Un mensaje para los santos de todos los tiempos
Roberto Celaya Figueroa
Mateo 24:4
…para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas y nosotros por medio de él (I Corintios 8:6)
Dedicatoria
A la Iglesia de Dios (7° Día) Página web habla hispana: http://www.iglesiadediosapostolica.org/ Página web oficinas centrales: http://www.churchofgod-7thday.org/
Índice
Introducción ............................................................................ 1 I El destino de los templos ...................................................... 5 II Los tres tiempos de la profecía ............................................ 11 III La apertura de los cuatro sellos ......................................... 15 IV Las condiciones en la tierra ................................................ 21 V La abominación desoladora .................................................. 49 VI La gran tribulación .............................................................. 80 VII La venida del Hijo del Hombre ......................................... 110 VIII La higuera ...................................................................... 119 IX Los días de Noé ................................................................. 130 X Velad, velad, velad ............................................................. 167 Conclusión ............................................................................. 174
Introducción La información que escrituralmente se nos presenta en Mateo 24:1-51, Marcos 13:1-13, Lucas 21:5-36 y 17:26-36, que versa sobre la profecía que Jesús entrega a sus discípulos, poco antes de crucifixión, muerte y resurrección, siempre ha intrigado al estudioso de la Escritura no sólo en cuanto a la interpretación de lo que nuestro Señor presenta sino incluso en cuanto a la conciliación del mensaje entre sí mismo en cada una de sus partes así como el mismo como un todo. Cristo menciona la destrucción total de todas las construcciones referidas al Templo, más sin embargo en la actualidad el Muro de los Lamentos en Jerusalén se yergue como un resto de algo que no debió haber quedado, ¿cómo puede entenderse esto? Por otra parte, dado que el resto de la profecía habla mayoritariamente del destino de la iglesia de Dios, ¿puede interpretarse esa destrucción del Templo, aparte de su significado real y material, en un sentido simbólico y espiritual? Al inicio de la entrega de la profecía por parte de Jesús los discípulos hacen una pregunta claramente dividida en tres partes temporalmente hablando, una relacionada con el futuro inmediato, otra con el fin de los tiempos y otra que deviene en un intervalo entre esos dos puntos, ¿la información que Jesús da puede de igual forma referirse a esos tres lapsos de tiempo o toda se refiere al final de los tiempos? Jesús inicia la profecía hablando de un falso cristianismo, guerras, hambre, pestes, lo cual tiene un paralelo evidente con los primeros cuatro sellos de Revelación 6, ¿esto es mera coincidencia o hay un significado en ello?
1
Luego se nos presentan ciertas condiciones en la tierra que padecería la iglesia de Dios referidas a rechazo, persecución y muerte, ¿nos pueden servir estas condiciones para identificar, entre las más de 33,000 iglesias, congregaciones y denominaciones cristiana existentes a la verdadera iglesia de Dios? La abominación desoladora presenta lo mismo un nodo semántico de cuya interpretación depende gran parte del entendimiento de la profecía entregada. Si la misma se refiriese a alguien que en el futuro se ostente como Dios, suprima sacrificios en Jerusalén (lo cual implicaría que los mismos se han reanudado) y exija adoración, siendo honestos tendremos que concluir que cuando eso pase la mayoría del mundo, incuso del mundo no cristiano, creyente o profesante, lo identificará como el engañador que habría de venir, pero la profecía nos dice claramente que casi todos serán engañados, ¿puede entenderse la figura de la abominación desoladora de otra forma que permita esto? De igual forma, un concepto muy llevado y traído en el cristianismo es el de la gran tribulación, si como algunos creen esto se refiere a un período de tiempo futuro previo al advenimiento de Cristo uno no esperaría encontrar las mismas situaciones a las que hace referencia en todos los siglos de existencia de la iglesia de Dios, pero la realidad es que dichas situaciones ahí están, en ese sentido, ¿la gran tribulación se refiere a gran por duración o a gran por intensidad o bien a ambas? Por otra parte, si Cristo mismo dijo que Su iglesia siempre padecería rechazo, persecución y muerte, pero actualmente vemos un clima de relativa calma, libertad y respecto en esto, ¿existe en este tiempo de relativa calma para la iglesia de Dios tribulación o no existe?
2
Y respecto a la venida del Hijo del Hombre, según la profecía entregada, ¿cómo será esta?, es decir, ¿cómo pueden ordenarse los eventos de Su venida, la resurrección de Sus santos, la caída de las plagas postreras de la ira de Dios? La figura de la higuera que se incorpora en la profecía representa a Israel, ¿debe entenderse que su reverdecimiento implica necesariamente la fecha 14 de mayo de 1948 que es cuando se estableció el Estado de Israel como tal o hay holgura en este entendimiento? En cuanto a los dichos de Jesús en la profecía respecto de que su venida se daría como en los días de Noé, si vemos las señales supuestamente aunada a esto –todos comían bebían y se casaban-, realmente no sirven de mucho como tales pues siempre se ha dado eso, ¿puede entenderse esa información de otra forma que realmente implique información clara y contundente sobre lo que está por venir?, de igual forma, dado que el grueso de la profecía entregada tiene que ver con la iglesia de Dios, ¿esto de los tiempos de Noé será una excepción o puede entenderse y verse como en la misma línea?. Adicionalmente y en ese mismo contexto se habla de los tiempos de Lot y cuando Sodoma y Gomorra fueron destruidas, de igual forma ¿puede entenderse como algo más concreto referido también a lo que está por venir cuyo epicentro será el regreso de Cristo y que de igual manera estará relacionado con el destino de Su iglesia? Y tal vez la pregunta más importante, ante todo el panorama que entrega la profecía, ¿qué puede hacer la iglesia de Dios, los fieles que han sido llamados en este siglo a salvación?
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El objetivo del presente libro es que con la ayuda del Santo Espíritu de nuestro Padre Dios pueda arrojarse luz sobre la información que la profecía nos entrega, ver si esta es congruente con el resto de la Escritura, ver si de igual forma es congruente con el cuerpo de las doctrinas e la iglesia de Dios, y ver si la misma puede presentarse de manera relevante, congruente y pertinente para el entendimiento de los santos y santas llamados a salvación en el presente siglo y para la edificación del Cuerpo de Cristo, conforme a la voluntad del Padre y para Su mayor gloria.
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I El destino de los templos Mateo 24:1-2
Marcos 13:1-2
1
1
Cuando Jesús
Jesús salía del templo cuando uno de sus
salió del templo y
discípulos le dijo: «Maestro, ¡mira qué piedras!
se iba, se
¡Qué edificios!»
acercaron sus
2
discípulos para
no va a quedar piedra sobre piedra. Todo será
mostrarle los
derribado.»
Jesús le dijo: «¿Ves estos grandes edificios? Pues
edificios del templo.
Lucas 21:5-6
2
5
Respondiendo él,
Algunos hablaban de las hermosas piedras con
les dijo: ¿Veis
las que el templo estaba adornado, y de las
todo esto? De
ofrendas dedicadas a Dios, así que Jesús les dijo:
cierto os digo, que
«En cuanto a lo que ustedes ven, vienen días en
no quedará aquí
que no quedará piedra sobre piedra. Todo será
piedra sobre
destruido.»
6
piedra, que no sea derribada.
Del anterior preámbulo que servirá de introducción para la explicación que posteriormente vendrá podemos resaltar dos ideas principales, una que habla de manera general sobre la historia de la iglesia de Dios y otra que permite identificar los tres grandes momentos de ésta. La primer idea está contenida en el versículo 2 dónde Jesús señala que no quedaría piedra sobre piedra, refiriéndose al Templo de Jerusalén. Por lo general se entiende esta aseveración como una referencia a lo que años después sucedería en el año 70 d.C. con la destrucción del 5
Templo y la toma de la Ciudad de Jerusalén a manos del ejército imperial de Roma bajo las órdenes de Tito. En efecto, esta interpretación es correcta ya que en esa fecha lo dicho por Jesús se hizo concreto de manera visible, pero esa misma interpretación nos presenta un problema pues en la actualidad existe en Jerusalén lo que se conoce como el Muro de los Lamentos, que se cree es un muro de los que bordeaban el Templo de Jerusalén, para mayor referencia parte del muro occidental, que sobrevivió a la destrucción acaecida en el año 70 d.C. Sin entrar mucho en discusión la sola existencia de este muro echaría por tierra las palabras de Jesús quien enfáticamente señaló que no quedaría piedra sobre piedra. Algunos tratando de encontrar sentido en esto proponen que Jesús se estaba refiriendo al Templo, pero la cita en cuestión señala las construcciones del Templo. La palabra griega οἰκοδομὰς, oikodomas, se refiere a todo lo relacionado con, incluyendo los muros perimetrales. Es así como la contradicción persiste, a menos que optemos por ajustarnos a lo que dice la Escritura. Si Jesús indicó que no quedaría piedra sobre piedra de todas las construcciones relacionadas con el Templo, uno no puede menos que creer que sus dichos resultaría más que cierto, pero entonces ¿qué hay con la evidencia actual que ante nuestros ojos se yergue en la figura del Muro de las Lamentaciones? Un punto de acuerdo que todos los estudiosos del tema tienen con respecto al Templo es que de manera clara, concreta y objetiva no se sabe en qué lugar específicamente estaba construido. De las muchas propuestas que sobre este tema se han dado tres son las que gozan de 6
mayor peso histórico, geográfico y escritural. Una es dónde actualmente se encuentra la mezquita conocida como el Domo de la Roca, otra que señala que más bien es hacia un lado de ésta, específicamente dónde está la explanada, y otra que señala que no es ahí sino un poco más abajo, hacia la ladera sur. Sin pretender hacer de esto un punto doctrinal de discusión hay una cita de la Escritura que nos puede dar luz sobre este tema y decantarnos por alguna de las tres opciones anteriores, dicha cita está contenido en Hechos 21:15-37. La cita anterior trata de uno de los muchos problemas que Pablo enfrentaba con la predica del Evangelio, ya que a dónde iba siempre encontraba detractores, en este caso incluso y con mayor razón en Jerusalén. La cita en cuestión presenta todo el relato desde el punto en que Pablo, encontrado en el Templo de Jerusalén por los judíos, es enfrentado generándose un disturbio no menor al grado que las huestes romanas tuvieron que intervenir para aplacar a la muchedumbre. Aquí hay que tener claro esos dos puntos antes de avanzar al tercero que nos dará luz sobre el tema que estamos dilucidando: Pablo se encontraba en el Templo y las huestes romanas tuvieron que intervenir. La parte del relato que sirve para dar luz sobre el tema tratado se encuentra en el versículo 32 cuando se señala que ante el tumulto que habían generado los judíos por la presencia de Pablo en el templo, el tribuno tomó consigo soldados y centuriones y bajó corriendo hacia ellos. Históricamente se sabe que en el monte del templo estaba una guarnición de soldados conocida como la Fortaleza Antonia, lugar dónde 7
de igual forma residía el Tribuno, siendo que de ahí se partió hacia el Templo para contener a la multitud enardecida contra Pablo. Lo interesante de esto es que el versículo mencionado señala claramente no que se dirigió o que fue hacia sino que bajó. Quien conozca la topografía del monte del Templo, como su nombre lo indica, sabrá que se trata de un promontorio que asciende en Jerusalén, si la fortaleza hubiera estado al lado del Templo las huestes romanas no hubieran bajado sino que se hubieran dirigido a. Si la fortaleza hubiera estado en posición más baja que el Templo, el cual estaría en la cima, es decir, en algunas de las dos primeras opciones mencionadas al principio, los romanos hubiesen entonces ascendido a. Pero la cita señala claramente que los centuriones bajo el mando del Tribuno bajaron a, luego entonces la única posibilidad es nos remite a la tercer opción presentada al principio, es decir, que el Templo estaba situado poco más abajo, hacia el sur, que en dónde actualmente está la mezquita conocida como el Domo de la Roca o su explanada. Todo lo anterior nos permite tener una imagen clara de las edificaciones que en ese entonces estaban en lo que actualmente se conoce como el Monte del Templo: en la parte superior estaba la edificación romana conocida como la Fortaleza Antonia y poco más debajo, hacia el sur, hacia lo que se conoce como la Ciudad de David, el Templo de Jerusalén, lo cual nos lleva a entender y comprender que el muro que actualmente se conoce como el Muro de los Lamentos no pudo ser parte de las construcciones relacionadas con el Templo sino más bien parte del muro perimetral de la Fortaleza Antonia. Con este entendimiento podeos resolver la contradicción presentada al inicio y no pretender conciliar las dichos de Jesús con la evidencia que tenemos pues ambas se contradicen sino darle el valor a la profecía de 8
Jesús y aceptar que, como podemos ver, no quedó piedra sobre piedra del Templo, pero también comprender que lo que se conoce como el Muro de los Lamentos no es sino parte del muro perimetral de la entonces construcción romana conocida como Fortaleza Antonia. Si bien, como se comentó, esta no pretende ser una exposición doctrinal, si es preponderantemente necesaria pues, como veremos conforme se desarrolla el resto de la profecía dada por Jesús, es necesario real, plena y totalmente creerle a Jesús sin pretender aderezar sus dichos para que se ajusten a nuestros pensamientos, siendo que esta apertura de los mismos nos da un excelente pretexto para que histórica, pero sobre todo escrituralmente, hagamos de inicio esto.
Una vez aclarado lo anterior, procedamos a los dos puntos que inicialmente se indicaron eran contenidos en el presente preámbulo: el de la historia de la iglesia de Dios y el de las tres etapas relacionadas con la misma. En la Escritura tenemos que muchas profecías tienen cumplimientos duales, es decir, a veces se cumplen históricamente pero luego podemos esperar un cumplimiento más pleno, o bien, se cumplen en una persona o conglomerado de personas pudiendo esperar u cumplimiento posterior en otra persona o conglomerados de personas. Este es el caso del versículo 2 cuando Jesús, refiriendo se al Templo señaló que no quedaría piedra sobre piedra, el cumplimiento histórico se llevó a cabo en el año 70 d.C., como ya se comentó, pero el cumplimiento profético estaría siendo referido a la historia de la iglesia de Dios, donde de igual forma a la venida del Hijo del Hombre no quedaría piedra sobre piedra.
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Si bien este punto se desarrollará más delante, hay que dejar claro que como la Escritura señala, Cristo es la Roca, fundamento de Su iglesia, sobre la cual el resto de los creyentes somos edificados como parte de Su cuerpo (Ef. 2:20-22). Esta manera de representar la iglesia de Dios nos habla de un templo espiritual, cuya piedra fundamental es Cristo y el resto de los creyentes participan como piedras vivas en su construcción (1 Pe. 2:4-5), luego entonces ¿podría esta referencia profética referirse a la historia de la iglesia de Dios? La respuesta propuesta es sí y el desarrollo de la misma se irá dando conforme se avance en la profecía entregada por Cristo. El otro punto que se señaló que estaba contenido en el presente preámbulo es la referida a las tres etapas de la historia de la iglesia de Dios, esto en la pregunta que hacen los discípulos contenida en el versículo 3 que puede identificarse en tres momento: cuándo será esto (referido a lo que se acababa de hablar sobre la destrucción del Templo de Jerusalén), cuál será la señal de la venida de Cristo (referida a la etapa intermedia en la historia de la iglesia de Dios desde la partida de Cristo y hasta Su regreso), y la señal del fin del mundo (referida al regreso de Cristo. Estos tres momentos tienen que ver con la historia de la iglesia de Dios, pero tienen repercusión en todo el mundo y toda la humanidad, y se irán desarrollando conforme se avance en el análisis de la profecía entregada por Jesús.
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II Los tres tiempos de la profecía Mateo 24:3
Marcos 13:3-4
3
3
Y estando él
Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al
sentado en el
templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le
monte de los
preguntaron aparte:
Olivos, los
4
discípulos se le
habrá cuando todas estas cosas hayan de
acercaron aparte,
cumplirse?
Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal
diciendo: Dinos, ¿cuándo serán
Lucas 21:7
estas cosas, y qué
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señal habrá de tu
será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas
venida, y del fin
estén para suceder?
Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo
del siglo? Después de los dichos anteriores del Mesías respecto de la destrucción del Templo, es natural que la curiosidad de sus discípulos hubiese sido excitada generando en en ellos la necesidad de saber más, de tener mayor claridad sobre la perspectiva futura. En este punto recordemos que toda escritura es inspirada por Dios (2 Timoteo 3:16), por lo que no sólo lo que se dice, sino incluso cómo se dice, debe ser considerado bajo esa luz. En ese sentido es interesante la manera en que la pregunta que presentan los discípulos a Jesús al respecto es formulada. Fijémonos que no es una pregunta relativa a ¿cuándo será destruido el Templo?, o ¿cuándo sucederá eso que dices?, o algo similar sino que es una pregunta inspirada que contiene tres momentos, tres momentos 11
que nos deben ser muy claros para entender el resto de la profecía entregada por Cristo. ¿Cuándo serán estas cosas… qué señal habrá de tu venida… y del fin del siglo? La primera parte de la pregunta tiene una connotación inmediata pues hace referencia a los dichos por Jesús. Jesús acababa de hablar de la destrucción total del Templo de Jerusalén y la pregunta ¿cuándo serán estas cosas? No deja lugar a dudas, ni puede aplicarse a nada más, de que se estaba refiriendo precisamente a eso que Jesús acababa de decirles (aunque ya se comentó que esto tiene una interpretación dual. El templo de Jerusalén y la historia de la iglesia de Dios). Parte de la profecía que posteriormente Jesús les entregaría giraría en torno a esto. La segunda parte de la pregunta sigue la misma tónica profética pero apunta a un período mayor de tiempo. ¿Qué señal habrá de tu venida? Ya no está haciendo referencia a los dichos iniciales de Jesús cobre la destrucción del Templo de Jerusalén sino que se enfoca, y por eso lo aclara, en lo que la iglesia de Dios esperaría durante siglos que es la segunda venida de Cristo. Una vez que veamos la tercera parte de la pregunta volveremos sobre esto pues muchos confunden esta segunda parte de la pregunta con la tercera parte de la misma haciéndola una, lo cual no es así. Pero de igual forma hay que tener en mente que la profecía que posteriormente entregaría Cristo hará muchas referencias a este período. La tercera parte de la pregunta se refiere a qué señales habría del fin del siglo. La palabra traducida como siglo viene del griego αἰῶνος, aiōnos, que hace referencia a un espacio de tiempo, ese espacio de 12
tiempo se refiere a la era actual, antes del inicio de la era mesiánica, así que la pregunta gira en torno a cuándo terminaría esta era dada al hombre para autogobernarse y daría inicio así la era de la regencia del Mesías. Esto también hay que tenerlo en cuenta pues parte de la profecía que entregue posteriormente Cristo girará en torno a esto. En este punto, como se comentó anteriormente, hay que aclarar que la segunda parte de la pregunta es diferente de la primera parte, ¿por qué es necesaria esta aclaración? Porque la misma pregunta, así como la profecía que posteriormente entrega Jesús, tiene tres grandes momentos que podríamos identificar como inicial, intermedio y final. El inicial se refiere a la primer parte de la pregunta y no deja lugar a dudas a que indica un punto preciso en el tiempo, en aquel entonces muy cercano su cumplimiento, cuando Jerusalén sería tomada y el Templo destruido. La tercera parte de la pregunta de igual forma hace referencia a un momento muy puntual en el tiempo, de cumplimiento futuro, cuando Cristo iniciaría su regencia sobre la tierra. Pero la segunda parte de la pregunta hace referencia ese período largo de tiempo entre ese momento inicial en el tiempo referido a la primera parte de la pregunta dada y el momento final del mismo referido a la tercera parte de la pregunta expresada. Si bien esta explicación irá teniendo mayor claridad conforme se avance en el análisis de la profecía entregada por Cristo, es necesario de inicio tener en mente esto pues cuando se confunden la segunda y la tercera parte de la pregunta como si fuese una sola el resto de la profecía no puede entenderse. ¿Cómo es que puede darse esa confusión de la segunda y la tercera parte de la pregunta haciéndola una sola? Considerando que ambas se refieren al mismo período de tiempo, lo cual hacen muchos. 13
Cuando leen en la pregunta que estamos analizando que la segunda parte se refiere a la señal de la venida de Cristo muchos infieren que se ha de referir poco antes del momento preciso en que Cristo regrese, pero si así fuera entonces la segunda parte de la pregunta sería la misma que la tercera parte de la misma que se enfoca en el fin de la presente era ya que cuando Cristo regresa termina el autogobierno del hombre para dar inicio al Reino de Dios bajo el gobierno de Cristo, pero dado que la misma pregunta, se repite: inspirada, hace esa diferenciación partiendo a la misma en tres momentos, es lógico que los tres momentos no pueden referirse a los mismo, sino a períodos en el tiempo diferentes. De igual forma, como se verá conforme se avance en el análisis de la profecía entregada por Cristo, esta apreciación se confirma corroborando que la respuesta a la pregunta gira en torno a tres momentos: uno que inicia el período al cual Cristo ser refiere y que tiene su indicativo en la toma de Jerusalén y la destrucción del Templo, otro que termina ese período, y con ello la actual era de autogobierno del hombre, para dar inicio al Reino de Dios bajo el gobierno de Cristo, y un período intermedio, para nosotros extremadamente largo, de siglos, referido a la historia de la iglesia de Dios, en el cual se daría cumplimiento a la mayor parte de la profecía entregada.
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III La apertura de los cuatro sellos Mateo 24:4-8
Marcos 13:5-8
4
5
Respondiendo
Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad
Jesús, les dijo:
que nadie os engañe;
Mirad que nadie os
6
engañe.
Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos.
5
7
Porque vendrán
porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Más cuando oigáis de guerras y de rumores de
muchos en mi
guerras, no os turbéis, porque es necesario que
nombre, diciendo:
suceda así; pero aún no es el fin.
Yo soy el Cristo; y
8
a muchos
contra reino; y habrá terremotos en muchos
engañarán.
lugares, y habrá hambres y alborotos; principios
6
de dolores son estos.
Y oiréis de
Porque se levantará nación contra nación, y reino
guerras y rumores de guerras; mirad
Lucas 21:8-11
que no os turbéis,
8
porque es
porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo:
necesario que todo
Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Más no
esto acontezca;
vayáis en pos de ellos.
pero aún no es el
9
fin.
alarméis; porque es necesario que estas cosas
7
acontezcan primero; pero el fin no será
Porque se
Él entonces dijo: Mirad que no seáis engañados;
Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os
levantará nación
inmediatamente.
contra nación, y
10
reino contra reino;
nación, y reino contra reino;
y habrá pestes, y
11
hambres, y
lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y
terremotos en
grandes señales del cielo.
Entonces les dijo: Se levantará nación contra y habrá grandes terremotos, y en diferentes
15
diferentes lugares. 8
Y todo esto será
principio de dolores.
El capítulo 5 del libro de Revelación muestra una visión a Juan referida a libro escrito por dentro y por fuera que se encuentra sellado por siete sellos y al cual nadie era digno de abrir. Ese mismo capítulo muestra que sólo es Cordero es hallado digno de abrir los sellos con lo que comienza la revelación de la profecía contenida en el mismo. Los que leen lo anterior entienden la referencia inmediata de que es el Cordero, Jesús, quien abre los sellos que encierran la profecía con lo que la misma es posible verla y quedar plasmada en Revelación. Este entendimiento es correcto pero la visión misma va más allá ya que literalmente es Jesús quien abre la profecía, es decir, quien permite el entendimiento de la misma, siendo que eso no es algo relativo al futuro sino que el entendimiento de la profecía que se muestra en Revelación lo da Jesús desde hace dos mil años, con las señales del fin. Como puede leerse en las citas que inician este apartado Jesús entrega cuatro señales en orden perfecto que embonan con las primeras señales que salen cuando los primeros cuatro sellos del libro mostrado en Revelación 5 son desatados, dichas señales están contenidas en Revelación 6:1-8. En las citas iniciales de este apartado Jesús comienza previniendo sobre falsos cristos, luego habla de guerras, luego de hambres y luego de pestes. Con este entendimiento uno puede comprender Revelación 6:116
8 y entender que los jinetes que se muestran se refieren precisamente a lo mismo. Lo interesante de las citas con las que inicia el presente apartado, y esto es muy importante, es que claramente Jesús dice que lo referido a estas cuatro señales no significaría el fin. “Pero aún no es el fin” y “principio de dolores” son extremadamente significativas pues tienen la connotación de que estas señales estarían permanentes durante toda la historia de la iglesia de Dios, desde su principio y hasta su final, no necesaria ni exclusivamente, como algunos creen, previas al advenimiento inminente por segunda vez de Jesús. No se necesita tener mucho conocimiento escritural para lo anterior ya que si esas señales dadas por Jesús fueran necesaria y exclusivamente a realizarse inmediatamente antes de Su segunda venida uno esperaría no verlas desde que vino y hasta la fecha, lo cual no es así pues las cuatro han estado existentes en estos dos mil años de Su iglesia, así que si fueran señales para el momento inmediato de la segunda venida de Jesús y las mismas estuviesen durante estos dos mil años de historia de la iglesia de Dios, las mismas no servirían mucho como señales. Todo esto no es menos importante pues el entendimiento del libro de Revelación depende de ello. Sobre esto, la parte delicada es la referida al jinete blanco de Revelación 6:2 que muchos confunden con Cristo. Los demás sellos son entendibles, más si consideramos la apertura de la profecía contenida en las citas con que inicia este apartado, pero si estas últimas no se tienen en consideración, en lo referente a los falsos cristos que habrían de venir, como primer señal de estos tiempos, uno puede llegar a confundir la señal de Revelación 6:2 respecto del jinete blanco. 17
Aún y cuando lo anterior, considerando las citas con las que abre el presente apartado, es claro referido a la figura del jinete en el caballo blanco de Revelación 6:2, como explicación adicional de que dicho jinete no se refiere a Jesús, sino como nuestro Señor mismo comienza a develar un falso cristianismo, puede decirse que los personajes de Revelación 1, 14 y 19 se identifican explícitamente como nuestro Señor Jesús (“el primero y el último, y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (Revelación 1:17-8); es semejante a un Hijo de Hombre (Daniel 7 :13; Mateo 12:8; 16:27; 25:31), viene sobre una nube (Daniel 7:13; Hechos 1:11), a la orden del arcángel comienza a segar su cosecha (Revelación 14:15-16); y es “el Verbo de Dios” (Revelación 19:13). Además sus descripciones calzan y complementan entre sí. Por su parte el jinete sobre el caballo blanco de Revelación 6 no se describe con majestad y señorío, no se le identifica explícitamente, trae una corona (no de oro (Revelación 14:14), no muchas (Revelación 19:12), y viene con un arco (no con una espada que sale de su boca (Hebreos 4:12; Efesios 6:17), un arco sin flechas, es decir, viene a engañar haciendo creer que puede hacer daño permanente (Mateo 10:28). Por último, dado que el libro de Revelación trata de las cosas que eran cuando se escribió alrededor del 90 d.C. y las que habían de venir (Revelación 1:19), el jinete blanco de Revelación 6:2, si fuera Jesús, solo podría identificarse con el Jesús de Revelación 14 (la fase de siega) o el Jesús de Revelación 19 (la fase de guerra), siendo por el contrario que el jinete blanco de Revelación 6:2 no concuerda ni en su descripción, ni en las condiciones, ni en las circunstancias con el Jesús de Revelación 15 o Rev. 19 por lo tanto representa otro Jesús (2 Corintios 11:4).
18
Los demás sellos, como ya se señaló, no presentan mayor problema pues son claramente entendibles considerado las citas con las que abre el presente apartado, cuadrando así con lo revelado por Jesús. Este entendimiento es crucial para comprender el resto de las profecías entregadas en Revelación e identificar a qué se refieren los símbolos que en ella se presentan y, lo más importante, comprender que revelación se refiere Una vez establecido que las citas con las que abre el presente apartado contienen la clave para abrir los sellos de Revelación 6, puede entenderse que el capítulo 6 de Revelación, contrariamente a lo que algunos creen, no versa sobre lo que sucederá poco antes del regreso de Jesús, sino de (1) condiciones simultáneas, no consecutivas, que estarán presentes en toda la historia de Su iglesia y hasta Su regreso y que tendrán su correspondiente en las plagas de las trompetas de revelación 8, (2) explicaciones que de igual forma se refieren a toda la historia de la iglesia y que nos sirven para entender la revelación, y (3) un salto hacia el Día del Señor y las plagas referidas a las copas de la ira de Dios de Revelación 16. Los primeros cuatro sellos de Revelación 6:2-8 (los cuatro jinetes) se presentan como condiciones existentes durante toda la historia de la iglesia de Dios que funcionan como causas, el quinto sello Revelación 6:9-11 es de igual forma una condición existente durante toda la historia de la iglesia de Dios que funciona como explicación para comprender más la revelación, el sexto sello de Rev. 6:12-17 nos remite hacia el Día del Señor y las plagas referidas a las copas de la ira de Dios de Rev. 16 (vv. 2-21).
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El séptimo sello (con el que comienza el Capítulo 8 de Revelación), es el preámbulo a las plagas que en su momento se abordarán al ver ese capítulo referidas a las trompetas de Dios1.
1
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IV Las condiciones en la tierra Mateo 24:9-14
Marcos 13:9-13
9
9
Entonces os
Pero mirad por vosotros mismos; porque os
entregarán a
entregarán a los concilios, y en las sinagogas os
tribulación, y os
azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os
matarán, y seréis
llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos.
aborrecidos de
10
todas las gentes
antes a todas las naciones.
por causa de mi
11
nombre.
preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo
10
penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora,
Muchos
Y es necesario que el evangelio sea predicado Pero cuando os trajeren para entregaros, no os
tropezarán
eso hablad; porque no sois vosotros los que
entonces, y se
habláis, sino el Espíritu Santo.
entregarán unos a
12
otros, y unos a
y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra
otros se
los padres, y los matarán.
aborrecerán.
