Miembro de OXFAM Internacional
Cuando sube el precio de los alimentos...
¿quién gana, quién pierde?
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Cuando sube el precio de los alimentos...
¿quién gana, quién pierde? Primera Edición / 2009 Investigación: Hugo García Rañó Texto: Dunia Rodríguez Rostros y Voces FDS, A.C. Alabama 105 Colonia Nápoles México, D.F. 03810 (5255) 5687 3002 (5255) 5687 3203 www.rostrosyvoces.org campanias@rostrosyvoces.org
Cuando sube el precio de los alimentos... ¿quién
gana, quién pierde?
Introducción
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ada la crisis financiera global desatada en 2008, el mundo ha centrado su atención en los mercados financieros y en las políticas económicas; sin embargo, la crisis es mucho más amplia y no se ha prestado suficiente atención a la crisis alimentaria que está afectando especialmente a los países pobres. Todos experimentamos el alza de los precios de alimentos, agravada por el alza de los precios de los combustibles. Las crisis financiera y alimentaria no han afectado a todos por igual; los países que han tenido una buena inversión en la pequeña agricultura han podido afrontar los efectos de las crisis de mejor manera que los países que dependen de la importación de alimentos. En América Latina, donde las políticas agrarias perdieron prioridad en las últimas tres décadas, la crisis alimentaria podría afectar de manera directa a los más de 53 millones de personas que sufren de hambre y desnutrición, el 10% de la población del continente. El alza de precios de alimentos no solo hará crecer esta cifra, sino que aumentará el nivel de la pobreza y la desigualdad, especialmente para los que gastan entre el 50 y 70% de sus ingresos para alimentarse.
En México, particularmente, la crisis alimentaria nos afecta porque la mayoría de los alimentos son importados y el incremento de los precios de los granos básicos, principalmente del maíz, repercute de inmediato en los artículos de consumo diario. La reducción del rol del Estado en la regulación de precios ha favorecido la creación de mercados altamente concentrados, donde ni los pequeños productores ni los consumidores se benefician. Los sistemas globales de comercio protegen fuertemente a los países industrializados y dejan altamente desprotegidos a los países en vías de desarrollo, donde los productores no cuentan con sistemas ni políticas transparentes de acceso al crédito, asistencia técnica ni subsidios del Estado. Por estas razones en Rostros y Voces, miembro de Oxfam Internacional, creemos que es importante prestar atención a la crisis alimentaria, comprender sus causas y sus efectos para poder hacerle frente. Presentamos este documento, con el fin de ayudar a comprender los efectos que tiene el alza de precios de alimentos en la población mexicana. Es nuestra intención hacer énfasis en la necesidad de voltear a ver al campo, como una de las áreas clave para fortalecer nuestro desarrollo y llevar a México en la ruta hacia la seguridad y la soberanía alimentarias.
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s de suponerse que cuando sube el precio de los alimentos, los productores del campo ven crecer sus ingresos. Si cada uno de los eslabones de la cadena de producción de alimentos marcha bien, los productores ponen a trabajar la tierra, hay recursos para invertir en el campo, el costo de los fertilizantes y plaguicidas es accesible; el comercio de alimentos se lleva a cabo con precios justos y competencias equitativas; los consumidores cuentan con solvencia económica para llenar la canasta diaria, tienen oportunidad de comprar y alimentarse con lo que se produce en tierra nacional, cultivado y comercializado por agricultores mexicanos. Todo eso es deseable; sin embargo, el horizonte revela otras realidades: • PRIMERA: los productores agrícolas resienten el alto costo en la producción de alimentos, el cual repercute en el precio final que se ofrece al consumidor: si cuesta caro producir un kilo de maíz, el kilo de tortilla también costará más caro. De acuerdo con el Banco de México, el precio de los fertilizantes se incrementó 130% entre abril de 2000 y abril de 2008; y el de los químicos como herbicidas y plaguicidas, se incrementó 102%, en el mismo periodo. Entre enero de 2000 y enero de 2007, la gasolina se incrementó en 65%. ¿Con qué pagamos?
