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RH Management 120 - Disrupción tecnológica en el trabajo

El mundo que viene

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Por décadas la literatura de ciencia ficción (Julio Verne en la cúspide), y luego el cine en gran medida, han alimentado nuestras fantasías e inconsciente colectivo. Y en algunos casos han adelantado el futuro con mucha precisión. En el siglo pasado las lecturas por las noches de mamá o papá nos acompañaron por décadas, y ahora Hollywood, Netflix e Itunes nos traen al presente el mañana con películas y series que dibujan de manera hiperrealista lo que vendrá, ¿o lo qué sucederá?

El mundo del trabajo cambiará, porque la economía también lo hará. Nuestros hábitos y costumbres, nuestros tiempos y horarios se modificarán radicalmente. La forma de hacer empresa, la manera de liderar se verán trastocadas. Lo que aprendimos ayer, incluso en el presente, no nos servirá para el mañana. ¡Necesitaremos nuevas habilidades y competencias! La velocidad de la tecnología es vertiginosa y la inteligencia artificial, los robots, ahora aprenden más rápido y están integrados a través de una red interconectadas que lo verá y manejará todo, como la Matrix. Yuval Noah Harari y Andrés Oppenheimer, escritores y pensadores del momento, nos develan cómo se vivirá el trabajo de aquí al 2050. Ambos se hacen cargo de los planteamientos de los tecnooptimistas y tecnopesimistas respecto al impacto de la tecnología en nuestras vidas. Ambos coiciden que la combinación de la infotecnología, biotecnología, la biometría y la inteligencia artificial, la IA, cambiarán todo lo que conocemos.

Para los que todavía siguen incrédulos, el cine desde hace rato nos deja aprendizajes, imagenes, pulsiones y miradas de lo que podría ser el futuro, si es que no nos hacemos cargo hoy de hacer mejor el presente. Algunos fotogramas para recordar. En 1927 Fritz Lang estrena su obra meastra Metrópolis, una película futurista que hablaba de un mundo en el año 2026 dividido entre ricos, que lo tenían todo, y obreros pobres que eran explotados sin misericordia en un gueto subterráneo. Acá la tecnología haría lo suyo también: un robot mujer, María (la mala), quien sería la destructora de Metropolis y una máquina infernal, el dios Moloch, que se alimenta de sacrificios humanos. Años después la segunda guerra mundial y el holocausto se hacen realidad. Décadas más adelante, Odisea del Espacio 2001 de Stanley Kubrick, exhibida en 1968, marcó el camino de llevar al cine las consecuencias y efectos de la tecnología en la vida del ser humano. Hall 9000, la súper inteligencia que hace todo, clave en la trama de la llegada del dios monolito rectangular perfecto y en el desarrolo de la humanidad. ¿Cuántos smartphone rectangulares y perfectos hay hoy en la Tierra?

En los ochenta comienzan a estrenarse las películas que anuncian escenarios sombríos de la mano de los robots y que marcarían a generaciones enteras. Para siempre quedaría en el inconsciente un mundo lúgubre donde el ser humano vive su decadencia final. Ridley Scott en 1982 filma Blade Runner; en 1984 se lanza Terminator, de James Cameron. Luego en 1999 la trilogía Matrix, de los hermanos Wachowski, nos habla de cómo los seres humanos sobrevivientes con consciencia luchaban contra el yugo de un planeta controlado por inteligencias artificiales que habían superado, y derrotado, a la especie humana.

El 2001 la IA de Steven Spielberg nos interpela ahora con las emociones de un robot niño que se comporta casi como un humano. En el 2013 se estrenó Elysium, dirigida por Neill Blomkamp y protagonizada por Matt Damon, film que muestra las diferencias abismales de quiénes pueden acceder, y pagar por cierto, la tecnología que lo resuelve todo, incluso las enfermedades terminales como el cáncer o la invalidez. Versus, los pobres, marginados e “inútiles” que habitan una Tierra desolada y contaminada, sin valor. Los súper ricos a esas alturas ya pueden pagar y vivir en un planeta artificial satélite llamado Elysium. ¿Los inmigrantes son esos inútiles? ¿Cuántos Elysium hay hoy en la Tierra?

Netflix lanzo en el 2018 una serie llamada Altered Carbon. Acá los súper ricos tienen el control de todo y viven de manera eterna ya que pueden adquirir “pieles” y vivir en cuerpos jóvenes y alterados geneticamente. Es la clase biológica dominante que habla Harari, la cual podrá a acceder a la salud eterna gracias a la tecnología y a su riqueza. En Tau, una película original de la empresa de streaming, aborda las contradiccones “morales y éticas” de una súper computadora (en voz de Gary Oldman) y de cómo esta aprende a discernir lo justo de lo injusto. El cine ya está siendo su trabajo, sólo falta que los líderesempresariales entiendan el mundo que viene

El director

La Próxima Robot-lución laboral

¿Está el mercado laboral chileno preparado para la automatización laboral? Para países como China y Estados Unidos, la convivencia con estos avances significa mayor productividad, pero si no se toman medidas de por medio, puede significar para países como nosotros, una crisis económica. Bajo un extenso análisis político, económico y social, investigamos sobre la situación actual del país ante los profundos cambios que vive actualmente el mundo del trabajo con la disrupción tecnológica.

