RUSVELT NIVIA CASTELLANOS MUSA DE LAS ODAS
Editorial
Pensamiento
Rusvelt Nivia Castellanos
Musa de las Odas
Editado en Colombia - Edited in Colombia
Diseñado en Colombia - Designed in Colombia
Impreso en Colombia Printed in Colombia Isbn 978-1-326-24888-8 Registro 10-485-493
Editorial Pensamiento Derechos reservados
Año 2014
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RUSVELT NIVIA CASTELLANOS
Poeta y cuentista, novelista y ensayista, nacional de la Ciudad Musical de Colombia. Es al mérito, Comunicador Social y Periodista, graduado por la Universidad del Tolima. Y es un especialista en Inglés, reconocido por la Universidad de Ibagué. Tiene tres poemarios, una novela supercorta, un libro de ensayos y siete libros de relatos publicados. Es creador del grupo cultural; La Literatura del Arte. Sobre otras causas, ha participado en eventos literarios, ha escrito para revistas nacionales, revistas de América Latina y de habla hispana. Ha sido finalista en varios certámenes de cuento y poesía mundiales. Ha recibido varios reconocimientos literarios tanto nacionales como internacionales. Fue segundo ganador del concurso literario, Feria del Libro de Moreno, organizado en Buenos Aires, Argentina, año 2012. A mayor crecimiento, fue premiado en el primer certamen literario, Revista Demos, España, año 2014. De otra conformidad, mereció diploma a la poesía, por la comunidad literaria, Versos Compartidos, Montevideo, Uruguay, año 2016. Tiempo después, recibió un reconocimiento internacional de literatura, para el premio intergeneracional de relatos breves, Fundación Unir, dado en Zaragoza, España, año 2016. Mereció diploma de honor por sus recitales poéticos en la Feria del Libro, Ciudad de Ibagué, año 2016. Posteriormente, por su obra artística de poemas, mereció una mención de honor en el parlamento internacional de escritores y poetas, Cartagena de Indias, año 2016. Y el poeta, recibió diploma de honor en el certamen internacional de poesía y música, Natalicio de Ermelinda Díaz, año 2017. Bien por su virtud creativa, destacado es este artista en su país.
MUSA DE LAS ODAS
POESÍAS
EN EL VALLE UMBRÍO MUERTO EN VIDA LOS CAÍDOS PRESOS Y DESTERRADOS UNA PUNICIÓN
LOS DESECHADOS INMUNDO ARRASAMIENTO DESDE EL ÁBRIL ROJO COMO UNA NÉCROPOLIS DOBLES COMO INMORALES DE SEMBLANTE GRIS SOLO .EN EL VÉRTGO
DE CONDICIÓN DRAMÁTICA SUMIDOS EN LA ENFERMEDAD TRAYECTOS DIFÍCILES
SIN DETENIMIENTO ENTRE LA TORMENTA PASEANDO SEPULCROS POR FRÍVOLOS
POESÍAS
LOCO HUNDIMIENTOS
FIERAS DE IMPIEDAD BAJO LA NIEBLA LOS CRIMINALES
UN SONETO DE SACRIFICIO
FUERA DE QUICIO MOZA Y DISTORSIVA CRISIS DE NEUROSIS
ESCLAVAS DEL IMPERIO
LO CONFESO GRAN CAOS
DE IMPRESIONISTA POR LAS AFUERAS
A LA POBRE PRINCESA
UNA CRISIS MENTAL
EL DESCONCIERTO LA EVANA PERDIDA
TAN ACUOSA
POESÍAS
ESTADOS DEPRESIVOS FRÍO DE LLUVIA EN TRANSICIÓN
ESTA PERMANENCIA
SISMO PLANETARIO PARIAS DE LO QUE SOY
TUS OTRAS EXPECTATIVAS
VAMOS A SEGUIR
AMOR A LA HUMANIDAD DESTILACIÓN QUÍMICA
EN BUSCA DEL AURA ÍNDIGO DE LETRAS NO TE RINDAS SIERVO DEL MESÍAS
SEVERA LA PERSECUSIÓN
INNOVAR AL DESTINO GAELO JUSTO
EL ADEVENIMIENTO IRISADO
POESÍAS
CON BIZARRÍA
GRACIAS A LOS SABIOS ABIERTO COMO INSONDABLE LOS OBREROS TURBIA
POR ENCIMA DE LA FURIA ARMÓNICA MÚSICA
PEREGRINAR BIEN AROMATIZADA LA ARCAICA
EL ANCESTRO HACIA LA SELVA DEL DORADO AQUEL CACIQUE
BENEFACTORA DE LA TRIBU COMO ES LA CREACIÓN UN POEMA DE FANTASÍA
LA MUJERA PIADOSA
AL RESUCITAR COMO TEÓLOGO HIJA DE MINFAES
POESÍAS
EL VIEJO TUNTAR SOÑADORA ENCELADA
LA OLEADA LA REGENERADORA
COMO UNA VELADA
POR TI
AL RESCATE DULCE TÚ DÓCIL
EN LA INSPIRACIÓN
NUESTRA PROTECTORA
LA ÉGIDA DEL CHE MADRE MARÍA
A LO LEGENDARIO
LA ESCARLATA PERDONANDO
NACIENTE AMOR SUSURRO EÓLICO
AUGURIO DE CAMPANADA
HACIA EL ALCOR
POESÍAS
NOSOTROS UNIDOS ALLÁ
SOPLOS CÁLIDOS PAN DE UVAS TERRA NOVA
ANGLA TAN VICTORIANA MÍTICA SUPREMA
HACIA LA COSMOGONÍA LOS GALÁCTICOS MAGA BÓLICA DE ORLAS
HACIA LA SUBLIMACIÓN ASTRONÓMICA
INMORTALISTA SABIO DE VERDAD LOS ELEVADOS DAMA DE CLARIVIDENCIA
MUY GUARDIÁN MUSA DE LAS ODAS
MUSA DE LAS ODAS
A ti, mi ángel guardián, te dedico este poemario, gracias a tu compañía, juntos lo hicimos artístico, susurrador de versos libres.
EN EL VALLE UMBRÍO
Sufro en este infierno; siento la cólera en la sangre, sólo escucho gritos de locura. Estar aquí es terrible, entre los umbrales hay desesperación, mucha maldad. Todo se revuelca con la decadencia, miro hacia un lado y delumbro impuros abismos, miro hacia el otro lado y reconozco al dolor espiritual. Esto me hiere como puñales, mis nervios lacera, la penumbra es inmensa. Como pesa este presente. Se excede la pesadumbre. Algunos perversos caen de lo alto, chocan contra las rocas, se retuercen y un astro de azufre, aún que nos calcina, cuanta pena, todos aquí lloramos, que condena.
MUERTO EN VIDA
Un prisionero está ojeroso y la soledad lo acaba, ella arranca sus posibles destinos, le apaga la vela del soñar.
Yace él contra su fuerza reprimido, se sabe entre rejas, entre cadenas, respira, pero no existe para nadie.
A solas, se va ahogando en el olvido, constreñido bajo su desasosiego, ve correr el deterioro de su vejez.
Menos el silencio ni lo salva, hasta el extremo alcanza a vedarlo, ser un preso rescinde su existencia, tanto que termina por agujerarle la mente.
LOS CAÍDOS
Nosotros vamos por los desfiladeros, nos balanceamos con el vértigo, ponemos en riesgo la conciencia, cortando dolores de sangre, este descarrío nos flagela, ocurre un vacío fugaz, llegamos al fondo del cañón, aquí alcanzamos lo más frío, nos revolcamos en el fango, por la maldad yacemos en esto negro, soportando la palidez de nuestras caras, mientras hay en el ambiente hedores ácidos, cuyos espesores tenebrosos, trancan nuestra respiración, ahorcados estamos en el desdén, suenan gritos por todas partes y nuestros cuerpos se asesinan.
PRESOS Y DESTERRADOS
Brutalidad, aversiones, holocausto; las criaturas se arrastran por el pantano.
Disparejos, unos contra otros avanzan pegándose los cuerpos, ellos yerrando sobre regueros de cadáveres, sus carnes muerden con ferocidad. Estos condenados fraguan su propio limbo. En montonera, propician la barbarie, lo que les molesta lo destrozan, son en general unas bestias. La rabia los une como legión.
Agresivos, ellos rasguñan sus caras demacradas, porque adentro cargan rencores, más se ensucian entre la greda. Cada quien defiende lo suyo para no hundirse. Menos de a poco, los decrépitos fenecen, resbalándose sobre esqueletos, después la plaga se los devora.
Salvajismo, hostilidades, apocalíptica; la muchedumbre serpentea en el pozo.
UNA PUNICIÓN
A la prostituta la violan en su burdel; un abusador la estruja con dominación, consigue retenerla rápidamente y siendo ávido la manosea, soba sus senos, quebrándola en la intimidad, va rasgándole a su vez las vestiduras.
Ahora como desquiciado, la tira contra la cama y se le manda encima, comenzando a penetrarla según cómo va maltratándola hasta colorarla. De golpe, le lanza cachetadas contra su cara; igualado sigue metiéndosela como sacándosela a lo sólido. Ella por su posición indefensa, sola chilla, quejándose en hondura a causa de esta humillación.
Menos pasan desnivelados, los segundos como horas.
El enmascarado, por supuesto se sacia con tal sexo descarado, sobresalta en la joven, bota su lava adentro de ella y desemboca a exageración su pasión, tanto que descansa.
Y al cabo de su fechoría, él se levanta relajado, avanza hacia el balcón y cuando abre la puerta, entran unos bichos cuales zumban por comérselo de carne a desnudez.
LOS DESECHADOS
Hay penuria en el subterráneo; muchos niños vagan desarrapados, arrastrando su orfandad, contagiados de enfermedades.
La precariedad los apabulla, se lastiman como reprimidos.
Ellos habitan entre los escombros, sosteniéndose con las pieles mugrientas y casi nadie repara en ir a visitarlos para socorrerlos.
El rechazo ajeno los agota, se trastornan lamentados.
Descompuesta usurpa la gleba; por la encanecida corrupción, varios de estos pequeños desaparecen, tragados por el polvo.
INMUNDO ARRASAMIENTO
En el monte Andino, los pobres se arrastran aterrorizados, por la opresión de los bombarderos, debatiéndose entre el humo y la mortandad. Muchos de ellos ya han quedado mutilados, tras las ráfagas explosivas.
