Revista Historia de la Arquitectura II, Ruth Bolívar

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C .I: 2 1 . 6 5 8 . 4 5 9

Autora: Ruth BolĂ­var Sierra.


Historia de La arquitectura II El Renacimiento Arquitectura Renacentista… Pintura Renacentista Escultura Renacentista El Manierismo

Pág.. El Neoclasicismo 03 Arquitectura Neoclásica 06 Escultura Neoclásica 07 Pintura Neoclásica 09 Estilo Neogótico Estilo Exótico 11

Arquitectura Minerista

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Escultura Minerista

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Pintura Minerista

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El Barroco Arquitectura Barroca

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Escultura Barroca

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Pintura Barroca

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El Renacimiento Renacimiento

es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos XV y XVI. Fue un período de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. La ciudad de Florencia, en Italia, fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento, que se extendió después por toda Europa. El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del Humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El término «renacimiento» se utilizó reivindicando ciertos elementos de la cultura clásica, griega y romana. Se aplicó originariamente como una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política, la filosofía y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por cierto antropocentrismo. Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional». Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido mucho; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.

(“Hombre del Renacimiento" Leonardo da Vinci (1452-1519), pintor, escultor, arquitecto…)

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Desde

una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional». Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido mucho; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI. El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista. 04


La creación de Adán, Obra de Miguel Ángel

El Renacimiento es contemporáneo de la Era de los Descubrimientos y las conquistas ultramarinas. Esta era marca el comienzo de la expansión mundial de la cultura europea, con los viajes portugueses y el descubrimiento de América por parte de los españoles, lo cual rompe la concepción medieval del mundo, fundamentalmente teocéntrica. El fenómeno renacentista comienza en el siglo XIV y no antes, aunque al tratarse de un proceso histórico, se elige un momento arbitrariamente para determinar cronológicamente su comienzo, pero lo cierto es que se trata de un proceso que hunde sus raíces en la Baja Edad Media y va tomando forma gradualmente. El desmembramiento de la cristiandad con el surgimiento de la Reforma protestante, la introducción de la imprenta, entre 1460 y 1480, y la consiguiente difusión de la cultura fueron uno de los motores del cambio. El determinante, sin embargo, de este cambio social y cultural fue el desarrollo económico europeo, con los primeros atisbos del capitalismo mercantil. Surgió a principios del siglo XV un movimiento artístico en Italia, de empuje extraordinario, que se extendería de inmediato a otros países de Europa.

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La Arquitectura Renacentista La

arquitectura renacentista tuvo un carácter marcadamente profano en comparación con la época anterior y, lógicamente, surgirá en una ciudad en donde la arquitectura gótica apenas había penetrado, Florencia. A pesar de ello, muchas de las obras más destacadas serán edificios religiosos. Los elementos constructivos más característicos del estilo renacentista serán: Estructurales: arco de medio punto, columnas, cúpula semiesférica, bóveda de cañón y cubierta plana con casetones. Todos ellos habían sido usados en la Antigüedad, especialmente por el arte romano, y se recuperan ahora, modificándolos. Decae paulatinamente el tradicional método de construcción del Gótico, abandonándose en gran medida las bóvedas de crucería, el arco apuntado, las naves escalonadas, y sobre todo la impresión de colosalismo y multiplicidad de los edificios medievales. Predominarán ahora valores como la simetría, la claridad estructural, la sencillez, y sobre todo, la adaptación del espacio a la medida del hombre. Decorativos: pilastras, frontones, pórticos, motivos heráldicos, almohadillados, volutas, grutescos, guirnaldas, motivos de candelieri (candelabros o pebeteros) y tondos o medallones. Algunos de éstos ya se habían utilizado en el Gótico, otros son creaciones originales y la mayoría se inspiran en modelos romanos y griegos. En cuanto a la decoración el Renacimiento preconiza el despojamiento, la austeridad, el orden. Sólo a finales del siglo XVI esta tendencia se romperá en favor de la fantasía y la riqueza decorativa con el manierismo.

