UNIDAD I: INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA CRIMINAL Objetivo específico: Que el alumno conceptualice y aplique los principios básicos de la Psicología criminal, así como el método de estudio. TEMAS: 1.1.-Conceptualización de Psicología Criminal. 1.2.- Objeto y método de estudio 1.3.- Importancia de su estudio LECTURAS CUADERNOS DE CRISIS, No.3 Vol. 1 APROXIMACIÓN CONCEPTUAL Linares Olivas Oliverio Leonel y Fabián Rojas Edna (2001) http://www.tuobra.unam.mx/publicadas/020607125031-_Iacute_.html
DEFINICIÓN DE PSICOLOGÍA CRIMINAL Y SU OBJETO DE ESTUDIO. La Psicología Criminal o Criminológica es, según su etimo, el estudio del alma del sujeto criminal. Aunque aquí, el etimo psique se usa en sentido científico, es decir, aquellos rasgos de la personalidad total del delincuente y no su alma en sentido metafísico. La Psicología criminal, ha rebasado el límite de la observación individual del sujeto antisocial extendiéndose hacia estudios de la conducta criminal y de los factores psicológicos que influyen en la criminalidad, ya sean individuales o colectivos.
Se reconocen cuatro ramas científicas para la observación psicológica de la personalidad:
La Psicología Criminal que estudia al delincuente en cuanto es autor del delito.
La Psicología Judicial que estudia su comportamiento en cuanto es imputado de un delito.
La Psicología Carcelaria que lo estudia mientras esta condenado, expiando una pena carcelaria.
La
Psicología
Legal
que
coordina
las
nociones
psicológicas
y
psicopatológicas que ocurren por la aplicación de las normas penales vigentes sobre las condiciones del menor, del enfermo mental, del sordomudo, del alcohólico así como de las circunstancias agravantes o atenuantes. La Psicología Criminal estudia las aptitudes, los procesos mentales, la personalidad, la motivación (consciente o inconsciente) del criminal y de su crimen, partiendo, de la psicología del individuo hacia la psicología de los grupos sociales o antisociales. Es también, la Psicología Criminal, partícipe de la síntesis criminológica, así que es interdisciplinaria, apoyándose de la Biología Criminológica, la Antropología Criminológica, la Sociología Criminológica, la Criminalística, la Victimología y la penología. Podemos resumir, según Marchiori que: “la Psicología Criminal trata de averiguar, de conocer qué es lo que induce a un sujeto a delinquir, qué significado tiene esa conducta para él, porqué la idea de castigo no le atemoriza y le hace renunciar a
sus conductas criminales; la psicología criminal trata de averiguar su significado de manera histórico-genética”.
PSICOLOGÍA CRIMINAL En psicología Criminológica no es lo mismo hablar de delincuente que de antisocial; el delincuente es aquél que transgrede las normas penales, es decir delinque, comete delitos que están tipificados en las leyes penales (un ladrón). El antisocial, puede ser un delincuente, pero puede no serlo; es aquél que transgrede las normas sociales (un individuo que no se lava). Hay muchas teorías sobre el delincuente, una de ellas es la de tipo la teoría biológica, la cual dice que el delincuente lo es por sus genes, que si su padre o su madre lo son, o fueron, el individuo lo es o lo será. Otra teoría o aplicación, es la de tipo social; esta muy dada en las décadas de los setenta y os ochenta, culpa a la sociedad; el delincuente lo es por que de alguna forma la sociedad le obliga. Tiene mucho que ver son las clases sociales y os diferentes movimientos de esa época. También está la teoría de la aproximación legal; esta viene a decir que el delincuente lo es por que quiere; que el individuo, valorando lo que podría conseguir en su deseo, y las consecuencias, penales, que le podría traer su actuación, decide continuar con su acción sabiendo de estas consecuencias. Pero las más importante es la teoría psicológica, esta se centra en el individuo. Para ella el individuo tiene características individuales, que participando de todas las teorías anteriores, le llevan a delinquir.
Con la psicología , estudiando al individuo se puede llegar a saber como llegaría a ser, o como podría ser este. En el individuo, actúan dos conceptos, uno el de inhibición, es decir el individuo ante su deseo de transgredir la norma, valora por encima de todo las consecuencias; el otro concepto es el del refuerzo, el individuo valora por encima de las consecuencias o que conseguiría al transgredir la norma En este aspecto hay dos tradiciones, LA PSIQUIATRA y la PSICOLOGÍA La psicología, sienta sus antecedentes en los factores de comportamiento del individuo. Concepto de Psicología Criminal: Es un estudio del comportamiento antisocial y delictivo. Implica acciones tipificadas como delito, y comportamientos, rasgos y otras variables psicológicas relacionadas con actos delictivos. Objetivos: --La descripción y comprensión de procesos básicos de la personalidad. --Determinantes del desarrollo y rasgos centrales, y Determinantes del comportamiento antisocial. La Psicología Criminal, estudia los procesos y factores que llevan al delincuente a transgredir la norma, las predisposiciones personales que facilitan la conducta delictiva y los determinantes de estos comportamientos. Metodología: Mediante la observación de las características del individuo que comete el delito, comprobándolas y refutándolas mediante planteamientos de hipótesis. Estrategias: Las estrategias son dos, la correlacional, mediante porcentajes; y la experimental, que es un trabajo de laboratorio.
Antecedentes: **Edad Media: En esta época, el comportamiento antisocial se entendía como una posesión demoníaca y brujería, asociando el delito a ello, para la gente de la época el delincuente estaba poseído. **La Ilustración: Época en la que el acto delictivo era considerado una decisión libre; conforme a la filosofía de aquellos tiempos de libertad e igualdad, tomaba al delincuente como un ciudadano, que libremente y sabiendo las consecuencias, decidía delinquir. Había una bondad de las leyes y una abstracción jurídico – formal. No había una preocupación por las causas que llevaban al individuo a delinquir. Como se dice, no había un estudio sobre las causas (etiología), lo que había era una descontextualización. **Empirismo: Se basa en el método de las ciencias sociales, observación e inducción de hipótesis. Se estudia al delincuente, junto con su entorno y demás factores influyentes en la conducta de este. Fisiognomía: La fisiognomía relaciona lo psíquico con lo somático, es decir su disponibilidad para transgredir la norma, con su aspecto físico. LAVATER, 1741 –1801, realizó el retrato del hombre de maldad natural. La localización física de las potencias humanas, según esta teoría, el alma se manifiesta en el rostro, guardando una gran relación la buena conducta, o la mala conducta, con la belleza o la fealdad respectivamente. Frenología: La frenología relaciona la criminalidad, la conducta delictiva con malformaciones cerebrales.
Teoría de Gall y Spurzheim, según la cual las aptitudes y las funciones mentales del hombre se encontrarían en zonas específicas del cerebro. A partir del descubrimiento de que cada función psíquica tenía su sede en un área definida del encéfalo, GALL concluyó que, según la importancia de cada función mental,
las
áreas
cerebrales
correspondientes
se
desarrollarían
proporcionalmente y modelaría la forma del cráneo: a las funciones bien desarrolladas corresponderían ciertas protuberancias, y a las disposiciones deficientes
ciertas
depresiones.
Inversamente,
sería
posible
un
análisis
psicológico de un individuo a través de la observación de la forma de su cráneo. Es el antecedente de la neurofisiología y la neuropsiquiatría. En España, el propagador de la Frenología fue Mariano CUBI SOLER, con su primera obra en este tema (Sistema completo de frenología en 1843); consideraba al delincuente como un enfermo necesitado de tratamiento. Psiquiatría: Ciencia que estudia la conducta de las personas que son enfermos mentales, y relaciona la criminalidad a esa enfermedad. Antropología: La Antropología, es un método empírico, es decir fundado en la experiencia o relativo a ella. Influencia de la obra de Darwin 1809-1882. Define al delincuente como súbdito hipoevolutivo y transmisión hereditaria, es una imagen del ser humano no antropocéntrica. Escuela cartográfica: Muy importante en la Psicología Criminal. Esta basada en un método estadístico tanto moral como social. Ha realizado mapas de criminalidad. Ve el crimen como un fenómeno social de masas. La sociedad tiene un volumen constante de criminalidad, siendo este un fenómeno normal en colectividad.
Como conclusión, identifica al crimen como un fenómeno que se transmite y se perpetúa, debido a las condiciones sociales del momento.
EL ORIGEN DE LA CRIMINOLOGÍA CIENTÍFICA: ** Cabe hablar de dos etapas o momentos en la evolución de las “ideas” sobre el crimen: la etapa precientífica y la científica, cuya idea divisoria viene dada por la Scuola Positiva; es decir, por el paso de la especulación, de la deducción, del pensamiento abstracto – deductivo a la observación, a la inducción, al método “positivo”.
LA ETAPA PRECIENTIFICA DE LA CRIMINOLOGÍA: ** En esta etapa precientífica, existen dos enfoques claramente diferenciados, por razón del método de sus patrocinadores: por una parte el que puede denominarse clásico ( producto de las ideas de la Ilustración, de los reformadores, y del Derecho Penal clásico, modelo que acude a un método abstracto y deductivo, formal); de otra el que cabe calificar de empírico, por ser de esta las investigaciones sobre el crimen llevadas a cabo, de forma fragmentaria, por especialistas de las mas diversas procedencias (fisionomistas, frenólogos, antropólogos, psiquiatras, etc), teniendo todos ellos en común el sustituir la especulación, la intuición y la educación por el análisis, la observación y la inducción (método empírico deductivo). CRIMINOLOGÍA CLÁSICA: ** La denominada Criminología Clásica, asumió el legado liberal, racionalista y humanista de la Ilustración, especialmente su orientación iusnaturalista.
** Concibe el crimen como hecho individual, aislado, sin que sea necesaria una referencia a la personalidad del autor. ** Lo decisivo es el hecho mismo, no el autor. El delincuente infringe la ley en una decisión soberana y libre. ** Su punto débil no fue tanto la carencia de una genuina teoría de la criminalidad, como el intento de abordar el problema del crimen prescindiendo del examen e la persona del delincuente y del medio o entorno social de este. CRIMINOLOGÍA, MARCO CIENCIAS NATURALES: ** Esta segunda orientación criminológica, opera en el marco de las ciencias naturales, y no en el de las ciencias del espíritu. ** Es un método empírico deductivo, basado en la observación del la persona del delincuente y del medio o entorno de éste. ** las principales investigaciones se llevaron a cabo en los más diversos campos del saber: a) La incipiente ciencia penitenciaria: ** Sus pioneros, Howar y Bentham, analizaron, describieron y denunciaron la realidad penitenciaria del siglo XVIII, consiguiendo importantes reformas legales. b) El ámbito de la fisionomía: ** Della Porta y Lavater. Se preocuparon del estudio de la apariencia externa del individuo, resaltando la interrelación entre lo somático y lo psíquico. ** El conocido Edicto de Valerio “cuando tengas dudas entre os presuntos culpables, condena al más feo”, o la formula procesal que impuso un juez napolitano, el marqués de Moscardi, en el siglo XVIII “oídos los testigos de cargo y de descargo, y vista tu cara y tu cabeza, te condeno”. c) La frenología: ** Precursora de la moderna Neurofisiología y Neuropsiquiatría.
** Trató de localizar en el cerebro humano las diversas funciones psíquicas del hombre
y
explicar
el
comportamiento
criminal
como
consecuencia
de
malformaciones cerebrales. ** Gall, autor del conocido mapa cerebral, dividido en 38 regiones. ** Mención especial a la obra de Cubí y Soler, que tres décadas antes que Lombroso, insinuó ya una de las tesis de éste. d) La psiquiatría: ** Pinel, realizó los primeros diagnósticos clínicos separando los delincuentes de los enfermos mentales. ** Otros autores de la época son Esquirol, o Morel; para este último, el crimen es una forma determinada de degeneración hereditaria, de regresión y la “locura moral” un mero déficit del sustrato moral de la personalidad. e) La Antropología: ** Estrechamente unida a los orígenes de la Criminología, destacando los estudios de Broca o Wilson. ** Abonan todas ellas la tesis de Nicholsom, de que el criminal en una variedad mórbida de la especie humana. ** Lucas anuncia el concepto de atavismo. ** Particular relevancia tuvo la obra de Darwin. Tres de sus postulados serán asumidos por la Escuela Positiva: 1) la concepción del delincuente como especie atávica, no evolucionada; 2) la máxima significación concedida a la carga o legado que el individuo recibe a través de la herencia; 3) y una nueva imagen del ser humano, privado del señorío y protagonismo que le confirió el mundo clásico. ESTADÍSTICA MORAL O ESCUELA CARTOGRAFICA: ** Sus principales representantes son, Quetelet, Guerry, V.Mair, Fregier y Mayhew; genuinos precursores del positivismo sociológico y del método estadístico.
** Aportan la concepción del delito como fenómeno colectivo y hecho social – regular y normal – regido por leyes naturales, como cualquier otro suceso, y requerido de un análisis cuantitativo. ** Para la Escuela Cartográfica o Estadística Moral, el crimen es un fenómeno social, de masas, no un acontecimiento individual. ** Para la Escuela Cartográfica, en segundo lugar, el crimen es una magnitud asombrosamente regular y constante. Se repite con absoluta periocidad; como cualquier otro fenómeno natural, los hechos humanos y sociales, el crimen es una más. ** El delito, en tercer lugar, es un fenómeno normal. Esto es, inevitable, constante, regular, necesario. ** Para la Escuela Cartográfica, el único método adecuado para la investigación del crimen como fenómeno social y magnitud, es el método estadístico. ** Quetelet, anticipándose a las conocidas leyes de la saturación de Ferri, resaltó la absoluta regularidad con que año a año se repiten los delitos; afirmando que si conociéramos las complejas leyes que regulan el fenómeno social del crimen, y su dinámica propia, estaríamos en condiciones de predecir el número exacto, e incluso, la clase de crímenes que se producirían en una sociedad de un momento dado. ** Guerri, por su parte, realizó los primeros mapas de la criminalidad en Europa. ** La estadística social tuvo, a lo largo del tiempo, un doble ámbito de influencia: por una parte, inspiró la dirección sociológica del positivismo europeo; de otra, cabe apreciar su decisivo impacto en la moderna Sociología Criminal norteamericana que arranca de la denominada Escuela de Chicago. ** Para los representantes de la estadística Moral, el crimen es una magnitud estable, existe un volumen constante y regular de criminalidad en la sociedad.
LA ETAPA CIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA:
** La etapa científica, en sentido estricto, de nuestra disciplina surge a finales del pasado siglo con el positivismo criminológico, esto es con la Scuola Positiva italiana que encabezan Lombroso, Garófalo y Ferri. ** La Scuola Positiva italiana presenta dos direcciones opuestas, la antropológica de Lombroso y la sociológica de Ferri, que acentúan la relevancia etiológica del factor individual y del factor social en sus respectivas explicaciones del delito. ** A los efectos de la presente exposición, distinguiremos dos momentos: el de la Escuela Positiva y el posterior, la lucha de escuelas. LA SCUOLA POSITIVA: ** Los postulados de la Escuela Positiva pueden sintetizarse en contraposición a los de la Escuela Clásica; el delito se concibe como un hecho real e histórico, natural, y no como ficticia abstracción jurídica; su nocividad deriva no de la mera contradicción de la ley que él mismo significa, como de las exigencias de la vida social, incompatible con ciertas agresiones que ponen en peligro las bases de éstas; su estudio y comprensión son inseparables del examen del delincuente y de su realidad social. ** La finalidad de la ley penal no es restablecer el orden jurídico, sino combatir el fenómeno social del crimen. ** El positivismo concede prioridad al estudio del delincuente. ** El positivismo es determinista, califica de ficción la libertad humana y fundamenta el castigo en la idea de la responsabilidad social o mero hecho de vivir en común. ** El positivismo criminológico propugna un claro antiindividualismo. a) La antropología de Lombroso: ** Lombroso (1835-1909). Su obra “Tratado Antropológico experimental del hombre delincuente”, publicada en 1876, marca los orígenes de la moderna Criminología, siendo considerado como el fundador de ésta.
** Su aportación principal a la Criminología, reside en el método que utilizó en sus investigaciones: el método empírico. ** Su teoría del delincuente nato fue formulada a la vista de los resultados de más de cuatrocientas autopsias de delincuentes y seis mil análisis de delincuentes vivos. ** Desde un punto de vista tipológico, distinguía Lombroso seis grupos de delincuentes: el nato (atávico), el loco moral (morbo), el epiléptico, el loco, el ocasional y el pasional. ** En cuanto a la teoría lombrosiana de la criminalidad, ocupa un lugar destacado la categoría del delincuente nato, esto es, una subespecie o subtipo humano, degenerado atávico, marcado por una serie de estigmas que le delatan e identifican y se trasmiten por vía hereditaria. ** Basó el atavismo o carácter regresivo del tipo criminal en el examen del comportamiento de ciertos animales y plantas, en tribus primitivas y salvajes y civilizaciones aborígenes. ** En su teoría de la criminalidad, Lombroso interrelaciona el atavismo, la locura moral y la epilepsia: el criminal es un ser inferior, atávico, que no ha evolucionado; individuo que además padece alguna forma de epilepsia. b) La sociología criminal de Ferri: ** Ferri (1856-1929), por su parte, representa la directriz sociológica del positivismo. ** La mentalidad positivista rechaza el libre albedrío, calificándolo de mera ficción. ** Ferri es justamente conocido por su equilibrada teoría de la criminalidad (equilibrada a pesar de su matización sociológica), por su programa ambicioso político-criminal (sustitutivos penales) y por su tipología criminal asumida por la Scuola Positiva. ** Propugna un estudio etiológico del crimen, orientado a la búsqueda científicas de sus causas.
** Para Ferri el delito no es producto exclusivo de ninguna patología individual, sino, como cualquier otro suceso natural o social, resultado de la acción de factores diversos: individuales, físicos y sociales. ** Entiende que la criminalidad es un fenómeno social más, que se rige por su propia dinámica, de modo que el científico podría predecir el número exacto de delitos, y la clase de éstos, que van a producirse en una determinada sociedad y en un momento concreto, si contase con todos los factores individuales, físicos y sociales antes citados y fuera capaz de cuantificar la incidencia de cada una de ellos. Porque, bajo tales premisas, no se comete ni un delito más ni un delito menos (ley de la saturación criminal). ** Con la teoría de los sustitutivos penales, sugiere un ambicioso programa político-criminal de lucha y prevención del delito prescindiendo del Derecho Penal. Su planteamiento es el siguiente: el delito es un fenómeno social, con una dinámica propia y etiología específica, en la que predominan los factores sociales. En consecuencia, la lucha y prevención del delito debe llevarse a cabo a través de una acción realista y científica de los poderes públicos que se anticipe a aquél. ** La pena, según Ferri sería por si sola, ineficaz, si no va precedida y acompañada de las oportunas reformas económicas, sociales, etc., orientadas por un análisis científico y etiológico del crimen. ** En cuanto a la tipología de Feri, baste con recordar que parte de la existencia ideal e cinco tipos básicos de delincuentes (nato, loco, habitual, ocasional y pasional ), a la que añadiría la categoría del delincuente involuntario ( imprudente en nuestra terminología actual ). c) El positivismo moderado de Garófalo: **
Garófalo
(1852-1934).
Veamos los
tres aspectos
fundamentales
del
pensamiento de Garófalo: su concepto del delito natural, su teoría de la criminalidad y el fundamento del castigo o teoría de la pena. ** Pretendió aportar una categoría, privativa de la Criminología. Dicha categoría es el delito natural, con el que apunta a una serie de conductas nocivas per se, para cualquier sociedad y en cualquier momento, con independencia incluso de las
propias valoraciones legales cambiantes. Su definición, sin embargo, decepciona, ya que difícilmente puede elaborarse un catálogo absoluto y universal de crímenes, y menos aún en torno a conceptos tan ambiguos como los de piedad y probidad, prescindiendo de los mandatos penales. ** Niega la posibilidad de demostrar la existencia de un tipo criminal de base antropológica. Pero reconoce el significado y relevancia de determinados datos anatómicos (el tamaño excesivo de las mandíbulas o el superior desarrollo de la región occipital respecto a la frontal). ** Lo característico de la teoría de Garófalo es la fundamentación del comportamiento y del tipo criminal en una supuesta anomalía, no patológica, psíquica o moral; se tratará, a su juicio, de un déficit en la esfera moral de la personalidad del individuo, de base orgánica, endógena, de una mutación psíquica (pero no de una enfermedad mental), transmisible por vía hereditaria y con connotaciones atávicas y degenerativas. ** Garófalo distinguió cuatro tipos de delincuentes: el asesino, el criminal violento, el ladrón y el lascivo. ** Pero la principal aportación de la Criminología de Garófalo, es su filosofía del castigo, de los fines de la pena y su fundamentación, así como de las medidas de prevención y represión de la criminalidad. ** Según él, igual que la naturaleza elimina a la especie que no se adapta al medio, así también el Estado debe eliminar al delincuente que no se adata a la sociedad y a las exigencias de la convivencia. ** Este defensismo a ultranza le lleva a entender indicada la pena de muerte en ciertas hipótesis (criminales violentos, ladrones profesionales y criminales habituales en general). a”) El positivismo criminológico en España: ** El positivismo criminológico español está representado, básicamente, por tres autores: Dorado Montero, Salillas y Bernaldo de Quirós.
ESCUELAS INTERMEDIAS Y TEORÍAS AMBIENTALES: ** Siguiendo un criterio lógico y cronológico, merecen una mención especial, en primer lugar, la denominada Escuela de Lyon ( del milieu ), radicalmente opuesta a las tesis lombrosianas y crítica del positivismo; en segundo lugar, la Terza Scuola italiana, de la Joven Escuela Alemana sociológica, y de la denominada Defensa Social. a) La Escuela de Lyon y las teorías ambientales: ** Llamada también, Escuela Antroposocial o Criminalsociológica, estaba integrada fundamentalmente por médicos. ** Sus representantes son Lacassagne, Arbry, etc., los cuales influenciados por la escuela del químico Pasteur, llegaron a decir: el microbio es el criminal, un ser que permanece sin importancia hasta el día en que encuentra el caldo de cultivo que le permite brotar. ** Lacassagne (1843-1924), a quién se le atribuye la máxima: las sociedades tienen los criminales que se merecen. Distinguió dos clases de factores criminógenos, los predisponentes ( por ejemplo de carácter somático ), y los determinantes ( los sociales, decisivos ). b) Escuelas eclécticas: Terza Scuola, Escuela Alemana Sociológica y Escuela de la Defensa Social: ** Se trata de una serie de Escuelas que pretenden armonizar los postulados del positivismo con los dogmas clásicos. ** No contienen ninguna teoría criminológica (etiología) original (acuden a la socorrida fórmula de combinar la predisposición individual y el medio ambiente); pero interesan porque
abordan problemas esenciales para la reflexión
criminológica o conexos; por ejemplo: relación entre disciplinas empíricas y disciplina normativas, (Derecho Penal y Política Criminal).
** Sirva de ejemplo la Terza Scuola (sus representantes más significativos son: Alimena, Carnevale, Impallomeni, etc), cuya actitud de síntesis o compromiso se refleja, entre otros postulados, en la nítida distinción entre disciplinas empíricas (método experimental) y disciplinas normativas (que requerirán un método abstracto y deductivo). ** El positivismo, crítico, de Alimena, refleja de modo significativo el papel que la Terza Scuola asigna a la Criminología, y a la autocomprensión de nuestra disciplina en sus relaciones con otras; para el autor, el Derecho Penal no puede ser absorbido por la Sociología (contra la tesis de Ferri y otros positivistas), pero conviene enriquecer el examen dogmático de la criminalidad con la perspectiva de disciplinas no jurídicas, como la Antropología, la Sociología, la Estadística y la Psicología. a” Escuela de Marburgo, o Joven Escuela Alemana de Política Criminal: ** Su portavoz más conocido fue F.V. Liszt, fundador, junto con Prins y Van Hamel, de la Asociación Internacional de Criminalística, asociación que, desligada de las disputas de escuelas, pretendió resaltar la necesidad, para el criminalista, de investigaciones sociológicas y antropológicas, tomando como tarea común la investigación científica del crimen, de sus causas y de los medios para combatirlo. ** Particular interés tiene la aportación de F.V. Liszt, contenida en su famoso programa de Marburgo en 1882, sobre todo en el ámbito de la Política Criminal y sus bases, porque guarda un saludable equilibrio entre los planteamientos clásicos y liberales y la necesaria apertura al método positivista. ** El delito, afirma F.V. Liszt, es el resultado de la idiosincrasia del infractor en el momento del hecho y de las circunstancias externas que le rodean en ese preciso instante. b” La Escuela o Movimiento de la Defensa Social: ** Representada por Gramática, M.Angel, etc. Tampoco aporta una teoría de la criminalidad, ni es una escuela sociológica en sentido estricto, sino una filosofía penal, una política criminal.
** Según M.Angel, la meta codiciada no debe ser el castigo del delincuente, sino la protección eficaz de la sociedad a través de estrategias no necesariamente penales, que partan del conocimiento científico de la personalidad de aquél y sean capaces de neutralizar su eventual peligrosidad de modo humanitario e individualizado. ** La nueva defensa Social potencia, por otro lado, la finalidad resocializadora del castigo, compatible con la protectora de la sociedad, precisamente porque profesa una imagen del delincuente, del hombre-delincuente, miembro de la sociedad y llamado a incorporarse a ella de nuevo, que obliga a respetar su identidad y dignidad. Imagen bien distinta a la del pecador de los clásicos, de la fiera peligrosa de los positivistas, del minusválido de los correccionalistas o de la víctima del marxismo. c) El pensamiento de Tarde: ** Se puede calificar de psicosociológico; se anticipó a algunos postulados de la Sociología norteamericana. ** Tarde (1843-1904), era jurista, francés y director de estadística criminal del Ministerio de Justicia ( servicio ciertamente pionero en Europa). ** Se opuso a las tesis antropológicas de Lombroso y al determinismo social, propugnando una teoría de la criminalidad en la que exhiben particular relevancia los factores sociales, factores físicos y biológicos pueden tener alguna incidencia en la génesis del comportamiento delictivo, pero nunca la decisiva que tiene el entorno o medio social. ** Para Tarde, el delincuente es un tipo profesional, que necesita un largo periodo de aprendizaje, como os médicos, abogados u otros profesionales. ** La célebre frase que se atribuye a Tarde, todo el mundo es culpable excepto el criminal, refleja no sólo la crítica del positivismo antropológico, sino la convicción de que la sociedad misma, al propagar sus ideas y valores, influye más eficazmente en el comportamiento delictivo que el clima, la herencia, la enfermedad corporal o la epilepsia.
** Muy significativas son las leyes de le imitación, de Tarde. Para el autor, el delito, como cualquier otro comportamiento social, comienza siendo moda, deviniendo, después, hábito o costumbre; y, como en cualquier otro fenómeno social, el mimetismo, la imitación, juega un papel decisivo: El delincuente es, consciente e inconscientemente, un imitador. ** El pensamiento de Tarde, además, contiene ya el germen de posteriores concepciones subculturales, cuando contrapone el delincuente urbano y el rural y analiza la génesis de la criminalidad de la mano del progreso tecnológico y la moderna civilización. ** En otro orden de problemas, Tarde consciente del efecto preventivo de la pena, se mostró partidario de la pena capital; y, precisamente por entender imprescindible en cualquier programa científico de la lucha contra el crimen una sólida base psicológica, se opuso al sistema del jurado, mostrándose partidario de una justicia profesionalizada y técnica.
MOTIVACIÓN DE LA CONDUCTA DELICTIVA
1.- INTRODUCCIÓN: ** La mayoría dela conducta delictiva toma la forma de conducta adquisitiva, violenta o sexual. ** Se distingue de la conducta no delictiva por el hecho de que está prohibida por las leyes penales, y generalmente va en contra de las costumbres sociales. ** La historia de la psicología criminal, es , por encima de todo, un esfuerzo continuado por averiguar las causas que propician el que unos sujetos experiencen una motivación suficiente como para ejecutar actos delictivos; por qué no han entrado en funcionamiento una serie de controles que deberían neutralizar esos mismos motivos.
** Refuerzo e inhibición, he aquí dos paradigmas de la psicología que han buscado en sus principios la explicación del origen y del mantenimiento de la conducta delictiva. ** Además de estas críticas de origen filosófico, la moderna teoría psicológica del delito tiene que hacer frente a que el estudio de las causas y de los motivos es estéril, tanto desde el punto de vista explicativo como desde el plano de la intervención para acabar con el delito. El camino de la Biología: ** Las teorías, no son verdades absolutas, sino “caracterizaciones provisionales y tentativas de los hechos”. ** Los avances del pensamiento biológico de la Criminología han sido obstaculizados por dos razones básicas. ** Primero, los sociólogos se han erigido en abogados de los marginados ( lo cual sin duda ha tenido consecuencias positivas ), convirtiéndose ellos en los “buenos chicos”, y os otros en los “malos”. ** Segundo, han apoyado la idea de que los delincuentes son chicos normales, llevados al delito por fuerzas sociales alienantes. ** Los psicólogos también ha sido criticados por afirmar la importancia de ciertas causas parciales de la delincuencia, como la baja inteligencia. ** Además de esas razones “emocionales”, lo cierto es que hasta hace poco la evidencia existente a favor de la teoría biológica no ha sido muy concluyente. ** Quizá una de las pruebas más concluyentes resida en el hecho de que tener un padre biológico delincuente incrementará significativamente el riesgo de que el hijo también lo sea, incluso aun cuando sea adoptado al nacer por una familia de clase media no delincuente. ** En la medida en que sólo pueden heredarse las características biológicas, se sigue de aquí que ciertos factores biológicos hereditarios figuran entre las acusas de la conducta delictiva (Buikhuisen y Mednick).
** Parece muy probable que mejoremos nuestra comprensión de la etiología de la conducta delictiva, y nuestros programas de prevención y tratamiento, si estudiamos la constitución biológica del delincuente, junto con los antecedentes sociales y los factores ambientales. El camino de la Psicología: ** Mientras que la sociología se ha centrado en los eventos ambientales del delito, la psicología, con su énfasis en las diferencias individuales y en los rasgos cognitivos, se ha centrado en el estudio del desarrollo acerca de las practicas de crianza con los niños y la personalidad ( Patterson; McCord; West &Farrington; Bandura ). ** Si bien es cierto que con frecuencia los psicólogos ha hablado de “agresión”, “madurez interpersonal” y “violencia”, en vez de delincuencia, es evidente que esos estudios tienen una clara relevancia para el estudio de la conducta delictiva, “y la ausencia de esta investigación en el estudio criminológico ha supuesto una de las principales anomalías en la teoría contemporánea del delito” ( Hirschi y Gottfredson).
LA EXPLICACIÓN PSICOLÓGICA: ** Las teorías psicológicas están basadas fundamentalmente en las características individuales de las personas. ** Esto no implica el que se ignoren los factores sociales, biológicos, culturales o ambientales. Los primeros años: ** Al comienzo del siglo XIX, psiquiatras como Pinel, Esquirol y Morel describieron la piromanía y la cleptomanía en términos de constelaciones de personalidad distorsionadas.
** Ray, en 1938, escribió un tratado sobre psiquiatría forense, donde él describía la psicología del delincuente en términos de procesos cuyas aberraciones ( tales como enfermedad mental, manía e idiocia ) “producen actos delictivos. ** Lombroso, en 1876, de acuerdo con las tesis evolucionistas de la época, describió a los delincuentes como “atavismos” de formas primitivas de la evolución humana. ** La tradición lombrosiana del biologicismo determinista fue seguida por el antropólogo Otón y el psiquiatra Sheldon, quienes reavivaron la supuesta inferioridad biológica de los delincuentes.
Las teorías psicodinámicas: Características de estas teorías. ** En este tipo de teorías en énfasis se pone en constructos tales como patología, perturbación emocional y desarrollo psicológico inadecuado, siendo quizás causa de ello ( más allá de la tradición freudiana y neo-freudiana de la que derivan ) el hecho de que sus autores se basaran principalmente en observaciones realizadas en hospitales y clínicas.
El Sistema nervioso Autónomo: ** Existe alguna evidencia de que los psicópatas en particular tienen un nivel inferior de activación tónica, por lo que sólo responderán adecuadamente a una estimulación poderosa. ** La consecuencia posterior es que los procesos de condicionamiento eficaces con sujetos normales no serán efectivos con los psicópatas, a menos que aumente su intensidad o se incremente farmacológicamente el nivel tónico del SNA.
** Otra línea de investigación se centra en la siguiente pregunta ¿ Son los delincuentes – y especialmente los psicópatas- menos sensibles ante la estimulación aversiva ?: Diversos trabajos de Hare indican que los psicópatas se condicionan peor ante estímulos incondicionados aversivos eléctricos y auditivos. ** Eysenck, en su teoría, sin duda la teoría más importante basada en el condicionamiento clásico, usó el modelo de condicionamiento de evitación para explicar la formación de la conciencia. ** En efecto, a través de sucesivas repeticiones de asociación entre conductas “malas” y el castigo, estas conductas llegan a ser estímulos condicionados para elicitar respuestas de ansiedad y miedo. ** Ya que el pensamiento precede a la conducta voluntaria, el pensar en una conducta indeseable (socialmente reprobada) lleva a producir sensacionales fisiológicas de miedo, por o que se abandonan la realización de dicha conducta. ** La gente difiere en la tasa en que se adquieren las respuestas condicionadas. ** Uno de los factores es la prontitud del sistema nervioso para responder (excitabilidad). ** Otro factor es de carácter inhibitorio “como la fatiga” y actúa en oposición creciente al fortalecimiento de la respuesta en el proceso de condicionamiento. ** Por consiguiente, las diferencias entre las tasas de condicionamiento entre las personas se explican como resultado de las diferencias tanto en la excitabilidad como en la relación de inhibición del sistema nervioso. ** Los delincuentes, de acuerdo con Eysenck, fracasan en el aprendizaje de las normas sociales porque exhiben una baja excitabilidad y una alta inhibición en el proceso del condicionamiento. ** Los introvertidos tienden a ser personas de vida ordenada poco amantes e los riesgos; mientras a los extrovertidos les gusta la excitación, la sociabilidad y son impulsivo, lo que les hace, según Eysenck, más propensos a ser delincuentes. ** Más recientemente, Eysenck ha añadido la dimensión el psicoticismo, factor que guarda estrecha relación con la psicopatía ( crueldad, ausencia de empatía y de sentimientos etc.).
El condicionamiento operante: ** En el proceso del condicionamiento clásico, se vincula una repuesta a un estímulo condicionado que normalmente no la ilicita. ** El principio central del condicionamiento operante es que cualquier conducta que lleva a un resultado placentero o deseable, tiende a repetirse en un ambiente semejante. ** Existen tres procesos importantes en el aprendizaje operante: Generalización ( por el que la respuesta se emite ante estímulos semejantes pero diferentes de los originales ); Discriminación ( por el que el sujeto aprende a responder ante el estímulo que provoca el refuerzo, y no ante otros semejantes, siendo el refuerzo diferencial la clave para la discriminación ); y Extinción ( el cese de la conducta ante el cese del refuerzo ). ** Pero ha sido Burgess y Akers, quienes han levado la teoría operante más explícitamente al campo de la Criminología, si bien con el título de “teoría moderna e la conducta”. ** Una diferencia importante entre el condicionamiento clásico y el operante en su vinculación a la delincuencia es que el primero entiende que la conducta delictiva supone una ausencia de aprendizaje, debido a déficit en condicionabilidad ( esto es, una falta de conciencia ) mientras que para el segundo tanto la conducta antisocial como la convencional se aprende exactamente de la misma forma, esto es, mediante los mimos procesos y mecanismos.
El Aprendizaje observacional / Aprendizaje social: ** La imitación era la clave del proceso e aprendizaje, que fue introducido para explicar convincentemente el desarrollo social en base a los principios de la teoría del aprendizaje.
** Sus primeros estudios excluyeron el famoso experimento con el muñeco “Bobo” (Bandura, Ross y Ross 1961), en el que niños de 3 a 6 años de edad observaban aun adulto realizando actos agresivos hacia un muñeco, a un adulto que interaccionaba con él si agresividad, o a un ningún adulto. Los niños expuestos al primer modelo se comportaron mas agresivamente en sucesivos juegos. ** Bandura, ha señalado además que virtualmente cualquier conducta aprendida mediante refuerzo directo puede ser igualmente aprendida a través de la observación. ** El aprendizaje social no es incompatible con el aprendizaje respondiente o instrumental, si bien éste último se adapta más armoniosamente a sus postulados. ** Un ejemplo de esto lo hallamos en el aprendizaje de la agresión. ** El modelado de la agresión por os medios familiares a través de estilo de crianza, enseña al niño que aquélla es una forma adecuada en la resolución del conflictos. ** Platt y Prout, han destacado el papel de la teoría atribucional, en relación al “locus de control”, como una variable moduladora: en un ambiente que apoya tanto social como emocionalmente la conducta delictiva, las personas con un “locus de control interno” deberían tener más éxito en el control personal de su conducta prosocial y antisocial, que las personas con “locus de control externo”.
I.- La moderna Criminología “científica”: modelos teóricos explicativos del comportamiento criminal. Biología Criminal, Sicología Criminal y Sociología Criminal: ** Con la lucha de Escuelas se perfilaron en el panorama criminológico tres orientaciones relativamente definidas: las biológicas, las psicológicas y las sociológicas. ** Las primeras miran el hombre delincuente, tratando se localizar e identificar en alguna parte de su cuerpo, el factor diferencial que explica la conducta delictiva.
** Esta se supone consecuencia de alguna patología, disfunción o trastorno orgánico. ** La orientaciones psicológicas buscan las explicaciones del comportamiento delictivo en el mudo anímico del hombre, a través de la sicopatología, el psicoanálisis, el aprendizaje y de las teorías psicológicas del aprendizaje. ** Por último, las orientaciones sociológicas contemplan el hecho delictivo como fenómeno social. ** En todo caso la actual polémica discurre por el cauce pacífico del método empírico, del método científico.
II.- Modelos biologicistas: ** Parten de la premisa de que el hombre delincuentes “distinto” del no delincuente (principio positivista de la diversidad) y que en dicho factor diferencial reside la explicación última del comportamiento delictivo; la búsqueda de un trastorno, patología, disfunción o anormalidad, es una de las características comunes a todos los enfoques biológicos. ** Constituyen el contrapunto de las teorías ambientalistas.
a) Antropometría: ** La Criminología en sus orígenes históricos, se halla estrechamente unida a la Antropología. ** Esta se identificó inicialmente con la Antropometría, ya que todos sus esfuerzos se orientaron a fundamentar una supuesta correlación entre determinadas características o medidas corporales y la delincuencia. ** Los principales progresos fueron de A. Bertillon, que ideó un complejo sistema de medidas corporales, once, que unidas a la fotografía de los delincuentes pretendía servir como instrumento de identificación de éstos.
** El bertillonage sólo puede ser entendido como un método de identificación del delincuente, unido a otras técnicas, pero que en modo alguno, aporta una teoría explicativa del hecho criminal.
b) Antropología: ** Las investigaciones realizadas en este ámbito son particularmente tributarias de la herencia lombrosiana, ya que la hipótesis fundamental de la Antropología Criminal es la existencia de un tipo humano inferior, degenerado, hipoevolutivo ( el tipo criminal ), dotado de características singulares, y con una poderosa carga hereditaria. ** El médico inglés Goring y el antropólogo Hooton
son las dos figuras mas
señeras. ** Goring, autor al parecer, de un valioso estudio biométrico estadístico, refutó la metodología y tesis lombrosianas. ** A. Hooton , rebate la tesis de Goring, según él, el criminal es un ser orgánicamente inferior. ** Hooton, además, creyó pode constatar una clara correlación entre determinadas características físicas y las diferentes clases de delincuentes: así, los individuos altos y delgados serían proclives a la comisión de asesinatos y atracos; los altos y corpulentos,
homicidios
falsificaciones
y
estafas;
los
bajos,
hurtos
y
desvalijamientos; los bajos y gruesos, violaciones y abusos sexuales, etc. ** Cabe citar también a L.P. Vervaek y al belga De Greff. El primero puso especial énfasis en el código biológico individual y en la herencia. ** De Greff, es uno de los partidarios de la teoría de la personalidad criminal, esto es, de la supuesta existencia de una entidad global, específicamente criminal. ** Por último, Di Tullio, subraya la importancia del examen clínico y psicofisiológico del delincuente, a fin de captar la dinámica motivacional del comportamiento delictivo y trazar la base integral de los programas terapéuticos.
c) Biotipología: ** Es una disciplina científica que versa sobre el tipo humano atendiendo al predominio de un órgano o función. ** La premisa de las investigaciones es la existencia de una correlación entre tipo somático o corporal y tipo mental, carácter y temperamento. ** Existen numerosas tipologías según las diversas Escuelas y criterios clasificatorios utilizados por las mismas. ** En la Escuela Francesa, destaca la de Sigaud, quién distinguía cuatro tipos humanos según el sistema que predominase en ellos ( respiratorio, digestivo, muscular y cerebral ). ** En la Escuela Italiana sobresalen tres autores: Pende, Viola y Barbara; estos hablan de los tipos brevilíneo y longilíneo. ** Mayor importancia tiene las tipologías acuñadas por las escuelas Alemana y Norteamericana. ** El mas conocido de la Escuela Alemana es Kretschmeer, que elaboró una doble tipología, constitucional y caracterológica distinguiendo, de una parte, los tipos (constitucionales) leptosomático, atlético, pícnico y displástico ( y mixtos ); u de otra, los tipos (caracterológicos) esquizotímico, ciclotímico y viscoso. ** El autor trazaría las oportunas correlaciones e interdependencias entre unos y otros tipos.
** La primera tipología llevaría consigo las siguientes características corporales: El tipo leptosomático: cuerpo alargado y delgado, cabeza pequeña, nariz puntiaguda (su representación geométrica: una línea vertical). El tipo atlético: gran desarrollo del esqueleto y musculatura, tórax y cabeza grande (representación geométrica, una pirámide invertida).
El tipo pícnico: gran desarrollo de las cavidades viscerales, abdomen prominente, cabeza redonda y ancha, extremidades cortas y tendencia a la obesidad (representación gráfica, circular). El tipo displástico: características muy exageradas e individuos que no encajan en los tipos anteriores. El tipo mixto: el más frecuente, procede de una combinación de los anteriores por vía hereditaria. ** Kretschmer, formula una segunda tipología, distinguiendo el efecto los tipos esquizotímico, ciclotímico y viscoso: Al tipo esquizotímico: pertenecen individuos de constitución leptosomática y de temperamento introvertido; la enfermedad mental correspondiente sería la esquizofrenia. Al tipo ciclotímico: corresponden personas extrovertidas, de constitución pícnica; la enfermedad mental correlativa, la ciclofenia (maníacodepresiva). Al tipo viscoso: corresponden individuos de complexión atlética; personas tranquilas, pasivas, por lo general. ** En cuanto a las relaciones entre tipo y criminalidad, Kretschmer, llega a la conclusión de que los pícnicos arrojan los índices más bajos de delincuencia, siendo raras veces habituales; y los leptosomáticos, son de difícil tratamiento y proclives a la reincidencia. ** En la Escuela Norteamericana destacan W.Sheldon, el matrimonio Glueeck y J.B.Cortés. ** Sheldon parte del blastodermo, unidad celular de la que procede todo individuo; y
distingue
tres
capas
concéntricas que
de
dentro
a
fuera,
reciben,
respectivamente el nombre de: endodermo, mesodermo y ectodermo. ** Según Sheldon, las características somáticas o estáticas darían lugar a tres tipos: el endomorfo (gordo), el mesomorfo (fuerte, musculosos) y el ectomorfo ( frágil y delgado). ** J.Cortés, psicólogo dela Universidad de Georgetown, al que se le debe una de las más interesante aportaciones a la moderna teoría constitucionalista.
** Su análisis, dinámico, plural e integrador, relativiza las trascendencias del factor físico constitucional, al considerar que éste no es inalterable, no es un producto definitivamente terminado, sino el resultado e un proceso continuo de interacción en el que intervienen tanto la dotación genética como las influencias ambientales que recibe el sujeto en los distintos momentos de su vida. Desde un punto de vista metodológico, Cortés limitó al de la delincuencia institucionalizada, por lo que su investigación es más fiable y susceptible d generalización. ** En conclusión, para Cortés: criminales y no criminales difieren en lo físico, pues los delincuentes son más mesomórficos, están dotados de mayor energía; son potencialmente más agresivos desde un punto de vista temperamental; y , motivacionalmente, exigen una necesidad más elevada de éxito y poder que los no delincuente. d) Moderna neurofisiología: ** El descubrimiento del electroencefalógrafo (EEG), ha potenciado una serie de investigaciones científicas que permiten demostrar una clara correlación entre disfunciones cerebrales y la conducta humana. ** Son ya muchos los trabajos que asocian determinadas conductas delictivas a desviadas ( criminalidad violenta, suicidio, delitos sin motivos aparentes) a concretas
patologías
cerebrales:
disfunción
cerebral
mínima,
anomalías
encefalográficas, etc. 1.- Disfunción cerebral mínima (MBD): definida como una anomalía de la estructura cerebral, suele asociarse a los casos extremos de la misma: comportamientos antisociales, desajustes en los mecanismos cerebrales de estímulo y control, problemas de percepción visual, hiperactividad, agresividad, etc. Una manifestación específica de esta anomalía serían las reacciones explosivas. 2.- Anomalías electroencefalográficas (EEG): Diversas investigaciones llaman la atención entre la relación existente entre anomalías electroencefalográficas y comportamientos delictivos, especialmente violentos.