13
11
nombre; más el que persevere hasta el fin, éste
Y muchos falsos
profetas se
Y el hermano entregará a la muerte al hermano,
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi
será salvo.
levantarán, y engañarán a
Lucas 21:12-19
muchos;
12
12
mano, y os perseguirán, y os entregarán a las
y por haberse
Pero antes de todas estas cosas os echarán
multiplicado la
sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante
maldad, el amor
reyes y ante gobernadores por causa de mi
de muchos se
nombre.
enfriará.
13
Y esto os será ocasión para dar testimonio.
13
14
Proponed en vuestros corazones no pensar
Mas el que
21
persevere hasta el
antes cómo habéis de responder en vuestra
fin, éste será
defensa;
salvo.
15
14
podrán resistir ni contradecir todos los que se
Y será predicado
porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no
este evangelio del
opongan.
reino en todo el
16
mundo, para
y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a
testimonio a todas
algunos de vosotros;
las naciones; y
17
entonces vendrá el
nombre.
fin.
18
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
19
Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
Mas seréis entregados aun por vuestros padres,
y seréis aborrecidos de todos por causa de mi
Después de que en los versículos anteriores al presente apartado Jesús presenta las condiciones que regirían la tierra durante toda la historia de la iglesia de Dios, inmediatamente pasa a hablar precisamente de lo que significaría ese período. Mateo 24:9-10 señala la tribulación que padecerían durante todo este tiempo los miembros de la iglesia de Dios. Esto es replicado por Marcos 13:9, 12-13 y Lucas 21:12, 16-17. Respecto de la verdadera iglesia de Dios, la Escritura nos señala que la misma durante estos más de dos mil años de existencia iba a presentar tres características claras, concretas y visibles: ser pequeña, perseguida y débil y despreciada por el mundo, mientras que la iglesia apóstata sería todo lo contrario, es decir, grande, perseguidora, y poderosa y apreciada por el mundo y de la cual saldrían otras muchas falsas iglesias
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con el tiempo así como un sinfín de desviaciones doctrinales que permearían a toda iglesia que no fuera la verdadera (Revelación 17:5). Pequeña. En Lucas 12:32, Jesús, refiriéndose a la iglesia de Dios, dice “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (de hecho todo el capítulo 12 es instrucción para la iglesia de todos los tiempos). Pero bueno, esta es una sola cita, ¿o hay más? Como ya se comentó, en la profecía de Mateo 24, Jesús establece ciertas condiciones que se darían desde el establecimiento de la iglesia y hasta Su retorno. En el v. 5 señala “Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán”, de igual forma para que quede claro que no se refiere al final de los tiempos aclara en el v. 6 “pero aún no es el fin”. Adelantándonos un poco, aunque más delante se analizará esto con mayor profundidad, vemos como los vv. 11 al 14 señala “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. De hecho el v. 24 del mismo capítulo de Mateo, para mayor claridad, señala que “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos”. Así tenemos que desde el establecimiento de la iglesia y hasta el regreso de Jesús, muchos vendrían en Su nombre y engañarían, no a pocos sino a muchos, tantos que sólo los escogidos escaparían de ese 23
engaño, luego entonces la iglesia siempre tendría que ser pequeña en todos estos más de dos mil años de existencia. La verdadera iglesia siempre es representada simbólicamente como virgen. Pura y sin mancha (2 Corintios 11:2), como una esposa para nuestro Señor (Efesios 5:24-27; Revelación 19:7-9; 21:1-2), luego entonces una mujer que fuese representada simbólicamente de manera completamente contraria, es decir, ramera (Revelación 17:1-2), abominable (Revelación 17:4-6), inmoral (Revelación 14:8) sería contrariamente a la verdadera iglesia, una iglesia apóstata, de la cual saldrían otras muchas falsas iglesias con el tiempo así como un sinfín de desviaciones doctrinales que permearían a toda iglesia que no fuera la verdadera (Revelación 17:5). Aquí viene la otra parte a considerar y es precisamente la que se refiere a la característica que mostraría, no la verdadera iglesia, sino la iglesia apóstata, la ramera de Revelación 13: 11-18; 17: 1-8; 17: 15-18. Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas (Revelación 17:1) Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas (Revelación 17:15) Así vemos que contrariamente a la verdadera iglesia, la iglesia apóstata no es pequeña, sino grande, muy grande. Su influencia se siente por pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas, forma parte de los muchos que serían engañados por sí o por las iglesias falas que 24
surgirían de ella y, como veremos en el siguiente capítulo, estaría llena de abominaciones, es decir, de desviaciones de la verdadera fe (Revelación 17:5). Perseguida. La otra característica de la verdadera iglesia es que ésta habría de ser, en estos más de dos mil años de existencia, perseguida. Mateo 10:16-25 16
He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed,
pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. 17
Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los
concilios, y en sus sinagogas os azotarán; 18
y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de
mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. 19
Más cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué
hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. 20
Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de
vuestro Padre que habla en vosotros. 21
El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al
hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. 22
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el
que persevere hasta el fin, éste será salvo. 23
Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de
cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre. 24
El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su
señor.
25
25
Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su
señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa? Del v. 17 al 21 se señala la manera en que la verdadera iglesia, durante toda su existencia, habría de experimentar persecución. Para mayor claridad en que esta profecía se refiere a toda la existencia histórica de la verdadera iglesia, el v. 23 señala “Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre”. Mateo 24:5-11 5
Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el
Cristo; y a muchos engañarán. 6
Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os
turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y
habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8
Y todo esto será principio de dolores.
9
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis
aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10
Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y
unos a otros se aborrecerán. 11
Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
Los vv. 9 y 10 de la profecía de Jesús de Mateo 24, de nueva cuenta es reiterativa a que desde la fundación de la verdadera iglesia y hasta al retorno de Él, el Pueblo de Dios sería perseguido.
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De hecho no hay cita en la Escritura que hable de que la iglesia tendría una existencia tranquila y apacible sino que por el contrario, todas las referencias con respecto a esto hablan de una vida de dificultades extremas referidas a tribulación persecución e incluso muerte. Con respecto a esto último, Revelación 6:9-11 muestra una imagen histórica de la vida de la iglesia al decir que “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos” Esta característica, la de ser una iglesia perseguida, es congruente con el hecho de que, como se vio antes, sería una iglesia pequeña. Es más que evidente que siempre lo más débil sufre los abusos de quien es más poderoso. Y de igual forma que con la característica de la verdadera iglesia anteriormente vista, la de ser pequeña donde la iglesia apóstata era por su parte grande, en esta característica donde la verdadera iglesia es perseguida tenemos que la iglesia apóstata muestra la característica contraria, es decir, la de ser perseguidora. Revelación 17:6 muestra a la iglesia apóstata “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús. Y al verla, me asombré grandemente”, de igual forma en Revelación 18:24 se señala que “en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra”. 27
De nueva cuenta todo encaja: si la iglesia apóstata es grande, mientras que la verdadera iglesia es pequeña, la primera puede entonces perseguir, y perseguirá hasta la muerte, a la segunda. Débil y despreciada por el mundo. Para cerrar las características que durante toda su existencia histórica debía presentar la verdadera iglesia, estando ésta característica acorde con las anteriores de ser pequeña y perseguida, tenemos que también debía ser por lo tanto y en consecuencia débil y despreciada por el mundo. En Juan 15:19, Jesús dice de la iglesia “Si fueran del mundo, el mundo los amaría como a los suyos. Pero ustedes no son del mundo, sino que yo los he escogido de entre el mundo. Por eso el mundo los aborrece”. De nuevo más delante, en Juan 17:14, Jesús vuelve sobre el tema al decir “Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”. De igual forma en 17:16, Jesús vuelve a decir “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”. En concordancia con esto 1 Juan 2:15 señala “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. De igual forma Santiago 4:4 señala “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. Así tenemos que la verdadera iglesia de Dios, además de ser pequeña y perseguida, al no ser parte el mundo es débil y despreciada. Y respecto de la iglesia apóstata, además de ser grande y perseguidora, al sí ser parte del mundo, es fuerte y apreciada. 28
Revelación 17:1-2, referido a la iglesia apóstata representada por la ramera, señala como es que “vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. Sobre esto mismo Revelación 18:3 señala como es que “todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites”. De manera reiterativa, referido al final de esta iglesia apóstata, Revelación 18:9-10 señala como es que “los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” La Escritura es muy contundente en el sentido de que la verdadera iglesia de Dios, en cuanto a sus características claras, concretas y visibles, sería en toda su existencia pequeña, perseguida y débil y despreciada por el mundo2, mientras que la iglesia apóstata sería todo lo contrario, es decir, grande, perseguidora, y poderosa y apreciada por el mundo, de la cual saldrían otras muchas falsas iglesias con el tiempo así como un sinfín de desviaciones doctrinales que permearían a toda iglesia que no fuera la verdadera (Revelación 17:5), cualquier 2
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argumentación en otro sentido tendrá necesaria y forzosamente que ir contra la Palabra de Dios. Continuando con la profecía contenida en Mateo 24, el versículo 11, que menciona que vendrían muchos falsos profetas que engañarían a muchos, no a pocos sino a muchos, nos sirve para identificar que las citas del presente apartado se refieren al periodo relativo a la existencia de la iglesia de Dios. Como ya se ha comentado, hay quienes ubican lo dicho por Jesús en Mateo 24 como señales previas a Su inminente regreso, pero como se ha analizado mucho de la profecía tiene que ver con toda la historia de la iglesia de Dios. Esto no quiere decir que Jesús no vaya a abordar aquellas señales relativas a Su inminente regreso, pero hay que tener claridad, en cuanto a la profecía de Mateo 24, qué cosas se refieren a un período y qué cosas se refieren a otro. En este caso el indicativo de que vendrían muchos falsos profetas nos permite identificar un período de tiempo largo, como ya se ha comentado: relativo a roda la existencia de la iglesia de Dios, a diferencia de los versículos que se verán en el siguiente apartado y que hablan de las señales previas al inminente regreso de Cristo. De hecho, incluso sin considerar esto de que vendrían muchos falsos profetas, con el análisis previo de las características de la iglesia de Dios uno puede ver que los primeros versículos de las citas del primer apartado se refieren a toda la historia de la iglesia de Dios, ya que así ha sido esta, de otra forma la misma, es decir su historia y por ende sus características, tendrían que ser diferentes para cambiar a las dichas en los versículos iniciales del presente apartado previo a la inminente 30
segunda venda de Cristo, lo cual no es así. La iglesia de Dios presenta durante toda su historia las características relativas a los versículos iniciales del presente apartado, luego entonces estas citas tienen el referente de dicha historia, lo cual además se confirma con el señalamiento de los muchos falsos profetas que vendrían.
Continuando con las citas relativas al presente apartado, en Mateo 24, respecto de lo dicho en el versículo 11, el capítulo 13 del libro de Revelación tiene mucho que decir.
1
Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. 2
Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como
de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. 3
Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, 4
y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? 5
También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. 6
Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. 7
Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.
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8
Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. 9
Si alguno tiene oído, oiga.
10
Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos. 11
Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. 12
Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. 13
También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 14
Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 15
Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. 16
Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres
y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 17
y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. 18
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.
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De estas citas de Revelación, el v. 11 habla de otra Bestia con cuernos semejantes a Cordero pero que habla como dragón, este apartado, junto con los siguientes del Capítulo 17 y 18 nos hablan de una iglesia apóstata que si bien tiene semejanza de piedad es imbuida por el espíritu de Satanás. Esta Bestia es el cuerno de Dn. 7:8 que arranca tres cuernos (reinos de los Vándalos, Hérulos y Ostrogodos), dejando siete cuernos (reinos) por venir que son los de Rev. 13:1. El v. 12 nos habla de la autoridad que sobre pueblos y naciones tiene formando una mancuerna con la Bestia donde ambas se apoyan. De nueva cuenta se hace referencia a la herida de la Bestia que fue sanada pues a partir de ahí la ramera, la iglesia apóstata, comienza a cabalgar sobre la bestia, el imperio romano y sus resurrecciones. Los vv. 13 y 14 nos hablan de las señales, prodigios y portentos que esta iglesia puede hacer, con el poder del dragón, haciéndolos pasar como provenientes de Dios para engañar a los moradores de la tierra. El v. 14 no habla de una imagen de la Bestia que esta iglesia apóstata manda hacer obligando a todos que la adoren. La historia secular nos muestra cómo es que la iglesia de Roma se organizó a imagen de la estructura jerárquica del Imperio Romano: el término Pontífice Máximo perteneció primero al Emperador Romano, la Curia Romana es un símil del Senado Romano, en cuanto a su organización, para efecto de los deberes y responsabilidades del presbiterio, la iglesia tomó las estructuras administrativas del Imperio Romano como norma de su propia organización, y la circunscripción civil romana más clásica, la provincia, sirvió de modelo a la provincia eclesiástica. Esta iglesia, construida a imagen de la Bestia, el Imperio Romano, es la que muchedumbres adoran. El v. 15 habla de infundir aliento a la imagen, 33
es decir, darle vida, una vida administrativa y organizacional que la iglesia apóstata, como imagen del Imperio Romano, tiene. La última parte de este versículo dice claramente que esta iglesia apóstata no mata a sus detractores, entre ellos la verdadera iglesia de Dios, sino que los hace matar. La historia muestra cómo es la iglesia no mataba sino que declarando herejes y anatemas a sus detractores mandaba a los gobiernos no eclesiásticos a que los mataran, siendo que que durante 1,260 años estos gobiernos persiguieron a los detractores de esta, entre ellos a la iglesia de Dios obligándolos por confiscación de sus bienes, expulsión de sus países, torturas y hasta la muerte el abrazar la fe de esta iglesia apóstata. Los vv. 16 y 17 nos hablan de una marca que esta iglesia impone. El v. 18 nos habla del famoso número de la Bestia que la iglesia apóstata impone y que ha sido motivo durante siglos de especulaciones: seiscientos sesenta y seis. Teorías van y vienen tratando de descifrar este número enigmático. ¿Será algún número de control, o más recientemente: un chip integrado al cuerpo, que la Bestia impondrá a todo mundo sin el cual no podría comprar o vender?, ¿será la internet, sin la cual casi nadie puede ya comprar o vender, cuyas tres letras www corresponden a tres וdel alfabeto hebreo cuyo valor es 6 dando 666?, ¿será el Papa cuyo título Vicarius Filii Dei da 666 al sumar cada letra que en latín tienen un valor?, ¿serán los códigos de barras actuales de los productos cuyas triples barras dobles que tiene representa el 6 dando 666? Vamos dejando que lo que hasta ahorita sabemos nos vaya definiendo la línea de pensamiento a seguir.
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La iglesia apóstata, la ramera, cabalga sobre las siete resurrecciones del Imperio Romano, durante todo ese tiempo, y más visiblemente, durante los 1,260 años de persecución de la iglesia Dios, hace matar a quien no se le someta. Todos los santos y santas de la iglesia de Dios que durante estos miles de años han muerto perseguidos por esta iglesia apóstata han muerto por lo mismo: por obedecer los mandamientos de Dios y mantener el testimonio de Jesús. Es así como esa marca que se impone debe caracterizar las resurrecciones del Imperio Romano, estar en toda la historia de esa iglesia apóstata como distintivo, y debe ser un factor de imposición y persecución hacia el pueblo de Dios. Antes de continuar dejemos claro que el sólo hecho de que la Bestia imponga algo no es motivo de pecado ni condenación, por lo que números de control, chips electrónicos, internet o códigos de barras o cualquier cosa no puede ser esa señal (además de que eso no ha existido durante toda la historia de la Bestia ni se ha buscado imponer a la iglesia de Dios, por lo que no pueden ser). La familia de Jesús, Jesús mismos, y Sus apóstoles acataron y obedecieron lo que la Bestia, el Imperio Romano, les imponía siempre y cuando no contravinieran la voluntad de Dios: José y María tuvieron que viajar a Belén a cumplir con un censo que había decretado el Imperio Romano (Lc. 2:1-4), Jesús claramente dice que hay que darle al Imperio Romano lo que le corresponda (Lc. 20:25), y Pablo , aceptando la autoridad del Imperio Romano, apela al César cuando era señalado por sus enemigos (Hch. 25: 1-12). La Palabra de Dios constantemente nos instruye a someternos a las autoridades de este siglo (Romanos 13:1-7; 1 Timoteo 2:1-3; Tito 3:1; 1 Pedro 2:13-14; Marcos 12:17; Mateo 22:21) siempre y cuando esto viole la voluntad de Dios (Hch. 5:29). Luego entonces si la Bestia impusiera algo al Pueblo de Dios esto no sería pecado, ni mucho menos motivo de acarrearnos la ira de Dios sino solo cuando 35
hubiera una disposición que violentara Su voluntad. Luego es ahí, histórica y bíblicamente, donde debemos buscar el significado de este número enigmático. Volviendo sobre el punto de los números de control, chips electrónicos, internet o códigos de barras, cualquier cosa que se proponga debe encontrarse durante estos miles de años en que la iglesia apóstata y la iglesia de Dios han estado en contraposición, significando para esta última persecución y muerte. ¿Y el título del Papa, Vicarius Filii Dei? Aunque sí da 666 (como muchas otras palabras pueden dar 666 como el título que la Iglesia Romana se aplica a si misma Sancta Lux Dei (Santa luz de Dios)), presenta tres problemas: (1) el v. 13:17 claramente dice que el 666 es el número de su nombre, y Vicarius Filii Dei no es un nombre sino el título que a una persona se le da; (2) está en latín y la Revelación se escribió en griego; (3) a lo largo de la historia de la iglesia apóstata a nadie más que al Papa se le ha impuesto ese título. Pudieran abordarse más teorías, las cuales no resistirían confrontarlas contra la Escritura y la historia, pero mejor vamos viendo qué puede ser el significado de este número enigmático. Irineo (140-203 d.C.), discípulo de Policarpo de Esmirna (c. 70 - c. 155, obispo de la ciudad de Esmirna, consagrado por Juan el Apóstol, del cual se dice fue su discípulo), propuso una solución al 666: λαtεινος. Latinos (lateinos), era el rey de los primitivos pobladores de la Península Itálica, fue abuelo de Rómulo, fundador de Roma. Latinos (lateinos) es el nombre del antiguo pueblo que habitaba el Lacio cuya lengua era el latín. La antigua Roma era originalmente una aldea de la nación latina; por eso, posteriormente, se llamó a los antiguos ciudadanos romanos también latinos (lateinos). Cada letra en griego tiene un valor numérico, 36
lateinos en griego es λαtεινος, λ = 30, α = 1, t = 300, ε = 5, ι = 10, ν = 50, ο = 70, ς = 200 = 666. Así tenemos que el nombre del reino, del fundador de ese reino, así como de cada hombre del reino, lleva el nombre de hombre Latinos y el número de ese hombre calculado da 666. Pero más allá de esta explicación, ¿qué podemos encontrar en las Escrituras? Primeramente como dice el v. 13:16, la marca se pone en la frente y en la mano, quienes no la tienen son perseguidos y hasta muertos, a estos mártires se les llama santos pues “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Rev. 14:12), luego entonces esa marca que la Ramera impone durante miles de años a través de la Bestia caracteriza e identifica al Imperio Romano y tiene que ver con la violación a los mandamientos de Dios y por ende a no seguir el testimonio de Jesús. Los santos se caracterizan por los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, la Ramera a través de la Bestia busca que dichos mandamientos sean violados y por ende no se siga el testimonio de Jesús. Si bien todos los mandamientos son santos y perfectos, sólo hay uno que es visible, tangible, palpable. Las demás personas no pueden saber si uno ama o no a Dios, o si uno adora o no ídolos, menos si uno mata, no honra a los padres, miente, comete adulterio, roba, da falso testimonio o codicia. Quien hace esto en contra de la Ley de Dios puede ocultarlo, negarlo, y los demás no se darán cuenta. Pero hay un mandamiento que es imposible negar u ocultar: el de guardar el sábado como día de reposo. Alguien que no trabaja, que no se divierte, que no compra en sábado, sino que de tarde en tarde lo guarda como Dios manda, tarde que temprano es visible, es detectado por los demás. Ese 37
es el único mandamiento que Dios mismo lo llama mandamiento señal (Ex. 31:13) y como todos se manda se tenga en la frente (pensamientos) y en las manos (acciones) (Prov. 7:2-3). Históricamente es el único mandamiento en disputa que la iglesia apóstata buscó imponer al pueblo de Dios en su frente (pensamientos) y manos (acciones, el cual optando obedecer a Dios antes que a los hombres, se granjeó de la Ramera y la Bestia, su ira y su persecución. Y el Imperio Romano, siendo cabalgado por la Ramera, impuso las abominaciones de esta sobre todo el imperio, incluyendo la observancia del domingo en vez del sábado cambiando los tiempos y la ley (Daniel 7:25), caracterizando e identificando al Imperio Romano. El 666 se refiere a aquellos que han acatado de la Bestia, Imperio Romano, las abominaciones impuestas por la Ramera, haciéndose romanos, latinos (lateinos); estas abominaciones implican no acatar los mandamientos de Dios y por lo tanto no ejercer el testimonio de Jesús. Este no acatar los mandamientos de Dios tiene énfasis, por ser el mandamiento visible, el mandamiento señal, el de reposar el sábado guardándolo como Dios lo exige. Obvio que los que se someten a los dictados de la Ramera a través de la Bestia prosperan mientras que los que obedecen los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesus en la historia han tenido problemas para comprar y vender, es decir, tener empleo, un negocio o prosperar. Históricamente la persecución de la iglesia de Roma ya través del Imperio Romano y sus resurrecciones ha sido hacia los señalados por la Ramera como herejes (llamados por el mundo Nazarenos, Hypsitarianos, Euchitas, Valdenses, Albigenses, Paulicianos, Cathari, Lolardos, Quakeros, Anabaptistas, Moravianos, o Sabatistas, pero llamados por ellos mismos como iglesia de Dios) que, observando el 38
sábado de Dios, se identificaban entre los pueblos como guardadores de los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, haciéndose visibles y acarreándose sobre ellos la persecución de la Bestia por órdenes de la Ramera.
Retomando el análisis de las citas relativas al presente apartado, en Mateo 24, el versículo 12 señala que y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Dicha frase, más allá del mensaje que para el mundo tiene, contiene un mensaje más fuerte, enérgico y directo para la iglesia de Dios, ya que como se dijo al principio de esta profecía, el templo –referido al otro significado dual de la iglesia de Dios- sería completamente destruido, cesaría su existencia. El mensaje para el mundo se refiere al amor carnal que entre los hombres se da y cuya sustancia deviene en los últimos tiempos, en lo que Pablo llama los tiempos difíciles o peligrosos, en que los hombres se volverán “amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella” (2 Timoteo 3:1-5). Pero el mensaje más fuerte, enérgico y directo es para la iglesia de Dios y no se refiere sólo al amor carnal sino que abarca el amor espiritual. Para entender esto primeramente hay que recordar cuál es la definición que la Palabra de Dios, no el mundo, nos da de amor. 1 Juan 4:8 nos 39
dice que “el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”, así tenemos que Dios es amor y el que no ama no conoce a Dios. Ahora bien, debemos de amar pero ¿cómo? 1 Juan 5:3 nos dice que “este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos”, 2 Juan 1:6 nos dice que “este es el amor: que andemos conforme a sus mandamientos”. Jesús nos dijo que si le amamos, guardaremos sus mandamientos (Juan 14:15) y aclaró que “si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor” (Juan 15:10), siendo sus mandamientos los mismos del Padre ya que como Jesús mismo aclaró “yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento sobre lo que he de decir y lo que he de hablar” (Juan 12:49). Así que considerando la definición escritural de lo que es amor, la manera en que debemos amar pasa por obedecer los mandamientos de Dios, el señalamiento de que el amor de muchos se enfriaría solo puede atañer a la iglesia de Dios, que es la que guarda los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (Revelación 14:12). Pero además, la palabra que en Mateo 24:12 se traduce como iniquidad (otras versiones la traducen como maldad) es ἀνομίαν que significa violación de la ley. Otra parte donde se usa esta palabra es 1 Juan 3:4 que dice “todo aquel que comete pecado, infringe también la ley (ἀνομίαν); pues el pecado es infracción de la ley (ἀνομίαν)”. Así que en Mateo 24:12 tenemos por un lado a aquellos que practican la iniquidad o maldad (ἀνομίαν, infracción de la ley) y aquellos que tienen amor (guardan los mandamientos de Dios) pero que terminan enfriándose. En estos últimos tiempos, si no velamos, podemos ser esos que terminan por enfriarse en el amor (Mateo 24:42; 26:41; Marcos 13:33; 40
14:38; Lucas 12:37; 21:36; 1 Tesalonicenses 5:6; 1 Pedro 4:7; Revelación 3:3; 16:15), este enfriarse en el amor implica para la iglesia de Dios relajar, flexibilizar, suavizar el cumplimiento de los mandamientos de Dios con nuestro corazón, alma y mente (Mateo 22:37), llegando al grado de dejar de incumplirlos como Dios espera, perfecta (Mateo 5:48) y santamente (1 Pedro 1:16), adaptándonos al mundo (Romanos 12:2), siendo que en estos tiempos no serán pocos sino muchos los que por no velar caigan en esto (Mateo 24:12). Por ello, Pablo aconsejando a Timoteo le decía “ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Timoteo 4:16). Con esto en mente, como dice Pablo a los Corintios “examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?” (2 Corintios 13:5), por que como dice Pedro “es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). El ser causa de tropiezo y disensiones para los demás (Romanos 16:17), el tener celos ni contiendas entre nosotros (1 Corintios 3:3), el no andar con toda humildad y mansedumbre, soportándose con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (Efesios 4:2-3), el andar con amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia sin ser benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros (Efesios 4:31-32), el andar en fornicación, inmundicia, avaricia con palabras deshonestas, necias, o indecentes, el no someterse a las autoridades de la iglesia (Romanos 13:1), el no mantenerse en la sana doctrina de nuestra iglesia (2 Timoteo 4:3), el no obedecer a Dios, el no someterse a Él, el no cumplir sus ordenanzas (Deuteronomio 11:22; 27:10; Juan 14:15; 15:10) con 41
todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerza (Deuteronomio 6:5), no se está amando, no se está guardando los mandamientos de Dios y a Dios no se le puede podemos engañar (Gálatas 6:7). Recordemos, como dijo el Señor Jesús, “no todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:21-23), “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, ésos serán justificado” (Romanos 2:13). Esta cita refiere algo que le estaría pasando a la iglesia de Dios y que tendría su culmen, como más delante se verá, al regreso de Cristo, donde la misma dejaría, por primera y única vez en estos dos mil años, de existir.
Continuando con las citas del presente apartado, en Mateo 24, el versículo 13 habla de la perseverancia que se requiere para ser salvo, dicha idea de manera similar está expresada en Lucas 21:19. Esta perseverancia va implícita al testimonio que todo cristiano debe dar, referido esto a lo expresado por Marcos 13:10-11 y Lucas 21:13-15, 18. Revelación 14:6-11 refiere al testimonio que durante toda su historia la iglesia de Dios estaría dando, en lo que se conoce como el mensaje de los tres ángeles.
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6
Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el
evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, 7
diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. 8
Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la
gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. 9
Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora
a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 10
él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado
puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11
y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no
tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Revelación es la manifestación de verdades que se refieren a la historia tomando como punto de referencia la iglesia de Dios, es así que abarca desde que inicia y hasta la culminación con la venida de Jesús y el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra. En este entendido el mensaje de los tres ángeles aplica a toda esa historia y no son mensajes exclusivos del fin del presente siglo. Del Capítulo 14, el v. 16 habla del evangelio, el cual al ser su fuente Dios comparte la característica de ser eterno. Ese mismo versículo señala que Dios no hace acepción de personas al llevar el evangelio a todo mundo. 43
El v. 17 manifiesta el primer mensaje, claro por sí mismo, hace referencia a la idea de juicio, y por ende de justicia divina, siendo que éste inicia desde los primeros días de la iglesia cuando Jesús encarga la gran comisión a su iglesia y asciende a los cielos. El v. 8 contiene el mensaje de la caída de Babilonia, que es la Ramera de Revelación 13 y 17 y que se refiere a una iglesia apóstata o caída. La caída de esta iglesia comenzó recién fue establecida la iglesia de Dios, por lo que este mensaje inicia desde entonces al señalar la situación como lo que es: el pecado en el que se incurre al no creer en Jesús ni en su iglesia y seguir doctrinas abominables de demonios a través de esta Babilonia usada por el diablo para engañar a las naciones. Los vv. 9 y 10 contienen el mensaje de lo que les sucederá a quienes adoren a la Bestia, su imagen o reciban su marca, que es ser merecedor del vino de la ira de Dios, lo cual comienza a señalar hacia las plagas postreras para quienes estén vivos y al tormento (corrección o destrucción) tanto para ellos como para quienes ya hubiesen muerto. Aunque cuando se aborde el tema de la marca de la Bestia se explayará en esto, nótese que se refiere a una señal que se recibe, señal que dado proviene de la Bestia (Imperio Romano) debe encontrarse en toda la historia de este respecto de la iglesia de Dios, de la misma forma la iglesia de Dios guarda los mandamientos del Padre siendo el único visible el que se refiere a guardar el Sábado, único mandamiento que por cierto igual funge de señal pero para el pueblo de Dios. Por último, aunque como se comentó en su momento se abordará el tema de la marca de la Bestia, nótese que quienes la han aceptado no tienen
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reposo, al menos no el reposo de Dios, de nueva cuenta referencia al cuarto mandamiento.
