Módulo de historia contemporánea de venezuela

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UNIVERSIDAD DEL ZULIA PROGRAMA DE PROFESIONALIZACIÓN UNIVERSITARIA DE TRABAJADORES SOCIALES EN EJERCICIO-PROUTSE MARACAIBO-2008

PLAN DE CURSO: HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE VENEZUELA PROF. JORGE VILLASMIL PROF. REYBER PARRA CONTRERAS

FUNDAMENTACIÓN DEL CURSO

El conocimiento histórico viene a aportar una orientación válida en la búsqueda de respuestas relacionadas con la dimensión temporal de cualquier sociedad. La convivencia social se nos presenta en medio de una interrelación permanente entre el pasado y el presente; la historicidad o condición histórica -en devenir- de los seres humanos significa que estamos inmersos en el tiempo, desde donde recibimos y construimos las circunstancias que conforman nuestra realidad individual y colectiva. La comprensión de la realidad nacional pasa por el estudio de las raíces históricas de ésta. No es posible entender los cambios políticos, económicos, sociales y culturales que experimenta actualmente la sociedad venezolana, sin poner la mirada en la concatenación de hechos y cambios históricos que el país ha venido presentando desde los inicios de su sistema republicano en el siglo XIX, hasta el surgimiento de la democracia representativa y la crisis del modelo rentista petrolero en el siglo XX. La unidad curricular Historia Contemporánea de Venezuela, correspondiente al Programa de Profesionalización Universitaria de Trabajadores Sociales en Ejercicio (PROUTSE), tiene como propósito aportarle al participante una información 1


que sirva de

introducción al estudio de las condiciones históricas que permiten

comprender la contemporaneidad venezolana. Lo que a continuación se presenta puede ser entendido como un plan de trabajo, el cual persigue la participación protagónica del estudiante en su proceso de formación; éste debe asumir el compromiso de procurar el logro de los objetivos de esta propuesta de aprendizaje. En consecuencia, es importante que los contenidos especificados en cada unidad sean estudiados mediante la lectura de los materiales sugeridos y de otras referencias bibliográficas, hemerográficas y electrónicas que el estudiante puede localizar mediante la indagación disciplinada en diversos repositorios que existen para tal fin. A fin de facilitar la consulta de textos especializados, se exponen en el presente módulo algunas reflexiones acerca de cada uno de los temas que conforman la propuesta programática de Historia Contemporánea de Venezuela. El lector encontrará en dichas reflexiones una información básica, la cual ha sido acompañada de lecturas complementarias y actividades de autoevaluación. De igual manera se indican algunas referencias bibliográficas y electrónicas que pueden emplearse con el propósito de aumentar la información aportada. Conviene tener presente que dicha información no es una explicación total de la historia venezolana entre los siglos XIX y XX: es tan sólo una síntesis donde se han resaltado algunos hechos políticos y económicos. Por lo tanto, el propósito de este módulo no es más que introducir al lector en la comprensión de la etapa contemporánea de la historia de Venezuela.

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PROPÓSITO:  PROPORCIONAR AL PARTICIPANTE UNA INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LAS CONDICIONES HISTÓRICAS QUE PERMITEN COMPRENDER LA CONTEMPORANEIDAD EN VENEZUELA.

OBJETIVOS:  CONOCER LA ETAPA CONTEMPORÁNEA DE LA HISTORIA DE VENEZUELA A PARTIR DE LA CARACTERIZACIÓN DE LOS CAMBIOS OCURRIDOS EN EL PAÍS DESDE EL SIGLO XIX HASTA LA ACTUALIDAD. 

VALORAR LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE VENEZUELA DESDE EL SIGLO XIX HASTA LA ACTUALIDAD.

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UNIDAD Nº 1: TRANSICIÓN ENTRE LOS SIGLOS XIX Y XX. AUTORITARISMO Y LIBERALISMO (1899-1936).

OBJETIVO TERMINAL: Analizar el primer tercio del siglo XX venezolano y la relación de esta etapa con las condiciones socio-políticas y económicas de Venezuela en el siglo XIX.

OBJETIVOS

CONTENIDOS

1.-Identificar las principales 1.- El siglo XIX venezolano: características políticas, económicas inestabilidad política e y sociales de Venezuela para el siglo ingobernabilidad, mono-producción XIX. agrícola, desintegración e incomunicación del territorio, el Liberalismo Amarillo y sus antecedentes.

2.- Analizar las condiciones históricas que hicieron posible la centralización gubernamental y la pacificación de Venezuela.

2.- El primer tercio del siglo XX venezolano: Imposición de la centralización gubernamental, Revolución Liberal Restauradora, gomecismo y pacificación nacional, de la Venezuela rural a la Venezuela urbana, el paso de la Venezuela agraria a la Venezuela petrolera.

Estrategias instruccionales 1. Asesorías individuales y grupales. 2. Consulta de la bibliografía y demás lecturas sugeridas.

Evaluación 1. Prueba escrita. 4


Bibliografía y otras lecturas sugeridas.

- Diccionario de historia de Venezuela. Fundación Polar. Cuatro Tomos. Caracas, 1997. Segunda edición. - CABALLERO, Manuel (1993). Gómez el tirano liberal. Caracas: Monte Ávila Editores. - CABALLERO, Manuel (1998). Las crisis de la Venezuela contemporánea (19031992). Caracas: Monte Ávila Editores. PINO ITURRIETA, Elías. Revolución liberal restauradora. http://www.fpolar.org.ve/nosotros/educacional/insurr/revlibres.html.

En:

- Repaso de la historia de Venezuela. Fundación V Centenario. Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela. Caracas, 1998. - VALLENILLA LANZ, Laureano (1999). Cesarismo democrático. Caracas: Los Libros de El Nacional. - VELÁSQUEZ, Ramón J. (1993). La caída del liberalismo amarillo. Tiempo y drama de Antonio Paredes. Caracas: Editorial Planeta Venezolana S.A. - VELÁSQUEZ, Ramón J. Gobierno de Juan Vicente Gómez. http://www.fpolar.org.ve/nosotros/educacional/instituc/gomegobi.html.

En:

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UNIDAD Nº 2: PROCESO DE MODERNIZACIÓN NACIONAL ENTRE 1936 Y 1945. OBJETIVO TERMINAL: Distinguir los cambios políticos e institucionales que se hicieron presentes en Venezuela al profundizarse el proceso de modernización nacional entre 1936 y 1945. OBJETIVOS

CONTENIDOS

1.- Analizar la crisis política y el 1.- El Programa de Febrero de López debate de ideas que Venezuela Contreras y la búsqueda de un presentó en el período 1936-1941. modelo político democrático. El debate entre las tendencias políticas de derecha e izquierda.

2.- Analizar los avances que el país experimentó en materia democrática entre los años 1941 y 1945, así como los factores que condujeron al golpe de Estado contra el gobierno de Medina Angarita.

3.- Identificar la importancia petróleo en el proceso modernización nacional.

2.- El medinismo: reformas en la estructura del Estado y construcción de la democracia. Consolidación de los partidos políticos. Acción Democrática, la ofensiva militarista y el golpe de Estado del 45.

del 3.- Importancia del petróleo en el de proceso de modernización nacional.

Estrategias instruccionales 1. Asesorías individuales y grupales. 2. Consulta de la bibliografía y demás lecturas sugeridas.

Evaluación 1. Prueba escrita. 6


 Bibliografía y otras lecturas sugeridas. - BATTAGLINI, Oscar (2006). Venezuela 1936-1941: dos proyectos democráticos. Primera edición. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana. Colección Estudios, Serie Historia. - CALDERA, Rafael. López Contreras: lindero y puente. En: Homenaje al general Eleazar López Contreras. Edición dirigida por Tomás Polanco Alcántara. Caracas: Banco Central de Venezuela, 1988. - CABALLERO, Manuel (1998). Las crisis de la Venezuela contemporánea (19031992). Caracas: Monte Ávila Editores. - Diccionario de historia de Venezuela. Fundación Polar. Cuatro Tomos. Caracas, 1997. Segunda edición. - Repaso de la historia de Venezuela. Fundación V Centenario. Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela. Caracas, 1998.

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UNIDAD Nº 3: AVANCES Y RETROCESOS EN LA CONSTRUCCIÓN DEL SISTEMA DEMOCRÁTICO (1945-1958).

OBJETIVO TERMINAL: Precisar los logros y los tropiezos de la sociedad venezolana y su dirigencia política en la conformación del sistema democrático, en el período 1945-1958.

OBJETIVOS

CONTENIDOS

1.Identificar los mecanismos 1.- El trienio adeco y la alianza cívicopolíticos, económicos e ideológicos militar. que implementaron los dirigentes de Acción Democrática en la búsqueda del control gubernamental de Venezuela (1945-1948).

2.- Elecciones populares, ruptura de 2.- Analizar el proceso de deterioro de la alianza cívico-militar y la alianza cívico-militar de 1945 y su derrocamiento de Rómulo Gallegos. impacto en el resquebrajamiento del orden democrático en 1948.

3.- Caracterizar el proceso de 3.- Avances en la consolidación de la modernización de Venezuela entre modernización de Venezuela. 1945 y 1958.

4.- Analizar el proyecto nacional y la 4.- Proyecto nacional y propuesta propuesta geopolítica diseñada geopolítica durante el régimen de durante la dictadura de Pérez Marcos Pérez Jiménez. Jiménez.

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Estrategias instruccionales 1. Asesorías individuales y grupales. 2. Consulta de la bibliografía y demás lecturas sugeridas. 3. Localizar información en la siguiente página electrónica: http: www.fpolar.org.ve/encarte/planobra.html.

Evaluación 1. Prueba escrita.

Bibliografía y otras lecturas sugeridas

- ÁNGULO RIVAS, Alfredo (1994). Pérez Jiménez: tres décadas después. Mérida: Universidad de Los Andes- Fondo Editorial Tropycos. - Diccionario de historia de Venezuela. Fundación Polar. Cuatro Tomos. Caracas, 1997. Segunda Edición. - Repaso de la historia de Venezuela. Fundación V Centenario. Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela. Caracas, 1998. - RODRÍGUEZ CAMPO, M. (1991). Pérez Jiménez y la dinámica del poder (19481958). Caracas: Ediciones El Dorado. - USLAR PIETRI, Arturo (1992). Golpe y Estado en Venezuela. Bogotá: Editorial Norma.

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UNIDAD Nº 4: PUNTOFIJISMO (1958-1998), SURGIMIENTO CONSTITUCIÓN DE 1999 Y EL PROYECTO SOCIALISTA.

DE

LA

OBJETIVO TERMINAL: Analizar los antecedentes inmediatos y el desarrollo de la historia reciente de Venezuela. OBJETIVOS

CONTENIDOS

1.- Caracterizar la alianza política de 1.- El bipartidismo y la implementación Punto Fijo y sus repercusiones en la del Pacto de Punto Fijo. democracia venezolana.

2.- Distinguir la crisis estructural de la 2.- Populismo, democracia clientelar y sociedad venezolana y el deterioro crisis del modelo político de Punto Fijo. del modelo político de Punto Fijo. Manifestaciones de la crisis: debacle de la economía rentista petrolera, distribución desigual de la riqueza petrolera, mono-producción y dependencia estructural de la renta petrolera, intentonas golpistas y sublevaciones populares.

3.- Examinar la historia reciente de 3.- El surgimiento de Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI: conflictividad Venezuela. política, nuevo liderazgo cívico-militar, la Constitución de 1999, proyecto geopolítico, continuidad de la economía rentista petrolera.

Estrategias instruccionales 1. Asesorías individuales y grupales. 2. Consulta de la bibliografía y demás lecturas sugeridas. 3. Consulta de fuentes hemerográficas. 4. Elaboración de un ensayo sobre alguno de los temas sugeridos o de otro que guarde relación con estos, por ejemplo: Del viernes negro a la 10


intentona golpista (rebelión) del 04 de febrero de 1992: Factores que desencadenaron la crisis e ingobernabilidad en Venezuela. Evaluación 1. Presentación de un ensayo.

Bibliografía y otras lecturas sugeridas.

- CABALLERO, Manuel (1995). Ni Dios ni federación. Caracas: Editorial Planeta Venezolana S.A. - Repaso de la historia de Venezuela. Fundación V Centenario. Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela. Caracas, 1998. - USLAR PIETRI, Arturo (1992). Golpe y Estado en Venezuela. Bogotá: Editorial Norma. - Prensa de los últimos 10 años. Al seleccionar los periódicos se debe tener presente que éstos se encuentran condicionados por una línea editorial favorable o contraria al gobierno que preside Hugo Chávez.

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PLAN DE EVALUACIÓN UNIDAD

OBJETIVOS TERMINALES

UNIDAD I

UNIDAD II

UNIDAD III

UNIDAD IV

ESTRATEGIAS EVALUATIVAS

VALORACIÓN

Analizar el primer tercio del siglo XX venezolano y la relación de esta etapa con las condiciones socio-políticas y económicas de Venezuela en el siglo XIX.

Prueba escrita

20%

Distinguir los cambios políticos e institucionales que se hicieron presentes en Venezuela al profundizarse el proceso de modernización nacional entre 1936 y 1945.

Prueba escrita

Precisar los logros y los tropiezos de la sociedad venezolana y su dirigencia política en la conformación del sistema democrático, en el período 1945-1958.

Prueba escrita

Analizar los antecedentes inmediatos y el desarrollo de la historia reciente de Venezuela.

Ensayo. Criterios de evaluación: capacidad de análisis y síntesis, competencia para redactar en forma coherente, comprensión del proceso histórico.

TIPO DE EVALUACIÓN

Evaluación sumativa.

Evaluación formativa: El docente dará a conocer a los estudiantes las correcciones de la prueba escrita. 20%

Evaluación sumativa. Evaluación formativa: El docente dará a conocer a los estudiantes las correcciones de la prueba escrita.

30%

Evaluación sumativa. Evaluación formativa: El docente dará a conocer a los estudiantes las correcciones de la prueba escrita.

30%

Evaluación sumativa.

Evaluación formativa: El docente dará a conocer a los estudiantes sus observaciones e impresiones acerca del ensayo.

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PLAN DE ASESORÍAS

ASESORÍA 1 UNIDAD 1 -Presentación del plan de curso.

ASESORÍA 2

ASESORÍA 3

ASESORÍA 4

ASESORÍA 5

UNIDAD 2

UNIDAD 3

UNIDAD 4

UNIDAD 5

- Asignación de actividades para el próximo encuentro (comentarios acerca de los contenidos y la evaluación de la Unidad III).

- Asignación del ensayo (comentarios acerca de los contenidos y la evaluación de la Unidad IV).

- Consignación del ensayo correspondiente a la Unidad IV.

- Asignación de actividades para el próximo encuentro - Asignación de (comentarios actividades acerca de los para el próximo contenidos y la encuentro evaluación de (comentarios la Unidad II). acerca de los contenidos y la - Comentarios evaluación de acerca de la la Unidad I). bibliografía y demás lecturas - Comentarios sugeridas. acerca de la bibliografía y - Presentación demás lecturas a rasgos sugeridas. generales de la evaluación formativa correspondiente a la Unidad I. - Entrega a cada participante de los resultados de su evaluación sumativa.

- Comentarios acerca de la bibliografía y demás lecturas sugeridas.

- Comentarios acerca de la bibliografía y demás lecturas sugeridas.

- Entrega a cada participante de de los resultados parciales del conjunto de evaluaciones.

- Presentación - Prueba a rasgos recuperativa generales de la evaluación formativa correspondiente a la Unidad III.

- Presentación a rasgos generales de la evaluación formativa correspondiente - Entrega a a la Unidad II. cada - Entrega a participante de cada los resultados participante de de su los resultados evaluación de su sumativa. evaluación sumativa.

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UNIDAD Nº 1 TRANSICION ENTRE LOS SIGLOS XIX Y XX. AUTORITARISMO Y LIBERALISMO (1899-1936). Introducción a la Unidad N°1. Se puede caracterizar a la Venezuela del siglo XIX como un Estado-nación embrionario marcado por una serie de conflictos bélicos, vinculados entre sí, que impactaron, como es lógico, de manera negativa en su dinámica de desarrollo social y económico. Estos conflictos se iniciaron en los albores del siglo XIX, lo que se evidencia en hechos como la firma del Acta de la Independencia de Venezuela en 1811, donde se proclama el nacimiento de una República soberana e independiente sustentada en los principios ilustrados de: libertad, igualdad y justicia social, iniciándose la definición de un corpus ideológico que va a servir de sustento al naciente Estado. De esta manera se transitó del absolutismo monárquico al liberalismo, en sus expresiones políticas y económicas. El proyecto nacional liberal, que estructuraba el discurso político de liberales y conservadores, motorizó las aspiraciones igualitarias y reivindicativas de la mayoría de los colectivos sociales, que a lo largo de todo el siglo XIX habitaban los campos en condiciones de pobreza y exclusión, dedicados a la agro-producción y la economía de subsistencia, en un país rural y premoderno. Estos conflictos bélicos imposibilitaron el desarrollo económico e institucional de la nación, la cual lucía mas como un conjunto de regiones heterogéneas, con marcadas especificidades étnicas y culturales y distintos niveles de desarrollo, que como un cuerpo integrado. En este sentido, la Venezuela del siglo XIX se caracterizó por su inestabilidad política y por un sistema económico enclaustrado en la mono-producción agrícola, así como por la desintegración y la incomunicación de las regiones que conformaban el territorio nacional.

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El material que se presenta para esta unidad temática está orientado a la identificación de las principales características políticas, económicas y sociales de la Venezuela decimonónica, así como a la explicación de los cambios experimentados por la nación en el lapso 1899-1936. Se toma en cuenta la gestión de los “gobiernos liberales andinos”, los cuales mediante la centralización del poder político,

la

modernización del Estado y el inicio de la explotación petrolera, elevaron significativamente los niveles de gobernabilidad, desmantelando de manera definitiva a las montoneras y caudillos regionales, lográndose así una paz duradera que significó la ausencia de guerras civiles a lo largo de todo el siglo XX, y por tanto, la consolidación del Estado-nacional.