Yuval Noah Harari.

Andrés Oppenheimer.

En el Chile actual el mundo de los RH es testigo de varios tipos de conversaciones sobre el futuro del trabajo. Algunas buscan reivindicar derechos laborales cercenados en dictadura y que en paises Ocde siguen vigentes, sin verse amenazados. Otras buscan adecuar nuestra legislación y relaciones laborales (ver RHM 118) recién a los tiempos y velocidades de finales del siglo XX. También hay discusiones respecto a la desigualdad salarial (ver RHM 119) y la diversidad e inclusión. Temas que estamos muy por debajo de los estándares de países desarrollados o que tienen PIB parecidos a los nuestros. Se suman a estas derivas el debate sobre el envejecimiento de la fuerza laboral para 2030 y el sistema de pensiones que promoverá pensionados muy pobres. Y por último, la disrupción tecnológica que es una realidad no asumida aún por gobiernos, políticos, sindicatos, gremios empresariales, academia, sistema educacional, y sí está presente, en la superficie aún, en algunas empresas.

No hay conciencia del impacto de la fusión entre infotecnología y biotecnología. Todavía no se ven las consecuencias de la inteligencia artificial (IA) que pronto superará la del ser humano. Yuval Noah Harari, en su más reciente libro, 21 lecciones para el siglo XXI, nos plantea que “la diferencia entre IA y un trabajador humano sea también de tipo, no simplemente de grado”. Harari afirma que la IA hoy tiene dos capacidades no humanas, la conectividad y la actualización. “De ahí que a lo que nos enfrentamos no sea a la sustitución de millones de trabajadores humanos individuales por millones de robots y ordenadores individuales. Más bien es probable que los individuos humanos seamos sustituidos por una red integrada”.

Harari advierte que en el corto plazo es improbable que la IA y la robótica acaben con industrias completas. Al respecto, sostiene que “los empleos que requieran especialización en una estrecha gama de actividades rutinizadas se automatizarán”. Y

ese desplazamiento ya está ocurriendo en muchas industrias. La Fundación Chile da cuenta de un estudio reciente que confirma que en algunos años más hay un 40% de los puestos actuales rutinarios serán reemplazados por IA (ver recuadro entrevista Hernán Araneda). No obstante, aquellos trabajos que requieran múltiples habilidades y que implican afrontar actividades imprevistas no podrán ser tocados por la IA.

¡Sálvese quien pueda!

Andrés Oppenheimer en su libro ¡Sálvese quien pueda!, el futuro del trabajo en la era de la automatización, nos relata los cambios radicales que vendrán para el mundo del trabajo. Señala que la norma será que las empresas tengan que disminuir considerablemente sus dotaciones. Por ejemplo, la cadena de renta de video Blockbuster que que se fue a la quiebra el 2013 llegó a tener 60 mil empleados; hoy Netflix tienen 3.500.

El periodista asegura que “los tecnoescépticos tienen serias dudas de que todos estos adelantos tecnológicos nos conduzcan a un mundo feliz. Pronostican un enorme aumento del desempleo, argumentando que el viejo axioma según el cual la tecnología siempre ha creado más trabajos que los que ha destruido ya no es válido. Aunque en el pasado eso era cierto, ya no lo es, porque los avances tecnológicos están sucediendo cada vez más rápido, tal como lo estipula la ley de Moore, y no están dando tiempo para crear suficientes nuevos empleos”.

Según el estudio “Un futuro que funciona: automatización, empleo y productividad” publicado por la consultora McKinsey en enero de 2017, se estima que 3,2 millones de empleados en Chile podrían perder sus lugares de trabajo en los próximos 20 a 40 años con la capacidad de la tecnología actual, entre las que se destacan principalmente los trabajos asociados al retail y a la industria manufacturera.

Una de las razones de esta frágil situación laboral en la que se encuentran muchos chilenos es la ausencia de capacitación ad hoc por parte de los trabajadores. No se han diseñado programas específicos por parte de entidades estatales como el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y las últimas modificaciones como la reforma laboral no abordaron la automatización.

Darío Araya, abogado con magíster en derecho laboral y empresarial, destaca los aspectos legales a considerar antes de despedir a un empleado por automatización, que están considerados en el Código del Trabajo. “La ley no prohíbe que un trabajador sea reemplazado por una máquina, pero sí obliga al empleador que justifique sus motivos en hechos medibles y objetivos, además de que pague el finiquito correspondiente. Tiene que ejemplificar cuánto más produce la máquina por ejemplo y cuánto beneficia a la empresa”, explica. En cuanto a la reforma laboral comenta que esta tenía por objetivo fortalecer al sindicato y su capacidad de negociación, por lo que el tema de la automatización no fue prioridad.