(Basílica de San Pedro, obra de Bramante y Miguel Ángel) 06


Pintura Renacentista En pintura, las novedades del Renacimiento se introducirán de forma paulatina pero irreversible a partir del siglo XV. Un antecedente de las mismas fue Giotto (1267-1337), pintor aún dentro de la órbita del Gótico, pero que desarrolló en sus pinturas conceptos como volumen tridimensional, perspectiva, naturalismo, que alejan su obra de los rígidos modos de la tradición bizantina y gótica y preludian el Renacimiento pictórico. Una búsqueda constante de los pintores de esta época será la perspectiva, objeto de estudio y reflexión para muchos artistas, se trató de llegar a la ilusión de espacio tridimensional de una forma científica y reglada. La pintura cuatrocentista es una época de experimentación; las pinturas abandonan lenta y progresivamente la rigidez gótica y se aproximan cada vez más a la realidad. Aparece la naturaleza retratada en los fondos de las composiciones, y se introducen los desnudos en las figuras.

(El Nacimiento de Venus, obra de Botticelli)

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En

el Quattrocento (siglo XV), se recogen todas estas novedades y se adaptan a la nueva mentalidad humanista y burguesa que se expandía por las ciudades-estado italianas. Los pintores, aun tratando temas religiosos la mayoría de ellos, introducen también en sus obras la mitología, la alegoría y el retrato, que se desarrollará a partir de ahora enormemente. Una búsqueda constante de los pintores de esta época será la perspectiva, objeto de estudio y reflexión para muchos artistas: se trató de llegar a la ilusión de espacio tridimensional de una forma científica y reglada. Los pintores más destacados de esta época serán: en Florencia, Fra Angélico, Masaccio, Benozzo Gozzoli, Paolo Uccello. En Umbría, Perugino. En Padua, Mantegna, y en Venecia Giovanni Bellini. Por encima de todos ellos destaca Sandro Botticelli, autor de alegorías, delicadas Madonnas y asuntos mitológicos. Su estilo dulce, muy atento a la belleza y sensibilidad femeninas, y predominantemente dibujístico, caracterizan la escuela florentina de pintura y toda esta época. Otros autores del Quattrocento italiano son Andrea del Castagno, Antonio Pollaiuolo, il Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio,

El Cinquecento (siglo XVI) fue la etapa culminante de la pintura renacentista, y denominada por ello a veces como Clasicismo. Los pintores asimilan las novedades y la experimentación cuatrocentistas y las llevan a nuevas cimas creativas. En este momento aparecen grandes maestros, cuyo trabajo servirá de modelo a los artistas durante siglos.

(La Virgen, el Niño Jesús y santa Ana, por Leonardo da Vinci)

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Escultura del Renacimiento Como

(La Piedad del Vaticano, de Miguel Ángel)

en las demás manifestaciones artísticas, los ideales de vuelta a la Antigüedad, inspiración en la naturaleza, humanismo antropocéntrico e idealismo fueron los que caracterizaron la escultura de este período. Ya el Gótico había preludiado en cierta manera algunos de estos aspectos, pero algunos hallazgos arqueológicos (el Laocoonte, hallado en 1506, o el Torso Belvedere) que se dieron en la época supusieron una auténtica conmoción para los escultores y sirvieron de modelo e inspiración para las nuevas realizaciones. Aunque se seguirán haciendo obras religiosas, en las mismas se advierte un claro aire profano; se reintroduce el desnudo y el interés por la anatomía con fuerza, y aparecen nuevas tipologías técnicas y formales, como el relieve en stiacciato (altorrelieve con muy poco resalte, casi plano) y el tondo, o composición en forma de disco; también la iconografía se renueva con temas mitológicos, alegóricos y heroicos. Aparece un inusitado interés por la perspectiva, derivado de las investigaciones arquitectónicas coetáneas, y el mismo se plasma en relieves, retablos, sepulcros y grupos escultóricos.

Durante el Renacimiento decae en cierta manera la tradicional talla en madera policromada en favor de la escultura en piedra (mármol preferentemente) y se recupera la escultura monumental en bronce, caída en desuso durante la Edad Media. Los talleres de Florencia serán los más reputados de Europa en esta técnica, y surtirán a toda Europa de estatuas de este material.

