del siglo pasado, en México; tropiezo con los gritos de las redadas constantes que detenían putos y travestis en la Argentina peronista; 22
tropiezo con el grito de los 108 en Paraguay, detenidos por “dudosa conducta moral” en el 1959; tropiezo también en el grito de Bernardo Aranda que nunca sabremos exactamente que le pasó con el “.. y un quemado”; tropiezo con los gritos de las travestis brasileñas detenidas en las redadas de los 60 acusadas de herir la normalidad heterosexual; tropiezo con los gritos de Chana, una “conocida torti” ingresada en Buen Pastor y entrevistada por el Diario Popular, periódico que no escondía sus ganas de vender por encima de polémica asumida y chonga lesbianidad ajena; tropiezo con los gritos de Giuseppe Campuzano y toda su museología travesti peruana; tropiezo con Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera que le sacan la chucha a la Historia LGBT -Stonewall; tropiezo con los gritos de peleas por genealogía travesti en Chile, la marcha de “las locas del 73”, “colipatos” que hacían “ostentación de sus desviaciones sexuales” en la plaza de Armas en Santiago y tropiezo también con los gritos de las otras locas, del 68 en las calles de Antofagasta tropiezo con los gritos de las lesbianas en Uganda, que delatan la homofobia democrática de los republicanos estadunidenses en África tropiezo con la puesta en escena de la sagrada última cena cristiana en la calle San Camilo, lugar de comercio sexual de travestis, quien grita es Pedro Lemebel y Francisco Casas, una última cena travesti destrozando a Augusto Pinochet, “Esta es la última cena de San Camilo, la última cena de este gobierno. Este es mi cuerpo. Este es mi sangre”; tropiezo con Irina Layevska, una mujer trans ex-guerrillera mexicana, que desafía el capacitismo y denuncia el género como proyecto político incluso en la izquierda revolucionaria; tropiezo con las voces de las trans indianas, que denuncian la transfobia imperial del Occidente; tropiezo con el grito de Karol Romanoff, santa travesti olvidada y rescatada; tropiezo con los gritos cuirs palestinos atacando el pinkwashing israelí; tropezé también con los gritos de “We’re dying, President Obama” de Jennicet Gutiérrez; y tropezé también con gusto cuando Hija de Perra me tiró caca en la cara hetero-historiográfica. Oigo tantos gritos allá afuera, oigo tantos gritos de memoria en los periódicos polvorientos que no alcanzo. Tanta palabra, tanta memoria, hermonstruas que gritan “oye, pero qué te pasa, acá estamos”. Tanto pasado que la memoria heterosexual insiste en decir que no pasa nada. No puedo describir la alegría que es tropezar en estos gritos. La caída me da una sensación inmensa de profundidad histórica. De todo un mundo pasado monstruoso y marica que está por oírse, de memoria que está por construirse. Hay que poner atención a la genealogía monstrua para tropezar. Hay que entrenar los ojos y ensuciar los oídos del aburrido silencio de la higiene histórica heterosexual. Clara Cuevas anarquista, perrorista, felinista, brasiguaya antinacionalista e historiadora de las historias que podrían haber sido
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EL FUTURO, UN AGUJERO DISTÓPICO DE MACHOS DOMINANTES. (Primer comunicado de las PANTRAVELAS luego de su viaje en el tiempo)
“La guerra ronda por las calles, por las plazas, por los parques, por las casas, por las camas y espera paciente a que sus víctimas no se hagan tan viejas como para darles un poco de su sabor; un sabor a pólvora, humo, droga y deseo.” En el Año 103 D.E.S (después de la era del sexo) la población mundial se redujo en un 80%, lo que en algún tiempo llegó a llamarse la era capitalista y patriarcal, ya no existe, se ha esfumado. La raza, la clase, la etnia, el género, el sexo, etc, la manera de relacionarse entre las cuerpas fue modificada profundamente, venimos de esa era mutante, nada es como es ahora, allí todo está peor. Llegamos en forma de aviso, constituimos una advertencia Somos prófugas, fugitivas de un régimen para el cual las resistencias resultaron sumamente peligrosas, el poder patriarcal-capitalista sintió temor por vvsu existencia, así que no tuvo más salida que mutar, transformarse devorando todo lo que encontró a su paso. Muchas de las iniciativas de las hermanas feministas y trans-feministas A.E.S (Antes de la era del sexo) fueron absorbidas, fagocitadas, por