• SEGUNDA: cuando el precio del producto final se eleva, bajan las ventas; los consumidores reducen la compra de alimentos y se afecta o se modifica la dieta diaria. En el año 2005, una familia rural promedio destinó el 72% de sus ingresos a la compra de alimentos y pago de servicios. El ingreso proveniente de programas de asistencia social como Oportunidades y Procampo fue mil 540 pesos mensuales. Es decir, que esa familia destinó mil 108 pesos en un mes para comprar alimentos y pagar servicios. ¿Qué compramos? • TERCERA: cuando el consumidor no cuenta con la solvencia para comprar tortillas de maíz o el maíz en grano para preparar la masa, busca sustituirlo con algún alimento derivado del trigo, como galletas o pan. Pero en el horizonte se descubre que la producción de trigo también vive la misma historia que el maíz; lo mismo está ocurriendo con el frijol, soya y sorgo. Aunque la soya y el sorgo se utilizan para alimentar al ganado, también cuesta caro producirlos e importarlos; alimentos como la carne y la leche se alejan de la canasta. ¿Qué comemos? • CUARTA: una competencia en la que participan perdiendo los productores agrícolas es la importación de alimentos que pueden producirse en México. Al mercado nacional
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llegan maíz, trigo, frijol, soya, sorgo y arroz producidos en otros países, en quebranto de la producción nacional. Por ejemplo, en el año 2000, en México se produjeron 17.56 millones de toneladas de maíz y se importaron 5.32 millones de toneladas. Son cifras contrastantes, donde en efecto la producción nacional se presume mayor, pero el valor de la importación de tan sólo 5.32 millones de toneladas de maíz representó 348 millones de dólares. En el año 2007, la importación subió a 8.53 millones de toneladas de maíz y el valor de esa importación fue de 1,307 millones de dólares. ¿Por qué pagamos tantos millones de dólares en importar? • QUINTA: un sistema de apoyos al campo que destina 950 pesos por hectárea por productor por ciclo agrícola, a través del Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo). En total este programa reparte 16 mil millones de pesos entre 2.5 millones de productores que cultivan maíz o frijol. Un pequeño productor es quien tiene parcelas menores a cinco hectáreas bajo el régimen de propiedad ejidal. ¿Por qué tan pocos pesos para producir?
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• SEXTA: un sistema de apoyos a la cadena productiva que ejerce un presupuesto de 13 mil millones de pesos, a través del programa Alianza, del cual 4 mil millones de pesos se destinan particularmente a agricultura. Además, cuenta con un fondo de Apoyos para la Comercialización (Aserca), que permite financiar proyectos productivos o puntos en la cadena productiva que estimulen el desarrollo de la producción; este fondo cuenta con 3.8 mil millones de pesos. ¡Cuánto dinero! Parece, pero estos apoyos también se han otorgado a grandes empresas para financiar los incrementos en el costo de los combustibles. Entre los beneficiarios se encuentran Maseca, Bachoco y Agroinsa, empresas que concentran el valor agregado en las industrias maíz-tortilla, productos de carne avícola y alimento para ganado, respectivamente.