John Atkinson ex asesor del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), experto en inteligencia artificial y director del “Diplomado en inteligencia artificial” en la Universidad Adolfo Ibáñez analiza los cambios que han sufrido distintas empresas como el retail. “En muchas tareas el humano perdió el control porque cambian demasiado rápido. Si quieres atender clientes las 24 horas del día, entonces tienes que mejorar la atención al cliente. Pero a tus operativos les pagas para que trabajen hasta las seis de la tarde nomás. ¿Qué haces después?”.

Contexto mundial

En el paper: “Automatización, uso de habilidades y capacitación”, publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) en marzo de este año, se estima que la mediana de empleo del país norteamericano tiene 41% de ser reemplazado, entre 32 naciones analizadas. Es decir, el paper reflejó que alrededor de un 14% de los trabajos de los países de la Ocde son altamente reemplazables. Esto quiere decir que tienen una posibilidad de 70% de ser sustituido por tecnología. Este número equivale a más de 66 millones de empleados, correspondiente a casi cuatro veces la población total de Chile.

La definición que le da el informe es que pertenecen a “un grupo que recibe muy poca recapacitación de parte de sus propios empleadores y podría enfrentar barreras severas para participar en aprendizaje adulto, en particular bajas habilidades básicas, restricciones de tiempo o motivación limitada”.

En el mismo contexto, el 32% de los trabajos tiene una posibilidad de automatización de entre 50% y 70%. En relación al caso chileno, más de 30% de los puestos laborales forman parte de esta clasificación.

Luis Darío Torres, psicólogo organizacional de la Universidad de Talca en Chile y doctor en management de la Universidad de Nottingham en Reino Unido, quien se encuentra actualmente viviendo en China por proyectos relacionados a su casa de estudios. “Hay carreras nuevas creadas como por ejemplo, business analytics, que son como la ciencia

De acuerdo a un artículo de Forbes, “un empleado vale 80.000 dólares al año en Estados Unidos, uno externo vale 30.000 y un bot vale cerca de 15.000 dólares”.

de datos aplicada a las empresas. Se habla mucho del tema de la automatización de las empresas para ver cómo utilizamos los datos para el beneficio de la empresa más que ver el problema social de los trabajadores que van a quedar con o sin trabajo”.

El economista chileno Sebastián Edwards fue una de las primeras figuras públicas que habló de la automatización laboral en la columna “Ya pronto tu empleo desaparecerá” publicada en La Tercera en abril del año 2016 y agregó que así también lo avalaron algunos estudios internacionales luego de que realizara esa predicción. “Este es un tema sobre el que ya he escrito en estas páginas. Hace casi dos años dije que en un plazo de 84 meses la mitad de los empleos en Chile

desaparecerían, y serían reemplazados por máquinas inteligentes. Mucha gente se rió y dijo que yo estaba completamente loco”, agregó en una nueva columna titulada “Las elecciones y la invasión de los “robots”, en noviembre del año pasado.

Por su parte, otra figura pública que ha abordado el reemplazo de los seres humanos es el parlamentario Guido Girardi, quien fue uno de los impulsores desde el Senado de la realización del “Congreso futuro”. En este evento, se habla de cómo la tecnología puede incidir en el ser humano desde distintos ámbitos, entre ellos el aspecto laboral. Él critica duramente la carencia de reflexión mundial que hay sobre el papel que desempeñará el ser humano en un mundo donde los algoritmos y los datos cada vez serán más predominantes en cualquier actividad socioeconómica. Igualmente, al senador no le convence ninguna opción que se está discutiendo porque dice que aún no hay resultados convincentes, aunque explica que en Chile ni siquiera hay nada al respecto.

La economista Goretti Cabaleiro es profesora de la Universidad Alberto Hurtado y P.h.D en economía de la empresa y métodos cuantitativos, comparte la opinión de que no se está haciendo nada y comenta que en el Parlamento Europeo sí se ha considerado aplicarle impuestos a los robots, lo que beneficiaría a que los empleados desplazados por los avances tecnológicos para su capacitación o para el ingreso básico universal. Y dice que si en Chile no se toma una medida de

este tipo, los ricos podrían acumular cada vez más dinero y aumentaría la alta desigualdad existente en la distribución de sueldos en el mercado nacional.

Lo práctico de automatizar

Otra de las ventajas que tiene la automatización es un importante ahorro de costos. Pese a que en nuestro país no hay cálculos específicos sobre cuánto se ahorra un empleador al invertir un bot, sí los hay a nivel internacional. De acuerdo a un artículo de Forbes, “un empleado vale 80.000 dólares al año en Estados Unidos, uno externo vale 30.000 y un bot vale cerca de 15.000 dólares”.