El último versículo de Mateo 24 de la cita relativa al presente apartado, es una cita transitoria que nos permitirá pasar de estos versículos que hablan de toda la historia con relación a la iglesia de Dios, al momento previo al inminente regreso de Cristo. Véase como en dicha cita se menciona que sería predicado el Evangelio en todo el mundo. Esto refuerza aún más el entendimiento de que las citas del presente apartado se refieren a toda la historia de la iglesia de Dios, historia en lo que precisamente se ha estado haciendo eso, no sólo al momento previo al inminente regreso de Cristo, pero la frase “entonces vendrá el fin”, nos pone en la antesala de ese regreso inminente del cual se hablará más delante. Por cierto, este entendimiento nos permite comprender una cita que siempre ha presentado dificultad para ello. Mateo 10:23 dice “Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre”. Es más que evidente que esta exhortación de Jesús no es privativa para sus discípulos porque el referente de la misma es precisamente su regreso, luego entonces se refiere a la labor de la iglesia de Dios de todos los tiempos, pero el problema es que señala que “no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre” lo cual no tiene sentido a primera vista pues prácticamente no hay ciudad en Israel (y de hecho en el mundo) donde no se halla proclamado el Evangelio más sin embargo Jesús no ha vuelto, ¿entonces? 45
La clave para entender lo anterior estriba en comprender cuál es el significado del referente de Israel. Cuando uno lee la Escritura, encuentra en la misma admoniciones y promesas dadas a Israel, estas admoniciones y promesas pueden ser históricas (ya acontecidas), exhortativas (acontecidas o no pero que sirven de instrucción, de corrección, de edificación), o proféticas (que aún no han sucedido), pero en todos los casos el lector generalmente las ubica referidas única y exclusivamente al Israel carnal, físico y terrenal, sin darse cuenta que también aplican a la iglesia de Dios, para ello hay que entender el significado de Israel más allá del claro y evidente referido al pueblo judío. Hay que entender que en la Escritura, la palabra Israel puede referirse, sí, al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel, pero también hace referencia a todo aquel quien es llamado por Dios y llega a formar parte de Su familia. Cuando el nombre de Jacob es cambiado a Israel (Génesis 32:29), la misma Escritura explica su significado pleno. Israel viene de לארׂשי, Yisra'el, que significa El que Lucha con Dios, pero la Escritura completa el significado pleno al señalar en la cita dada que ese cambio se da no sólo por haber luchado con Dios y los hombres (incluso hombres impíos habían luchado con Dios y con los hombres, como Caín o Nimrod) pero en el caso de Jacob él había vencido, es así como Israel se refiere a El Que Vence, lo cual abarca tanto el Antiguo como el Nuevo testamento, es decir tanto al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel como a los llamados a formar parte de la iglesia de Dios, es decir, en Israel nos
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estamos refiriendo a la familia de Dios conformada por todo aquel que vence. Sobre esto, es interesante notar en el capítulo 6 de Gálatas, como es que Pablo hace mención al Israel de Dios (Gálatas 6:16). La carta va dirigida no al Israel carnal, físico y terrenal sino a la iglesia de Dios, de hecho es una admonición contra aquellos que querían llevar a los nuevos creyentes de nuevo a judaizar sometiéndose a las prescripciones que habían sido superadas por el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesús. “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la circuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios” (Gálatas 6:14-16). Así, Pablo, al referirse al Israel de Dios en un contexto ajeno al Israel carnal, físico y terrenal, se dirige a la iglesia de Dios, de hecho podemos decir, en la misma línea de lo ya comentado, que se dirige a todo aquel que siendo llamado llega a vencer pues “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28; cfr. Romanos 11:11-24) De esto último es interesante que las cartas que Jesús por medio de Juan envía a las iglesias en Revelación siempre se refiere las promesas que esperan al que venza (Revelación 2:7, 11, 17, 26: 3:5, 12, 21), siguiendo la tónica de lo expresado, al que llegue a ser Israel. Cuando se lea en la Escritura admoniciones y promesas para Israel, hay que llevarlas a la luz de su significado como una exhortación personal a El Que Vence y tomarlas para edificación, pues son dichas también para 47
todo elegido, para toda la iglesia de Dios, por el llamamiento del que se ha sido objeto, para que así ser acreditado entre los llamados y elegidos que son hallados fieles (Revelación 17:14) y contado entre los vencedores (Romanos 8:29-39; 1 Juan 5:4-5). Con este conocimiento, la cita de Mateo 10:23 dice “Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre”, donde las ciudades de Israel son las ciudades de quienes vencen se refiere precisamente a lo mismo de Mateo 24:14 “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”.
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V La abominación desoladora
Mateo 24:15
Marcos 13:14
15
14
Por tanto, cuando veáis en
Pero cuando veáis la abominación
el lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta
desoladora de que habló el
Daniel, puesta donde no debe estar (el
profeta Daniel (el que lee,
que lee, entienda), entonces los que
entienda),
estén en Judea huyan a los montes. Lucas 21:20 20
Pero cuando viereis a Jerusalén
rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.
Las citas relativas a este apartado tienen su referente en lo que la Escritura denomina como la la abominación desoladora, simbolizada también como los ejércitos que rodean Jerusalén, ¿a qué se refiere este término?3 La mayoría de las iglesias, congregaciones y denominaciones explican que la abominación desoladora es un referente futuro que tiene su paralelo con lo que hizo Antíoco Epífanes en el 167 a.C. cuando suprimió los sacrificios del templo erigiendo un altar a Zeus y ofreciendo en él animales impuros. Con este referente esas iglesias, congregaciones y denominaciones señalan que viene un tiempo futuro dónde un Antíoco 3
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Epífanes del tiempo del fin suprimirá los sacrificios que se habrán reiniciado en Jerusalén, se ostentará él mismo como Dios y obligará a que se le de culto. Más o menos en eso estriban la mayoría de las interpretaciones al respecto, pero usando un razonamiento básico lo anterior no tiene lógica alguna pues si algo así pasase, dada la información interpretativa en esa línea que hay al respecto, sería como si ese Antíoco del fin se colgase un letrero señalando quién realmente es ¡y todo mundo entendería esto!. Más sin embargo la Escritura dice que “vendrán falsos mesías y falsos profetas; y harán grandes señales y milagros, para engañar, a ser posible, hasta a los que Dios mismo ha escogido” (Mateo 24:24), así que no puede ser algo tan evidente como la interpretación mencionada que se ha dado y que es por todos conocida, así que de nuevo: ¿a qué se refiere este término?. En cuatro diferentes partes del libro de Daniel se menciona la cuestión relativa a la abominación desoladora. Daniel 8:13-14 señala que “Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”. Daniel 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
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Daniel 11:31 Y de su parte se levantarán tropas, profanarán el santuario-fortaleza, abolirán el sacrificio perpetuo y establecerán la abominación de la desolación. Daniel 12:11-12 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. De estas cuatro citas una se puede comenzar a partir Daniel 11:31, de lo que se sabe, es decir del conocimiento que ya se ha adquirido, hacia lo que no se sabe. Daniel 11:31 Y de su parte se levantarán tropas, profanarán el santuario-fortaleza, abolirán el sacrificio perpetuo y establecerán la abominación de la desolación. Esta cita estaba dentro del contexto referido a la séptima restauración del imperio romano y se refería al rey del sur, el poder religioso, que era confrontado una vez más por por rey del norte, el poder secular, en el tiempo del fin. Daniel 11:32-35 mencionaba a qué se refería esta abolición del sacrificio perpetuo así como el establecimiento de esta abominación de la desolación: “Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo. Y en su caída serán ayudados de pequeño socorro; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas. También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo”. Como se comentó en su momento, estas cuatro 51
citas van de la mano con Daniel 11:31 comentado anteriormente y se refiere por un lado a quienes abandonaran el pacto y así se granjearán el favor de la séptima restauración del imperio romano y por otro a quienes se mantendrán firmes en esta última tribulación para la iglesia de Dios. Así que de inicio la abolición del sacrificio perpetuo y el establecimiento de la abominación de la desolación tiene que ver con el actuar del rey del sur, del poder religioso referido a las restauraciones del imperio romano, la mujer de Revelación que monta la Bestia, ¿habrá más referencias escriturales que nos permitan confirmar esto? Sí que las hay. Entendamos de inicio que el término de abominación señala la repugnancia que produce un objeto, una persona o una práctica que violenta los postulados religiosos del sistema dominante 4, en este sentido muchas referencias en la Escritura, en contraposición con la verdad revelada, se son nombradas como abominación (2 Reyes 23:13; 21:2-7; Deuteronomio 18:9-14; Isaías 1:11-14; Lucas 16:15), más sin embargo las referencias del libro de Daniel presentan el non plus ultra, la apoteosis, de la abominación. Si bien muchas cosas pueden decirse que son abominación ante Dios, ¿qué podría ser eso supremo en cuanto al término referido? Necesariamente no estaríamos refiriendo a la fuente de la abominación, a aquello de donde procede, y si esa fuente no sólo produce una abominación sino multitud de abominaciones puede señalársele como el culmen de la misma. “Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está 4
Diccionario Bíblico Nelson, ABOMINACIÓN, http://159.203.67.171/Cloud/diccionarios/DBN/ABOMINACI%C3%93N
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sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro” (Revelación 17:1-6). La madre de todas las abominaciones, de las fornicaciones, de las inmundicias que son tal que causan desolación es la mujer que cabalga la bestia, el poder religioso que durante las restauraciones del imperio romano ha tenido una relación de cooperación-confrontación con el poder secular, pero cuya influencia ha llegado a todos los confines de la tierra. Valga aquí una aclaración de términos. El poder religioso relacionado con el imperio romano, sobre todo con sus siete restauraciones, seis ya realizadas y una por consumarse, es lo que la Escritura denomina como Babilonia La Grande, que Daniel presenta como el cuerno pequeño y que el libro de Revelación presenta como la mujer que cabalga a la bestia; la abominación desoladora hace referencia más bien al conjunto de sus doctrinas, a sus filosofías, a sus creencias, y sus prácticas contrarias a la voluntad de Dios. Una diferencia sutil pero necesaria de considerar. Con esto en mente veamos las dos citas que referidas a la abominación de la desolación manejan indicativos temporales, la de Daniel 12:11-12 y la de Daniel 8:13-14 y se entenderá que ambas se refieren a período 53
diferentes de tiempo y que entregan revelación complementaria sobre el tema en cuestión. La primera de estas citas referida a período de tiempo relacionados con la abominación desoladora es Daniel 12:11-12 Daniel 12:11-12 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. La cita anterior nos habla de un periodo intermedio de tiempo entre que el continuo sacrificio es quitado y se instala la abominación de la desolación, dado que hasta ahorita vamos entendiendo que este último término se refiere al poder religioso referido a las restauraciones del imperio romano, a la mujer que cabalga la bestia, la iglesia de Roma, ¿cómo entender esas temporalidades? Cuando se analizaron las profecías referidas por Daniel en su libro en el capítulo 7, al comentar la frase de Daniel 7:25 de “y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo” 5, se comentó que sobre esto Revelación 12:13-14 esto nos habla de la persecución que Satanás emprendió contra la iglesia de Dios, siendo el principal referente de esto los 1,260 años (tiempo (1 año), y tiempos (dos años), y la mitad de un tiempo (½ año) = 3 y ½ años = 1,260 días proféticos 5
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(Oseas 6:1-2; Daniel 7:25; Números 14:33-34; Ezequiel 4:6) = 1,260 años) porque tuvo que huir al desierto. Ahora bien, ¿cuándo empiezan y terminan esos 1,260 años? Dado que tenemos que referirnos a la libertad de la iglesia romana para perseguir a la iglesia de Dios, tenemos que referirnos necesariamente al periodo comprendido entre el 538 d.C. y el 1798 d.C. Respecto de la primer fecha se comentó que se refiere a cuando Belisario, general de Justiniano I, liberó a Roma en el año 538 d.C., el obispo de Roma se vio libre del control de los ostrogodos, cuyo arrianismo había resultado en la restricción de la iglesia romana en desarrollo6. Ahora el obispo podría ejercer las prerrogativas que le había concedido el decreto de Justiniano I, en el año 533 d.C.7; ahora podría aumentar la autoridad de la Santa Sede. Así comenzaron los 1,260 años de persecución que había predicho la profecía bíblica. En cuanto a la segunda fecha, se dijo que las victorias espectaculares de los ejércitos de Napoleón en Italia, colocaron al Papa a la merced del gobierno revolucionario francés, el cual consideraba que la religión romana era el enemigo irreconocible de la República. El gobierno francés ordenó a Napoleón que tomara preso al Papa. Bajo sus órdenes, el general Berthier entró en Roma y proclamó el fin del poder político del papado. Tomando cautivo al Papa, Berthier lo llevó consigo a Francia, donde murió en el exilio8. El derrocamiento del papado fue el acontecimiento culminante de una larga serie asociada con su
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Koldo Gondra del Campo, AÑO 536: CUANDO ROMA VOLVIÓ A SER ROMANA. ENTRE LA BRUMA Y LAS SOMBRAS, https://arraonaromana.blogspot.com/2014/05/ano-536cuando-roma-volvio-ser-romana_19.html 7 constitution.org, THE CIVIL LAW, http://www.constitution.org/sps/sps12.htm 8 tiempodehoy.com, EL PAPA PRESO, http://www.tiempodehoy.com/cultura/historia/elpapa-preso/
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declinación progresiva. Este suceso marca el fin del período profético de los 1,260 años. Ahora bien, tal como en su momento se indicó, todas las fechas que aquí se den deben tomarse como un aproximado ya que los tiempos de Dios son diferentes pudiendo esto adelantarse o atrasarse en nuestra comprensión. Por ejemplo, en cuanto a adelantar, el matar o el adulterar no vienen a la existencia al consumarse al acto sino, para Dios, desde que el sentimiento surge en el interior (Mateo 21-22, 2728); en cuanto atrasar, respecto del advenimiento del Mesías, la profecía de Daniel de las 70 semanas (Daniel 9:24-27) nos lleva, no a cuando Jesús nació, sino al inicio de su ministerio a los 30 años (Números 4:3). Volviendo sobre Daniel 12:11-12, ¿qué sucede si tomamos el año 538 d.C. como la fecha en que se instaló la abominación desoladora? Si se toma el año 538 d.C. como la fecha en que se instaló la abominación desoladora tendría que recorrerse hacia atrás los mil doscientos noventa días proféticos, es decir, 1,290 años, lo que nos lleva al 752 a.C., pero ahí no encontramos nada que se refiera a que sea quitado el continuo sacrificio, ¿o sí? Muchos estudiosos de las escrituras cuando leen en estas profecías lo de quitar el continuo sacrificio lo relacionan con la destrucción del Templo de Jerusalén, pero entendamos que la destrucción del Templo de Jerusalén debe considerarse como una consecuencia, no como una causa, es decir, que la destrucción del Templo de Jerusalén vino ya como castigo por los pecados cometidos, no puede considerarse a la destrucción del Templo de Jerusalén como si fuera en sí el quitar el continuo sacrificio, la la destrucción del Templo de Jerusalén fue el 56
castigo por ello, ahora bien ¿cuándo entonces se quitó el continuo sacrificio, es decir, el pueblo de Israel se aleó de la adoración verdadera, trayendo como consecuencia, después la destrucción del Templo de Jerusalén? El año 752 a.C. nos lleva a la mitad del reinado de Usías quien reinó del 767 a.C. al 740 a.C. como Rey de Judá (recordemos que en Judá estaba la adoración verdadera, la Ciudad Santa, Jerusalén, y el lugar que Dios había elegido para Su Templo), de la lectura de los libros de Reyes puede uno ver que en Judá hubo reyes que trataron de hacer la voluntad de Dios pero mayoritariamente reyes que no buscaron eso al grado de arrastrar al pueblo a alejarse de la Ley de Dios lo que trajo finalmente como consecuencia su exilio a Babilonia. Sobre esto Ezequiel 44:6-8 señala “Y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Jehová: Basta de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel. De haber vosotros traído extranjeros, incircuncisos de corazón é incircuncisos de carne, para estar en mi santuario, para contaminar mi casa; de haber ofrecido mi pan, la grosura y la sangre: é invalidaron mi pacto por todas vuestras abominaciones: Y no guardasteis el ordenamiento de mis santificaciones, sino que os pusisteis guardas de mi ordenanza en mi santuario”. Para una relatoría más detallada de estas rebeldías y abominaciones en que incurrió Israel puede uno leer el capítulo 22 de Ezequiel. Como puede verse la destrucción del Templo, así como los castigos que aunado a eso recaen sobre el reino de Judá, es una consecuencia de haber quitado el continuo sacrificio, es decir, de haberle dado la espalda
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a Dios, ¿sucedió algo en el reinado de Usías que se refiera al juicio que emitió Dios sobre Su pueblo por lo anteriormente comentado? La Escritura contiene una extraña sentencia que a la luz de lo que se está viendo cobra sentido. Zacarías 14:5 contiene una sentencia relacionada con profecías para el tiempo del fin, pero dice algo referido a los tiempos de usías, rey de Judá, “y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Usías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos”. ¿Por qué se mencionaría en esta profecía un terremoto específicamente efectuado en tiempos del Rey Usías? Ese terremoto bien pudo haber sido físicamente real, ¿pero qué significa en el contexto de lo que se está analizando? Cuando la Escritura presenta un terremoto de manera simbólica se refiere habla de la presencia de Dios para juicio (Salmos 18:7; Isaías 13:13; 29:6; Ezequiel 39:19; 1 Pedro 4:17; 2 Timoteo 3:1; Hebreo 1:2; 1 Pedro 1:20; 2 Pedro 3:8; Hechos 2:1-4, 6, 12-13, 14-16; Jeremías 10:10), así que el terremoto que se dio en tiempos del Rey Usías habla del juicio de Dios sobre su pueblo que se consumaría posteriormente cuando vinieran los Babilonios, destruyeran el Templo y los llevaran al exilio. Curiosamente también el reino de Usías está a la mitad en la duración del reino de Judá desde la partición de Israel en dos reinos y hasta el exilio del que que objeto Judá por los Babilonios. Así tenemos hasta ahorita que la cita de Daniel puede entenderse como “Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio (752 a.C., reino de Usías, juicio de Dios sobre las abominaciones de Su pueblo) hasta la abominación desoladora (538 d.C., liberación de Roma por Justiniano I), habrá mil doscientos noventa días (1,290 años)”, lo cual así es. Pero luego la cita de Daniel en cuestión termina diciendo “Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días”, ¿a qué se referirán estos 1,335 días proféticos, 1,335 años? 58
Algunos creen que se refieren a períodos simultáneos, es decir, que más o menos corren en los mismos periodos, pero la Escritura lo que nos presentan son período consecutivos, uno después del otro. Dado que ya tenemos la fecha de instalación de la abominación de la desolación, 538 d.C., sólo es cuestión de sumar 1,335 años, esto nos lleva a 1873, ¿hay algo en esta fecha relacionado de manera clara con el desarrollo que ha ido dando del tema? Veamos que la profecía señala que serán bienaventurados los que lleguen a mil trescientos treinta y cinco días, es decir, tuvieron que haber pasado de algún evento que lo lleve más allá del mismo y los haga considerarse bienaventurados. Como ya se vio referido a los 1,260 años de la iglesia en el desierto, este periodo terminó en 1798 d.C., cuando las victorias espectaculares de los ejércitos de Napoleón en Italia, colocaron al Papa a la merced del gobierno revolucionario francés, el cual consideraba que la religión romana era el enemigo irreconocible de la República. El gobierno francés ordenó a Napoleón que tomara preso al Papa. Bajo sus órdenes, el general Berthier entró en Roma y proclamó el fin del poder político del papado. Tomando cautivo al Papa, Berthier lo llevó consigo a Francia, donde murió en el exilio9. El derrocamiento del papado fue el acontecimiento culminante de una larga serie asociada con su declinación progresiva. Este suceso marca el fin del período profético de los 1,260 años. ¿Qué sucedería poco antes de 1873 como para considerar bienaventurados a los que llegasen a esa fecha?
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tiempodehoy.com, EL PAPA PRESO, http://www.tiempodehoy.com/cultura/historia/elpapa-preso/
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En marzo de 1861, cuando el primer parlamento italiano se reunió en Turín, se declaró a Roma la capital del recién creado Reino de Italia, pero esta ciudad seguía siendo la capital de los Estados Pontificios gobernados por el papa Pío IX, siendo que Roma estaba además protegida por una guarnición de tropas francesas enviadas allí por Napoleón III, para colaborar con el Papado contra un posible ataque italiano. En julio de 1870 comenzó la guerra franco-prusiana. A principios de agosto Napoleón III, urgido de tropas para la contienda, retiró rápidamente a la guarnición francesa de los Estados Pontificios. Ante esta situación hubo numerosas manifestaciones públicas en Florencia, Turín, y Milán, demandando que el gobierno italiano tomara Roma aprovechando la retirada de los franceses, pues en esas circunstancias una acción militar del Reino de Italia no implicaría combatir contra tropas enviadas por un gobierno extranjero, lo cual evitaba que el proyectado ataque a Roma degenerase en una crisis política internacional. Pese a que la retirada de los franceses facilitaba los planes, el gabinete presidido por Giovanni Lanza dispuso no iniciar acciones bélicas, posición compartida por el rey Víctor Manuel II. Al conocerse en Italia el derrumbamiento del Segundo Imperio Francés tras la derrota francesa en la batalla de Sedán y la rendición de Napoleón III ante Prusia (el 1 de septiembre de 1870), el rey Víctor Manuel II envió una carta a Pío IX, pidiendo al Papa "guardar las apariencias" permitiendo entrar pacíficamente al ejército italiano en Roma, a cambio de ofrecer protección al Papado. Pío IX rechazó por completo tal oferta. Al conocerse la negativa del Papado, batallones del Regio Esercito italiano, dirigidos por el general Raffaele Cadorna, cruzaron la frontera de los Estados Pontificios el 11 de septiembre y avanzaron lentamente hacia Roma, esperando que la entrada pacífica pudiera ser negociada, sin hallar resistencia apreciable a lo largo del camino. Los soldados italianos alcanzaron la Muralla aureliana el 19 de 60
septiembre y sitiaron Roma, al mantenerse la negativa del Papado a una solución pacífica. Pío IX siguió siendo intransigente y ordenó a sus "zuavos papales" oponer resistencia armada. Antes del mediodía del 20 de septiembre después de 3 horas de bombardeos y tiroteos, el ejército italiano consiguió abrir una brecha en las Murallas aurelianas, en las cercanías de la Porta Pia, así llamada por conectar con la avenida del mismo nombre. Tras romper un sector de la muralla, los Bersaglieri italianos marcharon por la Vía Pía, después llamada "Vía del XX de septiembre" y ocuparon de inmediato la totalidad de Roma. La iglesia de Roma perdió sus Estados Pontificios en 1870 y concluida la anexión de los Estados Pontificios en 1871, Roma se convirtió en la capital del Reino de Italia. Curiosamente, como dato adicional, esto generaría un estado de hostilidad constante entre la iglesia de Roma y el estado italiano, hostilidad que no cesaría sino hasta 1929 en que se firmó el Tratado de Letrán entre la Santa Sede y el gobierno de Mussolini, cuando la sexta restauración del imperio romano, de lo cual en su momento ya se habló10. Volviendo sobre la revelación de Daniel, después de toda la historia de la iglesia de Roma, realmente sería bienaventurado quien llegase a ver, en 1873, la pérdida del poderío geográfico, territorial, militar y económico del poder religioso de las restauraciones del imperio romano, algo casi imposible de imaginar, menos de creer, cuando ese poderío se encontraba en su cenit y ponía y deponía reyes y emperadores e incluso repartía literalmente el mundo entero. Bienaventurado el que espere (a partir de 538 d.C.), y llegue a mil trescientos treinta y cinco días (1873 después de 1335 años).
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luna.ovh, Cuestión romana, https://www.luna.ovh/planeta/es/Cuesti%C3%B3n_romana
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La segunda de estas citas referida a período de tiempo relacionados con la abominación desoladora es Daniel 8:13-14 Daniel 8:13-14 señala que “Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”. La última cita referida al tema en cuestión es tal vez una de las más intrigantes pues ni siquiera literalmente de inicio pueden ponerse los estudiosos en cuanto a lo que dice. La frase Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas unos la entienden de una forma y otros de otra ¡y en ambos lados hay argumentos convincentes para ello! Si decimos que un grupo de 10 está formado por hombres y mujeres entendemos que el grupo está formado por diez personas, algunas hombres y otras mujeres, pero si decimos que un grupo está formado por 10 hombres y 10 mujeres se entiende que el grupo es de 20 personas, pues bien, la frase Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas no permite dilucidar a cuál de las dos opciones se está refiriendo. Si dijera que se trata de dos mil trescientas tardes y [dos mil trescientas] mañanas se entendería que son dos mil trescientos días formados cada uno por su correspondiente tarde y su correspondiente mañana, pero como dice que son dos mil trescientas tardes y mañanas no queda claro si se refiere a lo anterior o si más bien la cantidad de tardes y la cantidad de mañanas da un dos mil trescientos total, y dado que cada día tiene una tarde y una mañana se estaría hablando, en este último caso de 1150 días cada uno formado por su tarde (1150) y su 62
mañana (1150), es decir, por dos mil trescientas tardes y mañanas11. Curiosamente, como vamos a ver ¡ambas explicaciones son correctas, ambas explicaciones tiene razón y ambas explicación tienen aplicación en la revelación escritural! Pero antes de explicar esto es menester aclarar si la cuestión aquí de tardes y mañanas se refiere a días literales o más bien a días proféticos (años, pues), ya que lo segundo ha dado pauta a confundir la figura de Antíoco Epífanes con el pequeño cuerno, como ya se comentó. Como ya se comentó, el indicativo de días, años o tiempos en profecía se refiere a años (Oseas 6:1-2; Daniel 7:25; Números 14:33-34; Ezequiel 4:6), como se vio al analizar lo referido a la visión de Nabucodonosor del árbol cortado, pero de igual forma en ocasiones la profecía agrega temporalidades que son literalmente días, por ejemplo cuando Jesús se refiere al tiempo que estaría en la tierra claramente dijo que serían tres días y tres noches (Mateo 12:40), esta referencia a días y noches y el entendimiento de que incluso la profecía se refiera a días y noches de manera literal, parte de la Escritura donde a la una tarde (noche) y un mañana (día) se le considera un día literal (Génesis 1:5, 8, 13, 19, 23, 31). Esta pequeña diferencia entre días-años-tiempos que en profecía hay que considerar años y tardes-mañanas o días-noches que hay que considerar días literales, ha llevado a algunos a considerar erróneamente las 2,300 tardes y mañanas como días proféticos, es decir 11
También hay quienes consideran que son 1150 días pero con otro razonamiento pues argumentan, como es que en el Antiguo Testamento cada día había un sacrificio por la mañana y por la tarde en esta cita se habla más bien de dos sacrificios por día, ya que se refiere, a las ocasiones de mañana y tarde en que los sacerdotes israelitas tenían que ofrecer los sacrificios de animales para obedecer la ley de Dios (Éxodo 29:38; Números 28:6), así que los 2300 lo relacionan a sacrificios, dos diarios, que se dan en 1150 días.
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años (2,300 años) y con base en eso han sacado una conclusiones que no sólo no son escriturales sino que además llevan a la desviación de lo que se quiere revelar. No podemos ahondar mucho en esta errónea interpretación pues nos alejaría del objetivo de la presente obra, la principal razón para descartar esta sentencia es, como ya se comentó, que la misma Escritura asigna a la dualidad mañana-tarde el significado de un día literal (Génesis 1:5, 8, 13, 19, 23, 31), pero para no dejar el asunto sin más comentario puede decirse que el interpretar las 2,300 mañanas y tardes como 2,300 años lleva, como ya se dijo, a conclusiones no escriturales y erradas, por ejemplo, para ajustar esos 2,300 años en un imaginario cronológico temporal, quienes así lo proponen comienzan contando ese tiempo en el 457 a.C. con el decreto para la restauración de Israel (Esdras 7:12,13), como se ha sido reiterativo a lo largo de esta obra hay que dejar que la misma Escritura vaya llevando la interpretación y para ello hay que atender no sólo a la información que se revela sino a las imágenes que se dan, en este caso la visión de Daniel que comienza en 8:3-4 se refiere al imperio medopersa, el cual es seguido por el imperio griego (Daniel 8:5-7), el cual luego es dividido (Daniel 8:8) y una vez reunificado bajo el dominio romano de él sale un pequeño cuerno (Daniel 8:9), referido a ese poder religioso referido al imperio romano y sus restauraciones, el problema la pregunta relacionada con las 2,300 tardes y mañanas se refiere a la prevaricación del cuerno pequeño, el cual surge incluso leyendo literalmente la profecía de Daniel después de los cuatro cuernos, es decir, después de la división del imperio de Alejandro Magno, la cual se dio después de la muerte de Alejandro acaecida en 323 a.C. así que los eventos relacionados con la prevaricación del cuerno pequeño no pudiera ir más allá de esas fechas, y eso leyendo literalmente la profecía, ahora que si se considera lo que se ha propuesto en el sentido de que el pequeño cuerno surgiría una vez que el reino fragmentado de 64
Alejandro Magno volviera a reunificarse bajo el dominio romano la fecha se recorre aún más, por lo que ciñéndonos a los símbolos que presenta la misma profecía la interpretación de los 2300 días como años (errada, ya se aclaró), no podría ir hasta 457 a.C. con el decreto para la restauración de Israel pues excedería la interpretación de los símbolos dados. El otro problema es que los que consideran los 2,300 días como años e inician el conteo en el 457 a.C. señalan que en 1844 d.C., que es para cuando se cumplen los 2,300 años, Cristo pasa del lugar santo al santísimo purificando así el templo, más sin embrago, el problema con esto es que Pablo escribiendo a los Hebreos, afirma que la redención o expiación de los pecados ya estaba realizada a la fecha cuando se escribió el libro, es decir, en el siglo I d.C., y Cristo había entrado al lugar santísimo, “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención” (Hebreos 9:11-12). La purificación, expiación o redención de los pecados de los creyentes se produce cuando Cristo, después de su resurrección, se sienta a la diestra del trono de Dios (Hebreos 1:3). Así que desde la resurrección y ascensión de Jesús, nuestro Señor entró al Lugar Santísimo, hasta la misma presencia de Dios, no habido base escritural para señalar eso como realizado hasta 1844 d.C.) Sirvan estos dos ejemplos para demostrar las incongruencias escriturales al sostener que los 2,300 días comentados con 2,300 años y proponer para esto período y explicaciones que no sólo no están en la revelación sino que contradicen la instrucción.