• SÉPTIMA: la concentración del poder de mercado en unas cuantas empresas que controlan la cadena de producción, desde el comercio de semillas y fertilizantes, hasta la venta al consumidor, pasando por la compra al productor o el coyote e incluso el alquiler o venta de maquinaria agrícola. Por ejemplo, hay empresas industrializadoras que ofrecen paquetes tecnológicos que incluyen las semillas y los agroquímicos necesarios; esto hace que el productor dependa de la empresa industrializadora para desarrollar su producción. ¿Dónde quedaron los dueños de la tierra? • OCTAVA: el establecimiento de corporaciones trasnacionales que controlan la importación y distribución nacional de alimentos y cuentan con capacidad económica e infraestructura que les permite sumar beneficios a lo largo de la cadena de producción. Estas corporaciones controlan, regulan e imponen precios, porque ejercen presión para comprar grandes volúmenes a bajo costo y así ofrecer precios bajos, en competencia desigual con los productores y comercializadores menores. Son el ejemplo de la concentración del llamado poder de mercado que permite imponer o elevar precios a un participante o un número limitado de participantes en la competencia comercial. Por eso, cuando la participación de una empresa es mayor en el mercado, hay más posibilidades de que ésta incurra en prácticas abusivas. • NOVENA: el arraigado sistema de intermediarios o coyotes, por medio de quienes los pequeños productores logran “colocar” sus productos, ya que debido a la falta de organización y a que no cuentan con medios de transporte no pueden establecer contratos con las empresas industrializadoras. El coyote administra, vincula a las empresas con un grupo de productores a quienes asegura la compra; paga por adelantado una parte de la producción pero no siempre a precios favorables al productor. Además, se encarga de colocar el grano en la puerta de la empre-
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sa para su venta. Existen algunas empresas como Bimbo, Maseca, Minsa que cuentan con centros de acopio y los medios para transportar las cosechas de las parcelas a los almacenes. Esta red de acopio y distribución se establece en lugares donde están los productores grandes (Sinaloa, Jalisco, Puebla, Veracruz y Guanajuato), que no necesitan la intervención de un coyote. A esta red de acopio no le es redituable involucrarse con la cosecha de los pequeños productores por las escalas que tendría que hacer para la transportación. ¿El coyote es un mal necesario? • DÉCIMA: la puesta en marcha de pactos como el realizado entre el Gobierno Federal y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), en el que se acordó mantener el precio de una serie de productos de la canasta básica a fin de contener las presiones inflacionarias; el acuerdo implicó en contrapartida subsidios a insumos e impuestos. El segundo pacto se realizó con los intermediarios comercializadores de grano, entre los que se encuentra Cargill y ADM (que están en el grupo de empresas que controlan el 70% de las importaciones y exportaciones de maíz en México), con quienes se acordó un aumento escalonado a diciembre de 2008 que permitiera el incremento de 2225% en el precio de los granos básicos, principalmente maíz. A pesar del pacto, se han registrado incrementos de 40% en el precio de la tortilla y el pan en las poblaciones fuera de las grandes ciudades, en estos lugares se observa un precio por kilo de tortilla de hasta 15 pesos, en tanto en el Distrito Federal el precio es de 8.5 pesos. ¿Quién gana, quién pierde? HAGAMOS CUENTAS Los productores agrícolas tienen que hacer frente a realidades que juegan en su contra, como el aumento en el precio de los insumos. Es una espiral de precios que crece dejando abajo el ingreso neto de los productores:
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si sube el precio de la energía, sube el precio de fertilizantes y plaguicidas; si incrementa el costo del petróleo, incrementa el flete; si incrementa el precio internacional, incrementan en cadena todos los precios. – La gasolina subió un 65%, en los últimos siete años. – El precio de los fertilizantes subió 130%, en los últimos ocho años. – El precio de los plaguicidas subió 102%, en los últimos ocho años. – El precio al productor del maíz subió 52%. – El precio al productor del trigo subió 94% ¿de cuánto dinero dispone un pequeño productor? El Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) aporta a un productor, en promedio, 2 mil 890 pesos, considerando que éste tenga 3 hectáreas registradas, y hasta 4 mil 815 pesos, en el mejor de los casos, si el productor tiene cinco hectáreas registradas. Pero los insumos agrícolas representan entre el 20 y 30% del gasto de producción de un agricultor, y puede ser de entre el 8 y 12% del ingreso de una familia. El acceso a créditos agrícolas se ha restringido en los últimos 15 años. La política agrícola no contempla los créditos como instrumento de fomento agrícola. Hasta principios de la década de los 90, Banrural (Banco Nacional de Crédito Rural) se encargaba de asignar créditos al sector agrícola; hoy esa institución quedó reducida a una dirección administrativa como Financiera Rural. Entonces, los recursos de crédito se canalizan por medio de Aserca (Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria), que ejerce apenas el 30% de los recursos empleados por Banrural. Sin embargo, parte de los apoyos de Aserca han ido a parar a grandes empresas para que puedan financiar la subida de precio de los combustibles. Entre las empresas beneficiarias se encuentran Maseca, Bachoco y Agroinsa, que concentran
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el valor agregado en las industrias maíz-tortilla, productos de carne avícola y alimento para ganado, respectivamente. A OJO DE BUEN CUBERO... ¿cuánto cuesta comercializar un kilo de maíz?