Y los sobrevivientes ante tal magnicidio, fluyen entre ríos escarlatas, reconociendo a sus amigos derramados; intenso el sufrimiento por esta bélica.
A estrépito, sobresalen los globos amarillentos, que levantan aldeas y labrantíos, mientras los oriundos de esta región, comprueban ante sus ojos una selva apocalíptica, perjudicada a devastación entre las víctimas.
DESDE EL ABRIL ROJO
Convulsiona el pueblo empantanado, todo vocifera en multitud por entre el fango, según como marcha hacia el castillo, enlistándose para exterminar al poderío esclavista.
Deviene asimismo un diluvio épico.
Entre tal torrencial, los rebeldes despabilan, cogen de sendero por los matorrales, rasgando a la vetusta espesura, pueden contra la inclemencia, ninguno se detiene ante la proyectada reyerta, ellos asumen su austeridad y resisten unidos, siendo unos frenteros.
Retumban de corrido diversos truenos.
Y una vez llegan estos insurrectos al bastión, prorrumpen destruyendo los cuartos del castigo, su justicia de plomo, disparan con dignidad, rubicundos orientan la reforma del socialismo.
COMO UNA NECRÓPOLIS
La colombiana se desangra, corrompiéndose con el tráfago de su guerra; los violentos truenan metrallas y niños caen contra las piedras, yaciendo descarnados. La destrucción se desata sin freno, sólo abundan chillidos y multitud moribunda. No hay calma en los cerros ni en las fincas. Debido a tanto desastre, muchos cabreros huyen, gritando socorro, que no más muertes. Pero como terror, continúan los estruendos; cada miliciano destraba sus tiros contra el otro enemigo. De ambos bandos, ellos lanzan los ataques sin tregua hasta que sus pieles ahuecan, arrastrando consigo a quienes arrean mulas desprevenidos; sobrepuja así la catastrófica, botando víctimas al rastrojo, pierden la batalla todos los injustos, aún los engulle la vorágine del humo.
DOBLES COMO INMORALES
Nos movemos a deshoras; erramos ojerosos por las calzadas rotas, asolando a la silueta flácida, nuestra juventud llevamos mareada, desvariamos entre rutinas fastidiosas.
Sobre lo inadvertido, repetimos las vueltas del ayer, bajamos al amorfo lugar de piratería.
Aquí aprisiona el acrecentado fárrago. Por estricta persuasión, ejecutamos manías, que mantienen este desconcierto.
Sin ningún descaro, pasamos a urdir famas, ofreciendo narcotráfico y déspota pornografía, para sonreírle a los fanáticos con hipocresía; menoscabados adentro estamos cadavéricos.
DE SEMBLANTE GRIS
Dan ganas de estar desmayados; la muchedumbre vagabundea en medio de entretenciones ociosas, sus emociones se gastan hasta el trasnocho. Como manada, ellos giran imbuidos en sus atracciones vulgares y brincan frenéticos, se lanzan a la extravagancia de la rumba, rayándose sus visiones a delirio, por meter tantas pepas con prostitución. Menos aún son pocos quienes salvaguardan la imaginación; ahora entre opacas discotecas, la mayoría de personas empecinan sus odios, siendo estas atravesadas, van hasta lo muy terrible, durante las borracheras enajenadoras.
Por eso uno a veces se derrumba contra las paredes, al precisar tanta decadencia, desmandada pasa aquí la impiadosa.
SOLO
Estoy en depresión, padeciendo bajo el agobio del letargo. Y mientras, las horas se me fugan como borracheras, sin ningún sentido.
Esta pesadez en vigilia hostiga, cae como furias sobre mi cabeza, toda nublándome de noche, raspa hasta los recuerdos.
Esto es lo sincero, no tengo nada de sosiego, me tambaleo por la habitación, yendo hacia el piso.
Estoy en luto, llorando de soledad, soy lo vago entre lagunas y sigo triste, separado de los amigos.
EN EL VÉRTIGO
Cuando toco el pánico; reconozco impuras dislocaciones, tan rudas como el desquicio. Se me penetra en lo abstracto una ofuscación. Con precipitación, voy observando el exterior distorsionado. Las cosas entre las texturas, creo torcidas, por la psicodelia llena de manchas. El constreñimiento a la vez invade en mí hasta la sordidez con distrofia.
A lo hostigador el ataque, trastorna, afecta, reprime mi desenvolvimiento perceptivo. En cuanto a la secuela, supuro la impotencia, se me estalla la rabia al admitir distante el retorno del meditar normal. Más de súbito, preciso un horror intenso que subyuga, comienzo a tener frenesí, imagino como esta dimensión se vuelca sin sentido entre los verdugos, que me agravian y ellos aún tramando la persecución, reprimen con fuerza en lo mental.
DE CONDICIÓN DRAMÁTICA
Te quiebras por pedazos; solitario, flaqueas ante los remolinos, tus corajes se vencen, porque la tribulación supones espeluznante.
Desigual, pierdes la estabilidad del ánimo, compenetrando las ofensas, te consumes en absortas decepciones, reteniendo los malestares, yerras hacia lo inconsciente, por lo desorientado.
Te desplomas sin estar muerto; pávido, prefieres empeorarte escondido, tus pretensiones se descuelgan, porque ya te abismas mareado.
SUMIDOS EN LA ENFERMEDAD
Los soberbios te excluyen, ellos se confabulan para rebajar tu presencia, ejecutando actos despectivos, así consiguen mandarte al rincón oculto, para menguar tu arte de verdad, porque vuelven a su mortificación, cada vez que desenfundas los cirios, por ser en vida distinto. De hecho, siendo tú virtuoso, siempre procuras soplarles la cristalidad. Esos personajes revestidos, entonces no lo toleran, se irritan y te suponen como invisible, fingiendo no escuchar tu crítica argentada, ya que ellos prefieren conservar sus máscaras, que los oxida y desfigura; malditas son sus vanaglorias.
TRAYECTOS DIFÍCILES
Rivalidad entre furibundos; se enfrentan los bandos guerreristas, por la situación agitada. Ya ninguno soporta la otra oposición, cada cual imparte su venganza.
Aparecen por estrépito, súbitos terribles; unos inocentes despiertan con las caras desangradas y muchos civiles son ultrajados así como secuestrados.
A repercusión, hay oscurantismo en esta patria; los rabiosos exageran con sus ataques, siendo crueles mientras a los matados ocultan.
Por esta violencia asusta el luto; socavan a las comunas desoladas, arrastrando gemidos de madres, que extrañan a sus hijos. Debido a la guerra, horroroso tal sotierro.
SIN DETENIMIENTO
La impaciencia acosadora sofoca; desquicia los sentidos, no permite que uno sobrepase sus exabruptos; cada quien se estanca en lo pervertido, por segregar basta discordia. Esta furibunda, nos trunca las tentativas, lo entusiasmado nos agobia, se retrasan los móviles que incitamos, cuando reincidimos en su tóxico, aparecen difusas nuestras nociones. Por atravesar mal este subsuelo, así de alterados, nos tambaleamos y sin poder evitarlo, tropezamos contra los lutos hasta desbocarnos enlodados.
ENTRE LA TORMENTA
El joven está trastornado, se entrega a la bohemia, no halla paz en su intimidad, por enojo, bebe en una taberna.
En crecida, las deshoras lo descuelgan hacia hondonadas extravagantes, su ser se despabila en la ansiedad, más sigue tomándose el alcohol en compañía de las baladas, cree tener entre copas, la repentina fuga.
Verdad, que está cansado de las humillaciones, sus enemigos lo han vapuleado, por tal afección se envicia, irresuelto, penetra en la crispada laguna, desahoga con veneno su mortificación, vivir en medio de sonámbulos lo exaspera, así que ávido escoge la ebriedad.
Y él es un cantante metalero quien despide coros violetas, por el pesar de la bruma en vez como sus labios gritan rabia.
PASEANDO SEPULCROS
A lo perdido, voy por un cementerio mientras la noche se derrama melancólica, son los tantos juramentos decapitados.
Por entre el pasto, huelo sólo tragedias de muerte, estremecedor es este valle enlutado, camino por entre las criptas y escucho quejidos de almas en pena, ellas lloran sus ayeres. Arrepentidas, gritan en medio de sus brumas.
En cuanto a mí, las siento heladas, un poco asustan con la brisa, que tormentosa arrastra sus voces.
De querencia, cojo por un sendero en huida, corro desde aquí hacia el pueblo, desiguales los claveles están rotos.
Paso ahora sobre hojarascas grises, cruzo algunas lápidas y despido a un espectro de cara gótica, para decirle hasta nunca; más a lo presuroso, voy derecho hasta el portón y traspongo el umbral ovalado; ya por fin, salgo a la serenidad, llego a la floristería de los vivos.
POR FRÍVOLOS
El caer en adicción, nos absorbe con su materialismo, erramos por un círculo vicioso, que deteriora nuestra cabeza.
La avaricia en el cuerpo nos pesa, pareciera que lleváramos cadenas en la espalda, somos los dependientes de esta consumación, hasta atropellamos a los amigos, para tener la moda estrafalaria, desfilamos la fútil tentación con fanatismo.
Desiguales, tomamos actitudes de antipatía hacia el otro ser humano, incluso lo repudiamos, por creernos famosos y orgullosos, pero a desnudez estamos decrépitos como horripilantes, sin preocupación transcurrimos alienados, casi ni podemos ser honestos.
Por lo tanto descarrilado, cuando asoma el inevitable ocaso, nos percatamos como esclavos y de golpe quedamos fríos, entre los oropeles, sólo mereciendo una que otra limosna de compasión.
LOCO
Hay pedazos de sombras, por sobre tu rostro, expresando el silencio tuyo, son las manchas del espíritu. Estas no puedes quitártelas, ni con tintas ni con arañazos.
Así, andas como demacrado por el mundo, soportando las cuchilladas ajenas, porque la muchedumbre te desprecia.
Ellos se espantan al verte y corren lejos, huyen de ti, para no contagiarse de tu enfermedad.
Por eso feo, vas cabizbajo por las calles, raspando las llagas, sin amigos ni parientes. Mal, te adentras en una cloaca, allí te ocultas, esputas lo sucio y duermes.
HUNDIMIENTOS
En cada rincón, la suciedad; indigentes pegándose en las esquinas, sus caras maltratadas por el degenero, helado este nocturno citadino; lo agreste entre las calles mugrientas.
Unos limosneros acostados bajo cartones; poseídos por la dura contaminación, se desintegran con la barriada desordenada, hay desidia hasta por el mismo hombre.
