Rusia, el país, una historia, La Copa

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A Cami y Cande. Lo más lindo que me dio la vida.

Un país sin descubrir

En Rusia lo antiguo y lo moderno tratan de imponerse mientras libran un pulso particular. No hay conflicto, aunque cuando las dos visiones se rozan, como agua y aceite en ebullición provocan un chispazo visual en el que triunfa el contraste entre ambos mundos. Moscú asoma como escenario principal. Pero ni la capital ni San Petersburgo, las ciudades más conocidas por el público, reflejan la esencia de una nación observada con recelo desde Occidente y prejuiciada, cuyas supuestas barreras se desvanecen mientras se recorre. Su pueblo es consciente de lo mucho que ha sufrido y le ha costado colocarse frente al mundo como lo hace ahora. Y que parado frente al espejo, tiene poco que reprocharse. El 7 de noviembre de 2017 se cumplieron cien años de La Revolución. El acontecimiento que cambió la historia de Rusia, eje posterior de la Unión Soviética, y la de buena parte de la humanidad. Aquella experiencia, si bien las sociedades se transforman, cambian y evolucionan con el transcurso del tiempo, dotó a los rusos de unos recursos morales, educativos y, sobre todo de un carácter, que les permitió sobreponerse a distintas dificultades en la historia, y capear temporales como por ejemplo los de los últimos 30 años. A saber. El estancamiento que condujo en 1987 a la Perestroika (reorganización económica) y la Glásnost (transparencia y liberalización política), con sus posteriores coletazos y disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991. La frustración por las reformas inconclusas, que emergió como pus de la mano de la llamada “Crisis del Rublo” en 1998. La nueva debacle económica que estalló en 2008 a causa de la inestabilidad global de los mercados. La deflación de 2015 como consecuencia de la mayor 1


caída del precio del petróleo en la historia moderna. Esto y, sobre todo, las sanciones de Estados Unidos, Canadá y los países europeos tras la anexión de Sebastopol y Crimea, una vez que ésta se proclamó República en 2014 y se independizó de Ucrania. El último episodio generó, además de problemas económicos, un contexto hostil hacia el país, que mientras asiste a las maniobras de Estados Unidos para reabrir la Guerra Fría, ahora remozada, se asocia con China para asegurar el camino de su recuperación tras soportar los efectos de tantas tormentas. El objetivo es dejar de lamerse las heridas cuando reciba multitudes durante la Copa del Mundo de fútbol, y proyectar una imagen de grandeza. Tal y como lo hubiesen soñado o lo hubieran hecho los líderes de La Revolución de 1917 de haber contado con una plataforma televisiva de valor inalculable como será el Mundial. Como sea, hay varias cuestiones para destacar de este país que espera ser descubierto. Rusia promueve actualmente a jóvenes altamente cualificados para desempeñar posiciones de importancia. Muchos no tienen 30 años pero ya se han graduado en más de una carrera y/o están a punto de completar distintos posgrados. Sucede en las administraciones regionales, y puede tomarse como ejemplo al equipo de profesonales del Comité Organizador Local del Mundial, que trabaja en cada ciudad sede de la Copa del Mundo 2018 junto al Gobierno. La cultura del trabajo está extendida e internalizada. Desde 2015 se redujo drásticamente la fuga de capitales. También la deuda externa total del país, que a mediados de 2014 había alcanzado su máximo índice histórico al llegar a los 733.000 millones de dólares. Ha crecido el sector industrial. Las empresas y los ciudadanos compran más productos nacionales, y se observa esa tendencia de manera muy marcada en el sector automotriz. Se han reducido las importaciones, y en la actualidad Rusia ya no depende tanto de sus exportaciones de petróleo y energía. La última decisión clave en el área económica que tomó el 2


presidente Vladímir Vladimirovich Putin (Leningrado (actual San Petersburgo), 7 de octubre de 1952), le da la razón a quienes ven en él a un hombre adelantado a su tiempo. Que la Federación de Rusia le haya pagado a sus acreedores hasta el último centavo de la deuda externa contraída por la vieja U.R.S.S. (el último fue Bosnia y Herzegovina) provocará que cuando el país restablezca sus relaciones con Occidente, pueda acceder a créditos internacionales con las tasas más bajas del mercado. Putin opina que la desintegración de la Unión Soviética fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX porque “los errores en las reformas tuvieron unas horribles consecuencias”, aunque admitió en un documental filmado y dirigido por el cineasta norteamericano Oliver Stone que “el sistema soviético funcionaba mal y existía la necesidad de un cambio”. El primer mandatario ruso argumentó en ese serial en el que se somete a una entrevista distendida de cuatro capítulos que “el sistema de seguridad social se vino abajo, sectores enteros de la economía colapsaron, el sistema sanitario también se destruyó por completo y 25 millones de rusos se vieron fuera de su país de la noche a la mañana, con el país al borde de una guerra civil”. En la actualidad, gran parte de la población, a través de encuestas para pulsar la opinión pública, se manifiesta contraria a un proceso de reintegración con el resto de las repúblicas ex soviéticas. En este amanecer del Siglo XXI la sociedad rusa, partidaria del viejo adagio “pasado pisado, y a mirar hacia delante”, se desmarca de un modelo que perdura más en las catacumbas del Metró (subte), lugares, museos y edificios públicos puntuales, y en las hemerotecas. Quizá por eso, en otra de las participaciones masivas en las que se ha buscado conocer el pensamiento de los ciudadanos respecto a un tema en particular, en un porcentaje atendible éstos se han mostrado a favor de sacar definitivamente de la Plaza Roja el cuerpo embalsamado del líder de la Revolución de 1917, Vladímir Ilich Uliánov 'Lenin' (Simbirsk, 22 de abril de 1870-Gorki, 21 de enero de 1924), y enterrarlo cerca del lugar en el que falleció. Es que si bien mucha gente en Rusia no somete a debate el liderazgo que Lenin ejerció en su tiempo, otros muchos no ocultan su elección de ponerle un punto y aparte a ciertas cosas y a ciertos 3


temas. Como sea, la persona ya intervino en la historia. El alma del personaje, cuyo cuerpo se exhibe a cientos de miles de retinas al año aunque no puede ser fotografiado, se encuentra tan lejos de su tumba como imperceptibles lucen el comunismo, y las leyendas de bolcheviques y mencheviques desde el interior de centros comerciales de alto standing como el GUM (en ruso 'Principales Tiendas Universales') o el Central Market del barrio Tsvetnoy. El índice de pobreza de la Federación de Rusia, según el Banco Mundial, se cifró en 2016 en un 13,3%, el mismo que en 2008. El Gobierno busca reducirlo por lo menos al 10,7%, porcentaje de pobres en la población durante 2013. Ese ha sido el menor registro en los últimos diez años. Putin definió la misma política interior de estímulo que en 2008. Y como en su vocabulario no le hace lugar a la palabra “ajuste”, no aumentó la presión fiscal. Quizá en esta forma de gestionar, y en la buena disposición para recibir migrantes mientras surgen países que los rechazan como si fueran leprosos, es donde se ha reencarnado el espíritu del viejo socialismo. Los rusos también actúan unidos y organizados cuando detectan que alguien necesita ayuda. Su actitud colaborativa suele ser el gran argumento para derribar la barrera del idioma. Un ejemplo concreto. Trayecto de tren Rostov del Don-Sochi. Son las 13.20 horas de un lunes feriado. El viaje se inició a las 06.03 AM y la azafata avisa que la máquina estará llegando en menos de un cuarto de hora a la estación principal del Krai (territorio) de Krasnodar. En el vagón viajamos cuatro personas. Una joven veinteañera, su madre, que supera con amplitud los 50 años, Carolina Grillo, fotógrafa y artista visual, y quien escribe. Cada uno en cuchetas, pero el azar quiso que la chica y su madre se quedasen temprano con las dos de abajo, lo que dificulta nuestra salida. Llevamos 4 maletas. Dos bastante grandes, que costó mucho colocar bajo la cucheta de la señora, y dos más fáciles de transportar. En pleno esfuerzo por destrabar las valijas de su trampa, el tren arriba a Sochi y la azafata nos avisa de manera nada simpatica que sólo tendremos 5 minutos para descender. Sino, el tren partirá con nosotros rumbo a vaya uno a saber dónde. La señora nos ve, se remanga la camiseta, hace caso omiso de su abdomen prominente, levanta su cucheta en un santiamén y como si se tratara de un Popeye repleto de espinacas extrae mi maleta 4


verde de un sacudón. Su hija ayuda. Atónitos, nos surge un caluroso “espasíva” (“gracias”, en ruso), al que ella responde con un “da, esvidáña” (“sí, de nada”, en ruso). Andrei, su corpulento marido, participa de la acción pidiéndole a la azafata que nos espere. Ella lo pudo todo y nos ayudó a salir en tiempo y forma del tren, un minuto y medio antes de que reanudara el viaje. Nos habían dicho que la mujer rusa tiene mucho carácter. Es correcto. Es importante para desandar el camino en este libro, que usted tenga en cuenta varios detalles. El primero, la relación económica entre el rublo y el peso argentino. O, si lo prefiere, entre el rublo y el dólar. Opción uno, 100 rublos equivalen a 32,28 pesos argentinos. Opción dos, cien “rúbli” (así pronuncian en plural los rusos cuando se refieren a su moneda) son al cambio 1,57 dólares. En segundo lugar, si está haciendo la fila para entrar a un sitio o efectuar algún tipo de trámite, mantenga poca distancia con la persona que le antecede. La experiencia personal indica que no hay tanta tradición de hacer la cola cuando la gente se aglomera. Si usted libera un espacio de 30 o 40 centímetros con la persona que tiene delante, evite descuidarse para no perder el lugar. En tercer punto, pónga la traba o cierre con llave cuando necesite ir al baño público de un bar o cafetería. Es muy raro que el ruso llame a la puerta. Simplemente, intenta entrar. Si no quiere arriesgarse a vivir un momento cuanto menos curioso, “binimáñie” (así se pronuncia “preste atención” en ruso), y agéndese esta sugerencia. Cuarto tip. En las grandes ciudades rusas, como en las de Europa central, los conductores de vehículos tienen un nivel de educación que permite y prioriza el cruce de los peatones. Sin embargo, esto se diluye en algunos lugares del sur. Entonces hay que volver a prestar máxima atención en cada esquina. De hecho, si usted observa la existencia de un pasadizo subterráneo para pasar de un lado a otro de una vía rápida, no dude. Útilícelo. Quinta sugerencia. No tenga temor de internarse en la gastronomía rusa o ruso-ucraniana. Se topará con menúes a la carta escritos en cirílico, es cierto. Y si no ha hecho los deberes de por lo menos aprenderse cada letra antes de viajar para interpretar aunque sea un puñado de palabras sueltas, tendrá inconvenientes. Como sea, 5


apele a la ayuda que le provea una tarjeta chip rusa en su teléfono celular para descargar alguna app que le facilite la traducción de sus conversaciones. Luego, experimente. Comience por platos básicos como la sopa tradicional “borsch” y pastas rellenas como los “pelmeni” (en la ilustración, abajo a la derecha), anímese con el sushi, que abunda, y elija un buen lugar para degustar las brochetas a la parrilla llamadas “shashlik”. Respecto a la alimentación, si aún con estas recomendaciones usted prefiere ir a lo medianamente seguro por lo conocido, en cada ciudad rusa tiene la opción de consumir comida rápida. El ránking de este periodista coloca a la cadena KFC (Kentucky Fried Chicken) en el puesto número 1 con sus sabrosos cortes de pollo frito, muy bien sazonados y a un precio razonable. Dos personas pueden comer bien y saciarse por 800 rublos. En el puesto número 2 de nuestro podio, se ubica McDonald's. Pero contra todo lo que pueda pensarse, no por sus hamburguesas, sino por los langostinos rebozados que ofrece la cadena en sus restoranes rusos. Estos gambones “en gabardina”, como los llaman en España, son una auténtica delicia. No soliciten carne de vaca en estos establecimientos porque es difícil encontrarla de calidad. Y la buena tiene un precio prohibitivo. La medalla de bronce es para Subway. Sus sándwiches son de calidad y en Rusia hay mayor generosidad de parte de los vendedores a la hora de completar los pedidos. Esto, a un precio que ronda los 700 rublos dependiendo de los bocadillos que elijan ambos comensales. Vaya un 10 de calificación para McDonald's por el sistema que ha impuesto en sus establecimientos. Los jóvenes camareros no están en contacto con el dinero ni hay demoras en los pedidos porque la cadena de atención está lubricada. Columnas centrales en cada local exhiben pantallas táctiles a través de las cuales sólo hay que decidir el menú, pasar la tarjeta, y recibir el ticket que entrega la máquina expendedora. Luego todo se circunscribe a esperar que una pantalla gigante publique la información del pedido, y retirarlo. Entre las herramientas que hay que bajar de forma gratuita al 6


teléfono celular para mejorar la estadía y evitar contratiempos, hágase fan de las aplicaciones que provée Yándex, empresa conocida como “el Google ruso”. Así como Rusia tiene su propio buscador universal autóctono, también ofrece la opción de disfrutar de cientos de apps populares, y hasta de una suerte de red social homóloga de Facebook llamada Vkontakte (VK). Mencionamos los nombres de estas utilidades unicamente como referencia. Huelga decir que entre las últimas dos, si hubiere algún nexo conector, sólo se limita a la estética visual de su presentación. Si usted llega a un lugar y desea saludar, diga “esdrásvuitia”. Si observa que hay un público adulto no mayor, puede abreviar con “esdrás”. Si existiese confianza con quien le recibe, por ejemplo si se tratáse de un guía turístico, tras un tiempo de interacción puede limitar el saludo a un simple “príviet”. Si quiere decir “sí”, pronuncie “dá”. De lo contrario, si desea responder “no”, comunique “niet”. “¿Por favor?” Fácil. Diga “pazlláusta”. Al final de este libro encontrará un catálogo de expresiones para ir preparado a Rusia en cualquier momento. Es importante saber que se trata de un país en el que a pesar de su vastedad y de que hay 11 husos horarios diferentes, todo el mundo está acostumbrado a hablar el mismo idioma, sin priorizar dialectos ni derivaciones. No obstante, la diversidad se revela sin esfuerzo en la puesta en escena de cada ciudad. Saransk es una ciudad pequeña y muy nueva. Con construcciones que han alcanzado el estatus de emblema pese a no haber cumplido todavía 15 años desde su creación. Kazán, sin embargo, es un territorio conquistado al viejo kanato mongol. El vínculo con la herencia musulmana permanece imperturbable tanto en el aspecto edilicio como en los rasgos de su gente, aunque el paso del tiempo naturaliza la mezcolanza de culturas y atenúa el mestizaje. El contraste que propone ese mix social enriquece a cada paso el recorrido por este país fascinante. En cuanto a la mujer rusa, cabe subrayar que poco a poco se posiciona como le corresponde desde siempre, pese a lo mucho que cuesta 7


introducir transformaciones en una sociedad poco afecta a aceptar cualquier tipo de cambio. Ha desaparecido el estereotipo de la mujer joven de 28 o 29 años con dos o tres hijos que camina sola por la calle después de que su marido la ha abandonado a su suerte. Son tiempos en que ellas, menos inseguras y más preparadas, buscan crecer individualmente y elegir mejor a quien será su compañero. Ahora se otorgan a sí mismas un plazo mayor para hacerle lugar al plan de la maternidad. A ese cambio contribuyen también en los medios de comunicación y las redes sociales muchas mujeres de las miles que sufrieron en silencio episodios de violencia de género. Publicar sus memorias aterradoras, como lo hizo la periodista ucraniana Anastasia Melnichenko, ayuda a concienciar. Melnichenko popularizó en su cuenta de Facebook el hashtag #yaNeBoyusSkazati (No tengo miedo a decirlo), y sus revelaciones, como las de otras mujeres eslavas, llaman a clamar por la eliminación y erradicación de ciertas costumbres malditas en una sociedad impregnada de un machismo exacerbado. El camino para reeducar, proteger y resguardar socialmente a la mujer en este sentido, aunque las formas no procedan en este caso del gobierno, ya ha comenzado. Otra circunstancia no menor a la hora de planificar es que en varias regiones de Rusia el salario promedio casi no llega a 35.000 rublos (unos 460 euros aproximadamente), lo que equivale a 11.300 pesos argentinos. Y en las relaciones sociales, como en la economía, también suele regir la ley de la oferta y la demanda. Más hoy, cuando la mujer rusa se encuentra abocada a dar con un compañero en el sentido literal de la palabra. Puestos a describir mecanismos de protección, sobre todo para trasladar tranquilidad actualmente, con el mundo tan expuesto a sufrir la agresión constante por parte de organizaciones terroristas, es fundamental hacer hincapié en la forma en que Rusia trabaja para asegurar su espacio público. Controles por demás exhaustivos hasta en las estaciones de subte transmiten una sensación de cuidado a la ciudadanía. Es muy posible que usted se sienta en ocasiones agobiado o agobiada por las medidas, pero sepa y comprenda que hoy en día son más necesarias que nunca. En una cabina situada al costado izquierdo, tras cruzar los molinetes del Metró desde los que encarará hacia los túneles de 8


acceso o las escaleras mecánicas, agentes le pedirán que ceda sus pertenencias para que sean revisadas en un escáner idéntico al de los aeropuertos. Acaso también deba quitarse el calzado. No se moleste ni se inquiete. Simplemente tenga paciencia y colabore con las autoridades. Tenga presente siempre, más allá de que estas disposiciones son en beneficio de su propia seguridad, que cuando un policía o agente del orden en Rusia le dice “no”, es “no”. En Rusia hay que permanecer muy atento a las indicaciones en gráficos y ser consciente de que cualquier desatención puede acarrear un mal momento. En nuestro caso, no registrar un aviso en este sentido a dos calles del Estadio Central de Ekaterimburgo, casi provocó nuestra detención por parte de la Policía militar local. Precisamente Ekaterimburgo es la última ciudad de la Rusia europea. Con la anexión de la Península de Crimea en 2014 son 350 las ciudades con cinco o más dígitos de densidad de población que integran Rusia, país que con sus 17.098.242 km² forma parte de dos continentes. Europa y Asia. De ahí procede la síntesis lingüística “Eurasia” a la que por costumbre más que por acierto se hace mención cuando se alude al degradé poblacional que comienza en los Montes Urales, límite natural entre ambos continentes. La frontera en sí se ubica en el kilómetro 17 de la carretera a Moscú. Y toda Siberia (13.100.000 km²), en realidad es parte de Asia. El próximo Mundial de fútbol se va a desarrollar entonces en una superficie de 4 millones de kilómetros cuadrados en el Este, y los partidos se van a disputar con 4 husos horarios diferentes. Este último es uno de los detalles que convierten a la próxima edición de la Copa del Mundo en la más exótica de la historia. Sin lugar a duda es de agradecer que el torneo no se juegue en una extensión mayor. Por fortuna, quienes viajen para ver los partidos o participar como protagonistas en el Mundial no tendrán que exponerse a lo que les ha tocado vivir este última temporada a los jugadores y dirigentes del SKA-Energiya de Khabárovsk (“Jabárovsk”) que ascendió a la primera división en mayo de 2017 tras superar por penales en una eliminatoria de play-off al Gazovik Oremburgo. Jabárovsk se encuentra a más de 8.000 kilómetros de distancia al oeste de Moscú. Imagínese la cantidad de horas de avión que estos profesionales acumulan en materia de desplazamientos desde el 16 de julio del año pasado, cuando empezó la Premier League rusa.

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Rusia es así. Variopinta y enorme. Para ordenar el recorrido que vamos a hacer a través de estas páginas comenzaremos por los lugares más alejados de la capital, de modo que el repaso permita darle prioridad a las ciudades menos conocidas. Avanzaremos de esa manera para finalizar en las dos grandes cabeceras del país, Moscú y San Petersburgo. Desde allí haremos el recorrido a través del país más grande el mundo, hasta situarnos en el corazón de su populoso centro neurálgico. En el cierre de la travesía, a modo de bonus track, un enclave fabuloso. El Lago Baikal en Listvianka. Irkutsk, Siberia. Sean bienvenidos.

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Ekaterimburgo La ciudad en donde se anunció de forma oficial que fueron asesinados el Zar Nikolái Aleksándrovich Románov “Nicolás II”, la Zarina Alix Viktoria Helene Luise Beatrix von Hessen und bei Rhein “Alexandra Fiódorovna Románova”, su esposa; sus hijas Olga, María, Anastasia, Tatiana, y su hijo Alekséi, mientras algunos indicios no acaban de refrendarlo. Capital del Óblast (región) de Sverdlovsk, exhibe un poderío económico basado en la industria metalúrgica, el acero, la minería y el petróleo, a 1.767 kilómetros de Moscú. Prosperidad que refleja cada uno de los 188 metros de altura de la Torre Vysotskiy, ubicada sobre la Avenida Malysheva, en cuyos laterales ondea por las noches una bandera rusa luminosa. El río Iset recorta la metrópoli por el centro. Al Este se ubica el Estadio Central, en el que tras el Mundial jugará el Ural, equipo local que milita en la Liga Premier rusa. En pleno corazón de “Iekatérinburg”, tal su pronunciación, pues la “e” en Rusia se profiere “ie”, de ahí que a veces se coloque una “i” o “y” como inicial. Al oeste es referencia la Base Militar, junto a la Plaza Kirova. Ekaterimburgo se fundó el 18 de noviembre de 1723 y tiene una población de 1.455.904 habitantes. Es la primera ciudad en la que se detiene el famoso ferrocarril Transiberiano después de salir de Moscú, con Vladivostok como destino final y Novosibirsk, Irkutsk y Khábarovsk como escalas en el trazado. Y es la tercera urbe en importancia a nivel nacional tanto en la economía como en el sector de transporte, después de Moscú y San Petersburgo. La herencia del expresidente Borís Nikoláievich Yeltsin (Butká, Unión Soviética, 1 de febrero de 1931-Moscú, Rusia, 23 de abril de 2007) está más presente en la ciudad que la de Lenin, aunque Ekaterimburgo resulta una referencia ineludible al hacer foco sobre la Revolución Rusa y la forma como terminaron sus días los últimos Románov con privilegios. Como jefe del Partido Comunista de Ekaterimburgo, Yeltsin ordenó destruir en 1977 la Casa Ipátiev, donde en teoría 80 años antes ocurrió el magnicidio. Y como presidente, él mismo comandó el 18 de julio de 1998 las exequias a la familia real y el pedido de disculpas ofrecido en representación de la sociedad rusa en la Catedral de Pedro y Pablo (en San Petersburgo), en una ceremonia televisada en directo al país. 11


Quizá usted se pregunte por qué es la segunda vez que las referencias a lo ocurrido con los Románov en este texto expresan un manto de duda. Sucede que hay una controversia motivada por la inconsistencia de algunas pruebas, por cuestiones científicas y técnicas en la escena del crimen que no guardan correlación con la versión oficial, y por un dato informativo no menor. El Cuerpo de Investigadores designado por el Tribunal de Ekaterimburgo para el esclarecimiento de los hechos, reveló que los Románov tenían 7 familias de dobles listas para suplantarlos ante cualquier situación de crisis, y que los restos de una de las víctimas de la masacre pertenecen a la hija de los Filátov, una de esas familias sustitutas. Varias preguntas sin respuesta flotan en el aire desde entonces. ¿Obtuvo Anastasia, una de las hijas de los Zares, el permiso para huir a Alemania o Bulgaria junto a Alekséi, su hermano enfermo de hemofilia, antes de esa noche funesta, protegidos por un militar con el que ella mantenía una relación? ¿Pertenecen de verdad a la familia real los restos humanos que se encontraron en el lugar y en el Bosque de Ganina Yama? ¿Ordenó alguien que los Románov se marcharan custodiados con la condición de que no regresaran jamás a Rusia, y fueron ejecutadas otras personas en su lugar? Rusia es un país en el que circulan miles de leyendas, y los Románov y Grigori Rasputin, el particular consejero espiritual que tuvieron tiempo antes del episodio, protagonizan unas cuantas. Así las cosas, Maksim Ermakov, nuestro anfitrión genial en esta hermosa ciudad que es Ekaterimburgo, nos cuenta que se ha popularizado una versión cuanto menos curiosa sobre el episodio. La misma sostiene que la Iglesia Ortodoxa Rusa encontró en la predisposición de Borís Yeltsin, ferviente creyente de esa fe, un socio perfecto para “apoderarse de la historia” y utilizarla en provecho propio. ¿De qué manera? Haciéndole parte en 1992 (Yeltsin presidió Rusia entre 1991 y 1999) del proyecto para levantar una iglesia especial en el sitio donde la versión oficial indica que tuvo lugar el hecho luctuoso. Y pidiéndole 6 años después que él mismo oficiara los funerales de honor, para devolverle la vigencia informativa al acontecimiento a fin de preparar a la opinión pública de cara al último golpe de efecto. La canonización de los Románov “por la forma en que aceptaron el sufrimiento y su martirio”, programada por el Concilio Episcopal de 12


la propia Iglesia Ortodoxa Rusa, y oficializada en agosto de 2000.

En cualquier caso, la Iglesia sobre la Sangre Derramada en honor de todos los santos fue levantada entre 2000 y 2003, con estética neobizantina. Lugar fascinante en el que, al margen de las contradicciones, las leyendas, las certezas y las incertidumbres, se siente muy cercana una de las grandes historias de la humanidad. A la belleza que refleja el santuario se le agrega el magnetismo desprendido por la galería de imágenes que rodea al templo de los Románov, muy afectos a inmortalizar su vida en fotografías. No cabe duda de que hubieran sido unos instagramers muy populares. El momento y el impacto visual llevan a ponerse en contexto, y entonces aflora la conexión emocional con el episodio. En el caso nuestro resultó aún más impactante el instante en el que conocimos la Iglesia sobre la Sangre Derramada porque fue el 9 de mayo, tras asistir a una de las manifestaciones multitudinarias más emocionantes de nuestras vidas. En esa fecha se cumplieron 72 años de la victoria soviética sobre la Alemania fascista en la Segunda Guerra Mundial (1945-2017) y todas las familias de Ekaterimburgo rindieron el conmovedor homenaje anual a sus 13


familiares caídos en la Gran Guerra Patria, la forma como los rusos denominan a la Segunda Guerra Mundial. Se da la circunstancia de que los soviéticos perdieron más de 27 millones de personas en aquella guerra, lo que hace que en prácticamente toda familia rusa haya por lo menos un pariente fallecido en ese período. Rusia sale a las calles en cada una de sus ciudades para conmemorar el aniversario del acontecimiento, y esta demostración popular es televisada a cada rincón del país en cadena nacional. Al desfile masivo de millones de personas le antecede en cada avenida principal una exhibición del poderío militar de la nación. Ocurre algo muy particular en esa jornada en la que se celebran el honor y el compromiso. Los veteranos de guerra sobrevivientes, de edad muy avanzada, algunos sentados en sus respectivas sillas de ruedas pero vestidos por su familia para la ocasión, reciben cálidas demostraciones de amor y reconocimiento por parte de la gente. Les agradecen haberle devuelto el país a las generaciones futuras. Reciben besos, dulces, regalos, y los niños se fotografían con ellos en una comunión que emociona. Porque en Rusia los militares lucharon para recuperar y garantizar la libertad, no para someter, lacerar y torturar a su pueblo. En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, más de cincuenta empresas rusas fueron evacuadas a Ekaterimburgo. Incluso la colección del Museo Estatal del Hermitage (el ex Palacio de invierno de los Zares en San Petersburgo) y el Teatro del Arte Chéjov de Moscú. En aquel lapso, el radiotransmisor más potente del país se encontraba también en esta ciudad en la que hay más de medio centenar de museos y un abanico amplio de oferta gastronómica de alta calidad en el que se destacan el consumo de pelmeni (“pelmen” en ruso significa “oreja de masa”) rellenos de carne de cerdo, vaca y cordero, o salmón, y la aclamada cocina armenia. El Gran Idolo de Shiguir, escultura de madera más antigua del mundo, marca que en los Urales vivía gente que esculpía figuras 5.000 años antes de que se construyeran las pirámides de Egipto. Se trata del objeto más célebre en exposición. Algunas de las piezas del Museo de Historia de Ekaterimburgo halladas en la periferia de la urbe datan de 8.000 años Antes de Cristo.

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El Museo Unido de los Escritores de los Urales resulta uno de los mayores museos literarios de Rusia y ocupa un edificio entero de la ciudad. Por su parte, el Museo de Bellas Artes de Ekaterimburgo exhibe obras maestras genuinas de los artistas vanguardistas rusos entre los años 1910 y 1920, así como otras de distintas corrientes y de artistas más destacados de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), durante la década de los 90s. En Ekaterimburgo existen varios lugares en los que se ocultan misterios. La Colina de la Ascensión, por ejemplo, que aún sin haber sido objeto de investigaciones se volvió un lugar sagrado, ya que algunas versiones indican que supuestamente se trata del lugar en que fue asesinado Nicolás II, el último zar. O el de las mazmorras secretas construidas en el Siglo XVIII por el comerciante Rastorguev-Kharitonov en su Villa. La fosa común descubierta por obreros bajo la plaza principal de la ciudad, en el sitio sobre el que se erguía la vieja Catedral de la Epifanía, protagoniza otro de los grandes enigmas de la historia de la ciudad. No obstante, uno de esos secretos se develará el 18 de noviembre de 2023, cuando se abra una “cápsula del tiempo” al celebrar el 300mo aniversario de la metrópoli, guardada herméticamente desde la década de los 70s, legada para las próximas generaciones. Otro de los lugares que hay que visitar aquí es el Centro Presidencial Borís Yeltsin, inaugurado el 25 de noviembre de 2015. Es un edificio de tres plantas y 80.000 m² que custodia la memoria de los años 90s. El automóvil Chaika Gaz que utilizaba el expresidente para moverse por Ekaterimburgo cuando era jefe del Partido Comunista de Sverdlovsk (nombre de la ciudad entre 1924 y 1991); el Zil que usó cuando asumió la dirección de ese partido en Moscú; la carta de ruptura a Mijaíl Serguéyevich Gorbachov que precedió el fin de la U.R.S.S. en 1991; videos, objetos de época y voces; y el trolebús -ahora convertido en un microcine- en el que Yeltsin se subía de incógnito para pulsar la opinión de la gente en la calle, reciben la visita de miles de personas cada año. Es muy interesante seguir en este Centro el hilo de la historia que estuvo a punto de desembocar en una nueva guerra civil en Rusia entre los días 3 y 4 de octubre de 1993, cuando Borís Yeltsin como titular del Poder Ejecutivo, decidió bombardear a cañonazos la sede 15


del Parlamento Soviético de Moscú liderado por Ruslan Khasbulatov. Todo empezó cuando Yeltsin ordenó la Reforma Constitucional por etapas en la Federación de Rusia y la disolución del Congreso y el Soviet Supremo el 21 de septiembre, a través de su Decreto 1.400. Dos días más tarde, el Parlamento abrió su décimo Congreso Extraordinario de los Diputados del Pueblo y se interpretó la maniobra de Yeltsin como un intento de Golpe de Estado. La Corte Constitucional, presidida por Valery Zorkin, aprobó la destitución de Yeltsin y la transmisión del poder al vicepresidente Alexandr Rustkói, iniciativa que fogoneaba Khasbulatov tras el inesperado decreto presidencial. Yeltsin ordenó que la Policía y el ejército rodearan el edificio del Soviet Supremo -actual Casa Blanca-, y se cortara el suministro de agua, electricidad, comunicación telefónica y tránsito de personas y vehículos. Grupos de voluntarios armados montaron guardia fuera del edificio mientras que miles de simpatizantes del Soviet Supremo se lanzaron a la calle para avanzar sobre la Casa Blanca, defendida por los agentes de policía y los militares controlados por Yeltsin. Por su parte, Rustkói ordenó a los militares afines al Soviet Supremo que tomaran por la fuerza el Ayuntamiento y la sede de la Televisión Federal. El pulso por el poder estaba echado y los protagonistas de la disputa movían sus piezas para imponerse. Los simpatizantes del Soviet Supremo intentaron tomar a las 19.00 horas la Torre y el Centro de Televisión de Ostankino (pronúnciese Astánkina). Yeltsin entonces incrementó su ataque. Decretó el estado de emergencia en Moscú, la renuncia de Rustkoi a su flamante cargo, y ordenó la entrada masiva del ejército en Moscú. El 4 de octubre de 1993 a las 07.30 horas comenzó el operativo de limpieza en las inmediaciones de la Casa Blanca, y tras ser informado del mismo, Yeltsin decidió que los tanques apostados cerca bombardearan el edificio del Soviet Supremo. A las 18.00 horas los partidarios de la resistencia se rindieron y fueron arrestados Rustkoi, Khasbulatov y otros líderes del movimiento destituyente. El episodio se cobró la vida de 200 personas, y 1.000 resultaron heridas de gravedad. Fue la última vez en que Rusia estuvo a punto de entrar de lleno en una nueva guerra civil.

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Una legislación aprobada en 2008 prevé que Vladímir Putin, actual presidente de Rusia, y Dmitri Anatólievich Medvédev (Leningrado (actual San Petersburgo), 14 de septiembre de 1965), quien presidiera el país entre 2008 y 2012, tengan también derecho, como Yeltsin, a tener sus propios centros memoriales en el futuro. Ambos acompañaron el día de la apertura del Centro Presidencial a Naina Yeltsina, viuda del fallecido expresidente, quien hizo público su deseo de que el lugar esté abierto a todo el mundo con independencia de edad, nacionalidad e ideología política. El Centro Presidencial Borís Yeltsin fue creado por Ralph Appelbaum, diseñador de museos y autor de la Biblioteca Clinton de Arkansas, el Centro Holocausto de Washington y el Museo de la Tolerancia en Moscú, aprovechando en 2011 la estructura de un centro comercial inacabado que se reacondicionó para su nuevo fin. El edificio engalana el Business Center de una ciudad en la que no se perciben nutridos contingentes de turistas orientales pese a ser un ventanal con vistas panorámicas a Asia. Ekaterimburgo, fundada por Vassily Tatischev y el militar e ingeniero de origen alemán Georg Wilhelm de Gennin, le debe su nombre a Catalina (Ekaterina) I, segunda esposa del emperador Pedro I 'El Grande' -su mecenas-, y a Santa Catalina de Alejandría. Durante 67 años, esta urbe reabierta a los extranjeros en 1990, en la que se destaca la arquitectura de la Casa de Sevastiánov, una mansión de estilo ecléctico construida con elementos neogóticos en la primera mitad del Siglo XIX, llevó el nombre de Sverdlovsk en honor a Yákov Svérdlov, político y revolucionario surgido de la facción bolchevique del Partido Comunista. Frente al Teatro Nacional de Ópera y Ballet, uno de los mejores y más antiguos de Rusia, de estilo barroco, se ubica la Universidad Federal de los Urales 'Borís Yeltsin' fundada en 2010 a partir de dos centros de educación que ya funcionaban desde la década de los años '20 del siglo pasado. En uno de ellos, la Universidad Politécnica de los Urales, estudió el propio Yeltsin entre los años 1950 y 1955. Ekaterimburgo presenta un gran número de parques y áreas verdes extensas. El Bosque Shartáshski, que recibe ese nombre por el lago Shartash situado acá, es muy popular en la época estival entre los habitantes de la también llamada “Ciudad de 17


la Juventud” por la gran cantidad de estudiantes que se preparan en sus universidades e institutos. Para efectuar un buen paseo de compras, hay tres lugares recomendados y concurridos. Son los Centros Comerciales Grinvich, cerca de la Catedral de Alexander Nevsky; Hermes Plaza, en la intersección de la Avenida Malysheva y Sakko i Vantsetti; y Alatyr, al lado del Sinema Park y el IMAX. Ekaterimburgo propone un recorrido que no tiene pérdida en la ciudad por la excelente disposición de la red de transporte público, cuya central de autobuses de larga distancia se encuentra en el Karnaval Mall. La ciudad también está muy bien comunicada con el Aeropuerto Internacional de Koltsovo, el quinto con mayor volumen de pasajeros después de los tres que operan en Moscú (Domodédovo, Sheremétievo y Vnúkovo) y los dos que lo hacen en San Petersburgo (Púlkovo I y Púlkovo II). Ekaterimburgo, en cuya bandera hay una preponderancia del color verde en recuerdo a la malaquita, piedra semipreciosa explotada en otros tiempos pero que en la actualidad ya no se extrae, se pueden visitar varios museos relacionados con la geología y mineralogía. Cuando esa industria entró en decadencia tras la caída de la Unión de Soviética que condujo a una desestabilización en la zona, aparecieron algunas mafias que tomaron el control de la ciudad en la década de los noventas. Afortunadamente aquella época quedó atrás y la gente está volcada con la gestión de gobierno del Alcalde Yevgueni Roizman.