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TEMA Nº 1 El siglo XIX venezolano: inestabilidad política e ingobernabilidad, mono-producción agrícola, desintegración e incomunicación del territorio, el liberalismo amarillo y sus antecedentes. De acuerdo con lo antes expuesto, el siglo XIX venezolano transcurrió signado

por

múltiples

conflictos

político-militares

y

sociales

que

desencadenaron un dramático proceso de inestabilidad e ingobernabilidad, en el que una revolución sustituía a otra, sin solventar las demandas más apremiantes de las clases populares: una mejora sustancial de su calidad de vida, que era en extremo precaria. Culminada la guerra independentista e instaurada la República venezolana tras la desintegración de la Colombia originaria en 1830, continúa el ciclo de las guerras civiles, que culminará en 1902 con la derrota de la Revolución Libertadora, encabezada por el banquero Manuel Antonio Matos. Entre los factores que ocasionaron estos conflictos bélicos destaca el manifiesto descontento por el latifundio, donde un grupo reducido de la oligarquía terrateniente monopolizaba las mejores tierras, quedando exentas de su posesión la mayoría de las familias campesinas del país, que representaba el grueso de la población. Se vivía, entonces, la paradoja de los hombres sin tierra a la par de grandes extensiones territoriales ociosas sin que nadie las trabajara. La confrontación también se desarrolló para impedir que los generales de la gesta independentista (los llamados Libertadores de la Patria) colmaran los principales espacios del poder político nacional, excluyendo a otros sectores -como los profesionales y demás civiles- de la legítima participación de éstos en la gestión de los asuntos públicos y de Estado. No obstante, puede decirse que la causa primaria

de

estos

continuos

estallidos

militares

eran

las

marcadas

desigualdades sociales y económicas que relegaba a la mayoría de la

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población a la miseria y la exclusión, a lo que se sumó la fragilidad y vulnerabilidad de las instituciones de gobierno. Las guerras civiles, el caudillismo y los antagonismos entre las dos tendencias políticas de la época (liberales y conservadores1) formaron parte del clima de inestabilidad política e ingobernabilidad que caracterizó a Venezuela durante el siglo XIX. En lo concerniente a la realidad económica del país en el referido siglo, prevalecieron la crisis y la recesión más que el crecimiento; esto debido a los conflictos bélicos que no favorecieron la producción agropecuaria, repercutiendo además de manera negativa en el crecimiento demográfico de la población. Las constantes crisis económicas de Venezuela en el siglo XIX fueron manejadas por el Estado con paliativos como empréstitos externos e internos que fueron aumentando continuamente las deudas del país. Simultáneamente, luego de la guerra de independencia se aumentaron los impuestos, las recaudaciones en las aduanas y se trató de incrementar las exportaciones agropecuarias, con buenos resultados algunas veces en rubros como el café y el cacao, principalmente. La economía venezolana del siglo XIX puede definirse como monoproductora

y

no

industrializada,

donde

la

balanza

de

los

productos

manufacturados de importación, tales como: ropa, zapatos, cerámicas, perfumes y toda clase de objetos suntuarios, provenientes de las principales potencias económicas de la época (Inglaterra, Francia y Alemania, entre otras) sobrepasó la balanza de la exportaciones, imposibilitando así el desarrollo endógeno de la nación. A su vez, la producción agropecuaria del país se vio condicionada por el comportamiento de los mercados internacionales y las fluctuaciones de los precios del café.

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También existió una tercera tendencia político-ideológica, la socialista, aunque ésta no tuvo mayor presencia en el ejercicio del poder gubernamental.

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En cuanto a la dimensión geográfica debemos destacar que la Venezuela de la

época

estaba

conformada

por

diversas

regiones,

prácticamente

incomunicadas entre sí, porque no existían vías de comunicación que facilitaran su integración social y económica. En el territorio se presentaron cinco regiones geoproductivas: la occidental, la centro-occidental, la central, la nororiental y la suroriental, paradójicamente más conectadas con los principales emporios económicofinancieros

del mundo occidental, que entre ellas, configurando a lo interno un

panorama de desintegración nacional y a lo externo dependencia y periferia. Por otra parte, en las últimas tres décadas del siglo XIX el Partido Liberal Amarillo se erigió como el grupo protagónico del sistema político nacional, impulsado principalmente por el liderazgo de personajes carismáticos como Antonio Guzmán Blanco, hombre de ideas modernas e hijo de Antonio Leocadio Guzmán, impulsor de la doctrina liberal en Venezuela. Es necesario tener presente que el Partido Liberal Amarillo no era una organización política moderna como las que conocemos en la actualidad, ya que no poseía un programa político como tal, ni una doctrina estructurada. Sus afiliados y principales militantes más que poseer una doctrina ideológica en común que les proporcionara una visión particular de la economía, de la sociedad y de la política, se agrupaban alrededor del caudillo de turno, quien luego de tomar la presidencia, terminaba actuando en función de la satisfacción de determinados intereses sectoriales, más que por los intereses nacionales o por una filosofía política.

A medida que leas este contenido realiza un mapa conceptual por época; esto

te ayudará a entender mejor la Historia Contemporánea de Venezuela.

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TEMA Nº 2 El primer tercio del siglo XX venezolano: Imposición de la centralización gubernamental en Venezuela, Revolución LiberalRestauradora, gomecismo y pacificación nacional, de la Venezuela rural a la urbana, el paso de la Venezuela agraria a la petrolera. A finales del siglo XIX, Venezuela era un país pobre, con una población en su mayoría rural, dedicada al trabajo de la tierra. Una de las regiones de relativo desarrollo en el país fue la de Los Andes. La devastación de la Guerra Federal prácticamente no tocó a esta región, que por sus características geográficas permaneció en una situación de aislamiento productivo. En este contexto surge Cipriano Castro, máximo líder del grupo liberal restaurador andino. En 1899 Castro organiza una revolución cuya consigna fue “nuevos hombres, nuevos ideales y nuevos procedimientos”. Esta revolución estuvo conformada por un pequeño número de hombres, que según la historiografía tradicional, en un primer momento se contaban en setenta, provenientes de las clases populares (artesanos, campesinos y estudiantes), que proclamaban una ideología nacionalista y liberal. Esta revolución fue ganando adeptos

a medida que los insurrectos se

acercaban a Caracas. El 22 de octubre del mismo año, Castro derroca al presidente Ignacio Andrade, instaurando desde el primer momento un régimen de coerción, enemigo de la burguesía comercial y financiera. Castro gobierna entre 1899 y 1908, período caracterizado por conflictos políticos y económicos de gran impacto para el país. Su gestión gubernamental estuvo orientada a la centralización del poder político; en este sentido, se propuso fundar y modernizar el Ejército Nacional, lo que le llevó a decretar la creación de la Academia Militar en 1903. De igual manera desarrolló una plataforma legal acorde con el proyecto centralizador, dando paso a un Código de minas, que aumentaba los impuestos a las 19


trasnacionales dedicadas al negocio de la explotación del asfalto. La Constitución de 1904 redujo el número de estados a 13 y minimizó sus niveles de autonomía, con el propósito de fortalecer al gobierno central. Entre los logros más significativos del gobierno de Castro destaca el hecho de haber iniciado la pacificación del país, mediante la derrota sistemática de los principales caudillos regionales, donde el ejército iba madurando en organización, capacidad logística y estratégica, así como en disciplina militar. La lista de los caudillos que fueron derrotados al intentar derrocar a Castro la encabezan: José Manuel Hernández (conocido como el Mocho Hernández), Nicolás Rolando y Celestino Peraza, entre otros. La

crisis

económica

y

financiera,

además

de

la

inestabilidad

gubernamental, fueron algunos de los principales problemas que tuvo que afrontar la administración de Castro. En 1901, el gobierno solicita un préstamo ante los principales bancos de Caracas, propiedad de la burguesía financiera, que permitiera amortizar sus múltiples compromisos. No obstante, los banqueros se negaron a auxiliar a un gobierno contrario a sus intereses. Ante esta negativa el gobierno decide encarcelar a los banqueros, sometiéndolos previamente a la humillación de marchar encadenados por las principales avenidas de la capital. Presionados y acorralados, los banqueros no tuvieron otra opción que otorgar el préstamo requerido; sin embargo, desde este momento van a declararse opositores radicales de Castro, a quien intentaron derrocar mediante varias conspiraciones, contando incluso con el apoyo y la dirección del gran capital internacional. Empresas como la New York and Bermúdez Company que explotaba las minas de asfalto del país, el Cable Francés y la compañía alemana Gran Ferrocarril de Venezuela, se aliaron para apoyar el movimiento insurreccional comandado por el banquero más prestigioso del momento: Manuel Antonio Matos, quien pretendió derrocar a Cipriano Castro para instaurar luego un gobierno de corte oligárquico favorable a los intereses de las referidas trasnacionales que operaban en el país de 20


manera monopólica; este movimiento se denominó “Revolución Libertadora”, al cual se sumaron todos los enemigos del gobernante andino. En enero de 1902, Matos llega a las costas de Coro proveniente de Londres, con un importante cargamento de armas y municiones; seguidamente el movimiento insurreccional comienza a operar en las principales regiones del país. En Oriente los alzados eran los tradicionales caudillos del liberalismo amarillo; en el Centro y Occidente actuaban los milicianos del Mocho Hernández; en Guayana se reveló la guarnición de Ciudad Bolívar: el país era nuevamente un caldo de cultivo para la guerra civil. No obstante, el 12 de octubre y el 2 de noviembre de 1902 se enfrentaron en La Victoria aproximadamente 14 mil hombres de la Revolución Libertadora contra las tropas del gobierno, comandadas por el propio Castro y su lugarteniente Juan Vicente Gómez. El resultado de esta batalla fue la derrota total de los conjurados. Según el historiador Manuel Caballero este episodio fue de gran importancia para Venezuela, dado que marcó el inicio de un largo período de paz, caracterizado principalmente por la ausencia de guerras civiles “No es cualquier paz, sino la paz más larga que haya gozado el país desde 1808; y también una de las más largas que haya gozado sociedad alguna, en Iberoamérica y en cualquier parte del mundo” 2.

Poco después de culminado el conflicto bélico de la Revolución Libertadora, varias potencias extranjeras, a la cabeza de las cuales estaban Inglaterra y Alemania, aprovechan el momento de inestabilidad nacional para reclamar la inmediata cancelación de unas grandes sumas de dinero, por concepto de indemnizaciones concernientes a los daños que consideraban habían sufrido sus ciudadanos en el país y deudas acumuladas de los gobiernos anteriores. Ante la 2

Caballero, Manuel (2007). Las crisis de la Venezuela contemporánea (1903-1992). CaracasVenezuela: Alfadil Ediciones.

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negativa de Castro de cancelar dichos montos, bien porque las arcas del tesoro estaban prácticamente vacías y por no claudicar ante las manipulaciones internacionales, las Armadas de Inglaterra y Alemania bloquearon los principales puertos del país el 9 de diciembre de 1902, llegando incluso a bombardear el puerto de La Guaira y a desembarcar tropas de ocupación en el territorio nacional. Esta arremetida armada generó un clima de unidad nacional entorno al liderazgo de Castro, y el rechazo a los osados invasores; asimismo despertó la solidaridad a nivel de la opinión pública de los países latinoamericanos, en rechazo a las agresiones de las potencias imperialistas. El bloqueo a las costas venezolanas finalizó en febrero de 1903, con la firma de un conjunto de acuerdos diplomáticos, bajo la mediación de Washington, en los cuales el Estado venezolano se comprometía a cancelar la pesada deuda en la medida de sus posibilidades financieras. En 1906 el presidente Castro sufre una seria afección renal, mientras que los enemigos del gobierno se iban aproximando a su lugarteniente y hombre fuerte del ejército, Juan Vicente Gómez, con la finalidad de animarlo a que asumiera el control gubernamental de Venezuela. Enterado de la conspiración, Castro efectúa una maniobra política en 1906: renuncia a la presidencia de la República y espera la reacción de sus adversarios, muchos de los cuales formaban parte del mismo gobierno. Gómez, quien es militante activo de la conspiración, actúa inteligentemente y posterga sus planes, se acerca a Castro para manifestarle su supuesto apoyo y proponerle, en nombre del ejército, que continúe en el poder, cosa que Castro hizo. Este episodio es denominado por la historiografía patria como La Aclamación.

A tu juicio, ¿qué importancia presenta el gobierno de Castro en la historia de Venezuela? Reflexiona y Toma nota de tu apreciación.

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Por otro lado, la salud de Castro seguía agravándose, por tal motivo el 24 de noviembre de 1908 se embarca rumbo a Europa para someterse a una intervención quirúrgica, dejando encargado de la presidencia a Juan Vicente Gómez. Nunca más volvería al poder y estaría confinado al exilio por el resto de su vida. A diferencia de Castro, Juan Vicente Gómez no era un nacionalista, desde el primer momento estuvo dispuesto a gobernar favoreciendo los intereses de las trasnacionales que operaban en el país, por ese motivo al dar el golpe de Estado el 19 de diciembre de 1908 contaba con el apoyo irrestricto de los EE.UU. Gómez gobernó por más de 27 años al país. Su gobierno se caracterizó por la imposición de la pacificación nacional, ya que mediante la estructuración de un ejército moderno -proceso que inició Castro- logró aplastar a los últimos caudillos del siglo XIX. También consolida al Estado-nacional venezolano mediante la integración territorial, construyendo vías de comunicación que conectaron a las principales regiones del país. Esto posibilitaría la articulación de un mercado nacional. Las medidas de pacificación y gobernabilidad crearon una situación de gobernabilidad y paz. En este contexto, cualquier intento de oposición al régimen era reprimido de manera brutal. Las principales cárceles nacionales, tales como La Rotunda o el Castillo de San Carlos, llegaron a albergar más presos políticos que delincuentes, a los cuales se torturaba de manera inmisericorde. Por otro lado, Gómez instauró una serie de reformas constitucionales en función de crear un ordenamiento jurídico-institucional a la medida de su interés de permanecer en el poder, de la misma manera como lo había hecho la mayoría de los presidentes del país. Posiblemente lo más significativo

que sucedió durante el período

gomecista fue la transformación ocurrida a lo interno de la sociedad venezolana, la cual comenzó a dejar atrás su condición rural, enclaustrada en una economía agrícola, para pasar a ser paulatinamente una sociedad urbana y moderna. Estos cambios fueron impulsados por la explotación petrolera, que 23


ya para la segunda década del siglo XX había transformado al Estado venezolano en uno de los principales exportadores de petróleo a nivel mundial. “El peculiar estilo de desarrollo económico de la Venezuela petrolera hizo que la propiedad de la tierra en el campo, perdiera la posición preponderante que tuvo hasta 1920. Ni el poder político, ni la prosperidad económica tendrían ya su fundamento en el campo venezolano. De Gómez en adelante, serán la ciudad y sus clases quienes impongan su voluntad a toda la sociedad” 3.

El desarrollo económico y material del país, impulsado por la economía rentista petrolera, creó las condiciones objetivas para el desarrollo intelectual y cultural de un sector reducido del país, ingredientes primarios para el surgimiento de una mentalidad democrática. La Universidad de Caracas albergaba a una pequeña pero activa población estudiantil, consciente de la situación de atraso político y social en la que estaba sumergida la nación. En el año de 1928, los estudiantes organizaron un conjunto de celebraciones, en las fiestas del carnaval, con la finalidad de recoger fondos para la construcción de la Casa de Bello, que sería un centro de actividades culturales. No obstante, la verdadera intención de los estudiantes comprometidos con estas actividades, era manifestar de manera solapada su descontento con la dictadura gomecista, a la

que consideraban el

principal obstáculo para el desarrollo democrático y equitativo del país. Este movimiento, que insurgió de forma pacífica en febrero de 1928, se denominó Generación del 28; su importancia radica en que marcó el inicio de la conciencia democrática y ciudadana del país, que se tradujo en la aspiración por el logro de un modelo político basado en el respeto a las libertades ciudadanas, la justicia social y la participación política.

3

Pacheco, Emilio (1984). De Castro a López Contreras. Proceso social de la Venezuela contemporánea. Contribución a su estudio en los años 1900-1941. Caracas-Venezuela: Editorial Domingo Fuentes y Asociados, p. 46.

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En este movimiento participaron quienes posteriormente serían las principales personalidades de la escena política venezolana del siglo XX: Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Rómulo Gallegos (maestro de dicha generación), entre otros (Pío Tamayo, por ejemplo). Muchos de ellos estaban condicionados por distintas corrientes ideológicas, como la socialdemocracia y el socialismo de la III Internacional; mas en el ámbito discursivo coincidían en la necesidad de instaurar un sistema democrático-representativo y procedimental. La respuesta del gobierno ante estos acontecimientos fue implacable, se encarceló a la mayoría de los líderes promotores de estos sucesos y se les sometió a trabajos forzosos. Los estudiantes demostraron con su protesta que era posible reaccionar ante el terror y la paralización social que generaba el implacable aparato represivo del régimen. De ahora en adelante el tema de la construcción de la democracia estaría presente en el imaginario político de todos los hombres y organizaciones de vanguardia, tales como federaciones estudiantiles y partidos políticos en la clandestinidad, que adversaban al autoritarismo gomecista. Juan Vicente Gómez gobernaría al país hasta el momento de su muerte, el 17 de diciembre de 1935. Posteriormente se iniciaría un gobierno de transición hacia la democracia. RESUMEN A continuación se te presenta un conjunto de ideas que resumen lo expuesto en torno a la Unidad I. Mediante su consulta y la revisión de fuentes de naturaleza bibliográfica y electrónica, podrás profundizar en los contenidos sugeridos. •

A finales del siglo XIX Venezuela se encontraba golpeada por las continuas guerras de montoneras, lideradas por los caudillos.

Las elecciones de 1897 fueron manipuladas por el gobierno de Joaquín Crespo, quien colocó a Ignacio Andrade como presidente de la República.

Se desata una nueva guerra entre bandos liderados por Crespo y José Manuel “El Mocho Hernández”. 25


Joaquín Crespo cae muerto en la Mata Carmelera. De esta manera desaparece el último caudillo de importancia del Liberalismo Amarillo.

La ausencia del principal caudillo fue evaluada por Cipriano Castro como el momento oportuno para avanzar hacia Caracas.

El gobierno de Andrade intentó detener el desplazamiento armado de Castro, pero las divisiones entre los caudillos que le “apoyaban” condujeron al gobierno a una debacle.

Los andinos liderados por Castro toman el control de Caracas en octubre de 1899.

Se dio inicio a un gobierno de corte nacionalista, el cual consigue un país hundido en la bancarrota.

Surgieron marcadas diferencias con la elite económica. Las mismas propiciaron el surgimiento de conspiraciones y desestabilización.

La elite económica pacta con los caudillos del momento a fin de derrocar al gobierno de Castro. Surge así la Revolución Libertadora.

La alianza de los caudillos y la elite económica es derrotada en las batallas de La Victoria (noviembre de 1902) y Ciudad Bolívar (julio de 1903). Estos hechos abrieron paso a un largo período de paz y terror.

Castro se enfrentó a las potencias extranjeras del momento al negarse a pagar los compromisos de la deuda externa.

El gobierno de Castro tenía en su contra poderosos sectores de la vida nacional; también era contrario a los intereses petroleros de U.S.A.

Gómez se convirtió en el hombre del consenso y firme candidato de los opositores de Castro para asumir la presidencia.

El 19 de diciembre de 1908 surge el golpe de Estado que pone en la presidencia a Gómez.

El nuevo gobierno organiza el Ejército Nacional, centraliza el poder y logra entenderse en materia petrolera con U.S.A.

Hasta 1913 Gómez intenta gobernar sin represión. Luego se desarrolla una intensa persecución en contra de sus oponentes. 26


La Constitución sería reformada y manipulada insistentemente a fin de lograr la legalidad de un período presidencial de 27 años.

El control del Ejército significó para Gómez la permanencia en el poder.

El pensamiento positivista fue utilizado por grupos de intelectuales para justificar y legitimar el autoritarismo de Gómez.

En 1935 Venezuela era un país muy diferente y al mismo tiempo similar al de finales del siglo XIX.

Para 1935 Venezuela era un país: •

Urbano.

Minero-Exportador.

Mayoritariamente analfabeta.

Insalubre.

Relativamente comunicado por vía terrestre.

A punto de presentar partidos políticos modernos.