lo que el nuevo régimen creó: la maquina productora de deseos y todas aquellas guerreras que osaron negarse fueron exterminadas en su caminar. Nos fue impuesta una nueva normalidad, una nueva biología, ya no existe el género, las sociedades en general no consideran necesario asumirse como hombres y mujeres; el sexo como producción del deseo dejó de desearse. Venimos de una sociedad homogénea, en la que todas somos “mujeres”, un mundo feminizado que hizo de toda cuerpa un objeto sumiso, un ente para la explotación. Nosotras PANTRAVELAS hijas de las últimas hordas de lesbianas sobrevivientes del exterminio, que clandestinamente resistimos a la imposición del régimen masculino contamos: Venimos de una sociedad feminizada post-boom-capitalista, allí todas somos mujeres no importa lo que traigas entre las piernas, la gran máquina de los deseos nos enseña a todas a serlo, nos paren y nos educan para comportarnos como tal. Las ciudades y los campos están llenas de cuerpas femeninas, todas ellas disponibles, porque además de ser mano de obra, somos objetos del deseo. Las putas mal 24
pagas del sistema; al nacer la máquina nos enseña que somos cuerpas disponibles para el consumo, ¿de quiénes? De los jefes, de los hombres. La máquina es el “gran padre” (porque de allí venimos todas) nos producen en masa, se nos fabrica a su antojo, Según ellos, en algún momento de la transición a la nueva era, descubrieron la forma de generar vida humana artificialmente para “por fin liberarnos del parir”, sin embargo todo es un engaño, sabemos que en los varios pisos subterráneos que tiene la máquina, viven cientos de nuestras hermanas, cuyo único trabajo es parir sistemáticamente y garantizar la permanencia del régimen, pero esto solo lo saben unas pocas, por desgracia la máquina hace muy bien su trabajo e impide que las cuerpas que produce se cuestionen la realidad. Somos una clase social, explotada laboral y sexualmente, sin embargo se nos entretiene con comida, siete horas de sueño diarias y tres días de descanso una vez al mes. Vivimos hasta los treinta años, ya que de niñas, la máquina nos enseñó que después de ello somos inservibles, así que, una vez cumplida esa edad, nuestras hermanas mayores se dirigen nuevamente a la máquina y allí reciben una solución venenosa que las conduce a la muerte (muy voluntariamente, por cierto). Sí, desgraciadamente los hombres detentan el poder y lo hacen como siempre lo desearon, a costa de nosotras, eventualmente eligen algunos recién nacidos y les educan en el privilegio, les enseñan a ser hombres ignorando por completo su genitalidad, lo que al régimen le interesa es garantizar su continuidad, el sometimiento de unos cuerpos por otros, masculinidad reinante, feminidad sumisa. Con ello, se preguntarán ¿por qué la era después del sexo? para nosotras no existe el sexo tal y como se entendía en la era anterior, la máquina (re)productora de deseo nos enseña el sexo como un peligro, como una carga, como un deber casi sin importancia, el deseo de follar no existe, no se aprendió (la naturaleza humana y el impulso genético cambian); existe lo que se conoce como “el impuesto a la
existencia” y es que, eventualmente los hombres deciden deambular por las calles escogiendo cuerpas transeúntes al azar, si eres la elegida, te llegó la hora de pagar el impuesto, y aquello consiste en provocar todo tipo de placer al macho, el que se le antoje, cómo se le antoje. Hay hermanas a las que nunca en su vida les llega la hora de pagar el impuesto, hay otras que lo pagan varias veces, pero no es algo que importe demasiado, es como las cosas deben ser. Las pocas que logran despertar y escapar llegan a nuestros brazos para resistir y desear de otras maneras. Nosotras fuimos rescatadas, salvadas por las panteras disidentes (lesbianas guerrilleras, cimarronas) del régimen, que acostumbran en las largas noches de tormenta a infiltrar la máquina y robarle algunas hijas al sistema, nos abortan del régimen, nos liberan. Escondidas en la selva nos enseñan a ser guerreras, a buscar la manera de liberar a nuestras hermanas. 25
ADVERTENCIA