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Pero también entre los que entienden que tarde-noche o día-noche se refiere a un día literal se ha dado una confusión que ha llevado a considerar a Antíoco Epífanes como este cuerno pequeño a pesar de lo que ya se ha comentado, ¿por qué ha pasado esto? Antíoco Epífanes, como ya se comentó, fue uno de los reyes sucesores de Seléuco en su reino. El principal objetivo de la política exterior de Antíoco era tomar el reino ptolemaico, que tenía base en Egipto. Después de algunas campañas exitosas, Antíoco se aventuró una vez más a Egipto para finalizar el trabajo. Esta vez, la República romana envió a sus flotas para apoyar a los ptolomeos. En lugar de enfrentarse con los romanos, Antíoco sabiamente retiró sus fuerzas de Egipto, para no volver jamás. En su viaje de regreso desde Egipto hasta Siria en el 168 a.C., Antíoco decidió derramar su rabia sobre uno de sus pueblos subyugados: los judíos. Antíoco fue primero al templo en Jerusalén y puso una estatua del dios griego Júpiter Olimpo en el lugar santísimo. Sobre el altar de sacrificio en el patio del templo, él forzó a los sacerdotes a sacrificar carne de cerdo a los dioses paganos. Cualquiera que fuera visto en Jerusalén practicando cualquier otra forma de religión que no fuera la de Antíoco era sentenciado a muerte inmediata. Donde quiera que encontraran libros de la Biblia, eran destruidos, así como las personas en cuya posesión eran hallados. La incursión de Antíoco a Judea fue extremadamente exitosa. Todo Judea se entregó al helenismo a expensas de la ley de Dios; todos, excepto por una familia en Judea occidental conocida como la familia Asmonea (o los Macabeos). Esta familia más tarde lideraría una rebelión contra Antíoco y el reino seléucida, conocida como la rebelión macabea. Antíoco envió varios generales a Judea en los siguientes años, pero ninguno de ellos pudo aplastar la rebelión. Antíoco Epífanes estaba con el principal ejército seléucida en el oriente tratando de aplastar la creciente rebelión partia. Fue allí que él escuchó de la derrota de uno de sus generales en Judea. 66
Inmediatamente partió hacia Judea para aplastar la rebelión por sí mismo. Según Polibio, historiador de la época, cuando Antíoco iba de camino a destruir a los judíos, fue golpeado y turbado con un “delirio perpetuo” de alguna clase, “imaginando que los espectros [espíritus aterradores] estaban continuamente delante de él, reprochándole por sus crímenes”. Este tormento lo volvió literalmente loco. Poco después, en el 164 a.C., Antíoco murió12. La cuestión de la confusión es que considerando lo escrito en los libros históricos, aunque no escriturales de Macabeos, la profanación del Templo de Jerusalén se llevó a cabo el quince del mes de Quisleu del año ciento cuarenta y cinco (Macabeos 1:54) siendo que la purificación de mismo, una vez expulsados los invasores, se llevó a cabo el día veinticinco del noveno mes (es decir, el mes llamado Quisleu) del año ciento cuarenta y ocho. Entre ambas fechas hay 2290 días, casi casi 2300, así que para ajustar esta diferencia se recurre a indicar que debe contarse desde que se dan los decretos que conlleven a esta profanación lo cual según Macabeos 1:4153 fue antes (aunque no aclara que tantos días) de la profanación en sí del Templo. Quienes manejan este argumento le dan esos diez días faltantes al lapso entre la promulgación del decreto, la reacción del pueblo (unos acatando el decreto y otros rechazándolo y acarreándose persecución) y la profanación en sí del Templo. De nuevo: no hay manera de saber si entre la emisión del decreto de Antíoco Epífanes y la profanación como tal del Templo transcurrieron uno, diez o veinte días, pero quienes argumentan esto asignan por su cuenta esos diez días faltantes y con esto ya tienen los 2,300 días que ocupan para identificar a Antíoco Epífanes con el pequeño cuerno. Ya se comentó por qué este pequeño cuerno no puede ser Antíoco Epífanes, pero asignar días aquí y
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latrompeta.es, ¿Quién fue Antíoco Epífanes?, https://www.latrompeta.es/es/articles/posts/quien-fue-antioco-epifanes
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allá para ajustar 2,300 excede lo revelado sin tener ningún sustento ni en los símbolos entregados o en el desarrollo histórico de los hechos. Una vez hecha esta pausa para las aclaraciones precedentes retomemos Daniel 8:13-14 y la cuestión de las dos mil trescientas tardes y mañanas. ¿Son 2300 días?, ¿son 1150 días?, ¿pudiera ser ambos? Algo que reiteradamente se ha comentado a lo largo de la presente obra es que nada de lo manifestado en la Escritura es casual, “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16), así que incluso la cuestión de la indefinición de la temporalidad expresada, pudiendo ser 2300 días o 1150 días, es divinamente inspirada y debe tener algún sentido. Antes de avanzar en la solución del conflicto anterior, ¿hay alguna otra expresión referida a temporalidades en la Escritura que pueda observarse da pauta a indefiniciones y por lo tanto a diversas interpretaciones? Así es, si la hay, y tiene que ver con la Pascua, con la Ultima Cena de Jesús y con Su sacrificio redentor. Veamos. ¿Alguna vez nos hemos preguntado de que si existiera un momento específico y exacto para la Pascua tendríamos un problema ya que o Jesús la celebró en el momento correcto mientras que Su sacrificio fue en el momento incorrecto o bien Jesús la celebró en el momento incorrecto y Su sacrificio fue en el momento correcto? ¿Cómo conciliar estos dos momentos? La pascua debía ser celebrada la noche del 14 de Nisán (Éxodo 12:6,8), entre las dos tardes (Levítico 23:5), el 14 de Nisán (Números 28:6), a la puesta del sol (Deuteronomio 16:6). Éxodo, Números y Deuteronomio no dejan lugar a dudas que la celebración de la Pascua sería al inicio de 68
Nisán (recordar que para Dios los días se calculan de tarde en tarde, es decir el día comienza caída del sol y termina hasta la siguiente caída del sol -Génesis 1.5 “la tarde y la mañana de un día”-), por lo que su celebración sería a la caída del sol, cuando comienza la noche propiamente dicho. Sobre la cuestión del término las dos tardes de Levítico 23:5 para el sacrificio de la Pascua, es asombroso como es que Jesús cumplió con las dos interpretaciones existentes. Para los Saduceos y los Samaritanos “entre las dos tardes” significaba al anochecer, ya que de esta manera definen el período de tiempo que va desde la puesta del sol a la oscuridad total. Por esta razón ellos sacrificaban al cordero inmediatamente después a la puesta del sol del 14 de Nisán y es decir que cenaba al comienzo del 14 de Nisán. Mientras que los fariseos consideraban que “la primera tarde” como el tiempo posterior a la primera caída del sol, es decir, después del mediodía hasta la hora novena (las 15.00 hrs.) y la segunda tarde desde la hora novena hasta la puesta del sol. Por eso sacrificaban al cordero “entre las dos tardes” es decir entre la novena y la décima hora (entre las 15:00 y 16:00 hrs.) y lo comían a la noche, es decir al comienzo del 15 de Nisán. Jesús cumplió ambas interpretaciones, que al parecer y solo por esto pueden ser válidas ya que celebró la Santa Cena al inicio del 14 de Nisán, a la puesta del sol, iniciando la noche (dejándonos ese memorial para siempre) y a la vez fue muerto “entre las dos tardes”, es decir, a la hora novena (Mateo 27:45-56), 15:00 horas. Así que tenemos un momento para la celebración (al inicio del 14 de Nisán) y otro para la consumación (14 de Nisán, entre “dos tardes”), siendo que ambos los cumplió Jesús. De lo anterior tenemos que la expresión sobre el momento en que debía celebrarse la Pascua deliberadamente fue dejada ambigua por Dios para que Cristo pudiera correctamente darle cumplimiento en dos momentos distintos.
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El caso de la cita de Daniel en cuestión referida a las dos mil trescientas tardes y mañanas es lo mismo, es decir, dado que la expresión puede significar 2300 días o 1150 días ambas interpretaciones pueden considerarse como válidas y correctas, pero ¿cómo entender esto? Al igual que la cuestión del momento de la celebración de la Pascua, ya comentado anteriormente, dado que ambas interpretaciones pueden ser correctas, ambas deben verse de manera separada, al igual que las dos interpretaciones para la celebración de la Pascua la cual una era a la caída del sol el 14 de Nisán y otro a las 3 de la tarde en la parte clara de ese día. Así tenemos que los 2300 días o los 1150 días se refieren a dos momentos diferentes pero complementarios. Dado que no se puede pensar en dos momentos de 2300 días, pues eso excedería su correspondencia con 1150 días, la única opción es pensar en dos momentos de 1150 días, dos momentos que vistos en conjunto dan 2300 días, ¿pero cuáles serían esos dos momentos? Esto nos lo da la expresión considerada en la misma cita que se está analizando referido a la pregunta que “¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?”. En este punto creo debe quedar claro que el pequeño cuerno de Daniel 7:8, 24 y Daniel 8:9-12 es el poder religioso relativo al imperio romano, sobre todo en sus restauraciones, con este entendimiento, de igual forma, se ha comprendido que Daniel 11 se refiere a las relaciones de cooperación-confrontación entre el poder secular, el rey del norte, y el poder religioso, el rey del sur, relativo a este imperio romano sobre todo en sus restauraciones. De igual forma hasta donde se ha avanzado en este punto relativo al tema de la abominación desoladora ha quedado 70
claro que se refiere, de igual forma, a la iglesia de Roma, en este sentido Daniel 8:13-14 sigue refiriéndose a este poder religioso por lo que aquello que se diga en revelación de este punto debe ser entendido con este marco de referencia. Siguiendo este razonamiento en su momento se vio, relativo a lo que se dice de ese poder religioso, el pequeño cuerno de Daniel 7:8, 24 y Daniel 8:9-12, que el mismo “se engrandec[ería] contra el príncipe de los ejércitos, y por él [sería] quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario [sería] echado por tierra” (Daniel 8:11). Ya se vio que, entre otras razones por las que la cita de Daniel 8:11 no puede aplicarse a Antíoco Epífanes, es que este no echó el santuario por tierra. Entonces ¿hubo un momento de la historia de Israel en que el santuario en efecto fuera echado por tierra? Sí lo hubo, en el año 70 d.C. cuando Tito arrasó Jerusalén, pero antes de esto se dio otra situación que arroja mayor luz sobre la profecía de Daniel en cuestión. Jerusalén no fue una ‘ciudad de paz’ durante todo el primer siglo. Se vio afectada por luchas internas propiciadas por ambiciones egoístas y empeoradas por facciones religiosas rivales, como los saduceos, los fariseos o los zelotes. Empeorando cada vez más las condiciones. En el año 66, un corrupto procurador romano, Floro, sacó de los tesoros del templo 17 talentos como pago por impuestos atrasados. Los judíos se enfurecieron y estalló en revuelta. Un grupo de judíos rebeldes, los Zelotes, irrumpieron en Jerusalén y ejecutaron a los soldados romanos destacados allí. Declararon la independencia de Judea. La situación finalmente llegó a ser tan explosiva que las fuerzas romanas de la zona no pudieron contenerla más y Cestio Galo, gobernador a la postre de Siria, tuvo que avanzar contra Jerusalén con un contingente más poderoso para mantener el control romano. Pese a la resistencia que 71
opusieron los judíos, las fuerzas romanas penetraron en Jerusalén en noviembre del año 66 E.C. llevando consigo sus insignias idolátricas, y después atacaron el muro del templo por el lado norte. Los judíos estaban horrorizados al ver a soldados paganos profanando el lugar más sagrado de su religión. De súbito, sin razón aparente, cuando todo parecía indicar que Jerusalén caería con facilidad, el ejército romano retrocedió. Los judíos insurrectos persiguieron a las tropas en retirada, pero solo hasta Antípatris, a unos 50 kilómetros de Jerusalén. Una vez que regresaron a Jerusalén, se congregaron en el templo para idear la siguiente estrategia de guerra. Cestio Galo se retiró, lo que permitió a los cristianos obrar de acuerdo con las instrucciones de Jesús: “Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella”. (Lu 21:20-22.) Eusebio dice en su ‘Historia Eclesiástica’ que los cristianos huyeron de Jerusalén y de toda Judea a una ciudad de Perea llamada Pella. Al año siguiente, el 67, los romanos reanudaron las acciones bélicas contra los judíos. Primero conquistaron Galilea y al año siguiente desmembraron Judea. Al año siguiente, 67 E.C., Vespasiano intentó sofocar el levantamiento judío, pero la inesperada muerte de Nerón en el año 68 E.C. abrió el camino para que Vespasiano se convirtiese en emperador. De modo que regresó a Roma en el año 69 y dejó que su hijo Tito continuase la campaña; al año siguiente, 70 E.C. Tito comenzó el sitio de Jerusalén con 80.000 soldados romanos en abril del 70 d.C. La lucha fue dura durante los 5 meses del sitio, mientras una sección tras otra era capturada. Más de 100.000 judíos murieron en la ciudad entre principios de mayo y fines de julio. En ese tiempo, la fortaleza Antonia fue tomada y se dejaron de ofrecer los sacrificios. En agosto, el templo fue conquistado y quemado totalmente 13. Si bien en 13
atlasdelabiblia.wordpress.com, Destrucción en el 70 E.C., https://atlasdelabiblia.wordpress.com/destruccion-en-el-70-e-c/
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otras ocasiones Jerusalén había sido tomada y el Templo profanado y saqueado, esta vez fue diferente pues del Templo no quedó “piedra sobre piedra” (Mateo 24:2)14. De las fechas anteriores dadas referidas al asedio previo a Jerusalén tenemos que las mismas arrojan alrededor de tres años, es decir, alrededor de 1150 días. A este respecto pueden verse como es que tres años exactos dan 1080 días (360 x 3) faltando 70 para los 1150, 70 es un número que en la Escritura significa el gobierno, la responsabilidad y el trabajo del Pueblo de Dios (Éxodo 18:13-27, Lucas 10:1-12), siendo precisamente un punto de quiebre la caída de Jerusalén en al año 70 d.C. pues implicó la dispersión del Pueblo de Dios por el mundo y el impulso definitivo para la gran comisión de ir “por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Así tenemos que unos 1150 se refiere a los poco más de tres años previos a la caída de Jerusalén y el inicio del trabajo de la iglesia por todo el mundo, ¿pero qué hay de los otros 1150? Si los primeros 1150 días se refieren al inicio el trabajo de la iglesia por el mundo, los otros 1150 se refieren a la conclusión del mismo, curiosamente en las mismas condiciones que en el inicio de dichos trabajos. La cita de Daniel 8:13-14 que estamos analizando señala en la pregunta ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? La expresión “hasta cuándo” se traduce del hebreo דַ ע, ‘aḏ (hasta) y יַ֞ ָ ַ ל, 14
Sobre el asunto del llamado Muro de los Lamentos en Jerusalén, que alguien podría señalar como evidencia en contra de las palabras de Jesús de que del Templo no quedaría “piedra sobre piedra” (Mateo 24:2), es menester aclarar que las investigaciones al respecto señalan que dicho muro no era parte del Templo, sino de la Fortaleza Antonia de los romanos (editorial-streicher.blogspot.com, El Monte del Templo y la Fortaleza Antonia, http://editorial-streicher.blogspot.com/2015/12/elmonte-del-templo-y-la-fortaleza.html)
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mā·ṯay (cuando) que hacen referencia precisamente a un punto en el tiempo en el que se cumplen ciertas condiciones. El problema es que muchos toman ese “hasta cuándo” como sinónimo de “durante cuánto tiempo” y señalan para los 2330 días o los 1150 días, sea que los tomen (incorrectamente) como años o (correctamente) como días, la duración del evento a que hace referencia la cita en cuanto a la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados, pero no se refiere cuánto tiempo durará eso, sino hasta cuándo durará. Explicado de otra forma, si uno está en el año 2015 y señala que un evento durará hasta el 2018 no se refiere a que dicho evento durará 2018 años sino a que desde que inicia concluirá en el año 2018, con esta profecía de Daniel pasa lo mismo, no quiere decir que el evento de la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados durará 2300 días o 1150 días sino que durará hasta que inicie el período de 1150 días, aun así, ¿a qué se refiere eso? Dado que ya tenemos que la interpretación de las dos mil trescientas tardes y mañanas significa de igual forma 2300 días que 1150 días, y dado que la única forma en que esto se dé es que los 2300 días se refieran a dos periodos de tiempo de 1150 días cada uno, y dado que esto tiene su referente con echar por tierra el santuario, lo cual sucedió en el año 70 d.C., previo a poco más de tres años en que gracias al entendimiento de la iglesia pudo huir de Jerusalén antes de su caída e iniciar así su gran comisión por el mundo, puede tomarse es el inicio de la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados, siendo así que la conclusión del mismo es cuando de nueva cuenta se vuelvan a dar las mismas condiciones que cuando inicio el período en comento, es decir, que de nueva cuenta se dé un periodo de poco más de tres años en que
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Jerusalén este sitiada y que la iglesia de Dios esté silenciada previo a la segunda venida de Cristo, ¿acaso señala la Escritura esto? La profecía de Jesús dada en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 tiene muchas cuestiones que se refieren lo mismo al inicio de las señales, que a su conclusión, de igual forma habla de muchas condiciones que estarían presentes en el mundo desde ese momento y hasta Su regreso pero lo más interesante es que hay profecías que tienen cumplimiento dual, es decir, al inicio y al final de ese período15, una de esas profecías es la que señala que “cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado” (Lucas 21:20), si bien esto tuvo su cumplimiento en el año 70 d.C., iniciando así con la dispersión de la iglesia de Dios por el mundo, ¡tendrá otro cumplimiento dual al final de los tiempos! "He aquí, el día de Jehová viene… Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, más el resto del pueblo no será cortado de la ciudad" (Zacarías 14:1-2), el día de Jehová se refiere el momento tanto previo como posterior del establecimiento del Reino de Dios en la tierra (Sofonías 1:7; Isaías 2:12; Ezequiel 30:3). De igual forma Daniel 11:45, que ya se analizó en el apartado referido a Los Reyes cuando se habló de la última restauración del imperio romano, la séptima, en la forma de la Unión Europea, hace referencia a esto pues de su interpretación se entiende cómo es que la Bestia, en su última resurrección, cuando diez reyes le entreguen su poder, imbuido por el poder de Satanás y apoyada por el falso profeta, invadirá varios países del Norte de África y de Oriente Medio y entrará en Israel después de 15
Para un discernimiento del capítulo 24 del libro de Mateo, que contiene esta profecía, se sugiere la obra “Que nadie os engañe –la profecía de Jesús en Mateo 24-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.
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romper con este último un pacto que había signado por siete años al término de los primeros 3 ½ años, siendo que al final de los segundos 3 ½ años que saldrá a enfrentar a los reyes de oriente y estando todas las naciones conflagradas para la guerra presenciarán la venida de Jesus con sus ángeles y sus santos a los que combatirán pero a los que no vencerán sino al contrario, serán vencidos “el lugar que en hebreo se llama Armagedón”16. Así el cumplimiento de estos segundos 1150 días, es decir, cuando Jerusalén esté rodeada de ejércitos poco más de tres años (no confundir con los 3 ½ años mencionados anteriormente, ambos tiempos son paralelos pero tienen diferente duración y las temporalidades dadas se refiere a situaciones diferentes) antes del inicio de la conflagración final. Visto así se entiende que los 2300 días literales muestren precisamente ese hasta cuándo, no sólo en cuánto las condiciones finales a repetirse previo al conflicto que anteceda a la segunda venida de Cristo, sino que también gracias a esto muestra el momento en que inició por la iglesia el cumplimiento de la Gran Comisión dada de ir por todo el mundo a predicar el Evangelio, siendo la etapa final de esto cuando se den las mismas condiciones iniciales, Jerusalén rodeada de ejércitos, siendo en esa etapa silenciada la iglesia de Dios, “cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará” (Revelación 11:7)17
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Para un discernimiento del último libro de la Biblia se sugiere la obra “FIELES Y VERDADERAS -Un estudio comprehensivo del libro de Revelación-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo. 17 Para un discernimiento del último libro de la Biblia se sugiere la obra “FIELES Y VERDADERAS -Un estudio comprehensivo del libro de Revelación-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.
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Así que la abolición el sacrificio perpetuo y el establecimiento de la abominación desoladora, todo referido al cuerno pequeño, al poder religioso del imperio romano, comenzó desde que se dieron los primeros 1150 días, cuando Jerusalén cayó y la iglesia de Dios inicio su Gran Comisión por todo el mundo mientras que la iglesia de Roma comenzó a fortalecerse, y durará hasta se se repitan otros 1150 días con las mismas condiciones de los 1150 días iniciales: una Jerusalén rodeada poco más de tres años previo a la última conflagración que anteceda a la segunda venida de jesus, por eso, sobre esto último, la cita de Daniel 8:13-14 analizada señala que “luego el santuario [sería] purificado” Como cierre de todo lo hasta ahorita comentado de Daniel 8:13-14, tenemos lo que dice más delante ese mismo capítulo cuando señala, sobre la visión de las dos mil trescientas tardes y mañanas, que dicha visión “es verdadera” y la misma “es para muchos días” (Daniel 8:26), ַ rab·bîm la expresión “muchos días” es casi literal del hebreo רִּֽבלר, (muchos) y ייל יַ֞ילר, lə·yā·mîm (días), algunos consideran esto se refiere a que la misma se llevaría a cabo después de muchos días, siendo que se enfocan sólo en el cumplimiento de las condiciones del último periodo de 1150 días, pero dado que a pregunta de Daniel 8:13-14 es ¿hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?, lo señalado en Daniel 8:26 de que dicha visión “es para muchos días” implicaría también que duraría mucho, específicamente desde los primeros 1150 días y hasta los segundos 1150 días, es decir, desde el inicio de la dispersión de la iglesia por el mundo y hasta la conclusión de su testimonio previo a la segunda venida de Jesús. La última cita, de las cuatro que habrían de analizarse en el presente apartado, es la de Dan 9:27. 77
Dan 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador. Esta última cita referida al tema de la abominación desoladora, ya se comentó en su momento, pero no está demás volver a señalar lo dicho pues con lo adicionalmente presentado sobre el tema puede tener mayor entendimiento. Al respecto de comentó que Esta cita se refiere a la semana faltante en el conteo de las setenta semanas, a los últimos siete años de la historia humana previos a la segunda venida de Cristo. Esta cita está relacionada con Daniel 12:7 referida a los “tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo” (tres años y medio), primera parte de la última semana profética (siete años) de la historia humana. Esta última semana profética (siete años) de la historia de la humanidad en el presente siglo puede dividirse en dos partes, los primeros 3 años y medio (tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo) en que la Bestia, el imperio romano restaurado, hace un pacto con la tierra del esplendor (y por otra semana confirmará el pacto con muchos), físicamente hablando de Israel, y los segundos 3 años y medio cuando rompe el pacto (a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda ) y entra en ella colocando la abominación desoladora, de la cual se hablará más delante. Al inicio de esa semana profética (Daniel 12: 7, 1-6) la obra de la iglesia de Dios es suprimida durante los primeros 3 años y medio, tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo, yendo a la tumba, símil de los días de Noé previos al diluvio (Génesis 7:4; Mateo 24:37; 1 Pedro 3:20-21; Colosenses. 2:12); cuando inicia el segundo período de tres años y medio viene el rapto de la iglesia (Revelación 11:11-12), símil de la 78
ascensión de Jesús a la mitad de la semana de los Panes sin Levadura (Juan 20:1-18; Éxodo. 12:15-20), cuando Jesús viene a la tierra llegando hasta las nubes y se lleva a Sus santos (resucitados y transformados) a la Nueva Jerusalén mientras en los últimos tres años y medio del presente siglo caen las pagas postreras de Dios contenidas en las copas de la ira de Revelación 16 estando ellos a salvo de esto en sus aposentos (Revelación 11:13). Sobre esto último, algunas Biblias traducen la última parte de Revelación 11:13 como “los supervivientes, sobrecogidos de espanto, alabaron al Dios del cielo”, que sería una traducción más acorde con el sentido de la frase y el hilo conductor de la narración18. De esta forma estas cuatro citas referidas a la abominación desoladora tienen su referente el poder religioso del imperio romano, sus inicios, su desarrollo a lo largo de la historia, incluyendo sus prácticas y creencias, así como la perspectiva de hasta cuándo duraría su empoderamiento.
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Para un discernimiento del último libro de la Biblia se sugiere la obra “FIELES Y VERDADERAS -Un estudio comprehensivo del libro de Revelación-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.
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VI La gran tribulación Mateo 24:16-28
Marcos 13:15-23
16
15
entonces los que estén en
El que esté en la azotea, no
Judea, huyan a los montes.
descienda a la casa, ni entre para
17
tomar algo de su casa;
El que esté en la azotea, no
descienda para tomar algo de
16
su casa;
atrás a tomar su capa.
18
17
y el que esté en el campo,
y el que esté en el campo, no vuelva Más ¡ay de las que estén encintas, y
no vuelva atrás para tomar su
de las que críen en aquellos días!
capa.
18
19
sea en invierno;
Más ¡ay de las que estén
Orad, pues, que vuestra huida no
encintas, y de las que críen en
19
aquellos días!
tribulación cual nunca ha habido desde
20
el principio de la creación que Dios
Orad, pues, que vuestra
porque aquellos días serán de
huida no sea en invierno ni en
creó, hasta este tiempo, ni la habrá.
día de reposo;
20
21
aquellos días, nadie sería salvo; más
porque habrá entonces gran
Y si el Señor no hubiese acortado
tribulación, cual no la ha
por causa de los escogidos que él
habido desde el principio del
escogió, acortó aquellos días.
mundo hasta ahora, ni la
21
habrá.
aquí está el Cristo; o, mirad, allí está,
22
no le creáis.
Y si aquellos días no fuesen
Entonces si alguno os dijere: Mirad,
acortados, nadie sería salvo;
22
más por causa de los
falsos profetas, y harán señales y
escogidos, aquellos días serán
prodigios, para engañar, si fuese
acortados.
posible, aun a los escogidos.
23
23
Entonces, si alguno os
dijere: Mirad, aquí está el
Porque se levantarán falsos Cristos y
Mas vosotros mirad; os lo he dicho
todo antes.
80
Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
Lucas 21:21-25
24
21
Porque se levantarán falsos
Entonces los que estén en Judea,
Cristos, y falsos profetas, y
huyan a los montes; y los que en
harán grandes señales y
medio de ella, váyanse; y los que
prodigios, de tal manera que
estén en los campos, no entren en ella.
engañarán, si fuere posible,
22
aun a los escogidos.
retribución, para que se cumplan todas
25
Ya os lo he dicho antes.
las cosas que están escritas.
26
Así que, si os dijeren:
23
Porque estos son días de
Mas ¡ay de las que estén encintas, y
Mirad, está en el desierto, no
de las que críen en aquellos días!
salgáis; o mirad, está en los
porque habrá gran calamidad en la
aposentos, no lo creáis.
tierra, e ira sobre este pueblo.
27
24
Porque como el relámpago
Y caerán a filo de espada, y serán
que sale del oriente y se
llevados cautivos a todas las naciones;
muestra hasta el occidente,
y Jerusalén será hollada por los
así será también la venida del
gentiles, hasta que los tiempos de los
Hijo del Hombre.
gentiles se cumplan.
