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FANZINE INFORMATIVO: CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO
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Lucha, Resistencia y Descolonizacion en América Latina Trabajo Final: Fanzine informativo: Concejo Indígena de Gobierno EQUIPO INTEGRADO POR: Castilleja Pérez José Salvador Cortés Ayala Héctor Munguía Cortés Rodolfo Enrique TEXTOS: Castilleja Pérez José Salvador Cortés Ayala Héctor Munguía Cortés Rodolfo Enrique ILUSTRACIONES: Castilleja Pérez José Salvador Munguía Cortés Rodolfo Enrique DISEÑO EDITORIAL: Munguía Cortés Rodolfo Enrique
CONGRESO NACIONAL INDÍGENA: https://www.congresonacionalindigena.org
La política se ha convertido en una catapulta para los intereses personales y, al mismo tiempo, en un horrible juego al que sólo acceden los poderosos. Ante el horrible abatimiento que sufre nuestro país por parte de los implacables mecanismos neoliberales, se hace necesaria una oposición real que se enfrente al capitalismo y todas sus formas. Han transcurrido 24 años desde el levantamiento zapatista, 22 años de los acuerdos de San Andrés y 17 años de la marcha del color de la tierra y pocas cosas en México han cambiado: impera el racismo y el derroche económico. Sin embargo, estos años han servido como base para la organización autonómica de ciertas comunidades en el país. Se avanza con miras a un México seguro e incluyente. No es un horizonte fácil. En el V Congreso Nacional Indígena (CNI) se acordó una propuesta innovadora: la creación de un Concejo Indígena de Gobierno (CIG) que tuviera como vocera a una mujer indígena, y que fuera candidata a las elecciones presidenciales del 2018. Su configuración ética es la siguiente: Obedecer y no mandar. Representar y no suplantar. Servir y no servirse. Convencer y no vencer. Bajar y no subir. Proponer y no imponer. Construir y no destruir. Los artículos del presente fanzine meditan alrededor de la propuesta del CNI con miras en la condición actual del país y manteniendo la posición política de abajo y a la izquierda. POR: MUNGUÍA CORTÉS RODOLFO ENRIQUE
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Y entonces ahí en el símbolo del CNI, ahí está por lo que luchamos, ahí está por lo que vivimos, ahí está por lo que morimos, la Madre Tierra. -Filo Zitlalxochitzin Últimamente se enfrentan muchas maneras de ver el mundo. La experiencia, la ética, las costumbres, los sentimientos y la razón modelan nuestra concepción de lo que nos rodea y siempre es particular: es inútil la pretensión de insertar falsos universales, pues todos vivimos de manera distinta. Hacer política no es la excepción; hay tantas visiones que cuesta creer en una conciliación posible entre tantos intereses. Sin embargo, aquí se hablará de una forma especial de concebir el mundo y, por extensión, una forma especial de concebir la política. La experiencia nos ha enseñado que en nuestro país la política se hace unilateral, excluyente, coercitiva, injusta, liberal y a conveniencia. Ese modelo que tanto les gusta a las clases dominantes cada vez recoge más síntomas de enfermedad y poco a poco se hace insostenible: sabemos 6
que en el futuro terminará por implosionar. El presente le concierne a la izquierda de abajo y a las propuestas buenas y conscientes. Como se resolvió en el V Congreso Nacional Indígena (CNI), el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) nace de la necesidad de una oposición real al régimen que atormenta al país. Existe una confrontación directa entre el pensamiento imperante y la propuesta de gobierno del CNI por antonomasia, pues nos encontramos ante dos maneras totalmente distintas de percibir, sentir, conocer y ser parte del entorno. Ya hay mucha gente intentando justificar la visión de los de arriba y tratando de limpiar el desastre que los políticos neoliberales han dejado en el país y el mundo. Aquí una breve explicación a partir del primer símbolo que salta a la vista: Dos serpientes se ponen frente a frente en el escudo que representa al CIG. Observamos dos colores distintos en el símbolo. Una serpiente negra y otra roja que, para occidente, simbolizan la huelga, y para los pueblos originarios, sabiduría, el conocimiento y el saber (Zitlalxochitzin, 2017: 23). Ambas cabezas de perfil forman un nuevo rostro. Ese rostro de víbora, para algunos, podría significar peligro —como lo significó para Adán y Eva cuando el demonio se transformó en una; un pecado original impostor— y mal. Para los otros, pueblos originarios, no simboliza ninguna adversidad, por el contrario, simboliza a la tierra misma. La Madre Tierra que muere y da vida a cada momento, que nos arropa y nos lleva. Una serpiente de cascabel: el mundo que nos rodea. Es Filo Zitlalxochitzin (2017) quien nos revela la razón de que la serpiente sea una de cascabel y no cualquier otra: “si uno va caminando por el cerro, y uno se encuentra a una víbora de cascabel, y uno sin proponérselo la molesta, ella nos avisa. [....]Y lo que dice es párale. O sea, para tu desmadre. [...] Pensamos que hoy, el día de hoy la Tierra, la Madre, está sonando sus cascabeles, pero para eso hay que 7
