Patagonia en Porsche
Patagonia en Porsche Agustin Pelaia 22x28 cm 106 páginas 2022
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Después de 2 años volvemos a la Patagonia Argentina, haciendo cabecera en San Carlos de Bariloche, a participar de la 32da Edición de las 1000 Millas Sport Clásicas a bordo de un Porsche 356 del ‘58 y a disfrutar de la compañía de muchos amigos y conocidos que después de lo que hemos vivido en pandemia, tienen mas valor que nunca. Para los que no conocen la actividad, las carreras de regularidad sport como éstas, están inspiradas en las de velocidad en carretera muy importantes en la Europa de pre y post guerra y, que fueron prohibidas por la cantidad de accidentes graves que había. Esta vez, voy a aprovechar la oportunidad para editar éste, mi 4to libro, como una especie de Road-book, donde relato mi experiencia, recorridos y las mejores fotografías de los Porsche participantes de las últimas cuatro ediciones. Además de fotos y textos, este libro tiene links para acceder a contenidos multimedia: QR para ver un video. QR para acceder a referencias geográficas en Google Earth. QR para acceder a un PDF interactivo para leer el libro en inglés. Espero lo disfruten Agustin
Llegamos a Bariloche en un Beechcraft Baron después de 7 hs de vuelo con una escala de reaprovisionamiento. Los autos estaban esperándonos muy cerca de la rotonda del Aeropuerto Tte. Luis Candelaria -un pariente materno ilustre del que mi madre de 97 años no deja de repetirme sus hazañas- . Ya arriba del 356, comimos algo por el camino y nos fuimos para el LLaoLlao a dejar las valijas y hacer un primer entrenamiento en la base del Cerro Catedral. No fuimos los únicos, todos los que vienen con objetivos deportivos se lo toman en serio.
Cayendo la noche para nosotros -hay luz hasta las 21 hs. aprox.- y en contraposición con el sandwich de milanesa del mediodía, cenamos corderito y a dormir. Para mañana nos esperaba otro entrenamiento, la verificación técnicoadministrativa, conocida en la jerga como “punzonatura”. Un término derivado de las carreras de velocidad, que consistía en marcar piezas mecánicas después de una inspección previa a la carrera, para que no se modifiquen durante la misma, algo así como pasarle un precinto.
Como decía el Capitán Kirk al inicio de cada capítulo de Star Trek: “Bitácora de vuelo”, nos encontramos en Bariloche en un día despejado y fresco y listos para realizar el último entrenamiento, almorzar mirando el Nahuel Huapi y prepararnos para realizar la largada simbólica en el Centro Cívico. Nos bajamos del “Enterprise” para subir a un 356, el día pide bajar la capota y le damos el gusto. Después de unas vueltas por el Catedral, nos fuimos a un restaurant con deck sobre el lago (y bajo el viento), increíble vista, amigos y charlas. Sigo pensando que después de lo que hemos vivido en pandemia, disfrutar de la libertad y la amistad es uno de los bienes más preciados.
En el Centro Cívico se organizó el “Parque cerrado” convención dentro del automovilismo que indicaba en los Grandes Premios, que el auto se presentaba, se chequeaba administrativamente y se quedaba allí hasta la largada, garantizando que las “manos mágicas” de algún mecánico no pudieran resistir la tentación de realizar alguna mejora sobre la hora y bajo la vista de los comisarios deportivos. Hoy esto es algo simbólico y, mientras hacemos la tarea de ponerle los números a los autos, contestamos preguntas de la gente que se acerca.
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Bien temprano, con fresco y sol arrancamos el día en el Hotel Llao-Llao tomando el Circuito Chico hacia Bahía López. El sol pelea con las ramas para ganarle a las sombras y el 356 hace lo propio con un asfalto aún húmedo por el rocío. El camino es hermoso, curva y contracurva, puentes sobre lagos y paisajes lejanos que aparecen de golpe. El famoso Punto Panorámico que eligen los turistas para la foto-postal, es sólo un cartel de vialidad para mí, me siento como el tenista que sólo conoce el aeropuerto, el hotel y el court. Tomamos un trecho de la Av. Bustillo hacia el centro en hora pico, algo que años anteriores era imposible. Hoy el combo pandemia-trabajo remotodesocupación, supongo que nos hace el tránsito más amigable, aunque veo micros de egresados y turistas que van ganando el asfalto. Nos vamos hacia el Lago Gutiérrez, cada curva es más hermosa y cada baden más alto, en cualquier momento los van a usar para practicar escalada!
