Y SE LARGÓ LA SELECCIÓN
LIBRES Tenemos revista, tenemos equipo de fútbol, cada día nos ganamos la libertad de adentro. En esta entrevista el crack CLAUDIO GABRIEL SANTILLÁN cuenta cómo es ser un número 9 privado de la libertad.
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X EL EQUIPO DE MÓDULO DOS
–¿Cómo te sentiste al volver a jugar al fútbol?
–Como cuando era chico y gritaba desesperado al entrar a la cancha porque había llegado la hora de jugar a la pelota. Me vienen muchos recuerdos.Yo jugaba en el barrio, después en diferentes clubes... A eso me hace acordar salir a jugar ahora, y tal vez me viene un arrepentimiento de por qué no seguí en esos caminos, por qué no seguí en ese club o en ese otro si tanto me gustaba jugar al fútbol. Hoy volví, digamos, a entrar a la misma cancha de mi barrio. Un día el creador del proyecto me vio jugando en un recreo y me llamó. A mí y a otros compañeros. Nos venían observando pero no sabíamos para qué y era para armar la selección. –Que tuvo varios partidos. ¿Contra quiénes jugaste?, ¿equipos de afuera?
–Jugamos campeonatos de detenidos, también con clubes grandes, como Boca e Independiente, el Deportivo Español o el San Martín de Burzaco. –¿Vos creés que hay un Messi en el equipo?
–Sí, que hay uno, sí.Y es un Messi que está adentro de una cárcel, aunque parezca raro escuchar, y se llama Hugo Cergueviz.Ya lo han venido a ver de clubes grandes, de afuera, del Deportivo Español vino Miguel Montes de Oca; y de San Martín de Burzaco, el Flaco Ayala, que fueron conocidos en el fútbol del ascenso, gente de otros clubes.Tiene firmados varios contratos.
–Hay un director técnico conocido que vino y que había estado con Maradona, ¿puede ser?
–Sí, estuvo en Boca unos diez años, cuando Diego jugaba en Boca. Lo invitamos por el proyecto, para que él hiciera una crítica, una crítica sería una charla, del fútbol y de la vida. –Vos, ¿tomás este proyecto cómo una salida laboral para cuando estés en la calle?
–Sí, y también mis compañeros, tal vez muchos no tengan la posibilidad de quedar en un equipo, digamos, pero sí de tener otra salida laboral, dentro del club, un ejemplo, trabajando de utilero.
–Y en el momento en que se termina el entrenamiento y te tenés que venir al pabellón, ¿tu sensación cuál es?
–Por ahí lo bueno es que volvemos junto a todos los compañeros hablando de ese entrenamiento. Aunque después... al rato... se te va esa alegría porque mirás alrededor y ya estás dentro del pabellón, pero todos somos conscientes de que tenemos que seguir
adelante, tratar de no caernos y de contenernos entre nosotros.
–(Ricardo Montero) Bueno Gabi, nos volvemos a ver en distintas circunstancias, hace años atrás estábamos en otro lugar, nos conocimos de otra manera, ahora estamos más tranquilos. ¿Notás ese cambio?
–Sí, lo noto mucho, por la emotividad nuestra, por lo que estamos viviendo que es lo más importante. Hay un cambio. –(Ricardo Montero) Con respecto a otros años que compartimos juntos, digo nuestra libertad..., si te cruzás con un pibe que recién ingresa, ¿cuál sería hoy tu consejo principal?
–El consejo que le daría es que siga el camino que yo estoy haciendo. Porque antes tal vez decíamos que estábamos bien, que estábamos contentos, que esto, que lo otro... pero estábamos totalmente equivocados. Hoy también te digo que estoy bien, pero estoy “en las buenas” digamos, en el camino bueno.
–(Ricardo Montero) Comentabas anteriormente que hay unión y se mueven en bloque todos los chicos que están subidos al proyecto, pero más allá de eso, ¿se sienten apoyados por la gente de otros pabellones?
–Hoy en día sí, al principio la población no nos apoyaba. Era todo lo contrario, tal vez porque estábamos entrenando en el campo todos los días cuando ellos no podían salir todos los días. Un poquito de envidia sería. Pero después cambió todo, hoy tenemos todo el apoyo de la gente que está acá adentro, tenemos nuestra bandera, nuestros seguidores, ¡nuestros hinchas! Antes había muchos choques con los penitenciarios y hoy nos dan toda su confianza. También nosotros brindamos esa confianza y nos llevamos como si fuesen también compañeros. –¿Qué sentís cuando en el medio de un partido tiran tu nombre?
–¿Qué se siente? Te llena de fuerzas eso, te da mucha energía, te llena, más cuando ves a tus amigos del otro lado del alambrado, gente que, tal vez, hacía años que no veías, hoy están todos contentos y eso es lindo. –(Ricardo Montero) El cambio que han hecho los muchachos del proyecto contagió al resto de la gente, ¿no?