3.- Otras disfunciones cerebrales: Diversos estudios clínicos, por ejemplo, parecen haber demostrado que incluso personas pacíficas afectadas por procesos tumorales en el cerebro se tornan violentas y causan graves daños a familiares y seres queridos por los cambios profundos de personalidad.
e) Sistema nervioso autónomo: ** Según una hipótesis muy reciente de Eysenck, el funcionamiento del sistema nervioso autónomo puede predisponer a la persona a un comportamiento antisocial, y en su caso delictivo, por la importancia que tiene en el proceso de socialización. ** Según Eysenck, en los psicópatas, la repuesta del sistema nervioso autónomo a determinados estímulos arroja unas medidas sui generis, en comparación con la de personas no psicópatas. Concretamente, unos bajos índices de conductancia epidérmica y de reacciones espontáneas a estímulos ambientales físicos como el ruido o el dolor. ** A una conclusión semejante llega Mednick, para quien el tiempo de recuperación de conductancia de la piel puede tomarse como medida de la respuesta del sistema nervioso central; de modo que se podría medir así cuál es el grado de ansiedad de una persona ante la amenaza ( estímulo) de un potencial castigo, observando la reacción de su organismo en dos tiempos: cuando anticipa la posibilidad de castigo y cuando se remueve dicho estímulo.
f) Endocrinología: ** La idea el hombre como ser químico, con todas sus consecuencias: un desajuste o desequilibrio significativo en la balanza química u hormonal del individuo puede explicar trastornos en su conducta y en su personalidad.
** Las obras de Schlapp y Berman, en la década de los años 20, marcan el inicio de la Endocrinología Criminal. El primero de ellos, puso de relieve que el crimen no es sino consecuencia de una perturbación emocional, derivada de un desajuste hormona. El segundo, aportó datos valiosos sobre la interrelación existente entre actividad glandular, la personalidad y los problemas de comportamiento, resaltando los espectaculares éxitos clínicos obtenidos a través de tratamientos hormonales. ** En los últimos años, y a propósito de la delincuencia agresiva y sexual, han proliferado investigaciones tendentes a demostrar algún tipo de relación entre los niveles de testosterona y la conducta criminal masculina. En la criminalidad femenina numerosos estudios han puesto de relieve la conexión existente entre comportamientos delictivos de la mujer y determinados desajustes hormonales propios de la menstruación. Sin embargo, no hay evidencia científica de que una alteración de os víveles hormonales sea, por sí misma, causa o factor determinante.
g) Bioquímica y Sociobiología. Particular referencia a la criminología Biosocial de Jeffery: ** La sociobiología rompe con el tradicional principio o teoría de la equipotencialidad (suposición de que todos los hombres nacen con un idéntico potencial de aprendizaje y relaciones). ** Para la soiobiología no existen dos personas idénticas. ** El aprendizaje, por otra parte, tiene una capital importancia en la conducta humana; ahora bien dicho aprendizaje no se controla a través de procesos sociales, sino por otros de naturaleza bioquímica o celular. ** A la trascendencia de dicho sustrato bioquímico se ha referido gráficamente Jeffery: Código genético y código cerebral son de naturaleza bioquímica, y comprenden la estructura bioquímica de genes de trasmisión nerviosa al cerebro. ** Procede ahora una referencia a los componentes bioquímicos:
1.- Déficit de minerales y vitaminas: Un déficit o dependencia de ciertas vitaminas (especialmente a la B) y minerales que el desarrollo cerebral requiere, puede provocar en la persona ( sobre todo en el joven) graves problemas físicos y psíquicos que se traducen en trastornos de conducta. 2.- Hipoglucemia: Numerosas investigaciones relacionan la hipoglucemia con comportamientos agresivos. El cerebro es el único órgano que recibe su energía exclusivamente de la combustión de hidrato de carbono, por ello un déficit de glucosa, significativo, puede deteriorar su funcionamiento. 3.- Alergias:
Otros
sociobiólogos
relacionan
los
cuadros
alérgicos
con
comportamientos delictivos o irregulares. Así, el síndrome de tensión y fatiga alérgicos que describiera Speer. 4.- Contaminantes ambientales: No faltan trabajos científicos en los últimos lustros que relacionan determinados contaminantes ambientales con los trastornos de conducta: entre otros, el plomo, el cadmio, el mercurio y algunos gases inorgánicos como la clorina y el dióxido de nitrógeno. 5.- Otras investigaciones ambientalistas: Se trata del contrapunto de las teorías constitucionales clásicas, pues ponen el acento en la relevancia etiológica de los factores: térmico, acústico, luminoso, espacial, urbanístico, natural, etc. 6.- Pero la más brillante aportación de la sociobiología, es la de Jeffery, en cuyo modelo biosocial, tres ideas desempeñan un papel decisivo: su orientación prevencionista, la potenciación del ambiente físico ( de su relevancia etiológica) y su singular enfoque conductista.
h) Genética Criminal. (Herencia criminal): ** Los progresos de la Genética suscitaron pronto los inevitables problemas de la “herencia criminal”, si cabe hablar, en rigor, de ésta; cuáles son, en su caso, los factores hereditarios; y cómo influye en la conducta delictiva.
** Los ámbitos preferentes de la Genética Criminal son: los estudios sobre familias criminales, sobre gemelos y adopción y las investigaciones sobre anomalías cromosómicas. 1.- Familias criminales: genealogías de delincuencia. Se trata, en puridad, más de tablas de descendencia, que de árboles genealógicos completos. En estos trabajos creyó verse la confirmación de las teorías hereditarias ya que no era fácil explicar de otro modo la elevada tasa de criminalidad de los descendientes de una misma familia. De las investigaciones más conocidas destaca la de Lund, quien observó que la proporción de delincuentes condenados por delitos graves es mayor entre aquellos cuyos padres fueron también delincuentes. 2.- Estudios sobre gemelos: Operan con dos datos fundamentales: la mayor o menor semejanza de la carga genética ( gemelos univitelinos o gemelos bivitelinos); y los índices de coincidencia criminal apreciados en los respectivos casos. Los estudios más conocidos son los de Stumpel, Exner, Chritiansen y Eysenck = coincidencia en la trayectoria de los gemelos, ambos serían delincuentes. Ahora bien, con la siguiente particularidad: los índices de concordancia eran muy inferiores en los gemelos bivitelinos o dicigóticos. Se han apreciado, por ejemplo, índices muy superiores de concordancia criminal en delitos sexuales que en delitos contra el patrimonio. 3.- Estudios de adopción: Otra de las técnicas empleadas para ponderar la influencia genética, consiste en el seguimiento de la conducta de criminales y no criminales, ambos adoptados, en su relación son sus padres biológicos y adoptivos, según sean estos últimos delincuentes o no delincuentes. El resultado más llamativo, de Kuttner, es que los hijos biológicos de criminales delinquen con mayor frecuencia que los hijos adoptados de los mismos. Pero el estudio de adopción más valioso se debe a Hutchings y Mednick. Sus conclusiones fundamentales son dos: en primer lugar, que el comportamiento delictivo es más verosímil que se produzca en el adoptado que tiene un padre biológico con antecedentes penales; en segundo lugar, que los índices de
criminalidad en los jóvenes adoptados aumentan selectivamente en función e los antecedentes criminales de los padres, más de los naturales que de los adoptivos. 4.- Malformaciones cromosómicas: algunos autores de estudios sobre ellas son Casey, Jacobks, Welch, Hunter, etc. El criterio básico para diagnosticar tales disfunciones sería el número de cromosomas, esto es, un exceso o un defecto en la composición de los llamados “gonosomas” (cromosomas que fijan las características sexuales primarias y secundarias del individuo). Cada célula contiene 23 pares de cromosomas ( uno de ellos son los gonosomas). En la mujer, ambos cromosomas son similares en tamaño y forma contemplados al microscopio (XX). En el varón difieren, siendo un de ellos más pequeño (XY). Las principales formaciones observadas fueron: a) Por defecto: el síndrome de Turner (XO). b) Por exceso: ----- En la mujer, anomalías cariotípicas que responden a las formulas: XXX, XXXX, y XXXXX. ----- En el varón, el síndrome de Klinefelter (XXY, XXXY, XXXXY o XXXYY). ----- La conocida trisomía XYY, en cuanto a la cual se da más frecuente en la población reclusa que en la general, según diversos estudios, más también en la masculina que en la femenina y ausente en la raza negra.
III.- Modelos psicologistas (Psicología, Psicopatología y Psicoanálisis criminal): a.- La teoría Psicoanalítica: ** Particular relevancia criminológica tiene esta teoría, que propugna un análisis introspectivo para desvelar las ocultas motivaciones del delincuente (método radicalmente opuesto al seguido por la psicologóa conductista).
b.- Teorías psiquiátricas de la criminalidad (Psicopatología): ** Hoy no puede mantenerse ya que el delincuente sea un loco, ni que la locura genere necesariamente criminalidad. Del mismo modo que ni todo delincuente es un
psicópata,
ni,
desde
luego,
todo
psicópata
es
delincuente.
Pero
tradicionalmente otras han sido a lo largo de la historia las ideas sobre el delincuente incluso el propio concepto de salud y enfermedad mental.
c.- Teorías y modelos en el ámbito de la Psicología Criminal: ** Modelos biológicos-conductuales o modelos de condicionamiento del proceso de socialización. ** Modelos socioconductuales o del aprendizaje social. ** Teorías del desarrollo moral y del proceso cognitivo. ** Modelos factorialistas de rasgos o variables de la personalidad.
UNIDAD 2 PERFIL PSICOLÓGICO DEL CRIMINAL
Objetivo específico: Dar a conocer al alumno los diferentes motivos que originan que originan la conducta criminal CONTENIDO: 2.1.- Perfil criminal inductivo. 2.1.1.- Perfil criminal deductivo. 2.1.2.- Tipos de Perfiles Psicológicos. 2.2.1.- Homicidios/ asesinatos. 2.2.2.- Personalidad y Desarrollo Psicosocial de los asesinos. 2.2.3.- Etapas de los asesinos en serie. 2.2.4.- Motivaciones Psicológicas de los asesinos. 2.3.- Escenas del Crimen. 2.3.1.- Los Criminales Organizados y su Escena. 2.3.2.- Los Criminales Desorganizados y su Escena. LECTURAS: ELABORACIÓN DE PERFILES CRIMINALES Tapias Saldaña Ángela www.criminalistica.com.mx
ELABORACIÓN DE PERFILES CRIMINALES DESCONOCIDOS CON BASE EN LA ESCENA DEL CRIMEN Elaboración de Perfiles de Criminales desconocidos con base en la Escena del Crimen es una técnica de investigación judicial que consiste en inferir aspectos psicosociales del agresor con base en un análisis psicológico, criminalístico y forense de sus crímenes, con el fin de identificar un tipo de persona (no una
persona en particular) para orientar la investigación y la captura, esta técnica es útil para la justicia porque permite ser aplicada en diferentes situaciones como crímenes violentos, descarte de sospechosos, identificación del tipo de criminal que cometió el delito; también es ventajosa para los profesionales de la justicia como herramienta al preparar interrogatorios, justificar la petición de pruebas; pero sobretodo es de gran utilidad en la aproximación judicial a un delincuente. Después de haber revisado a varios autores, se logró como principal aporte un modelo del proceso de generación del perfil de criminales desconocidos basado en la escena del crimen, en donde se recopiló la teoría de la mayoría de autores que trabajan con perfiles criminales. Es importante tener en cuenta que al perfilar hay ciertos aspectos de la victima o de la escena del crimen que pueden ser observados y de los cuales se pueden extraer inferencias psicológicas, a esto es a lo que se le denominó evidencia psicológica y es una estrategia clave para lograr generar el perfil. Para finalizar se hicieron sugerencias con el fin de que esta técnica pueda ser implementada en Colombia como una manera eficaz de aproximación al los agresores.
Palabras Claves Perfil criminal, investigación judicial,
perfil criminal geográfico, investigación
criminal, psicología jurídica y forense, evidencia psicológica. El uso de la psicología para capturar criminales tuvo inicios literarios que datan de 1841 con los “asesinatos de la calle morgue” de Edgar Allan Poe; sin embargo, en la vida real esta aplicación tuvo principio en Gran Bretaña en el año de 1888 cuando el Dr. George B. Philips patólogo forense, diseñó el método “modelo – herida”; este modelo se basaba en la comprensión de la naturaleza de las lesiones de la víctima como base para la elaboración estadística del perfil del delincuente. (Turvey 1.999). Investigaciones de Turvey (1999), afirman que en 1876 en Europa, Cesar Lombroso, médico italiano, publicó su libro "El hombre delincuente", en donde comparó información sobre los ofensores como gustos similares, raza, edad,
sexo, características físicas, educación, y la región geográfica; estudiando 383 prisioneros italianos acudiendo a sus teorías evolutivas y antropológicas para explicar los orígenes de la conducta delictiva, encontrando como contribución tres tipos principales de delincuentes: 1. El criminal nato: Son ofensores degenerados, primitivos que eran reversiones evolutivas más bajas en términos de sus características físicas. 2. Los delincuentes dementes: Son ofensores que padecen patologías mentales y /o enfermedades físicas y deficiencias orgánicas. 3. Criminaloides: Son ofensores sin características específicas. Ellos no fueron afligidos por defectos mentales reconocibles, pero su naturaleza mental y emocional los predispuso a conducta delictiva bajo ciertas circunstancias. El Dr. Cesar Lombroso con su teoría de antropología delictiva concluyó que habían 18 características físicas indicativas de un criminal nato entre las que se encuentran: desviación en tamaño y forma de la cabeza, la raza y región de proveniencia del delincuente, asimetría de la cara, dimensiones excesivas de la mandíbula y pómulos, defectos y peculiaridades del ojo, orejas de tamaño raro o muy pequeño, la nariz torcida, curvada o con una punta que sube como la cresta de los orificios nasales hinchados; labios carnosos, hinchados, y destacándose, bolsas en las mejillas. (Turvey,1999). Otra propuesta clásica para identificar delincuentes fue la formulada en 1955 por el criminólogo Alemán Erns Kretschmer citado por Turvey (1999), quien propuso que existen cuatro clases de criminales, afirmación basada en un estudio de 4414 casos y cuerpos. Estos tipos eran como sigue: 1. Leptosómico: Son altos y delgados; asociado con hurto menor y fraude. 2. Atlético: Músculos bien desarrollados; asociado con crímenes de violencia. 3. Pícnico: Son
bajos y gordos; normalmente asociado con crímenes de
decepción y fraude, pero en ocasiones se encuentran correlacionados con crímenes de violencia. 4. Mixto: Aquellos que encajaron en más de una de las clasificaciones anteriores. Asociado con crímenes contra la decencia y moralidad, así como los crímenes de violencia. Estas dos teorías precientíficas y biologicistas de Kretschmer (1955) y
Lombroso (1876) decayeron porque recibieron un sin numero de críticas, pues los términos eran muy vagos y sin ninguna comparación con otras poblaciones; como no lograron confirmaciones empíricas fueron olvidadas. Habiendo hecho un recuento de las clasificaciones que antecedieron la elaboración de perfiles es importante hacer mención según la Policía Nacional de Colombia, (1998) a un uso piloto de la técnica que se hizo en la primera guerra mundial cuando un psiquiatra trató de realizar un perfil de Hitler. Holmes y Holmes (1996) encontraron en su investigación hallazgos como la gran influencia que ejercía la familia sobre Hitler; factor que influyo para sus actos futuros; la figura paterna que Hitler tenia era la de un hombre frió, cruel y brutal en las relaciones con la esposa y sus hijos; mientras que su madre era sufrida y considerada, características que hicieron que Hitler desarrollara un apego muy arraigado hacia ella pero simultáneamente sentía cierto rechazo hacia por que no admitía que soportara todos los actos del esposo. Ante esta situación Hitler dejo de relacionarse con la gente porque consideraba que nadie era confiable, se alejo mucho de su madre y ella decidió apegarse a su esposo en vista de que su hijo se alejaba afectivamente cada vez más. Otro intento del uso de los perfiles criminales fue el retrato conductista de un asesino serial, realizado por el Psiquiatra James Brussel en 1957. El Dr. Brussel infería conductas del ofensor comparando sus conductas delictivas con la conducta de pacientes con desordenes mentales similares; el fruto de su investigación se reflejó cuando elaboró el perfil del “Bombardero Loco” en Nueva York. El asombroso diagnóstico de Brussel se reconoce universalmente como el paradigma de una técnica que ahora se utiliza como una de las técnicas más potentes en la cacería de los asesinos seriales: el perfil psicológico. A pesar del impacto de este hecho, hasta 1970 las posibilidades de utilizar esta técnica fueron pocas, y así mismo se empezó a explorar un método más sistemático. (Goobar,2001). En 1.960 en Inglaterra el aporte a la técnica de elaborar perfiles fue de Palmer citado por Ressler, Burgess y Hartman, (1.999) quien publicó los resultados de un
estudio realizado a lo largo de tres años con 51 asesinos condenados. La contribución de este estudio fue construir un retrato verbal de un asesino utilizando términos psicológicos. Afirma McCann (1.992) que para los años setentas, la técnica se desarrolló lentamente en la unidad de ciencias del comportamiento del Federal Boureau of Investigation FBI, ubicada en Quántico, Virginia y que actualmente se llama unidad de apoyo investigativo. Los agentes del FBI habían llegado a adquirir mas conocimiento en
el desarrollo de nuevas dimensiones en investigaciones
criminales, tomando como sustento el laboratorio forense, el cual aún se limitaba por la poca evidencia que brindaba en la que se podían apoyar. En esta misma década de los setentas el agente federal de investigación Howard Taeten comenzó un programa de perfil delictivo en la sección policiaca de California (Estados Unidos), tratando de enseñar tácticas para perfiles de delincuentes como una ayuda de investigación; su principal contribución fue la implementación de una cátedra sobre perfiles criminales dirigida a los agentes del FBI. (Turvey, 1999). Cátedra que fue de gran ayuda, ya que cinco años después de trabajar desde la teoría (1975), los profesionales del FBI se enfrentaron a un caso de homicidio sexual con marcada violencia (amputación de ambos pechos, sistema reproductivo desplazado, cuerpo con cortes y heridas de puñal, señales de antropofagia) y para organizar la información desarrollaron una clasificación que diferenciara el asesinato sádico del asesinato sexual. (Hazelwood y Douglas, 1.980, citados por Burgess, Douglas y Burgess, 1997). Pasados dos años, en 1977 Groth, Burguess y Holmstrom citados por Homant y Kennedy (1998), investigaron 225 casos de violación tomando como fuente 133 violadores y 92 víctimas, en este estudio encontraron que los motivos que predominan en los violadores son básicamente cuatro; el 44% correspondió sentimientos de poder, el 21% correspondió a reafirmación del sentimiento de poder, 30% ira-venganza, 5% ira –excitación. Esta primera clasificación de los motivos de los violadores es una contribución importante para el inicio de las investigaciones sobre principales motivos por los que actúa el agresor.
Afirman Ault y Reese (1.980) que en 1.978 se inició un proyecto piloto de análisis psicológico criminal con el fin de formular perfiles mediante entrevistas de investigación con criminales encarcelados, el cual fue llamado: “programa de interrogación sobre la personalidad criminal”, tenía por objeto establecer las características, motivaciones, actitudes y comportamientos más sobresalientes de los delincuentes involucrados en tipos específicos de crímenes con el fin de preparar programas informáticos para procesar los datos, previendo que a medida que esta base de datos se fuera acumulando, proporcionaría información acerca de varias clases de delincuentes. Para el año de 1.980 Hazelwood y Douglas del FBI hicieron una contribución a la literatura con su clasificación de homicidios por tipo, estilo y número de víctimas, describiendo el homicidio como simple, doble, triple, asesinato en masa clásico y familiar, asesino serial y asesino itinerante, organizado y desorganizado. Así mismo, a finales de los 80 los agentes de la unidad de ciencias del comportamiento del FBI empezaron a trabajar en la clasificación de los crímenes usando el manual diagnóstico y estadístico (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría APA. Se clasificaron los crímenes de asesinato, incendios y abusos sexuales, y se conformó el Comité Advisory Committee Representing Federal and Private Association. (Burguess y colaboradores,1.997). Tres años después Hazelwood (1.983) citado por Arrigo,(1999) describió cómo elaborar el perfil de los violadores a través de informes de las víctimas. Para lograrlo se basó en 3 puntos fundamentales entre los cuales incluía una cuidadosa entrevista con la víctima acerca del comportamiento del violador, un análisis del comportamiento para tratar de descubrir la motivación subyacente y un perfil individual. El primer reconocimiento operacional del uso extenso de la psicología en Estados Unidos, fue cuando a mediados de los ochentas, la policía metropolitana, junto con el FBI perfilaron a un secuestrador en serie que operaba en el sector de Notting Hill. Entre septiembre de 1979 y septiembre de 1983, este secuestrador había atacado a quince mujeres, en sus propias casas, en las áreas de Kensington y Notting Hill, en West London. (Jackson y Bekerian, 2000). En la investigación, se
contó con la colaboración de los Senior Investigation Officer (SIO) quienes son investigadores de alto rango y cuentan entre su equipo psicólogos que elaboraron perfiles del posible asesino. Habiendo conformado el equipo de investigación entre SIO y FBI, se analizaron muestras de ADN del perpetrador, recogidas en los ataques del 1979 a1983 y en el ataque a la mujer en 1987; resultado que comprobó que los secuestros, fueron cometidos por la misma persona: Tony Frederick Mc. Lean fue quien dio positivo a la prueba del ADN, siendo sentenciado a cadena perpetua por los secuestros. (Jackson y Bekerian, 2000) Así mismo, En 1986 la policía de Leicestershire escuchó la opinión de un psicólogo perfilador cuando hubo un secuestro y posterior asesinato del menor Dawn Asworth. Este caso fue vinculado a uno que aconteció en el año de 1983, en el cual Linda Mann fue la víctima. Para poder resolver estos casos, también se usó la técnica de identificación por medio del ADN descubierta por el Dr. Alec Jeffreys, y cuya solicitud se justificaba para la elaboración del perfil psicológico del criminal; a través de la comparación de las muestras de sangre del caso del menor Dawn Asworth y del caso Linda Mann se pudo llegar a la conclusión de que los secuestros y asesinatos habían sido cometidos por la misma persona. (Jackson y Bekerian, 2000). Como aporte de la tecnología informática; en agosto de 1986, se convocó una conferencia para los SIO’s que habían tomado casos no resueltos de niños asesinados. Esto creó la obvia necesidad de examinar casos similares. La conferencia contribuyó en la conformación de un equipo bajo el mando de Don Dovaston, jefe del cuartel general de policía de Derbyshire, trabajando en el desarrollo de una base de datos la cual es ahora bien conocida con el nombre de CATCHEM (sigla en inglés de Equipo Centralizado de Análisis, Comparación y Manejo de Homicidios) y que representa uno de los mejores softwares de apoyo para la investigación criminal. (Jackson y Bekerian, 2000) En el Reino Unido en 1998 ocurrió un caso que evidencia la utilidad de la elaboración de perfiles criminales, especialmente en crímenes de tipo sexual; la información fue obtenida del texto “Offender Profiling” de las autoras Jackson y Bekerian, (2000). Se denominó “el asesino del ferrocarril”, en él; se vio involucrado
John Duffy ex-carpintero del ferrocarril Británico quien por pertenecer al ferrocarril llegó a ser un sospechoso en la investigación policial; sin embargo alcanzó a ser ignorado entre la lista de los oficiales que contenía 4900 sospechosos. Se realizó un perfil por parte del un equipo de psicólogos, describiendo las posibles características físicas y comportamentales del agresor, se tomaron las muestras de ADN de sangre y semen encontrado sobre las victimas obteniendo que correspondían a Duffy y finalmente, su domicilio quedaba en el área que el equipo de psicólogos había señalado en el perfil. Duffy fue vigilado y arrestado por la policía, fue declarado culpable en 1987 por dos asesinatos y cinco secuestros. La inmensa publicidad que generó el caso de Duffy, creó una gran demanda de la técnica del perfilamiento criminal, la cual fue empleada en cerca de 300 investigaciones durante los últimos nueve años. (Jackson y Bekerian 2000). Revisado el caso anterior y continuando con la historia de elaboración de perfiles criminales, en el año de 1.989 el FBI realizó el perfil post-mortem de un asesino suicida que colocó una bomba en un barco, de este asesino se concluyó que fue un oficial artillero homosexual humillado. El congreso de los Estados Unidos descontento con el resultado designó a 14 peritos entre psicólogos y psiquiatras para que revisaran los procedimientos y resultados del FBI, en este caso se afirmó que las conclusiones no tenían bases científicas y por ello la técnica fue receptora de duras críticas. (Homant Kennedy, 1.998) En 1991, los detectives del FBI estaban usando técnicas de perfilamiento con mayor frecuencia y los signos eran alentadores, pero aún no había evidencia del surgimiento de un sistema coherente y ni de una técnica respaldada por la ciencia evidenciando la falta de un sistema de evaluación válido y confiable. (Jackson y Bekerian, 2000) En junio de 1992, el Comité Policial ACPO Association of Chief Police Officers del Reino concluyó que era viable el desarrollo de la elaboración del perfil criminal como herramienta operacional. La evaluación de la técnica aportó recomendaciones que contribuirían a fortalecerla, las principales fueron: 1. El perfilamiento del criminal es esencialmente viable. 2. El trabajo comenzaría suministrando un sistema operacional.
26
3. El programa puede ser implementado por la policía, pero manejado por el grupo de investigación policial. La implementación es importante en el sentido de entrega del servicio, mas no como investigación académica. 4. Se crearía una base de datos en el ámbito nacional, para permitir la suficiencia estadística con miras al mejoramiento del perfilamiento; la factibilidad del uso de un sistema de computación de inteligencia artificial sería explorada utilizando a CATCHEM. La investigación subsecuente sobre la técnica fue desarrollada por el PRG (Grupo de Investigación de la Policía). Según Jackson y Bekerian, (2000) los objetivos generales del programa fueron los siguientes: 1. Establecer qué tan útil puede ser el perfilamiento del delincuente en la ayuda a la eficiencia investigativa del policía experimentado. 2. Administrar el desarrollo y los mecanismos apropiados para optimizar los beneficios del perfilamiento a la policía. Estos objetivos han sido logrados mediante ciertos proyectos individuales pero conectados entre sí. Debido al primer objetivo, cerca de 200 casos donde se ha utilizado el perfilamiento han sido resueltos, donde se ha utilizado el perfilamiento. Otro antecedente de tipo social, más que judicial fue el aporte de Jhon Douglas quien dirigió durante 20 años la Unidad de Apoyo Investigativo del FBI, el grupo élite dedicado al rastreo de los asesinos seriales. Este agente hizo aportes para la literatura y el cine porque inspiró uno de los personajes de la película “El silencio de los inocentes”. Ha escrito tres best seller sobre el tema: Cazador de mentes: dentro de la unidad de crímenes seriales del FBI, Una bomber: tras la pista del asesino serial más buscado de los Estados Unidos y Viaje a la Oscuridad (Goobar, 2001). En 1.993 en el Reino Unido se empieza a trabajar con técnicas informáticas para identificar perfiles delincuenciales. En la Policía de Northumbria, se utilizó tecnología similar a la de CATCHEM para identificar una serie de robos caseros, en los cuales se investigaba con dichas herramientas información del modus operandi, ubicación, relación del criminal y la víctima, etc. (Jackson y Bekerian, 2000). Siempre que un delincuente de este tipo es reseñado más de cuatro veces
en el sistema, es etiquetado como serial y se convierte en sujeto de investigación con el fin de alimentar el sistema. Para el año de 1995, se estableció la facultad nacional del crimen en el colegio del estado mayor de la policía en Bramshill, Reino Unido. El estado mayor de la facultad estaba en capacidad de trabajar con los SIO’s se implementaron bases de datos al alcance de todos como herramienta para comparar casos recientes con otros más antiguos. (Jackson y Bekerian 2.000). Como se observa, es el FBI el que ha desarrollado la mayor cantidad y calidad de unidades de investigación y elaboración de perfiles, unidades sustentadas en la teoría, metodología e investigación de perfiles delincuenciales. Según Turvey (1999), un elevado número de agencias de los Estados Unidos tienen
sus
propias
unidades
especializadas
en
perfiles,
y
su
número
internacionalmente también ha crecido en países como Australia, Canadá, Inglaterra, y Holanda. Para finalizar esta reseña histórica se citan dos intentos colombianos de incursionar en el uso de la técnica. El primero de ellos fue en 1.993, la técnica se utilizó para el análisis del asesinato de 4 niños en Bogotá; se decidió utilizarla por la similitud que presentaban los asesinatos resueltos por el FBI., se concluyó que en Colombia no se realizan análisis psicológicos con una fundamentación técnicocientífica ya que se emplean procedimientos empíricos acompañados de la experiencia del investigador. (Medina y Vergara, 1997) El segundo caso fue el de los homicidios niños en los cañaduzales del Valle (1995), lo interesante de este caso es la participación del Departamento de Policía Judicial DIJIN; el caso inició su investigación bajo la dirección de la teniente Claudia C. Palma Buritica de la unidad de homicidios con el apoyo de investigadores de los Estados Unidos, los cuales realizaron un perfil psicológico del autor de los homicidios para orientar la investigación. Desafortunadamente estos investigadores aplicaron técnicas en forma experimental y por tal motivo no quedó documentación del perfil realizado. Según Medina y Vergara (1997), la teniente a cargo manifiesta que no recuerda los nombres de los investigadores de dicho país, ni la forma de cómo llegaron a asesorar la investigación. Recordaba que el grupo estaba compuesto por tres
investigadores, entre los cuales se encontraba una psicóloga profesional uniformada. La teniente no posee una copia del informe con que se concluyó el caso. La posibilidad para recavar información consistía en la revisión de los archivos, pero esta unidad no tenía un archivo organizado para la época. Infortunadamente como se aprecia estos dos antecedentes nacionales no fueron académicamente aprovechados. En contraposición, es alentador para nuestro país saber que mediante una entrevista realizada al Dr. Fulton Franco de la Escuela de la Fiscalía General de la Nación (2001), se esta cursando un proyecto para iniciar una unidad de analistas en perfiles delincuenciales y que dicho proyecto cuenta con la seriedad de un programa a largo plazo y con el sustrato académico necesario para hacer de la implementación de esta técnica una realidad en Colombia. Una visión general de la técnica en la actualidad (2001), es que se está usando con una alta frecuencia en países como Estados Unidos, el Reino Unido, los países bajos y España. Existe una proliferación de fuentes bibliográficas diseminadas en libros científicos, revistas de instituciones policiales y judiciales, incluso existen asesores privados especialmente en Estados Unidos que ofrecen sus servicios para realizar perfiles o para capacitar a otros, incluso por Internet. Definición de Perfiles Criminales La expresión “perfil criminal” se conoce con varios términos y acepciones en la literatura policial y forense: perfil psicológico “psychological profiling” Homant y Kennedy (1998), perfil de la personalidad del criminal “criminal personality profiling” McCann, (1.992), perfil del agresor ”offender profiling”, Jackson y Bekerian (2000), perfil criminal “criminal profiling”. Stanton, (1997), perfil geográfico “geographic profiling” Rossmo (sf) citado por Homant (1.998) e Investigación analítica criminal “criminal investigative analysis” Knight, Warren, Reboussin y Soley (1998). A continuación se presentan definiciones tradicionales de perfiles criminales emitidas por autores reconocidos y al final del apartado, se propone una definición general que recopila los conceptos de la literatura para unificar el lenguaje y
favorecer la comunicación, lo cual constituye un paso fundamental en el avance del conocimiento. El centro nacional de Estados Unidos para el análisis del crimen violento (1990), citado por Knight y colaboradores, (1998), define la investigación analítica criminal como una herramienta investigadora que usa datos de la escena del crimen para generar información descriptiva y probable sobre un ofensor, disminuir el número de sospechosos y ayudar en esfuerzos de aprehensión. Similarmente y de acuerdo con Ressler y colaboradores, (1986), citados por Homant y Kennedy (1998) y Ailt y Reese en 1980, citados por Knight (1998), el uso de perfiles psicológicos en los crímenes puede ayudar a determinar el tipo de personalidad del criminal y sus características conductuales desde un análisis de los crímenes que él o ella hayan cometido; la técnica permite realizar un perfil del agresor tenga o no tenga antecedentes judiciales, si los tiene seria un criterio facilitador para la elaboración del perfil (Homant,1998); esta definición está relacionada a la del FBI (Federal Boureau of Investigation), la cual determina que el perfil criminal es una herramienta que ayuda a obtener información específica del delincuente agilizando la investigación, además brinda información a la policía sobre la manera más adecuada de interrogar sospechosos. Así, Ressler y colaboradores (1.999), aclaran que los perfiles criminales sirven para describir el tipo general de persona que puede cometer un acto criminal, no para señalar a un individuo determinado. En 1998 de acuerdo con el boletín criminológico de la Policía Nacional de Colombia se afirma que la elaboración un perfil psicológico – criminal, se basa en la evidencia que el criminal dejó o no en la escena del crimen y en pautas características que distinguen a ciertos individuos de la población en genera, la información puede incluir: la raza, el sexo, la edad, el estado civil, ocupación, reacción ante el interrogatorio, madurez sexual, posibilidad de que cometa otro crimen, antecedentes policiales, nivel de escolaridad, estatus, relaciones interpersonales, entre otros. A manera de conceptualización propia con base en la literatura revisada para definir los perfiles criminales, se aporta la siguiente definición: La elaboración de
perfiles criminales es una técnica de investigación judicial que consiste en inferir aspectos psicosociales (personalidad, comportamiento, motivación y aspectos demográficos) del perpetrador con base en un análisis psicológico, criminalístico y forense de sus crímenes, con el fin de identificar un tipo de persona (no una persona en particular) para orientar la investigación y la captura. Aplicaciones de la Técnica Las siguientes son las aplicaciones de la técnica de elaboración de perfiles: 1. Crímenes violentos y seriales 2. Identificación del autor y eliminación de sospechosos 3. Técnicas investigativas con base en la identificación del tipo de criminal 4. Provocar al agresor a través de los medios de comunicación 5. Preparación de interrogatorios 6. Justificación de solicitud de otras pruebas 7. Vincular crímenes En los crímenes violentos y seriales, por razones de cualificación, tiempo y dinero la técnica resulta supremamente onerosa, por lo cual se recomienda reservarla a la investigación de delitos que rebasen la eficiencia de las técnicas tradicionales de investigación judicial. Para Colombia se sugiere reservar la técnica a la investigación de delitos especialmente violentos contra la vida, sexuales y terrorismo como masacres, homicidios y violaciones. Se enuncia el terrorismo dentro de los crímenes para aplicar la técnica porque existen antecedentes del uso de los perfiles en casos de cartas amenazantes, ya que de acuerdo con las palabras que se usen, se puede determinar las características del posible actor de este hecho, su estado mental en el momento de escribir la amenaza e inferir su motivación para encontrar a los posibles implicados y de esta manera salvar vidas. (Ressler, 1999). No obstante existen antecedentes de aplicaciones de la técnica a casos más sencillos como el hurto en residencias por parte de la policía de Northumbria Reino Unido. Sin embargo se cree que estos casos simples en Colombia pueden resolverse a través de las técnicas judiciales corrientes y no hacer un sobreuso de la técnica, por lo menos al principio de su implementación.
Así mismo, recurrir a la técnica para identificación del autor y eliminación de sospechosos del crimen es para limitar
la investigación a un grupo de
“sospechosos”, pero no permite identificar inequívocamente a un solo sujeto, este aspecto lo debe tener presente todo el tiempo el investigador, de manera que no se base la resolución condenatoria en el perfil como único indicador. Cuando la información se complementa con el análisis forense y la evaluación de la declaración de los testigos, se pueden obtener los parámetros de eliminación de sospechosos. Otra aplicación importante es la de las técnicas investigativas con base en la identificación de tipos de criminales debido a que se han presentado casos que han llamado la atención y por tal motivo han sido sometidos a investigación, así mismo ha crecido el interés en la aplicación de la técnica de elaboración de perfiles criminales identificando los tipos de criminales que pueden estar inmiscuidos en el hecho criminal; en este caso, se sigue el siguiente procedimiento: 1. Predecir las características del criminal. 2. Establecer si es parte de una serie de crímenes. 3. Desarrollar sugerencias acerca de cómo tomar ventaja investigativa con base en las características del delito. Dentro de las sugerencias de técnicas investigativas se encuentra el proporcionar guías para el interrogatorio, el uso de los medios de comunicación, la búsqueda de aspectos específicos en los allanamientos, etc. Una manera interesante de provocar al agresor a través de los medios de comunicación consiste en que hoy día, muchos de los usos operacionales se han dirigido al secuestro y a las muertes de índole sexual los cuales son con frecuencia reportados en la prensa sensacionalista. Los medios de comunicación modernos ejercen gran presión sobre la policía encargada de las investigaciones en mención, especialmente sobre los profesionales que trabajan aclarando los crímenes; aunque parezca extraño, esta puede ser una forma de establecer contacto con el agresor, por ejemplo, cuando los medios publican un caso de homicidio y le dan un contexto de sensacionalismo y amarillismo, el criminal puede confesar sus actos, es decir; se usan los medios de comunicación como un mecanismo de presión. (Jackson y Bekerian, 2000). Según Porter 1983,
Los perfiles psicológicos criminales no solo ayudan a delimitar una investigación, sino que sugieren técnicas de influencia sobre el atacante, con base en las características de su personalidad se pueden emitir informaciones a través de los medios de comunicación con el fin de presionar a que se entregue algún criminal, ya que con ayuda de la prensa se pueden realizar artículos donde se informe del acto delincuencial y hasta agregar información de más, para que así estos se vean envueltos y sean capaces de denunciar su delito. Esta técnica también se le denominó “Proactiva”. Perfilar criminales ayuda al investigador a priorizar en una lista los posibles sospechosos. En este sentido, las técnicas de elaboración de perfiles criminales pueden dar pautas sobre cómo interrogar tanto a testigos como a sospechosos y pueden ayudar en buena medida en investigaciones de crímenes mayores, particularmente donde el rapto precede a un crimen . Algunos de los ejemplos en el éxito de esta técnica fueron reconocidos en Leicestershire (1986), en un caso de homicidio bizarro, un psicólogo clínico asesoró para la conducción de un interrogatorio, luego del arresto de un sospechoso, Paul Bostock. El psicólogo le dio a los detectives la estructura de las entrevistas, la cual estaba basada en las debilidades del sospechoso, sus fantasías y su conducta sexual, esta estrategia fue muy exitosa. (Jackson y Bekerian, 2000). Una de las fortalezas de esta técnica es que puede ser usada para justificar la solicitud de pruebas como allanamientos y de análisis del ADN, y es aquí donde el investigador u oficial mayor, se une a un equipo forense de investigación para buscar correlaciones en el ADN, la sangre y los tejidos. Como se ocurrió en la resolución del caso de Duffy. (Jackson y Bekerian, 2000). Para vincular crímenes según Turvey (1999), los elaboradores de perfiles criminales identifican similitudes entre los crímenes y con base en ello pueden establecer vínculos de autoría, diagnosticar un grupo de delitos como seriales y que posiblemente hayan sido cometidos por el mismo autor; así se unifican los esfuerzos investigativos de las distintas instituciones (policiales o judiciales) o regiones involucradas en estas conductas.
Teniendo claras las aplicaciones de la técnica se presentaran a continuación los tipos de perfiles criminales que servirán a manera de información para identificar que perfil es el que se quiere desarrollar en una investigación. Tipos de Perfiles Criminales En la investigación criminal existen tres maneras de elaborar los perfiles: 1. Perfiles de agresores conocidos, perfil psicológico o método inductivo 2. Perfiles de agresores conocidos, perfil psicológico o método deductivo 3. Perfil geográfico. 1. Perfiles de agresores conocidos, perfil psicológico o método inductivo Consiste en la caracterización de los agresores conocidos o población carcelaria para extraer características generales; es decir, se parte de lo particular a lo general; por ejemplo: si el investigador esta elaborando perfiles de agresores dentro de una cárcel, entonces entrevistará a un violador y nota que no es asertivo, luego a otro y observa lo mismo entonces, si se repite el patrón, el investigador podrá extraer una característica general de los violadores. Para obtener estos datos, los investigadores realizan entrevistas de criminales violentos condenados sin posibilidades de salir de la cárcel, para que así brinden amplia información y con esta no tengan nada que ganar o perder. Además se basan en la observación conductual y en informes de la conducta del delincuente brindada por otras personas (allegados, víctimas o guardianes penitenciarios). También se nutren los investigadores de datos provenientes del expediente judicial y con base en todas estas fuentes se construye el perfil inductivo. (Ressler, 1999). Homant y Kennedy (1998) sugirieron que este perfil se usó para la estrategia de entrevista y testimonios de individuos, determinando si sus características emparejan con las características de una base de datos de una clase de agresores determinada. La ventaja de este modelo es que es un gran facilitador de características, pues ofrece premisas con características básicas del agresor que permiten perfilarlo y predecir su comportamiento. (Turvey,1999).
2. Perfiles de agresores conocidos, perfil criminal o método deductivo Este método se desarrolla haciendo inferencias con base en el análisis de la evidencia psicológica de la escena del crimen. Se trata de ir de lo general a lo particular; es decir, de premisas generales como la edad del agresor, la raza de la víctima, las agresiones específicas que el criminal hizo a la víctima como cubrirle la cara o dejar algún tipo de simbología, etc, de la evidencia psicológica se extraen rasgos del agresor para dar como resultado un perfil particular. Por ejemplo: agresor adulto, joven y blanco que es psicópata porque siente arrepentimiento. Para realizar este perfil resulta de mucha utilidad hacer comparaciones con las características de otros comportamientos criminales similares de población conocida (penitenciaria o carcelaria) obtenida mediante el método inductivo. (Turvey, 1999). Este método se puede usar como un tipo investigativo y adjudicativo, ya que como primera medida, el análisis de la evidencia conductual puede ser sistemáticamente examinada e interpretada para los hechos del caso, y después de esto puede ser usado para asistir en el proceso que se ponga a disposición en una corte legal (Turvey, 1999). El perfil criminal deductivo no implica un individuo específico ni un crimen específico. Puede ser usado para sugerir un tipo de individuo con características psicológicas y emocionales específicas; describe solo las características evidentes en la conducta criminal a la mano, así como las circunstancias de tal conducta. Los encargados de hacer perfiles deductivos, recopilan información de la escena del crimen para analizarla y poder revelar qué tipo de persona lo cometió. Los casos reales de crímenes no se resuelven por pequeñas pistas, sino por el análisis de todas las pistas y los patrones del crimen. El perfil de criminales desconocidos el mismo método deductivo y consiste en el proceso de interpretación de la evidencia forense que incluye observar la escena del crimen, tomar fotografías, reportes de autopsia, fotografías de la autopsia, además del estudio individual del agresor y la victima partiendo de los patrones de conducta se deducen las
características del agresor(es), la demografía, emociones y motivaciones (Turvey,1999). El método de perfil deductivo incluye dos fases: -La fase investigadora: en la que como su nombre lo indica se investiga todo lo que tiene que ver con las evidencias ya sean físicas o conductuales. -La fase del ensayo: esta fase involucra el análisis de evidencias conductuales de crímenes conocidos donde ya existe un sospechoso, por esta razón la meta en este caso es ayudar en el proceso de entrevista o interrogatorio y ayudar a desarrollar la visión de la fantasía en la mente del ofensor, para este fin se debe ser imparcial, es decir, tener una mente abierta y un pensamiento crítico, se debe pensar como delincuente, en sus necesidades, experiencias y motivaciones, por último se debe tener en cuenta la experiencia de vida pues esto puede influir de manera determinante en las personas (Turvey, 1999). 3. Perfil geográfico Está relacionado con las características físicas del lugar, podría llamarse perfil de la escena del crimen, ya que intenta generalizar la vinculación
de las
localizaciones de la escena del crimen con la probable residencia de un agresor desconocido. Aunque este tipo de perfil es primordialmente empírico, emplea el concepto de mapa mental y trata de reconstruir una representación psicológica relevante de las áreas del crimen en donde el agresor se sienta confortable (Homant, 1998). Rossmo (1997) citado por Homant (1998) afirma que un perfil geográfico es de gran ayuda para refinar el perfil de la escena del crimen, ya que lo que se intenta es generalizar la vinculación de la localización de la escena del crimen con la posible residencia del agresor, además de ayudar a formular el mapa mental. Para el caso colombiano, es importante mencionar que La Policía Nacional esta utilizando técnicas de georeferenciación es decir que se esta implementando la técnica del perfil geográfico. Proceso de Generación del Perfil Criminal
Después de haber revisado a varios autores, se logró en este trabajo de grado sintetizar una propuesta de modelo del proceso de generación del perfil de criminales desconocidos con base en la evidencia psicológica de la escena del crimen, en donde estuvieran implicados la recopilación de la teoría de la mayoría de autores que trabajan en perfiles criminales. Así, se dividió el proceso en tres fases: Etapa previa a la elaboración del perfil, que contiene la información del contexto sociocultural donde ocurrió la escena del crimen y la protección de la escena del crimen, la segunda fase consiste en realizar un análisis de la victima, las entrevistas a testigos y obtener Información de la escena o lugar de los hechos, para poder clasificar la información según el tipo y estilo de homicidio y la motivación del agresor todo esto para lograr reconstruir el crimen y como objetivo final de esta fase la descripción del perfil criminal. En la tercera fase se espera que haya una captura, una confesión y una sentencia condenatoria, posterior a lo cual se retroalimenta todo el proceso confrontándolo con los datos reales. 1. Etapa previa a la elaboración del perfil Información del contexto sociocultural donde ocurrió le escena del crimen.. La información que se obtiene de este primer paso será: situación geográfica (clima, vías de comunicación, etc.), idiosincrasia (política, cultura), idioma, religión predominante, situación social, raza predominante, situación económica, índices criminales
(estadísticas
criminológicas,
archivos,
etc.)
para
dimensionar
adecuadamente el crimen. Protección de la escena del crimen En primera instancia los Investigadores deben saber que dentro de una escena del crimen existen riesgos biológicos que pueden atentar contra su salud; es por ello necesario que los investigadores conozcan una serie autocuidados con el objetivo de evitar riesgos para ellos. En segunda instancia, se procede a cercar el área donde se halló el cadáver en un perímetro de 150 metros para que en dicha área se pueda reunir información como tomar fotos de la posición del cuerpo, realizar
gráficos y tomar notas de los más pequeños detalles que durante la investigación probablemente sean de gran ayuda para la continuidad del proceso. Cada pista, cada evidencia puede ser la clave para resolver el crimen. 2. Durante la elaboración del perfil Análisis y /o entrevista de la victima En el caso de que la victima este viva, de lo contrario se realizará un análisis retrospectivo de ella a través de una autopsia psicológica que permita reconstruir lo más ampliamente posible su personalidad. La información que se debe obtener es: domicilio, reputación en el trabajo y en el vecindario, descripción física hasta de su ropa el día del incidente, su estado civil, hijos, parientes, nivel de educación, situación financiera, datos y antecedentes de la familia, historial médico y psicológico, temores, hábitos personales, hábitos sociales, uso de sustancias psicoactivas, pasatiempos, amigos y enemigos, cambios recientes en su estilo de vida, cualquier juicio en tribunales, antecedentes, la última vez que fue vista, edad, etc; y se determina si era una víctima de alto o bajo riesgo (Ressler, 1999). La víctima es la última persona que evidencia el crimen; si esta viva la victima puede dar información relevante acerca de los eventos ocurridos, pero si la victima esta muerta, la escena del crimen y la autopsia psicológica contará la historia. En esta instancia el perfilador debe interesarse en las actividades de la victima ya que estos elementos pueden dar información que acompaña al perfil. Idealmente, el elaborador de perfiles debe tener la siguiente información específica acerca de cada víctima (Holmes y Holmes, 1996). Rasgos físicos de la victima, estatus marital, estilo de vida personal, ocupación de la victima, educación de la victima, demografía personal de la victima, historia médica de la victima, historia psicosexual de la victima, historia judicial de la victima, últimas actividades de la victima.