callar y saber escuchar” (Zitlalxochitzin, 2017: 12-13). Sí, la Madre Tierra nos da una alerta y parece que no queremos hacer caso. Dos visiones se contraponen. Por un lado, la de la serpiente mala, venenosa, sigilosa y traicionera; la misma educación, las mismas instituciones y la misma política excluyente. Por otro, la serpiente cascabel: Madre Tierra; nuevo sistema y nuevo país. To tlalticpac-nantzi (nuestra verdadera Madre Tierra) frente al capitalismo. La autonomía y la rebeldía frente al monopolio del poder. En general, esa es la tirada del CIG, un nuevo país construido desde abajo y a la izquierda. Real y responsable, fuerte e incluyente. Un país con democracia, paz y justicia. El CNI ha sido consecuente y entre sus propuestas podemos vislumbrar una esperanza para la izquierda, pero sobre todas las cosas, una esperanza para los oprimidos, los pueblos, las ciudades y la naturaleza. Escuchar todas las voces, abrir puertas a la paz y el diálogo, participar activamente de nuestras propias vidas, aprender y ser aprendidos, practicar el respeto y la tolerancia y ser parte del mundo en vez de poseerlo; esas son las enseñanzas políticas más importantes en nuestros tiempos. -Zitlalxochitzin, F., 2017. Por eso luchamos, por eso vivimos y por eso moriremos. Pasar a la Ofensiva: Hacia un Concejo Indígena de Gobierno. Zineditorial, México.
POR: MUNGUÍA CORTÉS RODOLFO ENRIQUE
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Antes de comenzar, les invito a remontarnos 500 años, donde las historias de represión, exclusión y conquista salen a flote de la sangre derramada de los pueblos originarios, mismas historias que, hasta la fecha, se siguen reproduciendo. No es necesario precisar uno por uno los etnocidios practicados por los españoles – ¿o son los propios mexicanos?– . Cualesquiera que hayan sido y el tiempo en el que hayan ocurrido, las prácticas de explotación, subordinación y políticas indigenistas en contra de las “naciones naturales” –como las denomina René Zabaleta– han sido constantes y profundas, abriendo una gran herida en la tierra: la madre de los pueblos. Estas acciones no sólo han causado la indignación de algunos o el enaltecimiento de los pueblos por los intelectuales; más importante aún, ha causado una lucha histórica de los de “abajo y a la izquierda” por no desaparecer. Esta lucha no comenzó ayer con el afán de hacer y deshacer en la vida y territorio de las comunidades indíge12
nas, ya que ahí no radica la búsqueda de la autonomía, la libertad y la democracia. La lucha de los pueblos ha sido acumulativa para contrarrestar todas aquellas situaciones que los han puesto contra la pared, llegando a la conformación de congresos, concejos y hasta ejércitos. ¡Ya basta! Fue el grito que retembló en su centro la tierra porque la dignidad, la memoria, la autodeterminación, la identidad, el patrimonio, la libertad, la tierra, los recursos, los sueños y la profundidad de las vidas de las comunidades sin nombre ni rostro, de los olvidados y despojados estaba siendo muerta hace más de 50 décadas, perpetuando ahora un nuevo sistema de dominación: el neoliberalismo. Y es para no morir que la lucha nace; por y para dar autonomía, o en sus palabras: “nos reconocemos en el camino de nuestra historia y nuestros antepasados que son presente, futuro y espejo de la autonomía ejercida en los hechos, como única vía del porvenir de nuestra existencia y que se vuelve nuestra vida comunitaria, asambleas prácticas espirituales, culturales, autodefensa y seguridad, proyectos educativos y de comunicación propias, reivindicaciones culturales y territoriales en las ciudades por los pueblos desplazados o invadidos con una memoria histórica viva”(Congreso Nacional Indígena, 2009) Este es el origen no sólo del CIG (Concejo Indígena de Gobierno), del CNI (Congreso Nacional Indígena) o del EZLN, es el renacimiento de las comunidades, de nuestros iguales, pero tan diferentes a la vez. Lo importante aquí no es cuando se creó el CIG o el EZ o buscar rostros a quien se los hemos tapado por un largo tiempo. La verdadera relevancia es que, con un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización los guardianes de la memoria y la tierra han logrado a través de la práctica 13
directa –ya no por la vía constitucional–, una pequeña porción de libertad, justicia y autonomía que inherentemente les es suya, asumiéndose como una casa común, como un “nosotros” y evocando a que la revolución no acaba aquí ni empezó en tal lado, ya que siempre la hubo. Porque se lucha y se seguirá luchando.