28
25
Porque dondequiera que
Entonces habrá señales en el sol, en
estuviere el cuerpo muerto,
la luna y en las estrellas, y en la tierra
allí se juntarán las águilas.
angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
Si bien algo extensa la explicación del apartado anterior, la misma era necesaria para entender a qué se refiere eso de la Abominación Desoladora. Daniel menciona que la misma estará en el ala del templo (Daniel 9:27), en el entendido de que individualmente cada uno es el templo de Dios (1 Corintios 3:16; 6:19) y que colectivamente vamos
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conformando el Templo de la iglesia (Efesios 2:10-22; 1 Pedro 2:5), la referencia es que ese espíritu relacionado con la Abominación Desoladora entraría a la iglesia de Dios hasta consumirla previo a la venida de Cristo. Esto está en línea con lo ya comentado previamente respecto de loya comentado con relación a que “por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). Pero además irá adquiriendo mayor claridad conforme se avance en esta profecía. Haciendo aquí un paréntesis en el análisis de la profecía, para ahondar más en lo dicho anteriormente respecto de que el espíritu relativo a la Abominación Desoladora entraría en la iglesia de Dios hasta consumirla, podemos relacionar esto con algo que siempre presenta una dificultad para ser entendido en la Escritura: la parábola de la levadura contenida en Mateo 13:33 y Lucas 13:20-21, ¿por qué representa dificultad esta parábola?, porque en toda la Escritura la levadura es sinónimo de corrupción, pero aquí, sin base escritural, muchos le adjudican un significado honroso. Veamos. La parábola en cuestión señala Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado (Mateo 13:33) Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado (Lucas 13:20-21)
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Interpretando esta Escritura muchos dicen que la levadura que fermenta la masa, dado que Jesús mismo usa ese ejemplo para referirse al Reino de los Cielos, debe significar, en cada uno el Espíritu Santo que comienza su trabajo de manera imperceptible en nosotros hasta transformarnos completamente, de igual forma debe significar la iglesia que tras un inicio incipiente llega abarcar toda la tierra con su testimonio siendo sal de la misma y luz de las naciones, e incluso que representa el Evangelio que debe ser proclamado en todo el mundo. El problema con la interpretación anterior es que en toda la Escritura, tanto Antiguo como Nuevo Testamento, la levadura no tiene un significado honroso sino de corrupción (Éxodo 12:8-20; 13:7; 23:15; Levítico 2:4; Deuteronomio 16:3-4, 8; Mateo 16:5-12; Lucas 12:1; 1 Corintios 5:6-8; Gálatas 5:9), ¿sobre qué base escritural uno adjudicaría a la levadura un significado honroso cuando toda la Escritura le asigna un significado relacionado con la corrupción?, pero entonces ¿qué puede significar? El problema de la interpretación de la parábola es que, como se dijo, dado que Jesús inicia señalando que es una comparación referida al Reino de los Cielos lo contenido en la misma tiene que ser algo bueno, pero esa visión no es del todo correcta. Por ejemplo, en Mateo 13:2430, está contenida la parábola de la cizaña y el trigo y en la misma puede verse como es que simbolizados por estas dos imágenes, tanto los inicuos como los justos conviven en el presente siglo hasta que a la venida de Cristo los primeros son lanzados al fuego para ser consumidos mientras que los segundo pasan a ser recogidos en los graneros. Para complicar lo anterior previo a la parábola de la levadura está la parábola del grano de mostaza (Mateo 13:31-33; Lucas 13:18-19) el 83
cual, tiene un significado más que vidente aunado al crecimiento del Reino de Dios a partir de un inicio incipiente, por lo cuando se llega a la parábola de la levadura muchos siguen con el mismo pensamiento asignándole casi la misma interpretación. De igual forma muchos relacionan la imaginería anterior con la profecía de Daniel del Reino de Dios de la roca que desmenuza la imagen extendiéndose por toda la tierra (Daniel 2:31-35, 44-45). ¿Entonces cómo entender la parábola de la levadura? Antes de abordar esto veamos para todavía mayor claridad, unas inconsistencias referidas a la interpretación anti-escritural de que la levadura representa algo honroso (Espíritu de Dios, iglesia de Dios, Evangelio, etc.) Para esto hay que entender cómo es que la imagen de una mujer representa a una iglesia. La verdadera iglesia siempre es representada simbólicamente como virgen. Pura y sin mancha (2 Corintios 11:2), como una esposa para nuestro Señor (Efesios 5:24-27; Revelación 19:7-9; 21:1-2), luego entonces una mujer que fuese representada simbólicamente de manera completamente contraria, es decir, ramera (Revelación 17:1-2), abominable (Revelación 17:4-6), inmoral (Revelación 14:8) sería contrariamente a la verdadera iglesia, una iglesia apóstata, de la cual saldrían otras muchas falsas iglesias con el tiempo así como un sinfín de desviaciones doctrinales que permearían a toda iglesia que no fuera la verdadera (Revelación 17:5). La primera inconsistencia tiene que ver con la imagen de la mujer escondiendo la levadura en la masa. Si la mujer es la iglesia de Dios, ¿qué significaría la levadura?, no puede significar el Espíritu Santo pues no no es la iglesia la que lo da sino el Padre a través de Jesús, luego 84
entonces sólo puede referirse al Evangelio, pero el hecho de esconderlo es contrario a la Escritura. Todas las Escrituras referidas al papel del creyente, de manera individual o colectiva, lo marcan como a ser sal de la tierra y luz del mundo (Mateo 5:13-16 ), de igual forma se dice que no se enciende una luz para esconderla (Mateo 5:15; Lucas 11:33) y con mayor claridad Cristo les dice a sus seguidores que lo que han oído de Él en secreto debe ser divulgado de manera pública y abierta (Mateo 10:27), luego entonces la imagen de andar escondiendo algo, en el sentido honroso que se busca dar a esta parábola, si la mujer es la iglesia de Dios, no tiene sentido. La segunda inconsistencia es que si la levadura es algo bueno necesariamente la mujer representaría la iglesia de Dios, pero luego entonces ¿qué representa la masa? Si la masa representa el mundo, la inoculación que de la misma la levadura va logrando se refiere a los que son parte de la iglesia de Dios, pero entonces ¿cómo la iglesia puede introducir levadura, sea lo que sea, en la iglesia misma? La tercera inconsistencia es que se menciona como la levadura llega a fermentar toda la masa. Si la masa no es la iglesia sino el mundo entonces tendríamos la contradicción de señalar que lo honroso (sea lo que sea), terminaría por llenar, por transformar el mundo, pero la Escritura al contrario dice que el mundo en su gran mayoría está extraviado, engañado (Revelación 12:9; 13:14), que rechaza la verdad (1 Juan 2:15-17; Santiago 4:4), que aborrece a la iglesia (Juan 15:1816:4; Mateo 10:22), que repugna del Evangelio (Juan 3:19; 12:48) y que al final de los tiempos sería muy difícil incluso hallar fe y amor en la tierra (Lucas 18:8; 2 Pedro 3:3; 1 Timoteo 4:1; Judas 1:18), por lo que no hace sentido esa interpretación.
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¿Y qué hay de la correlación de esta parábola con la cita de Daniel sobre la roca que divinamente destroza la imagen y llena la tierra? En primer lugar vemos que con Daniel no hay ninguna mujer de por medio sino que la roca, Cristo y Su gobierno, vienen directamente de Dios; en segundo lugar no es algo que inicie poco a poco como la levadura sino que de repente llega, como será el regreso de Jesús, e instaura el Reino de Dios; y en tercer lugar no es algo que suceda de manera oculta sino que es algo visible, claro y manifiesto, tal como se presenta toda la Escritura (Zacarías 12:10; Revelación 1:7)
Pero independientemente de las inconsistencias anteriores, lo más complicado es conciliar la idea de la levadura referido a algo honroso, sea la interpretación que se le quiera dar, cuando toda la Escritura, tanto Antiguo Testamento como Nuevo Testamento, lo refieren como algo relacionado con la corrupción. Cerrando este paréntesis y en consonancia con lo que ya se ha comentado, y más importante aún: respetando el principio escritural de que la Biblia se interpreta a sí misma, podemos inferir que en esta parábola la levadura sigue representando corrupción, luego entonces si la mujer representa una iglesia esta debe ser una iglesia apóstata, sus prácticas y creencias, y la masa, como referente del pan que de ella se va a hacer, representa a los llamados por Dios para ser parte de Su pueblo. Luego entonces, se refiere a las prácticas y creencias de la Abominación Desoladora que poco a poco, a través de los siglos, irán permeando la iglesia de Dios, imperceptiblemente al inicio, pero que al final del presente siglo llegará a la culminación de su fermento terminando con la vida física y espiritual de la iglesia de Dios.
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Sobre esto es interesante, como ya se señaló, que todas las ofrendas de harina en el Antiguo Testamento, sombras de lo venidero, debían presentarse sin levadura (Levítico 2:4; 6:17; 7:12: 10:12), pero para Pentecostés la ofrenda eran “dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová” (Levítico 23:17). Aquí lo interesante es la ofrenda mecida que son “dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura” (Levítico 23:17), ¿por qué es interesante?, porque la ofrenda de Primicias era un pan hecho con “dos décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin” (Levítico 23:17), este pan de Primicias, como vemos, no tenía levadura, pues representaba a Cristo, las primicias, y la levadura es un símbolo del pecado (Mateo 16:5-12), pero en la fiesta de pentecostés vemos que los dos panes (no uno, sino dos: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” Efesios 2:14-), sí tiene levadura pues representa a todos los cristianos que si bien son pecadores han sido rescatados por el sacrificio redentor de Jesús19. Así que la iglesia de Dios desde el inicio conlleva pecado, corrupción, pero con el paso del tiempo se va inoculando de las prácticas babilónicas emanadas de la iglesia apóstata hasta llegar a la consumación de la
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Para un desarrollo de las festividades dadas por Dios a SU pueblo y su significado se sugiere el libro “Las Fiestas Solemnes de Jehová -El Plan de Dios con respecto a Su familia-. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.
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profecía, consumación que pasa por la cesación por primera vez en la historia de la iglesia de Dios. Si todavía esta idea es difícil de aceptar, veamos como Pablo refiriéndose al final del presente siglos señala que “el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios…” (1 Timoteo 4:1). Sólo se puede apostatar de la fe si es que previamente se ha tenido, y sólo los que forman parte de la iglesia de Dios son aquellos que han tenido esa fe, la fe verdadera. Así que de nuevo aquí está la imagen de esa corrupción que va creciendo de manera oculta en la iglesia de Dios hasta alcanzar su cenit al final del presente siglo previo a la venida de Cristo. Más adelante se ver otra cita que corrobora esto y que arroja luz incluso a cuándo, cómo, por qué y para qué se llevará este fin para la iglesia de Dios, previo a la segunda venida de Cristo. Regresando con la profecía que se está analizando Mateo 24:16-20, Marcos 13:16-18 y Lucas 21:20-24, señalan el ánimo de atención, vigilancia y alerta que los escogidos deben tener pues cuando se llegue al punto que menciona esta parte de la Escritura el regreso de Cristo será inminente. Mateo 24:21-22 y Marcos 13:19-20 añaden información que requiere explicación. En primer lugar se menciona una gran tribulación. Los vv. 13 a 17 de Revelación 7 se refieren precisamente a una multitud vestida de blanco. De la explicación se infiere que se trata de todos los santos y santas de 88
la iglesia de Dios que a lo largo de las edades mostraron su fidelidad guardando los mandamientos de Dios y la fe de Jesus. La palabra “gran” que define la tribulación y que se menciona en el v. 14, es la palabra griega μεγάλης que tiene ese significado pero que lo mismo puede aplicarse a duración que a intensidad, por lo que gran tribulación no es exclusivo de lo que sufrirá la iglesia en los últimos días del presente siglo (intensidad) sino también lo que ha sufrido a lo largo de su historia (duración), solo así puede entenderse esa cantidad enorme de santos y santas, tan grande que nadie puede contar. En segundo lugar menciona que si aquellos días, los referidos al final del presente siglo previo a la venida de Cristo, no fuesen acortados nadie seria salvo, nadie viviría, pero que por causa de los escogidos esos días serían acortados. Tomando lo dicho aquí muchos concluyen que la iglesia de Dios va a experimentar la tribulación final, lo cual no es correcto. Como correctamente la Escritura señala, y como se explicará de igual forma más delante, la iglesia será puesta a salvo previo a que las siete copas de la ira de Dios caigan sobre la tierra (Isaías 26:20-21; Salmo 27:5). La referencia aquí a que por causa de los escogidos esos días de tribulación serían acortados se refiere a que en el Milenio, antes de la resurrección de los otros muertos (Revelación 20:5), quienes sean encontrados dignos de ser reyes y sacerdotes con Cristo (Revelación 20:6), requerirán que exista gente que haya sobrevivido para reinar sobre ellas (Revelación 5:10). ¿Cómo sabemos que lo dicho en las citas con la que abre el presente apartado se refiere a los últimos días y no a toda la historia de la iglesia? Por qué anteriormente ya la profecía abordó referentes a todo el tiempo relacionado con la historia de la iglesia de Dios señalando como es que vendrían muchos Cristos, pero aquí, como señala el v. 23, ya se 89
menciona sólo a uno, es decir, el último engaño, además tenemos el carácter perentorio comentado anteriormente referido a la tribulación final que experimentará el mundo, y para mayor énfasis en esto, el v. 27 señala en este punto cómo será la venida de Cristo en consonancia con Revelación 1:7; 14:14-20; 19:11-16) Es así como la gran tribulación debe ser entendida tanto en duración como intensidad y se refieren a situaciones existentes en la historia de la iglesia de Dios desde el inicio pero que irían creciendo en cuanto a rigor hasta llegar a su culmen previo a la segunda venida de Cristo.
Para entender a cabalidad el mensaje referido a la gran tribulación que se mencionan en las citas con las que inicia este apartado, dicha gran tribulación debe dividirse en dos partes: la referida a duración, que tiene que ver con toda la historia de la iglesia de Dios, y la referida a intensidad, cuyo culmen es el final del presente siglo con el advenimiento de nuestro Señor Jesús. La segunda, los acontecimientos previos a la segunda venida de Cristo, a la que hace referencia la cita “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (v .21), se abordará en el apartado siguiente, la referida a toda la historia de la iglesia de Dios, la tribulación grande en intensidad, es la que se desarrollará, acorde a las citas que aquí se están analizando. Una vez establecido, como ya se comentó al inicio de la presente obra que Mateo 24 contiene la clave para abrir los sellos de Revelación 6, puede procederse a avanzar en él con esta luz. El Capítulo 6 de revelación, contrariamente a lo que algunos creen, no versa sobre lo 90
que sucederá poco antes del regreso de Jesús, sino de (1) condiciones simultáneas, no consecutivas, que estarán presentes en toda la historia de Su iglesia y hasta Su regreso y que tendrán su correspondiente en las plagas de las trompetas de revelación 8, (2) explicaciones que de igual forma se refieren a toda la historia de la iglesia y que nos sirven para entender la revelación, y (3) un salto hacia el Día del Señor y las plagas referidas a las copas de la ira de Dios de Rev. 16 Los primeros cuatro sellos de Revelación 6:2-8 (los cuatro jinetes) se presentan como condiciones existentes durante toda la historia de la iglesia de Dios que funcionan como causas, el quinto sello Revelación 6:9-11 es de igual forma una condición existente durante toda la historia de la iglesia de Dios que funciona como explicación para comprender más la revelación, el sexto sello de Rev. 6:12-17 nos remite hacia el Día del Señor y las plagas referidas a las copas de la ira de Dios de Rev. 16 (vv. 2-21). El séptimo sello (con el que comienza el Capítulo 8 de Revelación), es el preámbulo a las plagas que en su momento se abordarán al ver ese capítulo referidas a las trompetas de Dios. Revelación 6 1
Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los
cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 2
Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un
arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. 3
Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que
decía: Ven y mira.
91
4
Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado
poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. 5
Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía:
Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6
Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que
decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. 7
Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que
decía: Ven y mira. 8
Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por
nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra. 9
Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que
habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10
Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y
verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11
Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen
todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. 12
Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran
terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13
y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera
deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 92
14
Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y
todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15
Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes,
los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16
y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y
escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17
porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá
sostenerse en pie? El v. 1 vuelve a mencionar lo comentado cuando se vio el Capítulo 4 de Revelación: que es el Cordero el que abre los sellos, es decir, revela su significado, lo cual como se comentó es un referente a lo dicho por Jesús en Mateo 24:3-31; Marcos 13:3-27 y Lucas 21:7-27. Si seguimos el hilo de las claves de la revelación dadas por Jesus en Mateo 24:3-31; Marcos 13:3-27 y Lucas 21:7-27, vemos que el primer jinete se refiere a un falso cristianismo. No representa, como algunos creen, al Jesús triunfante. Mucho puede citarse para demostrar esto, bástenos referirnos a Mateo 24:3-31; Marcos 13:3-27 y Lucas 21:7-27 donde Jesús da las claves que permiten entender Revelación 6, de otra forma esas claves solo aplicarían para el resto de los sellos dejando al primer sello, el primer jinete, sin cuadrar con lo allá revelado. Aun así para una breve comprensión de esto puede decirse que los personajes de Rev. 1, 14 y 19 se identifican explícitamente como nuestro Señor Jesús (“el primero y el último, y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (Rev. 1:17-8); es semejante a un Hijo 93
de Hombre (Dn.7 :13; Mt. 12:8; 16:27; 25:31), viene sobre una nube (Dn. 7:13; Hch. 1:11), a la orden del arcángel comienza a segar su cosecha (Rev. 14:15-16); y es “el Verbo de Dios” (Rev. 19:13). Además sus descripciones calzan y complementan entre sí. Por su parte el jinete sobre el caballo blanco de Rev. 6 no se describe con majestad y señorío, no se le identifica explícitamente, trae una corona (no de oro (Rev. 14:14), no muchas (Rev. 19:12), y viene con un arco (no con una espada que sale de su boca (Heb. 4:12; Ef. 6:17), un arco sin flechas, es decir, viene a engañar haciendo creer que puede hacer daño permanente (Mt. 10:28). Por último, dado que el libro de Revelación trata de las cosas que eran cuando se escribió alrededor del 90 d.C. y las que habían de venir (Rev. 1:19), el jinete blanco de Rev. 6:2, si fuera Jesús, solo podría identificarse con el Jesús de Rev. 14 (la fase de siega) o el Jesús de Rev. 19 (la fase de guerra), siendo por el contrario que el jinete blanco de Rev. 6:2 no concuerda ni en su descripción, ni en las condiciones, ni en las circunstancias con el Jesús de Rev. 15 o Rev. 19 por lo tanto representa otro Jesús (2 Cor. 11:4). Los demás sellos no presentan mayor problema pues son claramente entendibles y, de nuevo, cuadran con lo revelado por Jesús en Mateo 24:3-31; Marcos 13:3-27 y Lucas 21:7-27. El segundo sello, v. 3-4, significa guerra, el tercer sello, v. 5-6, significa hambre (aquí lo indicado de no dañar el aceite y el vino se refiere a no dañar a los elegidos), el cuarto sello, v. 7-8, se refiere a muertes/pestes. El v. 8 en algunas Biblias dice “y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra”, en otras dice “y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra”, la expresión griega ἐδόθη αὐτοῖς puede traducirse de ambas formas (le fue dada o les fue dada), pero el sentido de la revelación nos dirá cuál es más correcta. Si se refiriera solo al cuarto 94
caballo (le fue dada potestad) no haría congruencia pues esa potestad se refiere a que pueda matar con las fieras de la tierra, espada, hambre, mortandad (que se refiere a los poderes de los tres primeros jinetes en ese orden), luego entonces la traducción más pertinente es que “les fue dada potestad”, es decir, a los cuatro jinetes (de hecho con este sello se cierra un ciclo de jinetes, los últimos tres sellos no son de jinetes, así que esta potestad es para los cuatro jinetes). Ahora bien, la potestad que se les dio a los cuatro jinetes es “sobre la cuarta parte de la tierra”, ¿será sobre la cuarta parte a todos o sobre una cuarta parte a cada uno? Si consideráramos que es la primer opción deberíamos encontrar pocos elementos de esto en la historia desde el establecimiento de la iglesia a la fecha (una cuarta parte es poco comparado con las otras tres cuartas partes que estarían intocadas), pero no es así, vemos que los cuatro jinetes han cabalgado y mucho, por lo que si consideramos que la potestad “sobre la cuarta parte de la tierra” se refiere a una cuarta parte a cada uno se corresponde con la evidencia histórica, significando además (al juntar las cuatro cuartas partes de cada uno) que los cuatro jinetes cabalgaron en toda la tierra durante toda la historia de la iglesia de Dios. Ahora bien, si bien los sellos de Revelación 6 se refiere a condiciones que estarían vigentes durante toda la historia de la iglesia de Dios, hay que ver que hay una distinción entre los primeros cuatro sellos (los cuatro jinetes que funcionan como causas de las plagas de Rev. 8, 9 y 16) del resto de los sellos que son explicativos (5º sello) o que nos remiten al Día del Señor (6º sello); esta distinción la dan los cuatro vivientes, ya que para estos cuatro primeros sellos ellos mismos llaman uno por uno la atención sobre ellos, para el resto no es así. Esta distinción es importante para entender luego las plagas. También véase que aunque a los jinetes de los primeros cuatro sellos se les dio 95
“potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra” no se indica aquí nada de que esa potestad se ejerciera, es decir, no hay resultados o consecuencias de ello, esto porque estamos aquí hablando solo de condiciones o causas, los resultados o consecuencias de esto se verá en las plagas de Rev. 8; 9 y 16. El quinto sello, vv. 9-11, nos muestra los santos y santas de Dios que han guardado los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesús y alegóricamente los presenta clamando a Dios por justicia. Al igual que los primeros cuatro sellos, esta sería una condición durante toda la historia de la iglesia de Dios de las tribulaciones que ésta ha sufrido. El cierre del v. 11 que menciona que los consiervos y hermanos de los santos y santas de Dios habrían de ser muertos como ellos, es otro indicativo de la historia de la iglesia que, como se verá cuando se aborde Revelación 12, desde el inicio ha sufrido de la ira del dragón quien al ser despojado de mucho de su poder con la muerte y resurrección de Jesús, se ha lanzado contra ella. Los últimos versículos de Rev. 6 requieren sumo cuidado al abordarse ya que son transitivos y manejan símbolos que bien pueden confundir si se toman literalmente desviando el significado de la revelación Ya se ha visto que los primeros cinco sellos son condiciones existentes en el mundo durante toda la historia de la iglesia de Dios. Todas las señales que están concatenadas (sellos, trompetas, copas), comparten la característica primordial de alcance, tiempo e intensidad, así que si los primeros cinco sellos de Rev. 6 trata de condiciones existentes en el mundo durante toda la historia de la iglesia de Dios, el sexto sello debe compartir esa característica. 96
El v. 12 habla de un gran (μέγας: gran, referido tanto a duración como a intensidad) terremoto, esto habla de la presencia de Dios para juicio que inicio desde los primeros días de la iglesia y culminará en Su Gran Día; el oscurecimiento del sol y la luna habla del Evangelio velado para los que se pierden cegados por el dios de este siglo. El v. 13 se refiere por una parte de ese despojo que hizo Jesús con su muerte y resurrección de los poderes y autoridades del dragón y sus ángeles caídos, lanzados así en persecución de la iglesia de Dios (p.p.) Los vv. 13 u.p. y 14 son transitivos ya que por un lado nos habla que todas las condiciones de los sellos de Rev. 6 que existirían en toda la historia de la iglesia de Dios irían incrementando su intensidad hasta llegar a la plenitud de los tiempos (higuera) hasta llegar al punto culmen del regreso de Jesús, y por otro lado salta al Día del Señor pues el enrollarse el cielo indica la conclusión de los tiempos dados al hombre para autogobernarse. Los vv. 15-17 nos traen directamente al Día del Señor cuando todo ojo le verá y hará lamentación.
Una vez desatadas las condiciones mundiales que regirían en la tierra durante toda la historia de la iglesia de Dios, condiciones que culminarán con el Día del Señor y que están representadas por los sellos de Rev. 6, los capítulos 8, 9 y 16 nos presentan las consecuencias en toda la historia de la iglesia de Dios de esas condiciones, así como algunas explicaciones para entender más la revelación.
97
El capítulo 8 (que abre con el séptimo sello que estaba pendiente de abrirse desde Revelación 6) y parte del 9 nos presentan (1) las consecuencias de dichas condiciones, consecuencias referidas a las plagas (4 primeras trompetas, Rev. 8:7-12, y que tienen su contraparte con las causas representadas por los cuatro jinetes de Revelación 6:28), y (2) explicaciones que de igual forma se refieren a toda la historia de la iglesia y que nos sirven para entender la revelación (5ª y 6ª trompetas, Rev. 9:1-21). La 7ª trompeta se presenta hasta Rev. 11:1419 y es un salto al Día del Señor y las plagas referidas a las copas de la ira de Dios de Rev. 16, que se verán en el apartado siguiente y que tienen que ver con la gran tribulación en intensidad, en el culmen referido al final del presente siglo previo a la segunda venida de Jesucristo.
Revelación 8 1
Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como
por media hora. 2
Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les
dieron siete trompetas. 3
Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un
incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 4
Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del
incienso con las oraciones de los santos. 5
Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo
arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto. Las trompetas 98
6
Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron
a tocarlas. 7
El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y
fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde. 8
El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña
ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 9
Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el
mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. 10
El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran
estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. 11
Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las
aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas. 12
El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte
del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche. 13
Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a
gran voz: !!Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles! El v. 1 se refiere al último de los sellos que el Cordero comenzó a abrir en Revelación 6. En este versículo se atrae la atención sobre que se hace un silencio. Este silencio (parecido al ׃ ַ֞י ס ה בusado en Salmos) sirve como pausa para diferenciar los sellos de Revelación 6 que son 99
condiciones mundiales de las trompetas y copas de Revelación 8; 9, y 16 que son las consecuencias de esas condiciones. Los vv. 2 a 6 son los preliminares al tañer de las trompetas donde las oraciones de los santos (incienso) tienen papel preponderante en adelantar el juicio (truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto) de Dios. El v. 7 menciona la primera trompeta haciendo referencia a los castigos (granizo y fuego mezclados con sangre: penas, mortificación, enmienda) que como consecuencia de sus sus iniquidades recibirán la tercera parte de los hombres (árboles y hierba). El v. 8 menciona la segunda trompeta haciendo referencia a los castigos (gran montaña ardiendo en fuego: principados, potestades, y poderes de este siglo) que como consecuencia de sus sus iniquidades recibirán la tercera parte de las naciones, los resultados de esto, la muerte de la tercera parte de las naciones (mar) se mencionan en el v. 9. El v. 10 es un referente del despojo que hizo Jesús con su muerte y resurrección del poder y autoridad que tenían el dragón y sus ángeles caídos, estos expulsados del cielo comienzan en la tierra a perseguir a la iglesia de Dios sabiendo que les queda poco tiempo. El v. 11 menciona el resultado de esto siendo que la luz que debería brillar sobre los hombres para su salvación ha sido opacada (no totalmente eliminada: tercera parte) por el error, la mentira, el pecado y la muerte. El v. 12 al hablar del oscurecimiento del sol y la luna habla del Evangelio velado para los que se pierden cegados por el dios de este siglo.
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El v. 13 es un clamor que divide las primeras cuatro trompetas (efectos de los cuatro jinetes de Rev. 6) y dirige la atención sobre la raíz del engaño que hay en el mundo (primer “ay”), el cabalgar de los cuatro jinetes de Rev. 6 (segundo “ay”), y el Día del Señor (tercer “ay”)
Revelación 9 1
El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del
cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 2
Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de
un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 3
Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder,
como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4
Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa
verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 5
Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen
cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6
Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la
hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. 7
El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados
para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; 8
tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de
leones; 9
tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era
como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla;
101
10
tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en
sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11
Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre
en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión. 12
El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de
esto. 13
El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro
cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, 14
diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los
cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates. 15
Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados
para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 16
Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos
millones. Yo oí su número. 17
Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían
corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. 18
Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los
hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. 19
Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas;
porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban. 20
Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni
aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 102
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y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni
de su fornicación, ni de sus hurtos.
Del Capítulo 9: El v. 1 hace referencia a la caída de Satanás y los vv. 2 y 3 a los demonios que sobre la tierra dirige para engañar a los hombres y perseguir a la iglesia de Dios a las cuales se les comparan con langostas (por devastadores) y escorpiones (por mortales). El v. 4 señala que quienes van a ser dañados por Satanás y sus demonios son aquellos hombres que no tuviesen el sello de Dios. La referencia en el v. 5 a cinco meses (150 días), nos habla del período total del castigo (como en el diluvio que fueron 150 días (Gn. 7:24), también es el tiempo promedio de vida real de ese insecto, puede considerarse que entonces los demonios atormentarán hasta la desesperación (v. 6) a los habitantes de la tierra durante todo el tiempo que ellos anden sobre el mundo durante el periodo de todas las plagas y hasta ser destruidos. También proféticamente hablando los 150 días son 150 años, es decir, tres jubileos (Lv. 25:10), correspondidos con las tres fiestas en que los varones debían presentarse ante Dios (Éx. 23:17; Dt. 16:16), relacionadas con los tres momentos en la historia de la iglesia de Dios y la adhesión de miembros a la Familia de Dios: Pascua (uno), Pentecostés (algunos) y Tabernáculos (todos). El v. 7 menciona a estos demonios como falsos apóstoles, obreros fraudulentos (caras como humanas, sin serlo), furiosos y mortales (caballos preparados para la guerra), coronas (potestad y autoridad) como de oro (sin serlo, solo Jesús y Sus santos tienen coronas de oro). La referencia en el v. 8 a sus cabellos implica ese espíritu de rebeldía
103
que los motiva. Y si Satanás es un león rugiente sus demonios son de igual forma como leones. Los vv. 9 y 10 siguen describiendo a estos demonios que azotan a la humanidad, descripciones ya comentadas en los vv. 5 y 7. El v. 11 confirma la alegoría de los demonios como langosta al señalar quien es rey sobre ellos. Abadón ()ׂשֹו ּדַבֲא, así como Apolión (Ἀπολλύων), son el nombre hebreo y griego, respectivamente, de un ser angélico que comanda el imperio de las tinieblas. El primer “ay” que ya pasó (v. 12) se refería a la raíz del engaño que hay en el mundo; el segundo “ay” que se refiere al cabalgar de los cuatro jinetes de Rev. 6 viene a continuación (v.12) El v. 13 a 16 habla de ese desatar de cuatro ángeles, referidos a los cuatro jinetes de Rev. 6 que estaban contenidos en tanto los 144,000 elegidos no fuera sellados. El que esté en este punto de este capítulo no tiene mayor implicación ya que como se dijo las trompetas no son consecutivas sino simultáneas, todas co-existen durante toda la historia de la iglesia de Dios. Las condiciones de los cuatro jinetes de Rev. 6, así como las consecuencias de su cabalgar, están embebidas por satanás u sus demonios, por eso los vv. 17 y 19 son repetitivos en su descripción de la descripción que sobre los espíritus demoniacos ya se había hecho en los vv. 9 y 10, y 5 y 7. El v. 18 de nueva cuenta es reiterativo que las penas, mortificaciones y enmienda que implican los castigos vertidos a la humanidad por sus 104
iniquidades caen sobre la tercera parte de los hombres, no la totalidad, recuérdese que los santos y santas de Dios son preservados, lo cual no quiere decir no pasan tribulación sino que se mantienen salvos. El v. 20 es un referente a los primeros cuatro mandamientos que nos hablan de las obligaciones del hombre para con Dios señalando como los hombres, durante todo el tiempo que los jinetes de Rev. 6 han cabalgado generando las consecuencias de las trompetas de este capítulo, no han corregido sus caminos volteando su rostro a Dios. El v. 21 hace referencia a los mismo, pero referido a los últimos seis mandamientos que rigen la relación entre los hombres con sus semejantes. Todas las veces que se mencionan las muertes o sus equivalentes que estas plagas traen sobre la humanidad, debe entenderse de manera dual: muerte física y muerte espiritual.
