COSTA ORIENTAL DE ASTURIAS

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COSTA ORIENTAL DE ASTURIAS CONCEJO DE VILLAVICIOSA Tazones Es el único puerto asturiano con carácter imperial y que forma parte de las rutas imperiales de Carlos V en Europa y es que este coqueto y pequeño puerto ubicado en las inmediaciones de la ría de Villaviciosa fue lo primero que conoció el emperador Carlos V en su primer viaje a la Península, en setiembre de 1517. Este hecho histórico, recreado por los vecinos de la zona cada mes de agosto, en una cita que está declarada de Interés Turístico, ha marcado para siempre la vida de esta villa marinera con amplia tradición ballenera y donde atracaron tanto navíos nacionales como extranjeros. Muchas crónicas y comentarios sobre aquel episodio se han escrito en estos cinco siglos que se cumplieron precisamente en 2017, pero todos coinciden en señalar lo sorprendido y prendado que se quedó el emperador con aquellas gentes y con aquel paisaje de ensueño. Las capturas que llegan al puerto de Tazones son subastadas en su lonja, así que te será fácil degustar exquisitos pescados y mariscos en sus restaurantes y sidrerías, diseminados por las pintorescas callejuelas que conforman sus dos barrios, San Miguel y San Roque, declarados Conjunto Histórico-Artístico. A marea baja, podrás buscar huellas de dinosaurios en su costa, y también acercarte a la zona del faro, uno de los mejor conservados del litoral asturiano. Tazones, en el concejo de Villaviciosa, sigue siendo hoy aquel recóndito y amable pueblo que cautivó el corazón de un joven emperador. Sus barrios de antiguos casitas de pescadores, coloristas y con aromas de mar, sus rincones tan singulares como el de la Casa de las Conchas, sus animados restaurantes y terrazas que ofrecen exquisitos manjares del Cantábrico, su animado ambiente, hacen de esta villa marinera un lugar único al que siempre deseas volver. Es ideal para una jornada marinera.


CONCEJO DE COLUNGA Lastres Lastres, es un pequeño y colorido pueblo de pescadores, de calles peatonales y empinadas y grandes casonas señoriales que miran al mar y aun hoy sigue manteniendo su esencia. Las mejores vistas de Lastres, las tienes desde el Mirador de San Roque. Desde ahí, en días soleados, podrás sacar unas fotografías espectaculares como recuerdo de tu visita a este bonito pueblo pesquero. Con Lastres a la derecha, y el puerto a tus pies, divisarás parte de la costa oriental asturiana, así como la sierra del Sueve, y la zona del Mirador del Fitu. Incluso podrás ver encima de Lastes el MUJA (Museo del Jurásico), un edificio con una original forma de pisada de dinosaurio. Si tiene tiempo acérquese a la Torre del Reloj, una emblemática torre que conjuga las funciones de campanario y lugar de vigía, construida en 1751, y reconstruida gracias al esfuerzo de un grupo de mujeres. También es interesante la visita a la Iglesia parroquial de Santa María de Sábada, de 1751, que entremezcla los estilos clásico y barroco, o las ermitas de San José, San Roque (donde está localizado un hermoso mirador del puerto y el litoral colungués) y el


Buen Suceso. Casonas y palacios como el de la familia Victorero, del s.XVIII, el de los Robledo, de principios del s.XVIII, y el de los Vallados, del s.XVIII, es otra riqueza,de tipo cultural, con la que cuenta esta villa.

CONCEJO DE RIBADESELLA Ribadesella y su concejo es uno de esos sitios con encanto, que te resultarán inolvidables. El “cogollo” de la villa riosellana te ofrece alicientes de lo más variado, que van desde un interesante Casco Histórico, un vistoso Paseo del muelle con nombre de princesa, un Paseo de la grúa adornado con paneles de Antonio Mingote, o la emblemática ermita de Guía, encaramada en lo más alto del promontorio existente sobre la bocana del puerto… Y todo ello sin olvidar sus playas, su Paseo de los vencedores del Sella, su espectacular arquitectura indiana en primera línea de mar, y una de las cuevas prehistóricas más importantes del mundo, Tito Bustillo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pero además, en pocos pasos la villa te conduce a lugares tan increíbles como el pueblo de Tereñes, con su faro y sus acantilados


jurásicos, al inmenso arenal de Vega, a aldeas como Ardines, Cueves, Sardalla, Sebreñu, El Carmen/El Carme, a acantilados y playas como la de Guadamía, y todo por bellas carreteras, o sendas costeras y caminos. Y por supuesto, Ribadesella en su conjunto es jacobea. El Camino de Santiago de la Costa pasa por el puro centro de la villa, y también por algunas de sus aldeas y playas más conocidas.

