Petricor y ella. Uziel
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Tengo una cama de flores; donde cierro los ojos para escapar, pero mil flores son extraĂąas, mil flores azules...
Uziel 27 años ex convicto, o no, poeta por condición no por elección, recluido en algún lugar de México desde donde finge sentir. No hago nada… Criado y educado en la fe evangélica y sin reproches, adicto de Endre Ady y Raúl Gómez Jattin, cinéfilo, villano y mejor amigo. Enfermo crónico del estómago, no quiere vivir tanto de cualquier forma, no drogas, no sexo, rock and roll si, padece de sus facultades mentales… o no. Catador de tacos: al pastor, de carnitas, barbacoa, de cabeza, suadero, longaniza, campechanos, de guisos, experto besador y amante… o no. Escapista, mentiroso, mago región 4, pordiosero en sus días libres (todos los días) punk, porngrid, shoegaze, death metal, blues, jazz, noise, lo-fi, post-rock, psychedelic, stoner, surf, space, indie, experimental y más… Estos poemas me salen de la pituitaria.
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Nostalgia por las llamas en un cuerpo boca abajo Y meterme en mi habitación de pánico, Porque te presiento; A la lolilla de ojos dulces presiento, su boca todo contorsiones, y la rasguño, en la pared la rasguño, con mis dedos la asgo, dedos de hueso, dedos de alma...
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Más allá de los parpados, donde casi nunca llueve pues hay desiertos, más allá he dejado una sombra que es un ídolo y yo estoy a tu lado, manos cochinas, sonrisa que no sabe a quién... tu lado más quemado, cobijarme a tu lado, qué manera tan dulce de vivir.
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Marcela Eres las gotas que llueven en el esqueleto de mi paraguas y eres también el esqueleto de mi paraguas, el agua que viva está bajo mis pasos charcos y el reflector azul, casi puede hablar con tu voz, Marcela, casi es tu misma carne que cae a trozos, la banqueta huele a ti y te pisoteo; te recolecto en mis partes mojadas, tu eres como lluvia, pero no significa nada, eres como todo el amor y eso es aún menos, no eres suficiente corazón, suficientes nubes. Y estoy violento bajo las cañerías dulces,
8 donde sí hay de ti, donde se ahogan las cucarachas para rendirte culto, yo vivo ahí desde feto, y sé todo de ti, pero tú me odias, por ello voy descalzo, para aplastar tus entrañas jugosas, donde sí hay de mí... Y no haces nada, Marcela, no te vas nunca de mis ojos que llueven; llueven sobre las ratas, quizá también se mojan sus esqueletos...
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Si el lirio me otorgara sus dones, A las orillas esperarĂa, Suspendido de alas, Colgado en un punto ciego de todos los puntos, para robarme una mirada donde nacen los ojos y engullirla... tragarme una mirada y otra mirada y otra y otra...
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Revuelve y agĂtanos, A nosotros los muertos A nosotros los postes que cuelgan, pues de que sirve, Y quien es este mundo que me aplasta la cara, quien es la parca que camina mis callejones, sus chorrillos no son, el humo de la madrugada no es, quĂŠ es esto que me ha crecido...
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La flor de loto nace de tus ojos hacia el cielo, y es así de ilusorio que esconderme entre ruidos, ruidos que no alcanzo pero nacen de mí, que me pierdo entre rosados pétalos de violencia, donde se bañan las mariposas y se hurgan despacio, donde cometo un grito dócil... y luego no se dejar de mirarte, no puedo dejar de mirarte...
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Plastikita Resiste allí, donde las altas tardes deslumbran callejones Y las aves se mueren entorno de sus nidos, esperar a que decidan colapsar nuestros dedos y dejar cráteres que no se borran, vuelva mi mano a palpitar... y las risas muertas son de plástico en mis ojos muertos, y tú eres de piel, tú eres de piel...
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Camino en pos del escalofriรณ, Escalofriรณ escatolรณgico, Y tengo dibujos donde vuelo, donde no hay tiempo y la gente se arrancรณ los brazos, pero se han dejado el escarnio; se han dejado una motita de vida... estoy arriba, bien arriba, el mundo estรก rayado en mis retinas.