PRECIO AL PRODUCTOR $2.50 + Acopio y almacenado $0.70 + Transporte central de abasto $0.50 + Almacenado central de abasto $2.10 PRECIO MAYORISTA + Transporte punto de venta + Margen de operación
$5.80 $0.05 $1.15
PRECIO AL CONSUMIDOR
$7.00
Y ... ¿cuánto le cuesta a un agricultor del estado de Oaxaca producir un kilo de maíz para autoconsumo y a uno del estado de Sinaloa producir un kilo de maíz para venta comercial? OAXACA-AUTOCONSUMO
SINALOA-VENTA COMERCIAL
Mano de obra Fertilizante Herbicida Plaguicida Semilla Flete y encostalado Renta TOTAL
$2.46 --$0.41 $0.37 $0.24 $1.32 --$4.81
Mano de obra Fertilizante Herbicida Plaguicida Semilla Flete y encostalado Renta TOTAL
$3.22 $2.15 $0.19 $2.25 $0.98 --$0.50 $9.29
Rendimiento Costo por kilo Precio por kilo Margen para el productor
$0.10 $4.46 $2.50 –$1.96
Rendimiento Costo por kilo Precio por kilo Margen para el productor
$0.91 $1.01 $2.50 $1.48
(Con base en los precios por tonelada de la Tabla Costos de Producción y Margen de Ganancia por Sistema Producto, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA))
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Aun cuando las cifras indican que un productor de autoconsumo gasta menos en producir un kilo de maíz, tanto él como quien produce para venta comercial tienen el mismo precio al productor, que es el precio establecido de los productos que se venden a otras empresas u otros comercializadores.
un productor comercial. La línea del gasto en mano de obra es representativa, dado que para el productor de autoconsumo, representa más de la mitad de la inversión. Pero el margen para el productor de autoconsumo marca un número negativo. Es decir, que produce para comer y al hacer cuentas, sale perdiendo.
Las cifras también ilustran que el productor de autoconsumo paga más en herbicida que
El contraste se pronuncia cuando en la geografía de la pobreza aparece Oaxaca entre
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los estados con muy alto índice en probreza alimentaria. Se considera como población en pobreza alimentaria a los hogares cuyo ingreso no alcanza para cubrir las necesidades de alimentación equivalentes a 15.4 y 20.9 pesos diarios por persona, del año 2000, en áreas rurales y urbanas, respectivamente. En el año 2000, el 18.6% de los hogares del país (casi la cuarta parte de la población total de México) vivía con un ingreso inferior a ese punto de referencia. Mientras, en Sinaloa se ubican los grandes productores agrícolas, eso no significa que no haya pobreza; los problemas de desnutrición son menores, sí, pero en cambio 44.2% de la población sinaloense padece pobreza patrimonial; es decir que su ingreso no alcanza para cubrir las necesidades de salud, educación, vestido, calzado, vivienda y transporte público, equivalentes a 28.1 y 41.8 pesos diarios por persona, del año 2000, en áreas rurales y urbanas, respectivamente. ¿CON CUÁNTO LLENAMOS LA CANASTA? En México, el alimento básico es la tortilla, la cual representa más de la mitad de las calorías que se consumen a diario. Es un alimento importante porque las calorías son el combustible que el organismo necesita para funcionar. Entre noviembre y diciembre de 2007 el precio de la tortilla subió 66% El precio de un kilo de tortilla es de 10 pesos con 26 centavos, en promedio; ese costo representa el 20% de ingreso diario de una familia rural, compuesta por lo general de cinco inte-
