FeelChile
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EDITORIAL.
RELATAR CHILE EN EL SIGLO XXI por CLAUDIO AVENDAÑO RUZ
Director Magíster Internacional en Comunicación Universidad Diego Portales/Universitat Pompeu Fabra
Incluso antes que Chile fuera Chile, los límites naturales generaron un espacio geográfico aislado y lejano. Los precarios medios de transporte - a partir de animales y de los propios hombres - hacían pensar dos veces antes de emprender un viaje en que, además de la distancia y las dificultades físicas, implicaba algunas veces jugarse la vida. El desarrollo de los medios de comunicación de la era industrial, desde el tren hasta el avión, permitió burlar en parte las dificultades de comunicación con otros países e incluso al interior del propio país. Esta desterritorialización facilitó el comercio, el intercambio cultural y
artístico y la realización de viajes hacia y desde Chile. Así en la medida que avanzaba el siglo XX, las crónicas de viajeros extranjeros, preferentemente europeos, dejaron de ser el producto de una exótica e inusual experiencia.
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Proyectar Chile ha sido un perenne esfuerzo no sólo por dar a conocer nuestra identidad o, mejor dicho identidades, sino también la acción de relatar-nos constituye un esfuerzo de construcción del nosotros, tarea que siempre ha encontrado eco preferentemente en escritores, pero también en la ingente cantidad de historiadores que intentan pensar lo pretérito.
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RELATAR CHILE EN EL SIGLO XXI por CLAUDIO AVENDAÑO RUZ
Director Magíster Internacional en Comunicación Universidad Diego Portales/Universitat Pompeu Fabra
Incluso antes que Chile fuera Chile, los límites naturales generaron un espacio geográfico aislado y lejano. Los precarios medios de transporte - a partir de animales y de los propios hombres - hacían pensar dos veces antes de emprender un viaje en que, además de la distancia y las dificultades físicas, implicaba algunas veces jugarse la vida.
artístico y la realización de viajes hacia y desde Chile. Así en la medida que avanzaba el siglo XX, las crónicas de viajeros extranjeros, preferentemente europeos, dejaron de ser el producto de una exótica e inusual experiencia. Proyectar Chile ha sido un perenne esfuerzo no sólo por dar a conocer nuestra identidad o, mejor dicho identidades, sino también la acción de relatar-nos constituye un esfuerzo de construcción del nosotros, tarea que siempre ha encontrado eco preferentemente en escritores, pero también en la ingente cantidad de historiadores que intentan pensar lo pretérito.
El desarrollo de los medios de comunicación de la era industrial, desde el tren hasta el avión, permitió burlar en parte las dificultades de comunicación con otros países e incluso al interior del propio país. Esta desterritorialización facilitó el comercio, el intercambio cultural y
EDITORIAL.
RELATAR CHILE EN EL SIGLO XXI por CLAUDIO AVENDAÑO RUZ
Director Magíster Internacional en Comunicación Universidad Diego Portales/Universitat Pompeu Fabra
Incluso antes que Chile fuera Chile, los límites naturales generaron un espacio geográfico aislado y lejano. Los precarios medios de transporte - a partir de animales y de los propios hombres - hacían pensar dos veces antes de emprender un viaje en que, además de la distancia y las dificultades físicas, implicaba algunas veces jugarse la vida. El desarrollo de los medios de comunicación de la era industrial, desde el tren hasta el avión, permitió burlar en parte las dificultades de comunicación con otros países e incluso al interior del propio país. Esta desterritorialización facilitó el comercio, el intercambio cultural y
artístico y la realización de viajes hacia y desde Chile. Así en la medida que avanzaba el siglo XX, las crónicas de viajeros extranjeros, preferentemente europeos, dejaron de ser el producto de una exótica e inusual experiencia. Proyectar Chile ha sido un perenne esfuerzo no sólo por dar a conocer nuestra identidad o, mejor dicho identidades, sino también la acción de relatar-nos constituye un esfuerzo de construcción del nosotros, tarea que siempre ha encontrado eco preferentemente en escritores, pero también en la ingente cantidad de historiadores que intentan pensar lo pretérito.
artístico y la realización de viajes hacia y desde Chile. Así en la medida que avanzaba el siglo XX, las crónicas de viajeros extranjeros, preferentemente europeos, dejaron de ser el producto de una exótica e inusual experiencia. Proyectar Chile ha sido un perenne esfuerzo no sólo por dar a conocer nuestra identidad o, mejor dicho identidades, sino también la acción de relatar-nos constituye un esfuerzo de construcción del nosotros, tarea que siempre ha encontrado eco preferentemente en escritores, pero también en la ingente cantidad de historiadores que intentan pensar lo pretérito.