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Ámbito Educativo

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Introducción

Introducción

Ámbito Educativo

Han pasado más de dos meses desde que cerraron los centros educativos en más de 190 países, afectando a 1.570 millones de niñas, niños y jóvenes, es decir, al 90% de los estudiantes a nivel mundial. Según estimaciones de la UNESCO, en el mes de mayo (2020), 100 países todavía no habían anunciado la fecha de reapertura y vuelta a las aulas. Así, 65 países prevén una reapertura parcial o total en 2020, mientras que 32 terminarán el año escolar en línea.

En función de lo establecido por las autoridades nacionales de Argentina, el Ministerio de Educación de la Nación dispuso la suspensión de clases presenciales desde el 16 de marzo del corriente. A través de la Resolución 106/20 se llevaron a cabo líneas de acción para garantizar la continuidad de las trayectorias educativas, como ser el Programa Seguimos Educando, que cuenta con un portal digital con material pedagógico que, en acuerdo con el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), coordinó la gratuidad de la navegación en la plataforma educativa. A su vez, se distribuyeron 7 millones de cuadernos impresos en todo el país. Por otro lado, se puso en marcha la Resolución 702/20, con el fin de posibilitar el acceso a equipamiento que contribuya a la inserción, integración y desarrollo social mediante el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones de los sectores más vulnerables de la población a través de la entrega de tabletas a municipios, asociaciones civiles, redes comunitarias y demás entidades intermedias con presencia territorial en barrios populares.

Estas medidas atenúan los obstáculos pero no son suficientes para asegurar el acceso a la educación a toda la población. Según los resultados de la encuesta desarrollada por UNICEF (abril, 2020), el 81% de los hogares donde viven niñas, niños y adolescentes están en contacto con el sistema educativo y reciben tareas escolares para realizar durante el contexto de aislamiento social. Sin embargo, advierten que el 18% de los adolescentes del país no cuenta con Internet en su hogar, mientras que el 37% no tiene una computadora disponible para hacer trabajos escolares. Por lo cual, nos encontramos ante una situación dispar en el contacto de los hogares con las escuelas; de hecho, entre las familias beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo, la brecha se profundiza aún más, dado que el 28% no tiene conexión a Internet y el 53% estudia sin computadora.

Autoridades educativas nacionales sostienen que tras el receso de invierno, en el 85% del país se podría regresar a las aulas (exceptuando el Área Metropolitana de Buenos Aires), bajo la premisa de cuidar la salud de los docentes, estudiantes y familias. De esta manera, la educación ha adoptado una nueva modalidad, con sus ventajas y sus desafíos. En primer lugar, podemos destacar algunos beneficios para los estudiantes, como ser, libertad de elección, mayor margen en relación con la autonomía de horarios, ahorro de tiempo y dinero, más tiempo de dedicación y flexibilización del lugar de estudio; mientras que los docentes pueden trabajar desde su casa, tener más tiempo para planificar la clase y no tener que desplazarse hasta el centro educativo. Asimismo, se advierten algunas posibles desventajas, a saber, la brecha digital mencionada, que los estudiantes no puedan cumplir con la carga del ciclo lectivo y que no sean capaces de separar su vida personal del ámbito

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