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Samara La capital espacial de Rusia se encuentra a 1.066 kilómetros de Moscú. Dar un paseo vespertino en primavera por su costanera, a metros de la ribera del Volga, equivale a encontrarse con una puesta de sol de cine. ¿La mejor ubicación? Frente a la Plaza de la Fama en el Distrito Leninsky, a metros del 'Monumento a la Gloria'. En ese lugar, con la fuente de aguas danzantes que nos hipnotiza cuando le damos la espalda al río y dirigimos la mirada hacia la ciudad, estará ubicado el Fan Fest local del Mundial durante la Copa del Mundo de Rusia 2018. En esta época del año llama la atención encontrar muy alto aún el nivel de las aguas del Volga. En plena etapa de deshielo el volumen del agua llega a cubrir las playas y sólo permite que se vean las copas de los árboles más altos. Lo mismo ocurre en las restantes ciudades que son atravesadas por este y otros ríos caudalosos como por ejemplo el Don en Rostov. El sistema de esclusas y compuertas ha de permanecer bajo control estricto porque de lo contrario habría crecidas que encenderían la alarma en las poblaciones y ciudades de las zonas aledañas. En Samara nos alojamos en un hóstel que no está tan cerca del centro como el que teníamos en Ekaterimburgo. Se ubica entrando en la zona urbanizada que da la bienvenida a la ciudad cuando uno llega procedente del coqueto Aeropuerto Internacional de Kurúmoch. El primero en Rusia que adoptó la modalidad de aterrizaje con sistemas satelitales para los vuelos. Algo acorde a la importancia crucial que la ciudad y esta región tienen para la industria aeroespacial rusa. En Samara se fabrica el noventa por ciento de las partes que componen cada nave espacial Soyuz y los cohetes que las colocan en órbita. Esto, desde mucho antes de que Yuri Alekséyevich Gagarin (Klúshino, Unión Soviética, 9 de marzo de 1934-Novosyolovo, Unión Soviética, 27 de marzo de 1968) se convirtiera en el primer ser humano que viajó al espacio exterior. La relación de Samara con la industria aeroespacial se comenzó a tejer el 1 de octubre de 1941, cuando la Wehrmatch (armada terrestre de la Alemania nazi) se acercó hasta Khárkov, a sólo 250 kilómetros de la fábrica de aviación de Vorónezh, montada en 1932. Iósif Vissariónovich Dzhugashvili 'Stalin' (Gori, Georgia, 18 de 19


diciembre de 1878-Moscú, Unión Soviética, 5 de marzo de 1953), Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1922 y 1952, y Presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética entre 1941 y 1953, decidió mudar esta fábrica clave para las aspiraciones del ejército soviético a Kúibyshev, nombre de Samara hasta 1991 en honor a Valerián Vladímirovich Kúibyshev, expresidente del Soviet local. Al principio, el ritmo de producción alcanzaba a completar el montaje de una aeronave por día, pero el propio Stalin exigió mayores resultados y llegaron a construirse a diario 15 aviones de asalto II-2. Samara acabó abasteciendo al ejército de más de 36.000 “tanques voladores” -así llamaban los milicianos popularmente a este modelo-, el 75% de los aviones de la fuerza aérea soviética utilizados durante toda la Segunda Guerra Mundial. Después de la Gran Guerra Patria, Stalin y su gobierno fueron tras un nuevo reto tratando de anticiparse a cualquier otra amenaza que pudiera surgir. Buscaron entonces diseñar una aviación estratégica capaz de transportar el armamento nuclear y al mismo tiempo, de lanzar ataques. La base de estas aeronaves fueron los aviones de la familia Tubólev. En 1949 patentaron el primero, el TU-4, creado a imagen y semejanza del B-29 norteamericano que había lanzado las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki. Fue este avión el que se utilizó en 1954 para el primer ensayo nuclear soviético en condiciones de campaña, según una reseña histórica ofrecida por la web especializada Russia Beyond The Headlines (RBTH). Entre las décadas de los 50s y los 70s los constructores aeronáuticos de Kúibyshev perfeccionaron los TU. El nuevo modelo fue el TU-95, luego prototipo durante varias décadas de la aviación estratégica en las fuerzas armadas de la Unión Soviética. La estructura del TU-95 resultó ser tan universal que a partir de ella fue posible producir también aviones civiles como el TU-114 de pasajeros, el único que durante más de 20 años de utilización no tuvo jamás un accidente. Tan segura salió esta aeronave que en 1959 una delegación soviética encabezada por Nikita Serguéievich Jruschov (Kalínovka, 15 de abril de 1894-Moscú, 11 de septiembre de 1971), el presidente entre 1958 y 1964, voló a Washington, Estados Unidos, en un avión que aún no había sido probado. En 20


Kúibyshev se produjeron en serie los TU-154 desde 1968. Y casi todos estos aviones, que durante 30 años fueron la base del parque aéreo de pasajeros de la Unión Soviética y de Rusia, salieron de esta fábrica. La empresa intenta recuperarse a día de hoy de la crisis de los 90s, y el proyecto piloto de la fábrica en Samara es el avión AN-140, pensado para ser en un futuro la base de la aviación de transporte militar de Rusia. En 2014 se planteó la idea de producir en Samara el modelo IL-114 que debería convertirse en el principal tipo de avión para prestar servicio a las aerolíneas locales, pero aún queda mucho por reconstruir. Sin embargo, la fábrica funciona y conserva sus ricas tradiciones. Hoy se constata el crecimiento y la modernización rusa en este área en el Museo 'Samara Cosmos' de la Cosmonáutica. Allí nos acompañó para que lo conociéramos Anna Shaimardanova, coordinadora de prensa del Comité Organizador Local de la Copa del Mundo de fútbol 2018, y nuestra anfitriona en la ciudad. En el lugar sorprenden varios hallazgos, entre ellos, encontrar máquinas expendedoras de los alimentos que consumen los astronautas durante sus travesías por el espacio. En Samara también fue construido en 1942 por orden del Gobierno, el búnker subterráneo de Stalin. Si la Unión Soviética hubiera caído derrotada en la Segunda Guerra Mundial frente a la Alemania fascista de Adolf Hitler, el lugar estaba preparado para acoger y ocultar al líder y a sus más estrechos colaboradores. 21


El historiador Valery Erofeev reveló en una entrevista concedida al portal Russia Beyond The Headlines (RBTH) que la existencia del búnker, en cuya construcción se involucró a varias dotaciones de trabajadores del Metró de Moscú, fue revelada por el KGB y el FSB, organismos de Inteligencia soviéticos dependientes del Gobierno, en 1990. Es decir, casi 50 años después de la muerte de Stalin. Otra prueba cabal más de la capacidad de los rusos para guardar celosamente sus intimidades. Como todas las cuestiones de alta seguridad que están relacionadas con el Gobierno, el operativo de creación del “Objeto Número 1” según los archivos desclasificados por los Servicios de Seguridad rusos, se llevó a cabo bajo un estricto secreto de Estado. El búnker se encuentra a 40 metros de profundidad en el subsuelo de Samara y se acondicionó para que en su interior pudiera albergar a 600 personas con diferentes comodidades. “El Búnker de Stalin” es en la actualidad un Museo que recibe importante afluencia de público desde todos los rincones del país. Otro punto de atracción turística en esta ciudad en la que es muy popular el club Krylia Sovétov. Quienes visitan esta población de 1.169.719 habitantes suelen aprovechar el tiempo para llegarse hasta la reserva natural de la Curva de Samara, meandro del Río Volga sobre su margen izquierdo, cuya extensión es de 200 kilómetros. Y a los Montes Zhigulí, cadena de montañas boscosas con una altitud máxima de 380 metros que se ubica a la derecha del mismo río, en la cual se extrae petróleo desde la época de la Segunda Guerra Mundial. A mediados del siglo XIX, Samara fue apodada la Chicago rusa después de que se transformara en cuna de fortunas después de convertirse en el mayor centro comercial del Volga. Era una ciudad mercantil, y los nuevos ricos trajeron a algunos de los mejores arquitectos para construir sus magníficas casonas modernistas, edificios públicos de gran belleza, e imponentes lugares de culto. Una de las construcciones más famosas es la mansión del artista y comerciante Konstantin Golovkin, con vistas al Volga, custodiada por las estatuas de dos gigantescos elefantes. La revolución rusa trocó la ciudad en un centro industrial, lo que animó a erigir numerosos edificios constructivistas como el Fabrika Kukhnya, o Fábrica Alimenticia, una cantina con forma de hoz y 22


martillo que se encuentra en el centro de la ciudad. La Fábrica Alimenticia desencadenó su propia revuelta en 2010, cuando los promotores inmobiliarios locales buscaron destruirla y reemplazarla por un centro comercial de varios pisos. Vitaly Stadnikov, arquitecto conservador y defensor de las tradiciones, organizó protestas originales, atrajo a cientos de activistas y consiguió frenar el derrumbe del lugar. Stadnikov afirmó entonces en declaraciones a los medios locales que “el índice de destrucción es realmente impactante para aquellos que conocen Samara. Muchos de sus edificios más conocidos han sido demolidos o incendiados, o se han abandonado. La comercialización desenfrenada, el incumplimiento de las leyes y la corrupción, son los responsables”. Lo cierto es que la apariencia de Samara ha cambiado muchísimo en los últimos diez años. “Ha habido tal nivel indiscriminado de construcción que el alma de la ciudad se está consumiendo poco a poco”, aseguró en este mismo período Natalia Dushkina, profesora del Instituto Arquitectónico de Moscú y nieta del arquitecto Alexei Shchusev, diseñador del Mausoleo de Lenin. Una de las grandes discusiones cuya vigencia se mantiene desde hace más de 20 años, tiene que ver con la política de suplantación de las casas de madera tradicionales que promueven algunos intereses. Algunas de estas viviendas se mantienen en pie desde antes de la época soviética. Son históricas y le otorgan un carácter especial a muchas ciudades, incluso algunas que serán sede del próximo Mundial de fútbol como la propia Samara o Nizhni Nóvgorod. Los activistas destacan iniciativas como la de la ciudad de Tomsk, que restauró muchas de sus casas de madera. Stadnikov, junto a Save Europe’s Heritage y la Sociedad de Preservación Arquitectónica de Moscú, desarrollaron el informe titulado “Samara: una ciudad en peligro junto al Volga”. Y se ofrecieron en su momento para restaurar uno de los edificios de madera de la ciudad y demostrar cómo esa restauración podía reactivar un área de la ciudad a fin de reavivar el turismo de cara a la Copa del Mundo. Pero la fuerza del informe del arquitecto, si bien generó comentarios optimistas al comienzo, se fue diluyendo con el tiempo frente al ímpetu renovado del empresariado inmobiliario. Mientras tanto, Samara ha mejorado su infraestructura y las vías de acceso rápido al nuevo Estadio, que apunta a ser bautizado oficialmente Cosmos Samara Stadium precisamente por el vínculo 23


entre la ciudad y su rica historia aeroespacial y de aeronavegación. 16 propuestas en materia de museos oficiales propone Samara a sus visitantes, además de los dos reseñados sobre la Cosmonáutica y el Búnker. Estos son el de Arte Regional, el del Ferrocarril de Kúibyshev, el Restaurante Museo 'Apartamento viejo', el Parque de Milagros Galileo. El Museo Alabin, el Museo Histórico Militar, La Finca Museo Tolstói, la Casa Museo de Lenin, el Museo del Ministerio de Situaciones de Emergencia. El Museo del Modernismo, la Galería de Arte Infantil, el Museo de Aviación y Cosmonáutica Ssau. El Museo Zoológico Floróv, el Museo de las Tradiciones Rusas 'Górnitsa', y el Museo de Fotografía y museo de Colecciones. Además del más que particular Museo del Fútbol creado y fundado por Sergei Leibgrad. Lugar que también visitamos, cerca de la peatonal Leningrádskaya y en el que descubrimos tres conexiones entre el fútbol sudamericano y el Krylia Sovetov (léase Crúlua Sovietov, que en ruso significa “las alas de los soviéticos”), equipo más representativo de Samara, que hasta la temporada 2016-17 militó en la Premier League, primera división del fútbol de Rusia. En el Krylia Sovetov jugó el argentino Gustavo Alejandro Lillo (8 de agosto de 1973, Mendoza), defensor central o volante que comenzó su carrera en Godoy Cruz Antonio Tomba en 1994 y luego pasó por Talleres de Córdoba y tres clubes mendocinos más, San Martín, Gimnasia y Esgrima, y Guaymallén. 'El Loco' Lillo disputó 31 partidos con la camiseta celeste de “las alas...” entre 2002 y 2003 y es recordado por su calidad técnica para salir jugando, y por la personalidad que le transmitía a la defensa. También han formado parte de los samarenses los chilenos Nicolás Canales (27 de junio de 1985, Santiago), actual delantero zurdo del Rangers de Talca, quien alcanzó a disputar 5 juegos, ninguno como titular, en 2015-16. Y el arquero Eduardo Lobos (30 de julio de 1981, Curicó), ahora guardameta del Everton de Viña del Mar, quien custodió los tres palos del cuadro azul entre 2005 y 2010. En otro orden, Viktor Karpov, capitán legendario del último gran Krylia, dirigido por Alexander Kuzmich, y que finalizó 4to en la Premier Liga rusa en 1951, siendo finalista de la Copa Soviética en 1953, tenía una devoción especial por el tango argentino. Lo bailaba a la perfección. Y como entrenador, coronando un ciclo que 24


le tuvo 22 años en el club entre 1947 y 1969, utilizaba esta música para conseguir que sus dirigidos se relajaran antes de los partidos. Respecto a lugares tradicionales, no se olviden de dedicarle un buen capítulo de su tiempo en Samara a la cata de cerveza. El lugar para hacerlo es Von Vacano, Casa que popularizó su cerveza artesanal hace casi un siglo. Allí, la fábrica de cerveza Zhigulióvskoye, inaugurada en 1880 por Alfred Josef María Ritter von Vacano, un aristócrata austríaco de origen húngaro-alemán, hace las delicias de locales y visitantes. Von Vacano demostró ser un magnífico maestro cervecero y un gran comerciante: a los pocos años de comenzar el negocio, su pequeña fábrica se había convertido en la mejor de Rusia y estaba a la altura de los fabricantes europeos. Poseía su propia central eléctrica y frigoríficos eléctricos, poco comunes en aquella época, así como transporte ferroviario y fluvial propio, y las más estrictas normas de higiene. Von Vacano bautizó su fábrica tomando la nomenclatura de los acantilados Zhigulióvskie ubicados cerca del Río Volga, en los que vivió Stepán Razin, conocido como el Robin Hood ruso, quien en 1670 proclamó la abolición de la esclavitud, el principio de igualdad y el fin de los privilegios, desafiando el poder del Zar. La fábrica producía distintos tipos de cerveza, pero el más popular de todos era la 'Viénskoye', versión local de la lager vienesa, variedad casi archivada en Europa hoy en día. Similar a la pilsen (cerveza de malta rubia, madurada en condiciones de baja temperatura mediante baja fermentación), esta cerveza es más densa, posee un color más saturado que va del ámbar al rojo, y un dejo amargo. Hacia finales del siglo la cerveza de von Vacano no sólo se servía en los mejores restaurantes de esta región rica del Volga, sino que también se exportaba al extranjero. El sabor excelente de esta cerveza se debía a la calidad de la materia prima, el cuidado de las normas de producción y el agua famosa del Volga, todavía no contaminada. Aún cuando los bolcheviques confiscaron la fábrica y enviaron a Von Vacano a morir pobre en su Austria natal, no pudieron eliminar su legado y acabaron manteniendo la cultura de su producción. En los primeros años de la década de los 30s Anastás Mikoyán, ministro de Industria Alimentaria del gobierno de Stalin, visitó la fábrica y 25


quedó fascinado con el sabor de la cerveza, pero ordenó cambiarle el nombre por otro menos burgués. La solución llegó enseguida. La cerveza pasó a llamarse como la fábrica, Zhigulióvskoye, y nació su leyenda. La Zhigulióvskoye pasó a ser de consumo masivo en todo el país. En más de 700 lugares de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se empezó a fabricar cerveza con esa denominación. Ahora mismo se ha multiplicado la producción, pero sólo existe una auténtica Zhigulióvskoye. La que se elabora en la fábrica original, en Samara. Esta bebida se sirve hoy en día en los buenos restaurantes de Moscú por más que en sus inicios se trataba de una cerveza barata. Ahora su precio iguala lo que cuesta una cerveza inglesa o nórdica de importación. La curiosidad es que la cerveza Zhigulióvskoye auténtica debe servirse tirada ya que, al no estar pasteurizada, como no tolera el transporte embotellado pierde su textura y su cuerpo. Los rusos amantes de la cerveza están convencidos de que la Zhigulióvskoye es una lager vienesa más auténtica que, por ejemplo, la elaborada con cebada mexicana, cuyo lúpulo es más dulce.

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Volgogrado “¿Habrá sido este el primer vuelo del piloto?”. Seguramente todos los pasajeros del avión nos hicimos la misma pregunta después de llegar sanos y salvos a Volgogrado. El servicio de Aeroflot fue estupendo durante todo nuestro viaje por Rusia, pero el despegue desde Moscú, algún movimiento durante este trayecto de 971 kilómetros impropio de alguien con experiencia, y el inquietante aterrizaje en el Aeropuerto Gumrak, permanecerán en nuestra memoria en el tope del ránking de desplazamientos desagradables. Si le sumamos la impericia del responsable del viaje a la costumbre burocrática de polarizar la mayoría de los vuelos haciéndolos pasar de manera obligada por Moscú, con el engorro que eso significa y el fastidio que agrega la pérdida de tiempo, la sensación que queda es cualquiera menos placer. Así las cosas, llegamos al corazón espiritual de Rusia felices por sentir el efecto de pellizcarnos los carrillos. En esta ciudad se comenzó a gestar la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial frente a la Alemania nazi. El Volgogrado Arena emerge a orillas del río Volga, en donde se escribió con sangre una parte muy importante de la historia de la humanidad. Se trata de un estadio precioso con aforo para 45.000 espectadores, en el que se disputarán cuatro encuentros de la fase de grupos del Mundial 2018. El coliseo se levantó sobre las cenizas del viejo estadio Central. A los pies de la colina Mamáyev Kurgan (léase “Mamái Kurgán”), sobre la que empezó la reconquista de los soviéticos, y en cuya cima la Estatua de la Madre Patria arenga en silencio. Lo vemos todo desde lejos a bordo del automóvil que conduce el simpático Vladímir, remisero que nos lleva desde el aeropuerto hasta nuestro lugar de alojamiento. 'Homestay on Shtemenko', un departamento de tres ambientes cuya dueña alquila a huéspedes cada una de sus dos habitaciones a través de la plataforma Booking.com. Está en un típico barrio soviético, alejado del centro, donde se amontonan varios bloques de viviendas comunitarias al costado de la Avenida Shtemenko. Cruzar esta vía rápida les va a conducir a 'Хорошие' (léase 'Jaráshie'), restorán atendido por dos mozas condescendientes en el que se sirve una carne muy sabrosa llamada “rib eye” (especie de bife de chorizo o entrecote a 4 finas hierbas), con salsas en cada esquina de la tabla de madera para 27


sazonarlo, a precio prohibitivo aunque vale la pena el sacrificio. ¿Una recomendación? Permanezca siempre muy atento al menú en la carta. Al costado de lo que pretenda, sea carne, pescado o mariscos (como gambones por ejemplo), fíjese bien si figura entre paréntesis el concepto “precio cada 100 gramos”. Si es así, tenga mucho cuidado con lo que va a pedir. Si no presta la debida atención, es muy probable que le esquilmen con la excusa del peso y que su billetera se desangre después de solicitar la cuenta. Recorrer Rusia de la manera en que lo hacemos nos permite dimensionar el contraste entre sus ciudades de forma rápida y precisa. Pasar de Sochi a Volgogrado, por ejemplo, representa un cambio radical. No hay rincón de esta ciudad que conozca el lujo y la opulencia. Tampoco hoteles de cinco estrellas. Desde el aeropuerto hasta el Barrio Shtemenko, la radiografía de la urbe resulta la imagen de un paraje anacrónico y deslucido. A metros de los juegos para niños en el parque comunitario, una anciana con gafas, pañuelo blanco en la cabeza que incluye lunares celestes, y un chaleco de algodón con cremallera que le cubre la parte superior de su vestido enterizo repleto de ilustraciones gastadas, ha bajado de su departamento con un cuchillo corto y puntiagudo para limpiar las escamas de un pescado sanguinolento. Lo hace sobre un papel de diario, a centímetros del césped. Cuando le pedimos permiso para capturar una imagen de época, ella se 28


presta sin poner inconvenientes. La lente capta su mano izquierda arrugada sosteniendo la cabeza del pescado, y al mismo tiempo la derecha exhibe una destreza sobresaliente para pelarlo. Una madre o abuela le habrá legado esa técnica para desvestir al animal en menos de tres minutos. Certeza de que hay una gran historia de trabajo, sacrificios y privaciones detrás de ese momento, que a ella le parece rutinario y a nosotros nos hace pensar. Volgogrado se llama así desde 1961, cuando fue bautizada de esa manera para remitir a su ubicación al costado del río Volga. Pavel Timachev, director de eventos del Comité Organizador de la Copa del Mundo en esta sede, nos explica que “aparentemente modificaron el prefijo porque habría resultado cacofónico nombrarla “Volgagrado”. Por eso cambiaron a “Volgo”. La palabra “grado” es una terminación en eslavo que significa 'ciudad'”. Sin embargo, tuvo otros dos nombres con anterioridad. Primero se llamó “Tsaritsyn” entre 1589 y 1925 por el río Tsaritsa, que confluye con el Volga. Cerca de su caudal se erigió la primera fortificación y luego se expandió la ciudad. No tiene nada que ver con una supuesta referencia a los zares. El nombre se desprende de la denominación que le colocaron los tártaros al descubrirlo. El río Sary Su (“Agua Amarilla”). Después, en 1925, pasó a llamarse Stalingrado en honor a Iósif Stalin, quien lideró el Ejército Rojo que resistió el asedio a la ciudad durante la Guerra Civil posterior a la Revolución. Stalin comandó a la resistencia bolchevique que acabó imponiéndose al Ejército Blanco integrado por las Fuerzas Armadas de Rusia Meridional, milicias nacionalistas multitudinarias contrarrevolucionarias, leales por ende al zarismo. Volgogrado ha sido sede de numerosos episodios bélicos y gestas sin par. Por eso su tierra suele evocar nuevas viejas historias sobre penas y glorias. Así fue como los obreros encontraron varias minas antipersona y restos de armas de la época de la Gran Guerra Patria a finales de 2014, cuando reacondicionaban el terreno para levantar el Volgogrado Arena. En diez oportunidades el personal encontró armamento bajo el piso, y las fuerzas armadas debieron llevárselo fuera de la ciudad para detonarlo. En otra ocasión el descubrimiento fue aún más escabroso. Hallaron los restos de dos 29


soldados fallecidos en los bombardeos durante la Batalla de Stalingrado, que luego fueron sometidos al estudio de ADN para conocer su identidad e informar a sus respectivas familias. Maria Rudenko, responsable de prensa y comunicación de la empresa constructora, nos asegura que desde entonces “se adoptaron todas las medidas para que el estadio garantice máxima seguridad. No hay nada que temer”. El Volgogrado Arena es el único de todos los estadios sede de la Copa del Mundo de 2018 cuyo techo fue colocado todo al mismo tiempo y no por partes. Se logró en mayo de 2017, al poner en práctica el mecanismo novedoso 'Bántovoi', “proceso de joyería -según explica Rudenko-, por la precisión que se requiere para fijar a gran altura un anillo de compresión que pesa alrededor de 2.300 toneladas, mediante un sistema hidráulico manejado por una combinación de hardware y software”. María Rudenko es una comunicadora altamente cualificada, bella y agradable en el trato. Rubia, de cabello ondulado largo y ojos felinos de color azul, nacida en Volgogrado. Por su experiencia y excelencia en el manejo de varios idiomas, las autoridades del Comité Organizador Local tenían decidido contratarla cuando finalizara su labor tras la construcción del estadio. No es fácil encontrar en Rusia gente como ella o Pavel, docente universitario antes de trabajar junto al gobierno de su ciudad. Los profesionales como ellos, máxime si son políglotas, cotizan su labor al alza. A Pavel siempre le vamos a agradecer el tiempo que se tomó para interiorizarse sobre las anécdotas más impactantes acerca de la Segunda Guerra Mundial, explicarnos detalles sobre la historia de Volgogrado, informarnos los puntos salientes de la ciudad, y guiarnos incluso en la degustación de la mejor gastronomía de la región. En este sentido nos condujo al Café Marusya, ubicado sobre la calle Alleya Geroev, a unos cien metros del frame que ilustra la condición de Volgogrado como sede del Mundial de fútbol. El sitio donde se emplazó el Fan Fest de la Copa del Mundo un mes antes del Mundial. El Café Marusya es un lugar que aparenta ser exclusivo frente al Park Pobedy, con el río Volga al frente. El Comité Organizador Local 30


lo utiliza para agasajar a los periodistas extranjeros. El personal del lugar les habilita una elegante sala privada en un entrepiso para disfrutar de la comida y desarrollar reuniones sin ruidos molestos o interrupciones. Allí saboreamos la Okroshka, sopa fría con jamón, huevo y vegetales. Pastas y pescado como platos principales, todo regado con Krushon, sangría liviana ideal para consumir en verano. Un almuerzo que no resulta tan accesible para el bolsillo local promedio, cuyo ingreso difícilmente supera al mes los 500 euros. Mamáyev Kurgán es algo así como una montaña sagrada. Se trata del punto estratégico ubicado 102 metros de altura sobre el nivel del mar, cuyo dominio se disputaron las fuerzas alemanas y las soviéticas durante la Batalla de Stalingrado en la que más de 2.000.000 de personas perdieron la vida, y que redujo la ciudad casi a cenizas. Hacia el cerro vamos después de almorzar, con todos los sentidos expectantes. “Nunca un paso atrás. Siempre hacia delante”. La 'Orden 227' de Iósif Stalin valía para cualquier militar del “glorioso Ejército Rojo” en la Segunda Guerra Mundial y ordenaba la ejecución por parte de sus propios camaradas del oficial o soldado que intentara desertar o retroceder al momento de presentar batalla contra los nazis. La escena se produjo en diferentes ciudades. La obsesión de Adolf Hitler por conquistar la Unión Soviética expandir la Alemania fascista empezando por Stalingrado, le llevó a destinar 3.000.000 de efectivos e innumerables recursos a la “Operación Barbarroja”. Ansiaba someter la ciudad que llevaba el nombre de Stalin para darle un martillazo al comunismo y apropiarse de las riquezas enormes de un país cuya gente le parecía ingenua y manejable. Entonces, la relación a veces muy dispar con las tropas enemigas solía provocar la espantada de soldados soviéticos. No por rebeldía, sino por miedo. Stalin no lo toleró y con la '227' en vigor desde el 28 de julio de 1942, los miedosos pasaron a ser castigados por el sistema del mismo modo en que este pulverizaba a los rebeldes. Como revelan documentos publicados en la década de los noventa por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (SFS), 41 batallones especiales diseñados para evitar las deserciones, actuaban en la zona del Don y de Stalingrado. Entre el 1 de agosto y el 15 de octubre de 1942 fueron detenidos 140.755 soldados soviéticos que 31


huían del frente. Casi 4.000 fueron arrestados y 1.189 fusilados. Durante la Batalla de Stalingrado, cerca de 13.500 soldados y oficiales fueron condenados a muerte por los tribunales militares. Los fusilaban por retroceder sin esa orden, por autolesionarse, por deserción, saqueo, latrocinio y/o agitación antisoviética. En 1941, con la guerra ya en desarrollo, Stalingrado era el destino al cual las familias de Moscú y sus alrededores enviaban a sus hijos, o al que directamente se mudaban con los enseres que podían transportar pensando en que los nazis nunca llegarían allí, Pero poco tiempo después se iba a convertir en la sede del combate más salvaje y decisivo de la Gran Guerra Patria. La Batalla se libró acá entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943. Stalin no quiso evacuar la ciudad y 40.000 personas murieron en la primera semana de los bombardeos alemanes. El historiador Michael K. Jones afirmó en una entrevista concedida al canal de televisión Russia Today que Stalin utilizó a los civiles para que sus soldados aumentaran el interés por defender la ciudad. En segundo lugar, para evitar dar una señal de debilidad al oponente. La 'Orden 227' exacerbó el patriotismo. La gente se encontró en un callejón sin salida. Ante la disyuntiva de convertirse en héroes anónimos, o morir en el intento por recuperar la libertad de la que gozaban hasta la llegada de la Luftwaffe (fuerza aérea alemana). Los relatos de la época son espeluznantes. Vladímir Beregovói, jefe de la Asociación 'Niños de Stalingrado', recopiló cuidadosamente información sobre la vivencia de menores durante la guerra y muchas causan horror. Uno de ellos lo narró en diálogo con RT TV. “Una chica de nombre Klara contó en sus memorias que mientras estaba en un bote navegando en el Volga, llegaron los aviones alemanes, bombardearon a las embarcaciones, prendieron fuego los transbordadores, y que cuando recuperó el conocimiento se vio a sí misma en el agua rodeada de cadáveres y sangre. Eso la llevó a convencerse de que estaba en el infierno. Se preguntó, ¿de qué otro modo sino puede haber tantos muertos a mi lado?”. Cuando los soldados del Heer (ejército terrestre alemán) entraron en Stalingrado, la División 62 del Ejército Rojo organizó líneas de defensa entre los escombros, con puntos de apoyo en las casas y 32


las fábricas que aún se mantenían en pie. La batalla se convirtió de repente en una guerra de guerrillas y una carnicería puerta a puerta. Vasily Ivánovich Chuikov (12 de febrero de 1900, Silver Ponds, Moscú-18 de marzo de 1982, Moscú) gestionó la D62 al límite, enloqueció a los alemanes con sus tácticas en lo que llamó “la Academia de Lucha Callejera de Staligrado”, y acabó por desmoronar sus expectativas. Los cercó, les desgastó y los obligó a retroceder. Tiempo después condujo la división, ahora ascendida en rango y bautizada Octavo Ejército de la Guardia, siempre como parte del Frente Bielorruso liderado por Gueorgui Konstantínovich Zhúkov (1 de diciembre de 1896, Strelkovka, Maloyaroslávets-18 de junio de 1974, Moscú), y tomaron Berlín en abril de 1945. Ambos militares fueron nombrados Héroes de Guerra. La 'Estatua del Soldado' en el Parque Memorial de Mamáyev Kurgan está inspirada en Vasily Chuikov, único mariscal ruso enterrado fuera de Moscú. El hombre al que le gustaban los acordes del tango argentino y solía poner esa música en los megáfonos dispersos por la ciudad en ruinas, con un mensaje en deutsche sprache entre canción y canción destinado a descentrar a los soldados invasores: “cada siete segundos muere un soldado alemán en Rusia. Stalingrado es una fosa común”. Sus restos yacen acá, en la ciudad a la que ayudó a emanciparse y en la que aún se recuerda otra de sus sentencias: “El tiempo es sangre”. En las calles se estimaba que un soldado vivía un día. Un teniente, una semana. Y el jefe de batallón, “con suerte” dos o tres. Para Beregovói, los únicos que podían aspirar a vivir más “eran los generales”. Sin embargo, Vassili Záitsev, temible soldado francotirador en aquel conflicto que inspiró decenas de libros y películas, fue condecorado tras matar a 225 militares alemanes entre soldados y oficiales, y murió recién en 1991. Diez días antes de que se disolviera la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La información que los soviéticos obtuvieron entre finales de septiembre y principios de octubre, cuando se aproximaba el invierno, sobre la debilidad de los nazis en sus flancos, reforzados con soldados italianos, rumanos y húngaros escasos de provisiones, discriminados, y armados con cañones franceses que registraban 33


diversas fallas, resultó fundamental para rodear a los alemanes el 23 de noviembre de 1942. Así forzaron la rendición del Mariscal Friedrich Wilhelm Ernst Paulus (Guxhagen, Hesse, 23 de septiembre de 1890-Dresde, 1 de febrero de 1957) el 31 de enero de 1943 en su cuartel de los Almacenes Univermag. El contraataque soviético a principios de mes, con tropas armadas con fusiles Mosin-Nagant y camiones blindados dotados de lanzacohetes Katyusha, golpeó a los alemanes. Cortó sus vías de abastecimiento y los expuso a la inanición e inclemencia del clima. Allí donde hoy, y desde 1957, se encuentra el Hotel Intourist, Paulus fue hecho prisionero junto a sus generales, mientras que en los sótanos del lugar esperaban ser atendidos con urgencia, hacinados, 3.000 heridos entre los que se contaban también víctimas de fiebre paratifoidea, tifus y disentería. Las historias de quienes conseguían alcanzar la otra orilla del Volga esquivando el fuego del combustible ardiente y las bombas de la aviación alemana, se unen a las de los sobrevivientes atrincherados entre las ruinas, que aparecían de la nada para cobrarse la vida de algún nazi incauto. Junto a ellas, también las de kamikazes que se ganaron la inmortalidad gracias a alguna heroicidad. Uno de estos últimos fue el infante de marina Mijail Panikako (en ruso se lee “Panicaja”), quien se inmoló contra un tanque alemán después de ser alcanzado por una bala en el momento en que iba a lanzarle un cóctel molotov al vehículo. El Teniente General Vasily Chuikov vio como el soldado se empapaba con el líquido “y echaba a arder”, y reflejó en el libro en que publicó sus memorias que “a pesar del terrible dolor, no perdió en ningún momento el conocimiento. El tanque se había acercado más y todo el mundo vio a un hombre en llamas saltar de la trinchera, correr hasta el tanque alemán y estrellar la botella contra la parrilla del motor de la escotilla. Un segundo después, un 34


enorme manto de fuego y humo rodearon tanto el tanque como al héroe que lo había destruido”. El libro 'The Beginning of the Road' (“El comienzo del camino”) con las memorias de Vasily Chuikov, se editó en 1963 y registró, entre muchas otras cosas, el sacrificio de Panikako, cuya acción le transformó en héroe de guerra y forma parte en la actualidad del enorme panel de 48 metros del Museo Militar de Stalingrado en Volgogrado en el cual se grabaron los nombres de estas personas. Las agallas y el arrojo mostrados por la más amplia porción del Ejército soviético resultarán siempre conmovedores. Sin ese coraje y su valor consecuente, quién sabe qué habría sido de esta nación. El Volgogrado Arena, en donde se van a disputar cuatro partidos de la fase de grupos de la Copa del Mundo de Rusia 2018, llena de orgullo a la ciudad. Con sus 4 rampas formidables de entrada y su pendiente principal de acceso, el estadio se verá desde el cielo durante el Mundial como una estrella. Tan grande como la soviética que brilló el 2 de febrero de 1943, tras la rendición del último reducto alemán en la mítica fábrica de acero y tractores llamada 'El Octubre Rojo'.

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Sochi Cuando en 2009 Anatoly Pakhomov se convirtió en “Major” (Alcalde, pronúnciese “méillor”) de Sochi al superar a Borís Nemtsov en las elecciones, ésta empezó a transformarse en mucho más que el resort de playa que había sido en los años 90s, cuyos beneficios económicos parvos se debían casi exclusivamente a un cambio de tendencia enorme tras la disolución de la Unión Soviética. Cuando la gente dejó de frecuentar la Península de Crimea en Ucrania como su destino vacacional favorito, y comenzó a desplazarse a esta bella ciudad en la región de Krasnodar. Sochi fue creciendo de manera paulatina, aún mientras el gran público ruso optaba para sus períodos de descanso por alternativas más económicas en la República de Abjasia -dentro de los límites de Georgia, aunque no parte de ella-, o por la costa mediterránea de Turquía. El 4 de julio de 2007, día en que el Comité Olímpico Internacional decidió en Guatemala que la ciudad fuera elegida sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en detrimento de las candidaturas de Salzburgo (Austria) y Pyeongchang (Corea del Sur), marcó un antes y un después en Sochi. Dos años más tarde la ciudad intensificó su proceso de transformación, y desde 2012 hasta ahora lo que era un balneario frente al Mar Negro se ha convertido en un polo de atracción que la ha llevado a ser la quinta urbe más importante de la Federación de Rusia después de Moscú, San Petersburgo, Ekaterimburgo y Kazán. Pero no se conforma. El curso de modernización que cambió por completo esta ciudad fundada en 1896 sobre la base del Fuerte Navaguinskoye (pronúnciese con acento en la “i”), levantado 58 años antes, no se detiene. Sochi se dio a conocer masivamente cuando durante la época soviética la gente supo que Stalin tenía su dacha favorita (casa de campo, en ruso) en las afueras de la ciudad. Su vegetación subtropical; sus lagunas mineralizadas a las que se les confieren propiedades sanatorias; y su clima templado, que puede ofrecer días de 25 grados incluso en invierno, hacen de Sochi un paraíso. Un puerto glamuroso en el que anidan embarcaciones de lujo a metros de la Avenida Nesebrskaya. El Centro Comercial de 36


alto standing Grand Marina, justo ahí. Con el lujoso Restorán Chaika (Gaviota) y su terraza de pórticos con vista al mar en la intersección con la calle Voykova. La escenografía remite a la zona más exclusiva de la Costa Azul francesa. No es casual que una de las sedes selectas de la afamada casa Louis Vuitton esté aquí. Pakhomov destacó en una rueda de prensa a la que accedimos invitados por el Comité Organizador Local del Mundial, las bondades de una ciudad que no quiere parar de crecer, ofreciéndose ahora como terreno fértil para recibir inversiones por parte de los grandes capitales extranjeros. Hay un meticuloso plan urbanístico para aumentar de forma exponencial el posicionamiento de Sochi a nivel internacional. Cada movimiento tiene que ver con esto. Hasta el Gran Premio de Fórmula 1 de automovilismo, que se celebra en la ciudad desde 2014 y tenía un contrato firmado hasta 2020. A la vista de cómo ha potenciado a la ciudad, la renovación del contrato se ha acordado ni más ni menos que tres años antes de que el vínculo caduque. El pasado 28 de febrero de 2017 se firmó una ampliación del vínculo hasta 2025. Sochi pasó a pagar la cuota más alta de todas las plazas que reciben el circo de la Fórmula 1. Hasta ahora el Estado cubría la mayor parte, pero los 54,5 millones de euros que hacen falta exigen que los promotores busquen nuevos patrocinadores. Sochi se extiende 147 kilómetros sobre la costa del Mar Negro, llamado así porque al tener baja salinidad, la materia vegetal en el fondo se cubre con lodo negro aparecido por la alta concentración de sulfuro de hidrógeno en las aguas, y refleja ese tono. La ciudad abarca 3.508 kilómetros cuadrados y ofrece puntos encantadores para visitar. Las Cascadas de Agura en Ubykhian, por ejemplo, popularmente conocidas por el nombre de Agursky, nacen como consecuencia del paso del río Agura en la Cordillera de Alek, a más de 1000 metros sobre el nivel del mar. Lugar situado en las afueras de la ciudad, sus formidables cascadas caen desde una altura de 30 metros y constituyen una parada popular en una ruta ideal para hacer senderismo a lo largo de la quebrada. El recorrido para pasear por aquí está a 15 kilómetros del pueblo y 37


permite algunas de las imágenes más fascinantes de la naturaleza de Rusia. Sochi, enclavada entre las montañas del Cáucaso y, como ya apuntamos, el Mar Negro, está formada por 4 distritos o barrios. Adler, Khota, Tsentralny y Lazarevsky. El primero, al que se llega por la autopista A-147, engloba el Parque Olímpico, con el Estadio Fisht (sede de la final de la Copa de Rusia de Fútbol en 2017 entre Lokomotiv de Moscú y Ural de Ekaterimburgo, en la que se impuso (2-0) el conjunto moscovita), y el resto de instalaciones que se crearon de cara a los Juegos de Invierno de 2014. A 400 metros de allí se yergue el Autódromo -construido ese mismo año-, donde se desarrolla el Gran Premio de Fórmula 1 en octubre, el tercero más largo, con un trazado de casi 6 kilómetros. Que en aproximadamente una hora se pueda llegar en coche o en el tren Lástochka desde la Reserva Rosa Khutor, tras disfrutar de una jornada especial de esquí entre parajes conmovedores, hasta las playas anchas del centro para merendar rico en el Café Delmar, o cenar mariscos en Baran Rapan sobre Teatralnaya, resulta sorprendente. Lo que sólo parecía posible en lugares puntuales de Europa como por ejemplo Catalunya al conectar desde el Montseny con las playas de Caldes d'Estrac, Sant Andreu de Llavaneres o Mataró, no imaginábamos que lo fuera en Rusia. Si hacemos referencia a las montañas, en la cima de Ajun, la más alta de Sochi se encuentra construida una torre a cuyo mirador superior se sube a través de una escalera de piedra en espiral. Cada nuevo recodo de la escalera ofrece una vista sublime del mar y un panorama de la cordillera del Cáucaso y de toda la ciudad que se ve como si alcanzara a contenerse en la palma de una mano. Aquí hay dólmenes misteriosos, y en el complejo 'Zmeikovskiye Vodopady-Matsestinsky Vodopad' situado en el territorio del Parque Nacional de Sochi, en el Jardín Museo 'El árbol de la amistad' se revelan los secretos de una flora autóctona que tiene más de 1.800 especies, además de plantas y arbustos de todos los continentes. La reserva de la biósfera del Cáucaso es la segunda en extensión de Europa. Si están con tiempo, acudan a la fuente mineral de Matsesta, que proporciona un agua única cuya edad es de 170 millones de años. Tampoco se pierdan Las cascadas Zmeika, el cañón de Navalizshinsk, las rocas blancas, ni la galería de arte AAC. Las cuevas de Vorontsovskaya y Ajshtyrskaya, a 11 kilómetros de 38


allí, también están listas para maravillar. Hacer escala en alguna de las casas de té situadas entre Loo y Dagomys, en el pueblo de Uch Dere, sirve para reponer energías saboreando un tazón de té ruso. En otro orden, subsiste una cuestión social aquí que generó polémica. La forma en que se refirió públicamente el Alcalde Pakhomov al homosexualismo en algunas ocasiones. La ley contra la propaganda homosexual, adoptada en junio de 2013 por la Duma (Cámara Baja), refrendada por la Asamblea Federal (Parlamento) que ejerce el Poder Legislativo en Rusia, y promulgada por el presidente Vladímir Putin. Ley que condena con multas y penas de cárcel la difusión de “todo tipo de promoción de la homosexualidad dirigida a menores de edad”, así como prohíbe la normalización entre los menores sobre “las relaciones sexuales no tradicionales”, y que suele ser utilizada para criticar a Rusia en el concierto internacional. La represión desde 2006 en Moscú a los manifestantes y la posterior prohibición de la Marcha del Orgullo Gay en 2012 por espacio de los próximos 100 años, tuvieron eco negativo fuera de Rusia. Por eso cuando Pakhomov se jactó en enero de 2014, antes de los Juegos Olímpicos de Invierno, de que “en Sochi no hay gays”, atrajo la atención mediática y la televisión extranjera se propuso dar a conocer la existencia de lugares de ocio orientados a la comunidad homosexual. La posterior matización sobre el tema incluso por parte del propio presidente Putin al abrir la ciudad y el país al mundo solicitando “que se respeten las leyes de Rusia como Rusia respeta las del resto del mundo”, ayudó a rebajar el clima de preocupación previo al evento. La relación de la Unión Soviética y Rusia con el homosexualismo ha dado varios bandazos. Cuando la facción bolchevique tomó el poder tras la Revolución de 1917 se abolieron las leyes zaristas, se integró a ese colectivo y la homosexualidad fue legalizada. Volvió a ser perseguida con Stalin en el poder siendo castigada hasta con trabajos forzados. Y Borís Yeltsin legalizó los actos homosexuales en mayo de 1993 al recibir la presión del Consejo Europeo. Pero las restricciones al homosexualismo regresaron años después para quedarse, ya que una porción importante de la sociedad lo percibe como una enfermedad que hay que curar. 39


