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iniciar nuevos caminos
Por: Roberto Celaya
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¿Qué cambiarías de tu vida si pudieras dar marcha atrás al tiempo? Si bien creo que a esta pregunta pudieras tener varias respuestas, debes considerar que todas las ideas que puedas mencionar se basan precisamente en la experiencia que has adquirido por lo que si cambiarias eso que te dio experiencia no tendrías la perspectiva que ahora de la vida tienes.
Conozco mucha gente, y supongo que tú también la conocerás, que se arrepiente de algo que le ha pasado en su vida, sea que esta persona lo haya ocasionado o bien que simplemente le haya acontecido. El arrepentimiento, si bien es un sentimiento muy natural del ser humano, puede hacer que no veamos más que un lado de la moneda: lo negativo de la experiencia, pero quiero decirte que hay otro lado y eso es la perspectiva que de la vida vas adquiriendo.
Vamos siendo prácticos: dado que no puedes cambiar el pasado, mejor enfoquémonos en algo que si puedas cambiar y eso es el futuro. Toda experiencia, por desagradable, traumática o negativa que nos parezca puede utilizarse para ser mejores, sea que nos lleva a sernos y sabernos más humildes o sea que nos lleve a entender a los demás con todos sus aciertos y errores, luces y sombras, que puedan tener.
Pero aún seamos más prácticos: incluso en el caso de que esas experiencias perniciosas no pudieran servirnos de ninguna forma en lo que está por venir de nuestra vida, créeme que tampoco nos sería de mucha utilidad estar lamentándonos de algo que no podemos cambiar con el resultado en contrario en el balance de nuestra vida de que de todas formas le estaríamos destinando tiempo a ese ver hacia atrás.
Esto último lo señalo para aquellos que no creen que de todo pueda sacarse algo bueno, pero sí quiero aclarar que yo creo en lo que dije antes de esto: que de cualquier situación por mal que la veamos algo de bueno habrá que tenga, por lo menos la experiencia que ello te deja.
¿Y la experiencia para que nos sirve? Uuuuuhhhh, pues para muchas cosas, pero nomás te digo una: para ser cada vez mejores. Piensa en cualquier cosa en que hayas adquirido destreza y veras que, como dice el dicho, la práctica ha hecho al maestro. Pues bien, la vida es como una maestra, pero una maestra que desea que nosotros también seamos maestros y para ello nos acerca experiencias de todo tipo que van encaminado hacia ello. Como podrás ir viendo, una manera de comenzar a sacar de ese fango cenagoso que bien nos pudo haber dejado una experiencia ingrata las pepitas de oro que toda vivencia trae, es precisamente preguntándote de lo vivido ¿qué puedo aprender de esto?
No quiero decir que este ejercicio es fácil, sencillo o agradable. Para nada. En ocasiones conlleva revivir la experiencia vivida, lo cual en ocasiones es bastante complejo y complicado, pero al igual que ese expertise que te he mencionado y que solo se adquiere con la práctica, poco a poco irás viendo cómo es que este tipo de ejercicio, de reflexión, de análisis se te irá haciendo cada vez más accesible y por lo tanto más enriquecedor.
La vida no se detiene por las experiencias que vayamos experimentando, sean estas agradables o no, luego en función de esto podemos usar lo que vamos viviendo para alcanzar cada vez mejores formas de ser como individuos, después de todo lo mejor de la vida es que si bien no puedes desandar tus pasos, sí puede iniciar nuevos caminos.