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Mensaje Espiritual
impetuosas del torrente que el sol seca. No llevarás de tu riqueza sino las tablas del ataúd, y los títulos grabados en tu lápida sepulcral serán palabras sin sentido.
¡Escucha! El perro del sepulturero jugará con tus huesos, que serán mezclados con los del mendigo, y tu polvo se confundirá con el suyo, porque un día ambos seréis polvo. Entonces maldecirás los dones que has recibido, viendo al mendigo revestirse de su gloria, y llorarás tu orgullo.
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Humíllate, soberbio, porque la mano del Señor doblegará tu orgullo hasta el polvo.
– San Luis, ¿por qué nos hablas por parábolas? Resp. El Espíritu humano ama el misterio; la lección se graba mejor en el corazón cuando se la ha buscado.
– Parecería que hoy la instrucción nos debe ser dada de una manera más directa, y sin que haya necesidad de alegoría. Resp. La encontraréis en el desarrollo. Deseo ser leído, y la moral tiene necesidad de estar disfrazada bajo el atractivo del placer.
Problemas morales dirigidos a San Luis
1. De dos hombres ricos, uno ha nacido en la opulencia y nunca hubo conocido la necesidad; el otro debe su fortuna a su trabajo; ambos la emplean exclusivamente para su satisfacción personal; ¿cuál de los dos es el más culpable? Resp. El que ha conocido el sufrimiento: él sabe lo que es sufrir.
2. El que acumula sin cesar y sin hacer bien a nadie, ¿encuentra una excusa admisible en el pensamiento de que él amontona para dejar más a sus hijos?
Resp. Es un compromiso con la mala conciencia. 3. De dos avaros, el primero se rehúsa a lo necesario y muere de necesidad sobre su tesoro; el segundo sólo es avaro para los otros: es pródigo para sí mismo; mientras que se rehúsa al más leve sacrificio para ayudar o hacer una cosa útil, nada le cuesta para satisfacer sus goces personales y sus múltiples caprichos. Si le piden un servicio, está siempre incomodado. ¿Cuál es el más culpable y cuál tendrá el peor lugar en el mundo de los Espíritus? Resp. El que ha gozado; el otro ya ha encontrado su punición.
4. Aquel que, cuando encarnado, no ha hecho un empleo útil de su fortuna, ¿encuentra un alivio haciendo el bien después de la muerte, por la destinación que le da? Resp. No; el bien vale lo que cuesta.
Amor
l Amor sublime impulso de Dios, es la energía que mueve los mundos. Todo crea, todo transforma, todo eleva. Palpita en todas las criaturas. Alimenta todas las acciones. El Odio es el Amor que se envenena. La Pasión es el Amor que se incendia. El Egoísmo es el Amor que se concentra en sí mismo. El Celo es el Amor que se dilacera. La Rebeldía es el Amor que se pierde. El Orgullo es el Amor que enloquece. La Discordia es el Amor que divide. La Vanidad es el Amor que se ilusiona. La Avaricia es el Amor que se encarcela. El Vicio es el Amor que se embrutece. La Crueldad es el Amor que tiraniza. El Fanatismo es el Amor que petrifica. La Fraternidad es el Amor que se expande. La Bondad es el Amor que se desarrolla. El Cariño es el Amor que florece. La Dedicación es el Amor que se extiende. El Trabajo digno es el Amor que se perfecciona. La Experiencia es el Amor que madura. La Renuncia es el Amor que se ilumina. El Sacrificio es el Amor que se santifica. El Amor es el clima del Universo. Es la religión de la vida, es base al estímulo y fuerza de la Creación. A su influjo, las vidas se agrupan, En este o en aquel sitio aislado, cuando se le retire la influencia, reina el caos. Con él, todo se clarifica. Lejos de él, la sombra coagula y prevalece. E
En resumen, el bien es el Amor que se desdobla, en busca de la Perfección en el Infinito, según los propósitos Divinos; y el mal es, simplemente, el Amor fuera de la Ley - sublimándose para la inmortalidad.