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¿QUIÉNES SON LOS CONSTRUCTORES DEL REINO?
Constructores Del Reino
es una forma de liderar la gran comisión a través de una comunidad que fielmente contribuye mucho más allá de lo normal. Desde los niños hasta los adultos, el perfil de un Constructor del Reino es el mismo. Esta comunidad está compuesta de personas y familias que se comprometen en oración a dar, por encima de sus diezmos, a las misiones globales, a la expansión de la iglesia local, y a los futuros líderes cristianos.
Es fácil asumir que los Constructores del Reino son aquellos que pueden dar $1 millón y más, ¡pero esto no es la realidad! Cada persona en su iglesia tiene la capacidad de ser un Constructor del Reino. Dios no usa a superestrellas para hacer esto. No se trata del dinero que la gente tiene, pero del sacrificio que estén dispuestos a hacer. La forma en que enseñamos esto en River Valley es que cualquiera que da por encima de sus diezmos, no importa la cantidad, es un Constructor del Reino.
Una de las formas en que ayudamos a que los individuos se vuelvan Constructores del Reino en nuestra iglesia es a través de éste proceso de Plan, Visión, Sueño:
Plan:
Primero, haga un plan para dar. Cuando usted tiene planes que son diligentes, siempre lleva a la abundancia (Proverbios 21:5). Cualquiera que sea la cantidad –tenga un plan, trabaje el plan, y sea obediente con llevarla acabo. Comience ahí.
Visión:
A continuación, pídale a Dios que le dé una visión de lo que Él podría hacer a través de usted con Su ayuda. Esto es más allá de lo que usted puede hacer con su ingreso natural. Esto requiere que de un paso de fe. Además, ¡Habacuc 2:2 nos dice que escribamos esa visión y que oremos por ella! Dios suplirá todas sus necesidades de acuerdo a sus riquezas en Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Andando en fe agrada a Dios.
Sueño:
Por último, ¿Qué sería una cantidad que usted soñaría dar? Manténgalo presente. Ese número es solo entre usted y Dios. Luego, mire como cada paso de fe que usted dé, Dios le acercará a ese sueño. Dios puede hacer mucho más abundantemente de lo que podemos pedir o imaginar (Efesios 3:20).