La información nos lleva a hacer referencia a Stalin. Momento entonces de reseñar detalles sobre su dacha. Hoy es muy difícil que a usted le inviten a Bocharev Ruchei (la residencia de verano de Vladímir Putin en Sochi) pero sí que podrá entrar fácilmente en la villa del exlíder. A unos 50 metros sobre el nivel del mar, el edificio es ahora la Casa Museo de Stalin y el área residencial incluye 12 apartamentos suites que se pueden alquilar. Una exempleada del KGB dirige la recepción y explica la historia de la mansión, que fue construida en 1937, año en que alcanzó su momento más álgido La Gran Purga instaurada por el propio Stalin para eliminar a cientos de miles de miembros del Partido Comunista Soviético, socialistas y anarquistas que tenían diferencias con sus métodos, así como a diversos opositores a su régimen. El lugar nunca ha sido sometido a reformas, así que todo el mobiliario y decoración son auténticos. La Sala de la Chimenea donde Stalin celebraba las recepciones pero “nunca bebía con los invitados”, es el primer sitio que verá. También su despacho personal, donde una figura de cera del dictador está sentada delante del escritorio. Allí podrá mirar el pesado sillón de cuero sobre el cual Stalin veía películas solo pues “era una persona muy reservada y no quería que nadie fuera testigo de sus emociones”. No está permitido acariciar la figura de cera del anfitrión ni tocar su pipa. Y si no es supersticioso -en Rusia la gente lo es en una gran medida-, ni cree en fantasmas, y quiere darse el gusto de gastar 450 dólares para pasar la noche, tendrá la posibilidad de pernoctar en la suite de 111 metros cuadrados de quien fuera el dueño de la casa. La residencia de Stalin (conocida como Zeliónaya Roshcha o 'Arboleda verde') está situada en la Avenida Kurortni, 120, en el barrio Khota de Sochi. Otro lugar imperdible en Sochi es el Aquarium. El más grande de Rusia y uno de los mayores del mundo. En sus 6.000 m² se pueden observar más de 4.000 especies marinas que conviven en un total de 30 acuarios distintos. Además, el Museo de Arte, el Museo Etnográfico y el Museo de Historia de Sochi son sitios excelentes para informarse y continuar aprendiendo sobre la ciudad. No se vayan de Sochi sin comer “jachapuri”, un pan relleno de queso de origen georgiano; “shashlik”, la sabrosa brocheta de 40


carnes diferentes asadas y marinadas, elaborada con trozos de cebollas, tomates y pimientos, algunos de cuyos condimentos varían según la zona en la que se la solicite; y la “jarchó”, una deliciosa sopa con carne, arroz, verduras y una gran cantidad de hierbas aromáticas picadas finas. Son parte de la gastronomía tradicional que comparte esta zona de Rusia con Georgia, y que no tiene tanta presencia entre los lugares exclusivos del distrito Tsentralny. Tampoco en hoteles como los que conocimos durante nuestra estadía en la ciudad. El alojamiento elegido fue el Hotel Denart, de 3 estrellas, ubicado en el número 16 de la calle Pereulok Gorkogo. Después de descartar el modesto hóstel Kristina Guest Room por su ubicación intrincada, le pedimos a Nikolai, chofer del tránsfer que vino a buscarnos a la estación central de tren procedentes de Rostov del Don, que nos consiguiera un lugar confortable para organizar nuestra ajetreada agenda de trabajo. Nikolai, joven solícito de unos 25 años al que no le quedó más remedio que soportar el hostigamiento y carencia de educación de un taxista alterado de esos que sienten que los turistas en la zona son de su propiedad privada, gestionó con gran diligencia vía telefónica una suite sumamente confortable con un balcón panorámico orientado al Mar Negro. La fortuna de llegar en el momento justo al lugar indicado nos permitió dar con una oferta por demás seductora. 160 dólares por dos noches de hospedaje en una habitación que habitualmente tiene un costo de 180 dólares la noche. Y 120 rublos (2 dólares) por cada bebida consumida en el frigobar. Todo de agradecer. También fue extraordinario el trato que nos dispensó Evguenia, recepcionista titular del hotel. El Denart, muy recomendable, se encuentra a pocas calles del centro neurálgico de Sochi y su situación geográfica permite acceder con facilidad a los lugares que hay que conocer y visitar, sobre todo cuando no se dispone de mucho tiempo. Este hotel, si bien ofrece un desayuno aceptable, no puede compararse con el nivel ofrecido por el Solís Sochi Hotel & Suites donde el COL aloja a los corresponsales de la prensa internacional en Rusia invitados a los tours exclusivos para comunicadores rumbo al Mundial de 2018. 41


El Solís se encuentra ubicado entre las montañas, a algo más de una hora de trayecto en automóvil desde el centro de la ciudad, en una ubicación óptima para todos los amantes del esquí, que en Sochi disponen de varios kilómetros de pistas para despuntar el vicio. La longitud de la más grande en la región de Krásnaia Poliana es de 4,1 kilómetros. En el último invierno sucedió un fenómeno inédito. Una corriente de aire muy fuerte procedente del Sahara transportó arena del desierto y tiñó de naranja la nieve en Sochi. También hay saltos y lugares para hacer esquí de fondo, con aire tibio y húmedo que sube desde el mar, así como grandes nevadas que dejan los caminos cubiertos de nieve en polvo. A muchos deportistas amateurs avezados les gusta aumentar su grado de autoestima cubriendo el recorrido de una pista llamada “Descenso olímpico masculino de más de 1.600 metros”. La ciudad actualmente efectúa un seguimiento constante de nuevas edificaciones y extrema las medidas de sanción para las que violen el uso del suelo y vulneren regulaciones de la legislación rusa acerca de levantar viviendas en zonas de protección sanitaria o explotación minera. Las construcciones que se descubren en infracción, son demolidas. En otro orden, durante la primavera también se efectúa un control exhaustivo en el tránsito de las rutas de montaña, frenando el paso en algunos puntos superiores a los 2.500 metros de altura por el peligro latente de alúdes. La población estable de Sochi es de 411.524 habitantes. Dos han sido muy célebres en el ámbito de deporte. Uno es el extenista Evgueni Aleksándrovich Káfelnikov (Sochi, Rusia, 18 de febrero de 1974), número 4 del mundo en el circuito ATP en marzo de 1998, y fundador de la prestigiosa escuela que lleva su nombre. Y la también tenista María Yúrievna Sharápova (Niagan, Siberia, Unión Soviética, 19 de abril de 1987), ex número 1 del mundo en el ránking de la WTA, criada en Sochi desde que tenia 3 años. Sharapova fue discípula del propio Kafélnikov y después de convertirse en jugadora profesional bajo su tutela, alcanzó la gloria de convertirse en la mejor jugadora del planeta durante varios momentos en el transcurso de años diferentes. Sumando todas las ocasiones en las que lo logró en 2005, 2007, 2008 y 2012 completó 21 semanas en el tope del ránking de la Women's Tennis 42


Association. Es la décimoquinta tenista de la historia que más tiempo se ha mantenido en la cima. Aquí fue un placer observar las alternativas de la final de la Copa de Fútbol de Rusia 2017 entre el Lokomotiv de Moscú y el Ural de Ekaterimburgo en ese recinto hermoso que es el Estadio Olímpico Fisht, cuya estética recuerda a primera vista la forma de un armadillo con el lomo abierto y corredizo. La organización resultó extraordinaria e incluso mejoró un punto en la Copa de las Confederaciones, aunque las fuerzas del orden deberán esmerarse para evitar aglomeraciones e intentos de intrusión del público en el terreno de juego como el que sucedió en el final de aquel partido. Hay algunos datos sobre Sochi que siempre se deben tener en cuenta si uno planifica viajar aquí. El primero y primordial es saber, sin importar la época del año en que se decida visitar esta ciudad distante 1.620 kilómetros de Moscú, que su capacidad hotelera suele encontrarse cubierta siempre en un 77% de la ocupación disponible. Esto se traduce en la dificultad que existe habitualmente para encontrar alojamiento. En segundo lugar, resulta importante tomar como referencia que si se desea tomar un taxi desde el centro hasta el Parque Olímpico en el distrito Adler, hay que pagar por lo menos 1.000 rublos (alrededor de 17 dólares). En tercer lugar, revisar la agenda de espectáculos en la ciudad siempre resulta más que interesante. Sochi promedia algo más de 200 propuestas culturales de muy alto nivel por año, lo cual aumenta su atractivo para el visitante.

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Rostov del Don Al sur de Rusia, donde el clima se templa entre mediados de abril y la primera quincena de octubre incluida, florecen los tulipanes y campos extensos de girasoles fotogénicos saludan al visitante. El carácter de la gente se revela bonachón y el tráfico se confiesa anarquista. Cualquier exceso de precaución se vuelve necesario después de observar cómo una abuela dobla en una esquina al volante de su viejo Lada viniendo desde una avenida, sin detenerse, metiendo un rebaje en la caja de cambios como lo haría Daniil Viacheslávovich 'Torpedo' Kvyat (Ufá, Baskortostán, Rusia, 26 de abril de 1994) a bordo de su Ferrari. Rostov dista 1.074 kilómetros de Moscú. Su escenografía en la ribera del Don que conecta con el centro de la ciudad recuerda cómo se ve el barrio de Triana en Sevilla desde la orilla del Guadalquivir. Si Sochi tiene el sello de Niza y la fragancia de la Costa Azul en algunos de sus paisajes, Rostov podría encuadrarse dentro de una Andalucía rusa. Acá residen 1.125.299 personas y de aquí hay que llevarse como recuerdo un paseo en barco por el Don saboreando un plato de ensalada césar con camarones y una cerveza fresca mientras el disc jockey satisface la respuesta a la pregunta “¿qué música desea escuchar?”. En las mejores embarcaciones el guía presenta la ciudad desde el agua y cuando finaliza su participación se convierte en un fotógrafo y relacionista que comercializa las imágenes tomadas a la gente, después de introducirlas en un envase de acrílico para protegerlas del tiempo y la suciedad. En pocos minutos ha convertido el momento en un precioso imán para la heladera. Es otro lindo recuerdo y el viaje por Rusia es una sucesión de ellos. El costo del pasaje para gozar de este periplo en barco es de 290 rumblos por persona (5 dólares), sin contar el resto de servicios. Nuestro agradecimiento a Dima y su esposa Ekaterina, joven matrimonio que mientras paseaba junto su pequeño Bratislav, de apenas 8 meses, nos orientó sobre qué barco elegir y nos ayudó a sacar los boletos para disfrutar del viaje. Los rusos son siempre muy solidarios. Les gusta ayudar a quien lo necesita, y eso es algo para destacar. Otro ejemplo. Tuvimos problemas para llegar al restaurante en el 44


cual teníamos una entrevista concertada con el futbolista internacional ecuatoriano Christian Noboa, a quien debíamos encontrar una hora después del partido nocturno en que el FC Rostov venció (1-0) al Amkar Perm por la 26ª jornada de la Premier Liga rusa 2016-17. Pero una mujer que había ido a ver el partido junto a su hijo pequeño, después de permanecer esperando el autobús sin éxito, ya que la línea había cortado el servicio debido al juego, compartió con nosotros el taxi que debía llevarla hasta su domicilio, y nos dejó en la puerta del Restaurante New York pasadas las 22.30 horas haciendo gala de su gentileza, para que llegáramos a tiempo a nuestra cita. Es cierto, en Moscú o San Petersburgo es impensable que algo así suceda en la calle. Pero el don de gentes de los rusos queda demostrado sobre todo en las ciudades más pequeñas cada vez que alguien necesita colaboración. No miden esfuerzos. No dudan. Ayudan. Christian Fernando Noboa Tello (Guayaquil, Provincia del Guayas, Ecuador; 9 de abril de 1985), nos contó que si bien con su esposa Olga Romanova habían querido radicarse en Rostov del Don cuando él pasó a jugar en el equipo sureño, desistieron de mudar la familia por las dificultades para encontrar aquí un colegio primario que tuviera la misma calidad que las universidades, las escuelas de tecnicatura y los institutos de enseñanza terciaria. Por tal razón, cuando charlamos con él, el talentoso mediapunta ecuatoriano residía solo en Rostov y aprovechaba algún que otro fin de semana o momento puntual de descanso en su actividad profesional para viajar a Kazán -de donde es natural su esposa-, a fin de reencontrarse con su familia. Jugando ahora en Kazán cedido por Zenit de San Petersburgo, está frente a la posibilidad de encontrar lo que tanto buscaron con Olga en Rostov y no hallaron antes. La vida cotidiana de Noboa resulta curiosa. Con sus hijos Christian Lucas y Christopher Diego habla en español. Con su esposa Olga, con quien se casó en 2010, en ruso. Desde 2007 viene jugando en la Premier Liga rusa, con un breve paréntesis entre enero y junio de 2015, cuando lo hizo en el PAOK de Salónica griego. La exquisita carne rib eye a la que nos invitó no llegó a ser tan sabrosa como la 45


conversación que compartimos. Un placer departir con él. Rostov, cuya cosecha de trigo en los últimos años creció tanto que ayudó a Rusia a liderar el ránking internacional de países exportadores de este producto, se recorre facilmente en tranvía, colectivo o “marshrutka” (combi en la que viajan 20 pasajeros sentados y unos pocos de pie en el espacio restante en el medio del vehículo). La marshrutka es un medio popular de transporte público en Rusia, y el precio del boleto es el mismo que si uno viaja en autobús (20 o 25 rublos dependiendo del recorrido de cada línea).

Como sucede por ejemplo en Volgogrado, el estadio mundialista está ubicado muy cerca de la orilla de un río. El Rostov Arena, coliseo local capaz de recibir alrededor de 45.000 espectadores durante cada juego, se encuentra casi al lado de la playa del Don, en un lugar privilegiado. Un año antes de la Copa del Mundo al lugar le faltaba aseo y el proceso de curación que trae consigo el Mundial. Ahora, la zona boscosa cerca de la ribera, y la extensión generosa de area en la orilla se van a transformar en un punto de reunión tradicional para los rostovitas y los turistas futboleros.

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Es un pueblo dicharachero. Llama la atención la desinhibición de los hombres cuando intentan conquistar a las mujeres en plena calle y a la luz del día. Más allá de que Rostov del Don tiene fama de tener las mujeres más bellas de Rusia y que por eso las chicas de aquí acostumbran a ganar concursos de belleza a nivel nacional, como ocurrió en 2003 con Victoria Lopyreva -la embajadora del Mundial-, al ser elegida Miss Rusia, se percibe un comportamiento social más abierto. Diferente del que se ve en otras ciudades o regiones. Se nota hasta en la forma de comunicar de un taxista modesto y diligente como Robert, quien nos lleva hasta la Catedral de la Virgen de la Natividad, templo levantado por tercera vez en 1997 tras ser diseñado por Konstantín Ton, prestigioso arquitecto de la Rusia imperial. Con sus cúpulas doradas y una lujosa decoración interior, caracterizada por la presencia de oro e íconos extraños, pasó a ocupar el lugar emblemático que antes ostentaba la Catedral de Alexander Nevski hasta que fue demolida en 1908. El conductor no habría tenido ningún drama si le hubiéramos pedido que nos dedicara su día de trabajo más allá de la dificultad siempre presente del idioma. Su guía resultó adecuada para llegar a las inmediaciones del Rostov Arena a completar nuestro trabajo. El carácter de la gente aquí, sin lugar a duda, parece propio de otros países del Este europeo. Y eso que Rostov del Don tiene una historia harto sufrida. Arrasada por las fuerzas de ocupación alemanas en 1941 y 1942 durante la Segunda Guerra Mundial, esta es actualmente una de las diez ciudades rusas con mejor calidad de vida en 2017, según se desprende del resultado de una encuesta de alcance nacional realizada por la revista Russki Reporter. Luego, si bien aún es notorio un gran retraso en la modernización edilicia incluso en el centro de la ciudad, Rostov ha experimentado un constante crecimiento económico en los últimos años y va rumbo a convertirse en un importante polo industrial, sede de varias empresas importantes. Una de ellas es ACELab, líder mundial en la creación de tecnología y herramientas para la recuperación y restauración de soportes diseñados para almacenar datos digitales. La formación y el asesoramiento que le brinda esta empresa al 47


ingeniero Adrián Francisconi, le permitió a este profesional argentino nacido en Mendoza, lograr al frente de RecuperoDatos.com, su compañía, rescatar después de sufrir un inconveniente logístico la información que contenían el disco duro de un terabyte y una micro tarjeta de memoria SD que habíamos empleado para almacenar todo el contenido audiovisual generado durante nuestro viaje por Rusia. La escala en Rostov del Don nos condujo a momentos inesperados. Como la oportunidad de dialogar con inmigrantes sudamericanos en el Parque Gorodskoy (pronúnciese Gáradsjae), o Gorky. En este caso, una pareja de ecuatorianos que interpreta en público un repertorio de música tradicional de su país, y que llama la atención de la gente local con su atuendo y plumajes indios. Solicitaron y obtuvieron el permiso para poder vender sus discos además de artesanías a 100 metros de uno de los accesos principales al Parque, y ya incorporados al lugar interactúan con naturalidad. Hace meses que llegaron y cuentan que les es posible mantenerse gracias a la ayuda de una amiga que les provee una habitación para poder descansar y les facilita la posibilidad de conseguir alimento. Son nómades. Su música y sus ganas de vivir aventuras les llevaron hasta Siberia después de haber pasado antes por España, Francia, Georgia, Armenia, y tras sumar una singladura peculiar a través de varios países balcánicos. Rostov del Don se muestra extrovertida e inclusiva. Sensación que se ratifica, por ejemplo, al descubrir el éxito del Restorán Cuba Libre, que exhibe una gigantografía del Ché Guevara en su fachada y una galería de fotos que muestra al rosarino junto a Fidel Castro, Camilo Cienfuegos y Juan Almeida, líderes de La Revolución de 1959 en aquel país. En una comarca habitada por escitas primero y cosacos después, Rostov del Don (no se confundan con Rostov Veliki, ciudad más pequeña), fue fundada en 1749. Creció al amparo de la compraventa de carbón, la fundición del hierro, la fabricación de bombas y calderas de vapor un siglo después, y luego el comercio y la exportación de trigo y madera. 27.000 judíos y civiles soviéticos fueron masacrados aquí por las milicias alemanas entre el 11 y el 12 de agosto de 1942, en un sitio llamado Zmievskaya Balka (Barranco de las serpientes), en el que se levantó una escultura 48


gigantesca en conmemoración a las víctimas. El monumento “Rostovchanka” a La Mujer, muy cerca del puente Voroshilovsky, obra del escultor Anatoli Sknarin, es otro de los principales puntos de interés de la ciudad en la que Mijaíl Shólojov, el único escritor del realismo socialista tradicional que obtuvo el premio Nobel de la literatura en 1965 (con el permiso oficial de las autoridades soviéticas), basó su obra maestra 'El Don apacible'. Una novela que celebra la vida cosaca en los tiempos de la Primera Guerra Mundial en 1914, la Revolución de 1917 y la Guerra Civil, que apareció por entregas y en cuatro libros entre 1928 y 1940. Luego, siempre es agradable recorrer la calle Bolshaya Sadóvaya, en cuya esquina con el callejón Khalturinsky se halla la mansión de la famosa actriz Margarita Chernova construida en 1899. También es lindo transitar la Avenida Púshkinskaya, repleta de abetos, abedules y lilas, con sus casonas de finales del siglo XIX y principios del XX. Desde 1885, la antigua Kuznetskaya recibe el nombre del famoso poeta ruso Aleksandr Pushkin, quien gustaba de visitar Rostov del Don asiduamente. En el centro de la ciudad, las esferas de acero forjado representan historias de la vida del poeta y escenas de su novela 'Evgeny Oneguin'. También resulta encantador toparse con la Fuente de los Atlantes, preciosa y restaurada tras la Segunda Guerra Mundial, que engalana la Plaza del Teatro Estatal. Hay que visitar con tiempo el gran zoológico de la ciudad, el Mercado Central, antiguo bazar de Rostov repleto de puestos cubiertos al aire libre que funciona ininterrumpidamente desde el siglo XVIII con miles de visitantes, donde se pueden hacer compras economizando, así como el Delfinario. Otra de las atracciones de Rostov del Don es la famosa piscina natural en el interior de los muros de los Almacenes de Cereales abandonados en el siglo XIX, que fueron propiedad del famoso comerciante Paramonov. Cayeron en decadencia y en desuso durante el periodo soviético y en la actualidad son considerados patrimonio nacional. Cabe la posibilidad de que este complejo sea convertido en un hotel balneario con un novedoso centro de arte moderno en sus entrañas.

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Y sus museos. El regional de Bellas Artes, que exhibe art nouveau de finales del siglo XIX y en el que los maestros rusos Aivazovski, Repin, holandeses y flamencos como Rubens, e italianos como Piranesi, atrapan a los admiradores de ese eclecticismo que escapa de cualquier encasillamiento. El de Historia Local, con sus objetos prehistóricos, antigüedades de las colonias griegas, dioramas sobre la fauna de Rostov y una gran dedicatoria a la historia de los cosacos del Don, entre otras cosas. El de Pasillos con mosaicos, creado en 1970 en donde se asiste, por ejemplo, a la obra del artista Yuri Labintsev. O el del Ferrocarril al Aire Libre, que narra la historia de los trenes rusos y su evolución desde las locomotoras de vapor de la época prerrevolucionaria, hasta los modelos militares y soviéticos, pasando por los eléctricos modernos que esperan que el visitante recorra sus vagones y, si gusta, se siente en la cabina del conductor. La historia de Rostov del Don es tan rica que resulta enormemente injusto que la ciudad sea destacada mediáticamente o relacionada e manera habitual con el hecho de haber sido el escenario de los crímenes horribles de Andréi Chikatilo, el mayor asesino en serie de la historia de Rusia. Apodado 'El Carnicero' o 'El Destripador de Rostov' por la saña con que cercenó la vida de 53 personas -niños, niñas, adolescentes y adultos de ambos sexos- entre 1978 y 1992, cometiendo incluso actos de canibalismo. Chikatilo fue ejecutado el 14 de febrero de 1994 de un tiro en la nuca en la prisión de Rostov del Don, tiempo después de haber confesado sus atrocidades. Un evento que despierta gran interés en la región al punto de convocar a miles de turistas es la Bizon Track Show, carrera de tractores que en junio de 2018 celebrará su 15ta edición. En un recorrido de 12 kilómetros, las máquinas aceleran hasta los 70 kilómetros por hora, el máximo de su potencia, y sus conductores protagonizan maniobras de alto riesgo que incluso llegan a ser prodigiosas en pos de mantener el control de cada vehículo. Desde 2013 se multiplica y asciende la afluencia de público extranjero. Víktor Demídov, representante de la empresa organizadora de la 50


carrera, informa a los medios de comunicación locales que espectadores procedentes de Estados Unidos, Francia, España, Holanda y Brasil ya son habitués en esta competencia en la que la salud de cada conductor está asegurada hasta un importe de 30.000 dólares debido al riesgo que entraña la posibilidad de que ocurran accidentes. Puerto de cinco mares, Rostov del Don es el epicentro industrial, científico y cultural del sur del país, al que se llega desde Moscú a través de la autopista M4, en tren desde las estaciones Kazanski, Paveletski o Kurki, y en avión desde los aeropuertos Sheremetievo, Vnukovo y Domodedovo. Se sitúa al costado del Río Don, a 65 kilómetros de su desembocadura al Mar de Azov y se ha ganado ser considerada una ciudad universitaria cosmopolita por recibir anualmente a decenas de estudiantes procedentes de diveras partes del mundo en sus más de 300 centros de enseñanza municipales y privados. El comercio minorista crece de manera constante. Esto se puede comprobar hasta en los “stolovaya” (puestos de comida) del Parque Gorky al cual ya nos hemos referido antes, uno de los lugares predilectos que eligen los habitantes de la ciudad para pasear. Abierto las 24 horas, con su Planetario y su observatorio astronómico al que también se entra por Bolshaya Sadovaya, y que cuenta hasta con un parque de atracciones en su interior para que disfruten grandes y chicos. Para recomendar ampliamente, el alojamiento en el cual nos hospedamos en esta ciudad. Se trata del Maxi House Hóstel, ubicado sobre la calle Sotsialisticheskaya al 131. Un lugar limpio, con habitaciones confortables, sala de ocio, y un servicio de lavandería con un precio más que accesible de 50 rublos a razón de cada bolsón de ropa que uno deja para lavar. La ubicación del lugar es también ideal. A dos calles nada más de la Plaza de los Soviets y las oficinas del Gobierno, y a menos de diez del mirador de la calle Beregovaya, casi pegado al 'Monumento a los Guardias Fronterizos de Todas las Generaciones', desde donde se accede a fabulosas vistas de la ciudad en horas del atardecer, con el estadio Rostov Arena del otro lado del Río Don. 51


Saransk En la capital de la región finougriana de Mordovia viven 314.789 personas. Es la ciudad rusa más pequeña de todas las que albergan la Copa del Mundo de 2018. Aún está fresco el discurso de Vladímir Putin, presidente ruso, aquí, durante el Festival de Culturas Nacionales en junio de 2007. “Es especialmente necesario mantener la identidad de todo pueblo. Cada pueblo, cada etnia por muy pequeña que sea debe sentir que Rusia es su casa y que no tiene ni tendrá otra, y en esto reside la base del desarrollo progresivo de nuestro país”, enfatizó, antes de cerrar su alocución con un vivaz “¡Shumbrat (viva) la comunidad ugrofinesa!”. Tras ese encuentro, Saransk, donde reside una amplia comunidad de mordovianos y tártaros, fue incluida como anfitriona de la Copa del Mundo por su ubicación geográfica, la red vial que la comunica con las otras diez sedes, y el avanzado plan de reestructuración en el que se encuentra inmersa desde hace precisamente una década. Fundada el 19 de junio de 1641, Saransk se volvió popular en el ámbito mediático internacional cuando Gérard Depardieu (68), famoso actor francés con recordados roles protagónicos en Les Fugitifs, Camille Claudel, Cyrano de Bergerac, 1492; La conquista del paraíso, El hombre de la máscara de hierro, Les Miserables, y un largo etcétera, se radicó en ella en 2013 y tramitó la nacionalidad rusa. Esto, espoleado por el impuesto que había decidido incorporar François Hollande, expresidente de Francia, en 2012 en el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) a quienes ingresaran anualmente más de 1 millón de euros. Depardieu anunció en 2014 su intención de convertirse en empresario de la zona (ya lo era en Francia y Bélgica con un celler (una bodega), restaurantes, un hotel bread & breakfast y hasta un aeropuerto privado) abriendo un restorán en Moscú, otro aquí, y también un centro artístico. Sin embargo, comenzó recién el 1 abril de 2016 desde otro ramo, la producción vitivinícola, tras recibir la licencia como propietario de 10 variedades de vinos de la Bodega Legenda Kryma (Leyendas de Crimea). Además, el 27 de agosto de ese mismo año inauguró en Saransk el Centro Cultural que lleva su nombre. 52


La urbe debe su nombre al río Saranka Insar, confluente con el Volga, y se encuentra a 646 kilómetros de Moscú. En el Mordovia Arena (45.000 espectadores), donde han trabajado 1.200 personas por día en turnos rotativos para terminarlo en noviembre pasado, se disputarán cuatro partidos de la fase de grupos del Mundial. Se erige con sus tribunas desmontables cerca del centro. En la periferia se han levantado los barrios “Tavla” y “Jubilee” con edificios de departamentos y una estética modernista. La ciudad, una de las tres más limpias de Rusia junto a Volgogrado y San Petesburgo según reveló un estudio medioambiental encargado por el Ministerio ruso de Recursos Naturales en 2013, cuenta también con una nueva terminal en su aeropuerto destinada a todo tipo de vuelos. Hasta ahora, el destino sólo se relacionaba con Moscú. Vladimir Speranski, vicepresidente de la empresa encargada de los trabajos, exhibe su orgullo por haber creado “la primera terminal temporal de Rusia”. Por su parte, Alexei Merkuchin, ministro de Programas especiales de la República de Mordovia, cuando le recordaron lo ocurrido en Brasil después del Mundial 2014 aseguró que “no queremos construir nada de forma excesiva, sino cosas que la gente pueda utilizar después. La idea es evitar estructuras gigantescas en ruinas producto del desuso”. Todo es accesible en pocos minutos en Saransk, como lo será el Fan Fest del Mundial que se inaugurará el próximo 12 de junio cerca del río Saranka. Y la ciudad se ha beneficiado también de la voluntad política por reforzar la región. El Ayuntamiento que preside Petr Tultaev ha aumentado el número de trolebuses y, entre otras cosas, también el parque de ambulancias. En cuanto a la capacidad hotelera, Merkuchin fue claro a mediados de 2017. “Sabemos cuántos hoteles nuevos necesitamos. Se trata de dos nuevos hoteles Mercure 4 estrellas de 115 habitaciones, y el Sheraton 5 estrellas. Los demás serán renovados. Saransk es y seguirá siendo la sede que menos ha gastado para la organización de la Copa del Mundo”, afirmó. La principal metrópoli de Mordovia se había mostrado, hasta mediados de 2017, muy escasa de opciones en este apartado. Entre las soluciones creativas diseñadas para hospedar primero a miles de aficionados durante el Mundial, y luego a los propios 53


mordvinos que busquen su primera vivienda, las autoridades optaron por construir inmuebles que tras la competición serán reconvertidos en residencias universitarias, o albergues sociales. El ayuntamiento de Saransk no ha querido hacer público la inversión económica destinada a los preparativos para el Mundial, aunque algunas fuentes mencionan que el Mordovia Arena, cuyo nombre será puesto en venta tras la Copa del Mundo para generar nuevos ingresos, costó alrededor de 267 millones de euros. La reconstrucción del aeropuerto se estimó en unos 32 millones de euros, de los que 11 se desprendieron del presupuesto federal ruso. En febrero de 2017, las primeras informaciones sobre el gasto total autorizado por la Federación de Rusia para el Mundial, aseguraban que se habían invertido 10.000 millones de euros (11.940 millones de dólares, aproximádamente). Las actividades comerciales de la ciudad que creció a partir de la Fortaleza Saranskii Ostrozhek, son variadas. Incluyen la producción de cables eléctricos, productos químicos, telas decorativas, productos alimenticios, construcción de maquinaria y metalurgia. Saransk tiene también dos centrales térmicas, con lo cual jamás tiene problemas de abastecimiento eléctrico.

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En la ciudad se encuentra también una de las sedes más importantes de Anheuser-Busch InBev, fábrica multinacional que produce cervezas de marca global como Budweiser, Corona Extra, Stella Artois y Beck's, además de 200 marcas locales entre las que se encuentran la brasileña Brahma, la argentina Quilmes, las uruguayas Norteña y Patricia, la boliviana Paceña, Bud Light, Skol, Klinskoye, Sibirskaya, Chernigivske, Pilsen, y las mexicanas Negra Modelo y Modelo Especial, entre otras. Precisamente, el 8 de julio de 2017 se firmó un acuerdo entre la República de Mordovia y esta fábrica multinacional de cerveza cuya central en Saransk se llama 'SUN InBev', para apoyar y aumentar el desarrollo del programa agroindustrial “Cebada inteligente” en la región. La compañía se comprometió a comprarle a los agricultores mordvinos más de 40 mil toneladas de cebada de malta al año. Este programa se inició en 2014 en Saransk, y el acuerdo para relanzarlo fue firmado por Vladímir Volkov, primer ministro de Mordovia, y Dmitry Shpakov, presidente de AB InBev en Rusia. Volkov destacó que “la ejecución del programa va a mejorar el rendimiento de sustitución de importaciones en la agricultura y la economía de Mordovia, además de estimular la producción local de cebada cervecera”. Mientras tanto, los productores galardonaron a 'SUN InBev' por su contribución al desarrollo pujante de la economía regional. Este es otro de los ejemplos de respaldo a la actividad industrial local por parte del gobierno. En cuanto a la gastronomía regional, más allá de las habituales sopas rusas y el pescado, el plato tradicional más conocido es la “pata de oso”, que en la actualidad se puede saborear casi exclusivamente en lugares como el elegante Restorán Mordovskoye Podvorye con vista al río Saranka, pues ahora se elabora más con carne de ternera o de cerdo mezclada con huevos y especias, luego recubierta con cuadrados de pan frito con manteca. Alquilar un apartamento de 85 metros cuadrados aquí puede costar entre 12 y 15.000 rublos mensuales (entre 4.200 y 5.300 pesos argentinos, aproximadamente). Saransk, elegida la ciudad más confortable de Rusia en 2011, es famosa por la calidad de sus espectáculos y la maestría de sus actores. ¿Una recomendación? Su teatro de marionetas. 55


En cuanto a la propuesta cultural, recomendamos adentrarse en la obra del sobresaliente escultor Stepán Dmítrievich Nefiódov (Alátyr, 27 de octubre de 1876-Moscú, 24 de noviembre de 1959), también conocido como Stepán (o Stéfan) Erzia, con cuyo nombre fue bautizado el Museo de Bellas Artes. Hay varios museos importantes más. El Museo Memorial de la Fuerza Militar y Laboral entre 1941 y 1945. El Museo Nacional de la Cultura Mordoviana. El Museo Republicano. El Museo Alexander Polezhayev. El Museo de Mineralogía de la Universidad Estatal de Moscú. Y el Museo Interactivo Central de Historia y Educación Patriótica para Niños y Jóvenes. En cuanto a la formación y desarrollo, la Universidad del Estado 'Nikolay Platonovich Ogarev' de Mordovia, fundada el 1 de octubre de 1931, es uno de los mayores centros de Educación Superior, Ciencia y Cultura de la Federación Rusa. Su área de investigación ofrece a los solicitantes más de 200 programas educativos de pregrado, especialidad, residencia y estudios de postgrado en una amplia gama de áreas de humanidades, naturales y técnicos, de ingeniería y de perfil médico. Tiene 11 facultades, 7 institutos, 2 filiales, 29 edificios educativos, y 14 residencias de grupos que son el hogar de más de 5.000 personas. Su plantel científico y pedagógico incluye a 1.400 personas, y la universidad inscribe a más de 20.000 estudiantes, de los cuales el 6% son extranjeros procedentes de 55 países. Estudian a tiempo completo o parcial, y suelen complementar su formación con empleos por la tarde, como Eugene Pyanzov, joven de 22 años que al hablar bien en inglés fue contratado para trabajar en el equipo del Comité Organizador Local como guía y asesor de la prensa extranjera. La capital de Mordovia ha diseñado un sistema de orientación y formación profesional a partir del nivel medio superior de enseñanza hasta finalizar el ciclo universitario, para que los jóvenes talentos descarten tener como prioridad marcharse a ciudades más grandes y piensen su futuro aquí. Ya desde edades tempranas se intenta estimular y reforzar la identidad local desde las actividades pensadas para niños en “Kvantorium”, parque industrial republicano 56


en el que los más pequeños pueden poner en práctica los conocimientos adquiridos en la escuela, en los colegios y universidades, y probar su formación direccionados a vincularse más adelante a las empresas industriales de la región. El propio Vladímir Volkov ha subrayado la importancia de esta iniciativa. Saransk también se va a ver beneficiada por la realización del Mundial de fútbol de 2018, según las estimaciones oficiales. 'Vedomosti', diario moscovita especializado en economía, publicó en 2011 una información basada en la proyección del Comité Organizador Local de la Copa del Mundo, en la que aseguró que Rusia iba a aumentar su PIB (Producto Bruto Interno) en 527 mil millones de rublos. Esto es, más de 8.380 millones de dólares. El reportaje informativo basaba sus datos en que el evento deportivo había de permitir la creación en el país de 810.000 puestos de trabajo, y que los presupuestos de todos los niveles recibirían una inyección equivalente a casi 1.615 millones de dólares adicionales en impuestos. Rusia alcanzó el derecho a celebrar el Mundial 2018 el 2 de diciembre de 2010, al imponerse en la votación final a Inglaterra y las candidaturas conjuntas de España con Portugal y Bélgica junto a Holanda. Vladímir Volkov indicó a fines de julio en diálogo con el diario 'BezFormata' durante su visita a PlyTerra, la fábrica principal exportadora de madera contrachapada en Rusia, que “las cosas que se han construido con el objetivo de celebrar el Mundial de fútbol mejorarán de manera significativa la infraestructura social en Saransk”. Y agregó que “las carreteras nuevas, los pasos elevados, la renovación del transporte público, de viviendas e infraestructura comunitaria, los nuevos dormitorios, el complejo de nuevas instalaciones en el aeropuerto, los hoteles, algunos de los cuales después del evento ingresarán en la categoría de vivienda para nuestros ciudadanos, las estaciones de ferrocarril y los autobuses modernizados; todo servirá durante muchos años a nuestros residentes en Mordovia”. El gobernante definió que “todo esto va a ser la gran herencia del campeonato hacia nuestra ciudadanía”. Una población que está al tanto a través de los medios de comunicación, del sistema de seguridad y de las maniobras sobre las que se entrena la policía local para prevenir posibles disturbios 57


durante la Copa del Mundo. de las prácticas antiterroristas que están efectuando desde marzo de 2017 las fuerzas militares en la base de operaciones de Mordovia. Son marcadas las diferencias cuando se observa el costo de vida que requiere residir en Saransk y se intenta una comparación con el que busca hacerlo en una metrópoli rusa. El salario promedio en 2016 en esta ciudad para la gente que trabaja tanto en las empresas grandes como en las medianas, era de unos 24.000 rublos, esto es, 388 dólares (es decir, unos 9.700 pesos argentinos). La cantidad se vio incrementada respecto a 2015 en un 2,6%, e idéntica subida registró en 2017. ¿El efecto post Mundial 2018 generará un aumento más suculento de cara a 2019? Nada hace prever que suceda algo así en un lapso corto, aunque la tranquilidad de que aquí no exista inflación en los precios, le permite a la ciudadanía organizarse y planificar mejor. Fijarse en los precios de las viviendas nuevas también es esclarecedor para comprender los contrastes y vislumbrar más razones por las que resulta tan desigual vivir en una u otra ciudad. Por ejemplo, comprar un departamento de 80 metros cuadrados en un barrio popular en las afueras de Moscú puede salir por 10,2 millones de rublos, es decir, unos 165.000 dólares. Mientras tanto, hacer lo propio en un barrio promedio en Saransk requiere unos 2,7 millones de rublos, poco más de 43.700 dólares al cambio. Saransk no es el lugar más económico para vivir en Rusia. Si buscan ese sitio para efectuar una inversión, ese es Magnitogorsk, ciudad ubicada 517 kilómetros al sur de Ekaterimburgo, en el Oblast (la región) de Cheliábinsk. Allí, muy cerca de los Urales, comprar un departamento de las dimensiones descritas cuesta algo más de 1,52 millón de rublos, o sea, 24.600 dólares aproximadamente. Mientras tanto, comprar una propiedad en San Petersburgo, sin que se hable para ello de un barrio top, puede oscilar en los 6,5 millones de rublos (algo así como 105.100 dólares); y hacerlo en Sochi, donde habrá que pensar en un desembolso de 6,18 millones de rublos, significará que se deban rebasar los 100.000 dólares para adquirirla.

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De todos modos, los visitantes durante el Mundial, más que comprar, buscan alquilar apartamento, si es que no deciden pernoctar en hoteles o hóstels. En cualquier caso, el gobierno de Mordovia ha tratado de involucrarse para ayudar a los propietarios que quieren rentar propiedades a huéspedes. Por esa razón, hace tiempo que tiene listo un memorando con las frases más importantes para que la ciudadanía local pueda comunicarse de la mejor manera con los visitantes foráneos. Tatiana Karaseva, Directora de la Administración de la Vivienda, trabaja en este asunto porque “la gente tiene miedo a la confusión y quiere saber cómo hacer un contrato con los extranjeros”. En una entrevista concedida al diario Mordov Media, Karaseva explicó que “los propietarios que deseen hacer operaciones durante la Copa del Mundo tendrán que informar de sus ingresos al Ayuntamiento”. Y agregó que “estamos trabajando con agencias inmobiliarias de cara a esta posibilidad, aunque no todas quieren adentrarse en este tipo de transacción. Alquilar el apartamento, o habitaciones a los aficionados que nos visiten puede ser una solución para mucha gente, pero no deja de ser una opción estrictamente voluntaria. El trabajo de asesoramiento que hacemos desde la Administración de la Vivienda, en cualquier caso, debe continuar de forma activa”. En otro orden, para los extranjeros que se alojen en Saransk durante el Mundial para seguir las aventuras de sus respectivas selecciones, será muy interesante y seguramente conmovedor acercarse el próximo 22 de junio a la ceremonia del Día del Luto y la Memoria en la Plaza de la Victoria, donde se recordará, como sucede cada año, el aniversario del comienzo de la Gran Guerra Patria. En 2018 se cumplen 77 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Se garantiza una tranquilidad total para que se lleve a cabo esta jornada habitual en la ciudad, ya que en Saransk los partidos por la fase de grupos del Mundial se van a disputar los días 16, 19, 25 y 28 de junio.