Aquí nadie recapacita ni en su enfermedad.
Unos niños comen desperdicios de las canecas; sus lenguas se llenan de amibas con gusanos, la crudeza los embota ulcerados, no cesa esta miseria tan desastrosa.
En los desteñidos escondrijos, el extravío; muchos truhanes profanando a una muchacha, rasgándola ellos entre el sexo de la infección, amarga esta intemperie; los aullidos arrojándolos por el submundo.
FIERAS DE IMPIEDAD
A la mujer la violaron en el túnel; unos perros rasgaron su decoro, sin aspavientos la apabullaron a ella, siendo agresivos. Fueron varios quienes alcanzaron a morderla, ellos descarados entre su jauría, la humillaron con gula. Morbosos la lamieron, ultrajaron su sexualidad a vertiginosidad como iban poniéndola pálida, toda su intimidad mojaron hasta deshojarla. Una vez esa perversión consumaron, juntos los rufianes desaparecieron en medio de sus alaridos y dejaron a la mujer por ahí tirada, toda contaminada.
BAJO LA NIEBLA
Sé a los fanáticos obnubilados, confieso que están trasnochados y juntos como una pandemia, deambulan dispersos por entre la porquería, ellos sucios con su vulgaridad.
Como mayoría, van detrás de quimeras; salen temprano a buscar codicias ordinarias, se meten en medio de unos desfiles grotescos; ni nadie puede frenarlos en sus excesos, hurtan y tragan allí hasta saciarse; realizan una comedia de día.
La fascinación por desorden los nubla.
De repente, unos a otros trasbocan burlas; presumen tener en su poder la fama, pero a trasluz ella los acosa y subyuga; ahoga sus realidades de pesadillas, por necesidad ofenden para aplacarse; la altivez consigue encandilarlos.
Conozco igual a estos sujetos ensombrecidos, siempre atrás de los espejos se refugian, para cubrir sus propios espantos, menos a la nueva lumbre, quedan volcados contra los callejones.
LOS CRIMINALES
Ellos son malévolos, brutos le pegan al otro hombre, insisten con sus ansias de venganza, conspirando al escarnio execrable. Entre unos contra otros, se detestan, no toleran la menor reprimenda, así que buscan arreglárselas a disparos.
Como frenéticos guerrean entre las calles, sus rebeldías entrecruzan sin restricción, sonantes al ritmo de lo terrorista.
Por este nefando arrumba la muerte. De enemigos, la fraguan con genocidio. Fuera de control, sueltan sus inquinas, sus caras se destrozan como sin miedo, cercenan la intensidad de sus pieles.
Y en medio del acto, quedan ciegos, más tarde acaban juntos derrotados.
UN SONETO DE SACRIFICIO
A lo cobarde te traicionaron; los enmascarados fueron ruines contigo, tus labios justos quebraron para que las moralejas se opacaran.
Profeta y aunque sobresaltaste los recitales, cuyas alusiones fueron orladas; ellas no disuadieron las argucias de los saboteadores.
Su caterva eligió la perfidia; sólo te mostraron sonrisas mentirosas, cuando se reunían en las plazas; menos a escondidas planearon matarte.
Sabio y siendo tú inocente, un misionero siempre pacificador; ello no valió para que te desataran, mejor tú, los perdonaste.
FUERA DE QUICIO
Desde cuando fantaseabas en la cama, te sorprendes con epilepsia, empiezas a visionar el entorno oblicuo, generándote sensaciones de borrachera, los objetos supones revueltos, constas esta situación aterradora. Por tal ataque pareciente, lamentablemente se aturden tus sentidos, que de repente colisionan, una amargura va invadiéndote, sudas a la vez algidez, no encuentras ningún auxilio, tu laguna consigue inundarte, para lo peor, alucinas monstruos alrededor tuyo, tal como si fueran a devorarte, ello hace que provoques convulsiones, subidas de mortificación, propinándote daños colaterales; ante las cuales en pesadez, te devaneas todo encolerizado.
MOZA Y DISTORSIVA
Hay demencia en Carmen Estela, quien mete cocaína hasta la sobredosis, por ir tan perjurada como obnubilada, tan sola una chupada y ya nadie puede frenarla, su comportamiento de chica, se vuelve exabrupto.
De golpe, ella prorrumpe con madrazos en la fiesta; todo un espectáculo de vergüenza ocasiona; estallando copas, tirando jarrones al piso, muestra como anda de corrida, para lo exagerado, que baila a veces con un zorro y cuando su pretendiente se percata y va a quejársele, endurece ella su mano y le manda las cachetadas.
Carmen desigual, emite un gesto de engreída y desfachatada consecúa con la imprudencia.
De impensada, larga el vestido junto a su brasier, un manjar de obscenidad seduce y los visitantes asoman sus narices perplejas, curiosean sus senos, detallan y examinan a esta ninfómana desmelenada, que caramba, remata desnudándose sobre la mesa, lujuriosa con su menar de coneja fregada.
En cuanto mengua el bochorno; primo Manuel la recoge, la pone entre sus brazos y sube hasta la alcoba para comerse a la Carmen, allá los dos fatigan sus sexos, mientras nosotros retornamos al ritmo del techno, recuperándonos más tranquilos.
CRISIS DE NEUROSIS
Has ido al extremo de la estridencia; no puedes respirar la alcohólica, te substraes confundido, sin uso de razón, recaes en un sótano atormentado, que ofuscas entre su gravidez fuliginosa, impotente y torturado, para ningún lado fijas, despabilado entre la náusea, las percepciones tuyas se dilatan, cúmulos de serpentinas excéntricas, visionas entre la construcción desnivelada, te chocas contra las esquinas, rebotando en escándalos de cabeza, giros das con aturdimiento, se pone febril tu corporalidad, trasbocas repentinamente espumarajos; por esto súbito, te revuelcas entre las lozas, rebajándote hasta espantarte como un reprimido.
ESCLAVAS DEL IMPERIO
Las muñecas, se enaltecen frente al espejo, posan con sus vestiduras cortesanas, excitando gestos y exagerando osadías grotescas.
Ellas están hechizadas por la alcurnia; incluso pelean para tener el mayorazgo voluptuoso, adentro de este salón de teatros.
Así que atrás del velo, sus labios se muerden por envidia, unas contra otras se estrujan, arañándose los rubores; para lo hondo yacen manchadas, sus líquidos fríos, botan míseramente odios de fetidez.
En verdad, ellas son unas resentidas, no preservan compostura ni escrúpulos, tanto que sus bellezas se descascaran.
Y pintoso como estupefacto, cuando el bufón las percata, les rima una fábula de carcajadas.
LO CONFESO
Es terrible ser miserables; uno se exterioriza demacrado, vaga con el semblante seco, yéndose hacia los excesos por las fortunas, que son efímeras como esta vejez; desigual uno persiste con su malestar, repitiendo la misma pasarela del fingimiento, para mitigar un poco esta decrepitud, cual nos remuerde la conciencia, menos ni casi nadie se percata de nuestra pequeñez; la mayoría de anónimos te ignoran, los revoltosos te repudian y entonces en dolor, al cabo de tanta frialdad absorbida, uno a solas se arrincona a gemir, porque mucha es nuestra culpa.
GRAN CAOS
El barrio se halla grisáceo; los moradores allá habitan como sonámbulos, juntos suelen trabarse mucho hacia la decrepitud. Yerran ellos en medio de bloques de cemento. La quietud del día los envuelve en sopor; así que se entregan a la inanición descarada y pasa una brisa de hojas secas como si nada.
Las casas iguales perduran desvencijadas, casi en su totalidad con las ventanas rotas, entre adentros los jóvenes existen mareados.
A decepción las familias son dispares, los introvertidos cogen hacia el encierro, las madres eligen la sala para ver repeticiones.
Esta comunidad a destanto tropieza; ella desviada se enreda en sus propias telarañas, quedando varada por lo demasiado que ignora. Disminuida a rastras lleva virus su gente.
Es el querer estar siempre anémicos y lo peor viene a ser que esto corrompe, hasta el pánico que llegamos a reproducirnos con liviandad.
DE IMPRESIONISTA POR LAS AFUERAS
El indigente sobrelleva el frío, aguanta las borrascas del hambre, pese a la escases no se deja morir. Duro él, alcanza a protegerse de la intemperie, cubriéndose siempre con un saco de retazos y cuando puede come galletas saladas. Según lo otro precario, pasa a dormir debajo de un árbol castaño, sueña allí lo extraordinario, recorriendo los secretos de su perpetuación y sólo al despertar, para su sorpresa, medra con los canarios. Este hombre le da ejemplo a los despistados. Con resistencia, consigue superar su martirio, lo vence ya por las mañanas recogiendo humildades, libra las calles de tanta toxicidad y así reciba unas míseras monedas por su dignidad, continúa dándole al trabajo para mostrarle a los infantes la verdad y para beber de vez en cuando aguas, las argentadas.
A LA POBRE PRINCESA
Vieja amiga; te ausentas con el silencio, impasible rehúyes a nuestra reunión; hoy me cortas como el hielo, menor corres a esconderte en el olvido.
Ni siquiera expulsas una queja, estar inmadura es lo que prefieres a vez necia como asumes vanidad, te excusas con engaños.
Pese a todo, yo fraterno, te perdono. Linda engreída y lo permito, porque aún veo tu máscara rota en medio de cuartos estrambóticos, pretendiendo mitigar al resentimiento.
Eres al ocaso una inocencia devuelta; vas más al invierno que a este poeta, por tal verdad necesitas de compasión; nuestro ilusionar lo arrojas al vacío, más por la excentricidad tuya, te verso a ti.
UNA CRISIS MENTAL
Hoy me llegó el constreñimiento psicótico; por su irrupción está endureciéndome, punza como un grito interno, lo padezco a intensidad tétrica. Su vértigo, golpea mi conciencia.
Del suceder; lo experimento como una pesadilla, se adentra hasta la hondura agobiante y me arranca las visiones del exterior.
Con desagrado, urde sobre el pánico, ello empuja a que esté ensimismado, taciturno. Tal constricción, me embarga la pretendida evasión, hace que extravíe por unos rincones de inclemencia y para lo peor, duro demasiados tiempos en vigilia, sufro entre obsesiones, sin poder volar hacia la eternidad.
EL DESCONCIERTO
Por fascinación, salen los transeúntes a las calles, se van en mayoría para los circos lujosos, porque piensan satisfacer allá sus fatuidades.