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Sientes Escuchas al viento, entra en tus pulmones que gritan, y no sabes que hacer, de las nubes y alrededor te aplastan y lloras y lloras...
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Y como que aparezco en la calle mas olvidada de tu barrio, Y como que llevo tu cabeza en un costal, bien sujeta, como para no flotar...
Y como que no tengo pies, Y como que tus ojos son hologrรกficos Y estรกn llorando, Entonces beso tu cabeza, te susurro algunos poemas...
Inacabado
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Odio tu reojo discreto, Tan discreto, y solo quiero sentarme donde sea, sentarme a mirar tus ojos, a mirar tus ojos a mirar tus ojos...
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Perra básica Tu sangre lleva mareas sutiles hasta el corazón, lleva mariposas y mariquitas que revolotean adentro, y yo soy de vidrio, soy una luz de puticlub de la que escapan pétalos...
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Abres la nevera Y casi sin querer recuerdas al pez que no has alimentado, el pez que vive en tus ojos, Y que habías prometido Frente a su pecera Comprarle amor, Y que nunca estuviese solo... Porque no caben piedritas en su mundo, Ni tú cabes, Y sus labios son algo que no besarías, Y su corazón es diminuto, por eso no te arrojas al mar, arpón en mano, a asestarle la muerte...
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Villa 15 Y que haces con esta mano glacial, mano triste, se la tiras al perro de primer plato; con los billetes que aun sujeta, y quien llora conmigo a la hora de llorar... porque en la hora frĂĄgil todos son de polvo. En villa 15 esta el resto de mi cuerpo como araĂąas, con mis lĂĄgrimas extremas como hojas borradas...
Inacabado
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Ellos siguen allí Como si no existieran, Y yo te amo así Como si anduvieras desnuda... Y amar es una razón de 206 huesos, Amar es una inyección de pasta base, pero tú no, tu eres frágil así, con tu sonrisa detenida...
Inacabado
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Me confunde tu ritual de nudos y más nudos, Pero mira, Yo necesito tu luz de fanal; mis ojos están bien cerrados, bien es transversal, y que hacen tus retinas dentro mío flotando contra mi oscuridad, Junto al primer seis de mi noche depresión Y lámparas que prenden en el pastizal, Que haces en el páncreas, Donde es improbable que estés... Pero estas.
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Suavísima deriva de arañas en la deriva aguardo, temblando, y rasguñan en la nuca, me desnucan, es cierto que aun escucho y también es cierto que la parca tiene 12 manos, 12 manos que me abrazan...
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En lo mĂĄs sucio del cuerpo, me ha nacido un ojo, Ojo oscurecido ÂżY tiene dientes este ojo, necesarios dientes, Y sabe morder las rocas? Ojo que parlotea promesas inmundas, Mas, por extremo y dulce que parezca, No he convenido dejarle con vida, No quiero borrarle tampoco...
Inacabado
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Podemos volar Durante unos segundos, con los ojos bien cerrados y hacia abajo, lo que quiero decir es que yo te voy hablar de incendiarte, de quemar las horas, quemar niĂąos, quemar escuelas, quemarte a la luz de las velas, nada mĂĄs romĂĄntico... y en esta hora salvaje apaciguar tus deseos de tirarte desde la luna.
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Agarra una luz de sus mejillas Y aviéntala Que se muera en la banqueta, a la luz del sol más frágil; tan frágil que no le puedes tocar, Agárrale una mano, la tercer mano que le sobra junto al corazón, y coloréala, fúmatela en un segundo que ya no basta, que no se va...
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Habito en una luz que ya no prende en mi garganta, Habito envejecido por las nubes y en mi tierra ¿qué tierra es esta? Donde nadie llega sino yo, Y tarántulas me comen las palabras, Ya no quedan más palabras sino huellas, entintadas en un laúd...