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Kazán El Hóstel Kirovskiy no se encuentra en un barrio atrayente ni mucho menos. Está a un costado de la Avenida Klary Tsetkin. Cuando Alexandr, nuestro remisero, toca el timbre, nadie atiende. En Rusia, a muchos de estos lugares de alojamiento los une una característica común. La informalidad de sus dueños o locatarios. Hasta el conductor del tránsfer se sorprende, aún cuando pensaba que su capacidad de asombro estaba agotada. Hizo esfuerzos desde que salió del aeropuerto para encender una charla futbolera sobre la que uno no alimentaba entusiasmo a causa del cansancio por el maratónico viaje en avión Irkutsk-Moscú-Kazán, y quiere dar por finalizado su trabajo lo antes posible. Según nos dice, porque quiere evitar que su esposa le eche en cara su tardanza, como acostumbra a hacerlo. 'Sasha' (al entrar en confianza nos comentó que a los Alexandr les dicen así; a las Marya, 'Masha'; y a las Darya, 'Dasha'), ahora no alcanza a comprender dos cosas. Que una pareja de viajeros que llega desde tan lejos se decida a rentar una habitación en un lugar semejante en vez de hacerlo en un hotel con todas las comodidades. Y, por supuesto, que no haya alguien que nos reciba el día en el que habíamos anunciado nuestro arribo. Le explicamos que se nos acabó el presupuesto y que aún nos quedan ciudades por visitar en el periplo. Y, sobre todo, que somos periodistas independientes. Un suspiro, una mueca y un leve movimiento ladeando la cabeza. Su primera pregunta ha obtenido una respuesta que le satisface. Cualquiera que se hubiera fijado en sus ojos habría visto que hasta sentía algo de lástima por nosotros. Con 'Sasha' estamos parados al lado de la puerta de uno de cinco grandes bloques de apartamentos con forma de colmena. Al citado hóstel, cuya ubicación hay que adivinar porque no hay cartel alguno que acredite su existencia, se lo supone en la planta baja del número 34. Enfrente, en diagonal, a la derecha, se abre la Avenida Admiralteyskaya. Un poco más allá está el almacen de barrio Vavilon. Alexandr vuelve a probar con su teléfono celular al número que publicita el hóstel en internet, y por fin le responden. Está desesperado, pero no quiere abandonarnos a nuestra suerte. A 'Sasha' le han dicho que en diez minutos nos vienen a abrir. Es 60


una mujer quien le ha atendido. Quiere quedarse tranquilo de que estaremos bien. Se arma de paciencia y llama a su esposa para comunicarle que está algo retrasado. Después nos dice que le ha contado nuestra historia, y que ella no lo puede creer. “¡¿De Argentina, vienen de Siberia, están en Kazán, y en medio de la calle porque no les abren?!”. Alexandr, con quien hemos subido de nuevo a su coche para esperar a la encargada del hóstel, porque fuera está fresco, se da la vuelta y nos saca una foto para mandársela a su esposa vía WhatsApp. “Son ellos”. La mujer aún debe estar riéndose junto a 'Sasha' cada vez que recuerdan la historia arrellanados en el sofá de su casa. Por fin llega un auto y estaciona frente a nosotros. Es azul metalizado. A simple vista parece un modelo de finales de los 90s. Con suerte, del primer lustro de los 2000. Del espejo interior del conductor cuelga un cartelito con la leyenda “I love sex” (“amo tener sexo”) con letras rosadas y un corazón del mismo color. Del coche baja una mujer delgada y llamativa. Serpentea más que camina. Su cabello es lacio y rubio, aunque no de origen porque se vislumbran raíces de color negro. 'Sasha' la saluda respetuosamente, nos desea la mejor de las suertes, y se marcha con nuestra foto en su celular para acaso contarle a alguno de sus amigos que algunos de los compatriotas de Messi y Maradona son demasiado audaces. La rubia se llama Alyona (pronúnciese “Aluona”). No habla ni pizca de inglés, y parece ser la dueña del lugar. Un apartamento bajo con dos ambientes, que a esta hora de la tarde nadie ocupa, pero que por la noche tal vez esté colmado. Se supone por los pares de botas que hay en el mueble recibidor de la entrada. La costumbre en Rusia es quitarse el calzado cuando se entra en una casa o hóstel, así el lugar no se vea de lo más limpio. Pero no seremos nosotros quienes intentemos cambiar las normas. “Cuando en Rusia te dicen no, es no”. Siempre hay que recordar estas palabras. Alyona nos comenta que debemos pagarle las noches que hemos reservado, pero que si finalmente nos marchamos una antes, como pensamos por una cuestión de fuerza mayor relacionada con la agenda que tenemos y la escasez en la oferta de trenes, ella nos devolverá el importe de la que descartemos. 900 rublos (unos 15 dólares), que nos reintegrará al momento de irnos. Nos da dos 61


llaves, nos indica dónde queda cada cosa y nos explica, siempre a través del traductor online de la empresa Yandex, cómo manejarnos en la ciudad. Lo primero que le pedimos, de todos modos, es que nos llame un taxi porque debemos reunirnos con la directora de prensa y comunicación del COL en Kazán, Nina Narykova, en las oficinas del Kazán Arena, estadio del Mundial en el que es local el Rubin FC de esta ciudad. Alyona nos avisa que tenemos el coche en la puerta. Es de Uber. Ella nos dice que es un servicio confiable, que lo utiliza todo el mundo aquí, y que es más barato que un taxi común. El chofer tampoco habla inglés, pero ya sabe a dónde nos tiene que llevar. De repente se han levantado ráfagas imponentes de viento, se ha nublado y llueve demasiado. Un cambio repentino de clima que por fortuna nos encuentra abrigados y preparados para la ocasión, por más que trabajar bajo el agua sea siempre un gran incordio. Llegamos al Kazán Arena y hay que grabar exteriores, aunque preferimos hacerlo en el interior. Fuera del estadio, un vendaval nos hace saber que puede llevarse puesto el trípode cuando quiera. Tras conocer el estadio, los vestuarios, las comodidades, las oficinas, las ampliaciones de la zona VIP y el palco oficial, además del enorme sauna hidromasaje del exequipo de Alejandro 'Chori' Domínguez, quien fuera delantero de River Plate y Cristian Ansaldi, entre otros sudamericanos, decidimos marcharnos. Un ejecutivo relacionado con el gobierno local, cuyo nombre se pronuncia Timur Olegovich, quien se encuentra en el club por un asunto referido a la Copa del Mundo, se presenta como “Tim” y se ofrece a llevarnos hasta el centro en un taxi. Otro gesto de solidaridad increíble en el otro extremo del mundo, de esos que tan bien nos hablarán siempre del pueblo ruso. Esta vez, muy celebrado porque el clima, más que inestable es impiadoso. Después de sacar los boletos de tren para viajar a Saransk, es el momento de hacer un primer contacto visual con el Kremlin de Kazán, la Mezquita musulmana de Qol Särif -uno de los edificios más emblemáticos y fascinantes de Rusia-, y con el precioso casco antiguo enmarcado por el Volga y divisable desde el río Kazanka. Un proverbio ruso reza “no es posible entender a Rusia, hay que amarla”. Y valga el cielo que uno se enamora de ella cuando es 62


abrazado por el esplendor de sus creaciones. O envuelto por el aroma de sus misterios. Los búlgaros del Volga fundaron Kazán en 1005, ciudad que hechiza. Ha perfeccionado su poder de hipnosis desde entonces, y acostumbra a dejar perplejos a sus visitantes. La Mezquita de Qol Särif. Sus salones interiores. Su réplica en miniatura tallada en cristal y joyas. El Kremlin, ciudadela tártara histórica que se levantó sobre las ruinas del antiguo castillo de los Kanes por exigencia de Iván 'El Terrible', declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en noviembre de 2000. La fortaleza incluye en su interior la Catedral de la Anunciación, con sus 5 ábsides y 6 pilares, que data de mediados del siglo XVI. La Torre Siuyumbiké, antigua mezquita, que como la Torre de Pisa en Italia reclama atención por su inclinación. La Torre Spasskaya, como entrada principal desde el sur. Mientras tanto, en el microdistrito Staroye Arakchino se encuentra el Templo de todas las Religiones, que espera la visita del lector. Desde este lugar se observa la unión de los ríos, y los puntos más altos de la ciudad. Pero es la Mezquita de Qol Särif el más seductor. Original del siglo XVI, debe su nombre al estadista e imán Qol Särif, quien enseñó en el lugar y falleció junto a sus discípulos y estudiantes al intentar defender Kazán durante 7 semanas del asedio del Zar Iván 'El 63


Terrible' en agosto de 1552. Fue derribada a cañonazos y reconstruida después de finalizarse la restauración del Fuerte, que había comenzado en 1556. Al nuevo edificio pasó a protegerlo un muro de piedra, ya no de madera. Años más tarde, la Mezquita estuvo sometida a un proceso de refacción que comenzó en 1996, y fue reinaugurada el 24 de julio de 2005 en el comienzo de los festejos por el milenio de Kazán. El templo puede recibir hasta a 6.000 fieles y a cientos de creyentes de distintas religiones se adentran a diario en su interior para ser testigos de tanta hermosura arquitectónica. Aún siendo recién la octava ciudad más poblada del país (viven aquí 1.231.878 habitantes), Kazán es una referencia en Rusia cuando se habla de ciencia, educación, cultura, investigación, arquitectura y deportes. Entre 1445 y 1552 fue la capital del Khanat (Kanato) de Kazán. Tras la conquista de Ivan 'El Terrible' pasó a ser el centro cristiano de los países del Volga, hasta convertirse durante los siguientes 150 años en la puerta de entrada a Rusia por el Este. Durante el reinado de Pedro 'El Grande' en 1708, la ciudad se transformó en el corazón de la provincia de Kazán, y conservó su estatuto durante más de 200 años. Desde hace nueve décadas es la capital de la región de Tatarstán. Un consejo. Cuando finalicen su visita en el Kremlin de Kazán y deseen marcharse, tengan cuidado con tomar un taxi de los que están apostados pegados a la entrada principal en el lado sur. Hagan todo con tiempo y no se dejen ganar por el apuro. Más de un conductor suele aprovecharse y cobrar lo que le viene en gana. Entonces cuando el turista reacciona, ya es tarde. En Kazán y cerca de ella también hay otro tipo de obras de gran magnitud. Como el puente más largo de Rusia, que conduce a la frontera con Kazajistán en la carretera R239, a la altura de la aldea de Sorochyi Gory. Se construyó entre 1992 y 2002 y mide 14 kilómetros. Pasa por encima del río Kama, y si no fuera por esta construcción, habría que continuar esperando al invierno para cruzar de un lado al otro del río, ya que eso antes era posible sólo cuando sus aguas se congelaban. Y siempre con vehículos livianos. Si hablamos de obras, también está contemplada una magnífica 64


que ha de finalizar en 2022. Se trata de las vías adaptadas para el ferrocarril de alta velocidad que unirá Kazán a Moscú. Está previsto que los trenes que las recorran alcancen una velocidad promedio de 220 kilómetros por hora, lo que reducirá de forma ostensible el tiempo que se emplee en viajar los 770 kilómetros que separan ambas metrópolis. Si hasta ahora se tarda 14 horas en el tren común para llegar a destino en condiciones normales, esta variante del Sapsan va a cubrir el trayecto en 3 horas y media. Es una oferta seductora incluso para quienes gustan de viajar en coche. Al elegir esta opción, de paso colaborarán para seguir reduciendo la estadística de accidentes fatales de tráfico, que en el primer semestre de 2017, en comparación con los primeros 6 meses de 2016, ya había registrado un descenso del 12%. La celebración anual de “Nardugan”, una tradición pagana milenaria en la que se festeja el solsticio de invierno, aumenta el flujo turístico hacia Kazán. Basándose en el antiguo calendario tártaro, el sol cumple años el 22 de diciembre, momento en que los días comienzan a ser más largos. La fiesta transcurre durante una semana y se celebra el despertar de la naturaleza y el triunfo de la vida. Los ciudadanos locales hornean pasteles, juegan a adivinar el futuro utilizando anillos (cabe recordar que los rusos son muy supersticiosos), y representan obras de teatro. Es tradicional en los hogares que los adultos y los niños se disfracen y visiten las casas de sus vecinos, socializando con bailes y canciones, tocando la armónica y deseándole a la gente salud, riqueza y felicidad. Respecto a la gastronomía tártara, en Kazán hay 5 platos que hay que probar. Kystyby, echpochmak, kaklagan kaz (oca curada), ZurBelish con oca y talkysh kaleve. Los kystyby se parecen a unas tortillas de trigo tiernas y rellenas en forma de media luna, como las empanadas. Se terminan de cocer en una sartén y se doran con mantequilla derretida. Gachas de avena o puré de papa es lo que se utiliza para rellenarlas y son sabrosas y suaves. El echpochmak o “triángulo” tiene la apariencia de un pastelito, aunque consiste en masa fermentada rellena de carne (de ternera y pato o cordero y oca), cebolla y papa cortada en cubos, todo cerrado en forma piramidal y cocido al horno. La clave es lograr que 65


la masa quede esponjosa y el triángulo crujiente. Se trata de una comida suculenta que sale más gustosa cuando se agrega una gota de caldo o un poco de manteca al relleno para potenciar el sabor. El kaklagan kaz (oca curada) representa un símbolo de Tatarstán equivalente, por ejemplo, al jamón en España. Dieta sana que se consume con mijo, cebada y remolacha azucarera. El procedimiento de curación es antiguo. Las ocas se destripan, se cubren de sal, se envuelven en un trapo o desecho de ropa rugoso, y se dejan colgando durante tres o cuatro meses a cubierto, resguardadas del sol y el viento. La carne toma un color rojo oscuro como el del jamón y el sabor se torna delicado y salado. Si el belish con oca es también una empanada, pero más pequeña, el zur-belish es una enorme que se cocina para agasajar a los familiares en celebraciones importantes o para huéspedes en situaciones especiales. Circular y cerrada, de tamaño y forma como el del fondo de una olla sopera, se cuece durante dos horas en el horno con la carne y los menudos de oca, junto con papa y cebolla. En cuanto al talkysh kaleve, es uno de los dulces tártaros más sabrosos y difíciles de preparar. Presentados en forma piramidal también, su receta original es turca. Una mezcla acaramelada de miel y azúcar se extiende sobre masa caliente hasta formar hilos blancos frágiles. A esa especie de tela que se forma se la espolvorea con manteca derretida y harina para que los filamentos no se peguen entre ellos, y así se forman unos deliciosos conos en miniatura. Kazán va a ser una de las ciudades “sensación” durante el Mundial, como lo fue en la pasada Copa de las Confederaciones. La ciudad que en 1708 tenía una población de 40.000 personas, se desarrolló hasta alcanzar su carácter fundamental actual en la economía rusa. Su crecimiento es constante y en línea ascendente. En 1758 abrió su primera escuela provincial para niños de clase media alta. En 1760 implementó un plan de desarrollo urbano diseñado para sus calles. En 1771 otorgó la licencia para abrir dos escuelas religiosas musulmanas, y poco después la tercera, en una urbe cuyos habitantes eran en un 10% tártaros. En 1780 se produjo la revuelta del cosaco Yemelyan Pugachov, quien desafió el centralismo de Moscú y se constituyó en el primer revolucionario. 66


En 1791 Kazán conoció su primer teatro permanentemente abierto. Su primera universidad data de 1804. En 1859 la población había trepado a 60.600 habitantes, que en 1886 socializaban con el mundo a través de las líneas telefónicas internacionales. Una década después finalizó la construcción del primer puente orientado al transporte ferroviario regular entre Kazan y Moscú. En 1897 Kazan pasó a ser una de las cinco ciudades más grandes de Rusia, con una población de 130.000 habitantes, de los cuales el 22% ya eran tártaros. En aquel año comenzó a popularizarse el uso del gas y las farolas eléctricas. En 1899 nació el primer tranvía eléctrico. 88 iglesias y 13 mezquitas engalanaban Kazán en 1900. Casi 20 años después, en 1918, la población de la ciudad era ya de 206.000 habitantes. Al año siguiente abrió el centro administrativo de la República Socialista Soviética Autónoma Tártara. En 1939 ya había 398.000 residentes y la ciudad continuaba creciendo. Entre 1941 y 1945 Kazán se transformó en un importante centro de fabricación de tanques y aviones militares. En 1959 son ya 667.000 habitantes, y en 1989, 1.094.400. La cultura tártara experimentó un relanzamiento en 1991 tras la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En 2000 se aceleró el proceso de renovación urbana de la ciudad, que incluyó la construcción de un sistema de Metró (subterráneo), con 11 estaciones, en el cual se viaja con la tarjeta integrada de transporte. En 2002 la población superó el 1.153.000 de habitantes, de los cuales el 42% es tártaro, el 50%, ruso y algo más del 1% son chuvasios. 16 años después, Kazán, consciente de su importancia para el país, ha colocado sobre la mesa sus acuerdos de Estado con Moscú para revisar los términos y, según el decir de algunos de sus políticos, “para que se contemplen mejoras” sobre ciertas cuestiones de índole económico.

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Nizhni Nóvgorod Cuna del escritor Alexéi Maximóvich Peshkov (Nizhni Novgorod, 1868 - Moscú, 1936), a quien el mundo conoce por su seudónimo, “Maxim Gorki”, Nizhni Nóvgorod creció a partir de 1817 como una especie de aduana comercial con Asia merced a la Feria “Nizhegoródskaya Yármarka”. 200 años después se ha constituido en la quinta ciudad más poblada de Rusia con 1.264.075 habitantes, y en una de las más importantes del país. Llamada Gorki entre 1932 y 1990 en honor al escritor, Nizhni Nóvgorod se exhibe desde su Kremlin bella y elegante a orillas del Volga. Su teleférico de 80 metros de alto, el de recorrido más largo en Europa, cubre una distancia de 3,66 kilómetros en 13 minutos de viaje. Tiene 28 cabinas y conecta Nizhni con la localidad vecina de Bor, al otro lado del río, en donde diversas fábricas, entre ellas una muy importante de vidrio, dan trabajo a miles de personas. Todo, muy cerca de donde se encuentra el Sports Center Borsky, centro especial de alto rendimiento que utilizará la selección de Uruguay como base el tiempo que dure su participación en la Copa del Mundo. Nizhni Nóvgorod tiene su propia red de Metró, inaugurada en 1985, con 3 líneas y 14 estaciones. Un servicio que va a cubrir la

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necesidad de desplazarse de las miles de personas que arriben a la metrópoli con motivo del Mundial. Todas podrán moverse por Nizhni a precio popular con la “Transportnaya Karta”. La tarjeta local para utilizar de forma íntegra los medios públicos de transporte en esta urbe. Respecto a la preparación del estadio, Dmitry Cbatkovskiy, gobernador de la región, se enorgullece de la decisión de haber elegido una tecnología para elaborar y plantar el césped que aumentará su resistencia al desgaste y reducirá a la mínima expresión el riesgo de lesión al que se expongan los jugadores. “Para garantizar la calidad de la hierba, enviamos pruebas adicionales a un laboratorio especializado de Escocia por la gran tradición que hay allí en la formación de céspedes de calidad, adecuados para soportar las más duras condiciones del clima”, reveló a la Agencia Tass. Nizhni Nóvgorod es una de las ciudades hasta las que llega el tren de alta velocidad Sapsan, bautizado así en honor al halcón peregrino, el pájaro más veloz del planeta. Con una velocidad máxima de 250 kms/h, recorre los 417 kilómetros de distancia que la separan de Moscú, en 3 horas y 55 minutos. Y el precio del boleto por persona va de los 30 a los 330 dólares, según el nivel de confort elegido. Que fuera fundada en 1221 por el Gran Príncipe Yuri Vsevolodovich a metros de donde confluyen los ríos Oká (pronúnciese Ajá en ruso) y Volga, habla de la rica historia de esta ciudad en la que nació el primer héroe nacional ruso. Kuzmá Minin, próspero comerciante de carne, elegido por el movimiento patriótico popular para liderar junto al príncipe Dmitri Pozharski de Moscú la resistencia contra la invasión polaca en la guerra librada por Rusia con aquel país entre 1605 y 1618. La estatua que recuerda a ambos en la lucha se encuentra a metros de la Catedral de San Basilio, en una ubicación central de la Plaza Roja de Moscú. En Nizhni Nóvgorod el lugar más concurrido es el Kremlin, en cuyo interior se encuentran el Museo Militar con su arsenal, y el Museo de Arte Estatal. Se construyó como fortaleza militar al iniciarse el siglo XVI, como sucedió con el resto de los que habitan cada ciudad. Tiene las mismas dimensiones que el de Moscú (2.045 69


metros), y lo diseñó el mismo arquitecto italiano. Hoy es un museo en el que se organizan excursiones, tours y actividades con elementos teatrales o videojuegos de aventura. En la calle Rozhdestvenskaia, una de las vías centrales de Nizhni, se conservan casas de madera construidas entre los siglos XVIII y XIX. Cerca, en la calle Semashko al 19 se halla el Museo Estatal Literario de Gorki cuya colección contiene miles de objetos. La historia de Maxim Gorki (“Máximo Amargo” en español) en sus primeros años de vida, es de sufrimiento a raíz de la muerte de su padre acaecida cuando tenía sólo 4 años. Debió trasladarse a la casa de su abuelo y creció en el ambiente lúgubre que le indujo a elegir el seudónimo con el que se hizo célebre. Así lo reflejó en 'Mi infancia', la primera obra autobiográfica de su trilogía, desde la que se confirmó como escritor autodidacta partiendo de su expresión “aprende de todos sin imitar a nadie”, que décadas más tarde se transformó en un lema de popularidad singular. La relación de Nizhni Nóvgorod con Gorki es tan fuerte, que la memoria del autor se torna omnipresente en parques y miradores. En el centro de la ciudad es muy recomendable el paseo por la peatonal Bolshaia Pokrovskaia, extensa y ancha, para luego adentrarse en la galería de arte 'Kladovka' dónde tienen lugar los conciertos, talleres, actividades festivas, espectáculos de teatros locales y exposiciones de las obras de los pintores de Nizhni Nóvgorod. Los cafés donde se puede escuchar música en directo y shows de jazz, por ejemplo, son de visita obligada. Nos encontramos en Nizhni Nóvgorod una nutrida carta de propuestas culturales, además de bellezas naturales como el Lago Svetloiar, de 33 metros de profundidad, con el que se vincula la leyenda de Kitezh, la “Atlántida Rusa”. Ciudad que se hundió en el siglo XIII. Conocer el bosque Ichalkovski es una excelente excusa para una gran excursión a las afueras de la ciudad. A 170 kilómetros de Nizhni Nóvogorod se encuentran más de mil cuevas, rocas, cráteres y grutas, además de lagos escondidos. Otra visita puede involucrar al pueblo Bolshoe Boldino, a 230 kilómetros, donde se levantó el museo vedado de Pushkin. En aquel sitio estaba la finca que fue propiedad de la familia del poeta durante varios siglos. Mientras tanto, en Gorodéts, ciudad antigua situada a algo más de 60 70


kilómetros de Nizhni Nóvgorod, casi sobre el río Volga, está el complejo turístico del Museo “Ciudad de artesanos” con una exposición de objetos dedicados a la pintura, bordado, juguetes, grabado de madera, industria de melindre y el arte alfarero. En esta sede se disputarán 6 partidos. 4 por la fase de grupos, 1 de octavos de final y 1 de cuartos de final. Y un buen lugar para pernoctar durante la estancia en la ciudad puede ser el Nizhniy Hóstel, en el número 13 de la céntrica calle Alekseevskaya. Una ubicación estratégica excelente para estar cerca de los lugares más importantes de Nizhni Nóvgorod. Situado a menos de diez calles del Kremlin, este hóstel es amplio, muy limpio, se aísla del ruido al estar en un recoveco alto, sobre un pasaje contiguo a la transitada vía, y ofrece un buen servicio de atención al cliente, con gente joven, cuidadosa y profesional, aunque deben saber que está prohibido ingerir alimentos o beber en sus habitaciones. Es norma del lugar cobrar una garantía o seguro, que es devuelto en el momento de hacer el check out. A unos 18 minutos de coche, tomando la M7 y luego el desvío de la Avenida Gagarina, a metros del Centro Comercial Gagarinskiy, se encuentra el apartamento en el que fuera encerrado durante 6 años Andréi Dmítrievich Sájarov (Moscú, 21 de mayo de 1921 - 14 de diciembre de 1989), célebre físico nuclear soviético, socialista y activista por los derechos humanos y las libertades, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1975. También se puede llegar a este barrio del extrarradio de Nizhni Nóvgorod tomando la marshrutka de la línea 4. Sájarov fue obligado a exliliarse en esa vivienda bajo control exhaustivo del KGB (Komitet gosudarstvennoy bezopasnosti, “Comité para la Seguridad del Estado”) tras exponer sus ideas antimilitaristas y después de haberse opuesto a la participación soviética en la Guerra de Afganistán iniciada en 1978. Paradoja del destino, el científico que había marcado el camino para el desarrollo de la bomba atómica, terminó renegando de la utilización de las armas y se vio sometido a un exilio interior entre 1980 y 1986. En una morada humilde de Nizhni Novgorod en la que en 1984 también fue recluida su segunda esposa, la pacifista Elena Bonner (Merv, Turkmenistán, Unión Soviética, 15 de febrero de 1923 71


Boston, Massachusetts, Estados Unidos, 18 de junio de 2011), bajo la acusación de “activismo y propaganda antisoviética”. Después de la muerte de Sájarov, el lugar fue convertido en Museo Memorial. Una representación gráfica aquí revela cómo la agencia principal de inteligencia vigilaba a Sájarov, quien aseguraba que “en nuestro país es necesario el pluralismo político e ideológico, una economía mixta, la protección de los derechos humanos y la apertura de la sociedad”. El KGB tenía un piso frente al suyo, y una camioneta interceptaba señales de radio y cada movimiento suyo. Operativo al que se agregaban dos policías en la puerta del edificio las 24 horas. Un circuito cerrado de televisión tenía cámaras hasta en el baño, y si al hombre se le ocurría salir a la calle, le rodeaban agentes para que no pudiera socializar ni con una mascota. En los cuatro primeros años, a Sájarov, quien un día aconsejó a sus compatriotas “no confiemos más en los gobiernos de lo que ellos confían en su propia gente”, al principio sólo le visitaba su familia. Tiempo después, a causa del asedio de sus cancerberos, nadie. Durante su encierro escribió 800 páginas con sus memorias, que le fueron robadas. Algo que le ocurrió nuevamente cuando las escribió otra vez. Y las que fueron producto de su tercer intento fueron publicadas en 1991. La morada a la que Sájarov fue confinado ocupa unos 60 metros cuadrados. Tiene cocina, living, baño y dos dormitorios. En el salón hay un teléfono instalado por un agente del KGB el último día de su prisión domiciliaria, en diciembre de 1986. Apenas esta persona se lo conectó, sonó. Y cuando el científico contestó la llamada se encontró con la voz del presidente Mijaíl Gorbachov del otro lado de la línea, quien le comunicó su libertad. Mijaíl Serguéyevich Gorbachov (Stávropol, Unión Soviética, 2 de marzo de 1931), secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética desde 1985 hasta 1991 y Jefe de Estado de la propia Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas entre 1988 y 1991, fue quien propició la liberación de 30 disidentes en el marco de la Glásnost (“apertura” o “transparencia”) durante el período político reformista de la Perestroika (“reestructuración”), tras un decreto aprobado por el Soviet Supremo (Parlamento soviético) el 2 de febrero de 1987. Una medida que benefició a más de 150 presos políticos. La mayoría de ellos cumplía condena en los 72


campos 35, 36 y 37 de Perm (en la región de los Urales). Casi todo el resto, en Mordovia. En 1988 el Parlamento Europeo creó un Premio de Derechos Humanos a la “Libertad de Conciencia” que lleva el nombre de Andréi Sájarov y en cuya primera entrega fueron distinguidos Nelson Mandela, expresidente de Sudáfrica, entonces activista del movimiento antiapartheid contra la segregación racial y, a título póstumo, Anatoli Márchenko, disidente político soviético. “Niego cualquier efecto disuasorio significativo de la pena de muerte a los criminales potenciales. Creo lo contrario. La brutalidad engendra brutalidad”, indicaba Sájarov en sus comparecencias. En marzo de 1989 fue elegido diputado por la oposición para el nuevo Parlamento soviético. Nueve meses después, falleció en su apartamento de Moscú víctima de un infarto de miocardio. Conocer Nizhni Nóvgorod guiados por Andrey Sorvachev, miembro del staff principal del Comité Organizador Local del Mundial de Rusia 2018, resulta un lujo. Estar acompañados de profesionales como él, a quienes no se les escapa ni un solo detalle de la ciudad a la que representan, nos hace sentir muy afortunados. En el caso de Andrey, apenas llegamos a la ciudad en tren, procedentes de Saransk, se presentó con una planilla pormenorizada de actividades y visitas, una reseña para presentarlas, y el tiempo estimado para dedicarle a cada una de ellas. Desde el estadio de Nizhni Nóvgorod, hasta las instalaciones deportivas que ha preparado y remozado el gobierno local, pasando por cada rincón de la ciudad donde también nacieron dos mujeres que han alcanzado notoria fama en el mundo de la moda. Las muy bellas Natalia Vodiánova y Anna Vialítsyna. Nizhni Novgorod tiene 6 universidades y más de 200 instituciones de enseñanza, entre ellas 132 escuelas secundarias. En otro orden, 10 cines, entre ellos uno infantil, y otro en el que es posible ver películas con el audio original. También 95 bibliotecas, siendo la mayor la de Lenin con 4 millones de ediciones y 53.000 usuarios. Esta Biblioteca organiza diversas exposiciones y conferencias. Hay una biblioteca infantil que cumple un rol preponderante en la formación y educación de los más pequeños, y en la ciudad funciona además otra para personas no videntes. Facilitar la educación de sus ciudadanos, siempre ha sido prioridad para Rusia. 73


El Parque de Suiza con sus coquetas cafeterías. El zoológico. El parque de atracciones. El Museo Estatal Rukavishnikov, que recrea la vida en la época de los zares. El enorme circo clásico que abrió sus puertas en 2007. Las escapadas a la playa. El Museo de Arte Estatal Nizhegorodsky con su pinacoteca. El planetario, que se trasladó a una nueva sede en 2005 para ser renovado con la máxima sofisticación. Más la posibilidad de esquiar en las montañas durante el invierno. Todas son excelentes alternativas, tan diversas como atractivas, para pasar grandes momentos en Nizhni. Ciudad cuya máxima autoridad política es una mujer. Elizaveta Solonchenko, la presidenta de la Duma (Parlamento) local. En el Museo de Arte Estatal fundado en 1894 observará muchas de las mejores obras del arte ruso durante los siglos XIV a XX firmadas por los maestros Iván Shishkin, Víktor Vasnetsov, Iliá Repin, Vasili Súrikov y Vasili Kandinski, entre otros. Le darán ganas de fotografiar la Iglesia Stroganov construida en 1719 con donaciones de la legendaria dinastía comercial de los Stróganov, como también la iglesia de la Natividad de la Virgen, de estética barroca con cúpulas decoradas en múltiples colores y una decoración interior lujosa que incluye mármol, frescos e íconos acabados en oro. Si hablamos de obtener imágenes inolvidables de su viaje, capture la puesta de sol sobre el Volga desde la Escalera de Chkalov, un paseo ascendente de 560 escalones, que conecta el muelle de Nizhni Nóvgorod con el centro histórico de la ciudad. Luego, si le gusta la historia de los automóviles, no se pierda el Museo GAZ. Cuando lo vea comprenderá por qué a Nizhni Nóvgorod la llaman “la Detroit rusa”. Los automóviles más valiosos del periodo soviético entre los años 30 y 40, desde vehículos militares hasta el Chaika de siete plazas, se construyeron en esta ciudad y se exhiben aquí. Luego, la Casa de Kashirin, vivienda de madera del siglo XIX de los abuelos de Maxim Gorki, y donde vivió una gran parte de su infancia el autor de 'La vida de Klim Sanghin' (1927-1936), 'El negocio de los Artamonov' (1920), 'La ciudad Okurov' (1909-1910), 'La confesión' (1908), 'La Madre' (1907), 'Los bajos fondos' (1903), 'Los pequeños burgueses' (1902), 'Los tres' (1901), 'Tomas Gordéiev' (1899), 'Makar Chudra' (1892) y decenas de obras de teatro, entre ellas 'Chelkash' (1895), 'La canción del halcón' (1895), 74


'Konovalov' (1896) y 'Veintiséis hombres y una mujer' (1899). Su otra residencia, un apartamento urbano de principios del siglo XX que habitó en sus primeros años de fama, también funciona como museo y exhibe una colección de objetos personales y reliquias. Desde el nivel más alto del estadio de Nizhni Nóvgorod se alcanza a individualizar el sector en el que se encuentran los museos de Gorki y el resto de atractivos lugares a los que nos referimos. La vista desde allí, perpendicular a la Catedral de Alexander Nevski, es fabulosa. Con el Volga a la izquierda, el Oká, al frente, y el Centro Comercial Sedmoe Nebo y el Cinema Park, detrás. Para conseguir una entrada que permita asistir a cada juego de la Copa del Mundo en este coliseo con capacidad para algo más de 45.000 espectadores será necesario efectuar una inversión mínima aproximada de 105 dólares. Cabe destacar que para hacer lo propio de cara a la final del 15 de julio de 2018 en el estadio Luzhniki de Moscú, hay que pensar en un costo básico de 455 dólares. Nizhni Novgorod es la sede de 1.150 empresas. 25 plantas distribuyen energía eléctrica, gas y agua, y la contribución de la ciudad al producto interior bruto de Rusia es de un 25%, con 75


artículos fabricados aquí. La producción más importante es la de los vehículos y maquinaría, con casi un 60% del volumen de ventas de las empresas industriales urbanas en todo el país. En primer lugar está la construcción de automóviles. El 52% de los coches en Rusia, son fabricados en Nizhni. También en este gran polo nacional funciona una gran cantidad de empresas de carácter científico, con 20 institutos de investigación. Cada día, muchos artículos producidos en Nizhni Nóvgorod se exportan al mercado ruso e internacional, a destinos tales como la Comunidad de Estados Independientes (CEI), las exrepúblicas soviéticas, Europa, América, Asia, África, América Latina y Oriente Próximo. La ciudad espera que la Copa del Mundo de fútbol contribuya a su relanzamiento en el concierto internacional.

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Kaliningrado Fuera del continente ruso, entre Polonia y Lituania, pero perteneciente a Rusia al fin, se ubica la vieja Königsberg (que quiere decir “Montaña del rey” en alemán), antigua capital de Prusia, estado disuelto en 1947. En 1945, cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, fue anexada por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y rebautizada “Kaliningrado” en homenaje a Mijaíl Ivánovich Kalinin (Tver, 19 de noviembre de 1875-Moscú, 3 de junio de 1946), revolucionario de la facción bolchevique y expresidente del Soviet Supremo entre 1938 y 1946. La ciudad fue sometida a una limpieza étnica por parte de Iósif Stalin para borrar toda influencia alemana en la región, y se significó como un enclave fundamental para los intereses de la Unión Soviética por tener un puerto libre de hielo en todas las épocas del año. Mueven la economía de esta urbe fundada en 1255 por el Rey Otakar II de Bohemia, el petróleo, el turismo (sobre todo alemán), y el ámbar. Kaliningrado tiene una de las mayores reservas mundiales de esta resina fósil, y un museo precioso que aloja cientos de obras de arte realizadas con ella. Para venir desde San Petersburgo como lo hicimos nosotros, lo más rápido es el avión. El vuelo tiene una duración aproximada de 35 minutos. Para cubrir el trayecto en tren, como consecuencia de la topografía y de la dificultad añadida de tener que salir del país para volver a entrar, hacen falta 1 día, 1 hora y 4 minutos. Kaliningrado se encuentra a 1.259 kilómetros de Moscú, la capital. En nuestra aventura por Rusia pergeñamos un itinerario ágil de viaje que nos permitía recorridos intensos a diario. La contracara era disponer de muy pocas horas de descanso. Aunque cuando el nivel de adrenalina está alto, la necesidad de tener más horas de sueño pasa a ocupar un segundo plano. Nuestra base en Kaliningrado fue el In Like Hóstel, en el 17 de la calle Tikhaya. Con una habitación doble muy amplia en el primer piso, equipada con frigobar, algo inusual en este tipo de albergues. Orientado a la parte posterior del establecimiento, un gran ventanal 77


con vista limpia al bosque. Moqueta, confort... y ruido. Un nutrido grupo de niñas y adolescentes han copado la capacidad del lugar, probablemente en el marco del que será un fin de semana de convivencia auspiciado por su colegio. Suben. Cuchichean. Bajan. Ríen. Corretean. E ingresan 3 o 4 a la vez en cada uno de los dos baños con yacuzzi que hay por piso, a metros de nuestra alcoba. Las recepcionistas del lugar no cruzan la barrera de los 25 años. De hecho, sólo Tanya está a punto de cumplirlos. 'Gala' y 'Yenia' (se llaman Galina -que quiere decir “calma” en ruso- y Evgenia, pero les gusta hacerse llamar por la abreviatura de sus nombres), bordean el umbral de los 20. Aunque se hace complicado armar una conversación en inglés, Tanya tiene algo más de soltura con el idioma y no depende tanto de la app de traducción del celular. Ella es quien nos indica con una sonrisa que debemos pagar por adelantado el hospedaje porque a la hora en que partiremos rumbo a Rostov del Don no habrá nadie despierto. Para manejarnos con el transporte público son claves el GPS de Google Maps (no habernos perdido jamás en el país más grande del mundo, aún habiendo viajado hasta Asia, cuenta como una medalla particular), y las indicaciones de una alumna de escuela secundaria que nos encontramos esperando el colectivo junto a una amiga en la parada. Ella recibe enseñanza de idiomas y tiene un perfecto manejo del idioma inglés. Su amiga sólo habla ruso. La curiosa situación da una idea de algunas de las diferencias y posibilidades que se esconden dentro del sistema. Más adelante, en otra ciudad, nos explicarán que el asunto de no hablar en inglés tiene que ver con dos cosas. El desinterés y la aversión. El primero, por el antiguo convencimiento de que con hablar el idioma materno no había o no hay necesidad de saber más. Que así se hace país, además de reforzar el sello de identidad. La segunda, por el rechazo a todo lo que proceda del denominado imperialismo norteamericano, y a la necesidad por convicción de evitar la penetración de su cultura. ¿Exagerado? En el mundo globalizado actual, quizá sí. Acaso más por el hecho de que Rusia está a punto de recibir a millones de 78


personas en el marco de un evento planetario como es la Copa del Mundo de fútbol. Por eso se ha puesto en marcha un cambio que avanza de manera gradual y llevará tiempo. Rusia se exhibe ahora dispuesta a una apertura que durante el Mundial vivirá su eclosión definitiva. Pero el contexto define todo. Hoy es este. En los tiempos de la Guerra Fría, lo más normal era posicionarse y permanecer a la defensiva. Una vez subimos al autobús, al que se puede ascender desde cualquier puerta sin ningún inconveniente, no pagamos el boleto. Nos ubicamos en el asiento que elegimos o de pie en algún descanso, a la espera de que venga, en este caso, una señora sexagenaria de pelo negro corto, lacio, a cobrarnos los 20 rublos que cuesta el viaje individual (US$0,32), y a darnos un ticket que tiene la apariencia de los que entregaban los colectiveros argentinos hace treinta años atrás. Vamos rumbo al centro, pero miramos los pasajes y llegamos a la conclusión de que tal vez también se trate de un viaje a través del tiempo. El hóstel está a unas 5 calles de la parada donde abordamos el bus. En un barrio de viviendas bellas con estética sajona. Es el mediodía y en 20 minutos llegamos al centro, donde tenemos una reunión. Hemos quedado con Julia Kaltais en la sede del Comité Organizador Local. Una kaliningradense que aún siendo joven, aparenta tener menos edad. Delgada, de cabello rizado, mirada brillante y muy elegante en el vestir, rapidamente se muestra cálida en el trato al tiempo que manifiesta orgullo personal porque su ciudad haya sido elegida como una de las sedes de la próxima Copa del Mundo. Nos presenta a Alina, la rubia jefa de operaciones del grupo. Sus facciones la muestran más cercana al esterotipo ruso que a Julia, a quien a primera vista se la podría confundir con una chica austríaca o alemana. También a su compañero Artem, quien después de que todos le dediquemos cuarenta minutos y una ronda de preguntas y respuestas a la presentación muy elaborada en power point acerca de la ciudad, nos llevará al estadio mundialista. También al estadio más antiguo de Europa, el del Baltika, equipo de la ciudad, a cuya casa acudía Adolf Hitler para ofrecer mitines y presenciar espectáculos deportivos en los tiempos en que Kaliningrado era Königsberg, y el orgullo, alemán. 79


“Nosotros somos y nos sentimos plenamente rusos”, me dice Julia con una sonrisa mágica y un inglés perfecto. La escucho como se lo oiría a un adulto recién independizado y rebosante de autoestima, al que ampara el estado, lo que le permite tener dinero en el bolsillo y no deberle nada a ningún banco, y se siente tan capaz como deseoso de emprender nuevas aventuras. La que viene es fascinante. Para Julia y para todos sos conciudadanos. El Mundial colocará focos sobre sus cualidades y sus calidades, desconocidas por el gran público. Kaliningrado se encuentra ante la posibilidad enorme de proyectarse al mundo. Sin importar que su estadio sea el de menor aforo de la Copa (35.000 espectadores), ni el recelo internacional que infunde la potencia armamentística de la flota que anida en su puerto. La del Báltico es una de las cuatro flotas que componen la Armada de Rusia junto a las del Norte, el Pacífico y el Mar Negro. Stalin solicitó la anexión de la actual Kaliningrado en la Conferencia de Yalta posterior al final de la Segunda Guerra Mundial, señalando que la Unión Soviética necesitaba un puerto cuyas aguas no se congelaran en invierno. Y lo justificó manifestando que por lo menos así se compensaban, aunque fuera en una minúscula parte, la cantidad de pérdidas humanas sufridas por el país durante la Guerra. Como Prusia había sido tierra eslava hasta la llegada de los caballeros de la Orden Teutónica, su deseo le fue concedido.

