ARTE DE VIVIR VÍCTOR ALEGRÍA
Arte de Vivir © Víctor Alegría Registro de Propiedad Intelectual Nº: 237.116 Edición: Raúl Hernández Diseño: Aracelli Salinas Imagen portada: Víctor Alegría. Se autoriza la reproducción parcial citando la fuente correspondiente.
ARTE DE VIVIR VÍCTOR ALEGRÍA
A ti Nancy desde siempre.
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Amar es la eterna inocencia. Fernando Pessoa
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Especias EncontrarĂĄs una tarde en un baĂşl poemas escritos bajo tu reino. Especias de una tierra desconocida. Navegando un mar para rodearte oh isla siempre asediada por mĂ.
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Brisas de septiembre Cuando la que amamos en plena juventud inclina sobre nuestro hombro su cabeza soñadora. Iguala a la camelia en su apogeo. Ella también se rinde bajo el peso de su agua espléndida a las frías brisas de septiembre.
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Sinceras tu amor Comunicas. Sinceras tu amor. Y ella responde con idéntica sinceridad. Fluye la dicha. La vida es amable. Simple. El paisaje tiene el tamaño de tu puño de tu corazón.
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Volver a ver los campos Volver a ver los campos con sus tardes rosas y la sombra de sus ĂĄrboles gratuitos. Hablar con sus piedras y el reflejo de las casas en el estrecho rĂo. Volver a ver los campos y una niĂąa rubia y verde espiada por mis ojos. Ojos que han conocido el amor.
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Arte de vivir Como un dulce licor que libamos con lentitud satisfechos por el placer relajado que depara donde el tiempo no existe. EstĂĄs cerca tĂş, serena, como la luna entre nubes estivales. Donde aprendemos la ciencia simple de vivir.
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Fruta La luz del verano irrumpe en la habitaci贸n en tu cuerpo. Fruta de la t贸rrida estaci贸n. Zumo en mi boca. Agotarse nunca.
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Cenotafio Me pides que te pinte a partir de aquella fotografía donde apareces más joven, recién casados. Te miro detenidamente y pienso que no es posible. Es tan fugaz la imagen que la piel de la pintura no podría reflejarla.
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El jardín Arena, en la vasta metrópolis vergel donde la luz traza su mágico círculo: el jardín es a mi pecho como tu rostro a mis días.
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Tu perfil en el aire Todas las hojas que caen no son el otoño. La nube es distinta siempre no sólo el fluir de aquel río. Tu sonrisa es un ave blanca, que emigra y quisiera atrapar, pero huye. Mi deseo es doloroso como un ocaso que todo lo incendia. Me da temor perderte cuando ya la sombra -que es toda fotografíame devuelva tu sonrisa.
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Primavera Todo me dice que la primavera ha llegado. El verde encendido de las hojas nuevas la hiriente luz derramada la comitiva de ruidosos gorriones la brisa frĂa de las maĂąanas y las tardes las ganas de vivir y hallarte.
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He recorrido las calles He recorrido las calles buscando tu mirada en algĂşn jardĂn en alguna fachada en algĂşn patio en el poniente. En umbrosas arboledas que me hablen de ti y tu mirada de paseante.
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Cuando vuelva el verano Cuando vuelva el verano y en el jardín con una mesa bien dispuesta conversemos y riamos -una especie de paraísoy sencillamente seamos felices una vez más. Bajo estos árboles y este cielo regalado silenciosamente, mi corazón pronunciará una plegaria.
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Paisaje cierto El cuerpo infinito. Paisaje cierto. Lo eterno y lo evanescente en la m煤sica de sus palabras en la penumbra. Morir un poco en el instante eterno de sus brazos y la pulsi贸n de no abandonarla y la pulsi贸n de no morir jam谩s.
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Ventana En las tardes te esperaba mirando el blanco vano de la puerta. Y tú llegabas rosada y nerviosa de tanto hacer y correr por mí, los niños y la casa. Especialmente por mí en aquellas circunstancias que acarreaban lágrimas a tus verdes ojos y promesas de amor para mañana cuando juntos, nuevamente, en el jardín, riamos.
22
La rosa La rosa que revive en mi memoria no es la rosa sin peso, sin fragancia. Ella es sola una sombra de aquella rosa -la verdadera-. En aquel jardĂn el paraĂso que guardaba pĂŠtalos de tu ausencia.
23
Pagano sol Se aleja el verano con rudeza. En fuga un pagano sol y en mis brazos aquel sue単o que fue sobre el oro de tu cuerpo.
24
Confesión A Nancy Tú que eres mi alegría, tú que allanas mis caminos con naturalidad. Tú que ríes junto a mí sin propósito. Tú que sigues mis sinrazones, dócilmente, en la tribulación y hasta en los caprichos. Tú, deberás despedirme. Yo no podría.
25
Nos miramos. Un cĂşmulo de imĂĄgenes vuelve.
26
Cierro los ojos. Sigues ahĂ.
27
Ella prepara mi comida de enfermo. Dulcemente cree en el ma単ana.
28
Tu sonrisa es bella y no dice adi贸s.
29
Al despedirnos aroma de azahar en tu pelo.
30
Pobres tiempos aquellos las ventanas de tul en invierno. Éramos jóvenes.
31
Toma su pelo y sonrĂe.
32
Ese silencio tuyo henchido de presagios.
33
Las nubes pasan. Llevan algo de ti.
34
Cuando sonrĂes perfecta la vida.
35
Un amor comĂşn y corriente. Un amor.
36
Te verĂŠ como hoy. Siempre.
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Víctor Alegría Superbi (Santiago, 1956) es artista visual y poeta. Magíster en Artes Visuales de la Universidad de Chile. Académico y docente de la Facultad de Artes de la misma universidad. Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto en Chile como en el extranjero. Entre las que destacan Modus Faciendi; (2002), Subyugar la mirada (2010) y Non finito (2013) en el Museo de Arte Contemporáneo, Santiago, Chile. En septiembre del 2012 publicó Pleamar, su primer libro de poesía. Asimismo ha publicado diversos ensayos sobre arte y literatura. En diciembre del 2013 obtuvo la Beca para Escritores Profesionales del Fondo del libro para concluir su libro Ensenada, el cual será publicado durante el 2014 por Ril Editores.