LECTURA COMPLEMENTARIA A continuación se anexa un texto que puede servir de punto de partida para profundizar en los contenidos de la Unidad I. Tomado de: USLAR PIETRI, Arturo (1992). Golpe y Estado en Venezuela. Bogotá: Grupo Editorial Norma. Colección biografías y documentos, pp. 34-40. Esta lectura te permite tener una visión más amplia acerca de los problemas sociales que Venezuela presentó en el siglo XIX. “La forma en que se desarrolló en Venezuela la guerra de independencia significó la destrucción completa del orden colonial que el imperio español había ido construyendo paulatinamente durante tres siglos. Era aquella una estructura social y política de castas y privilegios, en la que los criollos de clase alta no podían aspirar a una representación política mayor que la que lograron ejercer en los cabildos. Las leyes, la maquinaria del Estado, los sistemas de gobierno, las instancias y hasta los mismos funcionarios superiores venían de España. Un orden semejante no tenía otro soporte real que la costumbre en una tradición tricentenaria de acatamiento. 27


La magnitud y la duración de la guerra de independencia en Venezuela tuvo consecuencias que no se dieron en ningún otro país latinoamericano. Al desaparecer el orden colonial y comenzar la lucha armada, el país cayó en un largo proceso de anarquía y guerra que iba a durar cerca de un siglo. La cándida tentativa de implantar un orden republicano y federal de los constituyentes de 1811 nunca llegó a aplicarse realmente, y mucho menos a convertirse en práctica ordinaria. Lo que vino fue el desbordamiento de los viejos resentimientos contenidos y la desaparición de las estructuras sociales tradicionales para ser sustituidas por tentativas de gobierno democrático, jefaturas surgidas de la guerra y constantes brotes de anarquía. Terminada la guerra de independencia, después de Ayacucho, Bolívar escribió estas palabras tan dolorosas y reveladoras a su tío, Esteban Palacios, que había regresado a Caracas después de una larga permanencia en España: Ud. ha vuelto de entre los muertos a ver los estragos del tiempo inexorable, de la guerra cruel de los hombres feroces. Ud. se encontrará en Caracas como un duende que viene de la otra vida y observará que nada es de lo que fue. Ud. dejó una dilatada y hermosa familia: ella ha sido segada por una hoz sanguinaria: Ud. dejó una patria naciente que desenvolvía los primeros gérmenes de la creación y los primeros elementos de la sociedad; y Ud. lo encuentra todo en escombros... todo en memorias. Los vivientes han desaparecido: las obras de los hombres, las casas de Dios y hasta los campos han sentido el estrago formidable del estremecimiento de la naturaleza. Ud. se preguntará a sí mismo ¿dónde están mis padres, dónde mis hermanos, dónde mis sobrinos? ... Los más felices fueron sepultados dentro del asilo de sus mansiones domésticas; y los más desgraciados han cubierto los campos de Venezuela con sus huesos, después de haberlos regado con su sangre... por el solo delito de haber amado la justicia. Una espontánea e incontenible rebelión popular se extendió por los campos y las antiguas haciendas, invadiendo las poblaciones y haciendo desaparecer las viejas formas de sociabilidad. Esa inmensa ruptura, que lo abarcó todo, alcanza su forma más amenazante el año de 1814 cuando, desaparecida toda autoridad legítima, eliminada de hecho la estructura colonial, la única forma de autoridad que aparece en el horizonte y en la realidad es la de la inorgánica horda de llaneros salvajes comandados por Boves para saquear y destruir las ciudades, con el más primitivo credo igualitario imaginable, que parecía destinado a borrar toda forma de vida civilizada en el país que, con tantas esperanzas, proclamó su independencia en 1811.

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El memorial que el presbítero José Ambrosio Llamozas escribió en Madrid, en 1815, para Fernando VIl es un documento sobrecogedor que no puede ser ignorado por nadie que se preocupe por conocer el verdadero carácter de aquella revolución destructora. Entre otras cosas Llamozas, que fue capellán de las tropas de Boves, le revela al rey lo siguiente: El comandante general Boves desde el principio de la campaña manifestó el sistema que se había propuesto y del cual jamás se separó: fundábase en la destrucción de todos los blancos, conservando, contemplando y halagando a las demás castas [...]. En el Guayabal, poco después de la batalla de Mosquiteros, declaró la muerte a todos los blancos y los ejecutó constantemente hasta el pueblo de San Mateo. [...]. Hizo matar en Calabozo 87 blancos que pudo aprehender y dejó lista de otros 32 para el mismo efecto y orden a la salida de esta villa, a su comandante militar, para que hiciese matar a todo hombre blanco que allí llegase y que las mujeres blancas de Calabozo y pueblos inmediatos fuesen remitidas a la isla de Arichuna, como se ejecutó, repartiendo las casas y bienes de los muertos y de las desterradas entre los pardos y dándoles papeletas de propiedad. El único orden que pudo sobrevivir a tan inmensa destrucción fue el impuesto por la fuerza de los caudillos transitorios. Cuando, bajo el mando de Páez y sus conmilitones, Venezuela resuelve separarse de aquella entelequia política, que nunca llegó a existir y funcionar verdaderamente en la realidad sino en la voluntad de Bolívar, que se llamó la República de Colombia, se hizo una muy importante tentativa de establecer un orden político y social que, sin renunciar a los grandes principios republicanos del año 11, reconociera y tomara en cuenta las realidades sociales y económicas del país histórico. Ese orden, que se establece en 1830, dependía enteramente de la autoridad personal de un gran caudillo como lo fue Páez, y de la colaboración de los hombres más ilustrados y capaces del país, con la convicción evidente de que la suya era una difícil tarea de transición hacia la creación de un orden final y definitivo que podía llegar a ser real para las generaciones futuras. La vieja ruptura estaba latente y a ella se añadió el descontento de muchos políticos y militares que aspiraban a disfrutar de manera más completa de lo que Bolívar llamó, con dolorosa ironía, `las adquisiciones de su lanza`. A pesar de la estabilidad aparente del régimen legal mantenido por años, era evidente que la permanencia cierta de aquella situación reposaba en la autoridad de Páez.

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Un hombre de gran talento, de inmensa ambición política y de pocos escrúpulos, como fue Antonio Leocadio Guzmán, quien al comienzo colaboró decididamente con Páez, se dio cuenta de que en aquellos antagonismos sociales visibles había la posibilidad de fundar un nuevo poder político. Con inteligencia y audacia fundó el año de 1840 el diario El Venezolano y desde esa tribuna se dedicó sistemáticamente a demoler el prestigio de los hombres que habían dirigido con acierto el difícil proceso desde 1830. Apoyado en su atrevida campaña, logró adhesiones y simpatías y terminó por fundar el Partido Liberal. Era un demagogo de talento al que no detenía ninguna consideración de conveniencia nacional y logró en poco tiempo la simpatía de los descontentos y de los viejos resentimientos sociales que volvieron a plantear en sus terribles términos el drama de 1811.

El proceso de agitación que allí se inicia va a desembocar pronto en formas de lucha armada y, pasado el tiempo de los Monagas, va a constituir la base ideológica y la mitología política sobre la cual se va a iniciar una nueva y violenta ruptura, que comienza en 1859 con la guerra federal y que no terminará efectivamente hasta entrado el siglo XX. La guerra federal de Venezuela es la culminación de la ruptura iniciada en 1811 y llevó al extremo la disolución de los vínculos de sociedad y de gobierno que habían podido sobrevivir durante el tiempo de Páez y de los Monagas. Lo que surgirá es una lucha social amorfa, con una vaga doctrina igualitaria y federalista que, en muchas formas, va a revivir lo que fue la terrible experiencia de 1814. El país se ensangrentará, se empobrecerá y llegará casi a desaparecer como entidad política en ese largo tiempo de disolución, en el que la autoridad se fragmenta hasta desaparecer en manos de caudillos y jefes militares de todas las especies. Antonio Guzmán Blanco, que se ha formado en el seno del proceso de la anarquía y que ha logrado adquirir poder político y militar, inicia el año de 1870 lo que él va a llamar la regeneración de Venezuela. Es como el eco de un instintivo anhelo de orden y de paz que parece cada día más lejano. El orden autocrático que impone Guzmán Blanco por casi veinte años logra restañar muchas de las heridas, rehacer una base económica y establecer una apariencia de vida civilizada. Sin embargo, se estaba lejos de haber logrado una base social y política estable y el orden existente siguió dependiendo en lo esencial de la autoridad personal de los caudillos nacionales y regionales surgidos de la guerra. 30


Ese largo estado de guerra activa o latente, que predominará desde 1812 hasta 1903, que atrasa, empobrece y desangra al país, produce algunos resultados positivos y, entre ellos, el de acelerar efectivamente la movilidad social y el de acercar y mezclar las diferentes regiones. Hombres del más modesto origen, con el ejemplo de Páez, llegan a las más altas posiciones militares y políticas, se convierten en caudillos y comienzan a alcanzar una visión nacional del país. La autocracia con aura liberal que instaura Guzmán en 1870 va a durar, en rigor, hasta el final del siglo, en el que el gastado y corrompido partido de los liberales amarillos termina de disolverse en la ineficacia y la corrupción. Precisamente el año de 1899, de una manera inesperada y casi inexplicable, un caudillo local desconocido, Cipriano Castro, logra, gracias a las circunstancias nacionales y a su impávida audacia, hacerse del poder y poner fin al viejo orden político que venía desde Páez y Guzmán. Es una nueva ruptura, y la frase retórica con que anunciaba sus propósitos: "Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos", no carecía enteramente de sentido. Va a surgir allí un nuevo orden caudillista que se diferenciará grandemente del de Páez y del de los liberales en sus dos etapas, la de Castro y la de Gómez. Desde que Gómez asume definitivamente el poder, a fines de 1908, se esfuerza por asegurar la paz y establecer un orden nacional efectivo. En los veintisiete años que dura su mando el país se pacifica, se integra, se comunica interiormente, establece una administración central y un ejército nacional y abre el proceso de inmensa transformación que va a significar la explotación del petróleo. En los años finales de la vida del inveterado dictador existía el temor muy generalizado de que el país pudiera recaer en el viejo mal de la guerra civil y los caudillismos locales. Eso no ocurrió, afortunadamente, gracias a la previsión de Gómez en la escogencia de su sucesor, el general Eleazar López Contreras, y a la prudencia y serenidad con que éste ejerció el gobierno en circunstancias muy difíciles. No hubo interrupción a la muerte de Gómez sino transformación profunda del sistema político y ello abrió las más amplias posibilidades para que Venezuela, pudiera reemprender, con la colaboración de todos sus estamentos, la busca de aquel orden democrático y justo que había sido el sueño inalcanzable desde la independencia (…)”.

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AUTOEVALUACIÓN Selección simple: Encierre en un círculo la opción que considere correcta. 1.- Podemos calificar en términos políticos al período de la historia venezolana (1899-1935) como: A) Dictatorial

B) Democrático

C) Comunista

2.- El general Cipriano Castro llegó al poder por medio de: A) Elecciones democráticas

B) Un golpe de Estado

C) Un referéndum

3.- El gomecismo impulsó un orden establecido que puede calificarse como: A) Anarquía

B) Pacificación Nacional

C) Estado de Bienestar

4) El aspecto económico más resaltante del período 1899-1935 es: A) La reconversión monetaria

B) La devaluación del Bolívar

C) La transición de la economía agro-exportadora a la economía petrolera.

Falso (F) o Verdadero (V) Encierra en un círculo la opción que consideres correcta. 5) El siglo XIX venezolano fue un período de estabilidad política y prosperidad económica. (F) (V) 6) En el período 1908-1935 Venezuela experimentó su más cruenta guerra civil. (F) (V) 7) El petróleo se introduce en la historia de Venezuela durante el régimen de Juan Vicente Gómez. (F) (V) 8) El Ejército venezolano surge como institución organizada en la segunda mitad del siglo XIX. (F) (V)

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Fuentes bibliográficas adicionales -

Caballero, Manuel (2007). Las crisis de la Venezuela contemporánea (19031992). Caracas: Alfadil Ediciones.

-

Caballero, Manuel (2007). Ni Dios ni federación. Caracas: Editorial Planeta.

-

Pacheco, Emilio (1984). De Castro a López Contreras. Proceso social de la Venezuela contemporánea. Contribución a su estudio en los años 19001941. Caracas: Editorial Domingo Fuentes y Asociados.

-

Pino-Iturrieta, Elías, y otros. (1992). Historia mínima de Venezuela. MaracaiboVenezuela: Fundación de Trabajadores de Lagoven.

-

Repaso de la historia de Venezuela. Fundación V Centenario. Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela. Caracas, 1998. Fuentes electrónicas recomendadas 

www.anhvenezuela.org

http://www.fpolar.org.ve/nosotros/educacional/instituc/gomegobi.html.

Si no pudiste responder la Autoevaluación, lee de nuevo el contenido y lleva una secuencia de los eventos ocurridos en tu país.

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UNIDAD Nº 2 PROCESO DE MODERNIZACIÓN NACIONAL ENTRE 1936 Y 1945. Introducción a la Unidad N°2. El proceso político iniciado en 1936 tras la llegada al poder del general Eleazar López Contreras, sucesor de Juan Vicente Gómez, se caracterizó por ocasionar una transición dialéctica del autoritarismo y militarismo hacia el inicio de un orden democrático. Se debe comprender que la democracia, tanto como filosofía y modelo político comprometido con el bienestar colectivo, no se construye de la noche a la mañana, sino de manera sistemática y gradual. La dictadura gomecista significó 27 años de terror y represión, lo que configuró en el pueblo venezolano una profunda mentalidad de desesperanza y resignación; López Contreras desde su llegada al poder implementa medidas orientadas a cambiar esa mentalidad funesta, tales como la liberación de la mayoría de los presos políticos, el retorno al país de los exiliados y la legalización de ciertas organizaciones políticas de oposición. En el período 1936-1945 se percibió un clima de cambios positivos, que abrió las puertas a la participación de la ciudadanía en los asuntos políticos, y el ejercicio de las libertades públicas: de pensamiento, de expresión, de asociación y de prensa; aunque, esta apertura democrática no fue plena, pues entre 1936 y 1941 las organizaciones y simpatizantes de ideologías de izquierda fueron perseguidos y limitados en el reconocimientos de dichas libertades. Esta situación fue uno de los detonantes de diversas protestas y conflictos sociales, en varios casos violentos, lo que generó un retroceso en el proceso de democratización nacional, ya que se mantuvieron mecanismos de represión para mantener el status quo.

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El gobierno de Eleazar López Contreras impulsó políticas novedosas que apuntaban a la aceleración del proceso de modernización nacional. De ahí su Programa de Febrero, primer programa político elaborado para dar respuestas a los graves problemas del país, aquellos que se venían arrastrando del siglo XIX: insalubridad, pobreza, analfabetismo, atraso económico. El referido programa fue presentado en 1936, y en éste se pretendía fortalecer el precario sistema educativo venezolano, desarrollar un sistema nacional de higiene y salud pública, reorganizar la banca y fomentar el desarrollo industrial, así como reconocer los legítimos derechos laborales y sociales de los venezolanos, que en su mayoría eran explotados y marginados. De esta manera surgió un estilo de gobierno basado en la consecución de planes y proyectos. El sucesor de López Contreras fue el general Isaías Medina Angarita, quien gobernó el país en el lapso de 1941-1945. Su gestión profundizó los cambios democráticos instaurados por su antecesor, legalizando a los partidos políticos de oposición, incluso a los de izquierda, he instaurando de manera inicial el sistema de seguridad social.

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TEMA Nº 1. El Programa de Febrero de López Contreras y la búsqueda de un modelo político democrático. El debate entre las tendencias políticas de derecha e izquierda. Desde su arribo al poder, el general López Contreras -hombre de una sólida formación intelectual- se planteó objetivos concretos para su gestión gubernamental. Uno de esos objetivos consistió en favorecer la generación de empleos e impulsar el crecimiento productivo del país. A partir del diagnóstico de las necesidades y carencias que padecía la sociedad venezolana, propuso el Programa de Febrero de 1936, primer plan de atención integral de la nación, cuyo norte fue el bienestar colectivo y la construcción de una sociedad moderna. “El Programa de Febrero contiene un inventario muy preciso de las áreas más problemáticas del país y de las soluciones que el gobierno estaba dispuesto a adoptar. En resumen, el programa contemplaba los siguientes puntos: promulgación de la Constitución Nacional con el objetivo de que sea la ley y la norma de comportamiento para gobernantes y ciudadanos; desarrollo de la educación nacional y de la higiene y salud pública; asistencia crediticia para el fomento de la producción nacional; ampliación de las obras publicas y perfeccionamiento del ejército nacional” 4. El Programa de Febrero significó, a su vez, una revisión a fondo del paradigma ideológico que venía sirviendo de asidero a las políticas de gobierno, es decir, el liberalismo clásico; ahora la cuestión social cobra real importancia, por lo tanto, el desarrollo que se intentó promover desde el Poder Ejecutivo no será solamente económico, sino también social y cultural. Este programa ayudó, asimismo, a reducir el clima de oposición radical existente, dado que establecía

4

Pacheco, Emilio (1984). De Castro a López Contreras. Proceso social de la Venezuela contemporánea. Contribución a su estudio en los años 1900-1941. Caracas: Editorial Domingo Fuentes y Asociados, p. 119.

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objetivos en función del desarrollo democrático, que de una u otra manera reflejaba el sentir de la mayoría de los actores políticos de la época. La disposición del gobierno nacional de tolerar la fundación y funcionamiento de partidos políticos, exceptuando los de orientación comunista, facilitó el debate entre los dirigentes de diversas agrupaciones político-partidistas, así como el contacto de éstos con las masas. Los partidos que emergen en el escenario nacional a partir de 1936 eran de distintos signos ideológicos, agrupados en ese momento en dos grandes tendencias: derechas e izquierdas. En las derechas se ubicaban los conservadores, quienes estaban de acuerdo con la implementación de reformas que no afectasen los cimientos del orden establecido, lo que consideraban suficiente para lograr los cambios anhelados; en las izquierdas se encontraban todas las agrupaciones que en menor o mayor grado se identificaban con el socialismo, para las cuales la única forma racional y viable de lograr los cambios anhelados por las mayorías era creando un orden distinto, en el que la explotación y la dominación de una elite sobre las mayorías, se sustituyera radicalmente por una sociedad de iguales, en el que la prioridad debía ser el bienestar colectivo y la liberación del hombre. Este debate ideológico y político se prolonga hasta la actualidad. Los primeros partidos políticos que se constituyeron fueron: Organización Venezolana (ORVE), Partido Republicano Progresista (PRP), Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) y Partido Democrático Nacional (PDN). Para la historiadora Irene Rodríguez Gallad, la apertura democrática iniciada por López Contreras en 1936 fue muy tímida, tal como se evidencia en los dos últimos años de su gestión (1940-1941), donde se da un retroceso hacia las prácticas dictatoriales del gomecismo. “Termina así la gestión gubernativa de López Contreras, con una actuación política ambigua, pues permitió la fundación de partidos que luego disolvió, no sin perseguir y desterrar a sus dirigentes; pretendió modernizar al país con la construcción de 37


algunas obras que no modificaron en esencia la atrasada realidad nacional. El gobierno lopecista puede considerarse como la transición entre un período de negación de libertades [el gomecismo] y otro de tímida apertura democrática” 5.

¿Cuál es la importancia político-gubernamental del Programa de Febrero?

5

Rodríguez-Gallad, Irene (1992). La gestión andina del poder. En: Historia mínima de Venezuela. Maracaibo-Venezuela: Fundación de trabajadores de Lagoven, p. 160.