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Materiales La escultura del Renacimiento se sirvió de toda clase de materiales, principalmente del mármol, bronce y madera . El bronce compitió con el mármol principalmente en monumentos funerarios, fuentes y pequeñas esculturas para decoración de interiores, así como en estatuas ecuestres como la del condottiere Colleoni en Venecia. Las reproducciones de estatuillas en bronce tuvieron gran difusión en el Renacimiento, debido al gran número de coleccionistas.

Técnicas

La técnica del tallado de mármol se recuperó en tiempos del Renacimiento con la perfección que había tenido durante el periodo clásico. A partir del Renacimiento se empleó el taladro manual o trépano para eliminar la piedra hasta una cierta profundidad. Esta herramienta se empleaba tanto si se hacía la escultura en talla directa, como a veces había hecho Miguel Ángel, como si se utilizaba el pasado de puntos de un modelo realizado en yeso, como normalmente hacían artistas como Giambologna, de quien se aprecian los puntos marcados en muchas de sus esculturas. Donatello empleó el método griego de trabajar el bloque en redondo, sin embargo Miguel Ángel lo tallaba desde un lado. El David, realizada por Miguel Ángel Buonarroti 1501 - 1504

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El Manierismo Manierismo es la denominación historiográfica del periodo y estilo artístico que se sitúa convencionalmente en las décadas centrales y finales del siglo XVI (Cinquecento en italiano), como parte última del Renacimiento (es decir, un Bajo Renacimiento). Su caracterización es problemática, pues aunque inicialmente se definió como la imitación de la maniera de los grandes maestros del Alto Renacimiento (por ejemplo, el propio Tintoretto pretendía dibujar como Miguel Ángel y colorear como Tiziano), posteriormente se entendió como una reacción contra el ideal de belleza clasicista y una complicación laberíntica tanto en lo formal (línea serpentinata, anamorfosis, exageración de los movimientos, los escorzos, las texturas, los almohadillados, alteración del orden en los elementos arquitectónicos) como en lo conceptual (forzando el decorum y el equilibrio alto-renacentistas, una "violación de la figura"), que prefigura el "exceso" característico del Barroco. Por otro lado, también se identifica el Manierismo con un arte intelectualizado y elitista, opuesto al Barroco, que será un arte sensorial y popular. Considerado como una mera prolongación del genio creativo de los grandes genios del Alto Renacimiento (Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano) por sus epígonos (como los leonardeschi), el Manierismo fue generalmente minusvalorado por la crítica y la historiografía del arte como un estilo extravagante, decadente y degenerativo; un refinamiento erótico y una "afectación artificiosa" cuya elegancia y grazia no fue apreciada plenamente hasta su revalorización en el siglo XX, que comenzó a ver de forma positiva incluso su condición de autoreferencia del arte en sí mismo.

(Ilustración (dibujo de Gaspar Becerra grabado por Nicolas Béatrizet) 11


En el arte italiano se considera que el inicio del Manierismo parte de un violento acontecimiento histórico: el Saco de Roma de 1527, que puso fin a la centralidad que la ciudad papal tuvo en las primeras décadas del siglo, dispersando a los artistas que hasta entonces habían trabajado en ella por otros centros artísticos (como la escuela veneciana, la escuela parmesana o la escuela veronesa); mientras que algunos de los más importantes que había reunido Julio II en su pontificado (de 1503 a 1513) habían ya muerto (Donato Bramante en 1514, Rafael Sanzio en 1520) y uno de los supervivientes, el longevo Miguel Ángel, evolucionó profundamente en su arte en las décadas que transcurrieron hasta su muerte (1564).