Entrevista a testigos
Los investigadores se dedicaran a buscar testigos que brinden información física o psicológica del atacante o sospechoso como la siguiente: si tiene contextura atlética, poco o ningún orgullo en su apariencia física, hábitos nocturnos, no interactúa bien con la gente, sus pasatiempos son solitarios, si es casado, si tiene pareja y ella es más joven, si es empleado o no, además los testimonios recogidos son útiles para validar la información obtenida de la victima. Información de la escena o lugar de los hechos Evidencia forense y de conducta. En este punto deben reunirse todas las evidencias físicas disponibles así como también las conductas, esto asegura que se analicen todas las características del crimen y de la escena. El análisis de la escena o lugar de los hechos Este apartado debe poseerlas características del crimen – escena. En estas características se deben tener en cuenta el método de acercamiento a la victima que realizo el ofensor, el método de ataque, el tipo de situación, naturaleza y sucesión de actos sexuales, los materiales que se usaron, la actividad verbal y los actos preventivos, por ejemplo para que no descubran el cadáver.(Ressler,1999). Sería ideal que la persona encargada de elaborar el perfil haya observado varias escenas de crímenes para determinar si existen pautas repetidas, así como también debe conocer los tipos de criminales; en este último aspecto, se tendría en cuenta lo siguiente: fotografías de la escena del crimen (víctima y el área), informe de la autopsia, informe completo de la situación como la fecha y hora, ubicación, el arma, la reconstrucción de la secuencia de los eventos y una entrevista detallada con la víctima sobreviviente o testigos (Policía Nacional de Colombia, 1998). Criterios de clasificación de la información del delito.
Se empiezan a organizar las entradas de información dentro de un conjunto de patrones que tienen sentido. Aquí se encuentran 7 modelos que permiten diferenciar y organizar la información obtenida en la primera etapa (Ressler, 1999). Tipo y estilo de homicidio. Un homicidio simple tiene una víctima. Uno doble tiene dos víctimas, en un único suceso y en un solo lugar. Uno triple tiene tres víctimas que mueren en un mismo lugar durante un único suceso. De tres víctimas en adelante se clasifica como asesinato en masa, donde mueren mas de cuatro víctimas en un mismo lugar y en un solo suceso. Hay dos tipos de asesinato en masa: el clásico y el familiar; en el clásico, el asesino opera en un lugar durante un periodo de tiempo y la descripción del asesino en masa suele ser de un trastornado mental cuyos problemas han aumentado hasta el punto que empieza a actuar contra grupos de personas que no tienen nada que ver con su problema. En el tipo de asesinato en masa familiar es como su nombre lo indica, el asesino mata a los miembros de su familia; si éste mata a mas de tres miembros de su familia y luego se suicida, el crimen es clasificado como asesinato en masa /suicidio y si no existe el suicidio y mata a mas de cuatro miembros de la familia, se llama asesinato familiar. Hay dos tipos adicionales de asesinos múltiples: los “spree murders” o asesinos “itinerantes” y los asesinos en serie. Un asesino itinerante mata en dos o más lugares y no tiene un periodo de enfriamiento emocional. Un asesino en serie comete tres o más homicidios separados entre sí en el tiempo; esto permite que el criminal se enfríe emocionalmente entre uno y otro asesinato, el asesino suele matar con premeditación. Es necesario tener en cuenta que tanto al asesino en masa y al asesino itinerante no les importa la identidad de sus víctimas; al asesino en serie sí, es decir, las clasifica. Teniendo clara esta diferenciación se puede empezar a formar el perfil del criminal. A pesar de la existencia de estos tipos de criminales, Ressler y Burgess en 1985, hicieron una lista de 25 variables para distinguir la personalidad, antecedentes socioeconómicos y conducta de la escena del crimen envuelta en dos tipos de agresores: los organizados y desorganizados (Homant y Kennedy, 1998). Los agresores organizados son descritos como más
inteligentes, socialmente competentes, son mas probables de que respondan a algunos precipitantes estresores situacionales, y son mas probables para demostrar cuidado, planeación y control en el acto criminal; por tal motivo, estos son mas difíciles de capturar. Para el caso colombiano, será necesario comprobar que estas topologías se adecuan a la población del país. La intención primaria del asesino. En un asesinato puede haber tanto intenciones primarias como secundarias. El motivo primario es la meta fundamental que se logra a través de otras que se denominan secundarias. En la motivación primaria pueden incluirse razones emocionales, egoístas o específicas, un individuo puede matar en defensa propia, por compasión o por motivos sexuales. La violencia o las disputas familiares pueden causar los homicidios. Si el asesino tiene un trastorno mental puede cometer un crimen simbólico o tener una crisis psicótica. Los asesinatos que se cometen en grupo tienen motivos como religiosos, de culto u organizaciones fanáticas.(Ressler,1999). El riesgo para la víctima. Este concepto se maneja en varias etapas del proceso de generación del perfil y revela datos sobre el presunto asesino en cuanto a su modo de operar. Para calcular el riesgo de la víctima, se usan factores tales como la edad, profesión, estilo de vida y estatura. El riesgo se puede llegar a clasificar como alto (jóvenes y ancianos), moderado (estudiantes) o bajo (cuya profesión y estilo de vida hace que no sean blanco)(Ressler,1999). El riesgo para el agresor. “El riesgo para la víctima está relacionado directamente con el riesgo para el agresor, es decir, el riesgo que corrió el agresor para poder cometer el crimen. Por ejemplo, secuestrar una victima en la calle al medio día supone un alto riesgo, esto también aporta ideas sobre el agresor; indica, que el agresor esta obrando
bajo ciertos estresores personales que cree que no lo detendrán, o que necesita excitarse para poder cometer el crimen”. (Ressler, 1999, p. 10). La escalada del crimen “Al analizar los hechos y los patrones de los factores anteriores, se obtiene información sobre el aumento del grado de violencia empleado en el crimen. Los investigadores que hacen perfiles saben deducir la secuencia de los actos y así determinan el potencial del asesino, no solo para aumentar la virulencia de sus crímenes , sino también para repetirlos en serie. Un ejemplo es el caso de David Berkowitz quien comenzó su carrera criminal apuñalando a una adolescente sin matarla y terminó asesinando con un revolver calibre 44”. (Ressler, 1999, p. 10). El estudio del desarrollo de la conducta criminal de los agresores sistemáticos indica que cuando codifican a la víctima, es decir, mantienen un trato impersonal y se comunican poco y solo con fines instrumentales, irán mostrando una mayor violencia a medida que van acumulando asaltos. (Garrido 2.000). Violencia expresiva y violencia instrumental La violencia instrumental es aquella que va dirigida a conseguir los fines del delito, incluye todo aquello que es necesario hacer para controlar a la víctima (Ej. Maniatarla,
golpearla).
Diferente
de
la
violencia
expresiva
que
son
comportamientos superfluos para la consecución del delito, Ej. para asesinar no es necesario torturar antes. Esta violencia permite al agresor expresarse, representa su personalidad e incluye su estilo personal de la ejecución del delito.(Garrido 2.000) El tiempo Se tiene en cuenta el tiempo necesario para: a) matar a la víctima, b) cometer actos adicionales con el cuerpo, c) deshacerse del cadáver; esto para que ayuden a la elaboración del perfil criminal.
El lugar La escena del crimen puede no ser una sola, sino varios lugares que sirvieron de contexto a los hechos, por ejemplo puede ser distinto el lugar donde la víctima fue abordada, al lugar donde ocurrió el crimen y también el lugar donde se depositó el cadáver. El hecho de que se usen varios lugares suministra más información sobre el asesino, porque usar varios sitios implica planeación del delito, mayor edad cronológica y mayor tiempo transcurrido en la carrera delictiva. Cuando un criminal selecciona un blanco, el también debe tener cierto sentimiento acerca de si es correcto el lugar de asesinato. ¿Es apropiada esta zona para el asesinato? ¿Contiene suficientes víctimas? ¿Es familiar? ¿Hay riesgo de que lo atrapen? ¿Hay rutas de escape? En una investigación de asesinato, es importante preguntar por qué el asesino escogió un área particular para desechar el cuerpo, y por qué escogió una ruta en particular. El lugar o lugares de los hechos hablan de las preferencias del delincuente, porque simbolizan para él zonas en las que se siente seguro y confortable, zonas que conoció por las actividades que realizaba. Ej. Duffy trabajaba en el tren y depositó los cadáveres cerca de las vías férreas. Rossmo (1994) describe una serie de zonas geográficas, derivadas del modelo de Brantingham y Brantingham, en el cual encuentran las áreas de “hogar”, “trabajo” y “almacenes y entretenimiento”, ya que constituyen las zonas de comodidad que permiten al agresor a cometer su crimen bajo un manto psicológico de protección. La distancia entre un lugar y otro permite inferir la clase y el medio de transporte utilizado por el agresor. Y los lugares de los hechos hablan también del “Mapa mental” del agresor, que involucra las imágenes que él tiene del espacio y de los alrededores, construidos por medio de sus experiencias y de las actividades diarias; estas son principalmente aquellas zonas que se encuentran cerca de donde se desplaza el criminal, tales como el hogar, trabajo, sitios de recreación, entre otros. Teniendo información del mapa mental de una persona, se puede inferir cuál es su rutina o ruta favorita de transporte.
Con un análisis de los lugares se pueden descubrir los límites reales o psicológicos del mapa mental del delincuente, encontrar ríos, carrileras de tren, entre otras, las cuales pueden ser una barrera para los agresores o pueden servir para ejecutar el crimen. Incluso el análisis de los lugares de los hechos pueden informar sobre la zona de residencia del perpetrador de los crímenes, se supone que cuando un asesino serial comienza a asesinar, los primeros actos son situados relativamente cerca de la localidad donde vive o trabaja. Afirma Garrido (2.000) que los violadores jóvenes europeos operan en una zona de tres kilómetros a la redonda de su residencia, habrá que estudiar cuales son los radios de acción de los diversos delincuentes en Colombia, ya que se sabe que existen diferencias transculturales. La reconstrucción del crimen. Aquí se reconstruye la secuencia de sucesos y el comportamiento tanto del asesino como de la víctima; además, se indica cómo pasaron las cosas, cómo se comportaron las personas y cómo se planificó y organizó el encuentro. Esta reconstrucción se basa en las decisiones tomadas en la etapa anterior. La descripción del perfil criminal. Trata el tema de la descripción del tipo de persona que ha cometido el crimen y su manera de comportarse con relación al mismo.
Se incluyen las
características físicas, costumbres, creencias y valores, el comportamiento antes y hasta el momento del crimen, y el comportamiento después del crimen. Se pueden incluir recomendaciones para el interrogatorio o la entrevista con el asesino, su identificación y su detención. El perfil no incluye todo y no todos los perfiles tienen la misma información, en resumen la información que contiene un perfil es la siguiente: La raza del perpetrador, el sexo, edad aproximada, estado civil, ocupación, reacción ante el interrogatorio policial, grado de madurez sexual, si el individuo sería capaz de cometer otro crimen, la posibilidad de que haya cometido un delito similar en el pasado,
posibles antecedentes policiales.
Es de aclarar que para los casos colombianos las razas no se pueden clasificar debido a que el mestizaje es muy alto en el país, por ello esta categoría no es aplicable a nuestra cultura, se sugiere incluir la categoría de “color de la piel”o fenotipos más variados que la variable raza para el análisis de casos colombianos. 3. Etapa posterior a la elaboración del perfil La investigación y retroalimentación del perfil. “Una vez que el perfil criminal tiene congruencia, se remite un informe por escrito a la agencia que lo solicitó y este informe es incorporado a la investigación. Habiendo obtenido la información de la victima y de los testigos se reúnen a los sospechosos que encajan en el perfil y son evaluados. Si este proceso termina con la identificación, detención y confesión del asesino, el perfil ha cumplido su objetivo. Si salen nuevas pruebas o no se identifica a ningún sospechoso, entonces tiene lugar una reevaluación; toda la información es examinada otra vez y se vuelve a validar el perfil”. (Ressler, 1999, p. 13) Cuando se logra una detención o una sentencia condenatoria, se comparan los datos reales con el perfil elaborado; si el sospechoso confiesa, es importante hacerle una entrevista detallada para controlar que todo el proceso del perfil haya sido válido. Evidencia psicológica Durante el proceso de generación del perfil se deben tener en cuenta ciertos aspectos de la victima o de la escena del crimen que pueden ser observados de los cuales se pueden extraer inferencias psicológicas, a esto es a lo que se denomina Evidencia Psicológica. La evidencia psicológica primordial que busca el preparador del perfil, es el motivo; es muy importante que esta técnica se limite a los crímenes en donde no se evidencie motivo alguno tales como financiero, afectivo o sentimiento de venganza y se deben agotar todas las pistas lógicas antes de utilizar esta herramienta ya que las conductas son realizadas por los agresores para darle gusto a sus fantasías y a sus necesidades psicológicas. (Medina y Vergara, 1997). Para lograr esto es fundamental entrenar al policía en
captar ciertas pistas que no son físicas pero que son básicas para poder resolver los crímenes; es decir, encontrar los sentimientos, los motivos y actitudes, así los perfiles serían una herramienta facilitadora para las autoridades judiciales (Gudjonsson y Copson, 1997). La mayoría de los crímenes evidencian dos tipos de comportamiento: uno físico y otro verbal, el investigador debe analizar la información del modo en que opera el delincuente y plantearse preguntas como: ¿qué elementos en la escena evidencian fuerza física o verbal? Y qué hechos pudieron haber motivado al criminal para llevar a cabo el hecho, esto significa que es una persona desorganizada e impulsiva y que probablemente vive cerca y llego a pie. (Medina y Vergara, 1997). Recomendaciones para los Profesionales Encargados de la Generación de Perfiles Algunos de los puntos que se deben tener en cuenta para elaborar un perfil de una manera adecuada son: Formación académica o laboral en áreas afines Es necesario que el perfilador se haya aproximado a la investigación judicial y a este tipo de problemáticas de manera académica o laboral, estos conocimientos serían la base para construir conocimientos específicos de la técnica con base en ellos. Es decir, el perfilador es un especialista, por lo cual tiene como pre-requisito una formación de base que puede ser en derecho, en psicología, en psiquiatría, en investigación judicial y otras carreras que se apliquen al ámbito de la investigación judicial. Turvey, B. (1.999) realiza una listas de trabajadores en el área para poderlos distinguir y conocer su principal labor o desempeño: -Psicólogos forenses: Su labor está en la habilidad de realizar entrevistas con el propósito de hacer diagnósticos, tratamiento y asesorías en competencia / sanidad de las personas. No están capacitados para ciencias forenses relacionadas con evidencia física, ni tienen la experiencia para interpretar conductas de la escena del crimen.
-Psiquiatras forenses: Son doctores médicos con entrenamiento en ciencias médicas como ciencias conductuales. Están igualmente preparados para la labor que realizan también los psicólogos forenses. -Criminólogos: Académicos inclinados al trabajo con población agresora. Deben estar dispuestos a la investigación de datos empíricos, de resultados en estadísticas y perfiles inductivos de los agresores. -Detectives e investigadores:
En este se incluyen los oficiales de “law
enforcement” y perfiladores criminales en sector privado de todo el mundo que se entrenan en técnicas y se asesoran con cursos y seminarios por medio de la lectura de libros e investigando, acumulando así una experiencia investigativa. Haciendo énfasis en la psicología; los roles que desempeña un psicólogo en el área de la criminalidad son: -Rol Clínico: los psicólogos interrogan a los clientes y utilizan ayudas como los test psicométricos (Test de Inteligencia, evaluación de funciones neuropsicológicas, personalidad y estado mental) y el análisis de datos conductual. -Rol Experimental: Llevan a cabo experimentos que son relevantes de cierto caso. -Rol Actuarial: Los psicólogos aplican las probabilidades estadísticas a datos conductuales. -Rol de Consejero: Los psicólogos hacen asesorías individuales a las víctimas y testigos cuando tienen que rendir declaraciones con el fin de disminuir la ansiedad y que la declaración sea veraz.(Turvey, 1999) Experiencia forense y en casos de crímenes violentos La habilidad y experiencia de los detectives que investigan crímenes graves han atraído siempre gran interés y muchos comentarios. En años recientes, el papel del detective ha sido sujeto a un intenso escrutinio público, con frecuencia impulsado por reportes de la prensa sensacionalista. Frecuentemente, algún nuevo aspecto de la ciencia que actúa como soporte del trabajo del detective atrae la atención pública e incluso más si es un caso inusual. En contraste, la rutina y los aspectos profesionales de investigación son raramente destacados.
Las indagaciones mayores pueden dejar cientos de sospechosos y es muy importante la priorización apropiada para permitir al investigador la utilización de su recurso más valioso, la experiencia. La mezcla de la experiencia de los detectives, la teoría de la conducta y las estadísticas contribuyen a la elaboración del perfil del delincuente desconocido y cubre fuentes como la policía, la academia, las ciencias médicas, psicológicas y forenses. Para que una técnica de perfil criminal sea efectiva, se requiere la habilidad de una agencia que entrene y que responda a las necesidades de los elaboradores de perfiles, es decir, que sea competente, que tenga acceso a la información necesaria para el caso, y que sean lo suficientemente analíticos en el área forense. (Turvey, 1999) Conocimiento del contexto socio-cultural Debido a que nunca se sabe dónde va a ocurrir un crimen, al momento de localizarlo, el perfilador criminal debe tener bases o conocimiento del sitio donde se produjo la tragedia, es decir, se debe empapar y entender los hábitos, los tipos de relaciones, los rituales que se vivan en la población punto a trabajar; debe saber cuál es el comportamiento o conducta que se tiene en este sitio para lograr entender o esclarecer el por qué del crimen. (Turvey, 1999) Trabajo interdisciplinario Al realizar un perfil psicológico se necesita de un arduo trabajo interdisciplinario ya que se debe hacer análisis muy minucioso de toda la escena del crimen lo cual requiere de bastante tiempo; además de tener conocimiento en todo este campo o ámbito laboral, también se debe tener experiencia en el área forense para que sea un poco más fácil hacer todo el análisis que se requiere (Turvey, 1999). Tolerancia y persistencia El trabajo del perfilador es emocionalmente agotador, ya que el profesional se encuentra a diario con situaciones que pueden cuestionar su sentido existencial y resultar muy dolorosas, el perfilador debe estar en la capacidad de tolerar estas informaciones y de modular su actitud frente a las mismas. De otro lado existen
informes estadísticos de la efectividad de la técnica pero también existen informes que avisan de la cantidad de casos en los que se ha utilizado la técnica, se ha invertido gran cantidad de tiempo y dinero en la investigación y no dan como resultado la detención del autor. Por ello el perfilador debe ser capaz de afrontar los casos frustrantes. Conocimiento de los allegados a la víctima El policía debe mantener contacto tanto con la familia como los amigos del delincuente para saber sus posibles conductas a tomar y así poder sobrevivir y sobrellevar la relación en esta persona (Ressler, 1999). Además, el perfil se puede seguir construyendo gracias a la información que brinden las víctimas de los delitos, ya que de acuerdo con las características del comportamiento del delincuente, podemos determinar como relacionarnos con este agresor. Sistematizar la información Para valorar un caso y realizar un posterior perfil criminal es de vital importancia clasificar la documentación pues en muchos casos es abundante y esto puede generar problemas en la consecución de los objetivos o en la identificación de patrones; por esta razón se deben usar herramientas para poder clasificarla de ahí la importancia de empezar a generar bases de datos que permitan guardar información y encontrarla cuando sea necesaria. Retomar casos sin resolver La valoración del caso frío según los norteamericanos consiste en un caso que ha estado sin resolver o inactivo por un periodo de tiempo. Se debe tener en cuenta la falta de cooperación entre la víctima y el detective, falta de testimonios o que parecen estar agotadas las estrategias. Para solucionar estos casos fríos se debe tener en cuenta el factor más importante, el tiempo, por esta razón se deben analizar aspectos como la culpa que con el tiempo puede aumentar, las relaciones que con el tiempo se disuelven o cambian, el miedo a denunciar pues con el tiempo es posible que este se reduzca, la nueva evidencia que pueden haber
pasado por alto el personal que analizó la escena del crimen, el patólogo, etc (Turvey, 1999). Manejo adecuado de los medios de comunicación La publicidad y la opinión pública son importantes y un buen detective las usará como ventaja para obtener el máximo de información a cerca del crimen y el agresor. Sin embargo, los reportajes irresponsables y los relatos ficticios pueden presentar grandes inexactitudes y distorsionar la perspectiva en el trabajo detective y el procedimiento investigativo sugiriendo ciertas habilidades y técnicas que en realidad simplemente no existen. Neutralidad El objetivo de un examinador forense es de ser neutral, tener una participación desinteresada; así mismo lo deben ser los elaboradores de perfiles criminales, ya que trabajan bajo los mismos estándares éticos. Observación e intuición Es importante resaltar que para la optimización de las investigaciones criminales, la deducción es usada para dibujar al perpetrador que es conocido como el perfil criminal. Quienes sean fuertes en la observación y sean intuitivos, pueden aprender este importante conocimiento con el entrenamiento apropiado, guía y campo de experiencia. (Stanton,1997). Así mismo, los perfiles constituyen la aplicación de la teoría e investigación de la ciencia del comportamiento al conocimiento que el preparador del perfil tiene de pautas que pueden haberse repetido en varias escenas de crímenes; es importante que el preparador de perfiles observe muchas escenas de crímenes para que conozca las pautas y que tenga cierta familiaridad con delincuentes que hayan realizado delitos similares. Desarrollo de Software En la actualidad, se ha trabajado con unos lineamientos básicos para la creación de sistemas de menú y comandos que ayuden a encontrar información
almacenada de manera rápida y eficiente, en este sentido se utilizarían para la creación de bases de datos en la realización de perfiles criminales debido a la gran cantidad de información que generan haciendo necesario el uso de computadores como apoyo en el almacenamiento, evaluación y rápida recuperación de la información. (Holmes y Holmes, 1996). Es de vital importancia conocer algunas bases de datos en relación con los perfiles criminales, uno de los sistemas de computación aceptado a nivel nacional en Estados Unidos usado en incidentes de crímenes es conocido como HOLMES (Oficina de Sistemas de Investigación Mayor) el cual será utilizado en investigaciones múltiples o muy generales, excepto en los asesinatos “domésticos” o los homicidios involuntarios, donde el criminal es conocido y ha sido arrestado; por otro lado se encuentra el SIO, que analiza cualquier información más específica de la base se datos HOLMES (Stevens,1997, citado por Jackson y Bekerian, 1997). Conociendo la base de datos general se pueden nombrar dos ejemplos de algunas de las más específicas: -La base de datos CATCHEM, contiene información sobre asesinatos de niños cubriendo alrededor de 35 años de muertes, proporcionando guías de búsqueda de
cuerpos
filtrando
información
sobre
algunos
de
los
sospechosos.
(Stevens,1997, citado por Jackson y Bekerian, 1997). -El centro de tratamiento de Massachussets ha creado un programa específico para la creación de perfiles de violadores llamado “tipología del violador versión 3” (MTC:
R3),
este
programa
aplicó
los
métodos
racional
y
deductivo
simultáneamente y el empírico / inductivo generando, probando e integrando taxonómicamente los perfiles de los violadores incluyendo también la teoría (Knight, Knight y Prentky, 1990, citado por Knight, Warren, Reboussin, Soley,1998). -Análisis Geográfico Computarizado: Es uno de los avances de un programa computarizado llamado CRIMINAL GEOGRAPHIC TARGETIN (CGT), el cual asesora las características espaciales de los crímenes. -El National Center for the analysis of Violent Crime (NCAVC) desarrolló un sistema computarizado para analizar patrones criminales, denominado VICAP
(Violent Criminal Apprehension Program) que con base en información de patrones comportamentales detecta y predice comportamiento de criminales violentos (Arrigo, 1.999). Muchos estados de USA han sistematizado sus propias bases de datos sobre crímenes violentos, incluyendo el New York State Homicide Assesment and Lead Tracking System (HALT) and Michigan’s Homicide Investigative Tracking System (HITS). La base de datos nacional esta localizada en la academia de entrenamiento del FBI en Quantico Virginia dentro del Violent Criminal Apprehension Program (VICAP) que opera a través del Centro para el Análisis de Crímenes Violentos. (McCann, 1.992). Para el caso colombiano es necesario desarrollar sistemas computarizados de información nacional amplios y unificados. Con el fin de archivar en ellos toda la información nacional de delitos, es decir, que las instituciones gubernamentales (locales, regionales, nacionales) que tengan o requieran información de un delito puedan consignar o consultar dicha red de información. Esto hará posible detectar casos de delitos violentos seriales y aunar esfuerzos investigativos. Pero estos nuevos sistemas de información deben incluir mayor cantidad de información que la que se acostumbra a recavar, por ejemplo deben incluir aspectos como conducta verbal durante la ofensa, escena de crimen organizada o desorganizada, es decir, muchas variables más que permitan obtener información clave en el proceso de perfilamiento. Limitaciones de la Técnica Si bien los perfiles son una herramienta útil, no son el resultado de encantamientos mágicos, no son siempre fidedignos y no se deben tomar literalmente, es decir que la investigación no se limitará a las personas que tengan las características indicadas en el perfil criminal. Este sirve para describir una generalidad de personas, no para señalar a un individuo determinado. Además frecuentemente, la usan los investigadores como técnica proactiva para inducir a los asesinos a entregarse. (Policía Nacional de Colombia, 1998)
Debido a que el momento de recogida de información tanto de la víctima como de los testigos, se puede tornar muy amplia, esto genera que algunas veces se obtengan datos erróneos y por tal motivo se de una conclusión que no genere resultados óptimos; esto a su vez puede dar un foco y una finalización de un perfil criminal o un sospechoso que no lo es. (Turvey,1999) Respecto a la técnica de perfilamiento específicamente, el impedimento más serio a la aprobación empírica
ha sido la ausencia de medidas adecuadas y
estandarizadas de indicadores de la escena del crimen; algunos investigadores han hecho esfuerzos para regularizar las definiciones operacionales de las variables de la escena del crimen o del proceso por medio del cual se hacen definiciones o mediciones en la escena del crimen. (Douglas y Jun, 1992; Hazelwood y Burguess, 1987; Hazelwood y Douglas, 1980; Lanning, 1992; Ressler et al., 1988; Warren, Reboussin, Hazelwood y Wright, 1991) Hay un componente subjetivo significante en la investigación de la escena del crimen. Como en otras áreas especializadas del conocimiento, aquí las habilidades cognoscitivas adquiridas y los procesos de decisión exitosos no siempre están claros (Bedard y Chi, 1992, citado por Knight, Warren, Reboussin y Soley, 1998), el cuidado debe tenerse para adquirir la información de los expertos en la toma de la decisión. De hecho, ciertos aspectos de sus análisis, como el reconocimiento de grupos de ofensores pueden eludir análisis empíricos y pueden tener que seguir siendo el dominio exclusivo de investigadores expertos (Douglas y Jun, 1992; Meehl, 1973 citados por Knight y colaboradores, 1998). Los estudios indican que los profesionales de la administración de la ley pueden tener prejuicios de perfiles que los predisponen a buscar ciertos perpetradores y convertir la técnica en una forma de discriminación, el objetivo es que a pesar de que existan ciertos rasgos característicos de los perfiles, se debe tener bastante cuidado para no ofender o agredir a personas que aunque pueden cumplir con algunos patrones, no están implicados en el crimen (Turvey, 1999). En cuanto le concierne a la Psicología, Gudjonsson (1993) citado por Jackson y Bekerian(2000) hace una lista de las principales razones por las que la evidencia psicológica puede ser no confiable al elaborar perfiles:
1. Deficiencia de conocimiento, habilidades y experiencia. 2. Carencia de preparación y entereza. 3. Apropiado uso de los test psicológicos o mala interpretación de los resultados . 4. Anhelo de agradar al agente. Una evidencia específica del uso inapropiado de esta técnica es el prejuicio y la discriminación, que pueden también desencadenar procesos judiciales, el caso ocurrió en el aeropuerto internacional de Cleveland, en donde una pareja de árabes (Julia y Hassan Abbass), se disponían a realizar un viaje de vacaciones a una isla del caribe, sin embargo al tratar de abordar el vuelo fueron acusados de terrorismo basados en sus características (origen, sexo y religión) ya que en las aerolíneas norteamericanas se utiliza el perfil del pasajero como la técnica de seguridad más efectiva que existe; la pareja demandó a la aerolínea y finalmente fueron indemnizados por cuatro millones de dólares (Higgins, 1997). El uso de listas de perfiles en las agencias de seguridad crean discriminaciones algunas veces, pues los datos demográficos se usan para descubrir posibles sospechosos; existen quejas debido a esto ya que a muchos afro americanos se les ha creado el perfil injusto de traficantes de droga (Higgins, 1997). Un ejemplo de lo mencionado anteriormente se encontró cuando un conductor de raza negra fue asediado por un automóvil policiaco por una suposición de infracción de tráfico, el funcionario cuestiono al chofer tratando de encontrar respuestas incoherentes para poder investigar el vehículo; es exactamente esta clase de tratamiento injusto que lleva las minorías a desconfiar del sistema de justicia (Higgins, 1997). Algunos puntos relevantes de los perfiles criminales se basan en creencias políticas radicales, problemas de salud mental, sentimientos de injusticia o con problemas de dinero, lo que no siempre resulta ser correcto porque muchas de estas personas no cometen actos terroristas y no es posible arrestar a alguien porque cumple con el perfil, pero ayuda a la investigación, la base racial es real pero debe manejarse internamente. (Higgins, 1997)
Conclusiones Sugerencias para la Implementación en Colombia Con base en todos los hallazgos se sugiere que para implementar en Colombia la técnica de elaboración de perfiles de criminales desconocidos con base en la escena del crimen se deben seguir los siguientes pasos: 1.Selección de personal: se debe hacer una estricta selección de quienes formarán el grupo de perfiladores, para ello se debe contar con profesionales provenientes de diferentes disciplinas (abogados, psiquiatras, criminólogos, sociólogos, psicólogos, técnicos en criminalística e investigadores judiciales) que desde su área estén dispuestos a aportar para que se pueda desarrollar la técnica. Para el procedimiento de descripción del perfil se sugiere que los profesionales sean principalmente psicólogos y psiquiatras. Dentro de este grupo deben estar personas interesadas en un proceso de mejoramiento continuo personal y profesional y con capacidad autodidáctica. Personas con altos grados de madurez y de sensibilidad social, con excelentes estrategias de afrontamiento que les permitan manejar adecuadamente las difíciles situaciones a las que se verán expuestos. Personas que presenten funcionalidad adecuada en todas sus áreas vitales, para que ellas representen una fortaleza personal y le equilibren emocionalmente para continuar la realización de su trabajo. Personas con capacidad de trabajo en equipo, que piensen de manera altruista en cuanto a compartir conocimiento, personas con mente abierta (no psicorígidos) y con amplia información social, cultural, forense y de ética profesional . Personas con sed de conocimiento que deseen aprender mucho más allá de los límites de su disciplina, que sean capaces de generar conocimiento transdisciplinar. Es deseable que sean personas que hayan demostrado en su trabajo un alto nivel de ética, puesto que la información que van a adquirir puede convertirlas potencialmente en peligrosas. 2.Capacitación: El grupo de perfiladores debe capacitarse en todos los temas expuestos en esta monografía, además debe aprender fundamentos de psicología general, de comportamiento anormal, de psicología de la motivación, técnicas de autocuidados especialmente de salud mental. Esta capacitación debe realizarse
mediante sistemas pedagógicos distintos al tradicional, que permitan a los perfiladores aprehender realmente la información y que genere en ellos un espíritu de equipo. Esta capacitación debe hacerse principalmente con docentes colombianos, pero también se sugiere que en niveles avanzados se reciba la asesoría de expertos extranjeros, preferiblemente que conozcan la idiosincrasia de nuestro país y hacer una adaptación transcultural de la información. Se sugiere mantener siempre contacto con expertos extranjeros , por lo menos hasta que los perfiladores nacionales se encuentran en capacidad de actuar con completa autonomía, situación que se tomará unos años. Esta capacitación debe entenderse como un proceso continuo, es decir, un perfilador nunca termina de aprender. 3. Generación de perfiles de agresores conocidos: que aunque comprende otra forma de perfilamiento es absolutamente necesaria para la técnica en cuestión. Para ello se requiere definir el tipo de delitos y de conductas violentas que conviene estudiar, medir la frecuencia para cada tipo de dinámica criminal y con base en ello levantar los perfiles de una muestra significativa. Para lograr esta meta se requiere el diseño o adaptación de instrumentos psicométricos, el entrenamiento a profesionales de la psicología que se encarguen de hacer las entrevistas con los internos de las penitenciarías, sistematizar la información y realizar una síntesis de la misma que permita definir los perfiles delincuencias violentos de Colombia. 4. Desarrollar sistemas computarizados de información nacional amplios y unificados. Para archivar en ellos toda la información nacional de delitos, es decir, que las instituciones gubernamentales (locales, regionales, nacionales) que tengan o requieran información de un delito puedan consignar o consultar dicha red de información. Esto hará posible detectar casos de delitos violentos seriales y aunar esfuerzos investigativos. Pero estos nuevos sistemas de información deben incluir mayor cantidad de información que la que se acostumbra a recavar, por ejemplo deben incluir aspectos como conducta verbal durante la ofensa, escena
de crimen organizada o desorganizada, es decir, muchas variables más que permitan obtener información clave en el proceso de perfilamiento. 5. Generar un sistema de incentivos sociales, económicos y científicos que permitan a los perfiladores sentirse realizados con su labor, estimularlos para generar conocimiento, para producir resultados éticos y para realizarse como personas a través de su trabajo. 6. Trabajo interdisciplinario e interinstitucional. Por lo que se conoce del funcionamiento de los profesionales involucrados en la investigación judicial en Colombia será necesario hacer un arduo trabajo para que las personas que laboran para distintas instituciones y que desempeñan diversos cargos modifiquen sus actitudes y sean capaces de generar sinergia y de actuar como uno solo. Que entiendan que el líder es su misión, que manda la meta y no una persona, que comprendan que el mejor puesto es el del servicio, que vean en sus compañeros un apoyo y que deseen significar eso para los otros. 7. Combinación de la técnica con otras de investigación judicial y ajuste de la misma al sistema jurídico nacional. Esta técnica será una más de las de investigación judicial, de manera que debe combinarse con las técnicas tradicionales (como las forenses) y con las demás técnicas de perfilamiento como la de agresores conocidos y la de perfiles geográficos. Las técnicas tradicionales deberán también adecuarse a la de perfilamiento, de manera que desde las técnicas de criminalística empleada en la escena del crimen se comprometan en capturar toda la evidencia psicológica posible, que se incluyan en las actas de inspección de cadáver aspectos que pueden ser simbólicos, que se fotografíe la escena del crimen de manera que se pueda reutilizar las veces que sea necesario que la analicen los perfiladores y otros aspectos que sean necesarios para el perfilamiento y que impliquen la ampliación en los procedimientos tradicionales. Adicionalmente debe hacerse una reflexión con los profesionales del derecho para que esta técnica sea legislada y aceptada por el sistema jurídico
nacional, para que posteriormente la técnica pueda ser difundida a través de perfiladores que actúen en diversas regiones del país.
2.2.1.- Homicidios/ asesinatos. Asesinos en serie famosos en el Siglo XX Richard Ramírez "el merodeador nocturno" Nació en el 1960 en El Paso, Texas. Su nombre verdadero era Ricardo Leyva. Asesinó a 14 personas entre 1984 y 1985. Se inició como violador y se convirtió luego en asesino. Fue condenado en 1989 a la Cámara de Gas. Se considera a su familia normal pero en realidad su padre era demasiado estricto, caracterizándose por golpear a sus hijos (maltrato físico). En la escuela también tuvo un maestro abusivo. Desarrolló mucha amistad con un primo, excombatiente de Vietnam, enseñándole fotos de mujeres que violó y asesinó durante la Guerra. Lo inició en el uso de la Marihuana y a matar animales. Ramírez estuvo presente cuando su primo Mike asesinó a su esposa. Se salió de la escuela y comenzó a robar para mantener su vicio. Comenzó a matar, lo que le producía gratificación sexual. Edmund Emil Kemper III Nació en 1948 en California. Su familia era disfuncional, divorciándose los padres más tarde. Su madre lo encerraba continuamente en el sótano de la casa. Se convierte en una persona tímida y sueña con vengarse mediante la mutilación y el asesinato. Era incapaz de mostrar afecto y fue objeto de rechazo en la escuela. Fue condenado en 1973 por 8 cargos de asesinato en primer grado. Desde los 13 años comenzó a matar gatos. Los enteraba vivos o mutilaba guardando sus cabezas. En 1963 su madre lo envió a vivir con sus abuelos en California. Tenía 16 años cuando asesinó a su abuela con un rifle y
la apuñaló
varias veces para desahogar su ira. Decía que su abuela era peor que su madre.
También mató a su abuelo. Al ser interrogado por la policía confesó que "Solo quería saber lo que se sentía matando a mi abuela." Fue internado en un hospital hasta los 21 años, cuando lo dejaron bajo el cuidado de su madre. Comienza a asesinar a jovencitas que su madre le había prohibido frecuentar. Llevaba los cuerpos a su casa, les sacaba fotos, las descuartizaba y cortaba sus cabezas. Mató a su madre mientras dormía, violó su cadáver y la decapitó. Colocó su cabeza sobre la chimenea y la insultó. Confesó a la policía que él vencía a la muerte mientras los demás morían. Era como una droga. Jeffrey Dahmer "El Carnicero de Milwaukee" Nació el 21 de mayo de 1960. Familia disfuncional compuesta por un reconocido investigador químico y una madre neurótica. Fue un niño tímido y solitario que temía ser abandonado. Se interesó en la anatomía animal, matando animales. A los 11 años era monocorde y se comportaba como retrasado en la escuela para llamar
la atención. Posteriormente comenzó a beber y a masturbarse viendo
revistas para homosexuales o mirando los órganos internos de los animales que cazaba. A los 16 comenzó a fumar Marihuana. A los 18
su padre abandona la
casa y Dahmer se vengó asesinando a un joven. En 1978 su padre lo obligó a ingresar al ejército. Regresó a vivir con su abuela. Comenzó a frecuentar saunas en donde se reunían homosexuales. Como los drogaba, comenzó a ser rechazado. En 1987 mataba por segunda vez a un joven negro, iniciándose formalmente su carrera criminal. Asesinó a 16 adolescentes con el mismo modus operandi. Les ofrecía dinero o flirteaba con ellos. Los llevaba a su apartamento. Les inyectaba una droga que los paralizaba. Los fotografiaba antes de matarlos. Mutilaba sus cuerpos, mantenía los cuerpos en formol, las cabezas en el refrigerador y comió partes de sus víctimas. Murió en una prisión asesinado por otro convicto.
Andrei Chikatilo "El Carnicero de Rostov" Nació en Ucrania en 1936 en una época de gran hambruna. Su madre le contó como su hermano fue secuestrado y devorado. Niño inteligente pero introvertido. Terminó tres carreras universitarias. Miembro de la sociedad comunista. En la escuela era un niño introvertido. A pesar de ser miope se negó a utilizar espejuelos hasta los 30 años. Se orinó en la cama hasta los 12. Vivía una doble vida: casado y trabajador. Era maestro y tenía gran habilidad para ganarse la confianza de los niños. Era un marido de carácter estable y fue buen padre. Entre 1978 y 1990 asesinó y mutiló a más de 50 niños. Fue ejecutado en Moscú en 1994. Era impotente. Buscaba a sus víctimas en estaciones de autobuses o trenes. Dejaba a sus víctimas en los bosques. Su modus operandi consistía en mutilarles los ojos y extraer sus órganos internos. Comió parte de los cuerpos. Se excitaba sexualmente cada vez que torturaba y asesinaba. Arthur Shawcross Nacido el 6 de junio de 1945 en los Estados Unidos. Arthur Shawcross amó a su madre hasta la obsesión. Fue víctima de abuso sexual durante la adolescencia. Sufrió psicosis luego de participar en la Guerra de Vietnam. Mató a 11 prostitutas y algunos niños. En 1991 fue condenado a 25 cadenas perpetuas. Admitió que adoraba matar. Estudios efectuados en su cerebro detectaron un quiste en el Lóbulo Temporal. (Margarita Bernal) Tenía 47 cromosomas ("Y" extra) y era extremadamente agresivo. David Berkowitz "El Hijo de Sam" Nació en 1953 y cumple una condena de 365 años de prisión por asesinato. Fue un hijo no deseado. Su madre lo abandonó y fue adoptado. Fue un niño tímido y de autoestima baja. Su comportamiento era problemático, era mentiroso y padecía de depresión con fuertes arrebatos de ira,
Su madre adoptiva murió cuando tenía 14 años, lo cual le afectó mucho. No tenía suerte con las mujeres y desarrolló odio hacia ellas. Entre 1976 y 1977 asesinó a 6 personas e hirió a 7. Fue diagnosticado como paranoico esquizofrénico. Ted Bundy "El asesino de la carretera" Nació en 1946 en Vermont, de madre soltera. Fue rechazado por ser hijo ilegítimo. La madre le hizo creer que era su
hermana. Vivió en casa de su abuelo, en un
ambiente caracterizado por violencia doméstica. Tímido y solitario en la adolescencia. Estudió Psicología y Derecho. Fue un joven inteligente y simpático. Planificaba sus crímenes, fingiendo tener un brazo enyesado para que las jóvenes de cabello largo se acercaran a ayudarlo. Entonces las montaba en su auto, las secuestraba y asesinaba. Practicaba la Necrofilia. Lo arrestaron en 1979. Confesó 400 asesinatos pero solo se le probaron 30. Ayudó a la policía en la investigación. En el juicio fue su propio defensor. Fue ejecutado en la silla eléctrica en 1989. (José Luis Durán). Se determinó que era esquizofrénico y le confesó a los psiquíatras "Toda la rabia que he estado desahogando con las mujeres que maté, estaba dirigida contra mi madre." Albert de Salvo "El Estrangulador de Boston" Nació en Massachussets en 1931. Se crió en un ambiente de violencia doméstica. Fue rechazado por su madre al ésta volverse a casar. Fue delincuente juvenil. Fue diagnosticado como esquizofrénico. Era un hombre de 29 años, casado, con dos hijos y empleado de una fábrica. Cometió 13 asesinatos entre junio de 1962 y enero de 1964. Todas sus víctimas fueron mujeres, las violaba y estrangulaba. Fue condenado a cadena perpetua en 1966. Murió asesinado por otro reo en 1973.