De continuidad, ingresan a los cubículos del espectáculo y todos ansiosos resoplan alaridos de locura, cuando se ponen sus disfraces o cuando compran con gula los objetos que idolatran.
Ellos se dejan consumir por el capitalismo.
Menos renacen las lunas, similares ellos siguen deambulando por las escaleras hasta los pasillos a ver que otro payaso coleccionan, por las manías suyas de querer tener más y querer presumir más carrozas ilusorias.
En cuanto a la otra sorpresa, lo lamentable es que se imaginan como reyes, más al pesar mantienen ejecutando sordideces y lo grave es que todavía no han terminado la función.
LA EVANA PERDIDA
Develo el otoño embrujado en tu rostro, te percato con el hálito desgastado, la amargura de haber enviudado, puede contigo. Por este percance, recaes a lo pálido, casi como un difunto. Escasamente yaces postrado en cama, ojeando repasos tuyos y los enlutados, mientras se desvanecen tus canas; persistes perturbado; retornas al escenario difícil, las veces incansables, ves suscitando a tu esposa deleznable, quejándose por su leucemia, la recuerdas entre tus brazos, rociada de lágrimas. Y siempre, cuando asoma la enfermera rubia, para darte el tentempié con los calmantes, recobras la noción vigente. Por su persuasión, recibes el postre, oyes un poco a la muchacha, huraño entre la vaguedad le hablas y al rato, rehúyes de ella, te renuncias hacia un costado y apagas los iris morados.
TAN ACUOSA
La niña se desploma en el lago, sucumbe del bote donde navegaba; su candidez ha quedado inundada.
Fue un señor quien la arrojó a las aguas de melancolía, empujándola ofensivamente con sus celos hacia el abismo. Quiso él compungirla hasta reprimirla, para de una vez separarse de ella.
Los lazos de fidelidad se corrompieron. Por tal dramática, la Azucena a lo femenil, enmudece esquiva en el naufragio, se mece bajo las olas verdes, nadie acude para asir sus manos.
Una conmoción de nerviosismos, la invade, su flacidez subyace quebrantada, la desamparada ha menguado lánguida.
ESTADOS DEPRESIVOS
El caer bajo un crepúsculo; aquella agonía del alma, sumergirse en la ventisca oscura, sentir cuchilladas en el corazón, irse hacia el prolongado retraimiento, desangrar de a poco este despecho. Y los años que se revientan como pájaros. Es penosa esta travesía por el inframundo; la adicción al llanto crece en la intimidad, alienan los deseos de estar viciado, por desboque se quiebran los ojos añiles, tanto hasta uno socavarse con esta pesadilla.
FRÍO DE LLUVIA
Cae el agua a chorros, inunda la noche de nostalgia.
El dolor crece con la tormenta, no deja esta soledad a la ciudad clara.
Se dibuja el recuerdo en los charcos, por sobre las curvas azules.
Este tiempo discurre mojado, ahoga a hombres y a mujeres.
El aguacero es el miedo, luego ya vendrá la calma.
EN TRANSICIÓN
Como gran avatar, hay catástrofes con cismas, los temblores arrasan metrópolis, se derrumba el imperio en unos instantes, remece con temeridad la telúrica.
Fugazmente surgen cambios drásticos.
Muchos cadáveres quedan refundidos entre ruinas, las infantas que sobreviven, lloran la orfandad, deambulan sin saber donde está el hogar. Y también sopla un huracán imparable, acaba hasta con teatros y las orquestas, abajo se vienen sus hacedores de indolencia. Apenas perduran en pie quienes son pacifistas.
De otro estremecimiento, la mar sube en oleaje, inunda de borrasca los prados y aldeas, va desapareciendo a nativos con extranjeros.
Al cabo de los días, aparecen por ahí entre ramas, mártires quienes respiran peces; los guardianes que los buscan, al verlos, les tienden la mano, los salvan, germina en efecto el sentimiento de humanidad.
ESTA PERMANENCIA
Es realzarse en valor contra la severidad, la expiación con ahínco superarla, chocar y volverse a encaminar hacia la insurrección, no rendirse nunca ni a estrépito de muerte, que vengan nuestros enemigos, pero que ellos nos encuentren parados en justicia.
En cuanto que la lucha se forje por el bien, ir hacia adelante con la frente lúcida, las traiciones mientras las saldremos esquivando, porque el odio cae vencido ante la fidelidad.
De revolución es época de traspasar el fuego, las llamas las iremos cabalgando con heroísmo y quienes seamos sagaces llegaremos al otro extremo, si nos tenemos confianza la tropa prevalecerá.
A otro deber, lo vertiginoso será apostarnos desafiantes, atentos estar ante cualquier embestida de los lobos, para así madurar como movimiento salvador y urgido que de nosotros brote la fraternidad, con ella blanquearemos a bizarría este valle, nuestro sacrificio sea para la humanidad del mañana.
SISMO PLANETARIO
Colisión de materias; la gente se alborota, su intimismo aterra desconciertos, oye tronar las placas que forman grietas, hay toda una sacudida de recintos con objetos, los rascacielos colapsan, se desordenan las avenidas y distritos. A causa de este estruendo, los habitantes huyen para donde sea posible, botando alaridos; varios con ceniza en sus cabezas. Menos en pocos segundos, aparecen las montañas de bloques y moribundos, por el retumbar del subsuelo, que aplaca a esta generación perdida.
PARIAS
El desamor en infortunio; preservar con la exánime vacuidad, no darle nada a quien implora, siquiera un mendrugo de caridad; porfiar actitudes desdeñosas, cuando los enamorados, nos ofrecen cariño, ir sin conmoción por entre los tugurios. Es este nuestro ruinoso calabozo.
Hay herrumbre en cada rincón brumoso; los moribundos allí guarecen apiñados, casi todos apestados, se hallan lastimados, menos mal a escasas suyas, ellos apaciguan con rezos su exclusión, consolándose solos.
Está desordenada nuestra sociedad.
La soberbia como frustración; pretender el exacerbado poderío, sin recapacitar en el daño que desemboca, los niños y ancianas a quienes afecta; solazarse adentro del engaño, emitiendo discursos sectarios, para poner de rodillas a los ingenuos; desventurada está nuestra especie tan epidémica.
DE LO QUE SOY
Me convengo como un exiliado, que sobrecarga los hierros del pasado. Esto en lo propio; mortifica por lo astroso, lúgubre es a recordación y muy áspero; la presencia distingo como migrañas. Debido a estos agravios, ahora comparezco la crisis acusadora, que me impacta entre la insomnia, contra las recriminaciones choco. Estoy en medio de dramas sobrenaturales, similares a los de César Vallejo y Jattin, palpitando bajo inestables despechos. Sólo a reacción, aquí cautivo; yo suspiro como sus poemarios, lo afligido compongo, por el rescate acentúo esto delicado, ruego un poco de piedad, quizá ayude a surtir perdón, sea la sensibilidad para ellos y para todos los que conozco, por este irrigar tan acendrado.
TUS OTRAS EXPECTATIVAS
Es viernes y sales de casa, para expulsar al decaimiento, ya no aguantas tu presente aquietado. Esta situación fastidiosa procuras cambiarla, te apartas del claustro con intrepidez.
Vas ahora por la calle antigua, te mueves siendo franco, manifestando tendencias acuciosas, giras la cabeza hacia varios costados, aspiras el calor de la ciudad, te empujas hacia los recodos vespertinos, recorres unos pasillos de boleros, por allí te cruzas con una desconocida. Y de repente, piensas algo atrevido, recitarle a ella verdades. Menos ni lo dudas; le dices que estamos perdidos, que nos acompañamos sin amistarnos, frívola esta somnolencia tan nuestra como impávida.
Al cabo de lo vocalizado; sacas un poemario de relámpago y se lo regalas a esta muchacha flaca, teñida de palidez. Posteriormente, reanudas el rumbo, tomando unas escaleras, que subes hasta exagerarte en el vértigo.
VAMOS A SEGUIR
La vida son reflejos, nuestra sangre se fragmenta, las gotas no quedan impunes, proceden nuevas condiciones distintas, este cosmos nos depura, lo existente son pasados perdidos, nuestra desgracia nos transmuta, vamos como sucios por el sanatorio, los sonámbulos están en la tierra, el despertar es allá donde retoñan las alboradas, para el bien de nuestra inmortalidad.
AMOR A LA HUMANIDAD
Son expresiones agudas; nosotros fríos con esta aspereza, no avistamos el nuevo aura, olvidamos a los niños en la intemperie.
Cambio, debemos con nuestras manos juntas.
La diferencia social provoquemos; susurros dediquemos a los decaídos, que se apacigüen sus suplicios, por la compañía de nuestras voces. Amor, demos amor a la humanidad.
Son alientos sugestivos; nosotros engendremos linduras, con caricias a los huérfanos, volvámonos nosotros amigos.
DESTILACIÓN QUÍMICA
A un decurso regular, la suciedad se resbala por las grietas, cual fluye sin detenimiento hacia un pantano, llevándose consigo a los degenerados. En este proceso, sobreviene a la vez lo drástico, masas son arrasadas, epidemias son expurgadas, la infamia huye siendo expulsada. Unos son devueltos a las honduras donde tergiversan su irreverencia y los otros permanecen levitando en las fuentes, por ser mansos. Es a desvelo, la geología que mueve estas depuraciones, aparta a las plagas y nimba el terreno, permitiendo prosperidad a los benignos; así se encinta este Prometeo, por el germinar del paraíso.
EN BUSCA DEL AURA
Como joven precursor; soy rebajado hasta ser ofendido, los detractores revientan mi cara, sus reacciones cometen sin escrúpulo y lo que pienso ellos lo suspenden.
Pero a pesar de esta adversidad, no me dejo morir, la inflamación rechazo, subsisto acosta de forcejeos, tengo aún el anhelo de emerger hacia el otro lado del amanecer.
Del claustro en donde estoy; tengo planeado escapar, manipulando a la metafísica, para desaparecer la persecución.
Como puedo con sigilo, lo intento por medio de mis estrategias.
Siendo paciente, daño las falacias, destruyo las represiones, moviendo ilusiones es como lo voy consiguiendo bien.
Por la libertad posterior, igual trepido; sé que un día llegaré a donde rebosan las nubes gloriosas.