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Eva Prima Pandora del pintor Jean Cousin

El manierismo se preocupaba por solucionar problemas artísticos intrincados tanto en el contenido (alegorías y simbolismos) como en la forma. El cuerpo humano, tanto vestido como desnudo se representa en toda clase de complicadas posturas, difíciles y artificiosas, de una extraña gracia y elegancia. Las extremidades son raramente alargadas, las cabezas aparecen pequeñas y el semblante estilizado. Los colores29 no remiten a la naturaleza, sino que son extraños, fríos, artificiales, violentamente enfrentados entre sí, en vez de apoyarse en gamas. El propio Miguel Ángel o el académico Rafael experimentaron en sus últimas obras el placer de la transgresión, desdibujando sus figuras o dejando inacabadas sus obras. La escultura manierista busca "la multiplicidad de las vistas", superando no sólo las concepciones altorenacentistas (Leonardo reducía la estatuaria a la "combinación de dos relieves"), sino también la "vista principal ... completa y definitiva" que caracteriza la obra escultórica de Miguel Ángel.

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Arquitectura Manierista El

manierismo rechaza el equilibrio y la armonía de la arquitectura clásica, concentrándose más bien en el contraste entre norma y transgresión, naturaleza y artificio, signo y subsigno. De esta manera, la carga pierde su peso, mientras que el sostén no sostiene nada; el punto de fuga no se concluye en un punto focal, como en la arquitectura barroca, sino que termina en nada; las estructuras verticales asumen dimensiones excesivas y confieren al conjunto un inquietante equilibrio «oscilante». Si en la arquitectura del Renacimiento la fábrica de los edificios a menudo denuncia su propia conformación interna también hacia el exterior (mediante, por ejemplo, la presencia de cornisa intermedia, extradós e intradós), las obras manieristas generalmente se alejan de esta tendencia, escondiendo su propia estructura de base.

(Villa Capra diseñado por Andrea Palladio 1566). 14


Desde el punto de vista decorativo, asume particular importancia el fenómeno de lo grotesco, un tema pictórico de tiempos del imperio romano, redescubierto a fines del siglo XV, durante algunas excavaciones arqueológicas. Estas pinturas, centradas en representaciones fantásticas e irracionales, están de moda durante el manierismo (por ejemplo en las decoraciones del Palacio del Té) y aunque de manera esporádica, influencian la misma arquitectura; esto es evidente en las bizarras aperturas en el frente del Palacio Zuccari de Roma y en el Jardín Orsini (conocido como Parque de los monstruos) en Bomarzo. Otras influencias, sobre todo ligadas a temas zoomórficos, antropomórficos y fitomórficos, se encuentran en los adornos de edificios como la Casina de Pío IV en el Vaticano, realizado por Pirro Ligorio, el Palacio Marino y la iglesia de Santa María presso San Celso de Galeazzo Alessi en Milán.

El Palacio del Té es un palacio de Mantua, Giulio Romano

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Escultura Manierista El

manierismo tuvo sus orígenes en las magistrales características escultóricas de la obra de Miguel Ángel, tales como el equilibrio estable entre la masa y el movimiento, sentido de la grandiosidad, facciones perfectas, gestos terribles y la perfección anatómica de la figura. Es el momento en que se pierde lo más propio del clasicismo y la belleza clásica: proporciones, armonía, serenidad, equilibrio. El manierismo es subjetivo, inestable. Los artistas se dejan llevar por sus gustos, alejándose de lo verosímil, tendiendo a la irrealidad y a la abstracción. Perseo con la cabeza de Medusa, también denominada el Perseo de Cellini, es una escultura realizada en bronce por Benvenuto Cellini. Perseo se encuentra de pie y desnudo. La figura se encuentra sobre un alto pedestal y soporta en su mano la cabeza de Medusa. Rompe un poco el equilibrio por la línea abierta (brazo separado). Se separa ligeramente del clasicismo por la modificación de los cánones. No busca un ideal sino una pose humana que ofrezca una posición dinámica. Esta estatua representa el triunfo de los Médicis sobre la República de Florencia.

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Se prefiere, en escultura sobre todo, la línea o figura serpentinata, en que las figuras se disponen en sentido helicoidal ascendente.

Rapto de la Sabina Es una clara muestra de la tendencia a la línea serpenteante del manierismo. Se trata de un famoso tema histórico de la antigua Roma. Los personajes están desnudos.