Según nos cuentan nuestras hermanas libres, La máquina del deseo ha funcionado desde siempre, incluso desde la vieja era, lo que sucedió es que no la vimos; no estaba en un territorio determinado, no ocupaba un volumen, ni sonaba, ni echaba humo; algo así como la mano invisible, como una utopía-distópica, pero andaba sigilosamente. Esta máquina se aprende desde que estamos pequeñas, se mete en nuestras cuerpas y funciona hasta en nuestros culos dilatados, pero no hay porque preocuparse, algún día la verán al asomarse a la ventana, con sus grandes chimeneas vigilando su existencia. Por ello advertimos: ¡LA ERA DESPUÉS DEL SEXO SE ACERCA! ¿Qué creían, que los verdugos iban a ceder así sin más? ¿Qué iban a aceptar así a la ligera que nosotras por legítimo derecho tomáramos las riendas? No queridas, la cosa no funciona así, no podemos pretender destruir al amo con sus herramientas, recuerden que su presente es la era del cisgénerismo y la heterosexualidad obligatoria, un presente que asesina cuerpas por su raza, su género su clase y muchas cosas más, un suelo fértil para ese futuro del que venimos nosotras, un futuro de machirulos que se nos corren en la cara con un semen fétido que niega nuestras memorias.
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Las pirañas anales o ano-pirañas Saxe - Luzza - Rubino
Occidente ha conocido al célebre monstruo colectivo conocido como Las Pirañas por sus reiterados ataques a masas informes de turistas atrapados en la maquinaria sexocapitalista.[1] Pero las pirañas no son simplemente un monstruo colectivo que consume extremidades humanas. El cuerpo de la piraña consiste en dos orificios musculares –boca y ano− unidos por un tubo dérmico. Básicamente estaríamos ante un caso de contra-corporalidad mutante, en el que el ano castrado no existe y se constituye una suerte de analidad cósmica. Ésta se evidencia en el ano dentado castrador de la piraña que, según algunos científicos, está ubicado nada menos que en su orificio bucal. De ahí que en algunas contra-culturas se las denomine ano-pirañas o pirañas anales. Famosas por sus agrupamientos anti-comunitarios y desjerarquizados –no por falta de cohesión, sino por oposición a la comunidad del sentido común y las buenas costumbres–, son, ante todo y en primer lugar, una banda o manada –en ocasiones consideras por sectores patriarcales, una patota. Recientemente, biólogos adictos a la teoría francesa, han señalado la filiación deleuziana de lxs ano-pirañas, permitiendo sostener que, en tanto que manada – ya sea individual o colectivamente– cumplen en el contexto de su ecosistema una función afectiva haciendo vacilar las identidades, 27
permitiendo los devenires entre las especies y facilitando la habitabilidad de las movilidades deseantes.[2] Popularmente conocidas por sus afilados dientes y por su insaciable y agresivo apetito por la carne fálica, lxs ano-pirañas acechan las costas de las playas sureñas como pequeños e innumerables esfínteres negros deseosos de hacer pasar por sus colectivas fauces la carne heteronormada. Multitudinarias a la orilla de los lugares de veraneo y descanso, atentas al atontado deseo burgués que se deja ir acríticamente en consumos de descanso y solaz, se babean hambrientas como culos calientes puerteados por la infelicidad sistémica. Como ya hemos señalado, si bien han sido intensos los debates en torno de su clasificación y denominación, biólogos post-humanos tildados de preciadistas han coincidido y sostenido con éxito que la voracidad de lxs ano-pirañas y su estilo de vida y prácticas contra-comunitarias son sólo equiparables al de los anos no castrados, lo cual ha permitido reconocerlas como una contra-comunidad anormal y amenazante del sistema de heteronormalidad. Los principales argumentos de dicho debate pueden reconstruirse, brevemente, de la siguiente manera: 1. La piraña anal o ano-piraña, en tanto que sujeto contrasexual colectivo y anormal no tiene sexo-género ni filiación procreativa y patriarcal. 2. El ano es un bio-puerto, a través del cual un cuerpo queda abierto y expuesto a otros. La piraña se abre para introducir otros cuerpos, destruirlos, e incluso para comerse a otras pirañas. La bio-maraña generada no puede más que ser entendida como exposición permanente de unos cuerpos con otros. 3. El ano funciona como punto cero a partir del cual comenzar una operación de desterritorialización del cuerpo heterosexual, desgenitalizando la sexualidad reducida a la penetración pene-vagina. Las pirañas, deseosas del deseo burgués, lubrican su biopuerto ano-bucal, ansiosas por el éxtasis de comer o cagar una buena norma o un turgente cuerpo cultivado en el gimnasio. Agujero negro del goce, la voracidad de la piraña reside en el placer de lo liminar, lo jugoso y resistente entre el adentro y el afuera, el resto lo ignora. 