UNIDAD TEMATICA III
DESARROLLOS PSICOANALÍTICOS POST FREUDIANOS
PROPÓSITO: Reconocer la importancia del trauma psíquico. Debatir la idea de la realidad y la constitución de la subjetividad en psicoanálisis. Propiciar en el estudiante el conocimiento del espacio potencial
en psicoanálisis y la tarea
psicoanalítica.
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LECCION I
EL TRAUMA PSÍQUICO. TRAUMA Y PULSIÓN DE MUERTE
1. DEFINICION Etimológicamente procede del término TRAUMATICUS (Latín) y ésta del griego TRAUMA = Herida; por extensión el Trauma Psicológico implica una herida psíquica. Conceptualización Actual: Estimulación excesiva interna o externa al Yo (Self), que sobrepasa su capacidad de manejo y conduce a síntomas e inhibiciones en el sujeto. El concepto sufre una evolución considerable: ampliación progresiva, alejamiento cada vez mayor del concepto médico del trauma, diversidad y complejidad creciente de las situaciones traumáticas.
2. LOS CINCO MOMENTOS 2.1
Primer Momento (1888 – 1895) La histeria había sido vinculada ya en 1859 (Briquet) con la ocurrencia previa de vivencias traumáticas, fue el neurólogo francés J. M. Charcot quien le dio al tema un perfil de interés científico. Charcot llamó a estos cuadros «La Gran Neurosis», sin detenerse en la historia personal subyacente de quienes los padecían. Dos de sus más grandes discípulos fueron S. Freud y P. Janet, quienes jerarquizaron la necesidad de escuchar a las pacientes histéricas. Poco después de 1890, Janet en Francia y Freud en Viena llegaron, en forma independiente, a similares conclusiones: que la histeria era causada por un trauma psicológico de características intolerables para el psiquismo, que originaba una alteración del estado de conciencia (llamada «disociación» por Janet y «doble conciencia» 10
por Freud), en el cual hacían su aparición los síntomas histéricos. En este tiempo Freud caracterizaba los hechos traumáticos desde su concepción económica del aparato psíquico, estableciendo que el trauma era consecuencia de un único gran evento o de una secuencia temporal de eventos parciales de menor intensidad, que sobrepasaban la barrera protectora del psiquismo, alterando el principio de constancia (Freud, 1979ª). Más adelante, en una concepción dinámica del psiquismo, Freud plantea que esta barrera actuaría mediante procesos asociativos que le permitirían la internalización de los eventos potencialmente traumáticos. Cuando esta contención energética y dinámica es superada, se constituye el trauma psíquico y emergen sus manifestaciones. Tanto para Freud como para Janet, los síntomas somáticos de la histeria representaban acontecimientos sumamente dolorosos que habían sido eliminados de la memoria consciente. Así, Janet plantea que las pacientes histéricas estaban dominadas por «ideas fijas subconscientes», y Freud sostuvo que «las histéricas sufren de reminiscencias». Quizá la mayor diferencia entre ambos era la interpretación de los estados alterados de conciencia: para Janet eran característicos de debilidad psicológica y sugestionabilidad, mientras que para Freud podían ocurrir en personas de entera fortaleza psíquica. Sostiene que las histéricas han atravesado un trauma como acontecimiento de su biografía, han sido seducidas por un adulto enfermo. Van a necesitar dos escenas para que el trauma se constituya, es necesario que la segunda escena resignifique a la primera escena como traumática. Teoría del Trauma = Teoría de la Seducción En la concepción freudiana de la teoría de la seducción intervienen las siguientes variables: 11
Caracterizó los hechos traumáticos desde su concepción económica del aparato psíquico: exceso de excitaciones; susceptibilidad del sujeto; vulnerabilidad en el momento del suceso; violencia y sorpresa; posibilidad de que el hecho traumático se inserte en la estructura mental; trauma acumulativo; edad del sujeto y período de la latencia entre el hecho y su expresión sintomática o caracterial. La sumas de eventos que sobrepasaban la barrera protectora del psiquismo, alterando el Principio de Constancia. Luego en una concepción dinámica del psiquismo, la barrera actuaría mediante procesos asociativos.
