MALPICA DE BERGANTINOS
Malpica de Bergantiños, conocido simplemente como Malpica, forma parte de la mágica Costa da Morte. Situada a orillas del Océano Atlántico, es una villa de gran tradición marinera de Galicia. Famosa por su actividad ballenera desde al menos el siglo XVII, su abrigado puerto es testigo de la infatigable labor de sus gentes de mar a lo largo de la Historia. Paseando por su muelle, kilómetro 0 del Camino de los Faros, podremos ver todo el proceso necesario para que los productos del mar lleguen a nuestro plato.
Malpica es un municipio muy completo en el que no hay tiempo para el aburrimiento. Desde visitar su puerto y sus pintorescos barrios marineros hasta hacer alguna caminata, atreverte con el buceo o disfrutar sus maravillas gastronómicas.
Sus numerosas playas, su famosa cerámica artesanal, una visita a las Ilas Sisargas o un mágico atardecer en Punta Nariga son otras de las razones por las que te recomendamos hacer una escapada a este acogedor pueblo marinero.
QUE VER: BARRIO DE LA ATALAIA
El barrio de la Atalaia es uno de los más antiguos, un auténtico mirador desde donde contemplar el océano Atlántico.
Para adentraros en él podéis subir por la plaza de O Cruceiro dejando el mar a la derecha. Iréis sorteando callejuelas con construcciones a veces inverosímiles. La planificación urbanística no es uno de los puntos fuertes de Malpica. Las formas y el tamaño de los edificios es tan chocante que en ocasiones se convierte en una extraña atracción, en un insólito amor prohibido e imposible, aunque no ciego.
Lo más importante de este barrio son sus diferentes miradores, como el de la Atalaia, con vistas al puerto y a la actividad portuaria, el mirador de O Bufadoiro y O Picote da Atalaia, donde podréis divisar el golfo Ártabro y las islas Sisargas.
PUERTO
El Puerto de Malpica tiene una larga e interesante historia. Fue un puerto ballenero con gran importancia desde principios del siglo XVII, ya que por esta zona pasaban las ballenas en sus migraciones por el Golfo Ártabro.
Desde su muelle embarcaron hacia Francia muchos perseguidos por el Franquismo, algunos de ellos acabaron combatiendo en la II Guerra Mundial y en campos de concentración. Otros, curiosamente, llegaron a la ciudad peruana de Chimbote y ayudaron a construir el que está considerado como el «primer puerto pesquero del mundo», en 1957.
En la actualidad, el puerto de Malpica es un lugar muy animado, con mucha actividad y que se ha convertido en uno de los puertos de pesca de bajura más relevantes de Galicia. Existen dos muelles, el Muelle Norte que alberga la lonja, la fábrica de hielo y el dique seco o dique rompeolas, entre otros.
CASA DO PESCADOR
Otro lugar imprescindible que ver en Malpica es la Casa do pescador, actual sede de la Cofradía de Pescadores de Malpica. En este edificio, que data de 1956, podréis contemplar algunas de las obras que el pintor malpicano Urbano Lugrís dedicó a los pescadores de Malpica. Son 5 obras las que adornan el actual Hogar de los Pensionistas. Llevan todas una inscripción en la parte alta con frases como:
«En tempos, os fortes homes de Malpica cazaban a balea por lonxanos mares» En tiempos, los fuertes hombres de Malpica cazaban la ballena por lejanos mares.
«No xardín do fondo mar durmen os sonos antigos, no berce mol do craro luar»
En el jardín del fondo mar duermen los sueños antiguos, en la cuna tierna de la clara luz de la luna.
MIRADOR Y SANTUARIO DE DE SAN ADRIÁN
Otro de los lugares imprescindibles que ver en Malpica es este espectacular mirador y el Santuario de San Adrián o Santo Hadrián. Desde este punto, observaréis las islas Sisargas hacia el oeste y hacia el este el pueblo de Malpica, parte de su litoral y de la costa de Razo y Baldaio, ya en Carballo.
La ermita fue construida entre los siglos XV y XVII. Es un lugar de peregrinación que cuentan que cura las verrugas, para ello hay que dejar un pañuelo como ofrenda en la vegetación que rodea la fuente.
TORRES DE MENS
Rodeado por un recinto amurallado de perímetro en forma ovalada, casi circular. El conjunto está formado por la vivienda y tres torres de planta cuadrada.
Las torres, de cantería, se sitúan más o menos en las zonas nordeste, suroeste y sureste.
La torre del homenaje es la única de 3 alturas, en la última planta, sobresale un balcón corrido de madera apoyado sobre ménsulas de piedra, donde existe el único símbolo heráldico de toda la edificación que representa a la familia de los Condes de Altamira a través de una cabeza de lobo. La torre principal tiene una puerta con arco ojival que da a un patio de armas. También se supone que en la puerta de la entrada había un puente levadizo.