Revelación 10 1
Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube,
con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. 2
Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre
el mar, y el izquierdo sobre la tierra; 3
y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado,
siete truenos emitieron sus voces. 4
Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a
escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.
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5
Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su
mano al cielo, 6
y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo
y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, 7
sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él
comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas. 8
La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma
el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. 9
Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo:
Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. 10
Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era
dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. 11
Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos
pueblos, naciones, lenguas y reyes.
El capítulo 10 es un interludio entre las plagas representadas por las trompetas de Rev. 8 y 9 y las plagas postreras de las copas que consuman la ira de Dios de Rev. 16, y ante la magnitud de lo que va a revelarse, este capítulo también funge para dar ánimo al profeta sobre lo que está por ver y debe registrar para profetizar. El v. 1 nos confirma que el origen de este ángel es el Padre y Su Hijo Jesucristo, quienes lo han enviado. 106
El v. 2 muestra un libro abierto, esto es porque el Cordero ya abrió la revelación en el Capítulo 6, de la misma forma lo muestra posicionado en la tierra (tierra) y las naciones (mar). Los vv. 3 y 4 mencionan un mensaje que aunque emitido por el ángel debe mantenerse, por alguna razón que sólo Dios sabe, en reserva. Los vv. 5 y 6 hablan de un juramento de tal trascendencia que el angel jura por Dios mismo. Este juramento es referido a “que el tiempo no sería más”, la traducción más correcta de la frase “χρόνος οὐκέτι ἔσται”, es “ya no habrá dilación” o “ya no habrá más demora”, como algunas Biblias lo tienen, referido a que el tiempo dado al hombre para autogobernarse se ha terminado y viene ya consumación de los siglos. Esta consumación de los siglos comenzará, como lo dice el v.7, cuando el séptimo ángel toque la séptima trompeta, lo cual sucede en Rev. 11:15 Los vv. 8 a 11 se refieren al mensaje que se le va a dar al profeta para que lo comunique, venido de Dios es dulce como toda Su palabra pero dadas las calamidades a las que se refiere no puede menos que amargar el interior de quien lo lleva y comunica.
Revelación 11 14
El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.
15
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el
cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.
107
16
Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de
Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, 17
diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que
eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. 18
Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de
juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. 19
Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto
se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.
Después del ánimo dado al profeta en el capítulo 10 anterior, el capítulo 11 retoma lo que había quedado pendiente en el capítulo 9 que era el tercer “ay”, como menciona el v. 14, referido a la séptima trompeta, como indica el v. 15, que abre las plagas postreras del Día del Señor. Este mismo v. 15 señala precisamente el tiempo en que se consuma el plan de Dios y Él y Su Hijo toman el poder sobre la tierra, que es lo que va a comenzar a suceder a partir de este punto. Los vv. 16 y 17 son de reconocimiento a la gloria, el honor y el poder de Dios: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado”.
108
El v. 18 retoma lo dicho en el v. 15 referido a la consumación de los siglos y la recompensa a quienes fueron fueles y el castigo a quienes no lo fueron: “Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”. El v. 19 de nuevo nos habla de la majestuosidad de la presencia de Dios. La referencia al arca del pacto es tanto a la Ley de Dios, Sus mandamientos, como al testimonio de Jesús, ante los que se va a juzgar a la humanidad.
109
VII La venida del Hijo del Hombre Mateo 24:29-31
Marcos 13:24-27
29
24
E inmediatamente después
Pero en aquellos días, después de
de la tribulación de aquellos
aquella tribulación, el sol se
días, el sol se oscurecerá, y la
oscurecerá, y la luna no dará su
luna no dará su resplandor, y
resplandor,
las estrellas caerán del cielo, y
25
las potencias de los cielos
potencias que están en los cielos serán
serán conmovidas.
conmovidas.
30
26
Entonces aparecerá la señal
y las estrellas caerán del cielo, y las
Entonces verán al Hijo del Hombre,
del Hijo del Hombre en el
que vendrá en las nubes con gran
cielo; y entonces lamentarán
poder y gloria.
todas las tribus de la tierra, y
27
verán al Hijo del Hombre
juntará a sus escogidos de los cuatro
viniendo sobre las nubes del
vientos, desde el extremo de la tierra
cielo, con poder y gran gloria.
hasta el extremo del cielo.
31
Y entonces enviará sus ángeles, y
Y enviará sus ángeles con
gran voz de trompeta, y
Lucas 21:26-28
juntarán a sus escogidos, de
26
los cuatro vientos, desde un
temor y la expectación de las cosas
extremo del cielo hasta el
que sobrevendrán en la tierra; porque
otro.
las potencias de los cielos serán
desfalleciendo los hombres por el
conmovidas. 27
Entonces verán al Hijo del Hombre,
que vendrá en una nube con poder y gran gloria. 28
Cuando estas cosas comiencen a
suceder, erguíos y levantad vuestra
110
cabeza, porque vuestra redención está cerca. Las citas del presente apartado hacen referencia a los momentos previos al inminente regreso de Jesucristo. El referente a “inmediatamente después de la tribulación de aquellos días” (v. 29) es una alusión a lo dicho en las cita del aparado anterior “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (v. 21). El referente de las presentes citas es el capítulo 16 de Revelación el cual nos remite al Día del Señor y las plagas referidas a las copas de la ira de Dios, los últimos 3 ½ años del presente siglo malo cuando ya la iglesia de Dios no esté sobre la tierra y se consume sobre la humanidad lo revelado en este capítulo. Pero antes veamos el preámbulo del capítulo 16 de Revelación, el cual están en el capítulo 15. Revelación 15 1
Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que
tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios. 2
Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los
que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. 3
Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del
Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
111
4
¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues
sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado. 5
Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el
templo del tabernáculo del testimonio; 6
y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete
plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. 7
Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete
copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. 8
Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su
poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. Después de las plagas que asolan a la humanidad por su iniquidad durante toda la historia de la iglesia de Dios, plagas representadas por las trompetas de Rev. 8 y 9, y después de la pausa dada por los capítulos 10 y 11 para preparar lo que sigue, el capítulo 15, sirve de preámbulo para las ultimas plagas que consuman la ira de Dios, que se detallarán en Rev. 16, representadas por las siete copas y que caen los últimos 3 ½ años de la historia humana cuando la iglesia ya no está sobre la tierra. El v. 1 nos muestra los ángeles que tienen precisamente esas últimas plagas que consuman la ira de Dios. Los vv. 2 a 4 nos muestran a los santos y santas de Dios, tanto los que al regreso de Jesús estaban dormidos en el polvo de la tierra como a los que estando vivos fueron transformados, en la Nueva Jerusalén a salvo 112
de las plagas que están por caer sobre la tierra. “Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado”. Antes de que estas plagas caigan sobre la tierra los santos y santas de Dios son puestos a salvo en la Nueva Jerusalén y las plagas comienzan a caer los últimos 3 ½ años de la historia humana (este punto se explicará más delante cuando se vean los dos testigos, tema relacionado con Rev. 11). El v. 5 nos muestra el juicio de Dios que viene a consumarse sobre la tierra cuyo fiel de la balanza son los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesús. El v. 6 nos muestra a los ángeles con toda la dignidad y majestuosidad de la comisión asignada. Revelación 16 1
Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id
y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. 2
Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una
úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen. 3
El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se
convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar. 113
4
El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las
fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. 5
Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el
que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. 6
Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas,
también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. 7
También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor
Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. 8
El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado
quemar a los hombres con fuego. 9
Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el
nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. 10
El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y
su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, 11
y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus
úlceras, y no se arrepintieron de sus obras. 12
El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el
agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente. 13
Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la
boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; 14
pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los
reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. 15
He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y
guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. 16
Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
114
17
El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran
voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. 18
Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor
de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. 19
Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de
las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. 20
Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.
21
Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del
peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande. Es interesante notar como las plagas que sobre la tierra caen durante toda la historia de la iglesia de Dios (Rev. 8; 9) están representadas por trompetas (una trompeta requiere de tiempo para tañe algo inteligible), mientras que las plagas postreras de los últimos 3 ½ años de los días de este siglo, cuando la iglesia de Dios ya no está sobre la tierra (Rev. 16), están representadas por copas conteniendo la ira de Dios (una copa es algo que se apura rápidamente). El capítulo 16 prácticamente es una réplica de las plagas que por la iniquidad de la humanidad, han sido derramadas sobre ella durante toda la historia de la iglesia de Dios, solo que ahora con toda intensidad y en un período de tiempo mucho muy corto (3 ½ años). El v. 1 inicia con los ángeles comisionados para derramar las copas de la ira de Dios saliendo a cumplir la encomienda: “Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”. 115
El v. 2 menciona la primer copa siendo derramada sobre toda la tierra siendo que la úlcera pestilente referencia a los castigos (penas, mortificación, enmienda) que como consecuencia de sus sus iniquidades reciben todos aquellos que tengan la marca de la Bestia (de la que se comentará más delante cuando se aborde el capítulo 13 de Revelación). El v. 3 menciona la segunda copa siendo derramada sobre las naciones (mar). Nótese que en esta ocasión, a diferencia de Rev. Rev. 8; 9, no muere la tercera parte de los hombres (en aquel entonces no podían morir todos pues aún estaba sobre la tierra la iglesia de Dios), sino que ahora mueren todos, esto porque ya no está sobre la tierra la iglesia de Dios. Los vv. 3 y 4, este último cuyo referente es el derramamiento de la tercera copa de la ira de Dios, hacen referencia al derramamiento de sangre (para ver sangre ésta tiene que aflorar a través del derramamiento) que sobre las naciones (mar) vienen, siendo que lo que debería ser la verdad (ríos, y sobre las fuentes de las aguas), al ya no estar más en la tierra, se convierte en una causa de ello. Los vv. 5 a 7 es una declaratoria del juicio justo de Dios al consumarse lo que desde siempre había anunciado por medio de sus profetas. Los vv. 8 y 9, cuyo referente es el derramamiento de la cuarta copa de la ira de Dios, hacen referencia a los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesús, los cuales, en vez de ser motivo de bendición, son los testimonios puestos contra los hombres que les acarrean las maldiciones.
116
El v. 10, relativa al derramamiento de la quinta copa de la ira de Dios, es una referencia a las tinieblas que cubren la tierra ya que la luz del mundo, la iglesia de Dios, no se encuentra más sobre ella por lo que la puerta de la salvación se ha cerrado y sólo hay que padecer la ira de Dios. El v. 11, como en el 9 anteriormente, muestra la actitud rebelde y empecinada del hombre: “y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras”. El v. 12, relativa al derramamiento de la sexta copa de la ira de Dios, es una referencia a la profecía contenida en Daniel 11:40-45 que menciona como es que la Bestia, en su última resurrección, cuando diez reyes le entreguen su poder, imbuido por el poder de Satanás y apoyada por el falso profeta (v. 13), invadirá varios países del Norte de África y de Oriente Medio y entrará en Israel después de romper con este último un pacto que había signado por siete años al término de los primeros 3 ½ años, siendo que al final de los segundos 3 ½ años que saldrá a enfrentar a los reyes de oriente y estando todas las naciones conflagradas para la guerra (v. 14) presenciarán la venida de Jesus con sus ángeles y sus santos (v. 15) a los que combatirán pero a los que no vencerán sino al contrario, serán vencidos “el lugar que en hebreo se llama Armagedón” (v. 16). Los vv. 17 a 20, relativo el primero al derramamiento de la séptima copa de la ira de Dios, son una consumación de la ira de Dios y la conclusión del presente siglo. El v. 21 establece la diferencia de la intensidad de las plagas de Rev. 8; 9, señalando para ello el peso de los castigos (penas, mortificación, 117
enmienda), de la misma forma, queda de manera reiterada no solo en este versículo sino en todo este capítulo lo justo de los juicios de Dios pues los hombres que sufren estas plagas lo merecen pues su carácter es de rebeldía e iniquidad consumada pues nunca se arrepienten de sus actos sino al contrario blasfeman aún más de Dios.
118
VIII La higuera
Mateo 24:32-36
Marcos 13:28-33
32
28
De la higuera aprended la
De la higuera aprended la parábola:
parábola: Cuando ya su rama
Cuando ya su rama está tierna, y
está tierna, y brotan las hojas,
brotan las hojas, sabéis que el verano
sabéis que el verano está
está cerca.
cerca.
29
33
que suceden estas cosas, conoced que
Así también vosotros,
Así también vosotros, cuando veáis
cuando veáis todas estas
está cerca, a las puertas.
cosas, conoced que está
30
cerca, a las puertas.
esta generación hasta que todo esto
34
acontezca.
De cierto os digo, que no
De cierto os digo, que no pasará
pasará esta generación hasta
31
que todo esto acontezca.
palabras no pasarán.
35
32
El cielo y la tierra pasarán,
El cielo y la tierra pasarán, pero mis Pero de aquel día y de la hora nadie
pero mis palabras no pasarán.
sabe, ni aun los ángeles que están en
36
el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
Pero del día y la hora nadie
sabe, ni aun los ángeles de los
33
cielos, sino sólo mi Padre.
sabéis cuándo será el tiempo.
Mirad, velad y orad; porque no
Lucas 21:29-33 29
También les dijo una parábola: Mirad
la higuera y todos los árboles. 30
Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis
por vosotros mismos que el verano está ya cerca. 31
Así también vosotros, cuando veáis
que suceden estas cosas, sabed que 119
está cerca el reino de Dios. 32
De cierto os digo, que no pasará
esta generación hasta que todo esto acontezca. 33
El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán.
Las citas con las que comienza este apartado son una referencia a los tiempos previos a la segunda venida de Cristo. Como se vio en el apartado anterior, el adjetivo gran, referido a la tribulación, tiene una connotación relacionada tanto con duración como con intensidad. La tribulación siempre estaría presente en la historia de la iglesia de Dios, pero la misma iría creciendo en intensidad hasta llegar al punto culmen previo a la venida de Cristo. Este tiempo donde la tribulación para la iglesia llegaría a su punto culmen referido con la muerte de la misma previo a la segunda venida de Cristo, es referido para su entendimiento en las citas anteriores de las cuales se rescatan tres aspectos principales: el primero tiene que ver con la referencia a que éste período comenzará cuando la higuera comience de nuevo a brotar, el segundo tiene con ver con la indicación de que la generación que vea lo anterior no pasará sin ver el cumplimiento de todo lo predicho, y el tercero es relativa a que el día y a hora preciso del advenimiento de Cristo sólo lo sabe el Padre. Veamos e primer aspecto, el referido a la higuera que comienza a brotar de nuevo, ya que todo el entendimiento de los tiempos a los que la profecía culmen de la tribulación se refiere depende de ello.
120
Prácticamente en cada generación ha habido agoreros del fin del mundo, pero si se hubiese considerado esto que en estas citas señaló Jesús, se hubiera sido más cauto en ello pues, desde la segunda mitad del primer siglo y hasta mediados del siglo veinte, la higuera no había reverdecido. Para entender el símbolo de la higuera es menester acudir a la Escritura, la cual se interpreta a sí misma, y entender que el mismo, así como la imagen de la vid, representa a la nación de Israel. En Miqueas 7:1 el Señor se queja de la infidelidad del pueblo que no ha dado frutos en la rebusca, ¡!Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó los primeros fruto” También Jeremías 8:13 dice que no hay brevas en la higuera ni uvas en la vida, “Los cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos”. Oseas 9:10 repite la misma idea, “Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron”. También lo hace el capítulo 24 de Jeremías 1
Después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia
a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos llevado a
121
Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová. 2
Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta
tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer. 3
Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos
buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. 4
Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
5
Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos,
así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. 6
Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a
esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré. 7
Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y
me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón. 8
Y como los higos malos, que de malos no se pueden comer, así
ha dicho Jehová, pondré a Sedequías rey de Judá, a sus príncipes y al resto de Jerusalén que quedó en esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto. 9
Y los daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la tierra;
por infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a todos los lugares a donde yo los arroje. 10
Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que
sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres. Y Jeremías 29:17 “así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí envío yo contra ellos espada, hambre y pestilencia, y los pondré como los higos malos, que de tan malos no se pueden comer”. 122
Las referencias a Israel como la higuera, así como la vid, permiten entender el sentido de la cita del presente apartado. Pero hay más, pues habría un momento en que dicha higuera dejaría de estar verde, sus ramas se secarías y ya no brotarían. Ese momento inició en el primer siglo y la referencia profética la da Jesús mismo en una cita de la Escritura pocas veces comprendida. Mateo 21 (Marcos 11:12-14; 20-26) 18
Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre.
19
Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló
nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. 20
Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que
se secó en seguida la higuera? 21
Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis
fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. 22
Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
Esta cita de Mateo, que la repite Marcos, pareciera ser un sinsentido con la persona de Jesús, ¿por qué maldecir una higuera al no encontrar fruto en ella al grado de secarla? No se entiende. Pero cuando se comprende el significado de la higuera como símbolo del pueblo de Israel, este evento cobra sentido. Si se considera, como escrituralmente ha quedado mostrado, que tanto la higuera como la vid son símbolos de Israel, ¿qué dice sobre el tema tratado en cuanto a la vid?
123
Isaías 5 1
Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su
viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. 2
La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas;
había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. 3
Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad
ahora entre mí y mi viña. 4
¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en
ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? 5
Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su
vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. 6
Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán
el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. 7
Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de
Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.
Marcos 12 1
Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre
plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 2
Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que
recibiese de éstos del fruto de la viña. 3
Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos
vacías.
124
4
Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en
la cabeza, y también le enviaron afrentado. 5
Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos,
golpeando a unos y matando a otros. 6
Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a
ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. 7
Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero;
venid, matémosle, y la heredad será nuestra. 8
Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña.
9
¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los
labradores, y dará su viña a otros. 10
¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo;
11
El Señor ha hecho esto,
Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 12
Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos
aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron. En ambas citas el viñedo original es abandonado, hollado Jesús vino a los suyos y los suyos no le recibieron (Juan 1:11-12), a partir de ahí la higuera, la vid, Israel, se secaría. Esto tiene su referente con las ramas que fueron desgajadas para injertar en Romanos 11:1124 así como el encegueciendo que ha caído sobre Israel hasta que la plenitud de los gentiles haya entrado (Romanos 11:25), pero el referente claro, visible y concreto tiene relación con la destrucción del Templo, la toma de Israel, la eliminación del Estado de Israel, y el inicio de la diáspora para los judíos acaecidas en el primer siglo. 125
De igual forma ese período tendría un término, termino a partir del cual su reverdecimiento, su volver a brotar, marcaría el inicio de la fase final de la tribulación de la iglesia, tribulación que terminaría con la cesación de la misma, tiempo en el cual la generación que estaría presente no pasaría hasta que se cumplieran todas estas cosas. Ese momento inicio con el restablecimiento a mediados del siglo XX del Estado de Israel. ¿Quién oyó cosa semejante?, ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos (Isaías 66:8) Breve historia de Israel20 Antes de 1897 (fecha del primer congreso sionista) algunos inmigrantes sionistas comenzaron a llegar a Palestina y a construir allí sus viviendas. Para 1903, ya eran 25.000. La mayoría proveniente del este de Europa. Una segunda ola de unos 40.000 inmigrantes llegó a la región entre 1904 y 1914. Después de la caída del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial, el Reino Unido recibió un mandato de la Liga de Naciones para administrar Palestina. El mandato británico fue poco auspicioso, debido en parte, a las promesas contradictorias que los británicos hicieron a los árabes, a los sionistas y a Francia (con quien se dividió el Levante). Las hostilidades entre los gobernantes británicos, los inmigrantes judíos y los árabes se intensificaron durante los años 20 y 30, con la formación de grupos militantes árabes y judíos. Después de varios intentos de resolver las diferencias entre el sionismo y el nacionalismo árabe, el 20
Breve Historia de Israel, bbc.co.uk, http://www.bbc.co.uk/spanish/specials/1019_israel/index.shtml
126
gobierno británico delegó el problema a Naciones Unidas en 1947. La ONU recomendó un plan de partición (resolución 181), aceptado con renuencia por los israelíes y rechazado por los representantes árabes. El 14 mayo de 1948 se proclamó en Tel Aviv la creación del Estado de Israel. Esta declaración entró en efecto un día después de que se retirasen de la región –las últimas tropas británicas. Ese día, cinco ejércitos árabes provenientes de Jordania, Egipto, Líbano, Siria e Irak invadieron el nuevo Estado. Israel logró vencer a las fuerzas árabes a la vez que conquistó más territorios que lo estimado en el plan de partición de Naciones Unidas. En 1967 Israel lanzó un ataque preventivo contra Egipto, Siria y Jordania (creyendo que estos países planificaban una invasión a Israel). El 7 de junio, los soldados israelíes celebraron en Jerusalén la toma del Muro de los Lamentos. Esta guerra se prolongó por seis días y cambió dramáticamente el paisaje de Medio Oriente.
El Estado judío aumentó
significativamente el territorio bajo su control, capturando el desierto del Sinaí, la Franja de Gaza, las Alturas del Golán, Cisjordania y, en un acto de enorme importancia simbólica, Jerusalén Oriental, unificando su ciudad santa. La resolución 242, adoptada después de la guerra, enfatizó que era inadmisible "la adquisición de territorios por medio de la guerra" y llamó al retiro de las fuerzas israelíes de los "territorios ocupados en el conflicto reciente". Después de fracasar en su intento por recuperar mediante la vía diplomática el territorio que perdieron en 1967, Egipto y Siria lanzaron una ofensiva contra Israel el día sagrado de Yom Kippur (día del perdón 127
para los judíos).
Soldados egipcios durante la guerra de Yom Kippur.
Luego de semanas de enfrentamientos, Israel conquistó más territorio que en el 67. La guerra dejó a Israel en una posición de mayor dependencia con Estados Unidos en cuanto al apoyo militar, diplomático y económico. En octubre de ese año, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 338 que instaba a la implementación de la resolución 242 y al inicio de negociaciones entre las partes, con el fin de "establecer una paz justa y duradera en el Medio Oriente". Así tenemos la señal principal que Jesús mismo nos dio para el inicio del período en el cual tendría verificativo el culmen de la tribulación experimentada en todos los siglos por la iglesia de Dios, culmen cuya intensidad alcanzaría su cenit con la cesación de la obra de la iglesia. Aquí pasamos al segundo aspecto relacionado con las citas relativas al presente apartado, el cual tiene que ver con que la generación que viera estas cosas, es decir, que la higuera comienza a reverdecer, no pasaría hasta que viera el cumplimiento de todas ellas. En este punto hay que aclarar y sugerir extremada cautela en pretender establecer fechas para la segunda venida de Cristo, lo cual se tratará más delante, ya que cuando Jesús señala que la generación que viera estas señales no pasaría hasta que se cumpliera todo lo que se ha dicho no implica que la fecha exacta, objetiva y concreta sea, por ejemplo, el 14 mayo de 1948, fecha en que se proclamó en Tel Aviv la creación del Estado de Israel, Cristo claramente dijo que cuando la higuera comenzara a rebrotar sería la señal del inicio del período final previo a su segunda venida, pero no dio una fecha exacta, si bien el 128
establecimiento del Estado de Israel marca una condición sin la cual no es posible entender ese rebrotamiento, la fecha no necesariamente implica el inicio exacto y estricto del período, pues el rebrotar puede referirse a cuando oficialmente se estableció como Estado (1948), o cuando ganó las guerras que le dieron mayor territorio (1967), o cuando tuvo presencia internacional para ser considerado como parte de la ONU (1949), o cuando las naciones comenzaron a reconocer a Jerusalén como capital de Israel (2017) o a cualquier otra situación posterior al establecimiento el Estado de Israel que permitiese entender que el mismo está reverdeciendo, lo que sí ese período puede ser fácilmente identificable a partir del establecimiento del Estado de Israel, es decir, de manera general a partir de la segunda mitad del siglo XX. El tercer y último aspecto tiene que ver con el indicativo de Jesús de que el día y la hora en que su segunda venida se llevaría a cabo nadie la sabe, y todavía es más enfático al señalar que ni los ángeles de Dios e incluso ni siquiera él mismo la sabe, sino sólo el PadreYa se comentó algo al respecto anteriormente pero es menester tener en cuenta lo anterior para no establecer fechas fatales en las cuales el segundo advenimiento de Cristo se llevaría a cabo. Esto no quiere decir que no se nos hayan dado señales para que la iglesia de Dios no supiese cuando su regreso es inminente, al contrario, la Escritura señala claramente que para los que son llamados en este siglo a formar parte del Pueblo de Dios las señales dadas por la Escritura serían claras para no tomar desprevenido a Su pueblo. Con todo y todo el exhorto de Jesús de velad y orad es perentorio ante las circunstancias que, a partir de las señales que comienzan a cumplirse, comenzarían a darse. 129
IX Los días de Noé Mateo 24:37-41
Lucas 17:26-36
37
26
Mas como en los días
Como fue en los días de Noé, así también
de Noé, así será la
será en los días del Hijo del Hombre.
venida del Hijo del
27
Hombre.
casamiento, hasta el día en que entró Noé en
38
el arca, y vino el diluvio y los destruyó a
Porque como en los
Comían, bebían, se casaban y se daban en
días antes del diluvio
todos.
estaban comiendo y
28
bebiendo, casándose y
Lot; comían, bebían, compraban, vendían,
dando en casamiento,
plantaban, edificaban;
hasta el día en que Noé
29
entró en el arca,
llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a
39
todos.
y no entendieron
Asimismo como sucedió en los días de
más el día en que Lot salió de Sodoma,
hasta que vino el
30
diluvio y se los llevó a
manifieste.
todos, así será también
31
la venida del Hijo del
bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el
Hombre.
que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
40
32
Acordaos de la mujer de Lot.
en el campo; el uno
33
Todo el que procure salvar su vida, la
será tomado, y el otro
perderá; y todo el que la pierda, la salvará.
será dejado.
34
41
en una cama; el uno será tomado, y el otro
Entonces estarán dos
Dos mujeres estarán
Así será el día en que el Hijo del Hombre se En aquel día, el que esté en la azotea, y sus
Os digo que en aquella noche estarán dos
moliendo en un
será dejado.
molino; la una será
35
tomada, y la otra será
una será tomada, y la otra dejada.
dejada.
36
Dos mujeres estarán moliendo juntas; la Dos estarán en el campo; el uno será
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tomado, y el otro dejado.