Inacabado
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Llevo monstruitos en la mochila, en la hora mรกs nocturna, pero no caben mis dinosaurios favoritos, no cabe el cielo azul, no cabe la sensaciรณn que cuelga en mi garganta, y cuando no cabe es lastre, es lastre que tiro por la carretera y se moja...
Inacabado
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Sullivan ¿Quién agoniza afuera, sino el granizo, de madrugada y con luciérnagas kamikaze? Sullivan es azul a las dos de la mañana Y huele a secretos en cajas de cartón, En Sullivan nacen corazones nuevos; cuelgan de los árboles, No, en Sullivan huele a ñordo ñordo es horizontal, ojos 50x, A perfume bien barato, A mujeres rotas...
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Llegar un poco mรกs lejos Lejos, en la pared colgamos... bajo los pies descalzos gusanos de fonones alimentados de tiempo y nada, porque quien ha de arrancarnos las costras, quien se come las bestias que sobran de la mirada pues en largos pasajes de dolor espacial se esconde un tumor y todo se hunde en ti, y en olas de humo hacia el norte te pierdo... Ayer distantes cuadros sin fin, hoy ventanales de รณxido rubor que amenazan al telar en las pelusas del cielo, pero las manos quietas no dicen nada, nunca dicen nada,
31 el alma se hierve bajo la hoja que corta, que nos corta, y sangra el hueco del pecho que escavamos mĂĄs, se nos escapa un gargajo viento... Como intrusos en ataĂşdes es que vivimos, extraĂąos es que colgamos, vivos o inconscientes, desdibujados, ya listos para desparecer, y todo termina en ti... en mi...
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No le quiero ver, Al petirrojo de ojos fulminantes que vive en mis zapatos, mis zapatos antigravedad, Todos flotan, Me tienen con los ojos en las estrellas, Y puedo escuchar al petirrojo Cantando sus rezos, Me he comido sus plumas, A veces las vomito en mis manos, Cuando no miras, Cuando no estas...
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ÂżDĂłnde estarĂĄ mi mano descalza? mi mano fantasma, creo sentirla, pero sin dedos, mi mano tatuada de garras y mordidas, he puesto algunas ramas en su lugar; no logro moverlas a voluntad y un nido de bĂşhos siniestros en mi tronco, ahora tengo tres manos de musgo y fantasmas, tres manos, un tronco, algunos frutos secos, y los pies raĂces...
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Indestructible Entraras por la ventana Con tu mirada enojada, Enojada es indestructible, Y me miraras por dentro; Sé que voy a entristecerte, Entenderás porque grito pero no dirás nada, Vas a guardarme en algún taller del cerebro, Luego escaparas otra vez, y quien sabe cuando vuelva a mirarte...
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20 Lucas Al robarte un beso corro, Corro, brinco la autopista, Y llego a casa a envasar Tu beso, ÂżA dĂłnde escapara ahora? Los proxenetas pagan muy bien por la inocencia, 20 lucas por un beso de ninfa, Un beso virgen dulcemente descuartizado.
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Hoy he podido escuchar a las ratas, sus labios se rompieron como se rompen las piedras, y salieron injurias de sus dientes amarillentos, hasta sus injurias me tomaron cariĂąo y yo he amado tantas ratas, yo he amado sus dulces coladeras, ahora podre olvidarme de su voz maricona y me irĂŠ sin voltear, sin sentir...
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DĂas que se fueron Las luciĂŠrnagas en la punta de tu luz de neopreno, los perros con su hocico que llora, y en el hocico todos llevan un fanal, perros del color de tus ojos, postas de verde fulgor...
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La he liado Angustiado, arrojo mis ojos al cemento y camino, Con el Ăşnico pretexto me acurruco en una esquina para tocar mis palmas con un puĂąo bien cerrado, En la sombra de mis puĂąos y mis ojos que alguien pisa te convoco con un grito, sombra de las cosas, para hundirme... hundirme en un hueco macular.
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Entre los adoquines y parĂĄsitos Amo al animal cautivo de las tripas y al que corre en un hueco, nunca vio nadie al cuadrĂşpedo sin cara y al canario cuando se bate porque va a morir, pero amo a los pinzones con su presa en la garganta, mire a donde mire les veo, dame tus ojos, dĂĄmelos en el pecho.
