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Tú y yo estamos hechos de estrellas
Por: Patricia Escobedo
Te invito a que por un momento te pongas a pensar en todas las bendiciones que tienes en tu diario andar a cada instante y a que descubras todas las bondades que la vida te otorga con solo sentirlas y vibrarlas. Y entonces haz de tu vida ¡una gran celebración!
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Pon música, canta, baila; festeja, prepara la comida que más les guste a ti y a todos los tuyos, bebe la bebida que más se te antoje; platica con tus cercanos de todos los temas posibles desde temáticas muy profundas hasta de pequeños momentos y anécdotas de infancia; comparte un momento de televisión, una noche de película con palomitas; una entrega de premios con apuesta de quién va a ganar la terna; participa en una tarde de juegos de mesa; arma rompecabezas, pinta por números, crea figuras con piedras de río pintadas a mano; realiza pinturas de acuarela, haz imágenes con semillas; platica con los abuelos de historias entrañables; sube a tu azotea a ver el eclipse lunar más próximo; quema bombones con tus hijos, tus sobrinos o tus nietos y disfruta cada instante al máximo mientras platicas historias de miedo; participa de una reunión virtual de
cumpleaños con amigos que no ves con frecuencia.
Realiza cosas que te hagan feliz y te permitan valorar uno a uno tus instantes.
Si eres maestro como yo, vuelve tu comedor o tu habitación en una fabulosa aula virtual, permite a tus alumnos durante esta pandemia, entrar a tu territorio y compartir de tus conocimientos desde tu espacio, sigan compartiendo como lo hacían de manera presencial toda su complicidad y sigan aprendiendo pues la escuela está cerrada en su edificio pero no está cerrado ni el corazón ni el trabajo de los maestros, los padres de familia y los alumnos para seguir adelante en esta contingencia con las clases a distancia, a esto se le llama suma de voluntades y es un esfuerzo colectivo de amor, entrega, disciplina y deseo de seguir adelante.
Si trabajas en casa de manera virtual, convierte tus espacios en ese tiempo de trabajo colaborativo y total en el que los buenos proyectos, las juntas por Zoom de suma de talentos y los espacios para alcanzar objetivos múltiples se vuelven algo tan familiar y vívido que los logros son enormes y mágicos. Haz de tu tiempo de ejercicio y meditación un momento solo para ti, en el que el tiempo y el espacio se detengan por un segundo y todo gire en torno a ti, recapitula tus días, tus tardes, tus noches, tus bendiciones, tus sueños, tus anhelos, tus fracasos, tus espacios de oportunidad, tus deseos a corto, mediano y largo plazo; tus bendiciones, lo que te falta por lograr, lo que puedes mejorar y entonces, vive, vibra y medita en consciencia y en total fuerza a tu favor. Vuélvelo algo cotidiano e íntimo y disfruta esos instantes contigo, solo contigo.
Haz de tu casa un lugar creativo de amor en el que los minutos cuenten y tú puedas hacer una fiesta a cada instante, limpia, repara, mueve los muebles, cambia la decoración, regala lo que ya no sea funcional, pinta, reconstruye, arregla tu jardín, pon nuevas plantas, retira la maleza, siembra, cosecha, arregla la tierra, poda, crea, vive, toma tiempo para ver tus logros y sobre todo, sé feliz con los nuevos espacios que formes.
Emplea este tiempo de pandemia para crecer, para retroalimentarte, para reflexionar sobre lo que ya no quieres más en tu vida, para reinventarte, para saber que
todo lo que a partir de hoy hagas te va a convertir en la persona que quieres ser, para enterarte que no estás encerrado, sólo estás a resguardo esperando que tu vida sea más luminosa cuando todo esto acabe y tú seas más fuerte, más resiliente, más empático, colaborativo, comprensivo y tolerante.
Haz de tu casa un lugar de oración, reza, ora, toma tiempo para meditar, pide lo que necesites, pero primero agradece todas las bendiciones que ya tienes y las que vienen en camino, pon tu atención en tus tesoros y vislumbra la manera de alcanzar todos tus anhelos para ti y los tuyos. Prepara un lugar especial para agradecer y rezar, se entrañable en tus recuerdos y en tus oraciones y visualiza siempre el poder infinito del Universo en ti.
Valida a cada instante la importancia de la amistad, de la familia, de los cercanos, de los lejanos, de tus compañeros de escuela o de trabajo, de tus afectos, de todo lo que te hace ser fuerte y amoroso, de la valiosa cercanía de amor y de la energía que ese amor te da para nutrirte ante cualquier adversidad. Recuerda que la familia es la base de todos tus logros y que la familia añadida que se concentra en tus amigos, te da fortaleza y andamio para sacar cada problema y resquicio de preocupación adelante.
Valora todo lo que tienes pues viéndolo desde fuera te darás cuenta que es un tesoro invaluable, cada uno de tus cercanos te permitirá saber que lo que has hecho a lo largo de los años y los hilos invisibles que has ido tejiendo en amor, hoy te permiten no sentirte solo y ser autosuficiente y capaz de lograrlo todo y más.
Invierte en tu salud física y mental, ejercítate a tu modo, come sano y bien, medita y da las gracias, convive con tu familia y hazle saber lo importante que son todos para ti, involúcrate en tu belleza física y emocional siempre y sobre todo, quiérete y piensa siempre en ti, pues si tú estás bien, todos los demás cerca de ti, también lo están.
Haz de cada momento un tiempo de fiesta y algarabía; no tienes nada que perder y sí mucho por ganar, pues los resultados serán magníficos. Sin duda, este tiempo de pandemia no solo te ha permitido valorar tu vida, tus afectos y tu salud sino que te han
permitido también darte cuenta de que todos tus cercanos son importantes para ti y por el bullicio de la vida quizá no los habías sopesado como seres importantes y básicos en tu vida; y la importancia de que estén sanos, que estén bien, que te hagan sentir feliz con su cercanía y su complicidad y que todos estén a salvo y realizando sus propios procesos, son aspectos invaluables que debes valorar y agradecer. Por tanto, tenerlos y considerarlos importantes son tesoros de vida para ti.
Sin duda, tu puerto seguro es tu casa, pero también lo es tu cuerpo y tu mente pues de tu bienestar depende el bienestar de todos los demás, por tanto, celebra, bendice, agradece, brilla, festeja, vive, date cuenta de todos los momentos memorables que puedes concatenar y atestiguar durante todos estos meses de confinamiento por esta pandemia que paralizó al mundo, pero no a tu mente ni a tu corazón, y es por eso que te digo que tú y yo estamos hechos de estrellas, pues nuestro brillo y fulgor permite iluminar a todos los que nos rodean y darles sendero y camino para acompañarnos en nuestro diario andar y recorrer juntos un recorrido fabuloso que solo lleva a la vida, la vida unitaria, la vida juntos, la vida familiar, la vida profesional, la vida mística, la vida de agradecimiento, la vida de felicidad, la vida de pareja, la vida con nuestros hijos, la vida con nuestros padres, la vida con nuestros abuelos, la vida con nuestros compañeros de trabajo, la vida con nuestros amigos de siempre y de ahora, la vida con nuestras mascotas, en fin, ¡vida!; vida que debe ser iluminada desde nuestro polvo y fulgor de estrellas.
Te invito, ¡tú y yo
estamos hechos de
estrellas!, vamos a brillar para iluminar nuestros caminos y valorar esta pandemia en su magnitud de reinvención y de magia de Amor. Sólo inténtalo, te aseguro que ¡no te arrepentirás!
Patricia Escobedo Guzmán
Correo Electrónico: paty_escobedo@hotmail.com
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