Todos los elementos constitutivos de un empaque, especialmente los materiales, la forma y el color, están íntimamente relacionados y deben responder a una estrategia de comunicación perfectamente coordinada. Lo que se reconoce primeramente como patrimonio de una marca es su mancha cromática, por ello la elección de los colores a utilizar en un empaque es estratégica, es así que los empaques flexibles, conjuntamente con los avances en las tecnologías de impresión y el empleo de nuevas tintas, brindan al diseñador infinitas posibilidades creativas que permiten expresar de una manera más efectiva lo que queremos comunicar con nuestro empaque. Es así, que un buen diseño logra una conexión emocional con el consumidor y estimula la venta del producto. “La ecuación de un empaque exitoso consiste tanto en emocionar al consumidor como satisfacer al productor”. Originalmente el uso de los colores respondía a rígidas pautas culturales, actualmente la globalización favoreció la flexibilización de su uso, de tal manera que la cromática a emplear en un producto que se lanza al mercado debe responder a una política definida y respetar la estrategia de la marca. El color se puede emplear para asociar el producto a una categoría y a veces para destacarse, generando una disrupción en el estante o anaquel. En este punto no hay que perder de vista que cuando se trata de la actualización de imagen de una marca que está instalada, uno de los principales factores de reconocimiento para el consumidor es el color. El cambio de paradigma de los últimos años en la utilización de la paleta cromática, la multiplicación de niveles de consumo y los hábitos de los consumidores entre otros, han provocado cambios en la elección de los colores que se utilizan en el diseño de los empaques, por ejemplo, lo “light” y lo saludable hoy se asocian al color verde, un producto masivo presenta una explosión de color, mientras que uno premium se caracteriza por la monocromía. Por lo anterior, eventualmente se vuelve difícil pero no imposible la utilización de algunas tonalidades en productos similares, ya que hay opciones para diferenciarse, lo importante es tener siempre una visión global de todos los aspectos que conforman el empaque: el color, forma, materiales, recursos y mercado objetivo.