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Pequeñas manchitas, pequeñas, muy pequeñas manchitas bajo los puentes donde me revuelvo, mas no por diminutas menos vacías... y estoy allí, golpeado por un haz de luz que se extiende hasta las carreteras, furtivo bajo los neumáticos de la imaginación, y en asecho...
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SalpicĂĄndote En el eco de todos los disolventes, Donde todos se baĂąan: Patos, mujeres, cerdos bien rasurados, Eunucos, perros, y los tallos de las rosas, Donde bajan los astros a meditar A poner sentimientos al bosque, Aparco mi sombrero, Aparco mi piel, Y camino por allĂ, Sintiendo nada mĂĄs puro, nada tan vivo...
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Te di 97.000 kilómetros de mí: En tus dientes, En tu piel tornasolada, En tu núcleo transgresor... Los vasos sanguíneos de un colibrí zurcidos al viento, Y entre tanto yo aquí, Capturando gotas, Telegrafeando en el cuarto oscuro, Con fotografías que no son tuyas, Fotografías que no revelo, Y no te llegan...
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Electroacústico Te disuelves lejos, más allá, no hay motivo para pronunciarlo; no podrías, es espejismo que colapsa adentro que rompe el brazo de la cuarta puerta, son dedos que duermen allí son silencios como rayas, desmoronándose hasta los ojos; hacia abajo en el túnel que caes. Hasta el hueco llegas, tus partes me completan, hasta el cráneo abierto agusanado, allí te sueño...
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Falso y estéril, la verja nos apuñala desde la lejanía desde el espejismo, y como meditando su respuesta el adoquín de órganos retarda un auch! una varilla clavada con polvoriento, oxido anaranjado, un intestino atravesado de fierros, un intestino que no existe, ni tú existes...
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Voy a estar bien Patizambo, frío de las rodillas, voy a estar acelerado en un pase de cenizas, y siempre que te pienso me doy miedo, me veo incendiándote, siempre que te miro con tu ombliguera me detengo, pero tienes 14 años en tu piel y yo tengo surcos en la mía...
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Con tus tenis morados El piso es del color de tus tenis; tu pelo recortado en las banquetas que conozco, voy de picada hacia el color de tus tenis y mis manos son dos gelatinas quemadas por el sol, cuerpo extraĂąo que cae vestido de piel, te ha robado el sueĂąo de ser una huella.
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La muerte empieza en los pies, es un escalofrió, Y sé que nunca tendré cáncer de escalofríos, Pero cáncer del alma seguramente. En la dimensión del alma Me han crecido ramas Y el frío no las toca, No las mueve... En la dimensión del alma Me oculto bajo los árboles... Y todavía pienso en ti.
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Descuartizamiento de dos Antes fuimos noche despejada, en ella dos lobos; uno el amor el otro el sol, y el frío no pudo contenernos, el resto permanece... y están estos ojos que rompen en llamas, en nuestras lagunas permanece algún recuerdo del ayer, antes fuimos el agua de lágrimas esclavas y éramos muchas lágrimas ya, éramos un mar inmenso atrapado tras los ojos,
50 luego fuimos estrellas en los ojos de alguien mĂĄs, ojos silenciosos, fuimos Ăłnix en la oscuridad, arrancamos luciĂŠrnagas para comernos su luz, y no dejamos de brillar en cuantos labios, nos volvimos sentimiento...
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¿Quién dobla hacia el atardecer entre pasillos citadinos, y desgaja la piel con sus uñas rotas; de nostalgias, de líneas, quien se desmiembra a si mismo para no sentir? Y quien a esta hora salvaje se destruye, Ingenuo, todo desenfreno, Y nos deja partes dulcemente podridas, poco entumecidas, Del insomnio elegante, Insipiente... De cascadas y remolinos, Las deja bajo la cama, las avienta hacia adentro, Y quien sabe si vuelvan a salir...