4. Culturalmente el ano ha sido considerado como abyecto, sucio, políticamente incorrecto, improductivo, punto de fuga por el que el capital escapa. Basta pensar rápidamente cómo se asocia la ano-piraña a lo salvaje, lo bestial, lo sanguinario e irracional. La piraña no sirve para nada, no es grácil ni piadosa, es pura víctima del instinto, es una bestia abyecta y temible. 5. Todo órgano no reapropiable por la economía libidinal heterosexual, todo lo que no produce, todo lo que iguala a los seres entre sí, es anal. La piraña destruye, la piraña es una boca salvaje, la piraña es siempre las pirañas, animal sistema, horda de elementos inidistinguibles, anos voraces en cardumen. Ano-piraña. Históricamente, las pirañas anales han sido una gran ausencia en las trayectorias de los feminismos occidentales heteronormados. Recién en las últimas décadas, gracias al avance de los grupos de científicxs anales posfeministas y los grupos terroristas contra-sexuales, se ha vuelto la mirada sobre esta bestia, cuya analidad castrante no castrada fue invisibilizada o ignorada por el sistema de normalidad patriarcal. De ahí que en los últimos años empezar a recuperarse y resignificar a la piraña como 28
una contra-bestia sexual amenazante del heteropatriarcado y liberadora de deseos no estratificados, disidentes y contra-cósmicos. [1] Basta con citar la célebre saga de películas de terror “Piraña” [2] “El afecto no es un sentimiento personal, tampoco es un carácter, es la efectuación de una potencia de manada, que desencadena y hace vacilar el yo” (Mil Mesetas: 246)
Filosofía, lesbos S. XXI Primera Gallina
Fernando Tovar 29
Oraciรณn a la ramera de Babilonia En nombre de las monturas de todo los continentes condenamos a los siete รกngeles, y en solidaridad con todas las lenguas, y con todas las razas y con todos los pensamientos, honramos a la gran ramera, La que estรก sentada sobre muchas aguas, Por derramar sobre nosotras el vino de la fornicaciรณn.
Ana Maria Villate 30
La Tunda afrodiaspórica
Astrid Y. Cuero Montenegro Es una monstrua afrodiaspórica que bailando al ritmo de los tambores, conjura en contra de los actuales efectos de la colonización de nuestro ser, nuestros pensamientos, prácticas y experiencias como mujeres racializadas de Abya Yala. La tunda tiene el cabello ensortijado, la piel oscura, los pies de raíz de árbol y lleva el cuerpo cubierto de musgo verde y de hojas secas. Esta bestia feminista rasga con sus garras de ramas arbóreas, el velo colonial del progreso moderno capitalista que arrasa territorios ancestrales con la minería a gran escala, los cultivos transgénicos, y la industria explotadora de la fuerza de trabajo y de la vida misma. Nuestra monstrua racializada, apuesta por una economía de la vida, no de la muerte, por un proyecto comunitarista que contribuya al combate del clasismo, el racismo, el sexismo y la heteronormatividad. Con sus piernas de molinillo y pies de raíz de árbol, despliega técnicas de autodefensa con las cuales ataca con fuerza los machos blancos burgueses, neonazis y todos los grupos que promueven la violencia racista. El arte es una de sus principales formas de lucha, La Tunda con su danza afro y lanzando raps feministas denuncia los esencialismos y estereotipos, y le canta al amor erótico-afectivo entre mujeres que renuncian a sus privilegios de clase y raza, para relacionarse desde la horizontalidad. A la Tunda afrodiaspórica, le encanta el agua del mar tanto como la de los ríos, duerme y descansa en sus orillas, se baña en ellxs, y cuando las mujeres tocan el agua en el que ella se bañado, su alma se enciende y su espíritu de vida y de lucha se motiva. Ella reúne la fuerza de todas las obreras, campesinas, artistas malandras y arrabaleras, afrodescen-
dientes e indígenas, por lo tanto tiene el poder de adoptar la forma de cualquiera de ellas cuando enfrenta una agresión o una injusticia, poniendo en práctica la táctica feminista de que “si tocan
a una, nos tocan a todas”. 31
Ultras “-¿Quiénes son esas mujeres lujosas?Pregunté a Schultze -Las Ultras- me respondió él-. Ultracortesanas, ultra poetisas, ultraintelectuales: superhembras templa das como laúdes”. L. Marechal. Adan Buenosayres.