ÍNDIGO DE LETRAS
Por tu sabia tradición; descubro que eres un genio, conoces de fantasías profundas y estas supremacías las configuras con la escritura tuya. De consagración, entramas indivisos cuentos, gravados con genuinas dimensiones. Son obras en su invención artísticas, poseen un cargo de vértigos muy impactantes, los desenlaces a efecto disparan misterios, crecen sobre la dramaturgia. Pese a todo, sólo unos pocos lectores, te cavilan, según como aprueban el trascender tuyo. De resto, la gente analfabeta te irrespeta o las personas orgullosas, te excluyen, porque ellos están llenos de alergias, apestados con sus mentes blancas, menos ni pueden mirar allá donde hay infinidades.
En cambio tú, despegas al umbral, te revoloteas en el parnaso y desde allí proyectas los cuadros de tu literatura.
NO TE RINDAS
Los mundanos son insolentes; ellos lanzan con rabia sus embestidas, se interesan por pegarte las agonías que deliran.
No obstante; tú, permanece en firme, poniéndote el escudo ante los enveses, doblega a la perversidad siendo cristal, supura sensibilidad donde hay desolación y atempera los resentimientos tuyos siendo benigno.
Porque claro, tú puedes llegar al estado invulnerable; con ahínco podrás volar sobre las tinieblas, así que no te entregues a la derrota; tú, solivianta.
SIERVO DEL MESÍAS
El discípulo, supera al fin su dualidad y se impulsa a subir las escaleras del templo. Principia el viaje, recorriendo unas murallas musgosas, que son antiguas, sierpes trepidan por los bejucos. Este creyente las ve y por avío las desvenena, dedicado las apacienta. Consecuente en lo suyo; reanuda sus pisadas junto al evangelio, entreverando gárgolas de mármol, sorprende en el espiral varias remisiones rotas, las lamenta y para menguar tal estropicio, genera ofrendas de almíbar. A espiritismo, propicia la recuperación sacra, despacio se aliviana, la providencia esperanza.
SEVERA LA PERSECUCIÓN
Los degenerados arremeten contra ti, sus envidias expulsan con grosería; ellos se crispan para maltratarte.
La insensatez los tiraniza, por eso provocan una soberbia de repulsión.
Debido a estas tendencias, ninguno de los cegadores te deja descansar; inventan la trama para reprimirte.
La rudeza los emparenta, por eso tiran actos provocadores.
Desvariados sus golpes chocan contigo, sobrecargados de cizaña; menos mal, tú transiges mientras velas.
INNOVAR AL DESTINO
Por el día luminoso, no encausemos efugios para desfallecer, porque sobrevivir tiende a ser lo valiente; mejor entregarse en acción por las misiones y glorificarlas con dedicación para la humanidad, así debemos espolearnos hacia adelante. Sea superlativa esta elucidación, confiémosla a quienes se tambalean por la necesidad de ataraxia. La generosidad enceremos para con ellos; siempre en miras de la trascendencia, nuestro fragor esmerémoslo aliado, montemos una garita entre rosales, compartamos en tal meandro nuestras promesas y a liberación batamos el entusiasmo para perfeccionar esta realidad.
GAELO JUSTO
Te deslizas por la escarcha del norte, yendo en el trineo, surcas pinos de tonalidad ambarina, entusiasmándote con este realismo mágico.
A lo cándido, rozas los búhos espejados, que oran posados en las ramas y tu pelo se desmelena boscoso, según el rumor del cierzo.
Celta y acentúas la travesía.
Te adentras en un paraje de hielos, que azulea entre rocíos de nieve; lo rodeas siendo ceremonioso, porque se te agolpan los ancestrales afectos y confías en la venida del numen, Aidan.
Deviene claro lo fúlgido y él llega fragante, concediéndote apólogos sobre teosofía; tú bueno, lo escuchas con estima, aprendes y te proteges del calofrío.
EL ADEVENIMIENTO IRISADO
De la tempestad a la primavera; suceden trasformaciones oleadas, la borrasca mengua y decae cálidamente el rocío enrojecido, que embadurna frondosos árboles; las hojas verdes inician su germinación, el vergel se torna frondoso y gansos mueren y renacen junto a la tierra para el porvenir de los nidos. Constantemente lo silvestre se sanea. Pujan las cepas por el bienestar, cuyo enardecimiento, orienta trigos afrodisiacos, las sabanas hermosean y con gusto, las siervas se asoman a las nupcias para venerar la nueva forestación.
CON BIZARRÍA
El ser humano empieza a vencer las pruebas; intenciona pensamientos helénicos, sincero, se pone por encima del poder, folclores de humildad realza decantando.
En ida enrula melodías creativas, sirviendo aguinaldos a su prójimo, fresas con exquisitez simpatiza, las disemina con lenidad a su plebe, lúdicas de renovación congrega, sonriendo entre sinfonías con los suyos, comprende en la sencillez el júbilo.
Desde su unicidad muda en adoraciones, emigra de lo huraño a la tolerancia, su oralidad se vuelve coralista, va surtiendo de la lengua jazmines, que al instante flotan por la Polis, para colocarla toda asperjada, sacralizando a la vez el mutuo cariño.
Se progresa este homo sapiente con pudicia, diligente, promueve la tradición de los clásicos, toca el arpa y recita sus composiciones, degustando las estaciones estupendas.
GRACIAS A LOS SABIOS
Soy un lector universal, me crezco entre los libros. Desde niño, pretendí a la literatura artística, ella siempre ha sido la más digna, la cultivé por lo incólume de sus maestros. Cuando estaba en casa de mamá, la obra de Homero ausculté, fue épico imaginar a la Odisea esplendorosa, contemplé su mítica griega con exultación, tramada entre el romance de Ulises y Penélope. De la juventud, pasé a los poetas franceses, caté la lírica de Chateaubriand, su seráfica profesé, le concedí brindis a su ánima, igual de complacido, tomé a Rimbaud, me cambié con sus alegorías, su reclusión sollocé hasta el desvelo, capté los espantos del dolor y consecuente con la compulsión, una mañana roja, cogí al mayor de Víctor Hugo, consolaciones interioricé gentiles, aprendí de su esbeltez, que es entregar su merced por los desamparados. Debido a este destino, yo en el presente, me adueño de la biblioteca latina y sólo leo a los escritores y poetas fantásticos.
ABIERTO COMO INSONDABLE
El artista solariza el lienzo, pintando unos delineamientos orlados, que de a poco cobra en aros.
De constancia, él riega las acuarelas, cuales trasfigura como pisos de gemas, donde siluetas de laberintos forja, ondulantes entre edificios de esferas y unas criaturas simula por allí presurosas, filtrando sus cuerpos a través de portales y otras surgen escalando pilares metálicos, para fugarse del encarcelamiento.
Entre tanto este creador, se desprende del cuadro, dejándolo sin principio ni fin; por su renacimiento.
LOS OBREROS
En esta edad moderna, nosotros removemos los escombros, levantamos las piedras según como rescatamos a las culturas empolvadas. Encaminamos tal ejercicio con apogeo, las manos agitamos al ritmo del resurgimiento. Aparecidos otros adultos, limpian el suelo, lo alisan para instaurar la heroica ciudadela. Y toda esta arquitectura la vamos ingeniando en equilibrio, dándole lógica con belleza. Mediante campañas; nos unimos a crear, por tendencia unos corremos vidrios a medida que los sabios tallan geometrías, que van cobrando un aspecto de panteón, circundado por jardines entre altas torres. Generalmente en estos móviles, llevamos largas décadas, manipulando diferentes materias, las fusionamos, armamos las baldosas, los pilares tallamos, todo por la traslucidez. Debido al esmero, grande está quedando nuestra civilización, pronto la culminaremos a ella, por la patria, para nosotros morar en la ópera con fraternidad, al fin, pioneros durante las otras fugacidades.
TURBIA
La tierra se estremece, su energía gira con mayor presión, sube ella de forma heliocéntrica en el cosmos.
Desde adentro hacia afuera, navega por el espacio infinito y constelaciones deslumbra simétricas, va surcando astros sobre nebulosas. Como planeta en siderurgia, trasmuta siempre su materia por la travesía. Tanto que ella se ha tornado con los siglos vegetal y habitable. Para el presente, ella le desata a su boscaje limpieza, nueva primavera, con asombro remueve malezas, las cosas que son inservibles. A lo genial, mediante sus sustancias, los páramos acrisola, retira las montoneras de plagas y a fusión, resiembra allí los faunos de nieve.
Al hecho, se evoluciona su ambiente, similar empiezan a traslucir las regiones, según como los pobladores aprenden a cuidar su rosedal.
POR ENCIMA DE LA FURIA
A vivo espíritu, hago la lucha resistente, pongo a emular esta esquizofrenia, ahora sin queja sucumbida, soporto la pesadez mental, la sobrepujo y la menguo con arte, obstinado verso los ideales del holismo. Doy esta fuerza por vencer la obcecación. Así equilibrio mis sentidos, así controlo este plano tan radioactivo, que hostiga. De crescendo entro en premoniciones, trasiego con cuidado sus misterios y a persistencia doy vaticinios, por el bien de quienes buscan la claridad, entre la sabiduría, más rasguño el delirio y lentamente voy alcanzando esta lucidez.
ARMÓNICA MÚSICA
Sonora,
tú vibras hasta en el remoto mundo al vaivén de acordes con susurros; vuelas regando brumas de colores.
Presurosa, subes y bajas a compases, por entre sentimientos insospechados; te enciendes en el aire inconsútil.
Tú hermosa, oleas las infinidades de magia, nos llenas los oídos trompetas, con aromas, tañidas de azules o magnolias, halagando el canto.
Fina melódica, te expandes en los conciertos, una extraordinaria bucólica extasías, gracias a ella brincamos entre euforias, le orientas, por constancia, remozar a la creación.
PEREGRINAR BIEN
Estoy en ti; primavera, me hallo en tus raíces, cuyas nacientes, brotan hacia los soles. Soy parte del tronco, que maduras, la permanencia contigo es exquisita. Apegado a las ramas tuyas, suspiro la dulzura de tus arrullos. Me cobijo entre las hojas, que reverdeces, vuelvo a fructificar manzanas, aquí descanso los frágiles secretos y duermo en la savia ella, hundiéndome bajo tu éter acuoso, primavera.
AROMATIZADA LA ARCAICA
La pradera aflora trigales de esmeralda, deslumbra entallados aderezos y frescos, se acaba de producir la metamorfosis, requinta esta región su biósfera.
Y los Panches acuden a este vesperal, congregan una ronda festiva, se preservan sobre el pastizal, benignos en pareja solazan, adulando a esta madre campestre.