El contador Esteban Álvarez es gerente general de la firma tecnológica internacional Unigis y uno de sus principales objetivos que tienen es desarrollar y aplicar un software que ayudan a sus clientes a tener una serie de beneficios operativos, entre ellas las ligadas a la logística. Le ha tocado trabajar con el grupo Bethia –Falabella y Sodimac- y cuenta cómo su servicio les ha sido de utilidad. “El principal beneficio que ofrecemos es la disminución de los tiempos”, explica. Unigis lo que hace es ofrecerle opciones de ruta para la distribución de los pedidos. Este era un oficio que antes lo hacía una persona que coloquialmente se lo conoce como “ruteador”, sin embargo, su servicio le garantiza una serie de posibilidades que convierte el oficio que hacía este tipo de trabajador en obsoleto.

El dataísmo, también conocida como “La religión de los datos”, y cuyo lema principal es que el universo se compone de flujos de datos, y que el valor de cualquier hecho o entidad está definido por su aporte al procesamiento de datos.

Es en este contexto en el que los coches autónomos formarán parte de la realidad. Tal vez se le puede

considerar un dataísta al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, -quien según informó el sitio web Nikkei Asian Review, en “Primeros taxis autónomos comienzan a funcionar en Tokio”- anunció que habrá un servicio de transporte público sin choferes en los Juegos Olímpicos de 2020 que se realizarán en Tokio.

Pero Abe no espera que este servicio sea temporal. También se ilusiona que este proyecto se extienda a 100 localidades más en 2030. Por lo tanto, el mandatario nipón realizó un borrador del proyecto en mediados de junio de este año y espera que en cuatro años más pueda comercializar este tipo de tecnología.

Cada vez para los expertos y científicos se les hace difícil saber qué empleo puede ser reemplazado en el porvenir. El avance de la inteligencia artificial no solo cambia la manera de comprender el mercado laboral, sino que también altera la manera en cómo entendemos el mundo. Este modelo lo ha entendido bien la compañía tecnológica Amazon.

El académico Luis Darío Torres, quien está radicado en China y ve como estos procesos son cada vez más frecuentes como en el caso de los policías que, gracias a Big Data, logran identificar con lentes avanzados la identidad de ciertas personas a través de la biometría facial.

Torres también explica que el dataísmo está en plena vigencia porque “las empresas comenzaron a crecer de manera sorprendente y necesitan cada vez administrar mejor su base de datos”.

Se suman otras tendencias que antes no estaban presentes en el mercado laboral tradicional. El término “Gig Economy”, adquiere cada vez más popularidad a nivel mundial y se refiere a la ejecución de ocupaciones temporales en función de trabajos o proyectos específicos. Las compañías símbolos de este tipo de actividades laborales son Uber o Airbnb.

El presidente Sebastián Piñera durante la cuenta pública que se desarrollaba en el Congreso Nacional realizó la siguiente declaración. “Y tercero, la revolución tecnológica: en los últimos 20 años, la revolución digital y la sociedad del conocimiento y la información cambiaron nuestras vidas en forma radical. Pero esa es la revolución del pasado”. Antes, Piñera solo había mencionado que hará una digitalización del Estado y explicó que el 50% actual de trámites que se pueden hacer en línea pasarán a ser 80% en 2022. Pero no había dicho ni una sola palabra sobre la automatización laboral hasta que emitió esa declaración y agregó que esta “Nueva revolución tecnológica”, compuesta por avances como el internet de las cosas (IoT), impresoras 3D y 4D, la realidad virtual ampliada podían ser los responsables del cambio en el mundo del trabajo. Es en este mundo donde le toca desarrollarse al trabajador de nuestro siglo. Es por eso que el senador Girardi sostiene que no se puede competir contra los algoritmos y la velocidad de las máquinas. “Un robot trabaja alrededor de 8 mil 700 horas al año mientras que el promedio indica que un ser humano solo alcanza a trabajar mil 650 horas en Europa”.

Luis Darío Torres, señala que este tema es responsabilidad de todos. “Todos somos agentes activos, incluso el trabajador. Este no es un tema sólo legal sino que también ético. La responsabilidad social está un poco alejada de cómo alguna manera el trabajador y el gobierno puede asumir o puede hacerse responsable de este cambio de la integración de la Inteligencia artificial. En ese sentido se debería hablar de qué es lo que el empleador debe hacer para enfrentar este proceso”, argumenta

Hernán Araneda, director del Centro de Desarrollo Humano de Fundación Chile

Reflexiones sobre la AUTOMATIZACIÓN

Hernán Araneda afirma que la poca preparación en la educación chilena, obliga a contratar extranjeros, lo que indica como algo positivo, pero también como una medida del descalce que hay entre el esfuerzo e inversión en educación y lo que necesitan las empresas y los jóvenes.

Fundación Chile realizó hace muy poco un estudio sobre el Impacto de las nuevas tecnologías en las competencias requeridas por la industria minera. Una de sus conclusiones señala que “la tendencia indica que las competencias de la industria cambiarán, yendo de una operación manual o teleoperada a una automatizada”. RH Management conversó con Hernán Araneda, director del Centro de Desarrollo Humano y nos amplio miradas para extrapolar esta investigación más allá de la minería.