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grantes, que recibe de los programas de asistencia social unos mil 540 pesos mensuales1. Hay zonas fuera de las grandes ciudades donde el precio de la tortilla alcanza los 15 pesos por kilo, pero en una capital de estado, si se compra tortilla en grandes supermercados como Bodega Aurrerá, el precio puede ser de 5 pesos con 80 centavos, según datos de la Profeco2 referentes al costo del kilo de tortilla en estos establecimientos de la ciudad de Oaxaca en 2007. Este tipo de “ofertas” son posibles por la llamada concentración de poder de mercado, ya que Bodega Aurrerá pertenece al grupo Walt-Mart de México, la cadena comercial más grande del país que cuenta con mil 125 tiendas distribuidas en 199 ciudades. Con ese nivel de poder, comerciantes como Walt-Mart se toman la libertad de “congelar” el precio de la tortilla. Libertad que no tienen los comerciantes menores. En los últimos meses, el costo de la canasta básica subió 6.1%, provocando el crecimiento de la población a la que no le alcanza el dinero para comer. DESTINO DE LOS GASTOS DE UNA FAMILIA RURAL PROMEDIO EN EL AÑO 20053: Pago de alimentos y servicios = 72% Ingreso: Gasto en alimentos y servicios: Sobrante para otros gastos:
$1,540 al mes. $1,108 al mes. $ 432 al mes.
1 Existen diferentes estratos de ingreso de las familias rurales dedicadas a la agricultura. Las familias de menor ingreso en promedio perciben hasta $18,500 pesos al año, del cual la principal fuente son los programas de asistencia social (Oportunidades) y apoyo al productor (PROCAMPO). Los programas de asistencia social proporcionan hasta $4,800 pesos al año a una familia y PROCAMPO aporta $963 pesos por hectárea registrada al año. En total una familia puede percibir hasta el 41% de su ingreso vía transferencias del sector público, y en algunos casos éstos representan hasta el 65%. 2 Quién es quién en los precios. Especial del precio de la tortilla de maíz. Oaxaca, del 27 y 28 de agosto del 2007. Profeco. 3 Los gastos de una familia rural promedio se destinan principalmente al consumo de alimentos y servicios. Estos rubros consumían en el año 2000 el 68% del ingreso de una familia, y en 2005 este aumento a 72%.
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Hacer frente a esta realidad ha significado que en las familias con menos recursos se modifiquen los patrones de consumo y, también, se busquen alternativas para obtener los ingresos mínimos para comprar alimentos. Entre las alternativas de ingreso, la población rural migra a los grandes centros urbanos de su país o Estados Unidos donde se ocupan como obreros, albañiles o comerciantes. Esto significa una reducción de la mano de obra disponible en las localidades4. ¿QUÉ LE ECHAMOS A LA CANASTA? En los hogares rurales la composición de la canasta básica de consumo varía en función del tamaño de la propiedad agrícola y de las fuentes alternativas de ingreso. Buena parte de su consumo de granos y algunas verduras frescas se obtienen de la producción agrícola de autoconsumo y del huerto familiar. Un pequeño productor que percibe entre 14 y 17 mil pesos anuales, compone su canasta de tres granos: maíz, frijol y arroz, un conjunto limitado de verduras (tomate, chile, calabaza y chayote), carne ya sea de res o pollo, azúcar y hasta cuatro litros diarios de refresco.