2.2 Segundo Momento (1897) En “Psicopatología de la vida cotidiana” (1898) e “Interpretación de los Sueños y Caso Dora” (1899), pasa del concepto de trauma al concepto de fantasía. Freud le escribe a Fliess “todas mis histéricas me han engañado”, con lo que abandona en parte el concepto de trauma que va a retomar posteriormente. Predominio creciente de la vida fantasmática (realidad material diferente de la realidad psíquica). Se desengaña de esos relatos, del deseo sexual perverso del adulto pasa a concebir la pulsión parcial sexual endógena y las fantasías. No es nada menor desde el punto de vista de la eficacia el hacerse sujeto del deseo de un relato o historia. El cuadro de histeria era tan común en las mujeres que, de ser cierto lo que ellas contaban, habría que concluir que tanto entre las clases bajas de París (de las cuales provenía la mayoría de las pacientes de Charcot) como entre las familias burguesas de Viena (a quienes Freud atendía) los «actos perversos» cometidos contra los niños serían frecuentes, siendo realizados incluso por colegas y amigos del mismo Freud. De modo que, sin desconocer la importancia de las fantasías sexuales en la etiología de las neurosis histéricas, Freud 12
pudo observar que en muchas oportunidades algo del orden de la realidad externa, en cuanto a experiencias sexuales, tenía fuerza de verdad. Sin embargo, ante la falta de un contexto social y político en Viena que sustentara la investigación, ésta era prácticamente imposible. Indudablemente, las implicancias que tendría su teoría en la sociedad vienesa, de características autoritarias, representaría un precio tan alto de pagar que, tal vez sin que él mismo se diera cuenta, se operó en Freud una suerte de disociación y dejó de escuchar a sus pacientes histéricas. Este fue el paso fundamental que lo llevó a acuñar una nueva teoría etiológica de la histeria, sosteniendo que las historias de abuso sexual relatadas por las pacientes eran, en su mayoría, producto de la fantasía y el deseo proyectado de las propias mujeres, quedando las experiencias traumáticas una vez más disociadas de la realidad «objetiva». Es decir, se invierte la culpa sobre la presunta víctima: en lugar de haber realmente ocurrido el abuso, la niña lo habría fantaseado e incluso lo deseaba. El soporte teórico de este cambio dio nacimiento al complejo de Edipo, con lo cual el abusador pasó a ser víctima de la identificación proyectiva de la niña y de sus conflictos edípicos no resueltos. En un contexto social patriarcal y antifeminista, esta teoría, que ofrecía una representación sexualizada vergonzosamente ocultable del inconsciente, prosperó.
2.3 Tercer Momento (1920) En “Mas allá del principio del placer” (1920), Freud utilizó de nuevo el modelo económico para explicar el trauma, pero ahora incorporó a la teoría el instinto de muerte y su expresión mediante la compulsión a la repetición. Asimismo conceptualización el termino de transferencia, sostiene la transferencia, para que el paciente pueda empezar a hacerse cargo 13
de sus deseos, es una diferencia capaz de producir cambios eficaces. Manifestando que la neurosis primitiva puede ser sustituida por una nueva neurosis de transferencia dentro del trabajo terapéutico. El terapeuta se ha esforzado en limitar la extensión de esta segunda neurosis, hacer entrar lo más posible en el recuerdo y permitir lo menos posible la repetición. La relación que se establece entre el recuerdo y la reproducción es distinta para cada caso. Generalmente no puede el terapeuta ahorrar al analizado esta fase de la cura y tiene que dejarle que viva de nuevo un cierto trozo de su olvidada vida, cuidando de que conserve una cierta superioridad, mediante la cual la aparente realidad sea siempre reconocida como reflejo de un olvidado
pretérito.