Ellos calientan una veneración de fogata, que prenden hasta la altura cerúlea, concediéndole ramos de plumas a lo crédulos y plegarias corean con ternura, tan vernáculas.
Tras la aforada dedicación de los aborígenes, inesperado, se escinde un eclipse, por la venida de una sílfide, quien andina, desciende hasta estos hijos suyos y los ama.
EL ANCESTRO
Un Chamán se zambulle en la fantasmagoría, percibiendo de a poco burbujas coloradas, que giran sobre esta experiencia increíble, las afluentes que corren, igual lo ponen terso; ahora según su nado; penetra en lo redivivo, la delicadeza transige aguamarina y el Chamán, combinándose con esta energía, se torna visionario, predice a unos seres húmedos y flacos, los cuales conoce en una casona coral, donde muchas de sus lenguas musita a ellos, expresando la cultura indígena; entre tanto él; comparte una leyenda con ellos, que alude a su tribu Amerindia y la ostenta con Poiras entre bohíos, resucitando a la sonora mística, metaforiza sus costumbres y realza lo mágico de sus aventuras, más en su gran otrora, culmina consagrándola a sus arcanos.
HACIA LA SELVA DEL DORADO
Juntos avanzamos por entre las fincas, prendiendo antorchas de arco iris.
Le damos serenidad al anochecer, marchamos con dignidad hacia la naturalia.
Y nos bañamos los ojos de esperanzas, por adoración encantamos a los bosques.
A la hora entramos en un jardín exótico, que perfuma el ambiente de orquídeas.
Aquí principiamos claramente un carnaval.
Lo expandimos sobre gratitud por la vida, nos ponemos a cantar con los animales.
A capela entonamos un poco de fábulas.
Así preservamos estas nuestras tradiciones, idolatrando al monte lo defendemos con los cuerpos.
Para mayor gusto el encuentro incentivamos, muchos ya saltamos hasta el río tropical.
De pronto allí nos enjuagamos en lo cristalino, retozamos al reverberar en esta fuente primaveral.
La luna a la vez se torna intensa de azules, purifica nuestra fiesta de músicas y danzas.
AQUEL CACIQUE
El Pijao se descubre en el río Combeima, regocijado por la limpieza del oleaje, baña su humanidad hasta la cabeza.
De madrugada, la pasa ahí bajo las briznas, chapoteando sus ritos con la madre agua.
Y a frescura, nadando en la corriente traslúcida, siente él sagrada esta naturaleza. En esencia, ella lo humedece, impregna su piel de tersura.
El indio más a disposición; extasiado, fascinado, se zambulle hasta el fondo de la cuenca azul, recorre unas piedras destellantes, liba tulipanes acuáticos.
De corolario, su ser se pone musgoso, convirtiéndose mágicamente en el guardián de Dulima.
BENEFACTORA DE LA TRIBU
La madrina danza en el páramo; roseando corolas boreales, que propagan una gran nevisca.
Tan prodigiosa como sus resoplidos, cubre los pedregales de blancura, ella efectúa lo suyo con alteza.
Y su desplazamiento es alado, ondeándose por entre unas estatuas, persevera con su ritual purificador.
Como dama voladora, acrisola las breñas de la montaña, los lagos enhiela.
Silba ella a su vez para cautivar a los Chibchas, quienes corren a deslizarse sobre la escarcha, alborozados por estar contigo, ya pacíficos.
COMO ES LA CREACIÓN
Se hizo la tarde mandarina y tuvimos que encontrarnos allá, porque pudo más nuestra exención. En aquella fronda, te supe apacible, desfilabas lo aural, venías hacia ambos y con reboso, dedicaste la mirada, dócil, conmoviste mis secretos, la fe volvió contigo.
Tu amor fue sagrado, me compartías la amistad, que tanto por bella, regaste esta lágrima de luz.
UN POEMA DE FANTASÍA
En el mar se sumerge una piragua, que es conducida por el viejo Gregorio, la rema este hombre canario por entre algas y corales, surcando las corrientes pacíficas.
Como intrépido, navega él hacia lo desconocido, cruza a su instante unas espumas, que se bambolean blancas en medio de tortugas, menos a poco desaparecen; retorna la trasparencia del agua.
A nudo de velocidad, ya baja a las profundidades, percibiendo la oceánica fría, explorando su magia, ve nadar entre azures a muchos erizos y estrellas, unos peces gobio brincan además sobre las perlas.
Esta cultivada majestuosidad, sorprende a Gregorio; lo encandila y empuja a la cascada lunar, que acaba de avistar, va entonces hasta allá y cuando entra en su manantial, descubre el nacer de las bailarinas rojas.
LA MUJER PIADOSA
Ella viene de la serenidad y ennoblece la amistad por medio de las dádivas, alrededor suyo conserva lo armonioso.
Por benigna, su belleza nace del alma, la irradia a quienes acoge con indulgencia. Y esta dama se bautiza, Juana Angelina. Vive como peregrina de entre choza en villorrio, yendo a donde se resguarda la miseria. Por su madurez que ha labrado en esta tierra, ofrece amparo a los abandonados, los alienta a perdonar, da a ellos bálsamos frescos, se renuncia a las quimeras para estar con los suyos. De madrigal; viaja por las sabanas olivadas, sube montañas, por entre sauces con canarios de cuarzo y pasadas las nieblas, llega a las aldeas nativas, para invocar cielos rosas.
AL RESUCITAR
Denodado, trasciendo la purgación, me resuelvo en medio de las creaciones y no detengo este intencionar ni aún siendo hostigado, yo prosigo por lo sutil.
En lo sencillo encuentro la placidez, voy asiéndome a su vibración ondulante. Por voluntad adentro estas mutaciones. A éxtasis, rompo los lazos de la gravedad, comienzo a plasmar resoles de añiles.
De pronto, les doy una forma como de hiedras, que de a poco torno delgadas, intensas, salen ellas de mis manos hacia quienes adoro, seres mansos cuales atraigo, que ya acaricio.
A mayor cadencia, les rozo sus cabellos en vez como elijo arrullarlos suavemente. Ellos, por lo que sienten, se ponen afectuosos, exhalan susurros inocentes, la dicha inhalan y quedan hinchados de auroras.
Yo idéntico emano fluidos; procreo el espacio que influencio magno, lo expando con irisaciones, fuera de que venzo viejas distorsiones. Por esta progresión, así complemento las surrealidades.
COMO TEÓLOGO
El maestro del sur; soportó las heridas, pese a la gravosa penuria. Su talante sostuvo parado, no se venció frente a la muerte. Tal como un estoico, fue de calor paciente, pudo a solas recuperarse. Contra blasfemias y puñaladas, tuvo que desplegarse, hábilmente consiguió torcer las navajas, los impactos supo reducir, reaccionando hacia adelante del futuro, él, por arriba de los prejuicios caviló, discernimiento infirió y sensibilidad, pudicia en su sortilegio, vibraciones enardeció idílicas, inmortal, se superó a costa de tenacidad, porque su fe fomentó consigo las revelaciones, siendo sobre manera ultraísta, tal al trascender, su entidad fúlgida, bulló hacia el nocturno constelado.
HIJA DE MINFAES
Doy silba a tu salvia, goce para esta progenitora, el néctar tuyo libo, aquí conmigo te extasías, se soluciona la bucólica.
Nos columbramos en la plétora oral, vibramos en lo dúctil, nosotros nos embelesamos gráciles.
La idílica tuya; cojo a veneración, porque eres de alquimia, te emparento con mi beldad, yo adentro de tus telares, estoy contigo, Ariadna.
EL VIEJO TUNTAR
Como un ser superior, te levantas en el santuario, tus ojos flamantes agudizas y comienzas a recorrer varios pasillos, rodeados por esculturas entre libros. Ves la arquitectura toda oblicua, según como la reconoces, te agrada. Avanzas este espacio a levitación galana, hasta cuando apareces en la biblioteca latina. De gusto, pasas ahí las épocas, ojeando obras literarias, te llenas la mente de ficciones. Tanto, que acabas haciendo una invención, cual por asombrosa, la aprecias y la videncias hasta el abrir del éxtasis infinito.
SOÑADORA ENCELADA
Yo te extraño, usted ha sido toda virgen conmigo. Por eso te escribo esto que te siento. Para que guardarlo, si lo veo como una equivocación Mejor expresarte los poemas que me vienen del dolor, que angustian, por ti, preciosa, porque te llevo en el corazón, porque haces parte de mi juventud.
Y esto tan lindo, te lo irradio con sinceridad, porque deseo lo mejor para ti. Además el tiempo pasa, pero lo luz nunca, tú sabes lo noble de habernos encontrado.
Por ello dan ganas de llorar, hoy la soledad me envejece, así mejor, recitarte sin disfraces y ser lo triste que soy, confesarte que estoy solo, sin ti, lo que pudo ser y quizá al otro despertar, vendrás con la madrugada.
Mientras, lo azul decae y tu verbo quebranto como hoy, por este paroxismo por el cual me entrego y vivo, siguiendo a lo cristero, porque te amo celestial, mujer esperanzada, dadivosa del alma.
LA OLEADA
A la tarde, estoy recostado en un almendro, contemplando el firmamento violeta. Despaciosamente su majestad, se riega sobre la planicie, me despeja la mente hasta lo imposible y por su prendimiento con los pastizales, inhalo el olor de esta campiña. Con frescor, lava mis adentros, lo diáfano absorbo, una avalancha de inciensos, recibo en el pecho y por entusiasmo, admiro como deviene este solear tropical, cuyos horizontes abarca a plenitud, privilegiándome.
LA REGENERADORA
Como un fenómeno; rayos de verdes circulan disparados, bullendo hacia los desiertos.
Estos provienen de un eclipse, causado por dos soles, que por electricidad se chocaron.
A causa del revuelco, ahora sus alquimias, se proyectan hacia el Sahara, las dunas colma hasta tornarlas esmaltadas.
De inesperadamente, sucede un fenómeno extraño, miles de escarabajos emergen de la arena.
Y ellos emigran raudos en estampida, para adherirse a esta esplendidez; más cuando la imbuyen, captan que es el gran oasis.
COMO UNA VELADA
Sobresaltan los sortilegios, corren por nuestros ojos, que se buscan desde lejos. Como lo eterno, crece esto sereno.
Renace por el deseo, que pulula desde el origen, adentrándose en nuestras bocas.