-Congreso Nacional Indígena, Pronunciamiento sobre el derecho a la autodefensa indígena , 14 de junio de 2009, Santa María Ostula, Michoacán. Disponible en: https:// www.congresonacionalindigena.org/2017/01/23/ pronunciamiento-sobre-el-derecho-a-la-autodefensa-indigena-santa-maria-ostula-michoacan-14-de-junio-de-2009/
POR: CATILLEJA PÉREZ JOSÉ SALVADOR
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“De nosotras, las mujeres indígenas, se burlan por nuestra forma de vestir, de hablar nuestra lengua, nuestra forma de rezar y curar, por nuestro color, porque somos del color de la tierra que trabajamos” -Comandante Ester La propuesta del CNI y para la conformación del Congreso Indígena de Gobierno (CIG), resultó en uno de los pasos más importantes del movimiento de las comunidades indígenas, no sólo por el impacto y la función que desempeña, sino por todo lo que representa, el simbolismo y el contexto en el que se desarrolla. Recordemos que, en su cuarto congreso, el CNI declara su lucha anticapitalista. Esto quiere decir que se posiciona en contra de un sistema de relaciones impositivas —extractivistas, colonialistas, patriarcales y machistas—, reafirmando el papel fundamental de las mujeres como símbolo representativo de contraposición a la estructura dominante. 16
Al nombrar como vocera a una mujer indígena, el CIG transformó las formas de socialización, no sólo al confrontar las situaciones de dominación a nivel interno y reconfigurando sus procesos comunitarios, sino que además, dando nuevas bases y rostro a la lucha que por más de 500 años se ha gestado. Así es cómo las mujeres indígenas alzan una vez más la voz en contra de la represión históricamente padecida, ya que ellas participan activamente en la defensa comunitaria y territorial dentro de los espacios organizativos del CNI, del CIG y del EZLN. De la misma manera la representación femenina es fundamentada como derecho y obligación con la Madre Tierra: la participación política en la lucha revolucionaria se expresa no sólo como voceras, delegadas, comisionadas, o comandantas, sino como defensoras de espacios naturales y partícipes de las decisiones de comunidad, resistiendo de forma alternativa ante cualquier situación; siempre abajo y a la izquierda. Para muestra de lo anterior tenemos la intervención de la comandanta Ramona en el primer Congreso Nacional Indígena en 1996. Siendo ella la primera mujer indígena en salir del cerco chiapaneco, contribuyendo como vocera de toda una comunidad de comunidades, hablando por y para todos, mandando obedeciendo —mientras todos, en especial los medios, estaban en la espera de un tal Marcos— y sembrando un “nunca más un México sin nosotros” y nosotras. La participación de estas mujeres como la de muchas más, revaloriza la lucha y a su vez visibiliza las amenazas hacia los pueblos originarios, en especial las que sufren las mujeres, ya que en México ser mujer, indígena y pobre es motivo para que el racismo, el clasismo y el patriarcado, intervengan en sus múltiples formas en la realidad inmediata de las mujeres y perpetúe la violencia que es ejercida en contra de ellas. 17
Aquí radica la importancia de lo femenino como símbolo de lucha, de reivindicar el papel de la mujer, de romper con paradigmas civilizatorios en una sociedad que la trata de volver sumisa, frágil y vulnerable. Y es para romper con paradigmas y dogmas establecidos por la política de arriba, que las reflexiones y demandas de las mujeres y las comunidades en general hacen énfasis en temas de derechos sexuales y reproductivos, educación y participación política. Esto resulta en la acción directa de sus facultades e interiorizándolo como ley misma en las comunidades autonómicas. Es menester añadir, que la lucha de la mujer siempre ha existido. En efecto, concurre una nueva era de revolución por parte de las comunidades y las propias mujeres para consumar sus derechos dentro y fuera de su autonomía; y a su vez concretar la lucha comunitaria. Las mujeres son esenciales en la lucha. No sólo son un símbolo, son estructura y superficie, formando así un único cuerpo de solidaridad de lucha y revolución.