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TEMA Nº 2 El medinismo: reformas en la estructura del Estado y construcción de la democracia. Consolidación de los partidos políticos. Acción Democrática, la ofensiva militarista y el golpe de Estado del 45. El general Isaías Medina Angarita fue designado por el Congreso Nacional como sucesor de López Contreras, para el período presidencial 1941-1946, dado que para el momento aún no existía el derecho, tan anhelado, del voto directo, universal y secreto. Medina había sido ministro de Guerra y Marina de López Contreras, y éste a su vez lo había sido de Gómez. Desde Cipriano Castro hasta Medina, todos los presidentes del país fueron andinos, cuestión que despertó suspicacia en la oposición, que veía con rechazo el hecho de que por más de 40 años los presidentes provinieran de una suerte de logia hegemónica, militarista y ultra-regionalista. Sin embargo, el gobierno de Medina fortaleció los cambios democráticos que se venían implementando desde el 36, y a diferencia de su antecesor, nunca apeló en los momentos difíciles a la represión y al autoritarismo. “La gestión medinista significó un ejercicio de democratización amplia, de libre confrontación de ideas, de respeto a las libertades ciudadanas. Durante su mandato existió un clima de seguridad política, no hubo perseguidos ni desterrados; ocurrió un afianzamiento democrático que se tradujo en la legalización de las corrientes de pensamiento excepto la fascista-, y en una libertad de expresión bien entendida” 6. Su voluntad democrática se evidenció concretamente en políticas de apertura, tales como la legalización de las principales organizaciones políticas del país: en 1941 surgió Acción Democrática (AD), con un gran número de afiliados; en 1945 se legalizó el proscrito Partido Comunista de Venezuela (PCV), cuestión que ocasionaría un profundo malestar en funcionarios del alto gobierno y muchos sectores conservadores de la sociedad venezolana, que veían en el comunismo una 6

Rodríguez-Gallad, Irene (1992). La gestión andina del poder. En: Historia mínima de Venezuela. Maracaibo-Venezuela: Fundación de trabajadores de Lagoven, p. 160.

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ideología funesta, capaz de distorsionar las estructuras sociales; también surgió el oficialista Partido Democrático Venezolano (PDV), en el que se afiliaron todos los sectores que apoyaban la gestión de Medina. En este contexto de democratización y modernización, se concedió también el derecho al voto a las mujeres para las elecciones de concejales. Sin embargo, Medina no dio el paso más importante para la consolidación del emergente sistema democrático venezolano: la aprobación del derecho al voto universal, directo y secreto para la elección del presidente de la República. El nuevo clima democrático no generó los niveles de estabilidad que el país necesitaba para seguir avanzando por las sendas del progreso y la modernización integral de la sociedad. Desde 1944 un grupo de jóvenes conspiraba contra el régimen medinista, con la convicción de que su gobierno significaba la continuación de los vicios del gomecismo, y se temía que a la culminación del período de gobierno retornara al poder nuevamente López Contreras. “Pero en general eran dos las razones que venían en las plumas y en la boca de la oposición: La corrupción administrativa y lo anti democrático del sistema de elección de los poderes legislativo y ejecutivo, pero muy particularmente este último” 7. Esta conspiración desembocó en el golpe de Estado cívico-militar del 18 de octubre de 1945, también denominado Revolución de Octubre, que derrocó a Medina Angarita. Este golpe de Estado estuvo liderado por los oficiales Carlos Delgado Chalbaud y Mario Vargas y contó con el respaldo de Acción Democrática. Esta “revolución” derrocó a un presidente de profundas convicciones democráticas, que si bien es cierto condujo a un gobierno con limitaciones objetivas, supo respetar la Constitución y las leyes, y nunca actuó en contraposición a los valores democráticos. ¿Cuáles fueron los partidos políticos que surgieron durante el gobierno de Medina?

7

Caballero, Manuel (2007). Las crisis de la Venezuela Contemporánea (1903-1992). Caracas: Alfadil Ediciones, p. 109.

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TEMA Nº 3 Importancia del petróleo en el proceso de modernización nacional. Desde la década de los años veinte del siglo pasado, el negocio petrolero aportó los principales ingresos al Estado venezolano. En consecuencia, las políticas económicas de éste se orientaron principalmente a la cuestión petrolera en todos sus aspectos. El economista José Toro Hardy afirma que la política petrolera venezolana, en el lapso de 1936 a 1945 estuvo condicionada por una serie de acontecimientos internacionales. “En 1938-1939 se produjeron dos sucesos que habrían de tener una enorme trascendencia para la economía venezolana. El primero de ellos fue la nacionalización de la industria petrolera mexicana. Esto trajo como consecuencia que la atención de los inversionistas extranjeros se desviara hacia Venezuela. El otro suceso fue el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939” 8. Ambos sucesos fueron beneficiosos para el negocio petrolero venezolano, y la bonanza se incrementó aún más luego de la firma del tratado de reciprocidad comercial suscrito en 1939 entre Venezuela y EE.UU., donde éste se consolidaría como el principal mercado receptor del petróleo venezolano. El gobierno de Medina Angarita adelantó una política petrolera que perseguía el logro de objetivos definidos: a) Ordenamiento de la legislación existente hasta la época en materia petrolera, para eliminar las contradicciones jurídicas existentes, y hacer de las distintas leyes que regulaban esta actividad, un cuerpo coherente en beneficio del interés nacional. b) Incrementar los ingresos fiscales, específicamente los provenientes de las concesiones otorgadas a las trasnacionales petroleras, para financiar la modernización del Estado y la sociedad. 8

Toro-Hardy, José (2003). Fundamentos de teoría económica. Caracas: Editorial Panapo, p. 541.

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c) Fomentar el desarrollo de la industria petrolera nacional, en función de crear una estructura tecnológica que permitiera refinar el crudo en el propio país y crear así nuevas fuentes de ingreso y empleo. Estos objetivos se lograron mediante la ejecución de políticas firmes. La Ley de Hidrocarburos aprobada el 13 de marzo de 1943, permitió que se unificara el régimen jurídico nacional. Con las llamadas “Ventajas Especiales” se obligó a los concesionarios a refinar en el país una décima parte del petróleo extraído. Adicionalmente se sancionó la “Ley de Impuestos sobre la Renta”, la cual le permitió al Estado participar del enriquecimiento proveniente del desarrollo de las diferentes actividades económicas, incluyendo la industria petrolera. El ordenamiento jurídico y tributario contribuyó a la obtención eficiente de un gran caudal de ingresos económicos que sirvieron para impulsar el desarrollo social del país. En consecuencia, la creación del

Instituto Venezolano de Seguridad

Social y la Ley Agraria de 1945, fueron posibles gracias a los beneficios arrojados por la economía rentista petrolera. Puede decirse que el proceso de modernización del Estado y la sociedad venezolana fue uno de los efectos positivos del enriquecimiento sistemático del país mediante la explotación petrolera. “Con casi una década ininterrumpida de democracia, un conjunto de políticas económicas sensatas, nuevas leyes que se adecuaban a la realidad socioeconómica del país, un marco jurídico institucional respetado y confiable, una industria petrolera floreciente, con todas las libertades civiles propias de una sociedad madura y contando con el mayor aprecio de la comunidad internacional, Venezuela se aprestaba a emprender con confianza el ascenso hacia nuevas y más prometedoras etapas en su proceso de desarrollo” 9.

¿De qué manera el petróleo contribuyó a impulsar el proceso de modernización de Venezuela?

9

Toro-Hardy, José (2003). Fundamentos de teoría económica. Caracas: Editorial Panapo, p. 552.

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RESUMEN A continuación se te presenta un conjunto de ideas que resumen lo expuesto en torno a la Unidad II. Mediante su consulta y la revisión de fuentes de naturaleza bibliográfica y electrónica, podrás profundizar en los contenidos sugeridos.

Tras la muerte de Juan Vicente Gómez, el general Eleazar López Contreras asume la presidencia de la República. El país se encontraba convulsionado a raíz de las manifestaciones violentas que surgieron en contra de los gomecistas.

E. López Contreras inicia su mandato tratando de mediar entre las aspiraciones de quienes apoyaban la continuidad del gomecismo y los sectores que reclamaban la instauración de la democracia.

El nuevo gobierno dispuso la liberación de los presos políticos y el retorno de los exiliados; toleró la organización de partidos políticos y sindicatos, aunque atacó a los grupos de izquierda, a los cuales acusaba de comunistas y antidemocráticos.

La libertad de expresión y de prensa durante el gobierno de E. López Contreras permitió que se debatieran las ideas y propuestas de los líderes de izquierda y de derecha.

En 1941, con el gobierno de Isaías Medina Angarita, se profundizaría la experiencia democrática que Venezuela inició en 1936.

La renta petrolera se consolidó como principal fuente de riqueza nacional y base para el impulso de la modernización de Venezuela entre 1936 y 1945.

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LECTURA COMPLEMENTARIA

A continuación se anexa un texto que puede servir de punto de partida para profundizar en los contenidos de la Unidad II. Tomado de: CABALLERO, Manuel (1995). Ni Dios ni federación. Caracas: Editorial Planeta Venezolana. Colección voces del presente, pp. 83-88. “El film Isaías Medina Angarita, Soldado de la Libertad, dirigido por Carlos Oteyza, con guión de Salvador Garmendia y narrado por José Ignacio Cabrujas, ha recibido los aplausos de jurados y de público que hacía esperar tan brillante elenco de realizadores. Aparte de eso, es loable en grado sumo la intención de quienes promovieron y patrocinaron ese documental destinado a reactualizar la figura de un gobernante al cual, por desgracia, las nuevas generaciones conocen poco y mal, cuando por excepción saben de quién se trata. Pero no en vano se dice que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones. Las de este documental son mucho menos biográficas que hagiográficas, presentan mucho menos a un hombre que a un santo. Por eso, el film podrá complacer inmensamente a quienes en esas magnitudes quisieron al Presidente Medina; a quienes buscan ahora exaltarlo menos por sus merecimientos que por denostar de lo venido más tarde; y tal vez al público grueso al cual siempre atraerá un trabajo cinematográfico de tan evidente excelencia. Pero dos cosas salen de allí muy mal paradas: la historia como disciplina y, lo más curioso de todo, la personalidad histórica de Isaías Medina Angarita. Porque en lugar de terminar exaltado, el Presidente derrocado en octubre de 1945 sale disminuido de aquellos cincuenta minutos apologéticos. Medina paga así con su persona una culpa ajena, la de una cierta manera de enfocar los procesos históricos. Para quienes comparten esa forma de verla, la historia está hecha de santos y de blancos, de héroes y de mártires, de bayardos sin miedo y sin reproche, que por fortuna son los nuestros. Se acepta, si no se tiene más remedio, que también esa historia la hacen diablos y negros, villanos y traidores, Iscariotes de bolsa insaciable, pero son los otros, los de enfrente.

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Durante un tiempo, se pensó que el marxismo se enfrentaba a eso, pero su proposición apenas volteaba la tortilla, para poner de Dios al Diablo y viceversa. Al final, sus ayatolás terminaron aceptando sin chistar los dioses del panteón enemigo, si en compensación se les dejaba incorporar algunas deidades de la heterodoxia, se consentía en dotar de túnicas blancas, arpa, nube y halo, a unos cuantos diablillos de cuernos afeitados (un caso típico de esos nuevos santones es el de Ezequiel Zamora). Ahora bien, hay un pequeño problema: Isaías Medina Angarita es el primer venezolano de la historia capaz de comprobar que era un hombre de carne y hueso, por ser el primero en tener su cédula de identidad. Y si en esta condición se le incorpora a una historia donde sólo se pasean santos y semidioses (y un sólo Dios verdadero, todopoderoso y omnisciente, Simón Bolívar), tiene que verse más chiquito. No es culpa suya: con la ayuda de Dios, hasta aquel tira piedritas de David se verá siempre más grande que este forzudo Goliat a quien todos los días tropezamos acarreando bultos en el supermercado. Bueno, ¿y qué? ¿Qué mal puede hacer que se trate así a Medina Angarita, si de tal manera piensan quienes encargaron el film, si así lo ven sus partidarios y sus amigos, y acaso también la mayoría de los venezolanos? El mal que se hace es mucho, porque nunca se opina inocentemente. Con Isaías Medina Angarita se busca lanzar la misma operación ideológica intentada con Rómulo Betancourt al canonizarlo Padre de la Democracia; como se ha hecho con Juan Vicente Gómez, santificado en vida como el Padre de la Paz venezolana, y en muerte como nuestro Padrastro Todoterroroso. Cuyo origen está en la consagración de Simón Bolívar como Padre de la Patria. Con todo, eso no es lo central del asunto, sino el remate de la operación, en el otro extremo de aquellas canonizaciones aparentemente ingenuas: la idea de que los venezolanos no debemos intentar nada por nuestra cuenta, porque todavía (y tal vez por siempre) necesitamos padres, como si no estuviéramos suficientemente creciditos. Y como si fuera poco, no olvidemos uno de los mayores problemas de este país, la paternidad irresponsable: al final vamos a tener más padres de cuantos soportaría la reputación de una señora. Cada quien pretenderá escribir una historia particular, con sus padres, con sus santos, con sus dioses lares a la romana. ¿Cuáles son en este film (y por lo demás en la forma preferida por sus amigos para presentar la figura de Medina Angarita) esos elementos que terminan disminuyéndolo? El 45


escamoteo de dos puntos muy importantes de su biografía: el origen gomecista y la negativa del voto popular directo. En su entrevista para el documental, Arturo Uslar Pietri presenta lo primero en una forma elíptica. Después de describir el ambiente intelectual donde se desenvolvió la juventud caraqueña de Isaías Medina (sus amigos eran Andrés Eloy Blanco, Tito Salas), remata desechando la leyenda según la cual Medina fuese un militar cerrado, acaso obtuso, que de la noche a la mañana se reveló aperturista, liberal, democrático. La lectura más simple de esa declaración lleva a concluir que Medina siempre fue un demócrata; ergo, nunca fue gomecista. En uno de sus libros, Juan Bautista Fuenmayor es más categórico: `Isaías Medina nunca fue gomecista, y de ello puedo dar pleno testimonio porque lo conocía desde el año 1926... ` . Pero esta afirmación desbordante de simpatía no resiste el menor análisis. Cuando la intentona del siete de abril de 1928 contra Gómez, al ser enterado del asunto por un delator, Medina Angarita fue a denunciarlo a su vez ante el coronel Elías Sayago, según su propia declaración ante el tribunal. ¿Y donde está el gomecismo en todo esto? ¿No era su deber de lealtad mientras portase el uniforme, como él mismo lo dijo entonces? Cierto, pero la razón para tomar esa actitud, según se puede leer en un libro de Nora Bustamante extremadamente favorable a Isaías Medina, era que `le debía agradecimientos a Gómez, desde 1921, año en que su hermano José Rosendo estuvo preso en San Cristóbal y el Benemérito le concedió la libertad` ¨. Por lo demás, es muy difícil creer que un militar pudiese alcanzar tan alto rango sin ser gomecista, e Isaías Medina fue ascendido a Coronel unos tres meses antes de la muerte del Benemérito. Al ocultar eso no se engrandece a Medina: se le disminuye. Precisamente lo admirable es que un hombre educado en tal ambiente, haya podido, como él, elevarse por encima de las limitaciones impuestas por su historia personal, y convertirse `sin prisa pero sin pausa`, en uno de los sepultureros del gomecismo. Con todo cuanto eso implica; con

Juan Bautista Fuenmayor, Historia de la Venezuela política contemporánea. 1899-1969. Caracas, Imprenta de Miguel Angel García e hijos, 1976, T. III, vol. I, p. 331. ¨

Nora Bustamante. Isaías Median Angarita. Aspectos históricos de su gobierno. Caracas, Fondo Editorial Lola de Fuenmayor, 1985, p. 27

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todo el aire de tragedia siempre respirado (aunque angustiosamente irrespirable) por quien se decide a cortar con el medio donde ha vivido, con amistades, relaciones, formas de actuar y de pensar. Igual cosa puede decirse del más grande error de Isaías Medina Angarita: haberse negado a otorgar el voto popular directo para las elecciones presidenciales de 1946. Ello le hubiese sacado de abajo la alfombra a la conspiración, restándole una coartada pretendidamente moral. La conjura hubiese seguido su curso, eso era inevitable, pero tal vez Marcos Pérez Jiménez no hubiese pasado de ser otro Hugo Chávez Frías, y Rómulo Betancourt, en el mejor de los casos, hubiese tenido que conducir a su partido por una travesía del desierto tan larga como la del APRA peruano después de la intentona fallida de 1931. De nuevo, Uslar Pietri centra su argumento en la mala fe (por lo demás evidente) de quienes esgrimieron eso como bandera contra Biaggini cuando lo habían aceptado con Escalante. Pero no se trata de un problema de sus adversarios, sino de Medina Angarita. Y por cierto, también de Úslar Pietri, quien en el film insiste en que la mayoría (`óigase bien, la mayoría`) del pueblo venezolano apoyaba a Medina. Eso posiblemente era cierto, y en todo caso Úslar estaba seguro de ello. Pero no hay manera de saberlo, porque un capricho (de otra manera no se explica, si tenía detrás la mayoría) impidió obtener esa prueba a través del voto directo. Esa negativa no sólo se inscribe en la biografía de Medina como un trágico error, sino que, aquí también, escamotearlo lo empequeñece. Reconocerlo sin tapujos ni justificaciones permitía poner el acento sobre la tragedia de un hombre cuyas muy claras y abiertas tendencias políticas lo situaban en el campo de la democracia, pero que no tuvo el poder o acaso la voluntad para vencer las presiones de quienes en el país y en su gobierno, venían repitiéndole una conseja venida desde el fondo de la historia: que el pueblo venezolano no estaba preparado para la democracia. Cosa que se demostró falsa en noviembre de 1952, cuando, pese a todos los engaños de la dictadura para enredar al electorado analfabeta, el pueblo votó mayoritariamente contra ella. En el foro organizado en la Cinemateca Nacional después de la proyección del film de Carlos Oteyza, dijimos algo que causó movimientos diversos, algunos de horror: sí Medina Angarita, al abrir el calabozo donde Pérez Jiménez estaba preso por intentar entre otras 47


cosas un magnicidio, le hubiese pagado con la misma moneda en lugar de entregarse, quizás nos habría ahorrado diez años de dictadura y todo el resto. Medina no hubiese pasado a la historia por ser un `Presidente bueno`; aunque, con eso, tendríamos acaso los venezolanos mayor razón para pensar que fue un `buen Presidente`. Pero la historia es como ha sido, y no como hubiese sido deseable: no en vano dicen los franceses que el `si` condicional metería a París en una botella”.

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AUTOEVALUACIÓN Preguntas de selección simple: Encierre en un círculo la opción que considere correcta. 1) El Programa de Febrero de 1936 puede calificarse como: A) Un panfleto

B) Un discurso político C) Un proyecto nacional.

2) Isaías Medina Angarita impulsó un estilo de gobierno: A) Democrático

B) Fascista

C) Socialista

3) Tanto el gobierno de López Contreras como el de Medina Angarita impulsaron un proyecto nacional de carácter: A) Comunista

B) Modernizador C) Censitario

4) Desde el punto de vista económico, el factor fundamental para el impulso de la modernización de Venezuela fue: A) El café

B) El petróleo

C) La agricultura

Falso (F) o Verdadero (V) Encierre en un círculo la opción que considere correcta. 5) Entre 1936 y 1945 todas las organizaciones políticas de Venezuela se identificaron con una orientación ideológica de derecha. (F) (V) 6) El Programa de Febrero de López Contreras fue una propuesta que perseguía la modernización del Ejército venezolano. (F) (V) 7) Medina Angarita fue un gobernante que se caracterizó por tolerar y respetar las tendencias políticas de derecha e izquierda que existían en Venezuela entre 1941 y 1945. (F) (V) 8) El petróleo fue secundario o de poca importancia en el desarrollo del proceso de modernización de Venezuela. (F) (V)

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Fuentes bibliográficas adicionales -

Bustamante, Nora (1985). Isaías Medina Angarita: aspectos históricos de su gobierno. Caracas: Universidad Santa María.