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He pensado en ti, En los juncos que nos rasguĂąan Y nos pierden, Por ti me tirarĂa al fuego, desnudo de terror, a sujetar entre mis dedos un puĂąado de llamas... y tirarle dardos a las estrellas
Inacabado
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Por qué vivo en una botella Y soy claustrofóbico, Como aislar el polvo entre dos cuerpos destruidos, Como me dejo de sujetar a la esfera en el centro de ella, Y que suena cuando me como a la niñita de la morgue...
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Yo era una hoja de eucalipto, cuando llego la muerte, Y podía escucharte susurrar, evaporado en tu habitación, al pie de mi árbol rezaban tus lombrices, rezaban la canción alada... Y guardo tus grititos en un baúl de ramas, algún día gris los suelto para que vuelen, para que me llevan con ellos, Luego solo cierro los ojos.
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Como comprimir la noche en un puĂąo bien cerrado La piel porosa me recuerda a los viejos y sus sirenas, viejos enamorados, como que salen a capturar bebĂŠs para comĂŠrselos, a capturar polillas para cruzarlas. Como que escapan cada noche, con sus manos ensangrentadas de amor, amor es una lila o tallos bien amordazados, a ellos les gusta introducirse
56 en ombligos solitarios; quedarse en la penumbra, yo prefiero cerrar bien mis puĂąos, abrirlos y cerrarlos, abrirlos y cerrarlos hasta que aparezca algo...
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Salva las tijeras No resisto la tentaciรณn de empezar a consumir, a consumirte, no me dejas sino adormecido, con la mirada en las tijeras, tijeras amarillas, y mi cara es una ola; navego en una pizca de sales hasta la orilla... donde es seguro, donde no hay mรกs tijeras.
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En esta calle, por donde nadie viene, donde nadie escupe, allí me disuelvo, dejo mi cáscara atrás; vuelo hasta las nubes... y que chillido es ese que me retuerce arriba, que mal viaje me agita por encima de los hombres y caigo a tu lado derecho donde se te amputo la mano y no te puedo llevar conmigo, aunque me sonrías aunque llores...
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Un jardín sin flores ¿Dónde están las flores? A que esta insignificancia me vuelve un trozo de pétalo, pero donde están las flores, el jardín de la vieja cárcel esta vacío y yo estoy vacío, no tengo con que llenar mi garganta, se las han comido los buitres para regurgitarlas a sus crías y mi madre es una mujer sin alas, sin pico, sin ojos mágicos...
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Si el dĂa y la noche llorasen el resto seriamos nosotros; tendidos por las piedras mas afiladas y estarĂamos desollados, si llorasen un batido, si vomitaran, si excretaran todas sus lĂĄgrimas... y no, la locura no es un juego es un perro negro con ojos ultravioleta, un perro mutilado que se come todo el llanto. Y el dĂa y la noche y la locura, Alguien me dijo que se esconden bajo la piel...
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Al caballo que galopa en mi espalda Cuando miro los caballos, Y me miran, Digo, Sus ojos serán reales, Sus cabellos, Y, ¿Quién eres tú? ¿Qué cosa escurre de tu hocico? Que me llega hasta los pies, que me hace resbalar hacia arriba, y perder los ojos que se salen de mi cabeza... y cabalgo con mi espalda; me arrastro hasta
63 donde ya no puedo distinguir, pero aun huelo, aun imagino sus gritos de caballo, dice: sรกlvame.
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La noche era una casucha encharcada cubierta de colores, Y yo estaba adentro; Conectado a las paredes con mis pulmones, luego yo estaba en una esquina, soñándote... la noche era un hueco que salía de mi y yo caminaba hacia ella; respiraba y perdía partes, era un rompecabezas, y nada de mi toco el borde, nada llego pudo ser de noche...
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La luz entre el costillar los costados de humo y doce esquirlas de una versiรณn menos bella, menos simple, se tira desde las tejas y brilla...
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Con hebras de alambre Dos pulsos como olas, tres puntos hechos fuego para tus grietas, palpitan en los llanos donde rugen los troncos muy por debajo de las plumas y sus nidos, muy por debajo palpitan las alimaĂąas...