(Perseo de Cellini, creación 1545-1554 )

(El Rapto de las Sabinas ,obra de Giambologna) 17


Pintura Manierista Es

un arte propio de la época de crisis, tanto económica como espiritual en el medio de la Reforma protestante; los diversos problemas se ven simbolizados en el Saco de Roma en 1527. Los comitentes no son burgueses, sino los aristócratas, mecenas que deseaban complicadas alegorías cuyo sentido no siempre es claro. Resultaba un estilo inadecuado para el tema religioso, por lo que en la Contrarreforma se optó por otras formas más apropiadas. No se intenta representar la realidad de manera naturalista, sino que se hace extraña, un poco deformada, como un capricho. Los cuadros ya no transmiten el sereno orden y equilibrio del Alto Renacimiento sino que se inclinan por representaciones anticlásicas, intrincadas y complicadas en cuanto a su sentido. (Virgen del cuello largo (1534-1540), de Parmigianino)

El manierismo resulta refinado y de difícil interpretación, debido tanto a su sofisticación intelectual como a las cualidades artificiales de la representación. La luz no es natural sino fría y coloreada de manera antinatural, lo mismo que los colores: son extraños, fríos, artificiales, violentamente enfrentados entre sí, en vez de apoyarse en gamas.

(Virgen de las Arpías es un retablo pintado por el artista italiano renacentista Andrea del Sarto 1486 - 1531)

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El Barroco El Barroco fue un período de la historia en la cultura occidental originado por una nueva forma de concebir las artes visuales (el «estilo barroco») y que, partiendo desde diferentes contextos histórico-culturales, produjo obras en numerosos campos artísticos: literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, ópera, danza, teatro, etc. Se manifestó principalmente en la Europa occidental, aunque debido al colonialismo también se dio en numerosas colonias de las potencias europeas, principalmente en Latinoamérica. Cronológicamente, abarcó todo el siglo XVII y principios del XVIII, con mayor o menor prolongación en el tiempo dependiendo de cada país. Se suele situar entre el Manierismo y el Rococó, en una época caracterizada por fuertes disputas religiosas entre países católicos y protestantes, así como marcadas diferencias políticas entre los Estados absolutistas y los parlamentarios, donde una incipiente burguesía empezaba a poner los cimientos del capitalismo.

San Juan Bautista (1602), de Caravaggio, Museos Capitolinos, Roma.

El arte se volvió más refinado y ornamentado, con pervivencia de un cierto racionalismo clasicista pero adoptando formas más dinámicas y efectistas y un gusto por lo sorprendente y anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes de efecto. Se observa una preponderancia de la representación realista: en una época de penuria económica, el hombre se enfrenta de forma más cruda a la realidad. Por otro lado, a menudo esta cruda realidad se somete a la mentalidad de una época turbada y desengañada, lo que se manifiesta en una cierta distorsión de las formas, en efectos forzados y violentos, fuertes contrastes de luces y sombras y cierta tendencia al desequilibrio y la exageración. 19


Arquitectura Barroca La arquitectura barroca asumió unas formas más dinámicas, con una exuberante decoración y un sentido escenográfico de las formas y los volúmenes. Cobró relevancia la modulación del espacio, con preferencia por las curvas cóncavas y convexas, poniendo especial atención en los juegos ópticos (trompe-l'œil) y el punto de vista del espectador. También cobró una gran importancia el urbanismo, debido a los monumentales programas desarrollados por reyes y papas, con un concepto integrador de la arquitectura y el paisaje que buscaba la recreación de un continuum espacial, de la expansión de las formas hacia el infinito, como expresión de unos elevados ideales, sean políticos o religiosos. Los elementos arquitectónicos en general siguen siendo los mismos del renacimiento pero dándoles un mayor dinamismo. Los vanos suelen ser adintelados, aunque el perfil suele ser quebrado o rodeado de molduras decorativas. La columnas salomónica, al estilo de Bernini, se introduce con notable éxito a partir de la segunda mitad del siglo XVII; por otro lado la estípite será profusamente utilizada desde los primeros momentos. Se usan también de forma generalizada las ménsulas, con una finalidad más decorativa que arquitectónica.