Las Ultras se encuentran entre las creaturas más quisitas y más peligrosas, de la mitología androtrica. Ellas irrumpen con su opulencia intelectual, cortesana, ávidas de deseo sexual, inabordables para el llano de la población. No distinguen géneros, ni identidades para el amor o para la educación de sus preferidos. Son conocidas desde los jardines de Dionicio, hasta las tierras lejanas del Sur. No bastándoles jamás las cosechas que siembran, van en busca de la aventura. Ciertas obras literarias posicionan a las Ultras, en el cofín del Infierno que relata Dante, otros la esconden en las caracterizaciones de la multitud. Las describen impías, indomables, volátiles, excitadas ante el menos cambio de ánimos. Sin embargo, nuevos hallazgos literarios las esbozan como sacerdotisas de otros tipos interrelación, que se preguntan sobre las formas establecidas y las cuestionan. Se menciona en ciertos pasajes que el carácter transgresor de las Ultras fue castigado por los dioses, mediante su caza. La misma se realizaba durante el solsticio de verano, en bosques ya olvidados, donde se liberaban cuadras de unicornios, que las encertaban una y otra vez. El carácter casi divino de estas misteriosas Ultras, les permitió sobrevivir en el tiempo y actualmente con aguda percepción las podemos encontrar entre los mortales. Hay cultos que nacen en la fastuosidad de la luz del día y otros bañados de lunas. Existen entre la luminosidad de esos y aquellos que se quedan en la fascinación de algún nuevo descubrimiento que le dan las fuerzas misteriosas de la naturaleza. Aquello que se nos muestra es del orden de lo desconocido, hacemos fenómeno del noúmeno en un simple subir y bajar artrológico. Por eso solo quedan unas líneas de la obsequiosa Titania, una de las Ultras más emblemáticas. Nunca sabremos su procedencia exacta, algunos la llaman desde tiempos remotos ninfa, otros le dicen amadora, algunos pocos pronuncian Ultra, a veces Señora del Arcoiris, pero ninguno hace justicia a su infinita mutabilidad. Su semejanza con los espejos órficos que dan aquella: la profecía que no llega a cumplirse. Titania, criada entre faunos y melisas tan rojas-negras como salvajes. Untada con todos los aceites prohibidos para los hombres, ungida de velos que jamás comprenderemos ella es la que nos guiara por el camino sinuoso de la “sensibilidad”. Hasta llegar a su gloriosa caída, atravesada, empernada con la infinitez del fascinus que no corrompió. Una advertencia al viajero, no subestimes la risa de la Ultra numerosos pasajes nos previenen de la potencia de un acto de compostura. Hiperracionalizada, hipersensibilizada en los artes más complejos donde el vasto silencio la inmortaliza en una fortaleza terrorífica. Cuidado con la acusación, no tolera el juicio del tiempo porque siempre lo olvida. No hay quién difunda su devenir, así como sus adoradores son escasos y se abandonan a su infinita mirada. ex cén
Lux More.
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