–Los ayuda a cambiar de vida. Conocidos míos, con
los que nunca tuve una charla de fútbol, hoy en día quieren jugar y si no, tienen la posibilidad, por lo menos, de estar adentro de la cancha trabajando.
–(Ricardo Montero) Si estoy equivocado corregime, pero acá tengo comentarios que dicen que muchos pibes han cambiado la forma de hablar...
–La manera de hablar y la manera de decir. –¿Te considerás un ejemplo?
–Sí, me lo han dicho y también me lo han hecho sentir porque gracias a esto yo he cambiado mi vida totalmente. Yo que no le daba mucho tiempo al estudio, hoy estoy en la facultad, dejé las drogas, el tabaco, me siento otra persona. –(José Álvarez) ¿Cuáles son las diferencias del proyecto desde que empezó a lo que es hoy?
–Los cambios fueron muchos y grandes. Cuando empezamos a jugar había, me acuerdo, dos pelotas que... bueno, les decíamos “pelotas” pero eran de trapo. Hoy en día estamos jugando con pelotas profesionales, y tenemos nuestras remeras, nuestros shorts, medias y botines que nos donaron muchos clubes de afuera cuando nos vinieron a visitar. Hoy tenemos todo lo que tiene un club.
–(José Álvarez) Cuando vos escuchaste hablar del proyecto, ¿creíste que iban a llegar tan lejos?
–No, primeramente lo vi como un campeonato nomás. Pero el esfuerzo nuestro, de cada uno de nosotros, del cambio que tuvimos hizo que siguiera. Estamos presos, estamos cumpliendo una condena, pero vivimos algo hermoso porque nos sentimos dentro de una práctica.
–(Braian Lencinas) ¿Cuántos son en el plantel? ¿Cuál es la meta que tienen ustedes?
–Calculá aproximadamente unas 30 personas contando los técnicos. Como grupo, siempre la meta es ir logrando el objetivo, tanto futbolísticamente como de inclusión social, que la gente nos vea cambiando... –(Braian Lencinas) ¿Qué cosas pondrías y qué sacarías del proyecto? Porque esto recién está empezando.
–No sé qué sacaría, haría que nos vea más gente de afuera, que es lo que a nosotros nos llena.
–(Braian Lencinas) Vos vistiendo la camiseta, por ejemplo, ¿qué sueños cumplirías, estando acá adentro detenido?
–El sueño mío y el de todos los jugadores que
LAS PIERNAS estamos acá es llegar a algún club de afuera. Y que nos apoye gente de la Secretaría de Deportes. –(Braian Lencinas) ¿A esto lo tomaste como hobby o lo pensás como algo que podés hacer?
–Era un hobby cuando era más chico. Hoy en día me sorprendió, la vida me dio una oportunidad.
–(Braian Lencinas) Gabi, cuando te plantearon el proyecto, ¿te dijeron cuáles eran los requisitos?
–Lo primero que te pide el club es no tabaco, no drogas, no alcohol, comportamiento, seriedad, eso es lo que nos ayuda a cambiar y ya es responsabilidad de cada uno. –(Braian Lencinas) Con respecto al grupo, ¿hay gente que tiene distintos pensamientos sobre el proyecto?
–No, todo lo contrario, no hay choque, porque es un grupo muy unido, donde estamos cambiando todos y cada uno. Aprendimos mucho con las charlas que tuvimos con directores técnicos que vinieron y tuvieron experiencias con otros chicos que estaban presos, y hoy en día no roban más, digamos, no tienen la misma vida que llevaban antes. Hoy esos chicos tienen su trabajo, su familia, su vida tranquila como todo ser humano. Acá viene gente que antes veíamos por televisión y hoy en día los veo personalmente. –(Ricardo Montero) A los chicos que están en carrera, por favor dejales un mensaje.
–¿Un mensaje? Que no se queden con lo malo que les pasó en la vida, que una experiencia de la mala vida ya la tienen, que lo que a ellos les hace mal y los lleva a sufrir y a pasar malos momentos, ya lo tienen. Entonces que no lo vuelvan a repetir, que elijan la buena vida. –(Ricardo Montero) ¡Gracias campeón!
CONTESTANDO EN EQUIPO –El primer partido fue con Tristán Suárez. Terminamos 2 a 2, en su cancha. Y ahora queremos la revancha. Éramos 19 chicos y se salió con un operativo, en un camión y con un celular adelante y otro atrás. Como si fuese un equipo profesional de fútbol que va a la cancha custodiado pero esta vez era al revés, custodiaban a la gente de nosotros. Cortaban la calle pero no por el público sino por el equipo. Bajamos esposados y cuando estábamos adentro del estadio, en los vestuarios, nos sacaron las esposas. Igual teníamos que caminar en grupo, estar todos juntos, pero nos habíamos puesto de acuerdo para eso. Más que nada, para nosotros, fue una prueba de conducta.
–Tenemos entendido que van a jugar con los de la B.