Este castillo fue propiedad de los condes de Altamira hasta finales del siglo XIX. Durante 35 años fue cabeza de la más pequeña de las 3 jurisdicciones de la Costa da Morte, de los extensos estados de Altamira; gobernada por un alcaide o merino que administraba justicia en el nombre del Conde y cobraba las rentas teniendo derecho a residir en el castillo. En el año 1871, una hermana del conde, María Luisa Osorio de Moscoso, duquesa de Baena y condesa de Sevilla, empezó a desprenderse de los muchos bienes que la antes poderosa casa de Altamira tenía en la Galicia. Entre otros bienes, en 1872 vende el Castillo de Mens a Pedro Abelenda y Díaz de Andrade, familia muy arraigada en esta comarca y tatarabuelo del actual propietario, Agustín Ordóñez, que rehabilitó las torres en 1988, encargándole la tarea al arquitecto Manuel Gallego Jorreto. Esta ejemplar y cuidadosa rehabilitación recibió el premio Europa Nostra en 1993. El edificio también está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).
Las Torres, de propiedad privada, no se pueden visitar. Aun así, es una maravilla observarlas desde fuera.
IGLESIA DE SANTIAGO DE MENS
Muy cerca de las torres de Mens, en Malpica, se localiza la iglesia románica de Santiago de Mens. Se trata de una de las escasas construcciones heredadas del arte asturiano prerrománico de Galicia. Su estructura se baso en la capilla que se levantó en Santiago de Compostela a raíz del descubrimiento del cuerpo del Apóstol. Así pues, los orígenes de la iglesia de Mens, nos llevan hasta el siglo X, durante el obispado de Sisnando.
Existe en el lugar una ara de piedra caliza embutida en el altar de la capilla sur, cuyos orígenes pudieran ser tardo romanos.
Este material calizo no es de la zona, por lo que se supone su traslado desde otro templo paleocristiano. La iglesia de Mens se encontraba unida a un monasterio anteriormente.
QUE HACER:
Navegar hasta las Illas Sisargas las Illas Sisargas son tres, la Grande, la Chica y la Malante, y junto a dos pequeños islotes forman un escarpado archipiélago que hace más de diez mil años estuvo unido al continente a través de la península de Beo.
Las Sisargas son un paráiso natural donde encontrar un faro y hasta una pequeña playa, pero sobre todo son un refugio para muchas aves como gaviotas y araos, una reserva ornitológica declarada Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). No son muchos los visitantes que llegan a ellas por su difícil acceso. Para logralo hay que contratar una embarcación privada en el puerto de Malpica o bien contactar con alguna empresa local que hacen rutas guiadas por las islas.
La riqueza de la fauna que se puede encontrar en las Islas Sisargas viene especialmente dada por la ornitología, ya que funciona como zona de paso para especies migratorias. De hecho, fue declarada Zona de Especial Protección para las Aves dentro de la Red
Natura 2000. Visitando las islas se pueden avistar cormoranes y diferentes especies de gaviotas como la gaviota tridáctila o la gaviota oscura de las Sisargas.
Alcanzar Punta Nariga siguiendo el Camiño dos Faros Simula un barco de piedra que reta al mar. Esta forma de barco está bien lograda gracias a sus tres partes bien diferenciadas. Su base, triangular, reproduce la proa que encara al mar y parece que va a romper las olas de un momento a otro. Sobre esta base, una estructura de forma cuadricular que aparenta el puente de mando de un barco. Encima de ella, el propio faro, que reproduce el mástil. Además, retando a las furiosas olas y como mascarón de proa encontramos un atlante del escultor Manolo Coia, “O soño do emigrante” de 1994. Unha escultura en bronce. Desde este punto podemos disfrutar de unas prodigiosas vistas a Corme y Cabo Rocudo a mano izquierda y a las Islas Sisargas a mano derecha.
Nos encontramos ante un paraje realmente inquietante, donde el viento sopla con fuerza que, junto con la lluvia produjeron un territorio casi inhóspito pero a la vez atractivo, dado que se encuentran distintas piedras con diversas formas.
Visitar el Dolmen de Pedra de ArcaEn Galicia hay numerosos dólmenes, vestigios de la cultura megalítica, y uno de los más grandes se encuentra en Filgueira, una parroquia de Cerqueda en el municipio de Malpica. El dolmen de Pedra da Arca se fecha entre el 3500 y el 2700 a.C., en la fase de máximo esplendor del megalitismo. Consta de una piedra de cubierta de 4 metros de longitud partida a la mitad y seis chantos verticales que le sirven de soporte. La mámoa, o tierra que recubría el dolmen, todavía se conserva en parte, rodeada por pequeñas piedras.
La construcción de este monumento funerario tiene su propia leyenda, pues se cuenta que una mujer mora edificó piedra a piedra el dolmen, cargando las piezas sobre su cabeza a la vez que hilaba y amamantaba a su hijo.