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Al margen de ese ansia de controlar este área, alrededor de 20.000 hombres, casi 50 naves -entre ellas dos submarinos diesel, el 'Viborg' y el 'Dmitrov'-, un escuadrón de aviones y una división de helicópteros, integran la Flota del Báltico, que nació de aquel deseo satisfecho, y que tiene por misión proteger la economía de la zona, prevenir actividades ilegales como la piratería, y proveer defensas contra sabotajes. En tierra, el blindaje de la ciudad está asegurado con el sistema Islander-M. Dotado con cohetes que pueden alcanzar un objetivo a 500 kilómetros, y que puede movilizar incluso ojivas nucleares. Esto, más miles de misiles S-400 Triumf, las armas más sofisticadas en el ámbito de la defensa antiaérea. Kaliningrado será pequeña pero está armada hasta los dientes. Mientras tanto, en el centro neurálgico de la ciudad hay galerías, shoppings y una oferta gastronómica de calidad muy accesible en comparación con Argentina, donde acceder a ciertos menúes, aún tratándose de un país lleno de recursos, parece actualmente una cuestión reservada a la gente de dinero. Comer en Rusia resulta muy barato. También beber. Valga como ejemplo el precio de una botella de agua de 600 cc3 del frigobar del hóstel. Cuesta solamente 10 pesos argentinos (0,16 centavos de dólar). También moverse en taxi puede ser conveniente. Nunca en Moscú, pero sí en el resto de las ciudades rusas. Por ejemplo, viajar desde el Estadio de Kaliningrado hasta el Museo del Ámbar, una distancia de 6 kilómetros, en hora pico, tiene un precio de 136 rublos (US$2,20). Después de aterrizar en el aeropuerto de Kaliningrado, que ya tiene un mayor espacio físico y ofrece comodidades por encima del que fuera su estándar provincial, no se olvide de visitar los 5 lugares que le indicamos en el siguiente párrafo, además del estadio mundialista, la Casa de los Soviets y el Museo del Ámbar, del que Irina, su guía principal y Relaciones Públicas, le contará todos sus secretos. 1) La Catedral luterana de Königsberg, en donde han de asistir a uno de los conciertos gratuitos que brinda Evgueniy Abramenko, el organista más prestigioso del país. 2) La tumba de Immanuel Kant (Königsberg, Prusia, 22 de abril de 1724-12 de febrero de 1804), a ser posible acompañados del 81


filósofo Valentin Balanovskiy, biógrafo local del Maestro y profundo conocedor de su obra. 3) La Villa del Pescado, a la vera del río Pregolya, con sus cafés y restaurantes, sobre todo al atardecer. 4) El istmo y la laguna de Curlandia, junto a su costa virgen. 5) La Catedral de Cristo Salvador. La destreza sobresaliente de Abramenko a los mandos del órgano más grande de todo Rusia dulcifica los oídos y regala gozo al alma en sus dos conciertos diarios. Visualizar en el interior de la Catedral los efectos especiales que añaden el juego de luces y la coreografía de los ángeles mecanizados, convierte lo que se presuponía una simple experiencia acústica, en un momento celestial. Si en el paraíso hay un recital de música clásica, sonará parecido. La tumba de Kant y su porche al costado de la catedral luterana fueron los únicos lugares que se mantuvieron indemnes frente a los incesantes bombardeos británicos de la Royal Air Force durante la Segunda Guerra Mundial. Los lugareños creen que El Maestro del Humanismo es capaz de hacer milagros aún desde su descanso eterno y cada 22 de abril, la fecha en que nació, la gente acude a dejar flores sobre su lápida. Más allá de ello, la obra cumbre del último gran e influyente pensador de la modernidad es la “Crítica de la razón pura” (Kritik der reinen Vernunft), obra calificada como un punto de inflexión en la historia de la filosofía. Una vez que uno comienza a retirarse de La Catedral, encuentra puestos ambulantes. Algunos están armados de manera curiosa, como por ejemplo, aprovechando el interior de una de esas furgonetas setentosas de marca alemana parecidas a la de la serie de dibujos animados Scooby Doo. La gentileza de un vendedor dicharachero le lleva a obsequiarnos imanes de la ciudad con la figura de La Catedral tallada en ámbar, y el escudo original de Königsberg. La Villa del Pescado aparece tras dejar atrás La Catedral y después de cruzar el puente de los enamorados, en cuyos herrajes centenares de parejas dejaron colgados candados con promesas de amor eterno cuyo destino final es un misterio que se multiplica. Observar una puesta de sol primaveral desde este lugar, al lado del río, saboreando un café delicioso frente al atardecer de colores 82


rojizos y púrpuras, resulta otro momento inolvidable. Donde hoy se extiende una elegante costanera fluvial, antaño estaban los puestos de venta de pescado, por eso se conoce así al paseo. Pero de aquel tiempo no queda más que alguno amateur buscando con su caña un premio a su paciencia. El istmo de Curlandia es la lengua de tierra que une la península de Sambia, al noroeste de Kaliningrado, con la ciudad de Klaipeda, al norte de Lituania. La laguna natural que forma esta superficie tiene aquí sus costas vírgenes, y en el verano llegan muchos turistas alemanes para disfrutar de los momentos de sol y del masaje suave que ofrecen sus aguas. Un lugar para capturar imágenes bellísimas. En cuanto a la Catedral de Cristo Salvador, es otra gran obra arquitectónica proyectada por la Iglesia Ortodoxa Rusa, diseñada en este caso por el arquitecto Oleg Kopylov, y finalizada en septiembre de 2006. Su estructura recuerda a la de la Iglesia sobre la Sangre Derramada, en Ekaterimburgo. En menor medida, a la que lleva el mismo nombre en Moscú. A la hora de almorzar, un lugar muy recomendable es el restaurante 'Frau Fisher', en el 11A de la calle Shevchenko. Sí, la dirección se escribe igual que el apellido del goleador ucraniano más grande de todos los tiempos, Andriy Shevchenko, exjugador de Dinamo de Kiev, Milan y Chelsea. Multicampeón, y Balón de Oro en 2004. En Frau Fisher se especializan en la cocina alemana, los mariscos, sopas como la uja (sabrosa, de salmón rosado o bacalao con verduras, a la que se le suele colocar vodka en invierno), y gulash (un estofado con especias hecho con carne de res, cebollas, pimiento y pimentón, cuya receta se importó de Hungría). En este establecimiento nos encontramos con una pareja rusa natural de Vladivostok -ciudad muy cercana a la frontera rusa con China y Corea del Norte-, pero que buscando un clima más tolerable para su segundo hijo recién nacido, se fueron a vivir a Costa Rica durante un año. Con su cabello corto y un físico cincelado con pesas de gimnasio, ataviado con una campera de cuero auténtico, él aparenta tener unos 45 años y se ajusta a la descripción “metrosexual”. Ella, una atractiva rubia torneada por el fitness, de cuya figura brota la 83


palabra “sexy”, ronda los 40. Se muestran muy sociables y dicen que aprendieron a serlo en el país centroamericano. Nos han dirigido la palabra para recomendarnos que no mezclemos la cerveza y el vodka en la comida para evitar algún malestar estomacal. De todos modos, el frío y la humedad en el momento hicieron que no fuera mala idea ingerirlos cada uno a su tiempo para poder entrar en calor. El almuerzo se escurrió entre anécdotas, y recordando la guía extraordinaria de Valentin Balanovskiy en La Catedral. Fue este documentalista y biógrafo humanista de la Universidad de Immanuel Kant, quien nos introdujo en la obra del filósofo. Y fue él, por su amistad con Abramenko, quien le solicito que nos brindara un concierto privado para luego contarnos sus secretos. De regreso al hóstel para organizar las notas mientras preproducíamos el trabajo de la jornada siguiente, nos sorprenden golpeando levemente a la puerta de la habitación. Es un hombre al final de la treintena que se presenta como Vadim y es ucraniano. Galina, Tanya y Yenia le comentaron que habían llegado al hóstel unos argentinos, y se entusiasmó. Les pidió permiso para subir las escaleras y llamar a nuestra puerta y se lo concedieron porque le conocen. Hace changas en el barrio para los distintos albergues, y vive en uno de ellos, cerca del In Like. Vadim narra que vivió en Argentina durante 10 años pero regresó por los problemas de salud que aquejan a su madre, y se radicó en Kaliningrado. Su nivel de español es excelente y quería mantener una conversación en castellano para recordar los buenos viejos tiempos, algo que le está practicamente vedado en estas latitudes. El bueno de Vadim tiene un amigo en Puerto Madryn y otro en Quilmes con quienes se mantienen en contacto vía mail. Y dice que no puede ni quiere olvidar la época en la que trabajaba como vendedor en la calle Libertad, muy cerca del Obelisco, entre la Avenida Corrientes y la calle Lavalle. “Fui muy feliz allá”, nos contó con los ojos vidriosos. Un rato después, solos otra vez, mientras revisamos el material y esperamos por un par de bandejas de sushi que en cualquier momento llegarán por el servicio de delivery a la recepción del hóstel, procedentes de un local situado a unas nueve o diez calles 84


cuyos productos nos recomendaron por la relaciรณn calidad-precio, comprendemos que entre Rusia y Argentina hay mรกs puntos de conexiรณn de los que pensรกbamos en un principio.

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San Petersburgo El lanzamiento del Sapsan, tren de alta velocidad, fue el primer paso que dio la compañía Ferrocarriles Rusos para reestructurar sus servicios y brindar una mejor experiencia a los viajeros. Hoy en día el 'Halcón peregrino' cubre los 660 kilómetros de distancia que separan a Moscú de San Petersburgo en 4 horas y 10 minutos, pero en un futuro cercano, este tren eléctrico de la saga Velaro fabricado por Siemens Transportation Systems, alcanzará una velocidad de 400 kilómetros por hora. El horario sugerido para viajar desde la capital es antes de las 7 de la mañana. La mejor manera de poder aprovechar la jornada en la ciudad que amaba Catalina 'La Grande'. Aunque sus asientos no se reclinen, el confort que ofrece el Sapsan evita que uno llegue cansado a destino como sucedería si hiciéramos el trayecto en el tren común. Hay paisajes fascinantes para regocijo de la vista, como el que se divisa a ambos lados de la vía cuando el recorrido atraviesa el río Lama, a la altura del Parque Nacional Zavidovo. Cada vivienda en la campiña tiene un sombrero parecido. Techo a dos aguas, de carácter necesario y fundamental para evitar que se acumule la nieve en su parte alta durante la época de heladas mayores. El frío recrudece cuanto más se avanza hacia el norte, y el cielo deja atrás su color celeste liviano para tornarse de un gris blanquecino espeso. Miles de árboles pelados tapizan la estepa y se deja ver aún el rastro de nevadas recientes en algunos rellanos. El horizonte plomizo y sombrío que ofrecen los ventanales del Sapsan a ambos lados del tren, sugiere un café caliente. Nos dejamos llevar y solicitamos uno capuchino y otro negro, acompañados de dos sándwiches, uno de carne y otro de salmón ahumado. Intentamos engañar al estómago, que nos reclama no haber desayunado correctamente. Cada combo pequeño incluye un bombón de chocolate amargo delicioso marca “Rioba”. El pedido no es económico. Cuesta 790 rublos (13 dólares). Es lo que tiene consumir en uno de los tres trenes más modernos de Europa. En la estación de Moscú, dos cafés y un par de bollos dulces similares a las facturas argentinas nos habían costado casi 100 rublos menos. San Petersburgo luce europea. Rica, aunque no opulenta. Hay algo 86


de suciedad en varias esquinas céntricas y alguna que otra persona revisa los containers de la basura para detectar algún descarte aprovechable, sea alimento o artefacto. El clima para los próximos días nos avisa que será un lujo poder salir sin guantes a la calle. Y la fecha deja sin efecto la posibilidad de conocer el lujoso Palacio Peterhof, que abre sus puertas a finales de abril, después del invierno. Antes llamado Petrodvorést, el Peterhof se ubica a 29 kilómetros de la ciudad, muy cerca del Golfo de Finlandia. Fue residencia de los zares hasta la Revolución de 1917. Un año después le dieron carácter de museo y en el tiempo que duró la Gran Guerra Patria se alojaron allí tropas alemanas. Más de 8.000 piezas de decoración de los palacios y unas 50 estatuas alcanzaron a ser evacuadas antes de la llegada de los invasores. Los militares nazis destruyeron casi todo y hasta hace pocos años todavía se trabajaba en las restauración de algunas áreas. Ráfagas de viento, frío inquietante y una lluvia revoltosa saludan nuestra llegada al Coffee Hóstel, sito en el número 1 de la calle Razyezzhaya. Una excelente ubicación, estratégica para llegar caminando en menos de una hora a los salones del Museo Hermitage, ante el río Bolshaya Neva, frente a la Fortaleza de Pedro y Pablo. El lugar es acogedor. Se trata de habitaciones situadas en un segundo piso que da en la esquina a la Avenida Zagorodnyi. Una de las arterias principales de la metrópoli, que en la dirección contraria al centro conduce a la estación de Metró del Instituto Tecnológico. En esa parada de subte, tanto en un banco frente a las vías como afuera del edificio, se recuerda con ofrendas florales a las 14 víctimas fatales del atentado terrorista perpetrado el 3 de abril de 2017 en un tren de la línea azul procedente de la estación Sennaya Ploshchad (Plaza Sennaya). Estas personas se unen a las 105 que perdieron la vida en los atentados reivindicados por terroristas islámicos en 2004, 2009 y 2010 en las redes ferroviarias de Moscú y San Petersburgo. Estos hechos obligaron a profundizar las medidas de seguridad en ambas ciudades, en cuyas estaciones de transporte público se ubican destacamentos policiales dotados de escáners para revisar el equipaje de cada viajero que ingresa. Para almorzar cerca de este lugar, el Restaurante MarMarisa resulta 87


una opción excelente. Dos personas comen mejor que bien por 840 rublos (14 dólares). El mostrador y la barra principal en la entrada en forma de “L” funcionan como un self service en el que se puede elegir, por ejemplo, pollo relleno con queso, pasta, pescado del día con verdura, y un vaso gigante de cerveza tirada. Se trata de un lugar modesto, amplio aunque sencillo, con una clara influencia extranjera, tanto en el personal que atiende -de origen árabe en gran medida-, como en la estética del establecimiento. Pero no defrauda en absoluto. Mientras la primavera se retrasa, dan ganas de pasar un borrador por el cielo para aclarar el color plomizo como quien elimina la tiza de un pizarrón. La única razón que anima a observar la presencia de tantas nubes es el efecto embriagador que provocan cuando descomponen la última luz diurna en el ocaso. San Petersburgo es preciosa a pesar del frío, el viento y la humedad de su abril. Entre los principales lugares a visitar agenden el Museo del Hermitage con su fabulosa pinacoteca y los tesoros alojados en sus salones; el Palacio de Invierno de los Zares; el Almirantazgo; el lujoso estadio Krestovski del Zenit; el Teatro Mariinski; el Museo Fabergé; el Palacio Tsárskoye Seló; el Monasterio de Alexander Nevski; el Parque de Catalina, y el Palacio Stroganov. Por una cuestión profesional, ya que hay un compromiso informativo que cumplir, lo primero que hacemos es trasladarnos a la Isla Krestovski para conocer la casa sensacional del Zenit de San Petersburgo, cuya construcción demandó una década y una inversión de más de 1.000 millones de dólares. La concreción del diseño del arquitecto japonés Kisho Kurokawa llegó a traer de cabeza al mismísimo gobierno ruso, hasta que el coliseo fue inaugurado el 22 de abril de 2017 con un juego de la Premier Liga rusa en que el Zenit venció (1-0) al Ural de Ekaterimburgo ante poco más de 25.000 espectadores que se 88


permitieron por razones de seguridad en la avant première. El equipo más poderoso de Rusia decidió sudamericanizarse y por esa razón contrató a cinco argentinos y un ecuatoriano, que cerraron su primera temporada en el elenco dirigido hasta mayo por el italiano Roberto Mancini. Todos jugadores internacionales. El quinteto albiceleste lo integran Matías Kranevitter, Sebastián Driussi, Emanuel Mammana, Emiliano Rigoni y Leandro Paredes. El representante de la tricolor es su capitán, nuestro conocido Christian Noboa. En 2018-19 jugarán la UEFA Europa League. En la primera visita al estadio caminamos unas 25 calles a través de la Avenida Batareynaya desde la estación de metro Krestovskiy Ostrov. En este trayecto pasamos por dos parques de atracciones, tres lagunas enormes y el mini zoológico Cheburashka. A cada costado de la avenida se dejan ver bosques y un reino vegetal en el que apetece adentrarse. El lugar parece un oasis verde cuya tranquilidad habitual sólo se resquebraja los días en que el Zenit es local, o los domingos de verano, cuando el paraje se llena de gente haciendo picnic y disfrutando de actividades al aire libre. San Petersburgo es con 5.281.579 habitantes, la segunda ciudad con mayor población de Rusia detrás de Moscú. Para el comercio internacional del país representa una puerta fundamental de entrada, y se significa como un centro financiero e industrial especializado en el comercio de petróleo y gas. Astilleros, industria aeroespacial, software, radio y electrónica. Información y ordenadores, construcción de maquinaria, maquinaria pesada y transporte, incluyendo tanques y otros equipos militares. Minería, construcción de precisión, metalurgia ferrosa y no ferrosa (producción de aleaciones de aluminio), productos químicos y productos farmacéuticos. Equipos médicos, edición e impresión, alimentación y servicios de hostelería. Industria textil al por mayor y menor, prendas de vestir, y muchos otros negocios. Con un tránsito fluvial incesante a través de sus 400 canales, San Petersburgo es conocida por ello como “La Venecia del Norte”. La ciudad recibe un caudal turístico que año a año va in crescendo. Si en 2015 la habían visitado 6,5 millones de personas, la ciudad en la que estalló la revuelta bolchevique recibió durante 2016, según informó el periódico Rossiyskaya Gazeta publicando datos oficiales, 89


un volumen total de turistas de 6,9 millones de personas. La vieja Leningrado (así fue rebautizada en 1924 y llamada hasta 1991, después de haber sido Petrogrado durante la década 19141924) ejerce tal atracción y desprende tamaño carisma que ha ganado en varias oportunidades el concurso World Travel Awards como mejor destino turístico de Europa, superando a Amsterdam (Holanda), Barcelona (España), Berlín (Alemania), Yorkshire (Inglaterra), Lisboa (Portugal), Londres (Inglaterra), París (Francia), Oporto (Portugal), Estambul (Turquía), Edimburgo (Escocia), Venecia, Roma y Florencia (Italia). Resulta muy conveniente para el visitante trasladarse por la red de metro con la tarjeta verde “Podorozhnik”. Admiralteyskaya es la estación con la escalera mecánica más larga (130 metros). Para viajar en la superficie abundan las líneas de autobuses, tranvías y marshrutkas, el medio de locomoción que se popularizó en la época soviética, cuyo mecanismo -que ya hemos descrito anteriormente-, se repite aún tratándose de una gran urbe. Se paga el boleto cuando uno va a descender. No antes de emprender el viaje. Llama la atención la cantidad de efectivos policiales del escuadrón de élite Omoh (léase “Amán”). Se trata de la única división de las fuerzas de seguridad con autorización para disparar a matar en situaciones de riesgo público. Sus agentes, además de portar armas de fuego de última generación, suelen estar acompañados por perros adiestrados, de la raza ovejero alemán. Están en las principales dependencias y lugares públicos y, por supuesto, también en los estadios desde que empezaron a remodelarse y/o construirse. Antes de entrar al estadio del Zenit un agente se nos acerca con su can para que nos huela, e incluso el agente sube al perro a la traffic manejada por Olga, quien nos ha traído hasta la isla Krestovskiy. Quiere cerciorarse de que el vehículo llega “limpio”. La escena resulta chocante, pero se comprende el mecanismo y la decisión de garantizar la seguridad a como dé lugar. Es muy reciente el atentado en el subte y la amenaza está presente. Los hechos y la realidad en diversas partes del mundo, no sólo aquí, demuestran que todo tipo de previsión que se tome, a veces tampoco alcanza. No es cuestión de mostrar contrariedad por la modalidad y el protocolo de control que siguen acá. Observamos el 90


comportamiento tranquilo de los colegas de la prensa rusa y es evidente que están acostumbrados a convivir con estas formas. A naturalizarlas. El contexto actual colabora para que se extremen las medidas de prevención. Más aún con motivo de la conferencia de prensa que brindan Vitaly Mutko asesor del presidente del Comité Organizador Local y amigo íntimo y estrecho colaborador de Vladímir Putin, presidente de la Federación de Rusia. Junto a miembros del ejecutivo de FIFA efectúan una inspección en los principales estadios de la Copa del Mundo. En el contacto que hicimos con Mutko constatamos el deseo de todas las autoridades de que la selección argentina consiguiera la clasificación para disputar el Mundial con la presencia de Lionel Messi. A los hinchas les motiva la gloria deportiva y con el mejor jugador del mundo en el equipo crecen las chances de alcanzarla. Pero lo que mueve el interés de la organización es el reclamo publicitario y mediático que genera el desembarco del vigente subcampeón del mundo, capitaneado por un deportista que desde hace 10 años no para de establecer récords y nuevas marcas. El estadio del Zenit va a garantizar el confort a todos los hinchas que concurran a ver los juegos del Mundial. El coliseo, como ya se vio durante los últimos eventos, está listo para recibir a las 68.000 almas que cubrirán su aforo en cada juego. Con sus butacas plásticas, la protección de su techado y sus vías de acceso tan bien distribuidas, la sede de la final de la última Copa de las Confederaciones va a estar a la altura del torneo que postula su candidatura a ser uno de los mundiales mejor organizados de la historia. Si al mediodía era interesante comprar pescados idénticos al boquerón y la sardina en el mercadillo de Dostovietskaya frente a la estación del subte, para cocinar en el hóstel de regreso a la ciudad, a última hora de la tarde conviene comprar algo de comida cerca del albergue para organizar una cena frugal. En cualquier almacen, por pequeño que sea, es muy habitual encontrar sushi a precio 91


económico, salmón y otros pescados de excelente calidad, aunque no frescos sino marinados, ahumados y conservados con especias. Ello, además de buenos quesos y no tanta variedad de fiambre. Cuando se hace tarde, la otra opción es capturar un par de hamburguesas completas para guardarse y esperar el nuevo día. La cerveza tirada servida en botellas de plástico sin etiqueta, se complementa de manera extraordinaria con cualquiera de los dos planes. Anochece pronto en esta época y no es conveniente exponerse al frío que curiosamente alcanza los 0 grados en época primaveral. Tampoco a la llovizna nocturna persistente. La agenda del viaje implica una organización que nos obliga a sortear cualquier tipo de contratiempo, por más que los caprichos de un clima que adora los virus y la gripe nos quiera gastar una broma pesada haciéndonos tropezar. La única manera de sufrir un tropiezo es, casualmente, esa. Porque aunque parezca una tontería o algo sin importancia, las calles por las que caminamos no ofrecen la posibilidad de encontrar baldosas flojas. Para recorrer la ciudad contamos con una guía excepcional, que además habla castellano perfectamente. Se llama Yulia Koryakova. Nació en San Petersburgo, sin embargo ama Ecuador porque vivió en Guayaquil durante 10 años junto a Luis Enrique, su marido, quien falleció hace un tiempo. Fruto de esa relación nació Margarita, su bella hija de 20 años, con quien vive en su ciudad natal. Aquella experiencia de vida la convierte en una profunda conocedora del idioma español, y de los gustos y las costumbres de los latinoamericanos. Después de un almuerzo sabroso que incluye brochetas de cordero y salmón, Yulia nos pone en autos sobre el origen de los edificios del siglo XVII y XVIII que engalanan la Nevski Prospekt (en español, Avenida Nevski) que se extiende desde la Plaza de los Decembristas hasta la Fortaleza de Pedro y Pablo diseñada por Domenico Trezzini. En la vía principal de la vieja Petrogrado convivieron, durante la época zarista primero y socialista después, todas las clases sociales existentes. Nobles, artesanos callejeros, bohemios y hasta marginados. Las obras de Gógol, Dostoievski, Gorki y León Tolstoi, por ejemplo, recrean con exactitud calibrada y detalles deliciosos 92


cómo era y cómo vivía aquella sociedad. Yulia trabaja dando clases de ruso, es traductora y también guía. Con ella nos adentramos en el centro de la ciudad. Conocemos un par de paseos comerciales antes de adentrarnos en el casco clásico, adquiero una “shapka-ushanka” (el gorro mongol que adoptaron los cosacos para cubrirse del frío hasta las orejas) y recorremos los suntuosos salones del Museo Hermitage. A las 6 de la tarde, asistimos al show mágico que brinda el reloj del pavo real cuyos sonidos cautivaban a Catalina 'La Grande'.

La última cena en San Petersburgo, ya sin Yulia, a quien hemos liberado después de casi 7 horas de disfrutar de su compañía, plática y conocimiento, nos lleva a otro restaurante con una puesta en escena beréber. Pero este es más pintoresco que el anterior y se advierte una mayor calidad, tanto en la comida como en la atención. Más esmerada. No sólo eso. En la mesa, a unos diez metros de la nuestra, hay un grupo de gente que despunta el vicio de moda en estos lares. No tenemos idea si estas dos parejas antes 93


han cenado, sea de forma liviana u opípara. Tampoco interesa saberlo. Nos quedamos simplemente con el detalle visual de que están fumando pipas de agua placenteramente, repantigadas en unos sillones mullidos y confortables con grandes almohadones, todo forrado con una tela de seda de tonos verdes y arabescos. Un dato. No hay ni una pantalla de televisión en este restaurante sobre la Avenida Zagorodnyi, y tampoco brindan servicio de wi-fi para acceder a internet con dispositivos móviles. Lo mismo ocurría con el restó árabe al que concurrimos después de visitar el lugar del último atentado terrorista en el Metró de San Petersburgo. Estar sin conexión de largo alcance termina por ser paradójico, ya que alimenta la interactividad con quienes tenemos cerca. Parece una rareza por la manera en que en nuestra actualidad occidental nos hemos acostumbrado a interactuar con el resto de las personas, nuestras obligaciones, gustos personales y adicciones virtuales al dente. ¿Será que en la parte del mundo que desde este lado se cree menos avanzada, se cuidan más las relaciones persona a persona y el individualismo atrasa?

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Moscú La capital proyecta la imagen de una Rusia poderosa. Muy segura de sí misma y de su fortaleza como nación. La primera impresión al aterrizar en la gran metrópoli central es la de haber arribado a un país que parece tener soluciones para todo y al que nada le tiene por qué resultar inalcanzable. En cada rincón de la magnífica Moscú tiende a estar presente la capacidad inagotable de la sociedad rusa para superar calamidades, internalizar el sufrimiento y transformarlo en energía positiva. La fuerza de voluntad colectiva se ha impuesto a un montón de imponderables y el país no ha parado de crecer a pesar de que desde otras partes del mundo se alimenta a diario una campaña de estigmatización y desconfianza constante. Luego, dos sensaciones se adueñan con firmeza de los primeros días en la ciudad. Por un lado, producto de la vorágine cotidiana, se desdibuja el nivel de cercanía con la gente. Eso se palpa, se siente, se vive y reconforta en ciudades del país con menor densidad poblacional. Por otra parte, la percepción de un respeto estricto a la autoridad, y del plan de educación que desde los años posteriores a la caída del zarismo buscó con ahínco llegar a todas las capas sociales. No obstante, la severidad en el trato ante un hecho imprevisto es algo de lo que se cualquier recién llegado pronto se da cuenta. Es del todo correcto marcar que en la capital rusa no hay plan B ante una contingencia. Todo es muy rígido. Al punto que no hay contemplación hacia lo inesperado. Nuestra llegada al Hóstel Kalinka, por ejemplo. Nos habíamos anunciado, hicimos la reserva e informamos por mail que llegaríamos a primerísima hora de la mañana para que organizaran un check in temprano. Sin embargo, de pésima manera, la encargada, una señora teñida de rubia, mayor de 50 años, y sin voluntad de cooperación, nos deparó un recibimiento lamentable. La decisión fue huir del lugar donde nos indicaban que esperáramos varias horas sentados en un sillón desvencijado hasta que se dignaran atendernos. Nos fuimos a otro hóstel a la vuelta de la esquina, el Godzilla's, que atendido por gente joven y bien 95


predispuesta, suavizó nuestras primeras horas. Con el transcurrir de los días nos dimos cuenta de que el Kalinka no sólo estaba mal atendido, sino que lo rodeaba un halo de misterio, celo y secretismo. A las ventanas cubiertas de cartones en sus primeros dos pisos se le unió la iluminación ténue de un supuesto restaurante que cobraba vida en la noche. Ubicado en un subsuelo al costado del albergue, casi sobre la esquina de la calle. A pocos metros de su entrada se hacía visible madrugada sí y otra también la presencia constante de un par o tres de limusinas negras, y alguna que otra camioneta importada todo terreno dentro de las cuales esperaban choferes con apariencia de patovicas o púgiles contratados para cubrir las espaldas de distintos malandras. De día, el barrio transpira acelere. Miles de personas coinciden en la estación Bulevar Tsvetnoy para tomar el subte. Adquirir la tarjeta “Troika” y cargarla con saldo suficiente como para viajar por lo menos durante una semana, es la mejor manera de moverse por una ciudad habitada por 12.500.123 habitantes y acostumbrada a los atascos de tráfico. Un viaje en Metró cuesta 35 rublos (US$0,6 dólares), pero si usted cambia de transporte antes de que pasen 90 minutos, solo pagará 19 rublos (US$33) en el próximo viaje. Los cambios adicionales dentro de esos 90 minutos son gratuitos. En la Troika sólo se puede tener hasta 3.000 rublos (51 dólares) de carga. Si no se agota el crédito antes de salir de Moscú, se puede cobrar la tarjeta y recuperar el dinero que uno había invertido, pero esto sólo es posible en los centros de servicio del Metró (en la calle Ulitsa 1905 Goda, 25, o en la calle Stáraia Basmánaia, 20c1; entre las 8 de la mañana y las 20 horas, cada día). Es importante saber que se puede ser sancionado con una multa de 1.000 rublos (17 dólares) si la policía o el personal del subte lo encuentra a uno sin billete. Luego, de acuerdo a los medios y la forma en la que uno decida viajar (hay que gente que tiene claustrofobia y no soporta el subterráneo), se puede optar por adquirir la tarjeta roja Yedini o la azul para buses, que se llama TAT. Lo recomendable es el subte. Más por el contexto. En los últimos 4 96


o 5 años ha sido por la cantidad de obras que se encontraban en desarrollo con vistas a la celebración de la Copa del Mundo. Ahora lo será por el tráfico mayor y las aglomeraciones de gente durante el Mundial. Desde nuestra ubicación, el viaje en Metró no demandaba mucho tiempo para llegar al centro neurálgico de Moscú, la Plaza Roja y el Kremlin. Unos 20 minutos, contando el trasbordo entre líneas. En la superficie, el frío obliga a buscar un baño, razón por la cual antes de la primera inspección a uno de los lugares más legendarios de la historia bajamos al shopping Okhotny, ubicado en el subsuelo frente al Kremlin. Ingresar al lavabo cuesta 40 rublos (US$0,64). No es mucho, pero ayuda a darse una idea de que en la actualidad, en esta parte selecta de Rusia el derecho de admisión se mide en metálico. Y que de comunismo, poco. La primera jornada en la capital, en la que la sensación térmica se mantiene en 2 grados bajo cero y la primavera se hace esperar, nos entrega postales maravillosas sobre la Catedral de San Basilio, resplandeciente en la inmensidad de la noche moscovita. También de la Plaza Roja adoquinada donde la madrugada del 7 de noviembre de 1990 Diego Armando Maradona (Lanús, Buenos Aires, 30 de octubre de 1960) ingresó por sorpresa a bordo de un taxi en pleno toque de queda, y estuvo a punto de ser acribillado a balazos junto a parte de su entorno por un montón de militares listos para disparar. Lo más increíble fue observar cómo los soldados tiraron al suelo sus armas al verle descender del vehículo en ojotas con el único propósito de sacarse unas fotos en la quietud de la noche, sin tener que lidiar con nadie. Maradona jugaba en el Napoli. Tras declararse en rebeldía contra la directiva del club en Italia por cuestiones personales, arribó de imprevisto en un avión privado con un pasaporte diplomático con la 97


intención de ayudar a sus compañeros frente al Spartak de Moscú en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de Europa 1990-91. Lo primero que hizo fue ir a conocer la Plaza Roja sin avisarle a nadie, y ocurrió el episodio descrito antes. Horas más tarde, el juego finalizó con el mismo resultado que el de la ida en el estadio San Paolo (0-0), y el Napoli quedó eliminado en la tanda de penales al caer (3-2) frente al equipo ruso liderado por Valeri Karpin y Alexander Mostovoi, representantes de la última gran generación de jugadores locales, que en la siguiente ronda de aquella edición del torneo iba a eliminar al todopoderoso Real Madrid. Esa noche cenamos en un restaurante al que recomiendo concurrir para degustar una copa del distinguido vodka rojo finlandés, y disfrutar unas cervezas tiradas. Pero no para cenar. ¿Una contradicción? En absoluto. Sucede que en el restó Zhan-Zhak, sobre la Avenida Tsvetnoy los platos son muy grandes, y como sucede siempre en estos casos, la ración de comida es harto escasa. No falla. Cuando se privilegian las formas, siempre hay un vacío de contenido. Tan paupérrima y cara resulta la comida en sitios como este, que uno se ve obligado a consumir dos platos principales y una bandeja extra de pan para sentir que se alimenta más o menos bien. Si bien continúa siendo mucho más económica que en Buenos Aires, la comida en Moscú es bastante más costosa que en las demás ciudades rusas. Esto tiene relación directa con el poder adquisitivo. Hacerle frente al costo de vida en esta ciudad requiere mayores ingresos que en el resto de los oblasts. La agenda en la capital obliga a mantener una intensidad alta y a un importante desgaste de energía para recorrer lugares, sostener reuniones con la necesidad absoluta de hablar en inglés durante todo el día, filmar, grabar y generar contenidos múltiples. La jornada siguiente espera una entrevista con Oleg Nechiporenko, excoronel del KGB, que escribió el best seller 'Tres balas para el presidente' después de conocer personalmente a Lee Harvey Oswald, y entrevistarse con él antes de que se convirtiera en 1963 en el magnicida de John Fitzgerald Kennedy, expresidente de los Estados Unidos de América. 98


Oleg Maksímovich Nechiporenko (Moscú, 4 de julio de 1934) estuvo vinculado de manera oficial a los Servicios de Inteligencia y Contraespionaje rusos desde 1958 hasta 1991. Su padre Maxim había servido en los años '30 en Argentina, hasta que se vio obligado a dejar el país después del Golpe de Estado encabezado por el militar José Félix Uriburu para derrocar el gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen. Y su hermano Gleb también trabajó para los Servicios en los años '60. Sin embargo, Taras, hijo de Oleg, que reside en Chile, no ha continuado con la tradición familiar y dedica su atención a industrias y empresas del sector privado, conformadas por capitales rusos y orientadas al comercio con intereses multinacionales. El relato sobre la personalidad y el perfil de Oswald, más el final conocido de la historia de JFK, resulta interesante. Pero el momento del diálogo en el que Oleg Nechiporenko asegura de manera lacónica y contundente que “avanzamos hacia el fin del mundo y no creo que alguien pueda cambiar eso” se torna tristemente inolvidable por la expresión en su rostro y la profundidad de su mirada. Acto seguido es el momento de concurrir por primera vez al estadio Luzhniki, en donde Anton Lisin y Natalia Kirilinskaya, directores de comunicación y relaciones públicas del Comité Organizador Local del Mundial de Rusia 2018, nos han citado para una reunión y para participar de un tour exclusivo por todas las instalaciones del estadio en el que se celebrará la inauguración la Copa del Mundo y se disputará también el partido final, entre otros juegos. Anton y Natalia nos incluyeron en el listado de periodistas autorizados a participar de las actividades diseñadas por el organismo, y para acceder durante las mismas al diálogo con autoridades del gobierno nacional ruso y de la FIFA. En la recorrida por cada rincón del Luzhniki nos acompañan Andrei Bladimirovich, arquitecto que dirige el proceso de remodelación del coliseo; Yuri Cemenovich, relacionista nacido en Siberia que tiene facilidad para comunicarse en varios idiomas y eso habla de su importancia para el COL en Moscú; y Elena Dzheglav, ejecutiva del departamento de comunicaciones digitales del Comité, hiperactiva en las redes sociales.