-

Caballero, Manuel (2007). Las crisis de la Venezuela contemporánea (19031992). Caracas: Alfadil Ediciones.

-

Caballero, Manuel (2007). Ni Dios ni federación, crítica de la historia política. Caracas: Editorial Planeta.

-

Otero-Silva, Miguel (1953). General Isaías Medina Angarita: bosquejo de su vida y de su obra. Barquisimeto-Venezuela: Impreso por Germán Torrealba.

-

Pacheco, Emilio (1984). De Castro a López Contreras, proceso social de la Venezuela contemporánea, contribución a su estudio en los años 19001941. Caracas: Editorial Domingo Fuentes y Asociados.

-

Rodríguez-Gallad, Irene (1992). La gestión andina del poder. En: Historia mínima de Venezuela. Maracaibo-Venezuela: Fundación de Trabajadores de Lagoven.

Fuentes electrónicas recomendadas 

http://fpolar.org.ve/nosotros/educacional/instituc/lopcongob.html

http://www.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/presenteypasado/an o6vol6/luis_pena.pdf

http://www.cervantesvirtual.com/

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UNIDAD Nº 3 AVANCES Y RETROCESOS EN LA CONSTRUCCIÓN DEL SISTEMA DEMOCRÁTICO (1945-1958). Introducción a la Unidad N°3. La llamada Revolución de Octubre que desplazó a Medina Angarita del poder mediante un golpe de Estado, instauró una junta cívico-militar de gobierno presidida por Rómulo Betancourt, líder de Acción Democrática. Esta junta se planteó el propósito fundamental de implementar un conjunto de reformas democratizadoras, que los gobiernos de Medina Angarita y López Contreras no se atrevieron a implementar por distintas razones políticas. Una de estas reformas fue la aprobación del derecho al voto directo, universal y secreto para designar al presidente de la República. La estructura jurídica que adelantó esta reforma fue la Asamblea Nacional Constituyente de 1946, la cual impulsó las elecciones presidenciales de 1947, en las que por primera vez en el siglo XX los venezolanos tuvieron la posibilidad de designar libremente al primer mandatario nacional. En las referidas elecciones resultó electo el candidato de Acción Democrática, Rómulo Gallegos, quien sólo gobernó por 9 meses, ya que paradójicamente fue desplazado del poder por otro golpe de Estado, organizado por los mismos líderes militares de la Revolución de Octubre, arguyendo que éste no era capaz de desarrollar una democracia plena y sólida, como la que requería Venezuela. El derrocamiento de Gallegos significó la ruptura de la alianza cívico-militar instaurada desde 1945, y con ello se retrocede nuevamente a un régimen militardictatorial, que fue incrementando los niveles de represión y desmontando las libertades civiles difícilmente logradas en los años anteriores. La Junta Militar de Gobierno instaurada luego del golpe de Estado de 1948, estuvo conformada por los oficiales Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez 51


Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. El presidente de esta junta, Delgado Chalbaud, sería víctima de un magnicidio perpetrado el 13 de noviembre de 1950. El magnicidio en la persona de Delgado Chalbaud y otros acontecimientos desestabilizadores del orden, generaron un clima de confusión nacional ante el cual la Junta Militar intensificó la represión política. El civil Germán Suárez Flamerich fue designado por el alto mando militar como nuevo presidente de la Junta. Este personaje estuvo subordinado a los intereses de poder del estamento militar que gobernada al país, en alianza con la burguesía nacional subalterna del gran capital extranjero. En noviembre de 1952 Suárez Flamerich convocó a elecciones para designar a los miembros de una Asamblea Nacional Constituyente, con la supuesta finalidad de recobrar la legitimidad democrática perdida. Sin embargo, las elecciones resultaron ser un gran fraude. El verdadero ganador fue el partido Unión Republicana Democrática (URD, liderado por Jóvito Vilalba), que obtuvo una mayoría de votos aplastante sobre el partido oficialista Frente Electoral Independiente (FEI), cuestión que ponía en evidencia el rechazo a la dictadura militar por parte de la voluntad general del pueblo, el cual tenía la aspiración de seguir avanzando en el proceso de democratización nacional iniciado en 1936 con los gobiernos de transición y apertura de López Contreras y Medina Angarita. Tras la derrota comicial el régimen militar asume una actitud que carece de toda lógica democrática, pues Llovera Páez, Pérez Jiménez y otros altos oficiales de las Fuerzas Armadas, se habían comprometido públicamente a aceptar los resultados que emanaran del sentir de la voluntad popular. Sin embargo, ninguno de ellos estaba dispuesto a ceder el poder a los otros actores políticos partidarios de la institucionalidad democrática. El 2 de diciembre de 1952, el alto mando militar entregó a Pérez Jiménez los poderes que venía ejerciendo la Junta Militar, haciéndolo presidente provisional 52


hasta que fuese definitivamente designado en su cargo por la ilegítima Asamblea Constituyente, surgida de unos comicios amañados. Pérez Jiménez gobernaría al país de forma personalista hasta 1958. Su gobierno

dictatorial

se

caracterizó

por

la

promulgación

de

una

doctrina

ultraconservadora denominada “Nuevo Ideal Nacional” que pretendió revalorizar el concepto de patria para fortalecer la identidad nacional venezolana, exaltando el culto a los próceres de la patria, en función de justificar o legitimar al régimen. Entre los aspectos constructivos de su gestión gubernamental destacan: la realización de obras públicas, muchas de ellas majestuosas, que le dieron un clima de progreso y modernización, en términos urbanísticos y arquitectónicos, a las principales ciudades del país. En enero de 1958 el perezjimenismo se encontraba profundamente agotado y sus

contradicciones

eran

ya

insuperables.

Paralelamente,

las

actividades

conspirativas cívico-militares habían puesto en marcha una rebelión indetenible, que el 23 de enero terminó haciendo colapsar al régimen. Así concluyó la última dictadura del siglo XX venezolano y se reanudó el dialéctico proceso de democratización nacional, caracterizado por la estructuración de un sistema político de democracia de partidos.

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TEMA Nº 1 El trienio adeco y la alianza cívico-militar. Al calor del golpe de Estado del 18 de octubre de 1945, se forma una junta de gobierno, autodenominada Junta Revolucionaria de Gobierno, integrada por los dirigentes adecos: Raúl Leoni, Gonzalo Barrios, Luis Beltrán Prieto Figueroa y Rómulo Betancourt, quien la presidía; así como por Edmundo Fernández y los oficiales de las Fuerzas Armadas, Mario Vargas y Carlos Delgado Chalbaud. El golpe de Estado que desembocó en el trienio adeco fue planificado por un pequeño pero significativo grupo de jóvenes militares de carrera que se encontraban descontentos con el régimen de Medina, al que consideraban un reducto del gomecismo, donde no habían encontrado las cuotas de poder que aspiraban obtener. Acción Democrática fue invitada a unirse a la conspiración porque los militares golpistas necesitaban la participación de los civiles a fin de darle a aquella acción inconstitucional un cariz de legitimidad. Betancourt aceptó colaborar, pues para el liderazgo político que nació durante la dictadura gomecista, del cual él formaba parte, era importante sacar definitivamente del escenario político a los últimos representantes del gomecismo y acelerar la sustitución de los andinos por una nueva dirigencia nacional. La ansiedad de Betancourt y los otros líderes de Acción Democrática de llegar al gobierno central hizo que los medios para la toma del poder, es decir, el golpe de Estado y la frágil alianza establecida con los militares, no fuesen ponderados desde el punto de vista constitucional; lo más importante para Acción Democrática en aquel octubre de 1945 fue salir de Medina e iniciar una transición que desembocara

en

unas

elecciones

populares,

donde

el

partido

tenía

posibilidades reales de obtener el triunfo.

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Entre las medidas políticas emprendidas por la Junta Revolucionaria de Gobierno, destacó la conformación del Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa, encargado de establecer responsabilidades por los muchos casos de corrupción y enriquecimiento ilícito, prácticas que venían desarrollando burócratas del gobierno desde el período de Gómez, con la más completa impunidad. En opinión de Manuel Caballero, la Junta Revolucionaria de Gobierno impulsó un programa democrático que contaba con el respaldo mayoritario del pueblo venezolano. “Cuando Betancourt y sus tres compañeros civiles se instalan con dos militares en Miraflores, comienzan a aplicar un programa que no es el de `Acción Democrática` sino que, se puede decir, es el de Venezuela entera, tal como viene siendo escrito, reescrito y publicado, desde 1936, desde la oposición con mayor claridad y coherencia, pero también desde el gobierno, con el Programa de Febrero” 10.

También la Junta Revolucionaria de Gobierno convocó la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente, para que elaborara una Constitución en la que se concretaran las bases de un Estado moderno, a la medida de los sectores políticos que habían impulsado el post-gomecismo. La Constituyente se instaló el 17 de diciembre de 1946 y fue presidida por el poeta Andrés Eloy Blanco. De ella emanaron el decreto provisional de garantías y la Constitución Nacional, así como un conjunto de leyes que propiciaban el desarrollo económico y democrático del país, mediante la creación de novedosas instituciones públicas al servicio de la sociedad, en el contexto de la inclusión de los derechos sociales y políticos.

10

Caballero, Manuel (2007). Las crisis de la Venezuela contemporánea (1903-1992). Caracas: Alfadil Ediciones, p. 118. 55


TEMA Nº 2

Elecciones populares, ruptura de la alianza cívico-militar y derrocamiento de Rómulo Gallegos.

La Constitución de 1947, reflejo del proyecto político de Acción Democrática, contemplaba la elección presidencial por voto universal y secreto. Las elecciones se celebraron en diciembre de 1947 y resultó electo el candidato de AD, Rómulo Gallegos, quien obtuvo 1.871,752 votos, frente a los 262.204

del candidato de

COPEI, Rafael Caldera, y los 36.587 votos de Gustavo Machado, candidato del Partido Comunista. El gobierno de Rómulo Gallegos comenzó su período constitucional en enero de 1948. Para la fecha Acción Democrática tenía el control del movimiento sindical, lo que permitió que el nuevo gobierno iniciara su gestión con el apoyo de una representación significativa de las organizaciones sindicales del momento. El sistema político que se intentó instaurar desde ese momento fue, ideológicamente hablando, una democracia social representativa, en sintonía con la orientación dada por la Constitución del 47. De ahí que se procediera a la aprobación de leyes como la reforma agraria, que pretendía ubicar a familias campesinas en tierras ociosas o latifundios, para su producción y aprovechamiento. En cuanto al negocio petrolero, se promulgó una ley conocida como fifty-fifty (50%-50%). “En base a la misma, se incluye una nueva carga tributaria denominada impuesto adicional, que tenía por finalidad repartir las utilidades, mitad y mitad entre el contribuyente y el Estado. Dicho impuesto adicional era aplicable únicamente a los contribuyentes que obtuviesen impuestos derivados únicamente de la industria extractiva, de la minería o de los hidrocarburos” 11.

11

Toro-Hardy, José (2003). Fundamentos de teoría económica. Caracas: Editorial Panapo, p. 556.

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El llamado Fifty-Fifty aumentaba notablemente el caudal de las ganancias que el Estado percibía de la explotación petrolera; como contrapartida, el nuevo tributo afectaba los intereses de las trasnacionales, las cuales veían reducirse sus márgenes de ganancia. Gobiernos como el de Medina y Gallegos, al promover leyes y medidas que le daban mayor control al Estado sobre el petróleo, se convirtieron en enemigos de las empresas petroleras trasnacionales. Después de la muerte de Gómez, la dirigencia política nacional fue dando pasos importantes hacia una mayor participación del Estado venezolano en la captación de las ganancias del negocio petrolero. La gestión de Gallegos se desarrolló en un clima político donde Acción Democrática conformó un bloque hegemónico, con el cual monopolizó el poder y excluyó de él a diversas fuerzas democráticas que legítimamente querían participar en la construcción del nuevo país. Esta situación generó profundos conflictos. Una comisión integrada por los oficiales Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Llovera Páez, representantes de un sector importante de las Fuerzas Armadas, pretendieron presionar a Gallegos con una inminente ruptura de la alianza cívico-militar de 1945, de no proceder a la búsqueda de un consenso en el que se diera respuesta a sus aspiraciones de poder. Los ministros del gabinete renunciaron para facilitarle al presidente la ejecución de los cambios que considerara pertinentes; pero éste no sucumbió ante las presiones y ratificó a todos los ministros, cerrando de esta manera la posibilidad de entendimiento con el estamento militar. “Ante la presunción de que la dirigencia de Acción Democrática y la CTV convocarían a la huelga general para hacer una demostración de fuerza, los militares decidieron actuar y el 24 de noviembre de 1948 derrocaron al gobierno, poniendo así punto final a la alianza concertada con AD para la asunción al poder en octubre de 1945” 12.

12

Rodríguez-Campo, Manuel (1992). Los impulsos desiguales de la modernización. En: Historia mínima de Venezuela. Maracaibo-Venezuela: Fundación de trabajadores de Lagoven, p. 172.

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TEMA Nº 3. Avances en la consolidación de la modernización de Venezuela. La noción de modernización tiene varias acepciones: una que hace alusión al desarrollo de las libertades políticas y democráticas para llegar a la configuración de una ciudadanía activa, que participe en la cuestión política de la mano de las instituciones públicas y sus autoridades designadas de manera democrática; la otra acepción es la concerniente al desarrollo económico, urbanístico y tecnológico, principalmente, que experimenta una sociedad en distintos momentos de su proceso histórico. La modernización, como modelo integral que incorpora el desarrollo económico e institucional, no es una experiencia común ni mucho menos fácil de concretar. La dictadura que gobernó a Venezuela en el lapso de 1948-1958, impulsó notablemente el crecimiento económico y material, con resultados evidentemente positivos; pero a la par, retrocedió visiblemente en materia de libertades democráticas y derechos humanos, lo que hace de la modernización económica una paradoja, dado que termina proporcionándole mayor poder al régimen para reproducir los mecanismos de coerción. La dictadura militar que se instaura desde 1948, puede dividirse en dos etapas: 1) La primera que va desde 1948 hasta 1952, cuando en este último año se realizan las elecciones fraudulentas a las que se hizo referencia. Esta primera etapa se caracteriza por un gobierno colegiado (Junta Militar de Gobierno), compuesto por varios miembros que se rotaron la presidencia. 2) La segunda etapa coincide con la desintegración de la Junta Militar de Gobierno y la toma del poder por parte de Marcos Pérez Jiménez, momento en el que la represión de los grupos disidentes llegó a sus máximos niveles. En estas dos etapas de un mismo proceso, se impulsó el desarrollo económico y la industrialización nacional: 58


“El régimen de Pérez Jiménez hecha los fundamentos de dos industrias magnas y esenciales: la petroquímica y la siderúrgica. La primera, para derivados del petróleo y otros minerales; de ello resultarían fertilizantes, cloro, soda cáustica, acetileno, y más adelante: explosivos, caucho sintético, plástico, etc. La siderúrgica trabajará los yacimientos de hierro en Guayana” 13.

El desarrollo de estos complejos industriales le costó al Estado sumas multimillonarias, pero la inversión fue recuperada paulatinamente, y en la actualidad estas industrias son estratégicas para el desarrollo económico de Venezuela. Asimismo el régimen militar adelantó una política petrolera que se benefició de los conflictos internacionales del momento, tales como la guerra de Corea en 1951 y las tensiones geopolíticas ocasionadas por la guerra fría, las cuales favorecieron el alza sostenida de los precios del barril de petróleo. Adicionalmente, el gobierno cedió más de 800 mil hectáreas a trasnacionales petroleras para su explotación, lo que le generó significativos ingresos, que se reinvirtieron en el desarrollo de complejos petroquímicos y refinerías, así como en la ejecución de grandes obras de infraestructura. También, el régimen desarrolló una política industrial de corte proteccionista que regulaba y prohibía, en algunos casos, la importación de bienes producidos en el país, y fomentaba la inversión y la participación extranjera en las industrias venezolanas del sector turismo y petrolero. Se efectuó, además, un programa de urbanización nacional dirigido a erradicar los ranchos en las principales ciudades, especialmente en Caracas. A raíz de este programa se construyeron varios conjuntos residenciales populares, donde se reubicaron a más de 60 mil personas sólo en la región capital. Por otra parte, se desplegó una intensa dinámica de construcción de grandes obras de infraestructura,

13

Salcedo-Bastardo, J.L. (2006). Historia fundamental de Venezuela. Caracas: Ediciones de la Biblioteca- Universidad Central de Venezuela, p. 519.

59


donde resaltan: la carretera panamericana, la represa del Guárico, el teleférico del Ávila, la autopista Caracas-La Guaira, la ciudad universitaria de Caracas, los círculos militares, entre otras.

Reflexiona: ¿Hasta qué punto las obras de infraestructura del período 1948-1958 beneficiaron a Venezuela? ¿Cuál fue el costo político e institucional de dichas obras?

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TEMA Nº 4. Proyecto nacional y propuesta geopolítica durante el régimen de Marcos Pérez Jiménez. El régimen de Pérez Jiménez elaboró un proyecto político denominado “Nuevo Ideal Nacional”, el cual le proporcionaba a éste su sustentación ideológica. Dicho proyecto se constituyó en una doctrina con la que, por una parte, se quería redimensionar los valores patrios, exaltados en nuestra historiografía oficial; y por la otra, se buscaba generar conciencia sobre la utilización adecuada de la infinidad de recursos naturales de Venezuela, para explotarlos de manera racional en función del desarrollo integral de la nación. En 1949 Marcos Pérez Jiménez expone los argumentos básicos del Nuevo Ideal Nacional, diciendo al respecto que: “Debemos admitir que nos ha faltado ese elemento fundamental en la vida de los pueblos que consiste en la formulación clara y precisa de una identidad nacional, capaz de obligarnos a un acuerdo de voluntades para su plena realización. Ese ideal (...) comporta dos formas fundamentales de enunciación colectiva: de un lado el aprovechamiento de nuestro acervo histórico como manantial de valores morales, y del otro la utilización adecuada de los recursos naturales del país, para mejorar la suerte de los venezolanos actuales, especialmente, la de los menos favorecidos y legar a las generaciones futuras una patria más próspera”14. El Nuevo Ideal Nacional postulaba las líneas directrices del gobierno, donde se tomaba en cuenta: la industrialización y el desarrollo económico, así como el mejoramiento intelectual y material de los venezolanos; perseguía el desarrollo de una identidad nacional y una conciencia histórica a manera de religión civil, que orientara la concreción de los objetivos establecidos por el Estado. 14

Marcos Pérez-Jiménez, citado por: iies.faces.ula.ve/Revista/Articulos/Revista_15/Pdf/Rev15Cartay.pdf.

Cartias,

Rafael.

En:

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En este sentido, del Nuevo Ideal Nacional también se desprendía una estrategia geopolítica para el fortalecimiento del Estado-nacional venezolano y su posicionamiento en el contexto latinoamericano y mundial, como un país fuerte y sólido en lo económico, político y militar, que debía ser tomado en cuenta en los grandes asuntos de interés internacional. La década dictatorial del gobierno militar (1948-1958) tuvo como aspecto positivo la modernización del país en muchos aspectos, principalmente en materia económica e industrial, lo que hizo de Venezuela uno de los países en vías de desarrollo más importantes del mundo, por sus posibilidades financieras, su caudal petrolero y su captación de inversiones extranjeras. Pero el régimen también cometió graves errores, muchos de ellos vinculados a acciones sectarias, pues no respetó las libertades políticas y persiguió a quienes disentían de la forma como el país era gobernado.