Conseguido
esto,
queda
logrado
el
convencimiento del enfermo y el éxito terapéutico que del mismo depende. La realidad externa en la que vivían (catástrofe mundial) centra atención en Neurosis de Guerra y Neurosis Traumáticas. Freud manifiesta que de graves conmociones mecánicas, tales como choques de trenes y otros accidentes en los que existe peligro de muerte, suele aparecer una perturbación, ha largo tiempo conocida y descrita, a la que se ha dado el nombre de «neurosis traumática». La espantosa guerra que llegó a su fin hizo surgir una gran cantidad de casos y ha puesto término a los intentos de atribuir dicha enfermedad a una lesión del sistema nervioso producida por una violencia mecánica. El cuadro de la neurosis traumática se acerca al de la histeria por su riqueza en análogos síntomas motores, mas lo supera en general por los acusados signos de padecimiento subjetivo, semejantes a los que presentan los melancólicos o hipocondríacos, y por las pruebas de más amplia astenia general y mayor quebranto de las funciones anímicas. En la neurosis traumática corriente resaltan dos rasgos, que se pueden tomar como puntos de partida de la 14
reflexión: primeramente, el hecho de que el factor capital de la motivación parece ser la sorpresa; esto es, el sobresalto o susto experimentado, y en segundo lugar, que una contusión o herida recibida simultáneamente actúa en contra de la formación de la neurosis. Susto, miedo y angustia son términos que se usan erróneamente como sinónimos, pues pueden diferenciarse muy precisamente según su relación al peligro. La angustia constituye un estado semejante a la expectación del peligro y preparación para el mismo, aunque nos sea desconocido. El miedo reclama un objeto determinado que nos lo inspire. En cambio, el susto constituye aquel estado que nos invade bruscamente cuando se nos presenta un peligro que no esperamos y para el que no estamos preparados; acentúa, pues, el factor sorpresa. Se relaciona al evento traumático con el trauma.
2.4 Cuarto Momento (1925 – 1926) En “Inhibición síntoma y angustia” (1926), enfatizó la indefensión del Yo frente a las excitaciones, explicó la ansiedad como expresión de la expectación del trauma y también la repetición de éste en una forma mitigada. El caudal de excitaciones puede provenir del Yo, pudiendo ser de naturaleza erótica como tanática; y, del exterior. Situación traumática – ansiedad – trauma
2.5 Quinto Momento (1932 – 1937) En “Análisis terminable e interminable” (1937) Freud plantea que el yo del paciente no había sido visiblemente alterado y la etiología de su trastorno es esencialmente traumática. Después de todo, la etiología de cualquier trastorno neurótico es mixta. O bien ocurre que 15
los instintos son excesivamente intensos -es decir, recalcitrantes a ser domesticados por el yo-, o bien es el resultado de traumas prematuros que el yo inmaduro fue incapaz de dominar. Por lo común existe una combinación de ambos factores: el constitucional y el accidental. Cuanto más intenso es el factor constitucional, más fácilmente llevará un trauma a una fijación y dejará detrás un trastorno del desarrollo; cuanto más intenso es el trauma, con tanta mayor seguridad se manifestaran sus efectos perjudiciales, aun cuando la situación instintiva sea normal. No hay duda de que una etiología traumática ofrece un campo más favorable para el psicoanálisis. Solamente cuando un caso es de origen predominantemente traumático podrá hacer el psicoanálisis lo que es capaz de hacer de un modo superlativo; sólo entonces, gracias a haber reforzado el yo del paciente, logrará sustituir por una solución correcta la inadecuada decisión hecha en la primera época de su vida. Solamente en tales casos se puede hablar de que un análisis ha terminado definitivamente. En ellos el psicoanálisis ha hecho todo lo que debería y no tiene que ser continuado. Es verdad que si el paciente que ha sido curado nunca produce otro trastorno que necesite psicoanálisis, no sabemos hasta qué punto su inmunidad no es debida a un hado benéfico que le ha ahorrado tormentos demasiado graves. El trauma desencadena una dialéctica defensiva completa y la curación de los síntomas = abreacción de la energía estrangulada, esta catarsis además de su aspecto emocional implica un trabajo de memoria,
de
restablecimiento
de
vínculos
asociativos,
reintegración en el Yo de aquellos que había sido escindido.