Para Hernán, durante las grandes revoluciones tecnológicas se generaron más empleos de los que se destruyeron. Él proyecta que con la revolución laboral sí va a haber reemplazo de trabajo humano por robots y software, tal como ocurre en los bancos con cargos que ya no existen. Además, destaca que el nuevo entorno tecnológico implica el desarrollo de lo que conocemos habitualmente como habilidades blandas. “Acá lo llamamos competencias del siglo XXI: pensamiento crítico; creatividad; solución de problemas y trabajo en equipo en ambientes tecnologizados. Yo creo que es una oportunidad para mejorar la productividad, que es un tremendo desafío que tenemos como país, pero nos tenemos que preparar para ello”, explica.

Según un nuevo estudio de Fundación Chile que mide habilidades numéricas, linguísticas, capacidad de resolver problemas en ambientes tecnológicos y digitalizados, el 80% de la población chilena se ubica en el 20% de peor rendimiento.

En la misma línea, más de cuatro millones de trabajadores chilenos trabaja en oficios altamente rutinarios, ya sea cognitivo o no cognitivo, por lo que están amenazados por la automatización. “El sector de retail y comercio es más afectado.En supermercados ya ocurrió, pero aún falta. Eso es por el costo de mano de obra. Es más caro implementar la tecnología que continuar con la mano de obra. Se implementa con distintos ritmos”.

Llamado de urgencia

Según Araneda, existe un problema de stock de la fuerza de trabajo, es decir que la gente que está trabajando y quienes están en el sistema escolar no cuentan con las habilidades necesarias.Reflexiona que más que lamentarse de cargos que desaparecerán, es un llamado de urgencia para que nuestro sistema educativo invierta de mejor manera en calidad. “Hoy en día, acreditamos programas independiente del conocimiento o de la empleabilidad que la gente tenga”, critica.

Dice que en los nuevos trabajos en tecnologías de información requieren mezcla de habilidades blandas y de programación y diseño.” La gente que está estudiando carreras tecnológicas en el sistema formativo, como telecomunicación e informática. Si bien es un sector en el mercado que ha crecido un 70% en cuanto a facturación, la matrícula está estancada hace más de ocho años”.

Finalmente concluye que la poca preparación en la educación chilena, obliga a contratar extranjeros, lo que indica como algo positivo, pero también como una medida del descalce que hay entre el esfuerzo e inversión en educación y lo que necesitan las empresas y los jóvenes. “Es para que en un futuro tengan mejores oportunidades laborales”, concluye

ANDRÉS OPPENHEIMER:

TECNOPESIMISTAS: Y el otro problema grave será que, con menos gente trabajandoi o trabajando menos horas a medida que las máquinas inteligentes reemplacen a cada vez más personas, la economía mundial podría disminuir . ”Para que la economía prospere, debe existir consumidores dispuestos a comprar lo que se produce”, me explicó Martín Ford (autor del libro El ascenso del robots: la tecnología y la amenaza del desempleo masivo). “Las compañías no pueden venderle aire. Tienen que venderle a la gente, que es quien mantiene la economía. De manera que si llegamos a una situación en que ha mucho desempleo, o en la cual los sueldos bajan porque es difícil conseguir un empleo, eso significa que los consumidores tendrán menos dinero para gastar. El riesgo es que caigamos en una espiral descendente, en la cual sólo unos pocos tengan poder adquisitivo, y que las compañías se peleen entre sí compitiendo por esos pocos consumidores, en un escenario de deflación”, me dijo Ford.

TECNOOPTIMISTAS: Las nuevas tecnologías hacen aumentar el empleo de tres maneras, dice un estudio titulado El próximo boom de la productividad, de los economistas Michael Mandel y Bret Swanson, comisionado por el Consejo de Presidentes de Empresas Tecnológicas. En primer lugar, generan empleos directos para los trabajadores que manufacturan sus productos; en segundo lugar, generan empleos indirectos al propiciar plataformas como la del Iphone, que permiten que millones de emprendedores inventen aplicaciones que a su vez se convierten en nuevas empresas; y en tercer lugar, aumentan la productividad, lo que abarata los costos y libera más dinero para que las empresas y los consumidores puedan invertir en otras cosas

YUVAL NOAH HARIRI:

BIOTECNOLOGÍA: La IA puede superar a los humanos incluso en tareas que en teoría exigen “intuición”... la IA debe competir con redes neuronales en el cálculo de probabilidades y el reconocimiento de patrones...De ahí que la amenaza de pérdida de puestos de trabajo no sea simplemente el resultado del auge de la infotecnología. Es el resultado de la confluencia de la infotecnología con la biotecnología. El camino que va de la imagen por resonancia magnética funcional al mercado laboral es largo y tortuoso, pero todavía puede recorrerse en cuestión de pocas décadas. Lo que los científicos están descubriendo en la actualidad acerca de la amígdala y el cerebelo podría llevar a que los ordenadores superaran a los psiquiatras y guaespaldas en 2050.