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LECTURA COMPLEMENTARIA 1. A continuación se anexa un texto que puede servir de punto de partida para profundizar en los contenidos de la Unidad III. Tomado de: CONSALVI, Simón Alberto. 1945 y la otra mitad del siglo. En: Repaso de la historia de Venezuela. Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela. Caracas, 1998, pp. 460-465. “(…) El 24 de noviembre de 1948 se consumó el golpe de Estado de las Fuerzas Armadas. Una Junta Militar de Gobierno asumió el poder. La integraban Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luís Felipe Llovera Páez. Gallegos fue expulsado rumbo a La Habana el 5 de diciembre. A raíz del asesinato del presidente de la JMG, el coronel Carlos Delgado Chalbaud, en 1950, los militares nombraron a un civil, el Dr. Germán Suárez Flamerich como presidente de la Junta de Gobierno. En 1952 el régimen militar convocó a elecciones para una Asamblea Constituyente. Fue derrotado de manera clamorosa. Los líderes de URD fueron expulsados del país y otros perseguidos. Pocos días antes de las elecciones del 30 de noviembre había sido asesinado el Dr. Leonardo Ruiz Pineda, Secretario General de AD. Ante la derrota, Pérez Jiménez da otro golpe de Estado. No tenía otro lenguaje. Bajo estricta vigilancia policial y sin quórum, a puertas cerradas, el gobierno reunió una Asamblea Constituyente a su medida. Su primer acto consistió en legitimar al coronel Pérez Jiménez como presidente provisional. En poco tiempo aprobó una Constitución. Eligió a Pérez Jiménez como presidente constitucional para el período 1953-1958. Con disciplina muy castrense y de manera expedita, la `Constituyente` designó a los miembros de la Corte Federal y de Casación, designó a los diputados y senadores al Congreso Nacional, a los diputados a las Asambleas Legislativas de los estados, a los concejales de todos los concejos municipales del país, al procurador general, al fiscal general y al contralor de la República. Con el sarcasmo de costumbre, la revista `Time` reportó lo que consideró casi un milagro: que Venezuela tuviera un nuevo Congreso, una nueva Corte de Justicia, una colección completamente nueva de legislaturas estadales y municipales, una nueva Constitución y el mismo `hombre fuerte` de antes, legalizado. Todo en nueve días... Desde 63


luego que aquello no fue una Asamblea Constituyente: fue un instrumento más del golpe de Estado del 24 de noviembre de 1948, proceso que hace crisis en 1957, cuando Pérez Jiménez trata de saltar la talanquera del período constitucional (un descuido de los `constituyentes` de 1953) que lo fijaron en 5 años en vez de haberlo establecido en 10 ó 15, y consagraron, además, la elección directa del presidente, (tomada de la Constitución del 47) como si el tiempo se iba a detener. Con el revés del 52, Pérez Jiménez pensó en todo, menos en una elección y así recurrió a la idea de un `plebiscito`. Ya no estaba en condiciones de manejar la crisis. Al dictador se le enredó el papagayo. El país rechazó la prolongación de la dictadura. Un documento que dio la pauta en 1957 fue la `Carta pastoral` del arzobispo de Caracas, Rafael Arias Blanco, del 10 de mayo. Fue severo el documento del prelado en el juicio de la realidad social venezolana, el terrible desempleo y los salarios de miseria, contrastantes con las ganancias del capital, la burla a las leyes laborales, las condiciones infrahumanas del trabajo de la mujer `...son hechos lamentables (dijo el arzobispo), que están impidiendo a una gran masa de venezolanos poder aprovechar, según el plan de Dios, la hora de riqueza que vive nuestra patria`. Una riqueza ajena y lejana. La pastoral descorrió el velo que la censura mantenía sobre todos los medios. Fue leída en todas las iglesias de Venezuela el primer domingo de mayo. Sin duda, fue un reto al régimen. VIII En un análisis del proceso que va del 45 al 58 es preciso invocar los testimonios de los protagonistas. Unos son más radicales, por más comprometidos, como `Venezuela, política y petróleo` de Rómulo Betancourt o `Bayonetas sobre Venezuela` de Valmore Rodríguez. Otros son más objetivos, más ponderados, no porque sean necesariamente más confiables que los demás. A mi juicio, un documento que se distingue por su ponderación, por su realismo y por el conocimiento de la realidad social y política de quien lo escribió, es la carta que el Dr. Manuel Pérez Guerrero le envió al presidente Gallegos el 10 de febrero de 1949, muy poco después de haber salido desde la Cárcel Modelo para su destierro final en Nueva York. Es una carta larga y pormenorizada, uno de los documentos básicos para comprender aquellos años de vértigo, de expectativas y de antagonismos. Celoso de su independencia política (que también era independencia de criterio), lo primero que hace Pérez-Guerrero es registrar su sorpresa y su rechazo inicial ante la noticia 64


del golpe de Estado del 45, recibida mientras estaba en París, trabajando en una conferencia internacional. No obstante, al poco tiempo, se persuade de las posibilidades inmensas que se le abren al país y, en 1947, acepta el cargo de ministro de Hacienda que le ofreció el Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno. No hay cuestión que Pérez-Guerrero no aborde con franqueza. Si reconoce los grandes logros de esos años excepcionales, no silencia los errores, ni oculta las frustraciones que para Venezuela significaba el 24 de noviembre y el asalto al poder de los militares, la máscara de costumbre de los intereses creados, nacionales o extranjeros. Es, ciertamente, un documento que no hizo historia, no anduvo de mano en mano como otros papeles. En 1949 se hizo una breve edición en La Habana y desapareció pronto en la vorágine del exilio. Tuvo razón Gallegos al considerar a esta carta como término de referencia en la disputa incesante de la política, y así lo escribió: `Serena, categórica, imparcial y suficientemente documentada, cual lo exige el respeto debido a la verdad que se quiera defender, esa réplica suya será desde ahora la que preferiremos oponerle a nuestros detractores, porque no respira partidarismo maltratado que podría ser sospechoso de pasión, sino sosegado aliento de justicia, tanto al señalar el acierto como al subrayar el error`. El documento del antiguo ministro de Hacienda analiza los aspectos más controvertidos del trienio. No se trata ahora de verlo sólo como el término de referencia con que lo vio Gallegos, sino como un testimonio de la época, escrito por quien tuvo en sus manos muchos de los asuntos tratados, ya sean estos los referentes al petróleo y a la política petrolera del 50/50 y cómo los ingresos fiscales generados pasaron de Bs. 409.714 millones en 1944 a Bs. 1.315.755 en 1947. En 1944, expresó Pérez-Guerrero, `la Nación percibía Bs. 5.60 por cada metro cúbico de petróleo y en 1947 Bs. 11.77`. No fue sólo la cuestión de las obras materiales lo que llamó la atención del ex ministro. Si bien, como él lo afirmó, y tenía buenos elementos para hacerlo, que `en 1947 se construyeron más carreteras que en ningún año anterior` y en 1948 se trabajaba con igual ritmo, expresa cómo se había estudiado el problema de las vías principales del centro de la República y entre ellas la autopista Caracas-La Guaira. Sobre esta dice: `Se había acometido enérgicamente la solución de este problema, a sabiendas de que la carretera de Caracas a La Guaira era notoriamente insuficiente, por lo que se hacía imprescindible realizar el proyecto de la autopista. Los planos generales, ya prácticamente listos, eran 65


objeto de una última rectificación, en lo que respecta a algunas de sus secciones y ya estaba iniciada la construcción del tramo del litoral`. Algo semejante sucedió con la Avenida Bolívar y con innumerables obras, como la Ciudad Universitaria, según puede observarse en su recuento circunstanciado y preciso, o constatarse en las memorias de los ministros de Obras Públicas, Eduardo Mier y Terán o Edgar Pardo Stolk. Pero, en todo caso, la visión del documento de MPG va mucho más allá de las cuestiones económicas o financieras para poner énfasis en asuntos vinculados a la cuestión social o a la política exterior, a la teoría política o a las dificultades de gobernar. El capítulo sobre la intervención del Estado en la economía puede suscitar particular interés en estos tiempos, y dentro de este, la creación de la Corporación Venezolana de Fomento con el propósito esencial de generar un proceso industrial en manos del sector privado, en condiciones excepcionalmente ventajosas. El ex ministro sabía que se trataba de una cuestión polémica y explica con claridad el caso venezolano: un Estado con recursos fiscales en un país absolutamente atrasado ni puede cruzarse de brazos ni inventar otros instrumentos o vías para hacer o emprender lo que entonces era indispensable. Abundan los críticos de la intervención del Estado que no lo fueron cuando tenían la sartén por el mango, ni discriminan épocas o realidades. Nunca criticaron, por lo demás, a quienes en el sector privado obtuvieron innumerables beneficios y se cobijaron bajo la sombra del `ogro filantrópico`. El análisis contiene observaciones políticas que no pasarán desapercibidas: `El ritmo de nuestro movimiento renovador llevó a veces a cierta precipitación. Se cometieron errores. Hubo vacilaciones. Se trató de abarcar demasiado. Pero queda el hecho indiscutible de que por primera vez en la historia de Venezuela el gobierno se impuso como objetivo primordial de su política el bienestar del pueblo`. Para una comprensión adecuada de ese proceso, no cabe duda de que este testimonio tan bien documentado y tan angustiosamente redactado es indispensable. Pocos análisis se escribieron entonces con tanta hondura y can tanta perspicacia como también con tanta honradez intelectual y tan transparente moral política. Unos documentos hicieron historia. Otros, como éste, quedaron más o menos ocultos. La historia los rescata porque 66


son la historia. 50 años después la pasión que despertó esa experiencia no ha permitido que los árboles dejen ver el bosque. IX En el análisis de los años de la dictadura que van del 48 al 58, es difícil añadir más al retrato en familia de la Asamblea Constituyente (así llamada) de 1953. Sembró el caos y el desorden fiscal hasta el extremo de no poder cancelar sus deudas con el sector privado, lo cual explica la presencia beligerante de representantes suyos en el desenlace final en 1958 y la severa crisis que hubo de afrontar el presidente Betancourt a partir del 59, a pesar de haberse otorgado nuevas concesiones petroleras y traficado a discreción con enormes recursos durante toda la etapa autocrática. Durante la década dictatorial sólo imperó la fuerza en sus distintas variantes, su símbolo más preciso en materia de derechos humanos quizás sea el campo de concentración de Guasina, una desolada isla del Orinoco. En las páginas del `Libro Negro` (editado en la clandestinidad) quedó el testimonio de la dictadura. Las cárceles masivas, los destierros masivos, las torturas sistemáticas, identificaron al régimen más depredador, la tercera dictadura del siglo y presumo que la última de nuestra historia, si es que los dioses no nos reservan algún castigo. El 18 de Octubre de 1945 y los procesos eleccionarios de 1946 y 1947 marcaron el rumbo de la política venezolana de la segunda mitad del siglo: política de masas, no de élites. El paréntesis dictatorial 48-58 sucumbió en su propia red”.

AUTOEVALUACIÓN Preguntas de selección simple: Encierre en un círculo la opción que considere correcta. 1) La junta de gobierno que asumió el poder político nacional en el trienio 1945-48 fue el resultado de: A) Una alianza cívico-militar

B) Un coalición de partidos políticos

C)Un frente amplio 67


2) Entre los logros democráticos más significativos de la llamada Revolución de Octubre destaca: A) La defensa de la libertad de prensa B) La promulgación de elecciones libres, secretas y universales para elegir al presidente de la República C) La defensa del movimiento estudiantil 3) El presidente democráticamente designado en 1948 mediante elecciones libres fue: A) Jóvito Villalba

B) Rafael Caldera

C) Rómulo Gallegos

4) La Junta Militar de Gobierno que derrocó a Rómulo Gallegos terminó constituyendo: A) Un gobierno democrático

B) Un gobierno socialcristiano

C) Una dictadura militar

Falso (F) o Verdadero (V) Encierra en un círculo la opción que consideres correcta. 5) El trienio fue el resultado de una alianza cívico militar entre el partido Acción Democrática y un sector de la oficialidad del Ejército. (F) (V) 6) El escritor Rómulo Gallegos resultó electo presidente de la República en 1947 gracias al respaldo de COPEI y el Partido Comunista de Venezuela. (F) (V) 7) El Nuevo Ideal Nacional de Marcos Pérez Jiménez fue una consigna política, carente de contenido ideológico. (F) (V) 8) Entre 1948 y 1958 Venezuela avanzó en la modernización de su infraestructura, pero retrocedió en su crecimiento institucional y democrático. (F) (V)

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Fuentes bibliográficas adicionales - ÁNGULO RIVAS, Alfredo (1994). Pérez Jiménez: tres décadas después. Mérida: Universidad de Los Andes- Fondo Editorial Tropycos. - Diccionario de historia de Venezuela. Fundación Polar. Cuatro Tomos. Caracas, 1997. Segunda edición. - Repaso de la historia de Venezuela. Fundación V Centenario. Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela. Caracas, 1998. - RODRÍGUEZ CAMPO, M. (1991). Pérez Jiménez y la dinámica del poder (19481958). Caracas: Ediciones El Dorado. - USLAR PIETRI, Arturo (1992). Golpe y Estado en Venezuela. Bogotá: Editorial Norma.

Fuentes electrónicas recomendadas 

http://www.fundacionromulobetancourt.org/webFRBAgosto2006/EdicioElectroF RB.htm

http://www.venezuelatuya.com/historia/18_octubre.htm

http://fpolar.org.ve/nosotros/educacional/insurr/golpe45.html

http://www.fpolar.org.ve/nosotros/educacional/instituc/perzjgob.html

http://www.fpolar.org.ve/encarte/fasciculo21/fasc2111.html

http://www.efemeridesvenezolanas.com/html/dictadura.htm

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UNIDAD Nº 4 PUNTOFIJISMO (1958-1998), SURGIMIENTO DE LA CONSTITUCIÓN DE 1999 Y EL PROYECTO SOCIALISTA. Introducción a la Unidad N°4. Finalizada la dictadura militar encabezada por el general Marcos Pérez Jiménez, se reinicia el proceso de democratización política, social y económica que había comenzado a calar en el imaginario colectivo venezolano desde 1936, y que fue interrumpido por los golpes de Estado de 1945 y 1948. El sistema político que se implementa a partir de 1958 y se extiende hasta 1998, se define a todas luces como una democracia representativa bipartidista, de carácter populista, sustentada por un Estado rico como resultado de la caudalosa renta petrolera, y por un acuerdo de gobernabilidad denominado Pacto de Punto Fijo, suscrito por las principales organizaciones políticas con varios fines: a) permanecer en el ejercicio del poder y reconocer los triunfos electorales tanto de Acción Democrática como de COPEI, principales organizaciones partidistas; b) resguardar el orden democrático establecido en la Constitución de 1961; c) impedir el retorno de regímenes militaristas y autoritarios; d) trabajar de manera mancomunada en la ejecución de un proyecto de país, orientado a solventar los problemas más apremiantes de la sociedad venezolana. El modelo político estructurado por el Pacto de Punto Fijo elevó sustancialmente la calidad de vida de los venezolanos, generando una significativa clase media y un país con movilidad social; sin embargo, este acuerdo protagonizado por las elites se resquebrajó, ya que no fue capaz de solventar sus contradicciones internas, tales como: a) la corrupción de los actores políticos, sustentada en la mentalidad o contracultura de la deshonestidad, donde este flagelo se presenta como un acto natural e impune; b) la desigual distribución de la riqueza emanada de la renta petrolera; c) la mono producción estructural que inhabilitó el potencial 70


productivo en múltiples sectores del sistema económico nacional, el cual terminó orbitando alrededor de la industria petrolera, sin perspectivas ciertas de diversificación. En la década de los 80, década perdida para algunos economistas, fueron más notables las desigualdades sociales, emanadas de la articulación de las contradicciones citadas. “... En Caracas, la población marginal de los ranchos sobrepasa en número (60 por 100) a quienes propiamente habitan en la ciudad. Los servicios urbanos indispensables (vías públicas, trasportes, escuelas, basureros, agua, dispensarios, electricidad, desagüe, etc.) llegan raramente a esos barrios deteriorados y el orden legal mínimo es inexistente. La delincuencia continúa siendo una plaga considerable y el grado de violencia urbana está entre las más altas del mundo”15. En 1983, con el llamado viernes negro, comienza a desarrollarse una crisis económica que quebrantó la estabilidad monetaria del país, y desembocó en un ciclo continuo de devaluación, especulación e inflación. Esta crisis del modelo económico fue el resultado inmediato de la dilapidación de sumas gigantescas de divisas, invertidas en proyectos inútiles o simplemente devoradas por la corrupción insaciable. El excesivo gasto público condujo a un endeudamiento desproporcionado y a un constante desequilibrio fiscal. La crisis que se manifestó en 1983 se prolongaría hasta la década de los noventa, acarreando la reducción dramática de la clase media y el aumento de los niveles de pobreza, incluyendo la pobreza extrema. En este contexto, los gobiernos socialdemócratas y democratacristianos de turno, apostaron por implementar políticas de corte neoliberal, que estaban en contradicción con la orientación populista que les caracterizó desde los inicios del Pacto de Punto Fijo.

15

Úslar-Pietri, Arturo (2001). Victoria de Chávez en Venezuela: el eterno retorno del populismo. En: Geopolítica del caos. Barcelona. Temas de debate, p. 300.

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Las medidas que conformaron las políticas de ajuste, llevadas hasta el extremo en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, estuvieron orientadas hacia las privatizaciones, la liberación de los precios de los bienes y servicios, así como la disminución del gasto público y la inversión social. Como consecuencia de estas drásticas medidas y de varios lustros consecutivos de crisis estructural, surgieron los dramáticos episodios del Caracazo (27 y 28 de febrero de 1989) y los frustrados golpes de Estado o rebeliones de 1992. En 1992 el colapso del modelo político puntofijista era evidente. El descontento ya no sólo provenía de la sociedad civil, sino que a éste se sumaba el rechazo por parte de sectores de la Fuerza Armada que se identificaban con una ideología nacionalista, en contraposición a los vicios del orden establecido. El 4 de febrero de 1992 un grupo de oficiales del Movimiento Bolivariano 200 (MBR200), dirigidos por el comandante Hugo Chávez Frías, acometen una intentona de golpe de Estado o rebelión cívico-militar, que pretendió llegar al poder por las armas con la propuesta de instaurar una transformación radical en la conducción del país, sin que para el momento contaran con un planteamiento ideológico coherente. El 27 de noviembre del mismo año se produce otra rebelión o intento de golpe de Estado, encabezado por el contra-almirante Hernán Grüber Odremán, sin lograr el objetivo de derrocar al gobierno de Carlos Andrés Pérez. Sin embargo, los intentos de golpe de Estado, ocasionaron un gran impacto en la opinión pública nacional, la cual entendía que la crisis institucional, económica y social sólo podía superarse con el asenso al poder de una nueva clase política, promotora de un proyecto nacional distinto al establecido por el Pacto de Punto Fijo. En 1998 el teniente coronel Hugo Chávez Frías, capitaliza la conciencia política de insatisfacciones y frustraciones de los venezolanos, obteniendo un contundente triunfo en las elecciones presidenciales. Su principal propuesta política consistió en

la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente, la cual

elaboraría la Constitución de 1999. Dicha Constitución contempla la creación de un nuevo orden socio-político propicio para impulsar las reivindicaciones de los sectores 72


históricamente marginados. Tras el fracaso del golpe de Estado del 2002, el gobierno encabezado por el comandante Hugo Chávez Frías asumió el modelo socialista como su ideología rectora. A continuación se analiza el proceso socio-político de conformación y decadencia del Pacto de Punto Fijo, así como el posterior surgimiento de la propuesta socialista en la gestión gubernamental del presidente Hugo Chávez Frías.