Ed Gain "El Carnicero de Plainfield" Nació en 1906 en Wiscosin. Hijo de una madre posesiva que le atormentaba. Ella murió en 1946, pero Gain decía que su espíritu se le aparecía continuamente. Sus múltiples asesinatos se descubrieron cuando la policía fue a investigar la desaparición de una empleada de una ferretería que fue a la casa de Gain y no regresó. Allí la policía encontró un escenario dantesco: el cuerpo mutilado de la secretaria colgando de un árbol; cabezas humanas, piel para hacer muebles y pantallas de lámparas, calaveras convertidas en platos o ceniceros otros objetos hechos con diferentes partes de los cuerpos. Sólo fue condenado por la muerte de la joven pero se sospecha que asesino a cuatro mujeres reportadas como desaparecidas en el pueblo. También admitió que robaba cadáveres del cementerio de jóvenes recientemente fallecidas. Fue declarado enfermo mental y encerrado en una institución hasta que murió de causas naturales. Sus crímenes inspiraron varias películas como Psicosis, La Matanza de Texas y El Silencio de los Corderos. John Wayne Gacy "Bogo el Payaso Asesino" Nació en 1942 en Chicago. En su infancia tuvo buenas notas en la escuela. Después de las clases repartía periódicos. A los 11 años recibió un golpe en la cabeza que le provocó un coagulo, el cual le fue diagnosticado a los 16. Sufría de desmayos repentinos hasta que un medicamento resolvió el problema de salud. Pero a los 17 comenzó a padecer de problemas cardíacos y dolores. Nunca se descubrió la causa de los mismos. Tenía buenas relaciones familiares con su madre y hermanas. Su padre era alcohólico y abusaba verbalmente con frecuencia de su familia. Aún así Gachí lo amaba y durante toda su vida deseó ser amado y admirado por éste. Se convirtió en un hombre de negocios. Se casó dos veces. Participaba en actividades comunitarias como payaso, siendo reconocido en una ocasión como el hombre del año.
Al los 25 años fue convicto por sodomizar a un menor de edad. Fue liberado en 1970. Se convirtió en un exitoso empresario llevando una vida criminal secreta. Su conducta comenzó a deteriorarse al experimentar episodios de ira inexplicables. En 1978 se descubrieron todos sus delitos. Luego de la desaparición de varios jóvenes la policía encontró 29 cadáveres en su propiedad. Fue ejecutado mediante inyección letal en 1994. Anatoli Onoprienko "La Bestia de Zhitomir" Hombre de 39 años, de aspecto deportista e inteligente reconoció haber tenido una infancia difícil. Huérfano de madre y abandonado por su familia en un orfanato. Trabajó como marino, pero confeso que su fuente primaria de ingresos era robar y asesinar. Fue condenado a la penal capital en la Unión Soviética por asesinar a 42 adultos y 10 niños, entre 1989 y 1996. Dijo a las autoridades policíacas "No hay mejor asesino que yo. No me arrepiento de nada y si pudiera, sin duda volvería a hacerlo…" Su método para ejecutar a sus víctimas siempre era el mismo: seleccionaba residencias en lugares aislados, a los hombres los mataba con un arma de fuego y a las mujeres y niños con cuchillo, hacha o martillo. Les cortaba los dedos para robarles los anillos e incendiaba sus casas. En 1998 fue convicto en Zhitomir por el asesinato de 52 personas. Javed Iqbal Nació en Pakistán en 1963. No se conoce de trauma infantil alguno ni de trastornos mentales. Posible trastorno: perversión sexual (Pedofilia). Químico de profesión, juzgado por la Ley del Talión por el asesinato de 100 preadolescentes y jóvenes pobres. Alegó: "Odio a este mundo y no estoy avergonzado de mis acciones, estoy listo para morir. No tengo resentimientos." La sentencia no llego a ejecutarse porque apareció ahorcado en su celda en el 2001.
En su casa se encontraron fotografías de 100 niños muertos así como la ropa que llevaban puesta al momento de su desaparición. También se hallaron restos de dos cadáveres en una tinaja azul. (Latino Seguridad) Asesinaba por estrangulación con cadenas de acero. Luis Alfredo Garavito Nació en Génova en 1957. Su infancia se caracterizó por falta de afecto y el maltrato físico por parte de su padre. Fue víctima de abuso sexual. Sus víctimas fueron niños pobres, entre los 6 a 16 años, a quienes les ofrecía dinero. Los invitaba a caminar a lugares despoblados y los atacaba cuando se cansaban. Fue capturado en 1999 y acusado de 172 crímenes entre 1992 y 1998. Ailen Wournos Fue abandonada por sus padres y criada por sus abuelos. Fue víctima de maltrato físico y sexual. A los 13 años la echaron de la casa por embarazarse. El bebe fue dado en adopción. Comenzó a prostituirse y los asesinatos comienzan cuando conoce a Tyria J. Moore. Desde 1998 hasta 1990 asesinó a tiros a 7 hombres. "Se lo merecían, lo siento por sus familiares, pero lo único que hice fue defenderme." Fue ejecutada en el 2002. Dr. Harold Shipman "El Doctor Amistad" Se considera el mayor asesino serial del Siglo XX. Era conocido como el Dr. Amistad por su amabilidad y atención a sus pacientes. Entre 1975 y 1998 asesinó a 345 pacientes. La mayoría eran mujeres entre los 41 a los 93 años. El médico británico fue condenado a 15 prisiones perpetuas. Su método de eliminación consistió de inyecciones de Diamorfina, droga utilizada para aliviar el dolor en pacientes de cáncer. (Universidad Autónoma de Barcelona). En enero del 2004 se suicido colgándose con unas sábanas en su celda. 2.2.2.- Personalidad y Desarrollo Psicosocial de los asesinos.
PERFIL DE ASESINOS Los psicópatas tienen unas emociones muy particulares, marcado por la explotación insensible de los demás (falta de sentimientos de culpa) y la incapacidad para enfatizar con los demás, tienen ausencia de nerviosismo y vergüenza, egocentrismo e incapacidad para amar, gran pobreza de reacciones afectivas básicas, la temeridad y el comportamiento irresponsable, la ausencia de vínculos afectivos íntimos (falta de amor). Al psicópata no le retienen imperativos morales, ni sentimientos de verdadera lealtad o de autentica intimidad. Esto le permite obrar como un depredador social satisfaciendo sus propias necesidades inmediatas sin tener en cuenta las consecuencias. Los psicópatas abundan entre los asesinos multicidas y más entre aquellos que dejan pasar un cierto tiempo entre un homicidio y otro. Cuando estos homicidas han cometido tres o más asesinatos reciben el nombre de "asesinos en serie". Pero no todos los asesinos en serie son psicópatas, también hay enfermos mentales: psicóticos y esquizofrénicos. Los esquizofrénicos por ejemplo, escuchan voces que les dicen lo que tienen que hacer. Pero además, desarrollan una personalidad múltiple y de hecho se fascinan con sus propios crímenes una vez que los cometieron. Por eso es que la inmensa mayoría colecciona los recortes de la prensa, o un porcentaje menor se presenta como voluntario en la búsqueda del asesino. “Hay que considerar con mucho escepticismo a la gente que se ofrece voluntariamente para colaborar con la búsqueda. Muchas veces el asesino decide formar parte del grupo. Brindará su ayuda. Es algo que le provoca una mayor emoción. Está impulsando las cosas hasta el límite. Seguramente piensa: miren a
esos estúpidos policías. Yo lo hice y ellos no tienen ni la menor idea”, escribió John Missef, agente especial del FBI, en el Behavioural Science Unit. La cuestión de la personalidad múltiple resulta inquietante, porque es uno de los principales motivos por los cuales es tan difícil atraparlos. Los asesinos seriales suelen ser personas muy formadas, muy lúcidas, que cometen sus crímenes siguiendo un patrón determinado por la particular lógica de la que, en algún punto, son víctimas. Pero en su “conducta pública” son seres humanos completamente normales, al menos en los aspectos que se ven. Justamente este elemento genera en el imaginario colectivo una presunción macabra: cuando ven las fotos del autor de decenas de crímenes horrorosos esperando encontrarse con un sujeto de cara “lombrosiana” pero se encuentran con un amable señor de lentes y afeitado, la sensación es que cualquiera puede ser un asesino serial. Y cualquiera, además, puede ser víctima de uno de ellos. “Los criminales en serie son sujetos queribles, agradables –dice Missef-. Resulta muy difícil que no nos caigan simpáticos. Los otros no lo son, tienen alguna alteración mental y el día menos pensado estallan. De modo que en el caso de los asesinos en serie no se trata de algo que tengan, sino de lo que son.” Para peor, muchos de ellos no demuestran locura cuando se los descubre sino apenas (nada más ni nada menos) otro registro de la realidad, diferente al que la mayoría de la sociedad tiene. Por eso hasta se pueden permitir muestras de un humor negro raramente comprensible dadas las circunstancias. En el juicio en el que lo condenaron por el asesinato de más de veinte personas, John Wayne Gacy dijo después de escuchar la sentencia: “Realmente, nunca debió acusárseme de algo más que de regentear un cementerio sin licencia”. Pero es posible que nos surgen millones de preguntas respecto a los asesinos, es más, ni los propios investigadores tienen claro cuales son las limitaciones de un asesino serial.
¿Es un criminal psicópata realmente distinto desde su mismo nacimiento? A la distancia de los hechos, muchos padres aseguran notar grandes diferencias en relación con el resto de sus hijos. A los tres años, Ted Bundy se coló a la recamara de su joven tía Julia y colocó cuchillos de cocina debajo de las sabanas en la cama; "estaba ahí parado, solamente hizo una mueca y se fue..." relató la tía años después. ¿Será posible afirmar que estos niños nacieron bajo la sombra del mal? El medio ambiente como factor no explica por si solo la aparición de la conducta criminal. Si existe alguna explicación genética, es una aguja dentro del pajar; una mutación muy discreta. De hecho es muy difícil aceptar que haya familias de asesinos seriales. Aún no se tiene conocimiento del "gen asesino." Aunque las investigaciones han revelado que hay ciertas tendencias genéticas que predisponen a conductas violentas. Lo que si es que malas semillas florecen en malos ambientes. Desde un punto de vista biológico-genético las pruebas indican que el sistema nervioso del psicópata es distinto. Experimenta menos miedo y ansiedad que el común de las personas. Con dos grupos de personas, unos normales y otros psicópatas, se realizó un estudio el cual consistía en hacer aprender cual de cuatro palancas encendía un cierto foco verde. Sin embargo al jalar la palanca equivocada ocurría una penalización (choque eléctrico.) Ambos grupos cometieron el mismo número de errores, pero el grupo sano aprendió rápidamente evitando los choques, mientras que a los sociópatas les tomó mucho mas tiempo lograrlo. Justamente es esta necesidad por emociones fuertes, la que provoca que el psicópata busque situaciones peligrosas.
La genética y la fisiología son factores decisivos en el desarrollo de un asesino serial; sin embargo no son capaces de explicar todo. Los factores ambientales pueden crear o destruir por completo una personalidad psicópata. Mediante el un estudio de EEG se ha descubierto que de 30-38% de los psicópatas tienen un patrón anormal de ondas cerebrales. Los infantes y los niños tienen baja actividad en sus ondas cerebrales pero esta se incrementa con la edad, no así con los asesinos seriales, en quienes la maduración toma un largo periodo de tiempo. Por eso los asesinos seriales no pasan (en la mayoría de los casos) de los 50 años. A modo de ejemplo: Altos niveles de testosterona no resultan peligrosos, en tanto no se combine esa condición con un bajo nivel de serotonina porque las consecuencias pueden ser peligrosas. La testosterona se asocia a la necesidad de dominar (muchos atletas y hombres de negocio la poseen en alto nivel). Sin embargo no todos pueden ser "el rey de la colina" dado que existen muchos mecanismos "freno", entre ellos la hormona serotonina que mantiene estables los picos de tensión emocional. Niveles anormalmente bajos de esta sustancia provocan que la frustración lleve a la gente hacia conductas agresivas y a periodos de sadismo. La detección de desajustes químicos implica que se requiere tratamiento médico. Metales como el manganeso, hierro, cadmio y cobre han sido encontrados en altos niveles dentro del sistema de varios criminales violentos. El exceso de manganeso disminuye los niveles de serotonina y dopamina en el cerebro, situación que representa el preludio de la violencia. El alcohol acentúa la contaminación por metales en sangre. Por otra parte de acuerdo a varios investigadores, defectos en el cerebro o lesiones graves en el mismo son un factor presente en los casos de conducta
violenta y/o psicópata. Lesiones en el hipotálamo, el lóbulo temporal o en la región límbica provocan desajustes en la conducta y/o en la personalidad. Las ondas anormales provienen de los lóbulos temporales y del sistema límbico del cerebro, áreas que controlan la memoria y las emociones. Cuando el desarrollo de estas partes del cerebro esta frenado por causas genéticas y los padres del infante son abusivos, irresponsables o manipuladores, el escenario esta puesto para un desastre. El hipotálamo regula el sistema hormonal y las emociones. El llamado "cerebro superior" tiene poco control sobre esta región. Y existe una gran cercanía física entre las regiones que controlan la sexualidad y la agresividad dentro del mismo hipotálamo. Esta región cerebral puede lesionarse a través de un accidente o por desnutrición. El lóbulo temporal es más susceptible al daño físico debido a que la parte del cráneo que lo protege es muy delgada. Las lesiones por golpe seco o trauma provocan en el afectado reacciones emocionales violentas. Generalmente las lesiones del lóbulo derivan en problemas de epilepsia.
El investigador Pavlos Hatzitaskos demostró que una gran porción de los condenados a muerte, tuvo severas lesiones cerebrales y que 70% de los pacientes que sufrieron algún daño cerebral, desarrollarán alguna conducta violenta. La mayoría de los asesinos seriales sufrieron lesiones en la cabeza durante las golpizas de que fueron objeto, golpes completamente accidentales, etc. Entre ellos tenemos a Leonard Lake, David Berkowitz, Kenneth Bianchi, John Wayne Gacy y a Carl Panzram.
2.2.3.- Etapas de los asesinos en serie. ASESINOS EN SERIE Introducción Es mucha la expectación que nos crea los asesinos seriales y en general todo lo relacionado con los casos de asesinatos, violencia y maltratos. Nos surgen preguntas acerca de esas personas: Cómo serán sus vidas, qué debe de pasar por sus mentes para cometer tales asesinatos, como es posible que una persona pueda llegar a esos extremos, etc. Es más en algunos de los casos más de uno hemos llegado a pensar matar a alguien para ver lo que sentimos o simplemente viviendo situaciones de profunda tensión hemos sentido el deseo interior de acabar con la vida de alguien que tenemos enfrente. ¿Pero qué es lo que diferencia a un asesino serial de un ciudadano de a pie que en un día estresante piensa en asesinar a su jefe o de un asesino en masa?. ¿Cuáles son las patologías existentes?. ¿Cuál es el modus operandi de cada asesino?. ¿Nacemos todos con una asesino oculto o más bien es la sociedad y el mundo en el que vivimos el que va formando a futuros asesinos?. Estas y otras muchas preguntas serán abordadas a lo largo de los sucesivos apartados gracias a la psiquiatría, neuropsicología o a lo que durante mucho tiempo se ha llamado psicología clínica y más concretamente el campo de la personalidad. Pero a la hora de encontrarnos con unos asesinos en serie no sólo se tiene en cuenta la tipología de cada persona sino que además se lleva un rigurosos análisis acerca de muchas variables que a veces a las personas no entendidas en este campo pueden escapársenos. Pero un buen policía de un cuerpo criminal o un criminalista o simplemente una persona interesa en conocer más a fondo todo lo que conlleva un crimen debe al menos conocer ciertos aspectos teóricos y prácticos.
Recuento Histórico A pesar de que el término serial killer fue acuñado apenas en 1971, viejas fábulas infantiles nos enseñan que siempre ha existido el peligro de confiar en los extraños. Los criminales de ese entonces: vampiros, hombres lobos, trolls y brujas eran metáforas de lo que hoy conocemos como asesinos seriales. Estas viejas historias nos recuerdan a los actuales monstruos que viven en nuestra sociedad. Con toda seguridad se puede afirmar que siempre han existido los asesinos seriales, que representan el eterno sadismo y crueldad del ser humano.
Clasificación por método del crimen Los agentes de la autoridad especialistas en asesinatos seriales, juntos con psicólogos y psiquiatras han establecido que existe una característica fundamental en la forma de cometer el asesinato, que determina la existencia de dos tipos de asesino: el organizado y el desorganizado. La mayoría de los asesinos seriales son organizados (3/4) del total de casos; esto porque usualmente su inteligencia esta por encima del promedio. El resto, los desorganizados, son criminales solitarios en extremo y sus crímenes muestran una irreprimible frustración, se da por sentado que tienen un bajo nivel intelectual e inclusive padecen de algún desorden mental. Esto último sucede, a la par de que son ya sociópatas. Método del asesino organizado (Gacy, Bundy por ejemplo): Se transporta a la escena del crimen en automóvil de modelo reciente, mismo que usará para después llevar a la víctima viva o muerta. Podemos resumir que el asesino planea detalladamente el crimen y se acostumbra rápidamente a la dinámica. Lleva consigo el instrumental para matar (cuerda, esposas, cloroformo, etc.) La violación y tortura ocurren antes del asesinato, para gratificación del psicópata.
El crimen resulta un proceso alargado con el propósito de realizar la fantasía del criminal. El criminal queda consciente de que el asesinato deja evidencia de sus acciones, por lo que tratará de esconder o destruir las posibles pistas. Esconde, entierra o destruye el cuerpo de la víctima, para evitar o alargar su posible captura. El asesino puede en un futuro interesarse en el crimen (por él mismo cometido) participando en las pesquisas de la policía o llamando a las hot lines dispuestas para los familiares de las víctimas. Método del asesino desorganizado (Berkowitz, Chase): Usualmente llega y se va de la escena del crimen caminando, aunque también puede llegar en auto. El asesinato ocurre, "al calor del momento". No hay la exhaustiva planeación para cometer el crimen. No carga con un el clásico kit de herramientas para matar, tal vez use sus manos o alguna arma punzo-cortante. Tal vez también use una pistola. No existe contacto con la víctima hasta que el fatídico momento ocurre. El ataque del asesino será furioso y decisivo. La víctima recibirá rápidas heridas que serán desde un principio mortales. Este tipo de asesino no se interesa por la evidencia que queda después del crimen. Simplemente se marchará sin mayores consideraciones. No se interesa por esconder el cuerpo de la víctima a quien deja donde haya muerto. El asesino puede cometer canibalismo con el cadáver, e inclusive tomar "souvenirs" para apaciguar su fetichismo. Después del asesinato, no se interesará gran cosa por el asunto y tenderá a olvidar el incidente.
El modus operandi ("manera de actuar" en sentido literal) es generalmente entendido como los actos ejecutados por el delincuente para la comisión del delito y cuya característica común es su repetición en sucesivos hechos similares. La idea se basa en la tendencia del comportamiento humano a la adquisición de hábitos propios, fenómeno bien conocido y estudiado por la psicología. Desafortunadamente, en muchas ocasiones la errónea interpretación del concepto como algo estático, es decir, que no cambia con el tiempo, ha limitado grandemente las posibilidades de éxito en su aplicación. Es muy frecuente la inclinación de los investigadores a pensar que, una vez identificado el modus operandi de un delincuente, aquel permanece invariable. Esta rigidez impide a menudo relacionar casos al detectar la variación de uno o varios de los elementos que componen un modus operandi determinado, desechando por tanto la citada relación. Ello supone un grave error, ya que otra de las. características del comportamiento humano es la capacidad de aprendizaje. El modus operandi es una conducta aprendida, dinámica y maleable. Así, variará frecuentemente entre el primer delito y los siguientes, y su grado de evolución es un útil indicio acerca de la personalidad y circunstancias del delincuente. Ejemplo de ello sería el caso en que se detecta un refinamiento sustancial y súbito en un modus operandi de un delincuente conocido, lo que puede significar un reciente encarcelamiento durante el cual ha perfeccionado su técnica a través del contacto con otros delincuentes más avezados (Douglas y Munn, 1992).
Otro aspecto importante en el estudio de la conducta del delincuente es la denominada "firma" o sello personal. La distinción con el modus operandi se fundamenta en que los actos ejecutados y que conforman éste son (al menos
desde el punto de vista del criminal) necesarios para llevar a cabo con éxito su acción. Por el contrario, los actos que configuran la firma son innecesarios desde el punto de vista práctico, van más allá de las acciones imprescindibles para cometer el crimen y son parte integral del comportamiento del sujeto, que se ve compelido a realizarlos con el fin de satisfacer ciertas necesidades de origen psicológico. En consecuencia, la identificación de estas necesidades así como de sus causas constituye un asunto de vital importancia para el investigador en orden a la futura elaboración del perfil psicológico del presunto autor de los hechos. En este sentido es útil el estudio de los actos realizados por el asesino con su víctima durante todo el proceso criminal (si le vendó los ojos, si desfiguró su rostro,
si
se
llevó
trofeos
o
recuerdos,
si
hubo
cautiverio
previo,
desmembramiento, necrofilia o inserción de objetos, etc.). No obstante, este sello personal puede no llegar a manifestarse en cada delito, debido a contingencias inesperadas tales como interrupciones o respuestas; imprevistas de la víctima (Douglas y Munn, 1 992). El análisis victimológico: Con él se trata, en definitiva, de realizar una auténtica "autopsia psicológica" de la víctima a través de la que se intenta determinar algunas cuestiones de gran importancia para la investigación. Como veremos, las características de la víctima pueden ayudar a explicar los motivos del asesino y en consecuencia dar más detalles sobre su perfil. Westham afirmaba en su obra "The show of violence" (1948) que "no se puede comprender la psicología del asesino sin comprender la sociología de la víctima". Hickey y Egger son los dos autores que detentan el mérito de haber estudiado a las víctimas de los asesinos en serie con más profundidad. En un
reciente estudio, el primero de ellos desvelaba que la mayoría de ellas son mujeres y niños, es decir, personas vulnerables y fáciles de controlar. Comprobó que, en general, los asesinos en serie han victimizado a más mujeres adultas (el 65% del total estudiado) que a hombres adultos, pero la mitad de todos los delincuentes investigados había matado por lo menos a un hombre adulto y el 24% al menos a un niño. En base a los referidos estudios de Hickey y los suyos propios, Egger ha desarrollado el perfil típico de las víctimas de asesinos en serie y el concepto de "less-dead" (los "menos muertos"). Para este autor, son "aquellas que en la mayoría de los casos se encuentran indefensas o son percibidas como impotentes dada su situación, el lugar o el status social que detentan en su entorno". Algunas de estas víctimas, procedentes de estratos sociales devaluados cuando están vivas (vagabundos, "sin techo", prostitutas, inmigrantes, niños desaparecidos) se convierten en "menos muertos". Para la sociedad, pierden cualquier importancia que pudieran tener, ya que representan estigmas indeseables que, en realidad, merecen desaparecer. Para algunos autores, estos prejuicios también influyen en la policía que, según ellos, no toma el mismo interés en la resolución de estos crímenes que en la de otros casos en que la "importancia social" de las víctimas implica una mayor presión de la opinión publica para la pronta resolución del asunto. Algo que conocen los asesinos y que explicaría, también, el por qué los "less-dead" son con tanta frecuencia elegidos como víctimas. El análisis victimológico es el desarrollo del perfil de la víctima. Ello supone confeccionar una completa biografía que incluya todos los datos necesarios para llegar a conocer a la persona tan bien, o incluso mejor que su propia familia. Através de esto también podemos encontrar ciertos rasgos del asesino. Todos estos datos son recogidos con técnicas tradicionales de investigación (análisis de archivos y fuentes documentales, entrevistas, etc.).
Es importante determinar el nivel de riesgo, pues nos revela algunos datos sobre el presunto asesino en cuanto a su modo de operar; y es uno de los signos más fiables para determinar también la importancia que la víctima tiene para su victimario. Este nivel de riesgo, referido a las probabilidades de ser elegida como víctima de este tipo de delincuentes, se clasifica en alto moderado y bajo.
Para precisar en cual de estos niveles se incluye una determinada persona se tiene en cuenta el hecho de que, en principio, niños y ancianos son víctimas de alto riesgo, porque no saben defenderse bien. Los estudiantes son incluidos en el grupo de riesgo moderado, ya que se tiene constancia de que algunos asesinos y violadores en serie obtienen sus víctimas de los ambientes universitarios. Víctimas de bajo riesgo son aquellas cuya profesión y estilo de vida hacen que no sean blancos de los asesinos. Son datos importantes para precisar el nivel de riesgo los hábitos de vida (costumbre de salir hasta altas horas de la noche, de frecuentar ambientes marginales, el consumo de drogas, etc.), la residencia en relación a una posible zona de actuación preferente de algún "depredador", el status social (es decir, la pertenencia a los grupos sociales más desfavorecidos a los que nos hemos referido como "less-dead"), las características de personalidad (fundamentalmente el grado de introversión/extroversión, así como el de agresividad y decisión) y, en mucha mejor medida de lo que generalmente se piensa, las características físicas. Es un tópico fomentado por el cine y las novelas el pensar que la mayoría de los asesinos y violadores en serie eligen a sus víctimas por su parecido físico, coincidente con su "modelo". Seguramente el caso que más ha contribuido a esto fuera el del famoso Theodore Bundy, que secuestraba jóvenes universitarias que mostraban el aspecto físico que a él le gustaba. Pero, esto es mucho menos frecuente de lo habitual.
Todos los datos obtenidos deben ser evaluados específicamente con relación a las circunstancias de cada caso el lugar del secuestro y/o agresión (si es propicio para llevar a cabo la acción o no lo es), el momento (si es de noche o de día, la hora con relación a la posible frecuencia de paso de otras personas por ese lugar), los medios empleados para llevarla a cabo y la forma de hacerlo, etc. El riesgo de la víctima también está directamente relacionado con el corrido por su agresor para cometer el delito y que igualmente es objeto de análisis. Por ejemplo, el hecho de que una víctima de bajo riesgo sea secuestrada en circunstancias de alto riesgo puede indicar algunas cosas sobre su captor que puede actuar bajo algún tipo de factor estresante personal, que no es su primera víctima (ya que puede ser un signo de experiencia previa y de seguridad en sí mismo) o que necesita excitarse al máximo para cometer el crimen.
La selección de la víctima es otro aspecto que conviene estudiar. ¿Fue elegida de forma premeditada o es una víctima de oportunidad? Algunos autores, como Holmes y Holmes, atribuyen una selección de víctimas característica de ciertos tipos de asesinos seriales; siendo generalmente aceptada la premisa de que todos los asesinos en serie organizados tienen un modelo de víctima "ideal". Pero los estudios llevados a cabo sobre este particular demuestran que excepcionalmente coinciden las víctimas con el modelo particular de su asesino, y que únicamente una pequeña parte de ellas reunía más de la mitad de las características deseadas. Para explicar esta discordancia se ha recurrido a dos argumentos: el primero, la prioridad que suelen otorgar a la seguridad los criminales durante la comisión del hecho; el segundo, la naturaleza de la exigencia que lo conduce a la violencia.
Es muy difícil que durante la fase de búsqueda de su "presa" se de la coincidencia de encontrar una víctima considerada idónea en lugar y circunstancias que permitan su captura fácil y segura. Podría esperar a otra ocasión en la esperanza de que esto ocurra, pero generalmente no es así. Y no lo es por la naturaleza apremiante de sus impulsos: aunque inicialmente piense esperar el momento oportuno para conseguir su presa, el paso del tiempo antepone la exigencia de actuar a la de escoger una víctima ideal. Holmes compara este comportamiento depredador con el de un león hambriento al que le gusta la carne de gacela, por lo que espera a que aparezca una dejando pasar otras posibles presas: pero cuando falla en algunos intentos (ya que obviamente las gacelas no colaboran para que consiga su objetivo) y le acucia el hambre, atrapará cualquier presa que se ponga a su alcance. Así, podemos estar de acuerdo con Caroline Block cuando dice que el homicidio está en función de la vulnerabilidad de la víctima y de los esfuerzos que esté dispuesto a realizar su asesino. Sin embargo, Rossmo (1994) apunta que la geografía juega un papel importante en la selección de la víctima. Para este investigador, debe haber otros factores, aparte de los citados, que influye en la elección del lugar apropiado para llevar a cabo el ataque: ¿es un sitio adecuado? ¿es familiar, resulta cómodo? ¿hay rutas de huida?. Este autor, en base a estas y otras consideraciones, desarrolló la técnica del ''perfilado geográfico" de la que hablaré más adelante.
También debe estudiarse la posible relación previa entre víctima y asesino. En la inmensa mayoría de los casos, ambos son desconocidos. Pero en determinadas ocasiones, la primera víctima de una serie sí puede ser conocida con anterioridad por su asesino. El conocimiento de sus costumbres, su carácter, algún suceso común en sus vidas o cualquier situación surgida en el transcurso de su relación interpersonal puede desencadenar la elección o simplemente el crimen. En
cualquier caso, el grado de relación no suele pasar de superficial, aunque algunos asesinos comenzaron asesinando a miembros de su propia familia (Edmund Kemper, por ejemplo). Con toda la información sobre la víctima obtenida hasta el momento, pueden tenerse suficientes elementos de juicio para determinar la importancia o significado simbólico que pudiera tener para el asesino. A este respecto hay que señalar que para algunos tipos de asesinos seriales, sus víctimas son el instrumento necesario para satisfacer sus pulsiones y necesidades psicológicas y sexuales, para llevar a cabo sus fantasías. Su principal razón para el asesinato en estos casos no es el crimen en sí, sino sentir el ejercicio del más pleno poder y control sobre la situación y su victima, su terror y subyugación. Uno de estos asesinos (Holmes y Holmes,1994) comparaba a sus víctimas con un vaso de papel desechable, sirve para saciar la sed pero una vez que está vacío y ha servido para su propósito es inútil y puede arrugarse y arrojarse a la papelera olvidándose de él, como si nunca hubiera existido. Así, una vez satisfechas sus necesidades, la víctima sólo constituye un estorbo del que hay que deshacerse sin más miramientos. Otro asesino confesaba en sus diarios: "La víctima es el plato sucio de después del banquete, y fregar los platos es una tarea ordinaria..." Para otros asesinos, en cambio, la víctima puede ser el objeto mismo de sus fantasías y deseos, confiriéndole por tanto una gran importancia simbólica que implica en muchos casos un irreprimible deseo de posesión hacia esa fuente de placer. Este significado simbólico puede explicar el hecho aparentemente incomprensible de que muchos asesinos en serie conservan de diferentes modos los cuerpos de sus víctimas (desde la congelación hasta el enterramiento bajo el suelo de la casa o el jardín, pasando por el almacenamiento en los armarios), para poder revivir su fantasía nuevamente. Dennis Nilsen, asesino en serie británico,
conservaba los cadáveres de sus víctimas hasta que comenzaba el proceso de putrefacción para que le hiciesen compañía, e incluso los metía en su cama para dormir con ellos. Los actos ejercidos con la víctima (las lesiones, mutilaciones y agresiones sexuales sufridas) y las reacciones frente al cadáver (taparlo, ocultarlo, mostrarlo, lavar las heridas) son de gran importancia para la identificación de este aspecto de la victimología. En algunos casos, la carga simbólica que tiene la víctima puede llevar a su agresor, si le es psicológicamente posible, a asumir importantes riesgos que hacen predecible su conducta, por lo que la determinación de este aspecto es de vital importancia, ya que puede conducir a la detención del asesino. Aunque excepcional, pensemos en el asesino que es capaz de arriesgarse hasta el límite para conseguir sus víctimas "ideales", por ejemplo, chicas universitarias; a sabiendas de que la policía sin duda montará un dispositivo especial en los campus y zonas de ocio frecuentadas por ellas. Más frecuente es el asesino que se arriesga a volver al lugar donde esconde los cadáveres de sus víctimas para revivir la situación vivida, o el del que tiene la necesidad de dejar los cadáveres en lugares visibles y posturas ofensivas, con la intención de impresionar o incluso desafiar a la policía. Conocer la probabilidad de que esto suceda aumenta las posibilidades de lograr conocer su perfil.
2.2.4.- Motivaciones Psicológicas de los asesinos. Dentro de las clasificaciones de los asesinos, podemos identificar y entender un poco respecto a sus motivaciones: A.- Según la zona de influencia del criminal (Holmes and Holmes, 1996 y Holmes y Deburger 1980): Asesinos en Serie viajeros: viajan miles de millas para cometer sus crímenes. Asesinos en Serie Locales: los cuales nunca dejan el lugar donde comienzan sus homicidios (ej. un estado como California). Asesinos en Serie de un lugar específico: son asesinos que nunca dejan siquiera su casa o empleo mientras comenten los homicidios. B.- Según la personalidad y sus motivos (Holmes and De Burger, 1988): 1. Visionario: asesina debido a voces o visiones que lo obligan a matar. 2. Orientado por una misión: tiene como meta la eliminación de un grupo o categoría de personas, ej: Prostitutas para limpiar la ciudad. 3. Hedonista: mata por que lo emociona y es algo excitante. 4. Lujurioso: su placer esta en directa correlación con cuanto el pueda torturar a sus víctimas. C.- Según la escena del crimen, ( B.S.U- Unidad de Ciencias del Comportamiento del F.B.I, 1985): 1. Desorganizados: cuando se evidencia una ausencia de planeación, excesiva violencia (mutilación), víctima escogida casi al azar y empleo de un instrumento cualquiera para cometer el homicidio.
2. Organizados: cuando hay evidencia de planeación, la víctima es seleccionada durante semanas, poseen sus propias armas y busca una manera especial para esconder o dejar la víctima (no mutila tan a menudo como el desorganizado). 3 Combinado: cuando se presentan características de los organizados y desorganizados. Puede insinuar que el asesino no es uno sino dos, o un cambio de planes debido a un incidente durante la cadena de asesinatos. Pero verdaderamente, qué es lo que pasa por la mente de un psicópata: De acuerdo al Dr. J. Reid Meloy, autor del libro: The Psychopathic Mind Origins, Dynamics and Treatment, el psicópata es solo capaz de desarrollar relaciones sadomasoquistas basadas en el poder, no el apego afectivo. Ellos se identifican con el rol agresivo, como el de un padre abusivo, y atacan al débil (ellos mismos) proyectándose en otras personas. Según el Dr. Meloy, en la tierna infancia del psicópata, ocurre una separación de la personalidad: uno es el yo (vulnerable por dentro) y el otro (que es intruso y agresivo) esto debido a cualquier experiencia desagradable. Entonces el infante espera que toda experiencia "externa" sea dolorosa, por lo que se retrae a si mismo. Este mecanismo de autoprotección construye una "armadura del carácter" que desconfía de todo y no permite el paso hacia adentro. El niño se rehusa a identificarse con sus padres a quienes toma por malévolos extraños. Pronto, el niño ya no sentirá simpatía por nadie. El muro ha sido terminado y durará para siempre. Si no lo creen, lean a continuación las palabras de John Haigh: "La naturaleza humana es una molestia, me llena de irritación. De vez en cuando alguien debe desaparecer." En el desarrollo normal, el chico crea lazos amorosos con su madre. Pero para el psicópata, la madre es tomada como un "predador agresivo, o un extraño." En el caso de psicópatas violentos, asesinos seriales incluidos, los lazos son de sadomasoquismo o agresión. De acuerdo a Meloy "este perverso y agresivo individuo depredará a otros reproduciendo los actos cometidos contra el en otros tiempos."
Hasta ahora hemos hablado de asesinos en sexo masculino pero también existen asesinas en serie, aunque en un número muy por debajo de los hombres. Pueden ser igual de letales que los hombres, pero utilizan métodos distintos, suelen ser los venenos y el objetivo de sus asesinatos frecuentemente es de carácter económico. Un ejemplo de asesina en serie Marie Besnard, "La viuda negra", que envenenó con arsénico a su marido, su madre, su suegro, suegra, cuñada. Su abogado defensor, poniendo en jaque los descubrimientos de la toxicología, consiguió, que fuera declarada inocente.
El papel de los padres de asesino serial En su libro Serial Killers, Joel Norris describe los ciclos de violencia como generacionales: "Los padres que abusan de sus hijos tanto física como psicológicamente instalan en ellos instintos de violencia, recurso al cual acudirán en primer lugar para resolver sus retos y problemas personales." El abuso infantil no sólo genera reacciones violentas, sino que afecta al desarrollo, el crecimiento y la nutrición del pequeño, entre otras cosas. Algunos padres piensan que ser estrictos y celosos en la disciplina, crea hijos diestros y exitosos. Pero esta demostrado que ocurre lo contrario, mas bien resulta un completo desastre. Si entre el infante y sus primeros tutores, sean estos sus padres biológicos o no, se crean deficientes lazos afectivos se pierde el fundamento tras el cual nace la nobleza y la confianza hacia otros semejantes. Aquel que carece de lo anterior queda aislado; en su soledad aparecen violentas fantasías, que se convierten en la única fuente de felicidad. Y todo esto, en sustitución de la interacción social. En el libro: Sexual Homicide: Patterns and Motives los autores Robert Ressler, Ann Burgess y John Douglas llegan a la conclusión de que tras esta fallida infancia, el individuo crece acompañado de sus fantasías sobre dominación y control. No
experimentando simpatía ni remordimiento alguno por los demás. Toda persona es reducida a un mero símbolo que puede ser manipulado de acuerdo a la fantasía en turno. Los especialistas tienen muy claro que el abuso infantil, de cualquier tipo y en cualquier grado, no es la causa directa en la formación de un futuro asesino. Pero si es un factor muy importante para entender al psicópata. Sabemos que mucha gente padece en la niñez, pero entonces el mundo tendría que estar repleto de criminales. La gran mayoría de los asesinos culpan a sus padres y madres. Exageran cuando describen los abusos y el maltrato. Muchos quieren creerles y provocan que éstos declaren mas de la cuenta, así ganan simpatía frente al público y en no pocos impartidores de justicia. De todos modos, aunque existe exageración, también hay testigos que corroboran las historias. Consideremos también que hay familias que poseen una facha de normalidad y que dentro del seno familiar no es mas que una farsa; reforzando el patrón Dr. Jeckyll-Mr. Hyde en sus integrantes. Ambos padres suelen ser fuente de terror para los infantes. A la madre se le culpa más que al padre, tal vez porque este por lo general desaparece o nunca estuvo presente. La queja es si la madre fue sobreprotectora o muy distante, sexualmente muy activa o reprimida. Con el padre, que porque fue alcohólico, golpeador y misógino. La marginación y la ignorancia preceden muchas de estas conductas. Que también devienen en fanatismo religioso y en violentos arranques para imponer la disciplina.
2.3.- Escenas del Crimen. ANÁLISIS DE LA ESCENA DEL CRIMEN Comúnmente en la escena del crimen se revela la trama del mismo. De igual modo en la mayoría de los casos existen características, indicios donde comienza, se desarrolla y concluye el hecho. Sin embargo en contraste con su autor, la conclusión del caso depende del investigador designado. La habilidad para analizar la escena del crimen y determinar, como, quién, cuando y porque, por más fácil que se encuentre el desarrollo en la escena del crimen. El término satisfactorio de la investigación es la aprehensión del autor del crimen. Y su procesamiento, siendo el deber de quién realiza la investigación, que sus resultados dependen de su discernimiento, dinámica y conducta humana. La forma de hablar, el estilo de escribir y otras características personales y el trabajo en conjunto es la única forma para realizar un buen trabajo y en la misma dirección. Las actuaciones individuales usualmente restan consistencia, debiendo prestar atención a la performance a las condiciones de dichas actividades. Conocer la forma de proceder humano, partiendo que desde la comisión de un crimen se complica toda la mecánica del normal proceder humano. Conocer y reconocer la escena del crimen, procediendo con capacidad una investigación y descubrir acerca de los pormenores del hecho. También es importante que el investigador distinga entre diferentes delincuentes que cometen el mismo tipo de delito. Hay tres formas de manifestación del delito en la escena del crimen (modo de operar, firma personal y escenario). Considerando una evidencia común en distintas escenas, se puede presumir que un hombre debe haber estado en todos lo crímenes investigados. Quién sabe las semejanzas del modus operandi, cual es la acción del delincuente que cometió el crimen y las características de la víctima puede elimina la conexión del mismo con el delincuente. Cual es el enlace en el caso del M.O. (Modus Operandi), el de mayor significación. Es necesario analizar los pasos dados en la escena del crimen y el resultado confrontarlo con los casos similares de MO.
¿Pero porque causa el delincuente usa cierto MO? ¿Qué circunstancias forma el MO?. Desdichadamente, es un serio error que tienen los investigadores "veteranos”, de darle mucho significado al MO, cuando relaciona delitos. Por ejemplo, un ladrón novato rompe la ventana del sótano para penetrar en la casa. Temiendo que el sonido de los vidrios rotos atraiga la atención se lanza a un registro rápido de valores (revuelve todo). En delitos posteriores, llevara herramientas para forzar la cerradura, minimizando los ruidos. Esto le permitirá un mayor tiempo para el registro y obtener mayor seguridad. Esto esta demostrando que el ladrón purifica su técnica de entrada disminuyendo el riesgo de ser aprehendido y aumenta su protección. Esto demuestra que el MO en un principio de proceder, es dinámico y manejable. Desarrolla delincuentes que ganan en experiencia y confianza. El uso en el futuro del MO de los delitos es la especialización de la carrera criminal. Los delincuentes refinados toman MO de los principiantes para confundir y alejar de ellos las posibilidades de arresto. La víctima responde también significativamente e influye en la evolución del MO .La víctima presenta problemas para su control por parte del violador y ésta debe de modificar su MO de acuerdo a la resistencia ejercida por la víctima, para poder usar una cinta u otra ligadura o arma. Aunque en igual medida sea inefectiva, aquel debe recurrir con gran violencia para poder dominar el delincuente a la víctima. Así el delincuente continúa cambiando el MO, mientras encuentre resistencia en el crimen. EL SELLO PERSONAL La violencia repetida del delincuente a menudo describe elementos de información sobre su conducta criminal durante la comisión del delito, su “sello personal”. La conducta criminal es única y es parte integral del delincuente y más allá de la acción necesaria para cometer el crimen. Fantasías del delincuente muchas veces dan principio al crimen violento. Como el delito crece, se desarrolla y muere, ellos desarrollan la necesidad de expresa esas fantasías violentas. Cuando su finalidad acciona fuera, algún aspecto de cada crimen demuestra una única expresión
personal de ritual basado en su fantasía. Sin embargo, cometido el crimen no queda satisfecho y necesita delinquir y si es completamente insuficiente, va más allá de su alcance, el origen y su desarrollo es ritual. Cuando el crimen se manifiesta en la escena como ritual, ello tiene que dejar su “sello personal”. En la escena del crimen se puede identificar el sello personal. Básicamente la escena revela características peculiares del delincuente que lo colocan en el crimen y su comisión. Ej. El violador demuestra su “sello personal” en la forma de dominar, manipular y controlar durante su consumación del asalto sexual, ya sea en forma física o verbal. El uso excepcional de un lenguaje vulgar y repetido, abusivo contra la víctima, forma parte de un ”sello personal”. Cuando el violador prepara su argumento para con su víctima es casi siempre igual. El uso excesivo de la fuerza física, nos informa sobre aspectos de la forma de “sello personal”, es la forma de llevar a cabo la sexualidad complicada en el delincuente, repite en un orden especifico la actividad sexual en las distintas víctimas, señala aspectos constantes y resultados y resistencia por parte de la víctima. Y diferente MO y nuevos cambios. Sin embargo el aspecto más desarrollado de su “sello personal” se ven iguales en los casos de deseo de matar, en la ejecución mayor mutilando posmorten, realizando una progresión de crimen a crimen. Elementos de origen ritual parece más desarrollado. En los adictos, el “sello” no siempre son todos iguales en la escena del crimen, porque de una inesperada contingencia semejante es interrumpida o inesperadamente la víctima responde. El investigador no puede ser siempre capaz de identificar señas particulares del hecho. Los delitos violentos a menudo ponen a la víctima en un elevado riesgo a descomponer su cuerpo, lo que complica el reconocimiento de las señas particulares del delincuente. M.O. o SEÑA PARTICULAR El seguir un caso encuentra con aspectos ficticios. Ello hace se utilice diferentes aspectos de MO o SELLO PERSONAL. El violador entra en la casa y toma a la
mujer y a su esposo cautivos. El delincuente ordena al esposo que ponga su cara contra el peso y una copa con azúcar en su espalda, luego le dice al esposo que “si se mueve la copa, su esposa se muere”. El delincuente lleva a la esposa al cuarto contiguo y la viola. En otra situación el violador entra en la casa, ordena a la mujer que llame a su esposo y le diga que venga a la casa. Una vez que llega el marido, el violador lo amarra a una silla y lo fuerza a mirar la violación y la muerte. El violador que utilizo la copa y el azúcar desarrolla un efectivo MO para dominar al esposo. Sin embargo el segundo violador, fue más allá de perpetrar la violación. El satisfizo su fantasía no solo con violar, sino que asesino y humilló al esposo dominado. Su forma despiadada forma su SELLO PERSONAL. En Michigan en un asalto a un banco, la cajera fue obligada a desnudarse durante el atraco. En Texas otro asalto a banco también forzaron a desvestirse a la cajera para sacarle fotos en posiciones provocativas sexuales. Estos dos crímenes nos muestran aspectos aparentemente similares. El asalto de Michigan les llevó muy poco tiempo escapar, a causa que la cajera al desnudarse delante de todos llamaría la atención del Policía y testigos. Cuando los entrevistaron, darían una descripción pobre. El delincuente desarrollo un buen MO. Sin embargo el robo de Texas se utilizo más allá de la acción necesaria. Se realizó un acto ritual de hacer que la cajera posara desnuda para fotografiarla. Esto es una SEÑA PERSONAL. La acción del asalto a un banco no requiere el placer físico sexual. ENLACE ENTRE LOS CASOS Cuando se intenta ligar casos, el MO juega un rol importante. Sin embargo hay que tomar la previsión, no debe usarse como único criterio para conectar los crímenes especialmente cuando sus MOs son alterados en la repetición del crimen. La experiencia así lo indica y debe aprenderse.