REVOLUCIÓN IA: A pesar de la posibilidad de que aparecieran muchos nuevos empleos humanos, quizá presenciaríamos el surgimiento de una nueva clase “inútil” De hecho, podríamos tener lo peor de ambos mundos, y padecer a la vez unas tasas de desempleo elevadas y escasez de mano de obra especializada...En consecuencia, crear nuevos empleos y volver a formar a personas para que los ocupen no será el único esfuerzo. La revolución IA no será el único punto de inflexión crucial después del cual el mercado laboral alcanzará un nuevo equilibrio. Más bien será una cascada de disrupciones cada vez mayores. Hoy ya son pocos los empleados que esperan ocupar el mismo empleo toda la vida. En 2050, no solo la idea de “un trabajo para toda la vida”, sino también la idea misma de “una profesión para toda la vida “ podrían parecer antediluvianas

Capacitación que mira el futuro para empleos 4.0

Un rol activo del Estado a través del Sence y el fin de la educación de mercado, parecen ser las claves para enfrentar los masivos cambios que se presentan en el mundo laboral como consecuencia de la disrupción tecnológica.

Una de las instituciones más cuestionadas para enfrentar la automatización laboral es el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence), dependiente del ministerio del Trabajo. Es tan así que hasta ex autoridades hablan duramente contra lo que puede ofrecerle a los trabajadores para enfrentar la cuarta revolución industrial.

El economista Tomás Flores, ex subsecretario de economía en el primer mandato de Sebastián Piñera y actualmente es profesor y director de investigación de negocios de la Universidad Mayor, analiza la situación del Sence. “Hay cursos avalados por el Sence, en los cuales se dicta la danza del vientre. Me parece que para atender los requerimientos de una economía tan sofisticada, con mayor valor agregado como la chilena, es necesario el concurso de trabajadores mejor capacitados”, argumenta en una nota de emol.

A raíz de las críticas, el ministerio del Trabajo encabezado por Nicolás Monckeberg anunció en los primeros meses de este año algunos cambios estructurales en relación al Sence. “Actualmente, apenas 1 de cada 4 pesos que se gastan en capacitación va a las pequeñas y medianas empresas, en circunstancias de que son el motor del empleo en Chile”, dice en emol.

Lo llamativo es que la máxima autoridad laboral corrobora la afirmación de Flores y señaló que muchos de los US$ 200 millones con los que cuenta el organismo estatal estaban destinados a actividades recreativas. En específico sobre los cambios que habrá en los próximos meses, Monckeberg agrega que el foco “va a estar puesto en la empleabilidad y remuneración y nosotros queremos que más jóvenes se capaciten en forma permanente para estar al lado de los empleos que se crean y no del lado de los empleos que desaparecerán debido a la nueva revolución digital y de la automatización que está afectando a los empleos del mundo”.

Al ser consultado por los cambios en la entidad, el subsecretario de Trabajo, Fernando Arab, reconoce que la automatización cada vez preocupa más a los actores del mundo laboral. “El programa del presidente Piñera plantea una reformulación al sistema Sence porque estamos conscientes de los desafíos que plantea el mundo laboral moderno, entre ellos la automatización”, asegura.

Nuevas habilidades

Se suma otro factor que es la baja oferta educativa que existe en las universidades o en los institutos técnicos. María Ester Feres, ex directora del Trabajo, quien asumió el cargo durante diez años desde el gobierno del ex Presidente Frei, afirma que durante los tiempos en que ella trabajaba como directora, el tema no se hablaba salvo en el área agrícola. Ella, quien además actualmente es académica de la Facultad de Economía de la Universidad Central, dice que la clave se encuentra en una educación integral. “No podemos hablar de capacitación.

Debemos hablar de educación integral y continua. A veces nosotros mismos nos cuestionamos si lo que estamos enseñando hoy servirá cuando los jóvenes se titulen. Incluso en los mismos colegios pasa eso. Chile no se está preparando en ese sentido”, afirma.

El presidente de la Asociación Chilena de Robótica, Rodrigo Quevedo, asegura que la formación en nuestro país sigue siendo precaria y está en deuda. También da un ejemplo concreto sobre las diferencias existentes con las naciones desarrolladas en áreas como Inteligencia Artificial, robótica, entre otras. “Hay una frontera entre lo que pasa el mundo y nosotros que puede llegar hasta doce años y se llama brecha tecnológica. En Estados Unidos se creó hace 18 años un programa integral para preparar a los jóvenes en carreras tecnológicas y esto en Chile está recién de moda”, sentencia.

