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Ana Torrejón
Periodista, docente, directora editorial de la revista Lofficiel Argentina y por sobre todas las cosas, madame de la moda argentina.
Con una mirada profunda de la realidad y un estilo único que la convierte en referente… Ana Torrejón pasó por Córdoba y nos regaló unos minutos a solas para conocerla y admirarla aún más.
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Como mujer comprometida con la actualidad de tu país, ¿Qué opinión tenés de Córdoba?
Yo creo que Córdoba es una gran provincia. Una provincia diversa que ofrece multiplicidad de incentivos, es económicamente independiente del resto del país, tiene industria propia. Me parece que en la Argentina aplicamos mal el concepto de federalismo, yo soy de Chubut y estoy segura que deberíamos diversificar y tener, sobre todo en los medios, una mirada más inclusiva y federal.
Hablemos de moda, ¿cómo definirías vos la moda?
Por negación, el fenómeno existe. Todas las personas hacemos el gesto de vestirnos todos los días. Cuando nacemos alguien nos viste y cuando nos vamos alguien coloca una mortaja sobre nuestro cuerpo. La moda tiene significaciones políticas, sociales, económicas, identitarias, es un fenómeno muy complejo. Entonces, quizás, es sólo un recorte hablar del sistema y de la tendencia. Quizás deberíamos hablar del fenómeno de una manera mucho más amplia, haciendo saber que todas las personas están incluidas y que echan mano de eso, en las circunstancias y en la edad que tengan, para poder construirse porque es el vínculo del trato social.
En estas épocas… ¿Cómo ves las revistas de belleza o de moda?
Están en plena mutación, durante años hubo un concepto binario que rigió los medios. Eran medios sectorizados para hombres o para mujeres. Hoy, realmente, los medios están pensando en otro tipo de público lector y los medios digitales en otras audiencias. Y en términos de belleza estamos saliendo de los estereotipos para poder ver otros rangos de belleza. Rangos que son absolutamente reales, maravillosos y que no se corresponden con esos moldes que vaya a saber quién los fabricó. Rangos que fueron mutando y que quizás no tenían nada que ver con lo que a nosotros nos provocaba emoción y admiración.
¿Y los estereotipos de belleza de hoy?
Me parece que el proceso es ir camino a revisar los estereotipos. Tener un mayor registro acerca de las personas y poder pensar cuáles pueden ser las inspiraciones y los arquetipos. No creo que esto se dé de la noche a la mañana pero hay que ampliar esos marcos de comprensión. Va a ser un proceso...
Un proceso como el que estamos viviendo las mujeres en Argentina y a nivel mundial… ¿Cómo ves esta revolución femenina?
En justa hora. Sabemos que hay un movimiento feminista que hizo un largo camino hace muchos años, son las olas de las que habla el feminismo. En nuestro país, en nuestra región y en el mundo se ampliaron muchísimo estas perspectivas y creo que en este momento estamos, afortunadamente, en plena efervescencia, en plena ebullición. Esperemos que esta evolución nos permita dar mayor visibilidad a los talentos de las mujeres y tener una sociedad más equitativa,que hoy sabemos que no lo es. Basta ver estadísticas a nivel país o lo que pasa en el poder político, en los sectores empresariales, en quienes ocupan el poder.
Todavía falta inclusión, recordemos que para el 2030 los grandes organismos internacionales están hablando de que la ecuación sea 50-50. Estamos en camino hay que trabajar, hay que tener registro, hay que alertar si eso no pasa, hay que alertar en cuestiones que tengan que ver con la discriminación. Estamos muy lejos, con las políticas que se ejercen y con los presupuestos que tenemos, de revertir estos asesinatos. Hay que trabajar mucho en muchos sectores y nosotras, creo que, podemos ser una suerte de alerta social. Juntas es mejor, porque somos menos vulnerables y estamos menos expuestas, podemos protegernos y podemos aprender unas de otras y socializar la información.
¿Crees que la actualidad de nuestro país acompaña este proceso? ¿Cómo ves al sistema?
El sistema puede que se resista pero las calles y las inquietudes demuestran lo contrario, entonces van a tener que visibilizar. Las nuevas generaciones ya piensan en estos términos.
El planeta nos pide con urgencia tomar medidas ante el cambio climático… ¿ Qué rol tiene la moda dentro de esto?
La moda es una de las industrias más contaminantes. En las cumbres de cambio climático se manifiesta claramente la posición que tienen las economías dominantes acerca de la reducción de gases y los sistemas de producción. Estos procesos no nos acompañan y hay que repensarlos. No solo la industria indumentaria si no también todo lo que atraviesa el agro.
Tenemos que pensar de qué manera vamos a dar de comer a toda la población, de qué manera vamos a vestirla, darle trabajo y de qué manera vamos a garantizar más planeta. Los foros internacionales están vigentes, las discusiones en las cumbres suelen ser muy desalentadoras pero lo que va a pasar con la moda, que está pasando con los campos de extensión y con el estilo de vida, es que las personas están haciendo reflexiones. Y las reflexiones son sociales y políticas y son las mismas personas las que van a decir yo quiero vestirme de tal manera, quiero comer de tal manera y quiero producir menos desechos. Y esos grupos de objeción son más pequeños pero son muy interesantes. Y esto se nota, se nota todo el tiempo, lo vemos en las redes, lo vemos en las publicaciones, lo vemos en las declaraciones que hacen muchas personas. Se ve de qué manera quieren coexistir y existir con la realidad y en base a eso, toman decisiones y esas decisiones son importantes.