Como lo ungido desciende esto incólume. Sana nuestros corazones, enjuaga en la sangre el bálsamo, que proviene de lo excelso.
POR TI
Hoy estoy feliz de suplicarte y de acariciar tu fragancia, lo enamorado, porque en ti vuelvo a vivir.
Y me quemo con tu voz, plácida, tan inmaculada.
Hoy germinas del corazón, que respira, que llora alegrías.
Y contigo veo la bondad, en lo lírica, en los besos, eres la cielista, porque me perdonas.
AL RESCATE
Que enardezcas por la virtud, tu ingenio haz con elevación, fortalécete en presente con los druidas tuyos; por medio de sus herencias, burila las ideas de tu mentalidad cósmica, para con sabiduría, adelante convertir los actos en figuras loables, que enluzcan tu inmortalidad. Por esta ruta, se viaja a la verdad. Si adentras esta filosofía, crecerás sobre los enigmas y palparás la moral, irás confiado por el universo. Entonces, no veles ciego ni entre espinas, que tu ser sea reboso del estoicismo.
DULCE TÚ DÓCIL
Ensortijas la voz; Sibila, nos das el brindis de la paz, le dedicas la soledad a la alegría, nunca nos olvidas.
Recitas el soneto de esta nobleza, le das un brillo entre azules con rocíos, nos lo viertes como ginebra de luz, encharcas la inmensidad.
Y tu desfile de lilas prolifera, para fundirse con el aura tuya, que impacta en la imaginación, tan nuestra y de todos.
Así renace tu devoción; inmaculada, desde lo baja hasta lo alta, surcando nuestras congojas, con el verbo, con la rima maravillas.
EN LA INSPIRACIÓN
Yo me desprendo del temor; comienzo a levitar sobre los paisajes, voy surcando una diversidad de espejismos, percibo allí formaciones de especialidad, toda esta belleza me sorprende y por emancipación procuro recrearla, la fulguro con esta poesía. De a poco, ingreso más hacia lo hondo, develo selvas psicodélicas, canarios de terracota, yo distingo un montón de atardeceres oblicuos, surge aquí lo increíble, lo maravilloso, atisbo las pirámides invertidas, más íntimamente crezco hacia la eternidad, lleno de vida feliz.
NUESTRA PROTECTORA
Ella va por la serranía, cortando la maleza, con su espíritu en lila; mujer libertaria.
Levanta el sueño de los campesinos, exponiéndose entera contra los invasores, voluntariosa se desvive por ellos, defendiendo sus inocencias, amorosa.
Trasiega los desfiladeros, creyendo en el porvenir, impulsada por su romanticismo, mujer bolivariana.
LA ÉGIDA DEL CHE
El libertador resucita sobre los muertos; por impulso de su propio esfuerzo, se enfrenta a los hostiles para rescatar a los suyos.
A su presente; sale del campamento, por entre la bruma de madrugada, yendo con furores de justicia, para defender a nuestra América, se camufla entre peñas y enramadas.
Ejerce el Ernesto, su campaña por la sierra, bajando laderas, surcando riachuelos, cabalga en tropa con los rojos. Pasan además muchas adversidades; la inclemencia del clima, el poder del enemigo, los ataques a traición, hallarse escasos de provisiones.
Hay desventajas, ruda es esta emancipación social. Pero a pesar de todo, no retrocede el comandante, permanece en pie de revolución, Guevara, arriba con sus patriotas al pueblo y allá juntos van movilizando lo difícil, la independencia.
MADRE MARÍA
La belleza se consagra; impoluta, maravillosa, retoñece entera por el sacrificio, va forjándose con adoraciones humanas.
A oda de salvación, reluce esta sagrada, nos da la confianza ante la tribulación, junto a su salvaguardia trasegamos paisajes. Igualada, salpica nuestra cara de rubíes.
Por su manifestación; prolifera simpatías, sacando palomas de las bocas, nos genera concierto a la población.
De mayor ascensión, prorrumpe la fastuosidad, alborotándose entre abrazos y lágrimas; la acogemos nosotros con el corazón, por su gracia, llegamos en caravana los héroes.
A LO LEGENDARIO
Un socialista de barba, comparte su amistad con los mártires, se ofrenda íntegro por la comunión fraternal. Siendo fiel a sus ideales, los oye a ellos con respeto y se preocupa por sus debilidades, distingue como las desgracias, padecen estos pobres. Así que no los deja solos en medio del valle. Debido a su austeridad, da él hasta el pecho para protegerlos, sin detenerse ante las amenazas. Desde lo fuerte, puede en brigada, siempre ayudar a los suyos, los más desfavorecidos.
A fe, abre ruta hacia el cimero, por los alivios, sube en vanguardia junto a estos labriegos, quienes lo enrojan, porque él también, cree en el maestro, José Martí.
LA ESCARLATA
Su voz es rubicunda, dice todo lo que siente, no se guarda ningún secreto.
Madura por lo humilde, se hace con los semejantes, palpita en la prestancia.
Ella en lo fervoroso marinea, alcanza la esencia de la verdad, esto es lo que impresiona.
Dan ganas de llorarla, lo capaz la ampara, nunca se ausenta.
Ella anda libre como la paz, respira con el corazón, su moralidad alboroza.
Es una libertaria, predice el otro despertar, albura con la bella primavera.
PERDONANDO
Amiga linda, quedémonos en la estancia, siendo juntos fraternales, aquí moremos hasta envejecer, aprendamos a enredar nuestros cabellos, nunca nos religuemos al alejamiento, nuestro afecto velémoslo por el gozo. Flaca y subamos a la azotea para allí abrazados, jurar a las estrellas, que vamos a desprendernos de los recelos.
Por nuestra confianza; ven conmigo, tómame de la mano y con emoción, llevemos estas mantas, cojamos para adelante, saltemos los escalones, traspasemos el pórtico vanguardista. Ahora en gravitación, bajo las constelaciones, olamos la frescura, lo fiel dediquémonos, acariciemos nuestros sueños, seamos hombre y mujer.
NACIENTE AMOR
Ha cesado el huracán y las cenizas se despejan, vuelve a limpiarse el valle, rebrotando en matojos blanquecinos.
Las hiedras recobran su espesura, revolotean cercanos los grillos.
Mientras, una niña vestida de tréboles, pasea por los campos, ondulando su cabellera rubia. Da brincos por el sendero, le sonríe a los esplendores.
La inocente recupera su diversión, suspira la entera complacencia.
Tanto que por amor, favorece arrodillarse en el prado, todo albo, donde besa un lirio, cual con sus pétalos la abriga a ella.
SUSURRO EÓLICO
Al ruido de la lira, una nota para el alma, derramar el viento traslúcido, sollozos de emoción para la divina, su nubilidad majestuosa, declamar como un soprano, juramentos de amores fieles, lo melódico dedicárselo a ella, cuando el crepúsculo se clarea de lunas, componer su música.
AUGURIOS DE CAMPANADA
Los benévolos se congregan en el oasis, prefiriendo el alborozo de sus semejantes. Siempre allí juntos, entonan súplicas por el mutuo claror, ruegos que incitan al perdón.
La calidez, entonces retoña presurosa, entre hombres y mujeres, menguando sus percances añejados, se tornan sus gestos tan cordiales como fieles.
Retorna a la vez la amenidad, los nobles se ayudan con los humildes, van adornando la llanura con chozas, siembran jardines de gorriones.
Y empieza a resarcirse el desequilibrio, la estirpe sin detención se depura, porque los benignos rebosan ahora sus dádivas a quienes pastorean por el eterno creador.
HACIA EL ALCOR
En flor, sobresale la regeneración, profusa entre rocíos con aromas y pacíficamente se disipa el celaje, van espejándose los huertos, un néctar celestial los colma, humecta sus hortalizas y alondras. Más las pastoras de este valle, rondan venturosas por la estepa, mimetizándose con los púrpuras del firmamento, pasean por los pastizales, relamiendo la nueva ecología, ellas se deleitan en compañía y por entre los ramales, prontas llegan a una rivera mentolada, donde consienten desnudarse, para acabar de redimirse.
NOSOTROS UNIDOS
Y vuelve el reconcilio; nos mecemos sobre sedas, jugamos a ser inocentes.
Estamos de nuevo reunidos, por los lados provocamos gaviotas, se nos quedan los ojos ruborizados de entusiasmo, mansedumbre apacentamos en vez como la compañía disfrutamos.
Unos cantos albergan nuestras voces.
Por lo acompasado del recogimiento, musitamos nuestra juventud, la acariciamos como a un girasol y todavía levantamos el vaivén del cordel, que desenvuelve nuestras confidencias.
Acrecencia somos graciosos, nos echamos simpatías, brincamos al lago de las plumas.
ALLÁ
El paisaje es de arena, se mueve todo como las olas, allá van arrullándose unas esculturas y lentamente avanza la realidad. Más, cobran vida estas efigies, comienzan a nadar entre las dunas, ellas son duendes de la antigüedad, salen con fuerza hacia la superficie, se espolean como guerreros, rompen el tiempo y juntos con magia, van llegando a tierra firme, luego mediante su inspiración, van construyendo su nueva civilización.
SOPLOS CÁLIDOS
Despierto y aspiro suavidad, los olores de esta tierra tropical; me allega el naranja con el sol.
Son abriles nacientes.
Desde afuera prosperando la dulzura; capto rumores de mariposas rojas, que se mezclan entre los rayos, vuelan a donde estoy para encantarte.
Son madrigales nacientes.
Los presencio con adoración, disfrutando el éxtasis por ti; me llenan de purificación.
PAN DE UVAS
Un prodigio para lo ulterior, ser encarnado, rimarle pálpitos a los desprotegidos. El ampararlos con caricias, no hacinarlos a ellos en el abandono, tenderles frazadas y abrigarnos compasión.
Una amistad para siempre, entre los pobres y los ricos, cultivárnosla con ramilletes de frutas. Un encanto para la vigilia, nosotros los parientes aquí reunidos, degustando el banquete en la mansión. La dicha brillando a sonrisas, se dispersan los quejidos, porque rebosa la fiesta espiritual.
TERRA NOVA
En esta comarca, respiro el alba, que proviene de las purezas, yo la disfruto con regocijo.
Su blancura me repleta la sanación, según como la bogo a magnificencia. Correteo por el prado entre las araucarias y esta refulgencia se derrama en frágiles trasparencias.
A causa de su solemnidad, quedo conmovido, la verdad que manifiesta, sublima en donde estoy; acogiéndola, me colma de espiritualidad, mientras canturrea un Simurgh.