O Cueves

CONCEJO DE LLANES Llanes es una de esas paradas imprescindibles en un viaje por Asturias. Aparte del ambiente que tiene siempre y lo chulo que es pasear por sus callejuelas o por el puerto, su casco viejo está declarado Conjunto Histórico-Artístico y repleto de historia. Empezamos… En la Calle Mayor puedes ver cómo era la construcción popular y típica del oriente asturiano. Vas a encontrar la Capilla de Santa


María de la Magdalena, qué fue la primera iglesia parroquial de Llanes. También la Casa de Juan Pariente, la más antigua del pueblo y famosa porque en ella durmió dos noches el emperador Carlos V.

Desde la Calle Mayor llegas al barrio marinero de Llanes a través de la Plaza del Ingeniero Garelli. La plaza es pequeñita, pero desde aquí tienes unas vistas preciosas del puerto de Llanes y de la lonja de pescado.


Iglesia de Santa María del Concejo Es la basílica actual, y como curiosidad viajera de esas que nos encanta contarte, que sepas que fue el propio pueblo de Llanes quien pagó su construcción. Es uno de los pocos ejemplos de arte gótico en Asturias, iniciaron las obras en el 1240 y aún conserva dos puertas románicas.

La Casa El Cercau, es una construcción de 1597 remodelada en varias ocasiones. Fruto de las obras interminables, hoy en día presenta una fachada irregular pero llena de encanto. El palacio tiene una capilla anexa donde fue enterrado Pedro de Junco Posada, obispo de la Inquisición. Ahora en éste recinto se hacen eventos para financiar la conservación del mismo.


A cualquier hora del día y de la noche, el puerto de Llanes es un magnífico lugar para pasear y relajarse en alguno de sus numerosos bares y restaurantes. Desde los ya super famosos “Cubos de la Memoria”, sólo debemos continuar caminando para adentrarnos en un estrecho entrante de mar. Allí los barcos reposan plácidamente y nos dejan algunas de las mejores instantáneas de la villa justo antes de llegar hasta al pequeño faro de Llanes.

El paseo de San Pedro goza de las mejores vistas sobre el casco histórico de Llanes y de buena parte de la costa cantábrica. El camino, alfombrado de hierba de un verde eléctrico, comienza junto a la playa de El Sablón y bordea un tramo espectacular de acantilados. No te lo pierdas, te va a sorprender.


No te pierdas la zona medieval de Llanes. Nos parece la parte más bonita que visitar. Y si te fijas en el suelo durante el recorrido, verás distintas placas con palabras. Es un recorrido artístico con la poesía de Celso Amieva, un poeta local. Llegas a la Plaza de Santa Ana desde la Calle Mayor para encontrarte con restos de la muralla, la Capilla de Santa Ana, patrona de los marineros, y la Casa de la Ballena, lugar donde se despiezaban y subastaban las ballenas capturadas. Y es que piensa que los barcos que salían de Llanes llegaban en muchos casos hasta las costas de Irlanda. Hace siglos también estuvo aquí la antigua puerta de San Nicolás, de la cual solo tenía llaves el Gremio de Mareantes. Por si no has oído antes la palabra, los mareantes eran quienes hacían las labores de los capitanes de puerto actuales. Y desde la Plaza de Santa Ana, se llega a la Plaza Cimadevilla a través de un pasadizo medieval precioso.

A través de los dos pasos aéreos de ese pasadizo medieval se unía el Palacio de Gastañaga con el edificio de al lado, que era donde estaban las cocinas, la bodega y la capilla. Fuera de las murallas reina la animación en un conjunto de arquitectura marinera salpicada de edificios modernistas, destacando el edifico del Casino. Junto al paseo de San Pedro y en pleno centro de Llanes, el Sablón es una pequeña playa de arena dorada , de las más bonitas y fotogénicas, pero también cuenta con mayor ocupación.