POR: CATILLEJA PÉREZ JOSÉ SALVADOR
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En octubre del 2017, tras un congreso y una serie de balances realizados entre los pueblos del Congreso Nacional Indígena, se presentó, ante el Instituto Nacional Electoral, la candidatura independiente de María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”, designada por el CNI como vocera representante indígena, para las elecciones presidenciales de México 2018. En un hecho sin precedentes se planteó la posibilidad de que una mujer indígena encabece el gobierno mexicano, como una respuesta a la opresión y al saqueo que los pueblos indígenas han sufrido a manos de los malos gobiernos y las empresas, motivados por la acumulación del capitalismo salvaje. Previo a esto, en octubre del 2016, se realizó el Quinto Congreso Nacional Indígena, realizado en el Centro Indígena de Capacitación Integral Fray Bartolomé de Las Casas AC-Universidad de la Tierra Chiapas, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas; en el marco del 20 aniversario del CNI. En este se planteó el sondeo de una propuesta elaborada originalmente por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN): postular a una mujer indígena como candidata a la presidencia de México. El objetivo de tal medida fue visibilizar los problemas que enfrentan las comunidades indígenas, así como la lucha que sostienen día con día y la búsqueda de apoyo de la sociedad externa a sus comunidades, con el fin de eliminar el poder político impuesto sobre los pueblos indígenas y poseer una 20
forma de respuesta a la violencia, las agresiones, el despojo, la muerte y la destrucción que éste ejerce sobre los pueblos y las comunidades. La decisión fue tomada tras un balance en el que se consideró la violencia, la recolonización y la discriminación a los pueblos indígenas, así como a los mecanismos de defensa y resistencia que éstos han utilizado para responder al maltrato y reivindicar sus derechos y sus formas de vida. Proveniente de Tuxpan, Jalisco, Marichuy nació el 23 de diciembre de 1963. Hacia sus 15 años comenzó a desempeñarse en las labores del trabajo comunitario. A la vez, se formó dentro de la práctica de la medicina tradicional de las comunidades indígenas. Tras el levantamiento del EZLN en 1994, la comunidad de Tuxpan fue invitada a participar en un foro indígena, realizado en San Cristóbal de las Casas. Para este foro, Marichuy fue elegida como representante de su comunidad. Más tarde, con la conformación del CNI, el actuar de Marichuy le llevó a entrecruzarse con éste, donde se ha destacado su labor en contra del machismo y a favor de la restructuración de las comunidades indígenas. La candidatura de Marichuy no ostentó como fin último la toma del poder político del país, su meta no radicaba realmente en llegar a la silla presidencial. La verdadera motivación de su candidatura radica en la búsqueda de evidenciar la desigualdad en la que viven los indígenas mexicanos, así como la represión y el maltrato que sufren por parte del gobierno. El verdadero fin radica en concientizar a la sociedad sobre la realidad en la que viven y sobre la lucha que mantienen. Hernández L., 2018. Marichuy, el Concejo Indígena de Gobierno y la coyuntura electoral. El Cotidiano, México. POR: CORTÉS AYALA HÉCTOR
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A pesar del aparente “fracaso” de la campaña de María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”, su intento por postularse para la presidencia de México como candidata independiente genera un precedente sin igual para la lucha de las comunidades y pueblos indígenas en su búsqueda por igualdad, justicia y autonomía. Aunque la campaña del CNI fuese incapaz de conseguir las firmas necesarias para formalizar su candidatura en las elecciones presidenciales del 2018, pues, de las 860,000 firmas requeridas que representan el 1 % del padrón electoral, sólo se obtuvieron alrededor de 248,000, su labor durante el proceso electoral no fue un esfuerzo en vano. La candidatura de Marichuy fue capaz de captar la atención del mundo en la resistencia que los indígenas mexicanos muestran en contra de los abusos de las clases gobernantes del país, en su búsqueda por enriquecerse a costa de la destrucción y la usurpación de las comunidades y pueblos originarios. Aún tras el término del proceso electoral, la labor de Marichuy como vocera y representante del CIG continúa. El trabajo con las comunidades y la búsqueda por otorgarles voz para defender sus derechos e intereses se mantiene. 22
Una vez más, la sociedad ajena a las comunidades y pueblos originarios vuelve a escuchar el clamor de éstas para defender su forma de vida. Desde un inicio se veía lejana la posibilidad de formalizar la candidatura, y aún más de alcanzar la presidencia. Pero esto no importaba, la meta era lograr la participación y la inclusión de los pueblos indígenas en un sistema político que los ha excluido y ha buscado su exterminio. Aún se halla distante tal ideal, pero los esfuerzos realizados durante los últimos años han planteado la posibilidad de que esto se vuelva realidad. POR: CORTÉS AYALA HÉCTOR
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