Usualmente el primer delito difiere considerablemente de los sucesivos. Sin embargo las señas particulares se pueden verificar igualmente, ya sea en el primer delito o uno cometido diez años después. El ritual puede evolucionar, pero su base es la misma. Las SEÑAS PERSONALES no recibirán gran consideración en la similitud de víctimas no obstante si no las descontamos como probable enlace de los casos de delito en serie. Físicos similares de las víctimas a menudo no es importante, especialmente cuando se trata de crímenes realizados con saña. El delincuente expresa saña total en el crimen ritual, no por el ataque en su víctima, sino posee particularidades características de trato. LA IMPORTANCIA DE LAS SEÑAS DEL DELITO Una vez organizada y entendida las señas es vital la aprehensión y procesamiento del delincuente, especialmente en una serie de delitos. No una apreciación sino la importancia de reconocer la mayor cantidad de SEÑAS PARTICULARES o CALLING CARD del delincuente. ESCENARIO Cuando el investigador llega a la escena del crimen deberá proceder en círculo en torno al crimen, procurando concentrarse en diversas preguntas criticas: 1) ¿cómo encontrar al criminal desde los que sucedió a la víctima? 2) ¿El asesino emboscó a la víctima? 3) ¿Uso ligaduras para controlarla? 4) ¿Qué hizo la víctima antes y después del ataque sexual? 5) ¿Qué se tomo del sitio del crimen (cualquier cosa relacionado a este) o se movió del escenario? Mientras el investigador analiza la escena del crimen, levanta información. Debe levantarse evidencias que contengan peculiaridades que ayudan y sirvan al fin de la perpetración del crimen y oculte motivos del crimen. En la escena ocurre que alguien a propósito altera la misma anteriormente a la llegada de la Policía.
RAZONAMIENTO EN LA ESCENA DEL CRIMEN Principalmente en la escena se toma el lugar por dos razones, directamente la investigación de sumar lógica a la sospecha y de protegerla de la víctima o familiar de la misma. El delincuente intenta esquivar la investigación. Los delincuentes no actúan como esperan la víctima llegue a él, que algunos se acercan siempre, otros se acercan o relacionarse con la víctima. Estas personas cuando toman contacto con la Policía, deciden intentar conducir la investigación en su provecho, usualmente hacen que colaboran extremándose por distraer. Por eso el investigador nunca debe eliminar a los sospechosos por su forma de actuar. La segunda razón en la escena, es protégela de la víctima y la familia de la víctima. Ocurre en la mayor parte en muerte, violación y ataques sexuales mortal, lo que registra la escena debe ver el desempeño en ella de los miembros de la familia o personas, que encuentran el cuerpo. Desde la perpetración misma del crimen salvar la dignidad de la víctima, tapándola con una sabana por ejemplo. Básicamente estas personas tratan de evitar futuros miedos alrededor de la posición, ubicación y condiciones de la víctima. En suma, la intención muchas veces en el escenario es autocrítica, se ve del mismo modo en los suicidios, tal vez no se encuentre la nota del suicidio y ello puede ser visto como un homicidio. En la investigación de la escena del crimen de violación con homicidio y actos eróticos mortal, es necesita investigar el cuerpo, condición fundamental para determinar exactamente porque la persona removió el cuerpo. En el informe forense se informa lo encontrado en la escena del crimen. Esta determinación no solo auxilia directamente al análisis hacia el motivo fundamental, sino que para la formación del perfil del delincuente. Sin embargo el reconocimiento de la escena junto al delincuente parece ser difícil. El investigador debe examinar todo factor del crimen aunque ello sea imperceptible en la escena. Esto es cuando el forense minuciosamente detallada la escena, y esboza lo que ocurrió en la misma.
MODIFICACIÓN EN LA ESCENA (RED FLAG) El delincuente intenta en la escena del crimen, después de arreglar la misma para que parezca otra cosa. En tanto el delincuente profesional actúa en muchas direcciones y no tiene tiempo de armar las piezas lógicamente. Estas inconsistencias ayuda a la modificación de la escena (RED FLAG), lo que ayuda a evitar al investigador, convirtiendo los hechos. Acontece que el investigador busca en toda la escena del crimen indicios incluso individualizantes, en el contexto del complejo cuadro, toda evidencia de la actividad del delincuente, la víctima y la posición del cuerpo. Los factores auxiliares, ayudan a aclarar hechos confusos; ejemplo, aún en el hurto aparece un motivo, el delincuente lleva inapropiadamente detalles para la escena del crimen. En un caso un hombre vuelve a su casa del trabajo, e interrumpe un hurto en progreso. Pero el inventario de la escena del crimen determina que el delincuente hurto efectos de difícil transporte como TV y Estéreo. Además examinando la escena del crimen, esta revela pequeños elementos de fácil transporte, de gran valor (joyas, monedas de colección). La Policía determinara subsecuentemente, que la esposa de la víctima fue asesinada en la escena del crimen y el esposo fue el asesino. Otro factor a considerar es el punto de entrada, ¿El punto de entrada, le da sentido al hecho? Ej. El delincuente entra en la casa a través de la ventana del segundo piso, esta forma de entrada no le es fácil. ¿No tiene que buscar una entrada menos complicada? ; ¿Por qué el delincuente aumenta la oportunidad de ser visto por testigos que alertaran a la Policía? El investigador considera al colocarse en el lugar del delincuente, el elevado riesgo de cometer el crimen durante el día en un área poblada. Aunque en la escena del crimen sea la residencia, es necesario evaluar cualquier signo obvio de trabajo que arrojen luz en la calle, casa, o cualquier otro lugar, etc. En el análisis de la escena del crimen, la cual revela excesiva actividad del delincuente, allí aparece aparentemente no estar muy claro el motivo del crimen. Por eso basado en las numerosas inconsistencias de fundamento en la escena del
crimen, hecho el análisis, los investigadores concluyen que el esposo asesino a su señora. RED FLAG FORENSE Los resultados del forense aquel idóneo del crimen también seña el caso investigado hacia la consideración de la escena. El asalto personal levanta sospechas especiales aunque la ganancia material aparece como motivo inicial (hurto). Este asalto incluye el uso de arma de fuego, de oportunidad, estrangulación manual, ligaduras o una paliza y golpes más allá de lo necesario para causarle la muerte. En otras palabras ejecutado con el daño necesario para el crimen. Homicidios sexuales o domésticos comunes permiten al forense encontrar y cerrar el circulo del asalto personal. La víctima no tenía dinero en propiedad, que es el motivo primario del delincuente, sin embargo describe al delincuente con la intención de intentar hacer parecer la escena de un delito sexuales o un homicidio domestico, pero aparece el motivo más de una ganancia personal. Esto no impide el asalto personal suceda, cuando la propiedad del crimen es cometida, sin embargo casualmente los delincuentes prefieren un hurto rápido y limpio sin asesinato, reduce el tiempo en la escena. El RED FLAG forense también aumenta cuando discrepan entre testigos y sobrevivientes del caso. CONCLUSIONES La escena del crimen violento requiere una investigación y su diagnóstico. Se debe ser hábil para analizar la escena, por el mensaje que existe y entender la dinámica de la forma del ser humano, manifiesta en la escena del hecho. El
investigador
manifestaciones
debe de
también
proceder,
ser saber
manifestaciones y buenas contestaciones.
capaz
de
preguntar
organizar
las
diferentes
y
las
diferentes
lograr
Un justo acercamiento de toda la escena y la existencia de otros factores, investigar constantemente mejorando su habilidad para develar la historia en cada escenario. De ese modo, de lograr mayor conocimiento y estar mejor equipado para capturar al delincuente del crimen.
2.3.1.- Los Criminales Organizados y su Escena. Asesino organizado:
El padre tenía un empleo estable y adecuado.
El asesino no era una persona disciplinada.
Tenía un comportamiento desconcertante, fácilmente externa enojo, frustración y miedo.
Era considerado del lado de "los chicos malos", identificado como chico problema.
Era bueno para la escuela o el trabajo, pero no podía terminar una ni permanecer en el segundo.
Puede ser alguien de extremada inteligencia.
Asesino organizado:
Será de apariencia normal, inclusive atractiva.
Tendrá ya su registro personal en los departamentos de policía, merced a su conducta delictiva.
Tendrá también un trabajo decente, que le permite no únicamente sobrevivir. Sin embargo será despedido por su conducta extravagante.
El asesinato es provocado por causas de enorme estrés.
Se sentirá superior al resto de las personas, se tendrá por alguien muy listo. Tiene una gran autoestima.
Tiene buena habilidad para comunicarse y hablar.
Se interesará por el crimen, prestando gran atención a la cobertura que del mismo, hagan los medios de comunicación.
Guarda muy adentro de su persona, gran enojo contra las mujeres o contra la sociedad.
La mayoría son violadores y/o misóginos.
Pueden ser buenos para el sexo, sin embargo no son capaces de establecer relaciones duraderas y efectivas.
Muchos trataron de entrar al ejército, aunque algunos lo logran, también son retirados tras fallar en su conducta.
Aman sentirse fuertes y con autoridad.
2.3.2.- Los Criminales Desorganizados y su Escena. Asesino desorganizado:
El padre no tenía trabajo estable.
Muy mala disciplina.
La familia estaba hundida en problemas de alcohol, drogas o enfermedades crónicas, etc.
El asesino resultaba ser silencioso, internalizando su furia, enfado y miedo.
Generalmente tiene muy baja inteligencia.
No terminó la escuela, por lo terrible que era para los estudios.
Asesino desorganizado:
Poseen una apariencia poco atractiva, tienen una imagen pobre de si mismos y por lo tanto se sienten excluidos.
Pueden ser minusvalidos o simplemente tener alguna tara mental.
Son solitarios, completamente excluidos de la interacción social.
Incapaces de relacionarse con los demás.
También incapaces para sostener relaciones sexuales, o son muy malos para ello.
Se sienten inferiores al resto de la gente.
Algunos viven con sus padres. A pesar de ser gente que podría ser ya independiente.
Tienen humildes empleos, y no pueden llevarse bien con sus compañeros.
El asesinato es provocado por su misma desventaja mental.
Es posible que haya permanecido algún tiempo en una institución para enfermos mentales.
Su casa y sus cosas demuestran escaso orden y mucha suciedad.
Odian a las mujeres en general.
UNIDAD III: PERSONALIDAD DEL DELINCUENTE. Objetivo específico: Que los alumnos conozcan las diferentes generalidades en relación a la personalidad, tipo de delito, forma de acción y procedencia de los delincuentes. CONTENIDO: 3.1.- Rasgos generales 3.2.-Rasgos relevantes de algunos tipos de delincuentes 3.2.1.- El homicida 3.2.2.- El “ladrón” 3.2.3.- El estafador 3.2.4.- El falsificador 3.2.5.- El delincuente sexual 3.2.6.- El delincuente relacionado en delitos contra la salud INICIACIÓN A LA CRIMINOLOGÍA http://www.tustiendas.es/blog-educacion/curso-de-criminologia.-iniciacion-a-lacriminologia.html
EL AUTOR DEL DELITO 2.1 EL DELINCUENTE COMÚN. Partiendo del estudio longitudinal “Cambridge” de West y Farrington (Anexo 3) que pretendía
(tal
y
como
Farrington
señala)
“describir
el
desarrollo
del
comportamiento del delincuente y criminal en varones de un suburbio de la ciudad, investigar hasta que punto se podía predecir de antemano, y explicar porque la
delincuencia juvenil empezó, porqué continuó o no en la mayoría de edad y porqué el delinquir en el adulto generalmente termina cuando los hombres tiene entre 20 y 30 años” (Farrington, 1992) Obtenemos una información en líneas generales que nos lleva a afirmar que el delincuente común tiende a haber nacido en una familia problemática, con múltiples conflictos, bajos ingresos, numerosa y con padres delincuentes. Cuando el chico es joven –menor de 8 años-, sus padres lo vigilan muy poco, las relaciones padres-hijos son poco sólidas y efectivas, utilizan practicas de crianza severas o inconscientes y están probablemente en conflicto o separados. En la escuela, se caracteriza por el absentismo, la conducta perturbadora (rebelde, hiperactivo e impulsivo) y resultados académicos bajos. Después de dejar la escuela, el delincuente suele conseguir empleos poco cualificados, con bajo salario y con numerosos periodos de desempleo. Su conducta
delictiva
tiende
a
ser
más
versátil
que
especializada.
Sus delitos probablemente lleguen a ser más numerosos durante la adolescencia (13-19 años) entre los 20 y 30 años la frecuencia de sus delitos irán disminuyendo. Cuando llega a los 30, el delincuente probablemente este separado o divorciado, desempleado o con trabajos de bajo salario y si tiene hijos, estos estarán recibiendo un ambiente familiar con similares características de privación, discordia, desorden y escasa supervisión al que él experimento cuando era niño. FIG 5: EL PERFIL DEL DELINCUENTE COMÚN. INFANCIA ADOLESCENCIA ADULTEZ VARIABLES FAMILIARES - Familia Multiproblemática - Antecedentes delictivos. - Practicas de crianza severas. - Escasa supervisión. - Relación fría padres-hijos. - Bajos ingresos. - Empleo inestable, poco cualificado
- Separado o divorciado. - No tienen casa propia - Problemas conyugales. - Viviendas en pobres condiciones.
Movilidad residencial: - Similar ambiente familiar al que vivió de niño y adolescente
VARIABLES PERSONALES - Conducta Problemática en casa y en la escuela - Pocos lazos y apego a actividades convencionales. - Irresponsabilidad. - Escaso autocontrol. A las anteriores conductas se añade: - Antecedentes delictivas. - Consumo de drogas. - Consumo de alcohol. - Vandalismo. VARIABLES ESCOLARES - Pobre logro educativo. - Insatisfacción escolar. - Absentismo.
VARIABLES LABORALES - Empleo poco cualificado. - Empleos inestables con periodos de desempleo Es interesante el estudio de este tipo de delincuencia ya que representa el porcentaje mas elevado en la población reclusa, queremos matizar que los delincuentes comunes no presentan un problema en cuanto a la violencia de los hechos que cometen (ya que probablemente nunca utilizaran la violencia en sus actos delictivos a no ser que les resulte necesario para conseguir sus fines, que casi siempre serán económicos), sino por la cantidad de delitos que cometen; son delincuentes con una larga carrera delictiva. Hemos visto cuales son algunas de las variables que condicionan el comportamiento delictivo en un delincuente común y llegado a este punto pregunto ¿el delincuente nace o se hace? ¿Existe un gen de la agresión? Muchas veces hemos escuchado que existe un gen de la agresividad (XYY) y para no llevar a confusiones trataremos de explicar que es lo que ocurre con este gen. ¿Que es la trisonomía XYY (Sanberg,1961)? Se trata de una malformación; lo que se conoce como aberración cromosómica (Cuando hay mas o menos cromosomas de los que corresponden) Se empezó a estudiar ya que se observo en la población reclusa un índice elevado de personas-mas en hombres que en mujeres e inexistente en la raza negra- que tenían esta malformación, pero después de muchos estudios se llego a la conclusión que la composición XYY lo que hacia era provocar alteraciones: elevada altura, corpulencia, perturbaciones hormonales, defectos de conducta, inadaptación social, un significativo déficit intelectual (el déficit intelectual y su gran tamaño tienen como resultado que sean más fáciles de localizar por la policía. Esto podría explicar porque hay tantas personas en las prisiones con esta malformación, no la cantidad de delitos que cometen), escasa afectividad y excesiva agresividad.
Obviamente la genética si tiene que ver con la conducta agresiva de los delincuentes, ya que los genes influyen en el funcionamiento y desarrollo del cerebro. Pero no porque existan genes para delinquir; sino porque los genes alteran el organismo. Por lo tanto la herencia genética constituye solo un potencial para el desarrollo de tendencias criminales, pero éste solo se actualizara si se presenta el aprendizaje y las condiciones apropiadas. EL DELINCUENTE VIOLENTO. El primer paso para el logro de una adecuada comprensión de la delincuencia violenta consiste en establecer una definición clara y precisa de distintos términos: - Agresión. - Violencia. - Delincuencia violenta. Agresión: Conducta que se caracteriza por inflingir o intentar inflingir un daño a otro individuo, este daño puede ser físico o psicológico (Berkowitz, 1993) Lo único en lo que se han puesto de acuerdo los autores con esta definición es la intencionalidad, sin embargo no hay un consenso establecido sobre los propósitos que se persiguen con la agresión, ya que puede tratarse de una respuesta adaptativa para defender la vida propia o ajena. Aquí contemplaremos todas las posibilidades: · AGRESION EMOCIONAL: Es un tipo de agresión cuyo principal objetivo es provocar daño y surge como resultado de una situación adversiva interior. · AGRESION INSTRUMENTAL: Se utiliza la agresión como medio para conseguir algo. · AGRESION SEXUAL: Es la que utiliza para obtener placer mediante el dominio sexual.
· AGRESIÓN INDUCIDA POR EL MIEDO: Es la que se produce como respuesta a una situación en la que la persona, se siente atacada o amenazada. Se trata de una agresión reactiva. Violencia: Conjunto de actos aprendidos que generan una acción u omisión innecesaria y destructiva de una persona hacia otra, que da lugar a tensiones, vejaciones u otros síntomas similares, tiene un carácter meramente destructivo sobre las personas o las cosas. Delincuentes violentos: Son aquellos que cometen delitos violentos mediante los cuales
persiguen
el
daño
corporal
o
psíquico
Son delitos violentos:
· Asesinato · Homicidio. · Agresiones sexuales. · Lesiones. · Amenazas. · Coacciones. · Robos con violencia. En cuanto a los autores de los delitos violentos, pueden ser: ENAJENADO MENTAL. ENFERMO MENTAL. PSICOPATA. ASESINO EN SERIE.
de
la
victima.
ENAJENADO MENTAL. La enajenación mental en el diccionario de la lengua española esta definido como locura o privación del juicio (facultad del entendimiento que permite discernir y juzgar). En psiquiatría forense se conoce la enajenación mental como trastorno mental transitorio (TMT) y este puede ser: - Espontáneo - Buscado de propósito - Para prever la comisión del delito Para que se catalogue como TMT tiene que cumplir unos requisitos: · Causa inmediata y fácilmente evidenciable. · Aparición brusca. · Duración breve. · Desaparición sin secuelas (y sin probabilidad de repetición). · Que haya una base patológica (predisposición). · Una intensidad suficiente. ENFERMO MENTAL. El enfermo mental delincuente se caracteriza por: · Cometer delitos evitables. · Por su impredecibilidad en la forma de actuar. · Por la alarma social que producen sus delitos. · Por la motivación de los delitos, ya que son fruto de la enfermedad que padece las cuales no responden a causas lógico-racionales sino a circunstancias propias de la enfermedad que padece.
· Por la gran violencia que utiliza en sus actos delictivos (que muchas veces es desproporcional e innecesaria). · Por la indiferencia afectiva. · Por la reincidencia. · Por la repercusión en los medios de comunicación. Queremos dejar claro en este punto que no queremos ni siquiera insinuar que todos los enfermos mentales son delincuentes violentos, sino que determinadas enfermedades mentales, y durante períodos concretos de las mismas, pueden ser origen de conductas agresivas, hostiles e incluso homicidas. Conductas todas ellas que suelen originar una cierta alarma social, por lo rudo, imprevisible y llamativo de las mismas. Pero eso no es lo corriente. En cuanto a la incidencia de cometer actos delictivos, decir que las enfermedades mentales que están más relacionadas con los delitos violentos son: 1. LA ESQUIZOFRENIA. Según el médico forense José Antonio García Andrade, la criminalidad del esquizofrénico es quizá uno de los temas más debatidos, dado algunos actos que han conmovido a la sociedad. Asimismo, afirma que «la génesis delictiva del esquizofrénico puede contemplarse desde una doble perspectiva: el automatismo que se corresponde con un acto inmotivado propio de la catatonía y la hebefrénia, y que puede llegar al homicidio en cualquiera de sus variantes; agresiones, automutilaciones, robos patológicos, violaciones, etc., y la impulsión como acto de causalidad
delirante,
también
con
traducción
polidelincuencial».
En la historia del crimen hay muchos asesinos en serie a los que les han diagnosticado esquizofrenia, por ejemplo:
· FRANCISCO GARCÍA ESCALERO - EL ASESINO DE MENDIGOS, algunas de sus declaraciones fueron: “Las voces se ríen de mí. Me dicen que quieren sangre. Entonces le saqué el corazón. Y mordí un trozo...” “Iba por la calle como si no existiese, no chocaba con la gente, era como si no tuviera cuerpo. Me miraba a los espejos como si no fuera yo, no me reconocía. Llegué a pensar que podría ser un espíritu, otra persona que se había metido en mi. Oía voces interiores, me llamaban, que hiciera cosas, cosas raras, que tenía que matar, que tenía que ir a los cementerios”. · DAVID BERKOWITZ "El hijo de Sam" Aseguraba que cometió los crímenes porque un demonio de hacía 6.000 años metido en el perro Labrador de su vecino, le ordenaba matar. Alguna de sus declaraciones fue: “Mis padres estaban constantemente preocupados por mi comportamiento extraño. Sabían que yo vivía en un mundo imaginario y no podían hacer nada contra los demonios que me atormentaban y controlaban mi mente..." Los psiquiatras lo diagnostican como esquizofrénico paranoide de personalidad antisocial. Berkowitz es juzgado culpable y condenado a cadena perpetua, con una
pena
de
365
años
en
una
cárcel
de
máxima
seguridad.
2. TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD. 3. PARAFILIAS. (Especialmente la paidofilia y la necrofilia, que se complica cuando el sujeto es necrófago). Un ejemplo claro de necrofilia y necrofagia lo tenemos en ED GEIN - EL CARNICERO DE PAINFIELD (Fue uno de los asesinos en los que se basaron para escribir toda la saga de “el silencio de los corderos”) Tras la muerte de su madre, Ed empezó a desenterrar cadáveres de cementerios para llevárselos a su casa para examinarlos y usarlos en actos de necrofilia y, según el, para tomar su
carne como alimento (necrofagia) En su confesión voluntaria habló del placer sexual que obtenía cuando envolvía su cuerpo desnudo con la piel de sus víctimas. Fue encerrado en un centro psiquiátrico donde murió en 1984 a los 77 años de edad. 4. PSICOSIS MANIACO-DEPRESIVAS. (Pueden ser violentos en la fase maníaca). 5. OLIGOFRENIA. EL PSICÓPATA. Para entender al psicópata como delincuente violento debemos atender a una serie de matizaciones: a) La psicopatía esta recogida en el DSM-IV como trastorno antisocial de la personalidad. Un psicópata NO ES UN ENFERMO MENTAL es una persona que nunca pierde el sentido de la realidad, reconoce perfectamente lo que esta bien de lo que esta mal. Pero si es una persona con un TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD. (Este matiz es importantísimo sobre todo a la hora de establecer las penas de los posibles delitos que puedan cometer, del tratamiento y la rehabilitación).Conoce las emociones pero no las siente. b) Ni todos los asesinos son psicópatas, ni todos los psicópatas son asesinos. 2.2.3.1 ¿En que se caracterizan los psicópatas? Atendiendo a la escala de Robert Hare (PCL-R): FACTOR 1: (interpersonal/afectivo)
Locuacidad, encanto superficial;
sensación de autovalía;
mentiras patológicas, engaño y manipulación;
ausencia de remordimientos y culpabilidad;
escasa profundidad en los afectos;
insensibilidad y falta de empatía;
no acepta la responsabilidad de sus acciones;
conducta sexual promiscua;
versatilidad criminal.
FACTOR 2: (desviación social)
necesidad de estimulación/propensión al aburrimiento;
estilo de vida parasitario, con escasos controles comportamentales;
problemas de conducta a temprana edad;
falta de metas realistas a largo plazo;
impulsividad;
irresponsabilidad, delincuencia juvenil;
revocación de la libertad condicional y relaciones matrimoniales de poca duración
Para que pueda determinarse verdaderamente que estamos ante un psicópata tiene que puntuar un mínimo de 30 en la escala de Hare. Encontramos
varios
problemas:
1. Que es muy difícil establecer que estamos ante un verdadero psicópata ya que a simple vista, las características que están establecidas para su determinación las encontramos bastante a menudo en cualquier persona perteneciente a la sociedad actual, por lo tanto si el veredicto del trastorno no lo hace un experto del tema es fácil llegar a engaños. 2. Se les tiene que hacer un profundo estudio y “pillarlos en un descuido” ya que son expertos manipuladores y mentirosos patológicos. 3. Normalmente (casi siempre) se dictamina una personalidad psicopática cuando la persona esta en el proceso judicial o una vez ha ingresado en prisión. ¿Por
qué?: a. Porque es difícil convencer y mucho mas engañar a una persona que pueda padecer
este
trastorno
para
que
visite
a
un
experto.
b. Porque son personas que se encuentran perfectamente camufladas en la sociedad y a simple vista no llama la atención porque pueda padecer un trastorno. Entonces lo que ocurre es que solo se ha podido estudiar detenidamente a los psicópatas criminales y esto deja un poco vacío o incompleto el campo de estudio. También presenta otro problema: cuando se quiere responder a la pregunta ¿el psicópata nace o se hace?. Verdaderamente a los psicópatas criminales a los que se les ha hecho un ESCANOGRAMA CEREBRAL presentaban lesiones en la corteza prefrontal del cerebro (esto influye principalmente en que puedan elegir la opción correcta, fomenta la impulsividad, que no aprendan de los castigos, la irresponsabilidad, bajo condicionamiento del miedo, etc…) Pero se considera que aunque tengan estas características genéticas, nada merma su conocimiento del bien y del mal. ENTONCES ¿NACEMOS O PODEMOS NACER CON UN CEREBRO CRIMINAL? Esta es la pregunta del millón. Según las investigaciones que se han efectuado al respecto se ha llegado a la conclusión de que: “No se ha hallado científicamente que exista un gen de la agresividad. Lo que si se ha encontrado es que existe una cierta predisposición a la violencia y la agresividad, sobre todo cuando los individuos se mueven en entornos que propician dichos comportamientos. Por otro lado, existen ciertas anomalías cromosómicas, accidentes cerebrales y trastornos psiquiátricos que predisponen a cometer actos como los que ejecuta el psicópata criminal. Por ejemplo, está el caso de Phineas Cage, al cual le atravesó la parte izquierda del cerebro una barra de metal cuando estaba limpiando su escopeta. Antes del accidente era una persona normal, amable, etc., pero después del accidente se convirtió en una persona arisca, antisocial, etc. Como se puede comprobar, los factores ambientales que rodean al sujeto son mas probables de crear personalidades psicopáticas que los genéticos, pero NO HAY UN GEN DE LA PSICOPATIA” (Adriane Raine, 1999)
El psicópata criminal. El psicópata criminal podría considerarse casi como el criminal perfecto: - Es despiadado. - Es un trasgresor de normas. - Nunca va a estar traicionado por sus remordimientos. - Es calculador y metódico. - Casi nunca va a ser sospechoso. - Puede seguir perfectamente la investigación policial. - No pierde los nervios. - Va a ser difícil sacarle una confesión. Pero como no existe el crimen perfecto, atendiendo a las características que hemos citado anteriormente ¿Qué es lo que le puede delatar?: Su egocentrismo y deseos de grandiosidad. EL ASESINO EN SERIE. ¿Qué es un asesinato en serie? Un asesinato en serie ocurre cuando uno o mas individuos comete(n) un segundo y/o posterior asesinato; no hay, en general relación anterior entre la víctima y el agresor; los asesinatos posteriores ocurren en diferentes momentos y no tienen relación aparente con el asesinato inicial; y suelen ser cometidos en una localización geográfica distinta. Además, el motivo del crimen no es el lucro sino el deseo del asesino de ejercer el control o la dominación sobre sus víctimas. Estas ultimas pueden tener un valor simbólico para el asesino y/o ser percibidas como carentes de valor y, en la mayoría de los casos, no pueden defenderse o avisar a terceros de su situación de indefensión, o son percibidos como impotentes dada su situación en ese momento, el sitio o el status social que detentan dentro de su entorno inmediato como, por ejemplo, vagabundos, los “sin techo”, prostitutas,
trabajadores inmigrantes, homosexuales, niños desaparecidos, mujeres que han salido solas de casa, ancianas, universitarios y pacientes de hospital. (EGGER, 1998). Ya sabemos lo que es un asesinato en serie pero ¿quién es el asesino en serie? En primer lugar nos gustaría destacar que el asesino en serie puede tratarse de una persona con la que nos cruzamos todos los días en el patio de nuestra casa, un profesor (por ejemplo Andrei Chikatilo), un médico (como Marcel Petiot). Perfil de los asesinos en serie: Los principales encargados de analizar los perfiles de los asesinos en serie, los definen en general como hombres jóvenes, de raza blanca, que atacan preferentemente a las mujeres y que su primer crimen lo han cometido antes de la edad de 30 años. Muchos de ellos han sufrido una infancia traumática debido a malos tratos físicos o psíquicos, por lo que tienden siempre a aislarse de la sociedad, la que consideran culpable, y tratan de vengarse de ella exteriorizando tanto odio y violencia contenidos. Estas frustraciones introducen al asesino en un mundo imaginario, mejor que el real a fin de cuentas, en el que él es el amo y revive los abusos sufridos identificándose esta vez con el agresor. Por esta razón, su forma de matar suele ser de contacto directo con la victima, utiliza cuchillos, estrangula o golpea, casi nunca usa un arma de fuego, aunque hay excepciones (Anexo4). Sus crímenes son como una especie de rituales en los que se estimula mezclando fantasías personales con la muerte. Las mujeres representan solo el 11% de los asesinos en serie. Por lo general son mucho menos violentas que los asesinos masculinos y raramente cometen un homicidio de carácter sexual. Cuando asesinan, no suelen utilizar armas de fuego y raramente usan armas blancas, tienen preferencia por métodos más discretos y sencillos, como puede ser el veneno. Debido a la diversidad de facetas de estas personas es imposible determinar antes de la comisión de sus crímenes, o antes de que sean detenidos que
estamos ante un individuo que en un momento determinado tenga el deseo de matar y haga realidad uno de sus mayores sueños. Sin su identidad de criminal, la mayoría de las veces el asesino en serie tiene el mismo aspecto que el resto. 3.2.1.- El homicida El agresor de peligrosidad extrema: Características: Estos jóvenes perpetran ofensas aparentemente inexplicables en contra de sus iguales y ocasionalmente en contra de personas adultas o animales, la mayoría de estos delincuentes se contentan con maltratar de manera física a sus victimas sin despojar de pertenencias ni incurrir en delitos en contra de la propiedad ajena. Interacción: Por su difusa agresividad casi no mantienen relaciones con iguales; evitan compañía. Imagen propia: No se conceptúan a sí mismos como delincuentes, se ven como victimas de un medio ambiente hostil y se muestra retador. Actitudes: Fuera de la idea de que en cualquier momento las demás personas podrían agredirlo, no son antisociales. Trayectoria: Inician antes de llegar a la adolescencia, muchos son recluidos en centros clínicos de reeducación, se readaptación es casi nula. Clase Social: Este tipo de delincuentes se observa en toda clase social. Antecedentes familiares: Lo ordinario es que sean hijos ilegítimos o fruto de un embarazo no querido o que hallan sido abandonados por sus padres. Muchos de ellos pasaron grandes temporadas en casas ajenas u orfelinatos y no con sus progenitores naturales.
Delincuente psicópata o con fuerte predisposición: Delitos: Comete delitos extravagantes de carácter individualista y casi siempre de orden grave. Interacción: Los jóvenes que los perpetran suelen mostrarse esquivos y como ajenos al medio de interacción de sus iguales. Imagen propia: No se conceptúan a sí mismos como delincuentes y tampoco no delincuentes, sino como diferentes de todos. Actitudes: Exhiben las mismas actitudes de la gente común respecto a la policía e instituciones similares. Trayectoria: Cometen pocos delitos, pero de orden grave, al llegar a la edad adula suelen enredarse en problemas más serios y terminan en sanatorios mentales. Clase social: No se presenta en una clase determinada, sino en todas. Antecedentes familiares: Familias desunidas y presentan rigorismo de los padres a la vida sexual. El lesionador de personas (por única vez): Delitos: En este tipo se incluye a los que cometen crímenes graves, generalmente violentos contra la integridad de las personas físicas. Los delitos configurados entres otros son, el asesinato, homicidio imprudencial, y otros tipos de vejámenes. Interacción: Los lesionadores de personas físicas que sufren remordimiento por la mala suerte anterior eligen a sus victimas de entre el grupo de aquellas personas a quienes conoce bien. Imagen Propia:
Estos ofensores accidentales no tienen formada de sí mismos una imagen de criminales. Acontece a menudo que son ellos mismos quienes se entregan a la policía y se muestran avergonzados. Actitud: Las convencionales de la vida social, y ya en la cárcel los co-precidiarios los consideran pelmas, fuera de la orbita de la subcultura criminal. Trayectoria: La mayoría de estos lesionadores no fueron delincuentes convictos cuando jóvenes ni tampoco tienen antecedentes penales cuando adultos. Clase social: No proceden de un solo sector socioeconómico. Antecedentes familiares: No ha sido posible comprobar la existencia de un patrón especifico de interacción parental-filial que actúe como marco psíquico en la formación de estos caracteres violentos. El psicópata agresor: Este tipo representa una evolución de la trayectoria del joven delincuente numero 6 de la tipología de jóvenes. Este tipo de delincuentes incurren en una buena variedad de delitos. Los criminales de esta categoría reinciden con frecuencia en los mismos delitos, pasan una corta temporada libres y reingresan al reclusorio a cumplir otra condena larga.
3.2.2.- El “ladrón” Pandillero ladrón: Delitos: Incurre en diversos delitos en contra la propiedad ajena y robos con escándalo, puede hallarse en vandalismo y delitos sexuales. Participa en orgías o encerrones pandilleriles pero muy poco en golpizas entre pandilleros. Interacción: Van cambiando de cómplices en su trayectoria delictiva, se observa finalmente que delinquen en compañía de camaradas, que son sus parientes consanguíneos o hermanos. Imagen propia: Se sienten seguros de sí mismos, y se enorgullecen de su fama de rebeldes. Actitud: Muestran hostilidad hacia la policía, institutos correccionales, etc , del trabajo sus palabras son : "solo los imbéciles trabajan" Trayectoria: Sus actitudes delincuentes comienzan a los 8 o 9 años de edad. Clase social: Provienen de las clases obreras de sectores urbanos, han vivido en barrios contaminados donde abunda el ejemplo de criminales adultos. Antecedentes familiares: Existe el rechazo parental y falto de protección, en sus relaciones familiares no suele hallarse una situación marcadamente conflictiva sino mas bien cordial entre todos, faltando al joven supervisión cuidadosa y solícita de sus padres, en este tipo de familias se habla de que ya anteriormente habían existido hechos delictuosos en sus antecesores. En las pandillas el ladronzuelo halla respaldo a sus actitudes agresivas y así mismo halla un estimulo y gratificación a sus delitos.
El delincuente casual no-pandillero: Delitos: Existen pequeñas transgresiones que van desde el hurto de menor cuantía, fumar y emborracharse y pocos casos llegan a causar daños graves. Interacción: Operan con jóvenes que no son considerados como delincuentes delante de la sociedad de adultos, entre este grupo de muchachos los delitos son permisibles pero no honorables. Imagen propia: Se ven así mismos como no delincuentes, y cuando llegan a ser capturados confiesan rápidamente el haber actuado erróneamente y tienden a mostrarse avergonzados. Sus delitos los ven como diversión. Actitud: No muestran marcada hostilidad a la policía. Trayectoria: Inician de los 13 a los 19 años, los delitos son pocos y no graves, deja de cometer delitos cuando termina su educación media y logra entrar a la facultad. Clase social: Proviene de clase media donde ha vivido desahogado se le halla en grandes y pequeñas ciudades. Antecedentes familiares: Los progenitores suelen haber tenido éxito relativo en sus esfuerzos por educar a sus hijos e impulsar en ellos la superación. Este tipo de joven es bien visto entre sus amigos su círculo de amigos, como tolerante de algunos delitos. Es posible que en estos jóvenes la acción penal sirva de freno. El ladrón profesional: Aquí se tiene una modalidad de trasgresión muy esotérica que emplea técnicas sumamente elaboradas: la manipulación de dinero de apuestas, el soplo por dinero etc.
Los datos empíricos que se tienen de la estrategia de los ladrones profesionales permiten ver que se trata de un conjunto de habilidades delictuosas de orden muy complejo en que no se recurre a la violencia y que consiste en crear una relación de grupo primario con la victima elegida. A la postre, siempre sigue el abuso de confianza y un engaño de mala fe. Hay cierto indicio para creer que influye en ellos un factor de personalidad intrínseco, se trata de un don de simpatía innato, con la persuasividad de palabra y las habilidades de manipular a otras personas. El delincuente profesional consumado –virtuoso del oficio: Delitos: Se dedica a operaciones de atraco a mano armada, robo con escándalo y otras formas directas de rapiña en la propiedad ajena. Tal grande es la habilidad de estos individuos que rara vez se ven obligados a utilizar amenazas o violencia física. Interacción: Casi todas las operaciones se realizan en equipo, cada uno de los socios interviene con su propia especialización. Imagen propia: Estos individuos tienen de sí mismos la imagen propia de virtuosos del delito y muestran orgullo por esta habilidad. Actitud: Miran con desprecio a los agentes ineptos , pero saben respetar a los policías competentes . Trayectoria: La mayoría comienza su carrera delictuosa desde joven como pandillero. Clase social: Los transgresores que forman este tipo proceden de zonas urbanas de clase baja. Antecedentes familiares: Existe el rechazo parental y falto de protección, en sus relaciones familiares no suele hallarse una situación marcadamente conflictiva sino mas bien cordial entre
todos, faltando al joven supervisión cuidadosa y solícita de sus padres, en este tipo de familias se habla de que ya anteriormente habían existido hechos delictuosos en sus antecesores. En las pandillas el ladronzuelo halla respaldo a sus actitudes agresivas y así mismo halla un estimulo y gratificación a sus delitos. El semiprofesional del delito en contra de la propiedad ajena: Delitos: Se dedican a los atracos a mano armada, robos con escándalo y otras formas similares de delitos en contra de la propiedad o las personas, la estrategia que se sirven es relativamente simple y poco elaborada. Interacción: Intervienen únicamente dos partes: El agresor y la victima. El criminal suele actuar en forma directa y burda. Imagen propia: Se consideran a sí mismos como delincuentes. Actitud: Muestra mayor hostilidad y antagonismo hacia la policía que el profesional o virtuoso, mira despectivamente los trabajos ordinales. Trayectoria: La mayor porción de ellos sí proviene de pandillas de ladronzuelos jóvenes. Clase social: Provienen de las clases obreras de sectores urbanos, han vivido en barrios contaminados donde abunda el ejemplo de criminales adultos. Tipo I de delincuentes jóvenes. Antecedentes familiares: Existe el rechazo parental y falto de protección, en sus relaciones familiares no suele hallarse una situación marcadamente conflictiva sino mas bien cordial entre todos, faltando al joven supervisión cuidadosa y solícita de sus padres, en este tipo de familias se habla de que ya anteriormente habían existido hechos delictuosos en sus antecesores.
En las pandillas el ladronzuelo halla respaldo a sus actitudes agresivas y así mismo halla un estimulo y gratificación a sus delitos.
3.2.3.- El estafador El criminal que pasa por funcionario honrado: En la presente tipología se diferenciara tres patrones de conducta delictuosa que han sido confundidos. El análisis que emprenderemos será muy somero pues son muy pocos transgresores que pasan por funcionarios íntegros antes que fueran recluidos en instituciones de terapia correccional. Los malversadores de fondos sí figuran en los acervos clínicos, lo mismo que los profesionales antiéticos. El antiético o sin escrúpulos -que abusa de su profesión: Delitos: El profesional antiético es una persona que emplea sus artes para realizar actividades que no se consideran legitimas en el ejercicio de su profesión. Interacción: Los delitos de estos transgresores se figuran generalmente con la intervención de dos personas que interactúan: el trasgresor y su victima. Imagen propia: Se conceptúan a sí mismos como profesionales íntegros, no como criminales. Aunque suelen admitir que sus actitudes quebrantan la ley siempre tienen una explicación justificativa. Actitudes: Muestran actitudes normalmente convencionales da adaptación social. Trayectoria: Acontece que inicien su carrera delictuosa ya en una edad ya bien madura. La mayor parte de estas violaciones permanece oculta e impune. Clase social: Por definición, son personas de la clase media y de ingresos medios .Se trata de trasgresiones que se concentran mas bien en áreas metropolitanas.
Antecedentes familiares: Proceden generalmente de un medio ambiente relativamente normal. El malversador de fondos: Delitos: En este tipo se incluye a las personas que abusan de un puesto de confianza para defraudar al patrón, el malversador es un empleado que destina alguna grande suma de dinero del patrón para su propio beneficio y se vale de alguna alteración en los registros contables. Interacción: Se mueve en un medio de interacción social, se ostenta como empleado regular y cumplido mientras que ocultamente realiza sus operaciones clandestinas. Imagen propia: Aunque se muestra como ciudadano íntegro, acontece sin embargo que al descubrirse sus malversaciones ya tiene hecho un cuadro mas o menos complejo de justificaciones. Actitud: Se caracteriza por tener actitudes ordinarias y convencionales de benevolencia social. Trayectoria: Antes de quedar envuelto en el desfalco, casi nunca tienen abierto un expediente penal. La razón de ello está, ante todo en que si tales personas tuvieran antecedentes ello les habría impedido el tener el puesto de confianza. Clase social: El grupo general de los malversadores se ve formados por individuos que proceden de la clase media. Antecedentes familiares: Las influencias parentales del malversador casi no indican alguna conexión con los delitos cometidos. Hay fundamento para afirmar que muchos desfalcos se produjeron por haber intentado la persona mantener un nivel de vida superior.
3.2.4.- El falsificador El ingenuo falsificador de cheques: Delitos: Se trata de modalidades burdas e improvisadas de timo o fraude. Son individuos que expiden cheques a su propio nombre y a cargo de sus cuentas bancarias, sin tener fondos monetarios. No tienen antecedentes delincuenciales juveniles. Interacción: El timo de cheques es una actividad que el trasgresor realización depender de nadie mas. Imagen propia: No se consideran verdaderos trasgresores, suelen dar una serie estereotipada de disculpas como: un garabato de la pluma no es para matar a nadie. Actitud: Muestran en general una buena disposición en la que viven. Trayectoria: Empiezan a cometer sus timos ya en la edad adulta sin haber delinquido cuando jóvenes Clase social: No provienen de un solo lugar socioeconómico; sin embargo la mayoría de ellos encuadra dentro de la clase media por haber tenido una vida relativamente desahogado. Antecedentes familiares: No hay fundamento para afirmar hayan crecido en un ambiente familiar especialmente atípico o revuelto. Muchos de estos defraudadores están casados, pero no es raro que sus hábitos fraudulentos arraiguen a raíz del distanciamiento del cónyuge.