En este punto llegamos al momento culmen de la profecía que se está analizando. Prácticamente todo lo visto hasta ahorita sirve de preámbulo para abordar las citas con las que inicia este apartado, citas que por cierto, aparentemente son muy sencillas de entender pero que un análisis más profundo permiten ver cómo han sido mal entendidas y de hecho arrojar mucha información sobre puntos importantes de la historia, sobre todo al final de los tiempos ya que estas citas permiten entender cuándo y cómo será la segunda venida del Hijo del Hombre, de igual forma permite entender lo que se ha venido señalando desde el inicio de la presente obra y que tiene que ver con el fin de la iglesia previo al advenimiento de Cristo, entendiendo respecto de esto cuándo y cómo será y que sucederá después, pero no sólo esto sino que dado se refiere a los últimos momentos del presente siglo, momentos relacionados con las siete plagas postreras, responde a la pregunta que durante siglos ha inquietado a los cristianos de todas las iglesias, denominaciones y congregaciones en cuanto a en qué momento preciso será la iglesia recogida y si la misma pasará o no por las siete plagas postreras de la ira de Dios. Tal vez lo anterior parezca asombroso para quien conozca estas citas con las que comienza el presente apartado porque siempre se han entendido y enseñado de una forma no sólo que no corresponde sino que no permite extraer toda la riqueza de la información que el Padre desea revelar a los suyos a través de Su palabra, sino que incluso si son analizadas bajo la luz de esa interpretación dicha interpretación carece de sentido. Veamos esto. 131
La interpretación tradicional de los pasajes con los que comienza el presente apartado se refiere a que Cristo lo que estaba revelando como señal previa a su segunda venida es que los días previos a esta serían como los días de Noé, aunque las citas en cuestión claramente señalan que Cristo se refiera a que en esos días la gente se estaba comiendo, bebiendo y casándose hasta que vino el diluvio hay quienes, ante la pobreza de señal que eso implicaría -esto se explicará a continuaciónacuden a la Escritura para señalar que en realidad se refiere a que la tierra estaba corrompida y llena de violencia (Génesis 6:11-13), si bien eso es cierto una realidad es que esto ha sido así y por sí durante toda la historia de la humanidad, y es aquí donde pasamos a lo dicho anteriormente respecto de la pobreza que como señal esta interpretación implicaría. Recordemos que en las profecías que se están analizando se ha entregado información clara, decisiva, para entender los tres momentos de la historia de la iglesia: el inicio de la misma, el final que le espera y el inter entre ambos momentos. Pero siendo honestos, si uno lee las citas con las que comienza el presente apartado y quiere ver en las mismas la señal previa a la segunda venida de Cristo, las mismas como tal tienen una pobreza que no permiten ser usadas de esa forma. Pensemos esto. Cristo desea dejarnos una señal, algo que sea visible, entendible, pero si sabemos y conocemos que durante toda la historia de la humanidad la gente ha comido, bebido y se ha casado, ¿qué tipo de señal es esta?, realmente no sirve de mucho. Es como si se dijera que el día previo a la venida de Cristo el sol y la luna hubiesen salido como de costumbre, no sirve de nada esto como señal ya que nada de ocurrencia regular sirve para establecer pautas para reconocer un acontecimiento extraordinario. 132
La otra interpretación que se ha forzado tratar de relacionar con las citas con las que inicia el presente apartado y que se refiere a que la indicación de Cristo en los mismos de que previo a su advenimiento la situación sería como era en los tiempos de Noé se refiere al nivel de corrupción y violencia existente, de igual forma no sirve como señal y por los mismos argumentos: siempre en la historia de la humanidad ha habido esa corrupción y violencia aunada al ser humano, de hecho, si somos sinceros, deberemos reconocer otros momentos aún más aciagos de la historia que a nuestra vista actual parecen realmente terroríficos, repulsivos, ominosos, ¿qué clase de señal sería esta incluso con esta interpretación donde de nueva cuenta se recurre a algo que ha sido prácticamente las condiciones normales existentes en la historia de la humanidad? Visto así no sirve de mucho como señal. Lo comentado hasta aquí no es menos importante ya que por sí sólo debería haber movido a quienes han abordado las citas con las que inicia el presente apartado a buscar una interpretación que relevante, coherente y pertinente, pero la naturaleza humana, incluyendo nuestra mente, adjudica las ideas que previa y propiamente se tienen y las correlaciona con lo que en la Escritura lee sin permitir que ésta sea quien se interprete y quien vaya arrojando luz sobre las verdades reveladas instruyendo, corrigiendo, y por lo tanto edificando nuestro entendimiento. Tal vez parezca repetitivo seguir analizando esto pero es sumamente importante tener claridad de la futilidad de las interpretaciones tradicionales dadas a las citas con las que inicia este apartado antes de tener la mente en capacidad, sino de dejar de lado esas
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interpretaciones, por lo menos abrirse para ver de qué otra forma pueden las mismas ser abordadas. Todas las profecías que se han abordado buscan dar información relevante sobre el desarrollo de la historia de la iglesia, al inicio, al final y en el inter de ambos momentos, en repetidas ocasiones en la misma se habla de velar, de estar atentos, pero ¿ante qué debería estar uno atento si la señal -comer, beber-casarse o ver la tierra llena de corrupción y violencia- siempre ha estado presente en la historia de la humanidad? No sirve realmente de mucho esto visto de esta forma y como señal, tal como se señaló anteriormente, es de una pobreza extrema que impide prácticamente considerarla de esa manera. ¿Pero entonces?, ¿cómo pueden entenderse las citas con las que comienza el presente apartado? El problema de la interpretación tradicional, en las dos vertientes vistas anteriormente, es que no se enfocan hacia lo que la profecía quiere se ponga atención, sino a lo previo. Vamos explicando esto. Las citas en cuestión señalan, sí, que los tiempos finales serán como los días de Noé donde la gente comía, bebía y se casaba. Las interpretaciones tradicionales se enfocan en eso ¡pero no es ahí donde debe estar el foco de la atención!, sino en lo que la misma cita nos dice que se preste atención pero que parece se deja de lado: la venida del Hijo del Hombre. Véase como las citas con las que comienza el presente apartado inician y termina con el mismo indicativo: la venida del Hijo del Hombre. En el versículo 37, preámbulo de la profecía que se entregará, se señala que como en los días de Noé así será la venida del Hijo del Hombre, después de ese preámbulo se entrega la información referida a cómo sería esa 134
venida del Hijo del Hombre y el versículo 39 cierra mencionando de nuevo que así como se ha indicado será la venida del Hijo del Hombre, ¡luego el foco debe estar en la venida del Hijo del Hombre no en las condiciones previas! La venida del Hijo del Hombre, la pauta, el orden, la secuencia de eventos, será igual que cuando Noé entró en el Arca: la gente comía, bebía, se casaba, hasta que Noé entró en el Arca y vino el diluvio. Siendo así, ¿cuál será esa secuencia de eventos y cómo se relacionan las correspondientes a la segunda venida del Hijo del Hombre con las aunadas a los días en qué el diluvio vino? Esta es la parte asombrosa, excitante, reveladora de la profecía pues en estas citas tan concretas con las que inicia el presente apartado, correlacionadas con otras partes de la Escritura, podemos saber cuándo y cómo vendrá el Hijo del Hombre por segunda vez, cuándo y cómo dejará de existir la iglesia de Dios, y cuál será el fin de todas esas cosas. Pero vayamos por partes y para esto se pide un poco de paciencia del lector pues dada la enorme cantidad de esta profecía contiene, dado lo tergiversado de la interpretación tradicional y dada la necesidad de un entendimiento, es menester previo a abordar las citas en sí con las que comienza el presente apartado clarificar ciertas ideas. Las ideas que hay que tener claras de inicia, aunque igual se irán explicando conforme se avance en este apartado son las siguientes: la referida a la venida del Hijo del Hombre, la referida al destino de la iglesia de Dios al final de los tiempos, y la referida a las plagas postreras de la ira de Dios.
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Sobre estas ideas las diferentes iglesias, denominaciones y congregaciones tienen variadas interpretaciones, no abordaremos aquí esas interpretaciones sino que daremos la verdad doctrinal contenida en la iglesia de Dios y después veremos cómo es que esta calza a la perfección con la información revelada que entregan proféticamente las citas con las que inicia el presente apartado.
Respecto de la venida del Hijo del Hombre, la verdad doctrinal contenida en la iglesia de Dios señala que el retorno de Jesús será literal, visible, personal y es inminente (Hechos 1:9-11; Mateo 24:27; Revelación 1:7; Tito 2:13). Esta segunda venida será en dos fases: La Fase del Rapto Cristo viene primero por los santos, su Iglesia. El viene sólo hasta las nubes en el aire. Los santos son recogidos para encontrarse con él (Revelación 14:14-16; I Corintios 15:51-53; I Tesalonicenses 4:13-17; Efesios 5:27; II Tesalonicenses 2:1). Jesús es el “Rey de los Santos” (Revelación 15:3). La fase de guerra La segunda parte de su regreso es la fase de guerra. Jesús, sentado sobre un caballo blanco y usando varias coronas, viene con sus santos como “Rey de Reyes” y “Señor de señores” para herir los ejércitos de las naciones que están congregadas contra él (Revelación 11:15; Revelación 16:13-16; 17:13-14; Revelación 19:11-19; Zacarías 14:1-5; Isaías 66:15-16).
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Respecto del destino de la iglesia de Dios al final de los tiempos, la verdad doctrinal contenida en la iglesia de Dios señala que la Nueva Jerusalén es a donde los Santos son llevados, la cual desciende con el Señor Jesucristo en la fase del rapto en la segunda venida de Cristo. Es la recompensa de los Santos y casa de los Salvos (Juan 14:1-3; Hebreos 11:16; Hebreos 13:14; Gálatas 4:25-26; Revelación 15:1-4; 22:12-14; Revelación 3:12; Hebreos 12:22-23).
Y respecto de las plagas postreras de la ira de Dios, la verdad doctrinal contenida en la iglesia de Dios señala que los santos estarán en la ciudad y estarán a salvo de las plagas (Isaías 26:20-21; Salmo 27:5).
Estas tres verdades tienen su correspondiente con el capítulo 11 de Revelación referido a los dos testigos, capítulo que de igual forma siempre ha confundido a quienes abordan la interpretación profética pero que, si uno se atiene a lo que la misma Escritura dice, este adquiere sentido, lógica y comprensión.
Dado que este capítulo se refiere a las tres verdades doctrinales expuestas anteriormente, y dado que su comprensión permitirá entender la profecía revelada en las citas con las que inicia el presente apartado, es menester analizar dicho capítulo21.
21
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Revelación 11 1
Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir,
y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. 2
Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo
midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. 3
Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos
sesenta días, vestidos de cilicio. 4
Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están
en pie delante del Dios de la tierra. 5
Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y
devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. 6
Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en
los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. 7
Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del
abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. 8
Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en
sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. 9
Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus
cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. 10
Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se
alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.
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11
Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de
vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. 12
Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y
subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. 13
En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la
ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. 14
El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.
Sobre Revelación 11, el v. 1 comienza con medir, esto porque en el presente siglo, hablando de la iglesia de Dios, son muchos los llamados, pocos los elegidos, tan pocos que pueden ser contados. El v. 2 hace referencia a la profecía contenida en Daniel 7, referida al tiempo en que la cuarta Bestia, el imperio romano y sus sucesivas resurrecciones, someterían atribulación a la iglesia de Dios, en lenguaje profético 42 meses, es decir, 1,260 días, es decir, 1,260 años. El v. 3 menciona a los dos testigos los cuales son símbolo del testimonio que los elegidos de Dios en todos los tiempos hacen sobre la tierra (Zacarías 4:3; 11:14; Juan 15:27; Hechos 1:8; Mateo 24:14; Génesis 41:32; Hebreo 6:18), testimonio que en el Nuevo Testamento ha sido dado a la iglesia de Dos. Este versículo es reiterativo de lo anterior pues vemos cómo es que la prédica de los dos testigos de 1,260 años es vestidos de cilicio, símbolo de profunda tristeza y lamentación. Esto no quiere decir que la iglesia de Dios solo habría de testimoniar por 1,260 años, sino que sólo por ese período lo haría vestida de cilicio, el resto del tiempo estaría sin cilicio, cuando se le concediera libertad de culto. 139
El v. 4 es aclarativo en cuanto a la identidad de los dos testigos: la iglesia de Dios, la cual desde su fundación no dejaría de existir hasta el regreso de Jesús (Mateo 16:18; 28:20; Juan 14:16; 15:16; Efesios 3:21; 4:11-13). Ahora bien, ¿cuándo empiezan y terminan esos 1,260 años? La iglesia de Dios sostiene que es el periodo comprendido entre el 538 d.C. y el 1798 d.C. Respecto de la primer fecha se refiere a cuando Belisario, general de Justiniano, liberó a Roma en el año 538 d.C., el obispo de Roma se vio libre del control de los ostrogodos, cuyo arrianismo había resultado en la restricción de la Iglesia Católica en desarrollo. Ahora el obispo podría ejercer las prerrogativas que le había concedido el decreto de Justiniano, en el año 533 d.C.; ahora podría aumentar la autoridad de la Santa Sede. Así comenzaron los 1.260 años de persecución que había predicho la profecía bíblica. Respecto de la segunda fecha, las victorias espectaculares de los ejércitos de Napoleón en Italia, colocaron al Papa a la merced del gobierno revolucionario francés, el cual consideraba que la religión romana era el enemigo irreconocible de la República. El gobierno francés ordenó a Napoleón que tomara preso al Papa. Bajo sus órdenes, el general Berthier entró en Roma y proclamó el fin del poder político del papado. Tomando cautivo al Papa, Berthier lo llevó consigo a Francia, donde murió en el exilio. El derrocamiento del papado fue el acontecimiento culminante de una larga serie asociada con su declinación progresiva. Este suceso marca el fin del período profético de los 1.260 años.
140
Ahora bien, como todas las fechas que aquí se den deben tomarse como un aproximado ya que los tiempos de Dios son diferentes pudiendo esto adelantarse o atrasarse en nuestra comprensión. Por ejemplo, en cuanto a adelantar, el matar o el adulterar no vienen a la existencia al consumarse al acto sino, para Dios, desde que el sentimiento surge en el interior (Mateo 21-22, 27-28); en cuanto atrasar, respecto del advenimiento del Mesías, la profecía de Daniel de las 70 semanas (Daniel 9:24-27) nos lleva, no a cuando Jesús nació, sino cuando a los 30 años inicio su ministerio. Respecto de Su iglesia, Dios nos dice como le ha conferido poder para que por su misma prédica los injustos se acarreen juicio (v. 5), para acarrear maldiciones sobre los inicuos (v. 6 p.p.), para mostrar las abominaciones de la tierra y acarrear sobre los herejes e incrédulos el castigo a sus acciones (v. 6 u.p.). La persecución iniciada a la iglesia desde su fundación concluirá con la supresión (física y/o espiritual) de su obra aquí en la tierra por parte de la Bestia en su última resurrección al inicio de la última semana profética de la historia (v. 7), con lo que el mundo quitará la luz que lo alumbraba (v. 8) siendo esto motivo de alegría de los rebeldes e inicuos (vv. 9-10). La última semana de la historia humana (Daniel 9:27) mencionada en la profecía de las 70 semanas de Daniel, puede dividirse en dos partes, los primeros 3 años y medio en que la Bestia hace un pacto con la tierra del esplendor, y los segundos 3 años y medio cuando rompe el pacto y entra en ella colocando la abominación desoladora. Al inicio de esa semana profética (Daniel 12: 7, 1-6) la obra de la iglesia de Dios es suprimida durante los primeros 3 años y medio (yendo a la tumba, símil 141
de los días de Noé previos al diluvio (Génesis 7:4; Mt. 24:37; 1 Pedro 3:20-21; Colosenses. 2:12); cuando inicia el segundo período de tres años y medio viene el rapto de la iglesia (v. 11-12), símil de la ascensión de Jesús a la mitad de la semana de los Panes sin Levadura (Juan 20:1-18; Éxodo 12:15-20), cuando Jesús viene a la tierra llegando hasta las nubes y se lleva a Sus santos (resucitados y transformados) a la Nueva Jerusalén mientras en los últimos tres años y medio del presente siglo caen las pagas postreras de Dios contenidas en las copas de la ira de Rev. 16 estando ellos a salvo de esto en sus aposentos (v. 13). Sobre esto último, algunas Biblias traducen la última parte del v. 13 como “los supervivientes, sobrecogidos de espanto, alabaron al Dios del cielo”, que sería una traducción más acorde con el sentido de la frase y el hilo conductor de la narración.
De toda la explicación del capítulo 11 de Revelación lo que puede resaltarse es que los dos testigos representan el testimonio que desde la ascensión de Jesús correspondió a Su iglesia dar ante el mundo. Este punto es importante tenerlo en mente pues muchas interpretaciones hay en sentido totalmente absurdos que terminan siendo aceptadas, aunque no comprendidas, por quienes quieren entender la revelación. Todo el libro de Revelación es simbólico, pero algunos adjudican interpretación a los símbolos que la misma revelación presente mientras que otros símbolos no son tomados como tal y se les da una interpretación literal, así en este caso algunas personas señalan que los dos testigos son dos personas reales e individuales que aparecerán al final de los tiempos y que las señales que Revelación presenta de ellos son literales. De nuevo, usando la capacidad mental que Dios nos dio, esto es absurdo. Es absurdo porque si algo es claro en la historia de la humanidad es que ésta fácilmente es llevada en pos de creencias y 142
prácticas cuando ve señales que terminan engañándola, luego entonces, si estos dos testigos fueran personas reales y estas señales fueran literales uno esperaría ver convencimiento de quienes los vieran pero al contrario, la profecía señala rechazo y muerte para ellos, luego entonces las señales que sobre estos dos testigos presenta la revelación debe ser entendida como símbolos y los mismos interpretados a la luz de la Escritura llevando en consecuencia a entender que los dos testigos son de igual símbolo que apuntan hacia una realidad que debe entenderse. Después de entender que los dos testigos se refieren al testimonio de la iglesia de Dios, la otra parte importante para el presente apartado que el Capítulo 11 de Revelación entrega es la referida a la muerte de estos. Si los dos testigos se refiere a la iglesia de Dios la muerte de estos apunta hacia la terminación de la misma, pero de igual forma esta idea debe explicarse, ¿por qué?, por la sencilla e importante razón que Cristo dijo que Su iglesia nunca moriría (...las puertas del Hades[sepulcro] no prevalecerán contra ella…” -Mateo 16:18-), luego entonces ¿cómo es que aquí se está proponiendo que la misma, previo al advenimiento de Cristo, cesará su existencia? En efecto Cristo dijo que Su iglesia siempre existiría, pero este siempre existir tiene una condicionante que la misma Escritura da y tiene que ver precisamente con la segunda venida de Cristo, (“…he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo… - Mateo 28:20). La iglesia de Dios, desde su constitución y hasta el momento previo a la segunda venida de Cristo nunca dejaría de existir, pero su cesación al final de los tiempos serviría como señal de que el advenimiento es inminente. De nueva cuenta, esta cesación de la iglesia de Dios no es una interpretación pues la misma información que entrega Revelación 11 señala de los dos testigos, el testimonio de la iglesia, que este sería
143
muerto, terminaría. Este punto requiere aún de mayor análisis antes de avanzar. Para quien estudia el libro de Revelación bajo la mirada tradicional del mundo que no bebe de la verdad doctrinal de la iglesia de Dios, un aspecto que lo confunde y mucho es que dicha revelación, si bien habla en muchas partes del fin del presente siglo, no menciona, según esto, uno de los aspectos más asombrosos de toda la historia de la humanidad y que es la resurrección de los muertos, sobre todo de los fieles muertos en Cristo. Pensemos esto, tal vez después del evento que corresponde a la segunda venida de Cristo, la resurrección de todas las personas fieles que han muerto fieles a lo largo de la historia de la humanidad no se menciona en el libro de Revelación. El capítulo 20 muestra a los fieles resucitados siendo reyes y sacerdotes con Cristo pero no menciona en sí el evento de la resurrección, ¿cómo podría la revelación pasar por alto algo tan portentoso? Si a alguien se le pregunta en qué parte de Revelación se menciona específicamente la resurrección de los que murieron fieles en Cristo a la segunda venida de Él, no podrá mostrar, bajo la óptima de la interpretación ajena a las verdades doctrinales de la iglesia de Dios, mostrar un solo versículo que hable de ese evento, ¡pero Revelación sí habla de la resurrección de los fieles muertos en Cristo!, esta resurrección es la que mencionan los versículos 11 y 12 del capítulo 11 de revelación referido a los dos testigos. Pensemos un poco en esto. Pablo de manera inspirada nos habla del orden en que se dará la resurrección de los muerto, “…cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida (1 Corintios 15:23), “pues el Señor mismo descenderá del cielo 144
con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre” (1 Tesalonicenses 4:16-17). Así tenemos que a la venida de Cristo los muertos resucitan, los fieles son transformados, y juntos suben a recibir a su Señor. Si estos dos testigos que presenta Revelación 11 fueran dos personas reales, lo que que muestra este capítulo de Revelación rompería todo el esquema presentado inspiradamente por Pablo referido a tal evento, ¿por qué?, pues por que según Revelación 11 tendríamos que estas dos personas resucitan previo a la resurrección de los fieles muertos en Cristo cuando Pablo claramente señala que primero resucitan todos los muertos en Cristo, luego los vivos son transformados y luego ambos suben a recibir a Su señor. Así que con la interpretación de que los dos testigos son personas reales tenemos un grave problema: no pueden resucitar antes que todos los muertos fieles en Cristo, tampoco pueden resucitar después pues hay un orden en la resurrección, luego entonces tendrían que resucitar junto con todos los fieles muertos en Cristo ¡pero Revelación 11 no dice nada de eso! No dice nada si es que se considera que los dos testigos son personas reales y que las señales que dice la Escritura que hacen deben ser tomadas de forma literal, pero si se es congruente con todo lo que la Escritura dice de la figura de los dos testigos deberá reconocerse que el símbolo que a través de ellos se entrega se refiere al testimonio que desde la ascensión de Jesús quedó encomendada a Su iglesia a dar en el mundo (Marcos 16:15-18). Entendiendo así esto, y de igual forma entendiendo que las señales aunadas a los dos testigos deben ser entendidas dentro del simbolismo que presenta, la muerte de los mismos se refiere a la cesación de la iglesia de Dios y el volver a la vida que se menciona en los versículos 11 y 12 se refiere al portentoso 145
evento de la resurrección de los muertos y la ascensión de los mismos a recibir a su Señor que regresa.
Todo lo comentado hasta aquí es de suma importancia para entender la revelación profética entregada en las citas con las que inicia el presente apartado. Una vez entendido lo anteriormente expuesto puede entonces abordarse dichas citas que nos dicen cuándo y cómo viene el Hijo del Hombre, cuándo y cómo cesa la iglesia de Dios, y qué sucede posteriormente. La profecía de las citas con las que inicia el presente apartado señalan que la venida del Hijo del Hombre debe tomar de referencia para su entendimiento lo acontecido en los días de Noé, ahora bien, tomando como referencia la profecía de Jesús contenida en las citas con las que inicia el presente apartado, ¿qué pasó en los días de Noé? Mateo 24 38
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y
bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39
y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a
todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Esta referencia a los días de Noé es muy clara pues dice (1) que la gente comía, bebía y se casaba, (2) que Noé entró en el Arca, y (3) que vino el diluvio.
146
Yendo a Génesis encontramos la escena a la que se refiere la cita anterior: Génesis 7 1
Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca;
porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. … 4
Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra
cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. 5
E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.
6
Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino
sobre la tierra.
Entendiendo ambas referencias anteriores, esto implica que, al igual que la iglesia de Dios, Noé fue el testimonio de Dios sobre la tierra siendo él mismo pregonero de justicia mientras construía al Arca (2 Pedro 2:5), luego él y su familia entran en el Arca, y por último a los siete días después que Noé y su familia entraron en el Arca viene el diluvio. Aquí comenzamos a develar la profecía entregada en las citas con las que inicia el presente apartado. Siendo Dios nuestro creador y sabiendo cuán curiosos somos os humanos, en muchas partes de la Escritura Dios nos entrega información que está construida de tal forma que llame nuestra atención pues hay más que se quiere revelar que lo evidente. Aunque uno no conociera mucho de la Escritura las citas anteriores deberían llamarnos nuestra atención por la manera curiosa en que Dios se refiere al tiempo: para el lapso entre que Noé entra al Arca y el diluvio viene Dios dice 147
pasarán siete días, pero en cuanto al tiempo en que estará lloviendo Dios dice serán cuarenta días y cuarenta noches, ¿por qué usaría en la misma sentencia dos maneras diferentes para referirse a lapsos de tiempo? La cuestión es que hay una referencia clara a lo que en tiempos de Noé acontecería pero también hay información adicional que escudriñando la diferencia anterior se nos puede ser mostrada. Una regla de la profecía es que días son años (Daniel 7:25; Revelación 12:6; Números 14:33-34; Ezequiel 4:6). Así, cuando proféticamente se habla de días hay un cumplimiento dual referido a días literales pero también a años, pero no así cuando claramente se dice días y noches donde la misma construcción gramática impide darle el significado dual de años (como cuando Jesús habla del lapso de tiempo que estaría en la tumba, no dice sólo tres días, sino tres días y tres noches, Mateo 12:40). Si consideramos esto, aquí se rompería la regla pues en el versículo 4 Dios mismo en profecía dice algo que va a pasar, el diluvio vendrá en siete días, pero si esto pasó así únicamente entonces no se cumple la regla mencionada, a menos que lo dicho aquí por Dios tenga otro cumplimiento donde los días se vuelvan años. Ese cumplimiento dual está dado por los dichos de Cristo contenidos en las citas con las que comienza el presenta apartado y que se refieren a los días de Noé ya que de la misma manera será la venida del Hijo del Hombre. Noé es el testimonio, el diluvio es el juicio. El símil con la iglesia de Dios es evidente, pero entonces ¿dónde cabe los siete días que en profecía significarían siete años?
148
Daniel 9:24-27 contiene la famosa profecía de las setenta semana, setenta semanas dentro de las cuales una, la última, es a la que se refiere la semana que Dios da de inter entre que Noé entra al Arca con su familia y viene el diluvio. Daniel 9 24
Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu
santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25
Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para
restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26
Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al
Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27
Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad
de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador. La revelación que se le da a Daniel comienza señalando que “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”, estas setentas semanas, como ya se comentó anteriormente, se refiere a semanas proféticas, es decir, 149
cada semana, de siete días, significan 7 años, por lo que setenta semanas es un plazo de 490 años, pero ¿a qué se refiere ese plazo? La misma revelación lo va indicando. Antes de ver a qué se refieren esas 70 semanas, volviendo con la cita anterior, vemos que esas setenta semanas están dadas primeramente “sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad”. A lo largo de esta obra se ha señalado como es que la frase “tu pueblo” debe entenderse a la luz de lo que la profecía revela siendo que si la revelación implica la historia relativa al Antiguo Testamento se refiere al Israel físico, más sin embargo cuando se refiere la revelación a la historia relativa al Nuevo Testamento se refiere a la iglesia de Dios. En este caso las 490 semanas se referirán en parte a uno, en parte al otro y en ocasiones a ambos. Lo siguiente que hay que considerar es que según esta cita las setentas semanas están determinadas “para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”, esta sentencia hace referencia a dos momentos: uno referido al Israel físico, del cual se comentará a continuación, “terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad”, y otro referido a la iglesia de Dios y el fin de los tiempos, “traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía”. A continuación la revelación otorgada a Daniel indica que para esas setenta semanas “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”, así tenemos que la primer revelación del plazo de setenta semanas se refiere a sesenta y nueve semanas, “siete semanas, y 150
sesenta y dos semanas”, por lo que la semana restante es aparte, no debe juntarse con esta primera revelación, de otra forma así se hubiera entregado la profecía. El primer plazo que se menciona, el de las sesenta y nueve semanas, es decir, 483 años, debe contarse “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe”. En 457 a.C., Artajerjes I emitió el decreto en cuestión (Esdras 7:7, 11-26) para que los judíos que regresaran a su tierra pudieran restaurar y edificar Jerusalén (recordemos que los Judíos, es decir, el reino del sur, habían sido deportados a Babilonia por Nabucodonosor, pero cuando Babilonia cae ante el imperio medo-persa Ciro decreta que pueden regresar a su tierra). Si al 457 a.C. se le suman 483 años llegamos al 27 d.C., fecha en que Jesús, de 30 años (Números 4:3), inició públicamente Su misión, con lo que la primera parte de esta profecía que atañe al Israel físico se cumplió a cabalidad. Si bien la profecía puede ser entendida esto no quiere decir que sea sencilla sino que conforme uno la estudia más y más va descubriendo más niveles de revelación, un conocimiento cada vez más amplio y profundo. Viene este comentario a colación porque si bien esta profecía que se está analizando tiene que ver con el plazo que debería existir entre el decreto dado para reconstruir Jerusalén y el inicio de la misión de Jesús, también la profecía arroja información intermedia. Sobre esto si bien estamos hablando de un plazo inicial de sesenta y nueve semanas, es curioso que ese plazo se entrega señalado como “siete semanas, y sesenta y dos semanas”, es decir, es un solo plazo inicial, separado de la última semana que falta para completar las setenta semanas, pero se entrega enunciado como “siete semanas, y 151
sesenta y dos semanas”. Esto es porque hay información específica sobre la reconstrucción de Jerusalén: “se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”, esto porque fueron 49 años, en tiempos angustiosos, los que se requirieron para que, una vez emitido el decreto en cuestión ya comentado, la plaza y el muro de Jerusalén quedarán edificados, relatado en los libros de Esdras y Nehemías. Después de esto se hace una separación relativa a las setenta semanas entre las primeras sesenta y nueve y la semana faltante, última de la historia de la humanidad en este siglo. Posterior a lo anteriormente revelado y comentado, la revelación a Daniel le dice que “después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”. La primera parte de esta cita se refiere precisamente a la muerte del Mesías, la segunda parte se refiere a la destrucción que sufrió Jerusalén en el año 70 d.C. por parte de los romanos a cargo de Tito. Así tenemos que las sesenta y nueve semanas llegan hasta el inicio de la misión de Jesús en el año 27 d.C., después viene esta información sobre el Mesías y sobre la Ciudad Santa con lo que, de nuevo, la última semana es puesta aparte de las primeras sesenta y nueve. Termina esta revelación dada a Daniel señalando que “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. Esta cita se refiere a la semana faltante en el conteo de las setenta semanas, a los últimos siete años de la historia humana previos a la 152
segunda venida de Cristo. Esta cita está relacionada con Daniel 12:7 referida a los “tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo” (tres años y medio), primera parte de la última semana profética (siete años) de la historia humana. Esta última semana profética (siete años) de la historia de la humanidad en el presente siglo puede dividirse en dos partes, los primeros 3 años y medio (tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo) en que la Bestia, el imperio romano restaurado, hace un pacto con la tierra del esplendor (y por otra semana confirmará el pacto con muchos), físicamente hablando de Israel, y los segundos 3 años y medio cuando rompe el pacto (a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda ) y entra en ella colocando la abominación desoladora, de la cual se hablará más delante. Al inicio de esa semana profética (Daniel 12: 7, 1-6) la obra de la iglesia de Dios es suprimida durante los primeros 3 años y medio, tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo, yendo a la tumba, símil de los días de Noé previos al diluvio (Génesis 7:4; Mateo 24:37; 1 Pedro 3:20-21; Colosenses. 2:12); cuando inicia el segundo período de tres años y medio viene el rapto de la iglesia (Revelación 11:11-12), símil de la ascensión de Jesús a la mitad de la semana de los Panes sin Levadura (Juan 20:1-18; Éxodo. 12:15-20), cuando Jesús viene a la tierra llegando hasta las nubes y se lleva a Sus santos (resucitados y transformados) a la Nueva Jerusalén mientras en los últimos tres años y medio del presente siglo caen las pagas postreras de Dios contenidas en las copas de la ira de Revelación 16 estando ellos a salvo de esto en sus aposentos (Revelación 11:13). Sobre esto último, algunas Biblias traducen la última parte de Revelación 11:13 como “los supervivientes, sobrecogidos de espanto, alabaron al Dios del cielo”, que sería una traducción más acorde con el sentido de la frase y el hilo conductor de la narración22.