Arquitectura Barroca en España En España, la arquitectura de la primera mitad del siglo XVII acusó la herencia herreriana, con una austeridad y simplicidad geométrica de influencia escurialense. Lo barroco se fue introduciendo paulatinamente sobre todo en la recargada decoración interior de iglesias y palacios, donde los retablos fueron evolucionando hacia cotas de cada vez más elevada magnificencia. Catedral de Santiago de Compostela 20


Arquitectura Barroca en Francia

Palacio de Versalles, de Louis Le Vau y Jules Hardouin-Mansart (1669-1685)

En

Francia, bajo los reinados de Luis XIII y Luis XIV, se iniciaron una serie de construcciones de gran fastuosidad, que pretendían mostrar la grandeza del monarca y el carácter sublime y divino de la monarquía absolutista. Aunque en la arquitectura francesa se percibe cierta influencia de la italiana, esta fue reinterpretada de una forma más sobria y equilibrada, más fiel al clasicismo renacentista, por lo que el arte francés de la época se suele denominar como clasicismo francés

Arquitectura Barroca en Italia La

principal modalidad constructiva de la arquitectura barroca italiana fue la iglesia, que se convirtió en el máximo exponente de la propaganda contrarreformista. Las iglesias barrocas italianas se caracterizan por la abundancia de formas dinámicas, con predominio de las curvas cóncavas y convexas, con fachadas ricamente decoradas y repletas de esculturas, así como gran número de columnas, que a menudo se desprenden del muro, y con interiores donde predominan igualmente la forma curva y una profusa decoración.

Fachada de San Carlo alle Quattro Fontane (1634-1640), de Francesco Borromini.

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Escultura Barroca La escultura barroca adquirió el mismo carácter dinámico, sinuoso, expresivo, ornamental, que la arquitectura con la que llegará a una perfecta simbiosis sobre todo en edificios religiosos, destacando el movimiento y la expresión, partiendo de una base naturalista pero deformada a capricho del artista. La evolución de la escultura no fue uniforme en todos los países, ya que en ámbitos como España y Alemania, donde el arte gótico había tenido mucho asentamiento especialmente en la imaginería religiosa, aún pervivían ciertas formas estilísticas de la tradición local, mientras que en países donde el Renacimiento había supuesto la implantación de las formas clásicas (Italia y Francia) la perduración de estas es más acentuada. Por temática, junto a la religiosa tuvo bastante importancia la mitológica, sobre todo en palacios, fuentes y jardines. En Italia destacó nuevamente Gian Lorenzo Bernini, escultor de formación aunque trabajase como arquitecto por encargo de varios papas. Influido por la escultura helenística que en Roma podía estudiar a la perfección gracias a las colecciones arqueológicas papales, logró una gran maestría en la expresión del movimiento, en la fijación de la acción parada en el tiempo. En Francia la escultura fue heredera del clasicismo renacentista, con preeminencia del aspecto decorativo y cortesano, y de la temática mitológica. Jacques Sarrazin se formó en Roma, donde estudió la escultura clásica y la obra de Miguel Ángel, cuya influencia se trasluce en sus Cariátides del Pavillon de l'Horloge del Louvre (1636). En España perduró la imaginería religiosa de herencia gótica, generalmente en madera policromada a veces con el añadido de ropajes auténticos, presente o bien en retablos o bien en figura exenta. Éxtasis de Santa Teresa (1647-1651), de Gian Lorenzo Bernini

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Pintura del Barroco La

pintura barroca es la pintura relacionada con el movimiento cultural barroco. El movimiento a menudo se le identifica con el absolutismo, la Contrarreforma y el renacimiento católico, pero la existencia de importante arte y arquitectura barrocos en países no absolutistas y protestantes por toda Europa Occidental evidencian su amplia popularidad. La pintura adquirió un papel prioritario dentro de las manifestaciones artísticas, y llegó a ser la expresión más característica del peso de la religión en los países católicos y del gusto burgués en los países protestantes. La mejor y más importante pintura durante el período que comienza alrededor del año 1600 y continúa a lo largo de todo el siglo XVII, y a principios del siglo XVIII se identifica hoy como pintura barroca.

