Discurso del presidente del H. Concejo de Cartagena, Lewis Montero Polo, durante la instalación de las sesiones ordinarias el 1 de octubre de 2017.
Tal como lo manifestó hace pocos minutos el señor alcalde encargado, doctor Sergio Londoño Zurek, iniciamos este domingo 1 de octubre de 2017 el tercer y último periodo de sesiones ordinarias de este año, y lo hacemos en medio de lo que tirios y troyanos aseguran que es una de las más graves crisis políticas que ha vivido la ciudad en toda su historia. Y, por ello, se impone que todos los que ejercemos algún tipo de liderazgo en Cartagena redoblemos esfuerzos para afrontar decididamente este cúmulo de dificultades, convencidos de que siempre, tarde o temprano, después de la tempestad viene la calma, y sabiendo, como lo supo hace casi siglo y medio el poeta, dramaturgo y novelista Víctor Hugo, que incluso la noche más oscura terminará con la salida del sol. Iniciamos, además, este periodo de sesiones ordinarias en el cual debemos estudiar y aprobar, con la participación de los respectivos funcionarios y los legítimos voceros de la comunidad, el Presupuesto de ingresos y egresos de la próxima vigencia fiscal, lo cual nos lleva a manifestar que la ciudadanía cartagenera puede tener la seguridad de que, aún en medio de esta crisis, no seremos inferiores a nuestras responsabilidades. En este punto, doctor Londoño, permítame recordarle que interpretando, como creemos haber interpretado, el querer de la comunidad, este Concejo respaldó la concreción de importantes megaproyectos, como el de la Protección Costera, el Plan Maestro de Alcantarillado y la Quinta Avenida de Manga, y por ello cabe ahora recabar sobre los mismos, con el fin de lograr que más temprano que tarde sean una hermosa realidad. De igual forma, cabe expresarle otras inquietudes que ya le hemos expuesto, como lo que viene adelantando su gobierno para cumplir varios fallos judiciales, entre ellos, por su complejidad, el que obliga al Distrito a reubicar a los residentes en Marlinda y Villa Gloria, en jurisdicción de La Boquilla, con el fin de evitar una tragedia, dado el nivel de riesgo en que viven estos cartageneros. El traslado de Marlinda y Villa Gloria, como ya hemos dicho, no es el único mandato judicial que deberá ser atendido por el Distrito de forma perentoria, pero lo ponemos como ejemplo de los tantos casos que nos obligan, tanto a su gobierno como a este Concejo, a ser creativos y recursivos, particularmente en lo que respecta a la búsqueda de fuentes de financiación para los mismos.
Para estos días, tal como seguramente usted ha tenido la oportunidad de conocer a través de diferentes medios de comunicación, se han tocado temas relacionados con baldíos en poder de particulares, lo cual nos lleva a insistir en que su recuperación y posterior venta podría ser una de las tantas fórmulas que deberíamos explorar para apalancar las finanzas distritales. Producto de un convenio suscrito hace varios años por el Distrito, señor alcalde encargado, se estableció la titularidad en cabeza del Distrito de numerosos lotes hoy en manos de particulares, pero sorprende que después de muchos debates, mesas de trabajo y exhaustivos estudios no se haya avanzado mayor cosa en el camino correcto. Y creo conveniente recordar, doctor Londoño, que las conclusiones de los debates realizados han sido, por un lado, que los esfuerzos por la recuperación de lotes de la Nación en manos de particulares no han tenido la debida continuidad; y, por el otro, que no hay dudas de que, como ya dijimos, el Distrito ha desaprovechado dicha fórmula como una importante fuente de financiación... Otro tema que deberá hacer parte de la agenda de esta corporación edilicia en estos próximos dos meses, necesariamente, es el que se desprende la de petición de la Procuraduría General de la Nación al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y nuestras autoridades ambientales y territoriales de Cartagena a tomar medidas urgentes encaminadas a la protección inmediata de la Bahía, ante el continuo daño ecológico que esta presenta y sus irreversibles efectos tanto a nivel ecológico como de salubridad pública. Ha dicho el Ministerio Público, señor alcalde, señores concejales, señores funcionarios y público en general, lo que ya se ha venido advirtiendo incluso en este mismo salón de la Democracia y además por otros entes de control: que la Bahía de Cartagena está gravemente afectada por factores como las descargas industriales, el vertimiento de aguas residuales urbanas, el flujo de lixiviados y residuos sólidos y el aporte de sustancias contaminantes provenientes del Canal del Dique, lo cual tienen a este importante cuerpo de agua a punto de convertirse "en un cementerio acuático de contaminantes ambientales". Sé que hay sectores de la economía local a los que les da urticaria el solo pensar que la discusión de este y otros temas similares pueda afectarles sus propios y particulares intereses, pero también sé que el suyo, doctor Londoño, como el de este cabildo en su conjunto, es el interés general que está y estará siempre por encima de aquel. Hay otra tarea pendiente, señor alcalde, y es la reestructuración administrativa que usted varias veces ha mencionado de manera tácita o expresa.
Me refiero, concretamente, a la creación de la Gerencia del Centro Histórico, con el fin, entre otros, de que la asesora que por disposición suya cumple funciones de coordinación de las acciones relacionadas con este cuente con las herramientas institucionales debidas; y a la creación de la Secretaría de Turismo y el fortalecimiento de la Secretaría de Planeación mencionados también por usted en reiteradas oportunidades. Aprendiendo de las diversas causas de la crisis que padece la ciudad, y aprovechando la ocasión para realizar un estudio integral a la estructura organizacional de la Administración, doctor Londoño, bien podríamos revisar los perfiles de los cargos directivos para ajustarlos a la misión institucional de cada dependencia, con lo cual, entre otras cosas, contribuiríamos a evitar los "privilegios ganados no por el sudor de la frente sino por el amiguismo que todo lo encubre, todo lo corroe, porque lo único que frena la ambición humana es la propia ambición", de los cuales usted habló al tomar -una vez más posesión de su cargo de alcalde encargado de Cartagena.