3 minute read

La caja de pandora In the mood for love

Advertisement

dos a la espera de sus respectivas parejas. Sin embargo, éstas no parecen estar dispuestas a esperarlos a ellos y comienzan a tener una aventura que conduce al señor Chow y la señora Chan a aproximarse al otro, primero en busca de respuesta y después…

In the mood for love es una de las películas más hermosas jamás filmadas. Cualquier elogio que decida hacerse en favor de su estética no alcanzaría para describir la magia que envuelve el universo en el que se mueven Tony Leung y Maggie Cheung, siempre indispuestos frente a la realidad que se abate sobre ellos.

La construcción de personajes es uno de los muchísimos puntos destacables de esta producción que desde el inicio nos muestra únicamente los rostros que necesitamos reconocer y en los que debemos reconocernos. El señor Chow y la señora Chan parecen encontrarse siempre, pero nunca es el momento adecuado. El tiempo se contrae o dilata al ritmo de la voz de Nat King Cole y nos muestra así sus pensamientos materializados en lento desplazamiento de humo del cigarro o el close up al entallado vestido que guardan más que la carne o la exhalación de los protagonistas.

Los personajes nunca necesitan decir lo que sienten, las palabras sobran cuando la música y la imagen se presentan de manera tan magistral como lo hace Christopher Doyle, quien nos transporta a esa atmósfera asfixiante del deseo inconcluso, de la aspiración irrealizable.

La sensualidad se encuentra siempre a la vista, voluptuosa pero jamás mórbida y nos arrastra poco a poco a lo inevitable. Al punto en que la señora Chan y el señor Chow se dan cuenta que no sólo se han enamorado de la imitación de sus parejas actuales; sino de ese otro que se abre frente a ellos con la pena compartida del rechazo y la indignación para la cual no hay razones.

Con diálogos escasos vemos la evolución de la pasión contenida que no alcanza a expresarse si no es a través de una infructuosa colaboración literaria. Los acercamientos físicos se tornan innecesarios cuando las ideas son compartidas, pero no por ello dejan de ser ansiados hasta el punto en que no hay más salida que la aproximación que nunca se concluye.

Callejones sucios, el puesto de fideos bajo la lluvia o el diminuto espacio enrarecido de la vecindad compartida se tornan en los escenarios del silencioso romance. Y aunque nadie sospecha de la relación entre los protagonistas, son ellos mismos quienes se juzgan bajo la mirada ajena, porque pesa sobre ellos el sentimiento de lo innombrable.

La sutileza de la expresión que muestra Wong Kar-wai en esta película se asemeja a la representada por autores como Yasunari Kawabata en la literatura quienes con exiguos trazos enarbolan un universo de sensaciones y pensamientos tan complejo como la propia vida.

Finalmente, todos los aspectos técnicos de la película, desde la mezcla sonora hasta el desarrollo visual son un deleite de proporciones monumentales, la combinación de la paleta de tonos naranjas y ocre en todas sus intensidades, sumadas al ralentí que pausa un instante interminable y el desempeño actoral encapsulan la esencia del deseo que da nombre a la película. Un deseo que escapa de la comprensión y el alcance para conseguir una lógica propia en el mundo convulso de las emociones indecibles.

FICHA TÉCNICA

Título: Fa yeung nin wah

Dirección: Wong Kar-wai Guion: Wong Kar-wai

Fotografía: Christopher Doyle

Música: Michael Galasso, Shigeru Umebayashi Elenco: Tony Chiu-wai Leung , Maggie Cheung, Siu Ping-Lam, Tung Cho ‘Joe’ Cheung, Rebecca Pan, Kelly Lai Chen Año: 2000

País: Hong Kong, China Duración: 98 min.

This article is from: