Donde juegan los códigos

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Donde juegan los códigos

ROBERTO LÓPEZ MARTÍN


Organiza Fundación AISGE www.aisge.es Comisario Francisco García Ramos Coordinadora Amparo Climent Textos Pilar Bardem Francisco García Ramos Diseño Gráfico Diego Checa Gutiérrez diegocheca@gmail.com


DONDE JUEGAN LOS CÓDIGOS Roberto López Martín

Del 19 de septiembre al 7 de octubre de 2013 Fundación AISGE Madrid, España

www.robertolopezmartin.com


ROBERTO LÓPEZ MARTÍN DONDE JUEGAN LOS CÓDIGOS. Roberto López Martín (Madrid,1982) presenta en la Fundación AISGE Donde juegan los códigos. Un trabajo que explora los límites del espejo lacaniano, en tanto dispositivo conformador de nuestra propia identidad, en una época gobernada por el reflejo narcisista de las imágenes mediáticas. Un desplazamiento hacia una suerte de espejo catódico a través del cual López Martín reflexiona sobre los mecanismos mediáticos de construir subjetividades al tiempo que nos invita a cuestionar sobre nuestros bulímicos modos de consumir lo violento y lo monstruoso en los medios de comunicación. Como si atravesásemos el propio espejo de Alicia, nada más entrar en la sala nos vemos obligados a introducirnos en un espacio que adquiere la impronta de una zona infantil. Un lugar, a primera instancia, preparado para el juego y la diversión. Sin embargo, estos elementos quedan inhabilitados de sus funciones y todo componente lúdico queda desplazado hacia las paredes de la sala. Los juguetes y columpios se encuentran vacíos y totalmente descontextualizados, como si nunca hubieran sido habitados. El juego queda reservado al consumo visual de las imágenes pictóricas. Es, en ese momento, cuando empieza la partida. Pero jugar en el entramado lúdico de López Martín supone partir siempre en desventaja. La propia zona de juego endulza y empacha peligrosamente nuestra mirada nada más comenzar. Aunque no seamos conscientes de ello, sólo con entrar en la sala perdemos la mitad de nuestras fichas. Aquí, nuestra percepción queda presa de las edulcoradas estrategias de consumo de la deformidad y lo violento llevadas a cabo por los mass-media. Es, precisamente, a través de la pantalla catódica desde donde López Martín rastrea los nuevos dispositivos configuradores de las subjetividades contemporáneas. Hogares que se vacían de la función socializadora del padre y de la madre (Mi padre, 2011) quedando relegada a los media los códigos moldeadores de la propia identidad. Allí, donde el espejo lacaniano es incapaz de generar un reflejo válido, el juego de los códigos mediáticos plantea violentos dispositivos donde buscar y encontrar la huella de nuestro completo reflejo (Narciso II y lo moderno, 2011). Tecnológicos aparatos de verificación que cuestionan los edípicos modos de identificación y autorxrepresentación del sujeto (San Sebastián, 2011) y llevan al homo sapiens digital a enfrentarse ante el narcisista, caótico y fragmentario espacio pantalla.


Y es que ante el gran espejo mediático parece imposible lograr apresar cualquier imagen válida de nosotros mismos (Narciso perdido, 2011). Las estrategias que aquí se activan inciden en un envoltorio que anestesia nuestra mirada y nos impide reaccionar críticamente ante lo que se sitúa ante nuestros ojos (Escucha, repites y hablas, 2010). Para ello, López Martín nos remite a imaginarios de la infancia y del juguete, a universos propios de la utopía Disney (¡Qué linda película, papá!, 2010) y a las felices promesas de los cuentos populares tradicionales (Guisante sin princesa, 2010). Una iconosfera donde a la deformidad se le ha extraído cualquier elemento que remita a enfermedad, dolor y sufrimiento para convertirse en un objeto de consumo apto para ser digerido con escopofilia compulsiva (Siete mil millones de nosotros mismos. Princesa fagocito, 2010). En la zona de juego de López Martín no hay espacio para lo sentimental y lo piadoso (Blancanieves y su tanga de Hello Kitty. La perfecta combinación, 2010). No pretende conmovernos ni despertar en nosotros espíritu solidario alguno. Por el contrario, su obra nos empuja a reflexionar sobre el funcionamiento de nuestra mirada ante los edulcorados y anestésicos códigos en los que se presenta mediáticamente la violencia (Mr. Mickey´s House, 2011). Sus pinturas nos enfrentan a esta tesitura para intentar encontrar las razones por las que, pese a nuestro consumo masivo de imágenes mediáticas de alto contenido monstruoso, en la vida real la diferencia física todavía nos sigue violentando de tal manera que se convierte en pura patología. Jugar con los códigos supone enfrentarse a lo lúdico-infantil mediatizado para no caer presos de la imagen. Pero nadie dijo que fuera fácil. Una vez que lo infantil anestesia nuestra visión, lo abyecto se activará con toda su violencia devorando nuestra mirada con lo repulsivo de su aspecto (Patio de recreo, 2011). Demasiado tarde para reaccionar. La partida ha terminado. Francisco García Ramos. Comisario de la exposición.


6 · Roberto López Martín

Mi padre · 2010 · Acrílico sobre tabla · 110 x 140 cm


Fundación AISGE · 7

Narciso II y lo moderno · 2011 · Óleo sobre lienzo · 80 x 60 cm


8 · Roberto López Martín

Narciso perdido · 2011 · Óleo sobre tabla · 80 x 60 cm


Fundación AISGE · 9

San Sebastián · 2011 · Óleo sobre tabla · 120 x 60 cm


10 · Roberto López Martín

Guisante sin princesa · 2010 · Óleo sobre tabla · 80 x 60 cm


Fundación AISGE · 11

Siete mil millones de nosotros mismos (Princesa fagocito) 2010 · Técnica mixta sobre papel · 120 x 130 cm


12 · Roberto López Martín

Escucha, repites y hablas · 2010 · Técnica mixta sobre lienzo · 110 x 80 cm


Fundación AISGE · 13

¡Qué linda película papá! · 2010 · Técnica mixta sobre lienzo · 110 x 140 cm


14 · Roberto López Martín

Mr. Mickey’s House · 2011 · Acrílico sobre tabla con soporte digital · 110 x 140 cm


Fundación AISGE · 15

Blancanieves y su tanga de Hello Kitty (La perfecta combinación) 2010 · Técnica mixta sobre tabla · 200 x 100 cm


16 · Roberto López Martín

Patio de recreo · 2011 · Caja de luz, acrílico sobre tabla con mirillas · 200 x 100 cm



Fundaci贸n AISGE Madrid, Espa帽a www.aisge.es


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