Crucifixión de San Pedro (1601), de Caravaggio, Santa María del Popolo, Roma.

El arte barroco se caracteriza por el realismo, los colores ricos e intensos, y fuertes luces y sombras.

Venus del espejo (1647-1651), de Diego Velázquez.

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El Neoclasicismo El

término Neoclasicismo surgió en el siglo XVIII para denominar de forma peyorativa al movimiento estético que venía a reflejar en las artes los principios intelectuales de la Ilustración, que desde mediados del siglo XVIII se venían produciendo en la filosofía, y que consecuentemente se habían transmitido a todos los ámbitos de la cultura. Sin embargo, coincidiendo con la decadencia de Napoleón Bonaparte, el Neoclasicismo fue perdiendo adeptos en favor del Romanticismo. Con el deseo de recuperar las huellas del pasado se pusieron en marcha expediciones para conocer las obras antiguas en sus lugares de origen. La que en 1749 emprendió desde Francia el arquitecto Jacques-Germain Soufflot, dio lugar a la publicación en 1754 de las Observations sur les antiquités de la ville d'Herculaneum, una referencia imprescindible para la formación de los artistas neoclásicos franceses. En Inglaterra la Society of Dilettanti (Sociedad de Amateurs) subvencionó campañas arqueológicas para conocer las ruinas griegas y romanas. De estas expediciones nacieron libros como: Le Antichitá di Ercolano (1757-1792) elaborada publicación financiada por el Rey de Nápoles (luego Carlos III de España), que sirvieron de fuente de inspiración para los artistas de esta época, a pesar de su escasa divulgación. 24


También hay que valorar el papel que desempeñó Roma como lugar de cita para viajeros y artistas de toda Europa e incluso de América. En la ciudad se visitaban las ruinas, se intercambiaban ideas y cada uno iba adquiriendo un bagaje cultural que llevaría de vuelta a su tierra de origen. Allí surgió en 1690 la llamada Academia de la Arcadia o Arcades de Roma, que con sus numerosas sucursales o coloniae por toda Italia y su apuesta por el equilibrio de los modelos clásicos y la claridad y la sencillez impulsó la estética neoclásica. La villa romana se convirtió en un centro de peregrinaje donde viajeros, críticos, artistas y eruditos acudían con la intención de ilustrarse en su arquitectura clásica. En Roma también trabajaba Giovanni Battista Piranesi (1720-1778); en sus grabados, como Antichitá romana (1756) o Las cárceles inventadas (1745-1760), y transmite una visión diferente de las ruinas con imágenes en las que las proporciones desusadas y los contrastes de luces y sombras buscan impresionar al espectador. La Ilustración representaba el deseo de los filósofos de la época de la Razón (filosofía) por racionalizar todos los aspectos de la vida y del saber humanos. Vino a sustituir el papel de la religión (como organizadora de la existencia del hombre) por una ética laica que ordenará desde entonces las relaciones humanas y llevará a un concepto científico de la verdad La fuente, obra de Ingres.

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Arquitectura Neoclásica La arquitectura neoclásica es un estilo arquitectónico que produjo el movimiento neoclásico que comenzó a mediados del siglo XVIII, por una reacción contra el estilo barroco de ornamentación naturalista así como por el resultado de algunos rasgos clasicistas nacidos en el barroco tardío. Se prolongó durante el siglo XIX, confluyendo a partir de entonces con otras tendencias, como la arquitectura historicista y el eclecticismo arquitectónico. Algunos historiadores denominan el periodo de la arquitectura neoclásica de la primera mitad del siglo XIX como clasicismo romántico, a pesar del oxímoron (oposición de términos), dado que, además de coincidir en el tiempo con el romanticismo, estilísticamente comparte rasgos con la estética romántica, al añadir cierta expresividad y espíritu exaltado a la sencillez y claridad de las estructuras clásicas grecorromanas. Factores fundamentales que influyeron en la creación de la arquitectura neoclásica fueron los determinantes en el contexto político, social y económico de la época, en que se incluyen destacadamente la Revolución Industrial, la crisis del Antiguo Régimen, la Ilustración, el enciclopedismo, la fundación de las Academias, el despotismo, etc. La Revolución Industrial modificó profundamente el ritmo de vida, influyó en adelantos técnico constructivos, empleo de nuevos materiales. El concepto de economía relacionado con el funcionamiento cambió algunos esquemas de organización espacial y aun de relación entre vanos y macizos. La iglesia de la Madeleine, de Pierre Contant d'Ivry.