22
Para un discernimiento del último libro de la Biblia se sugiere la obra “FIELES Y
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En este entendido, la última semana aún está por venir, pero, como se ha visto, las setenta semanas deben considerarse proféticas por lo que sus días son años, luego entonces la última semana nos habla de los últimos siete años de la historia de la humanidad. El versículo 27 de la profecía de Daniel es el que tiene relevancia para el análisis que se está haciendo de las citas con las que inicia el presente apartado: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. Tenemos que en esa última semana de la historia de la humanidad, los últimos siete años del presente siglo, a la mitad de dicha semana, a los tres años y medio iniciales de esos últimos siete años de la historia de la humanidad, cesa el sacrificio y la oblación, dado que este tiempo es el tiempo actual ¿quién o quiénes en la actualidad hacen ese sacrificio y esa oblación? ¡la iglesia de Dios!, así que aquí de nuevo se menciona esa cesación de la existencia de la iglesia de Dios la cual ocurre a la mitad de los últimos siete años de la historia de la humanidad. La expresión “a la mitad de la semana” en otras versiones se traduce “en media semana” pues en el original la misma hace referencia no a un punto en específico de tiempo sino a un período de tiempo: en la última semana de la humanidad, los primeros tres años y medio cesa al
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testimonio que desde su fundación ha dado al mundo la iglesia de Dios ¡lo cual concuerda con Revelación 11 que señala en los versículos 9 a 12 sobre los dos testigos, la iglesia de Dios que la misma estaría muerta tres días y medio, que comprendidos proféticamente se refiere al mismo periodo dado por Daniel: 3 años y medio. Así tenemos que en la última semana de la historia de la humanidad el testimonio de la iglesia de Dios va a cesar, luego entonces por deducción lógica esa cesación se da al inicio de los tres años y medio en que la iglesia está muerta. Así tenemos el cuadro de que viendo los últimos siete años de la historia de la humanidad al inicio de los mismos cesa el testimonio de la iglesia de Dios al morir esta, pasan tres años y medio, viene la resurrección de los fieles que murieron en Cristo los cuales suben a recibir a su Señor quedando tres años y medio en los cuales caen las siete plagas postreras de la ira de Dios ya que las mismas no caen sobre la iglesia la cual para entonces está resguardada en la Nueva Jerusalén. Con esto en mente podemos entender por qué en Revelación 8:12 se dice que relativo a las primeras plagas de las siete trompetas “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche”, mientras que relativo a las siete plagas postreras de la ira de Dios Revelación 16:10 señala “El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas”. La iglesia, siendo luz del mundo (Mateo 5:14-16) ha alumbrado en estos dos mil años en medio de las tinieblas del presente siglo (Juan 12:35) a esa pequeña parte que respondiendo al llamado han venido a la verdad mientras que una gran 155
mayoría la ha rechazado (Juan 3:19), período referido en Revelación a las plagas presentadas como trompetas que sobre la humanidad impía caen, pero cuando caen las siete plagas postreras de la ira de Dios representadas como copas, la iglesia de Dios, la luz del mundo, ya no está sobre la tierra, con lo que las tinieblas son totales23.
Volviendo a las citas con las que inicia el presente apartado podemos comenzar a comprenderlas. Noé, como pregonero de justicia, es el símil del testimonio que da la iglesia de Dios durante toda su historia, al inicio de la última semana de la entonces historia de la humanidad Noé entra en el Arca y a la semana viene el diluvio. ¿Qué significa que Noé entre en el Arca al inicio de la última semana de la historia de la humanidad de aquel entonces? Sobre la última semana de la historia de la humanidad de nuestros tiempos, con relación a los elegidos, hay tres interpretaciones: que los mismos son recogidos al inicio de esa última semana, última semana en la cual caen las siete plagas postreras de la ira de Dios; que los elegidos son recogidos a mitad de la semana con lo que reciben por tres años y medio, junto con la humanidad, parte de las plagas postreras de la ira de Dios como para purificarse; o bien, que los elegidos son recogidos después de la última semana, los últimos siete años, de la historia de la humanidad, con lo que pasan por los siete años y reciben las siete plagas postreras de la ira de Dios (algunas variantes de esto indican que si bien los elegidos estarían aún en la tierra, estos serían protegidos de las plagas postreras de la ira de Dios por intervención de Dios mismo). Para un discernimiento del último libro de la Biblia se sugiere la obra “FIELES Y VERDADERAS -Un estudio comprehensivo del libro de Revelación-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo. 23
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Pero si logramos entender que significa que Noé entre el Arca al inicio de la última semana de la historia de la humanidad de aquel entonces podremos resolver esto, pero para ello ¿qué significa que Noé entre el Arca?, ¿podemos referirlo como que es protegido, como que se oculta, cómo que desaparece? Si vemos lo que la Escritura indica del simbolismo de Noé en el Arca vemos que esto es bautismo, “[hubo] quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua. Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora os salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo” (1 Pedro 3:20-21), y el bautismo es símil de ser sepultados, muertos, con Cristo, “…habiendo sido sepultados con El en el bautismo…” (Colosenses 2:12), “…hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte…” (Romanos 6:4), así que el ingreso de Noé al Arca es proféticamente un símbolo sobre ir a la tumba, siendo que las citas con las que inicia el presente apartado adquieren entendimiento: Noé es el símil del testimonio que la iglesia de Dios ha dado durante toda su historia, al inicio de la última semana de la humanidad, la iglesia, al igual que Noé, va a la tumba, desaparece de la vida al cesar la suya, a la semana de que la iglesia de Dios va a la tumba viene el fin del presente siglo, pero por el entendimiento que hemos obtenido sabemos que en ese inter debe (1) la iglesia resucitar, (2) ascender a la Nueva Jerusalén, y (3) ser testigo de las plagas postreras de la ira de Dios, y como Daniel y Revelación indican que la cesación de la vida de la iglesia durará tres años y medio al término de los mismos la misma es insuflada de nuevo con vida, es entonces cuando el cuadro completo de los últimos siete años de la historia de la 157
humanidad adquiere comprensión: Al inicio de la última semana de la humanidad la iglesia de Dios es muerta, dura tres años y medio en esa forma, al término de los tres años y medio Cristo regresa y recoge a los suyos (la fase de siega) los cuales son resucitados y puestos a salvo en la Nueva Jerusalén, siendo éstos testigos de las siete plagas postreras de la ira de Dios que caen sobre la humanidad rebelde en los últimos tres años y medio de la última semana profética de la historia de la humanidad, al término de los cuales Cristo con Sus santos regresa a someter a las naciones (la fase de guerra) e iniciar el reino milenio. Se ha comentado reiteradamente, con sustento escritural, que lo santos resucitados/transformados ascenderán para encontrarse con su Señor y serán resguardados en la Nueva Jerusalén mientras caen las siete plagas postreras de la ira de Dios. Más sin embargo es interesante como esto está contenido en las figuras que nos dan las citas con las que inició el presente apartado, sobre todo las de Lucas. Sobre estos tiempos del fin Lucas agrega la figura relacionada con el símil de lo que sucedió en los dais de Lot con la destrucción de Sodoma y Gomorra, esto para indicar el ambiente general que en el mundo se viviría cuando la iglesia de Dios cesaría su vida en este mundo previo a la venida del Hijo del Hombre: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” ( 2 Timoteo 3:1-5).
158
Pero recordemos que lo dicho por Cristo era una profecía, así todas las citas correspondientes están relacionadas, siendo que si lo relativo a Noé tiene, aparte de su verificativo histórico una enseñanza profética, de igual forma lo relativo a Lot debe tener de igual forma una enseñanza profética, y si lo relativo a Noé tenía que ver con la iglesia de Dios, específicamente el momento de ir a la tumba (al inicio de los últimos siete años del presente siglo), cuánto duraría en ella (tres años y medio), cuánto por ende durarían las siete plagas postreras de la ira de Dios (el resto de los siete años, los otros tres años y medio) y a partir del primer momento cuando sería el fin del presente siglo (siete años después que la iglesia de Dios fue a la tumba), siendo así de igual forma lo relativo a Lot tiene que referirse a algo concerniente para la iglesia de Dios en ese mismo período, ¿qué podrá ser?, ¡la puesta a salvo previo a la caída de las plagas postreras de Dios! El capítulo 19 de Génesis nos narra el evento relacionado con la destrucción de Sodoma y Gomorra y la figura en ello de Lot y su familia. Como podemos leer los ángeles llegaron a Sodoma para corroborar para Dios el nivel de corrupción existente y en función de ello destruir las ciudades. Lot lleva a los ángeles a su casa siendo que los habitantes tratan de sacarlos para abusar de ello. Lo ángeles ciegan a la gente y aquí viene la parte que interesa y que se relaciona con todo lo dicho anteriormente:
12
Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; 13
porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo. 159
14
Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Más pareció a sus yernos como que se burlaba. 15
Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. 16
Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la
mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. 17
Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 18
Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos.
19
He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. 20
He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida. 21
Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. 22
Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar. 23
El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar.
24
Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos;
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25
y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 26
Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. De lo anterior vemos cómo es que Lot, en la figura de la iglesia en la profecía entregada por Jesucristo contenida en las citas con las que inicia el presente apartado, tenía que ser retirado de la ciudad antes de que el castigo viniese sobre los habitantes, de hecho los mismos ángeles señalan que “nada podré[mos] hacer hasta que hayas llegado allí” (v. 22). Si bien fueron seis personas las que debieron salvares (Lot y su esposa, sus dos hijas y sus dos yernos), al final solo tres se salvaron pues los yernos no tomaron en serio a Lot y su esposa vio detrás convirtiéndose en estatua de sal (v. 26), lo cual es dicho cuando se señala que de dos que estén en ese momento en la tierra, uno será tomado y el otro dejado (Mateo 24:40-41; Lucas 17:34). De igual forma es significativo que Lot y sus hijas, la mitad de los que debieron salvarse, huyen hacia Zoar, que quiere decir pequeña, lo cual recuerda lo dicho por Jesús para Su iglesia: “no temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino” (Lucas 12:32). Así, la cita comentada referida a Lot tiene otra enseñanza relacionada con los días del fin. Es interesante que mientras que Noé entra al Arca y luego viene el diluvio, en el caso de Lot éste sale del lugar que sería destruido con lo que el el castigo divino en forma de fuego y azufre no cae sobre él siendo él mismo testigo de la destrucción. De nuevo la figura de Lot es sombra de cuando la iglesia será sacada de la tierra previo a la caída de las siete plagas postreras de la ira de Dios, retiro que se dará cuando los muertos resuciten y los vivos sean transformados subiendo a recibir a Cristo en la fase de siega y siendo 161
protegidos en la Nueva Jerusalén para ser testigos de las siete plagas postreras de la ira de Dios que caerán sobre la tierra mientras ellos están protegidos.
Como elemento adicional para corroborar que el relato del diluvio, y la entrada de Noé en el Arca, y el fin de los tiempos, y la ida de la iglesia de Dios a la tumba, están conectados, tenemos a Pedro haciendo ese enlace cuando señala “…en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos” (2 Pedro 3:5-7). Aquí el entendimiento de lo que las citas con las que inició el presente apartado. De igual manera esto requiere una aclaración más ya que la muerte de la iglesia de Dios a la que se refiere puede ser material, espiritual o ambas. Algunos morirán físicamente, pero dado que el testimonio terminará, y por todo lo que en otros apartados se ha visto, puede ser que algunos de la iglesia queden vivos pero esa luz del mundo y esa sal de la tierra se habrá perdido. Es así como la iglesia al inicio de los últimos siete años de la historia de la humanidad habrá terminado sea física o espiritualmente, pero habrá terminado: “…por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará…” (Mateo 24:12), “…Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?...” (Lucas 18:8). Amor y fe, como ya se ha visto, son cuestiones relacionadas exclusivamente con la iglesia de Dios, entendiendo el amor con la definición escritural de guardar los mandamientos de Dios (1 Juan 5:3) y fe, fe verdadera, respecto de la 162
verdad revelada (Judas 1:3; Romanos 16:17; 1 Juan 2:19; 2:24; Colosenses 1:23; 1 Tesalonicenses 4:1; Hebreos 2:1-4; Tito 1:9; 1 Corintios 15:1-2, 58; Gálatas 1:6-9; 1 Timoteo 6:3-5) En realidad visto de esta manera esto sí es una señal pues cuando veamos que la iglesia ha cesado su existencia, sea física o espiritualmente, dejando de ser sal de la tierra y luz del mundo, la última semana de la historia de la humanidad habrá iniciado y la segunda venida de Cristo será inminente. Este debería ser un mensaje de urgencia sobre todo para la iglesia de Dios con el imperativo que Cristo nos da, tanto en las revelaciones que se han visto a lo largo de la presente obra como las contenidas en el libro de Revelación que giran alrededor de lo mismo: estar alerta, velad y orad. La muerte de la iglesia de Dios no puede detenerse, ya ha sido profetizado, pero si se nos ha advertido es para que estemos alertas, para que velemos, para que oremos y para que no perdamos las promesas que se nos han dado. De hecho toda la profecía en la Escritura siempre va dirigida a los elegidos del Señor, siendo que ésta debe tomarse como admonición, corrección y urgencia pero también con la esperanza aunada a las promesas que se nos han hecho. Pero bueno, para cerrar este apartado vamos proponiendo un ejercicio para contrastar lo aquí expuesto con la realidad. Con las ideas que se han comentado, no sólo aquí sino a lo largo de esta obra, uno puede voltear y ver la tendencia reciente en la iglesia de Dios y el estado actual de sus miembros. Si uno ve relajación en el cumplimiento de los mandamientos, si uno ve que la iglesia titila como una luz por apagarse 163
siendo poca luz la que da sobre el mundo, si uno ve que en la iglesia se han infiltrado prácticas mundanas, si uno ve que hay poco crecimiento en entendimiento doctrinal e incluso en ocasiones desviaciones, si uno ve contiendas y disensiones, si uno ve la música que los miembros oyen, las modas que forman parte de su ser, las fiestas que del mundo ha incorporado, las prácticas en muchos casos con raíces paganas que se han infiltrado, ¿es congruente esto con lo que se ha expuesto hasta aquí en la presente obra? Cada quien saque sus conclusiones. Pero, ¿qué le queda al que quiera no sólo estar entre los llamados y elegidos sino entre los que son fieles cuando ya se dijo que lo anterior no puede detenerse? El estar alerta, el velar y el orar. Es como si al salir de la congregación e ir caminando todos los hermanos y hermanas se viniera un viento que levanta polvo, pero luego ese viento crece tumbando a algunos hermanos y hermanas, y sigue intensificándose hasta ser un viento huracanado que incluso levanta hermanos y hermanas y los avienta por el aire, ¿qué haría quien deseara salvarse?, lo más lógico sería agarrarse con todas sus fuerzas de algo fijo al suelo. Lo mismo pasa por quien viendo lo que se nos ha profetizado, lo cual ya está aquí, se afianza en la Roca que es Cristo, se afianza en las verdades doctrinales de la iglesia de Dios, esta alerta, velando y orando, estudiando la Escritura para corrección, edificación, perfeccionamiento y santificación, y clamando al Padre para ser considerado entre los que estarán de pie cuando el Hijo del Hombre regrese. ¿Cuál es la perspectiva para la iglesia de Dios del fin de los tiempos a la venida del Hijo del Hombre? Los versículos finales de las citas con las que inicia el presente apartado nos responden esto: “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra 164
será dejada” (Mateo 24:40-41; cfr. Lucas 17:34-36). Estas citas, como se dice, son para la iglesia de Dios, no para la humanidad. Recordemos que muchos son llamados y pocos elegidos (Mateo 22:14) y que la puerta y el camino que lleva a la vida pocos lo hallan (Mateo 7:13-14), de igual forma que el Enemigo engaña a todo el mundo (Revelación 12:9), es así como si esta cita se refiriese a la humanidad tendríamos que la mitad fue tomada mientras que la mitad fue dejada, pero las citas nos dicen que son realmente pocos los elegidos quienes encuentran la puerta y el camino que va a a la vida mientras que el resto del mundo vive bajo el engaño del Enemigo, siendo así entonces estas citas no pueden referirse al mundo, pero sí pueden referirse a la iglesia de Dios donde no todos serán tomados al regreso de Cristo sino solo aquellos que hayan llegado a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13). Con este entendimiento volvamos a leer la parábola de las diez vírgenes y comprenderemos que se refiere a la iglesia de Dios, no al mundo sino a la iglesia de Dios al regreso de Cristo donde, como se indicó anteriormente, la mitad será tomada y la mitad dejada: Mateo 25:1-13 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 1
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Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 3
mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 4
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5
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 6
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 7
Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 8
9
Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a
nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10
Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que
estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 11
12
Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. 13
166
X Velad, velad, velad Mateo 24:42-51
Marcos 13:34-37
42
34
Velad, pues, porque no sabéis a
Es como el hombre que yéndose
qué hora ha de venir vuestro
lejos, dejó su casa, y dio
Señor.
autoridad a sus siervos, y a cada
43
uno su obra, y al portero mandó
Pero sabed esto, que si el padre
de familia supiese a qué hora el
que velase.
ladrón habría de venir, velaría, y
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no dejaría minar su casa.
cuándo vendrá el señor de la
44
casa; si al anochecer, o a la
Por tanto, también vosotros
Velad, pues, porque no sabéis
estad preparados; porque el Hijo
medianoche, o al canto del gallo,
del Hombre vendrá a la hora que
o a la mañana;
no pensáis.
36
45
repente, no os halle durmiendo.
¿Quién es, pues, el siervo fiel y
para que cuando venga de
prudente, al cual puso su señor
37
sobre su casa para que les dé el
todos lo digo: Velad.
Y lo que a vosotros digo, a
alimento a tiempo? 46
Bienaventurado aquel siervo al
Lucas 21:34-36
cual, cuando su señor venga, le
34
halle haciendo así.
mismos, que vuestros corazones
47
no se carguen de glotonería y
De cierto os digo que sobre
Mirad también por vosotros
todos sus bienes le pondrá.
embriaguez y de los afanes de
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esta vida, y venga de repente
Pero si aquel siervo malo dijere
en su corazón: Mi señor tarda en
sobre vosotros aquel día.
venir;
35
49
sobre todos los que habitan sobre
y comenzare a golpear a sus
Porque como un lazo vendrá
consiervos, y aun a comer y a
la faz de toda la tierra.
beber con los borrachos,
36
167
Velad, pues, en todo tiempo
50
vendrá el señor de aquel siervo
orando que seáis tenidos por
en día que éste no espera, y a la
dignos de escapar de todas estas
hora que no sabe,
cosas que vendrán, y de estar en
51
pie delante del Hijo del Hombre.
y lo castigará duramente, y
pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
La parte final de todas las profecías que se han analizado y que versan sobre el origen de la iglesia, su fin y el inter entre esos dos momentos, así como la relación de este período con la historia de la humanidad, están dadas por las citas con las que inicia el presente apartado. La evidencia clara, precisa y contundente de que estas profecías son para la iglesia de Dios y por ende su historia, no para el mundo como algunos creen, está mostrado cuando se señala que el mensaje es para el siervo fiel y prudente que el Señor puso sobre su casa (Mateo 24:45) dando la autoridad requerida así como la obra en que debería ocuparse (Marcos 13:34), esa figura sólo aplica para la iglesia de Dios comisionada a ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15) y ser sal de la tierra y luz del mundo (Mateo 5:13-16). Si se pudiera resumir el exhorto final contenido en las citas con las que inicia el presente apartado este sería sólo uno: velad (Mateo 24:42), velad (Marcos 13:33), velad (Lucas 21:36). Hay tres razones principales por las que se debe velar. La primera es porque no se sabe a qué hora, es decir el momento preciso, en que el 168
Hijo del Hombre habrá de regresar (Marcos 13:35), la segunda es que dependiendo de lo que se nos halle haciendo cuando el Hijo del Hombre regrese será el destino que enfrentaremos, sea de gloria o de perdición (Mateo 24:45-52); y la tercera es que de no hacerlo puede caerse en glotonería, embriaguez y los afanes de la vida (Lucas 21:34). Si algo nos ha mostrado la profecía, y corroborado la historia, es que desde sus inicios y hasta su final, la iglesia de Dios estaría sometida a tribulación. Eso queda muy patente en los siglos pasados, pero en épocas recientes pareciera que la tribulación ha cesado cuando según la revelación debería haberse incrementado. De lo anterior muchos concluyen que ahorita la iglesia no está padeciendo tribulación, pero esto no es así ¡de hecho está padeciendo la tribulación más decisiva y determinante de toda su historia! Si vemos la historia de la iglesia podeos determinar que en tiempos pasados los santos, viviendo apartados física, mental, emocional y espiritualmente hablando de la Babilonia de este mundo, tenían una vida relativamente tranquila hasta el día en que sobre ellos caía el poder de la iglesia apóstata con la condena, tortura y muerte consiguiente. Visto así eran muchos días, muchos años, casi una vida, de relativa calma y luego unos cuantos días de dolor hasta la muerte. En la actualidad es al revés: la iglesia experimenta una tribulación más sutil pero que dura durante toda la vida de los santos. La libertad religiosa que recién el mundo ha experimentado y que liberó a la iglesia de Dios de la persecución de la iglesia apóstata, si bien ha permitido que en estos últimos días el Evangelio sea proclamado sin las cadenas de la Babilonia del mundo, también ha venido a ser el lazo que 169
ha traído sobre la iglesia de Dios una tribulación como nunca antes ésta había experimentado. Pensemos esto. Dado los niveles de persecución que existieron en siglos anteriores, la historia de la iglesia muestra cómo es que ésta tuvo que apartarse del mundo de manera literal viviendo en valles, montañas, desiertos. Este apartarse en cierta forma la protegía de las inmundicias del mundo las cuales eran perfectamente identificables. Pero una vez que viene la libertad religiosa y cesa la persecución a quienes ejercían una fe diferente de la iglesia apóstata, la iglesia de Dios, poco a poco, comienza a convivir con la Babilonia de este mundo. Lo que en época de las grandes persecuciones que experimentó la iglesia de Dios hubiese sido impensable es una realidad en la actualidad: los santos conviven con los infieles, oyen su música, ven sus películas, leen sus libros, festejas sus fiestas, se visten con sus modas ¡e incluso son educados en sus escuelas! Cuando la Escritura menciona los tiempos difíciles, peligrosos del fin del mundo (2 Timoteo 3:1) señala precisamente la característica de los mismos: dichos tiempos serían difíciles, peligrosos. Algo sólo puede ser difícil, peligrosos cuando no se tiene experiencia previa de eso, es así como estos tiempos son difíciles, peligrosos porque la tribulación es tan diferente, tan sutil de la experimentada por la iglesia de Dios en los siglos precedentes que literalmente para muchos santos pasa desapercibida con lo que terminan adormeciéndose y, en algunos casos, deslizándose. Cuando uno pregunta el por qué el Enemigo empujaba a la persecución por parte de la iglesia apóstata hacia la iglesia de Dios que terminaba 170
con tortura, condena y muerte de ésta última, la respuesta es que el odio que el Enemigo siente hacia el Cuerpo de Cristo lo mueve a querer matarlo. Pero si lo pensamos un poco la muerte física no tiene sentido alguno cuando las promesas nos hablan de una vida sin fin en gloria como parte de la familia de Dios, luego entonces esa tortura, condena y muerte, es decir, la tribulación que acaecía sobre la iglesia de Dios, era el medio por el cual el Enemigo buscaba conseguir el verdadero fin: que se perdiesen esas promesas, que no se alcanzara la vida eterna prometida. Es así como debe verse la tribulación sutil, diferente, que experimenta la iglesia de Dios en la actualidad. Al Enemigo no lo interesa realmente que los santos mueran físicamente, ¡él quiere que mueran espiritualmente! Es así como todo lo que literalmente en la actualidad rodea física, mental, emocional y espiritualmente hablando a los santos de la iglesia de Dios, llevan el mismo fin que el Enemigo ha tenido para el Cuerpo de Cristo desde su fundación: su perdición eterna. Visto así es más que evidente que en efecto, tal como dice la Escritura, la tribulación siempre estaría presente en la vida de la iglesia de Dios pero que esta llegaría a su máximo nivel, curiosamente de una forma diferente y sutil, al final de los tiempos, diferente y sutil pero incluso más efectiva, capaz de “engañar, de ser posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24). Por ello el mensaje con el que cierra la profecía, mensaje contenido en las citas con las que inicia el presente apartado, no puede ser más relevante para los santos de la iglesia de Dios en la actualidad.
171
¿Cuántos santos de la iglesia de Dios, dada las condiciones actuales del mundo, están durmiendo? (Marcos 13:36), ¿cuántos han comenzado a golpear a sus consiervos y a comer y beber con los borrachos? (Mateo 24:49); ¿cuántos han cargado sus corazones de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida? Cada quien debe hacer este examen y de cara al llamamiento edificar lo que tenga que edificarse, fortalecer lo que tenga que fortalecerse y corregir lo que se tenga que corregir, velando y orando para ser “tenidos por dignos de escapar de todas [las] cosas que vendrán y de estar de pie delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21:36).
172
Conclusión La profecía que Jesús nos entrega en Mateo 24:1-51, Marcos 13:1-13, Lucas 21:5-36 y 17:26-36, como se comentó en la introducción, siempre ha intrigado al estudioso de la Escritura, eso ha generado que la misma se aborde para tratar de encontrar significado en la información que se presenta. Si bien hay interpretaciones variadas, divergentes, excluyentes, en muchas ocasiones las mismas no son lógica con la realidad histórica o no calzan cuando ya quieren juntarse todas como parte de un todo. Abordar la profecía debe tener varios filtros. El primero sin duda alguna es el escritural, pero dado que la Escritura puede ser entendida de varias formas el segundo necesario es el doctrinal y para ello las doctrinas de la iglesia de Dios sirven como cedazo que separe lo que interpretativamente no es procedente. Pero esto no termina ahí ya que nuestra mente, con la ayuda del Santo Espíritu de nuestro Padre Dios, debe ser capaz de percibir un todo relevante, coherente y pertinente, para que nos sea de utilidad en el sentido de la edificación individual y colectiva del Cuerpo de Cristo. Siguiendo esa línea de pensamiento se ha podido entender que respecto de las profecías entregadas las mismas no versan de manera exclusiva sobre los tiempos del fin relativos al momento previo de la segunda venida de Cristo, sino que la información entregada se refiere al inicio de la iglesia de Dios, a su fin y al inter entre esos dos puntos en el tiempo.
173
De igual forma ha podido entenderse que la profecía en su totalidad aborda la historia misma de la iglesia de Dios, su relación con el mundo, su origen y destino y las implicaciones de esto último con relación a la segunda venida del Señor. Se vio que la apertura de los sellos de Revelación 6 es literal en el sentido de que en las profecías analizadas en el presente libro, Jesús mismo da la pauta para entender el resto de profecías contenidas en Revelación. También se entendió como es que la tribulación que la iglesia de Dios experimenta en toda su vida está relacionada con la lucha que con la abominación desoladora –las prácticas y doctrinas babilónicas emanadas de la iglesia apóstata- tendría y que vendría a significar al final de los tiempos con la cesación de la gran comisión. Se comprendió como es que el reloj profético dado por Dios a Su pueblo toma el referente histórico de lo que recientemente vino a suceder con el pueblo judío: el restablecimiento en su tierra, el reconocimiento de las naciones y la adquisición de preponderancia en el concurso internacional de los pueblos. De igual forma la información relativa a los días de Noé y los días de Lot, que parecían no tener sentido pues los datos que daban no servían mucho como señales, adquirió significado entendiendo esto como lo que acontecerá a la iglesia de Dios al final de los tiempos: su muerte, su resurrección, su ascensión a recibir a su Señor, su protección en la Nueva Jerusalén, la caída de las plagas postreras de la ira de Dios, y el regreso victorioso a la tierra de los santos y santas con Cristo.
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Pero tal vez la parte más importante, ante la situación que actualmente padece la iglesia de Dios, es la recomendación exhaustiva y exhortativa de Cristo de velar, velar y velar, ya que no todos aquellos que lo llamen “Señor, Señor”, incluso aunque sean de la iglesia de Dios, será los considerados a escapar de las cosas que sobre el mundo sobrevendrán, sino sólo aquellos que haciendo la voluntad del Padre hallan llegado a ser un reflejo de Cristo quien es a su vez un reflejo del Padre. Que esta información sirva para el entendimiento de los santos y santas llamados a salvación en el presente siglo y para la edificación del Cuerpo de Cristo, conforme a la voluntad del Padre y para Su mayor gloria.
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Paz a vos
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Que nadie os engañe - Un mensaje para los santos de todos los tiempos-
Todos los derechos reservados por el autor ©2019
Primera edición
Se permite la reproducción total o parcial de la presente obra, así como su comunicación pública, divulgación o transmisión, mediante cualquier sistema o método, electrónico o mecánico [incluyendo el fotocopiado, la grabación o cualquier sistema de recuperación y almacenamiento de información], siempre y cuando esto sea sin fines de lucro y con la condición que se señale la fuente
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