Escasez de profesionales

Una de las críticas recurrentes a la educación del sistema educativo nacional es la poca actualización, pese a que hay excepciones.Una de ellas es el Inacap, que realiza el “Programa Desarrollo Productivo Empresas de Menor Tamaño (EMT)”, orientada a aumentar la productividad e innovación, lo que permite que los trabajadores accedan al perfeccionamiento de sus labores exclusivos. También entre los pilares del EMT, están el apoyo a la gestión empresarial y técnica especializada en áreas como la mécanica informática y telecomunicaciones, prevención de riesgos, entre otras; el apoyo al desarrollo económico territorial a través del asesoramiento para que tengan una

Deloitte: “habrá mucha demanda futura de habilidades tales como la resolución de problemas complejos (63 por ciento); habilidades cognitivas (55 por ciento); y habilidades sociales (52 por ciento)”.

mejor competitividad local y regional; y la ayuda específica a las familias agriculturas campesinas mediante la contribución a la promoción y desarrollo económico en el área social, tecnológico y social a partir de la enseñanza de capacidades y de la solución innovadora para que creen sus propios productos y servicios.

Según una encuesta global publicada hace unos meses por la consultora Deloitte, donde se consultó a más de 11 mil líderes empresariales y de RH, la afluencia de la Inteligencia Artificial, robótica y automatización se ha instalado con a pasos acelerados en distintos mercados laborales del mundo. De acuerdo al informe, los encuestados vaticinan que “habrá mucha demanda futura de habilidades tales como “la resolución de problemas complejos (63 por ciento)”; “habilidades cognitivas (55 por ciento)”; y “habilidades sociales (52 por ciento)”. Destaca que el resultado fue sorpresivo porque las cualidades se enfocan en lo “exclusivamente humano” y que la mejor oportunidad para afrontar ese escenario laboral moderno no es solo sobre “rediseñar empleos o automatizar el trabajo de una rutina, sino repensar fundamentalmente la ‘arquitectura del trabajo’ para beneficiar a organizaciones, equipos e individuos.

Es por eso que se hacen necesarias buscar otras opciones laborales que respondan a las necesidades laborales del siglo XXI. Y Chile se tiene que prepararse antes de que la avalancha tecnológica cause daños macroeconómicos relevantes, tal como lo analizan desde el mundo político, académico y empresarial

¿IRRELEVANCIA DE LOS TRABAJADORES HUMANOS?

¡Trabajadores y profesiones corren peligro! Pero, ¿qué pasa con aquellos oficios que corren más riesgo? Expertos dicen que a medida que pasan los años -ante el mayor avance de la tecnología- la automatización es mayor.

Cuando se cierra las puertas del supermercado Jumbo de La Reina en la medianoche, uno de sus trabajadores se desplaza a paso lento durante dos kilómetros y revisa los 13 mil productos ubicados en las góndolas en un turno laboral que dura alrededor de tres horas. No alega porque no se le paga turnos extra y tampoco va al baño o se detiene a comer mientras recorre los 50 pasillos que se encuentran abarrotados de comidas y bebestibles.

Se trata del robot Zippedi -creado por un equipo de investigadores de la Universidad Católica- que revisa si los precios están bien colocados o si un artículo está en un sitio equivocado. Fue creado con apoyo monetario de Corfo y Conicyt. Uno de los creadores de este robot se llama Álvaro Soto, profesor del Departamento de Ciencia de la Computación en la UC.

Pese a que Zippedi automatiza las funciones que antes realizaban empleados, Soto señaló que no le quitaría los trabajos a nadie. “Todo lo contrario, facilita la labor de reponedores y de cajeros. Estos últimos ya no reciben reclamos de precios mal etiquetados ni tienen que mandar a verificar el precio con la consiguiente pérdida de tiempo”, explica.

Juan Álvarez -quien es cajero y vicepresidente de la Federación Nacional de Trabajadores Walmart- explica que existe una amenaza de la automatización en otras actividades laborales. “Lo mismo ha pasado en caja, en la sección que lejos es la más emblemática, está siendo reemplazada por sistemas de cajas automáticas que en un caso hay dos sistemas de cajas en un Walmart que la autoatención y el autocobro con una especie de máquinas que te reciben el pago”, agrega.

Una de estas voces críticas es el secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Nolberto Díaz. Cuenta que varios trabajadores del área comercial y minero ya han sido reemplazados, tal como lo anticipan los estudios internacionales.

Del mismo modo, Díaz sostiene que existe poca preparación porque es un “fenómeno nuevo”.“Estos son procesos de fenómenos mundiales que uno no puede ponerle freno a la tecnología. Pero los avances tecnológicos tienen que ponerse el sentido de la persona humana y de la economía, y lo que esperamos es no negarnos a este proceso de automatización e inteligencia artificial, sino que enfrentarnos a ellos protegiendo al trabajo de la persona humana”, explica. Cuando Díaz es consultado sobre si hubo reubicaciones de subalternos sustituidos, solo atina a responder que sí pero que no maneja mayores detalles.