Bufones de Pría La costa oriental de Asturias está plagada de lugares en los que observar los bufones, chorros de agua pulverizada causados por el golpeo de las olas contra la costa. Sin embargo, los bufones de Pría son los más famosos.

La playa de Cuevas del Mar se emplaza en la desembocadura del río Ereba o Nueva y pertenece al Paisaje Protegido de la costa oriental de Asturias debido a su singularidad geológica. En bajamar podemos apreciar las formaciones rocosas que le dan nombre, penetrar en las cuevas o traspasar los arcos. En pleamar, los peñascos rocosos agujereados parecen flotar sobre el mar.


la playa de Poo cuando sube la marea ve reducida su zona de arena drásticamente para convertirse en una auténtica piscina de aguas poco profundas. Una maravilla también para la fotografía y tomar un baño en días de mucho oleaje.

La Playa de Gulpiyuri y la Playa de Cobijeru, ambas en el concejo de Llanes y separadas entre si por 25 kilómetros de distancia. Son 2 playas singulares que atraen a turistas de todo el mundo y están declaradas Monumento Natural. Son playas interiores que están ubicadas tierra adentro, separadas de la orilla del Cantábrico. El roquedo calizo del litoral llanisco está lleno cavidades subterráneas y respiraderos por donde se cuela el agua del mar. Estas formaciones geológicas tan singulares crean bufones, pozos secos y playas de interior que se encuentran enfrentadas a los acantilados. Durante la bajamar tan solo se aprecian zonas de arena y piedra propias de un monte del litoral, pero cuando sube la marea se obra la magia. El mar se cuela y crea pequeñas calas soñadas en cualquier paraíso. Es un auténtico placer para los sentidos! No es solamente ver como se obra la magia, es sentirla. Cuando sube la marea se siente el impacto de las olas como si fuera una orquesta perfectamente acompasada. ¡Es hipnótico!


Playa de Torimbia Es una de las atracciones de la costa oriental de Asturias. Considerada por muchos la playa más bonita de Asturias. Llegamos tras pasar la playa de San Antolín por una carretera de curvas con vistas a la Sierra del Cuera. Hay que dirigirse a la aldea de Niembru. El aparcamiento es un auténtico mirador. Hacia el oeste divisamos la Playa de Torimbia encajada entre acantilados, y hacia el este la Playa de Toranda, separadas ambas por el Cabo Prieto. Además, hay senderos para disfrutar del entorno. El paisaje es precioso: las playas, la costa recortada, los verdes prados y la sierra costera. Normalmente el nivel de ocupación de la playa de Torimbia es medio/bajo. Es una playa nudista, aunque también es visitada por público no nudista, disfruta de una arena blanca fina y aguas muy limpias que hacen que esta playa tenga muchos fieles visitantes.

Barro / Barru y la ensenada de Niembro La ensenada de Niembro es un lugar de puro sosiego. A la pequeña ensenada que forma la desembocadura del río Calabres se asoman los pueblos de Niembru y Barro. La Iglesia de los Dolores protagoniza la escena junto con las casitas y barquitas de pescadores en un cuadro de reflejos sobre las calmadas aguas que inician la Ría de Barro.


CONCEJO DE RIBADEVA En Colombres, que además ostenta el galardón de Pueblo Ejemplar de Asturias, se encuentra el Archivo de Indianos, un museo ubicado en un palacio indiano y de cuyos jardines y arquitectura, así como de sus contenidos, te quedarás prendado. En Colombres nos desviamos hacia Pimiango para visitar varios atractivos costeros: El primero es el Mirador de Pimiango (en la carretera a las Cuevas del Pindal): El paisaje que ofrece el mirador no destaca por nada especial: costa verde sin nada reseñable, ni acantilados, ni playas. Hacia el interior, el paisaje se extiende en verdes prados asturianos que se pierden en la Sierra de Cuera. Seguimos descendiendo por la carretera para aparcar donde finaliza, junto a la ermita de San Emeterio. Un senderito entre árboles nos conduce a la Cueva del Pindal, aunque está cerrada y no podemos visitarla, ya que no hemos tenido la precaución de reservar la visita guiada el día anterior, como indica el cartel. La cueva contiene pinturas rupestres. Pero en cualquier caso merece la pena haber llegado hasta aquí para admirar el paisaje que componen los acantilados. Forman una pequeña ensenada de aguas increíblemente turquesas y nítidas. Da ganas de meterse a bucear.



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