A veces a la canasta le echan alimentos procesados como sopa de pasta, chile enlatado, leche condensada, frituras (botanas), café soluble, galletas económicas y dulces. En los hogares donde el tamaño de la propiedad es mayor a 15 hectáreas o las fuentes alternativas de ingreso superan los 5 salarios mínimos, la canasta incluye una mayor cantidad de alimentos procesados debido a que esos hogares destinan 90% de su producción a la comercialización, otra parte como forraje para sus animales y muy poco al autoconsumo. El consumo de productos enlatados en estos hogares es muy variado e incluye lácteos, granos, verduras (chile, puré de tomate, chícharos, zanahoria, ejotes, entre otros), atún, aderezos, leguminosas y frutas. También consumen una mayor cantidad de pastas y harinas en distintos tipos; sopas, pan y tortilla. El consumo de azúcares mediante refrescos es similar al hogar del pequeño propietario. La carne se consume diario y se varía entre pescado, res y pollo. Este tipo de hogares no recibe ayuda de los programas de asistencia social porque están por encima de la línea de la pobreza. La compra de alimentos les representa entre el 18 y 20% del gasto.
DISTRIBUCIÓN DEL GASTO DE UNA FAMILIA TÍPICA (PESOS MEXICANOS DE 2005) RUBRO DE CONSUMO 1. Alimentación 2. Vivienda 3. Mobiliario y equipamiento 4. Operación del hogar 5. Vestido y calzado 6. Cuidado de salud 7. Educación y lectura 8. Cuidado y presentación personal 9. Recreación 10. Transporte y comunicación 11. Otros 0 TOTAL
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COSTO 15,719.82 04,624.00 02,877.04 05,204.86 09,020.08 03,200.22 01,508.10 02,931.99 01,624.05 06,622.02 00,149.75 53,481.71
% 29.39 08.65 05.38 05.38 16.87 05.98 02.82 05.48 03.04 12.38 00.28 100
FUENTE: Encuesta de Ingreso-Gasto de los Hogares, Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
4 De la población económica ocupada en el sector agrícola, sólo el 38% tiene como actividad principal la producción agrícola, el restante 62% combina esta actividad con otras fuentes de ingreso, entre ellas la migración a centros urbanos.
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¡NI PA’ FRIJOLES! Cuando el dinero no alcanza para comprar tortillas, este alimento se sustituye por derivados del trigo como pan o galletas. Pero en términos generales, el precio del trigo es mucho mayor que el maíz. Un kilo de tortilla harina de maíz: $10.26 (a razón de un dólar del año 2007) Un kilo de tortilla de harina de trigo: $35.00 (precio al productor) Aunque sea sin pan ni galletas. Sin embargo, las opciones para las familias con un ingreso de mil 540 pesos mensuales, es decir, aquellas familias que se supone disponen de 51 pesos diarios, no son muy amplias ni variadas. Un kilo de frijol empacado: $32.00 (precio del supermercado)5 Según los cálculos del 2007 realizados por el Sistema de Información Agrícola y Pecuaria de la Sagarpa una persona consume al año: 296.2 kilos de maíz 66.5 kilos de trigo 13.9 kilos de frijol A VUELA PLUMA... Si se compran los frijoles de un año para una familia de cinco personas en la capital de Oaxaca, en el súper de la gran cadena de tiendas, el gasto será de 2 mil 224 pesos.
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Si en promedio las tortillas cuestan 10 pesos con 26 centavos, la familia de cinco integrantes se comerá 15 mil 195 pesos de tortillas en un año. $15.195 $ 2.224 $17.419 Son 17 mil 419 pesos, en un año, para dos productos de la canasta básica de alimentos, para cinco personas en una familia que alcance a percibir 18 mil 480 pesos anuales, provenientes de los programas de asistencia social. ... en la mesa, ni frijol ni maíz.
¡TORTILLAS EN CRISIS! Durante la década de los 80 el gobierno mexicano dio un giro importante a la visión económica transitando hacia una estructura de economía abierta. A lo largo de esa década se impulsaron cambios importantes en la composición de los mercados, como la reducción paulatina de la participación del Estado en la actividad económica, por medio de la privatización del sector paraestatal y la eliminación de barreras a la comercialización interna y externa. El objetivo de esta estrategia fue liberar los mercados para hacer más eficiente la actividad económica y dejar a la empresa privada como principal agente regulador. La liberación del mercado de productos agrícolas se dio a partir de 1989 con la liberación de cupos de maíz libres de arancel o tarifas por derecho de aduanas.