No solo los oficios no calificados

Son los primeros días de julio de 2017 y cerca de 80 periodistas realizan una movilización colectiva como sindicato en busca de mejores condiciones laborales.. Como medida de presión, la mesa directiva de Litoralpress implementa un software que emula la misma labor que los subalternos movilizados. Los trabajadores analizan la información que se publica en la prensa escrita, radial, televisiva y en portales digitales y luego de hacer distintas clasificaciones de relevancia, le elaboran informes que se les hace llegar a los clientes del negocio.En un hecho inédito, el presidente del sindicato, Adrián Flandes, denuncia el caso a la dirección del Trabajo y todos logran ser recontratados. “Sobre la automatización no hay nada. Lo que sentamos nosotros como base es lo mínimo. Es decir, que un robot no puede reemplazar a un trabajador en sus funciones”, argumenta Flandes, tras su experiencia de haber sido uno de los primeros chilenos en ser cambiado por un robot.

Una de las primeras investigaciones sobre los efectos de la automatización laboral en el mercado laboral estadounidense advirtió los serios riesgos que corrían sus trabajadores de ser relevados. Los investigadores Carl Benedikt y Michael Osborne estimaron que el 47% del porcentaje total de los empleos tenían posibilidades de ser automatizados.

Nolberto Díaz, secretario general de la CUT: “Estos son procesos de fenómenos mundiales que uno no puede ponerle freno a la tecnología. Pero los avances tecnológicos tienen que ponerse el sentido de la persona humana y de la economía, y lo que esperamos es no negarnos a este proceso de automatización e inteligencia artificial, sino que enfrentarnos a ellos protegiendo al trabajo de la persona humana”,

Los que más resaltaron son los cargos asociados a los televendedores y los agentes de seguros humanos con un 99% de probabilidades de que sean sustituidos por algoritmos en el año 2033. Se sumaron a la cúspide de la lista los árbitros deportivos (98%); los cajeros (97%); los cocineros (96%); camareros (94%); procuradores (94%); guías de viajes organizados (91%); panaderos (89%); conductores de autobús (89%); obreros de la construcción (88%); entre otras ocupaciones con alto porcentaje como camareros, guardias de seguridad, carpinteros, entre otros.

A medida que ha pasado el tiempo, no solo son esas profesiones las afectadas. Con el desarrollo de inteligencia artificial, en países como Estados Unidos, ya hay robots que reemplazan periodistas. En el mundo de los recursos humanos hay programas que seleccionan al mejor candidato. En el mundo de la abogacía, los robots ya son casi abogados, pues recopilan gran información de los casos. E incluso son capaces de debatir.

Juan Carlos Martínez es alguien que está muy preocupado por las consecuencias que produciría la automatización, principalmente en su industria. Es el presidente de Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas de Chile y su gremio tiene un bajo nivel educacional. Esto se refleja mucho en las empresas medianas y pequeñas (pymes), tal como lo plantea un estudio de Asimet publicado en mayo de este año en el que se anunció que “el 43% de los empleados de las pymes manufactureras no poseen estudios técnicos o universitarios”. No es un dato menor, ya que esta industria contribuye con el 67% de los asalariados en Chile y representan un 98% de las compañías formales existentes, lo que se expresa en unos 880 mil emprendimientos, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y al Servicio de Impuestos Internos (SII).

Esas cifras forman parte del total de las 325.428 compañías que existían a marzo de 2018; en el que 99% son micro, pequeñas y medianas, lo que corresponde a 322.408 en total. De ellas, 268.685 son microempresas (83%); 44.451 corresponden a pequeñas empresas (14%); y 9.272 son medianas empresas (3% del total).10

Entre las características que posee el mercado laboral nacional es que los adultos poseen malos resultados con los números y en comprensión lectora. Esto lo reflejó un estudio del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile publicado el 2013. Lo que se detectó fue que “el 65% de los que recibieron educación superior se ubicó en los dos niveles más bajos de ambas habilidades, mostrando capacidades equivalentes a las de niños educación básica”.

No todos creen que los trabajadores en Chile serán reemplazados en sí mismo por robots. Hay posturas contrarias a las predicciones que divulgaron distintos estudios internacionales o algunos economistas y académicos que estudian la IA.

Uno de ellos es el presidente de Asimet, Juan Carlos Martínez, quien cree que en el tiempo las máquinas y los programas informáticos se convertirán aliados gracias al dataísmo y no en un símbolo de desplazo de los seres humanos. “Hay una infinidad de datos que los software te analizan debido a los algoritmos. Y eso te ayuda a tomar decisiones porque no es que la IA vaya a reemplazar al hombre. Nunca va a pasar eso”, asegura.

Gonzalo Mondión, ingeniero civil industrial y ex trabajador en el área de consultoría y comercial de la empresa que automatiza procesos, ERP Manager, cree que cada trabajador debe prepararse, pero que se debería empezar a tomar en serio este asunto y no mirarlo solo como un negocio. “No hay una visión general del asunto. La gente tiene que estudiar pero no hay mucho conocimiento sobre el tema y ven como muy lejano que la máquina pueda quitarle el trabajo a una persona”, concluye. Pero, la realidad es otra, y urge que el Estado, los empresarios y trabajadores tomen en cuenta esta realidad.

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