Es milagrosa esta experiencia, pruebo la plenitud, que unge sutil con su vitalidad sagrada, perdurable me hace adentrar en las líridas.
ANGLA TAN VICTORIANA
La doncella surca el cristal del museo inmemorial, ella se adentra en una mitopía desconocida, avanza hacia lo fenomenal. Ya entre lo espiritual, un rocío plateado la lava, que proviene del cosmos; su cabellera alisa y su efigie enluce, Natasha vislumbra la hermosura vesperal, muy maravillosa. Y de momento, comienza a flotar por entre lo sereno; practica con feminidad este agrado, se agita a lo libre, yendo sonriente, emigrando en aleteos hacia un altar, que otea a la distancia mientras la cura lo argentado, ahora ella sobrepasa unos puentes, recorre centenares de esferas y más evolutiva, cuando arriba al portal del santuario, se aventura hacia ese paraje, asciende una escalinata, huele las lilas radiantes de los rededores a medida que adelanta su futuro, los decorados galácticos examina, ella se asombra, por ser susceptible. Y una vez irrumpe en una galería de infinitud, contempla a unos fantasmas, quienes la convidan en coro para jugar. Tras la petición, Natasha levita hasta donde ellos, los saluda con afabilidad y con algarabía, juntos se ponen a travesear por entre los cuadros seráficos, allá donde alborozan divinos hasta siempre.
MÍTICA SUPREMA
La suavidad de los espacios, pone maleable este Olimpo, se suspiran perfumes almibarados; son emulsiones de las plantas tupidas, parejamente predomina lo apacible..
Uno con agrado asiente el bienestar, por haber tanta inmensidad armoniosa, las praderas son de capullos violetas; huele a nubes estelares.
Estar entre estas vegetaciones y emanaciones, sinceramente incita lacrimosas de estrellas, puede en origen lo fantástico sobre lo habitual; se torna exuberante la egregia.
Inclusa; la dama Demetra, pasa a revoloteo, acompañada por una bandada de unicornios, irrigando las florestas con ambrosía; nos ornamenta el clima de moras, grácil es su polinización.
HACIA LA COSMOGONÍA
Allá en el universo astral, se conforma lo munífico; fluidos mana la espiral de Orión, las químicas toman consistencia. Por lo insondable, por la eternidad, reverberan nebulosas de nieve, las novas eclosionan, resurgen a gravitar cientos de esferas. Estas trasformaciones no cesan su curso, perdura la expansión sideral. Desde los adentros, su centrífuga, tiende unas orientaciones hacia afuera, lo tornasolado chisporrotea, la ceremonia de pirotecnia, sobresale en magnitud, llena de irisaciones, pululando a la supremacía.
LOS GALÁCTICOS
Del principio al sinfín, flotamos en el éter universal, aquí fogueamos la evolución, pasando por muchos organismos, los mundos franqueamos, nos trasmutamos en procesión hacia el paraíso espiritual.
Seguidas las suertes, nadamos por las galaxias, sus océanos perlados degustamos, zambullidos en esta atmósfera, encontramos las corrientes astrales.
Desde lo inconmensurable, son estas atracciones poderosas, se mezclan con rapidez entre céfiros fucsias y rojos, su torbellino nos arrastra además como marcianos, para el mayor develar de sus misterios, porque a lujo nos adentramos en la cosmópolis.
MAGA
Al principio, me hundí en tu cosmos. Vi todo lo tuyo, lo supe fascinante.
Fui abriendo tu galaxia.
Feliz, me acogí en ti como un ángel.
Bebí de tus aguas dulces. Lo bello, se hizo perdurable. Reviví la pasión contigo.
Nuestras sonrisas se besaron.
De proximidad, me prolongué en tu naturaleza. Disfruté la humedad de tu vorágine.
Probé la fruta sideral que madura en ti. Fue erótico estar entre tus piernas soleadas. Me estremecí sobre tu belleza.
Paseé por las nebulosas que emanas. Sentí la ablución tuya.
Fogoso, me auné al calor tuyo.
Rocé tu piel frágil con la mía.
Volví al fervor tuyo.
Nuestras desnudeces se conquistaron.
Al final, renací en tu venus, Diosa.
BÓLICA DE ORLAS
El selenita envejeció en Saturno, por donde circuló los prolijos milenios; fue entramando cualquier conjunto de peripecias, allá incrementó su gnosis desde lo extrínseco; vanguardias de artes examinó con admiración, traduciendo que habitaba en un planeta evanescente.
De asimilación con la mutación; él gradó en una nueva ustoria, variadas facultades detectó hasta dominarlas, tales como el mimetizaje y la clarividencia.
La misión suya intuyó hasta discernirla.
Este alienígena; se realzó sobre los entreverados albures, poseyó el dinamismo de aventajar al peligro, las amalgamas de los valles rebasó sin deslices.
Según lo otro emprendido, braceó por entre cauces de festividad; fructificando el aspecto como ídolo, su epidermis pudo pasarla de escamada a nacarada; así por fin se estilizó más alígero, para ulteriormente descifrar a la omnisciencia.
HACIA LA SUBLIMACIÓN
En el alto cielo; despunta una ceremonia estelífera, se pone el horizonte como surrealista, los quásares revueltos con gayas, dan vueltas por entre la magnitud, relámpagos cruzan a indivisa velocidad, mientras las planicies reflejan los dorados, que se proyectan hasta las cuencas, radiando cascadas de vapor con neones, abundan químicas como lisuras, toda esta realidad sobrenatural es inmensurable, por la sinergia se volatiliza la cromosfera, eclosiona un meteoro con un diamante, combinación de fenómenos astrales, sus polvaredas varían hasta ser ovaladas, propagan el nirvana entre los luceros.
ASTRONÓMICA
Esta constelación de Delfos genera oscilaciones, su alquimia energiza los mundos y aerolitos, que la componen, renacen las solarizaciones, pasando la materia de negra a ser prismática.
Y aumenta la actividad de los elementos.
Los émbolos planetarios se acrisolan y viran sus bolas hacia el equilibrio volátil, progresiones estelares sobresaltan durante el trascurso, cual espolean para requintar las aleaciones.
Y relampaguean unas rachas de fosforescencias.
Lo espacial se torna extraordinario, suceden alumbramientos de citrinas, ellas proliferan entre el céfiro nebular; así es como gloría la simetría láctea.
INMORTALISTA
El viejo se cura con la meditación, equilibra los nervios mentales; así eleva su fuero interno como etéreo, viaja al origen del espacio; se encarama él sobre los siglos, porque reconoce su ingénita memoria; la asimila suya y cambiante a nitidez, recuerda sus caídas y recuperaciones, por el alcance propio de su lucidez; ahora yendo sin ninguna culpa, libre como enamorado en vuelo; asciende por encima de las nubes, desprendiéndose de lo material; allá se junta con los otros sabios, para gradar el nuevo Ágora.
SABIO DE VERDAD
Espíritu eres de amor, que flamea en lo celestial, sanas nuestros dolores.
Tú proteges a quienes estamos desesperados, nos cubres con abrazos, das la bondad.
Ni nunca te ausentas, porque perduras en pureza, con la abierta misericordia.
A lo superior, oleas los zureos mansos, por ser angelical.
LOS ELEVADOS
En la cosmópolis, nosotros engendramos el altruismo, lo dedicamos entre todos juntos, por encima de la gentileza, nos adoramos como seres semejantes, somos en esencia pacifistas, nos ilustramos con la gran moral, la ejercemos por medio de dádivas puras, una felicidad inusitada revivimos, porque prodigamos las silbas blancas, cariñosa esta excelsitud nos acendra, revoloteamos hacia los arcángeles, se propaga la inmensidad, glorificamos odas a la divinidad.
DAMA DE CLARIVIDENCIA
De virginidad estuante; Amalia, la oratoria de esta poetisa fervorosa, clama incansablemente la benevolencia, sus labios rumoran el verano derramado, tan sanador como la amanecida más predilecta.
Ella apacienta a los menospreciados.
Siempre cuando la convidan al rosario, viene a acompañar a su gente humilde y dedicada les ofrece romanzas de traslucidez, cuya encorada conmueve las esperanzas, porque a capela esplende el más allá.
Amalia, recita a la eternidad espiritual.
Con fe, ventura hacia el nuevo edén, por una renaciente hermandad, instruye y practica la moral egregia, ungida se arrebola como el tamarindo, propicia los ululares del perdón.
Ella alaba a la madre Diosa.
De olorosa fragancia; Amalia, levanta a la sacra artística, para concederla a sus discípulos con bondad, durante esta revolución del amor, que hoy marcha escoltada, por la inmanencia.
MUY GUARDIÁN
Te cuido, estoy pendiente de ti; por sobre la noche, te invoco de corazón. Como siempre este inspirar tuyo, porque eres en secreto, la musa. Ni nunca te alejes, me serena poder decirte, lo que te siento; veneración espiritual y que tú; cauta, me permites esta compañía, gracias por escucharme, un poco me desahoga, dulces sueños y volver a ti, hasta cuando despeje la niebla, siempre lo ensueño, para otra vez pronto, rogarte un poco de tu voz y llamarte con el madrigal; amorosa, aquí te consiento, un goce de besos.
MUSA DE LAS ODAS
En la noche oleas el aire, dándole canto al ritual, por la supremacía, Dama de los Paraísos.
Bella, nadas a lo libre, salteando por entre el rocío, irrigando susurros de canarias, mítica te ostentas.
Es por eso tu fantasía, entre coros y aves, alumbrando los azules, inspiración a loas.
Tú floreces en la oceánica, dándole ritmo a la magnificencia, coreas a capela, undosa, bajo el cielo estrellado, Musa de las Odas.
ÍNDICE
ÍNDICE
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…EL VIEJO TUNTAR…90
…SOÑADORA ENCELADA…91
…LA OLEADA…92
…LA REGENERADORA…93
…COMO UNA VELADA…94
…POR TI…95
…AL RESCATE…96
…DULCE TÚ DÓCIL…97
…EN LA INSPIRACIÓN…98
…NUESTRA PROTECTORA…99
…LA ÉGIDA DEL CHE…100
…MADRE MARÍA…101
…A LO LEGENDARIO…102
…LA ESCARLATA…103
…PERDONANDO…104
…NACIENTE AMOR…105
…SUSURRO EÓLICO…106
…AUGURIO DE CAMPANADA…107
…HACIA EL ALCOR…108