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Pronto nos damos cuenta del confort que ofrecerá el estadio a los 81.000 espectadores que verán en directo cada juego en su interior. Se ha mantenido la fachada histórica del estadio que fue sede de los Juegos Olímpicos de 1980, y la cirugía a la que se lo sometió ha sido extraordinaria. Para llegar a Luzhniki conviene desplazarse en la línea roja del subte llamada Sokolnicheskaya, y bajarse en la estación Vorobyovy Gori que está en el interior del puente llamado igual que el estadio, sobre el río Moskva. Dependiendo del punto de partida se pueden elegir otras vías de acceso, pero esta es la aconsejable. Hay mucha seguridad. A metros de este sitio está el centro de operaciones de prensa del Comité Organizador Local, y los parajes naturales que rodean al lugar. Desde el margen del río se pueden disfrutar puestas de sol fascinantes cuando el cielo moscovita está despejado. Una de las principales señales de que la organización de la Copa del Mundo apunta a alcanzar la excelencia es la certeza de que todas las grandes obras previstas en cada ciudad sede se han terminado entre 4 y 6 meses antes del inicio del torneo. En cada estadio han trabajado entre 1.200 y 2.000 trabajadores durante los últimos años las 24 horas cada día por turnos para culminar la carrera contra el tiempo. Algo que ha sorprendido a los ejecutivos de la FIFA, tan habituados antes del Mundial de Brasil 2014 a discusiones con las autoridades locales con motivo de los retrasos en las obras. Las autoridades del gobierno ruso y del COL que estuvieron en Brasil durante la última copa del mundo, tomaron entonces nota de todos los problemas, precisamente para evitar, llegado el momento, cualquier tipo de inconveniente relacionado con la logística. La hora de la verdad se acerca y Rusia se ha propuesto organizar el mejor mundial de la historia. Mientras tanto, Moscú y sus gentes son capaces de sorprender a cada instante. Por ejemplo, cuando antes de subir a un tranvía, un desconocido que se presenta como Egor, músico ruso que comprende el idioma español, se acerca tras escucharnos hablar en castellano en la parada desde la que nos dirigiremos al Parque Lefortovo, y nos explica que vivió en Guatemala y en Uruguay, que adora Latinoamérica, y que le encanta tomar mate desde que se 100


acostumbró a hacerlo junto a amigos que hizo en Montevideo. En el Parque Lefortovo espera Evelyn Soto, una joven ecuatoriana que se vino a radicar en la capital junto a Tyron Lino, su marido, periodista del Canal Russia Today, y Mathias (6), el hijo de ambos. Tyron es parte del grupo de profesionales latinoamericanos y europeos que ha contratado el canal RT TV para la plataforma que genera contenidos destinados a los países de habla hispana. Viven en un barrio cercano al canal, cerca de donde lo hace el resto de compañeros de Tyron, en un departamento amplio y confortable donde se siguen las mismas normas de pulcritud que en cualquier vivienda rusa. Antes de ingresar hay que ubicar el calzado en los compartimentos de un pequeño mueble, a un costado de la puerta de entrada. La emoción del pequeño Mathias por tener la posibilidad de hablar un rato en castellano con invitados de sus padres es indescriptible. La entrevista con Evelyn es rica en detalles y expone con una crudeza casi visual las peripecias que no sólo a ella le toca vivir como integrante de una sociedad tan distinta a la de su Guayaquil natal, sino a su hijo. Si para un adulto no es sencillo adaptarse, imagínense para un niño. La barrera del idioma no es insalvable. Tampoco interactuar con comportamientos tan distantes. Pero cualquier aclimatación lleva tiempo. Más, cuando a edades tempranas los recursos escasean y el trance se enfrenta casi en soledad. El diálogo en la casa de los Lino Soto se desarrolla en una atmósfera de tranquilidad que no teníamos en el pequeño bar al que habíamos concurrido juntos en el Parque Lefortovo. La comida era deliciosa. Pescados y carnes braseadas con aderezos que logran embriagar al gusto. Lo que no teníamos en cuenta ni por asomo era que podían acercarse dos mujeres rusas desfachatadas de edades dispares, amigas entre ellas, a intentar relacionarse con Evelyn y Carolina como si se tratara de dos varones predispuestos a la conquista de mujeres en un local bailable o de copas. Una situación sumamente curiosa que nos extrajo una sonrisa, y nos pareció extraña a Tyron y a quien escribe. 101


El regreso al hóstel se produjo tarde en la noche, tomando primero un trolebús en el que dos boletos cuestan 25 rublos y luego el subte. Llegamos sin perdernos gracias al GPS del teléfono celular. Bendito invento. Adquirir un chip con un número ruso que se mantiene vigente durante un mes, es lo primero que hay que hacer al llegar a Rusia. Uno accede a todos los servicios y al wi-fi de manera ilimitada. Así, el día a día se hace más simple. Tras descansar plácidamente después de un baño caliente, la mañana del sábado arranca nublada, fría y lluviosa. En su web oficial, la Embajada de Argentina en Moscú anunciaba estar abierta en horario reducido, pero cuando intentamos entrar, dos militares nos indican que está cerrado y la oficina abrirá el lunes, cuando estemos de camino a San Petersburgo. El paseo sirve para recorrer la zona residencial del Distrito Zamoskvorechye en donde además del Teatro Maly se encuentran la Embajada de Cuba y el Consulado de España, entre otras residencias diplomáticas internacionales. Al regresar a la estación Dobryninskaya del Metró, cruzando la avenida Lyusinovskaya a través del túnel subterráneo habilitado para ello, nos topamos con las máquinas mellizas expendedoras de galletas, golosinas y latas de bebidas, de origen asiático. Mientras la de la izquierda ofrece la opción de consumir las bebidas frías, la de la derecha propone ingerirlas calientes. El café capucchino no será una maravilla, pero tan dulce agrada, y cumple su función. El paso siguiente es visitar la Catedral de Cristo Salvador en plena Pascua Ortodoxa rusa. Llama la atención en primer lugar el huevo floral gigantesco de color rojo en el exterior, a unos 20 metros de la puerta de 102


entrada a la Catedral. Un rosedal engalanado. Y después, el celo con el que se maneja la seguridad dentro de esta iglesia bellísima. Carteles de neón de color rojo a unos 8 metros de altura con la leyenda iluminada “Cristo Renace” en ruso en su parte central, flanquean el púlpito. El gran sacerdote bendice el lugar agitando con gracia el recipiente desde el que se desprende el aroma del incienso. No hay sillas, bancos ni asientos. Los fieles están de pie y se acercan a la ubicación de los sacerdotes o se alejan de ellos según se lo ordenan los dos agentes de seguridad vestidos de traje que patrullan en el interior del templo alterados, tratando de evitar que a alguien se le ocurra inmortalizar el momento sacando una foto. La puesta en escena de la iglesia ortodoxa rusa, que nuclea en el país a 80 millones de fieles, y en el mundo a unos 150 millones, exhibe un arte preciosista en el que no hay lugar para simplezas ni austeridades. Al margen, emociona la comunión en el interior de uno de los santuarios más hermosos del planeta. Al salir diluvia. La mejor opción es ingresar al Miles Café para probar sus hamburguesas caseras en bocadillo de pan negro y semillas mientras suenan canciones del mejor jazz. La jornada finaliza filmando los exteriores del estadio Otkrytie Arena del Spartak de Moscú, la otra sede que tendrá Moscú durante la Copa del Mundo, en la que Argentina debutará frente a Islandia en el marco del grupo D de la Copa del Mundo. Esto, hasta que un aburrido agente de policía nos prohíbe seguir, con la polémica excusa de que sólo se permite hacer videos allí hasta las 20 horas. Si en Luzhniki se van a celebrar 7 partidos, en el Otkrytie se disputarán 5. Cuatro por la fase de grupos y uno en el marco de los octavos de final. El contorno de este estadio, preparado para acoger a 45.360 espectadores, tiene una apariencia similar al del Beira Mar de Porto Alegre donde Argentina se midió a Nigeria durante la fase de grupos del Mundial de Brasil 2014. El último día en la capital arranca en el Museo de la Cosmonáutica para generar contenidos sobre la gesta de Yuri Gagarin, el primer hombre que viajó al espacio exterior, lo que le valió a Rusia ganarle a Estados Unidos la carrera espacial en plena Guerra Fría. Y sobre los perros que fueron enviados al espacio en misiones de prueba. Los cuerpos de dos de ellos están embalsamados muy cerca de la 103


entrada al museo. Son Belka y Strelka. De la misma manera, permanece preservado en la Plaza Roja el cuerpo de Lenin, el gran líder que asomó tras la Revolución de 1917. Lugares para visitar sí o sí en Moscú cuando vengan son también el Parque Gorki (muy popular entre los jóvenes y las parejas), la calle Arbat vieja (en la que vivieron los artistas, nobles y bohemios durante la época zarista), el Parque VDNKh (donde se ha reunido una constelación de monumentos que exaltan los éxitos de socialismo), la Galería de arte Tetriakowska, el Parque exterior Muzeon (donde fueron confinados bustos como el de Karl Marx, estatuas de líderes políticos de la era soviética y restos de monumentos de épocas pasadas), además de los diferentes puntos para avistar la estatua gigantesca de Pedro I 'El Grande', la Catedral de San Basilio, y la Fortaleza del Kremlin desde la óptica opuesta a la de la entrada a la Plaza Roja. Para visitar algunos de estos lugares pudimos contar con la guía inestimable de Martín Álvarez, periodista excompañero en ESPN Fútbol Club Radio, quien dejó su Quilmes natal y se radicó en Moscú por amor. Después de finalizar un posgrado de Comunicación Social en Madrid, España, se puso de novio con la periodista local Viktoria Salnikova, y se casó hace unos meses. Martín, buen amigo de quien escribe, hoy es un youtuber muy popular cuyo seudónimo es Martin Chu Li, y Vika trabaja para una agencia de comunicación muy importante a nivel nacional. Ambos son felices, y uno quiere lo mejor para los amigos, siempre.

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Irkutsk Es una de las ciudades más importantes de Siberia y tiene una población estable de 623.736 habitantes. Conectada con Moscú por a través de una red ferroviaria de 5.185 kilómetros, Irkutsk es una de las principales escalas en el recorrido del famoso tren Transiberiano que une la capital de Rusia con Pekín, corazón de China. Está situada en las dos riberas del río Angará, que es el afluente principal del Yeniséi, y tanto los amaneceres como las puestas de sol desde este lugar, son concesiones apoteósicas que regala la naturaleza. Llegamos al Aeropuerto Internacional de Irkutsk de madrugada procedentes de Ekaterimburgo, con el objetivo de hacer un break en el periplo por Rusia, y con una excusa formidable. Conocer al sur de la ciudad el Lago Baikal, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. Con 20.600 kilómetros cúbicos, se trata de la mayor reserva de agua dulce no congelada del mundo, e integra el catálogo de maravillas naturales que presenta nuestro planeta. Su formación data de 30 millones de años, y está documentada en el Museo Baikal que se encuentra en la carretera que une Irkutsk con el asentamiento de Listvyanka, frente al lago. El Masha Hóstel (Hostal María en español, en el 35 del Bulevar Postysheva), nuestro alojamiento en la capital del Óblast, dista 69 kilómetros del poblado que orilla el lago. En la ribera se coleccionan las anécdotas de pescadores, hazañas de nómadas y las leyendas del Chamán. El hóstel está muy bien ubicado también. A 20 minutos del centro de Irkutsk viajando en colectivo por una única avenida que recuerda la Bustillo de Bariloche. Es muy difícil perderse acá si uno mantiene la ruta principal como referencia. Hay mucha vegetación y el frío ha convencido a la primavera para que se tome unos días más de asueto. Si en Moscú y San Petersburgo la temperatura ha sido baja, en esta parte de Siberia es gélida. Rusia es precioso, pero este país sería fabuloso con algo más de sol y si la época de calor se extendiera otro mes. El tema es cuando te dicen que en Moscú sólo hubo 6 minutos de sol en enero de 2018. Imagínese Siberia en invierno, estimado lector, cuando en la capital el termómetro en esa época puede llegar a marcar 40 grados bajo cero... 105


Con todo, estamos preparados junto a Carolina Grillo para atravesar la experiencia. El Masha Hóstel, cuya atención es excelente. Provée habitaciones calefaccionadas, y baños comunitarios sin carencias. Nos han alojado en una habitación para 4 personas en la que sólo hay camas individuales dispuestas como las cuchetas del tren, con una cortina de tela que hace juego con los colores del establecimiento. Azul y blanco en unos tonos que filtran la luz exterior a primera hora de la mañana. En cuanto al entorno, estimula tener muy buenos sitios para visitar a corta distancia. Uno de ellos es el Shopping Modnyy Kvartal. Un paseo comercial coqueto, moderno, amplio, en el que almorzar en la franquicia Sushi-Studio se transforma en una experiencia muy recomendable. Las piezas son grandes. La textura del arroz, los mariscos y la variedad de pescados, son ideales. El trato y la rapidez en la que se entregan los pedidos resultan de igual manera. En este centro comercial ya es inútil preguntar si venden botas para el invierno. En los locales es curioso encontrar toda ropa de verano cuando la temperatura afuera aún no rebasa los 8 grados. Irkutsk es una de las pocas ciudades de Siberia que ha conseguido mantener su diseño y su carácter histórico originales. Los turistas, cuyo promedio de estadía en la ciudad no se extiende más allá de los dos días, se desplazan con los servicios de trolebús y tranvía que ofrecen las empresas Irkutskavtotrans e Irkutskgorelektrotrans. Cerca del curso bajo del río Angará, en donde se encuentran las escalinatas desde las que se contempla la inmensidad sin apenas obstáculos, hay varias “izbas”, casas decembristas de madera que en estas latitudes no están en peligro. Ya hemos visto que en otras ciudades de Rusia han hecho falta movilizaciones sociales para evitar la demolición de este tipo de viviendas clásicas. Estos hogares de madera nacieron poco tiempo después de que Siberia recibiera grupos de personas y/o familias deportadas y exiliadas a causa del rechazo a Nicolas I, sucesor en el trono del Zar Alejandro I, quien falleció el 1 de diciembre de 1825. La revuelta decembrista se produjo el 26 de diciembre y tuvo como protagonistas a 3.000 soldados que marcharon a las órdenes de Nikita Muraviov y Yevgueni Obolenski contra el nuevo Zar para 106


cesar con los privilegios del zarismo. Tras ser reprimida, los insurgentes que sobrevivieron fueron desterrados y enviados en su mayor parte a Siberia. En la actualidad no quedan muchas casas de madera, pues un incendio de 1879 arrasó con muchas de ellas, pero vale la pena visitar las que quedan. El Museo Taltsy es otro lugar que hay que visitar en Irkutsk. Está a 40 kilómetros de la ciudad, camino al lago Baikal. Se trata de una aldea pequeña en la que se reconstruyen los hábitats de los Buryats (mongoles de Siberia), habitantes de esta región en el siglo XVII. El sitio también ofrece información acerca de la manera en que los rusos colonizaron esta parte de Asia en el siglo XVIII. La entrada acá tiene un precio menor de 100 rublos. El Lago Baikal se encuentra unos kilómetros más al sur. Al llegar a Listvyanka. En el mercado de este asentamiento, frente al lago, se exhiben cientos de ejemplares de omul, pescado de la familia del salmón cuyo sabor es exquisito y provoca deleite frío o caliente. Había leído sobre este pez en el viaje desde Ekaterimburgo, pero la descripción se quedó corta. El omul se hace ahumado. A temperatura ambiente, es decir frío, se consume como si fuera fiambre. Caliente satisface mucho mejor el hambre y dos ejemplares de tamaño normal (su longitud máxima es de 56 centímetros cuadrados), son suficiente alimento para aportarle calorías al cuerpo. En el mercado, los ejemplares a temperatura ambiente están abiertos en canal y cuelgan de cordeles de alambre, con ambos extremos del pescado unidos a lo ancho por escarbadientes (palillos). Han sido cocinados al humo y se dejan enfriar para ser consumidos como aperitivo junto a una cerveza local, por ejemplo. 107


Frío, el omul se consume rasgando con los dientes delanteros la carne a los costados de la espina central. La carne del pescado está sólida y no se deshace fácilmente como cuando éste se consume caliente. Entonces la textura es parecida a la del salmón, aunque más deliciosa y particular. Kiril, nuestro remisero, a quien conocimos a instancias del personal del hóstel, resultó un guía excepcional en esta excursión. Primero por el precio que convinimos para viajar a Lago Baikal y dedicarle entre 4 y 5 horas a la visita. En segundo lugar, por su voluntad de reducir la barrera del idioma pese a que su nivel de inglés era paupérrimo. En tercer lugar, porque le caímos bien dado que también se hospeda en el hóstel, decisión que tomó tras separarse de su esposa. Y en cuarto lugar, porque nos recomendó comprar una bandeja de unas huevas de pescado que al señarlo, describió con una palabra corta: “ikra”. Cuando me fijé en el traductor de Yándex y leí el significado, no lo podía creer. “Caviar”. La bandeja de 250 gramos de caviar, señoras y señores, a un precio de 165 rublos, esto es 2,64 dólares. ¿En pesos argentinos? AR$63. Los lugareños, como Kiril, utilizan el caviar para untarlo sobre la carne del omul y realzar aún más su sabor. En esta parte del mundo el caviar es alimento de la gente sencilla, humilde. Cada ejemplar de omul aquí cuesta 100 rublos (US$1,60). Si uno le suma la bandeja de caviar (de la que comen dos personas), y dos porrones de cerveza, el precio no llega a 5 dólares. Un almuerzo que en cualquier lugar de occidente cuesta una fortuna sólo al alcance de gente acaudalada. Ironía de la vida. Al margen de la comida, si usted viene a este lugar para pasear y conocer, regatee el precio. No para tomar té de un samovar (recipiente metálico con forma de cafetera alta muy adornada, dotado de una chimenea interior que se llena de combustible sólido, carbón generalmente, de modo que el agua permanece en estado de hervor). Sino para pasear por las aguas de Baikal a un costo razonable. Cuando llegamos, un navegante nos pidió 5.000 rublos (US$80,30) para hacerlo. Una barbaridad. Y al cabo de 10 minutos, otro de los paseadores a la espera de conseguir clientes, nos solicitó 3.000 rublos (US$48,20, lo que nos cobró Kiril por traernos hasta acá). Es decir, una rebaja de casi AR$1.000 en un santiamén. Kiril nos dijo que estos precios altos se debían a que esta no es temporada de turismo y los lugareños buscan sacar una buena 108


tajada que justifique estar allí a la espera de pique. Como fuere, Listvyanka e Irkutsk resultaron fascinantes para la vista y para el estómago. Al otro extremo del Lago, la visión magnificente de Jamar Daban, cadena montañosa en esta zona de Siberia, completó una estadía inolvidable.

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RUSIA, 100 AÑOS MARCANDO TENDENCIA La guía de Alexander Dementyev, historiador por la Universidad Estatal de San Petersburgo y profesor invitado por la Universidad de Buenos Aires para la materia de Teoría Estética y Teoría Política en la carrera de Sociología, resulta fundamental para comprender los momentos bisagra en la historia del país sede de la Copa del Mundo. Dementyev trata en este libro con una precisión quirúrgica los 3 más relevantes. La Revolución Rusa en 1917. Qué sucesos la provocaron. De qué manera la nueva forma de hacer política rescató a un país al borde de la desintegración; derribó la pantalla de poder construida por el absolutismo de los zares durante cientos de años; y lo transformó tras deponer a Nicolás II, el último Zar de la dinastía Románov. La Segunda Guerra Mundial (también llamada “Gran Guerra Patria”) y su desenlace en 1945. Consecuencias de la victoria rusa frente al fascismo. La disputa irreconciliable entre dos cosmovisiones distintas. El nuevo mapa del poder en el mundo y la posterior lucha entre arquetipos de gestión antagonistas. Apuntes fundamentales sobre la Guerra Fría para conocer de qué manera se desató, cómo evolucionó en los escenarios más disímiles del planeta, y de qué forma respondió la política internacional en un contexto muy agitado. El final de la Guerra Fría en 1991. Advenimiento de la “Perestroika”, o reestructuración, y la “Glásnost”, o apertura. Disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.). Una década de conflictos internos y la amenaza de otra guerra civil. Petróleo y redistribución de riqueza. El rol del Estado de cara al futuro de la nación más grande del mundo.

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1917, UN CAMBIO VERDADERO Paso a paso. Así se gestó la Revolución “Todo empezó cuando el nivel superlativo de corrupción en el gobierno de Nikolái II quedó muy expuesto frente a la sociedad a finales de 1916. El Zar se vio además incapaz de suministrarle al ejército los recursos mínimos para que pudiera combatir en igualdad de condiciones durante la Primera Guerra Mundial, que había comenzado dos años y medio antes. Cuando alguien declara la guerra le hace falta tener las balas para disparar, la provisión de comida para que sus tropas puedan alimentarse y, en medio de un clima adverso, la ropa de abrigo para que no se mueran de frío. En la guerra no sólo hay fallecidos. Es una obviedad, pero nadie ha reparado en que hay miles de heridos a los que hay que atender. Y el gobierno no ha desarrollado un sistema de hospitales que administre su cura y rehabilitación. De esto se encargaban varias organizaciones civiles en su deseo de ayudar al ejército. La guerra del siglo XX no requiere solamente del uso de sables, ni depende de la valentía personal. Es una guerra de infraestructuras. En un primer momento, durante la Primera Guerra Mundial -también llamada “Gran Guerra”-, los rusos tienen en 1915 diez veces menos balas que los austríacos y deben seguir órdenes del tipo “¡¡ahora pueden disparar!! ¡¡ahora no!!”. La organización es pésima, y la imposibilidad de disponer de lo que hace falta para defender el frente de la manera adecuada, genera una enorme frustración. Además se suceden episodios que incrementan el grado de indignación de la gente. Por ejemplo, en tiempos de escasez, Vladímir Nicolayevich Voyeykov, alto funcionario militar del Zar, ve que en el terreno que rodea a su finca hay una fuente natural de agua mineral y se hace construir una fábrica para envasarla y distribuirla. Además, durante la guerra, el Estado cimenta las obras de un ferrocarril que conduzca a la fábrica para ese cometido. Así, haciendo gala de un abuso deliberado de poder, Voyeykov se convierte en el suministrador exclusivo de agua mineral para la 111


corte y los ferrocarriles. La ciudadanía tampoco tolera ya la ostentación de la corte. En este contexto cobra protagonismo el Movimiento “Unión del 17 de octubre”, que había sido fundado en ese día y ese mes durante la revolución de 1905, y se posicionaba como un partido centrista con el objetivo de ponerle un freno y límites al libertinaje de la monarquía. Lo lidera desde 1906 Aleksandr Guchkov, empresario que goza del apoyo de la facción centrista-liberal de la aristocracia. Se trata de un partido de derecha que representa los intereses de los grandes propietarios, de la gran burguesía nacional y, sobre todo, de los funcionarios más importantes del país. Puestos en situación, hay que tener en cuenta que en este tiempo hay unas leyes electorales y un panorama político en el que, en el parlamento, el partido constitucional demócrata es interpretado como un partido bien de izquierda. Este grupo de poder es el que promueve a hurtadillas el golpe de estado junto a los militares en febrero de 1917. Representantes del antibolchevismo han instalado que fueron los bolcheviques quienes hicieron la revolución contra el Zar Nicolás II, pero lo cierto es que los bolcheviques en ese momento no tienen posibilidad alguna de montar algo así. Muchos no estaban en el país, y estaban muy lejos políticamente de hacer algo revolucionario. Ganarán la popularidad luego, cuando se precipiten los hechos revolucionarios y la situación se complique. Pero no antes. Algunos generales, junto a militares de alto rango, se confabulan con Guchkov y la gente del parlamento que responde al jefe rico del partido octubrista. Observan que la agitación social va en aumento y que el suministro escaso de pan más los despidos masivos en las fábricas, provocan la aparición de las huelgas en la ciudad. Las huelgas derivan en problemas ferroviarios y se masifica el descontento. Todo habría tenido solución si se hubiera mejorado la distribución de alimentos, pero a la oligarquía, ninguneada por la corte, eso no le interesa. Por eso aprovecha la situación y le comunica al Zar que lo que hay en este momento no es un problema puntual, sino una crisis política fuerte y muy peligrosa. El 23 de febrero comienzan las protestas dedicadas al Día de la Mujer 112


Trabajadora sumando a las movilizaciones a más y más gente por el descontento (según el calendario gregoriano, el 23 de febrero es el 8 de marzo). Paran varias fabricas, y multitudes salen a las calles a manifestarse durante tres días. ¿Dónde está, y qué hace el Zar? Más atento a lo que ocurre en el frente durante la Gran Guerra, Nikolái II envía un telegrama con la orden de que las tropas de la Capital salgan de sus cuarteles el 26 de febrero a reprimir las protestas para calmar a la gente. Así las cosas, los soldados van al encuentro de los manifestantes, comienzan a disparar indiscriminadamente, y en los enfrentamientos mueren alrededor de 1.500 personas. Mientras tanto, en la Duma (Asamblea Legislativa de Rusia) avanza el complot entre los políticos más influyentes y los militares (que están cerca del Zar en el frente), para desplazar a Nicolás II. Éste, celoso del poder, siempre evita delegar distintas responsabilidades en las personas de su entorno, ya sea porque no quiere o porque no sabe. La máquina de estado de Nikolái II se muestra entonces, incapaz de gobernar. Exhibirse junto a su familia haciendo alguna actividad, o descansando para aparecer cercano, ya no le granjea popularidad. Pero continúa focalizando todas las decisiones. Quizá porque considera demasiado ambiciosos a algunos de quienes le rodean, o simplemente incapaces. En Petrogrado, aunque la gente se calma tras las ejecuciones durante las protestas, ocurre algo inesperado entre los regimientos en la noche del 26 febrero. Acaso por la congoja (“¡qué hicimos! Entre quienes hemos matado podrían haber estado nuestras familias y vecinos”), los ejércitos principales de Petrogrado se sublevan y se hermanan con la gente y los obreros, aliándose contra la policía y algunos oficiales zaristas, quienes tampoco muestran mucho entusiasmo para defender al Zar. Los funcionarios no actúan y se limitan a informar a Nikolái II. El Zar cree que le mienten y que el problema está en el Parlamento. Lo proscribe y decide ir a la capital para disolverlo, pero como la huelga de los ferroviarios le impide pasar, se ve obligado a cambiar el itinerario. Al ver que el Parlamento está abolido, los miembros de 113


la Duma arman un comité de exdiputados y envían al encuentro de Nikolái II a Aleksandr Guchkov y Vasili Shulguin, político monarquista de la extrema derecha. Shulguin declara luego que él estaba allí para asegurarse de que nadie matara al Zar. Asesinarlo hubiera sido mucho más fácil, pero no era la opción que buscaban. Lo que pretendían Shulguin y Guchkov, tras consensuar los pasos a seguir con los generales, era tomar la renuncia de Nikolái II. Nicolás II abdica junto a su hijo Alexéi después de haberle propuesto sin éxito a los sediciosos la posibilidad de traspasarle sus poderes a él. Devorado por los acontecimientos, el último movimiento político que intenta el Zar es transferirle el poder a su hermano Mikhail, pero éste, que se ha informado sobre la situación, alega que va a esperar a que el pueblo decida y que una asamblea nacional ratifique la decisión. Literalmente es un “no quiero ser Zar”. Nikolái renuncia el 2 de marzo de 1917 y gana la revolución. Los exdiputados de la Duma pasan a ser considerados héroes y forman el Gobierno Provisorio. Los obreros tambien forman su comité, el “Soviet” de Petrogrado, y se instalan en el mismo edificio. En este momento, en la capital unicamente hay dos bolcheviques representativos, uno de los cuales es el joven Viacheslav Mólotov, de 23 años. Desde su exilio en Suiza, Vladímir Ilich Ulianov “Lenin”, es un observador conspicuo de la realidad rusa y escribe permanentemente sus conclusiones en contra del zarismo desde mucho antes de fundar el periódico de exiliados “Iskra” (“La Chispa” en español), editado en Múnich, Londres y Ginebra entre 1900 y 1905. En cuanto a Lev Davidovich Bronstein “León Trotski”, está en los Estados Unidos tras haber pasado por Zurich, Múnich, París y Madrid entre otros lugares, antes de volver a Rusia. Ambos habían sido presos políticos que lograron fugarse del país. En el nuevo escenario, el Gobierno Provisorio decide la amnistía de los presos políticos en el exilio e invierten dinero para repatriarlos. Su propósito es sumarlos al debate para decidir el futuro del ya exImperio que va camino de convertirse en una república. Vuelve el anarquista Piotr Kropotkin, quien vivió en Suiza muchos años. En abril retorna Lenin. Y detrás del regreso de Trotski se produce el de todos los exiliados. 114


Rusia se vuelca al socialismo y saluda la revolución, en la que hay muchos actores políticos pero ninguno bolchevique por el momento. Aún han de pasar muchas cosas antes de que el 1 de mayo de 1917 se festeje y en la fachada del Palacio de Invierno de la actual San Petersburgo aparezca pintada la frase “¡Proletarios de todos los países, uníos!”. Más todavía, antes de que el 1 de septiembre se proclame la República. Brotan dos facciones de poder que no siempre se reconocen una a la otra y que curiosamente, como ya hemos comentado, conviven en el mismo edificio. El Gobierno Provisorio, conformado por los exdiputados, que son la democracia burguesa. Y los “Soviets” (soviet quiere decir “concejo” en ruso), un consejo obrero formado por grupos de trabajadores y soldados comprometidos con el momento, que buscan elegir a personas que representen sus intereses y los intereses de los gremios. No son diputados de profesión. Buscan conciliar posturas, con una consigna clara. “Si en algún momento, quienes elegimos para que nos representen dicen algo que no queremos, los reemplazamos y seguimos adelante”. Los Soviets debaten y eligen finalmente un comité ejecutivo en el cual hay pocas personas, pero una es particularmente especial porque integra ambas facciones. El Gobierno Provisorio y los Soviets. Se trata de Aleksandr Fiódorovich Kérenski (Simbirsk, Rusia, 22 de abril de 1881-Nueva York, Estados Unidos, 11 de junio de 1970). Kérenski tiene un nivel de popularidad increíble. Tal, que en torno a él se van alinean los diferentes actores políticos para reconducir el país en los próximos meses. Kérenski es persuasivo. Exdiputado de la Duma, su retórica, muy de izquierda, socialista y revolucionaria, no sólo hace que los Soviets de Petrogrado le elijan como representante, sino que la propia calidad de su discurso hace que incluso los miembros del Gobierno Provisorio confíen en su liderazo emergente. Sin embargo, hay una cuestión que no cicatriza durante la llamada Revolución de Febrero. Los partidarios de la derecha, conservadores ellos, si bien querían el cambio, observan que la transformación postzarista ha empezado demasiado por la izquierda y creen que están perdiendo el control de lo que pasa. Son conscientes de que la situación se les está yendo de las manos. Y 115


para los prosélitos de la izquierda, la revolución es burguesa. Este punto sin retorno hace que ninguna de las facciones se apropie de la revolución, aunque todos agitan la bandera roja para saludar el nuevo tiempo. Burgueses y socialistas festejan porque han dejado atrás el zarismo, pero el único que siente verdaderamente suya la revolución y se proclama como portavoz, es Kérenski. Aleksandr Kérenski ha sido designado ministro de justicia en el primer Gobierno Provisorio, que si bien al principio quiere hacer elecciones en asamblea constituyente, luego violará esa intención para proclamar la República de Rusia el 1 de septiembre. La popularidad de este jurista, crece. Y aumenta cuando tiene un gesto muy destacado por los medios en aquellos días. El ministro le da la mano en señal de agradecimiento a la persona que le abre la puerta para entrar al edificio del gobierno. La gente, entre la que ya es famoso por haber defendido con éxito muchas causas como abogado, pasa a identificarle como un líder democrático y libre. Mientras otros políticos escriben y trazan el que ha de ser el rumbo de la nueva nación, Kérenski habla con pasión y enciende a las multitudes. Los rusos que emigraron posteriormente y estuvieron en Italia y Alemania, colocan su capacidad para comunicar y seducir con la palabra por encima de la de Mussolini o Hitler. El propio Kérenski, a quien ni siquiera Lenin critica en abril de 1917 por su grado de popularidad, muchos años después dirá que “si yo hubiera tenido la televisión en mi época, nunca habría perdido el poder”. Serán los bolcheviques quienes se lo ganen. En abril todos lo adoran. En septiembre todos le odiarán. Habla mucho y sus ambiciones bonapartistas le crean enemigos. Kérenski quiere ser la única referencia de poder y eso le va a perder en unos meses. Mientras tanto, el Gobierno Provisorio necesita dinero para continuar en la Gran Guerra. Al mismo tiempo que las empresas británicas y estadounidenses buscan hacerse con la concesión de los ferrocarriles -entre otras esferas de la economía-, financiándola, la gente no entiende por qué se lucha en la Primera Guerra Mundial. Para los aliados, lo más importante es que Rusia se mantenga en el frente. Si Rusia sale, Alemania destruirá Francia e Inglaterra. Para la subsistencia de ambos países es primordial evitar conflictos con Rusia. Por esto, por ejemplo, Inglaterra le niega el asilo a Nikolái II y rechaza al exZar y a toda su familia. Entretanto, La Revolución Rusa empieza a producir cambios en el 116


mundo. También en la política externa estadounidense, que cambia la Doctrina Monroe atribuida al expresidente James Monroe en 1823 (“América, para los americanos”), por otra que supone que sus intereses están no solo en el continente americano, sino también en Europa y otras partes del mundo. Lo expresará en 1919 el presidente Thomas Woodrow Wilson, fundador de la Sociedad de Naciones, actual Organización de las Naciones Unidas (ONU). Estados Unidos le declara la guerra a Alemania en abril de 1917, y envía sus tropas a Europa. Inglaterra continúa prestándole dinero a Rusia para que no salga de la guerra, pero la gente está harta de luchar en un conflicto del que no se siente responsable ni lo siente propio. En junio ya hay 2.000.000 de desertores. Algunos regresaban a la pelea cuando Kérenski les daba la amnistía, pero después de junio suceden hechos trágicos que cambian el curso de los acontecimientos. Kérenski proclama que “la nueva Rusia, libre de las cadenas del zarismo, puede derrotar a Alemania”. Se siente poderoso y al dar pistas sobre sus planes, los alemanes toman conocimiento de ellos y se produce el desenlace. El 15 de junio comienza la ofensiva, pero el 18 termina. Las tropas rusas se ven obligadas a retroceder muchos kilómetros. Los alemanes avanzan, Rusia sufre entre 60 y 80.000 bajas, cae derrotada en la Primera Guerra Mundial y este fracaso provoca manifestaciones numerosas en contra del Gobierno Provisorio. En una de estas protestas le disparan a la gente con ametralladoras desde varios techos de la Avenida Nevski para intentar aplacar la movilización, y la situación se descontrola. Nadie sabe quién ha disparado, y el Gobierno Provisorio culpa de la matanza a los bolcheviques, quienes han sido los únicos políticos que han abogado por el retiro de Rusia desde el inicio de la Gran Guerra. La oposición de los bolcheviques a la Primera Guerra Mundial ha ido en aumento en tanto y en cuanto han visto que la gente está cansada, sufre y se pierden familias enteras en un conflicto bélico en el que nadie sabe por qué se lucha. Los bolcheviques han denunciado lo que ocurre y se han posicionado a favor de la ciudadanía, con Lenin como portavoz, quien ya está de regreso en el país después de sus exilios. Trotski, quien también se compromete a ponerle un freno a lo que pasa, vuelve entre la última semana de junio y la primera de julio, y se suma al partido 117


bolchevique. Mientras tanto, los alemanes continúan avanzando sobre la frontera occidental de Rusia. Si bien la Rusia imperial había llegado a ser la quinta economía del mundo hasta la finalización del siglo XIX, el nivel de corrupción y desgobierno la han sumido en el caos interno, y de esta situación se aprovechan ahora los intereses de fuera. Las fábricas e industrias en Rusia son de capitales extranjeros y estos se llevan los beneficios de sus actividades a sus respectivos países. Los miembros del Gobierno Provisorio anuncian la llegada de nuevas inversiones, aunque en realidad fomentan el otorgamiento de mayores concesiones a los empresarios británicos, franceses y norteamericanos para continuar enriqueciéndose. El país está descomponiendose y el gobierno de Kérenski, quien se confirma solo en el poder tras la dimisión del liberal Gueorgui Lvov, se encuentra en problemas. A principios de junio responsabiliza a los bolcheviques de las ejecuciones en la Avenida Nevski y los condena a muerte un mes después. Esto hace que Lenin, entre otros referentes, huya a las afueras de Petrogrado, en donde se instala con otro nombre. Cuando regrese en octubre, tendrá una nueva apariencia para pasar desapercibido. Se afeitará la barba, los bigotes y usará una peluca para que no le reconozcan. Sin embargo, apartar a los bolcheviques y estigmatizarlos acusándolos de que “no quieren la guerra porque son espías alemanes que buscan traicionar al país”, no le alcanza a Kérenski para lograr tranquilidad. Como se niega a retirar las tropas rusas del frente de guerra, la gente continúa indignada. Por eso Kérenski promueve al general Lavr Kornílov como comandante en jefe el 21 de julio buscando recuperar autoridad. Pero ambos se pasan los primeros días de agosto discutiendo sobre la manera en que hay que administrar el poder. Como Kérenski no acepta lo que le propone Kornílov, el militar se convence de que el político es una rémora para sus planes y trama un golpe de estado. Kérenski sospecha primero y luego se entera de este movimiento, así que tras darse cuenta de que está en problemas, decide dos cosas. Rearma a la Guardia Roja, conocida como “la milicia del pueblo” para enfrentar a los militares, y destituye a Kornílov de su 118


cargo de Comandante en Jefe del Ejército. Sorprendido por la decisión, éste, que no podía ni ver a los bolcheviques, y ahora tampoco soporta a Kérenski, no la acepta y marcha contra Petrogrado. Con el paso de las semanas y los meses la gente se cansa del mismo discurso y la politiquería extrema de Kérenski. El desengaño con el gobierno hace crecer la popularidad de los bolcheviques, más que nada en los sectores de soldados y marineros. “Paremos la guerra para que dejen de morir compatriotas por una causa que no es nuestra”. La ciudadanía empieza a reconocerlos como la voz del pueblo, y que el gobierno de Kérenski anulara la condena que pesaba sobre ellos, aún por temor a un golpe militar, les exonera. En otro orden, en cierta manera el Zar reconoce al Gobierno Provisorio. Nikolái II escribe en su diario personal que Kérenksi “es una persona buena y justa en el lugar indicado, en el momento preciso”. El último zar de la dinastía Románov invierte su propio dinero en las obligaciones emitidas por el Gobierno Provisorio para respaldar la ofensiva en la Primera Guerra Mundial, a la que él había conducido a Rusia años antes. El exmandatario legitima con esta decisión personal al gobierno de coalición que le ha sucedido. A fines de agosto, Kornílov -según Kérenski- arma el golpe de estado y manda a un cuerpo de sus tropas a Petrogrado. Ante el miedo de ser derrotado, Kérenski busca la ayuda de alguien capaz de “defender la revolución” entre quienes están en Petrogrado, entre el denominado Petrosoviet. Muchos de ellos están bastante influidos por los bolcheviques, por eso Kerenski había liberado a muchos de sus líderes y ahora trata de buscar aliados entre ellos contra Kornílov. Y logra ganar. Convoca un nuevo gobierno (pero de casi todas las mismas personas) que se llama el Directorio, y proclama la República el 1 de septiembre. Al Gobierno Provisorio, sin embargo, ya no le obedecen en muchas localidades y ciudades. Llega octubre y los Soviets -no los bolcheviques- ya cuentan con la licencia y aceptación social. ¿Cómo y cuándo se hacen con el poder entonces los bolcheviques? El 25 de octubre. Aprovechan una ausencia de liderazgo en el Consejo de los Soviets, en donde hay diferentes facciones que se disputan el poder. Frente a ellos, sobre todo, los socialistas revolucionarios de 119


derecha contra los moderados llamados “mencheviques”, liderados por Yuli Ósipovich Zederbaum “Yuli Mártov” (Constantinopla, antigua Estambul, Turquía, 24 de noviembre de 1873-Schömberg, Alemania, 4 de abril de 1923). Los mencheviques creen que derrocar al Gobierno Provisorio antes de la Asamblea Constituyente que debe legitimarlo en enero de 1918 “es un crimen”. “Usurpar el poder es un delito”, dicen. Sin embargo, a medida que los Soviets han acumulado influencia, se ha hecho mayor la distancia emocional y los puntos de vista que han dividido a mencheviques y bolcheviques. Al ser ya una brecha insalvable, los socialistas revolucionarios de derecha, los mencheviques, y otros, se marchan. Cuando se iban del congreso, Trotski les dijo: “¡Váyanse adonde pertenecen: al basurero de la historia!”. Los bolcheviques, junto a los socialistas revolucionarios de izquierda, se hacen con el control del Consejo de los Trabajadores -los Soviets-, y forman el Gobierno de Coalición. Los movimientos recientes van a aumentar la cohesión dentro del Consejo y a dejar atrás un período de disputas. De esta forma, con los bolcheviques, los Soviets van a acabar salvando a Rusia de la autodestrucción gracias a sus ideas políticas. Asear el gobierno es el principal objetivo de Lenin y Trotski. Buscan que no se repitan movimientos como los del canciller Mikhail Tereschenko, integrante millonario del Gobierno Provisorio, quien pese a su cargo, buscaba instigar la independencia de Ucrania desde su oficina. Tereschenko tenía la mayoría de sus propiedades y negocios en Ucrania. Por eso agitaba la interna del país vecino aprovechando su influencia y el caos institucional en Rusia para obtener mayores beneficios para sus empresas. En el Gobierno Provisorio ha habido varias fortunas personales con intereses particulares, como la suya, que operaban en provecho propio. Así las cosas, el desplome de la imagen de Kérenski, quien se exilia en el exterior después de intentar en vano recuperar el poder, más otros conflictos diferentes dentro y fuera de las fronteras, junto a episodios como el de Tereschenko y la irrupción de los bolcheviques como nueva fuerza, todo hará que el país se precipite hacia una 120


guerra civil casi inevitable. Pero no es del todo correcto culpar a los bolcheviques de la totalidad de los males, y responsabilizarlos sólo a ellos de la sangre que va a correr. En un contexto violento y de incertidumbre política, hay que tener en cuenta que la unica preparación que han recibido las personas para sobrevivir durante este tiempo es saber cómo matar gente sin importar el número de personas, ni quiénes sean. Lo que hacen los bolcheviques es desarrollar una inteligencia en este sentido para posicionarse y cerrar filas. Luego generarán cada vez más adeptos gracias al intelecto de Lenin y su capacidad para gestionar adelantándose a los hechos antes de que ocurran. Él es el gran triunfador de la Revolución de Octubre. Sus acciones, junto a las de León Trotski al frente del Sovnarkom (Soviet Naródnyj Kommissárov) -Consejo de los Comisarios del Pueblo-, han acabado con el Gobierno Provisorio y los acuerdos entre las coaliciones para continuar con esa forma de presidencia. Se ha producido entonces la salida definitiva del escenario político por parte de los mencheviques, quienes ni siquiera han negociado su presencia en las carteras de ministros. Y Lenin ha proscrito, denunciado y condenado por traidores a los Kadetes (Partido Democrático Constitucional identificado por sus siglas KD, integrado por representantes de la clase media y el resto de la burguesía política). En cuanto a la Gran Guerra, Lenin culmina su primera tanda de decisiones pasando la capital de Petrogrado a Moscú el 15 de marzo de 1918. Así se cierra el capítulo de la Revolución Rusa.”

