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CONOCEMOS A
from Zaira Month
by Zaira Month
Andrea Cordones
Ella es conferencista sobre Desarrollo Personal y Liderazgo, Coach Ontológico Profesional y Periodista. Fundadora y Presidente de Mujeres que Avanzan, una Organización que identifica y capacita a mujeres líderes. Mamá y esposa. Y ante todo, una mujer inspiradora, visionaria, emprendedora y referente.
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Tu historia te llevó a ayudar a muchas mujeres a escribir la suya... ¿Qué fue lo que te dió impulso para seguir un camino de liderazgo? La decisión de “Dejar Huella” y no conformarme con una vida para consumo propio. Aún con lo que significa el liderazgo, en cuanto a la exposición de tus puntos fuertes y tus propias limitaciones, el riesgo de equivocarse y ser mal entendida, la administración del tiempo y los conflictos, la toma de decisiones que afectan a otros, etc…creo que vale la pena abrir caminos, dejar un legado, y aportar nuestro granito de arena para que el mundo que hereden nuestras próximas generaciones, sea mejor.
Sos una profesional en constante crecimiento y formación... ¿Cómo empezaste tu carrera? ¿Cómo elegiste tu vocación? Comencé haciendo un programa de radio a los 16 años, casi por casualidad, acompañando a mi madre, en la ciudad de Gálvez (Sta Fe). La radio me cautivó, me permitió romper con mis miedos y expresarme sin timidez. Sentía que podía hablarle a las personas que atravesaban alguna dificultad, pero sin la vergüenza de que me vieran. En ese tiempo, la radio era sólo voz!. Cerraba los ojos, hablaba y todo fluía. Ese programa derivó en gerenciar una radio, además de tener el programa central.
Conocemos tu versión profesional pero también sabemos de “Andrea mamá y esposa”. Contanos qué disfrutas de esos roles...
La vida está hecha para ser compartida. Necesitamos ser amados y amar. Disfruto ser esposa, y tengo a mi lado a un hombre fuera de serie a quien amo y admiro. El es parte de todo lo que hago y soy. Como así también mis hijas. La familia es el ámbito que te prepara y te entrena para ser mejor persona. Los hijos te obligan a frenar, a mejorar y cambiar, a reinventarte, ser humilde, pedir perdón, perdonar una y mil veces y aprender a pensar generacionalmente.
Sos la fundadora de una organización que apoya el desarrollo de las mujeres... ¿Cómo nace “Mujeres que avanzan”? Nace de mi propia noche oscura, de mis propios obstáculos internos que desafié en mí, para ser “una mujer que avanza”. Tuve un accidente a los 8 años de edad, y eso produjo serias secuelas en mi interior y en mi exterior (cicatrices en mi rostro). Vivía con vergüenza, no podía verme en una foto, no lograba mirar a las personas a la cara. Tendía a ocultarme, pasar desapercibida, y percibir lo que me rodeaba con temor. Triste e introvertida. Pero paradójicamente me veía en mi imaginación hablando delante de muchas personas, ayudándoles con mis palabras! Creo que de alguna manera Dios se encarga de tirar pistas, aún en medio de tu oscuridad, para recordarte que nada de lo que atravesaste quedará en la nada. Ese sueño que surgió a los 8 años, hoy es una realidad. Una red global de líderes que colaboran con otras desde la generosidad de haber vivido o aprendido y querer compartirlo.
¿Qué le aconsejarías a quienes nos leen para que se animen a “dar el salto”? Les diría que el 90% de nuestros temores nunca se cumplen, y que el cementerio está lleno de sueños y proyectos que nunca vieron la luz. Creo que vivir se trata de vencer los miedos. Por supuesto que el temor sano nos lleva a tomar recaudos, analizar riesgos, y evitar dolores innecesarios. Pero el temor que te paraliza y no te deja vivir, o te lleva a depender de lo que otro dice u opina acerca de vos, ese temor oprime y anula. A ese temor hay que enfrentarlo “dando pasos y haciendo”.
"Vive intensamente, pero encontrando ese equilibrio tan fino que te permite parar a tiempo, tener límites en todo lo que haces, respirar y disfrutar la vida saboreándola, comprendiendo que cada momento es único..." Estamos viviendo una etapa de transición dentro de la sociedad... ¿Cómo ves a la mujer de hoy? Estamos en el mejor momento histórico en cuanto a los derechos y oportunidades de las mujeres, pero también veo a la mujer actual expuesta a muchísimas voces que imponen un “deber ser” que no colabora con su propio equilibrio. Las mujeres están cada vez más agotadas e infelices. Luchando por “estar presentes”, pero siendo vencidas por la velocidad y exigencias internas y externas. Debemos recuperar esa esencia que nos hace únicas. Ese equilibrio interno que nos permite reírnos, jugar, disfrutar. Esto activa el poder que tenemos de crear ambientes productivos con nuestras palabras, inteligencia, trabajo y amor. Necesitamos comprender que somos diferentes, y que debemos hacernos cargo de nosotras mismas y de nuestros sueños, talentos y capacidad de transformar el mundo desde el lugar de protagonistas conscientes, no de víctimas. No desde la masa, sino desde la singularidad. No todas ocuparemos lugares de decisión ni todas tendremos perfil bajo. No todas seremos madres pero tampoco debemos menospreciar ese maravilloso privilegio. Hay un GPS interno que debe encenderse y sonar más fuerte que los medios de comunicación, las filosofías, la política, y las tendencias: tu propia esencia que hará que tu luz brille por encima de todo lo impuesto y te conecte con tu propósito: Si una mujer Avanza, avanza su familia, avanza su entorno, avanza su comunidad.
En este mes de la mujer queremos dejarles tu mensaje como inspiración... ¿Qué les dirías? Les diría lo que me digo a mí misma: Vive intensamente, pero encontrando ese equilibrio tan fino que te permite parar a tiempo, tener límites en todo lo que haces, respirar y disfrutar la vida saboreándola, comprendiendo que cada momento es único y que a tu alrededor hay una familia que te ama y para la cual lo eres todo. “Adónde voy tan rápido”?, “Para qué estoy haciendo esto”?, “Qué es lo realmente importante en esta carrera”?...Cuán feliz soy? Cuáles son mis emociones habituales y por qué?....son preguntas que deberíamos hacernos frecuentemente. Chequear nuestro ser y volver a ajustar el timón una y otra vez, esa es nuestra responsabilidad. Hay que detenerse más seguido para “recalcular”, abrazarnos profundamente cuidando a esa mujer que somos en cuerpo y alma, y extender ese cuidado a todo lo que nos rodea.