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TEMA Nº 1. El bipartidismo y la implementación del Pacto de Punto Fijo El Pacto de Punto Fijo fue un acuerdo entre elites políticas que se propusieron lograr la gobernabilidad de Venezuela, luego de haber alcanzado el derrocamiento de Pérez Jiménez. Este acuerdo surge en un momento en el que la democracia representativa aún no estaba consolidada, por lo que las elites lideradas por AD y COPEI sentían temores ante una posible regresión a otro régimen militar-autoritario, o a la conformación de un gobierno de izquierdas. Así, al interior de grupos conservadores de la Fuerza Armada, se creyó que un gobierno democrático encabezado por los civiles desembocaría en el caos. Entre tanto, los grupos insurgentes de izquierda, inspirados por la revolución cubana, tenían el firme propósito de tomar el poder por las armas. Los signatarios del Pacto de Punto Fijo fueron: Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios, en representación de AD; Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya y Manuel López Rivas por URD; Rafael Caldera, Pedro del Corral y Lorenzo Fernández, por COPEI. Todos ellos eran distinguidos actores políticos de convicciones democráticas, y habían adversado desde sus particulares posiciones políticas e ideológicas a la dictadura militar; ahora tenían como meta común evitar lo que Betancourt definía como “el canibalismo político”, que sólo favorecía a los enemigos de la democracia. En el referido pacto fue excluido el Partido Comunista Venezolano (PCV), el cual constituyó un factor de primer orden en la organización del movimiento de resistencia que derrocó al régimen perezjimenista. Este rechazo de las elites hacia las organizaciones de izquierda fue uno de los factores que desencadenaron el movimiento guerrillero de los sesenta. En consecuencia, la concertación o acuerdo entre las elites no tomó en cuenta a los grupos con ideologías revolucionarias, fundamentalmente porque el nuevo 74


orden a construirse se enmarcaría en el capitalismo, y porque además, el contexto de la guerra fría llevó a estos sectores a aliarse con los intereses norteamericanos. Quienes suscribieron los acuerdos básicos del pacto se comprometieron a: -

Defender la constitucionalidad y el derecho a gobernar conforme al resultado electoral.

-

El partido que triunfara en las elecciones de diciembre de 1958 conformaría un gobierno de unidad nacional, con presencia de todos los partidos firmantes en el gabinete, en el marco de un diálogo permanente.

-

Aceptar un programa mínimo común de corte democrático, que las tres organizaciones respetarían en caso de alcanzar la presidencia.

El Pacto de Punto Fijo comienza a sufrir fisuras desde 1960, debido a la salida de URD del gobierno de Betancourt, ya que esta organización mostró una posición favorable hacia el ascenso al poder de los revolucionarios cubanos, contrariando así la posición anti-izquierdista de Betancourt. Desde este momento el Pacto se transformaría en una alianza bipartidista hegemónica (AD-COPEI) destinada al reparto, entre estas dos organizaciones, de los principales espacios de poder político nacional. Según Ysrael Camaro, “El pacto de Punto Fijo fue positivo, necesario y hasta imprescindible para estabilizar un joven esquema democrático. La cultura del diálogo y del consenso que privó para la redacción y firma del tratado determinó un estilo particular que tendrían las relaciones en el seno de las elites políticas venezolanas. Salvo la exclusión de los comunistas y, posteriormente, de los distintos grupos guerrilleros (durante la primera década del régimen democrático), la cultura del diálogo y el consenso privó por encima del conflicto de la intolerancia (que existió) durante las cuatro décadas del régimen puntofijista”16.

16

Camargo, Ysrael (2000). El puntofijismo. En:http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2966108.asp. Consultado en abril de 2008.

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TEMA Nº 2. Populismo, democracia clientelar y crisis del modelo político de Punto Fijo. Manifestaciones de la crisis: debacle de la economía rentista petrolera, distribución desigual de la riqueza petrolera, mono-producción y dependencia estructural de la renta petrolera, intentonas golpistas y sublevaciones populares.

Entre 1958 y 1998, lapso comprendido por 40 años en los cuales se desarrolla en Venezuela una democracia representativa y clientelar, se suceden ocho gobiernos democráticamente electos, que en líneas generales compartían similitudes en sus prácticas políticas. Todos los gobiernos de este período fueron, en mayor o menor medida, de tipo populista, que emplearon un discurso dirigido a crear expectativas en las clases populares, las cuales no fueron del todo satisfechas. El objetivo básico del discurso populista no es transformar profundamente las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas sino el preservar el poder y la hegemonía política a través de la popularidad entre las masas, por lo cual no se genera una conciencia ciudadana que sea capaz de motivar los mecanismos de autogestión colectiva, a partir de los recursos y habilidades que se poseen. La ciudadanía, de alguna manera condicionada por los sistemas populistas, espera siempre que agentes externos (gobierno, empresa privada, partidos políticos, sindicatos) proporcionen todas las soluciones a cada uno de los problemas que experimenta, creando así una mentalidad de dependencia en relación con las elites gobernantes. Simultáneamente, el discurso populista tiene por finalidad la manipulación de la sociedad, y en síntesis termina significando: “…una explicación del sistema de relaciones que existen entre los hombres, que sirve para justificarlas y racionalizarlas -y, con ellas, los elementos de desigualdad y explotación que incluyen-, presentándolas como una forma de división social de trabajos y funciones, que no sólo aparase ahora como resultado 76


del progreso histórico, sino como la forma de organización que maximiza el bien común”17. Con el populismo surgió simultáneamente la democracia clientelar, en la cual se articuló un sistema extraoficial basado en el intercambio de favores y prebendas entre los grupos políticos y sectores reducidos del electorado, donde el dinero, los cargos públicos estratégicos, la repartición de empleos, aseguraban el apoyo electoral irrestricto. Por lo tanto, la democracia clientelar venezolana del período 1958-1998, fue un sistema político donde los intereses estuvieron por encima de las convicciones. Los partidos hegemónicos, mediante el clientelismo, llegaron a manipular la voluntad popular. Sin embargo, a finales de la década de los 80 del siglo XX, estos mismos partidos sólo representaban los intereses de los poderosos consorcios y grupos económicos, sin que para el momento contaran con el respaldo popular que llegaron a tener en décadas anteriores. “Los gobiernos salidos de los partidos de tendencia popular en particular el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), demócrata cristiano, en el poder hasta ahora- o socializante -como Acción Democrática (AD), socialdemócrata-, que han acaparado de manera determinante la vida nacional desde la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, en 1958, se han servido de la inmensa riqueza petrolera para corromper el país por medio de un sistema de subsidios, dones, prebendas, exenciones fiscales y privilegios. Se han dilapidado sumas gigantescas en proyectos megalómanos e inútiles. Por si esto no fuera suficiente, se contrajeron enormes deudas con bancos extranjeros, prestatarios de un monto equivalente al 60 por 100 del producto interno bruto (que era, en 1997, de 59.000 millones de dólares, y la deuda exterior se elevaba a 37.000 millones de dólares)”18.

17

Fontana, Josep (1999). Historia: análisis del pasado y proyecto social. Barcelona-España, Editorial Crítica, p. 10. 18

Uslar-Pietri, Arturo (2001). Victoria de Chávez en Venezuela: el eterno retorno del populismo. En: Geopolítica del caos. Barcelona. Temas de debate, pp. 301-302.

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La democracia clientelar puntofijista terminó por corromper sindicatos, partidos políticos, instituciones públicas y privadas, sectores que sucumbieron a las prebendas y toda clase de privilegios que se les otorgaron, a cambio de comprometerse con la reproducción y mantenimiento del orden político-social imperante. El clientelismo y el populismo fueron algunos de los factores más significativos que determinaron el desgaste del modelo político configurado por el Pacto de Punto Fijo, lo que condujo a que surgiera una opinión pública generalizada -manifiesta en casi todos los sectores de la sociedad venezolana- de desconfianza total ante las instituciones públicas y las organizaciones políticas. Así, la cultura pública del venezolano se caracterizó por la desconfianza hacia las instituciones gubernamentales y la ineficiencia generalizada19. En diciembre de 1973, Carlos Andrés Pérez resultó electo presidente de la República para el período presidencial 1974-1979. En enero de 1976 su gobierno promulgó la Ley de Nacionalización Petrolera, medida que aunque permitió que el Estado venezolano controlara la industria petrolera nacional, no hizo posible que el país se replanteara su relación de dependencia hacia el petróleo, paso necesario para la solución de sus problemas de orden económico. En medio de una crisis política e institucional surgió la crisis económica, cuya señal de alarma se presentó el viernes 18 de febrero de 1983 (viernes negro), fecha en la que se dio paso a un ciclo continuo de devaluaciones, debido a los desequilibrios fiscales y al estancamiento de la economía petrolera y no petrolera. Esta realidad conflictiva hizo que los venezolanos comenzaran a creer en la fragilidad de la riqueza y la prosperidad del país. Tal percepción constituyó un golpe importante para la implosión del modelo político puntofijista y el desgaste de los partidos tradicionales, los cuales no pudieron mantener el limitado estado de bienestar que habían establecido mediante políticas de asistencia social y pleno 19

González Fabre, Raúl (2005). La cultura pública en Venezuela. Caracas: Centro GumillaUniversidad Católica Andrés Bello. Serie Temas de Formación Sociopolítica.

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empleo en la administración pública, lo que resultaba difícil de sostener como consecuencia de la crisis económica. Ante la magnitud de la crisis, se comienzan a implementar políticas económicas impopulares para tratar de contenerla, como la liberación de los precios de los bienes y servicios, lo que en el corto plazo se tradujo en el aumento del costo de la vida. Las políticas de ajuste de corte neoliberal, emanadas del Fondo Monetario Internacional, fueron una constante

en los gobiernos que se sucedieron en las

décadas de los ochenta y noventa. Fue en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) que se puso en marcha el paquete económico denominado “El gran viraje”, donde se aplicarían medidas en política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. Sin embargo, la liberación de precios y la eliminación del control de cambio, generaron un reajuste sumamente brusco para los sectores de menores ingresos. Esta situación de crisis orgánica y la implementación de políticas neoliberales, dieron paso a sublevaciones populares (el caracazo, los días 27 y 28 de febrero de 1989) e intentonas golpistas o rebeliones (4 de febrero y 27 de noviembre de 1992). Estos hechos fueron el reflejo del descontento de los estratos más deprimidos de la sociedad venezolana y de sectores significativos de las Fuerzas Armadas. A raíz de la ejecución de medidas bruscas, como el incremento del costo de la gasolina, las tarifas del transporte público y los alimentos, habitantes de Guatire, Guarenas y Caracas, principalmente, se lanzaron a las calles de manera violenta, saqueando comercios y ocasionando destrozos. Ante esta situación caótica, el gobierno suspende las garantías constitucionales20 y ordena la represión de los manifestantes. Las protestas dejaron una cifra indeterminada de víctimas fatales; cifras extraoficiales dan cuenta de la desaparición de más de 500 personas. 20

Entre 1958 y 1998 fueron frecuentes las suspensiones de las garantías constitucionales. Los gobiernos que se sucedieron en el referido período implementaron medidas de este tipo, con el propósito de reprimir a quienes llevaban a cabo protestas o acciones en contra del orden imperante en Venezuela.

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Los dramáticos sucesos vividos en 1989 fueron, junto con la crisis económica desatada en 1983, signos claros del deterioro de la gobernabilidad de Venezuela y del agotamiento del modelo político surgido a la sombra del Pacto de Punto Fijo. Entre 1989 y 1992 fue incrementándose el descontento de la ciudadanía hacia el gobierno de Pérez y el papel de los partidos políticos tradicionales. En la madrugada del 4 de febrero de 1992 estalla una insurrección cívicomilitar21: un grupo de paracaidistas liderados por el teniente coronel Hugo Chávez Frías intentó tomar La Casona y el Palacio de Miraflores. El presidente Pérez no estaba en ninguno de esos sitios, pues venía llegando de la ciudad Suiza de Davos, donde había participado en el Foro Económico Mundial. Los insurgentes, luego del fracaso de las operaciones militares, afirmarían que pretendían derrocar el gobierno de Pérez a fin de implementar un nuevo régimen de democracia, en el que la cuestión social tendría prioridad. El 27 de noviembre del mismo año, se produce una segunda insurrección. En ésta el sector civil tuvo una participación significativa, la cual se evidenció con las acciones desestabilizadoras de agrupaciones como Bandera Roja y Tercer Camino, las cuales actuaron coordinadamente

con altos mandos militares de los 4

componentes de las Fuerzas Armadas. Esta segunda intentona buscaba darle continuidad a lo comenzado por Chávez y el MBR-200. El comandante de esta insurrección fue el contraalmirante Hernán Grüber Obreman y otros oficiales de alto rango. Al igual que lo ocurrido en febrero, esta asonada fue rápidamente controlada por las fuerzas leales al gobierno, lo que condujo a la rendición de los insurrectos y el posterior asilo de algunos de éstos en Perú.

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Resulta difícil calificar los hechos violentos de 1992, pues el discurso de los actores políticos no coincide en una misma apreciación acerca de lo ocurrido: para el sector gubernamental se trató de una rebelión, mientras que para los grupos opositores fue una intentona golpista. De igual manera, los hechos de abril de 2002 han sido calificados por los líderes socialistas como un golpe de Estado, pero para los actores de oposición fue un vacío de poder. Así, el discurso de los grupos políticos acomoda la calificación de los hechos a la conveniencia de éstos, por lo que quienes pretendan ofrecer una respuesta “objetiva” sobre estos hechos, deben tomar distancia de cualquier posición sectaria.

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Con estos episodios se resquebrajó la estabilidad y la gobernabilidad de Venezuela, quedando en evidencia que el modelo político-partidista construido sobre la base de Pacto de Punto Fijo, había colapsado de manera estrepitosa; ya los partidos tradicionales (AD y COPEI) no contaban con el respaldo de las mayorías, las cuales demandaban el surgimiento de otro proyecto de país y un nuevo liderazgo político.

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TEMA Nº 3. El surgimiento de Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI: conflictividad política, nuevo liderazgo cívico-militar, la Constitución de 1999, proyecto geopolítico, continuidad de la economía rentista petrolera. La última década del siglo pasado se caracterizó por el desarrollo de una crisis orgánica, concepto que según Antonio Gramsci consiste en la transición entre un sistema que no acaba de morir y otro que no termina de nacer. Así, el modelo de democracia representativa y partidista, intenta ser sustituido por una democracia participativa orientada por la ideología socialista. La transición ha sido impulsada por el gobierno de Hugo Chávez, personaje que, con un liderazgo carismático y un discurso de ruptura con el pasado bipartidista, hizo su entrada en el escenario político nacional el 4 de febrero de 1992. Chávez inició su gestión gubernamental en 1999 con un proyecto político e ideológico de corte nacionalista, el cual se nutría de diversas corrientes como: bolivarianismo, fusión cívico-militar, indigenismo y nacionalismo22. Posteriormente, en dicho proyecto fue incorporada la doctrina socialista, con un discurso neo-populista en el que es común la crítica a las clases pudientes, la exaltación de los sectores marginados de la sociedad y las promesas de mejoras cualitativas a las condiciones de vida de los venezolanos. A partir del triunfo electoral de 1998, el gobierno del presidente Chávez implementa un conjunto de mediadas, entre las cuales destaca la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente en 1999, que condujo a la aprobación de una nueva Constitución que derogaría a la de 1961. La Constitución del 99 le proporcionó al gobierno un piso jurídico que debió facilitar la implementación de los cambios

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Garrido, Alberto (2004). La línea roja de Chávez (notas). Caracas, p. 19.

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prometidos, como el logro de una democracia participativa y protagónica, a la par de la reestructuración del Estado y sus instituciones de gobierno. La Carta Magna sancionada en 1999 fue el resultado de un amplio debate nacional, en el que participaron diversos sectores de la sociedad venezolana. La nueva Constitución ha tenido por horizonte, “(…) el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad...”23. El gobierno del presidente Chávez se propone actualmente la definición del llamado socialismo del siglo XXI, propuesta relacionada con los planteamientos de Heinz Dieterich y fundada en una interpretación del marxismo. El modelo político que se desprende del socialismo del siglo XXI, tiene como propósito el logro de una sociedad democrática, participativa y socialista, sin desigualdades de ningún tipo. Asimismo este modelo socialista establece una propuesta geopolítica, donde destaca la conformación de un

bloque regional de poder, que significaría la

integración económica y política de los Estados progresistas de Latinoamérica, en el marco de la cooperación y coordinación hemisférica de todas las fuerzas sociales y políticas bajo el esquema Estado-movimientos sociales. De acuerdo con la posición ideológica del gobierno presidido por Hugo Chávez, son diversas las fuerzas que se oponen al logro del desarrollo integral de Venezuela y Latinoamérica. Entre estas destacan el imperialismo norteamericano y el sistema neoliberal de la economía de mercado.