Tomamos nuestra “Route 66” a.k.a Ruta 40, bordeando el lago Nahuel Huapi hacia Villa La Angostura. La primera vez que la recorrí fue hace una treintena de años y era de ripio, hoy es una pasarela de lujo por la que desfilan una colección de verdes, amarillos y azules. Luego el “Camino de los 7 lagos” hacia la frontera con Chile, recuerdo que en el 2007 este camino estaba lleno de nieve y el Jaguar E-Type en el que corríamos, tenía 10 cm de agua en el piso que no podíamos vaciar por la altura de la base de las puertas.
La llovizna era pareja como el hambre que tenía. Unas delicatessen regionales, paliaron mi hambre y nos dirigimos hacia “El Santuario de los pájaros” una reserva natural que se encuentra a un par de kilómetros antes del Puerto de Villa La Angostura, donde los fanáticos de la observación de aves tienen más de 200 especies para disfrutar. Nosotros disfrutamos de la conducción en sus intrincados caminos de tierra que nos llevaron hasta el Casco de la estancia, con la vista de la Bahía San Patricio en todo su esplendor y un almuerzo excelente. Después de las charlas “digestivas” con amigos, emprendimos la vuelta por el mismo camino de ida hasta la urbanización Dos Valles, un hermoso enclave si querés vivir en contacto de la naturaleza y cerca de la Ciudad de Bariloche. Ya con el atardecer en nuestras espaldas, emprendimos el regreso por Villa Arelauquen bordeando por el este al Lago Gutiérrez, para terminar la jornada en el Llao-Llao.
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Otro excelente día nos deparaba el clima para disfrutar de los autos y las rutas patagónicas. Arrancamos desde el Llao-Llao con el objetivo final de ir hasta el centro de ski Cerro Chapelco para el mediodía y encarar el regreso por Junín de los Andes por la tarde, recorriendo el Valle Encantado, el Embalse de Alicurá, bordear el maravilloso río Limay y regresar a Bariloche. Arrancamos para el lado del Lago Gutiérrez y luego bordeamos el Lago Nahuel Huapi hacia Villa La Angostura para desayunar delicias regionales en el Hotel Correntoso y disfrutar de sus espectaculares vistas. Luego tomamos por la Ruta de los 7 Lagos (Correntoso, Espejo, Escondido, Villarino, Faulkner, Machónico y Lácar) hasta trepar al Cerro Chapelco.
3 veces...
Luego del almuerzo cruzamos San Martín de los Andes, en la ruta del Volcán Lanín hacia Junín de los Andes. Aquí el paisaje cambia completamente, es más árido, como salido de una película del far-west, con tormentas de polvo incluidas. El agua volveremos a verla al cruzar el pequeño puente de un sólo sentido de La Rinconada sobre el Collón Curá, río limítrofe de Neuquén y Río Negro que iremos siguiendo por la ruta 234 hacia el Embalse de Alicurá. Allí se pueden ver los restos de una urbanización inhóspita. Se trata del lugar donde vivió el personal que trabajó durante la construcción del embalse y que luego desmantelaron. Volviendo para Bariloche, siguiendo la ruta 237, pasamos por otro de los espectaculares lugares de esta ruta: Confluencia, sobre el maravilloso Río Traful.
2 veces
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Otro día hermoso para disfrutar del 356 cabrio. Arrancamos por el Circuito Chico (R 77) hacia el Cerro Catedral para luego ir hacia el sur de la Ciudad de Bariloche y siguiendo la R 237, bordear el Limay hacia el Embalse de Alicurá, el camino que hicimos el día anterior pero en sentido inverso. Allí dimos la vuelta para ir hacia El Mangrullo, un lugar a la vera del río con toda la paz y belleza del Río Limay, perfecto para distenderse con los amigos.
Seguimos hacia el este para tomar la R40 y dirigirnos hacia el sur del Lago Gutiérrez para almorzar en el Complejo Los Baqueanos, otro increíble lugar con paisajes y playa. Para finalizar la jornada automovilística, disfrutamos del Concurso de Elegancia en el Golf del Llao-Llao. Con la cena de cierre, terminó la aventura y entre abrazos nos despedimos hasta el próximo evento.
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Diseño Editorial Roadster Studio www.roadster.com.ar Redacción y fotografía Agustín Pelaia Traducción María Allende Tienda online www.roadstergarage.com.ar Agradecimiento Héctor Fliter