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Escultura Neoclásica También en la escultura neoclásica pesó el recuerdo del pasado, muy presente si consideramos el gran número de piezas que las excavaciones iban sacando a la luz, además de las colecciones que se habían ido formando a lo largo de los siglos.

Las esculturas neoclásicas se realizaban en la mayoría de los casos en mármol blanco, sin policromar, puesto que así se pensaba que eran las esculturas antiguas, predominando en ellas la noble sencillez y la serena belleza que Winckelmann había encontrado en la estatuaria griega. En este mismo sentido habían ido las teorías de Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781) que en su libro Laocoonte, o de los límites de la pintura y de la poesía (1766) había tratado de fijar una ley estética de carácter universal que pudiera guiar a los artistas; sus concepciones sobre la moderación en las expresiones y en el plasmado de los sentimientos son reglas que adoptará el modelo neoclásico. Así, los escultores de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, crearán obras en las que prevalecerá una sencillez y una pureza de líneas que los apartará del gusto curvilíneo del Barroco. En todos ellos el desnudo tiene una notable presencia, como deseo de rodear las obras de una cierta intemporalidad. Los modelos griegos y romanos, los temas tomados de la mitología clásica y las alegorías sobre las virtudes cívicas llenaron los relieves de los edificios, los frontones de los pórticos y los monumentos, como arcos de triunfo o columnas conmemorativas.

Psique reanimada por el beso del amor de Antonio Canova.

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Pintura Neoclásica Los

pintores, entre los que destacó Jacques-Louis David, reprodujeron los principales hechos de la revolución y exaltaron los mitos romanos, a los que se identificó con los valores de la revolución.

La claridad estructural y el predominio del dibujo sobre el color son algunas de las principales características formales de la pintura neoclásica. Obras como el Juramento de los Horacios, por ejemplo, plantean un espacio preciso en el que los personajes se sitúan en un primer plano. Jean Auguste Dominique Ingres (18391867) aunque no fue un pintor neoclásico, tiene obras -como La Fuente- que representan este movimiento artístico.

El juramento de los Horacios, obra de Jacques-Louis David. 28


Estilo Neogótico Podemos

definir el neogótico como el estilo arquitectónico que retoma el movimiento que se originó a finales del Siglo XII y que duró hasta el Siglo XVI. Forma parte de las corrientes históricas que surgen de manera nostálgica para exaltar lo que fue el mundo medieval. Imitando al gótico original, se opone al movimiento neoclásico que le precede. La palabra gótico proviene de “godo”, que se usaba de manera peyorativa para definir el estilo de los bárbaros, ya que sus componentes parecían confusos y poco dignos frente a los clásicos.

Estilo Exótico

La Sagrada Familia, diseñada por el arquitecto Antoni Gaudí.

Es una actitud cultural de gusto por lo extranjero. El fenómeno se constata habitualmente en la historia de las civilizaciones en expansión. La curiosidad de la sociedad romana por las religiones de los márgenes de su Imperio, o los periodos de apertura de la historia de China a la cultura europea podrían ser muestras de exotismo. No obstante, esta actitud se produjo con más amplitud y variedad en Occidente, con el proceso de globalización que va desde la era de los descubrimientos al comercio globalizado actual, pasando por el colonialismo

Brighton Royal Pavilion

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Historia de La arquitectura II Venezuela Edo. Carabobo. Ruth BolĂ­var. 2016


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