16
de
LECCION II
EL TRAUMA PSÍQUICO Y EL “APOSTERIORI”
1. APOSTERIORI Palabra introducida por Freud, en 1896. Implica un proceso de reorganización o re-inscripción, por medio del cual, los acontecimientos traumáticos sólo toman significación en una posterioridad, es decir en un contexto histórico y subjetivo posterior, que le dan una significación nueva. Este término resume la concepción freudiana de temporalidad y causalidad psíquica, según la cual el sujeto construye su pasado, reconstruyéndolo en función de un futuro. Modifica así la noción de temporalidad lineal por un concepto dialéctico, de causación retroactiva, desde el presente hacia el pasado. Aparta al psicoanálisis de una concepción ingenua y mecánica, para la cual un suceso, un acontecimiento anterior determina el posterior. Aporta un modelo en espiral, donde pasado y presente se condicionan y significan recíprocamente en la estructuración del presente. Es lo que posibilita la acción terapéutica del psicoanálisis. Si no existiera esta retroactividad, tampoco existiría la posibilidad de modificación de nuestra historia. La
elaboración
retroactiva
de
acontecimientos
y
situaciones
es
desencadenada por la aparición de la maduración orgánica, que permite alcanzar un nuevo tipo de significaciones y re elaborar sus experiencias anteriores. Experiencias, impresiones, vivencias, huellas mnémicas, son modificadas en función del acceso a un nuevo grado de desarrollo o por nuevas
experiencias.
Los
materiales
existentes
experimentan
una
reorganización, re- inscripción, en función de nuevas condiciones. En consecuencia pueden adquirir un nuevo sentido y eficacia psíquica y eventualmente producir síntomas. La evolución de la sexualidad favorece notablemente el fenómeno de la 17
retroactividad por los desfasajes temporales que se producen en el ser humano (sexualidad en dos tiempos) A partir de este esquema hay que concebir el trauma. La mayoría de las veces, una escena vivida precozmente en forma bastante neutra podrá tener el valor de trauma cuando, por ejemplo, un segundo acontecimiento, vivido después de la pubertad, le dé a esta primera escena un sentido nuevo, desencadenando un afecto sexual displacentero. El concepto de posterioridad va íntimamente ligado a la primera elaboración freudiana de la noción de defensa: la teoría de la seducción. Permite explicar la teoría de la represión. El abandono de la teoría del trauma como causa esencial de la neurosis no suprime la importancia de la noción de aprés-coup, sino todo lo contrario. Ya que, aunque hay una sexualidad infantil, el niño no dispone al comienzo una percepción definitiva del registro sexual.
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LECCION III
LA REALIDAD Y LA CONSTITUCIÓN EN LA SUBJETIVIDAD
1. LA REALIDAD Realidad para el psicoanálisis no solo es el trauma de lo real, es también el discurso corriente que se expresa en lo que los pacientes y la cultura traen, argumentado en semiosis social. (Repeto, C. citado por Laurente, A. 2006). Lo que normalmente llamamos realidad sería el resultado de una especie de entrecruzamiento entre lo simbólico y lo imaginario. La realidad pertenece al orden del lenguaje, simbólicamente estructurado. La realidad es concebida como realidad de conocimiento, y este desde la gnoseología, como aprehensión del mundo a través de la representación. En la realidad no esta representado aquello real imposible de conocer. Solo cuando algo es conocido y representado esta en la realidad. Lacan distingue al instinto como un conocimiento.
2. REAL En 1953, Lacan añade a sus formulaciones la categoría de lo Real, que es aquello que escapa a la significación, lo que está fuera del orden simbólico. Lo Real no tiene nada que ver con lo que en lenguaje corriente referimos con la palabra realidad. En todo caso, lo Real sería justamente aquello que está excluido de la realidad, lo que carece de sentido, la dimensión de lo que no encaja, de lo que no podemos situar. Lo real es un concepto críptico y difícil de definir en la teoría de Lacan, ya que para hacerlo, se requiere el concurso de los otros dos registros, puesto que se trata de lo que no es imaginario ni se puede simbolizar. Lo real es todo aquello que tiene una presencia y existencia propia y es norepresentable. Lo real aparece en la esfera de la sexualidad, de la muerte, del horror y del delirio. Lo real es lo que no podemos pensar, imaginar o 19
representar, es decir, lo inconceptualizable, lo que no se puede poner en la palabra o en el lenguaje, constituyendo un indeterminado incontrolable. Sin embargo, no se encuentra completamente alejado del orden de lo simbólico sino
que
justamente
constituye
el
no-fundamento
inmanente
del
significante. En eso último consiste la paradoja de este no-concepto. El ello pertenece al campo de lo real, por tanto el inconsciente en lo real y el preconsciente se constituye en la realidad. Lacan distingue a la pulsión como un saber, por lo tanto el inconsciente en un saber. Al capturar la verdad se alcanza en saber del mundo y, por lo tanto el saber de sí. Los acercamientos que el conocimiento propone para el saber son realidad, representación, pues nada hay en el conocimiento que corresponda al saber, a lo real. La verdad es el límite que denuncia el desvío del conocimiento para constituir el saber, el límite que no es saber aun.