–Después de lo de Tristán Suárez nos gusta ir paso a paso. Nos gusta pensar en el partido que viene, y lo que está después, está después. El viernes jugamos cuatro partidos seguidos y salimos campeones del 1° Campeonato por la Integración, un intermodular que se hizo. –Yo sé que ustedes dejan todo en la cancha, ¿pero les parece que los que vienen de afuera también, o tienen algún tipo de prejuicio, se cuidan?
–En muchos de los últimos partidos hemos ganado por diferencia de varios goles, y muchos de los equipos que vienen a jugar de afuera, salvo excepciones, es como que vienen a jugar un partido más, o vienen con una mentalidad y se terminan encontrando con otra cosa, con un equipo que se maneja como un club de la calle. Además ya saben que acá los tratamos bien, comemos, todo. El primer dirigente que vino a visitarnos era de la AFA, un tal Nakis, que es presidente del Club Deportivo Armenio y se llevó a dos pibes. Uno era el Huguito y otro el Seba. –Cuando juegan con los otros módulos, ¿queda bronca, hay ganas de revancha?
HOY POR HOY Hoy en día llevamos más o menos 50 partidos ganados y 4 empatados. Salimos tres veces a la cancha de Tristán Suárez, una a la de Morón y otra a la de Lamadrid frente del penal de Devoto El miércoles 14 de noviembre salimos campeones nuevamente en un sexagonal con equipos de la calle y de otros módulos, al que asistieron nuestros familiares. Jugamos acá en el Módulo 2, donde se hizo una placa con los nombres de todos los jugadores.
–Sin ir más lejos, el otro día, cuando llegó la final en el campeonato de acá todos los demás módulos querían que ganara el 3 por la competencia que hay. El fútbol es muy pasional, y ganarle al Módulo 2 es ganarle al Módulo 2, tiene ese gustito especial. Aparte, todos fueron derrotados por el 2 y entonces querían que perdiéramos, porque hace dos años y pico que jugamos y viene invicto. Ese es el folklore del fútbol que a uno le hace subir revoluciones. El partido es el partido y cada uno quiere que gane el equipo de su módulo. –¿Qué autocrítica pueden hacer por la única derrota que tuvieron en todo este tiempo?
–La derrota fue por penales y no tiene tanto peso.
–¿La selección tiene un estilo de juego, un esquema en el que se centra cada partido o según el equipo con que le toca jugar?
–Tiene un esquema. Tres defensores, doble 5, un enganche y un delantero. Acá jugamos 9. En cancha de 11 creo que
son 4 defensores, dos puntas y lo mismo. El esquema es más o menos el mismo.
–¿Fue difícil adaptarse de jugar en la cancha de 9 a la de 11?
–Difícil no fue, pero sí diferente. Y se notó un montón esa diferencia. Y más con un equipo profesional que está compitiendo y que hace cosas a las que nosotros no estamos acostumbrados. Acá nosotros nunca jugamos con offside, por ejemplo. –De una tabla del 1 al 10, ¿qué número se pondrían a nivel físico?
–Entre 7 y 8. Hasta ahora nos viene ayudando el estado físico. –Para jugar, ¿todos tuvieron que cambiar cosas?
–En sí todos nosotros tuvimos que cambiar cosas. No sólo de la droga sino en lo personal, en actitudes. Ahora podemos pensar en el mañana, quizá no estamos capacitados para jugar en la primera pero dentro de todo se están abriendo puertas para los muchachos que saben jugar bien. Estamos detenidos pero tenemos un DT que pone lo mejor. Hoy por hoy logramos un buen proceso. Y aparte nos dan la posibilidad de que la familia también esté con nosotros en este proyecto. Y eso hace que la familia te vea bien, y ya con eso tenemos para rato. –¿Qué entrenamiento tuvieron que hacer antes de empezar a jugar?
–Pasamos meses haciendo entrenamiento físico. Ahora ya estamos casi todos al mismo nivel. –¿Por ser de la selección tienen una alimentación más compleja, extra o distinta que los demás presos?
–No, tenemos la misma dieta que todos. Nosotros contamos con la cantina, y compramos las cosas que se compran acá. Estamos igual que los demás, comemos lo que dan, nada especial. –¿Y la asistencia médica?
–Es igual. Y nos curamos entre nosotros, con ejercicios. –¿Todos jugaban antes?
–No, yo soy una persona que en la calle nunca jugué al fútbol. Empecé a los 28 y hoy por hoy tengo un poco de noción. En el campeonato de ahora jugué de titular. La fuerza de grupo y el compañerismo que hay me ayudaron y pude aprender acá. –Dicen que para jugar al fútbol hay que tener condiciones físicas, mentales y espirituales. ¿Ustedes creen que las tienen?
–A nosotros nos dijeron que todo era fuerza, velocidad y resistencia. –¿Y están preparados para la derrota?
–Yo estoy preparado para ganar. A nadie le gusta perder, por ahora venimos ganando y tenemos toda la mente en dejarlo todo por ganar.