3.2.5.- El delincuente sexual PERFIL DE LOS AGRESORES SEXUALES Presentes en todos los seres humanos, la agresividad y el instinto sexual están en las
bases
de
su
personalidad
y
correctamente
utilizados
potencian
comportamientos que aseguran la supervivencia individual y colectiva (defensa y reproducción). La dirección y el control de estos factores, mostrados con intensidad variable a lo largo del desarrollo personal y de un modo variado entre los distintos individuos, puede estar en la base de comportamientos asociales concretados en actos conceptuados como "agresión sexual", por estar dirigidos contra víctimas que los padecen. Analizar las bases biológicas, los factores sexuales, los factores sociales, las distorsiones cognitivas y la personalidad de los agresores sexuales y encontrar aspectos distintivos permitirá concluir si debemos hacer caso de los tópicos o de las ideas apriorísticas que al respecto existen y cómo las investigaciones confirman si algunos de estos aspectos pueden o no ser señalados como integrantes del perfil de este tipo de "agresores-delincuentes" y, en consecuencia, qué tipo de acciones preventivas o reeducadoras se pueden establecer teniendo en cuenta los mencionados aspectos. 1.- Análisis de las bases biológicas: El impulso sexual y el interés por el sexo, en cada persona cambiantes y diferenciados por épocas y etapas y distintas, tienen una base genética y están modelados o modificados por procesos de aprendizaje y por la socialización específica de cada individuo, MARSHALL (2001:87). Está comprobada la importancia que en el impulso sexual tiene la testosterona, hormona sexual fundamental en la sexualidad masculina. Podríamos suponer que un exceso o un funcionamiento
anormal
de
esta
hormona
estaría
en
la
base
de
un
comportamiento sexual cuya intensificación llevase a la agresividad. Sobre la relación de los niveles de testosterona con la agresividad sexual, los resultados de
los estudios son dispares. Berlin y Meinecke (1981), Meyer-Bahlburg, Nat Boon, Sharma y Edwards (1974) señalan, en efecto, altos niveles de la hormona en delincuentes sexuales masculinos. Money (1995), por su parte, considera que el sadismo sexual es una "enfermedad cerebral" influida por un funcionamiento hormonal deficiente. Pero "cuando los hombres son adultos, la relación entre los niveles hormonales y el impulso sexual carece de importancia", (MARSHALL, 2001:88), como afirman Hucker y Bain, 1990). Así, "sólo se dan niveles anómalos de esteroides en algunos delincuentes sexuales diagnosticados como sádicos" (MARSHALL, 2001:88), que son minoría dentro de los individuos de los que estamos tratando. En cuanto a la posibilidad de que un comportamiento sexual delictivo sea motivado por algún tipo de anomalía cerebral, como apunta Langevin (1990), hay que concluir, por el momento, que las pruebas realizadas no aportan resultados concluyentes y que debemos continuar teniendo en cuenta, necesariamente, la relación entre procesos orgánicos y aprendizaje social (MARSHALL, 2001:89), que se condicionan mutuamente. Comportamientos sexuales "desviados" o "delictivos", como la preferencia sexual por los niños o el incesto, quedan al margen de las tendencias sexuales comunes establecidas por la evolución humana, que tiene como objetivo principal el asegurar la perpetuación de la especie. En el caso específico del interés por víctimas prepúberes, parece que los ejecutores padecen un fallo en los "detectores de la juventud", que así "actúan sin restricciones y, en consecuencia, el niño prepúber se convierte en el objetivo sexual más atractivo" (MARSHALL, 2001:90-91). En cuanto al incesto -tabú en la mayoría de culturas, ordenamientos morales y jurídicos-, atendiendo a lo señalado por Quinsey y Lalumiere (1995), que fundan el tabú al incesto en la aversión por mantener relaciones sexuales con personas a las que se ha atendido intensamente durante su infancia (MARSHALL, 2001:91), podemos deducir que "los padres que han tenido poco contacto con sus hijas probablemente no han adquirido esta aversión", (MARSHALL, 2001:91). 2.- Importancia de los factores sexuales:
Los estudios muestran que, en general, los delincuentes sexuales dan la sensación de utilizar el sexo como manera de afrontar las dificultades más que otros hombres (Cortón y Marshall, 2000); piensan mucho en el sexo, no necesariamente desviado o delictivo; en un buen número han sido víctimas de abusos sexuales en su infancia y juventud (MARSHALL, 2001:96); y su interés por el sexo desviado sólo es un factor que tener en cuenta, no el factor fundamental generador de su delincuencia. "Es posible que las agresiones sexuales sean tan solo una respuesta al estrés, respuesta que posteriormente se lleva a la práctica, no porque satisfaga impulsos desviados, sino porque reduce temporalmente su malestar", (MARSHALL, 2001:95). No existe, así, de modo general, relación entre la excitación sexual y los estímulos desviados, como aplicando simplemente inferencias lógicas (quien presenta una conducta sexual desviada es que es permeable a estímulos sexuales desviados, los cuales influyen y mediatizan su comportamiento) se pensaba en los primeros tratamientos conductuales (McGuire, Carlisle y Young, 1965). Aunque las primeras investigaciones con un número reducido de violadores pusieron de manifiesto en ellos gran excitación ante las escenas de violación, los resultados de estudios con muestras mayores confirman que los violadores tienen "respuestas esencialmente normales" ante el aludido estímulo, (MARSHALL: 2001:93), y que lo mismo ocurre en el caso de los delincuentes actores de incesto. 3.- Influencia de los factores sociales: Está claro que una buena parte de delincuentes sexuales sufren un bajo nivel de autoestima (Finklehor, 1984; Groth, 1979; Tanay, 1969, entre otros). Esta baja autoestima, que les lleva a manifestar y ejecutar una violencia compensatoria sobre objetivos, como los niños y las mujeres, percibidos por estos delincuentes como más débiles e indefensos y por tanto de fácil acceso (BAUMEISTER, SMART y BODEN, 1996; y MARSHALL, 2001:97), es sumamente importante en temas de relación social como la empatía, muy baja en estos individuos; la aparición en ellos de dificultades para una relación de pareja equilibrada; la existencia de interpretaciones egoístas del entorno; una sensación profunda de
soledad y, en general en una incompetencia social que genera escasas habilidades para entablar las relaciones sociales que todo ser humano intenta propiciar. Además, debemos tener en cuenta que lo anteriormente señalado impide que los agresores sexuales puedan ponerse en el lugar del otro y ser conscientes del daño o angustia emocional que causan. El fracaso relacional provocado
por
estos
factores
alimenta
conductas
sexuales
agresivas
compensatorias que no logran sino entorpecer y deteriorar la situación. "Estas dificultades
suelen
acabar
causándoles
problemas
en
sus
relaciones
sentimentales" (MARSHALL, 2001:99). Así apreciamos problemas de socialización en el sentido de que son difíciles las relaciones normales con los demás, en un proceso que va encadenando progresivos deterioros de las habilidades necesarias para la mejora de la sociabilidad y alimenta la incompetencia social de los delincuentes sexuales. El conocimiento de la historia individual de estas personas, con análisis de sus comportamientos de sociabilidad, "nos hace pensar que los delincuentes sexuales debieron tener unas débiles relaciones de apego con sus padres, una falta de relaciones íntimas con los demás, pocas habilidades interpersonales y un profundo sentimiento de soledad" (MARSHALL, 2001:99), y ello puede animarles a satisfacer su necesidad de relaciones normales mediante las agresiones sexuales. 4.- La importancia de las distorsiones cognitivas: Los delincuentes sexuales tienen una percepción distorsionada de sus acciones y de la repercusión de las mismas en los demás. Para ellos es importante, dada su baja autoestima, mantener su propia visión de las cosas, por lo que interpretan subjetiva y erróneamente las reacciones de sus víctimas posibles y reales. Se advierte en la mayor parte de ellos que esta interpretación es interesada en su propio favor (Murphy, 1990; Segal y Stermac, 1990), lo que les faculta para sus acciones (Hudson y otros, 1993), pues actúan convencidos de que, en realidad, gran parte de sus víctimas no sólo aceptan las acciones de que son objeto, sino que, en mayor o menor grado, las desean. Esto les impide percibir el daño que causan, les lleva a minimizar la importancia de sus acciones y sus efectos, a negar
total o parcialmente los hechos o a no responsabilizarse de ellos argumentando con cualquier excusa que sirva de justificación. Pero hay que tener en cuenta que "la inmensa mayoría de los delincuentes sexuales saben que sus acciones no son correctas" (MARSHALL, 2001:104). La distorsión cognitiva, menor en los delincuentes con mayor autoestima, es el mecanismo básico de justificación que les permite admitir su conducta errónea y reincidir o persistir en ella. Por lo tanto, una posible acción preventiva o terapéutica con estos delincuentes puede ser intentar aumentar su autoestima, pues así disminuirá la distorsión cognitiva de sus actos, con lo que, al mejorar su percepción real, podremos conseguir una mayor empatía hacia las víctimas (Anderson y otros, 1997). 5.- La personalidad: Pudiera establecerse la hipótesis, en un principio, de que la comisión de delitos sexuales vendría motivada por una personalidad trastornada o con algún tipo de problema o alteración. Sin embargo, los estudios y pruebas realizadas al respecto no parecen, por el momento, avalar esta hipótesis. Tal vez los motivos de los resultados encontrados radican en la distinta concepción de la "alteración de la personalidad" utilizada por los distintos investigadores, y en la dificultad para que los delincuentes sexuales encuestados al respecto hablen libre y abiertamente de sus actos y pensamientos. Ello provoca que sea "poco probable que nos podamos formar una idea clara de la naturaleza parafílica de los delincuentes sexuales en el futuro" (MARSHALL, 2001:106). También hay que descartar "la posibilidad de que los delincuentes sexuales se caractericen por trastornos psiquiátricos que les impidan controlar su comportamiento sexual" (MARSHALL, 2001:105). Advertimos que hay discrepancias entre los distintos estudios acerca de la existencia de parafilias en estos delincuentes. Algunos autores señalan numerosos casos de su presencia (Abel, Becker, Cunningham-Rathner, Mittleman y Rouleau, 1988), lo que contrasta con los resultados de Marshall, Barbaree y Eccles, 1991, que sólo las encuentran en un 12 % de los estudiados. Tampoco hay resultados que avalen la hipótesis de las personalidades problemáticas o inusuales en los delincuentes sexuales, aunque aparece en ellos, con cierta frecuencia, la psicopatía
(MARSHALL, 2001:107). Para concluir, podemos afirmar que, aunque pudiera parecer lo contrario en un principio, las personalidades de los agresores sexuales son en general y a grandes rasgos muy semejantes a las de las demás personas.
3.2.6.- El delincuente relacionado en delitos contra la salud Psicología del narcotraficante: los cabecillas de la droga responden a patrones mentales que estudian los especialistas para explotar las debilidades. Todos tienen en común el narcisismo, pues invariablemente cuidan su apariencia, algunos hasta el ridículo. Un ejemplo fue Rafael Caro Quintero (capturado el 4 de abril de 1985): galán compulsivo, se teñía el pelo paca ocultar las canas, se depilaba las cejas, se aplicaba costosas mascarillas para combatir el acné y, para mantenerse en forma, corría 2 horas diarias. Por supuesto, sus gustos eran ramplones: solía vestir pantalones de mezclilla ajustados y camisas floreadas abiertas
hasta
el
ombligo,
para
mostrar
un
tórax
musculoso.
Narcos posteriores fueron algo más refinados y no dudaron en recurrir al bisturí, como hizo el difunto Amado Carrillo Fuentes, "El Señor de los Cielos". Empeñado en despistar a las autoridades y verse más hermoso, el 4 de abril de 1997 se sometió a una extensa cirugía plástica. No se conformó con una liposucción, sino que exigió a los cirujanos una nariz respingada, barbilla partida, reducción de pómulos y eliminación de ojeras. Lo malo para él fue que falleció en la operación. El líder de los restos del cártel de Sinaloa, Ismael Zambada García, "El Mayo" (aún libre), recientemente trasformó su apariencia facial para eludir a los federales, según
informó
el
procurador
Rafael
Macedo
de
la
Concha.
El ombligo del mundo Los grandes narcotraficantes mexicanos coinciden en al menos otros 7 rasgos de personalidad identificados por los expertos: egocentrismo; inteligencia: liderazgo; propensión a la violencia: adaptabilidad social: profunda religiosidad; y fuerte apego a la familia.
Una de las manifestaciones más comunes del egocentrismo de estos criminales es la competencia subterránea que mantienen entre sí para ver quién acumula más corridos en su honor. Los jefes se disputan la atención de grupos famosos como Los tigres del norte, Los tucanes de Tijuana y Grupo Exterminador; y de solistas como Chalino Sánchez, Lupillo Rivera y Pedro Rivera, pues según su código secreto, miden su popularidad y estatus social según el número de canciones que hablan de ellos.
También compiten por conseguir que alguna de sus pertenencias sea exhibida en el Museo de Enervantes de la ciudad de México. Mantenido en un búnker de la Secretaría de la Defensa al cual sólo tienen acceso los militares, ahí se conserva, por ejemplo, un revólver Colt calibre .38 con culata de oro y las iniciales de Amado Carrillo trazadas con circonitas y esmeraldas incrustadas. Igualmente se muestra un rifle de asalto AK-47 "cuerno de chivo", con una palma grabada en el cargador en alusión al apellido de su propietario, Héctor Luis "El Güero" Palma, uno de los jefes
del
cártel
de
Sinaloa,
capturado
el
22
de
junio
de
1995.
Los narcos adoran festejarse, como hacía Amado Carrillo, que en su propio honor ofrecía en sus mansiones --decoradas con grandes animales disecados y pletóricas de albercas-- pomposas reuniones de varios días, amenizadas por cantantes y bandas de moda.
A no pocos los enloquece la tecnología, como a Gilberto García Mena, "El June", segundo al mando del cártel del Golfo cuando fue capturado el 9 de abril de 2001: con orgullo presumía que en su cuartel general --una ostentosa casona en el pueblo de Guardados de Arriba, en el municipio tamaulipeco de Camargo--, había montado un moderno centro de espionaje telefónico capaz de interceptar cualquier llamada hecha en kilómetros a la redonda.
Inteligentes pero violentos Los jefes de los cárteles también tienen en común una gran inteligencia que les permite planear y organizar operaciones de gran envergadura. Por ejemplo, la ficha siquiátrica de Félix Gallardo (fundador del cártel de Juárez), internado en 1992 en la cárcel de Almoloya, consigna que ese capo << posee una gran capacidad para planear, dirigir y organizar grupos delictivos. Es un hombre inteligente, frío y calculador, por lo que se le considera altamente peligroso >>. Otro caso es el de Vicente Carrillo Leyva, de 27 años de edad, hijo del "Señor de los Cielos". Tras la muerte de su progenitor, el "narcojúnior" --como se conoce en el ambiente a los herederos de los capos originales-- afianzó su lugar en la organización a fuerza de inteligencia: no sólo sabe solucionar los conflictos de manera contundente y sin rodeos, sino que merced a complicadas maniobras financieras "lava" regularmente buena parte de las ganancias del negocio familiar sin
que
las
autoridades
atinen
siquiera
a
barruntar
su
pista.
Pero quien goza de fama de mayor inteligencia es Juan José Esparragoza, "El Azul", también libre y muy mencionado recientemente, cuando se descubrió que había logrado poner a su servicio a la policía judicial de Morelos. Cerebro operativo del cártel de Juárez, Esparragoza es señalado por las autoridades como
el artífice de una suerte de pacto celebrado entre las principales organizaciones para no atacarse entre ellos y repartirse el territorio nacional a fin de operar sin sobresaltos. Si bien las negociaciones (culminadas en 1997 en Acapulco) requirieron gran inteligencia, también hicieron falta grandes dosis de otro rasgo común en los altos narcotraficantes: el liderazgo. En algunos casos, como afirma la ficha de Rafael Caro Quintero, la cualidad se debe a un carácter dominante y calculador, apoyado en recursos económicos casi ilimitados. Pero en otros es más sutil, como ocurre, de nuevo con "El Azul", también conocido como "El Diplomático" por las dotes persuasivas que le permitieron establecer un discreto ascendiente sobre sus pares en la citada reunión de Acapulco.
Cuando fallan inteligencia y liderazgo ninguno duda en recurrir a la violencia, a veces escalofriante: así ocurrió con la vendetta entre Joaquín "El Chapo" Guzmán (fugado en enero de 2001 del penal de Puente Grande, Jal.) y su ex socio, "El Güero" Palma, quien a modo de macabro obsequio recibió por paquetería la cabeza de su esposa, cortesía de su antiguo colega.
El campeón de la violencia entre capos, a decir de sus propios rivales, es el ex jefe del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén (capturado el 10 de marzo de 2003), conocido como "El mata-amigos" porque jamás dudó en asesinar a sus propios socios y jefes, ya fuera para ascender en la banda o para quedarse con novias o esposas de los muertos.
Tan violento e impulsivo es "El mata-amigos" que inclusive se atrevió a secuestrar a 3 agentes estadunidenses de la DEA y el FBI: a la cabeza de 13 sicarios detuvo en las calles de Matamoros el auto con placas diplomáticas en que circulaban los
extranjeros; luego, a punta de "cuernos de chivo" y pistolas calibre .45 Copa de Oro, los "paseó" una hora antes de soltarlos, no sin antes amenazarlos de muerte si insistían en seguirle los pasos.
Dios y familia Siempre en peligro de morir, estos hombres invariablemente se encomiendan a Dios. Todos son fervientes católicos, según testimonio de los capos capturados; la mayoría asiste a misa cada vez que puede y, de preferencia, en compañía de la familia. Algunos contribuyen con largueza a las obras pías de las diócesis que les corresponden o pagan las fiestas patronales de sus poblados de origen, como hacía Eduardo González Quirarte, "El Flaco", cerebro financiero del cártel de Juárez (aún libre), quien cubría integro el costo de los festejos en San Juan de Ocotlán, Jal. Cada vez que salvaba la vida, ofrecía "mandas" en el templo del Señor de los Lagos en Ciudad Granja, Jal. Muchos traen consigo imágenes religiosas, a veces muy a su estilo, como Héctor "El Güero" Palma, que el día de su detención portaba rala pistola Colt 9 milímetros con la virgen de Guadalupe labrada en la culata. También son algo supersticiosos y, si es posible, acuden alguna vez a la capilla dedicada en Culiacán al bandolero Jesús Malverde, considerado por muchos el santo patrono de los narcotraficantes, aunque la Iglesia católica lo desapruebe. Una característica ocasionalmente explotada por el ejército y la PGR para atrapar a los jefes del narcotráfico es el grata apego familiar. Así ocurrió con Benjamín Arellano Félix, máximo líder del cártel de Tijuana, capturado el 9 de marzo de 2002
por militares en Puebla mientras visitaba a su esposa e hijos, vigilados en secreto por el gobierno desde hacía meses.
Amado Carrillo,"El Señor de los Cielos", también estuvo a punto de caer preso pocos meses antes de su muerte, cuando regresó intempestivamente de Argentina (a donde ya extendía sus tentáculos) para tranquilizar a su esposa, furiosa tras la publicación en un periódico mexicano de una foto del capo con otra mujer. Que los narcos son capaces de enfrentar los mayores peligros por su familia lo demostró en febrero de 2002 Ismael "El Mayo" Zambada, tras enterarse de que su nieto Vicente Zambada Balboa había sufrido un serio accidente automovilístico y estaba internado en el hospital Cemsi, de Culiacán. Con la policía en los talones, el capo se presentó en cl nosocomio fuertemente armado y escoltado. Para cuidar su seguridad Zambada mantuvo incomunicado al personal del hospital mientras permaneció en el edificio y sólo partió cuando supo que la policía estaba a punto de arribar. Antes de huir ordenó que su pariente tuviera la mejor atención y pagó de contado el traslado de especialistas estadunidenses para que atendieran el traumatismo craneoencefálico que finalmente mató al muchacho. Pero él cumplió a cabalidad con lo que consideró su deber, pues los estudios --hechos a 4 manos por la PGR y la Facultad de Psicología de la UNAM--señalan que << por su familia, los capos son capaces de jugarse la vida >>. UNIDAD IV: INTERPRETACIÓN DEL CRIMEN Y EL PROCESO DE PRISIONALIZACIÓN. Objetivo específico: Otorgar a los alumnos los conocimientos de las diferentes teorías que explican el origen del comportamiento criminal y el proceso por el que pasan los delincuentes al ingresar a un centro de readaptación social, para que comprenda la dinámica del comportamiento que se da dentro de los mismos.
TEMAS 4.1.- Interpretación biológica 4.2.- Interpretación psicoanalítica 4.3.- Factores exógenos y crimen. 4.4.- Conceptualización 4.5.- Características del proceso 4.6.- Factores que influyen en el desarrollo de este proceso 4.6.1 La personalidad y actitudes del custodio 4.6.2 El trato y manejo del custodio hacia el interno 4.6.3 El “ambiente” del centro de reclusión. 4.7.-Manifestaciones que evidencian este proceso en el custodio En sus relaciones interpersonales: con compañeros, familiares, personal penitenciario, etc. 4.8.- Manejo y reforzamiento de valores. CLASIFICACIONES PSICOLÓGICAS DE LOS CRIMINALES www.monografias.com
FACTORES Y DINÁMICA CRIMINAL Existen dos tipos de factores que ejercen influencia sobre un ser: el primero será el factor endógeno (biológico-genético) y otro el exógeno, este será el factor político, cultural, económico y social; medio ambiente). En toda acción delictuosa debe buscarse el factor etiológico de esta acción, pueden entrar en juego factores hereditarios, factores ambientales o los dos al mismo tiempo. Factores Endógenos Es pues de comprender que de padres psíquico-físicamente sanos lo más probable es que nazcan niños sanos
La importancia de los fenómenos de la herencia en la génesis, es evidente que una herencia morbosa, viene a desarrollar en el individuo particulares anomalías psíquico – físicas o tendencias que ejercerán sobre el influencia para cometer hechos delictuosos. En todos los factores endógenos se notará que el actor principal es el cerebro; el encéfalo es la parte más importante de nuestro cuerpo, es la parte más compleja del sistema nervioso, controla el cuerpo, los actos, las sensaciones y las palabras, recibe información de todas partes del cuerpo, las procesa y envía mensajes a los músculos para entrar en acción. Todo el cerebro esta comunicado de tal forma para controlar el comportamiento. Anomalías Anatómicas Las anomalías anatómicas especialmente en el encéfalo presentan fenómenos de la predisposición constitucional de la delincuencia ya que es la sede de los fenómenos psíquicos, provocando disfunción hormonal, capaces de influir sobre la misma función del cerebro. Orden Infeccioso A los agentes etiológicos del orden infeccioso, debemos tener en consideración todas las toxiinfecciones; así se ha visto en caso de encefalitis, muy especialmente cuando atacan en la infancia, pueden obrar sobre el temperamento, carácter, tendencias y aptitudes del niño, aun en niños sin deterioros hereditarios pueden apreciarse degeneraciones sexuales, marcada perversidad, impulsividad, irritabilidad y tendencia al robo. Traumas Es sabido que también los traumas, especialmente los craneoencefálicos, pueden dar lugar a perturbaciones psíquicas mas o menos graves y hasta a verdaderas psicopatías agudas o crónicas especialmente cuando se acompañan de lesiones anatómicas y funcionales de los elementos nerviosos, por eso se debe ser muy prudente en la utilización de fórceps durante el parto, claro esta que en aquellos individuos de constitución delincuencial el trauma viene a actuar como un elemento secundario desencadenante.
Hipertiroidismo y Hipersuprarrenalismo Otro factor es el estudia de las glándulas de secreción interna, ya que están en íntima relación con el sistema vegetativo, o sea el sistema nervioso autónomo, que a su vez está en relación con la vida instintiva y afectiva. A este respecto, se puede saber que el hipertiroidismo e hipersuprarrenalismo; disfunciones de las glándulas de secreción interna se encuentran en los homicidas. La Endocrinología es un factor de mucha consideración mas no la única causa etiológica. Factores Exógenos Todo estimulo exterior, toda influencia ambiental, encuentra según la estructura del organismo que ha recibido dicho influencia Receptividad y Reactividad En la etapa de la niñez se va formando el carácter y temperamento, cada niño es diferente, la receptividad y la forma de reaccionar serán diferentes en cada uno, habrá muchos menores en que el menor estímulo basta para su descontrol completo, otros resisten sin descontrolarse a estímulos de consideración, pero teniendo en cuenta que el cerebro del niño se encuentra en estado evolutivo, a pesar de que pudiera tener un factor herencia magnifico, es necesario separarlo de malos elementos que pueden dejar huella en su cerebro no desarrollado. Socialización y Aculturación La socialización es el proceso por el cual el individuo se convierte en miembro de un grupo social: una familia, comunidad, tribu, etc. Aquí se presenta el aprendizaje de aptitudes y creencias, costumbres y valores, expectativas y roles del grupo social. Si este sentido de pertenencia a un grupo social, existirá en el sujeto inseguridad frente al entorno en que se desenvuelve, si no existen roles ni expectativas, no tendrá una identidad definida por lo que le inclinará a acciones delictivas, con el fin de buscar una identidad. Sistema Familiar La familia ocupa el papel central en el desarrollo, en la relación con los niños de corta edad, ejerce influencia extraordinaria sobre el tipo de persona en que se convertirá y el lugar que ocupará en la sociedad. La forma en que interactúan las
personas en una familia tiene un impacto muy fuerte en el desarrollo. Además de integrar al niño en la unidad familiar, los padres interpretan para él la sociedad y su cultura. Los valores culturales se expresan en aspectos de la vida cotidiana como la comida, ropa, amigos, educación y juegos y en cada uno de estos deberá tenerse, minucioso cuidado. El influjo de los padres no es mas que un elemento esencial para aprender a funcionar como miembros de grupos sociales. Aspecto Económico Otro factor importantísimo es el estado de miseria material y fisiológica, la primera refiere la carencia de medios para transmitir una buena escolarización, vestimenta y juguetes, la miseria fisiológica ya sea de origen congénito o por alimentación cualitativamente o cuantitativamente insuficiente; el individuo sufre degeneración física y psíquica, mayor inhibición de la inteligencia y de la voluntad, y por lo tanto una baja resistencia a actos delictuosos. Al hablar de miseria se incluye naturalmente las pésimas condiciones de higiene. En toda acción delictuosa es indispensable el estudio de la personalidad del sujeto, la reconcentración de la cadena de situaciones psicológicas que han hecho surgir la idea delictuosa, las que han formado su desarrollo y las que han puesto en juego su realización.
INTELIGENCIA Introducción Podemos definir la inteligencia como la capacidad para aprender o comprender. Suele ser sinónimo de intelecto (entendimiento), pero se diferencia de éste por hacer hincapié en las habilidades y aptitudes para manejar situaciones concretas y por beneficiarse de la experiencia sensorial. En psicología, la inteligencia se define como la capacidad de adquirir conocimiento o entendimiento y de utilizarlo en situaciones novedosas. En condiciones
experimentales se puede medir en términos cuantitativos el éxito de las personas a adecuar su conocimiento a una situación o al superar una situación específica. Definición de la Inteligencia Para los antiguos griegos las más altas virtudes del hombre consistían en ser "bueno y hermoso"; para los antiguos persas, en ser "veraz y valeroso"; para los teutones, en ser "fiel", y para nuestros contemporáneos, en ser "inteligente". El complejo significado que este término expresa ha sido reconocido desde hace miles de años. La palabra "inteligencia" se deriva de la latina "intellegere", que significa literalmente "recolectar de entre" y abarca los conceptos de percepción, discernimiento, selección
y establecimiento
de
relaciones. Originalmente,
"recolectar de entre" significaba recolectar el buen grano de entre la maleza y abarcaba los siguientes actos: percibir el grano, diferenciar el grano de la cizaña, seleccionar el bueno y establecer relaciones mediante la selección. En lengua hebrea hay muchas palabras distintas para designar el concepto de inteligencia, cada una de ellas con otras connotaciones: una resalta igual que en latín las características de discernimiento, de distinción; otra está relacionada con el concepto de máquina y de invento; una de estas palabras hebreas subraya el concepto de espacio, de amplitud y tolerancia, mientras otra recalca las características de la percepción en general y del gusto en particular; una palabra tiene el significado positivo de éxito y prosperidad, otra el negativo de complot o ardid. Todavía otra palabra hebrea da a la inteligencia una connotación social de ayuda, consejo y progreso, mientras otra acentúan la firmeza y el poder. Todos estos matices y connotaciones del concepto de inteligencia hacen casi imposible
definir
el
término.
La
idea
moderna
de
inteligencia
varía,
necesariamente, de la antigua, aunque el valor atribuido a cada concepto depende de la concepción del mundo y de los requerimientos sociales de cada época. Es característico el hecho de que en todas las connotaciones arriba mencionadas faltan algunas que son predominantes en nuestra época, como la memoria, el aprendizaje y el conocimiento. Los antiguos, por el contrario, describían el peligro psicológico que encerraban las relaciones entre la inteligencia y el conocimiento,
como lo demuestra el vivido relato bíblico de la creaci6n del mundo. La serpiente, representando al animal más inteligente, seduce al hombre para que adquiera el conocimiento comiendo el fruto prohibido, en el que están combinados el bien y el mal. El discernimiento mediante el conocimiento fue considerado como la causa de que el hombre perdiese su unión con el universo. El valor positivo de la inteligencia tal como aparece en las más antiguas escrituras, fue la capacidad de establecer relaciones, su aplicación a una labor productiva social o inventiva, su integración en otras manifestaciones del organismo, tales como las sensaciones y la fuerza El concepto de inteligencia como derivado del aprendizaje puede ser explicado estáticamente como la suma de elementos del conocimiento. Como ya expusimos, el concepto estático se vio favorecido en una época en la que la eficiencia de la máquina, con sus rígidos y calculados mecanismos, era considerada como el desideratum de la perfección. Distintos psicólogos definen la inteligencia como la "capacidad de adquisición". Refiriéndose a experimentos basados en el método del ensayo y el error, establecen que la inteligencia es resultado del aprendizaje. Pero es evidente que la inteligencia no es igual a la acumulación de conocimientos. Hasta una persona con conocimientos enciclopédicos necesita ser inteligente, pues de la inteligencia depende el uso que haga de sus conocimientos, la forma en que los relacione y la aplicación de los datos. Siendo la memoria el almacén de nuestras ideas y sobre cuya base se forma la mente humana, existe la idea muy extendida de que la inteligencia es proporcional a la amplitud de tal almacén y a la habilidad para administrarlo. Sin embargo, por mucha que sea la amplitud de ese depósito, puede ocurrirle lo que con el material que se cuente sea de muy poco valor y por muy bien que se administre ello no eleva el precio de los objetos que contiene. El grado de memoria no está tampoco en proporción directa con la inteligencia, como lo demuestran algunos experimentos. Es bien conocido el hecho de que las personas poco inteligentes pueden poseer una excepcional capacidad de memorizar números, nombres y hasta complicados problemas, como los de ajedrez. La inteligencia no es lo mismo
que la pericia, pues un acto inteligente puede tener lugar sin práctica y, al contrario, a pesar de la práctica, pueden realizarse actos poco inteligentes. Por ultimo, la inteligencia no es una facultad aislada ni una respuesta estática a un estímulo. Algunos psicólogos han ampliado el concepto unidimensional haciéndolo multidimensional, pero continúan aferrados a la idea de una máquina de actividad combinada. Según Thorndike (1927), la inteligencia es la suma total de varias capacidades específicas, pero distingue tres niveles básicos a los que llama inteligencia "abstracta", "mecánica" y "social". También diferencia cuatro aspectos importantes, que son la actitud, extensión, área y aceleración. Por ejemplo: un hombre que pueda ejecutar el proyecto más difícil, abarcar la mayor perspectiva realizando un gran número de tareas consiguiendo resultados correctos mas rápidamente tiene una gran inteligencia. En sus definiciones de la inteligencia, ciertos psicólogos reconocen características dinámicas. Según W. Stern, la inteligencia es la capacidad del individuo para adaptarse a nuevas necesidades, su adaptabilidad mental a nuevos problemas y nuevas condiciones de vida. Una definición semejante da E. C. Warren en su Diccionario de Psicología (1948). Sin embargo, también la amiba y las plantas tienen sus capacidades, pero muy diferentes a las de los seres humanos. El significado de inteligencia es muy complejo. Está estrechamente relacionado con el intelecto, término que abarca los conceptos de observación, pensamiento, capacidad de establecer relaciones, recuerdo e integración. La inteligencia es un estado de "agudeza mental" que nos permite resolver un problema y conseguir un fin; es una "capacidad para actuar y no un mecanismo para establecer relaciones". El acto inteligente depende del fin a que va dirigido. Contar es una actividad intelectual y puede ser una forma inteligente de saber cuánto dinero podemos gastar; pero contar las letras de un libro no es una manera inteligente de aprenderse la lección. Los experimentos realizados con animales indican que la característica principal de la inteligencia es el reconocimiento de relaciones; además, es un proceso
selectivo mediante el que “se escogen, de entre las demás”, las cosas que son, exactamente, lo que la palabra inteligencia significa. F. N. Freeman (1940) señala que "el fracaso en definir el término "inteligencia" proviene de la suposición, consciente o inconsciente, de que tiene varios grados, de lo que se deriva una confusión de ideas y un prolongado debate sobre premisas falsas". Distingue este autor tres conceptos de inteligencia: 1) el orgánico, que podríamos definir como la potencialidad de conducta inherente a la constitución individual; 2) el social, y 3) el psicológico y conductista, que considera la inteligencia como un tipo de conducta determinado por una prueba. Los dos primeros tratan de explicar las causas de las variaciones de la inteligencia y el tercero se refiere a la conducta en la que aparecen estas variaciones. Discutiremos a continuación estos tres conceptos y sus derivaciones. Las bases biológicas de la Inteligencia La inteligencia, el proceso de establecer relaciones e integraciones, no es un fenómeno aislado, sino una pauta para trabajar con ellas. El acto inteligente es un acto de configuración. Pero la inteligencia misma tampoco es una facultad aislada sino que más bien depende de las mismas funciones del organismo. Depende de la percepción, la atención, la memoria, el aprendizaje, las asociaciones, la imaginación y las emociones. Y también de las condiciones biológicas, como pueden ser la actividad nerviosa o glandular; y también influyen la herencia y el ambiente. Las bases biológicas de la inteligencia son el cerebro y el sistema nervioso. Aunque las funciones glandulares parecen ejercer considerable influencia, algunos autores relacionan la inteligencia con el tamaño del cerebro, basándose en comparaciones entre el grado de inteligencia de algunos animales y el tamaño respectivo de su cerebro. Sin embargo, es dudoso que lo que llamamos "inteligencia" en los seres humanos se corresponda exactamente con la de los animales, siéndonos todavía desconocido el grado de similitud existente. Además, la inteligencia parece estar relacionada con la variable resistencia de las neuronas
y, según algunos autores, con los cambios metabólicos y con la sangre que irriga al cerebro. La influencia de la herencia sobre la inteligencia ha sido estudiada en cuatro aspectos distintos: 1) mediante experimentos sobre animales; 2) con el estudio de la inteligencia en gemelos univitelinos; 3) estudiando la de los hijos adoptivos, y 4) investigando los factores hereditarios en los débiles mentales y en los genios. Experimentos en animales. Las aptitudes hereditarias de la rata se estudiaron basándose en su aprendizaje para salir de un laberinto. El experimentador seleccionó durante ocho generaciones las ratas "vivaces" y las "obtusas". Continuando la procreación de ratas vivaces produjo una raza permanentemente vivaz, mientras que la procreación de ratas obtusas dio origen a una raza estúpida. (Experimentos semejantes se hicieron con ratas agresivas y mansas, obteniéndose resultados similares). Gemelos idénticos. La tesis de que la inteligencia depende, en gran parte, de factores hereditarios, se vio confirmada por el estudio de gemelos educados separadamente. El parecido físico de padres e hijos o de hermanos entre sí es bien conocido de todo el mundo, aunque los hijos de los mismos progenitores no tengan la misma sustancia hereditaria debido a la diferente combinación de los cromosomas que, en algunos casos, produce variaciones extremadamente grandes. La observación de los rasgos dominantes y recesivos y el hecho de que las leyes de la herencia sólo pueden confirmarse en un gran número de generaciones, hace difícil investigar este problema en los seres humanos, cuyo número de hijos es limitado y cuya longevidad no es tan larga que permita un estudio simultáneo en muchas generaciones, como ocurre con los animales cuya vida es corta. El estudio de gemelos idénticos, muestra señaladas semejanzas, tanto en las características mentales como en las biológicas. Cuando los gemelos han sido criados juntos tales semejanzas podrían explicarse por las condiciones del ambiente, la educación semejante, el trato parecido, la igualdad de alimentos, etc. Sin embargo, los estudios estadísticos han demostrado que tanto los gemelos criados juntos como los criados separados muestran iguales semejanzas, excepto
en lo que se refiere al peso del cuerpo, que varía de acuerdo con el ambiente, los distintos alimentos y los diferentes ejercicios físicos. En ambos tipos de gemelos idénticos aparecen habitualmente grandes semejanzas, aunque se conocen algunos casos en los que el cociente intelectual difería en 20 puntos, tratándose de gemelos idénticos criados aparte. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, aún mediando grandes diferencias de educación y de ambiente, sólo producen ligeras diferencias del CI en gemelos idénticos. Hijos adoptivos. "Los efectos combinados de la herencia y el ambiente" han sido demostrados en niños adoptivos. En los casos en que se conocía el cociente intelectual del hijo adoptivo, el de sus propios padres, el de los padres adoptivos y el de los hijos legítimos de los padres adoptivos se observó que el cociente intelectual del primero cambiaba por la influencia del hogar que lo había adoptado, pero aparecían diferencias significativas si se comparaba con el de los propios hijos de los padres adoptivos. Estos estudios indican que la inteligencia está determinada tanto por la herencia como por el ambiente. A. M. Leahy (1935) observó que existe una relación mucho más elevada entre la inteligencia de los padres y la de sus hijos que entre la de aquellos y los adoptivos (adoptados antes de la edad de seis meses). Al parecer, la influencia de la herencia en los factores mentales se basa en la constancia relativa de la inteligencia. El débil mental y el genio. Las investigaciones realizadas en familias en las que se ha estudiando el árbol genealógico, demuestran que la debilidad mental es hereditaria. El 20 por ciento se debe a lesiones o enfermedades cerebrales en las primeras épocas de la vida. Los padres normales con antepasados sanos rara vez tienen hijos débiles mentales. Un fenómeno semejante se observa entre los hombres de genio. Woods (1906), investigando las características mentales de los familiares
de
3,500
norteamericanos
prominentes,
encontró
que
estas
personalidades están emparentadas entre sí cien veces más de lo que están con el resto de la población norteamericana. Galton (1937) obtuvo resultados semejantes en el estudio de 977 hombres famosos ingleses. Este autor seleccionó, al azar, otros 977 ingleses y comparó ambos grupos en relación con el
número de allegados eminentes en cada uno. El primer grupo alcanzó la cifra de 322 contra 1 en el segundo grupo. Se plantea ahora un problema básico en psicología, llamado de la "naturalezaeducación". La personalidad. ¿es más un producto de la naturaleza o de la educación? Ciertamente, la educación no es el único factor que interviene en la formación de la personalidad. A pesar de cualquier tipo de educación, un débil mental nunca llegará a ser un genio e inversamente, el genio puede aparecer a despecho de las condiciones ambientales más desfavorables. Tampoco la herencia es exclusivamente decisiva. La hermana y el hijo de Goethe tuvieron una inteligencia baja, mientras que en la familia Bach aparecieron varios genios. Parece que la naturaleza influye sobre los efectos de la educación y esta última desarrolla las posibilidades de la naturaleza. Los caracteres recesivos de orden fisiológico tienen su paralelo en las características mentales latentes. Carlos Darwin, por ejemplo, era considerado como un tonto por sus maestros. La madre de David Hume describía a éste como de "mente excepcionalmente indefinida". Napoleón fue el 42º en su escuela. El caso del poeta suizo Conrado Fernando Meyer demuestra que un hombre puede mostrar rasgos de deficiencia mental hasta los 39 años, y de ahí en adelante, hasta los 67, revelarse como un genio. Las bases socioculturales de la Inteligencia La discusión entre los partidarios de la naturaleza y los de la educación en relación con la inteligencia, se suscitó de nuevo recientemente con gran vehemencia con motivo de las investigaciones llevadas a cabo en Iowa (1940-1941). Estos estudios afirman que el cociente intelectual puede aumentar en un número considerable de puntos si se presta al niño la debida atención preescolar y, al contrario, descender cuando las condiciones educativas son inadecuadas (por ejemplo, en un orfanato). Tales cambios no son originados ni por la práctica ni por la enseñanza mismas, sino por el ambiente en su totalidad. Según estas observaciones, "la inteligencia, tal como se la define habitualmente, responde mucho más a los cambios ambientales de lo que antes se pensaba". Afirmaciones atrevidas, pero no muy
convincentes, como las hechas por M. Skodak (1939), de que "si los hijos de madres claramente retrasadas, son colocados a muy tierna edad en hogares adoptivos, se puede transformar completamente la baja cifra intelectual en capacidad mental", han sido muy criticadas y negadas por otros estudios. Nadie puede negar la considerable influencia del ambiente, como lo evidencia positivamente la educación y negativamente la etiología de las neurosis. Sin embargo, esto no contradice la tesis hereditaria. El ambiente puede reprimir las dotes hereditarias o llevarlas a su completo desarrollo; puede cambiar y transformar manifestaciones intelectuales del mismo modo que cambia las manifestaciones de las tendencias instintivas y emocionales, pero no existe ninguna prueba de que pueda afectar al "nivel" de la inteligencia. Este nivel, que se hace más patente en el débil mental y el genio, parece estar limitado por la herencia. Sin embargo, como los límites de la inteligencia rara vez son alcanzados, el educador tiene las mayores posibilidades de ampliar la esfera de la inteligencia potencial. Ello es efecto le la educación que quiere decir "dirigir" (educere), proporcionando cualidades mediante técnicas adaptadas a las necesidades individuales; educación no es lo mismo que instrucción, que significa "apilar, acumular" (instruere) alimentos espirituales para el consumo individual.
CONDUCTA AGRESIVA Conducta agresiva: Comportamiento que tiene la intención de causar un daño. La conducta, además produce una alteración emocional (en el agresor) y Rompe las normas sociales.
Normas sociales: Normas del propio grupo, especialmente aquellas que no están claras pero que son normativas del grupo. Según esto, la pena de muerte sigue una norma social establecida y no puede catalogarse como agresiva. Una misma conducta puede ser agresiva o no. Ejemplo: Una conducta agresiva
estando
bajo
los
efectos
del
alcohol
se
valora
menos
negativamente que si se realiza estando sereno. 1.VERSIONES INSTINTIVAS:
PSICOANÁLISIS:
-
Eros: Pulsión de vida.
-
Tánatos: Pulsión de muerte y autodestrucción.
Pulsión: lo que empuja al individuo hacia realizar un tipo de acción. En tánatos el individuo es impulsado hacia la muerte y la autodestrucción. La persona se carga de energía contrapuesta y debe descargar esta energía. Cuando descargamos tánatos es cuando realizamos conductas agresivas, hacia el exterior o también conductas de autoagresión. Si no descargáramos tánatos, nos llevaría hacia la autodestrucción e incluso la muerte. Pero en vez de realizar la conducta agresiva para descargar tánatos, también podemos hacer otras cosas: -
Canalización: realizar otros tipos de conducta para descargarnos, ej: hacer deporte.
-
Sublimación: buscar otras vías de conducta que nos permitan trabajar la conciencia (en este caso existe una complejidad intelectual superior a la canalización). Ej: realizar actividades artísticas.
-
Catarsis: descargar la energía de Tánatos mediante la visión de las conductas agresivas de otros: desplazamiento.
Las conductas agresivas desde el psicoanálisis nos dicen que tarde o temprano todos realizaremos alguna de estas conductas, pues es inevitable y no siempre las podemos canalizar, subliminar o catartizar.
ETOLOGÍA:
Lorenz explica el porqué de la agresividad. Parte de que la agresividad es un instinto y por tanto es hereditario. Los instintos están al servicio de la supervivencia de la especie y se activan cuando ésta se ve amenazada. Cuando Lorenz traslada el estudio de la agresividad en las personas, la lectura es igual, dice que todas las especies cuando realizan conductas agresivas las realizan de dos tipos: -
Interespecíficas: entre animales de diferente especie. Pueden llegar a comportar la muerte del contrincante (lucha por el territorio, como modo de alimento, etc.).
-
Intraespecíficas: entre animales de la misma especie. Estas conductas, excepto en algunas especies, no acostumbran a llevar a la muerte del contrincante, lo que se busca es la sumisión del otro (lucha de poder). En la raza humana si que trae la muerte.
¿Por qué pasa esto en la raza humana? Lorenz dice que los animales tienen un instinto inhibitorio de las conductas agresivas, que se activa cuando realizan conductas agresivas dentro de la misma especie, que les hace parar y no llegar a matar. Pero en la especie humana este instinto no está desarrollado, ya que hemos construido herramientas para realizar las conductas agresivas (arma de fuego) y nos resulta mucho más fácil matar al otro. No necesitamos el contacto para matar, lo cual ha provocado la inhibición del instinto que tienen los animales. La agresividad, por tanto, como es un instinto es inevitable.
SOCIOBIOLOGIA:
Wilson defiende que la agresividad es un instinto y que se trasmite de forma hereditaria. Pero dice que este instinto está al servicio de la supervivencia del individuo y no de la especie. Por tanto, cuando un individuo ve amenazada su integridad o supervivencia, realizará conductas agresivas. La sociobiología intenta estudiar las bases biológicas de los comportamientos sociales de los individuos. La agresividad es, por tanto, inevitable. Si no existieran elementos que amenazasen nuestra integridad, no se activaría. Como
es
inevitable,
habremos
de
buscar
herramientas
para
hacer
comportamientos de evitación del instinto. El foco de atención es el individuo, hacer que éste adquiera estrategias para que cuando aparezca el instinto no realice las conductas agresivas. 2. VERSIÓN FRUSTRACIÓN - AGRESIÓN: Defiende que la conducta agresiva aparece cuando la persona siente o está en un estado de frustración (Berkowitz). -
Frustración: estado o alteración emocional que empuja al individuo a realizar las conductas agresivas, y este estado está provocado porque algún elemento ha impedido que obtuviéramos un objetivo.