3. BINOMIO REALIDAD PSIQUICA – REALIDAD Al binomio: Realidad psíquica – Realidad, se le puede sustituir por la interpretación fantasmática que la psique construyo, y las circunstancias reales que acompañaron a un acontecimiento. Freud eligió el termino Realidad Psíquica para designar a la “Realidad” (construcción
fantasmática),
fue
para
subrayar
el
sentimiento
de
certidumbre y de evidencia de la propia construcción fantasmática puede tener en el sujeto. Un acontecimiento, un fenómeno que surge en dos espacios de realidad, el espacio somático y el espacio que constituye en entorno o su medio psíquico-ambiente, se transformara en un acontecimiento psíquico en función al poder que tenga de afectar a la psique, de ser fuente de placer o fuente de sufrimiento. Acontecimiento Psíquico es cualquier encuentro entre la psiquis y un fenómeno que tiene una fuente exterior, cualquier encuentro que va a exigir una modificación en el investimiento de los propios reparos identificatorios, 20
es decir en la economía narcisista y conjuntamente en la organización del propio espacio relacional, es decir de la libido del objeto. Solo en ese sector de fenómenos que surgen en el campo de la realidad va a operar el fantasma, para transformarlo en acontecimientos psíquicos. Al reconocer el poder de la realidad psíquica de reconstruir la realidad, no debemos olvidar el poder que puede ejercer la realidad sobre el funcionamiento psíquico.
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LECCION IV
EL ESPACIO POTENCIAL. LA TAREA PSICOANALÍTICA.
1. ESPACIO POTENCIAL Donal Winnicot es quien introduce el concepto de “espacio potencial”. El espacio potencial es un área hipotética que existe o no entre el bebé y el objeto en la fase de repudio del objeto como no – yo; es decir, al final de la etapa de fusión con el objeto. El espacio potencial no se encuentra en el interior ni en el exterior, es área intermedia de la experiencia situada entre:
Realidad psíquica interna – Yo. La realidad real o exterior – No Yo.
Este espacio es un producto de las vivencias del individuo en el medio que va ganando. El espacio potencial une y separa al mismo tiempo al infante/niño/adulto de la madre/objeto. La separación que traza el bebé entre el sí mismo y el mundo de los objetos se logra solamente a través de la ausencia de ese espacio, llenándose con ilusión, juego y símbolos. El objeto transicional = Símbolo de separación y unidad.
1.1
Proceso Dialéctico Un proceso dialéctico es aquel en que dos conceptos opuestos se crean, se dan forma, se preservan y se niegan uno al otro; y, en el que cada uno mantiene una relación dinámica siempre cambiante con el otro. El Proceso Dialéctico avanza hacia la integración pero nunca se llega a lograr completamente. Cada integración crea una nueva posición dialéctica y una nueva tensión dinámica. 22
En el psicoanálisis, el proceso dialectico central, en la concepción de la relación consciente e inconsciente. No puede existir un consciente sin un inconsciente y viceversa. Cada uno crea al otro y existe solo como una posibilidad hipotética sin el otro.