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1945, GUERRA PATRIA Y CONSECUENCIAS Del comunismo al socialismo. Rusia como potencia. “Lenin tomó un país en ruinas y ha sentado las bases para lograr reconducirlo. Al frente del gobierno está muy poco tiempo, apenas 4 años. Hasta 1922. Tiene problemas de salud y deberá dejarlo. En un lapso muy corto ha ganado la Guerra Civil, que ha tenido focos múltiples, superando momentos de caos extremo entre 1918 y 1920. Un conflicto en el que el nuevo gobierno bolchevique y su Ejército Rojo creado por Trotski, han derrotado a sus opositores políticos (conservadores, liberales monárquicos y socialistas contrarrevolucionarios alineados con la Iglesia Ortodoxa Rusa), quienes se habían unido a los militares de las extropas zaristas para conformar el Ejército Blanco. También ha hecho acuerdos nacionales e internacionales al finalizar la Primera Guerra Mundial en la que el Imperio Ruso integró la Triple Entente junto a Francia y Gran Bretaña. Virtuales vencedores del conflicto frente a los Imperios Alemán, Austro-húngaro y Otomano (turco), aunque por las consecuencias legales del Tratado de Brest-Litovsk, Rusia no parezca serlo. En el tiempo en el que ha durado su papel activo en la “Gran Guerra” (1914-1917), Rusia ha perdido el 5% de su población masculina comprendida entre los 15 y los 50 años. 122


El período de gobierno de Lenin se suele fraccionar en tres etapas. La “pacífica” y breve entre la firma del Tratado de Brest-Litovsk (renuncia al control sobre Finlandia, Polonia, Estonia, Livonia, Curlandia, Lituania, Ucrania y Besarabia) con los imperios de Europa Central, y el recrudecimiento de la Guerra Civil en el verano de 1918. La de la Guerra Civil y la Guerra con Polonia, lapso que transcurre en alrededor de dos años y medio. Y la de la postguerra, marcada por la instauración de la Nueva Política Económica (NEP) que promulga por decreto el 21 de marzo de 1921. Ni bien muere Lenin en enero de 1924 a la edad de 53 años, Petrogrado pasa a llamarse Leningrado, nombre que va a mantener hasta 1991. El vacío que queda en cualquier gobierno tras la pérdida de un líder influyente es grande y el pulso por el poder en Rusia se endurece. Hay dos personalidades que se proyectan. León Trotski, titular del Ministerio de Asuntos Exteriores durante el primer gabinete elegido por los Soviets el 7 de noviembre de 1917, y Iósif Stalin, quien ha estado a cargo de la cartera de Nacionalidades en el mismo Primer Consejo de Comisarios del Pueblo. Trotski, tolerante y conocedor del arte de la diplomacia, había simpatizado inicialmente con los mencheviques, aunque luego terminó siendo fundamental desde varios aspectos para el afianzamiento de los bolcheviques en el poder. Sin embargo, algunas diferencias con Lenin a la hora de ponerle un punto final a 123


las negociaciones con los imperios centrales tras la Primera Guerra Mundial, provocaron un distanciamiento entre ambos. En cuanto a Stalin, de personalidad opuesta, la influencia que acapara tras ser nombrado en abril de 1922 Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la U.R.S.S. relevando a su protegido Viacheslav Mólotov, le ha llevado a crecer de forma exponencial en la política interna. Tanto, que hasta Lenin, ya muy complicado de salud pero siempre adelantado a su tiempo, observa con preocupación este incremento de poder, y recomienda reubicar políticamente a Stalin para evitar problemas mayores, a través de una carta fechada en enero de 1923. Se trata de una carta dirigida al Congreso, que alguien oculta y recién va a ver la luz en 1956, durante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética. Stalin permanecerá 30 años en el poder. Es una persona muy discutible. Algunos de sus rasgos personales no me gustan, ni estoy a favor de muchas de sus decisiones, pero se puede comprender por qué las toma. Incluso al hablar de la represión que utiliza en esta época. Me explico. El aparato de la Rusia soviética se gesta en medio de la Primera Guerra Mundial, durante una Guerra Civil y en el transcurso de otro conflicto bélico de 2 años contra Polonia. Guerra desde 1914 hasta casi 1925. 11 años de tensiones y conspiraciones. Sabemos que el contexto delimita todo. Por tanto, al hacer el ejercicio de situarnos en el de entonces, veremos mayor complicación a la hora de cambiar la mente de la gente. Stalin lo logró al trasladar el espíritu de la lucha al ambiente laboral. La retórica militar mutó para modificar el paradigma y reformar el sistema. Así llegan los premios y los castigos. Condecoraciones para aquellos que protagonizan hazañas laborales. Algo así como “antes peleábamos en la guerra, ahora luchamos en el ámbito del trabajo”. Ese era el mensaje. La 'Orden de la Bandera Roja' creada en septiembre de 1918, con la que se ha premiado a los héroes militares, a partir de ahora va a servir como estímulo para recompensar proezas laborales. Poco después de que la derrota de Rusia en la Guerra Fría se hizo oficial el 25 de diciembre de 1991, Estados Unidos inició una campaña de descrédito hacia los años de gobierno de Lenin y Stalin 124


para minar la credibilidad del sistema ruso. Pero si nos situamos en el contexto de esta época a nivel mundial, y la revisamos con amplitud y perspectiva, mejoramos el nivel de comprensión histórica. Europa y Estados Unidos están dominados por el fascismo, al que Rusia va a derrotar en la Segunda Guerra Mundial. 1- El 28 de julio de 1932, Herbert Hoover, presidente de Estados Unidos, ordena reprimir a la “Bonus Army”. Son los veteranos sobrevivientes de la Primera Guerra Mundial que, acampados cerca del Capitolio, reclaman el pago del subsidio prometido por el gobierno. Están desempleados y arruinados por la Gran Depresión de 1929, pero son arrasados por una acción militar coordinada por los Generales Douglas MacArthur y Dwight Eisenhower, con tanques incluidos. La caballería, dirigida por el Mayor George Patton, arroja además gases venenosos entre los veteranos y sus familias. 2- El 10 de abril de 1932 se celebran elecciones en Alemania y se impone el viejo presidente Paul von Beneckendorff und von Hindenburg, quien se ve obligado tras la gran elección en la segunda vuelta de la extrema derecha radicada en el Parlamento (36% de los votos), a nombrar Canciller a su vencido, Adolf Hitler Pölzl, a comienzos del año siguiente. Hindenburg muere en agosto de 1934 y Hitler aprovecha el vacío de poder para autoproclamarse “Führer” y Canciller Imperial, y lanzar una política autoritaria tanto en el plano interior como en el exterior, prometiendo “el exterminio del putrefacto y dividido marxismo”. 3- El 6 de septiembre de 1930, el General José Félix Uriburu ha liderado el Golpe de Estado en Argentina que derroca al gobierno constitucional del presidente Hipólito Yrigoyen y comienza la llamada “Década Infame”. Período que recién finalizará en 1943. Al mismo tiempo, en todos los países bálticos triunfan diferentes dictaduras. Lo mismo ocurre en Polonia con Józef Pilsudski. E Italia encumbra a Benito “Il Duce” Mussolini, quien permanece desde 1922 hasta 1945 en la cima del poder, proclamando como objetivo primordial finiquitar al comunismo. 4- El 17 de julio de 1936, el General Francisco Franco Bahamonde, respaldado por todo el espectro de la extrema derecha, la iglesia y 125


las clases preocupadas por el triunfo en las elecciones de febrero del Frente Popular, una coalición de partidos de izquierda, conduce a España a la Guerra Civil, que se extiende hasta abril de 1939. Vence en este conflicto, es nombrado “Generalísimo” y se va a eternizar en el poder hasta su muerte acaecida en 1975. 5- La noche del 18 de noviembre de 1936 se suicida Roger Salengro, Ministro del Interior francés, tras soportar la campaña más desleal que se ha cebado jamás con un político progresista galo, por parte de la extrema derecha francesa. León Blum, Primer Ministro y líder del Partido Socialista Unificado, Sección Francesa de la Internacional Obrera, consigue retener el poder superando el intento organizado de desestabilización a su gobierno. Los años '30 son la década más oscura, hasta el momento, para la historia mundial en general. No obstante, la Unión Soviética se convierte en una potencia gracias a su política interior de Industrialización Forzada. Primero, en 1929-30 se inicia la Colectivización. Supresión de la propiedad privada y conversión de las haciendas particulares en “koljós” y “sovjós” (granjas de explotación colectiva, y fincas controladas por el Estado). Además, el Plan Quinquenal reemplaza a la Nueva Economía Política (NEP). El proceso de la Colectivización se cobra muchas víctimas entre los “Kuláks” (propietarios ricos que se oponen y llegan a destruir cosechas y ganados), y los campesinos. Es importante establecer la cronología de los hechos en un momento decisivo para la Unión Soviética. Comenzamos con la Colectivización. Es obligada y mucha gente se comporta de manera cruel. Los propietarios, sin importar si son grandes, pequeños o medianos, son obligados a recategorizarse y compartir sus bienes. Es decir, que todo lo individual pasa a ser propiedad de todos, le moleste a quien le moleste. Pero, ¿por qué? Lenin había pensado en esto en su momento y había hablado de la Colectivización entre sus colaboradores más estrechos porque veía venir un nuevo cimbronazo mundial. Pero hacía hincapié en incorporarla de manera suave y gradual. Que se aceleren los tiempos va a terminar ayudando al país. La Colectivización, etapa inicial del primer Plan Quinquenal de Industrializacion Forzada, se inicia en 1928. Unos meses después, se produce el movimiento que 126


había previsto Lenin. En octubre de 1929, después de un default que sacude a Wall Street, colapsa la economía de los Estados Unidos de América. Para protegerse del impacto de ese crack financiero, el gobierno de la U.R.S.S. publica la novedad de la Industrialización el 7 de noviembre de 1929. En todo el mundo empieza la depresión económica y lo único que la U.R.S.S. puede ofrecer es trigo porque tiene una sobreproducción. Pero como el hambre se globaliza y nadie tiene dinero, la Unión Soviética ve la oportunidad de canjear el producto de su cosecha por maquinaria, con el objetivo de modificar su esquema de producción y dejar de depender exclusivamente de la agricultura. Así es como comienza a construir diversas plantas industriales, entre ellas, las de explotación hidroeléctrica. Ahora no sólo una familia estará en condiciones de utilizar un tractor, sino que toda una comunidad lo puede aprovechar. Se necesitan resultados rápidos y todos están llamados a compartir. Máquinas, ganado... Muchos no entienden la medida y matan sus vacas para comerse la carne en vez de repartirla, pero pronto verán que la medida no sólo salva al país, que no tiene otra cosa para comerciar, sino que será la clave de la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Las personas habían podido conseguir algo propio 10 años después de La Revolución. Colectivizar era una lástima por eso. Muchos iban a perder cosas materiales. Pero la unión hará que Rusia salga adelante. Me explico. La educación va a ser accesible para todos y la gente podrá enviar a sus hijos al colegio. Mientras que la industrialización posibilitará que la Unión Soviética vuele al espacio exterior. Es muy lindo que algunos puedan acomodarse y vivir bien. Pero lo superador, que es conseguir objetivos grandes a nivel nacional, no se hace así. Hay momentos en los que es necesario que todo el mundo se comprometa y haga un sacrificio para resurgir. Como se suele decir, “no se pueden hacer huevos fritos sin romper los huevos”. Y es así. Hay gente que está en contra de Stalin. Por supuesto. ¿A quién le gusta perder lo que le costó conseguir? Mi abuelo tuvo propiedades. Después, sólo le quedó lo suficiente para vivir. Pero lo que sucedió 127


entre 1929 y 1930 fue necesario. Se compraron tecnologías. De la fábrica Ford, por ejemplo, y otras. La Unión Soviética fue el único país que consiguió generar una oportunidad en medio de la Gran Depresión de 1929. Hasta le dio la idea a Estados Unidos durante la presidencia de Franklin Delano Roosevelt para desarrollar un nuevo plan económico a fin de tener una economía planificada con elementos del socialismo. Construyó autopistas, el Empire States Building en 1930, y desarrolló sus automotrices. E.E.U.U. observó la transformación de la Unión Soviética, y se reorganizó. Mientras tanto, en la U.R.S.S., donde antes había fábricas sueltas de automóviles, ahora se ha dado un salto de calidad y se producen a gran escala. Son las fábricas que después construirán tanques. El espíritu del Plan Quinquenal es ese. Construir fábricas y plantas hidroeléctricas. La plataforma para constituir el futuro del país. Hacer de un país agrario uno industrial de la nada en 5 años, es casi imposible. Pero la Unión Soviética lo logra y transforma su economía de base. Se reinventa y crea riqueza dentro de sus fronteras para superar la crisis y ganar luego la Gran Guerra Patria. La moraleja es que cuanto más temprano generes un cambio semejante, uno de verdad, menos doloroso será todo en el futuro. En el área militar, en la Primera Guerra Mundial el Imperio Ruso compraba el 95% de su armamento fuera del país. Sin embargo, en la Segunda Guerra Mundial producirá todo dentro. Tanques, barcos, aviones... Ese desarrollo le posibilitará imponerse al ejército más poderoso de la tierra. En 1932-33 azota el hambre. La “holodomor” (hambruna en zona fértil, en ruso), ocurre sobre todo en Ucrania, sur de Rusia y norte de Kazajistán. En 1937-38 empiezan las grandes purgas de Stalin. En 1941 comienza la Gran Guerra Patria (Segunda Guerra Mundial). Y en 1945, la Unión Soviética contabiliza 27 millones de fallecidos por la guerra. Una nueva purga se produce en 1949-50. Luego vendrán el Cosmopolitismo, el Caso de Leningrado y el Complot de los Médicos. En referencia a la Holodomor, estamos en 1932-33. Es temporada de cosecha y los agricultores tienen una mala recolección porque ha habido una sequía histórica. Sin embargo, el gobierno requisa la 128


misma cantidad de trigo que cuando las condiciones climáticas favorecen la siembra. Al no haber controlado debidamente el deseo de almacenar más trigo para negociar en el mercado, y continuar de igual manera con el proceso de Industrialización Forzada, se produce la hambruna. Hay una razón más para explicarla. La competencia que han librado los gobernadores de cada región, queriendo demostrarle a Stalin los mejores resultados en pos de conseguir la 'Orden de la Bandera Roja'. Esa competencia se ha desarrollado a cuenta de víctimas inocentes entre rusos, ucranianos y kazajos. Como los representantes del gobierno han extraido más trigo del debido, no han quedado más semillas para plantar y el hambre causa estragos. Si bien en 1934 el gobierno ayuda a muchos sobrevivientes, lo sucedido siempre será considerado el resultado de un enorme pecado cometido por el sistema stalinista. Cuando Stalin hablaba de Cosmopolitismo en 1948, hacía referencia a los sionistas. Los calificaba de cosmopolitas sin raíces. Antes no se había referido a ese tema porque los judíos estaban integrados y de hecho tenían un Comité antifascista en Moscú. Pero desde mayo de 1948, cuando nace el Estado de Israel, comienza una disputa feroz que se intensifica cuando explota el Complot de los Médicos y Stalin asegura que “todo sionista es agente del espionaje estadounidense. Los nacionalistas judíos piensan que su nación fue salvada por los Estados Unidos, allá donde ellos pueden hacerse ricos y burgueses. Piensan los judíos que tienen una deuda con los estadounidenses. Y entre los médicos, hay numerosos sionistas”. El Estado de Israel se forma después de la Segunda Guerra Mundial en el territorio que Gran Bretaña tenía en Palestina. Parte de un juego sucio en el cual está incluida también la idea del holocausto. Los ingleses, que hasta entonces constituían la primera economía del mundo, tenían sus esclavos en India y Bangladesh que trabajaban por centavos. Los países desarrollados en el sistema capitalista intervienen en otros países a su voluntad y luego ofrecen puestos de trabajo pagando muy poco dinero. La mano de obra 129


barata es una de las cosas que mueven al mundo. Los judíos habían sido las víctimas del capitalismo alemán. Primero, el Tercer Reich quería que los judíos trabajaran para ellos de manera casi gratuita y los explotaba porque Alemania deseaba imitar el modelo desarrollado por Gran Bretaña. Una estructura que se servía de la economía de otras partes del mundo. Abusaba tanto de ellos que lamentablemente muchos morían. Y en las fronteras limítrofes, a los que conseguían emigrar nadie los recibía, ya fuera por miedo a represalias o por el efecto de la propaganda nazi. Era como si el entorno, acaso por temor, apoyara las medidas de Adolf Hitler, cuyo gobierno necesitaba esa mano de obra barata para dar competitividad a la producción alemana. No obstante, los alemanes iban exterminando a los judíos cuando veían que ya no les servían. A Estados Unidos también le interesaba tener en Europa un competidor bien colocado frente a Gran Bretaña para reducir el poderío británico. Acá es cuando vemos que el problema está en el sistema y no tanto en las personas. Ocurre lo mismo cuando se acusa a Stalin de asesino. Y no es así. Hitler forma parte del sistema. En su caso, el Capitalismo. Y el Capitalismo es el caballo sobre el que galopa el Fascismo. Este último, un sistema que busca quitarle los derechos a cierta categoría de personas para abusar de ellas. Esto, con el argumento de que “no merecen los beneficios que merecemos la gente normal”. Luego, el Colonialismo está activo cuando hay territorios overseas. Es decir, en el exterior, más allá de los mares. Lo que quiso hacer Alemania fue algo similar a lo durante muchísimos años desarrolló Gran Bretaña. Pero lo llevó a cabo dentro del mismo territorio continental. Oprimiendo a los países vecinos. Murieron muchos millones de personas y esas muertes fueron utilizadas por los sionistas como excusa para la formacion de un estado propio llegado el momento, y para usar la violencia contra otros países. ¿Qué quiere decir la palabra sionista? Son los patriotas de Israel. Aquí hay que hacer un matiz. Porque una cosa es ser judío, que es una etnia. Y otra, ser sionista. Los sionistas son un movimiento que nació en el siglo XIX, con raíces socialistas y nacionalistas, que soñaba con dar a los judíos 130


un estado en el que pudieran vivir juntos. El sionismo piensa que si uno es judío por la sangre, debe ser judío en la religión, patriota de Israel y no mezclarse con otras etnias. Su prioridad ha sido siempre que “si eres judío, tienes que amar tu propia patria”. Aún cuando esta no existía. Los sionistas se aprovecharon del efecto del holocausto y el sacrificio masivo del pueblo judío oprimido por la Alemania nazi, para argumentar la supuesta necesidad de formar una nación y tener la excusa de hacer lo que hacen en el territorio árabe hoy en día. El gobierno de la Unión Soviética apoyó la formación del Estado de Israel porque pensaba que iba a ser un estado socialista. Se trataba de víctimas del capitalismo. Y sus kibutzs (comunas agrícolas israelíes), por ejemplo, eran ideas supuestamente antifascistas. Por eso la Unión Soviética es el primer Estado que reconoce a Israel. Porque ve elementos en común con su sistema. Lo que ocurrirá luego en Israel es que la propaganda burguesa nacionalista le hará creer a la gente que son propietarios con derecho a hacer lo que se les antoje, y empezarán a desarrollar la misma política que los países colonizadores. Para desarrollar un estado propio, Israel debía tener financiamiento y no pudo tenerlo hasta después de la Segunda Guerra Mundial. La Unión Soviética se lleva una sorpresa cuando ve que Israel al final no tiene nada que ver con el socialismo. La U.R.S.S. pensaba que Israel se iba a convertir en un aliado suyo. Sin embargo, en los años '50 se alió al bloque estadounidense para retribuir el apoyo económico que había ido recibiendo. El cosmopolitismo como cuestión de estado en la Unión Soviética se da cuando Stalin se da cuenta de que los judíos buscan agruparse y expandirse. Entonces, para facilitarles la creación de su comunidad en el territorio soviético los iba enviando a Kazajistán. Mientras tanto, Trotski estaba en contra del Estado Israelí porque lo percibía como un estado burgués con intenciones de sembrar lo que ha sembrado. No se equivocó. Ya los alemanes temían el linaje judío y la habilidad política que veían en su gente, por eso actuaron como lo hicieron. Este es un tema muy delicado. El cosmopolitismo dura hasta la muerte de Stalin. Mientras tanto, en mayo de 2018 se han 131


cumplido 70 años nada más de la creación del Estado de Israel. Así las cosas, muchos judíos llegaron a Palestina en 1947 con el apoyo de Gran Bretaña. Pueblos enteros. Y en la actualidad los árabes son una minoría. ¿Apoyo de Gran Bretaña? Por supuesto. Es muy importante recordar que Moshé Dayán, figura política icónica en el Estado de Israel, ingresó en la academia militar bajo el gobierno británico en Bulgaria, alcanzó un grado muy importante en el ejército inglés durante la Segunda Guerra Mundial y que después de trabajar como oficial de la inteligencia británica pasó a ser ministro de Agricultura, Relaciones exteriores y Defensa, y Mariscal del ejército israelí. ¿Cuál había sido el proyecto que tenía Iösif Stalin para los judíos? Se llamaba Región Autónoma Judía y era tan ingenuo como interesante. Desde la década del '30, la Unión Soviética, trataba de vincular con la Internacional Comunista a la gente que padecía el atropello británico. Esta organización que nucleaba a los partidos políticos comunistas de varios países buscaba despertar conciencias y alertar a las comunidades para que no se dejaran pisotear. Los judíos eran considerados apátridas y acaso vulnerables ante el sistema capitalista en aquel entonces, por eso existía este proyecto. Para proveerles la tierra que buscaban. La Unión Soviética tenía una actitud colaborativa hacia los estados de nuevo tipo que no fueran monarquías porque alimentaban las expectativas de cambio real en el mundo. Con quienes jamás hubo empatía fue con los británicos, quienes nunca apoyaron a la Unión Soviética ni siquiera tras La Revolución de 1917. Por eso la U.R.S.S. nunca mantuvo una relación cordial con Gran Bretaña. En cuanto al Caso de Leningrado y al Complot de los Médicos, acontecen en los últimos años de Stalin en el poder. El primero, en 1949, cuando son ejecutados políticos jóvenes prominentes y destacados integrantes del Partido Comunista. Alrededor de 2.000 personas acusadas de haber creado una organización antisoviética en Leningrado (actual San Petersburgo), y de conspirar contra el Jefe de Estado. El segundo comenzó en diciembre de 1949 cuando fueron detenidos y arrestados docenas de médicos prestigiosos de etnia judía de la Unión Soviética, incluido Mirón Vovsi, el doctor de Stalin, acusados 132


de conspirar para asesinar a altos dirigentes políticos soviéticos aprovechando sus tratamientos médicos. Estas detenciones se sucedieron hasta poco después de la muerte del líder soviético, acaecida el 5 de marzo de 1953. Los médicos fueron liberados el 28 de marzo. En abril fue destituido Mijaíl Ryumin, Jefe de investigación de la NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos), y ejecutado en julio. Tras la ejecución, la U.R.S.S. restableció sus relaciones diplomáticas con el Estado de Israel. Pero regresemos unos años en el tiempo. A 1937, cuando comienzan Las Purgas. La primera y más grande, en una acción contra el ejército. Varias investigaciones de la agencia de inteligencia indican que en este momento hay opositores a Stalin entre varios militares de rango muy alto en el Ejército Rojo. Y que muchos “politruky” (funcionarios políticos) de peso conspiran junto a mariscales, preparando un golpe de estado contra el actual gobierno del partido bolchevique. Hay cinco mariscales, héroes de guerra en diferentes conflictos, que son indagados. Y tres de ellos serán sentenciados a muerte en 1938. Aleksandr Yegórov, Vasili Blücher -que es sometido a duras sesiones de tortura- y Mijaíl Tujachevski, el más célebre de los tres. A la vez, señalado por estas pesquisas como el más ambicioso. Al mismo tiempo, Stalin ya no tolera las críticas severas que le dedica durante años León Trotski desde el exterior, a quien después de acusarle de traidor tras la muerte de Lenin, había deportado a Kazajistán para detentar el poder en soledad. Trotski no le perdona a Stalin su manera de actuar. Su intransigencia. Tampoco que en 1929 le haya expulsado de la Unión Soviética. Esa disputa con Trotski, la paranoia motivada por ella, más la desconfianza hacia la cúpula militar, desata lo que se conoce como La Gran Purga. Este es un momento sumamente peligroso en el “politburó” (en ruso, el comité en el que reside la autoridad política). Hay una persecución incesante en busca de espías. Histeria, y abuso de poder. Se baraja la posibilidad de que se produzca un golpe de estado como reflejo de los que triunfan en Europa, por lo que Stalin endurece las medidas internas para reducir esa contingencia. De hecho, hay numerosos intentos para derrocarle que no prosperan. 133


Aún así, la monomanía fomentada por este riesgo se descontrola. El ejército era muy poderoso, tenía mucha autonomía y con el sojuzgamiento a los tres mariscales el gobierno busca reforzar su autoridad. Como al empezar la purga habían empezado a aparecer otras cosas, Stalin le otorga pleno poder a Nikolái Ivánovich Yezhov (léase “Íshov”), director de la policía secreta, para eliminar opositores ante la mínima sospecha. La Unión Soviética tiene un estado súmamente burocratizado y hay mucho papeleo. Cada detención se argumenta con expedientes y los casos llegan a juicio con su documentación respectiva. Yezhov, ahora Ministro del Interior, ve peligro en todos lados e insta a sus agentes a que obliguen a los detenidos a confesar, aunque no haya pruebas fehacientes de traición. Detienen, torturan, fuerzan a la gente a autoinculparse y asesinan. Así caen, entre cientos de miles de personas, Grigori Zinóviev y Lev Kámenev, colaboradores de Stalin en el momento en que éste accedió al poder tras el deceso de Lenin. Tan terrible y descontrolado es el accionar de Yezhov, y tan salvajes sus consecuencias, que Stalin lo encarcela en 1939, y es fusilado el 2 de febrero de 1940, como también sus inspectores torturadores. Paradójicamente, el 21 de agosto de 1940 también es asesinado León Trotski, tras sufrir un atentado cometido por Ramón Mercader, agente español del NKVD (“Naródny Komissariat Vnútrennij Del”, Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos), el día anterior en su domicilio de Coyoacán, México. Como sea, a finales de 1938 se había cerrado una primera etapa de matanzas que, contra lo que se pueda pensar, no eran clandestinas sino transparentes. Todo se había organizado y legalizado para masificar y justificar las ejecuciones. Sin embargo, no es correcto colocar a Stalin como un asesino, porque sería igualarlo a quienes sí lo han sido. Él frena la represion cuando esta se sale de control. Elimina a quienes se han extralimitado. Y, lo más importante, le devuelve la libertad a las víctimas de los operativos de Yezhov. Lo casi kafkiano aquí es que la Justicia no haya tenido nada que ver con lo sucedido. Es la Policía la que ha administrado los sumarios, 134


le ha proporcionado los materiales a los jueces, y los ha coaccionado. Lo más terrible de la época es la ausencia del Estado de Derecho. Hay un error histórico importante ahí, porque no se puede igualar a víctimas con victimarios. Stalin no mata por matar, ni ordena lo que ha ocurrido. Sí hay víctimas inocentes y eso representa algo horrible, pero la gente que los mortificaba es ejecutada. Justicia es que los torturadores hayan sido castigados. Entre 1938 y 1941 todo está más tranquilo dentro de la Unión Soviética. Pero los períodos de calma no suelen extenderse demasiado tiempo en esta época del país. El Tercer Reich alemán comienza un plan de expansión hacia el Este en 1938 y anexa por la fuerza a Austria en marzo proclamando la “Anschluss” (“unión” en deutsche Sprache, idioma alemán). Hitler arrasa Checoslovaquia en octubre y avanza. Hay una Sociedad de las Naciones (llamada informalmente Liga de las Naciones), en la que se comenta muy por encima el tema, pero este organismo, que en 1946 se convertirá en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), no actúa ante los hechos ni los condena. Es como si Bolivia y Paraguay hubieran sido invadidas hoy por Chile, y mientras Argentina u otro país buscan colocar el foco de atención sobre el asunto, en la ONU miran para otro lado y de repente les responden “dejen ese tema y cállense, ¿no ven que Chile está creciendo?”. La Unión Soviética y Francia tienen relaciones bilaterales con Checoslovaquia, pero nadie eleva una protesta formal ni lleva el tema a nivel oficial. Sin embargo, cuando Alemania ataca Polonia el 1 de septiembre de 1939 e Ignacy Moscicki, presidente polaco, huye junto a su gabinete a Inglaterra vía Rumania, la Unión Soviética ve lo que se le viene encima. Alemania ha eliminado el Estado de Derecho en Austria y en Checoslovaquia, y como nadie reacciona, sus tropas también han asaltado Polonia, que aunque tiene negocios en común con Gran Bretaña, no recibe protección de parte de ésta. Sólo asilo para su presidente. En el gobierno de Stalin, todos los tienen claro. “Los próximos somos nosotros. Los fascistas vienen a por nuestro territorio y a eliminar a la población”. Con el caos emergente en las fronteras, la Unión Soviética, que ya tiene al ejército de Hitler casi en la puerta, toma la decisión de entrar en Polonia y le explica a los embajadores del resto de los 135


países europeos por qué lo hace. Crece la tensión. Existe un Tratado de No Agresión entre alemanes y soviéticos, reflejado por el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que los ministros de Asuntos Exteriores de ambas naciones han firmado el 23 de agosto de 1939 en Moscú. Pero todo indica que para Alemania es papel mojado. Un apunte. Cuando los británicos y los franceses culpan a Alemania y a la Unión Soviética de haber dividido al mundo, hay que recordarles, por favor, que ellos no movieron ni un dedo por Austria y Checoslovaquia. Ese es el tema a discutir. El 22 de junio de 1941, la Wehrmacht, ejército alemán, invade el territorio soviético. La U.R.S.S. se ve obligada a incorporarse a la Segunda Guerra Mundial con el único objetivo de sobrevivir. 27 millones de soviéticos van a perecer en un conflicto que se cobrará la vida del 14% de la poblacion del país en 4 años. Los enemigos de Stalin dicen que ganó porque utilizaba los cadáveres como carne de cañón y que había una escopeta cada tres personas, pero eso es mentira. Ocurrió en la Primera Guerra Mundial durante 1915. Pero ahora los alemanes crean auténticos campos de exterminio allá donde van, y buscan conseguir lo que en esa primera Gran Guerra no pudieron lograr. Conquistar nuevos territorios y expandirse. Ningún país europeo sufre tanta pérdida como la Unión Soviética. Francia, muy poco porque no asume un rol protagónico. En Polonia y Yugoslavia los nazis exterminan al 11% y al 12% de la población respectivamente porque, según ellos, no les sirven ya que no son hombres de verdad. Sólo le dan importancia vital a esos territorios. Llegan, matan y queman todo publicitando la limpieza étnica y la eliminación del comunismo. Pero el propósito íntimo detrás de la expansión es acumular riquezas y el máximo poder posible. Como ha sucedido en numerosas oportunidades a lo largo de toda la historia, reaparece con fuerza el capitalismo y su obsesión permanente por expandir los mercados apostando por los conflictos bélicos para abaratar los costos de producción y engordar los bolsillos de la gran burguesía. Ya lo explica Luciano Canfora, filólogo, historiador y ensayista italiano en 'Democracia, historia de una ideología', publicado en 2004.

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“La continuación en el siglo XX del “bonapartismo”, el interclasismo demagógico, seductor, casi irresistible respecto a las masas menos politizadas, y al mismo tiempo sólidamente fijado en una relación de mutuo apoyo con las clases propietarias, es el fascismo”. La historia siempre ayuda a comprender el presente. Después de que la Unión Soviética gana la “Gran Guerra Patria” (Segunda Guerra Mundial), se quiebra la alianza con los aliados, y los países occidentales violan los acuerdos posteriores al conflicto porque el comunismo representa un supuesto peligro para su modelo de gobierno capitalista. Los británicos siempre parecieron muy humanistas desde la época de Churchill porque adoptaron como política no hacer masacres en su propia isla. Pero el imperio que fabricaron se nutrió de la sangre que derramaron de otras etnias o gentes fuera de sus fronteras. En la India, África y en todo el mundo. Mientras que la Unión Soviética se ha esforzado por establecer siempre un principio de igualdad. “Por las cosas que haya que pasar, así sean maldades, debemos pasarlas todos juntos”. Ese ha sido el espíritu soviético. Cuando los bolcheviques incoporaron esa esencia, propagando el sentimiento anticolonialista, Gran Bretaña pasó a considerar a la Unión Soviética como su mayor enemigo, a perpetuidad. En esto ha sido motivo importante, por ejemplo, la influencia de León Tolstoi y lo concerniente a la revolución rusa en la forma de pensar y gestionar de Mohandas Karamchand “Mahatma Gandhi” (Porbandar, India británica, 2 de octubre de 1869-Nueva Delhi, Unión de la India, 30 de enero de 1948). El líder que propulsó y sistematizó la resistencia no violenta en la India. Forma de actuar que derivó en la independencia de la India del Raj Británico (Ley de la Corona Británica) en 1947. Para Gran Bretaña, el comunismo siempre ha sido una gran amenaza. El plan que ellos tenían para la India era eliminar a la raza. A quienes para ellos eran “untermensch” o subhombres. De hecho, los ideólogos del exterminio del supuesto “hombre inferior” son los británicos. Lo que hace el nazismo es alimentarse de ello. El fascismo no nace en Alemania. Los alemanes estudiaron muy bien a los británicos y hay documentos que lo prueban. Hasta los campos 137


de concentración son un invento británico puesto en funcionamiento en la guerra contra los “bóeres” durante 1898 en Sudáfrica. Los ingleses siempre han actuado igual a donde han ido. Hasta en Irlanda, en donde en el siglo XIX había una población mayor a 10 millones de habitantes y ahora no llega a 5 millones. Eso es ser parte del imperio británico. Mucha gente en el Río de la Plata lamenta no haber sido colonizada por los ingleses. “Seríamos parte del primer mundo, fue una pena que no sucediera”, dicen. ¡¡No, mis estimados!! Argentina, por ejemplo, sería otro Bangladesh. O como menos malo, Pakistán. La Isla vive bien, pero sus súbditos tienen que darles todo para sostener ese nivel de vida. De lo contrario, borran a la población original. Acá todavía es posible convivir con descendientes de pueblos originarios. Ni siquiera los españoles fueron tan lejos en el continente americano como los británicos allá donde han ido. Los indios se hispanizaron y surgió el mestizaje, pero no fueron reemplazados por una supuesta raza mejor. Sin embargo, ¿dónde están los pobladores originarios en Australia? No hay, porque Gran Bretaña eliminó el multiculturalismo. Las fuentes del nazismo más nefasto y recalcitrante nacen en Gran Bretaña. Y, cuando se piensa en las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, se puede observar que los británicos tambien fueron derrotados. Las colonias británicas se independizaron a partir de que la India lo consiguió en 1947. Entonces Gran Bretaña perdió la posición dominante que tenía a nivel mundial. Antes de eso, todo la economía del mundo había girado en torno a la libra esterlina. Los países que ganan la Segunda Guerra Mundial son Estados Unidos y la Unión Soviética. Los E.E.U.U. reemplazaron a Gran Bretaña como poder hegemónico, y se convirtieron en la plataforma del capitalismo por excelencia. La U.R.S.S. triunfó sobre el fascismo, afianzó su modelo y, sostenida por un esfuerzo colectivo descomunal, se transformó en la otra gran potencia del planeta. Mientras tanto, Japón y Alemania, perdedores en 1945, pasaron a tener un rol curioso como países muy desarrollados, con una industria militar controlada y floreciente tras haber sido destrozados literalmente por la Guerra. Japón incluso ha padecido 138


los efectos de sendas bombas atómicas. ¿Por qué estos dos países han podido resurgir? Porque Estados Unidos observó en su momento que en ninguno de los dos anidó el comunismo, y que la mejor manera de mantener la relación de poder evitando que surgiera allí, era ayudándolos a reconstruirse con la inversión de grandes sumas de dinero. Ese ha sido el objetivo verdadero del European Recovery Program (ERP), más conocido como Plan Marshall, ya que fue ideado por George Marshall, Secretario de Estado de E.E.U.U. entre 1947 y 1949. En vez de producir tanques y armamento, Japón y Alemania comenzaron a producir automóviles. Y Estados Unidos les ofreció hacer negocios en su mercado interno para que pudieran salir adelante. La astuta política norteamericana previno el rebrote del comunismo. Domina a ambos países y los trasformó en súbditos de una manera muy inteligente, aprovechándose de que en Europa no quedó nada de dinero tras la Segunda Guerra Mundial. Con Francia, el único país con solvencia, nadie podía comerciar. Sólo Estados Unidos tenía los recursos para eso. La consecuencia de este nuevo mapa financiero resulta llamativa. En Estados Unidos todo el mundo conoce lo que es un BMW, Porsche, Mercedes Benz, Volkswagen, Toyota, Mitsubishi, Honda o Datsun. Pero nadie sabe lo que es un Citröen, un Renault o un Peugeot. ¿Un dato informativo? Toyota ha llegado a vender en Estados Unidos más autos que el resto de empresas estadounidenses juntas. Estados Unidos decidió no destinar fondos a Francia ni abrirle el mercado porque no era relevante para sus planes. No hay razón alguna que permita defender el argumento reduccionista clásico: “Japón y Alemania resurgieron porque su gente trabajó a sol y a sombra” porque nadie puede vivir así. La clave para ellos ha sido tener abierta la puerta de entrada al mercado. Tráfico de influencia a cambio de sometimiento financiero. Por eso está tan bien Alemania. Y también Japón. Países que fueron devastados y aniquilados. Nadie puede vivir confortablemente en un país arrasado sólo por trabajar las 24 horas. Hace falta algo. Los alemanes defienden el capitalismo y están en contra del comunismo. Tambien Japón. Ambos le sirven al capitalismo como 139


ejemplo y agentes disciplinantes para mostrar “cuan eficiente es”. Son aliados y, al mismo tiempo, epígonos. Nadie quiso hacer eso en la Unión Soviética antes ni en Rusia ahora. Nunca. Lo único que han querido hacer es quebrar su voluntad política y aprovecharse de sus recursos. Pero jamás lo han conseguido. Rusia ha logrado erigirse en la contracara del sistema dominante haciéndose fuerte de afuera hacia dentro. Así se ha transformado en la otra gran fuerza del planeta.”