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Preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

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LECTURA COMPLEMENTARIA A continuación se anexa un texto que puede servir de punto de partida para profundizar en los contenidos de la Unidad IV. Tomado de: AVELEDO, Ramón Guillermo. Epílogo en dos décadas y media (Antes de recibir la segunda mitad del milenio venezolano). En: Repaso de la historia de Venezuela. Comisión Presidencial V Centenario de Venezuela. Caracas, 1998, pp. 490-498. “(…) El reventón del llamado `viernes negro` de 1983, exhibía lo inocultable: seguimos siendo un país petrolero pero el modelo rentista es insostenible. Venezuela no es un país rico. Tiene muy favorables condiciones para serlo, pero la riqueza no es un azar, independiente de las acciones y omisiones de la sociedad, sino un resultado de políticas inteligentes y trabajo perseverante. Los síntomas de la crisis proveyeron al nuevo gobierno de un sólido piso político. Amplísima mayoría parlamentaria, unidad y autoestima elevada en su partido, respaldo de la CTV pues el sindicalismo había sido decisivo en la nominación de Lusinchi, gran confianza del país y matriz negativa en la opinión con relación a su predecesor. `Pagaremos la deuda hasta el último centavo` anunció el primer mandatario en su toma de posesión. Sus primeros propósitos fueron de austeridad fiscal y refinanciamiento de la deuda, junto a medidas sociales compensatorias. Un Pacto Social prometido en la campaña sería el modo político de viabilizarlos y una Ley Habilitante el marco jurídico para su ejecución. En lo político, el analista Manuel Felipe Sierra observa la gestión del Presidente Lusinchi: Los primeros pasos de su gobierno se orientaron en dos vertientes: fortalecer los vínculos partido-gobierno- el nuevo mandatario tenía consciencia de lo que significó para sus antecesores las desavenencias entre ambos factores- y pasar factura al gobierno anterior`. A lo largo del quinquenio se mantuvo la popularidad personal del Presidente y una general sensación de que el país estaba bien encaminado, ello inhibió a la oposición que 84


prefirió estrategias distintas al ataque al gobierno y a su jefe, lo cual redundó en apuntalamiento de su buena imagen y en debilidad de sus críticos. Todo no obstante la petite histoire de los chismes de alcoba y su influencia en palacio y el estrechamiento de los espacios para la libertad de expresión. La oficina de cambio Recadi era un poderoso instrumento para los designios económicos y políticos de los gobernantes. Como sucediera en 1979 por primera vez, se realizan en 1984 elecciones municipales separadas y, como entonces, cerca de la mitad del electorado se queda en casa y el partido de gobierno obtiene un triunfo más holgado que el de las presidenciales. Esta vez, una señal del ánimo popular: el comentarista deportivo Carlitos González y la actriz cómica Marta Olivo,`Malula` en el sketch `Asocerro` de Radio Rochela, son electos concejales de Caracas. En este quinquenio, como respuesta a las demandas de cambio provenientes de la sociedad, se crea la Comisión para la Reforma del Estado (Copre), la presiden Ramón J. Velásquez y, después, Arnoldo José Gabaldón. El 26 de febrero de 1986 se cumple una reiterada intención del Presidente al suscribirse el primer acuerdo de refinanciamiento de la deuda externa, en el marco de lo convenido en septiembre de 1984 y que había sido declarado por el jefe de Estado en su viaje a Nueva York para la Asamblea de la ONU. El gobierno asociaba el refinanciamiento a su solvencia en el manejo del tema económico. La base para ese convenido fueron las estimaciones optimistas del VIl Plan de la nación en cuanto a ingresos petroleros, estimuladas por la prolongada guerra Irán-Irak. La Academia de Ciencias Económicas criticó, como lo hicieron la oposición política y el sindicalismo, los acuerdos de refinanciamiento por `la inexistencia de períodos de gracia y la ausencia de compromisos de nuevos préstamos al sector público por parte de la comunidad financiera internacional`. En esos mismos años también reestructuraron su deuda Argentina, Brasil y México. Venezuela negoció un monto menor porque debía menos, sin embargo, obtuvo el período de pago más corto, los intereses más altos y ningún plazo de gracia, mientras a los otros tres se les concedían siete u ocho años. La respuesta presidencial a las críticas que se hicieron fue que teníamos `la botija llena` y la banca lo sabía. Después de dejar el poder declaró: `La banca me engañó`. 85


La política restrictiva se cambió en expansiva a partir de 1986, buscando estimular la demanda agregada. Precisamente ese año cayeron los precios petroleros. El cuadro dejaría las cosas como para un ajuste macroeconómico terapia intensiva que adoptaría al llegar el nuevo gobierno en 1989. En lo político, dentro de AD a Carlos Andrés Pérez no solo le escampó la lluvia adversa del primer tramo del quinquenio, sino que le salió el sol de la candidatura presidencial. En Copei, Eduardo Fernández reelecto Secretario General en 1984 conquista un liderazgo amplio y profundo con la promesa de una `Democracia Nueva`, estimula una reforma estatutaria democratizadora y una renovación ideológica. Con el nombre-consigna de `El Tigre` se lanza a la búsqueda de la nominación presidencial que el líder fundador Rafael Caldera, como siempre, desea. En el Congreso candidatural del Poliedro, Fernández triunfa por amplísima mayoría y Caldera `pasa a la reserva`, dando inicio al proceso que lo llevaría fuera del partido que fundó y condujo. El abanderado social cristiano defenderá en su campaña un programa con énfasis en la desestatización y la descentralización. En los comicios de diciembre, con Pérez en plan triunfador en las vecindades de la mayoría absoluta y Fernández sobre el 40% de los sufragios, aumentó la abstención electoral, tradicionalmente muy baja en nuestras consultas presidenciales. Veinte por ciento de los votantes no atendió al llamado. Otra novedad. CAP vuelve al poder, el primero de los primeros mandatarios democráticos en hacerlo, con la promesa de `devolver al país a la prosperidad de 1978`. (…) Pérez toma posesión en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, en una apoteósica ceremonia que la chispa popular llama `La Coronación`. Jefes de Estado y de Gobierno, entre quienes se cuenta el cubano Fidel Castro se hacen presentes junto a ministros, figuras políticas e intelectuales y una buena muestra de la extensa lista de amigos y relacionados del Presidente en los cinco continentes. En seguida, Pérez anuncia su equipo de gobierno y sus intenciones. En el primero predominan en posiciones de alta responsabilidad tecnócratas de alta calificación académica y escasa, cuando no ninguna, experiencia política. El talentoso y polémico banquero Pedro Tinaco es escogido para presidir el Banco Central y es visto, por muchos, como la eminencia gris del gobierno. Los acción democratistas son pocos y fuera de la conducción económica, terreno donde se definiría la suerte del régimen. 86


Las intenciones son las de un programa de estabilización macro-económica y un ajuste estructural muy similares a los que su principal contendiente en las elecciones habría adelantado, pero de un más decidido corte neo-liberal. El nacionalizador tercermundista de los setentas regresaba libremercadista y globalizado. La realidad había cambiado y con ella Pérez. Eso no es un defecto. La rectificación tiene valor. A los pocos días se anunció una carta de intención con el Fondo Monetario Internacional. Sin que hubiera transcurrido un mes del quinquenio y apenas anunciadas algunas de las medidas, el lunes 27 de febrero unas protestas crecientemente agresivas con motivo del alza de pasajes del transporte colectivo, iniciadas en las ciudades dormitorio cercanas a la capital, degeneraron en disturbios desbordados en la tarde y la noche y en saqueos que comenzaron en la madrugada y se prolongaron durante el martes 28, ante las cámaras de la televisión que mostraban cómo podía quedarse uno con un betamax, un equipo de sonido, un colchón o una res beneficiada, en absoluta impunidad. El llamado `Caracazo` marcó un hito. El gobierno acorralado tuvo que utilizar al Ejército para controlar la situación que se le fue de las manos. Una represión a escala del inmenso desorden fue menester para devolver la calma a una población asustada. El general ministro de la Defensa se convirtió en personalidad nacional, para unos como símbolo del uso de la fuerza, para otros como el restaurador del orden. Manuel Caballero creyó que se trataba de un `23 de enero social`. Afirmar que el `Caracazo` se debió al paquete sería, por lo menos, exagerado. Pero él debió servir a todos, en especial al gobierno, para captar en su exacta dimensión el cuidado con el que había que manejar las implicaciones sociales de las medidas y la diligencia que había que poner en procurarles un piso político amplio y sólido. Ninguna de las dos cosas ocurrió. Pérez y su equipo subestimaron el problema y, pasado el susto, el resto del liderazgo también. Los primeros pensaron que las políticas trazadas podían adelantarse sin ganar aliados en la conducción política y sindical y sin explicarlas a la opinión pública para obtener su comprensión y pedir su apoyo. El paquete tenía, también, sus inconsistencias. José Toro Hardy cree que en él `Keynes y Friedman se dan la mano`. Medidas orientadas a la oferta para flexibilizar y sincerar las reglas del desenvolvimiento económico mientras crece el gasto público financiado por la devaluación con alta incidencia inflacionaria y se mantiene el Estado gigantesco, salvo una que otra cirugía menor. 87


En diciembre de 1989 se realizan, gracias a reformas legales aprobadas por el Congreso en 1988, las primeras elecciones directas de gobernadores de estado y de alcaldes de los municipios, como punto de partida político al proceso de descentralización que tendrá en los mandatarios de origen popular su principal motor. Pérez, convertido al credo descentralizador el 23 de enero del ochenta y ocho en el camino de Damasco electoral, no sólo acepta sino que anima el proceso, supo entender el cambio y entenderse con los gobernadores. Antes, voceros muy calificados de su partido como el doctor Gonzalo Barrios, calificaron la propuesta como `Democracia Infantil`. El mapa político del país se hizo multicolor como la responsabilidad de gobernarlo. En Bolívar, el otrora dirigente sindical sidorista Andrés Velázquez, con el partido fundado por el brillante excomunista fallecido Alfredo Maneiro, son gobierno. En Valencia, con inesperado final de fotografía, despunta el sol del `Proyecto Carabobo`. El tableteo de la metralleta de denuncias del masista Carlos Tablante se muda al hotel gomero que es sede del gobierno aragüeño. La muerte de Luís Hómez da un segundo nacimiento político al diputado copeyano Álvarez Paz. AD gana numerosas gobernaciones y alcaldías, incluida la de Caracas, con Claudio Fermín, pero el protagonismo lo obtienen los `gobernadores de oposición` que en realidad son los mandatarios elegidos con votos distintos al blanco. Los `IESA boys`, profesionales venezolanos con postgrados en el extranjero dan la nota en el gobierno nacional. Los hijos de la descentralización personalizan el cambio político. Uno y otro grupo son vástagos legítimos de la Venezuela democrática y constancia de transformaciones profundas que los medios de comunicación no ven, los intelectuales se niegan a apreciar y el propio liderazgo político que las ha producido no entiende. El desgaste de los partidos y de las reglas políticas conocidas y aceptadas coincide con el protagonismo de los nuevos jefes políticos regionales y locales elegidos popularmente, y con el debilitamiento del Estado por su incapacidad para cumplir sus infinitas tareas, su déficit y las políticas dirigidas a desmontar su gigantesco aparato, las cuales gozan de tan creciente consenso intelectual como escaso favor popular. Las élites tienen un diagnóstico del deterioro del sistema que no coincide con el de las mayorías, nostálgicas del paternalismo que no era una maravilla, pero era algo y parecía que todos teníamos una oportunidad. Élites y mayorías sólo coinciden en culpar a la política de su disgusto, pero no se comunican. Sus puntos de contacto son, cada vez más, de abajo hacia arriba la protesta y el resentimiento, y de arriba hacia abajo la demagogia o la represión. 88


Vamos dejando de ser un solo país, una sola sociedad, sentimos menos que compartimos un futuro porque no compartimos un presente. En 1992 Venezuela reabrió un capítulo de su historia que parecía, y todos creíamos, cerrado. Dos intentos de golpe militar sorprendieron a la ciudadanía, estremecieron las instituciones, despertaron el mayoritario y múltiple en matices descontento con el status quo y agregaron nuevos protagonistas al debate político. En 1983, año de las ya referidas celebración bicentenaria bolivariana y explosión de la inviabilidad del modelo económico rentista, había nacido en la Academia Militar de Venezuela el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, el cual evolucionará de círculo de estudios y discusiones a organización con propósitos políticos. Después circularán en los cuarteles hojas firmadas por el MACATE, luego COMACATE, denominación que comprime las primeras sílabas de comandantes, mayores, capitanes y tenientes, base del movimiento político-militar. Los jóvenes oficiales reunidos en la Academia van ascendiendo. Comienzan los noventas y el movimiento se ha desarrollado bajo la tolerancia o la indiferencia de la superioridad. El líder del grupo, ahora Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, aprueba con dificultades académicas el Curso de Estado Mayor y en lugar de la Proveeduría del Ejército en Cumaná, obtiene el encargo de comandar el Batallón de Paracaidistas `Antonio Nicolás Briceño` en Maracay. A finales de 1991 comienza el Plan Ezequiel Zambra para tomar el poder, lo cual intentan la madrugada del 4 de febrero de 1992. En la oscuridad, la televisión jugó a favor de la estabilidad. Al amanecer, cuando la gente se dirigió bastante normalmente a sus oficinas -recuerdo a un trotador con walkman a eso de las seis y media por la Avenida Bolívar -los comentarios predominantes eran de simpatía por el alzamiento. Algo atávico se nos había despertado a tiros esa noche. La solución violenta, la vieja superstición de la salvación súbita y el salvador a caballo, se descubrían como respuesta posible al juego trancado del descontento. Ese carnaval, en el Boulevard de Sabana Grande, abundaron los disfraces de comandante de paracaidistas con boina roja y brazalete tricolor. Éramos libres, pero no demócratas. Sentimos que el sistema nos había hundido en la pobreza y la rabia y, de pronto, era posible cobrárselo sin mucho esfuerzo y en corto tiempo. ¡Se vio tan frágil el sistema esa mañana! En el Congreso, Rafael Caldera interpretó el momento sociológico colectivo y en un debate transmitido en vivo como sólo es posible en democracia, se ofreció como continuador 89


civil y electoral de la faena iniciada por los oficiales rebeldes. El líder histórico del sistema cuestionado, el último sobreviviente de los firmantes de Punto Fijo, va asumiendo el papel de outsider cuando marca distancias, primero con su partido y, ahora, con el establecimiento. El 27 de noviembre, a pocos días de las segundas elecciones municipales y regionales, un nuevo intento golpista fracasa. Menos carismático y más sangriento que el 4F, el 27N será recordado por los aviones de combate sobrevolando Caracas y la transmisión televisiva,

tras cruel toma del canal ocho, de un mensaje grabado de Chávez y una

convocatoria a la rebelión popular por parte de unos fusileros enfranelados con aspecto de ladrones de espejos retrovisores y radios de automóviles con unas cervezas de más. A diferencia del primero, este golpe preparado por dos contralmirantes y un general de aviación, mostró la verdadera cara de estas intentonas y ayudó a una interesante reacción del electorado en diciembre. Pero ni siquiera este episodio con contradictorios visos de sainete macabro abrió los ojos de la mayoría, cuya inconformidad reclamaba concreción. En 1992, un proyecto de reforma constitucional que se tramitaba entre bostezos se relanza como debate nacional. El Congreso asume su discusión y la Cámara de Diputados transmite sus sesiones por televisión. La reforma queda frustrada en las alambradas de unas propuestas acerca de la libertad de expresión y el derecho a réplica aprobadas, sin mucho debate previo, por una asamblea contagiada por la exaltación callejera. Las manifestaciones son el pan nuestro de cada día. Así seguirá siendo, a veces con violencia. El centro de la ciudad se acostumbra a las protestas. La cuadra entre las esquinas de San Francisco y La Bolsa, flanqueada por las edificaciones guzmancistas del Capitolio, el Palacio de las Academias y la vieja Corte y por la iglesia colonial que bautiza la primera esquina y que guarda la imagen del popular San Onofre, es el foro habitual de los reclamantes más diversos: empleados públicos, jubilados y pensionados, gremios profesionales, sindicatos, productores agropecuarios, protectores de los animales maltratados, ecologistas, enfermos crónicos, universitarios. Desde la Contraloría y la Fiscalía de la República, así como la Comisión de Contraloría de Diputados, una investigación por la malversación de doscientos cincuenta millones de bolívares al comienzo del quinquenio va tomando cuerpo de proceso judicial. Un grupo de distinguidos ciudadanos denominado “Los Notables” añade su peso cualitativo a la presión. El Presidente de la República es sometido a juicio y suspendido del ejercicio de su cargo. El 4 de junio de 1993 el Congreso elige a Ramón J. Velásquez, senador 90


independiente, historiador y hombre público de dilatada trayectoria, para la dificilísima y singular encomienda de presidir la República en hora tan demandante. AD y Copei, que propician su elección, deciden no ir al gobierno aunque darán apoyo parlamentario a sus iniciativas. Velásquez comprende la necesidad de la descentralización y de sincerar el tratamiento de la materia económica. Con audacia impulsa la redistribución de poder a las regiones y toma la decisión de establecer el Impuesto al Valor Agregado y reformar la Ley de Bancos. Su trecho es corto y carece de un apoyo propio y sólido. Es el resultado de una transacción y, conocedor de la Historia, así lo reconoce. Venezuela requería de un lanzador de relevo con buen control y conocimiento de los bateadores. Cuando se descontroló le hicieron carrera, pero salvó el juego. En las elecciones de diciembre los principales candidatos fueron Andrés Velásquez, al frente del partido de origen laboral e izquierdista Causa R que había conquistado la alcaldía capitalina en 1992; Oswaldo Álvarez Paz, gobernador del Zulia y eterno jugador individual en la política copeyana, quien venció en primarias abiertas al candidato de la mayoría dirigencial Eduardo Fernández; Claudio Fermín, ex alcalde y vencedor de los favoritos de la maquinaría oficial de AD y Rafael Caldera, disidente del partido que fundó y capitán de una singular coalición que incluía desde el Partido Comunista y el MAS hasta el FUN y personalidades independientes conservadoras. Caldera, versión rebelde, triunfó en comicios donde multifraccionado electorado produjo un Congreso sin mayorías. El propio cuadro candidatural exhibe los cambios en curso; con Caldera, por primera vez gana una disidencia. El período crítico de 1994-99, se inaugura con un Presidente prestigioso y respetado que había hecho promesas inviables basadas en una percepción inadecuada de la realidad y que, por lo tanto, no tenía claras las ideas para gobernar, un Congreso dividido en donde llegar a acuerdos requeriría mucho diálogo y una población impaciente por sentir cambios”.

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AUTOEVALUACIÓN Preguntas de selección simple: Encierre en un círculo la opción que considere correcta. 1) El orden político estructurado por el Pacto de Punto Fijo puede ser considerado como: A) Una democracia participativa. B) Una democracia representativa-clientelar. C) Una democracia radical. 2) La crisis del modelo político implantado por el Pacto de Punto Fijo puede explicarse a partir de los efectos negativos de: A) Las políticas económicas de corte neoliberal. B) La anomia de la sociedad venezolana. C) La libertad de expresión. 3) El surgimiento del liderazgo de Hugo Chávez Frías fue impulsado por: A) La Iglesia. B) Las aspiraciones sociales de cambios constructivos. C) Los sindicatos. 4) La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sancionada en 1999 significó un avance para: A) El desarrollo de los derechos sociales y culturales. derecho quiritario. C) El derecho de sucesión.

B) El

Falso (F) o Verdadero (V) Encierra en un círculo la opción que consideres correcta. 5) Entre 1958 y 1998 Venezuela diversificó su aparato productivo y rompió su relación de dependencia hacia el petróleo. (F) (V) 6) El Pacto de Punto Fijo fue un acuerdo político entre AD, COPEI y el Partido Comunista de Venezuela. (F) (V) 7) El año 1983 dio inicio a una etapa de crecimiento económico en Venezuela. (F) (V) 8) La propuesta socialista del gobierno de Hugo Chávez nació luego del golpe de Estado de 2002. (F) (V) 92


Fuentes bibliográficas adicionales -

Garrido, Alberto (2003). Notas sobre la revolución bolivariana. Caracas.

-

Garrido, Alberto (2004). La línea roja de Chávez (notas). Caracas.

-

Martín-Fiorino, Víctor (1999). Historia, comunicación y política en América latina. Maracaibo: Editorial Sinamaica.

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Uslar-Pietri, Arturo (2001). Victoria de Chávez en Venezuela: el eterno retorno del populismo. En: Geopolítica del caos. Barcelona. Temas de debate.

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Vallés, Joseph-M. (2000). Ciencia política. Una Introducción. Barcelona: Ariel Ciencia Política.

Fuentes electrónicas recomendadas 

Aquiles-Castañeda, Bohmer. (2007). Un dictador como Hugo Chávez. En: www.espanol.vdebate.org/2007/07/un-dictador-como-hugo-chavez.html. Consultado el 26/02/08.

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http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2966108.asp.

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www.minci.gob.ve/noticias-prensapresidencial/28/173688/revolución

bolivariana es. Consultado el 23/02/08 

http://www.ventanabolivariana.org.ve/content/view/5322/39/

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Respuestas de las autoevaluaciones. Unidad I 1. A

5. F

2. B

6. F

3. B

7. V

4. C

8. F

Unidad II 1. C

5. F

2. A

6. F

3. B

7. V

4. B

8. F

Unidad III 1. A

5. V

2. B

6. F

3. C

7. F

4. C

8. V

Unidad IV 1. B

5. F

2. A

6. F

3. B

7. F

4. A

8. V

94


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