1.2
La subjetividad La subjetividad abarca cierta escala de grados de autoconciencia que van desde la autoreflección intencional hasta la experiencia de pensar los propios pensamiento y sentir los sentimientos propios (Yoidad). La subjetividad esta relacionada con la conciencia, pero no es lo mismo que esta, la experiencia de la consciencia y la inconsciencia se derivan del logro de la subjetividad. La subjetividad es un reflejo de la diferenciación que se establece entre el símbolo (Pensamiento), lo simbolizado (Aquello en lo que se está pensando) y el sujeto
que interpreta (Genera sus propios
pensamientos e interpreta sus propios símbolos). La emergencia de un sujeto en el curso de esta diferenciación hace posible que la persona desee. El deseo de ignorar determinado aspecto del propio sistema de significados
establece
las
condiciones
necesarias
para
la
diferenciación de las esferas consciente e inconsciente de la experiencia. La diferenciación del símbolo, simbolizado y el sujeto que interpreta, crea la posibilidad de la existencia de un triangulo dentro del cual se crea un espacio en el que la creatividad se torna posible y en el que estamos vivos como seres humanos. Este es el espacio potencial de Winnicott. La capacidad para distinguir en símbolo de lo simbolizado equivale al logro de la subjetividad, a partir de este momento la función simbólica implicara la existencia de la triada interrelacionada. El espacio potencial deja de existir cuando no se logra la diferenciación 23
entre dos cualesquiera de los tres elementos.
2. LA TAREA PSICOANALITICA El método psicoanalítico es una propuesta de conocimiento sobre sí mismo, que supone la voluntad de conocer en el analista a su paciente, a si mismo, y de conocer las modalidades de estructuración y funcionamiento psíquico en un camino de ida y vuelta constante entre la teoría y la clínica. El objetivo será ir en busca de la verdad. Una verdad que paciente y analista tendrán que ir develando en a veces erráticas aproximaciones.
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AUTOEVALUACIÓN DE INTRODUCCIÓN AL PSICOANÁLISIS Prof. Natalia L. RAMÍREZ SÁENZ
1. COMPLETE LAS SIGUIENTES ORACIONES a) El espacio potencial es un área hipotética, un área intermedia de la experiencia situada entre : ____________________________________ _________________________________________________________ b) La subjetividad es reflejo de la diferenciación que se establece entre :
2. CONTESTE A LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES CON VERDADERO (V) O FALSO (F) ( ) El abandono de la teoría de la seducción como trauma psíquico se debió a la emergencia del predominio creciente de la función del Súper Yo. ( ) La repetición transferencial una vez superada en la situación de análisis puede llevar al recuerdo o reconstrucción de lo traumático y a su eventual elaboración. ( ) Existen dos tiempos del trauma : aquel en que los recuerdos permanecen latentes y otro que los liga haciendo que los primeros aparezcan como trauma. (
) Lo real es inconsciente y la realidad preconsciente.
( ) La realidad psíquica es a la realidad como la interpretación fantasmática a las circunstancias reales. ( ) Los efectos del trauma son positivos ya que busca nada sea recordado y negativos porque se empeña en devolverle vigencia. ( ) Con el aposteriori se abandona el modelo dialéctico de causalidad a favor del establecimiento de un modelo mecánico y en espiral de la temporalidad.
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RESPUESTAS
1. COMPLETE LAS SIGUIENTES ORACIONES a)La realidad psíquica interna – Yo y la realidad externa – No Yo; y, b)El símbolo, lo simbolizado y el S que interpreta.
2. CONTESTE VERDADERO (V) O FALSO (F) F, V, V, V, V, F, F
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SELECCIÓN DE LECTURAS • Freud, Sigmund (1988). Obras Completas. Más allá del principio del placer. Apartados I – IV. Editorial Orbis S.A. • Freud, Sigmund (1988). Obras Completas. Más allá del principio del placer. Apartados V – IX. Editorial Orbis S.A. • Freud, Sigmund (1988). Obras Completas. El Yo y el Ello. Apartados I – III. Editorial Orbis S.A. • Freud, Sigmund (1988). Obras Completas. El Yo y el Ello. Apartados IV – V. Editorial Orbis S.A.
BIBLIOGRAFÍA 1. Laurente Murga, A. (2006). Efectos de la realidad en la constitución de la subjetividad. El espacio potencial y la tarea psicoterapéutica (analítica) – Lima Perú. 2. Ramírez,
N.
(2010).
Exposiciones
en
clase:
Introducción
al
Psicoanálisis. UNMSM. 3. Repeto, C. (1997) El trauma y lo real. En Laurente, A. (2006) Efectos de la realidad en la constitución de la subjetividad. El espacio potencial y la tarea psicoterapéutica (analítica) – Lima Perú. 4. Tallaferro, A. (2005). Curso Básico de Psicoanálisis. Ed Paidós. México
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