Las primeras teorías decían que delante de un estado de frustración aparecen las conductas agresivas, pero no siempre las dirigimos hacia la persona o elemento que nos ha frustrado, ya que podemos desplazar esta conducta agresiva. Pero, ¿siempre que hay frustración hay conducta agresiva? Se revisa esta versión, ya que también podemos ponernos a llorar después de una frustración y no sería una conducta agresiva. Berkowitz: dice que no siempre que hay frustración aparece la conducta agresiva. ¿Cuándo delante de una frustración de dará la conducta agresiva? Cuando en nuestro entorno dispongamos de índices cognitivos: son indicadores, elementos, objetos que trae el asociado un significado agresivo que hemos aprendido a través del aprendizaje social (¿para qué sirve un arma de fuego? Para matar: el índice cognitivo del arma como objeto es realizar conductas agresivas) o individual.
Se empezaron así a entender muchos "accidentes fortuitos" de la gente que disponía de armas a su alcance. También puede existir un desplazamiento de la conducta hacia otros elementos, como ir al fútbol a "descargarse", en nuestra cultura el fútbol es un índice cognitivo donde está "permitido" realizar conductas agresivas. Según esta teoría las conductas agresivas no se solucionan evitando las armas, sino las frustraciones que son las que nos llevan a la agresión. Pero la frustración es algo inevitable, aunque hemos de intentar evitar. Si nos ponemos unos objetivos muy altos i no los podemos conseguir, generaremos frustración hacia nosotros mismos. Siempre que hay una conducta agresiva hay una frustración previa, aunque la conducta no sea inmediata a la frustración. 3. VERSIÓN DEL APRENDIZAJE SOCIAL: Hay un aprendizaje de las conductas agresivas, igual que del resto de conductas. Mediante el control de las recompensas - castigos. El castigo en principio disminuye o elimina que la conducta se vuelva a repetir. Pero esta teoría dice que si el castigo es en sí una conducta agresiva, repetitiva y frecuente, también estaremos aprendiendo que mediante las conductas agresivas obtenemos eso que queremos. "Las personas que maltratan son hijos de maltratadores". Pero esta no es la única vía de aprendizaje, la experiencia directa de la recompensa y el castigo, hay otras maneras o vías: -
Aprendizaje por modelos: Bandura. Las personas tenemos muchos modelos, primero acostumbran a ser los padres, luego los maestros, los amigos, etc. Un modelo puede ser una persona real o un personaje ficticio, un estereotipo, un esquema, una imagen. Lo que hacemos es aprender de las conductas de estos modelos.
-
Primero observamos al modelo: proceso de atención al modelo.
-
Luego retenemos sus comportamientos.
-
Finalmente PUEDE haber una reproducción.
¿Cuándo se da esta reproducción? Cuando las circunstancias me motiven para hacerlo. Por ejemplo si tengo algún tipo de recompensa (me reconocen que me estoy comportando como el modelo y es algo que gusta). También puede ser que la situación en que me encuentre sea muy similar a la del modelo de quién he aprendido la conducta agresiva. La diferencia entre aprendizaje por modelos e imitación es que en la imitación hay una reproducción de la conducta de otro, pero no existe una "retención" de esa conducta. Si existiera retención sería aprendizaje por modelos. De aquí surge la discusión de la TV, los videojuegos, etc. son modelos de conductas agresivas. ARGUMENTOS QUE FUNDAMENTAN LA ACCIÓN AGRESIVA Los argumentos de las personas que realizan conductas agresivas nos permite la intervención. 1. Potenciar la autoestima 2. Combatir el aburrimiento: suelen ser personas con pocas estrategias; es preciso que no se aburran. El aburrimiento es una disminución de la energía, la agresividad estimula la energía y combate el aburrimiento. 3. Búsqueda de sensaciones agradables 4. Presión social 5. Defensa de una ideología Una revolución social es un conjunto de todo lo anterior. Cuadernos Penitenciarios SINDICATO ACAIP ww.acaip.info
4.4.- Conceptualización
LA PRISIONALIZACIÓN: DEFINICIÓN La cárcel supone un sistema total. Funciona de manera autónoma con sus propias normas, diferentes roles, estilos de vida, patrones de comportamiento, sistemas y códigos de comunicación, economía sumergida, grupos de presión entre reclusos. Al proceso de incorporación y paulatina adaptación a este
peculiar hábitat
alternativo, se le llama prisionalización. Consiste básicamente en la progresiva asunción por parte de la persona privada de libertad de una nueva forma de vida, en el aprendizaje de nuevas habilidades y consistencias compartiméntales. Por eso, la actividad del preso es una lucha por la supervivencia, en un continuo intento de adaptarse al medio. Este proceso puede ser más o menos acelerado, más o menos efectivo, en todo caso no parece que la prisionalización favorezca el proceso de resocialización del interno. Dentro de este proceso de prisionalización cabe destacar el denominado “código del preso” que son un conjunto de normas no escritas, obviamente ajenas a las oficiales, que regulan las relaciones entre los propios presos, dichas normas son mucho mas rígidas e inflexibles que las normas regimentales. Impone la ley del silencio, la no delación del compañero, aunque este abuse de otros. La supervivencia en el ámbito penitenciario exige el estricto cumplimiento de este “código” cuya violación lleva aparejado un insufrible desprecio por el resto de reclusos e incluso el peligro de su propia vida. La explicación acerca de la existencia de este “código” la podemos tener en que todo grupo cerrado genera sus propias normas de comportamiento, las cuales se hacen mas tajantes cuantos mas vulnerables se sienten los sujetos y la especial característica del centro penitenciario donde se encuentren. Al final como ocurre en todo sistema social cerrado, fuertemente jerarquizado y despersonalizador los códigos informales acaban siendo modos de clasificación y dominación del grupo normativo sobre los más desprotegidos, de los veteranos sobre los novatos, de los “kies” sobre los demás reclusos. La vida cotidiana se caracteriza por la mayor de las monotonías las cuales podemos caracterizar de la siguiente forma:
1. Muchas horas en el patio sin hacer nada, lo cual redunde en un sentimiento de vacío, perdida de auto concepto. 2. Demasiado tiempo para pensar, o de volver obsesivamente a la misma idea, genera ansiedad, fatalismo (“comerse el coco”) 3. Aumenta el riesgo de caer en la drogadicción, en un espacio apto para trasiegos mercantiles ilícitos (“trapicheos”) 4. Sometimiento al sistema de dominación y chantaje que genera el mundo de la droga desde el patio. 5. Perdida de la escasa capacidad de decisión y libertad que disponía. (El interno no solo se encuentra limitado por las normas regimentales si no también por las normas que le impone el patio) 6. Empobrecimiento vital y síndrome amotivocional. 4.5.- Características del proceso CONSECUENCIAS DE LA INADAPTACIÓN SOCIAL MÁS EL FENÓMENO DE LA PRISIONALIZACIÓN: Es toda esta realidad la que va provocando el proceso de prisionalización que acaba por hacer mella en la persona del interno. No se trata por tanto de que la persona presa presente unos especiales rasgos o unos perfiles predeterminados: más bien se trata de que el proceso de inadaptación primero, y el de prisionalización después generan la aparición de determinadas consistencias comportamentales. Algunas de la consecuencias en la persona del recluido, tanto mas destacables y consolidadas cuanta más inadaptación social hubiera previamente y cuanto más tiempo haya estado privado de libertad son las siguientes: o Desproporción reactiva: Cuestiones que en otro contexto carecerían de importancia son vividas con una desproporcionada resonancia emocional y cognitiva.
o Dualidad adaptativa: O se produce una autoafirmación agresiva, con fuerte hostilidad adaptativa hacia todo lo que provenga de la “autoridad” o la sumisión frente a la institución como vía adaptativa. o Presentismo galopante: Si no puede controlar su presente, mucho menos su futuro. Tanto por la extremada primariedad de su comportamiento como por lo imprevisible dirección de su vida en la cárcel ( la permanente elección de extremos que caracteriza la vida del inadaptado) o Síndrome amotivocional: No se deja interesar por nada, está cerrado a la novedad, cada vez más metido en un mundo interior que trata de defenderse de las emociones con una aparente dureza emocional cerrada a influjos externos. Delega su responsabilidad y creatividad en el entorno institucional del que depende. o Baja estima de si mismo. Impotencia. Sentimiento de inferioridad que le hace situarse con “envidia” agresiva hacia otros internos que considera normalizados. Es difícil capaz de definirse desde sus potencialidades, más lo hace desde sus carencias y necesidades. o Como en la prisión todo está preestablecido, y la vida sigue su curso al margen del recluso, que apenas tiene ninguna influencia sobre las decisiones que se toman sobre él, acaba adoptando una actitud pasiva, esperando que las cosas "le vengan dadas", especialmente en lo que respecta al aspecto institucional de la vida en la prisión. Esta situación desemboca en una auténtica delegación de la responsabilidad de la propia vida en el entorno institucional. El individuo se va a acabar limitando a aceptar pasivamente "lo que se le viene encima, con una enorme apatía, que se va a convertir en gran parte, en el hilo conductor de su vida. Pero de una manera plenamente justificada, porque prácticamente nunca ha tenido ningún control sobre nada. Por eso, si no planifica, si no prevé el futuro, menos problemas tendrá, aunque esa actitud suponga estar permanentemente sometido a vaivenes
incontrolables. En resumen, se convierte en apático porque es una buena manera de sobrevivir, y porque aunque lo intente, rara vez conseguirá modificar el destino. Mas tarde, cuando salga en libertad, esta ausencia de responsabilización será una de las consistencias actitudinales desarrolladas en la prisión que más van a perturbar las posibilidades de aprovechar las pocas oportunidades que se le ofrezcan. En este sentido, y como simple ejemplo, en ocasiones he visto internos que acaban de salir de la cárcel dejan pasar todos los plazos para formalizar la solicitud de seguro de desempleo a que tienen derecho, a pesar de encontrarse en una situación económica sumamente precaria, limitándose a esperar a que otros le solucionen el problema. Sin ningún tipo de preparación, el individuo pasa de la cárcel, donde se le dice todo lo que tiene que hacer, como hacerlo y donde hacerlo, a la situación de libertad, en la que ha de tomar sus propias decisiones, planificar y dirigir su propia vida, a menudo sin ayuda, con un sistema de funcionamiento completamente distinto del que estaba acostumbrado en la cárcel y con unos fuertes impedimentos. Las consecuencias de la prisionalización no solo son psíquicas. Con el tiempo aparecen también problemas sensoriales La visión sufre trastornos, producto de la limitada perspectiva con que cuenta, además de padecer con las extremidades contrastes de luz entre los escasos espacios abiertos y la celda. A los pocos meses de ingresar en prisión, experimenta lo que se denomina “ceguera de prisión” provocada por la permanente ruptura del espacio, la existencia de continuos impedimentos a la evasión que impiden la visión a distancia; en el mejor de los casos no le permiten ver más allá de unos centenares de metros. Por otra parte, la gran carencia de colores hace de la prisión un lugar poco estimulante y de gran pobreza cromática. Eso explica que uno de sus primeros deseos al salir sea ver distancia y “descansar la vista” También se afecta el sentido de audición, pues la vida en un espacio permanentemente cerrado, en el que conviven multitud de personas y sonidos que retumban los muros, hacen que el nivel de ruido que soportan sea muy alto.
También es de destacar entre las carencia, los sabores y olores muy reducidos que los presos tienen a disposición, predominando un olor constante, mezcla de todo, desde comida, a los fuertes desinfectantes que se utilizan ( el vulgarmente llamado “olor a talego”) En casos extremos, se llega a perder la imagen del propio cuerpo, ello inducido por la carencia total de intimidad. Además hay casos en los que se miden mal las distancias quizá por la confusión entre los límites del propio cuerpo y los del entorno (esto alguna vez sucede en internos sometidos al Régimen Especial). Finalmente, también son frecuentes los agarrotamientos musculares, producidos por la tensión diaria en la que se mezclan ansiedad y una sensación continua de peligro y miedo al futuro, añadidos a la escasa movilidad y práctica deportiva.
4.6.- Factores que influyen en el desarrollo de este proceso CONSECUENCIAS RELACIONALES PARA EL PRESO Y SU FAMILIA Una de las afirmaciones más repetidas entre las personas presas es que lo que peor llevan del encerramiento es la separación forzosa de la familia. Esta separación se agudiza cuanto mas alejado está el centro penitenciario de la residencia familiar. Los internos que están cumpliendo condena fuera de su provincia de origen reciben muy pocas visitas, a menudo solo tiene vinculación con la familia mediante llamadas telefónicas. Al producirse generalmente de manera súbita e inesperada, la detención y posterior ingreso en prisión la persona se siente arrancada del entorno familiar de los suyos. En lo sucesivo ya no pueden verse, si no mediante las distintos tipos de comunicaciones autorizadas, vis a vis (2 horas de contacto intimo o familiar, 2 al mes) por locutorios generales (vulgarmente llamadas “por cristales” 40 minutos a la semana y telefónicamente 5 llamadas de cinco minutos a la semana). El no poder tener una comunicación normalizada hace que el interno pase a tener una relación más utilitarista con su entorno, esto es, darse recados, dinero, relaciones sexuales etc.
Debido a las normas de seguridad existentes en los centros penitenciarios, en lo que a las comunicaciones por locoturios se refiere hace que la comunicación se realice en una cabina con cristales blindados, y mediante un “telefonillo”. Todo esto hace que la comunicación sea más aséptica y más formal de la que se puede producir en una comunicación vis a vis. En la primera etapa de estancia en prisión, el interno tiene generalmente mayor apoyo familiar, sus allegados estarán mas pendientes de él, se prodigan las cartas y las visitas familiares. A mediada que el internamiento se prolonga, la vida reajusta su vida sin la presencia de su familiar, establecen nuevas vinculaciones, en resumen construirán una nueva vida aparte, esto se traduce en que el interno pasa en muchos a casos a ser un elemento distorsinador del entorno. Por otra parte, el preso comienza a idealizar los recuerdos, y al mismo tiempo se irá dotando de una “concha” donde proteger su mundo emocional. Cada vez mas vulnerable y necesitado de sentirse aceptado, pero más endurecido y con tendencia a huir de vinculaciones afectivas y escudarse en la frialdad y la indeferencia. Por lo que se refiere a su sexualidad, las relaciones las tiene hipotecadas por el contexto en el que se desarrollan. No son resultado de un acercamiento afectivo entre dos personas, sin tiempo que apremie. Hay que darse prisa por que el tiempo escasea. Por lo general, los presos (as) se hallan inclinados a sospechar de su esposa cuanto más fuerte es el deseo de satisfacer su libido y más recelosos aún mas con su novia, amante ó amiga (cuya vidas sexuales él juzga) que tiene libertad de unirse a otro hombre. La familia no es ajena a lo efectos de la encarcelación, además de verse privados de un ser querido y una fuente de ingresos, han tenido que presenciar registros domiciliarios de la policía, los comentarios del vecindario que se entera, se un secreto vergonzante que se va sabiendo por donde quiera que vaya. La inseguridad vital y extremada precariedad en que se desarrolla la vida del recluido se contagian a su familia que queda tan necesitada de ayuda tanto o más que el
propio recluso. Con frecuencia, el padre sufre más vergüenza solitaria; las mujeres en cambio, son más propensas a la exteriorización de los sentimientos. La gama de repercusiones sobre la estabilidad familiar es muy variada, dependiendo de la estructura previa, el tiempo de condena y las expectativas de unos y otros acerca de la relación. Pueden ser irreparables cuando se produce la adopción de los hijos por terceros, o un abandono y la creación de una familia por parte del cónyuge en Libertad. Otras veces, se producen serios problemas psicosomáticos mas generalizados en los niños privados de sus padres, en la esposa privada del marido o en la madre alejada de su hijo. En todo caso, la situación del cónyuge en Libertad es también alcanzada por la pena. Condenado a castidad, sin haber hecho nada, obligando en muchos casos a “readaptaciones imperfectas” La vulnerabilidad de los extranjeros: Mención especial merecen los extranjeros internados en las prisiones, al hecho de la distancia y las dificultades de mantener comunicaciones con sus familiares de manera frecuente, se une el desarraigo y en muchos casos el desconocimiento del idioma y de la cultura. Ello dificulta enormemente la comunicación tanto con sus compañeros como con el personal funcionario. Por otra parte, es un facilitador de la aparición de grupos compactos en los que la persona extranjera tiende a resguardarse.
4.6.1 La personalidad y actitudes del custodio EL PERSONAL FUNCIONARIO: El contacto diario con personas en situaciones problemáticas hace del personal de Instituciones Penitenciarias un colectivo especialmente vulnerable de padecer el denominado síndrome Bournot del estrés laboral asistencial. La interacción con los internos se centra en la problemática que estos tienen; problemas de salud, de
drogadicción, familiares sociales etc., todos ellos con una enorme carga emocional y cuya solución en la mayoría de los casos no esta en mano de los profesionales El síndrome del quemado y el compromiso laboral Distintas variables pueden afectar el bienestar psicológico y la calidad y eficacia del desempeño laboral de las personas que trabajan en las organizaciones en general y en las instituciones penitenciarias en particular, entre ellas el estrés laboral en la forma del síndrome de quemarse en el trabajo (burnout) La relevancia de analizar esta temática es subrayada por la relación encontrada entre estrés laboral y bajas laborales, enfermedades coronarias), absentismo), conflictos de pareja , todo lo cual puede redundar en niveles preocupantes de estrés en empleados de prisiones. En la investigación sobre burnout el modelo conceptual más extendido es el formulado por Maslach y Jackson (Maslach y Jackson, 1981, Maslach y cols., 2001) que contempla la estructura de este síndrome en tres componentes: agotamiento emocional, despersonalización-cinismo y sentimiento de realizarse personalmente en el presente. Lo que si parece claro dentro de las distintas conceptualizaciones del síndrome de quemarse laboralmente es considerarlo como una reacción a determinados estresores laborales mediada por factores psicosociales dentro de los cuales el denominado "compromiso con el trabajo" pueda ser considerado sentimiento de logro profesional podría ser considerado una forma de afrontamiento de los desafíos y dificultades laborales, de manera que cuando este compromiso con el trabajo fuera bajo, sería más probable desarrollar los síntomas del burnout.. Por lo demás, la literatura también se ha ocupado de identificar los estresores laborales que contribuyen a generar burnout o alguno de sus componentes –por ejemplo, estresores más asociados al cansancio emocional-, y otras variables organizacionales e individuales, así como de cuantificar la intensidad de la influencia o de la relación de estas variables con el burnout. Así, en el ámbito de las organizaciones se ha señalado el clima organizacional, la satisfacción laboral, la autoeficacia, el conflicto de roles, la ambigüedad de rol, la sobrecarga laboral, la intensidad horaria o el sentido de coherencia, por citar algunos, anotando que
algunas de ellas pueden ser vistas tanto como variables que contribuyen al burnout como variables influídas por éste, como la satisfacción laboral o el clima organizacional. Ya en el ámbito concreto de las instituciones penitenciarias variables que son relevantes en un análisis desde una perspectiva organizacional son las relativas a carácterísticas ambientales-arquitectónicas, a las normas de administración de los establecimientos -.régimen penitenciarios, al organigrama, a los procesos de comunicación, participación y toma de decisiones, liderazgos, a las características de la población recluída, a las categorías del personal penitenciario y a la formación que se les da. Variables analizadas en estas instituciones –y en las policiales- se ha resaltado el antagonismo percibido en de la comunidad -lo cual puede conducir al cinismo-, la percepción de resultados pobres –como ‘ver’ que los delincuentes salen y entran de nuevo en la cárcel-, el grado de apoyo y reconocimiento percibido en los superiores –por ejemplo, un carácter aversivo de supervisión, que atiende sólo a los déficitis y errores y nunca a los aciertos y esfuerzos-, la peligrosidad del trabajo –por ejemplo, los funcionarios de vigilancia en los que los internos proyectan su enojo por el encierro-, la existencia de reglas obsoletas, el elevado número de personas a atender, careciendo de los suficientes recursos, la falta de guías claras para realizar el trabajo o la antigüedad en el trabajo. También, según el tipo de cargo, el funcionario de prisiones puede exponerse a estresores particulares. Por ejemplo, los funcionarios de vigilancia tienen habitualmente mayor riesgo de sufrir agresiones y de verse atrapados en motines, además de que son los encargados de enfrentar y reprimir estas situaciones. No es raro así que cuando en un centro penitenciario se está preparando un enfrentamiento armado o un motín los mismos internos intenten avisar o proteger a aquellos funcionarios o voluntarios que respetan. Muchas veces los psicológos/as y trabajadores sociales tienen una mejor imagen ante los internos que otros empleados, y situaciones como los motines o las peleas en las prisiones fácilmente conducen a muertes y episodios de crueldad que pueden dejar un importante impacto psicológico en quienes los viven.
Pero también estos psicólogos y trabajadores sociales pueden enfrentarse a estresores particulares como el dolor humano –conocer historias de sufrimiento y de abusos-, exponerse a la maldad, a crímenes horrendos –violaciones sexuales, asesinatos- ante los cuales el profesional debe sobreponerse y mostrarse empático con el interno-, la ambigüedad de rol -¿quién es el cliente del psicólogo penitenciario?- y también la agresividad de los internos –reacciones de un interno a un informe desfavorable a apoyar un permiso de salida-. interno-. Por otro lado, por supuesto que además de los estresores laborales el funcionario de prisiones también recibe gratificaciones en su trabajo, y una de ellas puede ser simplemente estar trabajando en aquello que le gusta y en lo que eligió formarse, o lograr pequeños éxitos cotidianos –como salvar la vida de un interno que presenta riesgo de suicidio-, o lograr evitar que la cárcel dañe al interno más de lo que ya viene desde la calle, aunque no se consiga mucho en lograr la "reinserción social del recluso". Estas gratificaciones junto pueden compensar los aspectos negativos del trabajo. A ello, la comunidad puede contribuir reconociendo el trabajo penitenciario, lo cual muchas veces no sucede por unas u otras razones. Por otra parte, el compromiso con el trabajo ha sido considerado recientemente como la antítesis o el proceso complementario al burnout (Maslach y cols., 2001). De acuerdo con estos autores, el compromiso con el trabajo es distinto al compromiso organizacional -que se referiría a una alianza entre el empleado y la organización que proporciona el empleo, con foco en la organización-, a la satisfacción laboral -que se refiere al grado en que el trabajo es un fuente de contento y realización-, y a la implicación en el trabajo, que es sólo una parte del compromiso con el trabajo. Este, por otra parte, se ha estudiado desde dos perspectivas: El compromiso con el trabajo sería la antítesis del burnout, de forma que niveles bajos en burnout corresponderían a niveles altos en compromiso con el trabajo. Para otros, en cambio, el compromiso con el trabajo sería un fenómeno con entidad propia en el ámbito del mundo laboral, y se caracteriza por sentimientos de vigor, dedicación y absorción. , el vigor se refiere a presentar a nivel individual altos niveles de energía y disposición a invertir esfuerzo en el
trabajo, la habilidad de no fatigarse fácilmente y persistir pese a las dificultades. La dedicación se refiere a una fuerte implicación en el trabajo de uno, con sentimientos de entusiasmo y de percibir significado en el trabajo que uno realiza, y a un sentimiento de orgullo e inspiración. Por su parte, la absorción se refiere a un estado placentero de inmersión total en el trabajo de uno, en el cual el tiempo pasa rápidamente y uno se siente incapaz de abandonar en lo que está trabajando. En un estudio se encontró, que niveles más altos de compromiso organizacional se asociaban a un clima de apoyo más elevado, a menos conflicto de rol, más auto eficacia profesional y a un efecto de interacción entre auto eficacia profesional con conflicto de rol: cuando el conflicto de rol era bajo, el nivel de compromiso laboral era alto para los sujetos con alta y baja auto eficacia profesional, en cambio, cuando el conflicto de rol era alto, los sujetos con baja auto eficacia profesional puntuaban bastante menos en el compromiso de rol. Como se puede extraer de esta breve revisión, las características del burnout y del compromiso con el trabajo son diferentes así como las variables que los afectan, lo que sugiere que luchar por disminuir los niveles de burnout en una institución no equivale necesariamente a elevar los niveles del compromiso con el trabajo. Por otro lado, de acuerdo a las definiciones arriba expuestas el síndrome de quemarse en el trabajo depende más de variables externas al individuo, mientras que el compromiso con el trabajo destaca más disposiciones y variables individuales. Como también se señaló antes, el compromiso con el trabajo puede ser considerado una forma de afrontar las dificultades laborales, y quizá la tercera dimensión del modelo de burnout de el sentimiento de realizarse profesionalmente sea más bien un reflejo del compromiso con el trabajo que una subdimensión del burnout. Ello es apoyado por los resultados generales de la investigación sobre burnout que encuentran que las variables que influyen o se asocian con el sentimiento de realizarse en el trabajo no son las mismas que se relacionan con el cansancio emocional o con la despersonalización.
4.6.2 El trato y manejo del custodio hacia el interno PRISON AND MENTAL HEALTH VALVERDE, J. The European Handbook of Psychiatry and Mental Health
EL PERSONAL DE LAS CÁRCELES En las instituciones totales suele haber muchas cosas sometidas a una profunda y constante crítica, y una de ellas es el personal al que, de alguna manera, se tiende a responsabilizar de las críticas dirigidas a la institución y este, a su vez, tiende a responder considerando cualquier crítica a la misma como un ataque dirigido a cada uno de los que trabajan en ella. No se trata de defender a la institución, con que la que el personal no suele mantener buenas relaciones, sino de defenderse de las críticas que vienen de fuera. El repliegue de los funcionarios Cuando, como en el caso de las cárceles, el objetivo de la institución total tiene algo de "marginador", o incluso de "siniestro", esa reacción del personal es aún más manifiesta y más acusada. En ese sentido, muchos funcionarios de prisiones se suelen negar a entrevistas y a que su imagen salga en los medios de comunicación, no hablan habitualmente de su trabajo, se relacionan a nivel de amistad sobre todo con compañeros de trabajo, y a menudo reaccionan con vehemencia cuando se critica el sistema penal o la situación de las cárceles en su presencia. Parece como si criticando a la institución se pusiera en duda o se criticase su propio trabajo, e incluso se les cuestionase a ellos mismos como personas. Lo que ocurre, en mi opinión, es que la cárcel margina a todo lo que se pone en contacto con ella, no sólo al recluso, sino también al personal e incluso a los políticos que dirigen las instituciones penitenciarias.
Tal vez a causa de ello, los profesionales de la institución tienden a replegarse sobre sí mismos. Todo esto va conduciendo a un progresivo aislamiento del personal de prisiones, que se manifiesta de una manera más acusada y preocupante a nivel profesional. Se hacen congresos internos, en los que únicamente unas pocas personas que no pertenezcan a la institución tienen acceso, apenas asisten a congresos o encuentros externos, no participan en tareas de investigación con otros grupos o personas, y cierran las cárceles "a cal y canto". Por otra parte, los funcionarios de prisiones se han convertido, de alguna manera, en los "chivos expiatorios" de la situación penitenciaria. Y eso, además de no ser en realidad justo, es incluso peligroso, porque les está llevando a un repliegue cada vez más acusado, aislandoles cada vez más de los demás profesionales que realizan su trabajo también en el ámbito de la marginación, con un exceso de corporativismo autodefensivo. El resultado puede ser con frecuencia, y en función de la propia madurez de cada persona, la necesidad de justificar las cárceles como un intento de autojustificarse. El riesgo es que en esta situación el profesional puede llegar a perder su propia capacidad de crítica hacia la institución y, por tanto, también ese constante replanteamiento de la propia actuación que debe presidir el trabajo de los profesionales de las ciencias sociales, como un mecanismo de defensa de la propia autoestima, a la que se considera en peligro. En este sentido, en las instituciones totales de carácter marcadamente represivo, como las prisiones, puede ocurrir que, como mantenía GOFFMAN (1961), "el problema del personal es encontrar una culpa adecuada al castigo", lo que puede convertir su actuación en un elemento más de la anormalización del ambiente penitenciario y, por tanto, en un personal ineficaz y para la intervención recuperadora. Uno de los más importantes problemas que crea este repliegue del personal de las prisiones y de la agresividad hacia ellos de otros profesionales que realizan su trabajo en un contexto no penitenciario es la dificultad y aún imposibilidad de comunicación y coordinación entre ambos lo que, en último extremo, redundará en
perjuicio del preso, que cuando entra en prisión casi siempre pierde todo contacto con las personas de fuera que le podían ayudar y que tal vez estaban trabajando con él antes. La eficacia del personal Otra cuestión importante sobre la que debemos reflexionar es la eficacia. Es evidente que las prisiones no funcionan, al menos como instituciones de recuperación, que es uno de los fines que la legislación les atribuye. En consecuencia, podríamos plantear que la eficacia laboral de este colectivo de profesionales es baja, que el personal de prisiones es ineficaz. Sin embargo, es importante que nos detengamos algo más en la reflexión sobre este punto para no caer también en la ingenuidad de considerar al personal de prisiones, una vez más, como el "chivo expiatorio" de la institución: En primer lugar, si bien se trata de un colectivo en el que en los últimos años se han ido incorporando profesionales jóvenes, (aunque la juventud no es una garantía de eficacia y compromiso), con una cualificación académica superior a la que requiere su puesto de trabajo (existe un número considerable de licenciados universitarios entre los miembros del cuerpo especial y el de ayudantes) la gran mayoría del personal de las prisiones está dedicado a tareas puramente regimentales y de seguridad, y no tiene ninguna competencia en la intervención, a la que está dedicada una mínima parte de la plantilla: algunos educadores, unos escasos trabajadores sociales y los miembros del equipo técnico del centro. Dos psicólogos de prisiones, J. GARCIA y V. SANCHA, (1987), plantean así la situación: "Una de las dificultades más importantes a la hora de desarrollar programas de tratamiento en las prisiones es la falta de entendimiento y cooperación entre el personal de vigilancia, comprometido únicamente en funciones regimentales, y el personal de tratamiento, generalmente no implicado en la marcha global del centro. Aunque la normativa penitenciaria determina que todo el personal esté, de una u otra forma, integrado en las actividades de
tratamiento, el Reglamento no especifica el cómo de dicha integración, ni establece órganos ni sistemas de comunicación entre los distintos funcionarios de prisiones". Es decir, el Reglamento Penitenciario y la Ley Orgánica General Penitenciaria apuntan también aquí en direcciones diferentes; aunque la ley determina que todo el personal debe estar integrado en el tratamiento, el reglamento no desarrolla este mandato con lo que, simplemente, deja de existir en la realidad. En consecuencia, si bien la ley hace hincapié en la intervención, el reglamento, que en definitiva es el que manda en el quehacer diario, se inclina abrumadoramente por los aspectos regimentales a costa de la intervención. Por eso mantenía páginas atrás que la ley está hecha de cara al exterior y el reglamento de cara al interior. Esta distinción entre "funcionarios de régimen" y "funcionarios de tratamiento", es extremadamente rígida, sin apenas flexibilidad que permita realizar actividades al profesional que está preparado y motivado, sino únicamente al que le corresponde, esté o no motivado y preparado. Además, suele ocurrir en numerosos centros que el equipo técnico no esté completo, que no haya educadores o que su número sea claramente insuficiente, además de que ambos estén dedicados a tareas burocráticas sin apenas contacto directo con los reclusos. Esto es especialmente cierto en el caso de los funcionarios técnicos, cuyos despachos están casi invariablemente situados fuera del espacio accesible para la población reclusa. En realidad, el funcionario que más en relación está con el preso es el "de vigilancia", que pertenece mayoritariamente al nivel de "ayudante", y no tiene ninguna competencia a nivel de intervención o tratamiento, sino que su trabajo consiste exclusivamente en tareas regimentales, de vigilancia, en mantener el orden y, en último extremo, en "abrir y cerrar puertas", (más lo segundo que lo primero). F. HERNÁNDEZ, (1985), define claramente las implicaciones de esta situación al distinguir al educador del funcionario de vigilancia:
"...podíamos decir, siempre hablando en términos generales, y sin perjuicio de las excepciones que evidentemente en determinados centros se pueden dar, tomando como comparación las funciones de un educador y las de un funcionario de galería o departamento, que la relación que establece el educador queda siempre enmarcada dentro de unas coordenadas de cooperación con el interno, con lo cual la relación personal se hace mucho más fácil y fluida, ya que el educador está reglamentariamente relevado de todo tipo de tareas regimentales, como cacheos, recuentos, etc., que a mi modo de ver son actuaciones meramente represivas y que permanentemente están agrediendo al individuo privado de libertad, tareas que corresponde desarrollar precisamente al funcionario de vigilancia". Es decir, el funcionario de vigilancia, el único cuyo trabajo se desarrolla de principio a fin en el espacio de la prisión donde están los presos, está totalmente limitado por sus funciones regimentales. Es el directamente encargado de la represión del recluso y, por tanto, es percibido por éste como la personalización de la cárcel, como el que le quita "directamente" la libertad. Y esto va a tener consecuencias claramente negativas para la vida en prisión, tanto para el funcionario como, sobre todo, para el preso, que va a proyectar en ese funcionario su necesidad de enfrentamiento con la institución como mecanismo de defensa del propio Yo. Este funcionario de vigilancia, que suele entrar joven en la institución, que frecuentemente posee estudios universitarios, y que también a menudo tiene deseos de "hacer algo positivo", se ve obligado a realizar unas tareas puramente regimentales y, por tanto, represoras del recluso, con una gran rigidez, sin poder salirse de ellas, y sin pertenecer en realidad a ningún equipo de trabajo, y menos aun, con objetivos explícitos y estrategias bien delimitadas. De hecho, cuando el funcionario aprueba su oposición, y después de un somero cursillo en la Escuela de Estudios Penitenciarios, es enviado a una prisión y olvidado por la institución penitenciaria. Difícilmente se le ofrece una actualización de sus conocimientos, a no ser que él mismo se la busque por su cuenta. Sin embargo, en un ambiente laboral de desmotivación como el descrito en estas
páginas, en raras ocasiones lo va a hacer. Y cuando lo hace, frecuentemente es para cambiar de trabajo. Por otra parte, se ve agredido y es "mal visto" por la población reclusa, con lo que va a terminar, o bien "pasando de todo", limitándose a cumplir con los automatismos que requiere su trabajo, sin ninguna implicación personal, o bien justificando su trabajo "represor" y por tanto potenciándolo, en una constante persecución del preso, o bien cayendo en una estado depresivo que le crea profundos problemas personales, relacionales e incluso laborales por las "bajas" continuas que implica, o bien, en algunos casos, (conozco funcionarios así), siguiendo en la lucha hasta que consiguen al menos "hacerse un hueco" en algún tipo de actividad que de sentido a su trabajo o, por último, abandonan y se marchan. Otro aspecto que merece ser destacado para explicar la ineficacia recuperadora del trabajo del personal de las prisiones es, como planteaba en el primer apartado de este mismo capítulo, el régimen penitenciario, que con su rigidez y su énfasis en el control, el orden y la evitación de la fuga impiden una relación flexible y personalizadora, condición indispensable para cualquier tipo de intervención terapéutica. Además, como mantienen GARCÍA Y SANCHA, (1987), "...los mandos penitenciarios no han potenciado una actitud favorable al tratamiento". Es decir, la dirección, tanto a nivel de la generalidad de las instituciones penitenciarias, como de un número considerable de prisiones, no suele tener actitudes favorables a una intervención recuperadora. En cuanto a la cúpula de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias está invariablemente en manos de políticos que no han tenido casi nunca ninguna relación previa, no ya con el problema penitenciario, sino ni siquiera con el mundo de la marginación. Su paso por la Dirección General suele ser un eslabón más en su carrera política, (un eslabón, por cierto, peligroso, que hace al político en mucho más receloso y conservador) y no es frecuente encontrar en ellos un interés en modificar sustancialmente las estructuras penitenciarias y, sobre todo, en asumir el riesgo político que implica abordar en profundidad dicha modificación.
En consecuencia, se suelen limitar a poner el énfasis en aquellos problemas que pueden poner en peligro su futuro político o los que les pueden potenciar. El interés, por tanto, se pone en evitar las fugas y los disturbios en las prisiones. Los funcionarios saben que hoy eso es lo único que importa y que si tiene éxito, políticamente la gestión habrá sido un éxito, aunque la situación en las cárceles sea cada vez más alarmante. El problema de las cárceles no es hoy algo que preocupe a los políticos de cualquier ideología, porque tampoco existe una gran demanda de mejoras entre los ciudadanos, en mi opinión a causa de la evolución que ha tenido desde el comienzo de la transición política la manera en que se ha tratado a nivel de medios de comunicación social fenómeno de la "inseguridad ciudadana". En lo que se refiere a los directores de los centros, además de estar fuertemente condicionados por la estructura de la prisión y toda la situación a que me he referido en este capítulo, también es evidente que, al ser su puesto de "libre designación" por parte de la Dirección General, han sido elegidos como "personas de confianza", para que sigan las directrices de sus superiores. Además, el director no tiene por qué pertenecer a un cuerpo de funcionarios de tratamiento, por lo que su formación no tiene por qué ser la más adecuada para planificar y realizar programas de intervención. Es cierto que eso correspondería al Subdirector de Tratamiento, pero ese puesto no está cubierto en todos los centros, (por supuesto, el de subdirector de régimen sí). Por otra parte, no es posible la intervención, ni siquiera a nivel de planificación, si no se cuenta con el respaldo y el apoyo decidido del director. En todo caso, aunque muy lentamente, se van incorporando a tareas directivas funcionarios con un mayor nivel de preparación científica y de compromiso social que, con una actitud a veces numantina, están consiguiendo al menos suavizar la vida de los presos en las prisiones que dirigen, aunque invariablemente se encuentran con la oposición, activa o pasiva, de la propia institución y de no pocos de sus funcionarios. Las relaciones entre funcionarios y presos
Por último, a pesar de que ya me he referido a las relaciones entre funcionarios y presos, creo importante aludir a ello con algo más de profundidad, ya que en toda institución total, y sobre todo en la penitenciaria, las relaciones que se lleguen a establecer entre sus miembros serán de una importancia primordial para la vida en esa institución. También aquí una frase de F. HERNANDEZ es suficientemente explícita: "...la relación entre interno y funcionario se basa fundamentalmente en la desconfianza mutua, ya que el funcionario en general se sitúa en la creencia de que el interno está intentando permanentemente ''engañar'' de alguna manera al funcionario, y por otro lado, el interno tiene la visión del funcionario como represor constante de todas sus actividades”. Es decir, si a uno se le asigna el papel de represor -y su trabajo supone fundamental y exclusivamente el control- y al otro el de reprimido, entre ambos no puede establecerse una relación positiva, independientemente de las intenciones de unos y otros, (HANEY, 1973). Personas que en la calle podrían llegar a ser incluso amigos, en el anormalizador y violento contexto penitenciario, a lo más que pueden aspirar es a soportarse, y de lejos. En este mismo sentido, la opinión de un preso puede ser interesante, (MANRIQUE, 1985): "Un gran obstáculo para la existencia de unas relaciones interno-funcionario es la desconfianza de los funcionarios, que creen que los presos están intentando engañarles en todo momento, al tiempo que piensan que todos los presos son ignorantes, irresponsables e incapaces de organizar su propia vida, eternos menores de edad, en suma. En no pocos casos, además, el funcionario contempla al preso como un ser antisocial al que es lógico y benéfico mantener encerado. Opiniones así, hacen que el funcionario se crea un ser superior, con lo que la distancia entre el interno y el funcionario se agranda, y el autoritarismo y el despotismo de éste último tiende a aumentar también, manteniéndose los roles de vigilante y vigilado fomentados por un sistema penitenciario para el que evitar las evasiones de presos es el principal objetivo".
Así pues, mientras no se forme a los funcionarios en actividades terapéuticas, mientras no se ofrezca un trabajo con interés al personal de las cárceles, mientras las cárceles sigan siendo un coto cerrado, sin apertura a la sociedad, mientras no se establezcan lazos con el exterior que permitan que otras personas entren en la cárcel y modulen las relaciones entre presos y funcionarios, aportando otra visión del mundo más amplia que la que contemplan los muros de la prisión, mientras presos y funcionarios no se incorporen también en el funcionamiento de esa sociedad fuera de la prisión y, en resumen, mientras no construyamos prisiones alternativas como paso previo a las alternativas a las prisiones, también a nivel de relaciones humanas internas la prisión seguirá siendo un fracaso. En resumen, antes de plantearnos programas para intentar la recuperación del preso, hemos de plantearnos la recuperación de las propias prisiones, si es que eso fuese posible.
4.6.3 El “ambiente” del centro de reclusión. CONSECUENCIAS PSICOSOCIALES Adaptación al entorno anormal de la prisión. Ya hemos visto que toda conducta tiene una finalidad adaptativa, en el sentido de que es la mejor manera que encuentra el individuo para responder a las demandas del medio ambiente en el que se desenvuelve su vida en un momento determinado. En consecuencia, el concepto de inadaptación alude, mas que a la conducta en sí, a la interpretación que le da el observador situado en un contexto de vida muy diferente de aquel al que etiqueta como "inadaptado", "desadaptado", "anormal", etc. toda conducta se produce en un contexto, y ha de responder a las características de ese contexto. En consecuencia, una conducta adaptativa en un determinado ambiente no tiene porqué ser adaptativa en otro. Desde esta serie de consideraciones, la adaptación a la situación anormalizadora de la prisión supone la adopción de pautas comportamentales adaptadas a dicho
contexto y, por tanto, desadaptadas desde la prudente y protectora distancia con que suelen trabajar frecuentemente las ciencias sociales. En la cárcel, sin embargo, la adopción de muchas de las pautas de conducta consideradas "adaptadas" en la sociedad "de fuera" resultarían claramente inadaptadas, ineficaces y aun peligrosas. En la cárcel, pues, el proceso de adaptación tiene unas consecuencias concretas. Entre ellas se encuentran, desde mi experiencia, las siguientes: Exageración de las situaciones. Como la prisión supone un "ambiente total", toda la vida del recluso se estructura en torno a ella. Esto lleva a que cosas y situaciones que en otro ambiente carecerían de importancia, aquí adquieran una gran relevancia. Esta es una de las causas de que acontecimientos insignificantes, (observados desde fuera del contexto relacional inmediato), puedan derivar hacia situaciones conflictivas, incluso de una gran violencia. Lo que ocurre puede ser similar a lo que sucedía en el caso del muchacho inadaptado, en la situación de inadaptación objetiva, (VALVERDE, 1988b): "A causa de un bajo nivel de resistencia a la frustración y un alto grado de agresividad potencial, características habituales de los inadaptados, estos suelen
manifestar
un
comportamiento
reactivo
frecuentemente
desproporcionado a la causa desencadenante.. De ahí que situaciones irrelevantes sean susceptibles de convertirse en fuente de una exagerada reacción agresiva por parte del muchacho inadaptado. Aunque no necesariamente, estas explosiones de collera suelen ser más frecuentes en aquellos inadaptados que ya se encuentran en una situación de inadaptación subjetiva. En ocasiones, una frustración aparentemente insignificante puede provocar graves conductas desadaptadas. La respuesta del individuo ante determinadas situaciones estimulares a menudo no guarda cuantitativamente relación con ellas, y ello es otro factor que lleva a considerar el comportamiento del menor inadaptado como contradictorio. Sin embargo, una vez más, se hace preciso analizar esa
aparente contradicción aproximándonos a la perspectiva del propio individuo..." La diferencia ahora es que en el contexto penitenciario, al ambiente carencial característico de la inadaptación objetiva
hay que añadir el ambiente
anormalizador de la prisión. El preso no sólo vive en la prisión, sino que se ve obligado a "vivir la prisión" permanente y obsesivamente. Este "vivir la prisión" es el elemento fundamental de la configuración de la prisión como un auténtico sistema social alternativo. Autoafirmación agresiva o sumisión frente a institución. En segundo lugar, como la institución penitenciaria es una estructura poderosa frente a la cual el recluso se vivencia a sí mismo como débil, para mantener unos mínimos niveles de autoestima, se ve obligado a autoafirmarse frente a ese medio hostil. Dadas las características de la prisión y la evolución de su "aventura biográfica", frecuentemente adoptará una autoafirmación agresiva, desarrollando una fuerte hostilidad hacia todo lo que tenga alguna vinculación con la institución. Esa autoafirmación agresiva frente al medio anormalizador en que se ve obligado a vivir, desde mi experiencia investigadora y de intervención, es una de las más importantes consistencias comportamentales del inadaptado como resultado de la respuesta social al delito, (VALVERDE, 1981, 1985a, 1985b, 1986, 1988a, 1988b), y desde la realidad del preso es un sano mecanismo de adaptación al medio. Sin embargo, desde las instituciones penitenciarias, y en función de la lejanía con que suelen percibir lo que pasa en el interior de las prisiones implica la consideración del recluso que la manifiesta como "refractario al tratamiento". Sólo si el recluso mantiene su firmeza frente a los intentos de "reformarle" -no mediante una intervención recuperadora, humanizada y personalizadora, sino "sometiéndole", con una gran dosis de violencia institucional- logrará conservar su autoestima; y ello va a ser frecuentemente el parámetro esencial de la manera en que establezca sus relaciones con la institución penitenciaria. Sin embargo, esta situación llevará a un endurecimiento del régimen penitenciario y, paralelamente, a
nuevas autoafirmaciones cada vez más agresivas. Se trata de una de las fases más importantes del proceso de prisionización, de tránsito de la situación de inadaptación objetiva a la de inadaptación subjetiva. Sin embargo, obviamente no todos los individuos utilizan la autoafirmación agresiva como forma de adaptación al ambiente penitenciario. En mi opinión, los mecanismos adaptativos que utilice el preso para sobrevivir en la cárcel estarán en función de su proceso de vida, de las consistencias comportamentales que haya desarrollado previamente, y de las posibilidades de encontrar refuerzos consistentes en la propia prisión en función de cómo se incluya en el grupo de presos, lo que a su vez puede estar en relación, en algunos casos al menos, con el tipo de delito. En este sentido, en el "sistema social alternativo" que es la cárcel, hay delitos prestigiados y delitos que no sólo denigran a su autor, sino que lo convierten en un "marginado" en el propio contexto, y sobre el que suelen recaer muchas de las agresiones. Entre esos "delitos marginadores", destaca sobre todo el de violación. Por eso, el violador apenas puede hacer una vida "normal" en la cárcel y ser un preso más. El profundo rechazo que suelen encontrar por parte de sus compañeros le obliga a utilizar como forma de supervivencia y, por tanto, de adaptación, la sumisión, es decir, el sometimiento prácticamente absoluto a la institución. Es por ello por lo que los reclusos encarcelados por delitos de violación son los mejores "destinos" en las prisiones, los más apreciados por los funcionarios y, por tanto, los que más posibilidades tienen de obtener beneficios penitenciarios. Entre estos dos extremos, enfrentamiento y sumisión, oscilan las formas de adaptación del preso a la cárcel, (la permanente elección entre extremos que, una vez más, caracteriza la vida del inadaptado). Cuando la inclusión de un preso en este entorno es por un periodo corto de tiempo caben formas intermedias entre ambos extremos, "nadando y guardando la ropa", en un difícil y frágil equilibrio entre las presiones de la institución al sometimiento y la realidad del grupo de internos, que le impele al enfrentamiento como identificación con el grupo. Pero si el internamiento se prolonga, (y la cuantificación de esa prolongación dependerá
de las características individuales de cada recluso en relación con el momento que atraviese su vida), no le quedará más que elegir entre ambos extremos (aunque realmente no se trata de una elección, ya que es la situación la que le lleva a una u otra forma de adaptación). Una vez más, la capacidad de elección del inadaptado se encuentra seriamente restringida, cuando no imposibilitada. Su comportamiento, ya lo he analizado con más detenimiento, (VALVERDE, 1988a; 1988b) es fundamentalmente reactivo, limitándose a adaptarse pasivamente a las contingencias ambientales con que se encuentra. Dominio o sumisión en las relaciones interpersonales. En tercer lugar, esa autoafirmación agresiva no sólo se manifiesta frente a la institución, sino que también es un elemento importante a la hora de establecer relaciones interpersonales con otros reclusos. En un entorno violento todo se vuelve violento y quienes, por capacidad de liderazgo, por fortaleza física, porque "no tienen nada que perder", o por cualquier otra causa, están en condiciones de dominar a los demás, lo van a hacer. El compañerismo y la solidaridad se manifestarán frente a la institución, pero no siempre entre los mismos presos. Por eso, un recluso que es capaz de participar en un enfrentamiento con la institución porque se ha tratado injustamente a un preso, es también capaz de extorsionar a otro para conseguir droga o para quitarle algo que le interese. Como, por otra parte, la institución penitenciaria rara vez tiene capacidad para garantizar la seguridad del recluso, éste se ve obligado a agruparse, tanto para defenderse como para dominar. De esta manera se configuran las relaciones de poder en el interior de la prisión, canalizadas a través del "código del recluso", que ya analicé en el capítulo anterior. Alteración de la sexualidad. Por último, dentro de este primer apartado dedicado a lo que implica la adaptación al entorno anormal de la prisión, el ámbito de la sexualidad merece una consideración especial dentro de las relaciones interpersonales y de poder que se establecen en el interior de la cárcel.