11 5 Quién es quién en los precios. Profeco. Precio del frijol, marca Morelos Insurgente. Bolsa 1 Kg, variedad Mayo Coba / Peruano en Bodega Aurrerá. Oaxaca. Noviembre, 2008.
Esta estrategia política-económica se enfocó en la inversión y el interés de grandes corporaciones no solamente nacionales, y con ello comenzaron a alejarse del camino asuntos como la soberanía, el estímulo al mercado interno, y empezaron a aparecer la quiebra de las empresas mexicanas medianas y pequeñas, el desempleo, el empobrecimiento, la migración. En la década de 1990 el impulso de los mercados fue mayor y la firma del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) sirvió como instrumento para consolidar esta transición. Con el TLCAN se buscó eliminar las tarifas por derecho de aduanas en todos los bienes comercializados dentro del bloque comercial del TLCAN (Estados Unidos, Canadá y México). Pero con el TLCAN el maíz subsidiado de los Estados Unidos comenzó a inundar el mercado y el precio del maíz en México cayó en más de un 70% en términos reales, expulsando a miles de productores de maíz y reduciendo el rendimiento total. Después de 4 mil años, México se convirtió en un importador neto de maíz.
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tribución que permitía estabilizar los precios de los productos básicos y al mismo tiempo regular los salarios a través de las negociaciones de los contratos colectivos, fijando los salarios a metas inflacionarias. Los activos de Conasupo fueron comprados por empresas transnacionales como Cargill y Archer Daniels Midland; además de empresas nacionales como Minsa y Maseca, dos empresas que controlan la industrialización y comercialización de la tortilla. La privatización de Conasupo generó que un grupo reducido de venderores ejercieran el control sobre el precio y la comercialización del maíz y sus derivados. Durante 2007, el incremento de precios del grano de maíz generó “la crisis de la tortilla”, la cual reflejó no sólo la exposición a las presiones internacionales sobre el precio de los granos sino las fallas de la estructura comercial del maíz. Lo mismo ocurre en cultivos como frijol, trigo, soya y sorgo.
Un asunto que ya estaba en la mesa: en la década de los 80, México se tambaleaba bajo una enorme deuda externa y en 1988, los pagos de los intereses llegaban al 57% del gasto federal. Siguiendo las recomendaciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, el país acometió la reducción del gasto público y desmanteló un sistema bajo el cual el Estado subsidiaba los productos agrícolas, ofrecía créditos y asistencia técnica, regulaba las importaciones, establecía precios garantizados para los productores y subsidiaba el precio de la tortilla. Se eliminó la Comisión Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), un cuerpo que retenía entre 15 y 20% de la producción para su distribución en zonas remotas.
FALLAS EN LAS CADENA Existe una alta concentración en los eslabones intermedios generando un doble proceso de falla de mercado. Frente al consumidor las empresas comercializadoras e industrializadoras forman un pequeño grupo que controla el precio de venta. Y frente a los productores los mismos agentes forman otros oligopolios o pequeños grupos que les permiten controlar el precio de compra.
El gobierno perdió un sistema que durante décadas mantuvo restricciones sobre la administración de reservas, la red de acopio y dis-
El resto del valor agregado se distribuye entre 1.8 millones de productores y sus familias y 63 mil unidades económicas repre-
La concentración del valor agregado de la cadena maíz-tortilla en los eslabones intermedios que tienen que ver con el acopio-industrialización-comercialización, alcanza hasta un 40% que se distribuye en 42 empresas.