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GUERRA FRÍA. CONTEXTO INTERNACIONAL En abril de 1945 muere Franklin Delano Roosevelt y llega Harry Truman a la presidencia de los Estados Unidos de América. Militar muy terco y poco diplomatico, el 33er presidente de E.E.U.U. es quien corta la cadena de colaboración que ha unido a Rusia con este país desde La Gran Depresión del '29. Tras batir al régimen nazi de Alemania, en junio de 1945 la Unión Soviética entra en guerra con Japón, la única potencia del eje fascista que quedaba vigente. Japón era el estado colonizador de Asia, y los experimentos que desarrollaba el Escuadrón 731 bajo la dirección del Comandante Shirō Ishii, rebasan con amplitud los métodos siniestros del Doctor Josef Mengele, también antropólogo y oficial alemán, conocido como “El Ángel de la Muerte”por su actuación en la Segunda Guerra Mundial al seleccionar víctimas y efectuar experimentos mortales con prisioneros. Los experimentos, torturas y asesinatos ordenados por Shirō Ishii a ciudadanos chinos, coreanos y hasta rusos que vivían en esos territorios, han sido terribles. Antihumanos y feroces. De esto no se habla porque la atención mundial ha estado dirigida siempre hacia las atrocidades que han hecho los alemanes por propaganda y por el vínculo del sionismo. Sin embargo, en Japón el grado de crueldad, monstruosidad y brutalidad, ha sido aún mayor. Como ejemplos, el denominado Ferrocarril de la Muerte, en cuya construcción fallecieron casi 150.000 personas. La forma como los japoneses propalaron la peste bubónica crónica para eliminar seres humanos como si fueran fueran ratas de laboratorio. Y la Masacre de Nanking como cenit de la barbarie. Cuando el Ejército Imperial Japonés ejecutó 500.000 personas durante la Segunda Guerra Sino-Japonesa después de desatar un infierno de pillaje y violaciones masivas tras conquistar la ciudad en diciembre de 1937. Los chinos odian a los japoneses por estos motivos. Y es que los japoneses estudiaron a los británicos, como también los alemanes, pero eran más crueles. El grado de aniquilación que han desarrollado los japoneses en China ha sido superlativo. Después de confirmar el 9 de mayo de 1945 su victoria sobre el fascismo en Alemania, cuando la Unión Soviética se entera de lo que está haciendo Japón, anuncia que acudirá al rescate de Manchukuo 141


(Manchuria, actualmente Mongolia), China y Corea con el mismo propósito. Corea era una colonia japonesa y Japón dominaba todo el área del Océano Pacífico. No obstante, la Unión Soviética se sentía muy fuerte después de lo ocurrido contra los alemanes. Sin embargo, en pleno preparativo, Estados Unidos lanza dos bombas atómicas los días 6 y 9 de agosto sobre Hiroshima y Nagasaki, dos ciudades pacíficas que no tenían ninguna importancia militar, y al comunicar semejante poder militar, el panorama cambia. Así las cosas, disuade a la Unión Soviética, que observa el efecto de ambos sucesos y toma conciencia de la nueva amenaza. Japón capitula y el 2 de septiembre de 1945 finaliza oficialmente la Segunda Guerra Mundial. El asunto es que la inteligencia rusa, según trasciende años después, había accedido a la información sobre un plan que le habían presentado a Truman para bombardear 11 ciudades soviéticas con el fin de afirmar el dominio norteamericano. Por eso, cuando sus comandantes le sugirieron a Stalin que se expandiera a Europa para convertirla al comunismo, éste los desoyó. Estados Unidos no había arrojado esas bombas en represalia contra Japón sino como un aviso a Rusia de lo que iba a pasar si el ejército soviético continuaba avanzando sobre otros territorios europeos. La U.R.S.S. tomó Alemania y se frenó ahí porque Stalin comprendió la gravedad de la situación. Tras interpretar que las bombas nucleares sobre Japón habían sido un mensaje, dio marcha atrás en los acuerdos que habían formalizado los bolcheviques con los partidos comunistas para expandir el sistema soviético por otros países de Europa como Italia, Grecia y Albania. Entonces viró hacia Asia, y en 1946 comenzó la Guerra Fría en todo el mundo. La Unión Soviética le da su apoyo a India, que si bien se independiza en 1947 y ha recibido asesoramiento de la internacional comunista, no se vuelve comunista. Mientras tanto, aún soportando otra mala cosecha y el consecuente hambre que pasa su gente, la U.R.S.S. continúa abocada a potenciar su poder militar por la amenaza latente de Estados Unidos. Recién en 1949 la Unión Soviética desarrolla su primera bomba nuclear y reaparece con fuerza en el panorama político internacional. Entre 1945 y 1949 Alemania casi ha desaparecido del mapa. Sólo 142


existen las zonas de ocupación. Después de la Guerra la Unión Soviética quería quedarse con Alemania, pero Estados Unidos la dividió en diferentes posiciones subordinadas a su poder, al de Francia y al de Gran Bretaña. En abril de 1949 nace la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), y en mayo Los Estados Unidos violan los acuerdos posteriores a la Segunda Guerra Mundial y proclaman la República Federal de Alemania, en lo que representa una pérdida diplomática de la Unión Soviética. Pero la respuesta va por otro lado. El 1 de octubre del 1949 el ejército comunista de Mao Tse Tung (Ejército Popular de Liberación, EPL) entra a Pekín y echa a las fuerzas del Kuomintang, que responde al gobierno burgués liderado por Chiang Kai-shek y su hijo Chiang Ching-kuo, a quienes Estados Unidos ha respaldado económicamente desde 1945. Ambos dirigentes se escapan a Taiwán y Rusia le entrega Manchuria a China. Antes del '49 no había podido tener influencia, pero ahora Rusia regresa fuerte a la escena política para avalar y sostener a los gobiernos comunistas de China y Corea. Vuelve a mover piezas Estados Unidos para recuperar injerencia en Asia. Se entromete en Corea para dividirla y reinar como ha hecho en otros territorios dándole soporte a los coreanos del Sur. En 1950 comienza la guerra en Corea, siendo uno de los episodios más tempranos de la Guerra Fría. Un conflicto sanguinario que dura 3 años, hasta julio de 1953, y se cobra la vida de más de 3 millones de personas. Estados Unidos, aliado a lo que hoy es la República de Corea, extermina al 15% de la población de la actual República Popular Democrática de Corea del Norte y establece la frontera en el paralelo 38. En 1950, Estados Unidos firma la paz con Japón en San Francisco, en una conferencia en la que ha invitado a los jefes del Kuomintang, no al gobierno de China, y la Unión Soviética se niega a asistir por considerarlo una provocación. Otro quiebre. Por este episodio la Unión Soviética nunca ha firmado la paz con Japón. El escenario del conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética se muda a África, donde la U.R.S.S. pasa a respaldar al gobierno de Gamal Abdel Nasser en Egipto, impulsor del socialismo árabe. En los primeros 5 años de la década del '50, Estados Unidos 143


prepara su política invasiva en Centro América basándose en la reforma de la Doctrina Monroe y penetrando en Guatemala. Más tarde intensifica la campaña antiperonista en Argentina. Mientras tanto, en 1955 los estados socialistas del bloque del Este de Europa, con la Unión Soviética como protagonista, firman la alianza del Pacto de Varsovia, que nace para contrarrestar la amenaza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y en especial el rearme de la República Federal Alemana. El gasto militar combinado de todos los países miembros de la OTAN, organismo tutelado por los Estados Unidos de América, supera el 76 % del gasto militar mundial. Por último, India, Egipto y Yugoslavia crean el Movimiento de Países No Alineados, aprueban no unirse a ninguna de las superpotencias, y pactan un tratado de neutralidad que va a acabar favoreciendo los intereses de la burguesía y el capitalismo ya que ninguno de los países integrantes asume posiciones de compromiso hacia cualquiera de los problemas o intromisiones externas que puedan afectar el marco socio-político en otras naciones. Japón y Alemania se vuelven los mejores socios de Estados Unidos por aquello de "si no puedes contra el enemigo, únete a él". Y así las cosas, Estados Unidos acaba con la supremacía de Gran Bretaña. Claramente se vive mucho mejor en Estados Unidos que en otros lugares porque es un país que nunca ha sido devastado. Es más, se constituyó en el centro del sistema al intervenir en la política exterior internacional instigado por los intereses capitalistas, y tiene a medio mundo trabajando para ellos. En cuanto a Stalin se volvió más paranoico al final de su mandato por todas estas razones, por lo que no se lo puede responsabilizar de todo lo malo. Tampoco de todo lo bueno. Luego, la existencia del proyecto político soviético ha estado unida a la necesidad de desarrollar su industria interior, y en ello también se incluye la armamentística.”

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1991, CAÍDA DE LA U.R.S.S. Y FIN DE LA GUERRA FRÍA “перетасовать и снова дать”, “barajar y dar de nuevo” “El 25 de diciembre de 1991 es la fecha en la que se hace oficial la derrota de la Unión Soviética en la denominada “Guerra Fría”. Un combate político, económico, social y -si bien, no abiertamente armado-, incluso militar, en el que se enzarzan el bloque occidental capitalista dirigido por Estados Unidos, y el bloque oriental comunista liderado por la Unión Soviética, apenas finaliza la Segunda Guerra Mundial. Es un pulso sumamente hostil, trasladado inclusive a los ámbitos informativo, científico y deportivo, al que describe de ese modo George Orwell, célebre escritor, entre octubre de 1945 y marzo de 1946. Lo admite Bernard Baruch en 1947, asesor presidencial norteamericano. Y Walter Lipmann, periodista, columnista político y filósofo estadounidense, populariza el concepto en su libro homónimo (The Cold War, 1947). Ellos (Estados Unidos) ganaron la Guerra Fría que se desató en 1946 y por eso nos culpan de todo. No quieren analizar nada, sólo condenar. Mijaíl Gorbachov, Jefe de Estado de la Unión Soviética entre 1988 y 1991, es odiado por no haberlo podido evitar. Gorbachov no tenía opción porque el sistema estaba fatal desde 1972. Con un déficit alto en el presupuesto a causa de malas cosechas. La U.R.S.S. invirtió muchos recursos para prevenir el hambre, pero no pudo evitarlo en una parte importante de la población. Sumado a ello, en 1973 sobrevino la crisis petrolera cuando la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) decidió dejar de exportar petróleo a los países occidentales que habían apoyado a Israel en la Guerra del Yom Kippur. Esta medida de castigo disparó el precio del barril de petróleo, una inflación altísima, el aumento del desempleo, y provocó un muy bajo crecimiento económico. La Unión Soviética se incorpora a la economía mundial y al circuito del capitalismo estatal cuando decide que su economía dependa del incremento del precio del petróleo, como sucede con otros países. Eso hace que para cubrir sus gastos e intentar recuperarse, la 145


U.R.S.S. construya su economía tomando como base sus recursos petroleros naturales y se obligue a depender de esas ganancias desde 1973. La gente suele dejarse tentar por la riqueza barata. Pasa en Argentina, que ha apostado durante años por la soja en vez de reconvertir la economía para diversificar su forma de obtener ingresos. Y ocurre también en la Unión Soviética. No favorecer el crecimiento de la industria nacional, y dejar de fortalecer las estructuras internas, genera un costo social altísimo. La U.R.S.S. comete así el error recurrente de Argentina. Creer que la economía crecerá ingresando mucho dinero rápido al apostar a supuestas inversiones extranjeras y a las privatizaciones. Pero todo eso es pan para hoy y hambre para mañana. Hay que reinvertir la riqueza barata estimulando la cadena interna de producción. Si no se hace, la gente vive bien un tiempo y luego todo se acaba. En el caso de la Unión Soviética, suceden dos cosas. Primero, Estados Unidos incrementa el volumen de su armamento provocando una escalada y obligando a Rusia a participar de una competencia tecnológica tan cara como carente de sentido. Luego se informa sobre el modo como la U.R.S.S. obtiene la mayoría de sus ganancias desde 1973. Ve que es gracias al petróleo. Que basa en él su economía autóctona al punto de que ha dejado de producir cosas para comprarlas fuera. Incluso el trigo para los animales, que durante la Primera Guerra Mundial fue clave para su crecimiento. Ahora se lo compra a Argentina porque le cuesta más barato. Razón, dicho sea de paso, por la que la U.R.S.S. reconoce en 1976 el Golpe de Estado del General Jorge Rafael Videla. Necesitaba ese negocio. Así que desde 1985, los Estados Unidos de América invierten muy fuerte en Arabia Saudita y en otros países petroleros para bajar el precio del crudo y minar la mayor fuente de ingresos de la Unión Soviética. De un día para otro, la U.R.S.S. empieza a ganar 5 veces menos dinero que antes. El propósito de la “Guerra Fría” era dividir el mundo en dos cosmovisiones diferentes. Capitalismo o Socialismo. Al caer la U.R.S.S., vemos quién ha ganado la batalla por inducir al resto a su juego y poder así, gobernar el mundo. Puede haber quien diga “pero eso era obvio que iba a pasar”. En 146


realidad, nunca ha sido algo “obvio”. Sobre todo por lo ocurrido durante la década de los '60, cuando la sociedad quiso que todo el mundo viviera mejor. Que cesaran de una vez las guerras y que no hubiera un desequilibrio tan profundo entre los que más y los que menos tienen. En aquellos años, las personas se comprometían con el hecho de parar la violencia, buscar que hubiera salarios justos, igualdad, vacaciones, y evitar ser explotados a cambio de migajas. La Unión Soviética ha sido el primer país en el mundo que le dio los derechos electorales a las mujeres. El primer país del mundo que le ha otorgado al trabajador el derecho de tener vacaciones 28 días a partir del primer año de trabajo. Un contexto mejor para la gente común, con cosas muy tentativas. Así se empezó a formar la llamada Clase Media. Una categoría social que sin La Revolución Rusa no hubiera aparecido, ya que hasta ese momento en todo el mundo la sociedad sólo se dividía entre muy ricos y muy pobres. ¿Por qué aparece la Clase Media? Porque en 1919 se produce un cambio basado en el miedo. La burguesía teme que le pueda ocurrir en otras partes del planeta lo que le sucedió en Rusia. Motivo por el que, por ejemplo, crea los créditos para la vivienda. Quienes concentran el poder comprenden la importancia de que la gente tenga su propiedad. El miedo a nuevas revueltas acciona una transformación que sin lo acontecido en 1917, no habría existido. Veamos en el mundo cómo ha accionado el poder desde entonces. En Argentina las cosas no cambian mucho entre 1890 y 1915. Quienes viven miserablemente, continúan haciéndolo. Y cada vez están peor respecto a quienes tienen dinero. Pero desde 1919, y durante la década del '20, sucede algo como consecuencia de lo ocurrido en la Unión Soviética. Teniendo muy presente ese peligro, de repente todo el mundo empieza a tener acceso a una vivienda y a préstamos. A un mejor nivel de vida, pagando menos. El discurso a partir de esa época, se unifica. “Mi bisabuelo llegó con una maleta desde Europa en barco, sin nada, se pudo construir su casa y tener sus cosas”. ¿Por qué? Poca gente intenta comprender o quiere entender por qué sucede eso. La burguesía estaba tan asustada de que se repitiera la 147


situación que acabó con el Imperio Ruso, que generó una oportunidad histórica de la que se beneficiaron los ancestros de millones de personas. Venga con una maleta ahora y sin nada en el bolsillo, a ver qué puede hacer. Sin una base de sustentación, no hay milagro posible. Entre 1919 y 1920 la gente común vivía en conventillos y se movilizaba si a alguien lo echaban de una fábrica para arrojarlo a la calle. Surgieron las huelgas y las protestas. La burguesía desconfía del efecto de la causa común y el interés colectivo. Por eso le otorga a la gente la oportunidad de acceder a una propiedad. ¿Quién va a ir a un taller marxista para coordinarse en masa y hacer huelga, teniendo un lugar para vivir en el barrio de Caballito, o trabajando en La Boca, tomando un café en el bar, leyendo el diario y ahorrando para un coche? A mí me dicen, “¡pero si en Rusia no hay Clase Media!”. ¡¡Claramente no hay Clase Media!! ¡¡La Clase Media se formó fuera de la Unión Soviética como una medida de protección y defensa en contra de la igualdad de todos!! Sigamos. La crisis de 1929, llamada La Gran Depresión en Estados Unidos, después de los créditos otorgados a la gente durante más de 10 años, es una consecuencia de ese miedo a que se expanda la revolución fuera de la Unión Soviética. En todo el mundo, los grandes capitales le han girado dinero al resto de la sociedad para que consuma sin crear un marco adecuado para que la mayoría genere más circulante. Y así se produce un colapso financiero. Sin embargo, el grado de bienestar alcanzado por una parte de la sociedad reduce la posibilidad de que surjan iniciativas de protesta. Cuando la Unión Soviética cae en 1991, vuelve a ponerse en marcha el mecanismo de desbalance porque no queda nadie que piense en los derechos del trabajador. Tampoco un modelo a seguir en ese sentido. En los últimos 25 años la realidad laboral se ha ido transformando en casi todo el mundo, para regresar a su estado primario. Ahora te pueden obligar a trabajar las horas que quieran. De hecho, ya está en marcha una reforma en varios países para volver al tiempo anterior a La Revolución. Y no existen alternativas. Volviendo a los años '60, hubo un miedo muy fuerte por lo que pasaba en Cuba, Vietnam y la Unión Soviética. La manera elegida 148


para evitar el “efecto dominó” tras lo ocurrido allí ha sido la utilización de la propaganda y la manipulación mediática. Un modo de actuar que se ha profundizado hasta aumentar de forma exponencial a partir de 1991, cuando se derrumbó la Unión Soviética y apareció en escena el Neoliberalismo. A título personal, soy seguidor del denominado Sistema Mundo (en inglés, World-systems approach), concepto introducido en 1974 por Immanuel Wallerstein, sociólogo norteamericano. Países que son ricos gracias a que se aprovechan de las riquezas materiales y los recursos naturales de otros países, en una estructura en red dividida en 3 zonas. Centro, periferia y semiperiferia. Actualmente, Rusia pertenece a la semiperiferia. Como Argentina, por ejemplo. En la epoca zarista, hasta su declive tras la Primera Guerra Mundial, Rusia formaba parte de la periferia. Hasta pudo llegar a ser el centro de su propio Sistema Mundo. Pero ahora es semiperiferia del mundo capitalista. En el centro del sistema se acumula el capital. Lo integran Europa occidental, Estados Unidos, Singapur y algunos centros muy puntuales que no tienen nada que ver con el aspecto geográfico. Rusia no ha pasado a ser parte del mundo periférico porque todavía hay un control estatal, y el Estado, en cierta manera, provee una cobertura para las necesidades comunes. Durante la década de los '90 sí perteneció a la periferia porque muchos empresarios no pagaban impuestos, y porque un montón de recursos salían de manera descontrolada hacia otras partes del mundo, sin que nadie se propusiera reinvertirlos. Si bien en los últimos 25 años se redujo la fuga de capitales hacia el centro del sistema a través de cuentas offshore, en Rusia el nivel de evasión sobre el total de la renta aún es alto. Semiperiferia y periferia le ofrecen al centro del sistema la mano de obra barata y la materia prima, mientras éste se alimenta de los beneficios. El Estado es el único organismo que puede regular ese flujo y prevenir la fuga de capitales para proteger a la sociedad. Cuando el Estado no tiene injerencia en un país, ese país está en grave peligro. Vender el petróleo crudo es muy beneficioso, pero es muy caro 149


construir una fábrica. Y los empresarios quieren hacerse ricos ya. El Estado es el que debe velar por el interés colectivo. Sin perjudicar al empresario, pero instrumentando un reparto más equitativo de las ganancias. Rusia aún debe reformular los resultados de las privatizaciones de los años '90. De lo contrario, no tendrá un futuro venturoso. Se debe a sí mismo como país replantear la propiedad de muchas cosas y el modo en que deben ser tuteladas por el Estado. Eso se empieza a materializar destinando el dinero a los ámbitos en los que existe una mayor necesidad estratégica. No soy fanático del estado, pero es la realidad. ¿Hacia dónde va Rusia? Vladímir Putin es presidente desde el 31 de diciembre de 1999, con un paréntesis de cuatro años entre 2008 y 2012 en los que le sucedió Dmitri Medvédev, su delfín político. Es decir, son prácticamente 18 años de gobierno ininterrumpidos. En ese lapso dejamos de estar en guerra como casi estábamos en la década de los '90. Hay mayor confianza en la Policía, puesto que hace 25 años, con su anuencia, los criminales se repartían las zonas de influencia con armas para poder operar. Ha vuelto la honestidad y la gente puede vivir más o menos bien. Quien se queja de Putin, ¿cómo ganó su dinero en los '90? Había muchos ladrones y criminales en ese entonces, pero Putin construyó una estructura de poder estatal muy fuerte. Obligó a ciertos empresarios a pagar impuestos, recondujo el deseo de secesión y recuperó la paz social en Chechenia. Lo mejor para el poder ahora en Rusia es mantener este rumbo, aunque el país debe pensar en el largo plazo. Para mí, hay que reformular el reparto de ganancias de los grandes yacimientos y propiedades. Hay una similitud entre Rusia y Argentina en este aspecto al pertenecer ambos a la semiperiferia. Necesitan organizarse y deben hacerlo para proveer una mejor distribución de los bienes. Putin construyó su modelo alrededor de los grandes capitales e hizo un acuerdo personal para congelar algunos problemas que tenía el país. Pero ahora debe dar un paso adelante e involucrarlos en la transformación que se necesita para salir de la crisis. Son los grandes empresarios quienes pueden hacer estas cosas. El mayor opositor que tiene ahora Putin es Alexei Anatolievich 150


Navalny, quien guarda amistad con la oligarquía rusa. Confiar en Putin es seguir transitando el camino de la semiperiferia sin echarle un cierre a la posibilidad de regresar al centro del sistema. Quedan capitales en el país. Además, en Rusia se mantienen aún elementos del socialismo y ahora no estamos tan lejos de retornar a los orígenes. Lo único preocupante es el giro muy fuerte y brusco que está dando la Iglesia Ortodoxa Rusa hacia la derecha. Se está convirtiendo en un enorme propietario con demasiados privilegios. Por ejemplo, no pagan impuestos. Los bolcheviques fueron demonizados en su momento porque obligaban a la Iglesia Ortodoxa Rusa a pagar impuestos. Hoy ninguna iglesia paga impuestos en Rusia, De hecho, ahora sólo hacen restituciones. Es decir, cubren a muchas empresas, les prestan dinero y acumulan ganancias enormes. La Iglesia Ortodoxa Rusa busca más propiedades, más poder, más influencia, mayor injerencia en diferentes niveles, y claro, perpetuarse. “No hay ningún crimen que no haría un capitalista por tener un 300% de ganancia”, afirmó en su día Karl Marx, inspirador del marxismo y el materialismo histórico. Padre del comunismo moderno y el socialismo científico, y crítico acérrimo del capitalismo. ¿Por qué hay gente que quiere tener cada vez más propiedades aunque tienen de sobra? ¿Por qué jamas tienen suficiente? Eso se educa. Las necesidades también deben ser limitadas y las expectativas, reguladas. Uno puede vivir bien sin esa supuesta necesidad de tener todo lo que quiere. Se puede cambiar el paradigma. La persona más dura y severa no es nadie si luego no hay personas que la obedecen. La gente en Rusia no se muestra interesada en cambiar nada por dos razones. Una, porque es casi imposible volver a vivir como en 2007, cuando todo estaba bien. La otra, porque las alternativas a Putin, considerado un estadista, son neoliberales. Por ende, fatales. Ahora bien, cada persona debe ser muy consciente, como el resto de la sociedad en el mundo, de que ante la próxima crisis planetaria ningún gobierno tendrá tantos recursos para superarla. Será muy dura y no tendremos salvación a menos que se reformulen las 151


relaciones internacionales. Respecto al presidente Putin, tiene una formación política que si bien tiende a la estructura militar, le gusta cuando todo está ordenado y organizado de manera jerárquica. Putin tiene el diagrama en su cabeza y está completando la apertura del país al mundo. Aunque en realidad Rusia está abierto desde hace mucho tiempo por más que a nadie le importe y por eso no nos hayan querido ver. El Mundial de Fútbol en 2018 viene a consolidar varios objetivos internos. Renueva la estructura interna del país, la moderniza y la exhibe. En Rostov del Don, por ejemplo, se construyó un estadio. Y a nivel nacional, se promueve y se percibe una corriente renovadora desde dentro hacia fuera. Hay gente que gana mucho dinero con esto y es una gran oportunidad para hacer un deadline (marcar un antes y un después) importante. Algo muy especial. La gente tiene un estereotipo ridículo sobre Rusia. Imaginan cualquier cosa menos un país normal. La Copa del Mundo servirá para cambiar esa percepción. Rusia es un país normal, y con gente normal. Ni mejor, ni peor. Los neoliberales intentan mostrarnos como una sociedad incapaz de trabajar como trabaja la de Estados Unidos, pero eso es una tontería. Rusia no es un pueblo elegido ni ninguna de esas cosas. Otra bobada ideada por algunos. Tenemos nuestras costumbres, particularidades, historia y tradiciones, como cualquier otro país. Ser parte de la semiperiferia hace que desde ciertos intereses se generen dudas, pero no tiene por qué haberlas. Tenemos turismo interno, pero la estadística muestra que es mayor la cantidad de rusos que viajan al exterior, al Centro Mundo más precisamente, porque les tienta la fascinación que se transmite desde allí. Nueva York, Londres, y sobre todo, París. Los rusos somos muy francófilos. El sueño de todos los rusos es conocer la capital de Francia. Desde siempre. Es una idea muy fuerte. Y en eso también nos parecemos mucho a los argentinos. El sistema hace que a nadie se le ocurra ir a Namibia en África. La aspiración es ingresar al centro del Sistema Mundo pasando por alto lo que está al lado, aunque sea el vínculo con los países semiperiféricos sea lo que nos da la idea de un mundo real. Irán, 152


Turquía, Bosnia Herzegovina... Hay muchos países interesantes. El centro del mundo tiene problemas, y encima han aparecido los atentados. Las organizaciones terroristas buscan atentar en el centro del sistema porque es la única manera que tienen de que sus acciones consigan trascender. El centro del mundo nos da herramientas para entender y comprender muchas cosas. Ahora se están reformulando cuestiones respecto a estos temas. Las uniones comerciales, el Mercosur, la Union Europea... El traspaso de este sistema al próximo va a ser doloroso porque nos tocó uno no tan feliz como el de hace 60 años. Los años '50 y los '60 fueron los más felices en todo el mundo debido a la llegada de la modernidad. El 80% de la población practicamente salió de lo que hoy se considera otra Edad Media en aquel momento. Modernidad, apareció la televisión, la heladera, se consolidó la idea de la familia tradicional... Despues se instaló la idea del bienestar material, no de la sociedad de bienestar, y con ello llegó la decadencia de la expectativa de futuro. Pero no quiero apartarme del foco. Hablábamos de Putin, y tiene el respaldo del 86% de la sociedad rusa. Si se vuelve a presentar, ganará porque cuenta con la adhesión de la gente y porque además de haber mostrado capacidad para gestionar, tiene carisma. Tengo amigos que se postularon para ser fiscales de mesa durante las elecciones con el fin de descubrir anomalías en el conteo de votos que les confirmaran su presunción de que Putin gana porque comete fraude, pero no pudieron. Vieron que toda la gente le vota. Putin tiene dos campos en los que deberá lidiar con escenarios de posibles conflictos futuros, si bien cabe acotar que una disputa sólo sobreviene cuando hay debilidad en el eje del sistema. Ahora no hay motivos para creer en la iniciativa de una nueva revolución porque nadie lo quiere y porque no hay partido bolchevique, ni una facción con la capacidad para gestionar el poder mejor de lo que lo hace Putin. Pero lo que puede llevar a Rusia a cuestionarse su existencia como país es la falta de solidaridad política entre las personas. Su falta de educación, de discusión política y de comprension del contexto. Las cosas que le permiten a una 153


sociedad satisfacer el deseo real y concreto de la mayoría. El otro asunto espinoso es la tensión latente con Ucrania. Si bien en Ucrania viven ucranianos, en Crimea residen rusos. Cuando ha habido conflicto con Ucrania, siempre se les ha reclamado que devuelvan Crimea. Muchas de nuestras familias viven en Ucrania y la película '72 metros' de Vladimir Khotinenko, estrenada en 2004, refleja el dolor que provoca la separación en la flota y la jura de bandera. Una escena muy fuerte. Nadie esperaba que Rusia tomara Crimea, y cuando pasó, Vladímir Putin ganó más adeptos aún. Hay gente que le votó después de la anexión de Crimea el 18 de marzo de 2014 como República, que nunca antes le hubiera votado. Su actuación obedeció a un sentido y a un sentimiento nacional. Antes de este desenlace, el pueblo ruso se sentía humillado y no había derecho a la diáspora. Representó un dolor muy grande lo que había sucedido en Crimea y es algo que se puede ver en las películas de los años '90 e inicios de la década de 2000. Este asunto, relevante a nivel nacional e internacional, ha hecho que la gente se haya dado mayor cuenta de lo bajo que resulta el nivel de la oposición política a Putin. Cuando la gente en Crimea era reprimida salvajemente en 1994 por salir a la calle con la bandera rusa, la humillacion era terrible. Les obligaban a una ucrainizacion forzada. El silencio de la oposición en Rusia recuerda a la actuación de los mencheviques en 1917 cuando se retiraron de la coalición que derrocó al Gobierno Provisorio. Las reformas se hacen con coraje y pensando en lo mejor para la sociedad. Y para eso hace falta gente que, precisamente, tenga coraje y conciencia social. Actualmente, en el mundo no hay un crecimiento de la economía. Más bien asistimos a una decadencia industrial en todas partes. Las únicas novedades que se producen a nivel global están relacionadas con el entorno digital. En cuanto a los comportamientos sociales, encontramos el extremismo. Hablando de ello, en Rusia hoy sólo me asusta la actitud de la Iglesia Ortodoxa y de sus afiliados. La aparición probable de extremistas que puede desprenderse de ella, y el impedimento implícito de criticar a la propia Iglesia. Quienes dirigen la Iglesia Ortodoxa Rusa se permiten hacer muchas 154


cosas. Y aunque disimulan, tienen su propia línea y son más astutos que el mismísimo gobierno. La Iglesia actúa como una empresa más. En su caso, incluso le hace creer a la gente que es parte del gobierno. Por algo ha sido el único poder que ha conseguido sostenerse en todas las épocas de la historia sin dejar de crecer. Valga como ejemplo su manera de actuar durante La Revolución, y casi 100 años después. El 2 de marzo de 1917 abdica el Zar Nikolái II Románov. El 4 de marzo, dos días después, la Iglesia Ortodoxa Rusa hace una misa solemne en la Plaza Roja agradeciéndole a Dios la liberacion del zarismo y en una liturgia multitudinaria lo primero que hacen es quitar del sínodo el trono del Zar, para luego elegir a su propio Patriarca. El patriarca era una figura que no existía en la Rusia Imperial, por lo que ellos practican su propia revolución. Cambian sus escrituras, piden rezar por el Gobierno Provisorio, defenestran al Zar, y décadas después lo canonizan. Hipocresía en grado superlativo. Repasemos. Los católicos romanos prohiben casarse a los curas en el siglo XII. Por qué. ¿Qué hacían éstos antes, cuando se casaban? Heredaban las riquezas a sus hijos y formaban dinastías desde sus puestos más altos, como obispos, por ejemplo. Gregorio VII les prohíbe que se casen, pero les permite tener hijos siempre que nunca los legalicen. Si hubieran sido legalizados, la herencia pasaba a ellos. Él buscaba preservar las riquezas y evitar el crecimiento de fortunas familiares y/o personales al margen de la Iglesia. No siempre hubo celibato en la Católica. Empezó en 1554, al dividirse tras la Reforma Protestante. En la Ortodoxa Rusa, los curas pueden casarse y tener hijos. Un pecado sin mayor punición para el sacerdote católico. Lo que sí se castiga con dureza es heredar las riquezas fuera de ella. Recupero ahora un tema del que he hablado ya en este libro. El apetito por el territorio ruso-soviético de parte de los países que enarbolan la bandera del capitalismo. Margaret Hilda Thatcher (Grantham, 13 de octubre de 1925-Londres, 8 de abril de 2013), ex primera ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990, dijo a mediados de los '80 que “Siberia es demasiado rica como para pertenecer a un solo estado”. Pocas palabras, que dicen mucho. 155


Y es que, cuando un país que no es Gran Bretaña ni Estados Unidos, posee gran riqueza natural, lo ven como un obstáculo. Como algo negativo para ellos. Por eso lo tienen que dominar. Ahora Estados Unidos ha descubierto que en Argentina hay muchísimo litio y está atento a la posibilidad de usufructuarlo. También petróleo y agua. El capitalismo es así. Su lógica les lleva a moverse sólo a base de intereses particulares y egoístas. Luego, para avanzar, es necesario darse cuenta de lo que pasa. Y también de lo que viene. Respecto a esto, lo único que hay que saber es que contra este capitalismo actual ya no hay cura. No existe antídoto. Tampoco una referencia que se plante frente al neoliberalismo. La Unión Soviética ya no puede aparecer para defender a nadie. Un ejemplo. Cuando cae la U.R.S.S., Cuba sufrió aún más el embargo económico del que fue objeto. En cada región hay custodios de ambos sistemas. Sólo hay que comparar cómo están las cosas en los dos lados del mostrador. En Haití reina el capitalismo. Conclusión, desastre. En Cuba ha gobernado el comunismo. Hay gente que preguntará, ¿y cuál es la diferencia? Está muy claro. En Cuba por lo menos todo el mundo ha accedido a la educación. ¿Ingenieros que trabajan de taxistas para sobrevivir? Sucede, sí, pero esa es una de las consecuencias de haber estado bajo un régimen de sanción por parte de intereses vecinos. No haber tenido la posibilidad de comerciar libremente les redujo a estos países la posibilidad de generar mayores oportunidades. Aún así, Cuba se las ha ingeniado para resistir durante muchísimo tiempo. También Corea del Norte, un país con el que nadie comercia salvo algunas empresas de China, porque si alguien lo hace es sancionado a gran escala y sus canales son automáticamente bloqueados por los Estados Unidos. Amenazar a un país que no tiene tierra fértil y someterlo eternamente a maniobras militares, es injustificable. Corea del Norte ha sido un país estigmatizado. Por lo tanto, condenado a vivir de manera marginal. Que se refugia en su filosofía Juche (se pronuncia “chúhche” en coreano). Nuevamente sobreviene el ejemplo de Centro América con Cuba y Haití. Para ver cómo se desenvuelve un país dentro del sistema, hay que prestar 156


atención a cómo vive el representante mas periférico. No es normal que Corea del Sur viva tan bien en comparación a sus vecinos. Algo ocurre. Mucha gente cuenta cuando va a Bielorrusia, lo limpio que es. Destacan que no hay gente viviendo en la calle, ni pobreza. Elogian que nadie pide limosna, y que su sociedad vive mucho mejor. Sin embargo, en Rusia las gentes son más humildes pero están mejor preparadas, porque ha habido un acceso colectivo a la educación. El problema de Rusia en la era moderna se originó cuando desde el gobierno intentaron explicar el comunismo a traves de los bienes materiales. Sucedió durante la presidencia de Nikita Serguéievich Jrushchov (Kalínovka, 15 de abril de 1894-Moscú, 11 de septiembre de 1971). En ese entonces se materializó el concepto. “Comunismo es cuando cada uno tiene su departamento o su casa, su auto y su comida. Nosotros vamos a tener cada uno todo eso en los '80”. Se simplificó la idea y eliminaron la esencia. Al vulgarizarse el pensamiento que hizo grande al país, se redujeron los propósitos sociales. La educación. La verdadera revolución en la era moderna. La gente pensó: “¿la comida y el auto? ¿Entonces en Estados Unidos tienen mas comunismo que nosotros? ¡¡Es cierto, tienen más de todo!!”. Se alteraron los valores, se revolvió el grado de compromiso, y al desvirtuarse todo, la gente perdió la orientación porque nadie les regaló lo que les habían prometido. Comunismo es la relación social, no una cuestión de dinero. Es aportarle cosas a la sociedad para que luego ella te las retribuya. Tomar sólo lo que se necesita, y esforzarse siempre para mejorar el ecosistema. La relación se desarrolla fuera del campo comercial. Por el contrario, las relaciones en el mundo capitalista se basan en puro interés económico. Así fue también durante el feudalismo. La cuestion de los ancestros, los privilegios, etcétera. El comunismo aboga por tener conciencia de las personas, y respaldarlas. ¿Qué quiere decir “tener conciencia de las personas”? Ser consciente de que la responsabilidad individual afecta a la colectiva. En el Capitalismo, todo tiene valor comercial. Por ejemplo, no existe el concepto de Patria. Simplemente me pagan, tengo un contrato, y no importa si otro se queda sin comida. En el Comunismo, si alguien no necesita algo, no lo toma. No necesitamos tener 5 157


coches o 3 departamentos para ser felices. De hecho, ni siquiera se siente completo quien los tiene. Porque es un pensamiento capitalista pensar “cuanto más me lleve, mejor”. ¿Alguna vez llega el día en que la ambición está satisfecha? A quien defiende ese modo de vida en realidad no le importa que otro se quede sin nada. El comunista de origen vive de lo que necesita, y eso no quiere decir que tenga que privarse de algo. Nadie entra en 3 coches al mismo tiempo. Por todo esto el capitalismo es, en cierta manera, irresponsable. En Santiago del Estero, Argentina, cuando hicieron los ferrocarriles, en 12 años destruyeron más de 4 millones de hectáreas de bosques para, entre otras cosas, hacer los durmientes. Arruinaron la superficie natural. Alteraron la biodiversidad. Afectaron el clima. Y encima, cuando terminaron de expoliar los recursos, la gente se quedó sin trabajo, sin bosque, y sin nada. Despedidos. La empresa luego se fue a Chaco para buscar más bosques que talar. Ni siquiera les importa que luego alguien no pueda usar lo que generan. No debería ser así, pero la naturaleza del Capitalismo es esa. Alguien lo tiene que controlar porque es insaciable. El Comunismo plantea una utilización más responsable de los recursos. Organiza y planifica, sin caer en el abuso. En Argentina también han sido muy irresponsables con la soja, por ejemplo. Es imposible olvidar a Marx y su sentencia sobre el 300% de las ganancias. La conclusión en la actualidad viene a ser que si no se mata directamente a las personas, la gente acepta lo que venga. Se echa en falta la conciencia social. Un apunte. Ahora va a llegar la “netocracia”. Si antes había crisis de sobreproduccion por la búsqueda indiscriminada de ganar dinero, ahora habrá una sobrenecesidad de atención personal. Llamar la atención será más importante que ganar dinero. Un millón seguidores en Facebook, Twitter o Instagram valdrán más que poseer un millón de dólares. Cambiará otra vez el paradigma colectivo, y se focalizará sobre la atención individual. Pero volvamos a Rusia. Manuel Belgrano, prócer argentino, decía “o el viejo amo, o ninguno”. Y así parece ser. “O Putin, o nada”. Pero 158


lo realmente importante sería preguntarnos, “si no es Putin, ¿qué”. Nadie es eterno, y es evidente que hace falta prever el futuro. El Siglo XX para Rusia fue muy estresante. En los últimos años Putin le ha dado a millones de personas la oportunidad de vivir tranquilos sin que importe el tiempo que lleva en el poder. La gente quiere vivir bien y le interesa mantener esta estabilidad. La alternancia no resulta necesaria cuando las cosas están bien o relativamente bien, y el Estado intenta proteger a los ciudadanos. Nadie se va a volver millonario, pero está la posibilidad de crecer, educar a tus hijos y alcanzar una propiedad sin matarte trabajando todo el tiempo. Ya no es necesario tener tres trabajos para mantener a la familia como le pasaba a mi padre. A mí no me creen en Rusia cuando les cuento que la inflación en Argentina es de un 30% o un 40%. Ahora hay muchas protestas en Rusia de los jovenes de 16, 17 años, porque no quieren más a Putin y promueven un cambio influenciados por lo que ocurre en Estados Unidos, en donde se intenta vincular al presidente ruso con el resultado de las elecciones que llevaron a Donald Trump al poder. Pero los mayores les dicen “muchachos, ustedes no saben lo que era esto antes de que Putin llegara al gobierno. Cadáveres en cualquier lugar, heroína en cualquier lugar, muertos al salir del subte...”. Como todo tiene un por qué. Preguntémonos la razón por la que durante 10 años estuvieron las tropas soviéticas en Afganistán. La respuesta es clara. Para no permitir la producción masiva de heroína que llegaba a la U.R.S.S.. La Unión Soviética controlaba Afganistán para asegurar la convivencia en un país limítrofe peligroso, pero transitable en tiempos de la ocupación soviética. Aunque luego fue arrasado por Estados Unidos entre 2001 y 2014. Durante 10 años de ocupación soviética, murieron allí 14.000 personas. Pero tras la caída de la U.R.S.S., 30.000 soviéticos murieron anualmente por consumo de drogas peligrosas. Ese crecimiento exponencial de comercialización clandestina y consumo masivo de drogas, dejó desprotegidos a los jóvenes de 159


entre 15 y 18 años. Por eso hay que mirar más atentamente lo que pasaba dentro de Afganistán, y compararlo con lo que ocurre ahora. El nuevo capítulo de Rusia comenzó el 25 de diciembre de 1991, cuando Mijaíl Gorbachov anunció: “Queridos compatriotas y conciudadanos, a causa de la situación que se ha creado con la formación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), pongo fin a mis funciones de presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.). Los acontecimientos han tomado un giro diferente. Ha ganado la línea de desmembramiento del país y de dislocación del Estado, y eso es algo que no puedo aceptar”. Como suele suceder, después de una crisis se abre la puerta de una oportunidad. Del final de la Unión Soviética emergió Rusia. En la Copa del Mundo de 2018 habrá en juego mucho más para ella que un mero campeonato de fútbol.”

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