Si bien la facilitación de las comunicaciones íntimas para un relativamente amplio número de reclusos atenúa el problema no es, ni mucho menos, suficiente para satisfacer las pulsiones sexuales, aumentadas además por la situación de stress que provoca la prisión. En consecuencia, se produce una alteración de la sexualidad, que se manifiesta en varias direcciones. En primer lugar -como más tarde tendré ocasión de abordar al estudiar la pérdida de vinculaciones con el mundo exterior que se produce con la entrada en prisiónlas relaciones sexuales, además de escasas, van a tener que realizarse en el interior de la cárcel y, por tanto, van a estar matizadas por la estructuración de la vida penitenciaria, y se van así mismo a ver envueltas en la anormalización que supone la vida en la prisión. En este sentido, la relación sexual no se produce como resultado de un proceso de acercamiento afectivo entre dos personas, con un tiempo adecuado, con calma y ternura. En la cárcel, el preso no tiene tiempo para esas "sutilezas" amorosas. Sólo dispone de un breve espacio de tiempo -a menudo una o dos horas y tal vez únicamente una vez al mes- y tiene que "darse prisa". Además, como veremos más tarde, se ha de realizar en una sala casi siempre mal instalada, con el prólogo de un humillante "cacheo" y el epílogo de otro. Como en la cárcel la vida es brutal, también el sexo se embrutece y se prisioniza. (A modo de simple ejemplo, el "piropo" más prisionizado que he oído decir en el contexto penitenciario y que decía: "me marcaba contigo un vis a vis de dos semanas", puede indicar al lector lo que puede llegar a implicar la anormalización de la sexualidad en la prisión). En segundo lugar, es evidente que los niveles de masturbación se disparan en la cárcel. Evidentemente, no pretendo dar a la masturbación una consideración de desviación sexual. Pero también la masturbación adquiere una naturaleza especial en el ambiente total de la prisión, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. A menudo es la única válvula de escape sexual que tiene el recluso, pero como ha perdido el contacto con el mundo exterior, las fantasías sexuales que acompañan a la masturbación también se distorsionan, se anormalizan.
En tercer lugar, en cuanto a la homosexualidad, tampoco pretendo mantener que suponga, en general, una desviación o alteración de la sexualidad. Pero sí entiendo que se debe considerar una alteración de la pulsión sexual en su manifestación en el contexto penitenciario, porque no es una opción sexual elegida libremente, sino impuesta por la realidad de la vida del recluso. Por tanto, en mi opinión, no se trata de homosexualidad, sino de "sexualidad alternativa", y no tiene por qué consolidarse mas tarde en la situación de libertad. Sin embargo, en la cárcel todo es susceptible de tráfico y de ser utilizado como mecanismo de control y de dominación, por lo que es frecuente, sobre todo en los macrocentros -en los que las posibilidades de control por parte de la institución son muy escasas- que se establezcan redes de prostitución, que sí van a dejar una profunda huella en quienes caigan en ellas, ya sea por miedo o por necesidad. Ausencia de control sobre la propia vida. En estas condiciones de vida, ante una situación institucional poderosa, violenta y anormalizadora, y ante unas relaciones interpersonales fuertemente jerarquizadas y centradas en la dominación, el recluso llega prácticamente a no tener ningún control sobre su propia vida. En primer lugar, a nivel institucional depende por completo del régimen de la prisión, que va a dirigir todas sus actividades. Nada dependerá de él. En la cárcel, la capacidad de elección del individuo queda reducida a la mínima expresión. Ni puede planificar su tiempo ni el lugar donde desea estar en cada momento. En la mayoría de las situaciones es la institución quien decide donde va a estar y qué va a hacer, incluso si va a hacer algo, o simplemente nada. Además, las consecuencias de su comportamiento van a depender de cómo sean evaluadas por el personal del centro, lo que casi siempre será percibido por el preso como arbitrario, en función de la actitud de enfrentamiento sistemático que ya he analizado, y por generalización de esa actitud hacia la institución a todo el personal que, de una u otra forma, la representa.
Esa es una de las más poderosas razones para dudar de la eficacia de cualquier programa de intervención en el contexto penitenciario llevado a cabo por el personal de la prisión. Además de las dificultades inherentes al propio concepto de prisión, la percepción subjetiva que tiene el preso del funcionario, al margen de las características individuales de ese funcionario, dificulta profundamente sus posibilidades de intervención terapéutica, ya que todo terapeuta debe, en primer lugar, "ganarse al paciente". En segundo lugar, a nivel de las relaciones interpersonales, su conducta se va a ver fuertemente presionada por las relaciones de poder a que antes me he referido, y en función del lugar que ocupe en las mismas. Así, por ejemplo, sin saber muy bien por qué, se va a ver obligado a una pelea de consecuencias imprevisibles para su futuro e incluso para su propia vida, o a participar en un motín. Así pues, casi nada depende de él. Todo depende del contexto que le rodea del que, evidentemente, no puede esperar nada bueno. Estado permanente de ansiedad. Por tanto, en la prisión se está siempre en peligro, y ello desarrolla en el recluso un estado de permanente ansiedad, que no sólo le va a hacer muy propenso a padecer enfermedades digestivas, (lo que se ve agravado por una dieta inadecuada), sino que va a derivar hacia la manifestación de la ansiedad como una consistencia comportamental que se generalizará a todo tipo de situaciones y que le conduce a vivir aún con más stress las permanentes tensiones de la vida en la cárcel, aumentando con ello las situaciones de riesgo y, por tanto, la ansiedad. Más tarde veremos cómo la ansiedad así concebida está íntimamente relacionada con la drogadicción en la cárcel. Ante unas agresiones que le llegan por todas partes, el recluso se ve obligado, como íntimo mecanismo de defensa de la propia salud mental, a proteger su propio Yo, lo que, en ese ambiente, le lleva a una exageración del egocentrismo, característica ésta que también veíamos en el caso del menor en situación de inadaptación objetiva, que posiblemente nunca habrá superado ya que al ambiente carencial que provocó su aparición habrá que añadir el ambiente
anormalizado de la prisión. Por ello todo se ve en función del interés propio. La sensación de peligro es tal que difícilmente puede el individuo establecer relaciones de solidaridad con sus compañeros. Ausencia de expectativas de futuro. Si el recluso no puede controlar su presente, mucho menos puede planificar su futuro. Tanto por la extremada primariedad del comportamiento que caracteriza al inadaptado, como por la imprevisible dirección de su vida en la cárcel, el individuo no es capaz de diseñar su futuro, de planificar su conducta en función de unas expectativas que no está en condiciones de establecer. En consecuencia, se deja llevar por lo irremediable de la situación, configurándose en él un fatalismo que supone un hándicap importante que va a dificultar el éxito de una intervención recuperadora, si es que se plantea alguna vez. En este sentido, la falta de control sobre la propia vida que caracteriza la vida en la prisión se convierte en una dificultad añadida para la recuperación del preso. Como dice KENNEDY, (1981): "...existen indicios experimentales de que las personas que creen tener poco control sobre su propio destino son menos aptas para intentar la solución de sus problemas". Es por ello por lo que el fatalismo supone una de las principales consecuencias del proceso de inadaptación social, y en la cárcel se presenta con unas características especiales. A lo largo de su vida, el inadaptado aprende que las cosas "le vienen dadas" , que apenas puede modificar las circunstancias de su vida. Por una parte, eso le enseña a adaptarse sorprendentemente bien a las situaciones en las que se ve envuelto e incluso a sacar todo el provecho posible de lo que le vaya ocurriendo en la vida. Esa consistencia comportamental es lo que he venido llamando "habilidad instrumental", que implica una adaptación momentánea a la situación estimular concreta a la que se enfrenta en cada momento, pero sin prever el futuro, sin tener en cuenta las consecuencias futuras de esa adaptación al "aquí y ahora", lo que se ve claramente aumentado por la inmediatez del comportamiento
que manifiesta, al no haber tenido la posibilidad de desarrollar una secundariedad que le permita prever y planificar. Cuando el inadaptado tropieza con la respuesta jurídico-institucional a su comportamiento, sobre todo a partir de su entrada en prisión, esa "adaptación situacional" le va a conducir progresivamente al fatalismo, debido al gran poder de la institución penitenciaria frente a la debilidad del individuo. A partir de ese momento, que vengo denominando de "percepción de la propia vulnerabilidad", va a ver su propia vida como una película en la que él mismo es un actor secundario. Va a pensar, y la mayoría de las veces con razón que "lo que tenga que ocurrir, ocurrirá", y que él no tiene ningún poder para evitarlo. Por último, esta ausencia de perspectivas de futuro, unida a lo aplastante de la vida en la cárcel, hace que el preso no sólo viva en la cárcel, sino que "viva la cárcel". Esto provoca que toda la vida se estructure en torno a ella y que, por tanto, cualquier situación aparentemente insignificante pueda llegar a convertirse no sólo en importante, sino incluso en obsesiva, (y no se trataría de una neurosis obsesiva del individuo, sino de la situación). No olvidemos que una de las características del internamiento penitenciario es que el preso también está encerrado "en las pequeñas cosas". La vida aburrida y gris de la prisión lleva a magnificar cosas que en otras situaciones no tendrían importancia. Se trata de otra consecuencia más de la pobreza generalizada de la vida en la cárcel, que implica también una "cotidianización de la vida", una vida centrada en lo más inmediato, aumentada por la primariedad del inadaptado. Todo en la cárcel es inmediato. Nada más que el "aquí y ahora" tiene importancia. Ausencia de responsabilización Como en la prisión todo está preestablecido, y la vida sigue su curso al margen del recluso, que apenas tiene ninguna influencia sobre las decisiones que se toman sobre él, acaba adoptando una actitud pasiva, esperando que las cosas "le vengan dadas", especialmente en lo que respecta al aspecto institucional de la vida en la prisión, postura que, por otra parte, viene claramente apoyada por el fatalismo a que acabo de referirme.
Esta situación desemboca en una auténtica delegación de la responsabilidad de la propia vida en el entorno institucional. El individuo se va a acabar limitando a aceptar pasivamente "lo que se le viene encima, con una enorme apatía, que se va a convertir en gran parte, en el hilo conductor de su vida. Pero de una manera plenamente justificada, porque prácticamente nunca ha tenido ningún control sobre nada. Por eso, si no planifica, si no prevé el futuro, menos problemas tendrá, aunque esa actitud suponga estar permanentemente sometido a vaivenes incontrolables. En resumen, se convierte en apático porque es una buena manera de sobrevivir, y porque aunque lo intente, rara vez conseguirá modificar el destino. Mas tarde, cuando salga en libertad, esta ausencia de responsabilización será una de las consistencias actitudinales desarrolladas en la prisión que más van a perturbar las posibilidades de aprovechar las pocas oportunidades que se le ofrezcan. En este sentido, y como simple ejemplo, en ocasiones he visto cómo una persona que acaba de salir de la cárcel deja pasar todos los plazos para formalizar la solicitud de seguro de desempleo a que tiene derecho, a pesar de encontrarse en una situación económica sumamente precaria, limitándose a esperar a que otros le solucionen el problema. Sin ningún tipo de preparación, el individuo pasa de la cárcel, donde se le dice todo lo que tiene que hacer, como hacerlo y donde hacerlo, a la situación de libertad, en la que ha de tomar sus propias decisiones, planificar y dirigir su propia vida, a menudo sin ayuda, con un sistema de funcionamiento completamente distinto del que estaba acostumbrado en la cárcel y con unos fuertes impedimentos. Perdida de vinculaciones. Ya he planteado que la cárcel supone un ambiente total y, por tanto, excluyente. La entrada en prisión implica el aislamiento tajante e inmediato respecto de todo lo que se dejó fuera. A partir de ese momento todo contacto con el exterior se va a producir en prisión y va a ser filtrado por la institución penitenciaria, con unos criterios sumamente restrictivos, limitándose, frecuentemente a los familiares, e incluso a veces sólo a los de primer grado. En consecuencia, el recluso va a ver
tajantemente restringidas sus relaciones interpersonales, lo que le llevará a una pérdida gradual de las vinculaciones que tenía establecidas. Las personas del exterior, especialmente las de su entorno inmediato, con las que tenía establecidas unas vinculaciones emocionales más intensas, si bien al principio del encarcelamiento se volcarán en él, después tendrán que ir reajustando sus vidas, sobre todo si la situación se prolonga, estableciendo nuevas vinculaciones, en las que el recluso ya no estará presente. Así, casi ineludiblemente, el recluso irá perdiendo su papel relevante y se acabará convirtiendo en un elemento extraño e incluso distorsionador de la propia vida de las demás personas de su entorno. Esta pérdida de vinculaciones tendrá repercusiones importantes para la vida del preso, tanto en el interior de la prisión como en la calle: Por una parte, en la prisión, el recluso irá perdiendo progresivamente la noción de la realidad del exterior, sus recuerdos se irán distorsionando a la vez que idealizando. Además, y puesto que desde el punto de vista emocional el tiempo que pase en prisión va a ser un tiempo vacío de contenido, cuando salga, para él el tiempo no habrá pasado, e intentará retomar las relaciones interpersonales donde fueron interrumpidas por la entrada en prisión. Pero para los demás el tiempo
sí
habrá
pasado,
y
con
frecuencia
ha
provocado
importantes
modificaciones en sus vidas. Por eso, cuando el recluso vuelve a su ambiente de fuera, y si no tiene un ambiente familiar estable y maduro, a menudo se encuentra al margen, percibe que ya no encaja, y eso va a ser fuente de nuevas frustraciones que se añadirán a su situación de ex-recluso -con todo lo que implica- y a la distorsión que va a suponer en su nueva vida la adopción de pautas comportamentales desarrolladas en la prisión, válidas allí, pero no en la situación de libertad. Por otra parte, en cuanto a la vida en la prisión, las vinculaciones que continúe manteniendo
con
las
personas
del
exterior
se
verán
ineludiblemente
distorsionadas al tener que ser establecidas a través de la institución y con un considerable y anormalizador control. Precisamente unos de los aspectos más
duros del contexto penitenciario es la manera en que se obliga al preso a mantener las relaciones con las personas del exterior: En primer lugar, esas relaciones se habrán de establecer dentro de los que en el ambiente penitenciario se denomina "comunicación". El recluso no va a "ver" a su madre, o a su esposa, sino a "comunicar" con ella. Es decir, también aquí se utiliza el lenguaje peculiar de la cárcel, que tiene unas importantes connotaciones anormalizadoras, y que el recluso acaba asumiendo como un paso más de la adquisición de las consistencias comportamentales características de la prisión que hemos denominado "proceso de prisionización". En segundo lugar, esas comunicaciones se van a realizar a través de lo que se denomina un locutorio, que anormaliza la relación y la limita a un breve periodo de tiempo de pocos minutos a la semana, (si la prisión está cerca de la ciudad donde habita la familia), y donde no hay posibilidad de ningún tipo de intimidad. La propia configuración arquitectónica de los locutorios, con ligeras variaciones de unas prisiones a otras, deshumaniza profundamente las relaciones interpersonales, impide cualquier tipo de contacto físico, e incluso distorsiona gravemente la mera comunicación verbal. Por ejemplo, son frecuentes los locutorios en los que el que habla tiene que acercar la boca a una especie de tubo que hace de micrófono, mientras que el que escucha, separado por rejas y cristales blindados, ha de acercar el oído a otro tubo. Si hablas no puedes ver, y si ves no puedes hablar. Y todo ello envuelto en un ruido a menudo ensordecedor, de muchas personas que, para entenderse, han de hablar a gritos, en sitios con una acústica frecuentemente tan mala que parece especialmente diseñada para dificultar la comunicación. En tercer lugar, las entrevistas personales, sin rejas de separación, además de ser "comunicaciones especiales", poco frecuentes y a menudo consideradas no como un derecho del preso sino como un privilegio, se denominan en el argot penitenciario "vis a vis". Esta palabra es sin duda la única que la inmensa mayoría de los reclusos conoce de la lengua latina. Y además no saben que significa. Prueba de ello es que muchas veces he visto en prisión escribir la palabra "vis" con "b".
De esta manera, hasta las pocas vinculaciones que el recluso puede seguir manteniendo se distorsionan y anormalizan a causa de los filtros institucionales. Así ocurre también -como ya hemos visto- con las relaciones sexuales, que se han de mantener en esas comunicaciones especiales, y no como el final de un proceso de intimidad sexual, sino con ese exclusivo propósito, con un tiempo tan limitado que no permite dedicar tiempo, elemento fundamental en la relación sexual, y una habitación fría, inhóspita y frecuentemente sucia. También el sexo, pues, como cualquier otra faceta de la vida, se anormaliza en prisión y lleva frecuentemente a la frigidez en la pareja, como una reacción normal ante tanta anormalidad. Alteraciones de la afectividad: Sensación de desamparo y sobredemanda afectiva En "El proceso de inadaptación social", (VALVERDE, 1988b), planteaba que una consistencia comportamental del muchacho inadaptado, ligada a la "inseguridad situacional" era el "desapego", la huida de las vinculaciones afectivas como estrategia para evitar las frustraciones. Ese desapego conducía a una "indiferencia afectiva" que le llevaba a despreocuparse de las consecuencias que tuviese su conducta incluso para personas cercanas a él mismo. Mantenía también que esa desvinculación, desapego e indiferencia afectiva eran consecuencia del ambiente carencial y contradictorio en el que se había desarrollado su proceso de socialización. Por otra parte, y dentro del concepto de "inseguridad relacional", analizaba algunas otras consistencias comportamentales del
inadaptado
en
situación
de
inadaptación
objetiva,
tales
como
la
"desconfianza", la "resistencia a la afectividad", la "labilidad afectiva y la "dificultad para expresar las emociones". Como es muy posible que el lector no conozca el texto a que me he referido, me voy a permitir citar aquí algunos párrafos que pueden ser de utilidad para comprender las reacciones afectivas del recluso: "Lo primero que destaca en el comportamiento relacional del adolescente inadaptado es su desconfianza. El muchacho suele rechazar la relación afectiva, que es vivida con una considerable carga de ansiedad, e incluso es frecuente que agreda a aquellas personas con las que ha establecido una
buena relación. En mi opinión, las razones de esa desconfianza hay que buscarlas en las experiencias negativas continuadas de su vida, sobre todo cuando el establecimiento de vinculaciones afectivas sólidas era esencial para el desarrollo de su madurez y seguridad personal y relacional. Ante numerosos fracasos en el pasado el muchacho se defiende desconfiando de las relaciones interpersonales y bloqueando su necesidad de afecto. En segundo lugar, la afectividad alterada se manifiesta mediante esa indiferencia afectiva a la que ya he hecho referencia y que no es sino otra cara de la desconfianza a que mee acabo de referir.. Se manifiesta como una despreocupación no solo ante el sufrimiento de los demás sino incluso ante el suyo. El inadaptado parece recubierto de un caparazón que le aísla de los sentimientos. Se presenta con frecuencia como profundamente inafectivo, duro y frío, a pesar de que, cuidadosamente tapada por la indiferencia, cuando se logra ''romper la distancia'', se hace claramente manifiesta una imperiosa necesidad de ser aceptado.. Al igual que el en caso anterior, en mi opinión esa indiferencia es un mecanismo de defensa ante las frustraciones emocionales que ha venido arrastrando a lo largo de toda su vida. En tercer lugar, y también en estrecha relación con las dos características anteriores, se evidencia lo que numerosos autores denominan labilidad afectiva. Se suele considerar como tal una forma de manifestación de la afectividad que, por depender de fluctuaciones ambientales aparentemente irrelevantes y que suelen pasar inadvertidas para el observador,, hace que el individuo reaccione ahora de una manera y en el momento siguiente de la contraria.. El muchacho inadaptado puede pasar de un estado de ánimo al opuesto con una sorprendente rapidez. Una vez más, no se trata de un comportamiento
contradictorio
sino,
al
igual
que
ocurría
cuando
hablábamos de la imprevisibilidad de la conducta, de falta de recursos del investigador y del educador para identificar esos patrones de interacción que son los responsables de que la situación sea percibida de una manera distinta a la del momento anterior. Se trata, pues, de fluctuaciones muy sutiles de la interacción individuo-situación.
Por último, la inseguridad relacionar se manifiesta mediante una creciente dificultad para expresar las emociones, debido de nuevo a la pobreza afectiva de su entorno, a la contradicción socializadora y a la consecuente incapacidad para prever las consecuencias de su propio comportamiento. Esas alteraciones de la afectividad, fruto en mi opinión de la inseguridad relacional generalizada de la historia personal de estos muchachos,, adquieren valores progresivamente más graves conforme el individuo va atravesando los imprecisos límites de la inadaptación objetiva y entra en unas relaciones institucionales cada vez más anormalizadoras que van a acabar afectando seriamente a su personalidad. Aquí hemos llegado ya a la situación de inadaptación subjetiva. Ya ha comenzado el proceso de prisionización y, en ocasiones está considerablemente avanzado. La situación ha cambiado, pero a partir de lo que ocurría en la situación de inadaptación objetiva y como desarrollo del proceso de inadaptación social, cuando la respuesta social-institucional se va anormalizando progresivamente a partir del ingreso en prisión. Sin embargo, la inadaptación subjetiva no es una situación única, sino que en ella se van a ir produciendo diferentes momentos conforme avance el proceso de prisionización. La reacción afectiva del recluso, pues, va a ir variando en función de dicho proceso. En mi opinión, y desde mi experiencia, existen dos grandes momentos en eso que hemos venido llamando "inadaptación subjetiva": Un primer momento corresponde a los estadios iniciales del proceso de prisionización, cuando el joven entra en la cárcel la primera o primeras veces. Durante este periodo, su agresividad y su dureza emocional predominan y entierran profundamente su capacidad de afecto. Son los años que EVAN HUNTER, (1976), definía como de "la irreflexión y el impulso", cuando el joven es "todo acción", cuando vive "deprisa, deprisa", en un torbellino vertiginoso. Es en el momento álgido de ese periodo cuando tropieza con la cárcel por primera vez. Y ese encuentro cambia por completo su vida. De esa existencia vertiginosa pasa sin solución de continuidad a la apatía y el "muermo" de la vida penitenciaria, con
horarios rígidos y el día entero en el patio, como ya hemos visto, sin nada que hacer y sin poder hacer nada. En ese periodo su dureza emocional es muy poderosa, y se manifiesta con todas esas consistencias comportamentales que acabamos de ver: es inafectivo, indiferente, lábil, etc. y es muy difícil poder conectar afectivamente con él, sobre todo en la prisión. En ella, ningún miembro del personal de la cárcel tiene ninguna oportunidad. Podrá, eso sí, mantener unas relaciones más o menos cordiales con algún educador especialmente simpático, pero a distancia, sin comprometerse en absoluto, sin dar nada de sí mismo, sin dejar abierto el más mínimo resquicio de su capacidad de afecto. Sin duda, ésta es una reacción completamente normal. En un ambiente desestructurador, violento y poderoso, que le ha truncado la vida, la única manera de sobrevivir es protegerse, rodearse de un caparazón que evite que las agresiones que sufre le hagan mella. Su "alegría inconsciente" de antes se va a convertir en la amargura que le seguirá ya durante toda la vida. Es el momento de la percepción de la propia vulnerabilidad. Antes se sentía a sí mismo como poderoso y al ambiente y las instituciones de control social como ingenuamente débiles. Ahora ya ocurre lo contrario: los educadores de los reformatorios han sido sustituidos por los guardias civiles de las garitas que vigilan las cárceles. Y la amargura, en este momento, se va a convertir en agresividad. Aún no ha llegado al fatalismo al que me refiero en otro apartado. Eso ocurrirá más tarde, cuando el recluso se vea obligado a ceder y someterse ante lo inevitable de su vida en prisión y la amargura se convierta en un desaliento pasivo que le va a llevar a la apatía. Todavía ahora, la frustración se convierte en cólera y dureza emocional, eso que EYSENCK llama "psicoticismo", pero desde una perspectiva completamente distinta, no como la causa de su conducta desadaptada, sino como una consecuencia primordial de la anormalización que supone la prisión. En la cárcel he conectado con este tipo de muchachos durante los dos años que duró nuestro programa de intervención en el Centro Penitenciario de Preventivos Jóvenes de Carabanchel. Curiosamente, el contacto con ellos fue más difícil que
en el caso de los reclusos de la Central de Observación, con un proceso de prisionización mucho más avanzado y, de la misma manera, la relación afectiva fue siempre mucho más superficial, aunque avanzamos considerablemente, ya que nosotros no formábamos parte de la institución penitenciaria y, lo que para ellos era muy importante y desconcertante: nadie nos pagaba por estar allí. De todas formas, el constante trasiego de presos dificultaba que la relación afectiva se pudiese consolidar, y nuestra obligada y absurda marcha del centro impidió continuar la relación. En este periodo, no son frecuentes las fugas, porque el preso aún no está familiarizado con la cárcel y no se desenvuelve bien en ella. Sin embargo, las agresiones y los motines son mucho más frecuentes, precisamente a causa del predominio de la agresividad provocada por la frustración, (en la más pura aplicación de la teoría de la frustración-agresión de MILLER y DOLLARD), y la irreflexión de la conducta a que ya me he referido. Pero no suelen ser motines serios, reflexionados, asumidos y planificados, sino reacciones emocionales colectivas ante comportamientos de la institución percibidos como injustos por el colectivo de presos. Más adelante, cuando el proceso de prisionización ha avanzado, cuando el recluso ya tiene a veces incluso una larga experiencia penitenciaria, la situación cambia profundamente, aunque ese cambio es difícil de ver en profundidad por un observador distante. El recluso ha "madurado" penitenciariamente, aprende a vivir en la cárcel evitando conflictos en lo posible, (no metiéndose en "movidas"), pero sin ceder. Su enfrentamiento con la institución es callado, sórdido, no se manifiesta mas que cuando se atenta gravemente a su "dignidad de preso". Aprende a "nadar y guardar la ropa". Los motines son menos frecuentes, pero más graves, porque el preso sabe lo que se juega y, cuando lo hace, suele ir en serio. Afectivamente nada parece haber cambiado respecto de la situación anterior; sigue siendo desconfiado, indiferente, lábil, y es "torpe" en la expresión de sus emociones, aunque esto es mucho más difícil de observar, porque en la cárcel no suelen darse situaciones que inviten a la afectividad. Lo que ha ocurrido es que ese caparazón a que antes aludía ha aumentado de tamaño y de grosor, se ha
hecho mucho más denso y más fuerte, y protege profundamente su afectividad que, sin embargo, no ha desaparecido (prueba de ello es que en la cárcel es donde se escriben más poesías) sino que se encuentra cuidadosamente oculta. A lo largo de los años pasados en prisión ha aprendido a ocultar su capacidad de afecto, incluso ante sí mismo, a lo que se añade la escasa o nula intimidad que ha podido tener, porque aunque vive en soledad, nunca puede estar solo. Por eso suele aparecer al observador como profundamente cínico. Durante la realización de nuestros programas de intervención en la Central de Observación Penitenciaria, donde mis alumnos y yo hemos tenido la oportunidad de conocer en profundidad a un número considerable de presos en esta situación y hemos podido conocer otro aspecto más importante y mucho más profundo de su afectividad. Poco a poco, desde la desconfianza inicial con la que se protegían afectivamente, nos hemos ido ganando primero su respeto y luego su afecto, para terminar en bastantes ocasiones con una relación recíproca de amistad. Desde esa privilegiada posición de observadores, fruto, por una parte de la utilización del método de la "observación participante" y, por otra, de nuestra implicación personal, hemos conocido otras muchos aspectos de su afectividad y hemos profundizado mucho más de lo que les es posible a los miembros del personal de la prisión y a los investigadores que van a las cárceles únicamente a estudiar al preso. Hemos logrado en muchas ocasiones aproximarnos a su vida, conectar con ellos y romper la barrera afectiva con la que se protegen. Sin embargo, al escribir estas páginas, no tengo la sensación de quebrantar una amistad, sino que, mas bien, son una prueba de amistad, un intento de dar a conocer otras facetas tan ocultas de eso que llamamos personalidad, que a menudo ni ellos mismos conocen: En primer lugar, en cuanto a la desconfianza hacia la relación afectiva, el recluso sigue siendo desconfiado, aunque durante los años pasados en la cárcel no ha tenido muchas ocasiones de desconfiar de unos requerimientos afectivos que nunca se han presentado. Por ello, más que desconfiado se nos presenta como inafectivo. En el momento anterior, en tránsito de la situación de inadaptación objetiva a la subjetiva, todavía en ocasiones el muchacho recibía, aunque muy
escasamente, unas demandas afectivas que aquí ya han desaparecido por completo, o se encuentran claramente reducidas. Desde luego, en la prisión no aparecen por ninguna parte, y en la calle los años de prisión habrán dejado su huella irremediablemente, como vimos en el apartado anterior, distorsionando o idealizando las vinculaciones afectivas con las personas que dejó fuera. Más tarde, esa idealización es muy posible que se convierta en fuente de sufrimiento, pero ahora, en la cárcel, es una prueba de que su capacidad de afecto no ha desaparecido, sino que se refugia en los niveles más profundos de la intimidad del preso. En nuestra relación con este tipo de reclusos, inicialmente la desconfianza se presentaba en forma de dureza y frialdad, y con una carga de hostilidad autoprotectora. Cuando iniciábamos una conversación, el tema era claro: _qué venís a hacer aquí?, _venís a estudiarnos?, _qué es eso de la universidad, y qué tiene que ver con nosotros?. Es decir, se creaba distancia, el preso se protegía, y con razón. Toda su vida, y sobre todo los años de cárcel, le han enseñado cautela. Nosotros ya sabíamos que lo primero que teníamos que hacer era ganar su confianza, y estábamos preparados para ello. (Tal vez sea esa una de las muchas razones del frecuente fracaso de la intervención sobre individuos que manifiestan una conducta desadaptada; demasiadas veces los profesionales de la intervención social hemos olvidado que corresponde al terapeuta o al educador ganarse la confianza del paciente, y que no lo logrará a menos que sea capaz de comprometerse con él). Poco a poco fuimos venciendo su desconfianza, lo que nos permitió seguir avanzando y profundizando, tanto en nuestras observaciones como en nuestros programas de intervención, que fueron ganando en eficacia conforme los presos se fueron comprometiendo y participando activamente. En resumen, para vencer su desconfianza es preciso convencerles de nuestra sinceridad, y en la situación penitenciaria eso supone un largo y difícil camino que el educador debe estar dispuesto a seguir, invirtiendo tiempo, esfuerzo y compromiso. La desconfianza y la indiferencia afectiva son sanos mecanismos de defensa con los que el preso se defiende de las agresiones que recibe y, sobre todo, de la
poderosa agresión que supone la cárcel. Para sobrevivir ha de encerrarse en sí mismo, debe refugiarse en un egocentrismo autoprotector. Tuvimos un ejemplo de esta autoprotección afectiva cuando realizamos un programa en el Centro de Cumplimiento de Jóvenes de Alcalá II, el centro que en el argot penitenciario se suele llamar "Alcalá Piscinas". Durante un mes, y divididos en dos grupos con una duración de quince días cada uno, doce alumnos míos, (diez alumnas y dos alumnos, proporción habitual entre los estudiantes de Psicología), cada uno de los alumnos convivió con los presos de un módulo, actuando como monitor de tiempo libre. Durante esos quince días de intensa vida en común, se establecieron buenas relaciones interpersonales y se creó un ambiente muy positivo. Sin embargo, en los dos últimos días, la situación cambió hasta el punto en que ya casi nadie participaba en las actividades y las relaciones interpersonales con el monitor parecían haber desaparecido. Por eso, casi no hubo despedidas; los presos simplemente se limitaron a ignorar la situación. Desde una observación distante, éste puede ser un buen ejemplo de la inafectividad del preso, de su labilidad y de de su indiferencia afectiva. Sin embargo, no es esa mi interpretación; desde una mayor profundización en el conocimiento de las consistencias comportamentales que se generan en prisión, interpreto esta respuesta como una defensa de la propia afectividad basada en ese egocentrismo a que me refería en el párrafo anterior. Ante la evidencia de la marcha de esa persona, con la que habían llegado a establecer una relación inusual en la cárcel, lo más efectivo y adaptado era protegerse negando la relación, bloqueándose mediante la indiferencia. Sólo así se puede sobrevivir en la prisión. Precisamente por esta razón decidí no volver a hacer experiencias puntuales. Nuestros programas a partir de entonces, como seguirá a ocurrir en el futuro, cuando volvamos a entrar en las cárceles, son programas de continuidad, sin plazos de finalización. Sin embargo, esta reacción, que es normal en la cárcel, no ocurre en situaciones de libertad. Así, con otros reclusos del mismo centro, realizamos antes otra experiencia, durante la cual, cuatro grupos de presos, acompañados cada uno de ellos por dos alumnos, (siete alumnas y un alumno en total), y un monitor de la
Comunidad de Madrid convivieron con otros jóvenes en un campo de trabajo, también durante quince días. Sin embargo, al finalizar la experiencia, los lazos afectivos establecidos durante la misma se mantuvieron, tanto con mis alumnos como con algunos de los jóvenes que allí conocieron, y ello a pesar de volver a la prisión. Parece pues, que esa inafectividad es función del ambiente de la prisión. Por eso, en los jóvenes, que aún no han tenido un largo proceso de prisionización, modificando el ambiente se modifica la conducta, y ello a pesar de que, como vengo manteniendo en este apartado, la dureza emocional sea mayor. En segundo lugar, ciertamente, desde una observación superficial, el preso suele manifestarse como lábil: su conducta interpersonal es fluctuante, inestable, pasa de un estado al opuesto con una irritante facilidad. Y esto desconcierta frecuentemente al personal de la cárcel. Sin embargo, una vez más, cuando se ha roto la distancia, esa labilidad afectiva, al igual que ocurría en el caso de la situación de inadaptación objetiva, puede tener otra lectura. En mi opinión, esa pseudo-labilidad afectiva tiene dos tipos de manifestaciones que apuntan en la misma dirección. Dos ejemplos nos pueden ayudar a comprenderlo: Por una parte, frecuentemente hemos visto cómo un recluso, que había entrado en una relación estrecha con alguno de nosotros, cambiaba y se mostraba huraño y antipático. Al principio eso nos desconcertaba y no encontrábamos explicación. Pero poco a poco, a lo largo de tres años de relación con la población reclusa, pudimos irentendiendo lo que pasaba en esas ocasiones: cuando se llega a establecer una buena relación, el recluso, que manifiesta unas muy profundas carencias afectivas, procedentes de todo su proceso de inadaptación y de prisionización, tiene una gran necesidad de ser aceptado. Esa necesidad se convierte, en virtud de su primariedad y su egocentrismo, consistencias comportamentales a las que me he referido frecuentemente, en un exclusivismo en la relación afectiva; el preso no suele aceptar de buen grado que alguien que le interese se relacione con otros presos. Este ha sido uno de nuestros problemas
relacionales más frecuentes. Cuando uno de nosotros había establecido una buena relación con un recluso, le resultaba difícil conectar con otro, ya que el primero lo "acaparaba", pretendía evitar de mil maneras esa nueva relación. Incluso llegaba a volver a encerrarse en sí mismo, regresando a etapas ya superadas como manera de llamar la atención. Ahora, que aunque nos está prohibida la entrada en la prisión, seguimos manteniendo relación con la mayoría de los presos a través de cartas y de comunicaciones a través de los locutorios a que ya me he referido, es difícil que los presos entiendan que todos los que trabajábamos allí deseamos "comunicar", seguir manteniendo la relación con todos. Sin embargo, ellos tienen muy claro quien puede comunicar con quien. Por otra parte, en ocasiones he percibido cómo un recluso con el que había establecido una buena relación cambiaba sin motivo aparente. Como sé que en estos casos lo mejor es verbalizar el problema, lo he hecho y me he enterado, por ejemplo, de que en alguna ocasión me he cruzado con él en un pasillo y por alguna razón no lo he saludado, o no lo he hecho con el énfasis que él esperaba. Yo ni me acordaba de ello, porque en una relación como las que establecemos habitualmente pasan una infinidad de situaciones similares, (ibas distraído, preocupado, charlabas con otra persona, etc.). Sin embargo, en la cárcel, una vez más en función de unas profundas carencias afectivas, cuando llegas a conectar con el preso, éste manifiesta una sobredemanda afectiva. Para él, lo único evidente es su propia necesidad de afecto, que posiblemente surja de una intima sensación de desamparo. Todas estas características afectivas, (exclusivismo en la relación, necesidad de afecto, sensación de desamparo), muy profundamente ocultas en el preso, pero también profundamente asentadas, una vez que se logra romper la distancia es frecuente que aparezcan en la realización de nuestros programas en forma de enamoramientos, obviamente dirigidos a mis alumnas, lo que no es sino el resultado de su propio compromiso. Se trata sin duda de situaciones dolorosas, pero no de situaciones negativas, porque el que un preso, a veces con un largo periodo de encarcelamiento, sea aún capaz de amar, es un importante indicador
de que aún está a tiempo de salir adelante. Eso, por supuesto, si el contextoanormalizador de la cárcel no logra destruirle definitivamente. Como conclusión, una vez más, cuando se profundiza en la observación -lo que sólo se consigue si previamente se profundiza en la relación y en el compromisose evidencia en el recluso una necesidad de ser aceptado, de construir lazos afectivos; esas mismas vinculaciones que al comienzo veíamos que trataba de evitar. No se trata de una perspectiva contradictoria sino, una vez más también, de observar desde cerca, desde la manifestación real del fenómeno. Por último, en este momento de la situación de inadaptación subjetiva, sigue existiendo una gran dificultad para expresar las emociones, debido a todo el pasado que veíamos antes, a lo que hay que añadir, además, el empobrecimiento emocional del ambiente penitenciario, que conduce a una infantilización de la afectividad del preso, y a la utilización de un lenguaje peculiar que no favorece precisamente la comunicación afectiva. En ello nos centraremos en el siguiente apartado. Anormalización del lenguaje. El lenguaje sin duda es importante. De alguna manera, de nuestro nivel de desarrollo lingüístico se desprenderán no sólo nuestras posibilidades de comunicarnos con los demás, sino también nuestra capacidad de reflexión, e incluso de pensamiento. Cuando analizábamos la pérdida de vinculaciones, hacía referencia al concepto de "comunicación" (entendida como las visitas que recibe el preso) como un ejemplo del lenguaje peculiar de la cárcel. Progresivamente, conforme va avanzando el proceso de prisionización, el preso va asumiendo determinados términos verbales exclusivos de la cárcel, así como una entonación peculiar, e incluso una gesticulación diferente. De esta manera, el preso va asimilando la cárcel, también a nivel lingüístico, y la forma de hablar se va incorporando a su proceso de prisionización. Al igual que ocurre cuando cambiamos de ciudad y poco a poco, conforme vamos asimilando la peculiaridad de esa ciudad en nuestra forma de vida, a nivel de horarios, de
costumbres, de comidas, etc., vamos incorporando su acento a nuestra forma de hablar, de la misma forma el proceso de prisionización implica asimilar el lenguaje de la cárcel. En este sentido, el lenguaje se convierte en otro elemento más de exclusión, de marginación, además de ser una característica importante de ese "sistema social alternativo" que es la cárcel y que, cuando salga, va a dificultar su capacidad de comunicación interpersonal. Como tuve ocasión de analizar cuando estudiaba el proceso de inadaptación social, (VALVERDE, 1988b), el inadaptado llega ya a la cárcel con un determinado lenguaje, derivado de la expresión verbal de los grupos sociales en situación de pobreza (lo que BERSNTEIN llamaba "lenguaje público", frente al "lenguaje elaborado" de la clase media) que le dificulta su proceso de culturización y cristalización de la inteligencia, más que por una pobreza lingüística, por la distancia existente entre su lenguaje y el que utilizan las instancias socializadoras y culturales. Es ese lenguaje el que se va a desarrollar de una manera peculiar en la cárcel, como corresponde a una "institución total", con sus normas, sus expresiones y demás características, entre las que podemos destacar las siguientes: 1) En cuanto a las palabras: Uso de términos exclusivos del medio penitenciario, y de palabras que en la cárcel adquieren una significación especial y que definen al individuo como preso. En este sentido, dice GOFFMAN que una de las características importantes de la institución total es la configuración de un lenguaje peculiar, que se convierte en un elemento más de identificación del individuo como miembro del grupo; en este caso, como perteneciente a la sociedad de los reclusos, con todo lo que de marginalidad y exclusión implica la prisión. 2) En cuanto a las construcciones gramaticales: Empleo de frases breves y poco elaboradas, lo que lleva a un lenguaje rígido, apenas válido para la comunicación interpersonal y mucho menos para el pensamiento.
3) En cuanto al lenguaje: En primer lugar, la utilización de un lenguaje cuyo objetivo no es la comunicación, salvo en sus niveles más rudimentarios; un lenguaje exclusivamente informativo, que responde a las demandas situacionales concretas. En segundo lugar, el lenguaje de la cárcel es muy pobre en matizaciones personales. Todos los presos hablan igual, utilizando las mismas frases hechas. La pobreza de las relaciones con el exterior y el contacto permanente con las mismas personas, con las que, además, no se suelen mantener relaciones interpersonales estrechas, evidentemente empobrece el lenguaje, ya que la comunicación se convierte en algo secundario. Es un lenguaje reducido, adaptado al reducido mundo de la cárcel. Por eso, en tercer lugar, es un lenguaje que estimula poco la expresión de las emociones, como vimos en el apartado anterior. En consecuencia, también el lenguaje comparte lapobreza generalizada de la vida en la cárcel, y se convierte en un elemento más de esa pobreza, que va a dificultar al preso la comunicación con los demás así como su desarrollo personal. En consecuencia, el lenguaje va a empobrecer aún más la imagen que tenga de sí mismo, así como su imagen del mundo.