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sentadas por medianos y pequeños molinos y tortillerías. La industria de harina de trigo presenta una situación similar, la proporción de trigo importado es mayor, por lo que las empresas importadoras concentran una mayor parte del valor agregado, a diferencia de la cadena maíztortilla. La falta de integración en las cadenas agroalimentarias genera distorsiones sobre los precios finales y sobre la capacidad de comercialización de grano. La eliminación de las políticas de manejo de reservas ha agudizado el problema de la falta de capacidad de movilizar las reservas de grano. AQUÍ NO HAY PIERDE... Un grupo de comerciantes de la industria agrícola y de intermediarios de las empresas ocupan el control del mercado. En la actualidad, Cargill, Maseca, ADM, Minsa, Arancia Corn Products y Agroinsa, entre otros, controlan el 70% de las importaciones y exportaciones de maíz de México. • Cargill es una empresa con presencia en todo el territorio mexicano que comercializa, importa y exporta oleaginosas, aceites, granos para los sectores agropecuario y humano, azúcar, alimentos balanceados, así como herramientas financieras dirigidas a proveer soluciones en la actividad agrícola. • Arancia Corn Products, S.A. de C.V., es la única compañía en el negocio de refinación de maíz con operaciones de manufactura y distribución en los 3 países que conforman el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (México, Estados Unidos y Canadá). • Agroinsa es una empresa privada con capital mexicano, dedicada a la producción y comercialización de harinas de trigo y maíz nixtamalizado, sémolas de maíz para la industria
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de botanas, cereales de desayuno y cervecera, así como de alimentos balanceados para consumo animal. • Minsa es una empresa “pionera y líder” en la fabricación de harina de maíz en todo el mundo, cuenta con ocho plantas de producción ubicadas en México y dos en Estados Unidos. Cuenta con seis bodegas de distribución, ubicadas a lo largo del territorio mexicano. • Maseca o Gimsa es el mayor productor de harina de maíz en México, con una participación de mercado aproximada de 70%. Gimsa produce, distribuye y vende harina de maíz, principalmente para la preparación de tortillas y otros productos afines. En México, Gimsa produce más de 40 variedades de harina de maíz para la producción de diversos productos alimenticios, y vende harina de maíz empacada a los productores de tortilla y frituras, así como al mercado de detallistas. Actualmente, Gimsa cuenta una capacidad de manufactura de harina de maíz de 2.3 millones de toneladas anuales. El modelo producción agrícola que opera en México desde la puesta en marcha del TLCAN ha permitido que un pequeño grupo de grandes empresas controle la cadena de producción, desde el suministro de productos, como semillas y fertilizantes, pasando por la cadena de distribución, y el punto de compra del productor o el intermediario, hasta el punto de venta al consumidor. Un pequeño número de actores significa una concentración del poder de mercado, y cuanto mayor es el poder de mercado en cada fase de la cadena, mayor será la diferencia entre el precio original recibido por el productor y el precio pagado por el consumidor final. La concentración del poder de mercado distorsiona los precios, por eso cadenas tan poderosas se permiten manipular los precios y
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decidir la congelación del precio de la tortilla en todo el país, ejerciendo una competencia desleal en todos los sentidos, además de acorralar en los márgenes de la pobreza a las poblaciones que por estar lejos de los centros urbanos, pagan hasta 3 veces más el precio del mismo producto. En los últimos, años la brecha entre los precios al productor y los precios al consumidor
ha venido en aumento, como resultado de la concentración de las cadenas productivas. Si el manejo de la economía tiene que ver con la regulación del mercado, con la aplicación de políticas que lo regulen; si la subida del precio de los alimentos es una cadena que atrapa a todos, con un vistazo es suficiente para descubrir quién gana, quién pierde y quién paga.
¿Qué es Vamos al Grano?
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Una campaña para promover la inversión sustentable en el campo, como una opción de desarrollo para el país y para contribuir a la seguridad y soberanía alimentarias de México. Vamos al Grano es una campaña de Oxfam Internacional que se realiza también en Guatemala y Honduras con el objetivo de fortalecer la pequeña agricultura.
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DG. Luis Enrique Argüelles Abarca / 2009.
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