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ACTUALIDAD
¿Cómo va la vacunación?
Por: David Alzate Corrales david.alzatec@salesianos.edu.co
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A raíz de la crisis mundial derivada de la pandemia por el COVID 19, el mundo académico y científico se vio envuelto en una carrera contra el tiempo, desarrollando en tiempo récord una serie de vacunas con el fin de disminuir el contagio y posteriormente la mortalidad por coronavirus. Ahora bien, después de contar con vacunas, el reto al que se está enfrentando la sociedad en este momento está en la producción, distribución y aplicación de las mismas, exigiendo al máximo a los sistemas industriales de países desarrollados.
Consecuencia de esto es la escasez mundial de vacunas, y su distribución inequitativa. Mientras, según BBC, países de ingresos altos como Canadá ya han comprado dosis para vacunar completamente cinco veces a su población, países de ingresos medios bajos y bajos ven lejano llegar al menos a adquirir dosis necesarias para lograr la inmunidad de rebaño, dependiendo principalmente de estrategias multilaterales como COVAX para inocular al menos a sus poblaciones más vulnerables.
Pero no solo el poder adquisitivo ha sido un factor diferenciador en la carrera por la inmunidad; la capacidad logística, el despliegue y repartición, y la magnitud poblacional han jugado un papel clave en este proceso. Como se puede ver en la gráfica, Israel lidera la vacunación a nivel mundial con un 62.03% de su población vacunada con al menos una dosis, lo cual basándose en datos del banco mundial es poco más de 5.6 millon de personas; seguido por países como Emiratos Árabes Unidos (51.38%), Reino Unido (48.32%), Chile (40.89%) y Estados Unidos (39.85%). Este último, de la mano del presidente Joe Bidden, ha logrado vacunar a más de 115 millones de personas desde su posesión el pasado 20 de enero.
Colombia, en cambio, a la fecha ha suministrado alrededor de 2.5 millones de primeras dosis después de dos meses de iniciado su plan de vacunación. Cabe recordar que el país hace parte del mecanismo multilateral COVAX, y también tiene contratos bilaterales con las farmacéuticas Pfizer, AstraZeneca y Sinovac.
Analizando esto, se podría mencionar que entre Israel y Colombia la diferencia no es de magnitudes exorbitantes, pero epidemiológicamente la cantidad no es relevante en comparación a la proporción de la población total. Así mismo, la diferencia en el ritmo de vacunación es abismal entre Colombia y otros países: mientras Estados Unidos vacuna aproximadamente 3 millones de personas al días, Colombia en sus mejores jornadas logra alcanzar un número cercano a las 150 mil dosis aplicadas; a pesar de esto, según información del ministerio de salud y prevención social, la capacidad instalada del país podría llegar a ser de 200 mil dosis diarias, lo que lleva a inferir que, por ahora, el recurso crítico es el inventario de vacunas, más que la capacidad de suministro y vacunación. En conclusión, es importante no dejar de lado el debate ético y moral de la distribución de las vacunas alrededor del mundo, bajo la lógica del sálvese quien pueda los países más poderosos vacunan a ritmos acelerados, y los países de menores ingresos cada vez sufren más los efectos negativos de la pandemia, tanto a niveles sociales como económicos. Además de esto, es importante ser crítico con los datos en los cuales se basan los análisis que se realicen de la situación actual, enmarcados en la lógica epidemiológica y económica, todo esto con el fin de enriquecer el debate del conocimiento, buscando construir más que dejar de lado.