Cierra la puerta para que no entren tus miedos y viaja a ese mundo perdido donde el océano baña tu rostro de sueños y de olas eternas. Deja que la sirena cante dulcemente en tu oído para perder la razón, no pienses que la perdiste hace tiempo, solo la tenías dormida por la desidia de un mundo que no te comprende. Deja que el viento lleno de agua salada moje tu rostro, abre los ojos, estás vivo y nadie podrá romper la amistad eterna que te une al mar. Los días pasan y la amistad perdura, sigue surfeando amigo y yo estaré ahí captando tus sueños. El resto de este report, unas fotos entre amigos en Costa de Caparica en Portugal el pasado mes de abril. Fotografía: David Botello
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